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Deen ALBERTO BERCOVITZ RODRIGUEZ-CANO ICM tReet omen CIA NTKo st et ity ANTONIO CASTAN PéRez-GOMEZ Marcelino Curett AGUILA Be ion tehe tens elges no JUAN MANUEL FERNANDEZ LOPEZ IGNACIO DE MEDRANO CABALLERO Ponti onc ante Aenea CAPITULO VI LAS ENTIDADES DE GESTION DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL(*) 293. La frecuente dificultad de la relacién directa entre el autor y el explotante Constituye el principio esencial y la base de todo el sistema de la propiedad intelectual la atribucién al autor de un «derecho moral», en virtud del cual nadie sino él mismo puede decidir si su obra va a ser o no publicada, por quién, como y en qué condiciones econdmicas. Quiere decirse que el autor, como consecuencia de ese derecho moral que pro- clama su soberania sobre su creacion, tiene un «derecho exchisivon a explotar la obra. Es el tinico facultado para explotarla. Lo que sucede es que el autor puede decidir no llevar a cabo él mismo esa explotacidn, sino confidrsela a otro, empresario o explotante, Pero cualquiera que reproduzca, ejecute, multiplique, difunda o utilice una obra protegida, tiene que poseer para ello el consentimiento y la autorizacion del autor, sin los que su actuacién sera ilicita e incluso delictiva Ahora bien, el intenso trafico de ideas, pensamientos, concepciones, productos intelectuales y creaciones artisticas que se desarrolla en el mundo entero esta hoy servido por unos medios técnicos de difusion y multiplicacién que desbordan ya todas las posibilidades practicas de que el autor controle y pueda autorizar la utilizacion de su obra en los mas variados sectores, por los publicos mas heterogéneos y a través de los més diversos paises, No existe medio ni posibilidad de que el autor conozea siquiera que su obra se est ejecutando en todos los casos en que puede verse for- mando parte de repertorios, 0 de emisiones, 0 esté siendo objeto de reproduccién en el mas remoto lugar del mundo; cémo ni_por quién; hi dé“que préste su consentimiento individualizado ante cada acto de utilizacién. Y esta situacién se produce ya en relacién con cualquier clase de obras. Desde luego, en las obras musicales. Pero, por razon del medio empleado, por ejemplo, para su transmisién por television, en el mismo caso se encuentran la reproduccién y difusion de obras literarias y artisti- cas; a veces, la exhibicion de obras cinematograficas 0 audiovisuales € (9) Por Antonio Detcano Porras. 1046 PARTE III. EL DERECHO POSITIVO ESPANOL SOBRE PROPIEDAD INTELECTUAL incluso teatrales. Yno se diga nada de las adaptaciones, transformacios nes, imitaciones, etc. El dispositive técnico que hoy est en la base de le utilizacion masiva e incontrolable de las creaciones intelectuales hace’ gue muchas veces el propio explotador de buena fe de la obra se veq obligado por esta situacion a prescindir de toda previa autorizacion del | autor; cuando no toma esa actitud de un modo consciente y voluntario»’ Y algo andlogo acontece con las actuaciones de los artistas intérpretes o- ¢jecutantes, los fonogramas, las grabaciones audiovisuales, las simples fotografias y cualquiera de las demas prestaciones protegidas por dere. chos afines de caracter exclusivo. j Todo ello dificulta en muchos casos y en otros imposibilita la deci- sin individualizada del titular para que su obra o prestacion se repro- duzca y explote y hace imposible también la percepcién individualizada de derechos o retribuciones, especialmente de aquellas que se devengan por la realizacion de explotaciones de obras o prestaciones no cubiertas por derechos exclusivos sino por uno cualquiera de los denominados «derechos de remuneracién equitativa», cada vez mas numerosos y que s6lo cabe recaudar en forma global (1101). 294. Funcién y caracter de las «entidades de gestién» Ante esta situacién, empieza a generalizarse la idea —que es una realidad evidente en la practica~ de que resulta necesario incorporar 4 la propiedad intelectual un sistema de gestion colectiva que, sin anular ni sustituir el consentimiento del autor y demas titulares de derechos afines, antes al contrario, contando con él, permita a uno y otros el ejercicio eficaz de sus respectivos derechos, adaptado a las circunstancias y deferido a la colaboracién de entidades dedicadas a la gestion de sus intereses ante terceros. Esta es la razon de ser de la existencia de las que nuestra Ley regula en el Titulo IV del Libro Ill (arts. 132 a 144 de la Ley de 1987 y arts, 147 a 158 del texto refundido vigente) y denomina «entidades de gestiin», que son asociaciones sin animo de lucro, constituidas legalmente y auto- (1101) Vid. Antonio Detcapo Porras, meno se justifica ~indica este autor- por- La gestién colectiva de los Derechos de Autor, que «las obras son susceptibles de un goce en «Estudios de Derecho Industrial», Libro plural, simultaneo y ubicuo, cada vez mas editado por AIPPI, Madrid, 1992, pags. 195 Generalizado por el desarrollo tecnolégico ‘ehala este autor, en un trabajo com- de los medios de reproduccién»; con lo pletisimo y documentado que supone el que se plantea al autor el problema de Pleno conocimiento de la materia, que «Paradéjicamente, la observacién histérica del nacimiento del derecho de autor y de su evolucién hasta nuestros dias revelan, como una constante, la presencia de un ¢jercicio colectivo del mismo cada vez mas extensivo y comprensivo de un mayor m mero de tipos de explotacién». Este fend- «cémo conseguir el control de la utiliza cién de sus obras, imposible de alcanzar in- dividualmente en toda circunstancia»; que es lo que justifica y ha hecho nacer la «ges- tion colectiva», cuyas caracteristicas y regu- lacién en el Derecho espanol expone di- cho autor de una manera completa y precisa Tit. V-PROTECCION DE LOS DERECHOS 1047 rizadas por el Ministerio de Cultura, a las que, segtin el articulo 147 de la Ley, les corresponde «dedicarse, en nombre propio o ajeno a la ges- tion de derechos de explotacién u otros de caracter patrimonial, por cuenta y en interés de varios autores u otros titulares de derechos de propiedad intelectual», ejerciendo aquellos confiados a su gestion. Los aspectos mas importantes de la regulacion de las entidades de gestion, son los siguientes: A) NATURALEZA YCOMPOSICION 1. La Ley concibe a estas Entidades de gestion como asociaciones que no persiguen lucro. No habran de ser, por tanto, sociedades civiles ni mercantiles (1102). Quizas la prohibicién de adoptar dichos tipos societarios (admiti- dos, sin embargo, en otras legislaciones europeas) sea debida al propo- sito de nuestro legislador de llevar a sus tiltimas consecuencias la especifi- cidad que caracteriza el modo en el que, wadicionalmente, estas organizaciones cumplimentan su funcion. Nos referimos a la fase final con la que ellas concluyen su actividad recaudatoria, es decir, a la del vreparton, entre los titulares de los derechos administrados, de las cantidz des percibidas por la entidad de los usuarios del repertorio (de obras © prestaciones) gestionado. En dicha operacién, la cantidad que se acre- dita a cada titular-miembro no tiene por causa la «aportacién» de uno 0 varios derechos (relativos a una 0 varias obras 0 prestaciones) al fondo social comin, sino el hecho de que la obra o prestacién de la titularidad de aquél ha sido efectivamente explotada en alguna de las formas cubi tas por el derecho confiado por tal titular a la gestion de la entidad (ver art. 154.2) 2. La Ley (art. 147) las define como entidades legalmente consti- tuidas que tienen la finalidad de dedicarse «en nombre propio o ajeno, a la gestion de derechos de explotacién u otros de caracter patrimonial, por cuenta y en interés de varios autores u otros titulares de derechos de propiedad intelectual». Y para su funcionamiento como tales, 0 sea, «con los derechos y obligaciones» que en el Titulo VI del Libro III de dicha Ley se establecen (art. 147) precisan de la previa autorizacién del Ministerio de Cuttura;-que’se-publica-enel Boletin: Oficial-del- Estado Los mencionados «derechos» que, curiosamente, la Ley (vid. art. 157.4) atribuye a las mencionadas organizaciones como si de obligaciones 0 cargas se tratase) no van més alla de la legitimacién prevista en su ar- ticullo 150 [del que nos ocuparemos en el siguiente apartado letra B)] y del ejercicio de los «derechos @ una remuneracién equitativa» configurados (103) Vid. A. Drucano Porras, La regu- de la obra_que recoge las Ponencias al 1 lactén espartola de la gestion colectiva de los de Congreso Tberoamericano de Propiedad yechos de autor y derechos conexos, en el vol. II Intelectual, pags. 648 y ss 1048 PARTE II, EL DERECHO POSITIVO ESPANOL SOBRE PROPIEDAD INTELECTUAL en ella expresamente con ese caracter [vid. arts. 24; 25.4 b)]; 32.1 —pa- rrafo 2.°—; 37.2 y 3; 90.2 —parr. 2 90.3-7; 108.3,4,5 y 6; 109.3.2.9; 116.2 y 122.2) y del «derecho de autorizar la distribucién por cable». Este vitime derecho transpuesto por la Ley 28/1995 de la Directiva 93/1983, come: tal derecho exclusivo, sdlo corresponde: a) a los autores [vid. arts. 20.1; fy 4) y sus derechohabientes -comprendidos en ellos los productores de obras audiovisuales (vid. arts. 88 y 89)—-; y b), a los mencionados pro- ductores en su calidad de productores de grabaciones audiovisuales (vid. ar 120 y 122.1) 3. La referida autorizacién forma parte del sistema de vigilancia y control de las referidas organizaciones que ha sido elegido por el legisla. dor espafiol de entre los existentes en Europa. Su inspiracién en la le alemana sobre las sociedades de explotacion (Verwertungsgesellschah tengesetz) —de 9 de septiembre de 1965, modificada por la de 23 de junio de 1970- es sobradamente manifiesta. Como observa P. Katzennercrr(1103), dicho sistema no persigue tini- camente constituir al 6rgano de control (Ministerio de Cultura, en nues. tro caso) en «impedimento eventualmente preventivo del abuso de mo. nopolio» de esta clase de «empresas» (tal como se califican en el Derecho sobre la competencia), sino que igualmente apunta mas bien a los siguientes fines: a) el de «la salvaguardia de una gestion efectiva de los derechos, tanto en el interés de los titulares como en el de los usua- rios» de las obras concernidas; b) el de garantizar Ia fiabilidad e idonei- dad de las personas que leven la direccién de las entidades (objetivo que no ha tenido eco en la normativa espafiola); y c), en ciertos casos (como ocurre en nuestra normativa: vid. art. 148), ¢l de propiciar 0 garantizar una posicion monopolistica a una o varias organizaciones na- cionales, fin éste que, desde la introduccién del sistema aqui descrito en las legislaciones europeas (y entre ellas, la de nuestra Ley de 1987), corresponde, en la opinién de dicho autor, a una demanda legitima, siempre que (afadimos por nuestra parte) tal posicién favorezca (coma histéricamente viene aconteciendo) una gestion eficaz y economica- mente sostenible de los derechos, organizada bajo el conocido principio de «legitimacién por el control». 4. A nuestro juicio, la obligacién de la organizacion administra- dora, de obtener la autorizacién administrativa de funcionamiento como requisito sine gua non para el ejercicio de la gestion, esta incardinada en un régimen bastante flexible. En primer término, porque dicha norma- tiva no excluye de manera absoluta (con una prohibicién expresa) la (1103) Vid. Paul Katzensercer, Les di- Staaten», publicado con otros en el libro vers systémes du droit de contréle, traduccién al francés por Carine Doutrelepont del tra- bajo «Die verschiedenen Systeme des Auf- sichtsrechts diber die kollective Verwertung von Urheberrechten in den europaischen «Die Verwertung von Urheberrechten in Europa», Helbing & Lichtenhanhn-Bru- ylant-Carl Heymanns Verlag, Basilea, 1995, pag. 26. ‘Tir. V.-PROTECCION DE LOS DERECHOS: 1049 administraci6n colectiva de cualesquiera derechos de propiedad intelec- tual bajo otras formas societarias y sin la mencionada autorizacién —siem- pre que, como es légico, no se trate de los derechos de «gestion colectiva obligatoria» (es decir, los de remuneracién equitativa creados ex lege y el exclusivo de «distribucién por cable»: art. 157.4)-. Naturalmente, dicha administracién no llevar aparejado el goce de los «derechos» ni el some- timiento a las «obligaciones» previstas en el Titulo VI del Libro IIL. En segundo lugar, la autorizacién administrativa tampoco comporta de iure la atribucion a la entidad autorizada de una exclusiva para el territorio nacional de la gestion de ninguna clase de obras © prestaciones ni de derechos (incluidos los que se acaban de mencionar). En consecuencia, el sistema descrito no parece afectar a las libertades de establecimiento ni de prestacion de servicios de las organizaciones de gestion colectiva establecidas en los demas Estados miembros de la Union Europea. 5. Las referidas entidades estan integradas por los titulares de los derechos comprendidos en su gestion que conforme a sus estatutos ha- yan obtenido la condicion de socios (art. 151.3 y 4) y por los titulares de tales derechos que, sin reunir esa condicién, hayan confiado dicha ges- tion a la entidad de que se trate, bien contractualmente (arts. 152 y 153.1), bien en virtud de disposicion legal [arts. 20.4 b), 25.8, 37.2 —parr. segundo-, 90.4 y 157.4]. B) OTORGAMIENTO Y REVOCACION DE LA AUTORIZACION ADMINISTRATIVA DE FUNCIONAMIENTO. 1. Para obtener la autorizaci6n administrativa exigible y acceder al particular estatuto de entidad de gestion (regulado en los arts. 147 a 158), estas organizaciones deberan cumplir, como condiciones esencia- les, las siguientes: a) que sus Estatutos se ajusten a las disposiciones de Ja ley [art. 148.1 a); b)] que de los datos aportados y de la informacion practicada se desprenda que la entidad solicitante retine las condiciones necesarias para asegurar la eficaz administracion cuya gestion le va a ser encomendada en todo el territorio nacional [ver el art. 148.1 6) y la Sentencia del Tribunal Constitucional nam. 196/1997, de 13 de noviem- bre]; c) y que la autorizacion favorezca los intereses generales de la pro- teccién de la propiedad intelectual en Espafia [art. 148.1 c)]; debiendo _——-tenerse—-particularmente>-en-cuenta-paravalorarta concurrencia-de-es-- tas condiciones el ntimero de titulares de derechos que se hayan compro- metido a confiarle la gestion de los mismos en caso de que sea autori- zada, el volumen de usuarios potenciales de su repertorio, la idoneidad de sus Estatutos y la de sus medios (personales, econémicos y técnicos) para el cumplimiento de su gestién, tanto en el territorio espafiol como En el extranjero, y, en su caso, el informe (relativo a dicha idoneidad) de las entidades de gestion ya autorizadas (art. 148.2). 2. El Ministerio de Cultura puede revocar la autorizacién conce- 1050 PARTE II. EL DERECHO POSITIVO ESPANOL SOBRE PROPIEDAD INTELECTUAL dida si sobreviniera o se pusiere de manifiesto algtin hecho que pudiera haber originado la denegacién de la autorizacion, o si la entidad incum. pliera gravemente las obligaciones que se le atribuyen, previo apercibi. miento del propio Ministerio que fijara un plazo no inferior a tres meses para la subsanacion o correccién de los hechos de que se trate; produ. ciendo sus efectos la revocacién a los tres meses de su publicacién en el Boletin Oficial del Estado (art. 149). C) _LeGrrimactON DE LAS ENTIDADES AUTORIZADAS PARA EJERCER LOS DERECHOS ADMINISTRADOS 1. El articulo 135 de la Ley de 1987 establecié que «las entidades de gestion, una vez autorizadas, estaran legitimadas para ejercer los dere- chos confiados a su gestion y hacerlos valer en toda clase de procedi- mientos administrativos 0 judiciales». A dicho articulo, el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, le afiadié un parrafo mas cuyo contenido era del siguiente tenor: «A los efectos establecidos en el articulo 503 de la Ley de Enjuiciamiento civil (vigente a la saz6n], la entidad de gestién estara obligada a aportar al proceso copia de sus estatutos, asi como certificacién acreditativa de su autorizacion administrativa. El demandado podré oponer exclusivamente, acreditandolo debidamente, la falta de representacién de la actora, la autorizacion del titular del derecho exclusivo 0 el pago de la remunera- cién correspondiente». La disposicién final 2.°4 de Ia Ley de Enjuicia- miento civil, de 7 de enero de 2000, (en adelante, LEC) dejo redactado tal parrafo en los términos que siguen: «Para acreditar dicha legitima- ci6n, la entidad de gestién tinicamente debera aportar al inicio del pro- ceso copia de sus estatutos y certificacion acreditativa de su autorizacién adminis- trativa. El demandado sélo podra fundar su oposicion en la falta de representacion de la actora, la autorizacién del titular del derecho exclusivo 0 el pago de la remuneracién correspondiente». Para nosotros, dicho parrafo (en sus dos versiones) podria haberse excusado, por las razones que a continuacién exponemos. La primera de ellas la justificamos en que nos parece muy claro que el mencionado deber de «aportar al inicio del proceso copia de sus estatu- tos y certificacién acreditativa de su autorizaci6n administrativa» no es mas que una reiteracién, en concreto, de disposiciones procesales de aplicacién mas amplia (vid. arts, 264.2." y 265.1.1.2 LCE), entre las que no falta alguna a la que la letra del primer inciso del parrafo segundo del mencionado articulo 150 (especialmente sus palabras iniciales «para acreditar dicha legitimacién, la entidad de gestién tinicamente debera aportar...») puede hacer inaplicable (como es el caso del articulo 265.2 LCE). La segunda de ellas se refiere a las primeras palabras de la frase inicial del segundo inciso del referido parrafo: «El demandado sélo podré TIT. V-PROTECCION DE LOS DERECHOS 1051 furdar su oposiciin...». Porque, independientemente de no expresar el inciso con la suficiente claridad en gué consiste tanto la mencionada falta de representacion —(una vez que hayan sido aportados los estatutos y la see acién de la autoridad de control, de cuyos documentos ce inimagi- nable que no resulten acreditados los derechos gestionados por la ac- subrayadas al principio, por cuanto parecen una restriccion imtinnetis (uid. art. 24.1 de Ja Constitucion espaiiola) al derecho de delennr nel demandado (vid. 8S. de la Sala 3.1 del TS de 9 10 de febrero de 2000). En nuestra opinién, cabria una interpretacion favor legis, ya que no bay base en las actas de los Cuerpos Colegisladores para sectener que su intencién, al aprobar el texto de la mencionada disposicion tansitoria, fuese la de tasar los medios de defensa del usuario llevado a pleito por una entidad de gestion en defensa de su repertorio. Al contrario, Ie palabras en cuestin solo cabe entenderlas como una indicacion del le. gislador a los usuarios que se encuentren en ese trance de In posibilidad, entre otras, de oponerse a la legitimacién presunta de la entidad de gestion por cualesquiera de lo tres medios mencionados en el parrafo segundo del articulo 150 del texto refundido vigente, a los que hos he. mos referido en el anterior parrafo cuarto del presente 2. Nos encontramos, por tanto, ante una legitimacion «excepcio- nal», que se ejerce «por categorias de derechos» («exclusivoss «de remuneraci6n ex lege») y que esta basada tinicamente en la «autorizacion administrativa» y en los eestatutos» de cada entidad de ges obras ni prestaciones determinadas ni sus respectivos titulares). Teniendo en cuehinie expre- fado en el parrafo 1, quizas seria oportuno (como se ha hecho en eras legislaciones nacionales) completar los Preceptos mencionados con otro que obligase a la entidad de gestion a poner a disposicién de cualquiera Go Sus Usuarios, para su consulta en el domicilio de ella o en cualquiera de sus delegaciones territoriales, el repertorio de sus obras tal come la esté utilizando para sus operaciones de reparto 3. La doctrina del Tribunal Supremo (SS. de 29 de octubre de 1052 PARTE Ill. EL DERECHO POSITIVO ESPANOL SOBRE PROPIEDAD INTELECTUAL. 1999; 18 de octubre y 18 de diciembre de 2001; 15 de julio, 24 de sepy § tiembre, 15 de octubre y 2 de diciembre de 2002; 81 de enero y 10 daft mayo de 2008; 24 de noviembre y 12 de diciembre de 2006; y 16 de abiie y 8 de junio de 2007) sobre la referida legitimacién puede resumirse-eny la forma siguiente: a) Que la expresién «derechos confiados a su gestion» (del ane) 150.1) puesta en relacién con la de «en los términos que resulten de sca! estatutos» (art. citado), «se refiere a aquellos derechos cuya gestion (2! genere constituye, de acuerdo con los estatutos, el objeto de actuacion de la entidad de gestion, no a los concretos derechos individuales que, mediante contratos con los titulares de los mismos o acuerdos con otra, organizaciones de idéntica finalidad, les hayan sido encomendados parg. | su gestién» (SS. 880 y 881/1999, de 29 de octubre de 1999). ‘g b) Que de esa manera, «se atribuye asi a la entidad X legitimacién para la defensa en juicio de los derechos a que se extiende su actividad;> [pues] entender, como hace la sentencia recurrida, que es necesaria 1A. acreditacin documental [...] de la relaci6n contractual establecida entrée la entidad X con cada uno de los titulares del derecho de comunicacién’. publica o de los acuerdos con otras entidades de idéntica funcion ges) tora, hace ineficaz, respecto de esta modalidad de derechos de autor el sistema de proteccion establecido en la Ley [de Propiedad Intelectual de 1987], al no alcanzar la asi dispensada los caracteres de real, concret y efectiva (mencionados en su Preémbulo) que el texto legal propugna, resultando defraudados los intereses generales en la proteccién de 14 propiedad intelectual que justifica la concesién de autorizacion adminis. trativa a las entidades de gestién [articulo 133.1 c) hoy art. 148 c), del texto refundido (sentencias citadas) |». c) Que, en sentencias de 18 de octubre y 18 de diciembre de 2001, planteadas sobre el derecho de remuneracién ex lege del autor por la exhibicién publica de obras cinematograficas, configurado en el texto. refundido como de gesti6n colectiva obligatoria, dicho Tribunal afiadio a sus citados argumentos que esa legitimacién «no seria solamente [una legitimacién] presunta, sino en realidad una legitimacién propia en cuanto inherente a su finalidad estatutaria>. Sin perjuicio de lo expresado en el parrafo anterior, entendemos que, del parrafo segundo del actual articulo 150 [copiado en el parrafo primero del nuimero 1 de la presente letra C)], parece desprenderse con claridad el carcter presuntivo de la mencionada legitimaci6n, por cuanto sus efectos s6lo se despliegan en caso de ausencia de prueba, por parte del demandado, de la autorizacién del. titular o titulares de las obras prestaciones explotadas (cuando se trate de derechos exclusivos) 0 del pago del derecho de remuneracién (cn la hipotesis de una recla- macién por un derecho de esa clase), En este sentido, la Sala 1.3 (en Pleno) del Alto Tribunal, en su Sentencia ntim. 428, de 16 de abril de THT. V.~PROTEGCION DE LOS DERECHOS 1053 2007 (RJ 2007, 3780), pudo decir, en primer término, que «no existia roblema al respecto [en lo que concernia a la legitimacién de la enti- dad de gestién actora] porque [...] acredité la autorizacién administra- tiva como entidad de gestion [...] y aport6 copia de los estatutos de los que resulta su legitimacién propia para actuar respecto de aquellos derechos cuya gestion in genere constituye el objeto de su actividad, lo jue es suficiente prima facie, sin necesidad de acreditar las autorizaciones individuales de los titulares de los derechos [...]»; afiadiendo dicha Sala en segundo lugar y para concluir que «el reconocimiento juridico de la entidad de gestion crea una presuncion iuris tantum de que tiene atri buida la representaci6n de los titulares de derechos para que se le auto- riz6 [...] de tal modo que quien pretenda que otra entidad tiene igual o een representacién debe probarla». D) Contenwo vr sus Estatutos 1, Los Estatutos de estas entidades, segtin la Ley (art. 151.1), de- ben hacer constar la denominacién de la entidad, que no debera ser idéntica ni podra inducir a confusién con la de otras entidades, por la semejanza de las denominaciones de ambas. Debe especificarse también el objeto o fines de la entidad, que no podra dedicar su actividad fuera del ambito de los derechos de propiedad intelectual (art. 151.2). 2. Figuraran también en los Estatutos: a) Las clases de titulares de derechos comprendidos en la gestion y, en su caso, sus distintas categorias a efectos de su participacion en la administracion de la entidad (art. 151.3); las condiciones para la adqui: cién y pérdida de la cualidad de socio (art. 151.4). Los socios deberan ser titulares de los derechos que gestione la entidad y su niimero no podra ser inferior a 10 (art. idem). Sin embargo, los titulares de los dere- chos no estan obligados a ser socios, si no lo desean (art. 152). b) Figurardn igualmente en los Estatutos los derechos de los socios y, en particular, el régimen de voto que podra establecerse teniendo en cuenta criterios de ponderacién que limiten razonablemente el voto plu- ral, que en materia relativa a sanciones de exclusion de socios, sera iguali- tario (art. 151.5). Haran constar también en dichos Estatutos los deberes _de los socios y su régimen disciplinario (art. 151.6). ) En los Estatutos se especificaran los'érganos de gobierno y re- presentacién de la entidad y sus normas de funcionamiento, no pu- diendo adoptarse acuerdos que no figuren en el orden del dia de la sesion en que se adopten (art. 151.7). d) Incluiran también los Estatutos el procedimiento de eleccion de los socios administradores ee 151.8), el patrimonio inicial y los re- cursos econémicos previstos (art. 151.9), asi como el régimen de ‘control de la gestion econémica y financiera de la entidad (art. 151.11) 1054 PARTE M11, FI. DERECHO POSITIVO ESPANOL SOBRE PROPIEDAD INTELECTUAL €) Como aspecto especialmente importante se determinaran ‘en los Estatutos las reglas a que han de someterse los sistemas de reparto”. de la recaudacién (art. 151.10) y el destino del patrimonio resultante en. caso de liquidacién de la Entidad, que, en ningun caso, podra ser objeto _ de reparto entre los socios (art. 151.12). E) —NORMAS SOBRE LA GESTION DE ESTAS ENTIDADES 1. La gestion de los derechos sera encomendada a la Entidad por) los titulares mediante contrato cuya duracién no podra ser superior a | cinco aiios indefinidamente renovables, sin que pueda imponerse como obligatoria la gestion de todas las modalidades de explotacién, ni la tota- lidad de Ja obra o produccién futura (art. 153.1) -todo ello como conse- cuencia del articulo 43.3 de la ley-. Y en los Estatutos deberan figurar las adecuadas disposiciones para asegurar una gestién libre de influen- cias de los usuarios de su repertorio y para evitar una injusta utilizacién preferencial de sus obras (art. 153.2) —evitando, particularmente, las practicas de manipulacién y de comercializacién del potencial de utiliza | cin de las obras; ver Decision de la Comisién Europea, de 4 de diciem- ~ bre de 1981 (IV-29.971)—(1104). 2. La ley impone‘a estas entidades la obligacién de aceptar la admi- nistracién que le sea encomendada por los titulares de derechos y de realizarla de acuerdo con sus estatutos y demas normas aplicables al efecto (art. 152). Entre esas normas se cuentan las referentes al reparto de los derechos recaudados, que se hara de modo equitativo entre los titulares de las obras o producciones utilizadas, con arreglo a un sistema redeterminado en los Estatutos y que excluya la arbitrariedad (art. 154.1), debiendo reservar a dichos titulares una participacion en los de- rechos recaudados proporcional a Ia utilizacién de sus obras (art. 154.2). 3, También se les imponen las obligaciones de promover, directa 0 indirectamente, actividades o servicios de caracter asistencial en benefi- cio de sus socios, y de atender actividades de formacién y promocién de autores y artistas intérpretes o ejecutantes (art. 155.1). A las actividades y servicios mencionados deben dedicar, por partes iguales, el porcentaje de la remuneracion compensatoria por «copia privada» previsto en el articulo 2 de la ley (art. 155.2). El RD de 27 de noviembre de 1992 fij6 dicho porcentaje en el 20%. 4. Contiene también la ley normas de transparencia en relacién con su actividad gestora, tales como las relativas a: sobre la confeccidn del balance y de la memoria anuales (art. 156), declarando ademas las obligaciones que han de cumplir las entidades de gestion, entre las que (1104) Vid. "A. Deucapo, su Comentario Civil y Compilaciones Forales», dirigidos atarifculo 138.2 (hoy 158) dé la Le de Propie. por Manuel Atsanatsio y Silvia Diaz Als dad Intelectual, en «Comentarios al Codigo fart, Edersa, Madrid, 1995, pags. 946-955. TIT, V-PROTECCION DE LOS DERECHOS 1055 destacan [art. 157.1 a)] la de contratar con quien lo solicite, salvo motivo justificado, la concesién de autorizaciones no exclusivas de los derechos gestionados, en condiciones razonables(1105) y bajo remuneraci6n, esta- bleciendo tarifas generales que determinen la remuneraci6n exigida por la utilizacién de su repertorio, con reducciones para las entidades cultu- rales que carezcan de finalidad lucrativa. Estas entidades habran de cele- br r contratos generales con asociaciones de usuarios de su repertorio siempre que aquéllos lo soliciten y sean representativas del sector corres- pondiente [art. 157.1 b)]; y se determinara que mientras las partes no leguen a un acuerdo, la autorizaci6n correspondiente se entendera con- cedida si el solicitante hace efectiva bajo reserva o consigna judiciz mente la cantidad exigida en las tarifas generales (art. 157.2). Estas obligaciones no seran de aplicacion en la gestion de derechos relativos a las obras literarias, dramaticas, dramatico-musicales, coreogra- ficas o de pantomima, ni respecto a la utilizacion singular de una o varias obras de cualquier clase que requiera la autorizacién individualizada de su titular (art. 157.3). 5, Para la solucion de los conflictos que pueda suscitar la contrata- (1105) El articulo 157.1 a) del texto re- fundido obliga a las entidades a que sus au- lorizaciones las otorguen bajo «condiciones razonables». Esta disposicion s6lo alcanza: (i), a la gestion de «derechos exclusivos», no a los de «remuneracién equitativan, salvo disposicién expresa de la ley [vid. arts. 20.4 a), 90.2,3 y 4, 108.3,4,5, 109.3.2.%, 116.2, 122.2 y 157.4] y aplicando las reglas del mencionado articulo 157 en lo perti- nente; y (ii), a las licencias en cuya conce- sion actie la organizacién en la forma de gestion completa» (sustituyendo plenamente al titular administrado por ellas) y con refe- rencia al «repertorio» de obras o prestacio- nes que la entidad administre tanto en el presente como en el futuro (licencias en blanco) -lo que, normaimente, no acontece con las hipotesis contempladas en el art. 157.3 del texto refundido, en las que se re- uiere «la autorizacién individualizada de bida por Ia difusin por television de obras musicales protegidas [...] aplica a las cade- nas de televisién privadas un sistema de ta- rifas segiin el cual los importes de dichas tarifas corresponden a una parte de los in- gresos de esas cadenas, siempre que dicha parte sea globalmente proporcional a la cantidad de obras musicales [...] realmente emitida 0 que pueda emitirse y salvo otro método que permita identificar y cuantifi- car de forma mas precisa la utilizacion de dichas obras ast como Ia audiencia, sin que por ello. aumenten —desproporcionada- mente los gastos a que da lugar la gestion die los contratos y el control de ta utiliza- cién de dichas obras» (declaracién 1). Y como otro ejemplo de tarifa no razonable puede aducirse la que se describe en la misma sentencia (declaracién 2) en los si- suientes términos: «[...] al calcular las tari- Su titulars—. Como un ejemplo de tarifa ra zonable aplicada a una de esas licencias po- demos citar (entre otras) la contemplada en la sentencia de 11 de diciembre de 2008 del TICE (asunto C-52/2007) en la que se declaré que «una entidad de gestion colec- tiva de derechos de propiedad intelectual, que tiene una posicién dominante en una parte sustancial del mercado comin, no explota de forma abusiva dicha posicion [sancionada por el art. 82 del TCCE] cuando, en concepto de remuneracién de- fas_percibidas en concepto de remunera- Gian debidae por Te TacieeMasron de Oras musicales «de modo diferente segtin se trate de sociedades de television privadas 0 de sociedades de servicio puiblico, una enti dad de gestién colectiva [...] puede explo- tar en forma abusiva su posicién domi- nante a efectos» del articulo 82 TJCE «cuando aplica a estas sociedades condicio- nes desiguales para prestaciones equivalen- tes y les ocasiona por este motivo una des- ja competitiva, salvo que tal practica pueda estar objetivamente justificada» 1056 PARTE III, EL DERECHO POSITIVO ESPANOL SOBRE PROPIEDAD INTELEGTUAL cién de autorizaciones no exclusivas con las Entidades de Gestién se crea en el Ministerio de Cultura, como érgano colegiado de ambito nacional la Comision de Propiedad Intelectual, que, entre otras funciones, tiene las de mediaci6n [art. 158.1 a)], arbitraje (art. 158.2), fijacion de cantida: des sustitutorias de las tarifas generales de las entidades de gestion [a que se refiere el art. 157.2 b)] y resolucién de conflictos en los que sean parte las entidades de gestién, tanto entre si como con una o varias asociaciones de usuarios 0 entidades de radiodifusién; todo ello segiin resulta de la disposicién adicional 2.* de la Ley 23/2006, de 7 de julio, que habilité al Gobierno para que mediante Real Decreto modifiqué, amplie y desarrolle las funciones del articulo 158 del texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual en los términos previstos en tal disposi- cién adicional, no habiéndose publicado atin la referida norma regla- mentaria. A lo largo de toda la vida de esa Gomisién no ha logrado realizar ningiin acto de los que tiene encomendados. Los interesados nunca se pusieron de acuerdo en deferir sus conflictos al arbitraje de tal érgano administrativo, prefiriendo la via judicial 0, incluso, el arbitraje de derecho privado. El procedimiento de mediacién se configuré, por error, como si fuera un arbitraje, y corrié la suerte de éste. La fijacion de tarifas sustitutorias de las establecidas por las entidades de gestién, a efectos de lo dispuesto en el articulo 157.1 y 2, del texto refundido, no tiene precedentes en ninguna de las legislaciones de los Estados miem- bros de la Unién Europea y se contempla por las entidades de gestion como una peligrosa intervencién administrativa en la libertad tarifaria que, en principio, les otorga la ley. La propia existencia de la Comision (tal como aparece disefiada) y sus mencionadas competencias, junto con la determinacién de las cantidades de los cada vez mas numerosos «dere- chos de remuneraci6n equitativa» y el modo razonable de su percepcién son, quiz4, los problemas mas importantes a los que hoy se enfrentan estas organizaciones y los derechos por ellas gestionados. F) FACULTADES DEL MINISTERIO DE CULTURA Finaliza el articulo 159, apartado 1, del vigente texto refundido la regulacién de esta materia declarando que corresponde al Ministerio de Cultura, ademas de la facultad de otorgar o revocar la autorizacién de funcionamiento prevista en los articulos 148 y 149 del mismo texto, la vigilancia del cumplimiento de las obligaciones y requisitos establecidos en la ley, pudiendo exigir de estas Entidades cualquier tipo de informa- cién, ordenar inspecciones y auditorias y designar un representante que asista con voz pero sin voto a sus Asambleas Generales, Consejos de Ad- ministracién u otros 6rganos analogos. Compete también al Ministerio conocer las modificaciones. de los Estatutos de estas entidades, una vez aprobadas por su respectiva asam- blea general. La aprobacién del Ministerio se entendera concedida si no TIT. V.-PROTECCION DE LOS DERECHOS 1057 se notifica resoluci6n en contrario en el plazo de tres meses desde su presentacion (art. 159.2). Deberan notificarse al Ministerio de Cultura los nombramientos y ceses de sus administradores y apoderados, las tarifas generales y sus modificaciones, los contratos generales celebrados con asociaciones de usuarios y los concertados con organizaciones extranjeras de su misma clase, asi como los balances y la memoria correspondiente a cada ejerci- cio social (art. 159.3, en relacién con el art. 156). Sobre la inconstitucio- nalidad de este parrafo se pronuncié el Tribunal Constitucional en su mencionada Sentencia 196/1997, de 13 de noviembre, otorgando tam- bién a las Comunidades Autonomas el beneficio de esta facultad bajo ciertas condiciones. :

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