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Etimológicamente educar significa extraer o sacar de una persona algo potencial y latente que
tiene dentro de sí; significa desarrollar moral y mentalmente a una persona, de manera que se
haga sensible a las alternativas y opciones individuales y sociales, que sea capaz de obrar de
acuerdo con ella, significa prepararla para que desempeñe una profesión u oficio, por medio de
la instrucción sistemática; y significa disciplinar, ejercitar o dar forma a facultades o talentos,
como , por ejemplo, educar el gusto de una persona. El acto o el proceso de lograr uno o más
de estos objetivos es, como primera aproximación, lo que se propone la educación.
Para algunos fines, los términos “enseñanza” y “educación” son sinónimos; pero para otros, se
requiere que uno de los conceptos represente las actividades que forman parte integral de la
enseñanza y el aprendizaje de los estudiantes, y que el otro represente las funciones particulares
del establecimiento educativo. Cuando se necesite establecer esta diferencia, emplearé el
término “instrucción” para lo primero y “educación” para lo segundo.
La instrucción es un concepto aplicado a los servicios educativos prestados por las escuelas
primarias y secundarias y por las instituciones de enseñanza superior, tomando en cuenta el
esfuerzo realizado por los estudiantes, la educación organizada no sólo se ocupa de producir
instrucción, sino también de fomentar el conocimiento a través de la investigación, y de ir por
propia cuenta más allá de los límites de la enseñanza o la educación que generalmente forma
parte de la instrucción.
La instrucción tiene los méritos de una inversión en la medida en que se incrementa las
ganancias o entradas futuras del estudiante. La contribución de la mayor parte de la educación
es multidimensional. Ya que sirve al mismo tiempo propósitos sociales, políticos y de otros
tipos.
5. SEGÚN SCHULTZ POR QUE LOS JÓVENES TIENEN UNA VENTAJA SOBRE LOS
DESEMPLEADOS ADULTOS
Las observaciones que muestran a los trabajadores más jóvenes en una ventaja competitiva son
de categoría más reciente; por ejemplo, se dice que los jóvenes que ingresan en la fuerza de
trabajo están en ventaja con respecto a los trabajadores desempleados de más edad para obtener
empleos satisfactorios. La mayoría de estos jóvenes pasan los doce años de estudio y la mayor
parte de los trabajadores maduros seis años o menos. En consecuencia, la ventaja observada de
estos trabajadores más jóvenes posiblemente se origine, no de inflexibilidad en los programas
de seguridad social o de retiro, o de la preferencia sociológica de los patrones, sino de
diferencias reales en la productividad relacionadas con una forma de inversión humana: la
educación.
El desarrollo económico requiere una gran cantidad de migración interna de los trabajadores
para adaptarse a las cambiantes oportunidades de empleo. Los hombres y mujeres jóvenes se
trasladan más fácilmente que los trabajadores de más edad. Indudablemente tiene sentido
económico reconocer que los costos de dicha migración son una forma de inversión humana.
Los jóvenes tienen más años por delante que los trabajadores maduros, durante los cuales
pueden obtener dinero por dicha inversión. De ahí que se necesite menos que una diferencia en
los salarios para que les resulte económicamente ventajoso trasladarse de un lugar a otro,
expresándolo de otra manera, los jóvenes pueden esperar una mayor utilidad que los mayores
por lo que invierten en emigrar. Estos son algunos de los ejemplos de la inversión en seres
humanos que produce una utilidad por un largo período.
El valor de la instrucción se basa en la proposición de que ésta ejerce una influencia favorable
sobre el bienestar de la gente. La instrucción puede brindar satisfacciones en el presente (como
por ejemplo el placer de relacionarse con sus compañeros de estudios) o en el futuro (una
mayor capacidad para disfrutar de los buenos libros) cuando los beneficios son futuros, la
instrucción tiene los atributos de una inversión, puede afectar el consumo futuro o bien los
futuros ingresos. En ese caso, el componente consumo de la instrucción se divide en dos
partes: la instrucción que sirve para el consumo presente y la instrucción a manera de
inversión que sirve para el consumo futuro. El componente productor de la instrucción es una
inversión en técnica y conocimientos que acrecienta los ingresos futuros y, por lo tanto, es
como una inversión en (otros) elementos de producción.
Cuando la instrucción incrementa los ingresos futuros de los estudiantes, puede considerársela
una inversión. Es una inversión en capital humano, en la forma de destrezas adquiridas en la
escuela. Las inversiones en capital humano son muchas y su número total ha llegado a ser
considerable. Puede decirse que en realidad, la capacidad productiva del trabajo es
fundamentalmente un medio creado de producción. De esa manera nos formamos a nosotros
mismos, y en la medida en que lo hacemos, los “recursos humanos” son una consecuencia de
las inversiones, entre las cuales la instrucción es una de las de mayor importancia.
Los economistas que analizan los méritos de inversión de la educación están sentando las bases
para una política de desarrollo económico que atribuye un importante papel a la instrucción y al
progreso que en el campo del conocimiento alcanzan las personas en el establecimiento
educativo. Sin embargo deben darse unos cuantos pasos más antes de poder apreciar los
incrementos en la provisión de capital producido por la educación y descubriendo la tasa de
utilidad para esta educación.
El empleo del tiempo libre para mejorar destrezas y conocimientos está muy generalizado y
tampoco se incluye en nuestros registros.
Me interesa la relación que genera sobre la educación, cultura y economía, puesto que en
general los aspectos culturales suelen ser relegados de ámbitos económicos, se suele pensar que
las expresiones de la cultura no son mercancías vendibles, también me resulta se suma
importancia la distinción que establece entre instrucción, enseñanza y educación, pues a pesar
de que existe un intento al menos en el discurso democrático, se sugiere que hay una
posibilidad de igualdad y justicia social a través de la educación, Shultz distingue entre las
posibilidades de acceder a tal nivel, ya que si las posibilidades económicas y culturales de la
familia del estudiante son insuficientes, éste será menos favorecidos para acceder a ella,
quedándose en la instrucción, así mismo pone de manifiesto la diferencia de cuando la
educación o instrucción es una inversión o puede ser sólo un gasto, efecto que generalmente
será visto a largo plazo.
Se apuesta por el libre mercado y su sacralización, por una economía monetarista, por la
privatización de todo aquello que puede producir beneficios económicos, así como por la
eliminación del arbitraje de los Estados y su participación en el mercado. Fin de los regímenes
comunistas, las nuevas tecnologías, la globalización de la economía, el crecimiento
demográfico y una era donde no existe un poder económico, político o militar, donde el mundo
de la economía unipolar dominada por Estados Unidos ha terminado, un mundo multipolar ha
hecho su aparición.
El capitalismo de este fin de siglo pretende afianzarse como el único modelo de sociedad, de
organización del trabajo, de la producción y distribución, como modo de vida. Esta hegemonía
de un mercado capitalista sin trabas está dando lugar, asimismo, a la construcción de un ser
humano alienado y fragmentado.
Tanto el FMI como el banco mundial son instituciones supranacionales que, además del fuerte
poder económico que poseen, también dedican importantes esfuerzos a tratar de elaborar y
promover discursos que puedan convencer a la población de que su labor es fruto de un
compromiso con el bien común, que su tarea es desinteresada y neutral. El bombardeo de los
medios de comunicación a su servicio es muy intenso y constante, permitiéndose la arrogancia
de dar “consejos desinteresados” a prácticamente todos los países de la tierra, aunque mucho
más “contundentes” a aquellos que precisan de su auxilio económico.
Son los organismos económicos de carácter mundialista los que también financian la
construcción de discursos acordes con sus intereses privatistas y de explotación, que además
divulgan con insistencia y machaconamente.
No está homo academicus, supongo que la pregunta es sobre homo sociologicus u homo
politicus.
Los sistemas educativos y, por tanto, el profesorado llegan así a convertirse en uno de los
nudos gordianos de las causas y soluciones a los problemas que las economías nacionales e
internacionales tienen planteados. Los bombardeos discursivos lanzados desde las esferas
próximas al poder establecido insisten, una y otra vez, en establecer conexiones directas entre
sistemas educativos y productividad de los mercados.
El sistema educativo, lo saben bien quienes apuestan por el neoliberalismo, puede llegar a
desempeñar un papel importante en la actual restructuración del capitalismo. Desde sus
elaboraciones ideológicas, las instituciones escolares son uno de los espacios privilegiados
para la construcción de las nuevas subjetividades economicistas, para la conformación de
seres humanos con destrezas mecánicas y técnicas.
La educación, incluso en sus etapas obligatorias, parece querer asumir, más cada día, como
planteamientos los de la capacitación profesional; es decir habilitar sólo para encontrar
empleos y, a ser posible, bien pagados.
Allan Bloom en su reparto de culpabilidades del actual malestar cultural, cita también a la
música rock. Su visión de la juventud es la de un colectivo obsesionado exclusivamente por
el sexo, por no decir compulsivamente ofuscados por ese aspecto, identifica el interés de la
juventud por el mundo de los afectos y de la sexualidad como patología.
Al ser privatizada la educación, se pierde el interés por adquirir destrezas y habilidades con
fines de aprendizaje, entonces pasa a primer plano la obtención de certificados que
colaboren a tener un cargo de cierto rango según el nivel de estudios, la educación se
vuelve un mero requisito enfocado dirigido por intereses laborales. La eficiencia y calidad
quedan como supuestos primordiales en las aulas, ya que se rigen por una ideología de
mercado, se piensa sólo en el beneficio económico que puede facilitar a largo plazo. “tanto
tienes, tanto vales”, se desvaloriza muchas de las cualidades de la educación, para mirarla
sólo como una herramienta mercantil. La escuela y su función educativa es reducida a las
funciones de una empresa, además la educación privada favorece expresiones de
marginación y exclusión de aquellos grupos que no estén en condiciones de acceder a ella,
acorde a las exigencias que ésta imponga para el ingreso de su estudiantado.