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Los ambitos de la actividad humana En este estudio vamos a tomar como punto de partida el encuentro del hombre con el mundo de las cosas y de los acontecimientos: Zqué tipos de en- cuenttos existen? gy qué consecuencias se detivan de ese hecho? I Pot su constitucién orgdnica el hombre forma parte de la nacuraleza. El ré- gimen de vida de los pueblos primitivos, asi como la infancia del individuo, parecen mostrar la imagen de una situacién originaria, en Ia cual el hombre setia simplemente parte de la naturaleza, Hay varias teorias que defienden esa opinién. Si estuvicran en lo cierto, en esa situacién no se daria un encuentro auténtico con las cosas, La naturaleza que rodea al hombre estaria cambién dentro de él, en forma de instinto. La voluntad y el instinto coinciditian, De aqui béotatia aquella «inocenciar propia del estado de naturaleza, inocencia que deberia encontratse, al parecer, en los pucblos todavia «naturales» y en el indi- viduo todavia infantil. Pero, en verdad, ese estado de naturaleza no pasa de set tun espejismo, que se deriva de presupuestos facilmente sefialables, Tanto el es- tado primitivo de un pueblo, como asimismo la edad primera del nifio, con- tienen el espiritu, el cual tiende a crear, y contienen Ia persona, 1a cual aspita a le libertad. De esta manera el hombre queda sustraido de antemano al contexto de ta naturaleza ', La «pura existencia naturals es un estado inventado por el hombre a quien fa cultura le ocasiona molestias y que quisiera sumergitse en ¢! contexto irres- ' Véase R, Guardini: Die Kultur als Werk und Gefahrdung, en Sorge um den Menschen, lirzburg 1962, 14 s, Ctistianismo y sociedad 178 ponsable de fas casas; pero a la vez es también un terreno limite, que amenaza con seducit al hombre y apoderarse de él, Hablando con verdad, la naturaleza significa pata cl hombre algo muy equivoco y muy lleno de contradicciones. Por su propia esencia el hombre se evade de la naturaleza. En un estado de naturaleza pura no se daria un encuentro con el mundo. No habtia ninguna otta posibilidad que la de moverse dentro de la naturaleza, alimentatse de cla, set sustentado peto, a la vez, set utilizado por ella. El primer paso esencial que da el hombre le aleja de la naruraleza, de las cosas. Ese paso crea ta distancia, y se cxpresa en estas preguntas: equé es esto? gqué significa? gde dénde viene y a dénde va?... La distancia aparece ya en el simple hecho de preguntar. La interrogaciéa del hombste es algo diferente del ojeo propio del animal, Esia tltima operacién representa una funcién inmediata del contexto nanutal; de la necesidad de piotegerse frente al enemigo y de buscar una presa. Ya Ia simple mitada det hombre conticne algo distinto. Hay una solucién de conti nuidad dentre el ojeo del animal, aun el miis vivo y perfecto, y la mas simple mi- tada humana. Esta tiltima abriga desde el principio la intencién de aprehender el set et cuanto set, de captar su realidad y su sentido; en una palabra: de conocer la verdad, Ningiin animal ni siquiera el mas cinteligentes, aspira a eso, Entre el com- poramiento del animal y el del hombre se interpone un elemento completamente huevo ¢ indeducible: el espitita, capaz de conocer la verdad, y necesitado de ha- cetlo, Bl es el que se manifiesta en las mencionadas preguntas. Avese ptimer grupo de interrogaciones le sigue un segundo grupo: ¢cémo se comporta esto? gcémo ocutte? gpara qué sitve? gqué puede hacerse con ello? gcémo puedo yo lograr mis objetivos con esto? Y luego, retrocediendo un paso mis: gqué quiero yo en general? gson buenos mis descos? gpuedo hacer ttiun- far mi propésito entre las cosas? ‘También estas interrogaciones son especificamente humanas. Ningdn com- pottamiento propio del animal; ni siquiera el més apropiado, va guiado por esa voluntad de claridad, sino por una reaccién inmediata. No cabe duda de que el animal aprende, en el sentido de que su percepcién se vuelve cada vex més se- gura y més precisa, y pasa con mayor tapidez. y exactitud al obrar, Pero nunca hay motivo para suponer que ¢| animal llegue a planteatse la pregunta por la finalidad, pregunta que, a su vez, presupone la pregunta por la verdad. Pues s6lo puedo preguntar cémo se comporta un ser, y como puedo yo hacer triunfar mi intencién dentro de él, si soy también capaz de preguntar, sin ningtin pto- pésito, qué es ese ser. Los ambitos de la actividad humana 179 Estas preguntas crean el Ambito del conocimiento. Las actos ordenados, que avanzan de un objeto a otro, producen un Ambito de actividad y de vida que vamos a denominar «la ciencias, Aqui tenemos en cuentra los dos primeros gru- pos de preguntas de que hemos hablado: las preguntas por fa realidad, por la esencia y cl sentido. Las interrogaciones que se refieren al fin y a la utilizacion las dejamos para mas tarde. Por el momento se trata de que el hombre tropieza con la cosa y de que ésta le incita a preguntar por Ia esencia. El animal no tiene objetos en ct sentido espiritual; tan sdlo posce los objeros de la percepcién. El hombre es capaz de dar un paso atris; de situac la realidad en ia distancia que asi surge, de dirigit una mirada inquisidora y de poner en marcha un pensa- miento que investiga. También con respecto a si mismo siente el hombre esa invitacién a interrogar, Debs y puede convertir su propio set en objeto, y en tenderse a si misrno tanto en su diferencia como en su telacién con lo demas. Pero esta sicuacién puede alcanzat una profundidad todavia mayor: mi mi- tada no es slo ef reflejo propio de un espejo; mi pensamiento no es sélo ef proceso de elaboracién de un aparato. Yo mismo, en cuanto existente, me in- scrto en el proceso y en su resultado, Esto no implica subjetivismo alguno; no quiere decir que no existan cosas en sf mismas, o que mi conecimiento sea s6lo la expresién de mi estado de animo, Significa, mas bien, que yo mismo formo parte del objeto de mi conocimiento, Lo que yo digo sobte la cosa implica tam- bién, y ello de manera especial, el hecho de que yo poseo estos 6tganos de los sentidos, esta aptitud logica, esta perspectiva de existencia personal. El sentido del conocimiento no consiste en aprehender un objeto aislado, sino en la aptehensién de este objeto concreto por este hombre determinado; en comptender [a existencia humana, en la cual el hombre esta teferido a la cosa, y la cosa al hombre. Este encuentro hace brotar el mundo. Fl «mundo» no es eso que esta ahi simplemente, sino lo que se origina en virtud del encuentro cognoscitivo. En cuanto soy un set espititual, se me ha encomendade conecet, y no encuentro teposo hasta que ao cumplo ese encargo. Pero también la cosa misma esti hecha de tal manera que aspira a set conocida; y sdlo cuando cso ocurre alcanza su sentido tiltimo. Lo que se otigina en vircud del encuentro es «mundo», en cuanto realidad conocida por mi, trasladada al espacio de una conciencia, aptehendida cn la sensaci6n, la imagen y el juicio, y expresada en el lenguaje. Este mundo se compone de signos; consta de estructuras y gtupos de signos, Los signos aluden a la realidad: a las cosas y a la persona viva y concreta. Peto ellos mismos no son teales, sino que sélo «aludens, «significan». Unicamente las cosas son reales; el mundo de los signos, en cambio, en los cuales se expresa y s¢ ttansmite el conocimiento, es el equivalente de la realidad en la conciencia. Cristianismo y sociedad 180 La naturaleza esti «fuera»; la ciencia, en cuanto conjunto de signos, esta adentto»; 0 mejor: existe en el Ambito de la significacién y de la conciencia de la significacion. gin qué consiste cl sentido de la ciencia, entendiendo esta palabra en su més amplio sentido, como resultado del preguntar? En teproducit en e] ambito de la conciencia, como un mundo nacido del encuentro, tanto las cosas que se haflan frente a mf, como a mi mismo. Y ello no sélo por una simple transferencia, por el conttatio, la realidad es analizada y tecompuesta, y precisamente por ello es entendida y comptendida, y luego reconstruida en el ambito de la conciencia co- mo un mundo entendido, Ei sentido del conocimiento consiste, en tiltima ins- tancia, en Hlevar la realidad al estado de inteleccién y en expresarla en el sistema de los sipnos; en construit ue mundo que consiste en conocimiento, att Ademis de la pregunta tedtica, que se interesa por la esencia y el sentido de las cosas, hay la pregunta prictica, orientada a un fin detetminado. El hombre tiene que imponet su dominio en medio de una tealidad extafia, mas atin, hostil; su voluntad le leva a hacer conquistas y a realizar obras, Por ello pre- guntar; qué existe? gqué ventajas y qué inconvenientes me proporciona? gqué puedo yo hacet con ello? ecémo puedo dominarlo?.,. Y antes de eso: gqué quiero yo en realidad? zqué deseos mios son acettados, y cules son equiveca- dos? gqué me es Icito y qué me est prohibido deseac? En muchos aspectos esta pregunta tiene un alcance mucho mayor que ta primera. Asi, pot ejemplo, de ninguna energia natural sé yo lo que es; peto sf puedo conocer eémo se comporta de modo que puedo utilizarla para mis fines, y los conocimientos asi adquirides pueden ayudarme a conquistar el mando Bsto es un hecho asombyoso, Aquél mundo de signos itteales pretende valer pa- ta la realidad. El hombre observa, investiga, traslada los resultados al ambito de la significaciéa y de la conciencia. Afirma que esos resultados concuetdan con las cosas exteriores, y eso es lo que de verdad ocurre, Cuanto mayores hayan si- do el desinterés y el cardcter cientifico de la investigacién realizada, tanto ma- yor es la exactitud con que el resultado corresponde a las cosas. Basdindonos en puros cilculos podemos construir un puente, el cual sc sostiene realmente y puede resistir el trifico. Bl pensamienco y el experimento, la teoria y la praxis se ayudan mutuamen- te, y surge ast ef mundo de los utensilios. ¢Qué es esto? Hasta cierto punto el utensilio parece ser tan sélo una prolongacién de los miembros del cuerpo (por ejemplo, de la mano, puesto que, si dispongo de un Los dmbitos de la actividad humana 181 martillo, puedo golpear con mas fuerza que sin él), 0 una ampliacién de fa ac- tividad de los distintos érganos (por ejemplo, de la voz, pues con un altayoz puedo conseguir que mis palabras lleguen més lejos que hablando simplemente con la boca), El utensilio patece tener paza el hombre un significado parecido al que tiene la red para los érganos aptchensotes de la arafia. De hecho, basin- dose en esa semejanza, se ha pretendido demostrar la aptitud de los animales para fabsicar utensilios, Ahora bien, ocurre que la estructura de los presuntos urensilios del animal esta ya fijada de antemano. Prolonga su organismo en una determinada esfera de funciones, que viene dada por su constitucién y por el medio en que vive. Los

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