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El parque de hoy

El parque de la esquina es el paraso hecho infierno, pues la vida se le escapa


y ni las nubes la visitan. Desde lejos ya no se le ve el dulce verdor de
cuando era regado por un anciano. Hoy es una visita inspida con colores
montonos ocrescos con decir que apesta a los ojos.

Tiene un rbol en su centro; cual rbol del Edn, no ms que este


representa la decadencia y no el tan cuestionado rbol de la ciencia del bien
y el mal. Dicho rbol conserva sus hojas grises y marchitas ser por el
smock, por la tristeza o que se yo. Hablar de su troco es comparar un poste
de cantina, que su nauseabundo olor e equiparable a los das que vivimos.
Esta todo meado tanto como cualquier rbol de la capital.

En el parque, adems del rbol, abunda la mala hierba; bien dicen que nunca
mueren como los polticos que nunca renuncian al dinero (perdn poder;
pero a la hora de la hora ambos seducen).

Tuvo pocos frutos este rbol se dice, como siempre es el pasado se asume.

Al acercarse uno ya se pierde el gusto al verlo, pues se da cuenta que hay


tantas haces de perro como la dichosa televisin basura que proclaman en
las redes.

Si te viera parque olvidado ese anciano que te cuidaba, que como ha quedado
l era dios para ti, pues parecas la ltima migaja del Edn. Jardn querido
como quisiera enterrar las heces para que sirvan de abono, cortar esas
copas marchitas que no permiten tu desarrollo, como los corruptos de mi
patria que no entienden que si estas en las copas del rbol es porque hay
races que soportan, y estas estn hambrientas.

Quisiera plantar girasoles, que estos miran al astro rey y que nos muestre la
luz en esta decadencia.

Quisiera plantar geranios que daran lindos colores de rojo y blanco.

Como quisiera parquecito de mi casa, que ese anciano te puso de nombre


Per.

Jhon Frank Yerrt Sucari Mamani

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