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AL CRISTO DOLIENTE

Al Cristo Crucificado
No me mueve mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tu me mueves, Seor, muveme el verte


clavado en una cruz y escarnecido;
muveme el ver tu cuerpo tan herido;
muveme tus afrentas y tu muerte,

Mueveme en fin, tu amor de tal manera


que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.

No me tienes que dar por que te quiera,


porque aunque cuanto espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.

Esta joya de la mstica castellana permanece annima, sin embargo


hay razn para atribursela a San Juan de Avila ya que la idea
central del soneto aparece en su obra "Audi filia" en las siguientes
palabras:
"Aunque no hubiese infierno que amenazase, ni paraso que
convidase, ni mandamiento que constriese, obrara el justo por
slo el amor de Dios lo que obra." -cap. L.
El soneto apareci por primera vez impreso en la obra titulada Vida
del Espritu (Madrid, 1628), del doctor madrileo Antonio de Rojas.

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