Está en la página 1de 190
TNNV (r) DOCTOR CESAR CABEZAS Y CABEZAS BIOGRAFIA DEL GENERAL ALMIRANTE DON TOMAS CARLOS WRIGHT MONTGOMERY 1799-1868 Instituto de Historia Maritima Guayaquil - Ecuador -1994 Produccién: Instituto de Historia Mariuma - Armada del Ecuador Primera Edicién - 1994 Reservados todos los derechos de reproduccién Imprenta naval PROLOGO Una feliz coincidencia ha hecho que César Cabezas y Cabezas y yo -después de haber sido compatieros en las aulas escolares- volvamos a encontrarnos pasadas muchas décadas, en ef comin empeiio de descubrir fa verdad en cuanto a fa historia de nuestras acciones navales se refiere. El tiempo no habia enfriado nuestra amistad, mantenida en un un ambiente de reciprocos afectos. ‘Y al volver permanentemente a vernos, hemos unido nuestros esfuezos con fa misma inguietud que tuvimos cuando -con Héctor Martinez Torres: preparamos el Grado de Bachiller, del que por felicidad salimos con fas mds altas notas. César siguié ef camino de fa Odontologia, revelando, desde ef principio, un decidido espiritu de servicio a fa comunidad, que ha mantenido a través de su existencia, ya como Oficial de fa Marina de Guerra ecuatoriana, ya como profesional de merecido prestigio. Su vida universitaria constituyd una entrega total af estudio, fo que fe merecid las mayores distinciones. Y fuego, en ef ejercicio de fa vida piiblica, honré la curul legislativa en una época en que se debatian fos mds altos intereses de la Patria con acalorado apasionamiento, fo que no fe impidié analizar fos problemas en sus debidas Pproporciones. Fue Jefe Politico del Cantén Guayaquil, ejerciendo su funciones con la fonestidad heredada de su ilustre padre, quien hionré la funcién judicial con fa integridad que consagro su nombre. fue tambien Profesor universitario, haciendo de (a Catedra verdadera expresion de conocimientos alcanzados en contacto con las mas sabios autores. or todo esto, Cabezas y Cabezas ha merecido ef reconocimiento de sus conciudadanos que han apreciado en su justo valor fa realizacién de una vida que es ejemplo de la mds nobles virtudes. Pero aparte de lo expuesto, César Cabezas y Cabezas ha sido un estudioso de la Historia, dedicando las horas de reposo a la brisqueda e investigacion de documentos que fan aclarado muchos hechos dela vida nacional. 9 lo ha logrado con la ponderaciin que fe es propia, proclive al andlisis sereno y reflexivo, al margen de todo sectarismo. No se fa apasionado por causas que no fan sido suficientemente justas y no ha acogido criterios que no le han merecido confianza. De alli que haya mantenido su abor en ef nivel que corresponde a quien fia hecho de fa pluma un instrumento de veracidad a toda prueba. Llamado a cotaborar con el Instituto de Historia Maritima, el autor de esta obra fa encontrado el ambiente propicio para realizar una labor que tiende a revivir hombres y acciones que no pueden pasar desadvertidos dentro de la evolucion del medio en que vivimos. Y este es ef caso de Tomds Carlos Wright Montgomery quien, irlandés de nacimiento, presté importantes servicios ala causa de la emancipacion hispanoamericana en su doble condicion de militar y de marino. En la primera, acompatié al Libertador en ! fas Batallas de Carabobo, Boyack y Bombond, convirtiendo ef valor en la azn de su existencia. Yen la segunda, interviniendo en ef bloqueo del Callao con la experiencia de quien habia fraguado su dnimo af calor de severas disciplinas. Para el Ecuador, la figura de Wright no puede ser extrafia porque, concluida fa contienda entre fa Metrépoli y sus colonias, continud prestando sus servicios a fa Repiiblica de Colombia creada cuando, a su vez, ef Perit estaba por constituirse en Estado soberano. Y pronto surgieron las disputas que afteraron la paz del Continente: Ef Pert invadi6 por tierra y mar lo que era colombiano, flegando hasta fas cercanias de Cuenca y bloqueando ef Golfo de Guayaquil. O es esto iiltimo fo que le hace merecer fa admiracién de sus contempordneos, cuando comandando la Goleta “Guayaquilena’, enfrentd a la Corbeta peruana “Liber- tad” e 31 de agosto de 1828, en la Punta de Malpelo, y si no logré apresarla fue porque circunstancias adversas impidieron hacerlo. Wright dice: “En la segunda descarga, viéndome en fa posicién citada, intenté abordar a fa corbeta pero cuando di {a voz de mando af efecto, observé un incendio por la proa y, poniendo toda mi intencién en apagarto, lo logré en pocos minutos’. Pero ef plan de enfrentar por separado a las unidades de la Escuadra peruana -cuyo dominio del mar era indiscutible- experimentéd fa frustacién correspondiente, ya que, ante el revés producido, ef Peri: lanzd su poderio naval sobre Guayaquil con fas consecuencias que todos conocemos. D esaparecida (a Repiiblica de Colombia tal como (a concibié ef genio iluminado de Bolivar, Wright no se desvinculé del nuevo Estado que, con el nombre de Ecuador, se constituyd dentro de los limites correspondientes a fo que habia sido el Distrito Sur. Por ef contrario, su actuacion en la vida publica fue intensa, en funcién de su nueva nacionalidad, impuesta por fos servicios prestados a fa misma. Guayaquil fue su residencia habitual, representandofo en ef Congreso y fionrdndola con cargos ejercidos dentro de su jurisdiccién. ‘Y, af producirse en 1845 la crisis def régimen floreano, abandoné ef pais por su propia decisién, no regresando fasta tres tustros mds tarde: Habia decidido morir donde habia creado un hogar al que amd intensamente. Y ast sucedié ef 10 de diciembre de 1868, fecha en que exhald ef iiltimo suspiro. Por felicidad, César Cabezas y Cabezas se ha impuesto la mision de rescatar del olvido la vida y (a obra de quien fuera un ecuatoriano de corazén. La justicia tarda pero flega. ¥ ast este libro esté llamado a cumplir con un acto de conciencia civica, que fonra ef autor por (a trabcendencia y significacién be mismo. i walrgs Uénay, JORGE PEREZ CONCHA i INDICE Pags. PROLOGO 1 CAPITULO | - Palatoras liminares 5 Antecedentes 7 CAPITULO I - Los antecesores de Ia libertad: Francisco 15 de Miranda, Simon Bolivar y José de San Martin - Ilanda en escorzo 25 CAPITULO IIL - Memorial de las tropas inglesas 27 - Dificultades con los britanicos 31 CAPITULO IV - Quien fue Thomas Charles Wright? 33 - Vinculaciones familiares 39 CAPITULO V - Galeria de los generales de la Independencia 53 - Importancia de la Marina de Guerra 56 - COmo hacian la guerra los patriotas? 61 CAPITULO VI - las campafas de Venezuela y Nueva Granada: Batallas de Pantano de Vargas, Carabobo. Boyaca y Bombona 67 CAPITULO VII - Wright es llamado a Guayaquil: el sitio del Callao 93 CAPITULO VIII - Combate naval de Malpelo 101 - EiComandante Wrighty suintervencion enlacampa- Ria maritima CAPITULO IX - Batalla de Tarqui Buijo CAPITULO X - Constitucién de la Republica - 1830 El Congreso asciende a General de Brigada ai Capi 44n de Navio T.C. Wright Primer matrimonio del Contralmirante Wright. El cen- flicto ideoldgico-politico en América del Sur CAPITULO Xt - Tiempos dificiles para él Presidente Flores Los chihuahuas CAPITULO XII - Batalla de Minarica: ascenso a General de Division- Vice-Almirante: Wright Colaboracién con Flores y Rocafuerte CAPITULO XiIll - Senador en 1843: la carta de esclavitud Segundo matrimonio por viudez, con su cufada Revolucién delé de marzo de 1845 - Ostracismo volun- tario de Wright CAPITULO XIV - Regreso a su segunda patria en 1860 Dificuttades con Garcia Moreno: prisionero en su hogar Muerte del General Almirante Tomas Carlos Wright Condecoraciones Bibliografia Curriculum Vitae del Dr. César Cabezas y Cabezas 113 135 141 159 167 177 181 183 187 CAPITULO I PALABRAS LIMINARES Acogiéndome a las palabras de un_ historiador europeo contempordneo, quiero comenzar este estudio con un bello pensamiento del mismo: “Me ha pesado el hacer un ensayo de vida americana sin pretender ser americano - peligroso ensayo- sin querer ni poder dejar de ser europeo”. Y ese ensayo de vida americana ha consistido en estar realmente, en trasladar- mealanucva manera de vivir, a esos recursos, aesos deseos, a esas esperanzas. Con otras palabras superar la soledad del extranjero para llegar a la compafifa con el extrafio, con el ajeno, con él que es otro...” Para hacer el estudio biografico del Almirante Thomas Charles Wright debemos recordar que la vida humana no sélo es vida individual, sind colectiva, social, y ésta, histérica. Para conseguirlo conviene comprender la estructura analftica de la vida humana con esa trilogfa. Y eso es lo que trato de hacer al emprender en el ensayo biografico de uno de los héroes ep6nimos de la Patria: el Almirante Thomas Charles Wright, y digo Almirante porque revisando las Jeyes_y reglamentos militares del tiempo de la Colonia y de la Independencia encontramos que el Libertador y sus asesores juzgaron importante adoptar los usos, costumbres y graduaciones vigentes en las fuerzas armadas espafiolas. De allf la confusi6n de algunos historiadores con los personajes que tenfan el doble cardcter naval y militar, como en este caso. Asf, pues, segtin la categorfa naval consagrada por la costumbre y de acuerdo con las Ordenanzas de Carlos III de Espafia, publicadas durante el reinado de Carlos [V, vigentes durante el gobierno de Fermando VII, adoptadas por Colombia “hasta que se dicten nuevas ordenanzas”, mas las adaptaciones no escritas que la Escuadra Unida tuvo que aceptar de la reglamentacién usada en Chile y Argentina, impuesta por San Martin, durante su Protectorado en el Perd; el Contraimirante Iingworth, al producirse la rendicién del Callao de hecho pasaba a ser Almirante, y al tener despachos de General de Brigada y volver a actuar al frente de una expedicién naval, actuaba como Almirante y no como General. De todas maneras la Gran Colombia se regia, en la mayoria de los casos, por las Ordenanzas de la Real Armada Naval de 1793 dictadas, como hemos dicho antes, por Carlos III que en su artfculo 35 dice: “Los oficiales que pasaren a la Marina desde otros cuerpos del Ejército, etc., serén reconocidos en su grado correspondien- le, especificando “aun cuando no hayan sido graduados en Ja Asociacién de Guardiamarinas. Este fue el caso de Thomas Charles Wright, quien en 1810 “ingresa a la Academia Naval de Portsmouth, (a los 10 afios de edad, como se estila en Gran Bretafia), y 2 afios mas tarde integra la tripulacién del bergantin “New Castle” en calidad de guardiamarina. En “Destellos de gloria” cuyo autor fue Don Alberto Wright Vallarino, des- cendiente del Almirante Wright, encontramos que a los 18 afios ya era Oficial Naval, pero que al ser reclutado por ¢l Coronel Campbell para venir a América a luchar por la Independencia, se lo incorporé al Cuerpo de fusileros con el grado de Teniente. ANTECEDENTES DE LA INDEPENDENCIA AMERICANA En el afio de 1797 ya se sucedfan movimientos sediciosos influenciados por la Revolucién Francesa, .pero lo que m4s preocupaba al Capitan General de Venezuela don Pedro Carbonell era el poder naval formidable de la Gran Bretafia. Habfa llegado a su conocimiento que en la isla Martinica se juntaba una fuerte escuadra, cuyo destino temfa fuese la Capitanfa General de Venezuela. Confirmose que en verdad et Almirante Harvey mandaba una escuadra de cinco navfos de lfnea, cinco fragatas, algunos buques menores y los transportes, todos los cuales reunfan 59 yelas. Y quien era el Almirante Eliab Harvey? Era un oficial naval inglés muy conocido en las historias navales. Habfa nacido en 1759 y fallecié en 1830. A los doce afios (1771) ingres6 en la Marina Real, y alos 16 afios cumplidos ya mandaba una fragata, la St. Margaret, con la cual concurrié a la toma de las islas Martinica y Guadalupe en el Caribe, lo cual lo hacfa temibte por los espafioles. Estuvo en la batalla de Trafalgar, bajo las 6rdenes del insigne Aimirante Nelson, mandando el Temeraire, con el cual adelantose al Victory, para romper la linea de !a escuadra franco-espafiola, contribuyendo asi a la completa derrota de dicha escuadra, lo cual le valié su ascenso a Contralmirante, y la gloria de haber intervenido en una de las batallas mas importantes de la Historia naval. Habiendo estado en el mar Caribe -como hechos dicho antes- conocia muy bien las islas ya nombradas que, habiendo sido francesas, pertenecfan ahora al Imperio Briténico y eran bases navales del mismo. Bajo el comando de Lord Abercomby recibié Ja orden de atacar con 6.000 hombres de desembarco ala isia de Trinidad, situada frente a las bocas del Orinoco. El gobernador espafiol de dicha isla de Trinidad era el Brigadier don José Marfa Chacon, que tenia bajo su mando una escasa guamicién de 600 hombres. Casualmente se hallaba en el Puerto Espafia, el principal de la isia, una pequefia escuadra de 4 navios de linea y una fragata al mando de su Jefe el Comandante Sebastidn Ruiz de Apodaca, también héroe de Trafalgar, quienes con rumbo a La 7 Habana, habfan anclado en dicho Puerto para obtener auxilios médicos por las enfermedades tropicales de que adolecfa la mayorfa de sus tripulantes, El 16 de febrero de 1797 se acerca al puerto la escuadra britdnica, quien sorprende al navfo espafiol San Damaso de 74 cafiones, visto to cual Ruiz de Apodaca resuelve quemar sus pocos buques, y el gobenador Chacén capitula mediante la entrega de la isla, rindiendo todas sus fuerzas que fueron trasladadas por los ingleses ala isla de Marinica, en tanto que la poblacién civil fue respetada. La pérdida de la isla de Trinidad significé para Espafia un tremendo revés, porque sirvié de base para que los ingleses hicieran libremente el contrabando y el corso. Porla paz de Amiens fueron cedidas a Inglaterra, la cual adquirié para siempre Jaisla de Trinidad, donde establecié un foco de insurrecién de las colonias espafiolas de Tierra-Firme. A esto agreguemos la influencia de la Revolucién Francesa, cuyos logros se comunicaban alos americanos, levantando el 4nimo revolucionario de los colonos. Estamos en 1817, Hagamos un resumen sindptico de lo ocurrido en esos tiempos, como predmbulo de Ja Iegada de fuerzas europeas para ayudar a la Independencia de Sud-América. Eran tiempos diffciles: en Cumané, tierra de Sucre, mandaba el General Bermiidez que habfa mantenido disidencias con las tropas republicanas de Marifio, raz6n por la cual se regres6 a Guayana. Mientras tanto en Cumanacoa los independentistas comandados por el Coro- nel Domingo Montes resistieron valicntemente los ataques realistas del Coronel espafiol Arana al mando de 450 hombres. Montes resistid, con mucho brio, a los espafioles defendiendo los parapetos de su posici6n, obligandolos a retirarse con sus muertos y heridos, sin imaginar que Arana flanquearia el campamento de Montes, ei cual para evitar 1a derrota se retir6 al interior con los 200 hombres que lo acompaiiaban. Allf supieron que el jefe supremo habfa investido con el mando al antes mencionado General Bermidez, famoso por su carécter violento y comportamien- to tirénico por cuyo motivo Ilamaron al General Marifio que se hallaba en Ja isla Margarita para que comandara la oposicién. El Libertador, como Jefe Supremo en conocimiento de esta beligerancia dispuso que el General Bermudez avanzara con 8 sus tropas al encuentro de Marifio. En vista de estos movimentos Marifio solicité una entrevista con Bermidez, el cual deleg6 a su Jefe de Estado Mayor Coronel Antonio José de Sucre, con el cual convinieron que las tropas desobedientes ocuparan Cariaco y Bermudez fuera a Cumana. Este tratado fue en nombre, porque Marifio desobedecié de nuevo las érdenes del Libertador, a pesar de que muchos oficiales y tropa de su mando no aprobaban tal desaguisado y se pasaron a las érdenes del Gral. Bermudez. No se consiguié que estos 2 jefes se unieran y obraran combinados contra los Tealistas, causando fatales consecuencias. Efectivamente, Bermudez al mando de 800 hombres de infanterfa y caballe- rfa, avanz6 hacia Cumané, deteniéndose en el puerto de La Madera, a 2 leguas de distancia, para hostigar a las fuerzas del Brigadier espafiol Cires, encerradas en la plaza fuerte mencionada. Cansado el Brigadier de las hostilidades del bloqueo arriesg6 una vigorosa salida de 500 soldados veteranos que prontamente derrotarona las bisofias tropas de Bermidez ocasiondndole muertos, heridos y prisioneros, y la toma de equipajes, artillerfa y fusiles, Este fue el triste resultado de desavenencias entre tropas hermanas que tuchaban por una justa causa. Mientras tanto continuaba la guerra de guerrillas. Por estos sucesos el Libertador arribé a la ciudad de Angostura con los jefes y Oficiales de infanterfa y caballerfa que le habfan quedado, donde comenz6 de nuevo a trabajar “impelido por su genio creador y con la actividad y constancia que era su caracterfstica”’. Asf reorganiz6 cl Gobicmo Supremo, y luego cred, discipliné y armé un ejércite que reemplaz6 al que habia perdido en la desgraciada campafia que acabamos de relatar. También dispuso que diversos jefes que mandaban tropas republicanas realizaran rdpidas incursiones cn territorio enemigo con el fin de fatigar a los Tealistas, con el objetivo de sacar recursos y hombres para aumentar su ejército, acostumprar sus cuerpos a la guerra, “para que cn la préxima campafia, no temiesen al ejércilo espafiol”. ; Si todos los generales patriotas merecen bien de Ia Patria, no es el de menor relieve el entonces Coronel Antonio José de Sucre. “Es el mismo que adquirié despuc¢s tanta celebridad, dando libertad ¢ indepen- dencia al territorio de la AUDIENCIA de Quito, en la batalla de Pichincha, el que triunfé en Ayacucho derrotando al ejército espaftol de! Peri, y el que libertando al Alto Pert, fue el primer Presidente de Bolivia”. “Natural de Cumané, nacido el 13 de junio de 1794 sus padres y hermanos muricron en la gesta libertaria. Su familia era una de las mas notables de la regi6n. Fue a Caracas, donde recibié su primera cducacién, comenzando en 1808 sus estudios de matemAlicas para seguir la carrera de Ingenicro. Cuando comenzé la revolucién se dedic6 con mucha aplicacién, talento y aprovechamiento a esta carrera. “Principiada en Venczuela la guerra contra el poder espafiol, Sucre salié a campafia y sirvié a Jas érdencs de] Gral. Miranda en 1811 y 1812. Estuvo en las campafias de 1813 y 1814 en ct Estado Mayor. “Descollé en el servicio por su celo y talento, asf como por el espfritu de orden que todo lo metodizaba... cl joven Sucre brillé por su carécter moderado y conciliador”. “En medio de los partidos y discusiones politicas que agilaron con frecuencia las provincias orientales, Sucre cra por lo comin el mediador, cl corisejero y el guia, sin que jamds perdiera el camino recto ni abandonara la buena causa. El combatfa sistem4ticamente todos los desérdenes, y sin embargo cra amigo de todos... tenfa siempre fija la mirada en la patria, en la libertad y cn la justicia. El Libertador, con amplia visién de los problemas, dispuso la creacién del periddico El Corrco del Orinoco, que se publicaba semanalmente, y encargé su redacci6n al ciudadano Francisco Antonio Zea, “escritorclocuente al mismo tiempo que pulcro y cleganie..."” Desde el principio su pluma dio una gran celebridad al periddico, sicndo su acci6n principal rebatir las culumnias de los espafioles, lanzadas en cl periddico “Gaceta de Caracas”, que lo dirigfa un furibundo enemigo de Bolfvar, cl Dr. José Domingo Dfaz. {Quién era el sefior Francisco Antonio Zea? Era un ciudadano natural de Antiogufa, provincia de la Nueva Granada, de una familia distinguida. Cursé estudios en el Seminario de Popayan y en el de Santa Fe de Bogota. Sobresalié con brillantez por sus conocimicntos de Literatura y Botanica. “Complicado en 1794 er el juicio contra Don Antonio Narifio, por la publicacién de los Derechos del Hombre, proclamados en la Revolucién Francesa, fue conducido a Madrid como reo de Estado. All{ continué su defensa y logré su libertad, pero no el permiso para regresar a 1a América. Cuando Napolcén con sus huestes invadié la Peninsula, Zea fue a Bayona, siendo uno de los notables que conformé Ja nueva Constituci6n espafiola, siguicndo el partido de! Rey José (alias Pepe Botellas) que asumié el Poder en Espafia como hermano del Empcrador, en lugar de Carlos IV; por ese motivo al caer Bonaparte tuvo que abandonar Espafia, volviendo a América en 1815, predispucsio aluchar por la independencia de su Patria, impidiendo su entrada el Generat Morillo, debiendo quedarse en Jamaica, donde se uni6 con Bolfvar, acompafiandolo en todos los azares de la tucha, hasta ingresar a Venezuela, a escribir el periddico “El Correo del Orinoco”; sus artfculos luminosos y elocuentes hicieron conocer en todos estos paises el valor y heroismode Bolfvar y sus tenientes, contribuyendo ala liberaci6n de su Patria, Y asf fue: porun lado Zea con sus ardientes escritos libertarios y por olro Don Luis Lopez Méndez, Agente de Venezuela cn Londres, haciendo conocer la realidad de la América Espafiola, lograron, con celo y constancia, ta ayuda de Inglaterra por la Independencia Americana. Encontraron al comienzo severas prohibiciones del Gobiemo Britdnico para que sus sdbditos vinieran al Nuevo Mundo; de todas mancras armamento, vestuario y municiones se consiguieron a crédito, para después lograr la venida de cuerpos de tropa de infanterfa, caballerfa y amillerfa, que junto con oficiales de los mencionados cucrpos debfan llegar a Guayana para contribuir a la libertad del Continente. Con tal objeto se contrataron algunos oficiales superiores que debian proce- derala“Leva” correspondiente. En cfecto, sc formaron hasta scis expediciones que, por el mes de junio, debfan arribar a Angosiura, lo cual no ocurrié porque habiendo tenido necesidad de llegar a puertos de las Aniillas, sufricron en ellos muchas dificultades como escasez de recursos, diferencia de clima, demoras en los trasla+ dos, todo 1o cual contribuyé a la disolucién de dichas compafifas, habiendo llegado W tinicamente pocos oficiales y soldados, frustrando asf las esperanzas del jefe supremo que sofiaba con introducir en su ejército la tactica y disciplina europeas. “Las fatigas y privaciones inherentes a las campafias en las colonias americanas eran superiores a la educacién y habilos militares de aquellos europeos”. Por otro lado, Rodrigo Chavez Gonzdlez, en su obra inédita, nos dice: “Desde el tiempo de la colonia se venfa fraguando Ja idea de autonomfa e independencia en Guayaquil, puerto que se vefa amordazado por las prohibiciones y reglamentos que tan pronto venfan del Virrey del Peri o de! Virrey de Nueva Granada. Los hombres del litoral ecuatoriano fueron siempre amantes de la libertad de acci6n, dispuestos siempre a velar por la libertad de comercio de que se nutria esta ciudad, exportando principalmente el cacao. Los grandes terratenientes Rocafuerte, Roca, Luzarraga y otros orientaban el movimiento independentista para sacudirse del yugo espafiol. Es tradicién y hay documentos que avalizan lo dicho anteriormente, y no otro origen tuvo !a‘'Fragata de Vulcano”, nombre con que se bautiz6 la “soiré” cfectuada en la casa sita en la calle Malec6n entre 9 de Octubre y General Elizalde, propiedad de Luzarraga, que alquilaba al anfitrién José de Villamil, y entre cuyos invitados figuraban las damas de la familia Garaicoa, Isabelita Morlds, novia de Leon de Febres Cordero, entre otros adherentes, que el 9 de octubre de 1820 proclamaron ta Independencia de Guayaquil. Thomas Charles Wright en sus “Reminiscencias “ proclama a Villamil como el gestor m4s importante de la independencia de esta ciudad. Prolegémenos de los Derechos del Hombre. En Ja primera década de 1800 se habfa hecho la edicién de los Derechos del Hombre proclamados en Ja Revolucién Francesa. Por orden de Don Antonio Narifio, el Regente de la imprenta de su propiedad Don Diego Espinoza habia cumplido tal disposicién. Las autoridades espaflolas conocedoras de tal accién, procedicron a reducir a prisién a los dos mencionados ciudadanos, y Narifio confess que habia hecho imprimir los Derechos del Hombre, que tradujo de un tomo de ta Historia de la Asamblca Constituyente de Francia, que Ie habfa prestado el Capitin Ramf{rez de la Guardia del Virrey; que su intencién no era conmover al Reino, sino vender aquel 12 impreso del que habfa mandado a tirar 80 0 100 ejemplares; pero sabiendo que se hacfan por el Gobiemo algunas investigaciones sobre ¢l expresado papel, recogié todos los impresos, sin dejar ninguno, y los habfa quemado”. Enefecio el juez comisionado Mosquera hizo las mas exquisitas investigacio- nes por conseguir un ejemplar que sirviera de cuerpo del delito, y no pudo hallarlo, Tal fue el origen de las desgracias y padecimientos de Don Antonio Narifio”. Al mismo tiempo que ocupaba lucidos cargos era un hombre muy culto con una lucida biblioteca y reuniendo varias mAquinas de ffsica, junto con Ja imprenta que -como hemos dicho- posefa; era tenido como un sabio en Santa Fé de Bogoud. En el proceso que hemos indicado, Narifio tuvo que nombrar abogado al Dr. José Antonio Ricaurte, tratando de demostrar que la impresi6n antedicha no era un crimen; que tampoco cra pemiciosa porque los mismos principios corrian impresos en libros espafioles, -entre otras razones- que no podfa juzgarse perjudicial. Inmediatamente la Audiencia orden6 reducir a prisidn al Dr, Ricaurte enel presidio DANZAS USADAS EN AMERICA EN LOS ALBORES DE LA INDEPENDENCIA 13 de Cartagena, por orden del Rey. En tanto que Narifio fue condenado a 10 afios de Presidio en Africa, confiscacién de bienes, destierro Perpetuo de América, mandan- do, ademas, quemar por mano de verdugo cl libro de donde se copié los Derechos del Hombre. Los complicados cn este bullado asunto fueron trasladados a Espafia acumplir su condena. Liegados a Cadiz, Narifio fug6 a Francia donde se le ofrecié asilo y ayuda para la Independencia por parte de Tallien, uno de los gobemnantes de Francia. 14 CAPITULO II LOS ANTECESORES EL LIBERTADOR: SIMON BOLIVAR En 1799, Sim6n Bolivar, joven de 16 afios, con muchos conocimientos de geografia, matematicas y gramatica, es enviado por su tutor y tio Don Carlos Palacios a Espafia, haciendo escata cn Veracruz, donde fue recibido por el Oidor Aguirre de la Audiencia de Méjico quien lo Hevaba frecuentermente al palacio del Virrey. Desde entonces Bolivar comenz6 con mucha independencia en su modo de pensar, lo que llamé la atencién en esa sociedad caduca y conservadora En esas reuniones Bolfvar se permitfa emitir opiniones muy revolucionarias, especialmente en polftica, lo que obligé al Virrey a decirle al oidor Aguirre sus deseos de que se fuera pronto “ese nifio atrevido”. Efectivamente pronto lo embarcaron de nuevo con direccién a Espafia, haciendo escala en La Habana, llegando felizmente a Madrid, siendo recibido por su tfo don Esteban Palacios, quien gozaba del favor de los Reyes. Infortunadamente Don Esteban faliecié, y quedé recomendado al marqués de Ustariz. Con su compaiifa, Bolfvar comprendié que estaba ditapidando su tiempo y se dedicé a profundizar sus conocimientos cn literatura, historia, matemdélicas y lenguas. 15 Por su posicién y sus relaciones tuvo entrada en la Corte, siendo asiduo concurrente al Palacio Real, donde entendié y comprendié muchas cosas de la politica. Pronto se cansé de esta clase de vida; se enamoré de la sefiorita Teresa del Toro, emparentada con gentes de alto cotumo, y fue acepiado para contraer matri- monio con dicha damita, pero este matrimonio fue diferido por la corta edad de 17 afios del novio. Hasta tanto resolvié viajar a Paris cn 1801 para conocer Francia; pronto comenz6 a imbuirse de los principios democraticos, siendo entonces su {dolo Napole6n Bonaparte, a cuya coronacién concurmi6 y fue la raz6n para olvidar a su personaje. LOS GENERALES BOLIVAR Y SANTANDER, saliendo del Palacio de San Carlos en Bogota 16 Pocos meses después regres6 a Madrid para celebrar su matrimonio; realiza- do el cual regresé a América, embarcdndose por el puerto de La Corufia. Sus ensuefios de felicidad pronto sc cubrieron de luto por la prematura muerte de su consorte. En el “Diario de Bucaramanga”, escrito por uno de sus Edecanes Don Luis Pert de Lacroix, nos indica que en una de las conversaciones que tuvo con el] Libertador, este le refiri6 que nunca habia contraido scgundas nupcias “por haber jurado por el fallecimiento de su primera esposa”. Para disipar sus penas arreglé sus negocios y de nucvo viajé a Europa, embarcdndose por el puerto de La Guaira, !legando a Espafia a fines de 1803. En el afio siguiente viaj6 a Paris, y luego a Roma, donde junto con su maestro Don Sim6n Rodriguez, con quien no cesaba de hablar acerca de la Independencia de Venezuela, juré enel Monte Sacro de la ciudad Eterna dar jibertad a su patria o morir en la demanda. En 1806 regres6 a Caracas por los Estados Unidos, permaneciendo alli poco tiempo. De regreso a la patria resolvié ocuparse de sus negocios y propiedades que estaban muy descuidados y cran cuantiosos. Asf las cosas, se supo en Caracas la invasién de los franceses a Espafia, promoviendo junto con otros j6venes la revolucién que estallé el 19 de abril de 1810. La Junta de gobiemo revolucionanio Ie confirié cl grado de Coronel de ‘ias de Aragua, y enscguida viajé por orden de dicha junta a la Gran Bretafia, 6n diplomatica con don Luis Lépez Méndez. Contra las 6rdenes de su gobierno invilé al General Fco. de Miranda a que regrese a Venezucla, porque supuso que prestarfa valiosos servicios ala Indepen- dencia, Regresaron pues y se declar6 la Independencia de Venezuela de la Madre Patria, por la cual la ciudad de Valencia se rebel6, y Ja Junta dispuso que el Gral. Miranda fuese a sofocarla. Decfa Miranda “que Bolfvar era un joven temible”, y por tal motivo no querfa que siguicra ala cabezade su batallén. Bolivar tom6 esto como una injuria: reclamé 7 enérgicamente y Ja Junta estuvo a su favor, teniendo lucida actuacién en la accién militar referida que fue frustada por tos espafioles que la defendfan. Se orden6 una segunda toma de Valencia que tuvo feliz resultado, Bolfvar fue ascendido a Coronel efectivo. En estas campafias hizo sus primeros ensayos en la carrera militar. Advino el terremoto funesto del 26 de marzo, cuando los realistas se repusie- ron, y comandados por Monteverde fueron subyugando las provincias de la Confederacién, por lo cual cl Gral. Miranda fue nombrado generalfsimo y dictador. Este nombr6 a Bolivar para mandar ta imponantc plaza de Pucrtocabello. En el castillo de San Felipe se encontraban presos los realistas derrotados en la toma de Valencia, quienes por Ja traicién del oficial de guardia se sublevaron, apoderéndose del castillo, y luego de la plaza de Puertocabello, lo que obligé a Bolivar a embarcarse derrotado para La Guaira, en Lanto que Miranda resolvio capiiular con el espafiol Monteverde. EL PRECURSOR: GENERAL FRANCISCO DE AIRAND? {Quién es este unico americano a quicn Hamaban EL PRECURSOR? A Francisco de Miranda, venezolano de nacimiento, de origen espafiol, que acompafia 2 los adalides de la magna Revolucién Francesa, y a los conmilitones de Napotleén el Grande. Caracas puede ufanarse de haber dado a la causa de la libertad y de ta cultura hombres de talla hisi6rica como este héroe de la Independencia Americana. Nacido el 28 de marzo de 1750. “El 25 decnero de 1771 subca la fragata sueca “Prince Frederick”, anclada en cl puerto de La Guaira. un apueste joven criollo que vaala Madre Patria con el propésito de seguir la carrera de las armas. Lievacl titulo de Bachiller cn Artes obtcnido en el antiguo Seminario Tridentino de Santa Rosa, es hijo del Capitén Sebastidn de Miranda, de la Compaiifa de Milicias Islefias de Caracas. Al Megara su destino ingresa a la Escucla Militar donde se impone un régimen de cstudios intenso, que lo califica cn poco tiempo para ser Oficial del Ejército y Gestinado para servir cn Africa contra los Moros. Como Capitan del Regimiento de La Princesa acredita su valor y conocimientos militares, lo cual le granjca la envidia 18 de los oficiales espafioles, por lo cual resuelve embarcarse en la expedicién naval que sale de Cadiz en 1780 con rambo a América y en la que osienta alta jerarqufa su amigo Don Juan Manuel) de Cajigal, quien lo nombra su Edecén y simulténcamen- te se le asigna como Capitan del Regimiento de Aragon. Pasa el tiempo y Miranda desempefia gran papel en la campafia de Lousiana, ascendiendo al grado de Teniente Coronel. Pero Io persiguen los envidiosos quienes lo acusan de contrabandista y amigo de los ingleses. Le siguen un proceso que dura 19 afios, terminando con sentencia absolutoria. Pero no ha perdido esos 19 afios: Se entrega con alma y vida ala independencia de la América espafiola. Con la proteccién de su amigo Cajigal sale de Cuba para Norteamérica. En Filadelfia es recibido por Washington. Se granjea numerosas amistades como Clinton, el Canciller Levingston, ¢] Coronei Smith, el ilustre Alexander Hamilton, Thomas Paine y en Boston se amista con Lafayette. El 5 de diciembre de 1784, luego de una permanencia de afio y medic en EE.UU. viaja a Inglaterra. En todo ese tiempo ha afirmado sus conocimientos de inglés y francés, ha estudiado el régimen de los partidos pol{ticos, las maniobras de Jos ejércitos enemigos y la construccién de las fortalezas militares. GENERAL FRANCISCO DE MIRANDA 19 Londres serdn en adelante su centro de operaciones. Conociendo las dificultades del gobiemo inglés con motivo de la independen- cia de sus colonias de Norteamérica, resuelve no presentar sus planes al Gabinete inglés, pero logra transmitir en Gran Bretafia la necesidad que ticnen los americanos de militares sajones para su independencia. Con el mismo fin viaja por Prusia, Sajonia, Austria, Italia, Grecia, el Asia Menor, Rusia y Escandinavia. ha prendido la llama de la liberiad entre los j6venes de Europa, y asf, cuando don Luis Lépez Méndez cmprende su campaiia de reclutamiento, encuentra exnedito el camino Como anécdota brillante relatamos que el Principe Potenkim lo presenta en la Corte imperial a Catalina de Rusia, quien con 58 afios a cuestas y blancas canas, distingue ostensiblemente a Miranda, to invita a su mesa, te pregunta como funciona la Inquistcién y lo autoriza para que use el uni forme de Coronel de sus ejércitos. A Prop6sito de estas visitas formula un diario de viajes, donde se destaca su saber enciclopédico y su mundana clegancia; habla de la Emperatriz, en frases respetuo- sas. y como no puede quedarse cn Rusia, obtiene la proteccién de Catalina, mediante el salvoconducto que Jo protege hasta muy lejos del Imperio, y de la diplomacia espafiola, que encuentra en Miranda un amante de libertad, y un solapado enemigo de Fspafia. No cree f4ci!, todavia. proponer sus planes en Londres, por lo cual viaja a Francia, en plena Revolucién, donde sus amigos logran incorporarlo al Ejército, conlacondicién que se le ayude después en la Independencia de América. Asf pucs, fue incorporado al Fjército francés con el grado de Mariscal de Campo del Ejército del Norte; triunfa en Valmy y Amberes. Pero la tratcidn de Dumoricz lienc consecuencias dramlicas, cuyas secuelas son la calumnia y la carcel. Escapa de la guillotina y obticne su libertad en 1795. En 1798 regresa a Londres, donde lo visitan sus amigos ingleses y los conspiradores hispano-americanos, entre los cuales est4 Antepara, el guayaquilefio del 9 de Octubre, a quien encarga la edicién de sus Memonias en inglés, que circulan en América, con cl titulo: “SOUTH AMERICAN EMANCIPATION: documents, historial and explanatory, shewing the design which have been in progress and the excriions made by Gencral Miranda, for the attaimenent of that object during the Ist twenty five years, by J.M. Antepara - London - 1810. Quiere estar mas cerca de la patria naliva: el 2 de encro de 1806 sate de Nueva York a bordo de un misterioso buque Heno de material explosivo: fusiles, 20 proclamas, municiones y una imprenta. Desembarca en la Vela de Coro y enarbola allf el tricolor nacional que usamos los tres pafses grancolombianos. La expedicién fracas6 en Tierra Firme. Proclamada la independencia de Venezuela, llega la hora del combate, y “el idealista, el hombre de quien Bonaparte habfa dicho que llevaba en sf el fuego sagrado", se pone a la cabeza de las bisofias tropas de Venezuela. Luchan y salen derrotados. Firma’.na capitulacién en Gudcara, cerca de Valencia, que es burlada por cl Brigadier General Domingo Monteverde, jefe de las tropas espafiolas en 1812, por lo cual Miranda es tomado prisionero, ocupando los tétricos calabozos de La Guaira, Puerto Cabello y Puerto Rico, y por ultimo “como reo peligrosfsimo para la seguridad piblica, trasladado al Arsenal de La Carraca, en C4diz, donde muere consumido por el escorbuto y la crueldad de sus carceleros, el 14 de julio de 1816. EL PROTECTOR: GENERAL JOSE DE SAN MARTIN José de San Martin, nacié en Yapeyd, provincia de Corrientes, Republica Argentina en 1778, y murié en Boulogne-sur-Mer, Francia en 1850. Estudio sus primeras letras en Buenos Aires, y ala edad de 8 afios se traslad6é a Espafia con sus padres, ingresando al Seminario de Nobles de Madrid. A los doce afios se alisté como Cadete en el Regimicnto de Murcia, y desde 1791 hasta 1808 particip6 en numerosas batallas y campaflas cn Africa y Europa. Obtuvo el grado de Teniente Coronel en la batalla de Bailen contra las tropas de Napoteén Bonaparte (1808), y se retiré brillantemente. En sctiembre de 1811 viajé a Londres donde ingres6 en la sociedad secreta fundada por ¢l General Francisco de Miranda. En enero de 1812 se cmbarcé con los patriotas de Buenos Aires: Alvear, Zappiola, Chilavert, cn la fragata inglesa George Canning, llegando a !a capital del Plata el 9 de marzo del precitado afio, incorporéndose inmediatamente a las filas patriotas, donde se le reconocié su grado de Teniente Coronel, encargandole el Triunviralo la formacién de un cuerpo de caballeria, denominado “'Granaderos a caballo” , de lucida actuacion en la campafia libertadora. Lucgo de sucesivos combates fuc ascendido a Gencral cn 1814, Reempilaz6 a Belgrano cn el comando. del Ejército del Norte. Luego se dedicé a ta formacion de un ejército para libertar a Chile y Peni, campafia que duré 3 largos afios dificiles por la carencia de medios y elementos. Por fin, en 1817 cl Ejército de los Andes bajo el mando supremo de San Martin dividido en 4 Cuerpos comandados por cl mismo, y por Soler, las Heras y O'Higgins, atraves6 la cordilleray tuvo su primer encuentro con espafioles en Cha- 21 cabuco, ganando la batalla que le permitié entrar en Santiago de Chile donde se le nombré Director Supreme del Estado de Chile. Siguiendo cn la campafia tuvieron cl primer revés en Cancha Rayada, pero Fepucstos inmediatamente consiguieron Ja siguiente victoria en Maipu, lo que significs el fin de la resistencia organizada de los realistas. Hizo un viaje a Buenos Aires y regres6 a Chile, dedicandose a reforzar el ejército y ala organizaci6n de una Escuadra, comandada por cl Almirante Cochrane. El 20 de agosto de 1820 zarpé de Valparafso la expedicién libertadora del Peri, qued4ndose en Ja bahfa de Paracas, donde descmbarcé su cjército, que inmediatamente entr6 en campafia triunfando en Nazca y Pasco, Bloqueado el puerto del Callao hostig6 a los realistas y al poco tiempo ocup6 Ia ciudad de Lima el 10 de julio de 1821. Luego de una consulta popular asumié cl poder con cl tftulo de Protector del Peni. GENERAL JOSE DE SAN MARTIN 22 Como consecuencia de las victorias militares obtenidas por Bolivar, San Martin decidié entrevistarse con este en la ciudad de Guayaquil el 26 y 27 de julio de 1822. Después de esta hist6rica entrevista San Martin decidié retirarse de !a polftica y del Perd, no sin antes dirigirles la siguiente prociama: "Presencié la declaracién de la Independencia de los Estados de Chile y del Perti; existe en mi poder el estandarte que trajo Pizarro para esclavizar el Impe- rio de los Incas, y he dejado de ser hombre piiblico; he aqui recompensados con usura diez afios de revolucién yde guerra. “Mis promesas para con los pueblos en que he hecho la guerra estén cumplidas: hacer su indepen- dencia y dejar a su voluntad la eleccién de sus gobier- nos. La presencia. de un militar afortunado, por mas desprendimiento que tenga, es temible a los Estados que de nuevo se constituyen. Por otra parte yo estoy aburrido de oir decir que quiero hacerme soberano. Sin embargo siempre estaré pronto a hacer el ul- timo sacrificio por la libertad del pais, pero en clase de simple particular y “no mds”. "En cuanto a mi conducta pitblica, mis compa- triotas (como en lo general de las cosas) dividirdn sus opiniones, Los hijos de estos daran el verdadero fallo. iPeruanos! Os dejo establecida la representacion nacional. Si depositais en ella una entera confianza, cantad el triunfo. Siné la anarquta os va a devorar. Que el acierto presida vuestros destinos, y que estos os colmen de felicidad y paz. Pueblo libre y septiembre 10 de 1822 -José de San Martin- 23 Abandoné Lima con destino a Santiago, pasando luego a Mendoza y después a Buenos Aires, donde embarcé para Europa con su hija Mercedes, por haber enviudado, fijando su residencia en Parfs hasta 1829 en que regres6 a la patria con motivo de la guerra argentino- brasilefia; conociendo a bordo del buque en que viajaba qué era una guerra fratricida, decidié regresar inmediatamente y fijar su residencia en Boulogne-sur-Mer, donde pas6 sus wiltimos dfas, soportando apre- miante situaci6n econémica. Hemos querido mencionar el brindis que hizo el Libertador Bolfvar cuando despedfan al Protector San Martin en Lima, con un banquete, expresdndose asf: “Por el buen genio de América que trajo al General San Martin desde las margenes det rio de la Plata hasta las playas del Peni”. “Era tan amistosa la consideracion que tenfan que San Martin, comb muestra de estimacién y cordial simpatfa hizo pintar por su hija Mercedes el retrato det ilustre yenezolano, retrato que conserv6 en su dormitorio tanto en Gran Bourg como en Boulogne-sur-Mer”. Gaceta de Lima, 10 de septiembre de 1823, reproducido en el Argos de Buenos Aires 20 de noviembre de 1823. 24 IRLANDA EN ESCORZO Irlanda fue la tierra natal de Thomas Charles Wright. La mds occidental y pequefia de las dos principales islas briténicas, parte integrante en lo polftico del Reino Unido. (Conmonwealth) En inglés se tama [reland, y en irlandés Erin. Al Este la separa de la Gran Bretafia el mar de Irlanda y el Canal de San Jorge, y bafia todo el resto de sus costas ci Océano Atiéntico del Norte. Se divide en cuatro provincias tradicionales que se llaman: Leinster, Ulster, Minster y Connaught, y en 32 condados. Nuestro héroe nacié en Drogheda (en irlandés Droichead Atha) a orillas del mar de Irlanda, y para ser mas exactos en Queensborough (barrio de la Reina) La poblacién ha ido disminuyendo progresivamente desde principios de 1800, por las hambrunas ocasionadas en diferentes épocas y por la contratacién de militares y marinos irlandeses que vinieron a la independencia de América, terminada la cual, muchos regresaron a su patria, y otros se afincaron en América del Sur, pero cl éxodo continué hacia América del Norte desde 1840, constituyendo una colonia que ha dado ciudadanos valiosos como ¢l Presidente Kennedy, de pura cepa irlandesa. Inlanda es una isla hist6rica, cuyos habitantes son nacionalistas a ultranza; por Jas disputas con los ingieses perdicron cl Ulster, territorio que hoy se lama Irlanda del Norte. Tradicionalistas por excelencia hablan su propio idioma pre-histérico: cl inlandés. Son cat6licos por antonomasia. Tocan la gaila por costumbre, sicndo la musica y dicho instrumento propios de su antigua cultura. El clima de la Hierra es suave y himedo; cl territorio est4 formado por grandes Planicies, especialmente la central donde se cultiva el famoso lino irlandés que significa e} renglén de mayor exportacién, sin olvidar los sembrios de avena que 25 sirve de forraje para el ganado. No falta el cultivo dela cebada, con la cual fabrican la cerveza fuerte o“porter” y destilan el whisky de consumo mundial. DROGHEDA esté situada en el Departamento de Connaught, muy cerca de. Dublin, capital de Irlanda. Dice la Crénica de la Humanidad que “entre 500 A.C. y 22 afios de Cristo se instalaron en Irlanda las tribus celtas, que rechazaron a las poblaciones autéctonas y formaron 5 grandes reinos, cuyos nombres son los mismos que enunciamos anteriormente, ms el de Meath. En 432 volvié a Irlanda el Obispo briténico San Patricio, que habia sido secuestrado por piratas escoceses en 401, Cuando murié en 461 la isla estaba completamente evangelizada. Desde 769 a 1014 se produjo la invasién y colonizaci6én noruegas, que precedieron a la invasién de los normandos de Pembroke en 1169. Dos afios mas tarde cl rey Enrique VIII afirmé la soberanfa inglesa, reempla- zando la aristocracia irlandesa con una clase feudal extranjera. Empezaba el largo calvario de Irlanda. Cuando Enrique VIII rompié con el Papa reinante por no haber accedido al divorcio del Rey, €ste quiso imponer la Reforma religiosa, reprimiendo las revuel- tas, confiscando las propiedades catélicas, y emprendiendo en Ja colonizacién del Ulster al norte de ja isla con pobladores anglicanos. 26 CAPITULO III MEMORIAL DE LAS TROPAS INGLESAS Creemos que seré importante conservar la memoria de Jas diferentes expedi- ciones de tropas inglesas que zarparon de los puertos de la Gran Bretafia para la Costa Firme en la época expresada y los hombres que condujeron. Los numeros son aproximados en su mayor parte, segdn noticias comunicadas por personas contem- pordneas y fidedignas. En 1817 Buque “Indio” con et Coronel Skeene y 300 hombres. Naufragé en las costas de Francia. El “Principe” con el Coronel Wilson y el cuadro de un cuerpo de caballeria, 60 hombres. El“Esmcralda” con el Coronet Hippisley, y los cuadros del Primer Regimien- to de Htisares de Venezuela y del Primer Regimiento de Lanceros, 120 hombres. En 1818 El “Dowson”, con el Corone] Campbell, y el cuadro de un Regimiento de Rifles, 130 hombres salié el 2/1/1818 (Aquf vino Wright). 27 El “Britania”, con cl Coronel Gilmore y un cuadro para una brigada de Antilleria, 90 hombres. El “Grace” con el Coronel] MacDonald y algunos oficiales sueltos, 20 hombres. Muchos, de estos oficiales y soldados murieron al servicio de ta Republica, algunos de ellos en Ja guerra. Total: 720 hombres 1819 Eneste afio arribaron a las costas de Venezuela: primcro como 752 hombres enganchados y contratados por el Coronel Elsom. En la contrata del Coronel English llegaron a Margarita, 1200 hombres. De la contrata del Coronel Elsom 300 alemanes. El General MacGregor trajo a la Costa Firme de Nueva Granada, 600 hombres. EJ Coronel Meceroni, trajo después a las mismas costas, 300 hombres. E! General Devereux envié a Colombia, segtin documentos auténticos, 1729 hombres que formaron la Legi6n Irlandesa. Datos de topas irlandesas del buque “Norr™ que naufragé en Barbados y correspondia a dicha Legién, 187 hombres, Del buque “Flora”, que su Capitén y cl Coronel Gore sustrajeron para unirlo ala expedicién de MacGregor, y correspondian a la misma Legién, 200 hombres.- Total: 5.088 hombres. Los restos de los oficiales y soldados europeos que vinieron a Venezuela en 1817, y parte de los contratados por el Coronel Elsom, combatieron valerosamen- te en Boyacd bajo cl nombre de Legién Briténica. Después formaron el baiallén Albi6n, que tanto se distinguiera en las campafias de la Independencia. Dieron también Jefes y Oficiales al Batallén Rifles, atin mas célebres en las mismas campafias. Las reliquias de la expedicién de English que Urdaneta condujo alas costas orientales de Venezucla, compusicron cl batallén Carabobo, distinguido en las guerras mencionadas. 28 James T. English habfa sido Comisario de Guerra del ejército anglo-espafiol que mand Lord Wellington; después vino a Venezucla como Teniente Coronei en el Regimiento llamado Htisares venezolanos que mandaba el Coronel Hippisley. Este cuerpo sc disolvi6, casi en su totalidad, porque muchos de los Oficiales y soldados que lo componfan, disgustados con su Jefe, se pasaron en San Fernando a otro cuerpo de extranjeros que regia el Coronel Wilson; Hippisley volvié entonces a Angostura, y de allf se fue disgustado a Europa, donde escribié un tremendo libelo contra el Libertador y casi contra todos los patriotas de Venezuela, Porque no eran ricos ni tuvieron con que mantenerle y darle raciones a la europea, y porque hacfan la guerra a los espafioles del modo que les era posible. El Teniente Coronel English también regres6 a Angostura, donde hizo un contrato con el Jefe Supremo para tracrle de Inglaterra una divisién de tropas bajo ciertas condiciones que se estipularon; cnire ellas estaba la de hacerle General de Brigada, a fin de que mandase la gente que trajese a la Costa Firme. De aqui tuvo origen la expedicién llamada det General English, que se compuso de 1.200 hombres, fuera de 300 alemanes que mandaba el Coronel Uslar. (El destacado escritor Anuro Uslar Pictri, venezolano, es descendiente de! Coronel antes citado). El General Devereux fue entusiasta por la independencia y libertad de la América Espafiola, y antes habia ayudado al Gobierno independiente de Buenos Aires. El mismo, por intermedio del sefior Robert Southerland, comerciante de Puerto Principe (Haitf), que participaba de igual entusiasmo, proporcioné al Libertador una parte considerable de los pertrechos y elementos militares que sirvieron para habilitar la célebre expedicién de Cardpano en 1816, Enseguida se traslad6 Devereux a Inglaterra, y comunicandose con Bolivar en 1817 y 1818l¢ ofrecié cl envio de una legién irlandesa, por lo cual el 14 de diciembre de 1819 recibié del Libertador cl despacho de Gencral de Divisién de la Republica de Venezuela. Este militar inglés (ue uno de los més entusiastas en prestar auxilio a Colombia. COSTOS,- Cada hombre de la Legion Irlandesa, de !a divisién del Coronel James F. English, y de la expedicién del Coronel Elsom, armado y vestido como la 29 Infanterfa inglesa, cost6 ala Repiblica de Colombia trescientos pesos fuertes, 0 sea 67 libras esterlinas, 10 peniques. Presentose Devereux en Bogotd en 1840, ciego y miserable. Sus amigos, cl Congreso y cl Ejecutivo de la Nueva Granada, lo favorecieron; fue de nucvo inscrito con su antigticdad cn la Lista Militar, y obtuvo una pensién vitalicia de 125 pesos mensuales. En Venezuela y Ecuador también se le decretaron pensiones de consideracién Por sus antiguos y oportunos socorros. Casi todos fos contratos que se hicieron ena Gran Bretafia por don Luis Lépez Méndez, Comisionado de Venezuela con los Coroneles Hippisley, MacDonald, Ikeene, Wilson y otros, para enganchar tropas curopeas que pasaran a la Costa Firme a combatir por su independencia, tenfan las siguientes bases: Primera.- Se aseguraba a Jos jefes, oficiales y soldados Ja misma paga y gratificaciones que daba e! Gobiemo inglés a fos de igual clase cn su ejército, las que principiarfan a correr para !os jefes y oficiales el dfa que se embarcaran y a los soldados cuando Iegaran a Margarita 0 a la Costa Firme. Segunda.- Que fuera de esto, a su arribo a Caracas, se les pagarfa, como una compensacién de los gastos de pasaje y sin tardanza alguna, las siguientes sumas: doscientos pesos alos Coroneles y Comandanites y alos demas oficiates que tuvieran despachos; 80 pesos a los que no tuvicran despachos y a cada soldado. Este mismo sistema de contratas se siguié después por los demas engancha- dores de tropas destinadas a Venezuela, que fueron los Coroncles English, Gilmore, Elsom y el General Devereux, segtn dijimos antcriosmente. 30 DIFICULTADES CON LOS INGLESES A propésito de este tema, en la “Historia de Colombia”, por José Manuel Restrepo, Tomo IV, enconiramos cn la Nota 4, lo siguicnte: “James T. English habia sido Comisario de Guerra del cjército anglo espaitol que luchaba en Espafia al mando de Lord Wellington; después vino a Venezucla como Teniente Coronel en cl Regimiento denominado Hiisares Venezolanos, que mandaba cl Coronel Hippisicy. Este cucrpo se disolvis, casi en su totalidad, porque muchos de los oficiales y soldados que lo componfan, disgustados con su jefe se pasaron en San Femando a otro cuerpo de extranjeros que regfa cl Coronel Wilson; Hippislcy volvié cntonces a Angostura, y de allf sc fuc disgustado a Europa donde escribié un tremendo libelo contra et Libertador y casi contra todos los patriotas de Venezuela, porque no eran ricos ni tuvieron con que mantenerle y darte raciones a la curopea, y porque hacian la gucrra a los espafioles del modo quc Ics era posible. Ei Teniente Coronel English regresé también a Angostura, donde hizo un contrato con el Jefe Supremo para traerle de Inglaterra una divisi6n de tropas bajo ciertas condiciones que se eslipularon; entre cllas estaba la de hacerle General de Brigada, a fin de que mandase la gente que condujera ala CostaFirme. De aquituyo Origen la expedicién Yamada del General English, que se compuso de 1200 hombres, fuera de 300 alemanes que mandaba cl Coronel Uslar. Todo ese cuerpo estaba destinado a obedecer las 6rdenes del General Urda- neta, cempero su Caja militar cra ninguna, porque lanaciente Republica de Venezucla se hallaba en cl estado mas deplorable de miseria. Urdanctia ena isla Margarita solo liev6 una orden en que se prevenia al Almirante Brion, que proveycse de lonecesario adicho general, que a su arribo a dicha plaza hall6 que existfan en aquella isla varios Cuerpos extranjcros que montaban a cerca de 1500 hombres de los cuales 300, poco mas 0 menos, cran alemanes perienccientes a fa contrata de Elzon, a quienes mandaba el Coroncl Uslar. Los demis ingiescs atin no habfan Ilegado, y tardaron bastante tiempo en arribar a Venezucla”. Fueron, pues, grandes las dificullades de Urdancta. La divisién extranjera exigfa perentoriamente que sc Ie cumplicran las cxorbitantes promesas que se le habfan hecho en Europa por su jefe English. Eran estas, que a su arribo al tcrritorio venezolano se darfan a los oficiales doscientos pesos, y 4 cada uno de los soldados, ochenta; una racién diaria a la 31 europea, el prest y paga todos los meses, con varias otras adiciones, entre las cuales se contaba la de que “toda propiedad publica o privada que se tomase en los pueblos tomados a fuerza de las armas por los expedicionarios, debfa reputarse como botin y repartirse entre ellos”. El jefe de la expedicién a quien Bolfvar habfa ofrecido el grado de General y cincuenta libras esterlinas por cada hombre que trajera a la Costa Firme, no habfa reparado en prodigar incentivos para hacer una copiosa recluta en Gran Bretafia. En la situacién pecuniaria tan apurada en que se hallaba el Gobiemo de la Republica, era imposible cumplir esas extravagantes promesas. El pobre y agotado erario de la isla Margarita no podifa hacer frente ni aun a las raciones diarias, El Almirante Brion se hallaba materialmente arruinado a consecuencia de los gastos hechos en servicio de su patria adoptiva; no solamente habfa consumido su propio caudal sino que también contraté fuertes créditos con sus amigos de las Antillas, los que no podfa satisfacer a causa de que la Repiiblica no Je pagaba. Asf era que, rodeado continuamenic de acreedores, tenfa muchas veces que ocurrir al arbitrio de encerrarse en la c4mara de su fragata sin dejarse ver de nadie. He aquf algunos de los padecimientos que sufrieron los antiguos patriotas para dar a Venezuela y Gran Colombia independencia y libertad. No teniendo con que pagar las exageradas promesas hechas a los ingleses, aunque sea en parte, s¢ hallaban estos en continua agitaci6n, descontentos y sin pagas, sus quejas y reclamaciones se acercaban ya a un verdadero motfn. 32 CAPITULO IV QUIEN FUE THOMAS CHARLES WRIGHT? Fue un joven irlandés, nacido el 26 de enero de 1799 bajo el signo zodiacal de Acuario. Hagamos una digresién: Para los esotéricos estos signos marcan el destino de un hombre desde que nace, siendo el Zodiaco el misterioso cfrculo donde, entre dibujos de animales y planetas, sc fragua dicho destino. Los entendidos dicen que "Acuario es el signo estabilizador, el que da constancia a la raz6n en el interior del individuo".- Percibe, por 1a raz6n, la idea que Jate en el fondo de todas las cosas. (*) Zodiaco quiere decir cfrculo de los animales. Por dicho motivo los inventores, los descubridores etc., suelen ser de este si; gno.(*) Como lo dice su nombre pertenecen al elemento agua. Y fue et elemento agua donde desarrollé primeramente sus actividades el joven Wright. Su tierra natal estuvo ubicada en Qcensborough, Drogheda, sita en el Condado de Louth, a las orillas del rfo Boyne, tierra que altené con Golah Hall, mansi6n scfiorial de sus padres, donde pasé su nifiez. Sus ancestros, por centurias, participaron en las luchas intestinas y contra los sajones. Uno de estos bravos guerreros normandos- progenitores de los Wright- Negé a la Isla Briténica como Arquero del Duque Guillermo de Normandfa, afincdndose cn Irlanda y dando una descerdencia de valientes cuyos nombres constan en los archivos de la Comunidad Briténica, y por cuyas guerreras acciones obtuvieron su escudo nobitiario con cl lema: Premio a! Honor y a la virtud. 33 Como es costumbre en Gran Bretafia los jovencs de familias distinguidas ingresan a las fuerzas armadas, a muy temprana edad, y asf vemos al joven Thomas Charles Wright, a la corta edad de 11 afios - en 1810 - tuego de pasar las dificiles pruebas ingresa ala Marina - ya que no era ni el sacerdocio ni el ejército profesiones de su vocacion. Nos dice, su descendiente Don Alberto Wright, en Destellos de Gloria: Asf pues, Ilenados los “requisitos estrictos de antecedentes familiares y personales, asi como pruebas de agilidad mental y sagacidad, que indicaran alto indice de preparacion mental, adem4s de extenuantes exdmenes fisicos fue admitido por el Almirantazgo a la Escuela Naval de Portsmouth. ESCUELA NAVAL DE PORTSMOUTH. (ACUARELA DE BURNABY, EN EL NATIONAL MARITIME MUSEUM, GREENWICH). Todas las fatigas las soporté el joven Guardiamarina: “con un régimen alimenticio deficiente, tareas ruines a bordo de los barcos de ensefianza, terminaban Ja fatigosa jornada en el suclo de un obscuro y maloliente camarote. Las horas de descanso eran breves y las obligaciones miltiples. 34 “La tarea iniciabase al rayar cl alba, y continuaba sin tregua hasta bien entrada Ja noche”. “Las tardes de asucto no menudeaban y dependfan exclusivamente, de la gracia, cuando no del humor del oficial de guardia”. La leccién tenfa que aprenderse “the hard way” (de manera ruda), pues los galones no pertenecfan a quienes flaqueaban en cl cumplimicnto de su deber”. “Las consideraciones de orden personal eran mas bicn la excepcién que la regla y los instructores no tenfan conmiseracién ni contemplacion para con el débil”. “La indisciplina, insubordinacién y hasta la falta de aplicaci6n cn los estudios, no tenfan otra respuesta que Ja del azote piiblico o la “vigfa” durante interminables horas, asidos del mdstil de mesana de la embarcacién”. “De allf que sélo los que poseyeran férrea voluntad y resistencia, alcanzaran acoronar sus estudios”. Debfan descollar, mas que nada, en el denucdo y Ia intrepidez de sus accciones, Wright pas6 esas prucbas de fuego y fue admitido como Oficial de Su Majestad, donde puso a prucba su temple y dominio de s{ mismo. Alistosc, pues, en el “New Castle” uno de los navfos de la Escuadra que mandaba Lord George Stuart, participando en cl bloqueo del puerto de Boston, tomando parte en la sangrienta batalla de “botcs” en la que pelearon con denodado valor, lanto ingleses como norteamcricanos, y asisticndo a la persecucién de la fragata “Constitution” desde principios de 1814 hasta fines de mayo de 1815 cuando ambas naves recorrieron el Sur del Aulintico y cntraron cn cl Mediterrdnco, para enterarse entonces -alli- que la guerra entre sus respectivas patrias habia terminado”, Desembarcado en Londres supo que Lord Wellington, combatiente en las guerras napolednicas, habla acudido a combatir cl corso. Pero habfa un grupo de miembros de tas fuerzas armadas briténicas que escuchaban complacidos las noticias que venfan de América, las luchas del Libertador, la necesidad de tropas para la Independencia y la presencia en Londres del Comisionado de Bolfvar para contratar tropas y comprar armas para Ja lucha de 35 los americanos contra el despotismo espafiol. En esos cfrculos londinenses el sefior Lépez Méndez hacfa una benéfica labor para la lucha libertaria, con tal desprendi- miento y hasta con la pérdida de su libertad, que segiin el historiador colombiano Restrepo, contempordneo y asistente de Bolfvar, en la Nota 3 del Tomo IV de “La Historia de la Revolucién en Colombia” nos declara: “Varias veces oimos decir al Libertador Bolfvar, hablando de esta época, que el verdadero Libertador de Colombia era Don Luis Lépez Méndez.- Aseguraba que él nada hubiera podido hacer en la célebre campafia de 1819, sin los oportunos y eficaces auxilios de toda clase que aquel le proporcioné desde Londres, empefiando Su propia responsabilidad y la del naciente y mal afirmado Gobiero de Venezuela; comprometimiento peligroso que sujet6é a Lopez Méndez a ser levado a la cércel, donde estuvo largo tiempo por no haber podido cumplir las obligaciones contrafdas a nombre del mencionado Gobierno”. DON LUIS LOPEZ MENDEZ Comisionado de Venezuela pera contratar tropas en Londres 36 En oficio de Bolfvar para Lépez Méndez, fechado en Angostura, el 24 de noviembre de 1818, le avisael recibo de los suyos de 7,8 y 13 de julio anterior y entre otras cosas le dice: “La contrata celebrada por V.S. con Mr. Edward Hall Campbell sobre el “Imogen” y su cargamento ha merecido mi aprobaci6n en todas sus partes, porque ademés de que el buque, las armas, municiones y los otros artfculos de la factura nos son muy titiles; no habiendo sefiatado plazo ninguno no ha comprome- tido V.E. al Gobiemo. Si las contratas anteriores hubieran sido celebradas en los mismos términos, ni el Gobiemo ni V.S, habrfan sufrido las inquietudes que debe habemos causado el comprometimiento de nuestro crédito en circunstancias en que nos es casi imposible cubrirlo. Aiin no ha ajustado los plazos en que debe pagarse esta contrata; pero, por las cartas del Capitan Chitty (a quien se ha conferido el mando del buque (el “Imogen”) ahora nombrado “El Libertador” y del ciudadano Palacios, el cargamento y el bergantfn han sido entregados cn la isla “Margarita” a disposicién del Gobiemo, lo que indica que el sobrecargo podrd entrar en cualquier especie de convenio que se le proponga con respecto al pago”. Para mayor informaci6n de estos temas creemos que cs necesario e importan- te conservar la memoria de las diferentes expedicioncs de tropas inglesas que zarparon de los puertos de la Gran Bretai\a para la Costa Firme en la época expresada y los hombres que condujeron, como ya to hemos hecho antes. Continuemos con los ancestros del Almirante Wright y sus cntronques familiares en Guayaquil. Tlustramos este Capitulo con el escudo nobiliario de la familia Wright y, ademés la carta de nobleza expedida a nombre de S.M.B. por Sir John Bernard Burke, Rey de Armas y Heraldo Principal de toda Irlanda, Caballero Cortesano de laMuy ilustre Orden de San Patricio, haciendo uso del poder otorgado por ias Cartas de Patentes Reales de S.M. bajo el Gran Sello de Inlanda. Documento expedido en tiempo de la Reina Victoria en 1862, Habiéndose vinculado en Guayaquil, mediante matrimonio, con Dojia Maria de los Angeles Victoria Rico y Rocafucrte, emparent6 con la familia Rocafuerte, ya que su suegro el Coronel de Ingenicros Don Luis Rico Pérez habia contrafdo enlace con dofia Marfa Francisca de Rocafucrte y Rodriguez de Bejarano, hermana entera de Don Vicente Rocafuerte. Siendo miembro de la nobleza del Reino de Valencia, también posefa cscudo, que asimismo reproducimos Igualmente la relaci6n de servicios del Coronel Rico 37 en Espafia, y luegacn América, ya que fue Gobemador Politico y Militar- Teniente de Capitan General de Guayaquil. A lo largo de este estudio hemos sacado conclusiones acerca de quicn era Thomas Charles Wright, que las resumimos asf: Sus “Reminiscencias” manuscri- tas en un inglés literario depurado, revelan una cultura superior 0 un autodidacta; su caligraffa nos indica que dominaba su idioma nativo; la igualdad de sus rasgos nos denotan un cardcter disciplinado; la limpicza de su escritura nos revela normas de conducta permanentes. El hecho mismo de escribir sus Memorias pone de manifiesto al hombre ilustrado, que sabe que la trasmisién escrila de los hechos hist6ricos que prolagoniz6, cs importante para cl conocimiento de las generaciones futuras. 38 VINCULACIONES FAMILIARES REAL CUERYO DE INGENIBROS LaAciOn WTERITOS. SERVICIOS. F CiKxCUns- pxias gue conurrca vse! Zemmeome Corvacl se Inpommenas 1 bagenie ray saves es Se bexcrcitos Low Lins Raw ¥ Beret * Pelnce en ib Vine de Cae Wairaie oR Reyro oe fue. Ge 6753 Tem + wacronuns Foret, chbos dz Facies nine y Da. Su etiess 7 ahos, yf. Moses, Su Boia ‘ cet Selest ¥ e Sua Serr icweli. Ai Cadere ro et eas y 7 mews c nes de Abmanza, etiesic Gem rey tenmancs of te Reed Acaderia Mhbsae de Ber oie fue cou <1 Cuenpams y parte Dedacro Argd def alo de Rast Cuerpee y Asc detecting Mallotca yo as Royer cra dy Cucrra de 78o tue Comyn wembee de Cae a Ide Boo By doth shot fete ke fot Galas ce Mate ete Aviat ‘ 2 abeets, v de lies Bur tepucniwe de Ws pas al Eaercue do Mane. mm sia, yp tenetioum del Cash devs ip Read Gea deel Oretyde betes “ose seed GOMES seo 67 nae fTa a, : steider = yy abu A chia Sy erabe on ed p » Ferine s Mente de ls Mola $ poo Ger kwlag 2b Reynu de way coniss al @ aruir wus Tors y # 4 Vacant 23 Serta er 0, still we Deets, & fares) Relacién de servicios de Don Luis Rico 39 WRIGHT Por Armas: En campo sable palido y azur, un blasén entre tres cabezas de unicornio doradas; encima del blasén tres cabezas de lanza de gules. Fuera, come penacho, una corona ducal dorada, colgada de un brazo protegido por armadura ajustando una lanza rota en or Como lema punte: 10 en oro el mate: PREMIO AL HONOR Y A LA VIRTUD Herfidiea: sable azur gules or 40 negro azul rojo amarillo (Traduceién del original inglés) CARTA DE NOBLEZA PARA TODOS Y PARTICULARES A QUIENES LLEGARA ESTA DECLARACION. Yo, SIRJOHN BERNARD BURKE, REY DE ARMAS y Heraldo Principal de toda Irlanda, Caballero Cortesano en la Muy Tlustre Orden de San Patricio envia saludos. THOMAS CHARLES WRIGHT, de Guayaquil, en Sur-América, General en Servicio de Colom- bia, segundo hijo de Joseph Wright de Qeensborough, Drogheda, en el Condado de Louth, Squire presentado ante mi que las armas descritas mas adelante han sido Ilevadas por él y su familia durante un tiempo considerable y ha requerido ahora una completa confirmacién de las mismas. Es por eso que yo el dicho Rey de Armas, por el poder a mi otorgado por CARTAS DE PATENTE REALES de Su Majestad (la Reina Victoria) bajo el Gran Sello de Ivlanda y por autoridad de las mismas, otorgo, concede, ratifico y confirmo en el dicho THOMAS CHARLES WRIGHT, de Guayaquil, anteriormente dicho SQUIRE (Miembro de la nobleza) y sus descendientes y en los otros descendientes de su dicho padre JOSEPH WRIGHT Esquire, las armas siguientes: En campo sable palido y azur, un blasén entre ires cabezas de unicornio doradas. Encima del blason tres cabezas de lanza de gules. Como penacho encima una corona ducal de oro, colgada de un brazo protegido por armadura, ajustando una janza rota en azur. Como lema punteado en oro el mote: PREMIO AL HONOR Y LA VIRTUD. El conjunto come esta arriba mas claramente descrito-sera Ilevado y usado para siempre en adelante por él, el dicho THOMAS CHARLES WRIGHT, Squire de Guayaquil, en Sud América, General en Servicio de Colombia y sus descendientes y por los otros descendientes de su mencionado padre Joseph Wright de Queensborough, Drogheda, en el Condado de Louth, Squire, de acuerdo con las Leyes de Armas, sin osbtaculo, impedimento, molestia o interrupcidn de ninguna persona o personas cualesquiera. EN CUYO TESTIMONIO yo he suscrito esta Declaracién, puesto en ella mi Sello Oficial este Décimoséptimo dia de setiembre en el] Septuagésimo Sexto Afio del Reinado de Nuestra Soberana LADY VICTORIA, por la Gracia de Dios, del Reino Unido de la Gran Bretaia e Irlanda, REINA DEFENSORA DE LAFE yen el afio de Nuestro Sejior de 1862 (firmado) JOHN BERNARD BURKE, Rey de Armas para la Irlanda. . 41 Carta de nobleza de los Wright en inglés 42 RICO ARMAS: Cuartelado; 1° de oro, la encina de sinople con dos lobos de sable pasantes al tronco, orla de gules cargada de ocho estrellas de oro; 2° dividido en cuatro cuarteles, en el primero, de oro, la cruz de Calatrava de gules, segundo de gules la banda engolada de oro, tercero de sinople con una lave de plata y cuarto de azur, la media luna de plata; 3° de gules, el castillo de oro orlado de una cadena del mismo metal; y 4°de plata, con cinco roques de gules. Divisa: “Por la Fé Moriré”, 1- PEDRO RICO, n. Villa de Castalla, en cl Reino de Valencia, ¢. m. allf con Gerénima Pérez, de igual naturaleza. II.-LUIS RICO Y PEREZ, n. Villa de Castalla, Coronel del Real Cuerpo de Ingenieros, venido a Guayaquil fue nombrado Gobemador Politico y Militar, Teniente de Capitén General de Guayaquil por disposicién del Virrey del Pert Fernando de Abascal, de 1° de Diciembre de 1809 a 16 de Febrero de 1810. Fallecié en Guayaquil el 4 de Enero de 1811. Habfa casado en la Matriz de Guayaquil el dfa 8 de Diciembre de 1803 con Marfa Francisca de Rocafuerte y Rodriguez de Bexarano, n. Guayaquil 5 de Abril de 1788, hermana entera del patricio Vicente de Rocafuerte, y ambos hijos del Capitan 43 de Antlleria Juan Antonio de Rocafuerte y Antolf, n, Morella, (Valencia), Alcalde Ordinario det Cabildo de Guayaquil, Alguacil Mayor del Santo Oficio de la Inquisicién, y de Josefa Rodriguez de Bexarano y Lavayen Santistevan, n. Guayaquil. Hijos: (1) Marfa Francisca Xaviera Rico y Rocafuerte, n. Guayaquil 1° de Diciembre de 1804, c.m. allf 3 de Febrero de 1822 con el Capitan Manuel Antonio de Luzdrraga y Echezéria, n. en Mundaca, en el Sefiorio de Vizcaya, Précer de la Independencia de Guayaquil, fundador de la primera casa Bancaria en Guayaquil, hijo de Miguel Antonio de Luzdrraga; n. Mundaca, y Marfade Echeztiria,n, Mundaca. Manuel Antonio de Luzérraga y Echeztria, obsequié una de las campanas para la torre de la Iglesia de Mundaca y cn el Altar Mayor de la misma Iglesia donde fué bautizado, que sc titula de “Santa Maria” sc leé cl siguiente escrito grabado enmammol y con letras doradas. “Fué dorado este Altar y crigido su nuevo presviterio a expensas de Don Manucl Antonio de Luzdrraga aiio de MDCCCLII”. Hijos: 1.- Manuel José Vicente Marfa de los Dotores de Luzdrraga y Rico, n. Guayaquil 19 de Abril de 1823, f.s. 2.- Teodoro J. de Luzdrraga y Rico, n. Guayaquil 9 de Agosto de 1826, f. allf 20 de Marzo de 1857, s.s. 3.- Adela de Luzarraga y Rico, n. Guayaquil, c.m. Guayaquil con Manuel de Thomassa, n. Espafia. Hijos: A.- Manuel Antonio de Thomassa y Luzdrraga, cm. en Paris con Juana de Cossart d’ Espics, n. Paris, s.s. B.- Ana Maria de Thomassa y Luzdrraga, c.m. en Paris con el Marqués Christién de Cossan d’ Espies, n. Paris. Hijos: a.- Louis de Cossart d’ Espies y Thomassa, Marqués de Cossart d’ Espies. 44 b.- Christién de Cossart d’ Espies y Thomassa. c.- Carlos de Cossan d’ Espies y Thomassa; y d.- Jean de Cossart d’ Espics y Thomassa 4,- Juan José de Luzdrraga y Rico, c.m. con su prima hermana Angelina Victoria Wright y Rico. Hijos: A.- José de Luzdrraga Wright, m.n. B.- Francisca de Luzdrraga Wright, c.m. con José Marfa Séenz y Padilla, s.s C.- Manuel Antonio de Luzdrraga Wright, m.n. D.- Manuel Antonio de Luzdrraga Wright, ¢.m. con Mercedes Escala Garcfa. Hijo: a) Manuel Antonio de Luzdrraga Escala 5,- Luis de Luzdrraga y Rico, fis. 6.- José Antonio de Luzarraga y Rico, fs. 7.- Miguel de Luzirraga y Rico, fs. 8.- Rosario de Luzdrraga y Rico, c.m. con Jos¢ Antonio Luis Romero, b. Espafia, s.s. 9.- Maria Mercedes de Luzarraga y Rico, f.s. 45 10.- Francisco Gabriel de Luzdrraga y Rico, b. Guayaquil. Fué creado Conde de Luzdrraga, (Real Decreto de 20 de Enero de 1873) por servicios prestados a la Corond de Espafia. Cas6 con Antonia Barrén y Afiorga, n. Méjico. Hijos: A.- Manuel Antonio de Luz4rraga Barron, II Conde de Luzdrraga. B.- Marfa Candida de Luzdrraga Barrén. C.- Eustaquio José de Luzérraga Barrén. D.- Marfa Dolores Adela de Luzdrraga Barron, c.m. Paris con el Conde Gérard de Ligniville, E.- Marfa Gabriela del Pilar de Luzdrraga Barrén. (2) Maria Gertrudis Rico y Rocafuerte, n. Guayaquil 17 de Noviembre de 1805. Casé con Carlos R. Pflucker, n. Alemania, f. Lima. Hijos: 1.- Julio Pflucker y Rico, c.m. con su prima hermana Hortencia Pfluc- ker y Tarramona. Hijos: A.- Roberto Leonardo Pflucker y Pflucker, f. Magdalena del Mar (Peni) 6 de Enero de 1923, c.m. con Hilda Caldicott, n. Estados Unidos. Hija: a) Dolores Pflucker y Caldicott. B,- Leopoldo Pflucker y Pflucker, c.m. con Luisa Margarita Cabieses y Valle-Riestra. Hijos: a) Leopoldo Pflucker Cabieses, c.m, Lima Diciembre de 1931 con Blanca Liona y de la Jara. b) Leonardo Pflucker Cabieses, c.m. con Elicia Rachitoff e Infantas. c) Roberto Pflucker Cabieses. d) Margarita Pflucker Cabieses e) Eduardo Pflucker Cabieses f) Teresa Pflucker Cabieses C.- Amelia Pflucker y Pftucker 46 2.- Francisca Pflucker y Rico, c.m. con José Ballesteros. Hijos: A. Marina Ballesteros Pflucker, c.m, con N. di Martini. B.- Rosa Ballesteros Pflucker, c.m. con N. Cassini 3.- Carlos Marfa Pflucker y Rico, f. Lima 6 de Enero de 1898, c.,. con Asuncién Lostamau. Hijos: A.- Julia Pflucker y Lostamnau, c.m. con Carlos Alberto Oyague y Noel, Abogado. Hijos: a) Carlos Alberto Oyague Pflucker, c.c. Sara Maridtegui y Gadea. b) Julia Oyague Pflucker, cm. con el Ingeniero Antonio Picasso y Panizo, Cénsul General del Peri en Guayaquil, c.s. B.- Carlos Pflucker y Lostamau, c.m. con Adelina Gildemeister y Prado. Hija: a) Teresa Pflucker y Gildemeister,c.m, Paris con Ratil de Nozal, f. Paris 1936. 4.- Leonardo Pflucker y Rico, f. Chorrillos 1920, Minero, que lleg6 a acumular una cuantiosa fortuna, parte de la cual leg6 ala Beneficienciade Lima para obras de asistencia social. Casé con Manuela Porta y Gil, f. Miraflores 2 de Octubre de 1908, s.s. (3) Carmen Rico y Rocafuerte, f. Guayaquil de 40 afios, el 27 de Mayo de 1864, c.m, Guayaquil con Francisco Sweetser. Hijos: 1.- Ana Sweetser y Rico 2.- Francisco Sweetser y Rico 3.- Alejandro Sweetser y Rico (4) Marfa Satumina Rico y Rocafuerte, n. Guayaquil 11 de Febrero de 1807. 47 DESCENDIENTES DEL GENERAL ALMIRANTE TOMAS CARLOS WRIGHT (6) Marfa de los Angeles Victoria Rico y Rocafuerte, n. Guayaquil 24 de Julio de 1809, f. 3 de Diciembre de 1839. Casé en Guayaquil con Thomas Charles Wright Montgémery, n. Queensborough House, Drogheda, ciudad de Irlanda, el 26 de Enero de 1800, vino ala América en la Legion Briténica. Hizo con lucimiento las campafias de Venezuela y Nueva Granada; luego la que prest6 grandes servicios al pafs desempefiando altos cargos publicos y ascendié a General de Divisién. Fué hijo de José Wright, esquire of Qeens- borough y de Mary Montgomery. Hijos: 1.- Roberto Wright y Rico, b. Guayaquil de seis dias de nacido el 22 de abril de 1832. 2.- Delia Wright y Rico, f. de veime y seis afios 13 de Setiembre de 1860, c.m. Guayaquil 19 de Diciembre de 1854 con Otto Enrique'Gustavo Federico Overweg, n. Alemania. Hijos: A.- Enrique Gustavo Andrés de Jos Angeles Overweg y Wright, b. Guayaquil de diez y ocho dias de nacido el 17 de Diciembre de 1855, f.s. B.- Roberto Overweg y Wright, m.n. C.- Carolina de los Angeles Overweg y Wright, b. Guayaquil de cuatro meses de nacida el 14 de Mayo de 1857, c.m. Guayaquil con el Doctor Francisco Xavier de Aguirre y Jado, c.s. D.- Delia Maria Overweg y Wright, b. Guayaquil de catorce dfas de nacida el 14 de Abril de 1858, c.m. Guayaquil 15 de Mayo de 1880 con Isidro de Ycaza Paredes, b. Guayaquil, c.s. 3.- Angelina Victoria Wright y Rico, f. 9 de Mayo de 1894, c.m. con su primo hermano Juan José de Luzarraga y Rico, c.s. 48 4.- Thomas Charles Wright y Rico, b. Guayaquil de diez meses de nacido el 29 de Junio de 1837, c.m. Guayaquil con Aurora Matilde de Ycaza Paredes, hija de José Pantaléon de Ycaza y Silva, y Rosa Paredes y de Olmedo. Hijos: A.- Aurora Wright Ycaza, c.m, Guayaquil 19 de Marzo de 1891 con Manuel Santiago Puga Bustamante, s.s. B.- Angelina Wright Ycaza, f.s. C.- Tom4s Carlos Wright Ycaza, f.s. D.- Francisco Wright Ycaza, f.s. E.- Alberto Wright Ycaza, f.s. F.- Guillermo Wright Ycaza, Cénsul del Ecuador en Londres. c.m.con Elena Vallarino y Zubieta, n. Panama. Hijos: 4) Guillermo Wright Vallarino, c.m. con Carmen Durén Ballén y Romero. Hijos: aa.- Tomas Carlos Wright Duran. bb.- Evelina Wright Durdn. b) Elena Wright Vallarino. Cas6 dos veces; Primero con Lautaro Aspiazu Carbo, c.s. Por segunda vez con Belisario Benftes Barreyro, c.s. c) Aurora Wright Vallarino, c.m. con Clemente Durén-Ballén y Ro- mero. Hijos: aa.- Alicia Duran - Ballén y Wright. bb.- Clemente Durin - Ballén y Wright. 49 d) Alberto E. Wright Vallarino, Cénsul de Bélgica en Guayaquil, Se- cretario de la Legacién del Ecuador en Lima, ¢.m. con Victorfa Roggiero Benftes. Hijos: aa.-Ricardo Hugo Wright Roggiero, f. Panama. bb.-Stanley Montgomery Wright Roggiero. e) Georgette Wright Vallarino, c.m. con Carlos Seminario Palacios, n, Lima. Hijo: aa.-Roberto Seminario Wright. G.- Rosa Wright Ycaza, c.m. con Leonardo Stagg y Caamafio, s.s. H,- Carolina Wright Ycaza, c.m. con Luis de Orrantia Comejo, Presi- dente de la Municipalidad de Guayaquil. Hijos: a) Carolina Mercedes de Orrantia Wright, s. b) Mercedes Marfa de Orrantia Wright, m.n. c) Marfa Luisa de Orrantia Wright, c.m. con Francisco Jiménez Arbeldez, c.s. d) Alexandra de Orranlia Wright, c.m. con Rafael Bejarano y de Yeaza, c.s. e) Isabel de Orrantia Wright, c.m. con Miguel Cucalén Jiménez. f) Marfa Rosa de Orrantia Wright, c.m. con Ratil Cucalén Jiménez. Hija: aa.-Marfa Rosa Cucalén Orrantia. g) Enrique de Orrantia Wright, s. h) Luis Federico de Orrantia Wright, y i) Tomas Carlos de Orrantia Wright. 50 5.- Eduardo Wright y Rico, f. 22 de Octubre de 1892, c.m. Guayaquil 4 de Mayo de 1876 con Maria Teresa de Aguirre y Ferrusola, b. Guayaquil hijade Juan de Aguirre y Abad, y Dolores Bam6 de Ferrusola Paredes. Hijos: A.- Eduardo Wright Aguirre fué Consul del Ecuador en Barcelona y Liverpool, Encargado de Negocios en Londres. Casé con Nelly Bunster Garigos, n. Chile. Hijos: a) Eduardo Wright Bunster, y b) Thomas Wright Bunster. B.- Juan Alfredo Wright Aguirre, c.m. con Rosa Bolofia y Azebedo, Hijos: a) Juan Alfredo Wright Bolofia, y b) Gladis Wright Bolofia. C.- Roberto Wright Aguirre, c.m. con Marfa Morla Parducci, s.s. D.- Carlos Wright Aguirre, E.- Mercedes Patricia Wright Aguirre, c.m. con Pedro V. Miller y Gu- tiérrez, Abogado, Ministro de Estado, Gobernador del Guayas, Cénsul del Japén en Guayaquil. Hija: a) Olga Maria Miller y Wright, c.m. Quito con Gustavo Pérez Chiri- boga, c.s, (7) Marfa Josefa Catalina Rico y Rocafuerte, n. Guayaquil 21 de No- viembre de 1810, c.m. 6 de Junio de 1844 con el General Thomas Charles Wright, viudo de su hermana Marfa de los Angeles, f.s.s. 51 CAPITULO V GALERIA DE LOS GENERALES DE LA INDEPENDENCIA IMPORTANCIA DE LA MARINA DE GUERRA. 2COMO HACIAN LA GUERRA LOS PATRIOTAS? Este titular adviene a mi mente a propésito de ilustrar la portada de este libro con el retrato al leo del VALM. Thomas Charles Wright, y después de buscar en los archivos su vera efigie me ha parecido mejor la que consta en el Museo “Jij6n Caamajfio”. Efectivamente el Rvdo. Padre José Marfa Vargas, Orden de Predicadores, Director de dicho Museo, escribié un notable estudio sobre la obra pictérica de Antonio Salas y los Generales de la Independencia, con importantes datos hist6ricos acerca de los 21 retratos de Generales de la Independencia, cuya Galeria fue mandada a pintar por el General Juan José Flores, primer Presidente del Ecuador, encargando la obra al notable pintor Don Antonio Salas. Terminados los retratos fueron colocados en la Quinta El Placer, situada en las faldas del Pichincha y lugar de descanso de nuestros libertadores y de los primeros gobemantes de la Nacién. Contintia el Padre Vargas: Dicha quinta fue destinada, a principios de siglo, para que en ella funcionase el Instituto Normal Juan Montalvo, y los retratos colocados en los corredores exteriores de esta mansi6n, sufriendo las inclemencias del clima y las consecuencias naturales de un inexclusable abandono, que determin el deterioro de los lienzos y la desaparicién de sus marcos tallados por artistas quitefios y revestidos de pan de oro. 53 En 1922, Centenario de ta Independencia, Don Jacinto Jij6n y Caamafio los adquirié y su amigo el ilustre artista quitefio, Don Luis F. Veloz, los restauré pacientemente. Desde entonces permanecen en el museo ya dicho. Ademés el mismo investigador nos dé los siguientes datos hist6ricos: “Para Antonio Salas y el arte ecuatoriano, result un beneficio trascendental la interven- ci6n del General Flores. Salas, hasta entonces habia concretado en su arte el tema religioso, siguiendo la tradicién de lacolonia. Obligado en 1824 a trazar los retratos de los Generales vinculados con Flores, se vio en el caso de observar Jos modelos i su tall; rm istincione “Pintados para figurar en Galerfa, todos jos lienzos son de tamafio uniforme, 2,20 x 0,85 y los retratos figuran sobre una suerte de tarima, en cuyo centro consta el apellido del personaje, “Todos asimismo calzan botas y portan sables empufiados con la mano izquierda, Menos Santander y Guerra, los demas calzanespolines. Casi todos visten uniformes de pantalén y casaca azul; a excepcién de Sucre y Santander, Torres, Cé6rdova, Salom y Mires que visten pantalén rojo y casaca combinada con rojo y azul. Todos llevan en los hombros palas con una estrella y charreteras doradas y el cintur6én de acuerdo con el color del vestido. Todos exhiben uniformes de gala. “E] artista hubo de esmerarse para caracterizar la fisonom{a de sus modelos que debieron reconocerse en sus rostros semitostados por las andanzas de la guerra. “Los retratos de los Generales reflejan, desde el punto de vista social un cambio de criterio en la mentalidad ecuatoriana. “Hasta entonces la aristocracia criolla habia fincado su valfa en titulos nobiliarios, en apellidos de renombre y en holgura econémica. “Sellada la guerra de la emancipaciér polftica, los distritos de la Gran Colombia, sefialadamente el Ecuador se convirtieron en el albergue de jefes y soldados que exhibfan titulos militares, en honor de haber luchado y el derecho a rentas de los nuevos Estados. Surgié de hecho una situaci6n favorable para nuevos enlaces sociales. “Bajo el gobiemo del General Flores se reunié el primer Congreso de la Reptiblica, y en la Constitucién de 1830 se legisl6 lo siguiente: en el Tftulo I, 54 Seccién 3a., Art 90: “Son ecuatorianos : 10, Los nacidos en cl territorio y sus hijos; 20. Los naturales de los otros Estados de Colombia, avecindados en el Ecuador. 30. Los militares que estaban al servicio del Ecuador al tiempo de declararse en Estado Independiente”. Gracias aestaley adquirieron nacionalidad ecuatoriana militares de Venezuc- ja, Nueva Granada y de pafses europeos, que acreditaron su distincién militar para contraer enlaces con mujeres de la aristocracia criolla. “Los retratos de los Generales que se exhiben en cl Musco Jijon Caamafio, Tepresentan a militares que vincularon su destino a esta su nueva patria. “El General Juan José Flores, venezoiano, casado con dofia Maria Mercedes Jijon y Vivanco, formé numerosa familia, cuyos descendientes emparentaron con los Stagg, Ieaza y Garcefa Moreno de Guayaquil y con los Chiriboga, Fernandez Salvador, Hurtado y Jij6n Caamafio, de Quito. El General Sucre, venezolano, cas6 con dofla Mariana Carcelén, Marquesa de Solanda; la cual dio su mano, en segundas nupcias, al General Isidoro Barriga, colombiano. “El Corone] Adolfo Klinger, militante en los ¢jércitos napoleénicos y luego al servicio de la causa libertadora, cas6 en Quito con dofia Valentina Serrano y Cabezas, y su hija Virginia fue madre de los Aguirre, emparentando con los Barba, Jijon y los Larrea. ESTAMPILLA CONMEMORATIVA DEL ALMIRANTE WRIGHT, EMITIDA EN 1972 55 “En Guayaquil el General Illingworth, casado con Marfa Decimavilla y Cossio dio su apellido a los Mlingworth Ycaza, Illingworth Baquerizo e Illingworth Noboa”. “El General irlandés Thomas Charles Wright cas6 con Marfa de los Angeles Rico y Rocafuerte, cuyos descendientes emparentaron con los Overweg, Icaza Paredes y Vallarino, “El General Leonardo Stagg cas6é con Amalia Flores Jij6n, hija del General Flores y su apellido se perpetué en los Caamaifio, Icaza y Gomez Comejo... IMPORTANCIA DE LA MARINA DE GUERRA E19 de marzo de 1826, el Vicepresidente Santander env{a oficio al General Bricefio Méndez, Secretario de Guerra, diciéndole: “He nombrado Secretario de Marina al General (Almirante) Lino de Clemente, porque es imposible ya lidiar sin Secretario que entienda el negociado, con un territorio de costas tan extenso como el nuestro”, En ese tiempo ya era necesario preocuparse por la Marina de Guerra, cuyo desarrollo es ahora, después de casi dos siglos, cuando empieza a realizarse. “En aquel afio se queja el Secretario del Ramo de la escasez de oficiales néuticos; la mayor parte de los que estaban en servicio eran extranjeros, y como habfan recibido diversas ensefianzas, carecfan de la homogeneidad indispensable para la buena marcha de los complicados servicios de la vida de abordo... Se quiso unificar el armamento, también en desacuerdo, creando una fabrica o fundicién de cafiones para producir lo necesario a los buques. En cuanto a los elementos de material marftimo que fueron pedidos, mediante contratos celebrados por el mismo Libertador, Negé una gran cantidad de velas, cabos, perchas, motones y demas enseres de los aparejos, como instrumental, los cuales fueron distribuidos por los cuatro Departamentos de Marina, y parte enviados a las fuerzas armadas del Peri (1826). Por aquellos afios el Vicepresidente encargado del Poder Ejecutivo, pensaba en la reorganizacién de la Marina, y asf lo manifiesta en el oficio que envfa al Libertador, quien en 23 de mayo de 1826, desde Magdalena le dice lo siguiente: “La 56 demanda de Ud. sobre marineros es impracticable por mil razones: primero, porque no los hay en toda la Costa, ni extranjeros ni nacionales. El Peri no tiene comercio de cabotaje y los buques que navegan en el Pacffico son todos extranjeros, que vienen con sus tripulaciones de Europa y se las vuelven a llevar. "En la ltima campaiia me cost6 infinito conseguir marineros y tuvimos que enganchar a precios y sueldos cnormes desde el Almirante hasta el marinero. Me parece que en el Atl4ntico serd mds facil seguir este método de enganche, tomando los marineros en las Antillas, en los Estados Unidos y atin Europa”. E! 30 del mismo mes le escribe desde Lima: “En cuanto a marineros es inutil pensar en los del Pert porque no los hay. Este gobierno ha tenido que enganchar marineros ingleses para sus buques. No hay comeércio de cabotaje porque no hay marineros del pafs, y los extranjeros hacen este comercio contra todas las reglas. Los pocos que podriamos tomar en Paita desenarfan en el Itsmo antes de embarcarse en Portobelo. Si los llevamos amarrados hasta Cartagena se verfa esto como un ultraje atroz, y con una onza por cabeza estd evitado este disgusto, enganchando marineros en las Antillas. Tlingworth es el mas habil marino que tenemos”. “El plan concebido por el gobierno de Colombia es Util y eficag, y el inico que puede realmente anonadar al enemigo comin de América. Plan al que deberfan contribuir todos los beligerantes para aniquilar de un solo golpe todas las esperanzas de la Espafia. “Mas desgraciadamente el recurso de tomar marineros tanto de la Escuadra peruana, como de la flotilla de Guayaquil, no surtiré ningun efecto porque en el Pacffico no hay mas marineros que los chilotes (chilenos) y algunos guayaquilefios, ambos en muy poco numero”. “La Escuadra del Pert ha estado siempre tripulada desde el paje hasta el Almirante por ingleses y otros extranjeros”. “Nosotros en Guayaquil para equipar nuestros pequeiios buques hemos tenido que enganchar extranjeros por falta de nacionales. “Toda la costa del Peri es un arenal desierto con muy pocos puertos y sélo uno de ellos habilitado, El Callao. “La ciudad de Lima que debfa ser la que suministrara marineros por serla mas populosa y la m4s inmediata al puerto, est4 habitada por hombres que jamés se han aplicado al mar porque est4n debilitados por cl ocio, el lujo y los placeres. Este pafs 57 no tiene ni rfos ni lagos navegables que exciten a sus moradores a abrazar la profesién de marineros”. “Aqui hasta el comercio de cabotaje se hace en buques extranjeros marinados por hombres de otros pafses, permitiéndose este abuso por la absoluta falta de unos y otros”. “Sin embargo, Su Excelencia el Libertador har todo cuanto pueda para contribuir al juicioso y bien meditado proyecto del gobierno de Colombia para ver si se logra la completa destruccién de las fuerzas navales espafiolas”. EI 24 de abril de 1824 le decfa Santander al Libertador: “No he propuesto al General de Clemente para General de Divisién porque él es marino y todavia no hay una ley que diga a que deben ascender los oficiales superiores de la Armada. “Mas el 24 de noviembre de 1826 sele ascendi6é a Teniente General de Marina, grado equivalente al de Vice-Almirante, con la antigiiedad de 10, de mayo de 1826. Con estos antecedentes e] Congreso de Colombia con fecha 3 de mayo dicta la Ley Organica de la Milicia Marinera, cuyos principales articulos dicen asf: Art. to.- Los colombianos que se ejerciten en la pesca o en la navegacion, son obligados a servir en la milicia marinera desde la edad de 16 afios hasta los 40... Art. 30.- El Poder Ejecutivo designaré las parroquias, villas y ciudades en que debe formarse la milicia marinera... Art, 220.- Desde el dia que marchen los sorteados de un cantén o parroquia para incorporarse a la Escuadra, recibiran de! Tesoro Publico sus correspondientes raciones, y gozarén del sueldo que designe la Ley desde el dfa en que se dan de alta en el Departamento de Marina... En 1824 el General Pedro Bricefio Méndez Secretario de Estado en el Despacho de Guerra y Marina ordené el cumplido efecto de la creacién del IV Departamento de Marina en Guayaquil, como medida urgente para los servicios navales. El fin primordial era que la Marina Mercante estuviera bajo su dominio, y ademas, que se cumpliera la Ley antedicha de la Milicia Marinera. 58 EI Capitén de Navfo Tomds Charles Wright fue Comandante de ese IV Departamento de Marina, Por ser poco conocido, y para justificarel empleo del Alm. Wright, quien fue varias ocasiones Cdte. Gral. del 40. Departamento de Marina de Guayaquil, reproducimos el Decreto de creacién. Creacién de los Departamentos de Marina en la Gran Colombia. El Congreso General de Colombia Considerando: 1.- Que el estado de guerra en que nos vernos empefiados, bien a pesar nuestro, demanda imperiosamente poner en movimiento todos los medios que estén a su alcance a fin de poner prontamente un término a los males que ella ocasione. 2.- Que la experiencia ha acreditado bastantemente que la organizacién actual de la marina nacional no es suficiente por si misma y por la inmensa extension de nuestras. costas, para su defensa, proteccién del comercio, y sostenimiento de nuestros derechos maritimos, ha venido en decratar y decreta io siguiente: Art.1.- Se dividiran las costas de Colombia con sus rios y lagos navegables en cuatro departamentos de marina, a saber; la jurisdiccién del primero comprendera las costas de las provinclas de Guayana, Cumand, Barcelona e Isla de Margarita; el segundo se extendera a las costas de Caracas, Coro y Maracaibo; el tercero alas de Chacha, Santa Marta, Cartagena y costas del Atrato, hasta el escudo de Veraguas; y @l cuarto, al de las provincias libres, o que se libertaren en el Mar Pacifico. Art. 2.- El poder ejecutivo destinara los buques de guerra que crea conveniente a cada uno de los expresados 4 departamentos; y asignara en ellos e| puerto que crea més a propésito para la residencia de sus apostaderos respectivos. Art.3.- Encada uno de estos Departamentos habra un Comandante General y un Auditor de Marina, con cuyo dictamen y consejo conocerd el primero de todas las causas db presas y represas, piraterias y demas crimenes cometidos en alta mar, con apelacién a la Alta Corte de Justicia de la Republica. Art. 4,.- Los comandantes generales de marina, tendran por sus servicios mil pesos anuales da gratificacién, ademas de los sueldos que les correspondan por sus grados, y los auditores, quinientos pesos de sueldo al afio; y ademas, las emolumentos y obvenciones que les correspondan por la ley. 59 Ar. 5. Habra un director de marina residente en la capital da la repUblica con la misma autoridad y atribuciones que designa la ordenanza y con 6l se entenderan directamente los comandantes generales de los departamentos navales, en tado lo que mira al mejor servicio, buen orden y desempefo de sus obligaciones. Art. 6.-_ Mientras no se nombre el director, su {uncién recaera en el secretario del despacho de marina. An.7.- Se autoriza alpoder ejecutive para que pueda conceder patentes de corso, por periodes determinados, contra los buques y propiedadas de la nacién espafola en alta mar, a los que lo soliciten con las formalidades y licencias necesarias. Art.8.- No se concaderan patentes de corso a los buques nacionales o naciona- lizados, sin que sus armadores, capitanes, oficiales y marineros se comprometan a servir a fa epublica por el espacio de 4 meses al afio continuos 0 con interrupcion, segiin se los requiera, para cuyo servicio el gobierno les suministrara los viveres necesarios. Art.9,- Si ademas de los cuatro meses, los armadores, capitanes, oficiales y marineros fueren requeridos con sus embarcaciones para un servicio extraordinario, seran mantenidos y pagados por el gobierno por el tiempo que dure e! servicio, como los demas buques de guerra de a epublica Art. 10.- De las presas que se hicieren por los buques de los particulares armados en corso y mercancia, se aplicaran solamente al erario nacional, los derechos de informacion, como nacionales y ademas un cinco por ciento para los hospitales militares, debiendo distribuirse io demas entre los capitanes, oficiales y marineros, segun los convenios que hayan hecho entre si, y por ante un escribano antes de su salidadel puerto, amenos que el poder ejacutivo haya dictado un arreglogeneralpara ‘su distribucidn. Art. 11.- Se autorizaal poder ejecutivo para que provisionalmente y hasta la reunion del préximo Congreso, pueda expedir y poner en ejecucién los regiamentos de corso que estime convenientes para evitar fos abusos, que puedan de alguna manera interrumpir la buena inteligencia y armonia con fas naciones neutrales. Art. 12,-_ Continuaran observandose las ordenanzas de marina que regian anterior- mente en todo lo que no se oponga al tenor y cumplimiento de lo presente, Comuniquese al poder ejecutivo para su observancia, Dada en el Palacio del Congreso General de Colombia en al Rosario de Cucuta, a4 de octubrede 1821, 110.- de la independencia.- El Presidente del Congreso, José J. de Marquez. El Diputado Sr. Miguel Santamaria. E! diputado Sr. Francisco Soto. El Diputado, Antonio José Garo. Palacio de Gobierno en el Rosario de Cuicuta a 14 de octubre de 1821. Ejecttese. F.P. Santander; por mandato de S.E., el Vicepresidente. El Secretario de Marina y Guerra, Pedro Bricefio Méndez. 60 ~éComo hacian la guerra jos patriotas? Nos aprovechamos con gusto de las notas que nos ha dejado el Gral. Daniel F. O'Leary, testigo fidedigno y presencial, sobre la manera de vivir e] Libertador y sus oficiales, especialmente en la campafia de los Llanos de Venezuela: “Cuando Bolfvar se hallaba en los Llanos su vida era la de llanero. Levantabase con el dfa, y luego montaba a caballo para visitar los diferentes cuerpos de tropa que estaban cercanos. De paso animaba a cada uno con algunas palabras carifiosas 0 con recuerdos lisonjeros. El seguia las marchas con su Estado Mayor, al mediodfa se apeaba para tomarse un bafio cuando habfa comodidad, almorzar car.ae como tedos los demas, y descansar en su hamaca. Entonces dictaba las érdenes que debfa comunicar y despachaba su correspondencia, lo que hacfa moviendo constantemen- te la hamaca. Después de haber comido las iropas su corla racién de came, se continuaba la marcha hasta las cinco de la tarde, hora EN QUE ORDINARIAMEN- TE se acampaba, escogiendo, si era posible, alguna mata 0 pequefio bosque. Sila escena no se variaba por algtin encuentro con los espafioles, cada dfa sucesivo re- presentaba con monotonfa los mismos sucesos de levantar el campo, marchar durante el dia y acamparse de nuevo por la tarde, siempre a cielo raso, pues nunca habfa tiendas. Generales, jefes y oficiales estaban con respecto al modo de vivir sobre un pie de entera libertad, aun con el soldado; ellos participaban de las mismas fatigas, comfan de las mismas raciones, agua y carne, preparados de la misma manera. Hastacn el vestido eran todos iguales, sin que el Libertador usaraen el llano distinci6n alguna; atin hubo algunas veces que estuvicra escaso de vestido. Esclaro, pues, que aquellas campafias de Venezuela fueron las mds penosas de la agitada vida de Bolfvar y de sus beneméritos compafieros de armas. Entonces gozaba el Libertador de todo el vigor y robustez de su edad, (36 afios) y se exponiaa sufrirlas mayores fatigas, como andar 15 0 20 horas seguidas a caballo, con grande rapidez, comiendo sélo un pedazo de came asada. Las innumerables vacadas y yeguadas que pasean en las extensas llanuras que riega el Orinoco y sus afluentes, fueron la base indispensable para conseguir la independencia de Venezuela. Sin ellas, los patriotas, pobres, miserables y sin puertos, habrfan perecido de hambre, de enferme- dades y de toda clase de penas, ocultos en sus guaridas de los bosques solitarios. Mas Ja abundancia de ganados y de caballos los salvé y condyjo al fin, hasta fijar en Caracas, La Guaira y Puerto Cabello la bandera tricolor, arrojando a ios espafioles, que por mas de 300 afios habfan dominado, poblado y civilizado el pais”. Tuvo enemigos el Libertador? El doctor José Domingo Diaz en su obra Recuerdos sobre la rebelién de Caracas escribe muchos errores y ataca a Bolfvar. Natural de dicha ciudad, de una familia obscura, ha sido cl enemigo mas encamizado 61 y de cuantos promovieron la independencia de Venezuela. En aquella época (1813) se hallaba emigrado en Curazao, desde donde comenz6 a publicar cartas contra el Libertador y los patriotas, siendo la primera fecha 30 Set. 1813. Tales cartas, excepto unos pocos hechos veridicos, son un tejido de injurias, de calurnnias y de crimenes que atribuye a los republicanos, santificando, por el contrario, los asesinatos, los robos y maldades de Boves y de Morales, de Rosete, y de otros muchos jefes espafioles, pues segtin ta moral de Diaz, todo era permitido contra los insurgentes. Dichas cartas estaban destinadas a seducir y conmover a los pueblos de Venezuela, y a hacerles detestables a los patriotas y 1a causa que sostenfan, contribuyendo sobremanera a extraviar a opinion publica y a fomentar las insurrec- ciones contra Bolfvar y los demas jefes independientes. Llamaba al Libertador el “Malvado”, el “Sedicioso”, cl ““Cobarde”, el “Inhu- mano”, etc. sin poner su verdadero apellido... Es muy curiosa dice Restrepo -digna del archivo- la circular que refiriéndo- se ala guerra a muerte, dicta Boves a sus subordinados: “Don José Tomas Boves, Comandante en Jefe del Ejército de Barlovento, etc. Por la presente doy comisién al Teniente José Rufino Torralva, para que pueda reunir cuanta gente sea tril para el servicio, y puesto a la cabeza de ellos pueda perseguir a todo traidor y castigarlo con el ultimo suplicio; en la inteligencia de que sélo un Credo se le dar para que encomiende su alma al Creador, previnicndo que los intereses que se recojan de estos traidores, serdn repartidos entre los soldados que defienden la justia y santa causa, y el mérito a que cada individuo se haga acreedor ser recomendado al sefior Comandante General de la Provincia: y pido y encargo a los Comandantes de las tropas det Rey le auxilien en todo lo que sed necesario.- Cuartel General del Guayabal, Nov. lo. de 1815. José Tomés Boves. Ow oficio de la Guerra a Muerte: de Boves al Teniente de Justicia Mayor de Camatagua: “Recibf los hombres y espero de su eficaciano deje un slo hombre util para concluir con estos picaros, y luego descansar en el seno de sus familiares. Dios guarde a Ud. Cuartel Gral. de Calabozo, 15 de mayo de 1814. P.D. Se fueron desertados 1a mitad de los que Ud. mand6; es una picard{a; LOS PASARA PORLAS ARMAS, y si no aparecen me mandard presas sus familias para hacer un ejemplar, no ande Ud. flojo con estos infames. Boves. En otro oficio de 23 de mayo de 1814 le decfa: “Trate Ud. de reunir a toda la gente util que se halla por los campos, y cl que no comparezca a la voz del Rey, se tendr4 por traidor y se le pasard por las armas. Boves. 62 “Muchos sucesos de la vida militar de Bolivar que aparecen como errores capitales, impericia o falta de cdiculo, provinieron de la poca subordinacin de sus Generales. Acostumbrados estos, primero como jefes de guerrillas y después como Generales, a mandar con absoluta independencia se sometieron muy lentamente y con mucha repugnancia al jefe supremo, distinguiéndose sobre todos el General Paez. El ejército y la autoridad de Bolfvar podfan compararse muy bien a la que hacfan los principes en los tiempos feudales de la edad media, en que los grandes sefiores hacfan su voluntad a pesar de las érdenes de sus jefes, En nada manifest6 Boltvar su talento, su genio conciliador, al mismo tiempo que firme, y su polftica que en haber podido ir sujetando poco a poco la independencia caprichosa de sus generales. Observando esta sabia conducta, pudo al fin consolidar su autoridad suprema, y formaruntodohomogéneo de elementos que tenfan tan fuerte propensién, a separarse. El Dr. Manuel Lorenzo Vidaurre, peruano célebre desde el tiempo del gobierno espafiol por su’ extravagantes inconsecuencias de toda clase, fue desde esta época uno de los mas cncamizados enemigos del libertador, cuya reputacién. procuré mancillar por cuantos medios estuvieron a su alcance. Antes, fue acaso el més bajo de sus aduladores, y la siguiente anécdota que copiamos de un periddico contemporinco, da la medida de su abyeccién. “En un baile que se dié en Lima, y al que habfa concurrido el Libertador, Vidaure se colocé delante de S.E. (causa vergiienza referirlo) en cuatro pies y le dirigi6 estas palabras; ‘‘Sefior, ante cl héroe superior de los hombres, no creo deber ni poder presentarme sino en esta posici6n. Hénreme S.E. dejando sentir su planta bienhechora sobre mis espaldas. “Que caso podria hacerse de los dicterios que desde este tiempo lanzara contra Bolivar un hombre tal como Vidaurre? Bolivar pasé una gran parte de su vida publica en viajes, unos militares y otros con objetivos polfticos, En las anteriores paginas relatamos su modo de viajar en las campaifias de los llanos de Venezuela. Daremos ahora una idea ligera de c6mo. Jo hacfa en la Nueva Granada y en el Pert, desde 1819 en adelante; ya era mejor la suerte de la reptiblica, y por consiguicnte el Libertador podia gozar de mejores comodidades que en las diffciles campafias de Venezuela. Cuando Bolfvar tenia que viajar, se leyantaba a las 6 de la mafiana, se afcitaba y vestfa antes de salir de su cuarto, pues era aseado en extremo. Después tomaba por desayuno un poco de chocolate, hecho lo cual entre siete y media y ocho de la mafiana, montaba a caballo, y segufa su camino, muchas veces aceleradamente. 63 "“Gustaba preguntar noticias a los transeuntes, y se molestaba sind le contestaban a su satisfaccién. Iba siempre acompafiado por su Estado Mayor, y ordinariamente caminaba seis leguas, poco mas o menos, segtin la distancia de las poblaciones, Comfa Io que Je tenfan preparado en éstas, y desde el momento en que legaba se ponfa con algiin secretario, oficial o escribiente, a despachar sus érdenes o correspondencia particular. En los climas célidos lo hacfa recostado en su hamaca, y en los frios en una cama 0 en un sofa, y siempre leyendo al mismo tiempo un libro. Jamas su mayordomo Ilevaba provisidn de viveres, a cxcepci6n de unas pocas botellas de vino, lo que muchas veces le sujetaba a larga abstinencia y a molestas privaciones. Eraparco en la comida, y s6lo bebia algiin poco de vino ligero, y jams licores espirituosos que detestaba, asf como el tabaco. En la mesa y después de comer conversaba. Nunca jugaba ninguna clase de juego, por lo comtin se acostaba a las 9 delanoche. Al dfa siguiente se repetfa }a misma distribuci6n, y s6lo afiadiremos que en los climas ardientes, se baflaba con frecuencia y no perdfa la ocasién que se le presentara algun rio, pozo o arroyo cristalino. Para hacer con comodidad sus viajes, tenia Bolfvar cxcelentes mulas y caballos de silla; sobre todo cuando regres6 del Perd a Colombia, trajo una recua de mulas soberbias, tanto por su hermosura como por sus pasos y valentfa para viajar en nuestras montafias. Llevé entonces hasta Caracas algunas mulas que le acom- pafiaban desde Bolivia; pocos ejemplares habré de caballerias que hayan pasado ast, alo largo de la mayor parte de la Cordillera de los Andes. Bolfvar en su juventud y hasta 1824, fue muy fuerte e infatigable en sus viajes. Empero después de Ayacucho comenzé a decaer y a debilitarse en su fisico, de modo que desde entonces caminaba pocas leguas al dia, tenfa que descansar con frecuencia. Su constituci6n no pudo resistir a trabajos tan continuados fisica y moralmen- te; su cuerpo enflaquecis, y el Libertador er: cjo desde antes de morir, ni; mI fi io" En la “Biblioteca Ecuatoriana Minima”, publicacién auspiciada por la Secre- tarfa General de la Undécima Conferencia Interamericana. Quito, Ecuador. 1960, 64 ene] Tomo “Cronistas de la Independencia y de la Reptiblica” encontramos reproducida la “Resefia de los acontecimientos polfticos y militares de la provincia de Guayaquil, desde 1813 hasta 1824 inclusive, por el General José de Villamil, Lima. Imprenta de “El Céfiro” por Tomas Larriega. 1863” en la cual en la secci6n: “Notas- Cordero” nos relata lo siguiente: “Otra vez pido ak lector me dispense el que vuelva a hablar de mi amigo Cordero... no lo puedo evitar: es hombre que tanto aprecio que mi pluma rebelde a mi voluntad trabaja por sf sola sin que la pueda contener.. , Tengo mis chocheras como todos los hombres... Cordero sin faltar al honor, pudo haber hecho una considerable fortuna, y iltimamente enla Quinta Temperancia en que hemos pasado. un mes juntos después de treinta afios de separacién, hemos vivido principalmente de leche y platanos a falta de otros alimentos mas sustanciosos... En esa quinta nos entretenfamos con nuestras conversacinos de 40 afios atrds, y ahf fue que recordé... lo que habfa dicho: “Muchotiempo he dudado del éxito de la revolucién conociendo la superioridad de las tropas espafiolas sobre las insurgentes, pero desde la victoria de Boyacd estoy convencido de que 1a revolucién triunfaré bien pronto”. “En nombre de la América os ruego compafieros de no dejar escapar tan favorable ocasién de hacerla un grande servicio lanzando ahora mismo la provincia de Guayaquil en la revolucién; los dos ejércitos de Colombia y Chile marcharén de triunfo en triunfo, hasta el Alto Peri... Tan grabado qued6 este elevado pensamiento en la mente de Cordero que no hace dos meses dijo al distinguido General Tom4s Carlos Wright Jas siguientes palabras: “Yo me hallaba en el Perd al servicio de Espafia cuando los insurgente ganaron la decisiva victoria de Boyacd: desde ese momento me resolv{ a regresar a mi pafs para tomar parte en la revolucién, Tuve la fortuna de llegar a Guayaquil en el momento preciso; y la revolucién del 9 de octubre de 1820 fue el efecto necesario del incendio que produjo aquf la primera chispa arrojada por ese volcan de Boyaca. Después de haber escuchado a mi digno amigo el General Wrightle dije: Hace 42 afios que of las mismas palabras de Cordero en varias de nuestras juntas revolucionarias de esa €poca; Ud. ve, pues, amigo mio, que esto no es nuevo para mf. 65 CAPITULO VI LAS CAMPANAS DE VENEZUELA Y NUEVA GRANADA ee En capftulos anteriores expresamos que a lo largo de este estudio hemos sacado conclusiones a cerca de la personalidad del Almirante Wright. Y enfatiza- mos que el hecho de escribir sus Memorias pone de manifiesto al hombre ilustrado, que conoce que la trasmisi6n de los hechos hist6ricos, mediante la escritura, sirven enormemente para el conocimiento de las generaciones futuras, Por gentil cortesfa de su descendiente Don Stanley Wright Roggiero he tenido en mis manos el texto, en idioma inglés, de sus REMINISCENCES, en las cuales se destaca el estilo depurado, lo gracioso de las anécdotas, la descripcidn de los combates, el hambre y la desnudez que sufrieron los soldados de la independencia. Datos y recuerdos que nos han servido para trazar una pintura mas 0 menos exacta de los hechos de que fue protagonista el Almirante Wright. Ninguno como é! para poner de relieve la lucha en tierra y la lucha en el mar; el conocimiento de los términos bélicos usados en su redaccién; la tristeza por la muerte de sus connacionales que murieron en la contienda. Destaca su “guayaquilefiismo a ultranza” puesto de manifiesto por su participacién en las tuchas intestinas de la joven reptblica. Se percibe también en sus escritos el carifio de la sociedad guayaquilefia para su brillante personalidad. Su vinculacién con la misma por su enlace con una dama de la élite del Puerto, la cual a su fallecimiento, fue sustituida por una joven hermana 67 de la fallecida, que ayudard a criar a sus sobrinos y enterrar4 al héroe. “Reminiscences” que hemos tratado de resumir, para obtener asf un texto, mas © menos real, de las campafias en que intervino el General Almirante Wright, campafias terrestres todas hasta 1824 en que “durante este afio, en febrero fue ascendido a Capitan de Navio, conel apelativo de Comodoro del Escuadrén del Sur, enarbolando su insignia en el bergantin Chimborazo”. Efectivamente, en este afio, mientras Bolfvar estaba en e] Pert con el ejército, Wright atendié un mandamicnto reservado que recibié det Libertador, quien puso a su orden en la Costa siete transportes para llevar tropas a bordo, cumpliendo satisfactoriamente tal orden. Después de {a batalla de Junfn recibis instrucciones para proceder al Callao y ponerse a las érdenes del Almirante Guisse para el sitio del Callao, como lo referimos posteriormente,. En Reminiscencias escritas por el Almirante Wright nos relata como comen- z6 su carrera militar en la Infanterfa. Efectivamente, se organiz6 por parte del. Coronel Campbell un Cuerpo de fusileros, y en el mes de noviembre de.1819 se embarcaron en el bergantin Dawson, cuyo capitan era Mr. Domer. Vientos huracanados detuvieron por dos ocasiones al mencionado bergantin teniendo que arribar con su buque al puerto de Falmouth y después a Fowey Harbour, zarpando finalmente desde esta bahfa cl dia dos de enero de 1819, conduciendo al batallén “Rifles” del que formaba parte nuestro héroe, quien en sus Reminiscencias nos indica que la fuerza efectiva al salir de Inglaterra se componfa de un total que no excedfa de doscientos hombres, sumando 32 oficiales, 20 clarines y 27 misicos de la banda. Arribaron a las Antillas donde deberfan esperar la orden del Libertador. Mientras tanto, la fiebre amarilla hizo presa de algunos compajieros, otros espanta- dos, se dispersaron por las islas y el mismo Coronel Campbell regres6 a Inglaterra, por haberse enfermado su hijo el joven Teniente Duncan Campbell, quien fallecié a consecuencia de la peste. Tom6 el comando de los restantes el Teniente Coronel Piggot, quien habfa sido Capitan del 540. Regimiento de Linea de su Majestad Britdnica. Poco después Hegaba a la isla de Santo Tomés el Almirante Brion con su pequefia escuadra 68 recibiendo 10. 000 mosquetes, una apreciable cantidad de uniformes y otros pertre- chos bélicos, con la orden de conducirlos a la isla Margarita, donde arribaron felizmente el 21 de abril de 1819, procediendo después a viajar a Santo Tomas de Angostura, los Hevaron a las Misiones de Guayana para reorganizar el Cuerpo con el mismo nombre de Rifles, integrandose con efectivos de 500 hombres entre indios y mestizos, equipados con fusiles, siendo trasladados a los llanos de Apure, bajo el comando personal de Bolfvar, que se enfrentarfa con el aguertido General Morillo. Recuerda los nombres de algunos compafieros ingleses que intervinieron en esta campafia: Coronel Roberto Biggot; Mayor Arturo Sandes; Capitanes Fallon, Guillermo Peacock, Guillermo Harris y Jaime Phelan, Tenientes Poole, Seymour, Reid, Wetsbrook, Wright, Bumbury, Molesworth y Jorge Featherstone-haugh; Subienientes Guillermo Ferguson, Jaime Byrnes, Reynolds y el Ayudante Schwiz- gibel, un suizo que habfa servido en el ejército inglés. Un tiempo después ingresaron en el “Rifles” otros oficiales ingleses, a saber: Mayor Carlos Rudd; capitanes Jaime Whitle y Tomas Duxburry; Tenientes Mauri- cio O’Connor, Charles Church, Macn4mara French, Timoteo Keogh y Dr. O'Reily. La primera acci6n en que intervino el “Rifles” fue en Trapiche de Gamarra, el 27 de marzo de 1819. Después de este combate tuvicron que abandonar los ingleses su cl4sica arma el rifle que sustituyeron con los mosquetes, por orden de Bolivar, por‘ser armas de mayor velocidad de tiro. Por esta época tuvo lugar el célebre combate de los Maneros at Mando del General Paez, que con 150 hombres de caballerfa, nadando a través del Arauca, lancearon a fuerzas cuatro veces superiores a las suyas, mientras el grueso del ejército de Morillo, a poca distancia, vefan anonadados el combate, que dio como resultado 100 muertos espafioles, heridos y contusos, en tanto que los de P4ez slo sufrieron la pérdida de 8 hombres, entre muertos y heridos. Mientras tanto en Araguaquien se unjan a las fuerzas patriotas dos destaca- mentos de ingleses que totalizaban 400 hombres, todos pertenecientes a la expedi- cién del Coronel Elsom, quien no lleg6 personalmente al Nuevo Continente. Estos destacamentos fueron bautizados con el nombre de Rifles 20. forman- do brigada con el Rifles 10. que mandaba el Mayor Sandes. Pero se acercaba el invierno, por lo cual el General Morillo cruzaba el rio Apure para acampar en sitios mejores; mientras Bolfvar encaminaba sus pasos a Nueva Granada, donde habfan vivaqueado por el lapso de un afio en las planicies de 63 Arauca y Apure, viviendo exclusivamente de came sin sal, sin contar con un pedazo de pan o vegetales comestibles. En la provincia de Casanare, Bolivar fue reforzado por Santander con su Divisién, emprendiendo, con el rigor del invierno y el frfo de 1a Cordillera de los Andes, la ascensi6n ala misma. Escritores europeos de esa época compararon esta hazafia ala de Anfbal cuando cruz6 los Alpes. Nos dice Wright en sus Reminiscencias (escritas en inglés) lo siguiente: “Debe recordarse que el ejército se habfa visto expuesto por largos meses a la inclemencia de los elementos, sin amparo de las ltuvias incesantes, en su marcha forzada, hambreados y casi desnudos. Al cruzar la Cordillera, el granizo y la nieve volviéronse intolerables: 300 hombres perecieron en el péramo de Pisba durante un solo dfa de marcha, corriendo casi un cuarto de los ingleses la misma suerte. Pero esto no puede causar asombro, si se tiene en cuenta el estado de desnudez en que se encontraban todos, pues atin la mayorfa de los oficiales andaban descalzos y muchos sin camisa, saliendo de los ardientes llanos del Apure, en tamafia vestidura, para asf desafiar el frfo glacial de las cumbres”. “Nadie podr4 comprender en forma mas vivida lo cruenta que fue Ja lucha en aquella épica marcha, que !a breve anécdota que pasar4 a contar: Hallébanse los contingentes vivaqueando sobre las margenes del Arauca, cuando el Capitan John Johnson, del Rifles 20. habiendo, por milagro, conservado hasta allf un par de botas inglesas, se las puso una mafiana para reunirse con algunos de sus camaradas, quienes andaban todos descalzos. Como era de suponerse, la aparicién de aquellos lustrosos botines caus6 verdadero revuelo en las filas, y no falt6 quien comentara que en aquellos momentos acaso el valor efectivo de estas, superaba al de su peso en oro, M4s de sibito interrumpe Johnson diciendo: de eso no cabe duda, pero no es una raz6n para que yo no pase las mismas penurias que mis compafieros y “haya juego limpio". Traslo cual, diciendo y haciendo, arrancose {as botas, una por una, lanzdndolas al caudaloso arroyo, para continuar como los demas, a través de toda la campafia, sin zapatos. E] 11 de julio del mismo afio, libramos un combate en Gdmesa, ocupdndola hubieron numerosas escaramuzas todo este tiempo. Esperaban ambas fuerzas un combate a campo abierto hasta que Bolfvar, con un movimiento de flanco el 25 de julio vino a precipitar Ja batalla del Pantano de 70 Vargas, registrandose la mas enconada resistencia de parte y parte, que sélo se interrumpi6 por un torrencial aguacero al caer 1a noche. En el ejército de Bolfvar hubo 350 bajas, entre muertos y heridos, pero los espafioles tuvieron mas cantidad. En un momento durante la batalla, la izquierda de Bolivar estuvo envuelta, encontrandose ese flanco a cargo de Santander con su Divisién que vefase obligada a retroceder a cada instante; en eso, el Rifles 20. con el Coronel Rooke a la cabeza, fue comisionado para aliviar la presién en ese sector, aunque los espafioles tenfan ya seguro el triunfo, los irlandeses forzando el paso, lograron una carga triunfal, desalojando al enemigo de sus posiciones, no sin antes resultar mortalmente herido el bizarro Comandante Rooker, de cuyas consecuencias fallecié poco después. En la Orden General del dfa siguiente 12 de julio, Bolfvar confirié la Orden del Libertador a todos y a cada uno de jos ingleses, sin distincion de rangos por su valeroso compartimiento en la batalla del Pantano de Vargas, batallén que en adelante se llamarfa Batallén Albion. Poco después de una semana el Libertador tomaba por sorpresa los puestos avanzados del enemigo en los Molinos de Bonza, tomando después, en la misma forma la plaza de Tunja. El general espafiol Barreiro, procuré efectuar un asalto similar, envolviendo a las fuerzas contrarias. Pero la majiana del 7 de agosto de 1819, Bolfvar, siempre alerta, efectué una marcha relampago desde Tunja para interceptarlo, produciendo aquf la memorable bataila de Boyacé. Las tropes de Bolfvar despedazaron a las espafiolas. El Rifles y el Albion pelearon en el ila derecha con mucho denuedo; ya persegufan a los enemigos, cuando vie ‘on venir a toda rienda, a 500 jinetes espafioles, espléndidamente montados, que viraron sobre ellos a galope tendido; enseguida la caballerfa de Bolfvar, contando sélo con la mitad aparecieron sibitamente por encima de una quebrada, trabando lucha con sus adversarios “a la vieja moda colombiana”, haciéndolos virtualmente picadillo. “En Boyaca, lo mismo que en Pantano de Vargas, la caballerfa dirigida por el Coronel venezolano Rondon se inmortaliz6. La victoria fue segura y total. Los espafioles perdieron todo. Casi 2.000 prisioneros cayeron en manos de los patriotas, incluyendo al Jefe de operaciones General Barreiro, a sus Comandantes y Oficiales, asf como la artillerfa, municiones, etc.”, 7A “En honor a la Verdad bien puede afirmarse que la Independencia de 1a Gran Colombia, Peri y Bolivia, fue sellada en el campo de Boyaca”. El Johnson de la anécdota relatada antes peleé en Boyacd con mucha valentfa, recibiendo graves heridas y alcanzando su ascenso a Mayor de Infanterfa. En honor de la verdad (dice Wright) debemos decir que después de la ocupacién de Bogoté jas tropas fueron pagadas, y muy bien ataviadas con uniformes apropiados. Con una breve estadia en Bogotd, el Rifles, ahora con 600 hombres fue trasladado al norte de Pamplona y el “Albién” al sur de Popaydn. Poco después se ejecuté otro movimiento y fuimos trasladados a Ocafia, tomando rumbo hacia el Valledupar, provincia de Santa Marta, en busca dela Legi6n Irlandesa, que junto con la Divisi6n de Lara, debfa atacar a Santa Marta. Efectivamente, aqu{ tuvieron que ejecutar, a cada momento, combates aisla- dos, de tal modo, que podrfan afirmar que cada pulgada de terreno Ia habfan conquistado con sangre, sudor y l4grimas... peleaban contra tropas regulares de infanterfa y caballerfa, acompaiiados por indios sueltos dirigidos por frailes Capu- chinos, quienes llevaban en una mano el Crucifijo y en la otra la espada. La lucha enesta forma era agobiante. No olvidemos que los indios eran diestros en el uso del arco y la flecha, pues su punteria era mas precisa que con mosquetes... Ademés tenfan como defensa las selvas virgenes en las que se ocultaban sorprendiendo a los centinelas patriotas y matandolos de contado. Podriamos repetir incontables anécdotas de esta campafia, narradas por el Capitén Wright en sus Reminiscencias, como lo sucedido a é] en dicha campafia. “Enuna de estas ocasiones, el Capitan Wright, con una peloton de 25 hombres, fue asaltado en la selva por un grupo de indios que habfan estado escondidos tras los drboles, dando tiempo a que el escuadrén estuviera a su alcance, cuando Wright, en persona, fue el primero en ser alcanzado por las flechas, una de las cuales habfa atravesado su oméplato derecho, impidiéndole todo movimiento. Las descargas entonces principiaron, pero mientras esto ocurrfa, el sargento trataba frenéticamente de extraer la flecha de la espalda de su Capitan; lo hizo con dificultad, porque las ptias habfanse introducido debajo del hueso, teniendo que torcerlas, a fin de que pudieran salir como habfan entrado. 72 ANTES DE LA BATALLA DE BOYACA Oleo, atravesando el paramo de Tisba Cuando, por fin, exhibiendo la flecha en su mano, el sargento exclamé: “Mi Capitan, aquf estd la flecha, yo estoy muerto”, tras cuyas palabras, efectivamente se desplom6, sin vida; una flecha habfale traspasado el corazén. Algunos hombres resultaron heridos en esta refriega, de cuyas consecuencias algunos fallecieron. También relata el Capitén Wright otra anécdota sucedida el mismo dia: “sucede que el mismo dfa, otro pelotén mandado por el Capitén Leén habfa sido destacado para efectuar un recorrido en direccién opuesta, y quien también tuvo que enfrentarse con los indios, y llevaba algunos prisioneros, encontrandose con un des- tacamento de relevo, supo lo sucedido y exclamé: Que cosa! El Capitan Wright herido, y el sargento Carrillo asesinado, tos bribones! Y Ifvido de furia agarré por la cabellera a sus dos prisioneros, uno por uno, decapiténdolos de inmediato con su propia espada”’. Lo que nos llam6 la atencién - dice el Capitén Wright- fue la accién de los Capuchinos, sacerdotes que empufiaban las armas y seguidos por los indios provistos de arcos y flechas, atacaban a los patriotas sin misericordia: no sélo que mataban sino que robaban ropas, caballos, asnos, ganado vacuno, etc, Sosegados ‘un poco los atacantes ocuparon la ciudad de Valledupar. 73 Aquf fue donde el Coronel Lara y sus tropas conocieron la insubordinaci6n de la Legi6n Irlandesa, en el rfo Hacha, por lo cual modificé sus planes. YY ahora sigamos con las anécdotas de los oficiales ingleses: “No habfan pasado muchos dfas de la salida de Chiriguana, un pueblito situado sobre la ruta que cubrfamos, cuando una noche fue destacado el Teniente Reynolds, con cuatro soldados a las afueras del poblado que el Rifles habfa ocupado, para conseguir unos plétanos y yucas para su compafifa. Cual no serfa la sorpresa de todas al ver regresar, corriendo, a uno de los soldados, que exclamaba: Los indios, los indios! Ocurrfa que este hombre que se habfa quedado rezagado del pelotén, buscando algo para poder traer Jas yucas, estaba precisamente, apurando el paso para alcanzar a su Teniente, cuando sorpresivamente se vio confrontado por una horda de indios, quienes levantédose, como por encanto, del suelo, descargaban sus mortfferas flechas al grupo principal, cosa que le hizo girar sobre los talones y regresar al poblado en busca de ayuda. Y,no obstante, que en ese mismo momento una Compafifa entera era destacada para dar alcance a los indios, estos ya se habfan esfumado; los cuerpos inertes de Reynolds y de sus tres subaltemos yacfan sin armas, las que nada les habfan servido, por lo repentino del ataque. Desde ese incidente, al acampar y ocupar poblacién, sendos destacamentos eran primero enviados a recorrer los bosques circundantes en previsién de nuevos ataques. Poco después el “Rifles” y el “Pamplona” que se habfan apoderado de otra poblacién, habian ido a vivaquear sin recelo, luego de haber emplazado las guardias de avanzada y haber apoyado sus armas en la plaza, cuando, de repente irrumpieron en el poblado unos soldados de caballerfa, apeados y corriendo como lebreles, perseguidos por una verdadera nube de indios salvajes pisdndoles los talones. “Este escuadrén habia estado con sus caballos en un paraje cercano donde abundaba la yerba, sitio que habfa sido previamente despejado por la infanteria. Pero ocurri6 que mientras los soldados pastaban sus animales, a la vez que preparaban su rancho, los indios habfan logrado infiltrarse a hurtadillas, siendo descubiertos por la presencia de un fraile Capuchino a caballo, que alcanzaron los centinelas avistar a distancia. Pero como los indios segufan brotando del suelo como hormigas, no les quedé a los soldados mas altemativa que correr”. 74 “En realidad, de haberse contentado los indios con robarse los caballos, podian facitmente haberlo hecho, pero tal era su arrojo y exaltacién, como conse- cuencia del éxito aparente, que se atrevieron a perseguir a la tropa hasta entrar al poblado, e inclusive a ccharmano alas armas que se hallaban al descanso enel centro de la plaza, esto en el preciso momento que también hacfan Jo mismo los soldados. Y aquf, como es de suponerse, prodijose “un conflicto espartano” como muy apropiadamente, en aquellos dias de entusiasmo y desinteresado patriotismo era Iamada la campafia”. “Pero el recuerdo de tales nombres hace mucho tiempo que fue olvidado por la desmembraci6n y disensiones polfticas que embargan ahora a Ja que otrora fue 1a Gran Colombia”. No cabe duda que el ataque fue planeado y organizado por Frailes Capuchinos aunque buen cuidado tuvieron de esconderse en el desenlace”’. “Estuvimos un tiempo mds en estos campos, nos apoderamos de la ciudad de Valledupar, se perdié todo rastro de los indios y el General Lara resolvié emprender Jamarcha hacia el rio Magdalena, atravezando la inmensa selva de Zipay4n, hazafia que demoré dos semanas, sin un dfa de descanso, soportando muchas privaciones, por la escasez absoluta de cuanto era menester para la vida humana al extremo de que legara a ser un plato delicioso 1a came estoposa de los caballos que cafan exdmimes en la ruta. “Pero finalmente Hegamos a un caserfo indio, donde habfan estado los capuchinos, sin éxito, pues los indios, tribu mas avisada, se habian negado a tomar armas contra los patriotas. “El Rifles, o mas bien dicho dos compafifas de avanzada fueron las que se aventuraron a ingresar primero en el poblado, de madrugada, poco antes de amanecer, para encontrarse con toda Ja poblacién en estado de alarma. Todos, sin excepcién, hombres, mujeres y nifios, empufiando sus arcos, listos para disparar. Pero se les indic6 por sefias amistosas que empezaran a acercarse, lo cual hicieron pero sin dejar sus armas. Habfa entre ellos un intérprete, quien hizo saber que conocfan la guerra contra los soberanos espafioles, y que ellos simpatizaban con la causa de los patriotas. “Poco después se lleg6 al pueblo de Pifién, en las orillas del rio Magdalena, donde se present6 Bolfvar que se habfa embarcado en el puerto de Ocafia para bajar 75 el rfo; prosiguiendo mas tarde viaje a Cartagena para darle érdenes al General Montilla, atinentes al sitio de Santa Marta, para luego regresar, por la misma ruta a Caicuta. “Cumpliendo las érdenes de Bolfvar el Rifles cruz6é el Magdalena, yendo a reunirse con Montilla en la provincia de Cartagena, quien era el Jefe de Operaciones. “Después de una breve demora, volvié el Rifles a cruzar el rfo con el batallén Girardot, mas alguna caballerfa, bajo las 6rdenes del Coronel Carrefio, ya que el general Lara estaba enfermo, para marchar sobre Santa Marta. En este traslado tuvo el Rifles un encuentro en San Carlos de la Fundacién derrotando s6lo al enemigo. Repitié la hazafia en Rio Frio, al cruzarlo bajo el intenso fuego de fuerzas numéricamente superiores que tenfa apostado el enemigo, en ocasiones, vadeando el rfo con el agua al hombro. “Al dfa siguiente, 10 de noviembre de 1820 fue librada la batalla de “Ciénega de Santa Marta. La Ciénega (la ciudad) se hallaba contomeada por una fosa protegida por una empalizada, y en un sitio con parapetos que dominaban un arroyo seco, donde hallamos montadas cuatro piezas de artillerfa y dos bombas. El total de cafiones emplazados eran 38, incluyendo aquellos que dominaban el lago, por donde el'Comodoro Padilla debfa atacar con las cafioneras. Las fuerzas del enemigo alcanzaban arriba de 3.000 hombres, la mayor parte eran guerreros indios del pafs. Mientras al "Girardot” se le despachaba para que atacara las puertas de !a empalizada, el Rifles asediaba los parapetos con furia, logrando a continuacién de un combate fren¢tico, barrercon todo obstaculo, matando e hiriendo a 700 hombres del enemigo, y capturando los emplazamientos de artillerfa y bombas, avanzando entonces para atacar las baterfas desde adentro, las cuales se hallaban trabadas en un duelo con las cafioneras, asegurando asf para los patriotas la victoria mas contundente. De los oficiales ingleses el Mayor Peacock y el Capitén Phelan, fueron gravemente heridos, muriendo ambos, mas tarde, de las consecuencias, pero Santa Marta, la ciudad fue ocupada al dia siguiente sin mas oposicién. “Una tregua o ammisticio fue celebrado entonces entre el castellano General Morillo y el Libertador Bolfvar, con un plazo de cinco meses, poniéndose, ademas, fin “a la guerra a muerte”, entre los dos bandos para siempre. Terminado el 76 armisticio el Rifles emprendié viaje a Maracaibo, embarc4ndose una ala del contingente, mientras la otra hacfa el recorrido por tierra, a través del territorio de Goagira, desde el rfo Hacha hasta la ciudad de ese nombre, prosiguiendo todos juntos desde ese punto hacia Venezuela. Al poco tiempo sobrevino la batalla de Carabobo, la que se libré el 24 de junio de 1821, bajo cl mando personal de Bolfvar frente al espafiol General Latorre, ya que Morillo habia regresado a Espafia. “Aqui el Rifles integr6 la Tercera Divisién denominada Las Guardias, que se componfa ahora del “Rifles”, “Granaderos”, “Vencedor" y “Anzodtegui”, con el Regimiento de Caballerfa del Coronel Rondén, y a esta Division fue que, finalmen- te, correspondié levarse la victoria. “En esta batalla fue que Ja Legion Britdnica se distinguié tanto. Esie Cuerpo pertenecfa a 1a Primera Divisién, bajo las 6rdenes del general Pez, la que por dilatado rato, soporé todo el peso de la batalla con un herofsmo sin par, por cuya raz6n Bolivar cambi6 e] nombre de la Legion por el de “Batal arabobo””, “Las fuerzas trabadas en combate estuvieron casi equiparadas en Carabobo. Alrededor de 7.000 hombres en el campo por cada bando. Los gencrales de la Segunda y Tercera Divisién Cedefio y Plaza, figuraron entre las bajas por cl lado de Bolivar. De los ingleses, ef Coronel Ferrier, que comandaba la Legion Britanica, fue herido mortalmente, acaecicndo su deceso mas tarde, “Varios otros ingleses, oficiales y tropa pertenecientes a ese Cuerpo también fueron muertos o heridos cn tan épica lucha. “Los espafioles estaban en derrota. Pero un batallén (reconozcémoslo hidalgamente como tributo a Espafia) el “Valencey”, compucsio enteramente por soldados veteranos de la Madre Patria, sélo se retité de] campo, cuando los demas Cuerpos estaban destrozados, repeliendo en su retirada todos tos ataques, hasta egar a Puerto Cabello, aunque diezmado vez sobre vez, una distancia de diez adoce Jeguas del campo de batalla. “Desde Carabobo cl Rifles fue despachado bajo e! comando siempre del bizarro Coronel Sandes hacia el Sur: primero con destino a Cartagena (que capitulé antes de su !legada a esta provincia) y de allf, nuevamente a Ocafia, por via fluvial, surcando las tefiidas aguas del Magdalena, 77 De este punto tuvo orden de marchar a Bogotd, en ruta a Popayan, y adn mas all4, marchando mas de 1500 millas desde Carabobo. Hubo algunas movilizacio- nes, pero siempore rumbo hacia el Sur, hasta Bomboné (Cariaco), donde se libré la batalla de su nombre el 7 de abril de 1822, que narraremos mas adelante, por lo controvertida. EI “‘Albi6n” no tom6 parte en esta batalla, porque desde Boyacd tuvo orden de marchar hacia el Sur, llegando a Buenaventura donde embarcaron con rumbo a Guayaquil acompafiando al General Sucre, luego de repetidas escaramuzas y movilizaciones, acompafiaron al General Sucre en la batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1822, donde se distinguieron los ingleses al mando del intrépido Coronel Machintosh. El General Bolfvar esperé seis semanas en el pueblo de Trapiche, hasta recibir Jos refuerzos para continuar la marcha hacia Pasto. Pero en el camino encontraron dos oficiales espafioles comisionados por el Coronel Basilio Garcfa, que le anunciaron el triunfo de Pichincha, y la voluntad de! Coronel Garcfa de capitular totalmente entregando la ciudad de Pasto, en forma pacifica. Pasto, siempre fue y era mondrquico, por lo cual los jefes patriotas resolvieron usar la polftica de] buen vecino, dejando !as mismas autoridades del tiempo de la Colonia, empezando con el Gobemador o Corregidor que era pastuso. Finalizando el mes de junio de 1822, sucedié lo imprevisto. Un oficial espafiol -Teniente Coronel Boves- prisionero en Quito, después de la batalla de Pichincha, logré fugarse, Ilegando a Pasto, insurreccionando de nuevo esta provincia que volvié a proclamar al Rey de Espafia, aprovechando que las monjas de dicha ciudad tenfan escondidos mi! mosquetes, dos cafiones de 4 libras, de bronce, y una gran cantidad de municiones. Con este motivo, ef Rifles, con su Comandante Coronel Sandes, bajo las érdenes del General Sucre, apoyados por un pequefio escuadrén de cabalierfa, volvieron a la campafia contra Pasio, librando algunas acciones en el Guditara, sin arriesgarse Sucre a un combate decisivo hasta no recibir refuerzos. El Guditara es mitad rfo y mitad catarata - dice Wright en sus Reminiscencias, muy angosto, infranqueable atin a caballo, y habiendo los pastusos destruido el puente, era necesario buscar paso. 78 Con tal objeto fue despachado el Teniente Coronel Wright con dos compafifas -la suya propia y la del Coronel Fergusson- provistos de unas largas palancas para formar una especie de puente, con instrucciones de forzar el paso lo antes posible antes de amanecer. Hicieron, pues, una penosa marcha noctuma soportando un tremendo invier- no, pese a lo cual colocaron las consabidas palancas, logrando cruzar el rfo bajo un nutrido fuego de las avanzadas del enemigo. Y aquf viene el relato anecdético: “Encontraron que el camino habfa sido cortado perpendicularmente, como para que hiciera las veces de una muralla de doce pies de altura, con el fin de rechazar a los asaltantes; para soslayar tal intento se ordené a una de las compafifas que se desplegara en orden de guerrilla, con el propésito de distraer al encmigo, mientras la otra compafifa se acercaba al precipicio o muralla, de cuyo sitio no podfa vérselos desde arriba, salvo que los defensores s¢ asomaran, exponiéndose al fuego de la otra compafifa - que como hemos dicho- se hallaba desplegada en Ia orilla opuesta”. “En poco rato se logré confeccionar una especie de gradas hincando bayone- tas dentro del muro, a fin de que sirvieran de escalera y en esta forma, hombre tras hombre, logré treparse, haciendo fuego sobre el flanco del enemigo, cuyo sector de inmediato empez6 a ceder, temiendo verse copado y la retirada cortada. Acto seguido las dos compafifas se apresuraron a escalar las alturas de Taendala, lo que era imperativo conseguir antes de que el completo de las fuerzas enemigas pudiera alcanzarlas... Fue dura tal empresa pero vencieron a los indémitos pastusos. Entre Jos ingleses tuvieron algunas bajas, entre ellos el valiente Coronel Church figuré entre los muertos". Por fin, Pasto fue nuevamente ocupado por los soldados de la Republica. Boves, el insurrecto, logré escaparse bajando al rio Marafion hasta cl Brasil. Enel transcurso de la semana subsiguiente, Bolfvar arrib6 a Guayaquil (en diciembre) para seguir viaje nuevamente a los pocos dfas en compafifa del General Sucre, queddndose en Pasto el Gencral Salom, a cargo de la plaza... Estaba préxima la Navidad de 1822; pronto saludarfamos el primer dfa del afio 1823; el Rifles “para entonces, habfa completado casi cinco afos de ininterrum- pidas campafias, Se pensaba que después de tanto guerrear se le retomaria a Quito, una vez que ya no habfa contendores, pero tales pronésticos eran prematuros, ya que habfa noticias de los espfas que algo extrafio sucederia, por lo cual el General Salom ordené se oficie una misa cantada por la paz. 79 Y aqui viene otra anécdota: adem4s se aprovecharfa la ocasién para dar Jectura a la Constituci6n. “Con tal objeto, fue erigida en la plaza principal una plataforma espaciosa, sobre la cual colocose una mesa alta para que pudiera sobre ella pararse el “Magistrado de la Ley”. “Un baile habfa sido brindado 1a vispera en casa del General, al cual fueron convidados todos los pastusos, para que concurtieran y se divirtieran, habiéndose depositado en la entrada del domicilio, tanto por dentro como por fuera, una gran cantidad de licores en recipientes abiertos, con vasos y copas al ruedo, a fin de que todos los que quisieran pudieran servirse sin embarazo. Los oficiales del Rifles como de la caballerfa tenfan instrucciones especiales de portarse afables con la concurrencia y de bailar con las damas, para demostrarles la magnffica voluntad que animaba al General. “En esta forma feliz transcurrié la noche a satisfaccién de todos, y entonces sobrevino el domingo por la mafiana. Las campanas de la iglesia ech4ronse a volar, y la hora de misa fue anunciada para las 11 a.m. El General se encaminaba hacia el pretil del templo; mas observando tan nutrida concurrencia Ilamé al Edecdn, diciéndole con voz estentérea, como para que todos pudiéran ofr: “Vaya y digale al Coronel Sandes del “Rifles”, que no asista con su cuerpo a la iglesia, aquf no hay mas sitio para militares”. “La misa, habiéndose terminado, déndole Gracias a Dios (?) por el restable- cimiento de la paz y orden legal, ei General Salom, en uniforme de gala, acompa- fiado por el vistoso conejo que constitufa su Estado Mayor, procedié a ascender a la plataforma en el centro de la plaza, subiéndose luego a la mesa, sobre {a cual irgufose en forma de que todos pudiéramos verle”. Y ahora, habiéndose ajustado los anteojos, tras de recorrer con la vista su derredor, dio principio a la lectura de la mentada Constitucién, dirigiéndose a la multitud que por momentos iba estrechéndose en ruedo a la plataforma”. No habfa Uegado siquiera a ia mitad de la lectura del importante documento, cuando de stibito, tras breves murmullos, se levanté el grito de: jEl Rifles! {El Rifles! dandose todos vuelta para encontrarse con ese batallén, que por las diversas esquinas de la plaza, avanzaba formando un cerco en tomo de lamuchedumbre, con bayoneta calada y respaldado por la caballerfa. 80 “La gente estaba aténita” Pero todas las miradas estaban puestas en el expositor de la Constituci6n. El General en un principio siguid leyendo, como si no se percatara de lo que estaba ocurriendo, hasta esperar el momento propicio, en que levantando la cabeza y quitdndose los anteojos, cerré el libro de la ley, ordenando con toda seguridad que se dejara salir a las mujeres y a los nifios, después de lo cual descendié de 1a mesa, abandonando la improvisada tribuna. El “Rifles” y la caballerfa se encargaron de lo demas. 1300 hombres fueron apresados, y habiéndoselos asegurado debidamente, obtigados a marchar hasta el cuartel: un Convento espacioso donde no hubo dificultad para acomodar a tantos. Al dia siguiente el “Rifles” ségufa viaje a Quito (Enero de 1823) llevando consigo a los prisioneros. Los mayores fueron enviados a Guayaquil y algunos a Panami, a servicios forzados como delincuentes incorregibles, los mds jdvenes, in- gresando a los cuerpos de linea, destinados a las campafias del Pera, en calidad de reclutas © como los oficiales ingleses solfan decir con soma: “Conscriptos constitucionales". El “Rifles”, unos pocos meses mas tarde, se embarcaba en Guayaquil con destino al Peri, Bolfvar en persona, siguiéndolos en Agosto de 1823: YY aqui puso término a las campafias indicadas el bizarro batallén “Rifles” en la guerra de la independencia, Terminan las “Reminiscencias”, manuscritas por el Almirante Wright, ha- ciendo el recuerdo péstumo de tos ingleses que rindieron tributo a la muerte, en oblacién a la libertad, aflorando gloriosamente sus nombres. "Fueron los siguientes, en orden cronoldgico, desde su llegada de Inglaterra, hasta el final de la “guerra a muerte” y durante la guerra civil. En Guayana y las planicies del Arauca y Apure, en el transcurso del primer ajio, el Capitan Fallon y Jos Tenientes Poole, Seymour y Reid, murieron de fiebre. Al cruzar el péramo de Pisba, el Teniente Westbrook. En la campafia de Nueva Granada (1819) el Teniente Byme fue muerto y el Mayor Sandes, herido. En las campafias del Magdalena y Santa Marta (1820) murié e! Teniente Reynolds y el Capitén Tomas Charles Wright, fue herido. También recibié aqui 81 heridas de gravedad el Mayor Peacock, de cuyas consecuencias fallecié. El Capitan Phelan, herido en esta campafia, murié al practic4rsele la ampu- tacién de una piema. El Capitan Ayudante Mayor Schuitzgibel, Tenientes Bunbury, Macn4mara, French y el doctor O’ Reilly, murieron todos de fiebre amarilla, y el Teniente Mauricio O’Connell de una fiebre distinta en Patfa, en la campafia del Sur (1822). El Capitan Featherstonehough y el Teniente Church, cerca de Pasto. El Mayor Rudd, estando enfermo cuando su batall6n “Rifles” partié al Peri, qued6 en Quito, y en el transcurso de ese afio se fue a Esmeraldas, donde murié poco después. El Capitén Duxbury que habfa ascendido a Mayor encontré la muerte en Matar4, en la campafia peruana de 1824, pocos dfas antes de llegar a Ayacucho. EI Teniente Keogh murié en el Hospital en el transcurso del mismo afio. El Capitan Fergusson que habfa alcanzado el Grado de Coronel y Edecén particular del Libertador, fue asesinado en el desempefio de sus funciones en el Palacio de Gobiemo de Bogot4 (San Carlos) mientras trataba de defender la vida de su General de las manos asesinas de aquellos miserables ingratos que pretendieron ultimar al Libertador en la noche del 25 de setiembre de 1828. El Capitan Diego Whittle, quien lleg6 a ser General de Brigada, fue asesinado en 1831, tratando de sofocar un motfn de la tropa en Guayabamba, cerca de Quito. E] insigne Mayor Sandes, que lleg6 a Teniente Coronel y Coronel mandan- do su Rifles, en la campafia del Peni tuvo valiente actuaci6n por lo cual fue ascendido en el mismo campo de la batalla de Ayacucho al grado de general de brigada, muriendo mas tarde en Cuenca en 1833. ‘Al terminarel afio 1832 sélo quedaban dos sobrevivientes del intrépido grupo de fusileros ingleses que conformaron el batallén “Rifles”: El Coronel Harris, nativo de la Verde Erin (Irlanda), quien at llegar a la América ya era Capitan, pero al empezar las campaflas del Arauca y Apure, tuvieron que darle el pase a otros cuerpos, por enfermedad, cayendo prisionero, pudiendo reunirse mas tarde con su batall6n “Rifles” en el Pent, combatiendo en la Batalla de Ayacucho en cuyo campo 82 fue ascendido al grado de Teniente Coronel graduado. Con el correr del tiempo era Harris quien comandaba el batallén “Rifles”, participando en la Batalla del Portete de Tarqui contra los invasores peruanos, en cuya memorable ocasiOn fue ascendido a Coronel. Con la disolucién de la Gran Colombia, Harris se quedé en el Ecuador, pidié sus letras de retiro fijando su residencia en Cuenca donde se cas6, formando una honorable familia. En 1862 todavia vivfa, visitando cada cierto tiempo en el cementerio de dicha ciudad !a tumba de su antiguo jefe ¢l Coronel Sandes". El otro sobreviviente -cémo es de suponerse- era el autor de las Reminiscen- cias General de Djvisién (Vice Almirante) Thomas Charles Wright, quien habiendo venido de Inglaterra con el grado de Teniente, fue ascendido en Boyacé al grado de Capitén (1819) y luego fue herido en la “Campafia Espartana” (1820). Después de Carabobo al seguir rumbo ai Sur en Popaydn fue ascendido a Teniente Coronel graduado (1822). En la batalla de Bombond fue citado en el parte militar como un valiente oficial. Después de la segunda campafia de Pasto, Bolivar que observé personalmen- te el cruce, a semejanza de las Termépilas, ingeniado por Wright, !e testimonié personalmente su aprecio, otorgandole despachos definitivos de Teniente Coronel, donde le solicité que tomara cl comando de un nayio de guerra, una goleta armada, poniendo otras dos unidades mas, bajo sus 6rdenes, con el rango de Comodoro, ya que Bolfvar conocfa los antecedentes navales del Comandante Wright. Aparentemente aqu{ termina la carrera del Oficial de Infanterfa y comienza el Oficial de la Armada de Guerra de la Gran Colombia. En 1829 aparece como Capitan de Navfo, pero fundada la Repdblica del Ecuador, cl Primer Congreso Constituyente to asciende a General, ya que la nueva constitucién reconoce como ecuatorianos a los oficiales extranjeros que hubiesen combatido por la libertad de Ja Patria. Ademds su matrimonio con una damita guayaquilefia lo vincula mas al pafs. Interviene enla polftica del Ecuador, y cuando se realiza Ja batalla de Mifiarica, el General Wrightes ascendido enel mismo campo de batalla a general de Division. En la Revolucidn del 6 de marzo de 1845 es Comandante de Armas de Guayaquil, y como Oficial General, rindiendo la lealtad que debe al Gobierno, pierde en la lucha y voluntariamente se exilia. 83 Batalla de Bombona “La zona que sirvié de escenario a la mas cruenta batalla de la guerra de la Independencia, es una meseta ligeramente inclinada, como si fuera el mas bajo peldafio de la pirémide escalonada del volc4n Galeras, antes de precipitarse verti- calmente al rfo Guditara”. El clima es parecido al de la Costa ecuatoriana: seis meses de verano calurosos y seis meses de inviemo; el 7 de abril de 1822 pues, fecha de la batalla, es tiempo de lluvias. La orden de ataque la di6é Bolfvar al Gral. Pedro Le6n Torres, después de mediodfa: “Sin que almuerce la tropa, tome Ud. aquella altura, mientras vuelvo, volando con las fuerzas”. Desafortudamente Torres entendié lo contrario, mand6é que la tropa hiciera pabellones y dispuso lo conveniente para prepararel rancho. Al Tegresar poco después el Libertador, y observar que no se habfan cumplido sus 6rdenes, encolerizado quité et mando al Gral. Torres y se lo dio al Cnel. Barreto. Asi las cosas, el Gral. Torres desmont6 de su caballo, arrojé su espada al suelo, y replic6 a su jefe: “Si no soy capaz de servir a mi patria como general, la serviré al menos como granadero” y arrebatando el fusil a uno de sus soldados se colocé al frente de Ja infanterfa. Se conmovié el Libertador, io restablecié en ei mando, y le dio su propia espada para que entrase al combate. En Ias primeras horas de la tarde se rompié el fuego por ambas contrincan- tes, con la diferencia de que los espafioles estaban bien parapetados y hacfan blanco de los soldados patriotas que estaban al descubierto. Se cuenta que el Libertador, quien se encontraba dirigiendo la batalla desde una gran piedra colocada a unas tres cuadras de un zanjon, y desde la cual se observaba el campo de la lucha, confiando en que sus hombres se estaban superando exclam6: “que bien que entra mi gente” lo que hizo que un oficial de su Estado Mayor respondiera: “Mi general, pero no sale”. "En el diario hist6rico del Estado Mayor General Libertador, leemos: Dfa 7 marché la divisi6n alas 12 del dfa y Negé a Bomboné a las 3 p.m. El enemigo, cuya fuerza al parecer, era de 1800 hombres, se encontraba situado en las alturas de Cariaco, apoyando su flanco derecho contra la montafia de Jusepe, su centro con el costado izquierdo de la quebrada de Cariaco, y su izquierda en el declive de las orillas del Guditara. Para proteger su derecha habfa colocado, como en avanzadas, sobre su otro flanco, dos destacamentos en dos diferentes alturas, de 100 hombres cada una, guardados por una acequia y una cerca de madera al frente, y bosques y alturas ala espalda. Su centro estaba apoyado por ambos flancos en dos cafiones de a cuatro, de los cuales el uno enfilaba el camino principal, y el otro sostenfa el paso de la quebrada por su derecha. Nosotros nos hallabamos en la falda de la montafia sobre una sabana,donde podfa maniobrar nuestra caballerfa, y a la distancia de 1.000 metros de la linea. A las tres y media de la tarde ordené S.E. el Libertador, que el sefior Generat Valdez obrase sobre la derecha enemiga, con el batall6n Rifles, mientras tanto que el sefior General Torres, obraba sobre la izquierda, con los batallones Bogotd y Vargas, quedando en reserva el de Vencedores en Boyacé frente al centro de la posicién. En cl momento comenzaron ambos movimientos, mas para verificar el nuestro, era preciso desalojar al enemigo de las alturas avanzadas de su linea, que imped{a nuestra aproximaci6n a ella, En estas circunstancias, el sefior General Valdez mando desfilar el Rifles y determin6 asaltar los dos puntos al mismo tiempo: el enemigo comenzé el primero, un vivo tiroteo desde distancia de 300 pasos; sus fuegos podfan haber sido perjudiciales por la altura desde donde se ejecutaban, pero el sefior General mand6 al momento que la primera compafifa, al mando del Tnte. Cnel. graduado Carlos Ramfrez, se dirigiese por el bosque a la derecha con la doble maniobra de batir el segundo punto, y de impedir 1a reunién de ambos destacamentos al cuerpo principal. La segunda compafifa al mando de] Tnte. Cnel. graduado Tomds Carlos Wright, fue mandada por la izquierda con el objeto de tomar por aquella parte la altura; y cl resto, a las érdenes del sefior Coronel Sandes, siguié de frente a disparar al enemigo y apoyar los movimientos de ambas compafifas. La espesura del bosque no retardé en nada nuestra operacién, pero sf la reunién de nuestros soldados; por este inconveniente, habfa yo comunicado al sefior Coronel Sandes al entrar en el bosque, la orden de obrar sobre la derecha de la Ifnea enemiga, y con arreglo a las circunstancias, en caso de que cl terreno lo impidiera darle nuevas drdenes. 85 Ejecutado el primerintento, batido el enemigoen ambos puntos, dispersas sus tropas y reunidas nuestras fuerzas frente a su Ifnea separada solamente por una gran quebrada, comenzé el batallén a desfilar y a pasar al otro lado: la operacién era casi imposible, nuestros soldados fatigados de los choques anteriores sobre las alturas parecfan en un estado mui distante de bajar por un descenso poco menos que perpendicular en el largo espacio de 1.000 pasos, y volver a subir otro tanto con mayores dificultades, pues a mds de las que presentaba la naturaleza, se agregaba Ja insuperable para otras tropas que no hubiesen sido colombianas, cuales eran la cresta de Ja quebrada, fortificada con una barrera de troncos, y cortada perfectamente. sin dejar paso mas que de una estrecha senda de dos pies de capacidad y guardada por300 hombres de “Catalufia” y “Aragon’, y mas de 200 pastusos, y aesto se reunfa el fuego de una pieza de a cuatro que guardaba la aproximaci6n de los nuestros. Su posicién era de tal modo escogida que sus fuegos se cruzaban hasta la Megada de la barrera. El sefior General observa lo diffcil de la empresa, pero no pudiendo menos que seguir la operacién mandé al cometa de orden tocara paso de tote y calar bayoneta: dos razones fueron las que obligaron a apresurar el ataque, Ja primera, la aproximacién de la noche, y ta segunda que la tropa conscrvase sus cartuchos para concluir la dispersién del enemigo después de forzada su posicién. A las seis y cuarto subieron los bravos del Rifles con su pabellén y Comandante Wright a la cabeza, y tomaron posesién del campo enemigo. La pérdida del enemigo en esta parte fue la siguiente: los 200 hombres colocados en la altura fueron todos muertos, heridos, dispersos y prisioneros; de los que defendieron la derecha de la linea no se puede saber con certidumbre, por haber obscurecido al mismo tiempo que nuestras tropas montaron a su posici6n, pero no puede menos que haber sido considerable, a causa de la bravura con que nuestros oficiales y tropa los arrojaron a sable y bayoneta, en cuya posicidn los enemigos dejaron algunos muertos y prisioneros. EI batall6n Rifles s6lo perdié 5 oficiales y 50 hombres entre muertos y heridos, siendo muy sensible la pérdida del valiente Capitan Fatherstonetaugh que muri6 sobre la barrera matando al enemigo que pretend{a estorbarle el paso; no es menos recomendable el abanderado Sargento lo. Delgado, que marché siempre a la cabeza con el pabellén desplegado, asf mismo la de los Capitanes Ramfrez, Wright y Mogoci, como los Ayudantes Portocarrero y Cuello, la de los Tenientes Pificres y Franco, la de los Subtenientes Naranjo, Bravo y Colmenares, la de los Sargentos Martinez, Ruiz, Alvarado, Salas y Sevillano y finalmente la de todos los B86 individuos en las diferentes clases del cuerpo que con la mayor energ(a marchaban estimuldndose al puesto mas alto de sus glorias que era el del campo enemigo. La fatiga de las tropas y la obscuridad nos privaron de concluir aquella noche con el enemigo doblando su posicién, envolviendo su centro; su espanto y temor nos estorbé de verificarlo al dfa siguiente por haber escapado a media noche protegido por la lluvia. Et batall6n "Vencedor" , quedando en el campo nuestro, fue destinado tiltima- mente a forzar el centro del enemigo en su posicién y obré segiin comunica el Comandante de é1, en su parte, como también en los cuerpos de caballeria. Nuestra posicién en la noche era: el Batallén “Rifles” en el campo del enemigo que ocupaba su derecha, el "Vencedor" en la posici6n de la tarde anterior frente a su centro, y la caballerfa a retaguardia. Porel centro de !a posicidn habfa sido atacado el enemigo en Ja tarde anterior con la mayor obstinacidn; no pudiendo penetrar el batallén “Bogota” y “Vargas”, por el camino de la quebrada, fue mandado el "Vencedor" a ejecutar el mismo. movimiento, pero sufrio la misma suerte que los demas, teniendo que replegarse a Ja reserva después de haber perdido 5 oficiales y 50 hombres entre muertos y heridos... (f) Gral. Bartolomé Salom. 87 PARTE DELA BATALLA DE BOMBONA Boletin del Ejérctto Libertador En lamaifiana de ayer nuestra descubiertaa las érdenes del Teniente Coronel Paris, Comandante del batallén “Bogota”, recibid la orden de hacer un reconocimiento bajo las 6rdenes inmediatas del sefior Coronel Barreto, que se adelanté con un piquete de guias hasta medio tiro de fusil del centro de las posiciones enemigas que cubrian las alturas de Cariaco; pudo en efecto este intrepidisimo Coronel reconocer en cuanto fue Posible el flanco derecho del enemigo, que aunque estaba apoyado al gran volcan de Pasto, parecia ofrecer un acceso aunque extremadamente dificultoso. El centro del enemigo estaba encubierto por un espeso bosque, y por una barranca profundisima, la cual estaba coronada del todo de sus tropas. El flanco izquierdo parecia mas accesible y de ningin moda Jo era. El enemigo en nimero de 2000 hombres compuestos de Ios batallones “Aragén”, “Catalufia” y “Pasto” ocupaban la posicién mAs formidable que se puede concebir. Todo su frente se hallaba encubierto por una cafiada que no tenia mas que un paso por un puente dominado casi perpendicularmen- te por todos los fuegos cruzados de su frente, y atin de sus flancos. Las riberas de esta escarpada cafiada estaban abatidas de arboles inmensos. Los costados se apoyaban el uno sobre ¢] torrente impetuoso del Guditara, que jamds permite vado y el otro al pie de un volc4n que es, por decirlo asi, el antemural de Pasto por la parte del Sudoeste. Su Excelencia el Libertador viendo sus bravas tropas animadas del heroico entu- siasmo que las distingue, juzg6 dificil, pero no imposible, batir a los defensores de Pasto, y en consecuencia ordené el ataque en el orden siguiente: al sefior General Valdés se le encargé la direccidn del ataque del flanco izquierdo de! enemigo con el batallén de Rifles de la Guardia a las érdenes del sefior Coronel Sandes, y guiado por el Sefior Coronel Barreto, que habia recorrido el terreno, El sefior General Torres se encargé de atacar la derecha y centro de las posiciones enemigas con los batallones "Bogota" con los Cazadores Montados y Husares de la Guardia, quedaron de reserva bajo el fuego de la artilleria enemiga. El sefior General Torres no pudo penetrar de modo alguno nuestra derecha, y se vié obligado, para efectuar su ataque, a caer sobre el terrible centro que cubria el enemigo con toda ja artilleria y fusileros. El ardor de este General Io Ilevé hasta los abatidos sobre los cuales no pudo penetrar alli nuestros esfuerzos fueron impotentes, y los fuegos del enemigo, mortiferos. La metralla hacia estragos horrorosos en aquella impavidisima columna. Los fusileros enemigos dirigian sus fuegos con el acierto mas funesto para nosotros, 88 En media hora, el General, todos los jefes y oficiales, excepto seis, y una centena de hombres fueron muertos o heridos, sin dar un paso atrds, y por el contrario rechazando valerosamente cuantas tentativas hizo el enemigo por completar su destruccién. Elsefior Coronel Lucas Carvajal sucedié al sefior General Torres, y fue igual- mente herido. El Teniente Coronel graduado Luque tomé el mando de! batall6n “Bogota” por la herida del Comandante de “Vargas”, Teniente Coronel Garcfa, que desde el principio de la accién tuvo una herida y tres contusiones, estuvo constan- temente enel campo de batalla, mandando las reliquias de su valiente batalién y ain se le vefa sentado con una fusil en la mano, batiéndose como un soldado. Mientras tanto el sefior General Valdés, pic a tierra, con la audacia y el talento militar que siempre lo han distinguido, trepaba por las faldas del volc4n con et batallén “Rifles” por donde realmente era imposible. Las tropas para subir tenfan que clavar las bayonetas para poderse apoyar y dar un paso adelante, Esta falda estaba defendida por tres compafifas selectas del batall6n Aragén, pero nuestros Rifles que fueron en este dfa superiores a sf mismos, sin disparar un tiro, llegando ala bayoneta, dispersaron, mataron o hirieron estas tres compafifas que’a culatazos pudieron defenderse. La primera y segunda de Rifles, a tas 6rdenes de sus bravos capitanes, Tenientes Coroneles graduados Ramfrez y Wright, lograron al fin coronar la cima de la posicién enemiga, mientras el resto del batallén, por la dificultad del terreno con mas lentitud segufael mismo movimiento. En fin, después de tres horas de combate, el enemigo se encontré flanqueado y atin cortado y la acci6n decidida por nuestras tropas; desgraciadamente era de noche y no se podfa conocer los amigos o enemigos; asf la obscuridad salv6 de una destrucci6n total las topas enemigas. Al ver S.E. , aunque muy confusamente, que el enemigo estaba cortado, mando media hora antes de la noche al bravo Batallon “Vencedor” a las 6rdenes de su benemérito Comandante Teniente Coronel Pulido, que tomase a bayoneta las trincheras y los parapetos del enemigo que defendfan con su artillerfa y fusileros para impedir que todas las fuerzas contrarias cargasen sobre el batallén de “Rifles”, como se logré en efecto esta diversién, pero a costa de ochenta hombres que perdimos en menos de veinte minutos; habiendo quedado gravemente herido el bravo Capitan graduado Teniente Coronel Manuel Morillo. El batallén “Rifles”, mas dichoso que los otros, apenas tuvo cincuenta y cinco muertos y heridos, entre los primeros debemos hacer una particular mencién del Capitan Featherstonetaugh, que sable en mano se abrfa paso entre los enemigos y recibié la muerte de un bayonetazo. 89 La pérdida del enemigo, segtin su propia confesién, pasa de 250 hombres. entre muertos y heridos, prisioneros y dispersos, no debiendo extraflarse esta des- Proporcién, porque combatiendo perfectamente a cubierto nos era casi imposible hacer estragos por nuestra parte. Nosotros duefios del campo de batalla, de sus piezas de artillerfa, de todos sus despojos, de algunos prisioneros y de la mayor parte de sus heridos; pero sin la noche todo este cuerpo debié haber quedado en nuestro poder, pues e! mismo Comandante Garcfa no pudo retirarse sino a Ja cabeza de 60 hombres en medio de Jas tinieblas y chocando a cada instante con nuestras avanzadas, que no podfan moverse porque estaban rodeados de precipicios que no conocfan, por haber ocupado aquel terreno durante la obscuridad. Alostalentos y virtudes militares del sefior General Valdés debe ta Republica esta victoria como también al invencible del batallén “Rifles” y a los sefiores Coroneles Barreto y Sandes, y Tenientes Coroneles graduados Ram{rez. y Wright. EI sefior General Torres, que fue gravemente herido a ia cabeza de su columna, merece un elogio mas particular por su rara intrepidez, y no merecen menos, este mismo elogio, los batallones “Bogota” y “Vargas”, de los cuales se puede decir que fue facil destruirlos pero imposible vencerlos; sus Comandantes Paris y Garcfa son dignos de una panticular recomendaci6n; igualmente el Jefe de E.M. Teniente Coronel Murgueitio, los Mayores Galindo y Valencia y el Capitan graduado de Teniente Coronel, Vicente Micolta y el Capitén Joaquin Barrera todos heridos, aunque levemente. S.E. el Libertador ha confesado altamente que el dolor de ver a tan bravos soldados tendidos en el campo, no ha podido aliviarlo, sino la satisfaccién de haber visto su guardia no sélo sostener su brillante reputacién, sino superarla con mucho, combatiendo con mas valor que nunca. En el campo mismo de batalla ha dado los siguientes ascensos: Al sefior General de Brigada Manue] Valdés a General de Division, al sefior General de Brigada Torres a General de Divisién, al sefior Coronel Barreto a General de Brigada, al sefior Comandante Sandes a Coronel vivo y efectivo, a los Comandantes de “Bogota” y “Vargas” al grado de Coronel y al mismo grado al Teniente Coronel Pedro Murgueitio, al abanderado del Rifles y al Sargento Primero del mismo cuerpo Feliciano Martinez a Subtenientes del mismo batallén. Esto ultimos tuvieron unaconducta muy distinguida, y ain masel Capitan dela 1a. Teniente Coronel Carlos Ram{rez. Los Escuadrones de Gufas, alas érdenes del Teniente Coronel Calder6n, sufrieron torrentes de fuego, con una alegria 90 imperturbable, y los Comandantes de “Husares” Laurencio Silva, y de “Cazadores montados” Juan José Flores, no pudiendo participar por la imposiblidad del terreno, con sus escuadrones, de la gloria del peligro, ardfan por volar con sus caballos por sobre las rocas escarpadas de Cariaco. Su Excelencia, en fin, se considera deudor ala Guardia de una victoria gloriosa, que ofre a los anales militares de Colombia. Dios, etc. Cuartel Gral. en Bomboné, a 8 de abril de 1822. El General Jefe, Bartolomé Salom COMENTARIOS “En campafiadel Sur” cuyo autor es el Mayor de Ejército de Colombia Don Roberto Ibafiez S., su prologuista Don Enrique Uribe White, refiriéndose ala Batalla de Bomboné, repite lo dicho por el Coronel Alb. Lozano: “Algunos comentaristas, no muchos, critican la forma como se planed y desarrollé csta batalla, y sus resultados negativos... Hoy cuando se conocen los resultados de esta avci6n militar, tales comentarios hacen fabulosos planteamientos tdcticos, y comentarios para demostrar que allf se cometieron graves errores. Pero sittiense en esa época, con los medios que existian, y piensen si, como comandante de las tropas, habrfan tomado las decisiones mas acordes con la situacién del momento, y habrian logrado lo que ct Genio de América consiguié para la libertad del Continente. Por otro lado, en el mismo libro, encontramos la opinién de don Rafael Gémez Hoyos: “Muy criticada ha sido esa accién de guerra por los enemigos de Bolivar, de ayer y de hoy, y hasta ha creado desconcierto en historiadores que defienden su gloria... Sin Bombond el triunfo de Pichincha se habrfa dificultado enormemente y quiz4 demorado... Tuvo, pues, Bomboné efectos victoriosos y de suma importancia para las armas republicanas, asf hubieran sido conquistadas con abundancia de sangre generosa y derroche de herofsmo”. Y el doctor Alirio Gémez Picén, que fuera Embajador de Colombia en Quito, se expresa asf: “Para algunos comentaristas y estrategas Bolfvar pudo haber exclamado a rafz de Bomboné, como Pirro, vencedor en Heraclea: “Con otra victoria como ésta estoy perdido”. Don Vicente Lecuna, ilustre historiador grancolombiano, se expresa asf: “La Batalla de Bomboné no fue inutil... Gracias a ella las fuerzas realistas de Pasto no concurrieron a defender Quito. 91 CAPITULO VII CALLAO Pese al triunfo de los patriotas en la batalla de Ayacucho, y a la derrota de los -espafioles en Bolivia, al mando de Olafieta, encerrado en los fuertes del Callao continuaba Rodil, empecinado en defender la plaza. No reconocié el tratado firmado por Canterac en Ayacucho, no se amedentré ni siquiera sabiendo que los barcos libertadores se acercaban al Callao. Habfa obtenido el refuerzo de sus pocos bajeles con la llegada de los navios “Asia” y “Aquiles”, que pertenecfan a la base naval espafiola de Filipinas, y que vinieron a reforzar los pocos buques que obedecfan sus ordenes: lacorbeta “Victoria de Ica” y los bergantines “Pezuela”, “Moyano” y “Constante” y unas pocas lanchas cafioneras. Mientras tanto las naves patriotas ancladas en Guayaquil esperaban 6rdenes. El bergantin “Chimborazo” que tenfa tripulacién guayaquilefia y estaba siendo reparado en los astilleros de Guayaquil, debfa salir para el Callao junto con la “Pichincha” tripulada por marineros peruanos y colombianos, comandados en su mayorfa por oficialidad inglesa, para incorporarse a la escuadra que obedecfa las 6rdenes del Almirante Guisse, contandose entre esos los capturados en el Callao. Estaba, pues, anclado el “Chimborazo"’en la rfa de Guayaquil, cuando recibié la orden de trasladarse a Ja costa norte del Peri para llevar al Libertador al Sur, debiendo incorporarse a la Armada el Tenicnte Coronel Tomds Carlos Wright, con 93 su grado correspondiente de Marina de Capitén de Navfo, y de acuerdo con las ordenanzas navales en vigencia. Se habfa distinguido en la fuerza terrestre cn las diversas campafias de la Independencia, pero Bolfvar conociendo que en su juventud fue alumno de Ja Escuela naval de Portsmouth, como hemos dicho antes, dispuso que comandara dicha nave. Con este motivo Wright iba a desemperiar brillante papel en el sitio del Callao. Adjuntamos copia del oficio del Intendente del Depanamento de fecha Marzo 17 de 1824, dirigido al Sefior Ministro de Estado y del Despacho de Marina, el cual es suficientemente explicito para avalizar el grado de Capitdn de Navio del CPFG Tomés Carlos Wright, y cl nombramiento de Comandante General de la Escuadrilla para viajar al Callao. Intendencia del Departamento, Marzo 17 de 1824 Al Sefior Ministro de Estado y del Despacho de Marina Tengo el honor de participar a Vuestra Sefioria que con fecha 12 de febrero ultimo ha nombrado Su Excelencia el Libertador, Comandante General de la Escuadritla de este Departamento y elevadoa la clase de Capitan de Navio al sefior Thomas Carlos Wright. Igualmente pongo en noticia de Vues- tra Sefioria que Su Excelencia ha expedido despacho de Tenien- te de Navio en 3 de enero ultimo al sefior Thomas Woolridge oficial que fue de la Escuadra de Chile, el mismo que es hoy Comandante accidental del Chimborazo, por haber sido depues- to el Teniente Coronel Santiago Ramsay que lo era en propie- dad, aunque no se ha confirmado todavia la sentencia por el sefior Jefe Superior de estos despachos a quien se remitio el proceso. Dios guarde a Vuestra Sefioria AHBM(G, Doe. Aut. (1820-1909), II, 41 T.95 94 Efectivamente, al mando de su nave el Comandante Wright emprendi6 viaje al Callao y al arribar a dicho puerto avist6 los poderosos bergantines “Asia” y “Aquiles”, que trataban de cafionear a nuestros pequefios buques que amagaban a Ja fortaleza del Callao. Asf las cosas el Comandante Wright, empleando ta estrategia aprendida en la Marina inglesa, a bordo de su buque el “Chimborazo”, trab6 combate con el “Aquiles” para facilitar la accién aislada del “Asia” con la “Protector” nave insignia de Guisse. Pero en ese afan se colocé dentro del alcance de los potentes cafiones del “Asia”, logrando el Comandante Wright, mediante una inteligente maniobra naval, -inclinando su nave a estribor y tomando viento favorable-, sin dejar de disparar a su nave contrincante el “Aquiles”. Sin abandonar el sector de] combate, se constituy6 en una distraccién para el enemigo, dando oportunidad para que puedan salir mar afuera los demas buques de Guisse. Esto motiv6 que el propio Libertador en carta del 10 de noviembre de 1824, datada en Chancay dijera del futuro Almirante: "Wright, como siempre, se ports muy bien, ratificando asf el elogio que de nuestra nave “Chimborazo” y su tripulacién, dijera luego el Almirante Guisse, En esa misma carta, Bolfvar, alabando la accién de Wright dice que la Pichincha actué muy mal y declara que, por culpa de no haber actuado dicha nave no se pudo obtener mayor victoria; como si esa nave, desde entonces, estuviera fatalmente destinada a hacer fracasar las acciones navales en que intervino...! El “Patriota” de Guayaquil, en su némero doce del 20 de diciembre de 1824, reproduce una carta procedente del Callao indicando que el dia 7 entré en la bahfa de ese puerto el Vice Almirante con 5 buques de guerra, colocdndose bajo el fuego de los fortines y del Asia, fondearido al ponerse el sol, entre los castitlos y laescuadra espafiola, agregéndose que al amanecer los buques espafioles levaron anclas: el "Asia" de 12 caflones, la corbeta "Victoria de Ica" de 30 cajiones, el bergantin “Aquiles” de 20, el bergantin “Pezueia” de 18 y el bergantin “Constante” de 14. La escuadra republicana se dirigié mar afuera seguida de 1a espafiola, Una fuerte neblina les impidié ver sus respectivas situaciones, pero al aclararse el 95 horizonte se dieron cuenta que la “Protector” se hallaba a sotavento de la proa del “Asia”, ‘a distancia de tiro fusil” hacia San Lorenzo, por lo que se deduce, segtin esa informaci6n que la idea de Guisse fue obligar a la escuadra espafiola a maniobrar mar afuera; pero se considers que los espafioles no querfan empefiarse en ninguna accion, a pesar de tener ventaja cn el andar, diciéndose en esa informacién que “segufa por la popa del Protector dando pruebas de su cobardfa...” Se dijo también que las Escuadras siguieron paralelas por 4 horas, hasta que Jos espafioles decidieron regresar “‘triunfantes” al Callao. Eso de “triunfantes” se ponfa allf por sorna; pero en verdad los espafioles consiguieron su objeto de alejar los buques republicanos del Callao, debilitarlos en un andar forzado, que realmente les hizo dafio y les obligé luego a larga carena en Jos astilleros de Guayaquil, al mismo tiempo que les enteraba que todavia posefan una escuadra con mejor velamen y que no estaban dispuestos a “agrandar el muelle del Callao qued4ndose acoderados". En esa misma edicién se publicé el parte de Guisse diciendo que “después supo que habfa causado dafios al “Asia” con sus balas y la muerte de 9 marineros. Todas esas publicaciones constitufan propaganda para Guisse, de qyien se hablaba con calor en Guayaquil; pero al mismo tiempo los entendidos en aguntos navales y en guerras marftimas vieron en ta presencia de Guisse y el “Protector” en Ja rfa 1a proximidad de nuestra intervencidn directa; atin cuando en el numero 13 del 27 de diciembre de dicho periédico “EI Patriota” de Guayaquil se aseguraba que desde el dia 12 no habfa ni un solo barco de guerra en el Callao. Cuando leg6 al Callao Ia noticia del desastre espaftol en Ayacucho, el jefe de Jos barcos espajioles, CPNV Roque Cruzeta, intuy6 perdida ta causa y abandond el puerto con rumbo a Filipinas, rebelandose la marinerfa del bergantin Constante ala altura de las islas Marianas, presos los oficiales, y siguiendo rumbo a Méjico; hecho que Jo imitaron los tripulantes del Aquiles, y pusieron rambo a Chile. La Escuadra del Peni formada por San Martin constaba de los siguientes buques: Fragata “PRUEBA” (Protector) 50 cafiones Cap. Esmond. Fragata “VENGANZA” 44 cafiones Cap. Carter Corbeta “LIMENA” 26 caflones Corbeta O’HIGGINS” 22 cafiones 96 Corbeta "EMPERADOR ALEJANDRO” 18 cafiones Cap. Young Bergantfn “BELGRANO” 18 cafiones Cap. Prunier Bergantfn “VALCARCEL” 18 cafiones Bergantin “NANCY” Goleta “CRUZ” 15 cafiones Cap. Gult Goleta “SACRAMENTO” Cap. Wickan Goleta “ESTRELLA” Cap. Reading Goleta “MACEDONIA” No olvidemos que en 1820 la Escuadra chilena al mando del Almirante Cochrane, habfa venido a prestar su contingente para libertar al Peni; dichaescuadra estaba sujeta a las 6rdenes del General San Martin en lo concemiente a maniobras militares, debiendo entenderse en todo lo demas con el gobiemo de Chile. De acuerdo con un convenio anterior, 1a escuadra chilena debfa recibir en calidad de prima la paga de un afio de sueldo, por cada individuo, segtin su clase, tan pronto como el cjército revolucionario entrara en Lima; ademas debfan cubrirse los atrasos que se debieran. Estas promesas no se cumplieron pese a las sucesivas llamadas de atencién del ALM. Cochrane, quien amenaz6 con transferir la escuadra a otra nacién. San Martin contest6 con halagadoras promesas que no se cumplieron, pro- vocando la ira de los tripulantes. Al mismo tiempo el general Canterac amenazaba con tomarse de nuevo el Callao, por lo cual San Martin orden6 trasladar los dineros que habfan en la Casa de Moneda de Lima al poblado de Anc6n, medida que enardecié a Jos tripulantes de la Escuadra al percatarse que si habia dinero con que pagaries, por lo cual, temiendo una rebeli6n, el Almirante resolvié apoderarse “manu militare” de dicho capital, como en efecto lo hizo, cubriendo los haberes que se debfan a sus subordinados, sin reservarse nada para sf. Se exasperé San Mart{n, y desde entonces las relaciones amistosas entre los dos jefes se rompieron, Esta situacién trajo como consecuencia que San Martin pensara en la formacién de la Escuadra del Perd, para lo cual resolvieron atraerse todos los tripulantes chilenos con muy buen éxito, por lo cual el Alm. Cochrane resolvié Tegresar a Chile, en vista de que habfan desertado 23 oficiales y gran nimero de tripulantes. 97 Anieriommente hemos descrito con que buques se formé la Escuadra del Peri. En 1821, el Protector San Martin despleg6 gran actividad para establecer en los pueblos libres de América, principiando por el Peri, la monarqufa, pero el gobierno de Chile se opuso terminantemente, logrando acabar con estos desacier- tos, Como apoyo de este desaguisado San Martin habfa creado la aristocratica Orden del Sol, en que se reconocfan tres clases de miembros: fundadores, beneméritos y asociados. Estas clases tendrfan ciertas armas, premios y prerrogativas y se conferfan Previos algunos requisitos. Desde luego eran reconocidos como fundadores los altos funcionarios piiblicos, judiciales y militares. Todos estos honores se hereda- rfan de hijos a nietos, siempre que el Gran Consejo de la Orden denegara dicha herencia por conducta reprensible. Para establecer la noble corporacién se le atribufan 40.000 pesos que, por cédulas reales, se habfan impuesto sobre las mitras e iglesias de Indias para las 6rdenes de Carlos II] ¢ Isabel la Cat6lica. Se condecors, entre otras personas, a Manuelita S4enz y a Rosita Camposa- no, amantes de Bolfvar y San Martin, en su orden. En tanto que Bolivar avanzaba a Guayaquil, San Mart{n deseaba encontrar- se con el Libertador, para lo cual encargé el Poder Ejecutivo al Marqués de Torre- Tagle, con el titulo de Supremo Delegado. {Quién era Torre-Tagle? Nada menos que don José Bernardo Torte-Tagle, cuarto marqués de Torre-Tagle por gracia del Rey Felipe V a su bisabuelo Dn. José de Tagle y Bracho, el 26 de noviembre de 1730, Comisario de Guerra y Marina por juro de heredad, Caballero de las Ordenes de Santiago, Carlos III y la Flor de Lys de Francia; nacié en Lima el 21 de marzo de 1779. Fueron sus padres Don José Manuel de Tagle e Isagaza, tercer marqués de Torre-Tagle y dofia Josefa Portoca- irero y Zamudio, descendiente del Conde de la Monclova, vigésimo tercer virrey del Peri... Muri6, junto con su familia, en el sitio del Callao, en cuyos castillos se habfa encerrado con Rodil. 98 En las condiciones fijadas después de la batalla de Ayacucho, constaba Ja devolucién del Callao; pero Rodil se negé a ello, y tanto el fragmentado gobiemo del Peré (mantenido sdlo por el mando de Bolfvar que sostenfa e] Congreso) como el de Colombia resolvieron enviar conjuntamente sus barcos para terminar con el sitio del Callao, el cual fue el mds largo y penoso sitio de la guerra de la Independencia en América, sitio que, fuera de los meses anteriores en que ¢} Callao pas6 de manos varias veces, duré un afio y un mes, pues termin6 23 de enero de 1826 con la firma de las capituiaciones, actuando en ese tratado por parte del Peri el Teniente Coronel Artillero Manuel Larenas, el General de Brigada José Bme, Salom, Comandante de las Fuerzas Militares de tierra; por Colombiael Vicealmirante Juan Mlingworth Hant; representando a Rodil concurrieron el Teniente Coronel de Artilleria Francisco Duro y el Teniente Coronel de Ingenieros Eduardo Villazén. Tan terrible fue el sitio que el historiador Roberto Andrade, afirma que el peruano Torre-Tagle, monérquico por excelencia, que se habfa refugiado en los castillos del Callao en unién de su familia, murieron por hambre como hemos descrito mas arriba, en tanto que el Ministro Berindoaga, fue fusilado por los republicanos. Encontramos en el libro “Recuerdos” del General Francisco Burdett O'Con- nor, -a propésito de este tema- lo siguiente: “...¢] 9 de diciembre de 1825, aniversario de la batalla de Ayacucho, fue la primera noche que pas¢ a bordo de! “‘Chimbora- zo”, anclado en Cobija, y el Comodoro que mandaba el mencionado bergant{n, era el Capitan de Navfo Carlos Wright, del balall6n Rifles... habia servido en su batallén en la batalla de Ayacucho, y sabiendo el Libertador que habia sido guardiamarina enel servicio inglés, que equivale a cadete en el ejército, le nombré Comodoro de la escuadra colombiana en el Pacffico..., y esto por necesidad, tan escasos eran los marinos... al dfa siguiente emprendimos el reconocimiento de todos los puerios mencionados en las instrucciones y hallamos que el de Cobija tenfa el mejor fondo para ancla y el puerto mas c6modo. Me separé del Comodoro en el puerto de Loa, que no es mas que una rada, y con cl agua de] rfo Loa, tan salada, que no se puede beber... El Comodoro se dirigié al pucrto de Arica a tomar a su bordo al Libertador de regreso de Chuquisaca, para Ilevarlo a Lima”. 99 CAPITULO VIII MALPELO Gee Desde los primeros meses del afio 1828 empezaron las atrevidas escaramu- zas del Peni contra la Gran Colombia. Asf, por ejemplo, el 21 de febrero un capitén Orellana, comandante de un destacamento peruano acantonado en la frontera Sur pasaré la Iinea del Macar4 con 4 soldados, ocupard la poblaci6n de Zapotillo, jurisdiccién de la provincia de Loja, eizard el pabellén peruano. A comicnzos del mes de julio el cuartel general peruano que acantonaba en Piura se acercaba peligrosamente a la linea de frontera, yen los primeros dfas de Agosto la corbeta peruana Libertad atrevidamente hacfa cruceros entre Tumbes y la isla del Muerto, registrando a los buques nacionales 0 extranjeros que navegarAn por esas latitudes, cercanas a Guayaquil. Mientras tanto, engafiosamente el gobierno peruano habfa acreditado ante el gobiemo de Quito un plenipotenciario de apellido Villa; venfa a contestar los cargos que cada cierto tiempo tenfa que hacer el gobiemo de Colombia al de la nacién vecina del sur. Don José Villa trataba mafiosamente de engafiar al gobierno de Bogoté, ofreciendo y no cumpliendo, y cuando se le argumenté que habfa un tratado firmado por representantes debidamente acreditados (tratado Castillo-Portocarre- ro) de fecha 18 de marzo de 1823, ladinamente, expresé que Portocarrero no habia tenido poderes legftimos y que era nulo. 104 Irritados los dnimos se conceptué que no debfa tolerarse tanta mala fé, cuando venfa a ponerse en duda la validez de un tratado por el cual el Pert era deudor de su independencia, por lo cual se le concedié los pasaportes que solicit6, pero se le indicé que debfa viajar por la ruta Ibagué- Buenaventura. Se supo después que habia mantenido contubemios con el partido de oposicién al partido de Bolfvar, a quien habfan tratado de asesinar. “Con menos prevenciones de una y de otra parte se habrfa evitado, talvés, esa guerra escandalosa de dos naciones hermanas que acababan de combatir juntas por Ja independencia americana”. Con tales antecedentes era diffcil que Colombia dejase de aceptar la guerra que se le hacfa antes de estar declarada; era imposible que Bolfvar lastimado por la ingratitud de un gobierno que le debja la libertad recibiese con paciencia los ultrajes hechos a su patria. Publicé, entonces, una proclama el 3 de julio del aflo 28 y luego un manifiesto exponiendo las razones que tenfa Colombia para este acto bélico. Las razones eran explfcitas: el tratamiento grosero dado a nuestro plenipotenciario sefior Armero; el recibo en su pafs de los traidores, a los que acogieron como refugiados; violencia cometida contra el Comandante M4rquez que llevaba a Bolivia un correo diplom4- tico; y otra igual cometida contra el Capitan Machuca que conducfa la espada que e] Congreso de} Pent habfa obsequiado al Mariscal de Ayacucho; la retenci6n de las provincias de Jaen y Mainas; el haber negado el transito alas tropas colombianas que regresaban de Bolivia; en los preparativos que publicamente hacfan los peruanos para la guerra fratricida contra Bolivia; y por fin, en el rompimiento de hostilidades con la ocupacién de Zapotillo ya referida..."El Gobierno de Colombia emprende esta guerra contra su voluntad..." Colombianos dei Sur: Os convido solemnemente a armaros contra esos miserables que ya han violado el suclo de nuestra hija, y que intentan atin profanar el seno de Ja madre de Jos héroes. Armaos, colombianos det Sur. Volad alas fronteras'del Perd y esperad allfla hora de la vindicta. Mi presencia entre vosotros scrd la sefial del combate" proclamaba el Libertador. El resultado de esta declaracion fue que cl Presidente Lamar, recogiera el guante con ansiedad, no como resultado de la provocacién que se ‘ce hacfa, siné como resoluci6n tomada tiempo atrds. Un peruano ex-presidente del Peni, Riva-Agilero, desde Santiago de Chile, el 12 de sctiembre de 1828, lanz6 la siguiente proclama: “Peruanos... Torre-Tagle, Berindoaga, Galdiano, e innumerables otros connacionales cambiaron ta cucarda 102 bicolor por la escarapela de sangre, y el Pert serfa espajiol si el genio de Bolfvar no se hubiera opuesto”. “Esos hombres que entonces trataron de vender la patria al enemigo comin, son los mismos que ahora os han empefiado en una lucha nefanda con una nacién belicosa. La guerra que hacéis a Colombia es impolitica y os cubriré de ignominia. Las quejas personales del General Lamar no son causas justas para la guerra... Desde la Europa he ofdo vuestros clamores... desde la Europa he volado a salvaros”. Bolfvar, aun después de la declaracién de guerra, busc6, por advertencia del Consejo de Estado, la reconciliacién, enviando, con ese objeto a O'Leary para que pidiese suspensién de hostilidades. Dicha comisi6n no surtié efecto. Mientras tanto el general en jefe del ejército del sur era Juan José Flores, quien estaba vigilante acerca de los movimientos peruanos: en las cabeceras cantonales, reunfa vituallas, ropas, armamento, reclutaba hombres, en fin, ponfa a sus tropas en pie de guerra; con tino, sin descanso. Lo tinico que le faltaba eran rentas para mantener y aumentar el ejército, logrando tener tranquilas las tropas. Por otro lado la corbeta peruana “Libertad” de 22 cafiones de a 24 surcaba, nuestras aguas, atentando contra nuestra soberanfa, en agosto de 1828. Esta situacion did lugar a que el General Flores, desde Cuenca, ordenase al Intendente de Guayaquil que armara unos cuantos buques para ir a pedir explicaciones a “la Libenad”. Con tal objeto el Intendente, General Illingworth, que hacfa también de Co- mandante del Apostadero Naval, ordenaba aparejar la goleta “Guayaquilefia”, fuerte de 12 cafiones de a 12, y la corbeta “Pichincha”, nombrando como Comodoro de las mismas al Capitan de Navfo Tomas Carlos Wright y disponiendo que salicra el 27 de agosto en busca de naves enemigas. El 31, Wright avist6 la nave peruana “Libertad”, fondeada en la Punta Malpelo, en las inmediaciones de Tumbes. EI plan del Almirante Illingworth consistfa en mandar la “Guayaquilefia” y la “Pichincha” a drdenes del intrépido Capitan de Navfo don Tomas Carlos Wright para que se apoderara de !a corbeta “Libertad”, en la seguridad de que esta corbeta romperfa las hostilidades”. 103 Obtenido esto, debfa Wright, aparejando su buque con la “Libertad” ir a los Iamados “‘puertos intermedios’’, apresar la goleta “Macedonia”, que deberfa estar en Arica o Islay, espetando embarcar las tropas del General Gamarra, para impedirlo, y atraer la fragata “Protector” sobre aquella costa en persecucién de nuestros buques, y dar lugar a que llegaran los refuerzos de Panam4, Dice el Almirante Illingworth en carta dirigida al Libertador datada el 6 de setiembre, entre otras cosas, lo siguiente: “El adjunto ejemplar de “El Colombia- no” impondrd a V.E. del resultado, segtin se ha DADO AL PUBLICO Y QUE, A LA VERDAD, no ha correspondido a las bien fundadas esperanzas que tuvimos de un éxito feliz... Mas, fuera de Ja absoluta confianza que me merecian los Comandan- tes de ambos buques y el valor del Coronel Wright, yo no podfa en tales circunstan- cias, abandonar el Departamento, con el riesgo de no encontrar el buque peruano en el lugar sefialado, y tener que emprender su buisqueda...” “En fin, V.E. ver4, por los documentos publicadas que la cosa tiene el aspecto de una nueva agresion por parte del Peri, y que el valor de nuestros marinos le ha hecho levantar el bloqueo disimulado que tenfan establecido. Este suceso puede inducirles a mandar la fragata “Protector” aqui, pero estamos preparados a resistir”. Como quiera que sea, se empefié cl combate en Malpelo y sus resultados constan en el parte que el valiente Coronel] Wright remitié a la Superioridad, que textualmente dice asf: “Reptiblica de Colombia.- Comandancia de la Divisién Marftima.- A bordo de la goleta de guerra “Guayaquilefia’, al ancla frente ala Punta Centinela, el lo. de setiembre de 1828.- Al sefior General Comandante del Apostadero. “En cumpli- miento de las dltimas 6rdenes de U.S. de 28 del pasado, relativas a la salida de la Goleta “Guayaquilefia” y corbeta “Pichincha”, con el objeto de pedir una explica- ci6n al Comandante de la corbeta de guerra peruana nombrada “Libertad”, que se hallaba cruzando entre la costa de Tumbes y la isla dei Muerto, salf exactamente el 29, como se me previno; y en la madrugada de ayer, avisté dicha corbeta, que se hallaba fondeada frente ala Punta Malpelo. Mas como nos encontrébamos en calma y a mas de diez o doce millas de distancia, tuvo aquel bajel tiempo sobrado para hacer a la vela, como lo verificé mucho antes de que pudiéramos acercarnos. “Asi que principi6 a soplar la brisa, hice sefial a la “Pichincha” para que pasase a mi voz; y entonces ordené verbalmente a su Comandante, siguiera muy de 104 cerca mis movimientos, para que, unida la fuerza, entrar luego en comunicacion con la corbeta. A las dos de la tarde, viendo que la Pichincha no podfa reunfrseme, por su mal andar, determiné acercarme s6lo ala corbeta peruana, bajo el supuesto de que la Pichincha, facilmente y en corto tiempo, podria tomar la posicién que se le habfa sefialado en caso de un choque. “Observando que la corbeta peruana estaba preparada para el combate, y no teniendo otro medio mas pronto para ponerme en inteligencia con ella, que el de acercarme a la voz, lo verifiqué asi, poniéndome por su aleta de barvolento, a distancia de medio tiro de pistola; y entonces, te dirig{ mi palabra, exigiendo la causa porqué se hallaba en un bloqueo disimulado, cruzando sobre la boca de este rio; a Jo que se me contesté con frivolidades y, por tiltimo, rompiendo el fuego, que fue bien contestado por nuestra parte. Encinco minutos estaban ya los dos bajeles amarrados; pero cuidé siempre, al verificar esta maniobra, de dejar el lugar necesario para la amura de proa de barlovento, a que atacase por allf nuestra corbeta “Pichincha”. Desgraciadamente, par6 en parte el viento y ese bajel no lleg6 hasta media hora después: en todo este tiempo, sostuve un fuego vivo de metralla y fusilerfa. A la segunda descarga, viéndome en la posicién citada, intenté abordar a la corbeta; pero cuando of la voz de mando at efecto, observé un incendio por la proa, y poniendo mi primera atencién en apagarlo, lo logré en pocos minutos. Al fin cuando la “Pichincha” se me acercé, ordené a su Comandante atacar inmediatamente por el lugar que se le habfa prevenido; mas no lo hizo asf, y de consiguiente no entré en accién; siendo esta la causa, en mi concepto, de no haber aprisionado la corbeta peruana, cuya tripulaci6n, desde un principio, fue casi en el todo destrozada por este buque, en términos que a fines del combate, se hallaba su cibierta abandonada, desde el palo mayor hasta la popa, sin tener siquiera un timonel; ocasién que habria sido aprovechada por mi, si, como he dicho antes, no me hubiera encontrado casi sin gente disponible. En estas circunstancias, logré el buque peruano cortar las espfas con que estébamos amarrados, y nos separamos mutuamente, a reparar nuestrar averfas; las que, de mi parte, constan de una ancla perdida, estdis, bordas y casi toda la jarcia pendiente, trazada; bauprés y cebadora, pasados de bala; y en fin, otras mil averfas que serfa demasiado largo relatar. Aunque la “Pichincha” no ha tomado su parte correspondiente en la acci6n, de ningtin modo puede acusarse a su Comandante de deseos de evitarlo, porque es 105 un oficial de bastante valor, de lo cual tengo sobradas pruebas antes de ahora. (Era el Teniente de Fragata Juan Undsworth, que habfa servido desde marinero de primera clase en la marina colombiana, comenzando en 1815. Fue herido en la sublevacién que ocurrié en Taboga). Su buque acercéndose a la “Guayaquilefia” cuando estébamos en Ia acci6n fue tomado por avante, mas por casualidad que de intento del que Jo mandaba; y 1a tinica cosa de que es culpable este Oficial, es la entera falta de disposicién y de no haber obrado con actividad, Pasaré, con inmenso dolor de corazén, a poner en conocimiento de U.S. las pérdidas personales que hemos sufrido: 24 muertos y 36 heridos: entre los primeros se cuentan el valiente Alférez. de Navfo Juan Gonzalez, un cabo, seis soldados de ta guamicién y 17 marineros; y entre los segundos, el Comandante de esta Goleta Teniente de Navio Claudio Johnston, y el Alférez de Navfo José Marfa Urbina, 3 cabos, 9 soldados, 22 marineros y el Teniente de Fragata Juan Undsworth, contuso. Aunque no he logrado vengar la atroz agresi6n cometida por la corbeta, cap- turéndola, por la falta de la Pichincha, serfa una negligencia imperdonable, si no recomendara a U.S., mui particularmente, para conocimiento del Supremo Gobier- no, la heroica conducta de estos bravos oficiales a quienes tengo el sentimiento de ver heridos y contusos. La intrepidez del subtenienie Juan Vergara, Comandante de la guamicion de este bajel es mui recomendable; y ultimamente los esfuerzos extraordinarios que han tenido que hacer todos mis oficiales, para sostener, en un combate tan desigual, el timbre de las armas colombianas, con una tripulacién tan moderna y un buque tan pequefio respecto al peruano, son dignos de no olvidarse. La tropa ha cumplido con su deber, y es acreedora a todo elogio; pues, sila tripulacién hubiera sido tan veterana como efla, habria, sin duda, cafdo la corbeta peruana en nuestras manos; pero ya que esto, por una desgracia, no ha sucedido, puedo asegurar a U.S. que la marina de! Peri ha recibido una leccién escarmenta- dora, de la del Sur de Colombia. Asi que me vf separado de la acci6n, hice sefiales sucesivas a la “Pichincha”, Pera que pasase a la voz, para que se nos acercase y, ultimamente, para que siguiera mis movimientos; todos con la intencién de que, si se me acercaba, atacar por segunda vez; pues ni la excesiva mortandad, ni las muchas averfas que sufrid este buque, podfan haberme contenido, si la “Pichincha”, hubicra obsevado mis sefiales. 106

También podría gustarte