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MARIA VICTORIA FERNANDEZ CASO RAQUEL GUREVICH (coordinadoras) Jorge Blanco ¢ Silvia L. Bocero Pablo Ciccolella « Maria Victoria Fernandez Caso Silvina Quintero ¢ Carlos Reboratti GEOGRAFIA Nuevos temas, nuevas preguntas Un temario para su ensefianza ; i i | 4 | Raquel Gurevich * Claudia E, Natenzon ! ; i : P } Espacio y territorio: elementos tedrico-conceptuales implicados en el andlisis geogratico Jorge Blanca Introducci6n Los inieios del siglo xx nos presentan un mundo complejo y eambian- te, en el que las contradicciones son cada vez mas exacerbadas; lugares, ciudades, regiones y paises se hallan en répida transformaeién. Pero no se trata de un movirniento unidireccional ni ficilmente encasillable; an- tes bien, estas transformaciones parecen caracterizarse, al mismo tiempo, por Ja homogeneidad y la diferenciacién, la aceleracién y el letargo, la uni- ficacién y la fragmentacién, la convergencia y la desigualdad, la inelusién y la exelusién. Nuevas tecnologias, nuevas necesidades sociales, nuevos actores, nue- vas formas de organizacién del trabajo, “novedades” que pereibimos a dia- rie, pero que deberfan obligarnos a reflexionar acerca de las permanen- cias, las resistencias, las articulaciones que estén asociadas con cada uno de estos aspectos Frente a la multiplicidad de procesos simulténeos y contradietorios, se requiere de explicaciones complejas y de instrumentos variados que nos ayuden a comprender el mundo contemporéneo: un mundo que se mueve con distintas velocidades y que articula multiples escelas. {Como se sittia la geografia en esta realidad? {Qué aportes puede rea- liga a su comprensién? {Qué conceptos de la disciplina pueden ayudar a entender y a ensefiar la complejidad del mundo contemporneo? En este capitulo la atencién se concentrard en un concepto clave para la discipli- na —el de espacio geografico-, a fin de desarrollar algunas perspectivas que lo hacen fructifero como herramienta para entender y explicar parte de esta realidad, El coneepto de espacio geografico se prosta a distintas interpretaciones y perspectivas. En esta oportunidad se sefialarén algunas de ellas sin in- tentar presentar una definicién acabada. La intencidm que gufa este tex- 137] 38 Jorge Banco to es la de abrir las multiples facetas que aparecen involucradas en su de- finieién y acerear algunas propuestas que se han presentado desde la geo- grafia critica en los tiltimos aiios. Sobre los conceptos clave en geografia A lo largo de la historia de la disciplina diferentes conceptos han ac- tuado como nociones clave a la hora de oxplicitar eémo se entendian las relaciones entre la sociedad y el medio en el que vive. Estos conceptos cla- ve estdn en estrecha interaccién con el temario de la disciplina: permiten una lectura de los distintos temas y cuestiones, al tiempo que dan forma a la constraccién del temario. Asi, por un lado, él eoncepto cle espacio geo- grafico esta presente no sdlo en los andlisis teéricos sino en el abordaje de cuestiones ambientales, urbanas, tematicas rurales, cuestiones de desa- rrollo local, de geografia politica, de cireulacién, ete. Por otro lado, muchos de los temas de investigacién en estas areas quedan constituidos como ta- Jes a partir de la perspectiva adoptada sobre el espacio geografico. Roberto L. Corréa (1995: 16) enuncia cudles han sido esos conceptos clave en la historia de la geografia, al sostener que “como ciencia social, la geografia tiene a la sociedad como objeto de estudio, objetivada a tra- vés de cinco conceptos clave que guardan entre s{ un fuerte grado de pa- rentesco, pues todos ellos se refieren a la accién humana modelando la su- perficie terrestre: paisaje, regién, espacio, lugar y territorio®. Desde la institucionalizacién de la geagrafia, paisaje y regién han sido conceptos ordenadores del quchacer de los gedgrafos en el ambito acadé- mico y han formado parte del temario escolar de la diseiplina durante lar- gas décadas. Paisaje y regién no son conceptos univecos y en torno de ellos an planteado diversas discusiones sobre su significado y alcanee (Ca- pel, 1981). De manera andloga, en la actualidad son los conceptos de es pacia, territorio y lugar los que se encuentran en el centro de las preoeu- pacianes de las principales corrientes de pensamiento en la disciplina. A mediados del siglo xx, cl espacio geosrrdfico comienza a ocupar un lu- gar central en el discurso geografieo. En principio, en el desarrollo de las perspectivas neopositivistas, que hablaban de una ciencia espacial y de procesos espaciales. Hacia la década de 1960, las corrientes radicales también utilizan ese concepto de espacio, pero reformulado desde una coneepeién muy diferente, En las perspectivas neopositivistas el espacio es considerado, funda- mentalmente, a través de la nocién de planicie isotrépica. La planicie tropica es una superficie uniforme, con similitud de esfuerzo de movi- miento en cualquier direccién, sobre la eual los gedgrafos neopositivistas Espacio y teritoro: elementos tebrico-conceptvales implizados ene andlsis geogrdtico 39 desplegaban sus modelos de la organizacién espacial. Tanto los viejos mo- delos de la localizacién industrial y los lugares centrales como sus versio- nes renovadas, 0 los que intentan representar la estructura interna de las siudades eon sus gradientes de densidades y costos del suelo, entre otros, asumian este supuesto de una “planicie de lugares iguales sobre la quo se desarrollan las aeeiones y mecanismos econdmicos que llevan ala diferen- siacion del espacio” (Corréa, 1995: 21). Se trata de un espacio con propie- dades geométricas, que remiten a la distancia, la orientacién y la eone- xin. La distancia, medida fundamentalmente a partir del costo del movi- aniento, se transforma en un factor fundamental a la hora de explicar las loealizaciones. En la geografia humanista, por su parte, lugar hace las veces de con- cepto clave, en tanto que el espacio es considerado, fundamentalmente, en su eondieién de espacio vivido. El espacio vivido es percibido a través de los sentidos, de la experiencia, de las ideas, en diferentes instancias que articulan el espacio personal, el del grupo y el mitico-conceptual que “ex- trapola més alla de la evidencia sensorial y de las necesidades inmedia- tas en direccidn hacia estructuras mas abstractas” (Tuan, citado por Co- rréa, 1995: 30). El espacio “se transforma en lugar a medida que lo cono- cemos mejor y la dotamos de valor” (Tuan, citado por Ferreira, 2000), En el caso de la geografia critica, las coneeptos de espacio y espaciali- aad oeupan una posicién central. Aun sin un significado univoco, desde es- ta corriente el espacio ests indisolublemente ligado a la organizacién y el fincionamiento de la sociedad, en particular a los procesos de produccién y de reproduceién social. En esta direceién serdn profundizadas algunas lineas para avanzar sobre el concepto de espacio, Perspectivas sobre el espacio geografico En todos los mareus eonceptuales de referencia, la idea de espacio es 4 asociada con una cierta concepcién de los procesos sociales. En esa re- lacién entre espacio y sociedad Nicolas Hiernaux y Alicia Lind6n (1993) realizan un intento por clasificar las diferentes miradas que estuvieron en boga en las tltimas décadas. Una primera perspeetiva es aquella que coneibe el espacio como sopor- te, como marco y continente de las acciones sociales. “Bajo la categoria de espacio recepticulo 0 continente s@ estan considerando aquellas concep- tualizaciones que tratan al espacio como un mero soporte o sustrato sobre el cual se localizan elementos y relaciones; en otras palabras, como su nombre lo indica, el espacio contiene objetos. Bajo esta premisa, silo es po sible plantear relaciones unidireccionales, con lo cual el espacio pierde la 40. Jorge dlenco posibilidad de ejercer cualquier influencia sobre los elementos y las rela- ‘ciones que en él se manifiestan. lo sumo, en este espacio pueden expre- sarse relaciones entre los elementos, tales como la distancia, a su turno simplificable y medible en tiempo y costo. De esta forma, en esta posture se ineluyen tanto aquellas perspectivas para las cuales el espacio es con- tinente en sentido empirico como también aquellas otras en las que la idea de continente seria entendida a nivel mental y espiritual” (Hiernaux y Lindén, 1993: 91). E] espacio aparece aqui como previamente delimita- do, fijo y, en alguna medida, “dado”, En algunas de las versiones, este pacio delimitado es susceptible de ser deseripto en términos de inventario de hechos fisicos, sociales y econémicos. Su funcidn es ser mero escenario para el despliegue de los procesos econémicns y sociales sobre los que no tiene ninguna influencia. ‘Una segunda linea interpretativa es la que concibe el espacio en direc- ta relacién con la sociedad. Pueden diferenciarse aqui dos vertientes: las que entienden el espacio como producto de las relaciones sociales y las que Jo plantean como una instaneia de la totalidad social, EL espacio como producto social enfatiza el caracter reflejo del espacio, su dependeneia de los procesos sociales que lo modelan y su adaptacién, de alguna manera mecanica, ante los cambios sociales. En esta linea, cl espacio es visto “como una «codificacién» 0 un «reflejo» de la intencionali- dad humana o la estructura social. Esto significa que cualquier explica- cién de la organizacién espacial |...] tenia que ser buseada en lo que per- manecfa primariamente como aespacial” (Gregory y Urri, 1085: 2). Fren- te ala mirada simplificada de la sociedad que plantearon las corrientes, neopositivistas, en la que los modelos respondian a la distineidn de la so- ciedad en productores y consumidores que actuaban siguiendo principios de racionalidad econémica, este énfasis en la produecién social del espa- cio representa un avance significative. Sin embargo, “el espacio queda su- bordinado a las otras instancias que operan en el funcionamiento de la economia y de la sociedad en general” (Hiernaux y Lindén, 1993; 100), es- tando presente la idea de una causalidad directa y no la de una relacion dialéctica. En los tiltimos afios ha cobrado cuerpo un debate ereciente acerea de Ja naturaleza de las relaciones entre sociedad, espacio y tiempo. Es asi co- mo algunos gedgrafos han desarrollado una perspectiva segiin la eual el espacio es una instancia de la totalidad social, en el mismo nivel y con la misma jerarquia que las demas (Santos, 1996; Soja, 1993). Segiin esta perspectiva el espacio participa como condicionante de los procesos socia- Jes al mismo tiempo que como su predueto, en una secuencia de opuestos eomo productor-producido, subordinante-subordinado, presupuesto-con- crecién (Soja, 1985; Hiernaux y Lindén, 1998). En palabras de Doreen Espacio y territori: elementos ico-conceptuales im ados en el andiisis geagratico 4 Massey (1985: 12): “El espacio es un constructo social —si, Pero las velacio- nes sociales estan construidas sobre el espacio, y eso marca una diferen- cia’; y continda: Comprender Ja organizacién espacial dela sociedad, por tanto, es crucial. Es central para nuestra comprensién de las maneras como, funcionan los procesas sociales; para nuestra conceptualizacién de alguno de aquellos procesos, probablemente, y para nuestra eapaci- dad para actuar sobre ellos politicaments, con certoza. (Massey, 1985; 17) El eardeter de condicionante no debe confundirse con un nuevo tipo de determinismo del espacio sobre la sociedad; por el contraria, es una invi- tacién a pensar en las condiciones en que los procesos sociales se territo- rializan, en la fijacién y aeumulacién en el espacio de las decisiones socia- es de diferentes momentos y en el espacio construido como un medio a través del cual las relaciones sociales son producidas y reproducidas. Nue- vamente Massey aporta unas preguntas que permiten situar en elaros términos el problema: Argumentaria que uno ne puede formular un mundo de formas y efectos espaciales, en un modo que recuerde a los aitos de 1960. Pe- ro gqué hay del reverso de ese problema? ;Podemos tener tearias so- ciales sin contenido o delimitacién espacial? gPedemos, validamen- te, presentar procesos, estructuras y mecanismos generativas como si ocurrieran en Ja cabeza de un alfiler? {Bn qué sentido la forma es- | pacial es constitutive de las relaciones sociales? Si lo espacial no es | auténomo de lo social, {puede lo social ser teorizado auténomamen- te de su forma, requerimientos ¢ implieaciones espaciales? (Massey, 1985; 17-18) En este contexto, una aproximacién a la eoneeptualizacin del espacio geografico requicre, entre otras cuestiones, precisar la indole de la rela- espacio y vida social, aportar una visién sobre la transforma- cin de ln naturaleza, identificar los prineipales proeosos y modalidades de produceidn social del espacio y reconocer la historicidad intrinseea del espacio geagriifico, Una nota sintética sobre el concepto de territorio El concepto de territorio también ha ocapado un lugar central en la geografia pero, a diferencia del de espacio, ha sido retomado por prdctica- 2 Jorge Blanco mente todas las corrientes dé pensamiento. Ba su acepeién més general zada, el concepte de territorio leva implicitas las nociones de apropiacion, ejercicio del dominio y control de una porcidn de la superficie terrestre, pero también contiene las ideas de pertenencia y de proyectos que una so- ciedad desarrolla en un espacio dade. Luego de realizar un andlisis etimolégico del término y de su uso en la literatura geogréfica, Marcelo Escolar (1993: 88) coneluye que en su uso actual se “recalean las caracteristicas sociales de esa tierra delimitada en su dimensién jurisdiceional de efectivo dominio, De tal manera que «terri- torio» terminaria signifieando un ambito terrestre delimitado de cjercicio exeluyente del poder” Si bien el ejercicio del poder, la politica y la consecuente remision al Estado estan presentes en todas las definiciones de territorio, hay algu- nas que hacen hincapié en otras dimensiones. Por ejemplo, en su diecio- nario de términos geograficos, Roger Brunet, Robert Ferras y Hervé ‘Théry (1993: 480) sostienen que “la nocién de territorio es a Ja vez juridi- ca, social, cultural, y también afectiva. El territorio implica siempre una |apropiacién del espacio. El territorio no se reduce a una entidad juridica (algunas de entre ellas nunca dan lugar a un sentimiento de identidad eo- lectiva), y tampoco puede ser asimilado a una serie de espacios vivid: sin existencia politica administrativa reconocida [...]. El territorio tien de a la proyeccién sobre un espacio dado de las estructura especificas de un grupo humano, que incluyen el modo de division y de gestién del espa- | cio, el ordenamiento de ese espacio". Los autores recuperan, de esta ma- nera, la intencién de apropiacién con un sentido mas amplio que el de la dimensién politica. La cuestién de la proyeecién sobre un espacio de eiertas estructuras es- ta también presente en Claude Raffestin (1993: 143-144), para quien el territorio es el resultado de una aceién conducida por un actor que se apropia concreta 0 abstractamente de un espacio, De ahi que afirme que “el territorio se forma a partir del espacio”. Por su parte, Wanderley Da Costa (1995) sostiene que en tado tiempo. y lugar las distintas saciedades han valorizado el espacio bajo modalida- des particulares. En ese proceso de valorizacién se pueden reconocer rela- ciones culturales con el espacio: desde los mitos, ritos y sacralizaciones hasta la impregnacién de cultura por Ia aplicacién de su trabajo y sus téc- nieas, por las formas de apropiacién y explotacién de ese espacio, deriva- das de sus necesidades y su modo de produeir. Esta proyeceién que hace todo grupo social de sus necesidades, su organizacidn del trabajo, su cul- tura y sus relaciones de poder sobre un espacio es lo que transforma ese espacio de vivencia y produccién en un territorio, La apropiacién y trans- formacién de un espacio por parte de una sociedad implica entonces la ! Espacio y territori: elementos tedrico-conceptuales implicades en el andlisis geografico 4a construceién de un territorio, su uso, su conversién en un “territorio usa- do” (Santos y Silveira, 2004). > Blterritorio puede entenderse asi como 1a manifestacién conereta, em- pirica, histériea, de todas las consideraciones que en un plano conceptual se hacen en torno del espacio, Bs con este sentido que, en algunas instan- ins de este texto, se remitiré al territorio en vex de hacerlo al espacio Espacio geografico y pracesos sociales El desarrollo de la vida social implica la biisqueda de la satisfaccién de un conjunte de necesidades, variables en distintos momentos histéri- cos y en diferentes contextos geograficos, segin los diversos grupos socia- les y segtin el particular nivel de desarrollo relativo de las técnicas dis- ponibles. La satisfaccién de estas necesidades se realiza a través de la vineulacién con la naturaleza en los procesos de produccién, que son los destinados a la elaboracion de los bicnes y servicios que satisfacen esas necesidades de reproduccidn social. Aunque Neil Smith y Phil O'Keefe (1996) nos advierten que, en el funcionamiento actual del capitalismo, la relacién con Ja naturaleza no puede verse vinculada directamente con las necesidades como tinica determinacién, dado que la produccién de valo- res de cambio ¢s un motor de la produceién atendiendo a la satisfaccién de una necesidad imperiosa: la ganancia, Entendido en términos amplios, el proceso de produceién abarea no so- lamente el momento de produccién propiamente dicho sino también la eir- culacidn. El proceso dle reproduccién social, a su vez, puede definirse co- mo la instaneia de satisfaceién de las necesidades sociales, claramente di- ferenciadas de acuerda con las clases y Jos grupos sociales. Visto desde las necesidades, curante el proceso de reproduccién social se realizan diver- sas actividades de consumo de bienes y servicios, en condiciones media- das por las caracteristicas sociales, econdmicas, culturales y polfticas de las personas y grupos, abarcando ambitos que van mAs alld de la impor- tancia de las relaciones econémicas para la reproduccién del mundo del trabajo, ya que “otras relaciones sociales son también importantes, espe- cialmente aquellas ligadas a la familia, a la religion, a la escuela, a la co- munidad” (Vaseoncellos, 1996: 27). Produccién y reproduccién, social son procesos entrelazados, interpene- trados y que sc definen en su mutua relacién. Son, ademés, procesos que requieren de la transformacién material de la superficie terrestre y es en. este sentido como puede ser entendida la frase: “Producir es producir espa- cio” (Santos, 1990; 178). Sole para sefialarlo de modo esquematico, los pro- eesos de produccién implican la articulacién de recursos localizados, capital 44 Jorge Blanco fijo fijado (Moraes, 1998), mereados de mano de obra, infraestructura encr- gética y de circulacion, en una localizacién que ocupa una cierta posicién en. relacién con un conjunto de localizaciones significativas. El proceso de pro- duceién implica el agregado de trabajo, en parte fijado, al espacio y la valo- rizacién de elementos fijados en procesos de produccién anteriores, Pero también las diferentes modalidades, intensidades y oportunida- des de reproduccién social producen espacio. A titulo ilustrativo, los exten- sos suburbios residenciales de las ciudades, habitualmente lamados “ciu- dades satélites”, pueden ser reconceptualizados como espacios en los que predominan los procesos de reproduccién social, con caracteristicas parti- culares segtin se trate de grupos sociales de ingresos altos o bajos, con un conjunto de servicios, por ejemplo, comerciales, sanitarios, edueativos y reereativos vinculados estrechamente con esa particularidad de ingresos Est claro asi que al analizar las caracteristicas de los procesos de repro- duccién social inmediatamente surge la vinculacién con los procesos de produecién asociados. Por ejemplo, la vivienda responde simultaneamen- te a procesos de produccién (de suelo urbano, de infraestructura, de la propia unidad de vivienda) y también a la satisfaceion de neeesidades de reproduccién social (abrigo, proteccion, intimidad, eteétera). (_ éSonestos procesos de produccién y reproduccién social independientes de las condiciones materiales y simbélicas en que se desarrollan? Dicho de otra manera, el espacio es el resultado de las earacteristicas de esos pro- cesos? De acuerdo con lo que se ha venido sosteniendo, el espacio no es 66- lo resultado de esos procesos sino también condicién, Los procesos de pro- duecién existen como proyectos, se hacen viables, se organizan y se articus lan a partir de las condiciones existentes en cada momento decisional. Lo mismo puede decirse de los progesos de reproduccién social, ouyo “formato” no es abstracto sino efectivamente conereto en un contexto ma- terial particular. Quiza sea til sefialar, por ejemplo, la discusién acerca de si los problemas sociales son problemas urbanos. La particularidad ur- bana de los problemas sociales hace que los ¢érminos del debate estén con- cretamente acotados a las condiciones del espacio en las que se plantean; as respuestas a esos problemas, por lo tanto, son respuestas urbanas. Del mismo modo puede pensarse cualquier politica para el mejoramiento de Ja vivienda rural: no es indiferente al planteo de esa politica el adjetivo ‘rural’ asceiado con el problema. Materialidad y acciones

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