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La escuela y los medios Vivimos en los dltimos meses una discusién publica importante sobre la pre- sencia de los medios en nuestra vida como pais. Sabemos que ellos cons- : truyen una agenda de discusi6n, que influyen en cémo miramos al mundo y que incluso nos acostumbran a conmovernos frente a determinadas ima- genes. Hay que tener en May que tener en cuenta también que las nuevas tecnologias han hecho mucho més accesible la ca pacidud de publivar noticias 0 de hacerlas eireular; también han implicado una proliferacion impre sionante de la informacién que la euclve cuenta también que las nuevas tecnolo- gias han hecho mu- i ; t cho més accesible la | opaca e inasible. capacidad de publi- car noticias 0 de ha- | cerlas circular; también han implicado una proliferacién impresionante de la informacién que la vuelve mas opaca e inasible. } Qué trabajo pedagégico puede hacerse desde la escuela para analizar y ! ampliar las posibilidades que ofrecen los medios, viejos y nuevos, para re- | presentar el mundo y para ofrecer distintas voces y perspectivas sobre él? El dossier que presentamos quiere aportar al debate con una mirada edu- cativa, que piense en el largo plazo y en la formacion de las nuevas gene- raciones. dossier@megovar La presencia de los medios: continuidades y rupturas Ings Dussel Myriam Southwell Los medios constituyen una presencia insostayable en la sociedad actual, No soto nos dan temas de conver sacign y referencias comunes; también nos hacen con: movernos, reiro lorar,0 nos acostumbran a ciertas ima: ‘genes impactantes o desagradables, y este aspecto es algo que suele recibir menos atencién pero es igual- mente importante, Algunos analistas ~como el mexi- ‘cano Carlos Monsivais- hablan de los medios como la agencia de “educacién sentimental” del siglo XX, con mas peso que la escuela para generar sensibilidades y temociones en el conjunto de la poblacién. La historia de los medios muestra que se inician con tuna fuerte intencidn democratica. En el siglo XVIIl tos primetos impresos empiezan a circular con opiniones an timondrquicas, buscando incrementar la presencia y eb poder de un pablico lector burgués que quiere ser es cuchado. En este afio del Bicentenario, no esta de mas recordar el papel de la prensa periddica en la forma- cidn de la élite independentista en América Latina, que muestra el vinculo estrecho entre la formacién de una ‘opinion pilblica ilustrada y las nuevas naciones. En el siglo XX, las cosas cambian con la aparicidn de la radio y la television. Va no se requiere de saberes le- ‘trados para estar incluido; la radio llega a los hogares y transmite noticias en directo, y asi nos integra sin ‘mediacion de la escritura. La televisién le suma lo au- dlovisual: podemos ver y escuchar reportes desde pi ses distantes, meternos en universos de fiecion pode: ros0s y conmovedores, 0 incluso remontarnos a otros ‘momentos de la historia reciente como si volvieran a cocurrir.EL“aqul y ahora’ esta profundamente transfor ‘mado, porque la radio y la televisién convierten en pre sencia cotidiana a personajes lejanos, o nos vuelven, contempordneos con experiencias que no lo son. Las tecnologias digitales estan haciendo explotar es- te universo de medios en varias direcciones. Se plural 2a la produccién, porque cualquiera puede hacer un blog sin la mediacién de un editor profesional, o col: {gar un video en YouTube y mostrarnos una escena im: pactante antes que cualquier canal de televisidn tenga se individuatiza:ten- ‘acceso a ella. El consumo tambié demos a ver las noticias en pantallas individuales, ya sea e! celular, la computadora ola television que, si hay recursos, se empieza a multiplicar en los cuartos de los hogares.¥ sobre todo, en ese marasmo informativo, e mundo se vuelve mas opaco y dificil de entender: los analistas dicen que la agenda comin tiende a frag- mentarse, y que cada uno ira recortando sélo lo que le interesa Cémo pensar a la escuela en este contexte? Como dice Sefton-Green, es dificil sostener que esto no nos compete. Vivimos en una sociedad en la que el saber se produce y circula en estos medios. Quizas Ia pre- punta que vale desde nuestro lugar de educadores es qué tipo de saberes y qué operaciones de conocimien: to se estan proponiendo en ellos. La investigacién mas reciente subraya que la operacién principal es una in: teraccién rapida, intuitiva, poco reflexiva, que procede por ensayo y error, y €s muy colaborativa. Supone un fuerte involucramiento personal: hay que decidir, arries arse, opinar, “jugarse”. Sorprende y emociona, antes que convocar al razonamiento ceflexivo, distante y sis- temstico que propanen la escuela y el pensamiento cientifico. {odemos volver a "anudar” ambos mundos? Habria {que pensar buenas propuestas pedagogicas que desa fien a los chicos y fos ayuden a valorar la conceptuali zacién, la identificacion de reglas, la formulacién de hi pétesis (que por ahi, hoy hacen intuitivamente y que habria que buscar formalizar y expandit),y no confiar cen que es0 va a pasar porque introduzcamos los me- dios en la escuela. Creemas que expandir las posibili- dades democraticas de los medios también depende de cémo eduquemos a las nuevas generaciones, para que sean usuarios y productorescriticos, interesados y reflexivos En el centro de una explosion cultural Luis Alberto Quevedo* Hace poco tiempo, la investigadora Saskia Sassen conta: ba en una extraordinaria conferencia que en el sur de India la M.S. Swaminathan Research Foundation -una (ONG como tantas otras- estaba apoyands la creacién de varios village knowledge Centres (alge asi como Centros de Conocimiento en Aideas) para atender a poblaciones que, aun cuando son analfabetas, saben exactamente qué t pode informacin necesitan o desean tecibiry recurren a internet para obtenerla Asi los campesinos y pescadores de fa zona se volvieron usuarios de internet porque tie- nen claro cual es la informacién especifica que necesitan fen cada momento del aio saben donde encontrarla, De esta manera, la accién de instituciones no tradicio- malmente educativas (como una ONG o un locutrio ola television, o una computadora doméstica cualquier} pue- en dotar a algunos miembros dela sociedad de certos conocmientos y dstrezas que no solamente no provienen de la escuela sino que sobre todo no estan adminis- trados por ella Est tipo de practcas ha provocado -tal vez sin buscarlo- que los indviduos se welvan auténomes respecto de las instituciones clasicas de la educacién y del saber.y que no perciban que deben recurticaellas pa ‘3 conseguiry gestonar ls conoctmientos que fos rela- cionan con el mundo {Qué desarreglo se ha producido entonces? sQué cam- bios o mutaciones hemos vivido en estos afes para que estas poblaciones analfabetas en la lectoescritura tradi ional puedan saltearse dos sighs de educacti formal y pasar divectamente a usar las nuevas tecnologias infor ‘iticas como sifueran una herramienta de trabajo si miata una pola, un arado, una red de pesca o cualquier otro instrumento creado hace cientos de aos? En realidad, nolo sabernos muy bien porque ain estamos ‘en el mediode esta gran explosién yel polvo suspendido eel are no nos deja ver con claridad el terreno que pi- samos; pero lo que si sabemos es que no hay que ira la India para encontrar este tipo de fendmenos. En la es- auina de nuestra casa puede haber un grupo de nis de 405 aftos -que todavia no manejanlalectoescitura-y que saben, sin embargo, usar mejor dicho, poner a su servcio- una computadora que les permite tomar lo que tes interesa,casi sin necesidad de saber leer o escribir Estos nvevos usuarios no escolarizados (con edades his- torias y localizaciones geogrificas muy diferentes) com- parten hoy algunas competencia digitales que son, de alguna manera, dénticas. Han encontrado una forma de {usar las hetramientas informsticas sin necesidad de subir los complejos peldafios que les propone el sistema tradi- clonal de conocimiento.Y ain mas: estas experiencas de

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