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2 Las representaciones sociales como una perspectiva de la psicologia social Gerard Duveen y Barbara Lloyd El mundo angléfono ha recibido con altibajos el concepto de represen- taciones sociales, introducido en la psicologia social por Moscovici. En La psychanalyse, son image et son public, Moscovici (1976a) desarro- U6 con mayor amplitud el concepto tanto teérica como empiricamen- te. Dado que no existe una traduccién, hasta las propias presenta- ciones de Moscovici en inglés tienen un cardcter abstracto, general 0 programatico, ya que introducen una perspectiva tedrica que no cuen- ta con los beneficios de una demostracién clara de su valor para la in- vestigacién empirica (Moscovici, 1973, 1981, 1983, 1984, 1988; Mos- covici y Hewstone, 1983). Moscovici titula el primer capitulo de su libro «La representacién social: un concepto perdido», aludiendo al hecho de que la psicologia so- cial se ha desinteresado de la participacién de los procesos psicolégicos en la vida social. El concepto de representacién social intenta restituir en la psicologfa social la conciencia de lo social, aportando los medios para comprender la vida social desde una perspectiva psicolégica. Este tipo de perspectiva es un prerrequisito necesario para entender la in- fluencia de las relaciones sociales en los procesos psicolégicos. Moscovici define las representaciones sociales como Sistemas de valores, ideas y practicas que tienen una doble funcién: en primer lugar, establecer un orden que permita a los individuos orientar- 29 se en su mundo social y material y dominarlo: y, en segundo término, per- mitir la comunicacion entre los miembros de una comunidad, aportando- les un cédigo para el intercambio social y un eddigo para denominar y clasificar de manera inequivoca los distintos aspectos de su mundo y de su historia individual y grapal (Moscovici, 197: XID. En esta definicién se consideran las representaciones sociales como tipos particulares de estructuras que tienen como funcidn aportar a las colectividades medios compartidos intersubjetivamente por los individuos para lograr comprensién y comunicacién. Moscovici no sdlo usa este término para referirse a las representaciones sociales, sino también para designar el proceso mediante el cual dichas estructu- ras se construyen y se transforman.* Como proceso, la representacién social no esta limitada por las reglas del discurso ldgico ni esta reglamentada por los procesos de verificacién empirica y Jalsacion. Mas bien se concibe como una en- tidad configurada por dos funciones complementarias: el anclaje (me- diante el cual lo no familiar o remoto es asimilado dentro de las ca- tegorias conocidas de la cognicién cotidiana) y la objetivacién (que hace que las representaciones se proyecten en el mundo, de modo tal que lo abstracto se convierte en concreto). Estas dos funciones son interdependientes, dado que una representacién puede lograr un an- claje seguro en la medida en que se encuentre objetivada y vicever- sa. Sin embargo, se pueden distinguir para su andlisis como dos mo- mentos distintos en el proceso de representacién social. La conceptualizacién que hace Moscovici del proceso de represen- tacién social guarda relacién con la distincién que establece entre el universo consensual de las representaciones sociales y el universo reificado del discurso cientifico, que respeta las leyes de Ja légica y da lugar a productos abiertos a la investigacién empirica (1981). El pro- pésito de esta distincién no es postular una filosofia de la ciencia en particular, sino mds bien sefialar un fenémeno importante para nues- tra sociedad, en la cual la categoria de la comprensién cientifica se di- ferencia de la categoria de la comprensién cotidiana o de sentido co- muin. Se propone entonces que estos dos universos, el reificado y el consensual, corresponden a una representacién social concreta, en * En espaaol usaremos la forma en singular con el articulo definido (-la representa- cién social-) para referirnos a la representacién social como proceso y la forma en singular con articulo indefinido («una representacién social) 0 1a forma en plural (-las representaciones sociales) para referimnos a las representaciones sociales como estructuras. 30 Ja cual la esfera de lo cientifico se diferencia de la del sentido comuin. Esta distincidn es, de todos modos, muy fuerte, tal como sefiala Mosco- vici. La ciencia «intenta construir un mapa de las fuerzas, objetos y hechos que no son medificados por nuestros deseos y nuestra concien- cia. {La representacién social] estimula y configura nuestra conciencia colectiva, explicando las cosas y los acontecimientos de modo que sean accesibles para cada uno de nosotros y pertinentes respecto de nues- tras preocupaciones inmediatas» (Moscovici, 1981: 187). La psico- logia social, seguin esta perspectiva, se ocupa del andlisis del universo consensual, al que la teoria de las representaciones sociales le apor- ta el aparato conceptual. Las representaciones sociales aportan el concepto principal inte- grador para el establecimiento de una perspectiva particular acerca de la psicologia social. Este no es un punto de partida enteramente nuevo, sino que recupera y enriquecé las tradiciones que habian sido dejadas de lado por esta disciplina. Se trata de una perspectiva que comparte una base epistemoldgica con la teoria piagetiana y otras tendencias constructivistas de la psicologia y las ciencias sociales, ya que considera al sujeto v al objeto de conocimiento como corre- lativos y co-constitutivos y rechaza la idea de que esos términos de- signen entidades independientes. El corolario ontolégico de esta postura es que las representaciones sociales forman parte de las rea- lidades representadas y que esta constitucién (o construccién) se lle- va a cabo a través del anclaje y la objetivacién. De esta manera, se confiere al contenido de lo que se construye la misma significacién que al proceso de construccién y asf se confirma la postulacién de Mos- covici, quien sostenia que ias representaciones son siempre repre- sentaciones de algo (Moscovici, 1976a, 1984). En este sentido, la teoria de las representaciones sociales no es una psicologia de la cognicién referida a la vida social, sino mas bien una teorfa que sitta las actividades psicoldgicas en la vida so- cial. Hasta se podrian comparar las representaciones sociales con otras teorias psicoldgicas que se basan en definiciones més restringi- das de la actividad psicolégica, centradas en los conceptos de actitudes o atribucion. Estas teorias consideran que la cognicién social es un conjunto de procesos cognitivos relacionados con estimulos sociales, pero estos «estimulos» son tomados como algo dado, ya que no se postula una teoria acerca de la vida social. Esta laguna teérica hace que la cognicién social sea considerada como la actividad de mentes individuales que se enfrentan al mundo social. Por el contrario, para las representaciones sociales, las actitudes y atribuciones surgen 31 como consecuencia de la participacién en la vida social y conforman la punta visible de un iceberg que tiene como base oculta las ver- daderas estructuras que permiten al sujeto construir actitudes y atribuciones significativas. Tal como sefiala Moscovici, el concepto de representaciones sociales puede resultar de dificil captacién por- que tiene «una ubicacién mixta, en la encrucijada de una serie de conceptos psicoldgicos y otra de conceptos sociolégicos» (1976a: 39). Esta perspectiva se centra en los sistemas de representaciones so- ciales que permiten a los grupos construir una comprensién o una teoria de la vida social. Por esta razén, las representaciones sociales, ademas de ser siempre representaciones de algo, son también re- presentaciones de alguien o de algun colectivo (por ejemplo, Mosco- vici, 1976a, 1984). La interdependencia entre las representaciones sociales y los colectivos para los cuales funcionan hace que la vida so- cial se considere siempre una construccién y no un hecho dado. La dualidad de las representaciones sociales, que al mismo tiempo construyen las realidades de la vida social y nos aportan una com- prension de la misma. evoca una dualidad semejante, presente en la conceptualizacién que hace Piaget de las estructuras operatorias. La tarea de Piaget se vio facilitada por los conocimientos de la fisi- ca, las matematicas y la légica. Estas ciencias describen un univer- 50 Teificado, que le aporté una perspectiva desde la cual fue posible comprender e interpretar los comportamientos de sujetos en distin- tos niveles de desarrollo. De no contar con la légica de inclusién de clases, hubiese sido dificil que Piaget comprendiera los intentos in- fantiles de responder a la pregunta de si en un conjunto dado habia més flores 0 mas rosas. En el universo consensual de la vida social no existe un punto de vista privilegiado que nos ofrezca una perspectiva objetiva desde la cual podamos orientar una investigacion. Sin embargo, en algunas circunstancias, los investigadores de las representaciones sociales pueden ubicar un punto de referencia comparable a la perspectiva «objetivada» de la que dispuso Piaget. El estudio de Moscovici acer- ca del psicoandlisis (1976a), por ejemplo, toma a la teoria psicoana- litica surgida del trabajo de Freud como un punto de referencia ob- jetivado que sirve para comparar y contrastar las representaciones del psicoandlisis que construyeron distintos grupos sociales. Este autor pudo observar la transformacién de este cuerpo de conocimien- to a medida que se lo reconstituia dentro de la red de representaciones de los distintos grupos. Nuevamente, sin acceso a la teoria psicoa- nalitica hubiese sido dificil comprender e interpretar las respuestas 32 de los miembros de distintos grupos sociales a las preguntas sobre el psicoandlisis. El estudio de las representaciones sociales del psicoandlisis es un ejemplo de la manera en que el universo reificado de la ciencia se representa en el mundo consensual del conocimiento cotidiano. Sin embargo, no todas las representaciones sociales dan origen a un cuerpo de conocimiento en el universo reificado del discurso cientifico. La cuestidn que aqui esbozamos es metodolégica, ya que tiene que ver con la relacidn entre la posicién epistemolégica y la investiga- cion empirica, pero se trata mas bien de un problema estratégico para la investigacién acerca de las representaciones sociales y no de una cuestion de técnicas especificas. En cada caso, el investigador debe identificar lo que Lucien Goldmann llama estructura signifi- cante (Goldmann, 1976, 1980), aludiendo a una estructura que tiene importancia funcional para un determinado grupo. Las representa- ciones sociales como estructuras significantes identifican tanto al grupo que construye una representacién como al contenido repre- sentado. La nocién de representaciones sociales como estructuras significantes también ayuda a distinguir esta teoria de otros inten- tos recientes de construir teorias referidas al andlisis psicoldgico y social en términos de explicaciones corrientes (Antaki, 1981), reper- torios lingtiisticos (Potter y Wetherell, 1987) o desde lo retérico (Bi- llig, 1987). Todos estos abordajes comparten el hecho de identificar procesos particulares, independientemente de cualquier contenido especifico, de modo tal que, nuevamente, las caracteristicas particu- lares de los aspectos especificos de la vida social quedan fuera de la teoria. Si bien ciertas formas de explicacién corriente, ciertos reper- torios lingiiisticos particulares o algunos dispositivos retéricos des- criben rasgos identificables del discurso social, estos rasgos son, a su vez, propios de los discursos de grupos particulares y se refieren a aspectos especificos de la vida social, remitiéndonos en ese sentido a las representaciones sociales subyacentes. Aunque esta claro que todos ellos nos pueden aportar herramientas analiticas utiles para investigar las representaciones sociales, como no dan cuenta de sus referencias implicitas a las representaciones sociales, nos aportaran un anélisis de rasgos que no puede describir la’ representacién so- ciopsicoldgica de la vida social. Estos rasgos describen estructuras formales dificiles de ubicar en términos psicosociales concretos, liga- dos a algun contenido en particular. En este sentido, se podria decir que esos rasgos no constituyen estructuras significantes. Las representaciones sociales como teoria genética La concepcién de representaciones sociales supone una perspectiva genética, ya que la estructura de cualquier representacién social es una construccién y, por lo tanto, es el resultado de un proceso de de- sarrollo. En este sentido, nos ofrecen un punto de vista comparable al que plantean los trabajos de Piaget y Goldmann. Ambos autores insistieron en describir su abordaje como estructuralismo genético, en el cual una estructura siempre se considera un momento particu- lar en el desarrollo. Una estructura es la organizacién relativamen- te duradera de una funcién, y la realizacién de la funcién implica su organizacidn en una estructura. Por razones semejantes, la perspec- tiva teérica de las representaciones sociales se puede describir como una psicologia social genética. Aun cuando las representaciones so- ciales como estructuras no cumplan con los criterios formales es- trictos que propone Piaget (1977), de todos modos constituyen todos organizados que tienen la funcién especifica de permitir la comuni- cacién y la comprensién. Concebido de este modo, el concepto de representacién social pa- rece tener una aplicacién general como medio para comprender el modo de influencia psicolégica de las estructuras socioepistémicas. ‘Sin embargo, para captar las complejidades subsumidas en este con- cepto puede resultar titil distinguir tres tipos de transformaciones que se asocian a la representacién social. Existen procesos de sociogénesis, que tienen que ver con la construccién y transformacién de las re- presentaciones sociales de los grupos respecto de objetos especifi- cos, de ontogénesis, relacionados con el desarrollo de los individuos en relacidn con las representaciones sociales y de microgénesis, rela- cionados con la evocacién de las representaciones sociales en la in- teraccién social. La sociogénesis La sociogénesis es el proceso mediante el cual se generan las repre- sentaciones sociales. E] estudio de Moscovici (1976a) acerca del psi- coandlisis es un ejemplo de la difusién de los conocimientos cientifi- cos en la comunidad, a medida que son reconocidos por distintos grupos sociales. Sin embargo, tal como hemos sefialado, las repre- sentaciones sociales no sdélo surgen del conocimiento estructurado en discursos cientificos, sino que, a través de ellas también circulan 34 otros temas en la sociedad. Esta claro que en los tiltimos arios las re- presentaciones sociales, por ejemplo de género, se han ido transfor- mando y nos dan un ejemplo de proceso sociogenético. La sociogénesis se produce en el tiempo, de modo que aun cuando se investiguen las representaciones sociales en un momento deter- minado, la descripcién resultante debe considerarse desde una pers- pectiva diacrénica. El estudio de Moscovici, por ejemplo, fue publi- cado originalmente en 1961, y describe las representaciones sociales del psicoanailisis en esa época. Est claro, sin embargo, que la socio- génesis de esas representaciones tuvo lugar a lo largo de los aiios, a partir del momento en que comenzaron a aparecer los trabajos de Freud. En los afios que pasaron hasta el estudio de Moscovici, la pro- pia teoria del psicoandlisis habia evolucionado y las caracteristicas de muchos grupos sociales también habian cambiado. Si llevaramos a cabo hoy un estudio semejante se podrian demostrar, sin duda, transformaciones en esas representaciones sociales. Vale decir enton- ces que la sociogénesis también pone en evidencia la dimensién his- torica de las representaciones sociales. La ontogénesis Los bebés humanos nacen en un mundo social construido en térmi- nos de las representaciones sociales de sus padres, hermanos, maes- tros, etcétera. Estas también estructuran las interacciones de estas otras personas con el nifio. Si, tal como sostiene Moscovici, la sociedad en que los nifios nacen es una «sociedad pensante», las representa- ciones sociales son las que constituyen el «entorno pensante» para el nifio, Al desarrollar la competencia para participar como actores en esta sociedad pensante, los nifios pueden adquirir el acceso a las re- presentaciones’sociales de su comunidad. Llamamos a este proceso ontogénesis de las representaciones sociales, si bien la ontogénesis como proceso no esta limitada a la infancia, sino que puede produ- cirse cada vez que los individuos, nirios 0 adultos, se involucran con nuevas representaciones sociales que les permiten participar en la vida de un grupo. Una explicacién adecuada de la ontogénesis debe describir la ma- nera en que las representaciones sociales se activan psicoldgica- mente en los individuos. En otros trabajos (Duveen y Lloyd, 1986) ya hemos postulado que la ontogénesis es un proceso a través del cual los individuos reconstruyen las representaciones sociales y, al ha- 35 cerlo, elaboran identidades sociales concretas. Precisamente, las re- presentaciones sociales se activan psicolégicamente en los individuos bajo la forma de identidades sociales. Podemos afirmar entonces que los individuos, para expresar o afirmar una identidad social, se ba- san en los recursos que ponen a su disposicién las representaciones sociales, Como se evidencia en esta aseveracién, es posible estable- cer una distincidn entre las identidades y las representaciones so- ciales. Nuestra propia investigacidn acerca del género ha demostrado que las mismas representaciones sociales pueden sustentar distin- tas identidades sociales. Tal como se senala en el capitulo 3, los ni- fos y las nifias desarrollan representaciones sociales respecto del gé- nero que son semejantes en muchos aspectos; pero sin embargo, no se comportan de manera parecida. La influencia que ejercen las representaciones sociales sobre los individuos puede asumir diferentes formas. Algunas imponen una obligacién imp-rativa de adoptar una identidad social en particu- lar. Este es el caso, por ejemplo, de las representaciones de género 0 de etnicidad. Los individuos se ven obligados a construir una iden- tidad social acorde a lo que ellas prescriben. En estos casos existe una exigencia externa que deriva de los modos como los demas identifican a un individuo en términos de estas categorias sociales. En otros casos, en cambio, la influencia de las representaciones so- ciales es de tipo contractual y no imperativo: un individuo que se integra en un grupo social establece el contrato de adoptar una de- terminada identidad social. Las representaciones sociales del psi- coanAlisis son un ejemplo de este tipo de obligacién contractual. Como cuerpo de conocimientos, el psicoandlisis no establece una obligacién interna que haga que los individuos internalicen las ca- tegorias del pensamiento analitico como construcciones psicolégi- camente activas. Sin embargo, !a integracién de los individuos en ciertos grupos sociales (especialmente el de los psicoanalistas, pero también otros grupos sociales para los cuales la perspectiva ana- litica forma parte de la visién del mundo) depende de que establez- can el contrato de interpretar el mundo en términos de categorias psicoanaliticas.' La microgénesis Un tercer aspecto genético de las representaciones sociales aparece en la interaccion social, en la cual los individuos se encuentran, ha- 36 blan, debaten, resuelven conflictos, es decir, se comunican entre si. En las interacciones sociales se evocan las representaciones sociales a través de las identidades sociales que se ponen en juego en la in- teraccién entre los individuos. Sin embargo, estas no son atributos fijos que los individuos aportan a cada interaccién y que permane- cen sin variaciones a través de ellas. Por el contrario, se construyen durante el transcurso de las interacciones 0 a través de encuentros sucesivos que configuran la historia de una determinada relacién interpersonal. En todas las interacciones sociales en que se elaboran y negocian las identidades sociales y las representaciones en que se basan, hay un proceso genético presente. Llamamos microgénesis a este proceso de las representaciones sociales. La evocacién de las representaciones sociales en la interaccién so- cial se produce en primer lugar en el modo en que los individuos cons- truyen su comprensién de la situacién y se sittian a si mismos y a sus interlocutores como sujetos sociales. En muchas circunstancias, por supuesto, existird una reciprocidad en las construcciones elabo- radas por los participantes que eliminard la necesidad de una es- pecificacién explicita o una negociacién acerca de las identidades, si bien de todos modos podriamos describir el proceso de las interac- ciones sociales como la negociacién de las identidades sociales, de la misma manera que se dice que una nave negocia un canal. Por otra parte, cuando la reciprocidad de comprensi6n no se puede dar por sobreentendida, o cuando se quiebra, la negociacién de las identida- des sociales se convierte en un rasgo explicito e identificable de la interaccién que, en esas circunstancias, consiste en la coordinacién de diferentes puntos de vista y la resolucién de conflictos. En toda interaccién social esta presente un proceso microgenético en el cual se negocian las identidades sociales y se establecen marcos de refe- rencia compartidos. Las representaciones sociales aportan los re- cursos para estos procesos. El lenguaje es, por supuesto, un medio fundamental para la pues- ta en practica de las interacciones sociales y recientes estudios del campo de la sociolingiiistica han enfatizado la construccién de iden- tidades sociales en el discurso (Gumperz, 1982). Este proceso se agrega al papel que cumplen las representaciones sociales (Rom- metveit, 1974, 1984). Durante las interacciones sociales los partici- pantes pueden llegar a adoptar posiciones diferentes de las que te- nian al comienzo y, en este sentido, la microgénesis es siempre un proceso de cambio. En muchas situaciones, los cambios que se pue- den apreciar en el transcurso de una interaccidn son transitorios y no estructurales, ya que los individuos adoptan identidades sociales concretas para lograr objetivos especificos o para Ievar a cabo de- terminadas tareas. Sin embargo, la interaccidn social también es el espacio en el cual mas intervienen en los procesos de influencia so- cial (Moscovici, 1976b) y, a veces, las influencias que operan en las interacciones sociales pueden llevar a los participantes a cambios es- tructurales en sus representaciones. Estos cambios pueden consti- tuir transformaciones ontogenéticas en el desarrollo de las represen- taciones en determinados sujetos (Doisy y Mugny, 1984), pero también pueden resultar transformaciones sociogenéticas que lleven a la reestructuracién de la representacién social.’ Algunos ejemplos ayudarén a ilustrar las posibles relaciones entre estos tres tipos de transformacién genética. Pensemos en primer lu- gar en un cientifico que presenta una nueva teoria, y supongamos que se trata de un Einstein o un Freud, que propone una interpretacién totalmente nueva de la situacién o la experiencia humanas. A través de diversas formas de interaccién social (publicaciones 0 conferen- cias) el cientifico intenta comunicar esta teoria a sus colegas. La co- municacién habrd sido eficaz en la medida en que los otros cientificos hayan comprendido los conceptos que se proponen y que los hayan aceptado como fundamentados y validos. El resultado seran trans- formaciones ontogenéticas en las representaciones de estos cientificos como individuos y una transformacién sociogenética en las represen- taciones de la comunidad cientifica como grupo social. Por el contrario, pensemos en el desarrollo del nifio, particular- mente en el proceso que lo lleva a adoptar alguna representacién so- cial de su comunidad, como el género o la nacionalidad. Para que este desarrollo se produzca, el nifio debe recibir alguna comunicacién a través de sus interacciones con los adultos, con otros nifios 0 con las representaciones que presentan los medios. Estos procesos microge- néticos llevaran a transformaciones ontogenéticas en las representa- ciones que el nifio tiene del mundo, pero las representaciones sociales de la comunidad probablemente no recibirdn influencias de ellos. En este caso se produce ontogénesis sin sociogénesis, una situacién que es un rasgo caracteristico de la nifiez, dada la escasa influencia que ejer- cen los nifios sobre las representaciones de su comunidad. En ambos casos, la ontogénesis y la sociogénesis son consecuencia de procesos microgenéticos. La microgénesis constituye, por lo tan- to, un verdadero motor para las transformaciones genéticas de las representaciones sociales. 38 Notas 1. Agradecemos a Serge Moscovici su sugerencia respecto de la utiliza- cién de estos términos (obligacién imperativa y contractual) para caracteri- zar esta distincién. 2. Lucien Goldmann sostiene algo parecido cuando sefiala que puede haber informaciones que se comuniquen a grupos 0 individuos sdlo si exis- te una transformacion en sus estructuras sociopsicoldgicas (Goldmann, 1976). 39

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