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Prologo de una muerte anunciada

La lluvia caa sobre la cuidad y una bruma espesa se levantaba entre las calles y el barro, eran
pasada las 4:00 de la madrugada y la sed me consuma.

Esa, como una de tantas noches, la suerte no estaba de mi lado.

Decidido a dejar de deambular y apostar por marcharme, divise una luz distante, pareca ser
una taberna de esas que necesitas para reponerte o quien sabe echar volar tu imaginacin.

Con cada paso que daba a esa direccin el hedor se haca ms repugnante, seguramente me
diriga a un sitio no seguro, pero he sentido ese aroma tantas veces que una vez ms, no
sera distinto.

Criaturas de la noche, latentes, impvidas, esperando el ms mnimo descuido.

Ya no me importaba nada Solo quera descansar.

Bajo las sombras de la entrada y entre miradas delirantes pase casi inadvertido.

Sin recordar, si apareci o ya estaba ah, el cantinero me ofrece la copa del lugar.

Reviso mi bolsillo y por suerte quedaban unas monedas de oro que desesperadamente
recupere cavando tumbas en el cementerio.

Entre susurros oa rumores del mercado y la tienda de vud.

Bah! para mi, solo eran habladuras...

Las horas pasaron, el vaso se haca cada vez ms seco meditando que me deparara el futuro
y cuanto tiempo podra soportar la agona, que me acechaba.

Continuara... parte 2

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