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El mercader y la bolsa

Cierto da un mercader ambulante iba caminando hacia un pueblo. Por el camino


encontr una bolsa con 80 monedas de oro. El mercader decidi buscar a la persona
que haba perdido el dinero para entregrselo pues pens que el dinero perteneca a
alguien que llevaba su misma ruta.

Cuando lleg a la ciudad fue a visitar a un amigo.

- Sabes quin ha perdido una gran cantidad de dinero? -le pregunt a ste.

- S, s -le respondi.- Lo perdi nuestro vecino, que vive en la casa de enfrente.

El mercader fue a la casa indicada y devolvi la bolsa. Este vecino era una persona
avara y apenas termin de contar el dinero grit:

- Faltan 20 monedas! Esa era la cantidad de dinero que yo iba a dar como
recompensa. Cmo lo has agarrado sin mi permiso? Vete de una vez. Ya no tienes
nada que hacer aqu.

El honrado mercader se sinti indignado por la falta de agradecimiento, y no


queriendo pasar por ladrn fue a ver al juez.

El avaro fue llamado a la corte. Insisti ante el juez que la bolsa contena 100
monedas, mientras que el mercader aseguraba que eran 80.

El juez, que tena fama de sabio y honrado, no tard en decidir el caso. Le pregunt
al avaro:

- T dices que la bolsa contena 100 monedas verdad?

- S, seor -respondi.

- Y t dices que la bolsa contena 80 monedas -le pregunt el juez al mercader.

- S, seor.

- Pues bien -dijo el juez- considero que ambos son personas honradas e incapaces
de mentir. A ti porque has devuelto la bolsa con el dinero, pudindote quedar con
ella. Y al vecino porque lo conozco desde hace tiempo.

Esta bolsa de dinero no es la suya, pues contena 100 monedas y sta slo tiene 80.
As pues, que se quede el mercader con ella hasta que aparezca su dueo.

Y t, mientras tanto, sigue esperando que alguien te devuelva la tuya.

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