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EL CONVITE

Aquella aldea era tan pequea que tena exactamente 14 habitantes. Cuando
el forastero lleg todos le miraban con desconfianza. Probablemente aquel
extrao no traera nada bueno.
El nuevo vecino se instal con toda tranquilidad en el lugar. Era muy
respetuoso con todos ellos. A los pocos meses ya haba empezado a entablar
amistades.
Contento en aquel nuevo lugar, el forastero quiso obsequiar a los 14
habitantes a una comida, que consistira en las diferentes especialidades de
los muchos lugares que haba conocido.
Al llegar los invitados, se sentaron en sus mesas y se pusieron a charlar. El
anfitrin observ que cada uno de ellos slo coma del plato que tena al lado
y no se aventuraba a comer ningn otro. En el afn de que todos los
comensales degustaran todos los deliciosos sabores, les sugiri que cada vez
que probaran un plato, el siguiente fuera distinto.
Segn propuso esto, uno de ellos se levant airado hacia la salida
argumentando al anfitrin:
-No puedes obligarme a comer lo que t quieras y, dicho eso, se march
del convite.
Poco despus se abra un pequeo debate, sobre si probar necesariamente
otro plato era o no era una imposicin, un derecho, una provocacin, una
cortesa o un desaire.
En poco tiempo, el incidente qued como ancdota, reinando una buena
relacin con todos los habitantes.
Estuvo el anfitrin poco ms de un ao en aquella pequea plaza. A su
partida recordaba este suceso, reflexionando cmo las personas con las que
haba sentido ms cercana, eran precisamente quienes haban probado, de
muy buena gana, todos los sabores que haba ofrecido.

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