JORGE PEREZ CONCHA
HISTORIA DIPLOMATICA Y NAVAL DE LA
PROVINCIA LIBRE DE GUAYAQUIL
(1820-1822)
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Quit noe
INSTITUTO DE HISTORIA MARITIMA
Guayaquil - 1994 - EcuadorPRESENTACION,
Para ef Director def Instituto de Historia Maritima
constituye un alto honor y privilegio presentar este fibro, cuya
autorla corresponde af ifustre historiador y diplomdtico sefior
doctor Jorge PEREZ Concha; pero esto es un dificil empefio, pues
fos pensamientos adecuadas, para tan importante propdsito, no
son. ficiles de expresar, en consideracién a que la eminente
personatidad del autor fo hace innecesario.
Sinembargo, en cumplimiento de las implicitas obligaciones
que, en ef desempeiio de (a citada funcin, tiene quien estas fineas
escribe y atendiendo a la cordial solicitud del doctor Pires Concha,
debe emprender en la delicada tarea de emitis un juicio sobre fa
importancia histérica def presente trabajo, en ef cual aspectos
politicos, diplométicos y navales se entrelazan en una sintesis, que
nas presenta con claridad meridiana fas circunstancias en las que
segestaron los acontecimientas comprendidos entre la independencia
Si bien es cierto que la Diplomacia y fas Fuerzas Armadas
-uno de cuyos componentes es la Marina de Guerra- persiguiendo
el mismo propésito, fo hacen por caminos diferentes, es verdadtambién que fa Diplomacia con ef respaldo de {a Fuersa, es mAs
decisiva y que un Estado no puede prescindir de ninguna de ellas
para obtener y asegurar sus objetivos nacionales.
La incorporacién de la provincia libre de Guayaquil a la
Repiblica de Colombia se efectud bajo fa amenaza de tropas
cofombianas que fueron en tftima instancia ef factor que determind
[a finafizacién del fargo conflicto entre fos que propugnaban por fa
anexion a Colombia, los que fo hactan a favor def Pert y aquellos
que opinaban por continuar como Estado independiente.
Todos las acontecimientos que ocurrieron entre fos aftos de
1820 y 1822, son narrados y anafizados con acierto y profundidad
en las paginas de este libro, de taf manera que su lectura nos permite
formamos un juicio acertado sobre fas circunstancias en fas que se
dieron y de [as verdaderas causas que fos determinaron,
constituyendo, asi, un medio de mucho valor para quienes deseen
conocer ms a fondo esta parte de nuestra historia, sin incurrir en
distorsiones y chauvinismo.
Carlos MONTEVERDE Granados
Contraimirante (Rt)
DIRECTORDesde el solo punto de vista de la marina, et Protector
habia expresado que “no teniendo maderas las costas
del Pert para un astillero y reuniendo Guayaquil
todos los elementos para la construccién de buques,
con ellos y sus riquezas, el Peri podia dominar el
Pacifico”.
Vicente Lecuna
“Crénica Razonada de las Guerras de Bolivar”
Tercer Tomo, Pagina 180Guayaquil -primer astillero de Espaiia en la Mar de Sur-
proclam6 su emancipacién politica el 9 de octubre de 1820,
adoptando como simbolo una bandera de tres franjas azules y
dos blancas, horizontales, constando en la intermedia tres
estrellas que representan las tres Provincias de la Audiencia de
Quito: Quito, Guayaquil y Cuenca. Es puerto fluvial cuyas
aguas desembocan en el Océano Pacffico a través del golfo que
tiene su nombre y que comprende un conjunto de islas de las que
Pund es la mds importante. A lo largo del malec6n, se extiende
desde el Cerro Santa Ana hasta la Baterfa de San Carlos,
dividida por calles de 364 cuadras de profundidad. Tres
esteros corren de Este a Oeste. Las casas son de madera y cafia,
con portales contra la Iluvia y el sol. Es Gobernacién de
Provincia y, por tanto, sede de Ayuntamiento, Ademas,
constituye el mAs importante astillero que Espafia tiene en la
costa sudamericana del Pacifico. Tiene una poblacién de 15 a
18.000 habitantes cuando la provincia, en total, registra 70.000.
Y. al declararse independiente, al propio tiempo que procura
lievar la libertad a las dem&s Provincias de la Audiencia deQuito, busca la proteccién de los dos grandes Capitanes que, at
Norte y ai Sur, tratan de hacer lo mismo dentro del medio
geografico en que acttian: Bolfvar ha constituido la Republica
de Colombia mediante la fusi6n del Virreinato de Nueva
Granada y 1a Capitanfa General de Venezuela, en tanto que San
Martin -después de emancipar el Virreinato de Buenos Aires y
la Capitanfa General de Chile- extiende su accién militar al
Virreinato del Peri. As{ Guayaquil, libre e independiente,
inicia su vida pubticaentre un Estado soberano y un Ejército en
campafia.
Tal lo demuestra el hecho de que, al dfa siguiente de
proclamada la independencia, partia por 1a noche la Goleta
“Alcance” -llamada ahora “Escobedo”- conduciendo a quienes,
José de Villamil y Miguel de Letamendi, debfan tomar contacto
con la Escuadra chilena que, al mando del Almirante Cochrane,
incursionaba las costas de] Pert, para seguir luego en demanda
del General José de San Martfn, cuyo lugar -en las mismas
costas- era desconocido. Viajaban también, en calidad de
prisioneros, el ex-Goberador José Pascual Vivero y demas
autoridades civiles, militares y eclesidsticas que habfan cesado
en sus funciones. La Goleta -segtin Villamil- era un “Klipper”
de buena marcha que, trafdo de Estados Unidos de América por
1, fue vendido en Guayaquil alos sefiores Luzurraga y Loro, los
que ~producida la revolucién, lo traspasaron al nuevo régimen
por 30,000 pesos, con cargo alo cual recibieron 3.000 cargas de
cacao que, de manera espontdnea, cede en favor delarevoluci6n
el patriota Tom4s Lara, comput4ndolas a razén de 3 y medio
pesos por carga.
Y el 31 de octubre, Villamil -a través de su catalejo-
avist6 tres naves que reconocié como unidades de la indicada
Escuadra, las que -era de suponer- bloqueaban el Callao. Y,
aunque no fue fécil acercarse a éstas, que rechazaban con
4GENERAL JOSE DE VILLAMIL
(en ta ancianidad)
5cafionazos el intento de hacerlo, al fin fue dable iniciar el
didlogo con el anuncio del pronunciamiento de Guayaquil: Un
bote de la Fragata “O’ Higgins” lev a Villamil a presencia del
Almirante, a quien entregé una misiva del Ayuntamiento de la
ciudad, en la que constaban los siguientes términos: “Nuestros
Puertos como nuestros brazos estén abiertos a nuestros
hermanos”, ¥ luego de decirle que el General San Martfn, con
su Ejército, estaba en Ancén, Cocharne contesté Ja misiva en
términos que respondian a la significacién del momento.
Y con esto, la Goleta “Escobedo”, guiada por la Goleta
“Montezuma”- que salié a su encuentro - arrib6 al lugar en
referencia: San Martin se hallaba al mando de sus huestes y de
la otra parte de la Escuadra chilena. El 4 de noviembre,
Letamendi cumplié su cometido, al entregarle la carta por la
que el mismo Ayuntamiento le hacia saber que, en la fecha
antes dicha, “el pueblo unido a las tropas habfa proclamado la
independencia de la Provincia con tal orden que ni una gota de
sangre habfa salpicado el estandarte de la libertad”, lo que el
General apreci6 en alto grado, Al dia siguiente, en la Goleta
“Montezuma”, fueron enviados al Callao, para ser canjeados
con prisioneros republicanos, los provenientes de Guayaqui}.
A continuacién, San Martin decidié establecer relaciones con
el Gobierno recién constituido, apreciando el problema en su
personal cuestionamicnto: Afirmar la emancipacién politica
de la Provincia de Guayaquil para afianzar la libertad del Perd.
Parauno y otro fin, designé al Coronel Mayor Toribio Luzuriaga
y Coronel Tomés Guido para que concurrieran al lugar de los
acontecimientos, aprovechando el regreso de la “Escobedo”,
que entr6 en la rada de Guayaquil en la madrugada del 20 de.
noviembre. Letamendi desembarcé para anunciar a la Junta de
Gobierno ta Hegada de los comisionados de} General San
Martin, después de lo cual los miembros de la misma se
presentaronen la Goleta para expresar el saludo correspondiente.
Es de advertir que Guido era abogado y no militar y queel grado
le habfa sido concedido en razén de las circunstancias.Por desgracia, poco antes de terminar el viaje, la Goleta
habia encontrado al Bergantin “Pueyrred6n”, de la Escuadra de
Chile, comandado por el Oficial Guillermo Prumier, de origen
francés, en el que viajaba el ex-Jefe Militar de Guayaquil,
Gregorio Escobedo, expulsado por ia Junta de Gobierno en
£az6n de los abusos cometidos en el ejercicio de sus funciones,
siendoel més grave el de atentar contra el Colegio Electoral
reunido en lacasa del Ayuntamiento, mediante el empleo de las
Janchas cafioneras en actitud de hacer fuego contra el edificio.
Escobedo convencié a Guido acerca de una posible
reconciliacién, haciéndole creer que, con su separacién, se
habfa establecido “un sistema demasiadamente moderado que
Permitié a los espafioles europeos gozar de 1a consideracién
publica de que habfan sido privados durante el perfodo en que
ejercié el Comando Militar”, Pero, al no ser aceptado tal
intento, Escobedo -que habia permanecido en el “Pueyrred6n”,
anclado frente a Pund- tuvo que continuar el viaje con direccién
a Ancén,
Ente tanto, graves acontecimientos se habfan registrado
en la ciudad desde que proclamé la independencia; El Coronel
Escobedo habfa sido despojado del mando militar de la Plaza;
el Gobierno de la Provincia Libre de Guayaquil estaba a cargo
de una Junta constituida por el doctor José Joaquin de Olmedo,
Presidente y Teniente Coronel Rafael Maria Ximena y don
Francisco Marfa Roca, Vocales; los Coroneles Urdaneta y
Febres Cordero, venezolanos, al mando dela Division Protectora
de Quito, después de alcanzar un triunfo en Camino Real,
experimentaron en Huachi espantoso descalabro, lo que produjo
una reacci6n tan grande que tuvieron que abandonar la ciudad
con destino al Sur; y -lo que era mas importante- el Colegio
Electoral convocado para el efecto, habia dictado con fecha 11
de noviembre, el Reglamento Politico de la Provincia, segin el
cual ésta se reservaba el derecho de anexarse al Estado que mds
le conviniera dentro de los que han de formarse en América del
Sur.CORONEL TOMAS GUIDOEsta era la situacién polftica que habfa en Guayaquil
cuando arribaron los comisionados Guido y Luzuriaga, ambos
naturales del antiguo Virreinato de Buenos Aires. E] primero
estaba acreditado como “comisionado ante el Gobierno libre de
Guayaquil para congratularlo por el feliz resultado de la noble
empresa del 9 de octubre y para que, en virtud de los Plenos
Poderes que acompafio a V.E., negocie y estipule sobre varios
objetos interesantes con el Jefe Polftico de la expresada
Provincia, con arreglo a las instrucciones que asimismo son
adjuntas”, agregando que “estas instrucciones seran
manifestadas al Coronel Mayor don Toribio Luzuriaga para
que ambos procedan de acuerdo y quedando plenamente
facultado el expresado sefior Coronel Mayor, después de la
venida del Coronel Guido, para proceder en todo cuanto sea
conforme al espfritu de las presentes instrucciones”. Y aun
cuando no se conocen las instrucciones dadas al segundo, la
Junta que regfa los destinos de la Provincia -en Manifiesto
hecho puiblico el 22 de noviembre- dice que su misién es “para
que coopere con sus conocimientos militares alos planes de
este Gobierno”. Los comisionados eran portadores de 1.500
fusiles, 10.000 cartuchos de fusil y otros 10.000 de carabina,
200 balas de 4, 10.000 piedras de chispa, 2.000 de pistola y 10
quintales de plomo.
En consecuencia, la gestién encomendada a ambos
personajes tenfa como finalidad la siguiente:
lo. La unién de Jas fuerzas guayaquilefias al Ejército
Libertador;
20. Organizar una expedici6n contra Cuenca para
aliviar la presi6n realista at Norte del Peri ycontra
el Itsmo de Panamé para cortar las comunicaciones
con la Peninsula;
1030. Obtener facilidades para uso de los astilleros a fin
de reparar los navfos de la Escuadra; y
4o. Negociar un empréstito.
Sin embargo, en la entrevista que la Junta de Gobierno
tuvo con el comisionado Guido, el 21 de noviembre, éste
expres6 -y lo ratific6 por escrito en la misma fecha- la
preocupacién que tenfa acerca de “los peligros en que, en su
sentir, consideraba esta benemérita provincia si, aislada como
un pueblo independiente, rehusaba a su inmediata agregacion a
algunos de los Estados mds fuertes y libres de América”,
respecto de lo cual deseaba conocer el criterio de la Junta “para
que sirva de norma a la conducta oficial del que suscribe con
atreglo a sus instrucciones”. Y agrega: “V.E. tuvo la bondad
de indicar los Principios de su Administracién, pero siendo de
desear se fije de un modo expreso y terminante su voluntad en
la cuestidn propuesta, espera el que suscribe se digne V.E.
transmitisla para comunicarla luego a mi General y continée en
el progreso de las negociaciones que felizmente ha iniciado”.
Producido el revés de Huachi y abandonada Ia Provincia
por los Jefes venezolanos, la Junta de Gobierno de Guayaquil
se hallaba en condiciones muy poco favorables, raz6n por la que
Ja presencia de dichos comisionados fue acogida con muy
buenas maneras, con lo que se inicia un movimiento anexionista
al Peri aun cuando -como se ha dicho- el Virreinato de su
nombre no era un Estado independiente.
En estas circunstancias, Guido se dirigi6, el 26 de
noviembre, al Presidente de la Audiencia de Quito, Melchor
Aymerich, haciéndole saber que entre el Virrey de Lima y el
General San Martin se habfa llegado a un acuerdo para dar un
trato humano a los prisioneros, raz6n por la cual reclamaba,
como representante de éste, igual procedimiento, luego “de las
ventajas que las tropas de V.E. han obtenido tiltimamente sobre.
la Divisién de esta Provincia bajo tas érdenes del sefior Coronel
Urdaneta”.
seyDR.JOSE JOAQUIN OLMEDO
12Y, habiendo el Ayuntamiento de Guayaquil decidido
distinguir a quienes habfan intervenido en la conquista de la
libertad, resolvié conceder diez medallas de oro,
Pronuncidndose -en sesién del 1 de diciembre- porque la
primera correspondfa al General José de San Martin,
eniregdndola para el efecto al Coronel Tomés Guido, segin
consta en el acta de la sesidn celebrada doce dias después,
Adhinéndose a este homenaje, la Junta de Gobierno, por
imermedio de quien 1a presidfa, dirigié al mencionado General
una comunicaci6n en la que constan los siguientes términos:
“EL Ayuntamiento patriético de esta
ciudad decreté diez medailas de oro
para los que se distinguieron en
Procurarnos la independencia, que era
el voto general del pueblo. Vuestra
sefioria, al poner el pie en el suelo de los
Incas, dio un impulso tan eficaz a este
movimiento que se le puede considerar
como el primer promovedor de la
transformaci6n del pais: De justicia se
fe debe Ia primera de las medallas
consagradas a nuestros libertadores.
Esta Junta de Gobierno -de acuerdo
con la indicacién del Ayuntamiento-
hace esta ofrenda a la virtud y el valor
yesperd que Vuestra Sefaria se digne
admitirla-con ef aprecto con que tos
hiéroes de fas antiguas Repriblicas
rectbian det preblo una silvestre rane
de laurel”.
13Acontinuaci6n, Guido inicié negociaciones con la Junta
de Gobierno, tendientes a suscribir un Convenio por el cual las
naves de la Escuadra chilena pudieran carenar en los astilleros
de Guayaquil. Dicho convenio fue suscrito el 11 de diciembre,
estableciendo lo dicho, cuyo costo -maderas, clavez6n y otros
materiales més los jornales correspondientes- serfa cubierto por
el Gobierno de Chile mediante remesas de harina al precio del
mercado menos el 6%, debiendo hacerlo en raz6n de 1.500
quintales cada 3 meses. Ademds -”tomando en cuenta el més
vivo interés por la causa de América”- la Junta ofrecié entregar
gratuitamente los cascos y arboladuras de 2 Goletas de 35
toneladas, 6 botes de 6, 5 varas de quilla, 200 remos, etc.
Igualmente, Guido suscribié con los representantes del
Gobierno de Cuenca, Francisco Paulino Ord6fiez y Pedro
Rodriguez, el 28 de diciembre, un contrato para la provision de
1.000 fusiles “de buena calidad a razén de 10 pesos cada uno,
de los cuales deber4n remitirse por dicho sefior Corone! a este
puerto con la posible brevedad, conforme hemos convenido”.
La respectiva suma fue enviada por Guido a la Intendencia del
Ejército que comandaba el General San Martfn, sin que el
contrato pudiera ser cumplido por cuanto a corto plazo los
realistas recuperaron la ciudad de Cuenca: El Gobierno det
Perd ofrecié devolver esta suma “a la dicha Provincia, luego de
que se restablezca en ella el Gobierno patriota”.
Pero lo que no pudo conseguir Guido fue el emprestito
que, por 100.000 pesos, habfa concebido San Martin, tanto
porque la situacién econémica de la Provincia habfa decrecido
como consecuencia del orden de cosas existente, como porque
las condiciones ofrecidas -2% de interés anual y cancelacién
cuando dicho General entrara en Lima- no satisfacieron a los
comerciantes guayaquilefios, ante los cuales fue planteada la
Propuesta. Y lo tinico que pudo conseguir Guido fue 1a suma
14de 15.897 pesos y 4 reales, descompuesta en esta forma:
10.000 pesos que, correspondientes alos entregados por Cuenca,
fueron condonados; 5.000 pesos entregados por la Junta de
Gobierno de Guayaquil y 897 pesos y 4 reales, donacién hecha
por Manuel Loro mediante una Letra girada contra Manuel
Castillo, comerciante argentino, que haria efectiva en Huacho.
En medio de tales actividades, Guido trataba de celebrar
un Tratado con la Junta de Gobierno, acerca del cual surgieron
diferencias en cuanto al Comando que debian tener las tropas,
ya que mientras 1 mismo propugnaba que dicho Comando
deb{a ejercerlo -incluidos los efectivos locales- el General José
de Martin, la Junta consideraba que las disposiciones militares
debfan ser sometidas a su consideraciGn en la seguridad de que
serfan aprobadas sin discutirlas ni cuestionarlas. En estas
circunstancias, Guido sometié a consideraci6n de Luzuriaga el
texto que habfa discutido, encareciéndole “me dé francamente
su opini6n sobre ¢!”, debiendo hacerlo “sin perder momento
para que no extrafie lademora”. Por tiltimo, dice: “Aseguro a
Ud. que, después de las conferencias de una semana, es lo mas
que he podido lograr”. Y larespuesta, desde Babahoyo, el 22
de diciembre , fue terminante: “Guayaquil no se halla (después
de la derrota de Huachi) en condiciones de hacer un Tratado”
ya que confiar en las fuerzas que se organicen en la Provincia,
es esperar que “vucle un buey”, Ademés. los miembros de la
Junta de Gobierno, “atin con nosotros, no han podido disimular
sus desconfianzas y egoismo”. Y, en estas circunstancias,
Guido -segtin dice en contrarrespuesta a Luzuriaga- propuso a
dicha Junta que “me pasase el Convenio como una simple
minuta para conducirla al General (San Martfn) y, si S.E. la
confirmaba, principiasen los efectos del Convenio desde que
diese su aprobacién, sin necesidad de que yo lo suscribiera
ahora”... “Este es el estado de este negocio, del que he salido
con aire”,
15GORONEL MAYOR TOMAS DE LUZURIAGA
16Enefecto, el 30 de diciembre, suscrito por el Presidente
Olmedo, fue entregado a Guido el texto del Tratado por el cual
-reconocido que la Provincia de Guayaquil, por su condicién
lim{trofe entre Colombia y el Peri, conservaré su Gobierno
independiente bajo la Constitucién Provisoria sancionada por
la voluntad general de los pueblos de 1a Provincia hasta que los
Estados del Peri y Colombia sean libertados del Gobierno
espafiol, “en cuyo caso quedar4 en libertad pasa asociarse al
Estado que mds le conviniera”- se establece que la Provincia de
Guayaquil se declara -"durante la guerra con el Pert”; bajo ta
proteccién del General San Martin, que se reconoce a éste
Comandante Unico de las Fuerzas de Mar y Tierra de la
Provincia, que se concede al mismo Ja autorizacién necesaria
Para designar Jas autoridades militares y que se considera a las
tropas organizadas en la Provincia como parte integrante del
Ejército del Sur.
Entre tanto, desde el 1 de diciembre, el Coronel Toribio
de Luzuriaga -en funcién de Comandante en Jefe del Ejército
enCampafia-habfaestablecido su Cuartel General en Babahoyo,
donde se dedicé areorganizar las huestes, levantando su moral,
decafda después de la derrota de Huachi. Para estimularlo, el
Presidente Olmedo, en carta suscrita el 18 de diciembre, le dice
que “no hay persona que venga de ese pueblo que no hable del
milagro de Ud”... “Ud., con las migajas de una Division
dispersa y derrotada, esta cubriendo Ja Provincia y conteniendo
el movimiento del enemigo”, Parareanudar]aaccién, Luzuriaga
destac6 una guerrilla sobre Guaranda, al mando desu coterréneo
José Garcfa, quien -habiendo ocupado la ciudad tras un breve
combate- al recibir la orden de volver a Babahoyo, fue
sorprendida por fuerzas enemigas que, emboscadas en
Tanizagua, lograronderrotarlo y, hecho prisionero, fue fusilado,
cortandole la cabeza que, enviada a Quito, fue exhibida en una
jaula en demostracién de la victoria alcanzada.
17Y, al iniciarse la estacién Iuviosa -que volvia
intransitables los caminos- las operaciones militares hubieron
de paralizarse, raz6n por la cual Luzuriaga expres6 al General
San Martin que su presencia lejos del Ejército del Sur, no tenfa
taz6n de ser. Y la respuesta fue como sigue:
“Digo a Ud. de oficioquesisu presencia
en esa no es necesaria, regrese a
reincorporarse al Ejército. Ud. sabe que
solo el ruego de los Diputados me hizo
enviara Ud. Pero me seria sensibleet
que algunos creyesen el que su
presencia en esa era con miras
politicas. Ud. conoce mi cardcter y
mis sentimientos: Yo solo deseo la
independencia de América del
pueblo espaol y que cada pueblo,
si es posible, se dé la forma de
Gobierno que crea mas
conveniente”.
A través de los términos transcritos, puede deducirse que
Luzuriaga inform6 a San Martfn en forma desfavorable para la
Junta de Gobierno, ya que -al autorizar su regreso- el Protector
recuerda que, a ruego de los enviados de Guayaquil, dispuso el
viaje de aquel a esta ciudad, lo que en ningtin caso deb{a
interpretarse como inspirado en fines politicos, pues su criterio
eraei de que cada pueblo procediera de acuerdo con sus propios
intereses...
Y al considerar concluida la misién, el Coronel Guido, en
unign de Luzuriaga, emprendié el 5 de enero de 1821 el viaje
de regreso en la misma Goleta que !o habia trafdo, ahora
denominada “Patria”. Habfan permanecido 45 dfas, en medio
18-segun Guido- “de un calor infernal”. Pero el ambiente qued6
confuso, produciéndose seis dfas m4s tarde un intento de
insurreccion favorablealaanexién al Peru, Era quelaproximidad
geografica y las vinculaciones comerciales existentes desde
hacfa mucho tiempo, habfan creado nexos entre Guayaquil y
Lima mayores que con cualquier otra parte del Continente, lo
que -aunque proclamando su abstencién- habfa sido estimulado
por quienes encontraron como dificultad insalvable el
Reglamento polftico de la Provincia.
Olmedo los lamé “peruleros”’...
Para comprender mejor lo que estaba sucediendo, es
necesario transcribir la comunicacién que, en respuesta a la que
dirigiera el Procurador General del Ayuntamiento, José Leocadio
Liona -quien solicitaba 1a convocaciGn de un Cabildo para tratar
acerca de la situacin creada- la Junta de Gobierno, al negar la
peticidn, expuso lo que sigue:
“Apenas han transcurrido dos
meses en que, hallandose aqui los
Oficiales comisionados del General
San Martin, se exaltaron los
animos de algunos y pidieron que
esta Provincia se agregara noaun
Estado opulento sino que se
sujetara a un Ejército. Esta
pretencién -apoyada en las mismas
armas que debian mantener la libertad-
no pudo contrarrestar nuestra firmeza
y tranguilos -en medio de las pasiones
particulares- adoptamos un medio
ventajoso, si bien general, para contar
con aquel Ejército sin burlar ta ley”.
he]Era que -segtin se ha dicho - Oficiales y soldados del
Batalln “Granaderos de Reserva”, naturales del Peri, resentidos
por la expulsi6n de su ex-Jefe Escobedo y respaldados con la
presencia de Guido y Luzuriaga en Guayaquil, trataron de
alterar el orden. Y esto produjo la reaccién de los partidarios de
la anexion a Colombia, intensificdndose el estado de tensién
que existfa en la Provincia.
Alasaz6n, la nica fuerza naval con que cuenta Guayaquil
-ademés de la Goleta “Alcance” (ahora “Patria”) armada en
guerra con 2 carronadas, denominacién dada a cafiones de
pequefias dimensiones- la constituyen las lanchas cafoneras
que, denominadas por numeraci6n, llegaban a 6 cuando se
produjo la revoluci6n. La Goleta habia demostrado sus
inmejorables condiciones marineras a uavés de reiterados
viajes entre el Callao y Panam, contando con Guayaquil como
centro de operaciones.
20Tl
El 17 de diciembre de 1819, la Asamblea Constituyente
reunida en Angosturas declaré constimida la Repdblica de
Colombia mediante la unién de la Capitanfa General de
‘Venezuela y el Virreinato de Santa Fé 0 Nueva Granada, dentro
de cuya jurisdicci6n se hallaba la Audiencia de Quito. Ademés,
establecida la divisién clésica de los Poderes, habfa elegido al
General Sim6n Bolfvar como Presidente Constitucional del
nuevo Estado. Enconsecuencia, al producirse]aemancipacién
de Guayaquil el 9 de octubre de 1820, existfa un vinculo
jurfdico que sometfa esta Provincia a la Reptiblica de Colombia
Por ser parte integrante de la Audiencia de Quito que, con
excepciénde Guayaquil, ain dependfade la Metrépoliespafiola.
Y esto hacia que la incorporacién de esta Provincia al Estado
recién constituido se considerara indispensable para iniciar la
campaiia libertadora del resto de la Audiencia.
A la saz6n, una Divisi6n del Ejército libertador de
Colombia, af mando del General Manuel Valdez, amagaba
Pasto con 4nimo de acercarse a Quito, raz6n por la que, apenas
21registrado el pronunciamiento de Guayaquil, el Coronel
Gregorio Escobedo -que en el primer momento asumi6 el
mando dela Provincia- dirigi6 al indicado Jefe, con fecha 13 de
octubre, una comunicaci6n haciéndole conocer el feliz suceso.
El portador de dicha misiva fue el Capitén Francisco de P.
Lavayen, quien, después de cumplir su cometido, debfa
continuar hasta donde estuviera el General Bolfvar, conidénticas
intenciones, habiéndose retrasado la entrega porque atin estaban
ocupadas por los espafioles las Provincias intermedias y el
Libertador se hallaba en un lugar lejano. Y, en ambos casos, el
€xito fue absoluto: El Libertador ratificé a Valdez la orden de
intensificar las operaciones con el fin de obligar al Presidente
de la Audiencia de Quito, Melchor Aymerich, a utilizar las
fuerzas eneste frente con lo cual la Division salidade Guayaquil
encontrarfa menos resistencia. Por desgracia, dicha Divisién,
después de alcanzar un triunfo en Camino Real, experiment6
un extraordinario revés en Huachi, lo que la obligé a retornar
a Guayaquil con los efectivos que hubieron de salvarse. Y esto
determind que, con mayor urgencia, la Junta de Gobierno de
Guayaquil demandara el auxilio colombiano que, aceptado por
Bolfvar, acredit6 al General José Mires como su representante
ante el régimen revolucionario, af que comunicé el particular
-el 10 de enero de 1821- con los siguientes términos:
“Al confiar al sefior General Mires la
mision de que va encargado, he creido
conveniente ordenarle que conduzca
los elementos militares necesarios no
solo para la defensa de esa plaza sino
para proteger los esfuerzos de Cuenca
y marchar sobre Quito”... “Yo no
dudo recomendarlo a V.E. para que se
leempleeen la formacién, organizacion
y mando de una Divisién que coopere,
22por esa parte, con el Ejército de
Colombia, a la libertad de Quito ya la
conservacién y seguridad de las
Provincias ya libres”.
En efecto, Mires con sus Ayudantes -Tenientes
Coroneles Trinidad Mor4n y Lino Pombo- y 35 soldados del
Escuadré6n de Cabalierfa “Gufas”, arrib6 a Guayaquil el 20 de
febrero en el Bergant{n llamado “Teodocio”, conduciendo
1,000 fusiles, 50.000 cartuchos de fusil, 8.000 piedras de
chispa, 300 sables y 100 pares de pistolas. El valor de dicho
armamento fue pagado por 1a Junta de Gobierno en oro en polvo
facilitado por el acaudal: comerciante Manuel A. de
Luzurraga, ex-duefio de la Goleta “Alcance”. Y de inmediato,
Mires entré en entendimientos con la Junta de Gobierno, la que,
al comunicar tal acontecimiento -en Manifiesto dirigidoel 21 de
febrero- anuncié que “el mismo Libertador viene en persona a
redimir a Quito y demds Provincias de esta apreciable parte de
América”. Y entonces el fervor popular super6 al que antes
habfan despertado los comisionados del General San Martin.
Pero de inmediato surgié el problema de ia anexién de
Guayaquil a Colombia, lo que para Bolivar no admitfa espera.
En comunicaci6n dirigida a la Junta de Gobierno, con fecha 23
de febrero, después de decir que el armisticio celebrado en
Trujillo el 25 de noviembre del afio anterior, por los Generales
Bolivar y Morillo, “debe ser trascendental a esta Provincia
segtin la Ley Fundamental dada por el soberano Congreso”, el
General Mires agrega: “Yo me hallo autorizado para intimidarlo
al Presidente de Quito, considerando a esta Provincia como
una de Jas de Colombia y espero la resolucién de V.E. sobre
si esto debe ser no conveniente en las presentes circunstancias”.
23En respuesta, cuatro dias después la Junta de Gobierno
manifesté al representante de Colombia que, por el momento,
era imposible que, desde Quito, se produjera una invasién
porque durante la estacién Muviosa se volvian intransitables los
caminos, circunstancia que serfa aprovechada para levantar y
organizar algunas tropas que puedan, si no expedicionar contra
Quito, por lo menos defender la Provincia. Pero, enloreferente
a que Guayaquil era parte de Colombia, la Junta consideré que
eranecesario dejar enclarocl orden de cosas existente, conforme
a los siguientes términos:
“La ligera indicactén que hace Ud. en
su Nota sobre la agregacién de esta
Provincia a la heroica Republica de
Colombia, merece una contestacion tan
detenida y extensa que mds bien debe
ser materia de varias conferencias. Por
ahora me contento con decir a Ud. que,
después de praclamada Ia
independencia de la Provincia, nuestros
tinicos votos han sido sostenerla y
cooperar a fa causa de América y al
engrandecimiento de la Reptiblica.
Desde los principios hemos conocido
que esta Provincia por su pequefia
extensi6n, por su corta poblacién, por
Ia escasez de luces y por el atraso
lamentable de laagricultura y las artes,
no puede ni debe ser wn Estado
independiente y aislado y necesita el
apoyo y proteccién de un Estado mais
fuerte y poderoso para progresar en la
carrera de su prosperidad y marchar
con firmeza a la de su libertad. Por
24tanto, en el Reglamento de Gobierno
aprobado por la Junta General de ta
Provincia como una Constitucién
Provisoria, se ha declarado a esta
Provincia en libertad de agregarse
a cualquier grande asociacién que
le convenga de las que han de
formarse en la América
meridional”... “En lo que debe fijarse
toda la consideracién por ahora es los
miedios consolidar la independencia de
la Provincia, no en afirmar su reunion
aun Estado con quien ya esta unida
por tantos lazos y por tantas
relaciones”.
Perolodicho no satisfizo a Mires, que si bien respondi6
en ¢l sentido de que, por ahora, se limitarfa a los asuntos
militares, “que son bien importantes”, no oculté su verdadero
sentir al Libertador, al que, en carta del 14 de abril, habfa dicho
que “este Gobierno es necesario que sea destruido”, agregando
que “en estas circunstancias, yo habria dado un golpe y hubiera
tratado de ver establecido uno enérgico y republicano si Ud.,
sobre esto me hubiera dado lecciones u Grdenes”.., “Ud.
pensard y me dir4 sobre esto lo que estime conveniente”.
Pero Bolfvar habfa apreciado el problema en sus
verdaderas dimensiones. Y en lugar de proceder como‘hubiera
querido Mires, recurrié al tacto y sagacidad del General Antonio
José de Sucre para confiarle una misién que si bien era militar
més tenfa de diplomalica. No en vano el indicado personaje
habfa demostrado condiciones excepcionales a pesar de los 27
afios que apenas frisaba. Por tanto, le era facil suponer que su
presencia en Guayaquil servirfa para levantar el espfritu publico,
25afirmar la causa de Colombia y, en general, crear el ambiente
necesario para ta iniciacién de nuevas hostilidades, ya que, con:
este fin. lo acompafiarfan tropas veteranas.
Entre las instrucciones dadas por e} Libertador, constaba
la siguiente: “Se debe exigir al Presidente de Quito que,
correspondiendo Guayaquil a Colombia, es extensivo al
armisticio a aquella Provincia y a las demés de _aquel
Departamento queestantibres”. Se referiaal armisticiosuscrito
en la ciudad de Trujillo, el 25 de noviembre de 1820 -del que
ya se ha hecho mencion- y acerca del cual la Junta de Gobierno
habfa expresado a Mires lo innecesario de comprender a
Guayaquil dentro de dicho instrumento, aun cuandola verdadera
intenciGn era la de que no se considerara a la Provincia dentro
de la jurisdicci6n politica de Colombia.
A la saz6n, la Junta de Gobierno y el General Mires
habfan suscrito, el 14 de abril, un Tratado de cooperacién y
auxilios recfprocos, por el cual el dltimo, anombre del Gobierno
de Colombia, se comprometié a poner a 6rdenes de la segunda,
en la costa de Chocé, una Divisién de 1.500 hombres que debfa
trasladarse a Guayaquil en embarcaciones maritimas que el
Gobierno revolucionario, a su costa, deberfa mandar para el
efecto. Ademés dicho General debfa asumir e] mando del
Ejército que por segunda vez, expedicionaria sobre Quito. Por
Ultimo. un contingente de 600 a 800 guayaquilefios entrarfan a
formar parte de dicha expedicién.
En consecuencia, de acuerdo con lo establecido, el
General Sucre debfa emprender viaje, con las tropas a su
mando, en las condiciones antes dichas. Pero la urgencia era
tan grande que, antes de que Ilegaran los buques enviados de
Guayaquil, abandoné Buenaventura con el Batallén
“Santander”, de 300 hombres. el 4 de abril, antes de que Mires
26suscribiera el Tratado antes dicho, En carta al Ministro de
Guerra y Marina de Colombia, General Pedro Bricefio Méndez,
dice que era necesario llegar cuanto antes para la organizacién
de la fuerza que debia obrar sobre Quito y concluir las
negociaciones con el Gobierno de Guayaquil “antes de ser
fenecido el término del armisticio”. Y esto hizo que la
Corbeta “Alejandro” y la Goleta “Ana”, en que viajaban las
tropas colombianas, se cruzaran en el mar sin ser vistos con las
embarcaciones enviadas de Guayaquil.
Para mala suerte de Sucre, la navegaci6n habfa sido tan
accidentada que -por falta de conocimientos de quien comandaba
la Corbeta- después de 28 dfas de permanecer en el mar, pudo
arribar a Santa Elena. Ademés, la Goleta no habfa seguido a la
Corbeta, haciendo que Sucre desconociera lo que habia
sucedido. Y, desembarcado con la tropa en dicho lugar, ordené
que la Corbeta siguiera hasta Guayaquil con los elementos
bélicos que habfa conducido, a cargo de uno de sus Edecanes,
que era portador de las comunicaciones dirigidas a la Junta de
Gobierno y al General Mires. Entre tanto, la Goleta habfa
desembarcado en la costa de Manabf, concentrandose luego en
Montecristi la 4a. Compafifa del Batallén antes mencionado.
Sucre permanecié en Santa Elena durante breves dfas y -
después de asegurar la subsistencia de la tropa que debia
permanecer en el lugar durante 15 6 20 dias hasta reponerse de
las fatigas del viaje- se dirigié a Guayaquil, arribando el 6 de
mayo por la noche,
Antes de que esto sucediera, el Presidente Olmedo -con
fecha 18 de abril- habfa escrito al Vicepresidente de Colombia,
General Santander, lo que sigue: “Se ha dispuesto todo en
términos que ya ha salido una Fragata y un Bergantfn, hoy sale
otro y dentro de dos dias darn la vela los dos restantes de los
cinco preparados ya, capaces de conducir el ntimero de tropas
27destinadas a este punto”. Y, al saber el arribo de Sucre a Santa
Elena, le dice a este General el 5 de mayo, que “desde el 15 del
pasado empezarén a salir los transportes que debfan conducir a
esta plaza de las costas del Chocé las tropas que han de obrar por
esta parte contra Quito”. Y agrega: “La expedici6n va provista
de todo para 1.500 hombres, pero Ud. se ha adelantado mas de
Jo que se esperaba y la Divisién que Ud. conduce, Ud. mismo,
ha sufrido, con gran pesar para mf, los males de una navegacién
dilatada y mal dirigida”.
Cabe decir que la Flotilla que partié de Guayaquil, fue
comandada por el Capitén de Fragata Juan Ignacio Pareja
Mariscal, guayaquilefio, Durante la travesfa la borrasca rompié
el foque de la fragata “Fanny”, desarbolé los Bergantines y uno
de estos, el “Sacramento”, sufrié graves averias, todo lo cual
obligé a que las naves se detuvieran en Caucajal para reparar los
dafios.
Y, al no poder iniciar de inmediato las negociaciones con
la Junta de Gobierno, porque uno de sus miembros se hallaba
enfermo, Sucre tuvo que esperar que se superara esto para co-
menzar los respectivos entendimientos, los que fueron conclui-
dos el 15 de mayo, mediante la suscripcién de un Tratado por
el que la Juntas de Gobierno -"no estando facultada por su Cons-
titucin Provisoria para declarar la incorporacién de 1a Provin-
cia ala Repiblica de Colombia”- expresa su decisién de mani-
festar y recomendar las ventajas de la Ley Fundamental de es-
te Estado a la Junta Electoral de la Provincia, luego de que se
reuna con el fin de expresar libremente su voluntad sobre la a-
gregacién en la forma que le convenga, “para cuyo efecto se a-
provecharé la oportunidad después de 1a préxima campaiia en
que queden libres las Provincias de Quito y Cuenca”. Hasta
tanto se considerarfa a la Provincia de Guayaquil bajo los aus-
picios y proteccién de la Repiblica de Colombia, confiriendo
28GENERAL ANTONIO JOSE DE SUCRE
29todos sus Poderes al Presidente Constitucional de la misma no
solo “para proveer a su defensa y sostén de su independencia”
sino también para comprenderla “en todas las negociaciones de
Tratados de Limites, de Paz y de Comercio que celebran con las
Naciones amigas, enemigas y neutrales". Por lo demas,
quedando la Provincia bajo la proteccién de Colombia e
incorporadas sus fuerzas a la Divisién del Sur correspondiente
a dicho Estado, la Junta de Gobierno concedié al Jefe de aquella
“las facultades necesarias para estipular con el Gobierno de
Quito cualquier negociacién que Ileve por base Ja libertad del
pats”.
En carta al Ministro de Guerra y Marina de Colombia.
suscrita el mismo dfa 15 de mayo, Sucre explica el resultado de
las negociaciones con la Junta de Gobierno y la conducta que
estaba resuelto a seguir con el fin de conseguir que la voluntad
popular se incline en favor de Colombia. En efecto, dice:
“Después de mis conferencias, mis
solicitudes y mis manifestaciones mds
interesadas a este Gobierno por Ia
incorporacién de la Provincia a la
Republica, yo no he obtenido otra
contestacion sino que Ia falta de
facultades les impide hacer esta
declaracién mientras no se reuna la
Junta o Asamblea Electoral. Yo he
tomado el camino que he creido puede
aproximarse a dotar esta Provincia,
que es la influencia que tenga nuestro
Gobierno sobre ella y el que adquieran
las tropas de Ia Repsiblica y sus Jefes.
De esta manera arrastraremos en poco
con Ia voluntad absoluta de todos y la
30Asamblea de la Provincia que se reuna
en el tiempo que estd sefalado hard su
declaracién undnime”.
No cabe duda de que, con tal Convenio, el representante.
de Colombia consiguié en favor de ésta m4s de lo que Guido
hubo de obtener en favor del Pert, Pero, repetimos, 1a situacién
politica de ambos pueblos era diferente: El uno se habia
constituido en Estado en tanto que el otro estaba por hacerlo.
Por otra parte, mientras Sucre tenfa un aporte considerable de
hombres, armas y municiones, Guido -conforme a las
instrucciones que tenfa para el efecto- traté de conseguir un
empréstito, demandar refuerzos y hacer que las operaciones
militares se iniciaran cuanto antes sobre Cuenca con el fin de
restar la accion que las fuerzas realistas ejercfan en el Norte del
Pert.
Pero quedaba por esperar el arribo del resto dela Divisién
ofrecida por Colombia, una vez que el General San Martin
habfa negado la cooperaci6n solicitada para que un buque de la
Escuadra de Chile protegiera alas naves que debfan cumplir tal
misién. En carta al Libertador Bolfvar, la Junta dice:
“Aunque hemos insinuado con
vehemencia al General San Martin
que remitiese un buque de guerra a la
Buenaventura para que proteja la
venida del convoy, pudiera ser que no
tuviera efecto por las atenciones y
movimientos continuos dela Escuadra.
En este caso, si la corbeta “Alejandro”
existiese en aquel puerto, seria
conveniente que hiciera este importante
servicio”.
31Y sucedi6 lo que era de esperarse: San Martin no accedié
alo pedido ya sea porque en verdad le era imposible o porque
para jos fines de la anexién de Guayaquil al Peri no era
conveniente que tropas colombianas tomaran parte -en elevada
proporci6n- en Ja campafia libertadora de Quito. Al fin,
venciendo multiples dificultades, el resto de 1a Divisién hubo
de Hegar a Guayaquil, entre el 16 y 28 de junio, comprendidos
e] Escuadrén “Dragones” y el Batallén “Albién” -este ultimo
conformado con stibditos ingleses- en los barcos enviados
desde esta ciudad.
A continuacién, el 17 de julio, el Teniente de Fragata
Ramén Ollague, guayaquilefio, sublevé las lanchas cafioneras
en coordinaci6n con el Coronel Nicol4s L6pez, venezolano,
quien en medio de las deserciones correspondientes, al mando
dela vanguardia de las fuerzas revolucionarias, se incorporé a
las realistas, colocando a Sucre -con cuartel General en
Samborond6n- en condiciones de tendirse. El plan consistfaen
que Ollague ocupara la ciudad, devolviéndola al orden
anteriormente existente. En efecto, Ollague abrié fuego sobre
la ciudad, siendo contestado con las escasas fuerzas que,
acantonadas en la misma, sedesplegaron en el malec6n mientras
entraban enacci6n los cafiones que habfan sido con anterioridad
desembarcados de la Goleta “Patria”, adrdenes del Condestable
Manuel Reina. La accién se prolongé por varias horas, hasta
que Ollague, al no ver satisfechos sus deseos, emprendié la
fuga luego de apoderarse de la Corbeta “Alejandro”, conla que
se dispuso seguir a Panama, Enseguida se inicié la persecucidn
correspondiente con las Goletas “Patria” -armada nuevamente-
y “Olmedo”, tripuladas por soldados del Batallén “Albidn”
yenidos desde Samborondén. Las lanchas cafioneras fueron
Tecuperadas.
32Pero no eran suficientes las fuerzas que Sucre podia
disponer -incluidos 2 Batallones de voluntarios guayaquilefios:
para la realizaci6n de una campafia que significaba atravesar la
Cordillera Occidental de los Andes. Y, apremiado por las
circunstancias y ante Ja imposibilidad de recibir inmediatos
refuerzos de Colombia, se dirigié al General San Martin, el 12
de mayo, solicitandole la cooperacién del Ejército Libertador
del Peri, consistente en una Divisién de 1.000 hombres que,
interndndose por Loja, deb{a apoderarse de Cuenca, a cambio
de lo cual se comprometfa -para después de concluida la
campafia- a acudir con igual o mayor niimero de las fuerzas de
Colombia.
Pero otra vez el requerimiento hecho no fue aceptado y
Sucre trastad6 el Cuartel General de Samborond6n a Babahoyo,
dispuesto a derrotar por separado al enemigo que procedia de
Quito y Cuenca. Durante esta época mantiene una extensa
correspondencia con el Presidente Olmedo, quien, en mas de
una vez, lo Hama “amado Sucre”. Y el 19 de agosto libré el
combate de Cone con resultados adversos para quienes hab{an
salido de la segunda de dichas ciudades. El entusiasmo que este
hecho produjo en Guayaquil fue tan grande que la Junta de
Gobierno convocé el Colegio Electoral para el 21 de septiembre
con 4nimo de resolver el problema de la anexién. Entre tanto,
Sucre se disponfa a avanzar sobre Quito, a fin de afianzar la
causa de Colombia. Pero la realidad hubo de resultarle adversa,
ya que, habiéndose enfrentado con los realistas que venfan de
Quito, en las mismas Ilanuras de Huachi en que fuera derrotado
Urdaneta, hubo de sufrir, el 12 de septiembre, un grave
descalabro, retornando a Guayaquil dispuesto a rehacer sus
fuerzas. Y esto determind que se dejara sin efecto laconvocacién.
que habia sido hecha.
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