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Conjunciones { El sufrimiento psiquico en los nifios Psicopatologia infantil y constitucién subjetiva ‘artruzo § El aprendizaje y sus avatares.. 89 artruzo 6 Fobias, angustias y terrores cn la infancia 137 srfruwo 7 Encopresis y enuresis ccc 149 wITULO 8 Patologias graves en la infancia 183 piruto 9 Las marcas de la violencia. 221 221 Phruto 10 Las exisis y los ninos . 239 roGRAFIA 287 = Introduccion BO Este libro es un intento de transmitir los interrogantes, las cuestiones yy cuestionamientos que me he venido haciendo x lo largo de casi cua {renta afios de prictica psicoanalitica con nifios y adolescentes, con res- ‘pecto al sufrimiento infantil y sus diferentes manifestaciones. ‘Todos los dias, la clinica con nifios y con adolescentes me sorprende, porque cada nifio tree consigo miiltiples historias y preguntas y cuenta de ‘un modo diferente sus infortunios. Una de las cuestiones que preside de algtin modo todo el libro es la inquietud por explorar este territorio tan complejo, en el que siempre somos, en algtin lugar, extranjeros y, a la vez, viejos habitantes. Porque es inevitable reencontrarse uno mismo nifio en esos nucvos rostros. ¥ a la vez sorprenderse por lo novedoso, lo inesperado, como ‘cuando un nifio de cuatro afios al que escucho por primera vez me dice: “Mi problema es mis grande que un dinosaurio”. El suimiento psfquico en los nifios * Beatriz Janin En una época en la que la tendencia es clasificar el suftimiento, la idea Trescatar la complejidad de Ta Vida paiquica, las vicisitudes de Ta consti 1ci6n subjetiva y €l transito complicado que supone siempre la infan Indudablemente, sostener el pensamiento complejo se hace dificil y demos a ordenar, simplificar, a reducir a leyes claras y distintas lo trincado y ambiguo de la vida, que siempre resulta inquictante. Pero a reduccién, cuando estan en juego los nitlos, puede ser peligrosa, por- ae nos vuelve ciegos a la realidad de sus avatares, Entonces, en lugar de rotular, considero que debemos pensar qué es lo ae se pone en juego en cada uno de los sintomas que los nifios presen- #5, teniendo en cuenta la singularidad de cada consulta y ubicando ese -decer en el contexto familiar y social en el que ese nifio est inmerso. ‘He tomado algunos modos en los que se manifesta el suftimiento pst- tico en la infancia con la intencién de transmitir un modo de pensar la ‘icopatologfa infantil. Ni abarco todas las problemAticas ni supongo que is reflexiones den cuenta de toda la riqueza del tema. Simplemente, es + intento de mostrar algunas Ifneas en las que algunas dificultades pue- 1 ser pensadas. En ese sentido, espero posibilitar nuevos desarrollos. El suftimiento infantil suele ser desestimado por los adultos y muchas ‘ces se ubica la patologia alli donde hay fancionamientos que molestan, Jando a un lado lo que el nifio siente. Es frecuente asi que se ubiquen ‘mo patol6gicas conductas que corresponden a momentos en el desa- ollo infantil, mientras se resta trascendencia a otras que implican un rte malestar para el nifio mismo. Estoy convencida de que cuando hablo de enuresis o de dificultades en aprendizaje escolar me refiero a un efecto, producto de multiples deter- naciones, diferentes en cada niflo. De esas determinaciones posibles, ‘iples, erata este libro. Pero seguramente, tanto los lectores como yo ‘sma, iremos encontrando otras, en tanto Jos nifios nos vayan sefialan- ‘nuevos caminos. Algunos de los capitulos han sido publicados, en una primera versién, otros espacios. Otros fueron escritos por primera vez. Desde hace muchos afios vengo planteando que la metapsicologfa freu-, -na da un ee para construir una clinica con nifios que tenga en cuenta co | Ia especificidad de esta préctica, sin traicionar los fundamentos teéricos ique considero claves para pensar los avatares de la constitucién psiquica. Bs més, «3 la conceptualizacién de esos avatares -de la que Sigmund Freud da las bases y que ha sido desarrollada por psicoanalistas que reto~ maron su obra- la que nos permite pensar el trabajo psiccanalitico con nifios y la psicopatologia infantil Entonces, los dos primeros capftulos tratan de dar cuenta de la articu- Jacién entre los avatares de la constitucién subjetiva y la psicopatologia infantil, para centrarme en los capftulos siguientes en algunos temas ‘especificos. Dificultades de aprendizaje, encopresis, enuresis, fobias, psi- cosis infaatiles, efectos de las crisis y de la violencia, son desarrollados romando en cuenta el aporte de diferentes autores y, sobre todo, pensa~ dos a partir de la propia clinica. La articulacién con el contexto social marca el recorrido. El psicoanslisis con nifios es una encrucijada, un lugar de entrecruza- mientos y un espacio privilegiado para la investigacién. Hist6ricamente, es un lugar de controversias, de discusiones apasiona- das, en tanto en la concepcién del trabajo psicoanalitico con los niftos, en el modo en que se piensan las conflictivas infantiles, se pone en juego toda Ia teorfa psicoanalitica, Hiablar de niftos en psicoandlisis ¢s hablar de const desarro- llo, de estructuracién subjetiva. Remite a la sexualidad infantil, a las pri- Theras inscripejones y al acceso a la cultura, a los destinos pulsionales pre~ ‘vios a la represi6n primaria y al Complejo de Edipo con su estructura- ‘Gu diferente en nifias y varones. Freud, con el descubrimiento de la sexualidad infantil, rompe con kh nocién de nifio como emblema de ingenuidad y pureza. Con la concep- tualizacién del aparato psfquico, define una estructuraciéa signada por vivencias en las que los otros que realizan la accién especifica, de los que el nifio depende, son fundamentales. Considero que ¢l_nifio_ puede ser definido como un psiquismo ) ued eee merced de la sumatoria de la excitacién materna y la propia, a ndas, Tenemos que tener en cuenta que, hasta certo panto, ome hema Freud en el historial de Juanito, esto siempre es asi en arn de que siempre hay un “exceso” en la erotizacion y en la probibicion, oe veces la erotizacion se transforma en excitacion desmedida, est eerplon exes, en gee ovo 9 romado como pare del propio tuerpo 0 como va de satisfaccién er6tica y no como sujeto diferente, requerimientos propios. ; Ye con las primeras caricias los padres transmiten su mao de deseary de amar, pero también sus prohibiciones, asi como sus con el otro. ; _ an ademis, los padres deben sentirse ellos mismos vnc seit do su propio empuje interno para decodificar los afectos oyectarlo en un futuro. ; . i “Cuando me angusto, lo levo a mi cama”, dee uns coe pee Ia erosizacion que presupone tomar al otro como objeto ero ¥ 28 ven calmante de angustias, cuerpo aabrazar para sostencrse, FHOuZaco0 éntonees signa por un fancionamiento en el qu lo que se wapsniss es una urgencia que duce, una imposibiidad de tamil oso pios recursos y una utilizacién del nifio como sostén, como un ser con deseos. ‘ise transgrede Ja ley de la prohibici6n del incesto por Sn én {sémo constiturd exe ain sus props normas internas qué guedart ‘anudada su sexualidad? «Cémo diferenciarse de esa mac [it sutrinion psiguco en os nis + Beatriz Jain de clla irrumnpen en él en forma avasalladora? {Como registrar entonces sus propias sensaciones y deseos? Registro de diferencias que presupone cualificar el mundo y a uno mismo. ¢Cémo construir el propio mapa erégeno? Trastornos en la constitucién de ligazones que operen como inhibidoras del desborde pulsional y de la descarga a cero Hablamos en el primer apartado de las vivencias calmantes. Frente al dolor, que desorganiza, y frente al pénico, que presupone el caos inter- no, el otro que contiene y calma (acunando, hablando, acariciando) per- mite ligar lo insoportable a otras representaciones. Posibilita que, en lugar de la tendencia expulsiva, se abran nuevos recorridos, que una trama representacional compleja se arme (trama que serviré de conten- ién frente a futuros dolores). Pero si frente al grito, al movimiento des- controlado, el otro funciona como un espejo, si es él cl que estalla y se desborda y no puede contener su propia angustia, dificilmente el nifio Pueda tejer la trama (que implica la primacfa de Eros). Por el contrario, el movimiento expulsivo, desinsctiptor, se reforzaré. Y nos encontramos con estados tempranos de terror no tramitados. Si en el adulto, que ¢s el que puede calmar y sostener a un nifio en pinico, lo que prima es la iden: tificacién especular, el nifio se enfrentard a un espejo que le devuelve, agi- gantada, la propia desesperacién, lo que derivara en més terror. Habitualmente, ante la tendencia expulsora del nifio que intenta echar fuera de si todo lo displacierte, la madre se oftece como pantalla de pro- yecci6n y a la vez. como metabolizadora. Es ella la que soporta los esta- llidos pasionales del nifio y la que, cuando lo que Bion define como “reverie” (ensofiacién) funciona, le otorga como respuesta, a través de la “funcién alfa”, posibilidades representacionales.* EI nifto puede expulsar tanto el aparato para pensar los pensamientos ‘como la posibilidad de registrar sentimientos, apareciendo entonces un vacto de ideas 0 de afectos que, a veces, se manificsta como: “no siento”, “no pienso”. | Disgréstees ena intanie Dificultades en la atvibucibn de significadtos ‘Ala ver, frente a la necesidad, asi como frente al doles bebe grt flora y es la madre la que va a ororgarle a esa descarga eee llamado. ¥ ya hay agut un punto importante Sino s le ofovga Un sc tido, sino es excuchado como un llamado, esto interfere en las Po dades del nifo de ir armando su capacidad de comunicar, de decit. . Pero si el sentido que se le otorga implica una violencia secundaria ( 7 ‘lager, ies una para proyeecion de los descos o los temores ater ros, sino hay lugar para la duda, para los interrogantes acerca de lo q Lnifio desea, el intercambio seri enloquecedor. aa Cuando aquel que ejerce la funcién de significar las Peace rifio le otorga sentidos delirantes y/o antoreferencaes aoeroey (gor ejemplo: “Grta porque me quiere volver loca”; “Me mordl cs do lo puse al pecho porque me odia”; “Se hace pis porque quiere Ane su esclava”), lo que hace es ejercer una violencia, a veces Trastornos en la constitucin de una imagen unificada de st Sabemos que Is ligaz6n de las diferentes zonas cxsgenas Ge pest ‘ada por un otro wnifcador. Si para la consttueim del yo de placer Impeescndible i arculacin de las diferentes zonas corporales, de fs sensaciones, sla pel tiene que funcionar como unificadors, un semeier te tuvo que haber operado como espejo posibilitador de eae Para caminar y movernos arménicamente, debemos cent la conviccion de que somos una unidad, un ser que nose rompe con sada movin to (como ¢s el caso de los prcdtcos) y también de que el otro est sepa. rado de nosotros, es alguien 2 quien nos podemos acercar y de q) 108 alejar. Paces, a clave el haber sido mirado como siendo un sujeto, alguien yue esté armando una historia propia. F Si no prevalece la temnura, si el hijo no ocupa un lugar de Ps ee desde ¢| narcisismo materno, no podré constituir el propio yo como y de placer, ligando las diferentes sensaciones. al Posten ges or or eat jin Nos encontramos a veces con nifios que tienen dificultades en la cons. situcién de la propia imagen, que no se sostienen como unificados fren. te alos diferentes avatares, como si hubiesen carecido de un espejo esta- ble, garante del propio ser. Otras veces, vemos nifios que se han unificado en una representicién negativa. “Soy malo” o “Soy tonto” pueden ser imégenes de si totalizado- ras que permiten “ser” alguien entero, pero que impiden el crecimiento, A veces, los padres pueden devolver una imagen unificada del ainio incompatible con el deseo de ser amado y valorado. Por ejemplo, cuan- do sostienen que el nitio es “absolutamente” insoportable, malo, initil, es decir, cuando queda en el Iugar de resto, de desecho, También puede ocurrir que se lo ubique como unificado sélo cuando coincide con las aspiraciones de los ottos. El exceso de violencia, la impo- siciOn a ultranza de la voluntad materna o paterna, la imposibilidad de Teconocer que ese otro es alguien diferente a ellos, alguien que va plas- mando sus propios descos, lo deja sin un espacio propio. Perturbaciones en la construccién del sentimiento de st Ligado a la constivucién del yo, el sentimicnto de si se constituye a par- tir de la ligadura de las representaciones de la pulsién, motorizado por la mirada unificadora de otro y por la contencién empética del contexto. Cuando esto filla, nos encontramos con nilios que se accidentan, se gol- ean, gritan o se hacen pegar, buscando sentir. Y el vacio por no sentir ¢8 terrorifco, ya que se enlaza a la no-existencia, Trastornos en el pasaje del afecto al sentimiento El pasaje del afecto al sentimiento, de la descarga afectiva al registro de que esti sintiendo, puede presentar dificultades. La posibilidad de sentir {os sentimientos esti dada por la respuesta empitica de otro que pueda Poner palabras a lo que el nifio registra como puro displacer, que pueda cualificar diferentes sensaciones y que ayude a tolerar y a traducir lo que Te pasa. 142 | Diagnéstios en ta infarc jnar los afectos, Bn estos cass y cuando no hay posbilidades de tamer Jos ae we quedan como “marcas en el cuerpo”, cuesti6n qui 8 pasln estos Scosométicas. El representante afecto se expresa excsi psi : como descarga en el cuerpo ‘Trastornos por predominio de la desestimacion ‘ r ‘Pensamientos y percepciones pueden ser expulsados de si y retorna de un aicra "go", cual boomerangs que golpean ese lo descone ste. Cuando lo vivenciado se torna insoportable, el ovine sor puede llevar a la “excorporacién” de todo pense ove ede Tigado a 4, a arrojar de si toda repr ae ls To sans vacio, fa marca de la expulsion. : Stourton, Hina, fete a cg mce 6 medio ge 1 recerse, close. wi 0 hostil, lo que hace es empot a a Baccléa, no es slo del mundo. Es de dlesmantclamiento de a Fe samientos, de las propias fantasias. Es el propio univer ens ; onal lo que se descarta 7 ; econ ek movimiento expulsr, se produce un vaci intrno. Este puede jn tanto al sentir como al pense. a vost re 1) rechazo al sentir mismo. En estos 280s el cepulsado de si y con él la posbiidad de mn del pensamiento doloroso, cuan- deseos no pueden sostenerse y hay ‘Asi, puede producirse: sentimiento €s desestimado, expuls sentir; 2) desmentida o desestimaci do el pensar resulta intolerable; 3) los apatfa, abulia In salida del narcisismo. . Tacernor ‘por predominio de la desmentida Sila constitucién narcisista se ha dado, pero ¢l nifio queda reins cer “el mejor del mundo”, no necesitaré caminar, bab arnt puss jcién impos todo. Es decir, se aferra a una posi pees ovimiem ide brisqueda del objeto, de apertura a los otros, res oso y la decepei6n es intolerable. [i sutriniontoprquco en los nits + Bers ann También puede haber un exceso de narcisizacién y una imposibilidad de los padres de ubicar a st hijo en relacion con las leyes de la cultura, en tanto tolerar la caida de “his majesty the baby” supone soportar las propias fracturas narcisistas. Si son los deseos, las pasiones humanas las que nos traccionan hacia tuna bitsqueda permanente, el deseo de no deseo, el no buscar nada, el Suponer que ya se es todo, esté abrochado a la imposibilidad de salida det harcisismo primario. Un “no tengo ganas” que cemite a la muerte. Asi, Juan, de seis afios, comienza la escuela primaria sabiendo, segiin sus padres, leery escribie, Sin embargo, a lo largo del afio los padves son citados porque el nifio no responde, no escribe en el cuaderno, no lee ni teconoce los mimeros. La madre dice: “El puede todo”. El padre: “Es maravilloso”. El padre le hace creer que él decide los cambios de auto, las diferentes inversiones, etcétcra. Desmentida de la indefension infan- til, desmentida de las diferencias nifio-adulto. @Cémo puede este nifio ubicarse, con sus limites, en la situacién escolar? Pcl jiaacion q jue implica la desaparicién de ja pulsién misma como ete ver fortalecen el movimiento de busqueda permanente, soit desivacion a otras rretas, Considero por esto que, paraddjicamen: co een de a xa implica un tent dela deslgadr. Be cnde ton madre erotiza a su bebé no s6lo sus deseos ee sno que, en ely Ello, yoy supery estan operando y gun los modo sia eratizaciOn. Aquello que se considere correcto ¢ incorre 3 ae a eecncaibildades sublimatoria, determinarén los modos del cua coe ono que tl como descr Tzvetan Todorov, «3 uno de los pilares de la moral coxidiana (T. Todorov, 1993). ssa y entonces no hay normas ni ideales q su arbitrio, o si se siente confundido, o ibilidad de cumplimiento de ideales, la Si el adulto se supone Dios, no sean aquellos que emanan de st renuncia de antemano a toda posi isi 4 licada. transmisin se vera complica a ‘Si lo que se le exige al nifio es el sometimiento a la voluntad ie . a ka remunia si mismo, esto ya no posibilitaré una bisqueda creativa, é ibjetividad. ‘una anulacién de la propia subj ; soto Entonces, en ka libidinizacion misma estén operando no s6lo los ino tambie ideales. ‘0s sino también las normas € i¢ | . Ya consiruccién misma de los descos como recorrdo, como bésaus, da, sa marcada por la posibilidad del adulto de erotizar con tera, sn gan ‘al otro en un estado de excitacién permanente, de Perera raciendo diferencias, de transmitir prohibiciones sin foncionam autoritarios. a [1sufrimionto priquico en los nos * Beatriz Jain Dificultades en el pasaje de los idenles, del yo-Ideal al ideal del yo at ideale del yo ideal son diferentes a los del Ideal del yo. Los pri caracterizan por apuntar al “scr” ig I , Y estar ligados a la perfeccién, Gas ben aaquclo queen tnt sostén del marco, se Rees ete & debe ee de tal 0 cual manera. Y no. hay tiempo El inmediato, en el Gumplimieeoeimedtit en aqut y ahora, justamente porque invo- Los ideales del Ideal det it ; yo son movibl i inalanzables, marcancaminos a Ritaro. Na? FREER en Fao E| Ideal del Yo se eri erige como heredero de los descos incest lucha contra i mismos, producto deidentifcaiones con los ideale ‘i objeto de amor y del rival, Meteae ee del narcisismo, el yo ideal permanecera como subestruc lente, marcando metas ¢ ideales totalizad te ine e tol adores, intentos di a er a ocupar el lugar aforado. Aquello vivido como signo de vee cién marcard el camino para los ideales posteriores. paws setiaaee primitive oseedor de todos los poderes, deja lugar al rétem, Fepresentacion marcads por la muerte del padre. Hell dsl assinto cometio, pero también del amor y de la culpa, se erige como bastién de tos debersy ls blgaciones que posibitan a subsisenca de gro ‘bin, el Teal del yo, herder den Nstra de pasons "ae le amores, efecto de la muerte del i werte del padre en tanto desidealiza- ion, exige al yo el cumplimiento de mandatos. En lugar del ae aguelo que alguna vez se tuvo, tendré que alcanzar metas que llevan el sellode I cultura. Metis cya consecucin aarread placer, en tanto el aouerdo entree yo us ideales supondré un aumento de la investidura a yo, del amor a si mismo (como narcisismo secundario), in lugar de la vuelta al Pasado, se tende d , renderd un estado semejante al que alguna vez se tuvo, {rao ren sooner woe fate iio ged un legado: el deber ser, conjuncién de muchas , A veces contradictorias. Y esta identificacién posi ae 2 ZI posibilita a su ve mens identificaciones, Figuras investidas libidinalmente iran dejand oe vuclla cui cl aparato psiquico. nwo Las | Disgnésicos ent facia Jdentificacién con rasgos de los progenitores, con las metas y valores conscientes, preconscientes ¢ inconscientes de cellos, que se han consti- loa su vez por identificacién al Ideal del yo de los propios padres. tid son portadores Transmisores de normas y valores de varias generaciones, de los ideales y normas de la cultura a la que pertenecen. ‘Como algo a alcanzar, y por consiguiente algo que puede no ser cum- plido y que en tanto ideal conservara siempre una distancia, estas repre~ fentaciones del Ideal del yo suponen el haber sido ubicado en una linea sncesoria, en un devenir temporal, en una época de:erminada producto de ‘ana historia. Suponen el reconocimiento de una génesis y de un futuro. ero para que se puedan constituir los ideales del Ideal del yo, para ue haya un sistema representacional heredero de los deseos incestuo- 50s y 2 la vez transmisor de los valores culturales, para que los ideales sociales se inscriban en cl aparato psiquico, es imprescindible que el yo haya caldo como ideal, que el puro presente deje margen a un proyecto en un futuro. Proyecto cuyo cumplimiento acarreard una sensacién de triunfo, pro- pio del narcsismo secundario, por el acercamiemto a un ideal que no se confunde con el yo. Tiempo € historia operan como organizadores. Entonces, sila erotizaci6n queda acotada con Ia prohibicién del incesto ‘en los padres, si la narcisizacién se limita por la constitucién de la catego~ tia del otro como tal, primando una ética de la diversidad, sia transmision ide normas ¢ ideales converge en la constitucién de un superyé-Ideal del yo que posibilite el armado de proyectos y Ia inclusién en una linea gene- racional y social, los ideales pasan a ser posibilitadores de suefios. En la clinica con nifios ¢s habitual encontrarnos con esta paradoja: si el nino es reconocido como igual, pasa a ser idéntico y no se lo registras si se lo reconoce como diferente, esto presupone una expulsion de un uni- verso representacional: ya no es humano, es un monstruo, con el que la identificacién es imposible. Lo propio insoportable se rechaza y el nifio queda siderado. “Bs un desastre, por donde él pasa, queda Hiroshima”, dice un papa cuyo hijo de siete afios presenta dificultades en su desemperio escolar y que, fundamentalmente, tiene un cuadro depresivo. Por qué esta ima al [suttioion psguco en ts nos * Beat Jain gen de muerte? gPor qué la identificacién con la destruccién? Quién destruye y qué es lo que destruye? Qué territorio arrasado deja? Imbui- do de un poder destructivo absoluto, qué imagen puede construir de st mismo? Este padre, que recuerda que su propio padre le decia: “Vos no te ganas a nadie”, dice: “Cada vez que lo miro pienso que no va a cam- biar nunca”. ¥ aqui los ideales no son posibilitadores, sino terrorificos, Lo que se pone en cuestién no es un llegar a ser, sino un ser, en tanto lo que esta en juego es algo que ya fe desde el padre mismo. Sabemos que todo nifio implica una puesta en juego de proyectos, pero es muy diferente cuando los ideales que se ponen en juego son los ideales del yo-ideal, los ideales de perfeccién, omnipotencia, grandeza, en un ahora, “ya”, que marca la insistencia de la muerte, del no-tiem- Po, del no-futuro. Por el contrario, los ideales del Ideal del yo son ten- sionantes, porque marcan una distancia con el yo, motorizan hacia un faturo. Exigencias provenientes de los otros que se juegan con el nifio, ¢Cudntas veces los padres le exigen a un nifio que sea, ya, la octava mara- villa, para tapar asi los propios agujeros? {Cudntas veces se supone que ¢5 él, el nifio, el que siendo “his majesty the baby”, les otorga (en pre- sente) un lugar en el mundo a sus padres (0 a uno de ellos), lugar que ‘entonces se le impone como si fuera otro, en un movimiento lindante con lo siniestro? Situacién que, al dejarlo confinado al cumplimiento de un mandato imposible, puede cternizarlo en “no poder” o en “ser un desastre”. Desde el padre, el hijo es vivido como un sucesor. Es el que ocuparé un Jugar semejante al suyo, en tn tiempo futuro, tal como él lo ha hecho con su propio padre. Pero esto signa esta relacién como ambivalente, porque toda idea de sucesién presupone Ja muerte, a la vez que la lucha contra ella. Dice Piera Aulagnicr: “En la relaciin padre-hijo, a muerte estard doblemente presente: el padre del padre, en efecto, es aquel que en una época ejana sc ha querido matar,y el hijo propio, aguel que descari ln muerte de uno. Este doble desco de muerte silo puede ser reprimido gracias a la cone- xin que se establece entre la muerte y la sucesiin y entre transmisiin de la ley y aceptacitn de la muerte? (Aulagnicr, 1975, 155). EI hijo puede asumir el legado paterno, ubicdndose en la cadena gene- racional, Pero también puede someterse a un padre vivido como terrible, isn | Diagnéstcos ena nana mnalcanzable ¢ inmortal. O puede inhibir los descos hostile frente a un cadre débil, ya caido, al que vencié sin luchar. “Marcado por la fuerza de las pasiones caps oe a peu s i | Ideal del yo p . i tuna sucesién de deseos asesinos), € 4 de los casos, la asuncién de proyectos. Proyectos vitales S i S ecaine siempre la diferencia entre lo que se ¢s y lo que el ae ee Esta instancia implica siempre una eae Pa al yo, Dis aiana. Pero ésta sera insalvable que tensiona hacia un m: Joe individuos, As una distancia maxima entre el Ideal daly yoy ls ibilidades yoicas deja al yo en una situacién de impostiidad — jimiento del Idea y lo relega a una poscin de inferioridad, de un “ese vy falta”. Una de las consecuencias de esto son las inhibisiones, a ica siente que cumplir con lo exigido ¢s imposible y abandona a jntento, Por ejemplo, el mandato interno de ser el mejor alumno pu‘ mmotorizar a ciertos nifios, pero puede ser paralizante en otros y hasta ce efectos devastadores, generando una inhibicién en el rendimiento inte = i © i rifica puede generar difi- Es decig, una exigencia vivida como terror 7 Ens ‘que aparecen como problemas de aprendizaje, sobre todo cuan- do ese ideal contrasta con la imagen que el nifio tiene de s{ mismo. is it diltiples identificaciones, los idea- ‘Ademis, en tanto constituidos por mél ic {es pueden ser contradictorios entre si. Padre y madre tienen historias, deseos, normas ¢ ideales diferentes. ; ; En el capitulo “Psicopatologta y contexto social” profundizaremos el tema de los ideales y la transmisi6n de una ética. rancia Transmision de secretos y fantasmas Bs habitual que un no ecuche historias relatos de los pes abue lo, sagas fairs que le pertiten ee eyendas, mits acerca de su oi ny de los avatares de sus predecesores. Historias que él transmit vex a sas hijos y nietos. Historias que suftirin deformaciones sucess, recorts, pregados, es deci que ein endo transforma por aque que nunca el lato a través dels generciones, Bae aemaco de his fundamental para ubicarse en una familia y en una geneslogi sit [1sutrimienso psiquico en los nifios * Beatriz. ‘Janin Sin embargo, a veces lo transmitido n¢ istori a itido no son historias, relatos, sino si cios, frases a medio decir, evitacién de hablar de ciertos temas, ‘in md nifo pueda discernie de que se trata. Esta transmisiones dejarin meres, pero marcas de lo no dicho, de lo sabido-no sabido, de una especie de caja cerrada, de lo que es imposible apropiarse y transformar. e Tal como plantea Serge Tisseron, |, esto leva a que, en una generacién, aquello que se oculta quede como indecble, pero ve rake ee «5 de lo que no se puede hablar, “El acontecimiznto om enestitm ped nominarsindecibe! os a medi en gue ed preenteplguicamente a ee (0 aquellos) que lo ha vivide, pero de tal manera que este no puede ablar de ello, lo mas a menudo a causa de una vergiiensa.” are En la segunda generaci6n, ese secre f : to se torna innombrable; el ni Berce es hay un secreto, pero no sabe cuél s. “Sus contenides oe ignores y m1 existencia es slo prsenidae interrgad. Las hijos dels pad es. poradares de tranmatismos no elaboradas pueden desarrollar difi- cul le pensamier aprendizaje is sca poe per onto, de aprendizaje o temores inmotivadas, fSbicas y Yen a tercera generacién, i Ya Se torna impensable, er tani queda es el vacfo de pensamiento. isale Gaaee See a fe és sobre un traumatismo no superado, El nits, luego el que llega a ser, puede percibir en si mismo sensaciones, er ada scion imipenem gu paren cara ca explican por ss ida poiquica > nor ioe propia vida psiquica o por su vida familiar’ (Tisseron, S, ad desis hey conteidos que se wansmiten slenciosamente, que pue- Coa la = de una cripta o de un fantasma y que generan dif » dejando agujeros en el psiquismo, que », que pueden Ilevar a repeti- ciones textuales y compulsivas de lo vivido por otros. mews La repeticion a través de las generaciones i Padies tienden a repetir con los hijos las marcas que sus propios Padres dejaroa en ellos, abriendo caminos erdgenos, privilegiando vi marcisistas, transmitiendo normas ¢ ideales. - | Dig natn {ga algunos casos, lo que s¢ repite es lo esperado... Repeticidn de ide- ales de proyectos inconcluscs..., que el nifio sea aquel que eumpla lo fue los padres no pudieron hacer. Pero también estén aquellos que supo ‘rr una repeticién permanente de lo idéntico y esperan del hijo el cum- imiento del vaticinio de fracaso. Prevalece un tipo de pensamiento pesi- fist (“siempre va a ser igual”, “no tiene cura”, “es un fracasado”), que deja al niio en una red de profecias mortiferas, sin saliday lo arroja a una Gisyuntiva difcil de resolver: 0 confirma con su fracaso la palabra pater- tna o lucha por tener un destino propio, suponiendo que en ese recorri- do mata al padre. ‘También podemos pensar en una repeticién del agujero, del vacfo, del recortido que dejé el rayo en nuestra psiquis. Reiteraciones del arrasa- siento psiquico que insisten (por ejemplo, en el caso de madres depre- ‘vis con las que el nifio, al dirigirse a ellas, encuentra el vacio), {os padres suelen reencontrarse no sélo con los propios aspectos ama- dos, sino también con aquello insoportable de si, que vuelve desde 1 otto. En esos casos, el hijo repite lo que se intent expulsar, que retorna desde lo idéntico no-pensado. 1a repeticién de padres a hijos puede ser pensada como el modo en que reaparece en los hijos lo desestimado, lo desmentido y lo reprimido de los padres. Lo reprimido retorna, desde el nifio, en forma de sintoma o en fun- cionamientos que esbozan el armado de un sintoma. Cuando predomi- za la represi6n, se transmiten las representaciones reprimidas, pero tam- bign las normas y probibiciones que impulsaron la represi6n, las falas del mecanismo defensive, las grietas que deja. Este tipo de repeticién post- bilta la construccién de fantasfas. Cuando lo que se presentifica en el nifo ¢s algo del orden de lo des- mentido en los padres, esto aparece como una defensa a ultranza del nar~ cisismo y entonces lo que hace es repetir ciegamente un mecanismo que lo lleva a actuaciones permanentes. Tiene que sostener la desmentida porque en eéo se le va el “ser”, lo que lo lleva a una pelea con el mundo a expensas del principio de realidad. Y silo que predomina en los padres es la desestimacién, el nifo pasaré ser la presentificacién de lo rechazado, y puede tener un lugar en el [Et sutrinienc psguco en tos nifos * BetriJanin delirio paterno/materno, 0 llenaré agujeros representacionales de Ios otr0s, lo que lo deja sin pensamiento propio. El nifio queda como repre. sentante de aquello desestimado, como lo siniestro. ¥ 1 mismo se veri en dificultades para sostener pensamientos. Podemos pensar aqui la pulsién de muerte como la insistencia de aque- lo “cuyo objetivo siltimo permanece idéntico: abolir el pensamiento en el vacio de In nada? (R. Moury, 1991, 192). Lo que se produce a veces es |a repeticién del vacfo, como en algunos trastornos de atencién, cuando el problema no es que el nifio inviste otros aspectos del mundo de aque. llos que el contexto le exige, sino que “se borra” y “borra” el mundo, René Kaés, retomando la tcorfa de Bion, habla -en La transmisién de ‘a vida psiquica entre gencraciones- de transmisién de objetos transfor- mables y transmisin de objetos no-transformables. “Los objetos pulguicos inconscientes ransformables tendrian ln estructura del sintoma o del lap- ss. Sertan transferibles sobre el rernpeuta. Estos objetos se sransforman por otra parte naturalmente en el seno de las familins: forman la base 9 Ia materia pstquica de la historia que las familias transmiten a sus descen- dientes de generacibn en gencraciin. A estos objetos transformables se opo- nen los objeros no sransformables, cuyo efecto es posible reconocer en las obje- 40s ‘en brute’, especie de cosas en si que tienen, entre otras finalidades, la de atacar ch aparato de eransformacién de los miembros de la familia 0 del S7Up0, 0 de los terapeuras® (R. Kas, 1996, 28 y 26). Los objetos transformables suponen que el que los recibe puede modi- carlos. Implican el predominio de la represi6n en aquel que transmite y |a posibilidad de ser reincorporados por el psiquismo infantil. Y dice: ...) siempre aparece la idea de transferir-transmitir en otro aparato psiguico lo gue no puede ser mantenido y albergado en el sujeto mismo, 0 entre sujetos ligados entre si por una poderosa aliansa de intereses inconscientes” (R. Kats, 1996, 20), Cuando lo que se transmite es algo que, por estar “fosilizado”, no Puede ser modificado, sino que plantea una textualidad en su repeticién, las posibilidades de armar una historia que permita salir de la repeticién se tornan mas complicadas, Muchas veces, lo que predomina es el inten- to de sacarse de encima, de volver a expulsar lo que molesta sin tener | Diagnésticos en lainfancia ff ido vivenci . Otras, queda una sensa- ber sido vivenciado por el sujeto \ ; oon eo algo que perturba ¢ impide el despliegue creativos io i p Ree sin que cl nifio pueda ubicarlo en algan lugar. 3 . * ‘bjetos transformables forman el material que se transmite de gene race encracion, que va sutiendo transformaciones alo largo de esta ae Por el contratio, los objetos no transformables son como Sicosas en si? que atacan el aparato de pensar y traducir de los miem| dca familia, permaneciendo como objetos enquistados, inertes. segin este autor, formas vivificantes erotizadas de fa transmisién ee trasmisién de los deseos, como caminos abiertos en el hijo a par- (es rotamo matermo-paterno, ola transmision de ideales como save. de canzat) y también formas y modalidades morticanes, como a i isi los enquistamientos y_ insis de la transmisién de lo inerte, de 5 ps Lad de claro contenido piu 0 os agueros deja Pov ZN taut lecir, violentos, o lo inelaborable de una vivencia traw ‘ is scipts Jo no-representado, Jo que esté encriptado faa en Sinise yy marca un tipo de repetici6n en la que no hay transformaci6 Fi ina ni traduccién: queda una marca que insiste en una paar Siempre idénticaa st misma. Ast 10 no metbaiza de os pares ul transmitirse en forma “brata”, en una repeti - 0 afecto, la idea delirante o la vivencia —— se tana a a os ios estos: re NOs. repetirin en su vida esos trozos de vida ar berg afirma ane, en estos casos, ¢l psiquismo parece vacio, peo co std “lleno” de una historia que corresponde a 010 (Faimberg, ). i cer- También, cvandoalguno de los progenitors es porta de una cer tet, que es incrporada fo el ito como una fase deft des puede legar a sostener concepciones detranes sobre soa ene i ilo de “el aire me hace mal”; “si no samiento (del estilo de ‘el aire me ntact Meneciales”, , 9 cuando supone que tiene podere: rato me pedo morie”, 0 cua ven pers piles) podemos pensar que estas concepciones delirante ano shia Pera Aulagair, consceuencia de un “no-eprimile ssl [etsutinione priquce on los nies * Beer Jain A MODO DE CONCLUSION Pensamientos y afectos se van asf estructurando en una historia, Historia que no es nunca individual, sino que implica un entramado particular, propio, en un contexto familiar y social determinado (lo que desarrollaremos en el préximo capitulo). La cnumeracién que realizo no pretende ser exhaustiva, sino solamen- te pretende dar una idea de cémo ¢s el recorrido de la constitucién del siguismo; es ese “ir siendo” signado por otros, lo que posibilita a su vez diferentes avatares. De este modo, repensar la psicopatologia infantil implica internarse por los caminos de Ia insistencia pulsional, de los movimientos defensivos tempranos, de las identificaciones primarias y sccundarias y de la consti- tucién de las instancias, y no sélo en el nifio, sino en su familia y en un contexto social determinado. En cada una de las patologias que vamos a trabajar vamos a encontrar el despliegue de estos “trastornos en la constitucién subjetiva”, asi como la produccién de formaciones sintométicas. A la vez, considero que ¢s un modo de diagnosticar que nos permite adentrarnos en la problemética peculiar de cada paciente y simulténea- mente plantear algunas conflictivas que se repiten en diferentes casos. Esto nos permitiria hacer un diagnéstico de probleméticas en el que se pueda detectar como juega lo intrasubjetivo y en qué medida lo inter- subjetivo en la produccién de esa patologta. | Diagnostics ent infancia f pons . 1 Bae onoe de coro fs clas bar Santa pucden ar sions 08 cet Sy epeion. Enos ea, ED “ep 2, B. Jann, sf wmas neurdticos, efecto de tuna transaccion ar ie cla Xe 40, Pubs dea ncn de Polo aerate hi 90 ne ari ev coo be pee SEO Coen ee oes nenaeinnmee is esaciones poy tudo orl aa a eves ef “an a6" ste a erence Editorial Novedue, 2009, s7|

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