Está en la página 1de 31
LOS CRIMENES yale Y SU GESTION plore cast sy es eka NUL Ler A} Y UNA APROXIMACION ALA JUSTICIA PENAL INTERNACIONAL INDICE caLE0s0N ves OEBATE ‘eso De coLeand STUD PSREZNO) ‘ismacin oe cuenta Aco Pex shsO (SANE LA ALENORO ARCA LRA LUCA © zune acoaRa een os oramecier INTRODUCCION, por Alejandro Garcia 9 ILO 1. COLOMBIA Y SUS GUERRAS ndro Garcia 19 1, Anatomia dela impunidad 19 2, Antropologia del desamparo 27 3. Patologia de la frontera. 34 4 Persuasiény orden 39 §- Ensayando una solucion final 45 6, Deteniendo el tiempo: un ensiyo resilient’ 58 7. Unaguerra global 70 8, {Desactivacién o transformacion? 80 1g, Lavorigine se impone 93 JLO 2. ARGENTINA: CRIMENES DE ESTADO Y MEMORIA Aguila y Laura Luciani 115 Introduceién 5, Una nueva dictadura (1976-1933) 18 jervicio de la represién y los mecanismos disciplinamiento social 12) ray sociedad civil: consensos y resistencias. 129 fransicién (1981-1983): de Videla a Viole 136 6.Aiio 1982: del 30 de marzo a Malvinas 138 7. Elcamino hacia las elecciones 142 8. Los derechos humanos en los aiios de la transicion 143 g-Los organismos de derechos humanos 149 10.De las politicas regresivas a un nuevo ciclo de memorias 151 11. De los indultos a la apertura de nuevas causas judiciales 154 12. Derechos humanos y nuevas politicas de Estado: desde 2003 hasta la actualidad 157 13.A modo de cierre: 25 afios de democracia 159 CAPITULO 3. LA JUSTICIA UNIVERSAL COMO JUSTICIA REPARATIVA POSTCONFLICTO Teresa Vicente 171 1. Elavance de la Justicia Universal en el 4mbito penal 171 2. Justicia Universal y Jurisdiccién Internacional 175 3. Justicia Universal y Jurisdiccién Nacional 181 4. La Jurisdiccién Penal Extraterritorial en Espafia 185 5. Elalcance de la Justicia Universal en los crimenes de la dictadura argentina (1976-1983) 190 6. La Justicia Universal en Estados dominados porla violencia: los crimenes en Colombia 194 CAPITULO 2 ARGENTINA: CRIMENES DE ESTADO Y MEMORIA GABRIELA AGUILA Y LAURA LUCIANI 1. INTRODUCCION El 24. de marzo de 1976, a través de un golpe de Estado, las Fuerzas Armadas argentinas derrocaban al Gobierno constitucional de Isabel Per6n e instauraban la ultima y més sangrienta dictadura militar del siglo XX. Argentina seguia asi el camino de otros paises del Cono Sur latinoamericano regidos por Gobiernos militares: desde 1964. en Brasil, 0 desde 1973 en Uruguay y Chile. Sin embargo, y aunque el golpe de Estado de 1976 no puede escindirse de ese marco regional caracterizado por dictaduras militares de nuevo tipo!, la intervencién de las Fuerzas Armadas en la vida politica argentina no era nueva. Desde 1930 en adelante, el pais fue escenario de al menos un golpe de Estado por década (1930, 1943, 1955. 1962, 1966 y 1976), exhibiendo la debilidad de las instituciones democriticas y la constante presen- cia de los militares en la vida politica nacional. La historia argentina ostenta algunas caracteristicas particu- lares que conviene resefiar: por un lado, un desarrollo capitalista temprano —al menos desde el iiltimo cuarto del siglo XIX— agrario y fuertemente inserto en el mercado mundial, que en el siglo XX adquirié un claro sesgo industrial, ubicando ala economia argen- tina entre las mds desarrolladas del continente latinoamericano. La modernizacién econémica se acompasé con fuertes cambios 15, ABRELA AOULAY LAURA LUDAN! censla estructura social, otorgando preeminencia a los sectores urbanos. La hegemonia de los sectores burgueses agrarios ¢ industria- les se vio confrontada por la ereciente presencia econdmica y social de los sectores medios urbanos y la clase obrera, que fueron prota- {goristas de experiencias politicas y organizativas que consolidaron su presencia en el escenario nacional. En las primeras décadas del siglo XX, el radiealismo (1926-1930) amplié la participacién politi ‘ca de las clases medias y, mas adelante, el peronismo (1945-1955) representé la incorporacién politica y social de los trabajadores, desde aquellos aftos fuertemente asociados con la ideologiay la or- garizaci6n sindical y politica populista?, Gomo deciamos, el papel de las Fuerzas Armadas en la vida politica argentina se convirtié en un rasgo prineipal, tanto como la inestabilidad politica e institucional. La sucesion de golpes de Estado y de débiles Gobiernos democréticos jalonaron la historia argentina a lo largo del siglo XX, en particular a partir del derroca~ ‘miento del Gobierno peronista hacia 1955. Por su parte, el fuerte peso dellos trabajadores en la estructura de clases y su organizacién ccorporativa, los convirti6 en un adversario temible, al punto que se atribuy6 la inestabilidad politica caracteristica del sistema, no s6lo ala debilidad de los sectores dominantes para constituir un orden. cestable, sino también, y especialmente, a la potencialidad de los sectores populares para impedirlo?. Los afos sesenta fueron un momento de cambios significativos enel escenario politieayy social argentino, El proceso de modernira- ign econémica ¢ industrial se amplifies, articulndose un clima de ‘contestacion social generalizado que impregné la vida politica entre los iltimos aiios de la dévada de los sesenta yla primera mitad delos setenta, La situacion en Argentina se correspondié plenamente con ‘uma coyuntura favorable al ascenso de los movimientos revoluciona- rigs y antiimperialistas a nivel mundial, ylatinoamericano en parti cular, donde el mayor impacto lo provor6, sin duda, la Revolucién Gubana de 1959, que actualiz6 en un amplio espectro la posibilidad del cambio revolucionario y socialista, Este ciclo de movilizacién social y politiea que inaugurd el Cordobazo" en 1969, y se extendié hasta mediados de la década de ne ARGEATINA.CRIMENES DE ESTADDY MEMORDA losatios setenta, se desenvolvi6 en dos coyunturas bien diferencia das: los tltimos aftos de una dietadura militar instalada en 1966 y la vuelta del peronismo al poder (2973-1976). ¥ sus notas novedosas se refirieron ala activacion de los sectores obreros, que se dotaba de nuevos contenidos, nuevas direceiones con carécter antiburo- critica y clasista y nuevos métodos de lucha: a la creciente agitacién entre los sectores medios y universitarios y, finalmente, al surgi miento de organizaciones guerrilleras a partir de 1970°. Y esta si- ‘macion es inseparable de la nueva intervencién delos militares en la vida politica hacia mediados de los aftos setenta, en tanto que re~ sultarfa muy difeil explicar el golpe de Estado de 1976 sin este escenario de crisis social y politica previo. En mayo de 1973 se produjo la vuelta del peronismo al poder, transcurridas casi dos décadas de proscripcion. Eliriunfo electoral fue precedidopor una amplia movilizacidn y la instalacion del nuevo Gobierno abrié enormes expectativas entre vastos sectores de la sociedad argentina, Las disputas entre las diversas facciones dentro del peronisme (la derecha, las organizaciones sindicales, la izquier- dda) y el fracaso de la estrategia econémica disefiada en los primeros aflos, se agravaron con la muerte del general Perén hacia 1974 lle- varon a una acelerada derechizacién del Gobierno condueido por su vinda, Maria Estela Martiner.de Perén (més conocida como Isabel). Hacia mediados de los afios setenta, comenz5 a hacerse sentir tuna crisis econdmica creciente, indicativa del cambio en la coyuntura ‘mundial, que se expres6 en elevados indices de inflacin, la desacele~ racién del erevimiento industrial y la caida de los salarios reales. Los intentos del Gobierno de enfrentar la crisis apelando a la retraceion, de los ingresos de los trabajadores, fue eontestado hacia 1975 con una amplia resistencia del movimiento obrero organizado. El creciente deserédito del Gobierno peronista no sé6lo agravé la conflictividad social, en un eontextode debilidad de la oposiciOn politico-partidaria, sino que abrié paso a contactos entre los sectores empresarios y poli- ‘cos ylas Fuerzas Armadas, acrecentando la posibildad de una nueva salida golpista, que se concretaria en los primeros meses de 1976. Los militares actuarian una vez mas como arbitros en las dispu~ {as politicas, en un contexto donde su presencia se habia acrecentado en la denominada lucha “antisubversiva” °, ejecatada en el contexto ny GABRRELAACUILAY LAURALUCAN del Gobierno constitueional peronista, y dirigida en particular contra las organizaciones politico-militares, la inquierda y el activismo sin- ical, que sumé a la accion de grupos parapoliciales como la Alianza Anticomunista Argentina (0 Triple A)” 2, UNA NUEVA DICTADURA (1976- 1983)" lag de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas derrocaban al debilitado Gobierno de Maria Estela Martinex de Perény se iniciaba el autode- nominado Proveso de Reorganizacion Nacional, trigico corolario de tuna sueesiGn de regimenes militares que habian jalonado la historia politica nacional durante més de 40 afios. La Junta Militar, integrada por representantes de las tres armas (Rjército, Marina y Aeronautica) resolvié la caducidad del mandato de la presidente los gobernadores Ae provineias, disolvi6 el Congreso, legislaturas y concejos, dispuso el relevo de la Corte y Tribunales superiores, suspendié Ia actividad politica y gremial y establecié la pena de muerte. En el comunicado 1n?1s¢ establecia que “a partir de la fecha, el pais se eneuentra bajo el control operacional de la junta de Comandantes generales de las Fuerzas Armadas. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento alas disposiciones y directivas que emanen de la autori~ dad militar, de seguridad o policial, asf como extremar el euidado en evitar acciones y actitudes individuales 0 de grupo que puedan exigir la interveneién dréstica del personal en operaciones”, La primera Junta Militar encabezada por el teniente general Jorge Rafael Videla goberns el pais entre 1976 y 1981. Entre 1981 ¥ 1983 se sucedieron otras tres Juntas eneaberadas por generales {el Bjéreito; Eduardo Viola (entre abril y diciembre de 1961), Leo- poldo Fortunato Galtieri (Zesde diciembre de 1981 a junio de 1982) _y Reynaldo Bignone (de junio de 198 hasta diciembre de 1983), evi= ‘denciando que en la dictadura argentina no habia espacio para la per- sonalizacién del poder, como estaba sucediendo en Chile desde 1973, peroasimismo que esta alternancia era l reflejo de las diferencias que dividieron al Gobierno de las Fuerzas Armadas alo largo de esos aos. Sibiena dictadurase extendié entre 1976y 1983, ésta no cons- situy6 un bloque homogénco, pudiendo diferenciarse fases donde el 8 [ARGENTINA CRIMENES DE ESTADO Y MEMORIA accionar represivoy la relacin entre el Gobierno de facto yla socie~ dad fueron cambiantes, En principio, pueden diferenciarse al menos dos ctapas significativas: 1976-1981 y 1981-1983. La primera etapa, aque corresponde al Gobierno encabezado por Videla, estuvo caracte- rizada por un ampli y sistematico aceionar represivo, concentréndo- se la mayor cantidad de detenciones, desapariciones y asesinatos?, Almismo tiempo es el momento que podria sefalarse como de mayor aceptacion del régimen por parte de la sociedad civil. El Gobierno ‘militar representaba para una importante porcién de la sociedad la vuelta al orden, el fin del accionar guervillero y la recuperacion de laeconomia que se combinaria en coyunturas espectficas eon otros «lementos como el nacionalismo, tal como se expres6 contundente~ ‘mente en el conflicto de limites con Chile y durante el Mundial de Fitbol en 1978. Por otra parte cabe sefalar que atin cuando cL régimen militar ostent6 una facetailegal sobre la cual se asenté el accionar represivo,a la ver intent6 legitimarse a través de la institu- cionalizacién y legalidad engarzados en el Estatuto para el Proceso de Reorganizacién Nacional —al cual se supeditaba la Constitu- ‘ci6n—, una bateria de leyes y decretos y una nueva Corte Suprema de Justicia, En este periodo, los cuestionamientos corrieron a cargo de {grupos minoritarios, especialmente los organismos de derechos hhumanos, constituidos previamente o en el marco de la dictadura. Los objetivos basicos del Gobierno militar, enunciados en ‘marzo de 1976, no se alteraron en su esencia sino hasta 1982, cuan- do aun proceso de creciente pérdida de legitimidad se le superpu- sc la erisis desencadenada por la derrota militar en la guerra de Malvinas. La dictadura se desenvolvi6 ast en por lo menos dos periodos claramente delimitados por este acontecimiento. Si en ‘una primera fase los militares habian tenido un importante margen de maniobra para poner en marcha su proyecto econdmico, social y politico, éste comenz6 a erosionarse desde fines de 1980 de la ‘mano del proceso de deterioro econémico, mostrando hacia 1981 ¢! inicio de una nueva fase dominada por una creciente pérdida de legitimidad y diversos cuestionamientos a la politica econémiea, las restricciones a la actividad politica y las violaciones a los dere~ ‘chos humanos que se sumaron, luego del final de la guerra, a las critieas por la derrota militar. Durante los dos wltimos anos de la ng (ABRELA AGUILAY LAURALUGAN. dictadura (1982-1983), el Gobierno ingresé en un periodo conflic- tivo sefialado por una crisis en miiltiples niveles y una ascendente movilizacién gociel y politica que-culminé en clllamamicnto aclec- ciones a finales de 1983. Elgolpe de Estado de marzo de 1976 pareci6 asimilarse a una de las eiclicas interrupeiones al orden constitucional que se verifi- caban en el pats desde 1930. Sin embargo, pronto se hizo evidente que las Fuerzas Armadas se habian fijado objetivos més ambicio 408, asumiendo integralmente el control del Estado con el propési- to de reestructurar el ordenamiento econémico, social y politico vigente en las dltimas décadas. La intensa movilizacién social que habia caracterizado el periodo previo, la erisis de las instituciones liberal-democréticas y su incapacidad para eneawarla, junto con el agotamiento del ‘modelo econémico de matriz populista, sustentaron la pretension de refundar el orden existente, expresindose en un proyecto—cuya aplicacin no estuvo exenta de contradieciones— que contemplaba Ja implementacién de un nuevo modelo econémico (que garantivara Ja recomposicion del capital y su reinsercin en las nuevas con- diciones de funcionamiento del capitalismo a nivel mundial, favoreciendo a los grupos econémicos mas coneentrados), la reor- ganizacion del funeionamiento del Estado, limaitando sus aristas interventoras y reguladoras en el plano econémico y. en particular, ‘una drastica reduceién del fuerte peso que habian adquirido los tra- bbajadores dentro y fuera del ambito laboral. Los militares buscaron, asimismo, transformar el sistema politico imperante, eliminando los mecanismos representativos y restringiendo la centralidad de las organizaciones partidarias y, sobre todo, desactivar y erradicar la intensa movilizacién social y politica, de earécter insurreccional 0 no, que habia denotado el ciclo abierto hacia. 1969. Un proyecto de transformacion estructural como el que pos- tulaban los militares y sus ideélogos requeria, en primer lugar, del restablecimiento del orden. Este aspecto —asociado en forma pre dominante al ¢jercicio del terror social y politico adquiere un caracter sustantivo, en tanto se erigié en requisito y acompaié el despliegue de los objetivos contenidos en el proyecto militar: la reformulacién del modelo de acumulacién y desarrollo, la resolucién, 130 ARGENTINA CIMENES DE ESTADDY MEMORIA de la crisis de dominacién burguesa, el establecimiento de un orden politico autoritarioy estable, el diserio de una sociedad disciplinada, ‘desmovilizada y frazmentada, En este sentido. el ejercicio de la vio- Jentia devino conststancial como condicién fundantey preliminar— al proyecto més integral disenado e implementado por las Fuerzas Armadas. En dicho diagnéstico, la movilizacion social y politica que se habia inerementado notablemente en los primeros afios dela déca~ dadelossetenta debia ser clausurada. través de la implementacion de soluciones drésticas y definitivas. Esgrimiendo como objetivo central la derrota de la “subversion” —un rotulo utilizado para agrupar a quienes fueron caracterizados como “enemigos” del sis- tema~y sitnandose como la encarnacién de la “esencia nacional” ‘cuya misién era “curar” a.una sociedad en peligro de disgregacion, las Fuerzas Armadas desplegaron una vasta estrategia represiva presenténdola en el marco de un combate de cardeter estrietamen- te bélico: la intervencién militar en la “guerra” contra la “subver- sin” se erigié en objetivo y, a la ver, en uno de los principales argumentos de legitimacion del régimen. En este sentido, interesa sefialar que el eontexto que precedié alainstalacién delrégimen dificilmente puede ser presentado como ‘una guerra, lo quenos lleva a descartar las justificaciones provistas por las Fuerzas Armadas en torno a la llamada “guerra sucia’. Lo succdido en la Argentina a partir de 1975-1976 no fue un enfrenta to entre Ejérvitos beligerantes y tarmpoco se caracteriz6 como una “guerra civil”), sino como el despliegue de una brutal represién, ~implementada y encarnada por un Esiado que monopolizaba el ejercicio de la violencia— sobre grupos politico-militares que ha- bia perdido hacia 1976 gran parte de su capacidad operativa 3. ELEJERCICIO DE LA REPRESION Y LOS MECANISMOS DE DISCIPLINAMIENTO SOCIAL Si bien el accionar represivo se habia iniciado bastante antes del golpe de Estado, tolerado y amparado por el Gobierno constitucio~ na yligado a la actuaei6n de las bandas parapoliciales enlos medios

También podría gustarte