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43 EL INSTINTO DEL TRABAJO \ntes a cots een ee pe eee 295, 28 instinto del trabajo El nifio El error de la libertad del nifio en la educacién, ha si llega a creer que es una dura necesidad creada por considerar una hipotética Independencia del adulto ae, Prambiente? Porque el trabajo social se apoya sobre bases correspondiente preparacién del ambiente. Esta prepasa-to sas, Se desprende del hombre desviedo por Ja posesién, del ambiente es una ciencia educativa; lo mismo que para i, poder, la inercia y e} estancamiento; y el instinto profun- preparacién de la alimentacion infantil se necesitan ciertey ppermancce ocilio como un caracter desviado. Entonees prescripciones higignicas. Pero la preparacion del amblenta abajo depende tnicamente de las circunstancias exter- Siquico, en sus bases esenciales como fundamento de una ffgpas 0 de la lucha de los hombres desviados, transformén- nueva educacién, ha sido esbozada por el mismo niio de ose en un trabajo forzado que engendra barreras siquicas modo suficientemente claro para constituir una realidad otentes. Asi el trabajo es duro y repugnante: practica. Pero cuando, por hechos excepcionales, el trabajo se sin Ja Entre las revelaciones hechas por el nifio hay una que oaliga con el impulso interior del instinto, hasta en e' es fundamental: es el fenémeno de la normalizeciéa por me- nbre adulto, adquiere enionces caracteres muy diversos. dio del trabajo. Millares y millares de experimentaciones Entonces el trabajo es fascinador ¢ irresistible, elevando al efectuadas entre todos los nifias, pertenecientes a todas las bre por encima de Jas desviaciones y perturbaciones. razas humanas, han permitido comprobar este fenémeno, s el trabajo del que realize una invencién, del que efectia que representa el experimento mas seguro que jamés ha esfuerzos heroicos cn Ja exploracién de la tierra, del que existido en el campo de la sicologia y de la educacién. Es spone obras de arte; éstos se hallan dotados de un poder cierto que para el niio la aptitud para el trabajo representa extraordinario que encuentran de nuevo el instinto de un instinto vital, porque sin el trabajo no puede organizarse ja especie en los designios de la propia individualidad, Esta Ja personalidad, desviandose de las lineas normales de su lonces, es coma un chorro potente que rompe la super- construccién: ef hombre se construye trabajando, Nada ie dura y se alza con un impulso profundo, cayendo ces- puede sustituir a la falta de trabajo; ni el bienestar fisico, s como lluvia benéfica y refrescante sobre la humanidad, ni el afecto y, por otra parte, las desviaciones no pueden Estos impulsos engendran el verdadero progreso de | vencerse por el castigo ni por los ejemplos. El hombre s¢ eivilizacién : por ésta alloran los caracteres fundamentales construye trabajando, efectuando trabajos manusles, dow J instinto normal del trabajo, sobre los que se funda el am. de la mano es el instrumento de la personalidad, biente de la sociedad humana. de {a inteligencia y de la voluntad individual, que tabra 0 El trabajo es indudablemente la caracteristica mis espe- propia experiencia cara a cara con el ambiente. E! instinto cial de! hombre: el progreso de la civilizacién va ligado a la del nifio confirma que el trabajo es una tendencia intrinsec® bilidad multiforme que tiende a crear un ambiente para de la naturaleza humana: cs cl instinto catacteristico de la silitar la vida del hombre. especie. Pero es curicso que el hombre en este ambiente encuen- ¢Por qué el trabajo, que debiera ser la satisfaccién st la manera de vivir exclusivamente, alejandose de fa vida prema y el centro de la salud y de la regeneracion, come natural. Este arubiente civil no puede lamarse todavia arti ocurre en los nifios, es rechazado por el hombre adulto ¥ ial: més bien es una construccién por encima de la natu: 296 raleza, es decir sepernatural, y twando progresivamente o este ambiente, de modo que Hega a constituir su elemento vital, La historia de la civilizaciun podria compararse a una de aquellas lentas evoluciones ac conduce a una especie nueva y definiliva, como podria ser en Ia historia de la naturaleza animal cl notable paso, en la vida maritima y la terrestre, a traves de los anfibivs. El hombre anfibio vive de ia naturaleza y puco a poco se creo la ssupernatursleza», participanéo ampliamente en las dos vidas, pero con la tendencia a realizar finalmente una so y hoy cl hombre ya no vive de la naturaleza, pues la utiliza toda: la visible y Ia invisible, la gue se manifiesta y ta ocul- ta en los misterios de la energia césmica. Pero el hombre no ha pasado simplemente de un ambiente vital a otro; se ‘a cunstruido su propio ambiente y vine en el con tanta exclusividad, que en lo sucesivo va no podra existir fuera de su creacion maravillosa. El hombre, pues, vive del hombte. La naturaleza no prowee al hombre, com hace con los de mas scres vivientes: no es, por ejemplo, como el pajaro que encwentra en la naturaleza los alimentos. preparados ctamente de la misaia Ios materiales para construir st el hombre ha de buscar en el hombre todo cuanto ne Por contiguiente, cualquier individus se halla li » de que vive la humanidai el hombre vive del hombre, ex d st propia existenc sometido direc ww encuentra ais we de las humana se la cn peligro, y el peligro existe para el hombre 1, pudiendo dirigirla v disponer a ente a las vicisi de ellas y, por lu des humanas a desviado, toda eresante comprobar en el nifio el poder de su in EL instinto del tratajo 291 tinto para cl trabajo y la intluencia sobre toda la construc- cin de la personalidad en la union intima existente entre Ja normatidad y el trabajo. Esta es la mejor prueba de que el hombre nace con una finalidad concentrada en ef trabajo, porque cs la naturaleza que le impulsa a construir alguna cosa que depende de él y que ha de estar unida a la existencia y a los fines de la En efecto, es ildgico que el hombre no participe de la armonia universal a la que contribuyen todos los seres vivientes, cada uno segiin la actividad del instinto inserto en la especie. Los corales construyen islas y continentes, re- construyendo las costas que de continuo se disgregan por la accién de les olas; Jos insectos transmiten el polen de las plantas, conservando gran parte de la vida vegetal; el con- dor y la hicna depuran el ambiente de los cadaveres inse- pultos; otros lo depuran de las inmundicias; otros producen miel y cera, otros fabrican Ia seda, y asi sucesivamente. La misién de 1a vida es tan inmensa y esencial, que la tierra se conserva por obra de Ia vida, Ja cual rodea el globo terrestre de una capa, como es Ia atmisfera. En efecto, hoy la vida Ja tierra se considera como una Biosfers. Los seres vivientes no tienen la misién final de provecrse a si mismos; Pero proveyéndose, toman una parte tan esencial en el man- tenimiento de la tierra, que constituyen elementos necesa- tios para la armonia tehiric ducen mas de lo que exigen sus necesidades: siempre resul- ta un escedente inmensamente superior a las necesidades directas de la conservacidn. Asi, pues, todos sun obreros del Universo y observadores de las leyes universales. Sin duda, el hombre, trabajador por eacelencia, no puede sustraerse a ellas; constrnye la supernaturaleza que, evidentemente, en Ja riqueza de su produccién, no corresponde al simple hecho de la existencia, sino mas bien a una funcién de or den cosmico. 298 El niio Para que su produccién sca perfecta no ha de ser inspt. rada por las necesidades del hombre, sino por los misterso. sos designios del instinto del trabajo. Evidentemente, una desviacion fatal, separa al hombre ce su centro césmico, la finalidad de su ‘in la. También en el nifio, la construccién del hombre, que es su misién, para desarrollarse normalme te tiene que unirse intimamente con los instintos guia de la construccién individual. ¥ en él reside el gran secreto; la educacién normal, dela que depende la suupernaturaleza 44 CARACTERISTICAS DE LOS DOS TIPOS DE TRABAJO Adulto y nifio, hechos para amarse y convivir carifiosa- mente, estén en lucha continua por una incomprension, que corroe las rafces de la vida y que se desarrolla en un labe- rinto impenetrable de acciones y reacciones. Son miiltiples tas cuestiones que afectan a este conilicto, y algunas de ellas son claras y tangibles, dependiendo exte- riormente de Jas relaciones sociales. El adulto tiene una misién que cumplir, tan complicada ¢ intensa, que hace siempre mas dificil la suspension de la misma como reque- riria el hecho de seguir al nifio, adaptandose a su ritmo ya sus necesidades siquicas de crecimiento. Por otra parte, cl ambiente cada vez mas complicado y rapido del adulto, es inadecuado para el nifio. Podemos imaginarnos una vida pri- miitiva, simple y pacifica, donde el nifio pequeitito encuentra un refugio natural, viendo al adulto que le rodea ejecutar trabajos sencillos con ritmo pausado y circundado de ani 300 El nitio males domésticos que viven a su alrededor; toca las cosas intenta laborar sin que oiga protesta alguna. Duerme cuan- do tiene suerio bajo la sombra de un Arbo! frondoso. Pero Jentamente la civilizacién cierra el ambiente social al nifio: todo esta demasiado regulado, excesivamente estre- cho, demasiado rapido. No solo es un obsticulo el ritmo acelerado del adulto; ademés, surge la maquina que lleva Iejos como un viento impetuoso, no quedando el més peque- fio rincén para refugio del nifto. Y entonces éste no puede ‘ir activamente. Los cuidados que se le prodigon cons's- ten en salvar su vida de los peligros que se multiplican ¥ le atormentan exteriormente. Asi en el mundo es un refugio, un ser inerte, un esclavo, No se piensa en la necesidad de crear un ambiente especial de vida para él; no se refle 4l tiene necesidad de actividad y de trabajo, Es necesario considerar que son dos las cuestiones so- ciales, porque son dos las formas de vida: fa cuestién social del adulto y Ja cuestién social del nifo, y en ellas dos tra- bajos esenciales: el trabajo del adulto y el trabajo del nifio, ambos imprescindibles para la vida de la humanidad. que El trabajo det adulto E} aduko tiene como labor propia, la de construir ef am- biente supernatural : es un trabajo externo hecho de activ dad, de esfuerzo inteligente, es el llamado trabajo produ vo gue por su naturaleza es social, colectivo y organizado. Para alcanzar la finalidad de su trabajo social, el hom bre debe ordenarlo necesariamente, regularlo con normas que constituyen las leyes sociales. Estas imponen una disciplina colectiva a la que los hombres se someten yoluntariamen- te, porque ellos mismos la han reconocide como impres- cindible para hacer ordenada y efectiva la vida social, Peo Los dos tipos de trabajo 301 ademds de las leyes que representan necesidades locales y modulan diferencias entre los distintos grupos humanos al pasar de los siglos, hay otras leyes fundamentales que radi- can en la misma natureleza y que hacen referencia al trabajo en si mismo, y estas Jeyes son comunes a todos los hombres ¥ @ todos los tiempos. Una de éstas es la ley de la subdivi- sién del trabajo, de aplicecién universal entre todos los se- res vivientes y necesaria porque los hombres se diferencian entre si por la produccién; Iz otra ley natural se refiere al mismo individuo que trabaja y es la ley del minimo esfuer- 20, por la cual el hombre procura alcanzar el méximo de produccién, trabajando lo menos posible. Esta ley es de gran importancia, no porque exista el deseo de trabajar Jo menos posible, sino porque siguiendo esta ley se alcanza mayor produccién con menor consumo de energia y éste es un prin- cipio tan atil que tambien se aplica a la maquina que susti- tuye e integra la labor del hombre. Estas son las «buenas leyes» sociales y naturales de la adaptacin del trabajo. Pere no todo se desarrolla segiin estas «buenas leyes» porque la materia que el hombre labora y de la que produce la riqueza, es limitada, y esto origina la competencia, fa lucha por la existencia andloga a la que existe entre los animales. Por encima de esto existen las «desviaciones» del indivi duo que dominan y engendran conflicts. La «posesion> loca —que no tiene relacién con ningun motivo de «conserva- cidn» del individuo o de la especie— surge al exterior de las leyes naturales, y por eso carece de limites. La «posesion» domina al «amor», sustituyéndolo por el odio y penetra en tun ambiente sorganizado» dificultando el desarrollo del tra- bajo, no entre los limites individuales, sino entre las orga nizaciones sociales. Asi la divisién del trabajo se sustituye por Ia explotacidn del trabajo ajeno regulado por leves de 302 EL nifio xconveniencia> que imponen como principios sociales las consecuencias de las desviaciones humanas, cubiertas con las normas del «derecho». Asi triunfa ¢l error en Ia socie- dad de los hombres y se impone por la esugesti¢n» de prin. cipios, presentados bajo la forma de drdenes morales y de Ja necesidad de existir. Todo se trastorna en la trdgica y to- nebrosa nube de la sugestién que impone el mal, bajo cl manto del bien y todos acatan los sufrimientos que se deri- van como de una necesidad. El nino, que es por excelencia un ser natural, vive mat rialmente junto al adulto y se encuentra en todas las fami lias mezclado a las mas diversas condiciones vitales. Pero permanece constantemente extraho a la labor social adulto; su actividad no puede aplicarse a la produccién so- cial, Si, es preciso inculcar este principio en nuestra con- ciencia, que el nifio esta fuera de la posibilidad de participar en [a labor social del adulto. Simbolicemos el uabajo de un obrero en un forjador que golpea sobre el yunque con un martillo pesado: pues bien, el nifio seria incapaz de de- sarzollar un esfuerzo semejante. Simbolicemos el trabajo intelectual en ef de un hombre de ciencia que maneja ins- trumentos delicados en investigaciones complicadas y difi- ciles; el nifio no podr aportar tributo alguno en aquel cam- po. Pensemos tainbien en e! legislador que estudia leyes nm jores: nunca podra ser sustituido por el nifio en esta labor El nifio es completamente extraiio a esta sociedad ¥ po dria expresar su posicién con aquella frase evangélica: «Mi reino no es de este mundo». Es, pues, un ser apartado por completo de la organizacion formada por los hombres, fue- ya del mundo artificial que el adulto ha construido sobre la va. En ef mundo donde penetra por el naci el nifioes un extrasocial por excelencia. Se designa por extra: social una persona que no puede adapiarse a la sociedad, que no puede tomar parte activa en sus Tabores praductivas Los dos tipos de trabajo 303 ni en la regulacién de sus organizaciones y por ello es un perturbador del equilibrio establecido. En efecto, el nifio es aquel ser extrasocial que esta siempre donde se encuentra cl aduito, estorbando hasta en Ia casa de sus padres. Su falta de adaptacion se agrava por la circunstancia de que es activo e incapaz de renunciar a su actividad. Por eso es preci- so hacerle la guerra, obligandole a no intervenir, a no estor bar, combatiendo contra él hasta reducirlo a la pasividad. O se Je confina a lugares especiales, que no son las carceles donde se encierran les extrasociales adultas, sino lugares ‘algo mas adecuados que se Haman murseries o escuclas, La gares de relegacion a los que el adulto condena al nino hasta’ que éste sea capaz de vivir en el mundo del mismo sin es- torbar. Entonces puede ser admitido en la sociedad; pero primeramente se ha de someter al adulto como uno que haya perdido sus derechos civiles, pues su existencia c) vil ¢s nula. El adulto es su duefio y sefor y el nifio ha de someterse siempre a sus érdenes que son inapelables y por consiguien- te justas @ priori, ; a pequeftuelo pracede de la nada y penetra en Ja familia de! adulto, el cual a su lado es grande y poderoso como un ios, que sélo puede darle lo necesario para vivir. Bl adulto es el creador, la providencia, ef dominador, el cjccutor; ja mis nadie ha dependide de un modo tan absoluto y total como depende el nifio del adulto. El trabajo de! nitio Pero el nifio también es un trabajador y productor. Aun. que no puede participar en la labor del adulto, tiene que efectuar su propia labor y es un trabajo grande, importante y dificil: es e} trabajo de producir el hombre, Si de aquel recien nacid consciente, mudo, incapaz de mover- 304 se, se forma el individu adulto, de formas perfectas, con ka inteligencia enriquecida por las conquistas de la vida siqui- cay resplandeciente de la luminosidad que le da el espiritu, todo esto es obra del Es el que construye al hombre, el exclusivamente. Fi esta labor el adulto no puede sustituirle: la exclusion del adulto del «mundo» y de la labor» del nifio es mas evi. dente y absoluta que la exclusién del nifio del trabajo pro- ductivo de la supernaturaleza social donde reina el adulio. E} trabajo infantil es de un orden y potencialidad muy dlis- tinta; casi podriames decir que es opuesta; es un trabai inconsciente realizado por una energia espiritual que esta creando el momento. Es una labor creadora, que hace pen sar en la descripcion simbélica de la eriatura biblica: el hombre del que las escrituras dicen solamente que «fue crea- do». Pero, ¢cdmo fue creado, como ocurrié que esta criatura viva recibiese los atributos de Ia inteligencia. el pader sobre todas las cosas de la creacidn, a pesar de proceder de la nada? Esto podemos verlo y admirario detalladamente en el nifio; en cada niso, Este espectaculo maravilloso nuest ojos lo contemplan cada dia Lo que fue hecho, se hizo para que se reprodujese « todas las criaturas humanas cuando Hegan al mundo de vivos. Es la vida saliendo de la inmortalidad, donde tod pevecey todo se renueva, Podemos repetirlo a cada mom an Ia simple evidencia de ia realidad posibilidad que ha tenidy su «padreniios de re mente la mision secreta de que sc halla investi¢ pone al nino en ta situacion de un verdadero ¢ s6ls medianda ':deasatsnado, Noy trabajo esta heclvo de actividad: crea con su propio ejercicio continu, Y ex preciso saberlc. claramente: utiliza igualmente ca este | Los dos tipos de trabajo 305, ambiente externo, ¢ > ul ecit, cl misma ambiente que a y ursnsforma, Es con el ejercicio que el el adul 90 ]UTCIE Ys eve haciendo sus experiencias; ¢s yrdina sus movimientos y va registrando del Flas emiociones que plasman su inteligencia, y va conquistando fatigosamente un lenguaje con actos mila- grosos de atuncion y con esfuerzos iniciales posibles para él solo y con tentativas irreprimibles va apoydndose en sus pies, corriendo y buscando. Obrande asi, ubedece a un pro- grama ya un horario como cl escolar mis aplicado del uni- verso, Con la misma constincia invariable con que se des phason las estrellas en eu trayectoria invisible. En efecto, a cada edad, podria medirse la estatura del nifo y habria al- canzado los limites asignados: sabemos que el nifio de cince al. Y et que le guarda sabe que a diez aftos podré decir qué estatura alcanza y lo que sabe hacer porque ef nite no desobedecs lo por la naturaleza, El nitv esfuerzos s\ nc meta. Por o del ntros, los adultos, dependemos de el. Somos hi endientes del nifio, alli donde él labora; como el ni joy dependicnte nuestro, en el mun Uno es dependirnte en un campo, et otro depende en el otro campy. Y uno ¢s sehor en un campo, pero el otro es duefio dy nuestra 306 El nito y Seflor en su propio campo. Por lo tanto ambos dependen uno de otro: son dos reyes que tienen reinos distintos., Esta es la esencia de la armonia de toda la humanidad. Comparacién entre los dos tipos de trabajo El trabajo del nifio, estando constituido por acciones en relacién con objctos reales del mundo exterior, puede estu- diarse positivamente para buscar sus leyes y reconocer las vias de donde procede, a fin de compararl adulto. Adulto y nifo tienen ambos una ac mids de esto, ambos tienen una finalidad en su trabajo que ‘Ro es directamente consciente y voluntaria. No hay existen- ‘cia vital, aunque se trate de seres vegetales, que no se de- Sarrolle a expensas del ambiente. Esta frase no es propis- tente exacta porque se refiere solamente a un diato. Pero la misma vida es una energia del am! tiende a mantener la creacién, perfeccionando co teel ambiente que se irfa disgregando y credndolo de modo mediata la de absorber el carbonato de cal del agua del mar Para construirse una envolvente protectora, pero como fina- lidad, con relacién al ambiente, la de crear nuevos continen- tes y como esta finalidad esta muy alejada de la obra in- Imediata, puede investigarse tan dor de los corales en estudios c Estudiando el |, todo de cada ser infantil que ser adulto. Riifo por todas partes, o mejor dicho, el ser i Los dos tipos de trabajo 307 podré investigarse y conocerse, desde el dtomo que consti- tuye su materia, al detalle més infimo de cada funcién, pero nunca se encontraré al adulto en ¢1. Pero las dos finalidades lejanas del acto inmediato, com- portan una labor a expensas del ambiente. Quizé la naturaleza presenta en sus seres mds simples, pruebas que permiten entrever algunos de sus secretos. En- tre los insectos, por ejemplo, podemos citar dos verdaderas labores productoras: una es la seda, aque! hilo brillante con el que los hombres tejen sus mas preciosas telas; otra es Ja tela de araiia, aquel hilo sin consistencia y sucio, que los hombres se apresuran a destruir, Pues bien, la seda es el producto de un ser infantil y la tela de arafia el de un ser adulto: sin duda se trata de dos trabajadores. Cuando se habla, pues, del trabajo del nifio y de una comparacién en- tre esta labor y la del adulto, se alude a dos especies distin- tas de actividad con finalidades diversas, pero ambas reales. Pero lo que importa conocer es el cardcter del trabajo infantil. Cuando un nifio pequefio trabaja no lo hace para su labor es tra- io, pone fin a la actos externos. En cuanto a los caracteres individuales, el final del trabajo no esta relacionado con la fatiga, porque es caracteristico del nifio salir de su cansancio completamente vigorizado y lleno de energia. Esto demuestra una de las diferenci turales del trabajo en el nifio y en el ad Ia ley del esfuerzo minimo, sino una ley contraria, pues apli- ca una cantidad enorme de energia a una labor sin finalidad y no sélo emplea energia propulsiva, sino también energia potencial en la exacta ejecucién de todos los detalles. El to y la accién externa son medio de importancia pasa- jera en todos los casos. Es impresionante esta relacién en- 308 tre los medios del ambiente y el perleccionamiento de ly Vida interior, porque segun el adulta éste es el concepto informa la vida espiritual. El hombre que se encuentra una estera de sublimacién, no se preocupa de las cosas ex riores; sclamente las usa en el momento oportuno, de tm perfecto y suficiente para el perfeccionamiento interior, Ps el contrario, el hombre que se encuentra en la esfera Ho, mejor dicho, en su propia esfera, se entretiene en lis ‘cosas, en las finalidades externas, hasta el sacrificio, perdien- do elalma yla salud, Otro canicter diferencial claro ¢ indudable, entre el tr bajo del adulto y el del io, es que cl de éste no admite Temuneraciin ni concesiones; es necesari que el ni cumpla por si solo la fabur de su crecimiento ¥ que lit efec. tae por completo, Nadie podria asumir suis Fativas ¥ crevct en su lugar. Tampoco seria posible que para llegar a ser u Joven de weinte afios, el nino buscara fa manera de emplea menos tiempo, Asi, pues, es propiedad caracteristica de! ser infantil que crece, la de seguir su programa y su horatio, s: Telrasos ni negligencia. La noturaleza vs una macsira sev a que castiza Ia mis pequefa desobediencia, con lo que se lama «falta de desarrol es decir, enfermedad anormalidad, El nifo posee un morur distinto del qe tiene el adult el adulto achia siempre por un edmulo de motivos extern mismo esfuerzos rigidos, ¢l sacrificio, la dur fatiga. ¥ para esta misidn es preciso que el nino lo hava els: dorado bien, hacicndole hombie fuerte y robusto. Por el controrio, el nifio nu se Fatiga con el trabajo, se robusiece; crece laborande y por esto el trabajo aumenta ‘sus encrgias. Este nunca solicita de ser relevado de sus fatipas, siem pre solicita efeciuar su mision, completamente solo. La bor de crecimiento es su propia vida, «Trabajar 0 morire. 0 desviacisn funcional: Los dos tipos de trabajo 309 n conecer este secreto, el adulto no puede comprender Ja labor del nino. Y en efecto, no la ha comprendido, Por ¢so le impide de trabajar, supouiendo que el reposo es la tuacion may adecuada para su buen crecimiento, El adulto Jo hace todo para cf niho, porque se orienta segin sus pro. pias leyes ny, rabajo: el minimo esfuerzo y la is habil y esbelto cuida ir y lavar al nifio, de transportarlo en sus brazos 0 en su cuchecito, de ordenar el ambiente que le rodea sin Permitir que tome parte en su ordenacion, Cuando se deja al nit un poco de espacio «en el mune do y en el tiempos, éste, como primera manifestacién en su defensa, proclama: «Yo, quiero hacerlo yor, En el am- biente adaptado al nifio preparado en nuestras escuclas, fue Pronunciada por Tos misinos nifios la frase que expresa esta necesidad interior: «Aytidame a hacerlo solo». * clocuencia en esta expresion contradictoria! El adulto ha di al nifo, pero para que pueda actuar y efectuar sus trabajos efectivos en cl mundo, Esta frase describe no solamente la necesidad del ni ‘0, también, Ja calidad det trededor un am- mbicn- no un ambiente inerte. Porque no es un de conquistarse y gozarse, sino un ambiente que establecimiento de las funciones; es evidente que mado directamente por un ser sue adulto inteligente y preparad para esta ere este concepto, xa sea de aquél en que cl adulto Jo hace todo por cl nifia, ya sca de un ambien. te pasivo, donde el adulte pueda abandonar all nifo. Por co nar objetos para el nifio, de formas y dimensiones proporcionadas; es preciso Preparar al adulto para que le auxilic, 45 LOS INSTINTOS-GUIA Existen dos formas vitales en toda la naturaleza animal: Ja vida del adulto y la vida infantil, bastante distintas y conirastantes. La vida del adulto se caracteriza por la lucha: ya sea aquella de la adaptacién al ambiente, escrita por Lamarck, ya sca la Jucha de competencia y seleccién natural, tratada por Darwin, competencia y lucha que se desarrolla no slo para que la especie sobreviva, sino también para la seleccion de la conquista sexual Lo que ocurre entre los animales adultos puede compa rarse al desarrolla de Ia vida social entre los hombres: es- fuerzos continuos para conservar la vida y defenderse con encmigo, luchas y fatigas para Ia adaptacion al am finalmente, ef amor y la conquista sexual. A estos esfuerzos y a la competencia entre las especies, atribuyé Darwin la evolucion; es decir, et perfeccionamiento de fo: 312 El nino seres y explicé el sobrevivir de los cuerpos, como los histo. riadores materialistas han atribuide la evolucién historica de humanidad a las luchas y competencias entre hombres. vem ore es Pero micntras en la explicacién de Ja historia humana fo existen otros argumentos posibles que las aventuras de los adultos, no ocurre lo mismo en la naturaleza, La verda- dera clave de la vida, que en ésta se afirma y resiste mos- trando las inpumerables y maravillosas variedades de los seres, se halla en el capitulo reservado a Ja parte infantil Antes de ser fuertes para la lucha, todos los seres fueron dé- biles y 1odes comenzaron por un estadio donde los érganos no podian adaptarse porque no existian, No existe ser vivo que se inicie por el estado adulio. Hay, pues, una parte oculta de la vida que debe poscer otras medios, otras formas, otras finalidades; muy distintas de las que se destacan en el vistoso juego entre el individuo robusto y el ambiente. Fste es el capitulo que podria titularse: «El capitulo fantil en la naturale: la verdadora clave de la vida, poraue lo que ocurre al adulto sélo lo pueden explicar los riesgos de la supervivencia, Las observaciones de los bidlogos sobre la vida infantil de los sores, han puesto al descubierto el aspecto mais mara- villoso y complejo de la naturaleza, el cual ha revelado rea- idades estupendas, posibilidades sublimes que Tleuan de pocsia y casi de misticismo la vida natural entera. La bio- logia en este campo ha logrado mostrar Ia parte creadora y conservadora de la especie, descubriendo los instintos im: pulsivos que se refieren a reacciones inmediatas entre los seres y cl ambiente; pueden designarse por «instintos-gufa». En lt biologia se hen agrupado siempre todos Jos instin- tos existentes cn dos grupos fundamentales, segiin su fina- lidad, es decir, los instintos para la conservacién del indivi- a>, y en él se ocal Los instintos-guia 313 duo y los que se refiren a la conservacidn de Ja especie. To- dos ellos presentan aspectos de lucha elacionados con epi. sodios pasajeros, constituyendo choques entre el individuo y cl ambiente; pero algunos son verdaderas guias vitales constantes, eminentemente conservadores. Por ejemplo, entre los instintos de conservacién del dividuo, corresponderia a la lucha episédica, el instinto de defenderse contra causas desfavorables o amenazadoras. En- tre los de Ja conservacién de Ja especie, corresponderian como instinto episddico los encuentros con otros seres bajo Ja forma opuesta de union o de lucha sexual. Estos detalles episédicos, como mils vistosos y violentos, fueron los pri meros reconocidos y estidiades por la biologia, Pero segui- damente fueron mejor estudiados los instintos de conserva ‘cidn del individuo y de la especie, por su !ado conservador y constante. Y éstos son los instintos-guia a los cuales va ligada la mis- ma existencia de Ja vida en su elevada funcién cosmica; éstos, aunque constituyen reaccioncs hacia el ambiente, son sen tibilidades interiores delicadas, «dentro de la vida»; asi como el pensamiento puro es una cualidad completamente interior de la mente, Continuando el parangan, se podrian cousiderar como los pensamientos divinos gue se claboran en Ja intimidad de los seres vivientes y que despues los apli- can a lus acciones sobre el mundo externo para actuar. Los 108 de las In- instintos-guia, asi como los cha episodicas, poseen una inteligencia y una sabiduria que conduce los setes a través de su viaje por el tiempo ( viduos) y hacia la eteraidad (la especie) Los instintos-guia son especialmente maravillosos, cnan- do se aplican a guiar ya proteger la vida infatil, inicicl; cuan- do el ser es todavia casi inexistente y prematuro, pero cnca- minado a aleanzar su pleno desarrollo cuando no tiene to- davia los caracteres de !a especie, ni la fuerza, ni la resis 34 El nifto tencia, ni las armas biologicas de la lucha, de Ia viciotia final, como premio permanente de la super- vivencia, Quien le guia actua como una forma de materni dad y como una forma de educacion misteriosa, que perma neven ocultas, como cl secreto de Ia creacion de ka nada, Eso asogura la salvacidin de lo que es inerme: quien nu tiene ma- teria, carece de forma en si mismo para salvarse. Uno de estus instintos-guia se refiere a la maternidad: vs aquel ins. tinto maravillose deserito por Fabre y los bivlugos moder- nos como clave de la supervivencia de los seres: otra se Teficre al desarrollo del individuo y fue tratudo en los pe- riodos sensitivos por De Vries, El instinto de la maternidad no esta Gnicamente rela- cionado con Ja madre, por cuanto es ta procreatriz directa dela especie y tiene la maxima participacién en esta mision Protectora; lo esti con los dos progenitores y quizés inter- viene en toda una sociedad de scres, Estudiando mis profundamente lo que se lama instinto materno, se Mega a zeconocerla como una energia miste- Tiosa, que no esta necesariamente ligada a los seres vivien. tes, pero que existe como proteccién a la especie, aunque sin materia alguna, como se expresa en los Proverbios: «Yo estaba contigo en ef Universo, antes de que nada cxistieran, Por instinto materno, se designa el instinto-muia de la conservacién de la especie. Hay algunas caracleristicas que dominan este campo en todas tas especies: y es un holocaus- to de todos los demas instintus existentes en el adulto, a Jos cuales va ligado la supervivencia de éste. El unimal fe- rou puede manifestar una dulzura y ternura que contraste con su naturaleza: el pajaro que vucla para buscar su sts- tenio, como para librarse de los pelizros, se para y vigila el nido, procurando defenderle desile su interior, sin escapar. Los instintos que son instintos de Ia especie, cambian a ve- ces de cardcter improvisadamente. Adem4s, en muchisimas la esperanza Los instintos-guia 315, idad: cosa que no s aparece Ia tendencia a la labo: ra nunca en los 3 , se adap: in. El nuevo Hes ues lugar aun trabajo ¢ pane ja madriguera y refugio de los reel ee cada especie y variedad tiene una guia determinads, guno wz ‘mera mater truye adaptindose no, Ia establecida, Por ejemplo, !a manera de cons es espec Jos caracteres diferenciales de las di eH ae riedades de pajaros, En los insectos pucilen admirarse esti pendos cjemplos de construccion; en efecto, los alve - le Tas abejas son palacios de arquitectura geométrica per ete en la que una sociedad entera eontribuye a su eonstroccin para albergar a las nuevas gencraciones. Hay otros pls menos vistosos pero Sumamente interesantes, como en uccién es precist y ir los nidos, arafias, constructoras excepcionales, qc saben tender redes complicadas y larguisimas a sus enemigos. De repente la arafia cambia radicelmente su labor, y olvidando a su ene: igo y a sus propias necesidades, eomienza a confeccionar tine bolea pequehita de telido mucvo y tupio, fin im y denso, completamente impermeable, De doble pared, corst tuve um refugio excel gares himedos ¥ frios, donde as vari Es, pues, tna sa- biduria verdadera contra tas exigencias del clima. En el in- terior de In dolsa, la araiia depone sus huevos con seguri- é jue Ia aria oma pr dad. Pero lo més extrahu es que a mente esia bolsa, En algunas observaciones de labor se ha comprobado que esta arafia de cuctpo viscoso ¥ p donde on, no se Hegaria a z6n, puede morisse de dolor ante ef espectaculo desistroso ij cada u dest En efecto, la araiia, al ver su bolsa estropeada u : donde puede, permanece tan adherida a su construccién que ale El nitio la boisa parece formar parte de su cuerpo. Ama pues Ia bolsa, pero no siente afecto por los huevos, ni por las ara- ites vivas que finalmente salen de aquellos. Parece que ni siquiera se acuerda de su existencia. El instinto de esta ma- dre le ha llevado a ejecutar una labor. Puede existir, pues, un cinstinto sin objeto» que acta irrefrenablemente, repre- seniando una obediencia a la orden interior de hacer todo cuanto es necesario y hacer amar todo lo que ha sido or- denado. Las mariposas durante toda su vida han chupado el néc- tar de las flores, sin conocer otro atractivo, ni otra nutri. cién; pero Megado el momento de depositar sus huevos, nunca los ponen sobre las flores. Ticnen otras directrices, cambiaa aguel instinto de la nutricién que pertenece al in- dividuo y son arrastradas hacia un ambiente distinto, ade- cuado a la nueva especie, que necesita otros alimentos. Pero la mariposa no conoce estos alimentos, como tampoco co- agcerd nunca Ja especie que racer de ella misma, Por con- siguiente, lleva en su interior una orden de la naturaleza, extrafia a su ser. La cochinilla y otros insectos similares, nunca deponen sus huevos sobre las hojas que servirdn de alimento a las pequefias Torvas, sino en la cara inferior de las mismas, para que queden protegidos. Semejante «refle- xin inteligentes la hacen gran ntimera de insectos, que nun- ca se mutren de las plantas clegidas para su prole, Estas concen tedricameate el capitulo de la alimentacidn dz sus pequefuelos; también preven los peligros ¢ del sol - has Iluv El ser adulto que tiene la misian de proteger los nuevos seres, cambia, pucs, sus propios caracteres y se transforma a si mismo, como si hubiera Iegade un tiempo en que la ley habitual que rige su vida, se cerrara porque se produce un gran acontecimiento en la naturaleza, Es el milagro de la creacisn, ¥ entonces hacen otras co- Los instintos-guia 317 sas que no es vivir; pero puede decirse que es un rito que se cumple alrededor de este milagro. Es, en efecto, uno de Jos milagros mas brillantes de ta naturaleza, el poder que tienen los recién nacidos, sin expe- riencia alguna, de orientarse y protegerse en el mundo exte- yior, guiados por instintos parciales en los periodos sensi- tivos. Estos instintos son una guia que conduce a través de Jas dificultades sucesivas y anima al ser, de vez en cuando, con el poder de impulsos irresistibles. Fs evidente que la naturaleza no ha cedido al adulto la proteccién de los re- cién nacidos; tiene sus guias y vigila severamente siz obser vancia, El adulto ha de colaborar solamente dentro de aque- los limites en que actiian los instintos-eufa para la protec- cin de la especie, Y muchas veces, como demucstran los peces y los insectos, los dos instintos-guia del adulto y del huevo ser, action de manera separada e independiente; ¢s decir, sin que nunca se ercnentren en Ja vida los progeni- tores y sus hijos. En los animales superiores los dos instia tos van conjuntamente al encuentro de las criaturas, desa- srolkindose wna coliboracion armoniosa. Y es en la con fluencia de los instinios-guia maternos con los periodos sen- sitivos de los recien nacidus, donde nace el amor consciente entre progenitores ¢ hijos. © bien se praducen relaciones maternas, exiencidas a toda una sociedad organizada, que achian hacia los nuevos productos en su totalidad, y que ‘son impersonalmente, los productos vivientes de ta (como ocurre en los inscetos socisbles: las abejas, hormi- gas, etc.) El amor y cl sactificio no son causa de la proteccion de Ia especie, sino cfecto del instinto-gula animador, que tiene sus raices en las profundidades del grandiose Isboratorio creador de la vida y al que cada especle liga su supervi- vencia. El sentimiento fcilita la mision impuesta a las criaturas ag El nino y da al esfuerzo aquelks delici seres en Ia perfe ralent Si se quisiera abrazar en una visién Gnica todo el mun. do de los adultos, podria decirse que periodicamente se ori- gina una desviacién de las leyes que le son propias. de las leyes mis vistosas de Ja naturaleza y gue por consiguiente, consideran absolutas e intangibles, Ast quedan destroza- especial, que encuentran los a vbediencia a lus Grdenes de Ja natu- pamovibles; asi se inutilizan, como si se de jars el paso a alge superior, y se doblegan ante hechos con- travios a las mismas leves; es decir, se suspendem para se- cundar lay mueias leyes que sparecen en fa vide infamtil de Ja especie. Y asi se mantione Ia vida: son las suspensiones que [a renuevan ¥ permiten continua eternamente Pero podemos preguatarnos: ¢Comu participa el hom- bre ¢ estas Teyes de Is naturaleza? Se dice que el hombre eniciva en sf mismo, como en sintesis Suprema, todas los. fenomenos naturales de los seres inferioses a él; los resume ¥ supera, Ademuis, por el privilegio de la inteligencia, des taca con explendor brillantisime por ef rambo siquicy que Ie rodea, constituido por imaginacion, sentimiento y arte. eComo se exponen y bajo gue apariencias sublimes se amanifiestan Jas das vidas de Ja huimanidad? Verdaderamen te no aparecen tas dos vidas. Si investigames e] mundo hu- mano, hemos de deciv que selo se encuentra un mundo de adulios, donde domina la lucha, cl esfuerzo de adaptacion, fan de la victoria exterior, Las hechos que se desarro flan en cl mundo humane, cunvergen todos hacia la con quista ¥ Ia producciv, comy sino debiera considlerarse nacht mcs, La fuerza humana choca y se gasta en la compe- rom el filo de una espada que golpea contra una co- rau. Si cl adulto considera al nitiv, 1b realiza con aquell: fogica que aplica a su misma vide: ve en el un ser distinto e inutil, que aleja de su presencia; o con lo que se Hama edu Los instintos-guia 39 cacitin, hace un esfuerzo para atraerlo prematuramente ala forma de su propia vida. Y actéa como actuaria (si fuera posible) una mariposa que rompiera el capullo de su ninfa para invitarla a volar, o una rana que extrajera del agua a sus renacuiajos para hacerlos respirar por los pulmones y a cambiar en verde el color negro que no le agrada. Asi hace el hombre con sus hijos: el hombre le muestra sus perfecciones propias, la propia madurez, su ejemplo his- torico, invitando al nifio a imitarle. Los caracteres distintos del nif, nos hacen pensar en Ie nevesidad de organivar un ambiente distinto y medios de vida adaptados a esta otra existencia. Como puede explicarse una cumprension tan dispara- tada en cl ser mas elevado, mas desarrollado y dotado de inteligencia propia, el dominador del ambiente, Ia criatura lena de poder, que puede laborar, respecto de los demas seres vivientes, con una superioridad inconmensurable? El, que es el arquitecto, el constructor, ef productor, el transformador del ambiente, hace por su hijo menos que una abeja, un insecto, menos que cualguier criatura. Bs posible que el instinto-guia mas elevado y esencial de la vida, falte por completo @ la humanidad... y que ésta sea completamente inerte y ciega ante el fendmeno mas emo- cionante de la vida universal, de Ia que depende la existen- cia de Ja especie? El hombre deberia sentic paralclamente algo semejante fa lo que sienten los demas seres, porque en Ja naturaleza todo se translarma, nada se destzuye y son especialmente indestructibles las cnergias que dirigen el universo: éstas existen ain cuando se desvien de su objetivo El hombre constructor, ddnde construye el nido desti- nado al nifio? Deberta inspirarse en una exaltacion de belle- za, donde el hombre desarrulle su arte més elevado; aquella que no s¢ contamina y no se modela sobre ninguna necesi- ntiio . donde un impulso de amor generoso hace acy. mular riquezas que no se utilizan en el mand de le pro, duccidn. Son lugares donde cl hombre siente la necesidad de suspender y olvidar sus caracteres consuetudinarins. done de percibe que la parte esenc ie mantiene la vida no eg Ja lucha. Y donde percibe, como una verdad que surge del abismo, que e] superar a los demas no es el secrete de la supervivencia, ni Ja parte importante de la vida. ¥ es la preocupacién, donde el abandono de si mismo, parece con trariamente la verdadera esencia vivificante. @No existe al- gin lugar donde el alma aspire a romper las leves ferreas que la ligan al mundo de las cosas externas? (No se t de Ja investigacién ansiosa del milagro para con vida? Y al mismo tiempo, gno es Ia aspira que se encuentra fuera de la vida individual, que va y se extiende hacia la eternidad? En esta vin se hal vaci6n. En estos lugares cl hombre siente la nccesidatd de la renuncia a sa razonar fatigoso, Porque todos éstos son los sentimicntos que deb car el hombre, por kechos andlozos a los que Hera setes vivientes a Ia suspensic crificiv de si mismos, con el Ia eternidad. Si, hay lugares donde el hombre dal ce la conquista, sino la necesidad de a pus de Ja inocencia, aspivando a la s esta paz inocenie, el hombre busca vida, casi una resurreccién en el mundo opresor. Si, deben existir sentimientos grandiosos en la humint dad, distintus y opuestos a los de la vida Es ls vor divina que nada puede desviarla, que wes Britos 2 los hombres para entretererlos alrededor del Nile 46 EL NINO MAESTRO Encontrar los instintos-guia del hombre es una de las més importantes investigaciones a desarrollar en nuestros dias. Hemos iniciado este estudio habiéndolo desarrollado de la nada hasta el principio; éste ha sido nuestro tributo. Esto abre una via nueva de investigacién porque los resul- tados hasta ahora obtenidos, son Ia prueba de la existencia de estos instintos y la primera indicacién sobre la manera de estudiarlos Su estudio es posible tinicamente en el nino normaliza- do, que vive libremente en un ambiente determinado por sus necesidades de desarrollo. Entonces aparece una nueva naturaleza del hombre, con tanta claridad, que sus caracte- res normales se imponen como una realidad indiscutible. Numerosas experiencias han mostrado una verdad que invade por igual dos campos: el de la educacién y el de ta organizacién social del hombre, Es evidente que la organi- em El nifto zacién social de los hombres que tuvieron una naturaleza diferente de la conocida ordinatiamente, debiera ser distin- ta; y es la educacién que puede indicarnos el modo de nor malizar también la sociedad del adulto. Esta seria una re- forma social que no puede depender de una idea o de | energia de algunos individucs organizadores, pero de la cual surgitia lenta y constantemente un nuevo mundo en medio del viejo: el mundo del nifio y del adolescente. De este mun- do debieran desarrollarse lentamente las revelaciones, las gufas naturales necesarias a la vida normal de la sociedad. Es verdaderamente absurdo suponer que reformas ideales 0 energias individuales puedan remediar un vacfo tan encr- = como el que se hace en el mundo al nifo reprimido y esclavizado. Nadie podré remediar los males siempre crecientes, que tienen su primeras raices en el hecho de que los hom- bres son todos «anormsles» porque su infancia no ha po- dido desarsollarse siguiendo las directrices de la naturaleza y por ello han sufrido desviaciones irremediables. La energfa desconocida que puede ayudar a la humani- dad es la que se encuentra en el niffo. ‘Ahora es tiempo de renovar aquella frase: «Nosce te ip- sum» con que comenzaron todas las ciencias bioldgicas que han contribuide a mejorar la vida fisica del hombre, a tra- vés de la medicina moderna y de la higicne; seitalando el nivel de una civilizacién mas elevada; la civilizacién de Ja higiene fisica. Pero en el campo s{quico, el hombre todavia no se cono: ce a si mismo. Las primeras investigaciones del «nosce te ipsum» fisico se realizaron con la anatomia sobre cuerpos de hombres muertos: las primeras investigaciones sobre el nosce te ipsums siquico, sobre el hombre vivo recién nacido. Sin estas consideraciones fundamentales, parece que 10 podrd existir ningiin camino abierto al progreso, asi como a El nivio maesiro 323 a supervivencia de la humaridad en nuestra civilizacién. To- dos los problemas permaneceran sin solucionar en las eues- tiones sociales, como han quedado insolubles los problemas relativos a lo pedagogia cientifica moderna, Porque el per- feccicnamiento de la educacién puede tener una sola base: Ja normalizacién del nifio. Después de esto, los problemas pedagdgicos son sol bles, pero no se presentan por completo. Mas atin: los re- sultados son insospechados y sorprendentes como milagros. Pero el mnismo procedimiento es necesario para la humani- dad adulta y para ésta solo existe un problema verdadero; es el nosce te ipsum, es el conocimiento de Jas leyes ocultas que guian el desarrollo siquico del hombre. Pero este pro- blema ya ha sido restelto por el nifio siguiendo un camino ractico. Fuera del mismo a0 se vislumbra salvacion alguna praciicamente posible. Porque toda cosa buena cae sobre hombres desviados que buscan la posesion para ‘si y buscan Ja manera de adquirir los medios para el poder; y entonces queca destruido aquel bjen antes de poder ser aplicado, transformandose cr. un objeto peligroso para la vida huma- ‘a. Por eso es que toda cosa buena, todo progreso, todo licccubrimiento, puede aumentar el malestar que aflige al mundo, como lo demuestran las maquinas, que som el pro- greso social mds tangible para todos nosotros. Cualquter in- vento gue podria engendrar elevacién y progteso, puede nusarse para Ja destruccién, para la guerra, pera la industria que entiquece. Los progresos de la fisica, de la quimica, de Ia biologia; los perfeccionamientos de los medios de trans- pare, no kacen mas owe agigantar los peligros de la des- Pauceién, de la miseria, de la aparicion de una barbarie cruel. Por ello nada podemes esperar del mundo externo, hasta que la nermalizacién del hombre no se reconozca como Ja SGnauista fundamental de la vida social, ¥ solamente des- 324 z El niio Puts de esto, todo progreso externo podra aportar biencstar Yuna civilizacion mas periecta, Por eso debemos cansiderar al nifio como ef Faro de nues. tra vida futura. todo el que quiera alcanzar éxito en algo benéfico para la sociedad, debe apoyarse necesariamente on el nif, no solamente para salvarle de las desviaciones, «i tambien para conocer et secreto practicu de nuestra pr Vida, Desde este punto de vista, la figura del nino se pire seiita potente y misteriosa, y hay que meditar sobre la mis. ma, porque el nifio, que contiene el secteto de nuestra na. turaleza, se convierte en nuestro maestro, no 47 LA MISION DE LOS PADRES Los padves no son los constructores del nifio, pero son sus custodius, Han de protegerle y cuidarie en un sentido profundo, como asumiendo una misiin sagrada que se ex tiende miis alla de los intereses y de los conceptos de la vida exterior. Los padres son custodios supernaturales como Ja religion ha concebidy los angeles protectores, dependien- x directamente del ciclo, mas poderosos que cual quicr autoridad humans y unidos al nifty por lazos invis bles para este, pero indisolubles, Para tal mision los padres deben purificar cl amor que Ja naturaleza ha puesto en su corizén y comprender que este amor es ta parte conseiente de una guia mis profunda, que no debe ser contaminada por cl egoismo ni por ta inercia, Son las padres quienes de- ben ver y abrazar la cuestion social que se imponc en nucs- tro presente: la lucha para establecer em el mundo los dere- chos de la infancia. 326 El niio Se ha hablado macho en estos thtimos tiempos de los derechos del hombre y, en especial, de los derechos de los QpFFTOS, pero ha llegedo el momento en que es nceesmrio hee blar de los derechos sociales éel nino, 1a cuccian social de 10s obreros fue una cuestién fundamental de law seen formaciones sociales, porque la humanidad vive tinicamene del trabajo humano y por ello, de aquella euestion depend {a existencia material de toda la humanidad. Pero if zarlo produce lo que el hombre consume y crea en el munte externo, el nifio produce |, misma humanidad; Por ello, sus derechos von todavia mas exigentes on roclamar tranclones clones sociales. Es evidente que los cuidados mi y Perfectos deberian ser dedicados al niio por humana, para roci ir, a tray’s del mismo, mayores posibilidades en la humanidad Futu Por el contrario, el hecho de haber fos derechos del niftu, de haberlo de ignorar su valor, su poder un sentimiento que hiciera modo vehement. sapien! Ta sociedad ayor energia y ulvidado y descuidade itormentado y destruide, ¥ su esencia, deberia suscitar ‘accionar a la humanidad de 48 LOS DERECHOS DEL NINO ia proocupado Jo mas minimo del sociedad no se habia preocupa a oh iota el umbral de nuestro siglo. Lo stars nob alt Borde nacta: solamente a los ealdades-de Me sont 7 ‘i ay defensa tnica dei ninw existe Ia autoridad pa lease a esiduo de ly normaas del derecho saat dde hace dos mil afus. Durante tan largo pe odo a len Ja eivilizacion avanai considerablemente con leves aN i sero defo al nit a defeasa social. Solo del adulto, pera dejy al nifo sin ninguna def ¢ fueron reservados los mei se nee tastes de la familia donde habit nacido. ¥ sien elit no existe medio alguno, el nino tiene que d aaa a Ta mniscrin material ioral ¢ intelectual, sia que sacle dad asuma la mas pecuetia responsabilidad pee €L aes dad no ha realizado hasta abi, nigga epee de la ci 2 debidamente a los niitos c ja para recibir y cuida’ f ee a Vea a formar parte de Ja misma. El Estado, gue pi fe 328 El niio que estan siguroso en el despacho de documentos oiciales *exige formalismos minuciosos y que es tan amante de reelamentas todo lo que lleva la ms minima responsabl ‘ ad social, no se preocupa en absoluto de comprobar a ca bacidad de los fututos padres, de proteger adecuadamente a sus hijos y de custodiar su desarrollo. No hi No ha los padies singin lar de fstrucion y ae eqist guiere fundar una familia basta que se dri al Exo, cumpliendo el Gnico deber impusste, que es el de elebrar el rito matrimonial. Considerando todo est ‘ odo esto puede afirmarse que a sociedad, desde ls tiempos primitives s desintereso cn sbscluto de los pequefios aperatios alos que la naturaleza confié la mision de : : jén de constwuir la humanidad, Entre el ncesance progreso en favor del avulto, aquellos te quetado relegados como seres que no percenecen a le soci lad humana: extrasociales, aislados, sin medio alguno de comunicacién que permita a la sociedad dars verdaderas condiciones Sse enema sas Podrian ser victimas, sin ot sociedad lo advirtiera. tories, tet c , como recor cig a cencia, cuando hace eerea de medio siglo, la medi Cina comenas a interesarse por la ffanca, Eta, entonces staba todavia mas abandonada, no hh icos speci lstas para la infancla, ni hospitales para al nfo. Pueron las fradistna. Se cksobris enroncer queen ep Decon ox que nacieran muchos hijos, pocos. s fede aquellos nifios paresis tan natural, que ls fa abian habituado a ello, con la ides de \ sabia , con la idea de que los tian vordaderamente, sino que subjan al cislo, constituia pera todos meee preparacién espiritual para some. se con resignacicn a aquella especie de reclutat ns cicn a a i im le angelitos por parte de Dios, que deseaba tenerlos 4 su, ‘ado Los derechos del nifto 329 Eran tantos los nifios que morfan por ignorancia y por falta de cuidados, que el fenémeno fue calificado de «matanza normal de los inocentes». Se denuncis el hecho y répidamente se organizé una in- tensa propaganda, que hizo nacer una nueva responsabi lidad en la conciencia humana. No bastaba que las familias dieran vida a sus hijos, tenfan que salvar estas vidas y la ciencia in- idicd los medios para realizarlo: los padres y las madres de- Dian asuumir nuevas condiciones y recibir las instrucciones necesarias para practicar la higiene infantil. Pero no solamente sufrian los nifios en el seno de la fa- milia: las observaciones cicntificas Ilcvadas a cabo en las es- cuelas, constituyeron otra revelacicn impresionante de sus tormentos. Esto ocurrié en la ultima décaca del siglo pase- do, en la misma época en que la medicina descubria y ests- diaba las enfermedades originadas por el trabajo en los ope- Tarios, trazando los primeros pasos de la higiene social del trabajo, que establecid la base mas positiva de la lucha soe ‘al en favor de los obreros. Se vio entonces que, ademas de las enfermedades infecciosas por falta de higiene, los nitios su- frian tambiéa enfermedades originadas por st trabajo. ‘Su labor se desarrollaba en la escuela, donde estaban en- cerrades y exclavizados, expuestos a un tormento obligado pot la sociedad. El pecho estrecho, que daba una predisno~ icin adquitida para Ja tuberculosis, era originado por tas larges horas de inmovilidad inclinados sobre el pupitre para ir; fa columna vertebral se curvaba por Ja mis- ma posi 5 ojos eran miopes por e! prolonga- do eefuerzo de mirar sin luz suficiente, y, en fin, todo el querpo deformado y casi asfixiado por su larga permanencia en lugares reducidos y cerrados. Pero el tormenta no era solo fisico; se comprobé que se leer y ese extendia al trabajo mental, Los ‘estudias eran forzados y los ides, constretidos entre el tedio y el temor, tenfan la mente 330 El nifio fatigada y el sistema nervioso exhausto. Eran perezosos, des- corazonados, melancélices, vieiosos, sin confianza en si, sin Ja hermosa alegria de la infancia. La familia no se daba cuenta de ell no se dal lo. Lo que le preocupaba ra que los nifios putieran pasar los eximenes ¢ instruirse Jo mas rapidameate posible para economizar tiempo y di= nero. No era la instruccién en si misma, la elevacidn de la. cultura que preocupeba a la familia: sino corresponder al Mamamiento social, ala obligacién impuesta; obligacion que Face y costaba dinero. Lo que importaba era que los hijos jegaran a «poseer» el pasaporte social en el Degra p ‘menor tiempo Las investigaciones realizadas entonces sobre los nifios de las escuelas, pusieron de relieve otros hechos emocionan- tes; muchos nifios pobres Hegaban a la escuela completamen- te fatigados por la labor de la mafiana. Antes de entrar en la escuela algunos habian andado algunos kilémetros para distribuir leche por las casas, o habian corrido gritado por las calles vendienéo periddices o trabajedo en casa. Y llegs- ban hambrientos y sofolientos con el tnica deseo de descan. sar. Estas infelices victimas reeibian mavor cantidad de cas- tigos, porcue no podian prestar atencicn a las ensefanea del maestro y no comprendian sus ex preocupado por su responsabilidad, y mas ain : ain por su auto- ridad, procuraba despertar el interés de aquellos haustos, por medio del cestigo, impulséndoles a la obedien- ‘cimipor. Jas amenazas. Les humillaba ante todos sus compa. fieros por su incapaciéad y por su voluntad remisa. Asi estos nifios desgraciados pesaban la vida entre la explotacién de Ja familia y los castigos de la escuela, Fue tanta la injusticia revelada en aquellas primeras ob- servaciones e investigaciones, que se produjo una verdadera reaccion social, modificando rapidamente Tas escuelas y los reglamentos relativas. Se constituyé una nueva rama impor- TI Los derechos del nino 331 tante dela medicina: Ja higiene escolar que ejerce una accion protectora y rogeneradora sobre todas las escuelas oficiales de Jos paises civilizades. El médico y el maestro de ahora se encuentran asociados en beneficio de los escolares. Esta fue, podemos decir, la primera sancion social de un error antiguo e inconsciente de toda la humanidad, sefialando el primer paso hacia la redencidn social de Ja infanck Si se mira hacia atras, antes de aquel despertar inicial, y se recorre el camino de la historia, no se encontraré nin- Jia hecho saliente que revele el reconocimiento de los de- Fechos del nifio o una intuicidn de su importancia, Sin em- bargo, Cristo les !lamé para indicar al adulto como debia guiarle hacia el reino de los ciclos, advirtiéndole de su ce- guera, «Sino te conviertes y no llegas a ser semejante a este io, no podras entrar en el reino de los cielos». Pero el aduk- to continud preocupandose unicamente de convertir al nino, prosentindose a si mismo como ejemplo de perfeccion. Pa- ece que esta terrible ceguera del adulto ha sido incurable. Misterio del alma humana, Esta ceguera ha sida un fendme- no universal, tan antiguo como Ia misma humanidad, En efecto, en toda aspiracidn educativa y en toda la peda- gogia antigua hasta la de nuestros dias, la palabra educacton fue siempre sindnimo de la palabra castigo. ¥ su finalidad fue siempre Ia de someter el nifio al adulto, que se sustituye aa naturaleza, poniendo sus argumentos y sus fines en el Tugar de las leyes de Ja vida. La misma Biblia entre los pro- verbios de Salomén indica asf a los hombres sus deberes de educadores: «No economicéis los azotes a yuestros hijos», porque el regatearlos significa odiarles; quicre decir conde- nar vuestros hijos 2 las penas del infierna '¥ despues de millares de afios ro ha cambiado mucho Ta situacién. En Iss diversas naciones, existen distintos usos: familiares para castigar a los nifios. En Jas instituciones pri- vadas de educacidn, muchas veces se especifican los castigos 332 EL nivio €n uso, como se presentaria la insignia o el escudo de ar mas, Algunas usan humillaciones, como colgar carteles inf... ‘mantes en la espalda, colocar sobre la cabeza orejas de asne, @ exponer el alumno a una verdadera picota, de modo que ef que pase delante cel castigado, se ria del mismo y le insulee Tambicn hay castigos que soa tormentos isicos: peemmane: cer de pie durante varias horas, de cara a ua rincén del aul fatigandose y aburrigndose sin hacer nada, sin ver nada, con, denado a mantenerse en el castizo por stt propia volunta, Ore cast jas desmudas, v ser avotado o vurrado publicamente. Un refinamiento mod fa eseitcta y la familia en un mi n la ven un mise mo simulacty de edueacign; prinepio que se a result or cwnizands a es el cast del niftw. El alumno castigado en la esevel cion de anunclar su sentencia e Este se una al maestro e @ yen las reconvenciones; va traer a Ta vscuel fera reourrir ol nie, ¢ 98 por ¢ et delito X eDonle estivel pueden recul existe eostigar ion 's castigos usados en las fam uestros dias s zadas recien mente s demostrar que hasta en » existe nacien alguna donde nn se castiguen los nitios en familia. Estos castigos consisten Los derechos del mio 333 gritos violentos, ofensas con palabras insultantes, bastona- zos, abofeteos, pellizcos, asustar al nifio durante largo tiem po, encierro en habitaciones oscuras y pavorosas, amenaza- dos con peligros fantasticos, sustraidos de lay pequeriay dis traccianes y cansticlos que son el tnico refugio de ta esclavi- tud perpetua o Ia compensaci nconscien- iemente soportados: culo paneros, nas o frutas. ¥ 1 como impuesto especialmente por la noche: evete do toda Is noche por ob aya comer go castigo familiz a In cama sin cenar, ¥ € la pena y por el hambre ‘Aunque los castigos se han ido atenuando cipidamente en Ins familias cullas, todavia se usan; y las maneras brus- cas, la vor dura, severa y amenazadora constituyen el trate- miento mas corriente del adulto para cl nifio. Parece natu- ral que eladulto tiene el derecho de pegar al nifio: y la madre se esfuerza en considerar un deber el abofetcarle, No obstante, han sido abolidos para cl adulto los castigos corporales, pues rebajan el nivel de la dignidad y constitayen luna vergitenza social.

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