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EDUVIGES PORTALET: MADRE DE AMOR Y TERNURA

El perfume de sus virtudes y la semilla de su vida santa, sera el germen que fecundara
el jardn de la Orden Dominicana.

Madre Eduviges, fue un alma totalmente contemplativa, porque sustent su vida en cuatro
pilares esenciales a la vida Religiosa.

Su amor a Jess Crucificado, donde aprendi que toda alma que quiere vivir en unin plena
con Dios, debe transitar por el camino del olvido de s mismo, viviendo en total
desprendimiento de la propia voluntad, para vivir en obediencia filial a los designios del
Padre.

La lectura asidua de la Palabra de Dios, para Madre Eduviges marcar la experiencia del
Discpulo que escucha atento al Maestro, para poner en prctica lo aprendido y repetir
como Isaas Aqu estoy Seor para hacer tu voluntad.

Su amor a la Eucarista, fue la fuente y la cima de su vida cristiana, y ms an de su vida


religiosa, deseaba vivamente recibir el pan del cielo, instaba a todas sus hijas a desear
vivamente la Santa Eucarista, porque durante sus largas horas frente al sagrario, se hizo
una con l, porque se saba totalmente amada por Dios, que logr ver al mismo Cristo en
sus hermanos, comiendo de este pan celestial, ella tambin al igual que Jess no dudo en
dar su vida para que otros se salven.

Su amor a la Santsima Virgen, Eduviges tuvo en su corazn una especial ternura a la Virgen
Mara, a quien un da consagrar toda su vida y su familia religiosa, ponindola como
Superiora de Nuestra Congregacin.

La vivencia de estos pilares en Madre Eduviges, representan para nosotras sus hijas un
precioso legado espiritual, que nuestra Madre Fundadora nos deja como un caminito de
santidad que nos marca la ruta a seguir, hacindolo posible en nosotras la misma actitud
del hombre de la parbola que nos relata el Santo Evangelio segn San Mateo: El Reino
de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, en el cual un hombre halla,
y lo esconde de nuevo; y gozosos por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel
campo.

Es este el reto para la dominica de hoy, habiendo encontrado el tesoro de nuestra vida,
vendamos todo aquello que nos ata a esta tierra, para ser transfiguradas por el amor de
Cristo, es esta la misma hazaa que Dios, en Madre Eduviges nos pide realizar en nuestra
vida religiosa, ya que toda alma consagrada debe estar cimentada en la vida contemplativa
para darlo a conocer a los hombres para la salvacin de sus almas.

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