Está en la página 1de 1

Material de apoyo

Paola Lausen E.
Psicloga

Mi casa

La casa que habitaba desde hacia tantos aos era bonita. Tena un techo
de color oscuro y dos grandes ventanas a travs de las cuales se poda ver
prcticamente todo lo que ocurra en su interior. Pero yo no me senta bien
all.
Por su puesto, durante mi niez no vi bien su interior. No me
preocupaba de adornarla ni de apreciar sus bellezas. Durante mucho tiempo
fui casi insensible a ella. La habite simplemente por costumbre.
Cuando alguien me comentaba que algn adorno no era muy bonito, no
le pona atencin, o mejor dicho, no quera ponerle atencin. Entonces, lo
esconda o ya no lo miraba, pero tarde o temprano este adorno volva a salir a
la superficie, como por arte de magia.
Viva all como un autmata. Cuando alguien me felicitaba por alguna
pieza especialmente agradable o incluso de gran valor, enrojeca, diciendo que
no era nada, que era una ilusin. Luego un da, esta casa que antes me era tan
familiar, no se por que razn, se volvi de pronta inhabitable.
La deteste. Hua de ella. Ya no le encontraba nada bello. Me molestaba
y yo le molestaba a ella. La senta como embrujada, dominada por una
enfermedad que yo crea incurable. Pero por ms que hua, la casa me
segua .Hubiera querido demolerla.
La vea tan fea que pensaba que ya no tena derecho a existir. Hasta que
un da me encontr con unos especialistas en decoracin de interiores. Los
invit a pasar a mi casa, que me pareca tan fea, y resulto que a ellos les
pareci muy hermosa.
Me hicieron volver a sacar los adornos que yo haba escondido en lo
ms profundo del stano. No slo los haba olvidado sino que, cuando los
descubr, apenas poda creer que me hubieran pertenecido alguna vez.
Luego me puse a trabajar. Con la ayuda de estos decoradores termin
de seleccionar los hermosos hallazgos que, por fin acept, deban estar muy a
la vista; no para mostrarlos a los dems con el fin de despertar su envidia, sino
ms bien para verlos y admirarlos yo mismo. Qu gran satisfaccin volver a
descubrir estos tesoros que yo crea desaparecidos para siempre!
Esta casa, que todava contino embelleciendo, no tiene direccin y no
necesita calefaccin en invierno. La habito yo solo, pero tengo muchos
visitantes por que ahora dejo las puertas abiertas. El candado que la cerr
durante tanto tiempo lo tir ya para siempre.

También podría gustarte