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LOS APARECIDOS 65'

OswALDO. [Siguindola.) Y tienes Oswaldo. [Inmvil en su butaca, de


corazn de madre t... t que puedes espaldas al foro; de repente pronun-
verme sufrir esta angustia sin nom- cia estas palabras:) Madre, dame el

bre? sol.

Elena. [Con voz contenida, despus de Elena. {Oerca de la mesa, mirndolo


Aqu tienes mi mano.
una pausa.) espantada.) Qu dices?
OswALDO. Consientes...? Oswaldo. [Con voz sorda y dbil.)
Elena. Si llega ser preciso. Pero El sol!... El sol!...
no, no suceder. Eso no es posible Elena. {Acercndose l.) Qu
nunca, nunca! tienes Oswaldo?
Oswaldo. Desemoslo. Y vivamos
(Oswaldo parece desvanecerse; se dis-
juntos mientras podamos. Gracias,
tiendan todos sus msculos; el semblante
madre.
pierde toda expresin; los ojos se apagan
(Se sienta en la butaca que Elena acer- y miran con fijeza.)
c al sof. Amanece; la lmpara sigue
Elena. {Temblando de terror.) iQa
encendida encima del velador.)
es esto' [Gritando.) Oswaldo! qu tie-
Elena. [Aproximndose con dulzura.) nes? [Se arrodilla delante de l y lo sacu-
Te sientes tranquilo jabera? de.) Oswaldo! Oswaldo! Mrame! No
Oswaldo. S. me conoces?
Elena. [Inclinada hacia l.) No era Oswaldo. [Con la misma voz desma-
ms que un sueo terrible de tu ima- yada.) El sol!... El sol!...

ginacin, cosa de pura fantasa. Todas Elena. {Levantndose de un salto, des-


estas sacudidas te ban quebrantado. esperada, llevndose las manos al pelo y
Ahora es menester que descanses, aqu, gritando): \No puedo! [Bn voz baja y
en casa de tu madre, cario mo! Todo rpida.) No puedo...! Jams! [Sbita-
lo que desees lo tendrs como cuando mente.) Pero dnde estn? [Registra
,

eras pequeito... Ves? ha pasado el precipitadamente el bolsillo <e Oswaldo.)


acceso. Ab! bien lo saba yo... Y mi- Aqu! [Retrocede algunos pasos y excla-
ra qu bermoso da tenemos, qu sol ma) No, no, no!... S!... No, no!
tan brillante! Ya vers cmo vas ser
[Permanece algunos pasos de su hijo,
otro aqu, en tu casita.
con las manos crispadas en el pelo, y
[Se acerca al velador y apaga la lm- mirndolo
fijamente, muda de terror.)
para. Sale el sol. Las montaas y la lla-
nura resplandecen en el fondo del paisa- Oswaldo. [Siempre inmvil en la bu-
maana?)
je con la luz d la taca.) El sol .. El sol...

Enrique Ibsen.

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