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LA REFORMA ELECTORAL Algunas aclaraciones necesarias sobre las listas sabana Por Juan Abal Medina (h)* En medio del debate planteado en tomno a la reforma politica y las amadas “listas s&bana”, el siguiente articule advierte que la adopcién de ua sistema electoral que permita la personalizacién de ia votacién puede traer problemas mayores de los que se pretende solucionar. ‘uchos elementos de la Logica de ia competencia partidaria actual, que se asocian al Ila- mado “modelo del partido electoral”, impulsan ia adop- cién de tos viejos sistemas electorales tuninominales, que hace veinte aflos se consideraban verdaderas piezas de museo. Sin duda, el debilitamiento relativo de las organizaciones parti- darias y de ins identidades colectivas “orginicas” propias de la sociedad in- dustrial, samado al impacto de la 1é- gica massmediétice, generan recla~ ‘mos sociales en tomo a la abolicién de la representacién proporcional con fistas partidarias cerradas y bloques- das (lo que en nuestro pais recibe el incorrecto nombre de lista sabana), hacia la adopeidn de sistemas electo- rales que permitan la personalizacién de la votacién, En nuestro pais existe este reclamo, que se relaciona con determinados contenidos de la Ilamada “reforma politica” (concepto que con su so- ‘reutilizaci6n se ha transformado en tuna especie de universal vacio capaz de adoptar cualquier significado) y es imputsado por varias figuras maedisti- ‘cas y algunas onganizaciones no gu- bernamentales. Sin embargo, es im (*) Doctor en Ciencia Politica, Profesor UBA. UNS4M » UDESA. Imestigador del CONF. CET. Coondinador del Plan Estatégico de la (Cuda de Buenos Aires portante notar que la adopcién de uz sistema de este tipo tracria aparejadios problemas mayores 2 los que se pre- tende solucionar. Sintéticamente, quiero sefialar dos de los inconve- nientes que este sistema genera: la desproporcionalidad y la competen- cia individual. ‘La desproporcionalidad es en ver- dad una caracteristica de todos los sis- temas electorales y hace referencia a ladiferencia que existe entre fos votos de la ciudadania y os resultados eiec- toreles. Pero los sistemas mayorita- rios, como el uninominat, son los que generan los niveles de despropor~ ionalidad més altos, Hegando in- cluso a producir fa inversion det resultado. Veamos ua ejempto hi- potético para que se entienda: ‘Supongamos que un pais adopte el sistema uninominal (esto quiere decir que se di- vvide a este pais entantos dis- tritos eleetorales como car g0s se elijan y en cada uno de ellos resulta electo el candidato que saque mis vvotos) que es con ef que se gobiernan Gran Bretafia y Estados Unidos, por ejem- plo. Digamos que hay cin ‘co cargos en juego para el Parlamento local. Supon- games, asimismo, que to- dos los distritos tienen ta ‘misma cantidad de elector res (cien, en nuestro ejem- plo) para respetar Ia idea democréti- ea de que todos los votos valen lo mismo (de no hacerse asi el problema que se presenta se denomina mala- poreionamiento, pero es otro tema). ‘Veamos un resultado electoral posi- ble (ver cuadiro en esta pagina) El partido “B” obtiene tres bancas, el “A"unayel “C”larestante, conto cual el partide “B”logra uns mayoria total en el mevo parlarmento (3 sobre 5, ¢9 decir el 60 por ciento). En nues tro inventado pais posiblemente Jos militantes de “B” salgan a festejar a las calles y sus dirigentes agradezcan I pueblo que los eligié claramente para gobernar”. Hl dia siguiente los medios de comunicacién titularén con frases como esta: “Clara decision ciudadana” o “La gente manifest6 su rotundo apoyo a B”. Para completar el ejemplo, supon- gamos que “B” era el partido oposi- tor y el derrotado, “4”, era el que te- nia la mayoria antes de estos comi- cios. Los medios culparin a la mala ‘gestién dé 4 por su derrota y los ana- listas seflalaran los errores de campa- fia del oficialismo. Poco fiable Nada particular hasta quea alguien se le ocurra sumar todos los votos observat que “A” obtuvo 201 votos (€140 por ciento), "C” 159 (el 32 por ciento) y nuestro “ganador” apenas 140 (e128 por ciento). Bsta es la par ticularidad del sistema que lo vuelve bastante poco fiable en términos de su proporcionalidad y hace que mu- chas veces el resultado contradiga profundamente los deseos de los vo- tantes. Si bien nuestro ejemplo es exagerado, resulta totalmente posible yy en los hechos varios presidentes norteamericanos y primeros minis- tros briténicos “‘ganaron” con menos yotos que sus adversarios (como el mismo George Bush), tro problema adicional de este sis- tema es que en los paises que no tie- nen sistemas partidarios sélidos (co- mo Gran Bretafia), 1a logica de la competencia favarece a que se pre- senten y ganen las elecciones aque- Ilos candidatos que ya son conocidos y que tienen una mayor cantidad de B tina eteccién bajo el sistema unineminal: debe ve- ts Partie fe Pantidos BE Partido Bana Dtetrite + 8 Cd a ® Distritn 2 ts 3 a & Distetin® 2 & 12 8 Distr 4s 8 & 38 iste 8 we e si recursos econdmicos a sw disposi- ci6n, favoreciendo la oligarguizacion @ incentivando fa comupeiéa, Et voto y los parthdes Sin embargo, todo lo anteriormente expuesto no debe entenderse como una cerrada defensa del sistema dere- presentacién proporcional. de listas partidarias. Porel contrario, es impor- tante entender que su légica de fun- cionamiento s6lo lo hace actuar de forma aceptable cuando existen parti- dos fuertes, silidos y programéticos. Al fin y al cab, of voto por partidos sélo tiene sentido cuando éstos tepre~ sentan algo. Si, por el contrario, nos encontramos con partidos “débiles” que son poco més que agrupamientos de candidatos sin nada en comin més allé de compartir una lista, et resulta do se vuelve claramente negative. ‘Veamos rapidamente dos casos de nuestro pas: ta eleceién de dipata- dos nacionales en la Provincia de Buenos Aires y la de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. En el primero de ellos los ciudadanos se encuentran con listas con 35 nom- bres y en el segundo con boletas de 60 candidatos. ,Qué capacidad tie- rien los electores para controlatlos, 0 al menos para seguir su desempeito 0 saber sus nombres? Posiblerente us- ted mismo no sepa a cudntos repre- sentantes eligié en los diltimos comi- cios mas allé de recordar los dos 0 tresnombres principales que encabe- zaban ta lista. ¥ sia fo anterior suma- ‘mos otro problema tipico del sistema argentino como loesia verdadera lis- ta sdbana-es decir, boletas en las que van pogadas candidaturas para eloo~ sciones distintas (gobernador, diputa- dos nacionales, intendente, conceja- les, etoétera)-, probablemente usted haya votado @ un candidato que co- noce y haya elegide también, sin sa- berlo, adecenas de personas mds que actuatdn como sus representantes sin ‘que usted jams To sepa. ‘.Cuéntas figuras cuestionadas 0 co- rruptos desconocidos ha votado usted tismo sin saberlo? En realidad, si fos partidos funcionaran bien, si fuesen sélidos en sus controles internos y ex presaran todos sus micanbros una mis ma ideologia, el problema serla casi insignificante. Pero, si sumamos el ixtrafio mecanismo de las elecciones intermas (con sus pricticas de punte- 10s, clientelismo y compra de votos) y Inprictica de frentes electoralesen los que conviven el agua y el aceite (por ejemplo, en Ia eleccién para jefe de Gobierno portefio de! azo 2000 en una. de las lista principales figuraban va- rios integrantes del Gobierno de Kirchner junto con personajes querei- vindicaban piblicamente al dictador Videla y la dictadura militar), el tema adguiere su verdadera magnitud. GEsto quiere decir que no tenemos ‘opcién? En absoluto, sélo que.con par- tidos débiles e incoherentes casi todos Jos sistemas funcionan mal pero algu- nos funcionan menos mal que otfos. Por ejemplo, los llamados sistemas mixtos, que combinan representacién proporcional con candidaturas perso- nalizadas, en general producen mejo~ resresultados y deber‘an seria base de la discusién de la reforma politico- electoral que nevesita swestro pais. , costura, Zapateria y hasta jerta organica, pero s6lo en marcha espacios aciasos de fabri cacidn” que tienen hoy algunas cfr- es ‘que se busca que mientras que el zesto tiene ape- tun nivel de ocupacién del 10 Blumberg: EI Gustavo Beliz re que el proyecto es Por Juan Abal Medina (h.) *” coincidente con “un ieee ee ue un ciudadano que sufti6 una de lis peores muy buen requer ragedias personales que le pueden cour, como del sefior (Juan esl perdida de un Carlos) Blumberg”. a fue ela aa instacines liao convocaiorias populares, presentando proyectos © dijo que los pres instalando fa discusin en la esfera publica, nos ‘muestra una saludable conducta democritica de un importante sector de la sociedad, (“al 80 por ciea Por el contrario, que ia mayorfa de los dirigentes nimo”’ que estée; politicos se haya escondido detrs de él y actie de la leve ajuste que lo lleva ‘aera que lo hizo en los dias inmediatamente affo, a 300 pesos. Una pute entvegard a los Families del osteriores «Is primera manifestacién conyocada habla de una clase politica ea no y el esto ser depositado en decadencia, que esta lejos de haber superado la crisis caja de ahorro ¢uyo moato serd en- que estall6 a fine tee intemo una vez que Fe Las sesiones de ras Tegislativas, ea a libestad, ogruana de trabsjoen las c&s- eles se visperas de Semana Sania, cuando los legisladores ados a no tommarse arantizaba que se aprobaraa proyectos 5 legisladores no habian pensado hasta entonces, Obviamente esi no era as. peo lo importante del hecho es 6 la crisis de tegitimidad que sigue enfrentando gran parte de ls politicos de asi mate isi iudaba de que vdaba.o esconerse uaF Coa sus Blumberg y la crisis de la politica la Agencia simplemente espero, dejando de concurvir a lugares piblicos y apareciendo menos en la televisién. No voces que desde la oposicion de Zamora, Kirchner 0 Ibarra) 0 desde el mismo oficialismo (el propio Presidente Duhalde) propusieron tomarse en serio 41 reclamo ciudadano, Cuando Kirchner desde la presidencia gener un cconjunto de polticas valentes que reconciiaron {gran parte de la poblacidn con la politica enfrentando a los poderes y reivindicando la ‘apacidad de ansformar ia realidad, os politicos tipicas Salieron de sus escondits y como quien no 4uiere la cosa volvieron a sus précticashistéricas, creyendo que la populardad presidencial tambien Jes pertenecia ‘Los hechos que ocurieron mostrazon su emo, ef respeto ganado por el Presidente no lava las culpas del resto. Asi, sino quieren volver a protagonizar suevas “ssiones Blumberg” cada vez que un Ciudadano harto se dria al Congreso deberdn, ahora Si, ealizar la profunds transformacién institucional tanta veces prometida y jamds realizada, ‘Sélo una reforma que Sea verdaderamente ‘an mero taguillaje, que ransforme tal, que acabe con el ehentelisma, espurio de la politica, que termine con los ‘mecanismos electorales provinciales “abetrantes” (lemas, supermayorias, ete.) y que genere verdaderos organismos de contol ciudadano (como toral) podré reconciliar alos slrigentes con la sociedad y volver a hacer cresble Politica, profesor (UBA- lor del CONICET. Jueves 6 de mavo de 2004 Painina 45

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