Está en la página 1de 8
ne Primera edicidin, 1994 t Med tinted 5 PAM ca elWwo\ FE A mad We X.07 D_R.© 1994, Fox pe Carita Baondnnen, 6. A De. V. Carretera Picaeh-aiusco, 27; 4200 Mésico, D.F ISBN 068-16-4340.6 Impreso en México Be-doOrd4ao Este libro tiene por objetivo fundamental describir el pro- ceso de modemizacion pesseguido en los afios-recientes por la politica cultural de México. Muestra con detalle, en consecuencia, la naturaleza, los programas y las acciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (cNcA), creado al inicio de ia presente administracién para cumplir, sobre nuevas bases de integracién y coherencia, los tres grandes objetivos que sefialé e! Plan Nacional de Des- arrollo 1989-1994 a la politica cultural —Ia proteccién y difusion del patrimonio cultural; —el estimulo a la creatividad antistica; y —Ia difusi6n del arte yla cultura La introduccién de esta obra llama la atencién sobre aspectos que inciden directamente tanto en el desarrollo de los fendmenos culturales y creatives, en su sentido mas mo en la operacién amplio y en el mbito internacional, y perspectivas de la politica cultural nacional Con el fin de situar historicamente sus objetivos y determinar el alcance de las acciones emprendidas para cumplirlos, se consider6 conveniente incluir, en un primer capitulo, los antecedentes fundamentales de la preocu- paci6n del Estado mexicano en el émbito cultural, Se busca precisar plenamente los elementos de continuidad y abio de la politica cultural, que recoge y asimila una lar- ga tradicion y una experiencia rica en la materia y que, al mismo tiempo, se ha ajustado y reorientado ante el nuevo contexto nacional e internacional. 1 segundo capitulo aborda, desde esa perspectiva, la creacién de! cnca y los propésitos que fundamentaron el establecimiento de una nueva institucién que ejecutara la politica cultural nacional, a través de la vasta gama de dependencias y programas nacionales que agrupa. A pattir de los grandes objetivos de la politica cultural el Programa Nacional de Cultura 1990-1994 estableci6 seis programas sustantivos, en torno a los cuales se articularon las acciones de! Consejo y cuya ejecucién se dezalla en el tercer capitulo, como parte medular del volumen: 1. Preservacién y Difusi6n del Patrimonio Cultural Nacional I Aliento a la Creatividad Anistica y ala Difusion de las Artes I, Desarrollo de Iz Educacion y la Investigacion en el Campo de la Cultura y las Artes, IV. Fomento del libro y lz Lectura V. Preservacion y Difusién de las Culturas Populares VL. Fomento y Difusion de a Cultura a través de los Medios Audiovisuales de Comunicacién. Luga d cardcter estratégico y su gran alcance, tienen profundo sig nificado en este marco de accién: las Proyectos Especiales special se do a wes proyectos que, par su de Arqueologia, el Sistema Nacional de Creadores de Arte y cel Centro Nacional de las Artes. Las paginas finales del libro comresponden a las conclusiones que cabe extraer del des: rrollo y los avances obtenidos globalmente por el eNCA, ¥ de las cuales se desprende la accion innovadora y los resul- tados de un organismo de nueva creacion que se inserta plenamente, a partir de una tradicion de gran riqueza y sig: nificado, en los procesos de cambio de los tiltimos afios en nuestro pais. . México, D. F, diciembre de 1993 ww vwr vv Vee we w@ INTRODUCCION En los tiltimos afios, se ha convertido en lugar comin sefalar que vivimos una €poca de cambios profundos @ escala mundial. Sin embargo, tal evidencia no est4 acom- pafiada de signos caros en torno al futuro y el consenso se Giluye al entra: en juego terdencigs e intereses divers0s y, ft veces, contradictorios. Tal vez porque la historia parece haber acelerado su ritmo, Ja direcci6n es incierta y los acontecimientos no pocas veces inesperados. Los princ 1a de juicio; se genera la incertidumbre pias se ponen en t yeel cambio parece ser la Gnica constante. > Por una parte, el mundo se hace cada vex més interde- pendiente e interrelacionado. La globalizacion de los me cados nos conduce hacia una economia mundial y una ‘mayor interaccién de los paises, marcada por un acelera- do desarrollo tecnolégico, scbre todo en los medios de co- municaci6n. Esa interacci6n favorece, asi, una poderosa comiente homogeneizadora. EI in del milenio esta pre Giando la aparicion de comportamientos, actitudes y va- individuos de naciones distintas. El lores semejantes en nl = Surgimiento de una suerte de sociedad intemnacional-ha fa cilitclo la comunicacion, peryamenaza Ja diversidad y par ticularidad de las culturas, fei ay => Tal tendenci, sin embargo, no es univoca ni se impone en el vacio, Ante la amenaza\de uniformidad, en todo el J Planeta se reivindica la urgencide volver a las rafces, de 4 recobrar peculiaridades y afirma diferencias, de hacer : cfectiva la pluralidad de la sociedad\contemporinea, como fiqueza itrepetible de la condicién hdmana. Como parte de este proceso, han surgido expresionés diversas de nacio- nalismos de connotaciones pasitivas negativas. El fin de siglo ha padecido et resurgimientolde fundament ‘mos y tradicionalismos excluyentes, de donflictos interétni- Cos, de la xenofobia y las tendencias dislacionistas, que | Parecen dar cauce al miedo y‘la intoleraacia ante lo otro. Cuzndo se extrema la defensa de lo puede conver- | ss tise en resistencia al cambjo y negacion a Yo que lle = a a. “4 En todo caso, los acontecimientos reflejan un agota- miento de las concepciones unitariés para las cuales la modemidad es un proceso.de convergencia mundial, de acuerdo con un modelo uniforme y etnocéntrico, La cul. ‘ura se aprecia entonces cogné un terreno que no es aieno | 2. '8s incertidumbres y ambivalencias finiseculares, pero también como el medio’ por excelencia a través del cual se / Sxpresa la diversidad humana en la sociedad contempo- } éneai Es, al mistio tiempo, ambito de confluencia cle la lobalizaciGn y medio de afirmaci6n de las particularidades de los pueblos}a través de la cultura, los paises pueden Compartir procesos de desarrollo sin perder aquello que los caracteriza y distingue, Ante el desafio de'estas nuevas y cambiantes circuns. incias, de grandes oportunidades pero también enormes iniciado el ejercicio de una politica de structuras politicas, econdmicas y nplia diversidad de su cultura, que evita tanto la aceptabién acritica del cambio por el cambio mismo, como su rethiazo en nombre de una su puesta identidad cuya permanencia sélo pudiera defender- se en el aislamiento, dentro de una sociedad ajena a los cambios mundiales y cerrada a las influencias del exterior. Desde esta perspectiva, se concibe Ja cultura como un punto de referencia, Gnico e insustituible, para asumir los_} cambios sin poner en riesgo nuestralidentidad: nacional) En la cultura de tina nacion se expresan las tradiciones y| los valores que generan un sentido de pertenencia y sus- tentan una voluntad deliberada de ser y permanecer. Es ast como se tienden y afianzan los vinculos comunitarios en el tiempo y en el espacio, con los que se entreteje el devenir de una naci6n, Estos vinculos distinguen a los miembros de una misma comunidad, en cuanto les permiten identifi- carse por medio de un patrimonio comin: lengua, costum- bres, mitos, creencias, formas de ser y sentit, de pensar y actuar en consecuencia, Es a través de estos vinculos, en- raizados en el ser mas intimo de una sociedad, como expli- camos y damos sentido y valor a los actos que, finalmente, conjugan lo individual y lo social, el presente y el pasado, lo propio y lo ajeno. Esa través de la cultura que compartimos una memoria historica, y a través de ella como poctemos reconocer, en las contribuciones-y'las obras de los mexicanos notables de todas las épocas, a construccién de una misma nacién y | un mismo pueblo. Es también, en la recreaciGn y difusion |de la cultura, como se transmiten y comparten los valores, Jideales y principios que sustentan un proyecto nacional hacia el futuro. Dos vertientes que conjugan el tiempo y la 3 riesgos, México ha modernizacién de su sociales, respaldada en la a sente vivo con un pasado muerto, 0 futuro vivo que no dependa de la fuerza de nuestro deseo, hoy"! De esta manera, resulta natural que la identidad sea | mejor entendida como un proceso inmerso-en ‘¢/-tiempo,| 110 como algo estitico. De hecho, es la perspectiva histori- ‘cr ta-que te da su sentido mas profundo. Por ello, se habla no s6lo de tenér y asegurar una identidad en un momento dado, sino de preservarla a través del tiempo. Hay, enton- ces, una sucesién 0 secuencia de etapas historicas que, afianzadas en los vinculos culturales y comunitarios a que ‘nos hemos referido, nos permiten concluir que se trata de etapas hist6ricas de una misma naci6n. El hilo conductor que las une, que asegura la continuidad y permanencia de una naci6n’—siempre mutante— es, en consecuencia, la propia cultura, que se recrea permanentamente abrevando del pasado y se proyecta hacia un futuro incierto con cl permanente afin de continuat y enriquecer e! diélogo uni- versal con otros pueblos. Una cultura no puede, no debe, cerrarse a las influen- clas. Una cultura aisiada en si misma, que monologa en lugar de participar en el didlogo universal, se agota y perece. Alfonso Reyes lo advertia asf hace més de cincuen- ta afios: Hemos de saber que face muchos siglos ls eivilizaciones no se producen, viven y mueren en aislamicnto, sino que se pasean por la tierra buscando el lugar més propicio, y se van ‘enriqueciendo y transformando al paso, con los nuewos ali mentos que absorben a lo largo de su decurso... La interco- "Valente mae ru cana, México, Fondo d o. Bpica, utopia y mito en a novela bspanoamer * Eeomémie, 1990, p28. 4 rmunicaciOn, la continuidad, es ta ley de ta humanidad moderna? Jypesde su misma gestaci6n, la cultura mexicana ha funda do su originalidad y vitalidad a través del didlogo y el inter= cambio, Nuestra riqueza- cultural tiene entonces un cardcter plural y abierto, La heterogeneidad étnica y cultural del mundo prehispdnico se fundi6 y acentué con la presencia diversa y los variados influjos provenientes de otros cont antes, Ms que una dualidad, nuestro mestizaje cultural fs, en realidad, una pluralidad en donde se entretejen di- vversas posibilidades y realidades culturales que marcan hasta hoy el alma del mexicano. En él se entrecruzan, Se dan cita, dialogan y se descubren mutuamente influencias de Oriente y Occidente, Norte y Sur, a tradicion arabe, la influencia africana y el mundo clasico, el judeocristianismo y el mundo indigena, convergentes en ua espacio tinico y privilegiado para el encuentro ‘de-culturas, como ha proba- do ser nuestro tertitorio. ‘Del didlogo y Ia confluencia se han nutiido nuestras costumbres, nuestros. valores; nuestros principios. En retrospectiva, se aprecid un largo y a veces conflictivo pro- eso de cambios, cuya intensidad no ha borrado la origina lidad de nuestra cultura, Se busca ahora incidir de manera consciente y deliberada en este proceso. Como lo ha afi mado Octavio Paz; “modernizar no es copiar sino adaptaf; injertar y no teasplantss. Es una operacion creadora, hecha de conservacion, jmitacione invencion’.? Por ello, la/modernizacion $e propone la consolidacién + epacuso por Vigil’, en Untenidad, politica y pueblo, Univeriad cont Raton de Mico mo Poitéenice Nacional 1985, p54 ve prandes dis México, 99. » Poqueia er de nuestra presencia en el mundo a partir de la riqueza moltiple de nuestra cultura y la asimilacion creativa de firas influencias. Entendemos a la cultura universal como tl enttamado de culturas nacionales articuladas en una fxtensa red de vasos comunicantes. En ese conjunto, Mé- xxico ocupa un lugar y lo seguir ocupando, alimentandose de otras cultucas y aportand talento y sensibilidad al hor zonte mundial. México ha ingresado a una etapa de cambios con la certezay la confanza que le inspira su rica cultura, Por ello Se ha abierto al mundo y ha promovido el fortalecimiento de sus intercambios con otros paises y grupos de patses, tate el surgiiento de biogues regionales de integracion. En este proceso, se han abierto interrogantes ante las repercusiones que la apertura de México hacia el mundo pueda tener en el Ambito cultural. Especialmente, tales in- Guictudes se han expresado ante la firma del ‘Tratado de viore Comercio con Estados Unidos y Canadé (re). Es importante sefialar que, como instrament privilegiado pa- ra promover la iberacion comercial, el Tc 90 incide diree- tamente en la cultura o la identidad nacional, ya que los te- nas cultorales y antisticos estin, de hecho, fuera del ambito de un ordenamiento que se tefiere especificamente al Co” mercio de bienes y servicios. No se trata, en consecuencit, de un proyecto de integracién como lo sxponda Ia cons: titucion de un mercado comin, en el que se contemplasi2 tuna misma moneda e, incluso, et surgimiento de una enti vlad sapranacional para regir en materia de seguridad cOn- rental Por el conirario, Ia incorporacion al Tratado del articulo XX del Acuerdo General de Aranceles Aduaneros ¥ Comercio (Cart), que mantiene las resticciones en l cor mercio respecto a los bienes dectarado de valor artistico, historico 0 arqueologico, ¥ que, en C soros nacionales. eee ‘coma ef Sus secuencia, no afecta ala vigencia de las disposiciones & Precidas por la Ley Federal de Monumentos y one Ar ‘queslogicns, Histéricos y Ansticns €8 un la ejemplo de fa especificidad de este instrument EI tic se inserta en. un proceso de cambjo y Blob: lizacion,maycho, mas amplio. En_distintos campos, Yepresenia un marco ‘para regul —nrercambio que por si mismo es intenso, més alld de cual-\\'-> quier acuerdo comercial. Por otro Jado, las influencias irurates han sido parte de la historia de ests resicr de fnuestro continente; se han proxtucido y se producen inde: pendientemente de la existencia ce un acuerdo como éste. tha solidez. de nuestra cultura nos llama a entenderla ‘ode nuestra identidad, por 10 que en SO preservaci6n, difusién y enriquecimiento radica, en buena medida, la defensa de nuestra ‘soberantaJ Asi lo reconocio wr Presidente Carlos Salinas de'Gortari en su Informe de Gobierno, al sefalar que una de las razones que justifican ta preeminencia de la soberania esti en nuestra cultura mitenasia, en nuvestas r3ice® iidtenens, en nuestra identidad colectiva.. To lat de iowa terstorio, en medio de nuestra dversidad, no © sa nragonismos insalvables de raza, lengua o Crecncs ten & fos que, al aflorar, han pulverizado 3 ots pales. las de lap ciden con el Ambito mismo de stra cultura fronter iia coin hacia fuera el frtalecimiento de la cultura es baluar te de identidad, hacia dentro tiene que ver con wna MT tad ee vida para todos los mesicanos, et fortsleci ice sarticipacion de la sociedad y 1a consolidacion os radida, de conformid emocracia, La democracia en 3 de nuestra Carta Magna, no sélo como una nel articul a tit hey ‘estructura juridiea y un régimen politico, sino como una for- ma de vida que, sin hostilidades ni exclusivismos, esté fun- dada en el constante mejoramiento econémico, social y cultural del puebio. Conforme a este espftitu, el titular del Bjecutivo sub- ray6, en consecuencia, a ecco fundamentales que | habrian de inspirar y dar dlaridad a la politica cultural —fortalecer Ia identidad nacional; romovery girantizar el respeto irestricto a la libertad de creaci6n; re rantizar el acceso del mayor nimezo de mexicanos a Jos bienes y servicios cultirales. El México de fin de siglo es una sociedad cada vex mas madura, compleja y diferenciada, como resultado del ace- | Jerado proceso de desarrollo que vivid el pais por varias décadas, caracterizado por un elevado crecimiento demo- | grifico, altas tasas de urbanizaci6n e industrializacion y la | elevacién de los niveles educativos. a naturaleza misma de la sociedad se ha modificado de manera tal que las po- liticas e instituciones en ef 4mbito cultural requerfan una revisién profunda que reconociera cambios y diferencias. Crecientemente, diferentes grupas y regiones del pais plantean cdemandas nuevas en el terreno: cultural, concretas y articuladas, tanto en su sentido més tradicional o restrin- gido —de acceso a bienes y servicios— como también en uno més profundo —rescate y revaloraci6n de expresiones culturales propias, participacién de la comunidad de artis- tas y crcadores en la toma de decisiones, y procesos de n agiles y eficie iucional y la asignacién de recursos financieras, medio de los que la sociedad en su que transparenten tanto la los canales por mbt sone ill lll conjunto pueda participar, opinar y ser parte activa de la politica cultural en México—. Asimismo, s€ ha hecho cada ‘vex mis claro que s¢ trata de tareas que por su misma natu raleza y magnitud no pueden ser responsabilidad exclusiva Gel Estado, sino que requieren de esfuerzos concertadas de ma. Ene om jin renunciar a la responsabilidad que le corresponde al Estado en la custodia, promocion y difusion de este patrimonio, se reconoci6 la importancia de respal- dar el talento creativo de los mexicanos y abrir nuevos ccauces para una pasticipacion social abierta y plural en | estos campos. En consecuencia, se revisaron las principios de la politica cultural y el marco institucional a wavés del - cual se llevaba a la prctica, para permitir una politica mas participativa y descentralizada. Este reconocimiento ha | Sido el punto nodal de la politica cultural de la presente ad- | ministraci6n y la raz6n que explica ¢l surgimiento y la con * solidacién del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; J \ ‘Asi, la creaci6n del Consejo, y 1a definicién y articu- lacién de sus acciones y programas, reflej6 la voluntad de (que las instituciones culturales no quedaran relegadas cn el esfuerzo por modernizar al pais. No s6lo era necesario dar tunidad a Ia politica cultural, sino también atender el reza- go que venta cuestionando la eficacia de muchas de nues- tras principales instituciones de cultura y de reorientar su gestion. El reto de la politica cultural ha sido tansformarse y te novarse como un elemento asociado a la vida politica y econdmica, ¥ No como un agregado ajeno a la realidad, como una abstraccion 0 una actividad meramente recreati- va de un sector privilegiado de ta sociedad {Precisamente por su profiunda significacién como sustrato de identidad y elemento de calidad de vida y democracia, la cultura no €s, 19 } y ahora menos que nunca, una recreacion estética o | intelectual, ornamento o evasi6n de Ia sociedad, sing un unto de partica indispensable para Ja modernizacion, | ~ Con Ia instalacién del Consejo Nacional para la Cultura yllas Artes se ha logrado imprimir unidad y coherencia a la pluralidad y muttiplicidad de la politica cultural det Estado mexicano: crear un organismo que agrupara, por primera vez en México, al conjunto de instituciones puiblicas, de cardcter federal, dedicadas a la preservaci6n, la promocién y la difusién de nuestra cultura. En sintesis: Io que se describe en este libro —desde la perspectiva de una experiencia personal que se inicia con €l nacimiento mismo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y se profundiza con la gran responsabilidad de presiditlo, a partir del 27 de marzo de 1992—es la estrecha relaci6n que un proyecto modemizador reconoce y guarda con la cultura: en ella encuentra un profundo significado politico y social como expresin de soberania, bienestar, libertad y democraciaf El reconocimiento de la unidad y la pluratidad de nuestra Cultura, en Ia que conviven convic- ® ciones distintas, personalidades diversas, diferentes colect- grupos y comunidades que as contribuird a que aprendamos a transitar més fécilmente por el camino de la democracia, que requiere del reconoci- miento de lo diverso, del respeto a la diferencia y de la dis- posici6n al didlogo, Es evidente que atin queda mucho por hacer, pero sélo avanzaremos en la direcciGn deseada si promovemos la tolerancia y el respeto a nuestra diversidad Einica y cultural, Solo asi consolidaremos la democracia y se afianzara fa unidad de los mexicanos, indispensable pa- ra teazae junwos el modelo de sociedad al qu 1, LA POLITICA CULTURAL EN MEXICO: UNA MIRADA RETROSPECTIVA 1.1, CULTURA Y ESTADO EN LA FORMACION DEL MEXICO INDEPENDIENTE tN 1810 sé inicia en nuestro pais{un complejo proceso de emancipacién politica. El proceso de Independencia no fue inmediato ni lineal: tard once afios en lograr su con- sumacion y ésta fue finalmente capitaneada por Agustin de Tturbide. Una vez. consumada la Independencia, tampoco se alcanzé la estabilidad politica, ni fa social o la econ6mi- ca. Se trata de.un periodo de nuestra historia de constantes efiniciones y redefiniciones; una-€poca de luchas, levan- tamientos y disputas en torno al proyecto de pais por el que pugnaban los distintos grupos politicos. a primera mitad del siglo x0x en México retine, en el escenario de su definici6n como nacién, 2 independentis- tas y realistas, monfrquicos y republicanos, civiles y mil ares, caudillos y funcionarios, liberales y conservadores, crialistas y neorrepublicanos. Este complejo escenario formativo de nuestra historia también estuvo marcado por a tei el

También podría gustarte