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Aproximacion previa a la pragmatica 1.1 Introduccién La lengua, el sistema, como c6digo, esta fuertemente regulado; pero el uso esta igualmente normalizado, por lo quella pragmati- ca en una primera consideracién podrfamos entenderla como Ta disciplina que se ocupa de estudiar las estrategias que se siguen para que en la actuacién lingiifstica se obtenga el éxito deseado, en su doble dimensién, te6rica y aplicada (Fernandez 1996: 14),) Los hablantes de una lengua utilizan una serie de estrategias en la comunicacién que les garantiza el éxito. Construyen no slo oraciones reguladas, segtin la gramatica que poseen, como: Maruja canta bien, sino que, cuando quieran saber si Maruja canta bien, porque lo desconocen, utilizardn el recurso estratégico de preguntar: ;Canta bien Maruja?, y si lo que quieren es que cante en una reunién, se lo pedirdn u ordenardn segiin la relaci6n social entre el peticionario y Maruja, y le diran: jCanta bien, Maruja! Normalmente, por no existir jerarquizacién para ordenarlo, se for- Aproximacién previa a la pragmtica ”7 | mularé lo que es una orden encubriéndola estratégicamente como un requerimiento cortés. Del misrio modo que cuando varios comensales estén sentados a la mesa y se solicita la sal, la pregun- ta gPuedes pasarme Ia sal?, mas que ura pregunta sobre la capacidad del receptor, con respecto al contenido del mensaje, 1o que da es una orden encubierta. En el 4mbito familiar es frecuente ordenar, por comodidad, de manera similar, unos hermanos a otros, incluso a los padres; y es frecuente, por conocer el receptor las estrategias normalizadas en el uso de la lengua, que conteste, no al requeri- miento del emisor, sino a la orden con respuestas similares a la siguiente: Gente pobre no necesita criados. El hablar hay que situarlo dentro de una teoria general de la accién, puesto que hablar es actuar con la palabra, y en esa actua- cién intervienen hablante y destinatario como usuarios, relacio- ndndose con una tensi6n intencional en un determinado contexto. 1 En principio podriamos pensar que la diferencia entre la lengua, como cédigo, y el habla, reside en la regulacién del cédigo, o en la consideracién de la lengua como sistema organizado, como con- junto de reglas, frente a la actuacién, caracterizada, precisamente, por lo anecdético y ocasional, por lo accidental, casuistico, incluso andrquico, en cuanto al uso del lenguaje. Sin embargo, a nuestro entender, no es asf. Toda actuacién, lingiifstica o no, esté depurada a lo largo del proceso cultural general, y cristalizada en un conjun- to de pautas en un doble sentido, unas internas, que caracterizan ‘unas acciones como tales y no otras, y otras externas, que permiten a esas acciones ocupar un espacio dentro de las regulacién general, que ponen orden social y culturalmente, en los diferentes aparta- dos de reglas, o médulos de reglas de la actividad general. La actuaci6n lingitistica esta internamente regulada y se integra en la regulacién general de la actividad social. Pero es en el proce- so de regulacién, cuando determinado apartado se convierte en cédigo, por cuanto se utiliza a su vez con intencionalidad comuni- cativa, el cédigo se configura como sistema de reglas que operan en los diferentes niveles constitutivos de dicho cédigo. Dentro de tal actividad general existen acciones como “condu- 18 Ricardo Escavy Zamora cir”, “comer”, “vestir’, “jugar”, “torear”, etc. que estan social y cul- turalmente reguladas como acciones. Todas consisten en unos mecanismos que las hacen funcionar como tales; para conducir hay que pisar cl embrague, meter la primera velocidad, soltar el embra- gue poco a poco, etc.; para comer caldo hay que hacerlo con cucha- ray llevar ésta del plato a la boca, una y otra vez; para vestirse, uno ha de introducir el cuerpo con sus extremidades en los huecos de las prendas, segtin la disposicién de las mismas, pero, por otro lado, el conducir tiene que ajustarse a unas normas de circulacién que han ido cristalizando en un c6digo: hay que pararse en el stop; no se puede adelantar sin visibilidad; lo que queda recogido en las sefiales de trafico. Igualmente en el comer o en el vestir se ha llega- doa una regulacién social de esas acciones, y a una codificacién de tales acciones recogidas en los manuales de urbanidad, como en cualquier juego. En el toreo, por encima del estilo del torero de que se trate, existen unas leyes intrinsecas al toreo que los toreros tra- tan de cumplir, y un reglamento taurino que desde fuera, aunque nacido de la practica del toreo, trata de ajustarlo como actividad social en el complejo mundo de las acciones. Al mismo tiempo, el torero piensa en el cédigo cuando quiere utilizarlo intencionalmen- te, y sigue en la practica una estrategia que busca el éxito, busca salir por la puerta grande, lo cual no difiere de lo que Searle (1969) entiende como!’reglas constitutivas’ y ‘reglas regulativas’) Sin embargo, todas las acciones no tienen el mismo grado de normalizacién o regulacién, pues entre pescar que es una habilidad escasamente regulada por reglas constitutivas, prometer es un acto fuertemente regulado como veremos ms adelante. Como hablantes lidiamos con palabras, y nuestro hablar se encuentra codificado; nuestro hablar ha cristalizado en el cédigo: la lengua, regulada por niveles. Tal regulacién es la que le concede el cardcter sistematico en cualquiera de sus niveles. Desde la orto- graffa, que no es otra cosa que la regulacién del escribir, pasando por el nivel morfofonoldgico, que regula la diferencia de fonemas dentro de un mismo morfema (leche/lacteo; electricidad/eléctrico); el morfol6gico, que regula la formacién de palabras en el orden flexi- Aproximaci6n previa a la pragmética 9 vo 0 derivativo; el sintactico, con reglas de concordancia sujeto- predicado, sujeto-atributo; hasta el seméntico, en todes los niveles la gramatica puede ser explicada a través de reglas, que son expo- nente de su caracter abstracto y sistemitico. ‘Asi pues, podrfamos entender la pragmatica como la regulacién de la conducta verbal. Asociar el tuteo a la forma tii del cédigo, no es otra cosa que una regulacién pragmitica en relacién con el cédi- go, lo mismo que reservar la forma usted en espafiol para las situa- ciones con diferente estatus entre los interlocutores. El cédigo con- densado desde la regulaci6n del hablar (Wotjak 2006: 49), en el pro- ceso de formacién, incide en el hablar, vuelve al hablar para orien- tar y posibilitar la actividad lingiifstica: Conducta y acciones pautadas Hablar normalizado Cédigo Habla (fig. 1) Pero el proceso de gramaticalizacién 0 codificacién como apun- ta Levinson (1983: 9) es una cuestién dificultosa, pues existen emparejamientos entre formas lingiiisticas y elementos contextua- es que no tienen relevancia lingiifstica, porque no incorporan a la forma elementos significativos. Segan Levinson, la correlaci6n: entre sonidos mal articulados y la borrachera no pasa de mera correlacién; pero el emparejamiento entre la mayor familiaridad en 20 Ricardo Escavy Zamora Ja relaci6n interpersonal en francés y espafiol es una realidad con- textual Hevada al cédigo (Helmbrecht 2003). La diferencia entre una y otra situacién no siempre es facilmen- te deslindable, por lo que Levinson sugiere los siguientes criterios, en el sentido de que un rasgo contextual sea codificado lingiifstica- mente: a) Debe transmitirse intencionalmente b) Debe estar convencionalmente asociado a la forma lingiiis- tica en cuesti6n ©) La forma codificada debe ser miembro de un conjunto de contraste d) La forma lingiifstica debe estar sujeta a procesos gramatica- les regulados Sin embargo, existen elementos no codificados que influyen en la transmisi6n del lenguaje, como es el caso de los implicaturas conversacionales, que sin duda deben caer dentro de los estudios de pragmitica. No estan codificados, pero sf tienen un nivel deter- minado de regulacién con finalidad estratégica, y en ese aspecto en el uso de la lengua habra elementos de contenido, que afiadidos al significado literal, contribuyan a completar el sentido (Levinson 1983: 210). Antes de hablar el destinador iniciaré un proceso con intencio- nalidad semistica, para actuar estratégicamente tras la satisfaccién de sus intenciones, durante el cual iran cristalizando los actos lin- giifsticos, que a su vez, iran configurando un sistema regulado, con Ja finalidad esencial de transmitir significados. Por ello !a pragma- tica es anterior y justifica la semdntica (como parcela del c6digo, sistemética), con sus propios mecanismos normalizados, aunque no codificados, que cooperan a la transmisién del sentido de los enunciados. Desde otro punto de vista los filésofos del lenguaje contribuyen de manera muy importante al desarrollo de esta disciplina. De manera muy directa Austin, con su obra How to do things with Aproximacién previa a la pragmética ae words, R. Searle con Speach Acts, Wittgenstein, y sobre todo Grice, con su teorfa de los implicaturas conversacionales, dejan estableci- das Iineas sélidas para que se pueda urdir la trama de la pragmé- tica. Y como las disciplinas se delimitan en funcidén del objeto de estudio que abordan, el uso del lenguaje corriente es el objeto que va determinando los limites de esta disciplina, de la Pragmatica. 1.2. Delimitacién de la pragmatica De manera muy general, como corresponde a una introduccién de esta naturaleza, y en cierto sentido haciendo tentativas de pro- puesta, ya hemos ido refiriéndonos al campo de la pragmitica, pero el concepto necesita, sin duda, unos limites mas precisos, aun- que tal vez pueda adolecer de defectos teéricos; sin embargo, qui- zs ayude, si se esboza con esmero, a tener el objeto de la discipli- na més claramente diferenciado, frente a otras perspectivas de estudio en relacion con la lengua y el lenguaje. En principio diremos que a nuestro modo de ver la pragmitica lingiiistica no puede ser entendida, como se ha sostenido en algu- nos lugares, como un cuarto nivel lingiifstico, o un nivel diferente de la seméntica y la sintaxis. Yo entiendo, mas bien, que mas que un nivel, consecuencia de una obsesién a ultranza por estructurar Jo lingiifstico, es otra vertiente en donde no seria descabellado situar a su vez niveles de estudio por similitud a como se ha soste- nido en la tradicién gramatical. Si en el sistema se diferencian los niveles: fonolégico, sintactico y semantico, también en el habla se puede diferenciar: una fonética y entonacin, una sintaxis del enunciado y una seméantica del sentido. Es decir, los fonemas y uni- dades que opera en los niveles lingiiisticos sistematicos abstractos tienen una concrecién o una traduccién practica en el hablar real. Si bien, lo que interesa en la pragmitica, especialmente, son ele- mentos del contenido que se aftaden al significado, por cuanto los elementos relativos al sonido, ya han sido estudiados por una dis- ciplina que cuenta con amplia tradicién, la fonética, y en su plas- 2 Ricardo Escavy Zamora macién en el hablar, en las dialectologias y la lingiifstica aplicada. En lo relativo a la sintaxis, las relaciones abstractas que se esta- blecen entre las unidades del sistema, sintagma y oraciones, son los. mismos que operan en los enunciados, porque una vez diferencia das estas dos unidades, oracién y enunciado, poco le queda a la pragmitica que hacer. Sin embargo, su campo de accién fundamental lo encuentra el estudio en todos aquellos fenémenos que junto a las estructuras fonética, sintdctica y seméntica, inciden en el contenido de los enunciados para perfilar el sentido ultimo comunicativo. Ala pragmatica, pues, le interesa estudiar los elementos y meca- nismos que, junto al contexto verbalizado, (entendiendo por con- texto verbalizado, no el mundo en su existencia independiente de Ia lengua, sino el contexto tal y como es aprehendido por cada sis- tema lingiifstico, que es lo que hace posible significar el mundo), contribuyen a la interpretacién de los mensajes, segtin el sentido que pretendidamente dan los emisores a los enunciados emitidos. Los mecanismos, como hemos dicho, como el propio contexto, al estar verbalizado, suponen una normalizacién, un mecanismo estratégico, una regularizacién también, como el sistema de otro modo lo esta. En ultima instancia hablar es transmitir mensajes que estén codi- ficados, que se relacionan con un contexto igualmente conectado con el sistema, en cuanto que esté verbalizado y un conjunto de estrategias y mecanismos de uso que si los utiliza el emisor es por- que el receptor los puede tener en cuenta para la interpretacién, afiadidos a los que son exclusivos de la interpretaci6n, que previa mente pueden también haber estado presentes en el emisor. Es decir, unos y otros estan normalizados en diferente grado y mane- ra. 1.3 El término ‘Pragmitica’ No existe desacuerdo entre los lingiiistas para asumir que la ver- Aproximaci6n previa a la pragmitica 2 dadera naturaleza del lenguaje no puede ser comprendida si no se acepta que existe el Ambito ocupado por la Pragmitica, 0 lo que es Jo mismo, si no se comprende cémo se usa el lenguaje en la comu- nicacién. Mientras que la Lingiiistica maneja objetos que son estructuras, la Pragmitica los estudia en cuanto impulsados, mani- pulados y tratados psicolégicamente (Demonte y Espinal 1998), segtin Sanchez de Zavala. Aunque el término se usé con otros intereses (Gutiérrez 1996: 12) anteriormente, fue Morris el primero que lo utiliz6 en el sentido con que después se asumié dentro de la investigaci6n lingiifstica. Si acaso Ortega puede ser tenido en cuenta, como veremos des- pués, al entender que el hombre es accién, es praxis, referido esto al “decir”, frente al “hablar” que para él es un uso. Sin embargo, Wunderlich (1972: 5) no cree necesario definir lo que es la pragma- tica lingiistica, sino ampliar los horizontes en la consideracién de los problemas (Schlieben-Lange 1987: 11). Charles Morris (1938: 31-32), afirma: “que pueden estudiarse las relaciones de los signos con los objetos a los que les son aplicables”, relacién que recibe el nombre de dimensién semédntica y su estudio, semdntica. “Pero el objeto de estudio también puede ser la relaci6n de los signos con los intérpretes”: dimensién pragmatica, cuyo estudio recibir el nombre de pragmatica. Por ultimo, la relaci6n de los signos entre si, constituye la dimensién sintdctica, cuyo estudio corresponde a la sintaxis. En este resumen podemos valorar la defi- nicién de pragmatica junto al lugar que Morris Je concede dentro de la semiologfa, en el sentido de que la relacién pragmatica de los signos esta coordinada, no subordinada a las relaciones semantica y sintéctica de claro ascendiente peirceano. Tripartici6n asumida por Carnap, en el que prevalecera con otras acepciones de gran trascendencia. No obstante (Eco 1987) esta triparticién no es acer- tada puesto que las tres estudian el mismo objeto la semiosis, bajo tres puntos de vista diferentes. Ahora bien, la semiosis es un pro- ceso social y cultural y como tal es complejo, dificil de ser reduci- do a una de las tres facetas. Esta definicién de pragmatica seria con posterioridad retocada por Morris (1946-1973:325-ss.) en el 24 Ricardo Escavy Zamora siguiente sentido: “Pragmitica es la parte de la semistica que trata del origen, usos y efectos de los signos dentro de la conducta en que se hacer. presentes” (Schlieben-Lange 1985: 36). El término, sin embargo, se ha ido especializando como Pragmatica Lingiiistica, no valido para todos los sistemas de sig- nos, como habria que entenderlo en el sentido amplio morriseano (Levinson 1983:1-2). Como dice U. Eco (1987) si s6lo son fenéme- nos pragmiticos para Morris los que no se pueden estudiar en sin- taxis o semantica, como estrategias conversacionales, implicaturas, insinuaciones, etc., el Ambito de la pragmitica se reduce mucho, al campo de la inferencia postenunciativa; si se refiere a fenémenos como la deixis y la presuposicién, éstos pueden ser estudiados en el Ambito de la pragmiética; si se refiere a los actos de habla, pue- den ser estudiados por la seméntica y la sintaxis, por ejemplo, las 6rdenes que se corresponden con una forma sintactica: imperativo, Jo mismo que en lo realizativo de una promesa existe algo de natu- raleza semAntica; si se refiere a elementos contextuales que tengan incidencia en la interaccién, como condiciones y posicién fisicas, gestos, tiempo, lugar, etc. esto no sélo lo estudiaria la pragmatica propiciada por Morris, sino otros sistemas semidticos. Su error, de naturaleza légica, es que iguala semiética y pragmitica, porque si la pragmatica tiene su raz6n de ser en la relacién de los signos con los intérpretes, la semictica es lo mismo que pragmitica, porque no se pueden entender los signos si no existen intérpretes (Eco 1987). 1.4 Definiciones de pragmética La pragmatica después de Morris ha sido entendida como un dimensi6n proteica de campes, dentro y fuera de la ciencia cogni- tiva, no solamente lingiifstica, psicolégica cognitiva, antropologia cultural y filosofia, como teoria de la accién, especialmente, sino también sociologia, por lo que a las interrelaciones se refiere, ¢ incluso retorica (Green 1996). Se ha definido de diferentes formas, por ejemplo, Levinson Aproximacién p.evia a la pragmdtica 3 (1983:23) recoge la de Stalnaker (1972) entre otras: La pragmtica es el estudio de la deixis (al menos en parte), la implicatura, la presuposici6n, los actos de habla, y varios aspec- tos de la estructura del discurso La suya es la siguiente (1983: 8): La pragmitica es el estudio de aquellas relaciones entre el lengua- je y el contexto que est4n gramaticalizadas, 0 codificadas en la estructura de una lengua Para Gazdar (1979: 2): La pragmitica para un lenguaje natural se ocupa de ‘fuerza ilocu- tiva’, ‘implicatura’, ‘presuposici6n’, ‘aceptabiliad de dependencia contextual’ En general, las tiltimas definiciones, si se consultan los dicciona- rios, pueden adscribirse a dos perspectivas, una lingiifstica, que insiste en la importancia de la interrelacién de los usuarios, y otra, la filos6fica, que atiende a las condiciones de uso del lenguaje humano, de acuerdo con las determinaciones que le impone el con- texto sociocultural. A nosotros, por mas que queremos en principio ser neutrales, nos interesa lo que refuerza nuestra perspectiva y nuestra inten- cién, por ello reparamos en la pragmitica que es una lingiifstica de la ‘parole’ en sentido preciso, no como algo subsidiario que se le aftade a los planteamientos formalistas que se ocupan del sistema, de la ‘langue’ (Schlieben-Lange 1987: 27). Se debe ocupar del estu- dio de la actividad lingiifstica, con nueva dimensién de estudio, sin prejuicios cientificistas limitadores. Piensa que puede ser contem- plada en tres perspectivas tedricas: 1.-La relativa al empleo de signos por parte de los interlocutores -Lingiiistica del diélogo en pos del consenso 3.-Teoria de la accién, 0 del hablar 26 Ricardo Escavy Zamora La pragmitica se ocupa de investigar el hablar a través de su manifestacién naturalmente cialogada, como acci6n dirigida a la comprensi6n, sin perder de vista que la lengua se encuentra en el hablar, de donde, a través de procesos diacrénicos, ha ido codifi- cAndose en el sistema. Ademis, en la actividad lingiifstica se han de discernir pautas generales, tipos de actos, juegos de lenguaje, tipos de textos y enunciados, etc., en la medida de lo posible, para hacer discreto lo continuo. No es lo mismo el conocimiento de la lengua, que el conocimiento de principios sobre el uso de la len- gua, sobre la comunicacién, que se necesitan para que su utiliza- ci6n sea efectiva, para alcanzar la meta propuesta. La pragmatica comienza a encontrar su sentido, no sdlo en la accién, sino en la conducta lingiiistica (Reyes 1990: 15), por lo que no s6lo cuenta lo que decimos, sino muchas veces lo que callamos, los silencios, 0 lo que encubrimos bien o malintencionadamente: la pragmitica es, antes que accién, intencién, antes que accién, proce- so, y no s6lo accién, sino interrelacién. Precisamente para Grice el significado tiene que ver con la intencién comunicativa del emisor, pues la comunicacién tiene lugar cuando se reconoce la intencién de! hablante. Como puntualizan Sperber y Wilson (1986: 40) una cosa es la intencién informativa, que consiste en informar de algo, y otra, la intencién comunicativa, consistente en infermar de la intencién de informar. Pone en relacién las formas con las intencio- nes que envuelven los actos. Las acciones se llevan a cabo para que el proceso llegue al fin pretendido y que la intencionalidad con que se resuelve sea convenientemente interpretada en la interrelacién. Hay que saber usar el lenguaje para comunicar sentimientos, deseos y creencias que encuentren el efecto perlocutivo adecuado, como adular o insultar (Green 1996: 3); la pragmatica da cuenta de la “comprensién de la accién humana intencional”. Con los actos se quiere concluir alytin propésito, por lo que la inclusién de cre- encias e intenciones es inevitable. En Ja comunicaci6n intervienen elementos no convencionales para satisfacer el propésito comuni- cativo, como cuando se le ofrece fuego a alguien que muestra un cigarrillo sin encender en la comisura de los labios, por interpretar Aproximacién previa a la pragmdtica 27 su deseo. Esto se parece a la elocuencia de los silencios. Insiste Gre2n (1996: 5) en que la pragmatica es entendida como el estudio de acciones llevadas a cabo deliberadamente con la intencién de que el destinatario, teniendo en cuenta la intencionalidad, se apro- pie del mundo, las creencias, valores, actitudes, e intenciones del hablante. Sin embargo, para que este campo no sea ilimitado irra- zonablemente, la pragmitica lingiiistica tiene que ajustarse a prin- cipios que tengan que ver sistemdticamente con actos que se llevan a cabo con expresiones lingiifsticas. Aunque Ia accién comunicati- va pueda sobrepasar la acci6n lingiiistica con “actos de habla” explicitos, dice Habermas (1976). La teorfa de Austin es una teoria pragmética como estudio de la acci6n o del hacer (Lyons 1995: 25). A pesar de que no desarroll6 este punto, es una pragmitica social, una teoria del decir como accién en el marco de las instituciones sociales, donde las conven- ciones estan, como tales, aceptadas, tanto en el primer estadio, el dial6gico Yo-16, como en el mas amplio sociocéntrico, hasta el que podria ser entendido como mundial. Si el objeto de la pragmitica es la acci6n humana de un modo general, la pragmatica lingiifstica puede ocuparse del estudio de las acciones que se llevan a cabo por medio del uso del lenguaje, tenieado en cuenta sus condiciones de uso (Ducrot 1984: 177). Pero surgen problemas; por ejemplo, las palabras a veces ejercen influencia eficazmente, no tanto por un poder intrinseco, como si de sortilegio se tratara. Es debido a las condiciones sociales en que se usan y no a propiedades lingiifsticas que contengan; otro proble- ma tiene que ver con el hecho de que lo que interesa no es lo que se hace al hablar, sino lo que hace el hablante, segun sea el enun- ciado que emite, pues, si formula una pregunta, se espera una res- puesta tras una coaccién mayor o menor sobre el destinatario: “El enunciado vehiculiza la imagen de la enunciacién a través suyo”. “El punto que para mf reviste importacia es que esa incitacion a actuar 0 esa obligacién de responder se dan como efectos de ja enunciaci6n” (Ducrot 1984: 178). Ricardo Escavy Zamora 1.5 Breve esquema historiogréfico Cfreulo de Viena ——» Carnap Semidtica Logica t Morris——» Klaus Semistica rate cael Mead ——>»interaccionismo hr sociolégico y | teorfa de los roles | Wittgenstein 1 YAN Moore —> Ryle ———> Austin —>Searle Teorfa del Acto de habla Influencia biografica comprobada Actitud fundamental afin (fig, 2) En la pragmatica lingiiistica convergen diferentes Iineas cientifi- cas a lo largo de la tradicién, que se pueden resumir en dos cua- dros, uno fundamentalmente de contenido filoséfico, el anterior- mente dibujado, y otro, de contenido esencialmente lingiiistico, facilmente conectables a través de Morris, desde Peirce. El prime. ro, tomado de Wunderlich por Schlieben-Lange (1987: 28) da cuen- ta del entramado de influencias entre fildsofos hasta Hogar a la teo- ia de los actos de habla, en unos casos comprobadas por coinci- dencias biogréficas constatadas. Tan s6lo en el caso de la influencia de Peirce sobre Moore, Wittgenstein y Ryle esta influencia se sus. tenta en las afinidades entre ellos. El segundo cuadro recoge una red de las conexiones lingiifsticas feoricas que podemos organizarlas como sigue, sin pretensiones 29 Aproximaciés de exhaustividad, y abierto a la revisiOn y perfeccionamiento, ; | ii | smo + K. Bihler/R. Jako) i | > Estructuralismo boon i i 4 ‘Competencia ‘Eunciones, Generativismo ‘Actuacién i | tl Teoria Peirce Tconos detossigwms S| Intices i Wittgenstein Austin Searle Filosofia del lenguaje —> Grice comtiente Habermas) (fig. 3) Hemos partido de Ferdinad De Saussure como referencia comienzo de lo que podriamos Hamar lingiiistica moderna, co, “l creador del estructuralismo lingiiistico. Podrfamos haber inco,, "0 rado en el cuadro su dicotomia conocidisima de lengua y hag pero podia resultar en exceso farragoso. Por lo que respecta aj }.2. tado de fildsofos del lenguaje corriente, no pretende ser rigury, sino indicativo, para una visi6n general. Con s6lo dibujar ung 4°. 30 Ricardo Escavy Zang, a cha desde Peirce podrian conectarse los dos cuadros anteriores. Con De Saussure la lingiiistica se ocupa del estudio del sistema, aunque el profesor ginebrino preconizara la necesidad de una pos- terior lingiifstica del habla, dentro de cuyos planteamientos surge el generativismo abanderado por N. Chomsky, el cual diferencia los conceptos de competencia y actuaci6n, el segundo de los cuales claramente apunta a lo que de manera genérica entendemos como pragmitica lingiiistica. Por otro lado la teoria del signo lingiiistico de De Saussure abre el camino hacia la Semi6tica, por donde discurrirén las reflexiones de Peirce, cuya distincién entre simbolos, iconos e indices justifica- rd en gran medida la existencia de una disciplina como la Pragmitica. Su influencia incide directamente en Morris a quien se le debe el término de “pragmética” y el concepto que propicia el estudio de los signos en relacién con los hablantes. K. Biihler, en su obra Teoria del Lenguaje, diferencia el campo sim- bélico del campo mostrativo, estableciendo la primera axiomdtica de la deixis, con tres tipos: la ad oculos, am phantasma y andfora. R. Jakobson (1950: 310) en su articulo “Los conmutadores, las catego- rias verbales y el verbo ruso” se ocupa de elementos singulares del Ienguaje que denomina “shifters”, elementos que presenta la doble naturaleza de “simbolos” e “indices”. En suma, con estos autores se abre un amplio campo de estudio que sobrepasa la estructura de la lengua para situarse en relacién con el habla, en el ambito de la mostracién, y, como dice Morris, en el ambito de la Pragmitica. Si la investigacion lingiifstica llega a la pragmatica a través de la teoria del signo, analizando el primer nivel pragmético que es la deixis, por los derroteros de la teorfa de las funciones del lenguaje, que comienza con Bithler, también se rebasa el nivel de la lengua como sistema, para operar en el campo de la utilizaci6n de la len- gua y la funcién que cumple: en relacién con el mundo (funcién representativa), en relaci6n con el emisor (funcién expresiva), y en relacién con el receptor (funci6n apelativa). Jakobson, aunque sus intereses tienen que ver con la literariedad, tiene en cuenta estas Aproximacién previa a la pragmatica ol funciones ampliando el néimero con tres mas, ademas de sus apor- taciones en el campo de la mostraci6n, referidas a los shifters. ‘Atras va quedando poco a poco el rigor estructuralista, el rigor inmanentista, cuando parecia que cualquier investigacion para ser Gientifiea debfa ajustarse a parémetros donde la presencia del suje- to desapareciera. La investigaci6n se va a ocupar paulatinamente del hablar, de la utilizacién de la lengua. Benveniste considera la distincién entre lo que es enunciaci6n y Jo que es enunciado, a par tir de que la funci6n central de la lengua es la comunicaci6n, enten- diendo por lo primero el proceso de enunciar, y por enunciado el producto real, resultado del proceso de enunciacion. Ya estamos irremediablemente fuera del sistema lingiiistico situados en el campo de la pragmitica lingitistica. En el Ambito de la filosofia, el punto de partida podemos situar Jo en Jo que se conoce como pragmatismo americano, con Peirce a In cabeza, tras el cual, Morris, en su interrelacion con Carnap, da continuidad a la corriente. En el empirismo légico caracteristico Gel Cireulo de Viena, dentro del cual trabajan el propio Carnap y el primer Wittgenstein, influidos por Tarski, lo que se pretende es prear un lenguaje cientifico, no se trabaja en sentido estricto en un anilisis del lenguaje corriente (Schlieben-Lange 1987: 37). Elsegun- do Wittgenstein, con sus Investigaciones filoséficas da un giro apro- ximandose a la “Filosofia del Lenguaje Corriente” propia de la filo- sofia inglesa. El significado es el uso y Ja lengua no se usa tanto para describir el mundo como para llevar a cabo acciones lingiiis- ticas, en lo que ama “juegos de lenguaje”. Por ultimo, Habermas (1976: 306) entiende que los planteamien- tos que se siguen, desde la logica, en la lingiiistica y en Ja filosofia analitica coinciden en que quieren explicar el uso del Jenguaje a partir de planteamientos formales. Pero tiene debilidades por falta de generalizaci6n: parten de conceptos basicos, no analizados sufi- cientemente; se siguen limitando a los instrumentos de la légica y la gramética, aunque se muestren insuficientes; se tiene en cuenta el actor solitario que actéia de manera racional, como ocurre en Grice, pero no lo sitéan en Ja intersubjetividad. Estudia el lengua- 2 Ricardo Escavy Zamora je dentro de una teorfa del consenso sobre la verdad, de manera que el estudio de la actuacién lingiiistica no pretende tanto situar- se en la teoria clasica de los actos de habla, como contemplar la posibilidad de consenso en los discursos. Todavia deberiamos citar las reflexiones sobre los indices tanto en el 4mbito de la gramdtica generativa, que en su interés por lo pragmético converge con los de los filésofos. Bar-Hillel entiende que ademés de los usuarios yo/tti existen otras formas como aqui, ahora, etc. que determinan el contexto espacio-temporal y deben ser estudiadas para la aceptabilidad de las oraciones. Montague (1974: 96) en este Ambito define pragmatica del siguiente modo: La pragmatica se ocupa de las expresiones defeticas, es decir, de palabras y oraciones cuya referencia no puede ser determinada sin el conocimiento del contexto de uso; ejemplos como las pala- bras ‘yo’ y ‘aquf’ al igual que las oraciones que implican tiempo Apuntan decididamente al campo de la deixis, a lo que se ha Ila- mado el primer nivel pragmitico, o nivel contextual de anclaje de las oraciones en una situacién de uso, de coordenacién espacio- temporal, ademés de personal. Se ha escrito poco (Biletski 1996) de historia de la Pragmatica, pues después de diecisiete afios de publicacién de la revista Journal of Pragmatics s6lo tres articulos se ocupan del nacimiento de ia dis- ciplina y sus antecedentes. En este sentido se puede subrayar que Koschmieder, diez afios antes de Morris (Keck y Stubbs, 1984), tiene algunas notas sobre actos de habla; tampoco Verschueren (1978) incluye en el indice titulos de historia de la pragmitica; como tampoco existen dentro de la Historiografia Lingitistica; algtin autor sf que se ha ocupado de situar su origen en el campo de la Filosofia. Aproximacién previa a la pragmética 1.6 Pragmética y gramética Ala hora de situar la pragmitica dentro del marco amplio de los estudios lingiifsticos se habla de un cuarto nivel dentro de la gra- ‘mitica, mas allé de la semAntica (Fernandez 2003). Esta propuesta se asemeja a la polémica que en su momento se mantuvo para deci- dir si la seméntica era una parte de la gramAtica o més bien la gra- mitica debia ser entendida como una parte de la seméntica. No es un cuarto nivel, es otra vertiente de estudio del hecho lin- giifstico, que en relacién con la gramatica, o mejor con la lingiifsti- ca, podemos considerar organizada en niveles similares. Estos niveles s6lo pueden ser tenidos en cuenta si establecemos un para- Jelismo entre oracién y enunciado. Ademés de una teoria de la interpretacién, como es la teoria de la relevancia y una perspecti- va de estudio similar a la de la enunciacién, como en su momento fue la de Benveniste. He acotado una cita de Angel Lopez (1989: 242) que da respuesta casi exacta a nuestra manera de ver el pro- blema: La pragmética constituye una descripcion del lenguaje (cerrado) operada desde el mundo (abierto): segtin se atienda las asociacio- nes de signos ~sintaxis-, a los paradigmas de significados —seme- mitica-, 0 a los paradigmas de significantes —fonemética- se hablaré de pragmética comunicatioa, pragmatica léxica y pragmética ‘fonica Si nos ayudamos expositivamente en la dicotomia saussureana, la vertiente pragmitica estudia y se ubica en el habla, en tanto que la lingiiistica estudia la lengua, el sistema. De cualquier modo, no podemos perder de vista que la lengua esta dentro del hablar; la lengua es ei armazén sistematico que permite su funcionamiento en el uso. La Lingiiistica y su parte nuclear, la Gramitica, residen en el seno de Ja Pragmitica, aunque por cuestiones metodolégicas se hayan desarrollado, y se presenten, como dos ambitos de andli- sis diferentes. Las abstracciones y regularidades que constituyen la Lingiiistica y la Gramatica han sido descubiertas como resultado a4 Ricardo Escavy Zamora a de la reflexi6n que, a lo largo del desarrollo de la ciencia lingiifsti- ca, han Ilevado a cabo los graméticos al estudiar el funcionamien- to y Ja naturaleza de los elementos constituyentes del habla. Podemos representarlo con un esquema sencillo tomado de la Presentaci6n de la Pragmética de S. Gutiérrez (1996: 22): Ink. referencial Inf. referencial significado] Lingiiistica Inf intencional sentido Pragmética (fig. 4) Si aceptamos este planteamiento parece excluida la concepcién de un cuarto nivel para la Pragmatica; mas bien, como sostenemos y justificamos con la cita de S. Gutiérrez, los niveles que reconoce- mos en el anilisis lingiifstico tienen que mantenerse en el andlisis pragmatico, porque lo lingiifstico es la entrafia de lo pragmético. No obstante, la pragmética es ms amplia que la Gramatica, pues- to que mientras ésta restringe su campo de estudio a los materia- les que le proporcionan los enunciados, como no puede ser de otra manera, la Pragmitica, ademas de estudiar los enunciados, se ha de ocupar del interesante proceso de la enunciacién y del no menos interesante de la interpretacién, como acabamos de adelantar. No debemos, no obstante, perder de vista que el hablante para Hevar a efecto sus propésitos pragmiticos, lo que hace es echar mano de los recursos gramaticales que el sistema pone a su dispo- sicion y de otros ms alejados del sistema. Mientras que lo pragmé- tico es continuo y universal, lo gramatical es finito, discreto y par- ticular para cada lengua. Se ha propuesto la necesidad de una interfaz entre gramatica y pragmatica que dé solucién a esta rela- cion (Padilla 2005: 26), en su caso cognitiva y funcional. Para dejar resueita nuestra opinion sobre los niveles veamos el siguiente esquema: Aproximacién previa a la pragméticn 35 sateen matin Sintaxis Oracional Sintaxis del emunciado U(funciones sintéc.) (funciones pragméticas) L A Semtica Semintica | (significado) A (sentido) A vetbaliacion copIGo regine ENUNCIACION esategias | (fig. 5) Wl I Aunque el cuadro es lo suficientemente explicito, no puedo 4 evitar hacer algunas observaciones sobre todo referidas a la parte derecha en la que se sittia el habla y Ia disciplina que la estudia, la Pragmitica. En el nivel de la fonética corresponde estudiar los sonidos de la lengua y lo referido a la entonacién; en el morfologico pue- 36 Ricardo Escavy Zamora den estudiarse fendmenos de Propuestas léxicas y morfolégi- cas: nuevas palabras, morfemas no registrados: -ata (bocata, sociata, cubata, negrata); minimiaciones, etc.; en el sintactico se deben estudiar las funciones pragmiticas; en el semantico, las cuestiones que tiene que ver con el sentido: relevancia, inferen- cias, en suma cuestiones relacionadas con la interpretacién, La Pragmitica ha de atender muy especialmente al Proceso enunciativo, o paso de la lengua al habla, como indica la flecha inferior, en el cual la plurioperatividad del yo se hard manifies- ta en las diferentes fases 0 médulos que se generan entre el sis- tema y la actuacién lingiiistica. La flecha superior, del contexto al cédigo, da cuenta de lo que hemos adelantado en (1.1. figura 1) que elementos como la segunda persona del plural en francés, espafiol y en otras len- guas Ilegan al sistema como mecanismo cortés, hasta el punto que la cortesfa es considerada un dominio funcional del len- guaje (Helmbrecht 2003). La utilizacién que hoy recoge el siste- ma con tres posibilidades: distinto nivel de cortesia (ti-usted) asimétrico; igual nivel de cortesia, simétrico (tu-td, usted- usted). Esto puede cambiar diacrénicamente; los cambios democriticos inciden en la obsolescencia de usted. En inglés ya ocurrié con la forma cortés you, la cual se generaliz6, como consecuencia la forma thou de la segunda persona del singular se hizo obsoleta. En espafiol la incorporaci6n al sistema de la forma usted se levé a cabo tras un proceso que se originé en una expresién como vuestra merced que ponfa de relieve unas determinadas relaciones contextuales. Podriamos recordar a Wittgenstein (1988: 75) cuando afirma que las reglas del juego del lenguaje se extraen de la contemplacién del propio juego. F. Marcos (1979: 57-58) advierte que a principios de los ochenta la pragmética es utilizada de una manera extensa, abarcando parcelas como las relativas a la actuacién lingiiisti- ca, a la sociolingiiistica, comunicaci6n humana, teoria del texto, aunque algunos autores como Wunderlich afirman que no debe equipararse a actuaci6n lingiifstica. Aproximaci6n previa a la pragmitica 7 al G. Leech (1983: 11) entiende que la pragmatica lingiifstica estu- dia “la comunicaci6n lingiiistica en términos de principios conver” sacionales’. Nosotros hemos apostado, en el mismo sentido, por poner lo que son las reglas de la gramatica a lo que son las estra- tegias de la pragmatica para tener éxito en la interrelaci6n, aunque esta oposicién no debe verse en un sentido excluyente, sino meto- Gologico, pues como dice E. Prieto de los Mozos (2001): algunos factores contextuales (que incluyen los cotextuales) pare- oo asociarse a ciertos recursos formales y no a otros. Si se prefie- re, lo diré de manera més comedida: favorecen el uso de ciertos recursos formales; otras situaciones, contextos y cotextos producen el efecto contrario Mientras nosotros nos movemos en una perspectiva tedrica débil, Leech establece lo que es una Pragmatica General: Pragmética Gener! (Grandin) << Prapmtingtsics | Socinprenstice > (Sesto) engusje especies) | Cohura epee) tuto sbstacto (fig. 6) Por otra parte, la organizaciGn por niveles la establece como se ve en la siguiente figura eae ‘| i Fonologia Sintaxis Gramitica Semintica at t+ Pragmitica (fig. 7) 38 Ricardo Escavy Zamora En donde le daa la pragmética un estatus especial de lee cién con la seméntica, préximo a un cuarto nivel; sit C7 on la reconoce que ex'sten aspectos de entonacién, como OCU | vega cortesfa que son pragméticos. El conocimiento del leng¥@l¢ Wnt un papel més bien pequefio en lo que son las habilidades ©" cativas (Green 1996: 46); més bien es la capacidad pat '* eten- que da consistencia a la competencia comunicativa. La com gua cia en el uso de la lengua tiene que ver con una teoria de 5 actos circunscrita a ella (gramatica) y una teorfa mas global de 1° (pragmitica). Para Habermas (1971: 102) (Corbi 1989): Ja SON. Estas estructuras generales de toda situacién posible 4& es ces el objeto de la pragmatica universal 0, como me gus!" eta teo- ner, la teoria de la competencia comunicativa. La tare O° -ogain el ria consiste en la reconstruccién del sistema de regl@° “ones de cual producimos o generamos, en general, las situa? habla posibles jicati- Frente a la regulacién deseable para la competencia com tas va, como sugiere Habermas, nosotros hemos hablad© ©, enten- estratégicas. Leech, (1983: 5), por su parte, se refiere 2 ©” yencién diendo las reglas como constitutivas, resultado de CO" (princi- (gramatica), frente a lo que nosotros llamamos estrateBi™" pios), que son regulativas, motivadas y justificadas pO* °° Los postulados que dan consistencia a este estatus °° -acién es P,: La representacién seméntica (0 forma légica) de un? © diferente de la interpretaci6n pragmatica. scabs P;; La semntica esté gobernada por reglas (= gramatic?"*” mitica general esta controlada por principios. P,: Las reglas de la gramatica son fundamentalmente CO™* les; los principios de la pragmatica general no lo $ van de objetivos conversacionales. ’ P,: La pragmética general relaciona el significado gra 5 fines. Ja prag- enciona- se deri- jealconla 39 Aproximacién previa 1 la pragmiitica seh fuerza ilocutiva. Ps: Las correspondencias gramaticales se definen por proyecciones (mappings); las correspondencias pragmiticas a través de pro- blemas y soluciones. Pg: Las explicaciones gramaticales son primariamente formales; las pragmaticas son primariamente funcionales. P,: La gramética es ideacional; la pragmatica es interpersonal y tex- tual. Pg: En general, la gramética se describe en términos de categorias discretas; la pragmitica, en términos de valores continuos e indeterminados. Fukushima (2002) est en desacuerdo con la consideracién de que la pragmética sea un mecanismo de filtro post-gramatical, dentro de la perspectiva dicot6mica chonmskyana de competencia y actuacién. Mas bien, de acuerdo con los conceptos de Green (1982) de “conocimiento de la lengua” y “conocimiento sobre la lengua’, redefine los limites entre competencia y actuacién, porque la referencia al contexto de uso no marca automaticamente dichos limites. Para este autor una cosa es el PROCESADOR GRAMATICAL Y otra el PROCESADOR COMUNICATIVO que se corresponden respectiva- mente con los dos conceptos antedichos de Green: LEXICON + GRAMATICA FORMAL + PRAGMATICA + PRAGMATICA (Y MAS) procesador ‘gramatical procesador “comunicativo (Fig. 8) Lo entiende asf a partir del hecho de que los acontecimientos que implican términos de roles sociales y familiares se justifican como consecuencia de una teoria que incorpora informacién pragmatica dentro de los trabajos de gramética formal. Términos como: okaa- san ‘madre’, otoosan ‘padre’, sensei ‘profesor’, etc. con alto grado de flexibilidad deictica, estan subespecificados Iéxicamente con res- pecto a valores gramaticalmente significantes como: género, nime- Ricardo Escavy Zamora ro, persona. As{ un item léxico como sensei ‘profesor’ normalmente de 3* persona, puede ser usado vara significar 1* y 3* persona, en dependencia contextual. En un ejemplo como el siguiente: Sensei-ga odor-u(-z0) Profesor- NOM baila-PrEs(-ENFATICO) puede ser usado para significar 1* persona o 3* persona en depen- dencia de respectivos contextos: El profesor (é1) baila (en un contexto normal, no especial) El profesor (yo) baila ( el HABLANTE refiriéndose a £L MISMO) A través de construcciones: de relativo, de cuantificacién, refle- xivizacién, nombres compuestos, en las que intervienen estos tér- minos, redisefia los limites entre competencia y actuacién, para lo cual asume la necesidad de incluir informacién pragmitica en la descripcién formal gramatical. No es la presencia de informacién lo més significante, sino la naturaleza de los dos procesadores (GRAMATICAL y COMUNICATIVO) operando en una representacion estructural, lo que es relevante para la discriminacién de la infor- maci6n pragmatica como relevanie o no. Asi no es necesario el fil- tro pragmético para dar cuenta de la buena-formacién de las ora- ciones, porque de eso da cuenta el PROCESADOR GRAMATICAL (Fukushima 2002). Matthews (1995) se cuestiona si la distincién entre sintaxis, seméntica y pragmitica se debe a razones de conveniencia 0 a una distincién real. La distincién entre semantica y sintaxis se planted en la lingiiistica postbloomfieldiana en el sentido de que los estu- dios lingiifsticos no sélo deben atender a la forma fonética, sino a la forma del significado. A partir ae las consideraciones chomskya- nas de que los hablantes gozan de un sistema de ‘competencia pragmiética’ que interactia con su ‘competencia gramatical’ se puede llegar a entender la pragmética como una teoria de la comu- nicacion. Sin embargo, no la encuentra justificada. Aproximacién previa a la pragmética 41

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