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ARISTOTELES EL ARTE POETICA SEXTA EDICION ESPASA-CALPE,.S. A. MADRID ARIS TOTELES EL ARTE POETICEA 1. Hablemos ahora de la trage ia, resumiendo Ja definicién de su esencia, segiin que Tr ulta de las ‘cosas dichas. Es, pues, la tragedia (4) representa cién de una accién memorable y¥ perfecta, de mag- nitud competente, recitando (2) cada una de las partes (3) por si separadamente, y (4) que no por modo de narracién, sino moviendo a compasion y terror, dispone a la moderacién de estas pasiones. Llamo estilo deleitoso al que se compone de nii- mero, consonancia Y melodia (5). Lo que afiado de Jas partes que obran ‘separadamente, es porque al- gunas cosas s6lo se representan en verso, en vel que otras van acompafiadas de melodia. Mas, pues se hace Ja representacién diciendo y haciendo, ante todas cosas el adorno dela perspectiva (6) necesa- riamente habré de ser una par! de la tragedia, bien (7) asi como la ‘melodia y la diccién, sien asi que con estas cosas representen. Por diecién enitiendo la composicién misma de los versos y por melodia Jo que a todos es manifesto, ¥ como sea qe la representacién es de action, ¥ ésa se hace por cfertos actores, los cuales han de tener por fuorzs algunas calidades segin fueren sus costum- 6 ARISTOrELES bres y manera de pensar, que por éstas cali también las acciones;. dos ian inlnais lay cansas de las acciones: los dictamenes (8) y las costumbres; y por éstas son todos venturosos y des- venturados. 2, La fabula es un remedo de Ja aecién, doy este nombre de fébula a la egal de ios stuces0s; y de costumbres a las modales, por donde calificamos a los sujetos empefiados.en la accién; de dictémenes a los dichos con que los interlocu- tores dan a entender algo, o bien declaran su pen- samiento. Siguese, pues, que las partes de toda tra- edia que la constituyen en razén de tal, vienen a ser seis, a saber: fabula, cardcter, diccién, dicta- ‘men, perspectiva y melodia; siendovasf que dos (9) son las partes con que imitan, una cémo (10) y tres las que (11) imitan, y fuera de éstas no hay otra. Por tanto, no pocos poetas se han ejercitado en, estas, para decirlo asi, especies de tragedias; por ver que todo en ellas se reduce a perspectiva, ea: rdcter, fAbula, diccidn, dictamen,y.melodia, rect- procamente. oe 3: Pero lo més principal de todo es Ja. ordena- cién de los sucesos. Porque la tragedia es imitacién, no tanto de los hombres cuanto de los hechos y de la vida, y de ja ventura y desventura; y la felicidad consiste en acci6n, asf como el fin (12) es una es- pecie de accién y no calidad. Por consiguiente, fas costumbres califican a los hombres, mas por las acciones son. dichosos o desdichados. Pok tanto, no hacen la representaeiOn para intitar las oostutn- bres, sino valense de las.costumbres para el retra- EL ARTE PoETICA yt to de las acciones. De suerte que los,hechos.y la fabula son el fin de Ia tragedia iy no hay duda que fl fin es lo més prineipal en todas las cosas), Pus Siertamente sin accién no puede haber tragedia; mas sin pintar las costumbres puede muy bien ha: pera, dado que las tragedias de la mayor parte de Tos modernos no las expresan. En sumia, a muchos poetas ha sucedido lo mismo que entre los pintores pegeuxis respecto de Polignoto: que éste (18) ¢o- pia con primor los afectes (14), cuando las pint vas de aquél no expresen ninguno. Ademas, que gunque’ aguno acomode discursos morales, lin: sulas y sentencias bien torneadas, no por eso habra satisfecho a lo que exige de suyo la tragedia; pero sauehe mejor tragedia ser la que usa menos de ates cosas y se atiene a Ja fabula y ordenacién de tos sucesos. Mas las principales cosas con que la tragedia reerea el 4nimo son partes de la fabula, jas (18) peripecias y dnagnérisis. Prueba de Jo mismo es que los que se meten a potas, antes| peiertan a perfeccionar el estilo y caracterizar los sujetos, que nio a ordenar bien los stucesos, como se ve en los poets antiguos casi todos. # 1. Bs, pues, la fSbula lo-supremo y casi el alma de la tragedia, y en segundo lugar entran las c0s- tumbres, Eso mismo acaece en la pintura; poraue si uno pintase con bellisimos colores (16) cargando ja mano, 0 agradaria tanto como el que hiciese un buen retrato con solo albayalde; y ya se dijo que la fabula es Fetrato de la accidn, y no ins que por su causa, de los agentes. La tercera cosa es el dic- tamen, esto es, ol saber decir lo que hay y cuadra we ABISTOTELES al asunto; Jo cual en materia de pléticas es propio de la politica y retérica, que aun por eso los anti- guos pintaban a Jas personas razonando en tono politico, y los modernos en estilo retérico, Cuanto a las costumbres, el cardcter (17) es el que declara cual sea la intencién del que habla en las cosas en que n6 sé trasluce, qué quiere o no quiere. Por falta de esto algunas de Jas plilicas no guardan el carde- ter. Pero el dictamen (18) es sobre cosas en que uno decide cémo es, 0 cémo no es, lo que se trata, 0 Jo. confirma en general con algin epifonema, La cuarta es Ja ediciGn del estilo, Repito, conforme a Jo ya insinvado, que la diccién es la expresién del pensemiento por medio de las palabras, Jo que tie- ne igual fuerda en veiiso que en prosa. Por lo de- amis (19), la quinta, que es la melodia, es sobre todas suavisime. La perspective es, sin duda, de gran Fecreo a la vista, pero la de menos estudio y menos propia de la podtica, puesto que la tragedia tiene su mérito aun fuera del espectaculo y de los farsantes, Ademas que cuanto al aparato de la es- cena es obra mas bien (20) del arte del maquinis- ta, que.no de los postas. 5. Fijados estos dos puntos, digamos ahora cual debe ser la ordenacién (21) de los sucesos, ya que esto es Jo primero y inés principal de la tragedia. | Sentamos antes (22) que la tragedia eva remedo de ung accién completa y total, de cierto grandor, por- Jo que de suyo no otro; antes bi EL ARTE POETICA 43 que otro exista 0 sea factible. Fin es, al contrario, Jo que de suyo e3 naturalinente después de otro, © por-necesidad, o por lo comin; y después de s{ ningtin otro admite. Medio, lo que de suyo se signe a otro y tras de si aguarda otro. Deben, por tanto, los que han de ordenar bien las fébulas, ni priticipiar 4 la ventura, nia la ventura finalizar, sino idcarlas al modo dicho. 6. Supuestas Jas cosas ya tratadas, pues aue lo hermoso, v. £., un bello objeto viviente y cualquier ‘otra cosa que se compone de partés, debe tener éstas bien colocadas, y asimismo la grandeza co- rrespondiente, porque la hermosura consiste en propo: infigrese que ni podré ser hermoso um aniraal muy pequefiito, porque se con- funde la vista eimpleada ent poco mas de un punto; ni tempoco si es de grandeza descomunal, porque no lo abraza dé un golpe la vista: antes no perci- pen los ojos de los que miran por partes el uno (24) y el todo, como si hubiese un animal de legua (25) y media. Asi que como los cuerpos y los animales han de tener grandeza, si, mas proporcionada a la vista, asi conviene dar a las fabulas tal extensién que pueda la memoria retenerla facilmente. | férmino de esta extensién respecto de los espec- téculos y del auditorio no es de nuestro arte, pues to que si se hubiecen de recitar cien tragedias en piiblico (26) certamen, la recitacién de cada una se regularia por reloj de agua (27), segiin dicen que se hizo alguna ver en otvo tiempo. Pero si se atien- dea la naturalezs a grminic en la ex- anisroreces con tal que sea bien perceptible. Y para de- hablando sin rodeos, la duracién que vero- simil o necesariamente se ‘requiere segtin la serie continua de aventuras, para que la fortuna se true- que de feliz en desgraciada, 0 de infeliz en dichosa, ésa es la medida justa de la extensidn de la fabul Dicese que la fabula es una; no como algunos pien san, por ser de’ uno-solo, ya que muchisimas (28) cosas suceden a uno en la vida, varias de jas-cuales de ningdn modo forman unidad (29); asi ni°més ni menos varios son los-hechos de uno, de los cua~ les nunica resulta una accién, Por tanto, yerran al parecer todos cuantos poetas han compuesto la He- racleida (30) y Teseida, y semejantes poemas; figu- randose que, pues Héreules fue uno, se reputa tam- bién una la fabula. Mas Homero, como en todo lo demés es excelente (81), también parece haber pe- do esto, fuese por arte o por agudeza de in- genio; pues componiendo la Odisea, no conté todas cuantas cosas acaecieron a Ulises, v. g., haber sido herido (32) en el naso (33), y fingido estar en la revista del eiército. De las cuales cosas, no. ) porque una’ faltase, era necesario o verosimil que sucediese la otra. Pero cuenta las que concurrieron ‘ala accin determinada, cual decimos ser la Odi- sca (84), igualmente'que la Tliada (85). Bs forz0so, pues, que cofio en las otras artes representativas una es la representacién de un sujeto, asi también la fabula, siendo una imagen de accidn, lo sea, ¥ de una; y de esta toda entera; colocando las partes de los hechos de modo que, trastrocada o removida, cualquiera parte se transforme y mude el toda; BL ARTE POETICA 1s pues aquello que ora exista, ora no exista, no se hace notable, ni parte es siquiera del todo. 7. Es manifesto asimismo de lo dicho que no es oficio del poeta el contar las cosas como sucedie- ron, sino como debieran o pudieran haber sucedi- to, probable o necesariamente; porque el histori dor y el poeta (36) no son diferentes por hablar en yerso 0 en prosa (pues 5¢ podrian poner en ver- so las cosas referidas por Heredoto, y no menos ‘seria la verdadera historia en verso que’ sin ver- 30); sino que la-diversidad consiste en’ que aquél cuenta las cosas tales cuales sucedieron, y éste como era natural que sucediesen. Que por eso la poesia es mas filoséfica y doctrinal que la historia; por cuanto la primera considera principalmente Jas cosas en general; mas la segunda las refiere en particular. Considerar en general las cosas es cual cosa conviene a un tal decir o hacer, conforme a Jas circunstancias 0 a la urgencia presente; en lo cual pone su mira la poesia, acomodando los hom- ‘pres a los hechos. Referir las cosas en particular es decir qué cosa hizo 0 padecié en realidad de verdad Alcibi .. En orden a la comedia, la cosa bien clara; porque compuesta la fabula de suce- fos verosimiles, segtin ésos, ponen a las personas Jos nombres que les vienen a cuento; no como los coplistas burlescos, tildando por sus nombres a su- jetos particulares. En la tragedia se valen de los nombres conocidos, porque lo factible es cre mas las cosas que nunca se han hecho, no, Inego creemos (87) ser factibles. Al contrario, es eviden- ‘te que los hechos son factibles; porque no hubieran re ARISTOTELES ‘sido héchos si factibles no fuesen. Sin embargo, en algunas tragedias uno o dos nombres son Jos cono- cidos (88), los demas supuestos; en otras, ninguno és verdadero, como en el Anteo y en la Flor de ‘Agatén (89), donde Jas aventuras son fingidas bien como los nombres, y no por eso deleita menos. Por Jo cual rio siempre se ha de pedir al poeta el que trabaje sobre las fbulas recibidas, que seria. de- ‘manda digna de risa; visto qité las cosas conocidas de pocos son sabidas, y no obstaite, a todos d ‘tan. De'aguf és claro que el poeta debe mostrar su ‘talento tamto'mas en la composicién de las tabulas que'de 10s versos, cuanto es cierto que el poeta se denomina tal de 1s imitacién, Mas lo que imita son las acciones; luego, aunque haya de represen- tar cosas sucedidas, no seré menos (40) poeta; pues no kay inconveniente en que varias cosas de Jas sucedidas sean tales cuales concebimos que de- bieran y pudieran ser, segiin que compete repre- stntarlas al poeta, De las fabulas sencil c- ‘de nota que las epis6 gusto. LJamo fébula ep fen que se en- tremeten cosas que no es probable ni forzoso que acompafien'a la accién. Estas, los malos poetas las hacen por capricho; Jos buenos, en gracia de los farsanies, porque haciéndolas 2 competencia, para Jas tablas, y alargndolas resentacién es no én de cosas te- , éstas, cuando son mara- tesa | PLABTE PORTIA e vyillosas, suben muchisimo de punto, y mas si acon- tecen contra toda esperanza por el enlace de unas ton otras, porgue asi el suceso causa mayor mara~ walla que siendo por. acaso y por fortuna (ya que aun de las cosas provenientes. de la fortuna aqué- Nas son ms estupendas, que parecen hechas como adrede; por ejemplo, la estatua de Micio en ATEOs, que maté al matador de Micio eayendo sobre stu cabeza en el teatro, pues parece que semejantes cosas no suceden acaso); es consiguiente que tales fabules sean as més agradables. 9. De las fabulas, unas son sencillas, otras.com- plicadas; 1a razon es porque las acciones de que gon imagenes se ye que SOD también de esta ma- mera. Llamo accién sencilla aquella que eontinuada fin perder (43) la unidad, como queda definido, viene a terminarse sin peripecia ni anegndrisis; ¥ complicada, la que tiene su terminacién con reeo- nocimiento’ 0 mudanza de fortuna, o entrambas cosas, lo cual debe nacer de la misma constitucion de la fébula; de suerte que por Jas cosas pasadas avengan ral o. verosimilmente Jos tales suce- sos, pues hay, mucha. diferencia entre suceder una cosa por estas.o después de estas aventuras, 10. La én (44), e8 segiin se ha indicado, ta eonversign, de los sucesos en contrario, ¥ 50, como decimos,.que Sea yerosimil 0 forzoso. Asi en e) Edipo, el gue vino a darle buenas nuevas, con ¢] miedo. de casarse con su madre, manifestandole quién era, produjo contra: rio efecto; y en el Linceo, que 5) ndo conducido, 4 la muerte, y Danao tras | para darsela, sucedié AO wiper x bt Speyer i B - " i por las cosas que intervinieron el que Dénao mu- riese y se.salvase Linceo. Reconocimiento (45), seguin lo declara el nombre, es conversién de per- sona desconocida en conocida, que remata en amis- tad o enemistad entre los que se ven destinados a dicha o desdicha. El reconocimiento mas aplaudido es cuando con él se juntan las revoluciones, como acontece con el Edipo (46). Hay también otras suertes de’ reconocimientos, pues en Jas cosas in- sensibles y casuales acaece a la manera que se ha dicho (47), y'puede reconocerse si uno hizo tal 0 no hizo (48); dado que la mas propia de la fabula y de la accién es sobredicha; porque semejante revolueién y reconocimiento causaré lastima y } | ARISTOTELES | ee cuales son las acciones, de que se supone ser Ja tragedia un remedo, Fuera de que por tales medios se forjara la buena y la mala fortuna. Mas por cuanto el reconocimiento de algunos ha de ser reconocimiento, siguese que se den reconocimien- ‘tos de dos géneros: algunos de una persona sola respecto de la otra, cuando ésta ya es conocida (49) de la primera, y a veces es necesario que se reco- nozcan etitrambas;'por ejemplo: Ifigenia fue cono- cida de Orestes por el despatlio de la carta, y toda via Orestes necesitaba otra sefial para que le cono- ciese ‘Tfigenia. Segdn esto, dos son en orden a lo t dicho (50) las partes de la fibula: revolucién y re- conocimiento; otra tercera es la pasién, Pasién es i una pena nociva y dolorosa, como las muertes ala | vista (51), las angustias mortales, las heridas y co- sas semejantes. | \ ‘BL ARTS POETICA 11. Las partes, pues, de la tragedia que como esenciales se deben practicar, ya quedan dichas. Las integrales, en que como miembros separados se divide, son éstas (62):, prélogo, episodio, salida y coro. Bl coro tiene dos diferencias: una es la entrada y otra la parada. Estas son comunes a todas las tragedias: propias son las variaciones de escena y las lamentaciones. El prélogo es una parte entera y precede a ia entrada del coro. Bl episodio es una parte de por si, y el intermedio entre la entrada y la parada del coro. Finalmente, la par- tida es una parte entera de la tragedia, después de la cual cesa totalmente la misica del coro. To- cante al coro, la entrada (63) es la primera repre- sentacién de todo él, y la parada, el recitado del coro, que no admite anapesto (54) ni coreo. Lamen- tacién es el Ilanto comin del coro en vista de la escena lamentable. Cudles sean, repito, las partes esenciales de la tragedia que se han de poner en obra, consta de lo referido. Las integrales son (55) las que acabo de apuntar. 12. Ahora conviene afiadir consiguientemente fa lo dicho qué cosas han de proponerse y cuales evitar los que forman las’fabulas, de donde resul- tard la perfeccién de la tragedia. Primeramente, supuesto que la composicién de ‘la tragedia més excelente ha de ser no sencilla, sino complicada, y ésta representativa de cosas espantables y lasti- meras (como es propio de semejante representa- cin), es manifiesto que no se han de introducir ni personas muy virtuosas que caigan de’ buena en mala fortuna (pues eso no causa espanto ni lés- wou. 803-3 50 ‘anisrorsiss Bb ARTE POSTICA Bt tima, sino ani indi a ‘ Sees, si bts acacia, tampoco malva- cer o hacer cosas terribles, Por To cual, Ja tragedia gare tis as Goa ox fare (pues ésta segiin arte mis perfecta es de esta forma, ¥ asi ye Tiouda the’ de Ue Gia ios pldes org la tragedia, reer ios que esto culpan en Euripides, de que tal Teal lnstiogo, a tadble) yi ampoco hue Frat on las tragedias, muchas de las euales termi- ‘aay pebpern time dasa oe tampoco sujeto tam en deadichas; siendo eso, comb queda decla- ‘porque fil cinutitucién, dadk pare ent desdichado; ado, 1o que hace al caso, de lo eual es argumento ce a0 are, oeasione algun grandisimo que asi en los tablados como en los se! trader compasién ni certamenes, las tales son celebradas por més tri- . Mae Horabt ls ebmapasit ae; Hene.de at, tjeas, al scien Bien (62). Y cierto, Euripides, f padece no mereciéndol fortuni e bien no acierta (64) en todo, a Jo menos es tenido radars ao pm aih ness erat tal por el mis trégico de todos los poetas. Le sexunde pues, él medio entre los rea . a Resta, Forma de tragedia, que algunos Tlaraan la primera, y éste sera el que es la que tiene doble (65) destino (como Ja Odisea, sp oeaba en suerte contraria de los buenos & Ioe alos), ¥ eS reputada por la era por la deca- “je los teatros, dejéndose llevar (66) los poe- antojo de los mirones, que no es casta el deleite que se percibe de la tragedi ino que ser mas propio de la,comedia, pues en ella, bien wee sean entre sf enemigos tan mortales come On algunos (60) isto y Orestes, al fin se parten déndose las ma- 2, no de adversa en nos, y ningusio muere’(67) # las del otro. ceado (68) de ia fortuna por mal sino por yerro disculpable, hi préspera fortuna, sino adversa; no. por a ei ciel te ppiperaien 13, Gabe, sin duda, el formar wn objeto terrible de ge,las personas, que sean o de la rae: y miserable. por arte de perspectiva, ¥ 0 ‘menos ‘6.60 todo caso antes mejores que calidad seh, ye hacerlo por la constitucién bien ordenada de se confirma por la experiencia. 6 ores Lo que las aventuras, Jo que tiene el primer lugar, ¥ es p Barbe cAnUepas fe poeta més diestro, Porque 1a fAbula se debe fan en rima sin distincién las tramar de modo que, aun sin representaria, on slo of (68) los acaecimientos, cualquiera se Ro- Impadezca de las desventuras; Jo gue Teeaante al que oyere leer la tragedia ser Baio. Pero el representar esto por medio de Anisroreces la perspectiva es cosa de ningiin estudio (69) y que necesita de miniobra. Pues ya los que representan a Ja vista, no un abjeto terrible, sino precisamente monstruoso (70), no tienen’ que ver eon la trage- dia; que de ésta'no se ha de pretender todo lina- ie (71) de recreacién, sino la que lleva de suyo; y como la que resulta de la compasién y del terror Ja debe proparar el poeta mediante la imitacisn, es claro que Se ha de sacar de'loshechos mismos. 14, Vengamos ahora a declarar’cudles de ellos son atroces y cuales lastimosos. "Vese desde luego sér necesario que las accioies recfprocas de los matare al enemigo, no causa lastima, ni haciéndolo ni estando a punto de hacerlo, sino en cuanto al natural sentimiento; ni tampoco si se matan los neutrales. Mas los que se ha de mirar (74) es cuan- do las atrocidades se cometen entre personas ami- gas, como si el hermano mata o quiere matar al hermano, o el hijo al padre o a la madre, 0 hace otra fechoria semejante. Verdad es que no es Ifcito alterar las fabulas recibidas: como el que Clitem- nestra murié a manos de Orestes, y Brifle a las de Alcmeén; bien que deba el poeta inventar por si mismo fabulas nuevas o usar con diseréccién de las ya recibidas, Expliquemos mas qué quiere de- cip:eon discrecién. Lo primero, puede cometerse la accién, como la representaban los poetas antiguos, a sabiendas entre personas conocidas, segun que én Euripides represents a Medea matando a sus hijos. Lo segundo, se puede cometer una atro- A3 Bb ARTE POeTICA 33 ‘cidad ignorando que lo sea al tiempo de comet ~ y despueés reconocer la persona amada, como él Edi- po de Sofocles, donde se pone cometido el error an tes (75) del dia de la representacién. Pero en la tragedia misma se representa en acto de cometerlo el Alemeén de Astidamante, y Telégono en la de Ulises herido. Lo tereero (76), en fin, cuando est uno para cometer alguna de las cosas irremedia- bles y la reconoce antes de hacerla, y no hay otra manera fuera de éstas; siendo, como-es necesario, el hacer 0 no hacer, y @ sabiendas 0 sin saberlo. De todo esto lo peor es el intentar hacerlo a sa- biendas y no (77) ejecutarlo, porque tiene todo 10 perverso y menos de tragico, no padeciendo nadie. ‘De agui es que ninguno se vale de ella sino raras Yeces, como en la Antigona, Emén contra Creonte, Lo menos malo es si se intenta y se hace. Pero mejor cuando se hace sin conocerio, y hecho mal se reconoce, pues en tal caso falta Ja inten- cign perversa y el reconocimiento llena de estupor. Lo més terrible es lo tltimo, pongo por ejemplo: en el Cresfonte, Mérope intenta matar a su y no lo mata, sino que vino a reconocerlo, y en Ifigenia sucede lo mismo a la hermana con el her- mano, y en la Hele, estando el hijo para entregar su madre al verdugo, la recouocié. Por esta causa tes dicho antiguo que las tragedias se reduce @ ‘pocos linajes, porque buscando los poetas asuntos, no de inventiva, sino de fortuna, hallaron este modo de adornarios en los cuentos sabidos. Asf que se ven obligados a recurrir (78) a las familias en que acontecieron semejantes aventuras. En suma, 4 ABISTOTELES secrea de la ordenacién de los sucesos, y cémo y cules han de ser las fabulas; se-ha dicho Jo bas- tante (79). 15.’ Acerca de Jas costumbres se han de consi- derar’ enatro cosas: la primera y principal, que Sean buenas (80). Las costumbres como quiera se conocerin si el dicho o cl hecho de una persona, fSegiin queda notado, diere a entender Ja intencién con’ que obra;-siendo malas, si ella es mala, y bue- hhas; si fuere ‘buena, y cada sexo y estado tiene las suyas. Porque hay mujer buena y ‘buen criado, diet” que'respecto del hombre, la mujer (81)’ es i én, y absolutamente a condi- + “Véién“dél-esclavo es baja. La segunds cosa es que euadien bien, pues el'ser varonil a la verdad es 10, Pero a una mujer no cuadra (82) el ser va~ 'y valiente, Lo'tercero, han de ser semejantes 4 las nuestras, porque ya est indicado que se ha “de mirat'a’ esto, y es cosa distinta del pintar las ‘Buéhas y ‘eomodadas al sujeto. Lo cuarto, de ge- nio-igual; y dado que uno sea desigaal (83) en el genio, él'que le remeda y hace su papel ha menes- ter mostrarse ‘siempre igualmente (84) desigual. Hay ‘uh ejemplo de modales depravados sin causa en el Meneldo del Orestes, y otro contra el decoro ¥ congruencia: es el Ianto de Ulises en la Escila, WO thelios que la rel y de incons- tancia, la Ifigenia en Aulide (85), que en nada se parece despiiés a la que pedia merced poco ant Por esta tazéii es menester, asf en la deseri de las costummbres couio de los hechos, tener si pre presente lo natural o lo verosimil; que tal Aa BL ARTE POETICA 55 persona haga o diga-las tales cosas, y que sea pro- bable’o necesario que esto suceda tras esto. De don- de-consta también que las soluciones de las dificul- tades han de seguirse naturalmente de la misma f4bula, ¥ no como en la Medéa por tramoya (86), y en la Tléoda la quedada (87), resulta (88) ya la yuelta. Si que, se podrd usar de. arbitrios sobre- jpumanos en cosas-que no entran en la represen- tacién, o son ya pasadas, nies posible (89) que hombre las sepa;-o.en las venideras que piden pre- diccién o anuncio, porque si bien atribuimos a los dioses el.saber todas las cosas (90), no. 88 sufre \inguna -extrafieza (91). en-los hechos, sino es que eee ala tragedia, como las. del Edi- ‘po (92), de Séfocles. Y como sea la tragedia:imita- ‘cin de las personas mis sefialadas, debemos imi- tar nosotros @ los buenos pintores de retratos, que, dandoles la forma propia y haciéndolos parecidos al original, los pintan. mas hermosos; de Ja misras manera el poeta representando a Jos coléricos y fle- miticos, y a los de otras semejantes condiciones, ha de formar de ellos un.ejemplar de mansedum- bre o entereza, como Agatén y Homero de Aquiles. tas cosas sin falta se han de observar, y ademés de eso las que por necesidad acompatian a a poesia para uso de los sentidos (93), que también es facil errar on ellas muchas veces. Pero de las tales se ha escrito lo competente en los libros sacaiios a luz de esta materia. © ‘ 18. Qué cosa es anagi ya. se'tocs arribe, pero es de varias manergs. Laprimera y menos artificiosa, de que muchisimos usan por salir del 65 auisrorsess puro, es por las sefias. De éstas unas son natura- les, como’ la lanza con que nacen los terrigenas, 0 Jos lunares, cuales son Ids de Careino en el Tiestes otras son sobrepuestas; de ellas impresas en el €uetpo, como las cieatrices; de ellas exteriores con los joyeles, y en la Tiro la barquilla, Aun de éstas se puede usar mis o menos bien. Asi, Ulises por la cicatriz, de una’ matiera fue reconocido. por su ama (94) de leche, 7 de otra por los (95) pasto- mndo, como Son, menos artificiosas las que se musstran para ser eyeidos, y todas las demés de este jaez, que las descubiertas impensadamente, cual fue la de Ulises en los bafos. La segunda manera es la inventada por el pocta, y por tanto no carece de artificio; como en la Ifigenia, Orestes reconoce a su hermana, siendo después reconocido por ella: ella por la carta escrita; él por las sefias jere el poeta, y no ic cio notado de fall ifi- cio (96), pues igualmente se wieron leat os rias otras cosas. De esa manera es el ruido de la lanzadera en el Tereo de Séfocles. La tercera (97) es por la memoria de lo pasado, 1 ofr algiin objeto, como en las Victorias de Venus por Dicedgenes; el otro, viendo una pinturs, dio un suspiro, y en la conversacién de Alcinoo, Ulises oyendo al citarista y acordindose de sus hazafias, prorrumpié en ligrimas, por donde fue conocido. La cuarta por via de argumento, como en las ofrendas al sepulero: Algin semejante mio ha ve~ nido aqui; ninguno es mi semejante sino Orestes; ‘BL ARTE POsTICA st Imego ét ha venido, De esta manera se vale Polides cl sofista en la Ifigenia, poniendo en boca de Ores- tes una ilacién verosimil; que habiendo sido sacri- ficada su hermana, él habia de tener Ia misma suer- te Tal es también la de Teodectes en el Tédeo, quien tice ser nieto (98) del que yendo con esperanza de hhallar a av hijo, perecié en el camino; ¥ la de las hijas de Fileno, las cuales, mirando el lugar fatal, le la parea; que su hado era gumento aparente por 1a falsa conel tro, como el falso nuncio de Ulises (99), el ew en prueba que conoceria cusl era su arco (7 no, Ie babia visto); y el teatro, como le viese acertar, infirié falsamente que conocia a su dueio. El re, smnocimiento empero més brillante de todos es el fue resulia de los mismos sucesos, causando ami aisign los lances verosimiles, cuales son los del Bdipo de Séfocles y de la Ifigenia (donde se bace verostimit (100) que quisiera escribir); siendo ast {ue [os tales brillan por si solos, sin necesitar de wegales sobrépuestas ¥ dijes; ol segundo lugar tie- men los que’se hacen por argumento. 17. Mas quien trata de componer fabulas y dar- 103 realce-con la elocuencia, se las ha de poner ante Jes ojos To més vivamente que pueda. Porque mi- randolas asi con tanta evidencia como si se hallase presente a los mismos sucesos, encontraré sin duda fo aue hace al caso, ¥ no se le pasarén por alto las incongruencias. Buen ‘ejemplo tenemos en Carci- to, en quien pareci6 mal que hiciese resucitar 9 @ anisrorsues su Anifiiro (101) de donde estaba el teinplo, ¥ en- gaiiése por no mirar el sitio del prodigio como presetite; congue fue silbido en el teatro, ofen- idos de esto los mirones. Demés de esto se ha de revestir (102) cuanto sea posible de los afectos pro- ios, poryue ningwnos perauaden tanto como los verdaderamente apasionados; de aqui es que per- turba el perturbado y el irvita de veras Por ¢80 la poesia es obra del ingenio o del entu- siasino, porque'los ingeniosos @ todo se scomodan, y los de gran namen en todo son extremados, Las ‘fabulas, o antiguas o nuevas, el mismo que las pone en verso, debe antes proponérselas en general, y después conformemente aplicar Jos episodios y en- treverat las particolaridades. Quiero decir que la fAbula de la Jfigenia, por ejemplo, se puede con- siderar en general de esta forma: Betando certs doncella a punto de ser sacrificada, y desapare- cida invisiblemente de entre las manos de los sacri- ficantes (108), y trasplantada a otra regién, donde por Jey los exiranjeros eran sacrifcados 2 cierta diosa, obtuvo este (104) sacerdocto (105). I poraué vino allé (a (106) saber, porgue un dios se lo acon- sej6 por cierto motivo), eso no es del asunto con- siderado en general, ni-tampoco con qné fin vino. ya que vino y fue preso, estando para lo, reconseié, y fue reconocide 0 del jes, 0 del que disou- segiin era yerosimil, ye no sélo su hermana, ‘BL ARTE POSTICA 59 ‘personas, se forman los episodios, los cuales se ha de procurar que sean a propésito, como en el Ores tes 1a furia por la cual fue preso y la libertad so color de la purificaciéa. En la representacién, los pisodios son cortos; Ia epopeye los larga mas. Por cierto que el cuento de la Odisea es bien pro- lijo’ y se reduce-a-que-andando perdido por el mun- do Fulano muchos afios (107},.y siendo perseguido ‘de Neptuino (108) hasta quedar solo; y estando ‘por fotra parte las cosas de su casa tan malparadas, que los pretendientes (109) le cons: las ren- tas y armaban asechanzas a sii hijo, vuelve @ su patila después de haber naufragado, y dindose conocer a ciertas personas, echéndose al improvise gobre sus enemigos, é se salv y perdié a ellos. ‘ste es el asunto; los demas Son episodios. 18. En toda tragedia debe haber enlace y des- enlace, Las cosas precedentes, y muchas veces al- gnas de las que acompafian la accién, tejen el en- Jace; Jas restantes (110) sirven al deseniace. Quie- ro decir que ei enlace dura desde el prin. 4a parte tltima de donde comienza la mudanza de buena en mala fortuna, o al contrario; y el des- enlacé desde el principio de tal mudanza hasta fd fin, como en el Linceo de Teodectes forman el enlace las cosas pasadas (111) y el Fapto del nifio; i desenlace dura (112), desde la imputacién de la gnuerte hasta la postre. Hay empero cuatro espe cies de tragedias, que otras tant: sus partes. Una es le complicada, que toda est en- trotgjida de revolucién y reconocimiento. Otra, es ta Jastimosa, como los Ayaces (118) y los Ixio- eS ARISTORRLES tercera es la caracteristica (115), ‘das y el Peleo; la cuarta es la simple, como las hijas de Forcio y el Prometeo, y cuales- quiera sujetos infernales (116). A la verdad, un poeta debe hacer todo lo que pueda por adquirir cuantas més y mayores perfecciones le sean posi- bles, atento que vivimos en un tiempo en que no perdonan nada a los poetas; porque habiendo flore- cido poetas excelentes en eada una de estas partes, pretenden que uno solo se haya de aventajar a todos en Ja excelencia propia de cada uno. Ld. que si es demanda justa: que no se diga ser otra la tragedia, sma ini m4s ni menos que si fuese la (117). ¥ esto se verifica de las que tienen el mismo enlace y desenlace, También hay muchos que enlazan bien y desenlazan mal; pero es preciso que ambas cosas merezcan siempre aplauso (118) ¥ que’no se haga de la tragedia un poema épico. Llamo aqui poema épico un compues- to de muchos cuentos, como si uno quisiese meter toda la Iliada en sola una tragedia; pues en por ser tan dilatada, las partes guardan la magni- tud correspondiente, pero en los actos dramAticos lo prolijo es contra la opinién recibida. En prueba de esto, euantos han tomado por asunto la conquis- ta entera de Troya y no por partes (119), como Euripides en-la Niobe y la Medea (al revés de lo que hizo Esquilo), 0 son reprobados o salen mal en el certamen, y asi es que Agatén eayé en nota por esto sdlo. En las revoluciones (120) y en las aceiones sencillas se logra lo que se desea por ma- ravilloso, por ser esto de suyo trégico'y agradable. At et, ARTE PORTICA 6 Lo cual sucede cuando un hombre sagaz, pero malo, es engaiiado, como Sisifo, y algiim valiente, pero injusto, es vencido; ni a eso se opone la_verosi- militud, antes, como dice bien Agatén, es verosimil que sucedan muchas cosas contra lo que parece ‘verosimil. En la representacién es menester que hable el coro por boca de una sola persona y que sea parte del todo (121), favoreciendo al buen par- tido, no al uso de Huripides, sino al de Séfocies. Pero Jo que otros poetas permiten al coro no pa- rece que sea mis de la fabula o tragedia que se representa que de otra, y asi cantan ahora los in- termedios, a que dio principio Agatén. Y cierto, iqué mas tiene o cantar intermedios o inser- far (122) relaciones de un episodio en otro, y aun el episodio entero de una (123) pieza diversa? 19. Ya se ha tratado de las demas cosas; résta- , si bien lo nos hablar del estilo y de la senter concerniente a la sentencia, en los libros de la Re- térica, como mas propio de aat , queda decla- rado. En la sentencia se contienen todas cuantas cosas se deben adornar con el estilo, cuales som el demostrar, el desatar los argumentos y el conmo- yer los afectos; a saber: 1a compasién, el temor 0 ira y otros semejantes; también el amplificar y el disminuir. Por otra parte, es evidente que tam- ign es preciso valerse de los mismos arbitrios én las representaciones, siempre que sea necesario ponderar lances, 0 lastimosos, 0 atroces, 0 gran- diosos, 0 verosimiles. La diferencia esté en que unas cosas se han de representar sin discursos; otras, por necesidad, debe mostralas el que habla a : anisrorenes -Yazonando, y darles eficacia en virtud del razona- eet dono." aaus: Vv. pao ae cosas por si solas agradasen y no p. sh Pas Hat eet Al as Sit harcer te eapecie de doetrina, a cual regula los estos de pronunciacién, y se ha de aprender de la farsa y del que posea el primor (124) de este arte; v. g.:.qué significa mandato, qué silica, qué narracién, qué amenaza, qué pregunta, qué respuesta y lo que fri- sa con esto, Pues por la noticia o jgnorancia. de estos ademanes (125), ninguna tacha resulta en le poética, a lo menos que sea digna de aprecio. Por- i elf lie anh Sun haySai en Jo que reprende Protigoras, que, en ver (126) de suplicar, mandaba el que Canta, diosa, el engjoa, por cuanto nota éste que el mandar hacer oa ek Re) AN elias eno a Mah, tte, materia de otra facultad, y no de la 20, Las partes de toda suerte de hi son éstas: elemento (128), sflaba, coat Some EL ARTE POETICA 63 ‘Tales son la Gy la D. Bstas difieren en Ja pronun- ciacion por los gestos (129) y situaciones de le boca, por Ja blandura y aspereza, por ser largas y breves; ¥ también por el acento agudo, grave y cir~ cunfiejo, De cada tna de éstas conviene instruirse por medio de} arte métriea, Silaba es una vor no Fignifeativa, vocal o compuesta de semivocal, 0 ida unida con Ja vocal. Asi, gr sin. vocal.no es Slabs, ¥ con la vocal a, v. gi gra viene a serio. Pero al ensefiar estas diferencias también perte- nnece al arte métrica, Conjuncién es una vox no sig- hhifieativa, que ni estorba ni hace que tna vou Sif- nifieativa se pueda eomponer de muchas voces, ¥8 gn el extremo, ya en medio de la eldusula, fuese mas a propésito por su calidad poneria al principio, v. g: A la verdad, Por cierto, Sin dude, © serf une vor no significativa compuesta de mu- Chas voces, capaz de unir las voces significativas. ‘Anticulo es una voz no significativa, Ja eual mues- ‘neipio o el fin, 0 1a distincién de le pala- bora; v. ge: Lo dicho, Acerca de esto, ete, 0 sea una yor no significativa, que ui quita ni pone, que wna ‘yor significativa pueda componerse de muches vo- yes, tanto en el extremo como en el medio. Nombre ce ana vor compuesta significativa sin tiempo, de Iz cual parte ninguna significa de por sf, pues aun ea los nombres formados de dos di¢siones no s¢ tise (130) el gue una parte signifique separada de Ie otra; v. g; en Teodoro, el doro no significa (182) ‘Verbo es una voz compuesta significativa con tem- po, de In cual ninguna payte significa soparadamen- te, eomo se dijo del nombre. Asi es que esta Yor of AnistoreLes Hombre, y estotra, Blanco, no significa el cuando; mas éstas: Anda y Anduvo, lo significan; la prime- ra, el tiempo presente, y la segunda, el pasado. El caso es del nombre y del verbo: uno es oblicuo, como Segiin esto 0 Para esto, y los semejantes; otro recto, en singular o plural, como los Hombres, el Hombre. El del verbo es, segiin las personas y modos de intérrogar o mandar, pues Andaba él y Anda ti, casos son del verbo a la manera dicha. Palabra es una voz compuesta signifidativa, de cuyas partes alguiias significan por si, mas no siem- Pre colt tiempo, porque no toda palabra se compone de nombres y verbos, como se ve en la definicién del nombre, sino que puede haber palabra sin ver- bo; lo que af tendra siempre es alguna parte signi- ficante, v. g.: en esta Cleonte anda el Cleonte. La Palabra es una de dos maneras: 0 porque significa una cosa sola o un complejo de muchas cosas; a la Ilada es una por el complejo, pero la definicién del nombre significa una sola cosa. Las especies del nombre son varias: una simple (yo llamo simple Ja que no se compone de partes significantes) ; otra es doble, y de esta cual se compone de parte sig- nificante y de no significante, cual de partes todas significantes. Podriase también dar nombre triplo y cuddruplo, como son muchos de los megaliotas, verbigracia: Hermocaicoxanto (132). 21. Verdad es que todo nombre o es propio, 0 forastero, 0 metafora, o gala, o formado de nuevo, 0 alargado, 0 acortado, o extendido. Llamo propio aquel de que todos usan, y forastero, el que los de otra provincia. De donde consta que un mismo BL ARTE PosTICa 65 nombre puede ser propio y forastero, mas no para unos mismos. Porque Siguyno (133) para los chi- priotas es propio, y para nosotros extrafio. Meti- fora es traslacidn de nombre ajeno, ya del género ala especie, ya de la especie al género, o de una a otra especie, o bien por analogia, Pongo por ejemplo, del género a la especie: Pardseme la nave, siendo asi que tomar puerto es una especie de pa- rarse. De la especie al género: Mas de disa mil hazaiias hizo Ulises, donde diez mil significa un niimero grande, de que usa Homero aqui en vez de muchas. De una especie a otra especie: El alma le sacé con el acero; Con duro acero corté la vida puso sacar y cortar recfprocamente, porque ambos a dos verbos significan quitar algo. Traslacién por analogia es cuando entre cuatro cosas asi sea la segunda con la primera como la cuarta con la ter- cera: con que se podra poner ia cuarta por la se- gunda y la segunda por la cuarta; y a veces, por lo que se quiere dar a entender, lo que dice res- pecto a cosa diversa, v. g.: Lo que la bota es para Baco (134), eso es la rodela para Marte; dirase pues: la rodela, bota de Marte,.y la bota, rodela de Baco; como también, lo que es la tarde respecto del dia, eso es la vejez respecto de la vida, con que se podra desir: la tarde vejex del dia, y la. vejez tarde de la vida; 0 como dijo Empédocles: El Po- niente de la vida. Y aunque hay cosas que'o tienen fijo nombre de proporcién, todavia se les puede aplicar por semejanza, v. g.: el arrojar la simiente se dice sembrar, y el rayar de la luz del sol carece de nombre; pero lo mismo és esto respecto del sol 66 ARISTOTELES que la. simiente respecto de) sembrador. Por eso se dijo: Sembrando la luz divinamente hecha. De otra manera se puede usar de esta especie de me- tAfora, tomando lo ajeno y afiadiendo algo de lo ‘propio, como si uno lamase a Ja rodela bota de Marte, si, pero sin vino, Formado nuevamente sera el nombré que nadie ha usado jemAs y lo. finge de suyo el poeta; que varios, al parecer, son tales, como,el lamar ramas a los cuernos del ciervo y suplicador. al sacerdote. El alargado es cuando la vocal breve se hace larga, 0 se le interpone (135) una sflaba. El acortado, cuando se le cercena algo de Jo suyo 0 de lo interpuesto. Ejemplo del prime- 16 es de le cidé (136), por de la ciudad; y Pelideano, hijo de Peleo, por Pelides. Del segundo, dizque, por dicen que, y en casdé (137), por en casa de; y lo del otro: Una es de ambos por mirada;.como también si de dos vocales se hace una; v. g-1 ves por vees, Extendido es cuando parte se deja y parte se afiade; v, g.: contra el pecho derechisimo, por derecho. Los nombres se dividen en masculinos, femeninos y medios o neutros. Los masculinos aca- an todos en N, en R o en una de estas dos letras dobles: Ps, Cs mudas. Los femeninos, que también son de tres maneras, acaban siempre en vocales largas, a saber, en E y 0, 0 vocal que se pueda alargar, como la A, de suerte que tantas termina- ciones vienen a tener los masculinos como los feme- ninos,, Porque las terminaciones en Ps y Cs entram- bas.acaban en S. Pues no hay siguiera un solo nombre cuya terminacién sea en consonante ni en vocal breve, Los acabados en I son tan solamente BL ARTE POSTICA sr tres, es a saber éstos: Moli, Commi, Peperi; los en Y estos cinco: poy, napy, gony, dory, asty. Los neutros o medios ya se sabe que han de acabar en Ty en V, como también en Ny S. 22, La perfeccién del estilo es que sea claro ¥ no bajo. Bl que se compone de palabras comunes ts sin duda clarisimo, pero bajo. Buen ejemplo pue- Jen ser las poesias de Cleofonte y Estenelo, Serd noble y superior al vulgar el que usa de palabras vebrafias, Por extrafias entiendo.el dialecto, la me- thfora, la prolongacién y cualquiera que no sea or- dinaria, Pero si uno pone juntas todas estas cosas, saldré un enigma o um barbarismo. Si todas som mmetéforas, sera enigma; si todas dialecios, pararé om barbarismo, puesto que la formacién del enigma consiste en unir hablando cosas existentes, al pare- cer incompatibles; por ja junta de nombres es iia- posible hacer esto, mas con metéforas es bien facil; vomo el otro que dijo (188): He visto un hombre ‘que con eobre pagaba fuego sobre otro hombre, ¥ semojantes acertijos. De la confusién de los dis- Tectos (139) procede el barbarismo, Por lo cual se han de usar (140) con diserecién en el discurso, Asi que la variedad del dialecto, la metéfora y el ador- wo y las demas figuras referidas hardin que el esti- To no sea plebeyo ni bajo, y Jo castizo de las pala- bras -servird para la claridad. Ni es poco lo que contribuyen a que sea claro y no vulgar el estilo jas prolongaciones y abreviaciones y extensiones ge'los nombres; pues en cuanto tienen divers# for ‘na de la comin, por Ser fuera de lo usado, harén fque no parezea vulgar, y en canto guardan parte a ARISTOTELES «sode-lo“usado; ‘conservaran “la” eliiridatl, “Por” doride sin razén se burlan los que censuran esta manera de estilo y hacen mofa del poeta (141); de los ena- les es uno Buclides el viejo; como si fuese cosa muy fécil el versificar, una vez que se permita el alargar (142) las silabas cuanto se quiera, haciendo de yambos espondeos, conforme lo pide el verso, y traen, por ejemplo, éste: A Heticaris he visto a Maraiona yendo (143), y estotro: Y si aun su helé- boro no ha nacido. Sea norabuena cosa ridicula el hacer gala de usar a su antojo de esta licencia. La 3 necesaria igualmente en todas las figuras; pues quienquiera que usare las metaforas, y los dialectos, y los demas adornos sin juicio 7 con afetacién, caera, efectivamente, del mismo modo en varias ridiculeces. Mas cudnto valga el decente atavio en los versos, conocerdse por esto: mude uno los nombres figurados moderadamente Por raz6n del djalecto, de las metaforas y de las demés bellezas, en los nombres ordinarios, y vera ser verdad lo que decimos. Por ejemplo: haciendo un mismo verso yémbico Esquilo y Euripides, mu- dando éste una sola palabra por la comin usada, en frase nueva, ya su verso es eleganie; y el de aquél frio (144), porque dijo Esquilo en el Filocte- tes: Gangrena de mi-pie come lo momio, y Euri- pides, en lugar de Come puso Se regala. Y si por el verso de Homero (145), {Un apocado a mi, cen- ceito y zopo!, sustituyere otro asi de frases comu- nes: 7A mi, siendo’ pequetto, vil y feo! Y por éste: El coche matparado, y parca mesa, este otro: Una cclesa mala, y corta mesa; y en lugar de aquell. V4 EL ARTE POETICA 69 Lag riberas vocean, diga:-Las riberas-claman. Asi- mismo Arifrades befaba los poetas tragicos, porque usan modos de hablar que ninguna usaria en la conversacién; como De las casas fuera, y no, Fuera, de las casas; Detigo, por De ti (146); Aquese, por ese, y De Aquiles respecto, y no Respecto de Aqui- jes; y tantos otros términos semejantes. Mas. no tiene razén, porque todas estas cosas, por no UsETES comiinmente, hacen que ei estilo no sea vulgar, y ‘Arifrades no queria entenderlo. Por tanto, es ‘cosa. grande sin disputa el usar de cualquiera de estas cosas oportunam pero grandisima el ser me- taférico, porque sdlo esto es lo que se puede prac- ticar sin tomarlo de otro, y es indicio de buen inge- nio; pues aplicar bien las metaforas es indagar qué cosas son entre si semejantes. De los nombres, los compuestos cuadran mejor a las canciones, asi como ios varios lectos a los puemas heroicos, y las met4foras a los yambicos; y si bien todas las cosas dichas son de apreciar en los heroicos, toda- yia en los ydmbicos, por cuanto imitan todo lo posible el estilo familiar, son mas conformes aque- Tlos nombres que no-desdirian en, las conversacio- nes. Tales son los que acompafian la propiedad con Ja metafora y ornato. En fin, acerca de la tragedia, y lo (147) que también conviene a la comedia, bas- tenos lo dicho.

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