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a Vivientes POR RICHARD E. DANSKY, ED HALL, MICHAEL LEE Y ADAM TINWORTH CREDITOS EDICIGN ESPANOLA Directores editoriales: Juan Carlos Poujade y Mi- Autores: Richard E. Dansky, Ed Hall, Michael Lee y Se! Angel Alvarez Adam Tinworth Traducci6n: Javier Gonzalez Traducciones al inglés: Kristine Bravo Coordinador de la linea: Carlos Lacasa Desarrollo: Ken Cliffe Maquetaci6n: Carlos Lacasa, David Bafios Expdsito Edicién: Ed Hall y Javier Pérez Calvo Direccién artistica: Richard Thomas se ja Grahcil S.A. Maquetacién y composicién: Pauline Benney Filmacion: Autopublish Ilustraciones interiores: Mitch Byrd, Kyle Hotz, AGRADECIMIENTOS ESPECIALES Jeff Rebner, Brad Rigliey Ilustraci6n de cubierta: Tommy Lee Edwards y Melissa Edwards Prueba de juego: Thérese Gaughan, Matt Honeyball, A todos los que les gusta las peliculas de serie B de Martyn Meeks y Jhon Shockl zombis, pues este libro, al manterner una estética simi- Disefio de las cubiertas: Pauline Benney lar, les va a encantar. A Silja Eskola, que tuvo la paciencia de tragarse 20.000 teleseries casposas mientras esperaba a que terminase el libro. La Factoria de Ideas. C/Pico Mulhacén, 24. Polfgono Industrial El Alquitén. 28500 Arganda del Rey. Madrid. Teléfono: 91 870 45 85 Pau: 9LS71 72:22 www.distrimagen.es e-mail: factoria@distrimagen.es Apiintate a la lista de correo sobre el Mundo de tinieblas en tinieblas @distrimagen.es Derechos exclusives de la edicidn en espanol: © 2002, La Factorfa de Ideas Primera edicién LA FACTORIA GAME STUDIO La editorial no autoriza a fotocopiar ninguna pagina de este libro Queda prohibida, salvo excepcién prevista en la ley, cualquier foma de reproduccién, distribucién, comunicacién ptiblica y transforma- cién de esta obra sin contar con autorizacién de los titulares de propiedad intelectual. La infraccién de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. Codigo Penal). El Centro Espafiol de Derechos Reprograficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos). © 2000 White Wolf, Inc. Todos los derechos reservados. Queda expresamente prohibida la reproduccién sin el permiso escrito de la editorial, excepto si es con la intencién de escribir resefias. Todos los personajes, nombres, lugares y textos mencionados en este libro son propiedad intelectual de White Wolf, Inc. La mencién o referencia a cualquier otra compafifa o producto en estas paginas no debe ser tomada como un ataque a las marcas registradas 0 propiedades intelectuales correspondientes. Debido a su tematica, este producto se recomienda sélo para lectores adultos. 5 ISBN: 84-8421-361-7 Depésito Legal: M-22206-2002 PREFACIO: LOS INTROBUCCION CAPITULO PRIMERO: EL euewing, EATEAIR 5 CAPITULO SEGUNDO: EL ENEMIBO. BE MI ENED CAPITULO TERCERO: FORASTERO TEI CAPITULO CUARTO: BIATRIBAS CONTRA LOS, MUERTOS CAPITULO QUINTO: DESCENSD” ‘A Los INFIERNDS, CAPITULO SEXTO: Lazos” CON LOS HUERTOS CAPITULO SEPT ALAS ¥ RARRACION ay Cuando, pocos minutos después de las seis, bajé aquel hombre del taxi, John O'Malley supo que las cosas no iban a salir como esperaba. Habia nevado toda la tarde, y el cielo macilento trans- formaba el resplandor de las farolas en halos bortosos que difuminaban el contorno de los rascacielos de Chicago. Un enjambre de figuras encorvadas se apresuraba por la calle de] supermercado, luchando contra el viento helado para llegar cuanto antes al cator de sus hogares. El hombre que salié del taxi era pequefio y rechoncha, y se escondia den- tro de un abrigo caro de lana. Llevaba guantes de piel, botas puntiagudas y una bolsa naranja y azul por la que se suponia que O'Malley debia reconocerio. A medida que se aproximaba al punto de encuentro, su pelo, fino y canoso, se enredaba con el viento. De hecho, podria haber pasado por un tipico ejecutivo de no ser por su gesto sombrio y por la manera en la que se aferraba a algo pequefio que llevaba en el bolsillo de! abrigo. Dado que la cita era dentro del mercado, el cazador prefiria esperar fumando junto a la puerta para ver pasar a aquel hombre de mirada abatida y triste. Este no advirtié la presencia de su contacto o de nadie m4s que pudiera mi- rarlo. O'Malley negé con la cabeza. Intuia que era un error, pero sabia que no tenia eleccidn. Pe et Se Meee Dio una ultima calada al cigarro y lo dejé caer en la nieve, Cuando el hombre estuvo a su altura, O'Malley lo agarté por el brazo. —jHarry Winston? Winston retrocedié de un salto, asustado por el do- lor. Cuando se volvié hacia el hombre que lo habfa para- do, empujé el objeto que tenia en la mano contra la tela del bolsillo y su mirada brill6 con una mezcla de miedo e ira. A medida que O’Malley le apretaba el brazo, él iba abriendo los ojos. El cazador se le acercé hasta casi to- carle la nariz. -~No hables —susurré el cazador—, y sucita esa pisto- la, no vayas a hacerle dafio a alguien. Winston sacé la mano del bolsillo. O'Malley media lo normal, sélo un par de centimetros mds que aquel hombre, pero era ancho de hombros y fuerte, y tenia un aire innato de autoridad que ni sus tejanos descoloridos ni su desgasta- da chaqueta de cuero lograban ocultar. Quiz4 fue guapo alguna vez, pero ahora su mirada era vacia y fria. Winston parpades nervioso. —Eres.., el Poli90? —Me llamo John; dejémoslo asi —le aconsejé el caza- dot-—, Dijiste que traerias el portatil, Harry. 2Dénde esta? SEH Tie) Este respiré profundamente ¥ mir6 a O'Mailey a los ojos. —Est4 en un lugar seguro. En cuanto matemos esa... cosa, sera tuyo. O'Malley titubed durante un segundo. Una parte de é] queria rejr, otra queria arrastrar a aquel idiota a un lugar apartado y empezar a romperle dedos hasta averiguar dén- de estaba el ordenador. Entonces, alz6 la vista hacia el cielo y meneé la cabeza. —iJoder, Hatry, esto no es una pelicula! En aquel momento se abrieron las puertas automdticas del supermercado y pasé rapidamente un grupo de chicas. O'Malley bajé la voz. ~—Tu mujer estaba cazando... y eso y alguien mas la mataron. Es tado lo que sabemos. ;Por casualidad se te ha ocurrido que quizd haya dejado notas sobre esto en la me- moria del portatil?

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