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JUAREZ en JALISCO TESTIMONIOS Y DOCUMENTOS Gobierno del Estado Guadalajara, 1972 Alito de Juarez Primera edicién, 1971 : Copyright by Gobierno del Estado de Jalisco Guadalajara ‘Talleres de Trrocraria Er Czerera Galeana, 266 51 EEE LUtCI0 historico se torna més firme, cuando proviene de fuentes de informacién indubitables. La frescura que exhalan testimonios coeténeos a una etapa o hecho le imprimen vigor y la autenticidad de los documentos, pres- tan sdlido apoyo al investigador. Consideramos un deber del Estado, propiciar ambientes culturales donde puedan hacerse posibles esas condiciones de alto nivel cientifico. Hoy que laxpasién ideolégica del siglo xix ha desapare- cido, México se encuentra en. el momento justo de’ aquilatar serenamente los procesos alimentadores de su estructura politica y social. La época juarista, uno de esos relevantes procesos, representé la adopcién de la fisonomia liberal mexicana. Como producto de su tiempo habria de arraigar en las conciencias, en cuanto signified libertad y ankelo popular de justicia. Esa configuracién liberal, constituyendo un paso primario del México contempordneo, es conservada todavia; atin en parte, fundamenta su organizacién institu- cional. En conclusién, este brillante capitulo de nuestra His- toria, concedidé importantisimo papel a la figura de Benito Juérez. La preocupacién juarista por mantener firme el orden constitucional, que culminé logrando sus prop6sitos, es quizé su mds notable contribucién. El Gobierno de Jalisco se propone continuar el clima cultural en que se desenvuelva ampliamente la investigacién. ix 1 TESTIMONIOS AY HA empleado en el titulo la denominacién «Testimo- nios» para identificar textos redactados en los dias mis- mos en que Judrez pisaba suelo jalisciense, como el de Ma- tias Romero, quien perpetuaba hora tras hora el recorrido de aguel gobierno peregrina, resefiando ya fuera un estado pincelada, en. el paisaje.. Testimonio tam- én que se hace a distancia, sin mds recurso que un notable esfuerzo de memoria, tal como se observa en los paérrafos de Norberto Castro. Se hace asi historia, sin ser historiador, enriqueciendo el gran todo, con la aparente pe- queiiex de lo que narran. Debe considerarse testimonio asimismo, el texto que con- la visible pretensién de ser histérico, se encuentra tan cerca de lo narrado, tan inmediato a sus fuentes, que respiran aires de contemporaneidad, acercéndose de ese modo @ la verdadera calidad testimonial. Es el caso de Pérez Verdia, Cambre y Santoscoy. Son éstos tan sélo algunos de los que conservan la presencia de Judrez en Jalisco. Todos, han sido ya impresos con anterioridad y ademds, como lo de Pérez Verdia, forma parte de su Historia de Jalisco, de donde se han seleccionado algunos capitulos; empero, publicarlos aho- ra reunidos con un propésito determinado, les da carécter antolégico de gran utilidad. 15 NORBERTO CASTRO --MEMORIA -- Que, para servir 4 la historia DELA — Guerra de Tres Anos, Ha escrito el Lic, NORBERTO CASTRO, empleado que fué det Ministerio de Gobernacién y del de Guerra y Marinade! Presidente D. Benito Juarez, en esa época. “te GUADALAJARA. Imprenta de «El Regional» Ocampo, 9. 1906. H* EN la vida multitud de acontecimientos que ¢au- san impresiones tan profundas, que los hacen inolvida- bles: para quienes son motivo de elevacién y de gloria, para quienes de perdicién, ruina o aniquilamiento; quienes los recuerdan con placer por haber con motivo de ellos afrontado peligros con buen. éxito, hecho acciones. meritorias 0 mejo- rado de fortuna, quienes con dolor por habérseles frustrado la oportunidad o esperanza de un buen acomodo o de ha- berse visto envueltos en desgracias imprevistas; quienes ben- dicen su Hegada cual fecha venturosa, quienes la maldicen cual época fatal de situaciones angustiosas: remembranza de longevidad incalculable en tratindose de individuos; pero eterna en el orden de Ios intereses sociales, cuando esos he- chos por su magnitud tengan que considerarse como lecciones de experiencia de que deba aprovecharse la humanidad. De esta especie considero el principal de que me voy a ocupar en el presente trabajo. > La Sociedad Jalisciense de Geografia, Estadistica e Histo- ria de esta ciudad, con fecha 15 de Agosto del afio de 1890, me dirigié atenta comunicacién subscripta por su presidente Lie. D. Hilarién Romero Gil y Secretario D. Alberto San- roscoy inviténdome para que le proporcionara las noticias fidedignas que como actor o testigo me constaran y contribuir pudieran para la formacién de Ja historia de la guerra de 19 tres afios en Jalisco, bien escribiendo para dicha Sociedad Jalisciense una Los Sxes. Guamén, Prieto, Gémez Farias, Villalobos, Pérez Gallardo y Zendejas eran o habian sido diputados del Congreso Constituyente, el primero, por el Estado de México, el segundo, por el de Pucbla, el tercero, por el de Jalisco, el cuarto, por el de San Luis Potosi; el quinto por el de Zacatecas y el soxto por el del Dis. trito Federal, y los Sres. Ruiz y Gobantes eran tambiéa diputados del Congreso de la Unién, notables por haber sido de los setenta y 21 El dia 15 del mismo febrero, auriue dé fiésta téligiosa, si mal no recuerdo, se atveglaron én el propio Palacio las lo- calidades pari las ofivinas federdlés y se instald alli también el dia 16 el gobierno general cotietizdndose a despachar lue- go los negociéé. A mf, a D. Mereéd Nuifiez, a D. Leonardo Rico y a un sefior [barra ge tids dedtiné contio esctibiemtes de plarita al Ministerio de Gobernacién, que desempefaba el Sx. D. Santos Degollado, &i doridé trabajaintos hasta los pri- imeros dias de marzo qué Salié de aqui éste sefior en comisién oficial rumbo a Salatiiica. Con inctivo dé sir salida se en- cargé dél Ministetio dicho él Sr. D. Melcher Ocampo y pa- samo los éseribientés al de Guerra, que era el de su cargo, destindndosénos exchusivanienté 4 las labores de este Minis- tério, en el que habia ya-otros dvs escribientes militares, que se apellidaban el wrio Solacke y él otro Brito, cuyos nombres no recuerdo. Aparte de esto’ dos escribientes nos encontra- mos allf con tres dos emipléados que se apéllidaban Monea- da el uno y Estrada él étro, los cuales érain subaliernos del Sr. Lic. D. Matias Romero, Oficial Mayor del Niitiisterio de Relaciones, que hacia el despacho en el mismo local con suje- cién a las érdenes del sefior Ocampo, encargado de esa Car- tera, lo mismo que de la de Gobernacién y Guerra. un diputadés, que th 17 de diteribre del afio de 1857 suscribie- ran en México el vigoroso minitiest y endrgida protesta cohtra el Ex presidente D. Ignaéio Cotionfort y contra los autores y éjecuto- yes del Plan dé TactiBaya excitatido 4 léé Estados para rechazarlo con fuetias atmiadad, pieza qiié vio 1a luz piiblica por la preiica, fue dausa de las tettibles jieréecticiorie’ de sus atitores, y la pauta, por déeitlo aaf, de Ja giiebti desastrosa que sdtiivieron ais partida- F108 ht ToS teS Mads SighiSNES de sAligrienta lucha ent toda la Re- publica, : 22 Durante el tiempo que estuvimos en el Ministerio de Go- bernacién, los trabajos de esa oficina eran diarios, continuos y activos, y més activos y en mayor escala me parecieron los de la Secretaria de Guerra, a donde se nos pasara a desem- pefiarlos, como llevo dicho. En esta oficina me tocé la suerte de que el Oficial mayor de ella Sefior Coronel Gobantes, em- pleado muy ilustrado y expedito para el despacho de los negocios, me colacara en Ja primera Mesa de los empleados de mi clase, en cuya atencién yo lo acompafiaba a la hora de firmarse por el sefior Ocampo todo lo que se despachaba en el dia. Mi concurrencia era para cumplimentar él y yo a la hora de firma formalidades de curia que exigia el Sr. Ministro y no es del caso expresar. Sucediéndose los dias en condiciones de tan regular des- pacho de los negocios,-se noté en el publico mucha exaltacién de 4nimos el dia 10, la cual se manifests mayor el dia 11 por la mafiana; y para calmarle el gobierno federal publicé por la prensa un mensaje que afirmé heberle Hegado de su co- rresponsal de Leén, que lo recibiera de Salamanca por el te- légrafo electro-magnético de la Linea del Interior, cuyo men- saje terminaba con estas palabras: Al ofrse el horrible estridor de las Iaves de los fusiles 32 al preparazlos y la voz de apunsen, el Sr. Juarez con la velo- cidad de un viento deja su asiento y va a replegarse al cos- tado poniente de la pieza en que estaba y al mismo tiempo el Sr. Prieto girando con la propia-velocidad por su izquier- da sale para el interior del salén; y parado allf enfrente de Ja formidable columna con los brazos abiertos y tendidos hacia ella y Ja cabeza levantada les dijo a los soldados en voz alta y sentida: «jHijos! ;Qué vais a hacer con nosotros? Los soldados del ejército son valientes; pero no asesinos... Somos vuestros prisioneros. . . somos yuestros hermanos... ; + respetad nuestras vidas... la humanidad lo reclama... Le- vantad esas armas... levantad esas armas...» Bravo sorprendido, admirado 0 conmovido por tan rara energia, y vacilante o fluctuante entre matarnos o dejarnos con vida, se detiene en dirigirles a sus soldados la voz de Juego. En esos instantes entré violentamente por la puerta exterior del salén un Oficial o Jefe que no conoci, debido en gzan parte a la ebscuridad y al humo que lo invadia, como dije antes: qué sé yo qué orden le comunicé o dio a dicho Bravo, ni de quien viniera esa orden; y en el acto éste man- 46 a los soldados que levantaran las armas, las pusieran al hombro, y sin més él y ellos salieron del salén a ocupar la pesicién que tenfan antes de entrar a él. Restituida asi la guardia a su posicién, el Sefior Prieto con los brazos puestos hacia atrds avanz6 unos cuantos pasos para en medio del salén, como a observar los movimientos de los soldados que habian salido y se paré allf; el Sr. Jud- rez volvié a ocupar el asiento que abandonara en los mo- mentos de peligro; el Coronel D. Gregorio Medina, sn hijo el Alférez D. Lorenzo del mismo apellido, yo ¥ otros que en Jas mismas circunstancias nos replegéramos al muro ponien- 33 te de dicho cuarto a espaldas del Sefior Judrez nos salimos de alli para el salén; el General D. Silverio Néfiez y los Sres. Gochicoa, Zendejas, Pizarro, Villalobos, Pérez Ga- Mardo y otras personas que se apifiaron en el Angulo po- niente sur y casi junto a la puerta del propio cuarto a le hora del mismo percance, aparténdose de alli, los Oficiales Mayores fueron a sentarse junto al Sefior Judrez a hacerle compafifa y los demés salieron para el salén. Al salir vi muchos presos parados junto al muro oriente de ese salén, en donde en los momentos del gran peligro se quedaran como enclavados por no haber tenido tiempo de refugiarse en los cuartos, me junté con ellos; y en seguida fueron saliendo del cuarto del Angulo oriente-sur otros pre- s0s, que en los mismos momentos se refugiaran alli por sal- varse: todos pélidos y sin hablarnos formabamos un pelotén de cadaveres ambulantes en aquella hora. Pasados algunos minutos y calmada la profunda impre- sién que nos causara el peligro maximo por que acabéba- mos de pasar, salieron de la pieza donde estaba el Sr. Jud- xez, Gochicoa y Villalobos, se acercaron al Sr. Prieto y dan- dole un abrazo lo felicitaron en medio del salén donde estaba atin, por el feliz éxito con que habia desempefiado el papel que le tocara en Ia tremenda escena; apercibides de ello los presos que estébamos junto a dicho muro, nos enca- minamos hacia & y lo felicitamos déndole las gracias por su valioso comportamiento; vinieron a continuacién el Ge- neral Niifiez y los Oficiales Mayores nombrados a felicitarlo como Jo hicieron los demas: conmovido él hasta el enterne- cimiento estreché a cada uno en sus brazos por sus afectuo- sas demostraciones declaréndoseles amigo perpetuo; y po- seido entonces de un gozo inefable le brotaron las lagrimas, 34 sucediendo lo mismo a algunos de los felicitantes: fue aque- lla una escena animada-y tierna, que el Sefior Judérez mira- ba desde la pieza donde estaba sentado, y que el Teniente Bravo y los soldados de la guardia, aglomerados en la puer- ta de la prisién, miraban también con interesante curiosi- dad, sin apartar por un instante la vista del esforzado Ministro a quien se rendian dichas ovaciones.* Como a la una de la tarde o poco después vinieron de sus negociaciones de paz los Sres. Ocampo, Guaman, Ruiz y Gémez Farias que horas antes habfan salido de dicho recinto con ese objeto, entraron a la pieza del Sefior Juarez y se sen- taron alli con él. Pocos minutos después de su Iegada supimos que nada habian arreglado en dicho sentido, cosa que supusimos desde que entraron, supuesto que los fuegos de los combatientes continuaban. ‘Ya dadas las dos de la tarde entraron al salén dos mozos llevando uno un mediano chiquihuite nuevo con pan y mu- chos pocillos y otzo una olla nueva no muy grande con cho- colate en leche; que no supe quien mandara; y tomando de un rincén una mesa chica de pino barnizada de color plo- mo, la situaron en medio del salén y pusieron sobre ella Jos dos bultos; y puesto en pie el Sr. Ocampo junto a la mesa distribuyé entre los presos aquel alimento dandole a cada uno un pocillo de chocolate y una corta racién de pan, que recibimos oeupando para ello las dos manos (porque no habfa platos para aquel servicio), y tomamos todo puestos * Este Teniemte Bravo hizo carrera ‘en la milicia hasta obtener el grado de General, fue Gobernador del Estado de Colima; y habién- dose rebelado con mal éxito contra el actual gobierno, fue perse- guido por éte y murié en campafia, segiin se dijo, hard diez o més afios. 35 también en pie por falta de asientos. Aquel desayuno era el tnico alimento que desde la mafiana del dia anterior que se nos redujera a prisién, saoreaba nuestro paladar. Como a las cinco de la tarde 0 poco después volvieron a salir los referidos Sefiores Comisionados a sus negociacio- nes de paz-y volvieron ya entrada la noche con la mala nueva de que no.se habia conseguido: mucho nos apenamos por ello; y subiendo de punto nuestro abatimiento al ver que no cesaba el fuego de las fuerzas combatientes, y conside- rar lo que nos habia pasado en, el dia, nos resignamos con dolor intenso a pasar aquella noche, cualesquiera que fue- sen los males que nos sobrevinieran, supuesto que estéba- mos a discrecién de nuestros enemigos, noche que por for- tuna nuesira trascurrié sin ocurrencia alguna que nos fuese adversa. El dfa 15 cosa de Jas nueve de la mafiana, salieron del mismo recinto dichos Sefiores Comisionados de paz, siem- pre con el fin de obtenerla; y volvieron después de las diez con la buena nueva de que se habia conseguido, mediante honrosa capitulacién que ajustaran el General D. Juan Bau- tista Diaz, Jefe de las fuerzas leales y el Coronel D. Antonio Landa, Jefe de las pronunciadas, en virtud de la que: el primero se quedaria con aquellas ocupando Ja plaza y el se- gundo saldria el mismo dia de esta ciudad con las suyas rumbo al sur Wevandose sus armas, y quedando el Scfior Judrez, sus Ministros y dems personas presas en su com- pafifa, en entera libertad. En cumplimiento de esa capitulacién cesaron las hostili- dades, Landa y los suyos salieron a pocas horas de aqui, los presos todos quedaron libres, pasando en esas condicio- nes el Sr. Juarez y sus Ministros del Palacio al Consulado 36 prusiano, ubicado frente a la Catedral, como a estancia ms segura y garante de sus personas. La plaza siguid en actitud de guerra. Apenas instalado el Sr. Judrez en su nueva estancia se puso a escribir un Manifiesto que circulé por la prensa al dia siguiente, en que consignando minuciosos pormenores paien- tizé el mal proceder de los infidentes que lo redujeran a pri- sién; y mientras a‘dicha pieza se le daba publicidad, dio a luz también por la prensa el dia 17 la proclama que dirigié al ejército federal, exciténdolo y “alenténdolo a continuar luchando en tan dificiles circunstancias, y el dia 19 a horas muy avanzadas de la mafiana salié de aqui por la Garita de Mexicaltcingo rumbo a Colima, segtin la voz piblica, acom- pafiado de sus Minisiros y de algunos empleados cesantes. Cuando esto pasaba los restos del ejército derrotado en Sa- Jamanca avanzaban por el oriente de Jalisco dirigiéndose a esta plaza con cu General en Jefe, seguidos por la vanguar- dia del vencedor. MATIAS ROMERO Diario personal de MATIAS ROMERO (1855 - 1865) Edicién, prélogo y notes de EmMA Cosfo Virtscas EL COLEGIO DE MEXICO © 1960 FEBRERO DE 1858 12 A las 9 me levanté y a las 914 fui al Ministerio y estuve en él hasta las 12 que nos amaron a comer. De la 1 a las 4 estuve en el Ministerio escribiendo y platicando con Cendejas y Gémez Farias. A las 4 ini con Gaona y Régules a la neveria. Alli encontramos a Arias y Carmendia y jun- tos nos fuimos a visitar a un Sr, Herndndez, duefio de una imprenta. Comimos de las 7 a las 8. Al acabar me dijo Judrez que lo esperdéramos yo y Régules. Estuvimos otro rato en el comedor y salié Juarez, Namé a Régules y cuando salié éste me Iamé a mf. Me dijo que esta misma noche se iba para Guadalajara con los ministros; que con Prieto dejaba arreglada la manera de trasladarnos; me pregunté cémo me hallaba yo de recursos, le dije que mal y me dio $10 para Jos alimentos del camino. Le dije que yo deseaba irme cuan- to antes y nos despedimos. A las 9 fui al teatro con Gaona y Régules al club; of lo que dijeron Prieto y Villalobos y a Jas 10 que se acabé nos salimos. A las 11 me acosté. 13 A Jas 8 me levanté, a las 9% fui al Ministerio, estuve con Prieto y me dijo que marcharia para Guadalajara en el guayin de mafiana en la noche. Almorcé. a las, 11¥%. A las 12 fui a Ja jefatura de Hacienda a que me dieran $25 que habia designado Prieto a cada empleado para su traslacién. 41 Volvi al Ministerio y estuve en tertulia hasta las 344 con Rul y Mariano Villalobos. Anduve con Mariscal de las 5 a las 7; fuimos a esperar Ja diligencia para saber noticias. A las 74 tomé café con leche. Anduve por Ia ciudad con Rul de las 8 a Jas 9 que volvi a encontrar a Mariscal y permanect con él hasta las 12 en tertulia, en la plaza de San Diego. Me vino a dejar. 14 D. En Ja Compafia of misa cantada a las 9. Estuve un reto en Palacio, anduve después con Arcos hasta las 12 que fui a comer a la fonda francesa y permanec{ alli en ter- tulia hasta Jas 2. A las 3 fui con Régules y Gaona al mesén de San Pedro para tomar una pieza. Alli visitamos a Villa- lobos (Mariano). De las 4 a las 5 visitamos a Chagoyan. Nos venimos a arreglar nuestros equipajes y a las 8 fui al correo a dejar el mio. A las 7 tomé café’ con leche. Fui a buscar a Prieto, lo enconiré en la casa de Sierra y me dijo que siempre me irfa yo mafiana, A las 8 fui al meson, salf a las 9 a andar con Gaona, Régules y Garmendia; volvi- mos a las 10 y a Jas 11 nos acostamos. 15 A las 3% nos levantamos. A las 4 fuimos al correo y alas 4% salimos de Guanajuato, Pizarro Suarez, Lazo Es- trada, Arias, Cruz Aedo, Arcos, y yo. A las 7 Uegamos a Silao y a las 9% a Ledn. Almorzamos allf y a las 10 segui- mos la marcha. A Tas 2 Vegamos « Lagos, tomamos tempe- rante, vi la plaza, la parroquia y algo de la poblacién y a Jas 3 seguimos. A las 7 Uegamos a San Juan de los Lagos. Cenamos y a las 9 nos acostamos. 16 Ala 1 nos despertaron y a las 2 salimos para Tepa- lidlén, a donde Uegamos a las 10. Almorzamos y seguimos nuestro camino, A las 2 pasamos por el puente de Calderén, Aedo nos ensefié el Ingar donde habla sido la batalla. A las 42 3 Iegamos a Zapotlanejo, a las 5-a San Pedro y poco des- pués a Guadalajara. Nos alojamos en el Hotel de Paris, donde paré la posta, en una misma pieza Lazo Estrada y yo. En-el acto fui a Palacio a buscar a Judrez, me dijeron que habia, salido a pasear. Volvi al rato; estuve con él y con los ministros y me despedi cuando fueron a comer. En seguida Ilevé a Palacio a Lazo Estrada primero y después a Piza- aro. Fui a andar por Ja plaza y los portales; al Teatro Prin- cipal y alas 9 me acosté. 17 A las 7 me levanté, me vestt y alifié y a las 8 sali a andar. Vi la Catedral, el obispado y otros edificios. A las 9% fui a buscar a Gémez Farias, lo encontré en el camino -y nos dirigimos a palacio. Ocampo nos designé el ugar que debiamos ocupar y comenzamos nuestros trabajos. A las 12 nos Hamaron a almorzar. A la 1 acabamos y volvi al Minis- terio, en donde estuve escribiendo hasta las 5 la introduc. cién a la Tabla sinéptica. Fui a dejar una carta al correo. En seguida con Arcos a andar un poco. A las 6 conviene en el hotel que me sub{ yo al lugar que habia dejado Pizarro. A las 6% fui a Palacio; comimos hasta las 8, nos quedamos en tertulia hasta las 8% que fuimos a la retreta, Guzman, Ruiz, Lazo Pizarro, Arias y yo. Alli estuvimos hasta las 10%. A las 9 Ie dije a Cruz Aedo que me presentara con Vigil con el objeto de ver si publicaba la Tabla en el Folle- iin del Pats. Quedamos en ir mafiana a las 3. 18 A las 6 me levanté, a las 7 fui a andar y vi por fuera el hospicio y la Alameda. A las 8% fui a Palacio y acabé de poner en limpio Ja introduccién a la Tabla. A las 12 nos Mamaron a almorzar y lo hicimos hasta la 1. A las 2% fui a ver la Catedral con Arias y Lazo Estrada. A las 3 fui a Ja Aguila de Oro a ver a Cruz Aedo para ir a ver a Vigil, 43 segiin quedamos anoche. A las 4 salimos de alli y nos meti- mos en una tienda en donde estaban vendiendo por remates y alli permanecimos hasta las 5%, hora en que fuimos a ver el teatro que estén construyendo actualmente Y que tiene apariencia de ser mejor que el Nacional de México. Vimos todo y estuvimos con Gélvez, el arquitecto director. Al ora- cin fui a Palacio, comimos hasta las 8 que fui con Arias al hotel y estuvimos un rato en tertulia. Anduve de las 814 a las 9% que me vine a acostar. ° 19 A las 7% me levanté, me lavé, me vesti y a las 81% sali; fui al Hotel de Rubio a ver si habia piezas vacias y no estaba el administrador. A las 9 fui al Ministerio, en donde estuve hasta las 11 que Megaron Régules y Gaona, a quienes llevé a diversas partes. Almoreé de las 12 ala 1 que volvi al Ministerio y permanect en él hasta las 3 que fui al hotel en donde estaba Régules, estuve alli hasta las 4 que nos fuimos a Palacio; estuvimos con Judrez y salimos a andar. Comimos de las 7 a las 8. Anduve en la plaza de las 8% a las 9% que me fui a acostar. 20 A las 8% me levanté, A las 10 fui al Ministerio, Al- moreé de las 12 a la 1 que volvi al Ministerio, en donde estuve hasta las 4 que fui a la penitenciarfa; vi todo lo que esté hecho y anduve recorriendo todos los departamentos, A las 5 fui al Carmen y en seguida anduve por San Felipe y Santo Domingo. Comf de las 7-a las 8 que fui a la retreta, allf encontré a Guzmén, anduve con él y Je encargué que le hablara a Camarena para que se publicara la Tabla sindptica en el Folletin del Pais, me ofrecié con muy buena voluntad hacerlo asi. A las 10% me retiré de la plaza, después de haber hablado con Pérez Gallardo. 21 =D. A las 8 me levanté, fui a la Catedral buscando 44 misa y estuve alli hasta las 10% oyendo la misa mayor, un sermén de cuaresma. De las 10% a las 11 me vest! y fui a Palacio, en donde almoroé hasta la 1 que sali con Prieto y Arias a andar; fuimos a un hotel en donde ofmos a Sousa, un magnifico tocador de vihuela; estuvimos con Aedo ¥ Pedro Ogazén, mientras comian. A las 4 fui a ver a Régules y Garcia y con ellos a tomar un asiento en el teatro y en seguida al paseo, en donde estuvimos hasta las 644. Comi de las 7 a las 8 que fui al teatro, en donde estuvimos hasta Jas 1144; ofmos la zarzuela El Duende, dedicada al Presi- dente. A las 12 me acosté. : 22 A las 8% me levanté, me lavé y a las 9% fui al Mi- nisterio, en donde estuve. escribiendo hasta las 12 que me Ilamaron a almorzar. A la 1 acabamos y volvi al Ministerio a seguir eseribiendo para despachar hoy la corresponden- cia del paquete. A las 5 se acabé todo y fui al ntimero 8 del portal que esta frente a Palacio a tomar una pieza, por ha- berme dicho el duefio del Hotel de Paris que alli solo po- dian vivir los que comieron en Ia casa. Quedé en mudarme mafiana, En seguida fui al correo y después de andar por varias calles. Comimos de las 7 a las 8. Estuve platicando un rato con Guzman y a las 8% fui a la plaza a la retreta hasta las 10%. 23 A las 84 me levanté. A las 10 Hevé mi badl a la casa nueva y en seguida me fui al Ministerio, en donde perma- necf hasta las 1134 que nos Vlamaron a almorzar. A la 1 vol- vial Ministerio. A las 5 mandé preguntar Judrez por Régu- les, le dije que vo estaba, pero que se lo irfa yo a amar. Lo busqué en el hotel; alli estaba y volvi con él. Comimos de las 7 a las 8. Me dijo’Lazo Estrada que mafiana sala de 45, agui con una comisién para Tampico y Veracruz; le cambié unas onzas y a las 9 me fui a acostar. 24 A las 8 me levanté después de haber pasado una no- che malisima con principios de disenteria. Inmediatamenté me fui a bafiar y acabé hasta Jas 11 que fui al Ministerio. A las 11% nos Ilamaron a almorzar y estuvimos en la mesa hasta la 1. Yo tomé un solo plato. Volvi al Ministerio en donde estuve hasta las 5% que me bajé a sentarme a la pla- za porque estando malo de un pie no podfa yo andar. Al oracién volvi a Palacio con Guzmén. Estuvimos en la mesa hasta las 8 que me fui con Régules al Hotel Francés y alas 9 con Fuentes y Gaona a visitar a un Sr. Schiafino, en don- de estuvimos hasta las 10. 25 A las 9° me levanté y alas 10 fui al Ministerio. A las 12 nos Hamaton a almorzar; acabamos a Ja 1. A las 2 me encargé Ocampo que se despacharan unos acuerdos: extendi las minutas, las puse en limpio y a las 3 se Jos Hevé a firmar. A las 5 fui a dar una vuelta al correo. Comimos de las 7 a las 8 que fui a ver a Régules y Gaona; alli me estuve hasta las 10 y de las 10 a las 11 estuve pasedndome en la plaza con Rul. 26 A las 9% me levanté y a las 10 fui al Ministerio. A las 12 nos Hamaron a almorzar y a la 1 acabamos. Segui en el Ministerio escribiendo varias cosas hasta las 5 que se acabé todo y que fui a la iglesia de Jestis Maria: alls estuve un rato y en seguida me fui hasta Mejicalzingo, entré en la iglesia y me vine a comer. Lo hicimos de las 7 a las 8 que fui a la retreta con Ruiz y Pizarro..De las 10% a las 11% estuve hablando con Rul. 27 A las 9% fue Gaona a desperiarme; vio la casa, por- que quiere venirse a vivir aqui y a las 10 fuimos al Minis 46 terio. Almorzamos de las 11% a la 1. Repartieron a esa un prorrateo de $30 desde el Presidente hasta los porteros. A las 3 segui escribiendo y haciendo otras cosas que se ofre- cieron hasta las 6, A las 644 volvi a comer. Acabamos a las 8, estuve hablando con Pérez Gallardo hasta las 9 que fui 2 la plaza; encontré a Rul: estuve con él y a las 10 fuimos con Dufoo y el general Alvarez a tomar nieve a la Sociedad del Globo. A las 5 fue Miravete al Ministerio y le pagué los $21 del asiento. 28 D. A las 8 me levanté y fui a la Catedral, en donde of la misa mayor y el sermén’hasta las 10% que me vine a mudar. A las 11% fui a comprar unas botas y en segui- da a Palacio, Almorzamos de las 12 a la 1. Estuve en el Ministerio escribiendo un editorial para La Federacién y a las 4% fui al paseo, en donde estuve hasta las 644. Comi- mos de las 6% a las 7¥%. A las 8 fui a la Alameda con Guz- mén y estuve en la retreta hasta Jas 11. Marzo ve 1858 1 A las 8% me levanté y a las 9% fui al Ministerio, escrib§ hasta las 11% que Hamaron a almorzar. Escribi de la 1 a las 5 que salf del Ministerio, encontré a Fuentes y con él fui a ver a Gaona y en seguida nos fuimos por Santo Domingo, los dejé en una visita y fui a Belén; vi el pan- teén, entré al hospital y al oracién vine a Palacio. Comimos de las 7 a las 8 que fui a ver a Régules y Gaona y a las 9 me vine a la plaza, en donde estuve con Rul hasta las 11. 2 Alas 9% me levanté, a las 10 fui al Ministerio y per- manecf en él hasta Ias 12, escribiendo; almorzamos hasta la 1 y segui escribiendo unas cosas de importancia hasta las 5 AT que fui al correo y alli estuve hasta que Hegé la posta. Al oracién vine a Palacio, comimos de las 7 a las 8, fui al Hotel Francés, estuve con Régules, Gaona, ete. En seguida nos fuimos a la Sociedad del Globo y alli estuve mirando jugar al billar a Régules y Urbina. En el Ministerio noté que Farias empezé a despachar un asunto excusindose mu- cho de mi, sin embargo de Yo cual inferf en qué consistia el negocio. 3 Alas 11 me levanté y en seguida me fui al Ministerio. Almorzamos de las 12 a la 1. Volvi al Ministerio y vi ya de una manera muy notable que se. excusaban de mi para despachar el asunto de ayer, pues se fueron a escribir a otra pieza, Farias, Arias y Moncada. A las 12 mandé al portero del Ministerio a dejarle una carta al Gobernador del Estado, en que Je suplicaba yo publicase en El Pais, la Tabla sinéptica, cuya medida tomé mirando que Guzmén no daba ningii paso. Me contesté de palabra que contara yo con «1 Folletin del Pais, cuando hubiera acabado de publicar las obras que tenia pendientes. Hasta las 5 estuve escribiendo ya esa hora sali a andar por el rumbo nordeste de la cindad. Comimos de las 7 a las 8 que me fui a la plaza y estuve en ella hasta las 9 que Iegé Rul y en seguida Ruiz y estuvimos platicando hasta las 10%. A las 11 me acosté. 4 A las 914 me levanté y a las 10% fui al Ministerio. Almorcé de las 12 a la 1 que volvi al Ministerio. Estuve es- cribiendo un editorial que me encargé Arias sobre determi- nado punto. Acabaron el negocio que tenfan pendiente ¥ para su despacho ocuparon a Arcos, empleado de guerra. A las 5 fui a andar por diversas calles. Comimos de las 7 a las 8 que fui a Ja plaza y estuve en Ja retreta hasta las 11. A Jas 10 encontré a Gaona y hablandole sobre lo que se me habfa 48 hecho en ¢l Ministerio me dijo que Arias era la causa de todo, y me refirié una conversacién que le habia ofdo respec- to de mi persona, 5 A las 9 me levanté, a las 9% fui a Catedral y a las 10 al Ministerio, Alli estuve con Pérez Gallardo, hablando sobre las dificultades que habia para que tuviera folletin, La Federacién y en él se publicara la Tabla sinéptica. Al- morzamos de las 12 a Ia 1; eseribi un poco y a las 3 fui a platicar con Gaona. A las 4 nos fuimos y a las 5 me fui por el paseo hasta la presa y los bafios de Agua Azul. Comimos de las 7 a las 8 esperé a Régules, con quien que: xia-yo hablar, pero se fue sin avisarme. A las 9 fui a un cosmorama y en seguida vine a la plaza, en donde estuve con Rul hasta las 11. A la 1 supe que Arias se habia ido por el Manzanillo a Jos Estados Unidos, dando vuelta por Panamé, 6 A las 8% me levanté y en seguida tomé un coche en el sitio de San Francisco y me fui a los bafios de Agua Azul. Me baiié hasta las 10% que me vine en coche a Pala- cio. A las 12 fuimos a almorzar y ala 1 volvi al Ministe- rio; pero sintiéndome descompuesto no pude hacer nada sino hasta las 3% que me puse a escribir un artfculo para La Fe- deracién. A las 5 legé el néimero de hoy de este periddico y lef el editorial mfo que se publicé. Estuve un rato con Pé- rez Gallardo y a las 5% fui a der una vuelta. Comimos y al salir a las 8 estando en el corredor con Guaman y Pizarro, se acercé Ocampo, le pregunté si habia lefdo el editorial de La Federacién y me dijo que no; entonces Ie dije que era curiozo para él por er sus ideas. Pregunt6 Pizarro sobre qué era, le contesté, empezamos a hablar sobre esto y Guz- man dijo que el artieulo era mio. Fuimos en seguida Piza- PODER LesisLATiVe ARCHIVO Y BIBLIOTECA rro y yo con Guaméin hasta el Hotel Francés. Seguf andan- do con Pizarro hasta las 9% que encontramos e Ruiz con Rul. De las 10 a las 11 estuve con éste. Amaneci malo de disenteria. 7 D. A las 8% me levanté y me fui a la Catedral, en donde of la misa mayor con sermén, me vesti y a las 11% fui a Palacio; almorzamos de las 12 a la 1, estuve con Ruiz y Pizarro hasta las 3 que fni a tomar nieve al Globo, en donde encontré a Alfredo Bablot, Morales, Gochicoa y Aedo y con ellos me estuve hasta las 5. A las 5 fui al paseo y en él permaneci hasta el oracién. Comimos de las 7 a las 8 que fui con Régules, hasta las 10% a la retreta y le hablé del asunto del Ministerio. 8 Alas 10 me Jevanté y en seguida me fui al Ministerio. Almorzamos de las 12 a la 1, Volvi al Ministerio, de las 2 a las 3 estuve en el de Gobernacién platicando con Caona y Régules. Al Iegar a la mesa me dijo Ocampo que le habia gustado mucho el articulo que escribi en La Pederacién y Prieto dijo que le parecia nmy bien escrito, todo en presen- cia de Judrez. A las 5 fui al paseo que estaba muy concu- trido por ser dfa de San Juan de Dios. Al oracién me vine a comer. A las 8 fui con Pizarro y Barrén a visitar al Sr. Hernandez, empleado de la secretarfa del gobierno del Es- tado. De las 9% @ las 10 estuve dando yueltas en a plaza con el licenciado Barrén. 9 A las 10 me levanté y a las 11 fui al Ministerio en donde estuve escribiendo varias cosas hasta las 12 que Ia- maron a almorzar. A la 1 que acabamos, volyi al Ministe- rio, en donde estuve hasta las 5 que me fui a andar por el rumbo de San Juan de Dios. A las 6 vine a la casa de co- 1reos y me informaron de que no se hahfa recibido corres: 50 pondencia. Comimos de las 7 a las 8 que fui a la plaza y en ella estuve hasta las 10. A las 9 encontré a Medina y Rul. 10° A las 10 me levanté y a las 11 fui al Ministerio. Almorzamos de las 12 a la 1. Escribi en el Ministerio de las 3 a las '5 qué fui 4 andar por varias callés. De las 6 a las 6% estuve en Ja plaza, Comimos de las 7 a las 8 que fui ala plaza. A las 9 llegé Ruiz y con él Moretto, Bablot, Mo- rales, Gochicoa y Rodriguez, nos fuimos a la casa de un Sr. Chavez en donde estuvimos hasta las 11 oyendo varias pie- zas de miisica. 11” A las 10% me levanté como los dias anteriores, tanto por no tener que hacer, cuanto para que no me diera ham- bre muy temprano y fui al Ministerio. Almorzamos de las 12 a la 1. Estuve ch el Ministerio hasta las 5% imponién- dome de varias familias y a las 6 fui a andar por San Fran- cisco. Comimos de las 7 a las 8 que fui a la plaza y alli estuve en la retreta hasta las 1034. En la mesa me invité Ocampo a que fuera yo mafiana a lavarme en la Agua Amul, diciéndome que si me sabia yo bafiar en agua irfa. 12 A las 64% me levanté y antes de las 8 fui a Palacio; alli tomé chocolate y a las 7 nos fuimos en coche a la Agua Amul, como veinte personas. AIK me bafié en el n. 2, con Mon- cada, Sr. Vera, Ortega y Zambrano. A las 8% volvimos; me fui a cortar el pelo a Ja casa ‘de Lacroix y en seguida vine a cepillarme. De las 934 a las 10 estuve en la Catedral oyendo parte del sermén. A las 10 fui al Ministerio. Almor- zamos de las 12 a la 1. Volvi al Ministerio, en donde escribi. Me conté Solache y Medina la derrota del ejército federal de una manera muy alarmante y a las 5 fui al correo a saber noticias de la posta; no Hegé, di vueltas por San Frandiseo 51 y al oracién me fui a comer. A las 8 me vine con Régules, estuvimos platicando hasta las 9 que salimos a andar. En- contramos al capitén Arriaga y con él nos fuimos al Hotel Francés, platicando hasta las 10 que me vine a acostar. Le ofreci a Juarez mis servicios. 18 A las 10 me levanté y a las 10% fui al Ministerio como de costumbre. A poco rato de estar alli Iegé el relevo de la guardia de honor, vi que los empleados del de la Gue- rra que estaban frente a la puerta, se metian corriendo de ella, sali a ver lo que era y me encontré a los soldados apunténdonos, corriendo sobre nosotros y gritando jviva el ejército! ;viva la religién! Llegaron a la sala en que esté- bamos con la misma disposicién hostil, le pegaron de cinta- razos a Estrada, nos intimaron a rendicién y nos dimos por presos. En segnida nos Ievaron a la pieza que cervia de despacho a Ocampo, en donde estaban ya Arcos, Villalohos, Pérez Gallardo y otros. Alli permanecimos amagados por tres centinelas, oyendo Jos gritos de la prisién que entraba enforecida, y los cafionazos que se disparaban a San Agus- tin, hasta que el oficial que nos habia aprehendido, después de un cuarto de hora nos Ievé al Ministerio de Fomento, en donde estaba Judrez.'Entramos y lo vimos con todos los mi- nistros, los. empleados de los ministros, los de todas las ofi- cinas que estaban en Palacio y otras que por casualidad se encontraban alli. Permanecimos asf largo tiempo. A las 12 legé el general Niifer refiriéndo lo que le habia pasado y mostrando su reloj despedazado. A les 2 empezaron a salir algunos presos y principalmente los empleados del Estado. Yo estaha en ayunas y tenia mucha hambre; a las 3% nos dieron unas tortas de pan del rancho de los soldados. A las 4 vino el almuerzo y como habiamos todavia més de setenta 52 personas, apenas alcanzé para medio comer. Supitnos que la guardia nacional estaba en San Agustin y en San Fran- cisco y que resistia el pronunciamiento. Ofmos tiros sin cesar desde las 10%. A las 5 salieron mds personas. A las 8 nos trajeron chocolate del Hotel Francés. Estuvimos en conver- sacién varias personas, hasta las 1116 entré el oficial Peraza a pedirle a Judrez una ‘orden para que rindiera San’ Agus- tin, a lo que se resisti6 de una manera digna y decorosa. En seguida lo mandé lamar Landa, jefe del 5° de linea que era el cuerpo pronunciado y se resistié de la misma manera. 14 D. Alas 5% me levanté el frfo intenso que se sentia en la pieza de nuestra prisién. Estuve haciendo diversas co- sas por pasatiempo y para entretener el hambre que tenia, pues hasta después de las 9 no nes pudimos desayunar, sin eacbargo de las instancias con que pediamos nos dieran algu- na cosa. A las‘9% se dijo una misa en el corredor de arriba y algunos procuramos ofrla desde nuestra prisién. Los fue- gos no habian cesado desde la madrugada; pero a las 9% empezaron con més fuerza, hasta las 10 que se tocé parla- mento; sé hizo un armisticio de dos horas, durante el cual satieron Ocampo y Néfiez a procurar un arreglo pacifico. No teniendo noticias del armisticio los del batallén Guerre- ro que estaba en San Francisco, mandaron a Palacio una columne a la cabeza de Cruz Aedo y Molina. La bizarria con que los soldados Hegaron a la plaza agité extraordina- riamente a los pronunciados, quienes ereyeron que Jes ha- biamos traicionado y empezaron a manifestar su furor con imprecaciones.. Entonces Peraza y Bravo que nos vigilaban apuntaron con sus pistolas a donde estébamos, introdujeron a los soldados a donde nos encontribamos, les mandaron, Bravo solo, preparar las armas y apuntar hacia nosotros. 53 El mismo Bravo contuvo entonces al soldado que iba a dis- parar su fusil y en ese momenio salié Prieto de la pieza de la derecha dijo algunas cosas ¥ los soldados salieron al co- rredor. En seguida vinicron Landa y Morel, quienes nos a jeron que corriamos mucho peligro, pero que ellos vigilarian de nuestra seguridad y que primero los matarian ellos mismos que a nosotros. Moret entré muy. asustade propo- niendo una especie de convenio en virtud del cual si entraba Ja columna, nosotros los salvariamos y si los presidiarios nos querian asesinar, ellos nos defenderfan, lo aceptamos con efusion y Prieto, Ruiz, Medina y otros varios, victoriamos al 5° de linea. Prieto Puso entonces una orden para que sé suspendieran los fuegos y la firmé Juarez. A las 12 yolvie. ron Ocampo y Nitffez y se levaron a Judrez a la capilla para arreglar la capitulacién; a las 2 volvieron donde estdbamoc ¥ @ esas horas almorzamos. El tiempo s¢ nos pasé hablando del grave peligro que habiamos corrido y la probabilidad de que se repitiera. Todos nos considerébamos ya como enca- pillados. Aunque yo me asusté mucho en el momento del peligro, me pas6 pronto la impresién ¥ quedé muy sereno. Al oracién salieron més personas y otras se fueron ala Prisién de Niifiez quedando nosotros redneidos a doce. Yo ‘me Propuse pasar allf el fin de la historia. A las 7 tomemos chocolate, En seguida fui al Ministerio a sacar unos papeles, Esto lo hice muy irecuentemente, para salvar algunos pape- les importantes, como para ver los muertos y heridos que tenian. De los primeros vi reunidos 18 y de los segundos llegué a ver més de 60. Estuve platicando hasta las 11 que me acosté lo mismo que Ja noche anterior, 15, Me levanté a las 5 y hasta las 8 nos desayunamos, Hubo armisticio en todo el dia, lo mismo que en el anteriog 54 desde las 12. Estuve en la mafiana platicando con Pizarro, Farias, don Refugio Gonzélez, ete., y leyendo algunos pape- Jes hasta las 12 que almorzamos. Segui leyendo después de almorzar, unos versos recostado en el suelo. En la tarde se- gui platicando con Guzmén, Pizarro y Gaona, hasta las 7 tomamos chocolate. En todo el dfa se estuvieron ocupando de la capitulacién el Presidente y los ministros; yo vefa todo con la mayor indiferencia. Desde las 7 hasta las 10 tuve una conversacién con Gaona, muy ajena de nuestra posicién. A las 11 me iba yo a acostar, después de haber aseado el lugar donde dormia y Pizarro me dijo que no era conveniente que durmiéramos. Entonces supe que ihamos a salir en libertad y nos preparamos para ello. 16 A les 12 entreron Landa, Moret y Quintanilla, nos salimos con ellos, legamos a Ia prisién del general Nafiez, que no estaba preparado y mientras se levantaba, estuvimos esperéndolo en el corredor como diez minutos y temiendo se inquietaran los’soldados o los presidiarios. Al fin salié Niificz, bajamos 1a escalera, por delante Juarez con Ocampo y yo a sus lados; pasamos el zagudn, atravesamos bien la plaza y al Hegar al portal ofmos sonar cerca de nosotros un casquillo; los que nos acompafiahan nos dijeron que era piedra desprendida de un arco. Llegamos a Ia casa del vice- cénsul de Francia, sibdito hannoveriano don Guillermo Augspurg y alli nos despedimos de Landa, Quintanilla, Mo- ret, Peraza y Bravo. El Sr. Augspurg nos recibié con mil atenciones. A la 1 nos dieron chocolate y a la 1% nos acos- tamos. A las 74 me levanté, me desayuné y a las 8 me encargé Juarez fuera yo a ver su ropa al Hotel Francés, se la traje. A las 8% le dije en la mesa que si la fortuna se- guia siéndole adversa, queria yo permanecer a su lado. A las 55, 9% me vine a mudar. Hubo algunos tiros y mucha alarma mientras estuve aqui. A las 10% volvi a Ja casa de Augs- purg. Lef un libro de la casa. Comimos de las 7 a las 8%. Estuve platicando en Ja sala con Juérez y Guzmén hasta las 9% y hasta las 10 con la Sra. de la casa, en el corredor, quien me invité para quedarme a dormir alli y asi lo hice, durmiendo en la misma pieza que Guzmén. 17 A las 6 nos levantamos a los repiques de Catedral, a las 7 nos desayunamos y a las 8 me Hamé Ocampo para que @ una voz con Juérez escribiera la proclama de hoy hecha por Prieto. A las 8% salimos de la casa el Presidente, los ministros, Gonzéllez y yo. Al egar a Palacio nos victorearon, subimos la escalera y Prieto Moré de emocion, A las 10 fui ala imprenta a eneargar que a Jas 11 estuvieran las procla- mas. Estuvimos escribiendo en la pieza de Judrez hasta las 12 que fuimos a almorzar. En Ja tarde segui escribiendo diversas cosas. A las 5 fui a dar una vuelta por San Fran- cisco. Al volver me Hamé Ocampo y eseribi hasta las 7 que fuimog a comer. A las 8% fui a dejar unos pliegos al correo, y a las 9 vi que Judrez, Ocampo, Ruiz, Guzmén y Prieto tomaban sus sombreros, Ocampo me dijo que me quedara yo hasta que cerraran las piezas y Judrez me pregunté si tenia donde dormir. Le pregunté si se iba de Guadalajara (segén me lo hacfan creer los rumores que corrian) y me dijo que no y que lo acompafiara yo para que supiera on dénde ibaa dormir. Llegamos a una casa inmediata a la de diligencias; estaba cerrada y mientras abrian dispuso Ocampo que éi, Juarez y yo nos fuéramos a la casa de Augspurg. Antes de que Hegéramos a ella me encargé fuera yo a Hamar a Ruiz y Guamén. Me regresé a la casa de diligencias y al Hegar a la puerta vi a un padre con pistola en mano y a otros dos 56 hombres uno con espada y otro con garrote que tocaban vio- lentamente la puerta y esperahan que se abriera con un ademén bastante hostil, como para asesinar al primero que saliera, Me detuve un momento contemplando aquella escena y dando una vuelta corri a avisar a Ocampo Io que. hab{a, visto. Me dijo que fuera yo por tropa a Palacio y que viera si podia salvar a los que estaban en la casa. Me dirigi co- triendo a Palacio. Estuve con el oficial de guardia y con mil dificultades por el santo y por otras formalidades, con- segui que me diere 10 hombres con un oficial. Fui a la cabeza de ellos a la casa de diligencias y al llegar a la es- quina encontré a-un grupo de Régules, Gaona Vera, Casti- Ilo, etc., que me dijeron que un padre que vivia en Ja casa de diligencias se alarmé al ver entrar en la casa contigua a Ruiz y Guzmén y creyendo que eran ladrones los habia ido a invadir con dos mozos. Mandé retirar la fuerza, subi a vera Ruiz y Guzmén y fui a comunicarle a Ocampo el resul- * tado. Dispuso que ya nadie durmiera en aquella casa. Al dia siguiente se comenté esta escena de mil maneras. A las 10 fui a darle a Fenelén un recado de parte de Ruiz y en se- guida a Palacio para que no se alarmara el capitén de guardia. : 18 A las 8 me levanté; fui a Palacio y no tuve muchas ccupaciones. A las 10 me encargé Ruiz fuera yo a pedir un coche a Camarena para ir a recibir al general Parrodi: no lo encontré; conoef a don Gregorio Davila, secretario del gobierno; pasé a ver con el mismo objeto del coche al jefe politico Contreras Medellin. A las 12 vi entrar las fuerzis de Parrodi. A Je 1% fui a comer al Hotel de Paris, por estar Mena la mesa del Presidente con el general Parrodi y otras personas. A las 2 volvi a Palacio y estuve sin ocupacién hasta 57 las 5 que me eneargé Ocampo le comprara chaparreres, cha- quetas de cuero, sarape, etc. Al oracién que acahé volvi a Palacio y me encontré a aquello solo; fui a la casa de dili- gencias donde habia visto a Guzmén y nada adelanté. A las ‘7% al Hotel Francés, donde tomé chocolate con Gaona y Regules. A las 8 volvi a la casa de diligencias a ver a Pé- rez Gallardo, a quien acompaiié a la jefatura de Hacienda. A las 8% llegé alli Prieto; informé a los que estaban pre- sentes que el gobierno tenia que selir de esta cindad, que el general Parrodi habia sido nombrado ministro de la gue- tra y que Arriaga quedaba encargado de repartir $6000 a Jos empleados para que hicieran lo que les pareciera. Yo Je hablé en particular manifestindole que queria seguir al gobierno y me dijo que Judrez tenfa los mismos deseos y que me fuera yo a presentar con él. Me dijo que estaba en Ja casa de Augspurg. Me dirigt a ella y estuve con Ocampo, quien me ratifies la noticia de que Juérez habia dispuesto que yo marchara. Me dijo que s6lo debfa yo levar lo que padiera cargarse en ancas y me despedi para venir a prepa- rarme, A las 9% volvi ya en disposicién de marchar, llevan. do parte de mi equipaje y dejando el resto en la petaca, encargado a la casa de Auagpurg para que me lo remiticran a donde yo me encontrara. Ocampo me dijo en reserva que hasta mafiana nos irfamos. Me vine a acostar y a las 11 lo hice. 19 A las 8 me levanté. Me bafié en los Bafios de los Pla- ceres. A las 10 fui a Palacio. No estaba allf el gobierno, encontré a Ocampo y me hizo algunos encargos, los desem. pelié y las 11% enconiré a Régules, quien me impuso de que Juarez me habfa mandado Wamer. Fuimos a verlo y me pregunté si le acompafiaba yo, le dije que si y me dio dos 58 ¢ onzas para que comprara yo caballo y me dispusiera a salir. ‘A Jas 12 comi en el Hotel Francés y en seguida me dirigi a buscar caballo. A la 1% volvi a ver a Ocampo, quien me encargé mandara yo unas camas de Palacio a la casa de Mestas. Estuve con Arriaga para peditle vidtico de marcha y me dijo que no tenia nada. A las 2%4 fui con Régules a comprar un caballo hasta la plazuela de Eseobedo. Estuvi- mos en Ja casa de Montafiez, corzedor de caballos, esperdn- dolo hasta ls 3% (no fue a la hora ofrecida) que ‘nos ve- nimos al Hotel de Paris. De alli fui al correo, en donde me dijeron que habia caballos de venta y nada encontré. En segitida nos fuimos con Rayo al baratillo y antes de Negar encontré a un hombre que me propuso un caballo de venta: fai a verlo hasta cerca de Belén. Lo compré ensillado y enfrenado en $18. Fuimos a una silleria a que compusieran Ja silla y el freno y a las 5% lo Hevé al correo. Volvi a Pala- cio y ya estaba desierto. Fui a la casa de Augspurg y me encargé Ocampo que trasladara yo lo que le habia com- prado y unas camas de la casa de diligencias a 1a de Mestas. Fui a Ja casa que ocupaba a sacar mi montecristo y me la encontré sellada, fui por Santo Domingo a buscar a Quinte- ro ¥ no encontré su casa. Hice los encargos de Ocampo. A Jas 8 tomé chocolate en el Hotel Francés. Volvi a la casa de ‘Augspurg: a las 834 fui con Iniestra a ensefiarle la casa de Mestas y 2 las 9 a ella con Judrez y Ocampo a dejarlos alli, en donde se quedaron a dormir. A las 9% volvi a ver @ ‘Arriaga, le manifesté que mafiana me iba yo: me dijo que hoy no habia dinero en Ja jefatura, pero que fuera @ pregun- tar y si se encontraba algo se lo dijera para que me pusiera una orden, Fui a Ia jefatura, estuve con Zavala; me dijo que no tenfa ni un centavo; se lo manifesté asi a Arriaga, agre- 59 puesto del estémago y con mucha basca, no me pude des- ayunar. Me volvi a acostar y hasta Jas 11 me levanté, ioda- via malo. Estuve en tertulia hasta la 1 que pude comer. Fe- licité a Judrez por el dia de su santo. Ensillamos para irnos ¥ estuve tomando algunas noticias de la familia de Corene- ra. A las 2.seguimos para adelante y como a las 4 entra- mos en una sierra. A las 7 empezamos a encontrar a los vecinos del pueblo de Atemajac de las Tablas que salian a recibirnos Henos de jtibilo. Nosotros también sentimos la zeaccién de lo que nos habia pasado el dia anterior. A las 9 Negamos a Atemajac, donde nos dividieron los mismos que nos habfan acompafiado y se disputaban el honor de He- varnos a sus casas. A mi me tocé ir con Arcos a la de don Rafael Guerrero, que me traté con las mayores corisidera- ciones. Primero me dio chocolate, y. después cena. A las 10 nos acostamos. Desde Santa Ana monté un. caballo rosillo que venfa suelto. 22 A las 7 me levanté, me desayuné y almoreé, me lavé, ensillé, fui a informarme a qué horas nos thamos, monté y como a las 8% salimos de Atemajac acompafiados de todos los que habfan salido a recibirnos, que nos fueron a dejar hasta Jonacatlan, a donde Wegamos a las 12. Todos almor- zaron alli y yo tomé dos tortillas y un huevo. Seguimos nuestra mareha por la sierra; a las 3 empezamos a hajar para Sayula, a donde Iegamos a las 5'%4. El jefe politico y otras personas salieron a recibir en coche al Presidente y los ministros, La fuerza de Rocha que estaba alli y la guar- dia nacional del cantén formaron en valla cuando entramos, presentaron las armas y tocaron marcha. Habia mucha gente en Jas calles y nos repicaron las campanas. Llegamos al pa- raje que nos tenfan dispuesto. Ocampo me dio a escribir al- 62 gunas cosas. A las 7 tomé chocolate. A las 8 segui escri- Diendo estas memorias. A las 10 cenamos.con Reyes, el jefe politico, y a las 11 me acosté. 23 A las 5% me levanté, me lavé, me desayuné, ensillé y a las’8 salimos para adelante. Anduvimos con buen humor y sin mucho calor hasta las 12% que Megamos a Zapotlén. En la entrada de la ciudad nos recibieron el jefe politico y ‘otras personas en coches, En una casa se quedé el Presi- dente con los ministros y nosotros nos fuimos a Ja casa de diligencias. Alli nos aseamos un poco y a las 2 comimos. Fui a comprar unos trastos de lumbre que me encargé Ocam- "po y a dejarselos. Anduve euidando a mi caballo para mon- ‘tarlo mafiana, porque Prieto dispuso para Aguilar del que habia yo traido. Noté que Garmendia, Régules y toda la co- mitiva de Prieto me vefan de reojo y tuve un disgusto con el mozo de éste. Anduve por el pueblo para conocerlo; estuve en la plaza. Degollado me conté algo de cuando tomé esta plaza. A las 7 tomé chocolate en la casa de diligencias y hasta las 10 estuve oyendo tocar 1a guitarra a Rayo y cantar _a’Prieto, Valle, ete., que estaban de muy buen humor. A Jas 10 me acosté en la misma pieza que Aguilar. 24 A las 3 nos levantaron; ensillé y me fui a la casa de donde debiamos salir. El Presidente y los ministros se fue- ron en coche hasta Atenquique y yo monté primero el caba- Ilo de Ruiz y después el de Ocampo. Llegamos a Atenquimie, a las 8 almorzamos alli alguna cosa y seguimos nuestro camino, a poco andar entramos en la barranca de Atenqui- que que es la primera y como a las 11% pasamos la del Platanal. A las 12 Megamos a este paraje, en donde comi- mos y «sesteamos». Ocampo lleg6 incémodo con los acom- pafiantes, porque no se adelantaban a preparar nada. Yo 63 dormi en el mismo petate que él dela 1 a las 3. A las 4 salimos del Platanal con énimo de quedarnos en otro punto inmediato; pero siendo todavia temprano y no ofreciendo aquél comodidades seguimos para adelante; pasamos la ba- rranea de Beltrén que es la mas larga y empinada de todas y anocheciendo legamos al meson. A las 7 tomé chocolate; me entretuve en diversas cosas y a lis 10 cenamos. Me quedé tomando té y oyendo cantar a los de la pluma hasta las 11 que me acosté vestido y sobre un petate en el suelo. 25 A las & salimos del meséu después de habernos des- ayunado; anduvimos despacio y a las 9Y4 Iegamos a Tonila; paramos en una casa muy bonita y alli almorzamos ligera- mente. Estando ya muy cansado mi caballo y habiéndome ofrecido una mula que traia despacio don Carlos Henrichs, la acepté y me vine en ella hasta Colima. A las 11% Iega- mos a una rancheria Hamada los Alcatraces, alli sesteamos; yo tomé alguna cosa y dormité un poco. A las 3%4 seguimos el camino para Colima. A las 5 Negamos a San Joaquin, en donde se querfan quedar a dormir y-seguimos para adelante. Una legua antes de Hegar a la ciudad estaba el Gobernador con otras personas y dog coches. Muchas personas a caballo salieron a recibirnos. Yo vine platicando con dos cuyos nom- bres no recuerdo. A las 8 entramos a Colima. Cuidé de la mula que traje, la desensilléy subi la silla. A las 8 comimos muy bien, don Ricardo Palacio nos sirvié la mesa. A las 9 fui a dejar la mula, mirando las calles del trénsito. Ocam- po me dijo que queria que yo me alojara aqui; lo hice en Ja pieza de Ruiz, y Degollado me presté una cama de fierro que le habia mandado Gregoire. En todo el camino recibi mil distinciones de Degollado, que me manifestaba mucho carifio, A las 11 nos acostamos. 64 26 A las 7% me levanté, me desayuné, me lavé, me vesti de limpio. A las 9 me encargé Juarez que le consiguiera yo un ejemplar de le proclama que expidié en Guadalajara, fui al Mesén de San Felipe y alli lo consegui con Ramirez Lazo. A las 11 almorzamos. A la 1 fui a comprar unas cosas que me encargé Judrez. Escribi lo que se le ofrecié a Ocam- po. A las 4% comimos y después segui comprando unas ca- misas para Judrez. A Jas 8 fai al meson a traer aqui mi caba- lo. Hasta las 10% eseribi estas memorias. 27> A las 7 me levanté y fui con Guamén a bafiarme al rio. A las 8 me vine a desayunar y estuve despachando asien- tos de oficio por encargo de Ocampo. A las 10% almorza- mos. En la mesa propuso Degollado que Montenegro queda- ra comisionado para cuidar de los caballos, cobrando de sus duefios 1% cts. diarios. Este dijo entonces que hacia tiempo me estaba pidiendo $2 para herrar a mi caballo y que yo le decia que estaba muy pobre. Entonces Ocampo se sacé los $2 de la bolsa y se los dio; yo me rehusé a recibirlos con la mortificacién que era natural y al fin acepté uno. En seguida nos fuimos al eseritorio y alli me obligé Ocampo a que le recibiera yo otros 5 que me dio de su peculio. En seguida me estuvo haciendo varias preguntas en un tono bastante dulce, me pregunté por mi edad, el tiempo de servicio, etc., yo le referi que no me habian dado nada por cuenta de vié- ticos y se puso a escribirme su oficio autégrafo de esta fecha, segiin me dijo, para que me dieran algo en el reparto que se iba.a hacer. Entramos después en una conversacién larga y familiar. Desde ayer que fui a la imprenta para que saliere el boletin, vi a Garefa y le propuse que se publicara la Tabla en el folletin de La Luz de la Libertad que es el periédico oficial de este Estado. Quedé en hablarle al secretario Pa- 65 lencia, que es quien corre con el periddico y yo en Ievarle lo necesazio para el primer niimero, lo cual le levé hoy. Es- tuve hablando con Degollado respecto del nombramiento hecho en su persona para General en Jele del ejército fede: ral. Escribf diversas cosas hasta las 6 que comimos, me des- pedi de Degollado que se fue a las 734 para la Barranca. A las 8 fui con Ocampo a la tienda de Gregoire a comprar varias cosas. Hice unos encargos de Juérez relativos ala compra de un sombrero y unas navajas, Escribi hasta las 10 que me acosté, 28 D. A las 8 me levanté, me lavé y desayuné. Acabé el eneargo de ayer. Vi decir misa en la plaza. A las 9 fui a la parroquia a ofr una misa que estaban Ilamando; pero como se dilataba mucho y Ocampo me habia citado para esa hora no pude ofrla. A las 10 fui con Juérex y Ocampo a los bafios del rfo. Almorzamos de las 11 a las 12. En toda la tarde estuve eseribiendo diversas cosas, Comimos hasta las 7. Segui eseribiendo en la noche y como a las 9 con Ocampo un oficio para Ogazén. A las 11 me acosté, Estuve con Palencia. 29 A las 8 me levanté, me lavé y desayuné y a las 11 empecé a escribir y despachar varias cosas. Almorzamos de las 116 a las 12 que segui escribiendo varias cosas por encargo de Degollado, Allf me pasé la tarde, Comimos de las 6 a las 7. Escribi un poco hasta las 74 que fui ala plaza y después a andar por varias calles de la ciudad. A las 94% me vine y a las 11 que vino Ruiz me acosté, 30 A las 8 me levanté, me lavé y desayuné y mientras estaban ocupados los ministros estuve desocupado haste las 10. Escribi hasta las 11 que almorzamos. De las 12 a lal segui eseribiendo. Fui a hacer varios eneargos de Ocampo; 66 estuve en la imprenta mirando imprimir la introduccién de la Tabla sindptica y una proclama de Degollado. Segui yen- do a la imprenta y vi lo que se hizo del folletin. A las 435 _ fui a bafiarme con Ocampo, Ruiz y Guzmén, al rio. Lo hi- cimos hasta las 6 que salimos a.ver wna procesién muy Jar- “ga y desordenada que viene de fuera de la ciudad. A las 7 nos vinimos a comer y lo hicimos hasta las 8. A las 9 eseribi un poco y a las 9% me acosté. A las 21 vino Ruiz y me des perté para decirme que se le habian perdido dos onzas de la pieza. Llamé a Andrés que erey6 se las habia cogido y se incomodé bastante. 31 A las 8 me levanté, me lavé y desayuné y a las 9% empecé a escribir. En seguida fui ala imprenta. Almorzamos de las 13. a las 12 que fui a comprar una resma de papel de oficios para iso del Ministerio; en seguida lo Mevé a que lo recortaran y a la 1 Jo traje. Me dieron $50 de un reparto que se hizo hoy, a todos los empleados, de esa cantidad. Seguf escribiendo cosas del ministerio de Guerra hasta las 4 que fui a comprar ropa blanca a la casa de Gregoire. A Jas 5 me invité el Sr. Ocampo para ir a andar y salimos con Degollado y Ruiz. Anduvimos por varias calles y vimos en donde est4 1a huerta del difunto. general Alvarez. Comimos de las 7 a las 8. Ayudé a Ruiz a corregir Jas pruebas de un articulo suyo que se va a publicar en La Luz de la Li- bertad y a las 8% fuimos’a Ja plaza a buscar al St. Ocam- po. Estuvimos con él hasta las 9%. Vimos una procesién. A las 9 fui por un sombrero a la casa de Grégoire, cayo som- brero lo cambié con el del Sr. Ocampo que ya estaba algo usado, por recompensazle de algiin modo el dinero que me dio el dia 27. Hoy se fue Guzman con Cruz Aedo a ver el mar y me dejé encargado de sus cosas. 67 Aprit DE 1858 1 Jurves Santo. A las 7 me levanté, me lavé y desayu- né y estuve escribiendo algunas cosas del ministerio de Gue- ra. Almorzamos de las 11 a las 12. Fui a la imprenta a ver que tiraran'el mimeto de La Luz de la Libertad y a corre- gir algunas erratas que habia sacado el folletin. Alf me estuve hasta las 2 que dejé todo arreglado y me traje dos ejemplares. Estuve conversando con el Sr. Degollado de las 2 a las 3, hablando sobre la revolucién de Ayutla. A las 4% fui con el Presidente, los ministros e Iniestra a ver los altares. Estuvimos én la Parroquia, La Merced y la Salud. De alli nos fuimos a la huerta que era del general Alvarez, en donde vi el cacao, la mata en que se da la pifia y otros mauchos Arboles. Tomamos agua de coco, comimos el de cu- charita, vimos los estanques y a las 61% nos venimos. Comi- mos de las 7 a las 8. Estuve corrigiendo las pruebas que trajeron de la imprenta para el n. 2 del boletin, hasta Jas 8% que sali a ver los altares. Me encontré una procesién muy larga que se dividié en la iglesia del Nombre de Dios. De allf me vine, a la plaza, en donde me encontré a Ocam- po y Ruiz. Estuvimos platicando hasta las 10 que nos veni- mos. Me acosté a'las 11. 2 Vnernzs Santo. A las 8 me levanté malo del estéma- go. Estuve escribiendo asuntos del ministerio de Guerra has- ta las 11 que almorzamos. A las 12 volvi a escribir unos des- pachos de los oficiales que han sido ascendidos. A las 9 fui a la imprenta a dejar un oficio que quiso el Sr. Ocampo sa- Tieva en el folletin'de mafiana. Sege{ poniendo despachos hasta las 5 que fui con Juarez, Ocampo y Degollado a la huerta del general Alvarez, en donde me bafié con Ocampo 68 en un tanque bastanie grande. Al oracién nos venimos y al pasar el rfo, encontramos una procesién que nos detuvo fren- te.a la aduana maritima; de alli salieron a invitamos para que eritrdéramos a ver la procesién. Asi lo hicimos y perma- necimos como hasta las 714 mirando aquella procesién que estaba bastante larga. Comimos de las 8 a las 894. Escribi un poco y a las 9 fui con Ocampo y Ruiz ala plaza, en donde estuvimos hasta las 10 hablando muy familiarmente sobre diversas cosas familiares y politicas. Entre otras cosas le dijo el Sr. Ocampo a Ruiz que yo no era empleado del ministerio de Relaciones, sino de tres dias a esta parte. 3 Alas 714 me levanté, le entregué sus cosas a Guzman, que Iegé hoy de su expedicién, me desayuné y levé. A las 8 fue el Presidente con los ministros a ver una fabrica. El Sr. Degollado se Hevé Ia Have de la pieza que hace de Mi- nisterio y mientras venia estuve platicando en la sala con Ortega, Lépez, Rayo y otros. Dé las 10 a las 11 escribi dos despachos. Almorzamos de las 11 a las 12. Estuve escri- biendo despachos y otras cosas del ministerio de la Guerra. Le pregunté al Sr. Ocampo si se despacha el negocio de Ve- racruz y lo puse en limpio ‘para mandarlo en Ia primera oportunidad. A las 4 me invité Guzmén para que nos fuéra- mos a bafiar a la huerta de Alvarez, convidé a Ocampo y nos fuimos los tres. Habia alli otras varias personas; nos bafia- mos Guzmén y-yo y al oracién nos venimos todos. Comimos de las 7 a las 8. Anduve en la: plaza mirando un baile pabli- co hasta les’ que fui a una sommbrereria para que me com- pusieran el sombrero, Estuve platicando con Aguilar hasta las 1046. A las 11 me acosté. 4 D. A las 8 me levanté y atin no salfa yo de mi pieza cuando me mandé Hamar Degollado, estuve escribiendo has- 69 ta las 9 que fui a desayunarme, lavarme y mudarme. A las 10 volvi al Ministerio a cerrar unos papeles. Almorzamos de Jas 11 a las 12 que fui a la imprenta a dejar el material para el folletin del mimero préximo de La Luz. De alli fui al teatro a comprar unos boletos para la funcién de esta noche. Vine a leer unos periddicos que meé prestaron en la imprenta. A las 5 salf a pasear con Ruiz. Pasamos por la parroquia y allt vimos depositar; nos fuimos en seguida a andar por diversas calles. Comimos de las 7 a las 8. Estuve escribiendo unas cosas con Degollado hasta las 8%. A las 9 fuimos al teatro. Estuve en el paleo del Presidente y los mi- nistros. A las 9% empez6 a representar la comedia de Bre- tén No ganamos para sustos. A las 11% se acabé. A las 12 me acosté. 5 A las 8 me Jevanté, me lavé y desayuné y a las 8% empecé a escribir asuntos del ministerio de la Guerra. A las 10 empecé a escribir una cireular a las legaciones que puso Farias. Almorzamos de las 11 a Jas 12. Segui escribiendo. Of Ia conversacién de Ocampo con Degollado y Jef unos impresos de Monterrey. A las 5 salieron todos y yo lo hice en seguida. Fui a andar por diversas calles; vi la procesién de la iglesia del Beaterio y a las 6 fui a la imprenta a pre- guntar por unos ejemplares del iiltimo nimero de La Luz de 1a Libertad. Comimos de las 7 a las 8, Estuve escribiendo al- gunos asuntos de los ministros de Gobernacién y Guerra y a las 1046 me acosté después de haberme despedido de Gon- zélez que se va mafiana para Acapulco, a ‘quien encargué una carta para que Ia echara de alli a Oaxaca en la estafeta. 6 Alas 8 me levanté y después de haberme lavado y desayunado empecé a escribir asuntos del ministerio de Gue- rra, én donde muy poco y casi nada despacha Arcos, hasta 70 las 1134 que fuimos a almorzar. A las 1] Hevé a la impren- ta una. circular de Ocampo, participando la traslacién del gobierno. De alli fui a buscar los calzoncillos de punto, los encontré y compré dos. Con el mismo Sr. Meillen que me Jos vendié quedé en que a las 2% me Ilevaria a donde habia petacas de cuero, que queria Juérez. Vine a leer mientras se hacia hora las obras de Mora y a las 3 fui a ver a Meillen y con él a la casa de Oetling, en donde me ensefiaron una petaca que compré para Judrez y un saco de noche para mi. Estuve corrigiendo las pruebas del folletin de Za Luz y ha- ciendo otras cosas hasta las 6. Comimos de las 7 a las 8 que me trajeron ms pruebas y segui corrigiendo. A las 10 vino Arcos diciendo que en un baile en que habia soldados se habjan echado vivas a la religién y a Osollo y que habia mucha alarma. Impuesto de ello Degollado, dispuso que se avisara abajo al oficial de guardia para que redoblara su vigilancia y que fuera yo a participarselo a Judrez: Fui al teatro, se lo dije; me encargé que se lo dijera yo al Gober- nador para que tomara sus medidas, lo hice asi y me volvi para acd. Me acosté a las 12 que vino Ruiz con la Mave de la pieza 7 Alas 7H me levanté. A las 9 empecé a arreglar Jos paquetes que les han de ir a las legaciones. A Ias 11 almor- zamos como de costumbre. Fui a la imprenta a ver la planta del folletin de La Luz de la Libertad de mafiana. A las 2 me pregunté Degollado lo que habia determinado respecto de mi persona, porque mafiana se iban para el Manzanillo con direccién a Veracruz el Presidente y los ministros. Yo le manifesté que nada sabia y le encargué que le preguntara a Ocampo. Asi 16 hizo y este Sr. dijo que yo no era de los que se iban, lo mismo me dijo Ruiz. A las 3 entré a hablar- 71 le a Judzez, quien me dijo que lo que debfa yo hacer era irme a Acapulco para dirigirme de alli a Oaxaca. Yo le manifesté que si no me era posible irme con él hasta Vera- cruz me quedaria con Degollado en Colima. Asi quedamos sin resolver nada. Volvi a la imprenta a agitar la conclusion del folletin. En toda la tarde estuye muy indeciso y sin saber qué partido tomar. A las 7 comimos y cuando acabamos me Mamé Judrez a su recdmara y alli me dijo que no le parecla conveniente que fuera yo hasta Veracruz por el peligro que habia tocando climas mortiferos como La Haba- na y Nueva Orleans y a euyos peligros no tenfa yo necesi- dad de exponerme; pero que si yo queria arrostrarlos con gusto dispondria mi ida. Yo le manifesté que no temia a esos peligros y que deseaha acompaiiarlo. Dispuso que ya no cobrara yo la cantidad que habia mandado me diera Prieto. Estuvo conmigo muy afable. Me encargé que le com- pusiera yo su equipaje y asi lo hice mientras él fue a una visita. Fui a pagar a la casa de Ostling un pico que quedé debiendo ayer. A las 9% estuvimos imponiéndonos de unas noticias recibidas de Veracruz y a las 10% me acosté. 8 A las 3 nos desperté Ocampo, me levanté, tomé choco- late y me dispuse para salir, A las 5 lo verificamos. Nos vinieron a dejar a cosa de dos leguas el Gobernador, Dego- Uado, Iniestra y otras varias personas. A las 10 Tlegamos a Tecolapa, en donde almorzamos y descansamos mientras pa- saba Ja fuerza del sol. Dormimos un poco. A las 8 seguimos nuestra marcha, Como a las 4 pasamos por Valenciana. Mi caballo iba extraordinariamente cansado y eso me cansé a mi también. Anduyimos sin cesar hasta las 8 que Tegamos muy estropeados a Cuyutlén. Como dos leguas antes ofmos el ru. mor del mar. Cenamos pescado fresco y nos acostamos en 72 ‘un corredor. Me dormi al son de la vihuela que tocaba Rayo. Al Uegar a Cayutlén quisimos ir al mar, cayo ruido estéba- mos oyendo; pero no lo hicimos por estar muy cansados y ser la noche muy oscura. 9 A las 4 nos levantamos, con trabajo nos desayunamos y a las 5 salimos para el Manzanillo. En todo el camino ofmos mas o menos cerca el ruido de las olas; pero como hasta las 8 me aproximé a ver el mar y me quedé extasiado contemplando aquel sublime espectéculo. Seguimos cami- nando. Ocampo me presté una de sus espuelas para que pu- diera andar mejor mi caballo. Al fin del camino anduvimos por la ribera de Ja laguna de Cuyutlén, en un paisaje bellf- simo. A las 10% Hegamos al Manzanillo y paramos en la aduana. Estaban fondeados dos buques, el bergantin La Glo- riosa y la fragata de guerra inglesa Magicienne. Montene- gro fue a Hamar a los guardas que estaban a bordo de la segunda, lo acompafé. Fuimos en un bote muy chico y no Hegamos a bordo porque encontramos a los guardas en el camino y nos dijeron que era muy peligroso seguir en aquella embarcacién. Entramos en el bote en-que ellos venian y alli estuvimos con Gémez y Gonzélez. A las 11 almoreé en una casuca y en seguida fui a ver a la Magicienne con Prieto, Ruiz, Cendejas, Aguilar y Garmendia. Nos enseflaron aten- tamente lo que habia alli. Vi piezas de a 110 perfectamente bien construfdas. Un gran rato me entretuve contemplando la marayilla del mar. A las 5 subimos al lugar del vigfa, para ver allf ponerse el sol, Jo cual no pudimos conseguir por habérnoslo impedido unas nubes. Al oracién comimos y en seguida nos fuimos a un billar, en donde estuvieron jugando Ocampo, Cendejas, Zambrano y Garmendia. Como a las 8% fuimos a ver el fenémeno de la fosforescencia en el mar, ve que estuvimos admirando por més de media hore. A las 9% nos acostamos. Yo lo hice en la misma pieza que el Presi- dente y sus ministros. 10 A las 8 me levanié y me fui a bafiar al mar, no obs- tante que nadie lo queria hacer por miedo de las tintoreras y del clima, cuyo peligro ponderaban demasiado. A las 10 fui con Cendejas, Aguilar, Rayo y otros a bordo de La Glo- risa; pero no pudimos verla bien porque estaba almorzando el capitan cuando Iegamos. Almorcé en otra fondita, por no haber encontrado 1a en que lo hicieron Tos compafieros, A las 11 me Hamé Ocampo para despachar algunas cosas, en cuya operacién estuve ocupado hasta las 4 que fui con Rayo, Aguilar, Garmendia, Régules y Gonzélez a la falie Felicitas, para meternos en alta mar. Anduvimos hasta salir del puerto ¥ yo me desvaneci muchisimo, Volvimos al oracién, cené a las 7, me mudé de limpio y a las 9 me acosté, después de haber oido una conversacién de Garmendia en que manifes- taba grande interés porque yo no fuera hasta Veracruz. 11D. A las 7 me levanté, a las 84 me desayuné y a Poco nos avisaron que ya venia el vapor. Como a las 10 llegé, inmediatamente nos fuimos a él en unos hotes. Convenimos en que nos Ievarfan a Acapulco cobréndonos $30. por per- sona y como a las 10% empezamos a andar. El buque John L. Estephens es inmenso, trae a hordo mas de mil pasajeros ¥ estas cosas nos Wamaron altamente la atencién. A poco rato almorzamos. En seguida vimos unas ceremonias protes- tantes en las que hubo cantos, sermén y lectura. A la ] tuve un grave disgusto con Cendejas por causa del inglés. A las 2 nos Ilamaron a comer, Yo me sentfa ya descompuesto y no pude comer. Me subi a la cubierta y a poco rato empecé a deponer. En todo el resto del dia estuve con basca, deponien- 74, do y con un malestar muy grande. En la mafiana se quejé Gonzélez conmigo de varias cosas y vi con él varios departa- mentos del buque. A las 8 me fui a acostar, Como habia muchos pasajeros y todos los camarotes estaban ocupados, nos tendicron unas camas en el corredor y. alli dormimos. En todo el dia perdimos de vista la tierra. 12 Alas 4. de la mafiana nos despertaron y nos obligaron a levantarnos para que asearan la pieza. Todo estaba anega- do porque estaban lavando por todas partes y no encontra- mos en dénde permanecer. A las 514 tomé una taza de café que depuse luego. Segui malo en la mafiana y tuve que acostarme en la cama de uno de los mozos. Se acercaba el momento de legar a Acapulco y Rayo y Gonzélez me hi- cieron muchas instancias para que no siguiera yo navegando, ponderdndome extraordinariamente el peligro a que me ex- ponia. Régules me dijo que Ruiz manifestaba mucho interés en que yo no siguiera. A las 11 me volvi a acostar y cuando desperté ya estébamos en Acapulco. El Sr. Marin, capitén del puerto, fue a saludar a Juérez y a proponerle que nos fuéramos para Huatulco en un buque de vela que estaba alli. Los hizo desembarear y nos levé a su casa. Mientras se resolvia en junta de ministros lo que deb{a hacerse, fui a tomar una taza de caldo a una fonda china. Vi algo de la ciudad, me lavé en la casa de Marin, escribi para Oaxaca y a las 4 nos volvimos a bordo del Estephens. 15 PODER Leaisiariyg ARCHIVO y BIBLIOTECA. MANUEL CAMBRE PRONUNCIAMIENTO DE LANDA Sv es que el general Ignacio Comonfort, siendo presi- dente constitucional de la Reptblica y al estallar el pro- nunciamiento de Tacubaya, el diez y siete de diciembre de mil ochocientos cincuenta y siete, quebranté el juramento que pocos dias antes habia rendido solemnemente ante el Congreso de la Unién, de guardar Ia constitucién, descono- ciéndola y aceptando la presidencia dela dictadura procla- mada por el sobredicho pronunciamiento; que al verificarse el movimiento revolucionario referido, fue reducido a pri- sin el licenciado Benito Judvez, presidente de la Suprema Corte de Justicia, Hamado por la Constitucién a la Suprema Magistratura en aquellas circunstancias que en enero inme- diato, el jefe de los pronunciados, general Félix Zuloaga, desconocié a Comonfort como presidente, aunque él mismo lo habia proclamado; que, en medio de la perturbacién del orden, a este suceso inesperado debié Ja libertad el presi- dente de la Suprema Corte de Justicia; y finalmente, que, mientras Zuloaga y Comonfort se disputaban el mando con Jas armas en la ciudad de México y éste era vencido, Jud; rez, por ministerio de la ley, tomaba las riendas del gobier- no constitucional en Ja ciudad de Guanajuato, pasando des- pués a la cindad de Guadalajara, donde fijé la residencia 79 del Supreino Poder Ejecntivo mientras podia reeobrarse la capital. A mediados de febrero de mil ochocientos cineuenta y ~ ocho, cuando se instalaba el gobierno de Juarez en Guada- lajara, un ejército que enarbolaba la bandera de los pro- ” nunciados de. Tacubaya y obedecia las érdenes del general Luis Gonzaga de Osollo, avanzaba de la ciudad de México hacia el Bajio, con destino a sojuzgar a los Estados coliga- dos contra el movimiento revolucionarid de Ja capital, y se reconcentraba en Apaseo, al mismo tiempo que otro ejército que levaba por ensefia la Constitucién, al mando del general Anastasio Parrodi y formado con fuerzas de Jalisco y Esta- dos limitrofes, marchaba contra aquél y acampaba al oriente de Celaya. Terminada la segunda quincena de febrero, habia entra- do marzo, y ambos ejércitos permanecian frente a frente en los puntos expresados, amagéndose, pero sin emprender operaciones decisivas. La flojedad de la campaiia impacien- taba al gobierno de Juarez, que determiné enviar al cam- pamento de Celaya al Ministro de Gobernacién Santos De- gollado, para que en lo posible removiera los obstéculos a fin de que se activaran las operaciones militares. A la sazén era gobernador de Jalisco el licenciado Jestis Camarena, y comandante militar el general José Silverio Niifiez. Las fuerzas que habia en Guadalajara eran: medio bata- Un en alta fuerza del 5° de linea, una corta seccién del 1° de caballeria, los batallones de guardia nacional El dia trece, a la madrugada, llegé un correo extraordina- rio que presenté a la Administracién de Correos un pliego dirigido al presidente: contenia una’ nota fechada el diez en Trapuato, del Ministro Degollado, participando al gobierno en breves términos la derrota de Parrodi en Salamanca. A consecuencia de la adversa noticia, Judrez cité a su gabinete a Junta de Ministros en Palacio, que era su residencia y el despacho del gobierno general. Celebrébese la Junta, y cuando se terminaba la lectura de una circular eserita por el Ministro de la Guerra, mien- tras el Ministro Guillermo Prieto, fuera de la Junta, redac- 82 taba un manifiesto que debia darse al pais, presentése el Jeie politico Lic, Miguel Contreras Medellin y dio parte de que, por condueto fidedigno, sabia que el teniente coronel Landa acababa de rebelarse contra el gobierno y se dispo- nia a marchar sobre Palacio con el batallén de su mando. El Presidente ordené al general Nifiez fuese al momento @ cerciorarse de lo que pasaba y procediera conforme a sus atribuciones, retirandose luego Contreras Medellin a la jefa- tura, para tomar las: providencias de su resorte, y Nifiez para cumplir con su deber. Nifiez se dirigié al cuartel de la Universidad, distante algo més de dos cuadras de Palacio, y, en efecto, encontré al 5° batallén de linea sobre las armas y pronunciado. Al avistar los rebeldes al general Niifiez, le marearon el alto, pero como 4, sin detenerse, arengando a los pronunciados y excitén- dolos a que volvieran al orden, siguiera adelante, uno de los centinelas tendié el fusil, le apunté al coraz6n y disparé so- bre su antiguo jefe, dandole un balazo en ef pecho. Por for- tuna, el proyectil tropez6 con el reloj que Hevaba en el bol- sillo el general, y éste no recibié més dafio que una fuerte contusién. Acto continuo fue hecho prisionero. Eran las diez y cuarto de la mafiana. Al mismo tiempo que se verificaba la captura de Niifiez, una fuerza del cuartel de 1a Universidad hacfa el relevo de Ja guardia de honor que se daba en Palacio al presidente, siendo las fuerzas entrante y saliente de servicio perte- necientes al 5° batallén. Estando’ formada la tropa a la entrada de! cuerpo de guardia, se armé el motin, procla- mando en alta voz los oficiales y respondiendo en coro de igual modo los soldados: jviva el ejército! jmuera la guar- dia nacional! jmuera 1a Constitucién! Penetraron los pro- 83 nunciados al cuerpo de guardia, disperando tires contra el sretén de la artilleria, compuesta de una corta fuerza de guardia nacional, apoderéndose de los cafiones, y, encabe- zados por el capitén Encarnacién Peraza, precipitéronse en tropel por las escaleras a Ja planta alta. Allanaron ahi ofi- cinas y habitaciones, y pusieron presos con centinelas de vista a Judrez, a sus Ministros Melchor Ocampo, Leén Guz- man y Manuel Ruiz, a otros funcionarios, a los empleados, y después a Prieto, que se presenté a seguir la suerte de sus compafieros del gabinete presidencial. Entre tanto, por la calle, un pelotén del 5* batallén, cargaba a balazos sobre los soldados de guardia nacional que custodiaban Ja céreel piiblica, situade en el costado sur de Palacio, ma- tando a los centinelas y spoderdndose del punto a la bayo- neta, Quedaron, pues, los amotinados, tras brevisimo tiem po y sin resistencia, duefios de toda la manzana, de Palacio, de la edrcel, de los almacenes de armamento y parque; y el jefe de la asonada, dejando un destacamento en la Uni- versidad, se trasladé a Palacio, Ievando al prisionero ge- neral Niifiez. . El gobernador, a quien sorprendié el motin en.la casa municipal, calle de por medio al norte de Palacio, donde tenfa su despacho, slo pudo, de pronto, atender a su segu- ridad personal con nueve hombres armados; mas el jefe polftico, Contreras Medellin, que al salir de la presidencia se habia situado en la puerta de Ia jefatura y habfa visto en marche hacia Palacio a la tropa de relevo, con la segu- ridad de que Ievaba aquella fuerza pérfida consigna, se habia retirado violentamente al cercano convento de San Agustin, cuartel del batallén , mandado transitoria- mente por el comandante Antonio Molina, cuyos cuarteles estaban en los conventos de San Francisco y del Carmen, respectivamente. El cnerpo de «Policia de Seguridad» se replegé a San Famcisco, siendo de advertir que, como antes se ha dicho, de los dos wltimos batallones mencionados de guardia nacional, una parte hacia servicio de campa- fia fuera de Guadalajara y el resto estaba en asamblea; por Jo cual, en los momentos de declararse el conflicto, no con- taban con mas hombres que los de guardia de prevencién. Pero salieron de los cuarteles los cornetas, tocando Hamada por Las calles, y jefes, oficiales y soldados, abandonando ocupaciones y talleres, acudieron a las armas sin demora, reuniéndose bien pronto en nimero considerable. Mientras Contreras Medellin, secundado por las fuerzas reales de la guarnieién, evitaba se propagase a otros puntos 85 la sorpresa realizada en Palacio, y mientras los guardias nacionales se incorporaban a sus batallones y tomaban las armas, el jefe pronunciado, en la hipétesis de que la derro- ta de Parrodi habia sido completa, y viendo que ninguna otra fuerza lo secundaba, asf como la actitud resuelta en la guardia nacional, intimé a Judrez y a sus ministros Ja re- solucién de pasarlos por las armas, puso a la defensiva el Palacio, mandé abocar cafiones enfilando las calles que desembocaban en la plaza de armas, hizo sacar de la cér- cel seiscientos presidiarios, y, armAndolos, coroné con ellos las alturas de Palacio y de Catedral, para que desde esos puntos contestaran al fuego de la guardia nacional. El tiroteo continué todo el resto del dia, quedando Jos pronunciados reducidos al perfmetzo comprendido entre la Catedral, Palacio y la Universidad; y los presidiarios, a la vez que batfan a los nacionales, también se solazaban ca- zando a las gentes pacfficas que se aventuraban por las ca- lies o a quienes veian. dentro de los edificios que dominaban desde las alturas. Uno de esos malvados, dice el eseritor Vigil, «...puesto de centinela en Ja béveda del Senado, desde la linternilla dirigia al presidente las, palabras més soeces y apuntaba sobre él con su fusil prolongando la ago- nia de los prisioneros, que tersian por momentos una esce- na de sangre, hasta que una bala de la torre de San Agus- tin los libré de aquel miserable a quien oyeron caer muerte " sobre la béveda». Por la noche, entre la obscuridad, salié el gobernador Camarena de la casa municipal y fue al punto de San Agustin, donde Contreras Medellin lo recibié déndole parte de lo ocurrido, y entregéndole cl mando y la situacién. Camarena tuvo la satisfaccién de encontrar’ allf més de 86 i doscientos hombres, entre nacionales y personas en su ma- yor parte de las clases sociales m4s adelantadas por sus luces y patriotismo, y de saber que igual coneurrencia y entusiasmo habia en todos los dems puntos ocupados por Jos defensores del gobierno. Al amanecer el dia catorce se reanudé el fuego por todas partes, y a las nueve de Ia mafiana los vigias situados en las torres advirtieron por el sur una polvareda que indicaba la aproximacién de tropa. Poco después entraba por la garita de Mexicaltzingo una columna al mando del coman- dante Ignacio Mach4in, de doscientos nacionales del bata- llén «Prisciliano Sénchez», provistos de cuarenta cargas de parque y que regresaban de campafia al Damado del gobierno. Al mismo tiempo Negaba un correo extraordinario con pliegos de Oriente, que confirmaban de un modo auténtico que Parodi, seguido del enemigo a dos largas jornadas, en bien ordenada retirada, se replegaba a Guadalajara con dos mil soldados de'la mejor tropa, diez y ocho piezas de artilleria y abundante tren de municiones y segin cileulos de tiempo no tardarfa més de cuatro dias en Hegar a Guadalajara. La Hegada de la fuerza de Machéin y de las noticias xecibidas fueron saludadas con repiques de campanas en manifestacién de regocijo. El fuego nutrido y certero que hacian los nacionales de San Agustin y de San Francisco, cruzando los cuatro lados de la manzana de Palacio, aislaba a los rebeldes en las po- siciones que ocupaban, inutilizaba los cafiones situados al descubierto en Ja plaza, barriendo a los artilleros y no permitiéndoles proveerse de viveres. En tales circunstan- 87 cias, Landa exigié de Juarez Srdenes para que cesara el fue- go, ofreciéndole la garantia de la vida para él y para los otros prisioneros; pero el presidente, con la dignidad pro- pia de su alto cardcter, se negé a dar semejantes érdenes, y solo, en virtud de las instancias que se le hicieron, con- sintié en que expidiera el Ministro de Guerra la siguiente reeomendaciér «Exmo. Sefior: —En nombre del Exmo. Sefior Presiden- te suplicamos a V. E. se digne hacer que se establezca un aymisticio que deba durar hasta las ocho de la mafiana del 19 del corriente, haciendo que las fuerzas del Estado obe- dezcan, para esto, las que les den sus jefes por el mandado de V. E. »Creemos que este tiempo sea necesario para que V. E. nombre uno o. més comisionados, suficientemente instrufdos sobre sus intenciones, a fin de que concurriendo con otros al punto que esta tarde se convenga, establezcan las bases de un avenimiento que ahorre a la parte pacffica de esta po- blacién los males que el combate ocasiona. »Serd bien entendido, por nuestro honor y buen nombre, que tal armisticio se respete escrupulosamente como es de espererse del pundonor de esos Sres. Jefes y de le civili- zacién tan adelantada de esta poblacién. La humanidad exige que todo medio justo y racional se emplee antes de. despe- dazarse. >Esperamos de Ja sensatez de V. E. que comisione, ins- truya y envie sus comisionados, luego que jos fuegos hayan cesado. »Acepte V. E. toda mi consideracin y aprecio. »Dios y Libertad. Guadalajara, Marzo 14 de 1858.—M. 88 Ocampo.—Exmo. Sr. Gobernador de Jalisco, Don Jestis Ca- marena». A las diez de 1a mafiana tocaron parlamento las cornetas de Palacio y respondieron las de San Agustin, cesando en consecuencia el fuego, y salieron de Palacio para San Agus- tin, el teniente coronel Pantaleén Morett, representando a Landa, y el general José Silverio Niifiex, cin perder su ca- rdcter de prisionero, en representacién del presidente. Aceptado por Camarena el pensamiento de dar una solu- ciér pacifica al conflicto, con la mira esencial de salvar al Supremo Magistrado y a sus colaboradores, abriése la con- ferencia preliminar en San Agustin, entre el gobernador y Jos comisionados de Palacio. En el curso de la discusién, el representante de Landa aludié al peligro en que se hallaba el presidente, y, refiriéndose Camarena a esa alusién, ma- nifesté que, en el caso increible de que se Megara a cometer un atentado, las represalias habrian de ser implacables, no sélo dentro del recinto de Palacio sino fuera de alli. Por fin, pasado ese incidente y agotada Ja discusién, dabase for- ma escrita a las proposiciones bajo las cuales quedarian en libertad los prisioneros y restablecido el orden en la ciudad; cuando un acontecimiento inesperado interrumpié las nego- ciaciones: repentinamente se desaté un estruendo de descar- gas de fusilerfa procedente de Palacio y de Catedral: Veamos Jo que pasaba. Hahiendo ideado el teniente coro- nel Cruz-Aedo libertar al presidente de manos de los rebel- des, por medio de un golpe atrevido, se puso de acuerdo con el comandante Antonio Molina y ambos convinieron en sorprender al enemigo asaltando el Palacio. Idear y acome- ter la empresa fue todo uno. Formaron una columna de ciento sesenta nacionales, dividiéndola en cuatro secciones 89 cias, Landa exigié de Judrez Srdenes para que cesara el fue- go, ofreciéndole la garantia de la vida para él y para los otros prisioneros; pero el presidente, con la dignidad pro- pia de su alto cardcter, se negé a dar semejantes érdenes, y slo, en virtud de las instancias que se le hicieron, con- sintié en que expidiera el Ministro de Guerra la siguiente recomendacién: «Exmo. Sefior: —En nombre del Exmo. Sefior Presiden- te suplicamos « V. E. se digne hacer que se establezea un armisticio que deba durar hasta las ocho de la mafiana del 19 del corriente, haciendo que las fuerzas del Estado obe- dezcan, para esto, las que les den sus jefes por el mandado de V. E. »Creemos que este tiempo sea necesario para que V. E. nombre uno 0. mas 'comisionados, suficientemente instrufdos sobre sus intenciones, a fin de que concurriendo con otros al punto que esta tarde se convenga, establezcan Las bases de un avenimiento que ahorre a la parte pacifica de esta po- blacién los males que el combate ocasiona. »Serd bien entendido, por nuestro honor y buen nombre, que tal armisticio se respete escrupulosamente como es de esperarse del pundonor de esos Sres. Jefes y de Ja civili- zacién tan adelantada de esta poblacién. La humanidad exige que todo medio justo y racional se emplee antes de despe- dazarse. »Esperamos de la sensatez de V. E. que comisione, ins- truya y envie sus comisionados, luego que los fnegos haya cesado. »Acepte V. E. toda mi consideracién y aprecio. »Dios y Libertad. Guadalajara, Marzo 14 de 1858.-—M. 88 Ocampo.—Exmo. Sr. Gobernador de Jalisco, Don Jesiis Ca- marena>. A las diez de Ja mafiana tocaron parlamento las cornetas de Palacio y respondieron las de San Agustin, cesando en consecuencia el fuego, y salieron de Palacio para San Agus- tin, el teniente coronel Pantaleén Morett, representando a Landa, y el general José Silverio Nitfiez, sin perder su ca- récter de prisionero, en representacién del presidente. Aceptado por Camarena el pensamiento de dar una solu- cién pacifica al conflicto, con la mira esencial de salvar al Supremo Magistrado y a sus colaboradores, abriése la con- ferencia preliminar en San Agustin, entre el gobernador y los comisionados de Palacio. En el curso de la discusién, el representante de Landa aludié al peligro en que se hallaba el presidente, y, refiriéndose Camarena a esa alusién, ma- nifesté que, en el caso increible de que se Negara a cometer un atentado, las represalias habrian de ser implacables, no sélo dentro del recinto de Palacio sino fuera de alli. Por fin, pasado ese incidente y agotada la discusién, dabase for- ma eserita a las proposiciones bajo las cuales quedarfan en libertad los prisioneros y restablecido el orden en la ciudad, cuando un acontecimiento inesperado interrumpié les nego- ciaciones: repentinamente se desaté-un estruendo de descar- gas de fusilerfa procedente de Palacio y de Catedral. Veamos lo que pasaba. Habiendo ideado el teniente coro- nel Cruz-Aedo libertar al presidente de manos de los rebel- des, por medio de un golpe atrevido, se puso de acuerdo con el comandante Antonio Molina y ambos convinieron en sorprender al enemigo asaltando el Palacio. Idear y acome- ter la empresa fue todo uno. Formaron una columna de ciento sesenta nacionales, dividiéndola en cuatro secciones 89 a igual altura, que debian marchar por diferentes calles y llegar al mismo tiempo a la plaza de armas. Una de esas secciones se destinaba a impedir que el destacamento pro- nunciado de la Universidad saliera del cuartel en auxilio de Palacio; dos debian situarse en los portales y apagar los fuegos de las alturas, y 1a tiltima, sorprender a la guardia de prevencién de Palacio, asaltando 1a posicién, debiendo incorporérsele las otras secciones en el momento oportuno, contando ademas con el concurso de las fuerzas de San Agus- tin, el cual se mandé pedir sobre Ia marcha. Partieron, pues, dichas cuatro secciones, del atrio de San Francisco, a la deshilada, levando tos fusiles culatas arriba y yendo dos por la calle.de San Francisco y las otras dos por ~ Ja de la Aduana, por las aceras: La marcha de la fuerza de Cruz-Aedo se efectué en los términos antes citados, sin que llamara la atencién de la gente que transitaba por las calles y habia salido con distin- tos objetos, particularmente para asistir a misa, que se cele- bré en algunos templos, pues era domingo; y en la creencia de que la suspensién de fuegos habia sido definitiva, esa marcha no alarmé_a los soldados del enemigo que cuidaban Jos cafiones situados en las boca-calles de la plaza de armas, © gracias al ardid de llevar los fusiles eulatas arriba afectan- do pacific actitad. Llegaron, pues, las secciones simulté- neamente a los puntos convenidos, y en el momento en que Cruz-Aedo se lanzaba a bayoneta armada sobre el zaguén de Palacio, se abrié el fuego. Sorprendida por le violenta agresién la guardia de Pala- cio, tuvo, sin embargo, tiempo de armarse, salir y hacer una descarga cerrada sobre los asaltantes, y, batiéndose cuerpo a cuerpo, al arma blanca, logré cerrar y atrancar sélida- 90 mente Ja puerta. Cruz-Aedo y sus subalternos, en medio de una granizada de balas dirigidas desde las alturas de Cate- dral y de Palacio y desde los balcones y yentanas de este edificio, después de imitiles esfuerzos por forzar la entrada se vieron obligados a retirarse, dejando tendidos en los por- tales, la pleza de armas y calles adyacentes a muchos de sus compafieros, muertos o heridos. Entre estos tiltimos, quedé el segundo jefe de Ja tentativa, el joven médico y coman- dante Antonio Molina, quien en tal estado fue hecho pri- sionero. : En el interior de Palacio, cuando Cruz-Aedo se arrojé sobre el euerpo de guardia, el terror, difundiéndose entre los colaboradores de Landa que se ereian perdidos y entre los criminales armados, resolviése en un desorden espantoso que sino cundié a la tropa de linea, sf a algunos de los que la mandaban, singularizéndése el capitén que custodiaba a log prisioneros. Peraza —que asi se llamaba ese capitan—, sabiendo las amenazas de muerte hechas por el jefe de los rebeldes, con o sin instrucciones superiores ordené a un ofi- cial subalterno que fusilara a los prisioneros en masa. EI oficial que iba a ejecutar la orden barbara, con veinte hombres entré al salén e hizo formar a la tropa frente al grupo de los prisioneros. Cuando éstos vieron que se trataba de sacrificarlos, sc refugiaron en las piezas inmediatas que- dando Judrez en pie, bajo el dintel de una puerta, sin mani- festar temor delante de Ja tropa que a las voces de mando preparaba los fusiles y le apuntaba. Entretanto, Guillermo Prieto, que en lo més serio del peligro se habia colocado al lado de Juarez, hablaba al oficial y a los soldados con elo- cuencia avasalladora, intim4ndoles la enormidad del atentado que iban a cometer, y que no podian consumar unos valien- 91 tes como ellos. Guillermo Prieto, al hablar, cubria al presi- dente con su cuerpo. El oficial se detuvo; no dio la voz de fuego, comprendiendo la insuficiencia de la orden para cubrir Ja inmensa responsabilidad de Mevar a cabo aquel acto, y do- minado por la palabra del ministro y poeta patriota, ordend a los soldados levantaran y desmontaran los fusiles y salié con ellos del salén, para formar en el corredor, donde per- manecié hasta que los asaltantes se retiraron de Palacio. Ese oficial se Hamaba Filomeno Bravo, y més tarde Iegé a ser gobernador constitucional del Estado de Colima. Volvamos a San Agustin. Como antes queda dicho, al estruendo de la fusileria que- daron suspendidas las negociaciones de San Agustin. El go- bernador, en aquellos momentos, mandé inquirir la causa del tiroteo, disponiendo no se disparara un solo tiro de San Agustin, a menos que la posicién fuese atacada. Entonces se presenté un emisario de Cruz-Aedo dando parte de que habia emprendido el asalto de Palacio y solicitando la coo- peracién de las fuerzas de San Agustin. Absorto sobrema- nera el gobernador, al oir semejante mensaje, mandé decir a Cruz-Aedo terminantemente que suspendiera aquella opera- cién que violaba el parlamento e hizo que desde la torre y posiciones avanzadas de San Agustin se tocara «Alto el fuego» hasta que éste cesara y las cometas de Palacio contestaran. El emisario de Cruz-Aedo hizo presente que en San Fran- cisco no se habia recibido orden alguna de suspensién de hostilidades Io cual qued6 comprobado—, amando, ade- més, la atencién, la falta de un centro de direccién militar; pues Camarena, en las pocas horas transcurridas desde que se puso al frente de la situacién, ocupado en miltiples aten- 92 ciones politicas y econémicas, no habia provisto al nombra- miento de un jefe superior, en substitucién de Niifiez, ni de _ Oficiales que ejercieran las funciones de los de la mayorfa que estaban presos en Palacio; lo que habia permitido a los go, como desde el principio lo estaban practicando. Para subsanar tal deficiencia, se nombré comandante en jefe de Jas fuerzas del gobierno al general Juan Bautista Diaz, sol- dado veterano y de reconocido prestigio y valor, quien, ha- llandose presente, acepté el mando militar y se hizo cargo de él. Todo lo referido pasaba en presencia de los parlamenta- rios de Palacio. Luego que las cornetas de Palacio contestaron al toque de San Agustin y se suspendié el fuego, Nifiez y Morett regresa- ron a Palacio y dieron cuenta de lo ocurrido. Landa se dio por satisfecho con las seguridades que para lo sucesivo se le dieron en nombre del gohernador, y convino en que se restableciese el parlamento que debia de durar hasta Ja una de la tarde del dia quince, declarando Camarena ese plazo improrrogable. En tal concepto, se dio orden en toda forma de suspensién de hostilidades a todos los puntos donde se sostenfa al gobierno, y quedaron nombrados en representa- cién del gobernador el teniente coronel Antonio Alvarez y el licenciado José Gonzélez Castro, y de parte de los -pro- nunciados el teniente coronel Pantaleén Morett. En la misma tarde del catorce fue presentado a Landa al proyecto de arreglo, conforme a las bases dictadas por Ca- marena antes en San Agustin, Hélo aqui: «l* Las fuerzas que ocupan el Palacio Tengo, pues, el sentimiento de manifestar a V. S. que si no se presta por su parte a evitar un derramamiento de san- gre y los estragos que se estén causando en esta poblacién, sobre V. S. caer4 la responsabilidad y uo sobre mi; mayor- mente cuando las bases que he fijado en nada mienoscaban su honor y dignidad, sino que con éllas se cohonestan estos principios con los sentimientos de humanidad de que supongo también poseido a V. S. »Sin embargo, y prestindome por tiltimo a las indicaciones de la persona que me entregé el pliego de V. S., me prestaré en lo personal a la conferencia que V. S. solicita, designando para ello la casa de mi actual habitacién, situada dentro de Jas fortificaciones de San Agustin, con tal que sea antes de amanecer de este dia; para cuyo efecto protesto a V. S. todas las seguridades y garantias que se merece, y que al toque de parlamento saldrén dos de mis ayudantes a recibirloy. Del contenido de la nota de Landa al Gobernador, copiada antes, aparece que él jefe rebelde no se resolvia a evacuar Ja ciudad, y de la ambigfiedad manifiesta al deshechar unas proposiciones dejando en pie las otras, que eran consecuen- . cia de las primeras, resulta: o que deseaba obtener mayores ventajas, 0 que, siguiendo el sistema de engafio empleado por él con éxito para maquinar el pronunciamiento, preten- de 52. Lo mismo pasaba en gran parte de los politicos de la época. Mientras tanto, triunfante en la capital de la Repdblica el movimiento reaccionario con Zuloaga a la cabeza, que era tan inepto como débil, en Guanajuato empufiaba la bandera de la legalidad Ju4rez, tan atrevido como inquebrantable. Pocos dias después, en la tarde del domingo 14 de febre- ro Hegaba a Guadalajara el Presidente substituto con sus Mi- nistros Degollado, Ocampo, Guzmén, Ruiz y Prieto, siendo recibidos en S. Pedro por comisiones de todos los poderes del 104 Estado, las que los condujeron a Palacio donde el Gobema- dor Camarena les dio la bienvenida, poniendo el edificio convenientemente preparado, a su disposicién. Formaron varios j6venes una guardia de honor al Presi- dente, y se manifesté grande entusiasmo en defensa de su causa. Parrodi, reuniendo en el Bajfo nuevas tropas marché para S. Luis a sofocar la rebelién, para poder después ix sobre la capital, pero como de allf saliera una divisin conservadora para Querétaro, contramarché a su encuentro. Las fuerzas que militaban a sus érdenes se componian de siete mil hom- bres con 31 piezas de artillerfa,’ pues a mds de la brigada de Jalisco, contaba con la de Zacatecas mandada por el Go- hernador D. Victoriano Zepeda;* la de Guanajuato, por el Gobernador D. Manuel Doblado; la de Querétaro y la de Michoacén por los Grales. D. José M. Arteaga y D. Epitacio Huerta. Las enemigas, denominadas «Ejército Restaurador de las Garantias», estaban bajo las érdenes del Gral. D. Luis G. Osollo y se componian de 4691 hombres con 18 cafiones, hallandose & su frente los Grales. D. Miguel Miramén, D. Francisco G. Casanova, D. Luis Manero y D. Tomas Mejia.* La seguridad de los constitucionalistas en el triunfo era completa, asi que con fecha 29 de Febrero escribfa el Sr. Ocampo: «Esperamos que ayer mismo u hoy muestras fuer- zas hayan triunfado o triunfen. Son mas de dos contra uno; ? Cambre. La Guerra de Tres Afios p. 41—Ed. Paz, Resefia His térica del Estado Mayor Mexicano, p. 321. 8 Alvarez, Estudios sobre la Hist. Gral. de México vr p. 167. * Archivo de ia Secretaria de Guerra, cit. por Paz, Apéndice, pag. 91. 105 pero si alguna de las E, Paz, Reeefia Hist. del Estado Mayor Mexicano, 1907 pig. 329. 106 y causa tal estrago, que Calderén cae muerto ya entre los cafiones que trataba de tomar, y el Gral. D. Mariano Morett da media vuelta mientras Parrodi deja sin apoyo aquella carga, que la vanguardia empezara bajo tan brillantes _anspicios. Miramén es apenas detenido entonces por el 1° y 5° de linea, Tiradores de Guerrero y Rifleros de Policia, a las érdenes del Gral. J. N. Rocha y en el mismo momento Do- blado se retira a toda prisa con la brigada integra de Gua- najuato que no legé a entrar en combate; Zamora con la de Zacatecas, hecha pedazos, més en la fuga que en la lucha, y Parrodi que no supo mandar 7000 hombres, marchése para Jalisco trayendo fnicamente cuatro compafifas del 5 que sufrieron pocas bajas; una del Activo de Guadalajara que mandaba el Coronel D. Ignacio Echagaray; tres del 1° de Linea; una de Ahualulco, dos del 1° de caballeria y media compafiia del 3°, total 1100 hombres con siete piezas de arti- lleria,* pernoctando el 10 en Irapuato, el 11] en Silao, el 12 en Leén y el 13 en Lagos. «El Coronel graduado D. Antonio Landa habia quedado en Guadalajara con doscientos hombres del 5° batallén de linea del que era coronel el Gral. D. Juan N. Rocha, que con Ja mayor parte del cuerpo marché a la campafia en Ja bri- gada de Jalisco, y formaban la guarnicién de esta plaza aque- Tos 200 hombres; dos compaiifas del batallén «Hidalgo», de Guardia Nacional, acuartelado en San Agustin, que estaba a las érdenes del Lic. D. Miguel Contreras Medellin, Jefe Politico del ler. Cantén; un piquete del batallén «Prisci- ® Relacién de un testigo presencial. — Ed. Paz, op. cit. pig. 330 y 331. 107 liano S4nchez» (80 hombres) que estaba en el Carmen y mandaba el médico D, Rafael Jiménez Castro, y como mayor D. Paulino Raigosa, estudiante de medicina; otro piquete_ de guardia nacional, (batallén Guerrero, 120 hombres) en el econvento de S$. Francisco mandado por D. Romualdo Tol- za y Don Miguel Cruz-Aedo; un escuadrén que habia quedado del primer cuerpo de lanceros, del que era coronel Don José Calderén quien se habia marchado a Salamanca, con el resto del cuerpo, estaba en el mesén de Santa Marfa de Gracia, a las érdenes del Teniente Coronel D. Antonio Alva- rez; existfan varias piezas de artilleria repartidas dos en el cuartel del 5° batallén, una en Palacio, otra en San Agus- tin, y otra en San Franciseo. La fuerza total de la plaza apenas Ilegarfa a setecientos hombres. >»El Coronel Landa gozaba de la confianza absoluta del Gobierno del Estado, y del Jefe de la Brigada de Jalisco, General Don José Silverio Nifiez. Aunque al marchar el General Parrodi para el Bajio, habia tenido una conferencia con Landa para saber si Jo ligaban algunos compromisos con los reaccionarios, por ser parte principal de ellos el Gral. D. J. Castro padre politico de Landa, y le ofrecia Parrodi que le dejaria en libertad para ir a incorporarse con ellos, pues él queria tener soldados de quienes dispo- ner con entera confianza. Landa ofrecié a Parrodi servir con lealtad al Gobierno con tal de que no se le pusiese cn la situacién de ir a batirse con tropas que mandase su sue- gro, y entonces se le dejé en Guadalajara. »E] alma de la conspiracién, eran el Candnigo D. Rafael Homobono Tovar, y el Prior del Carmen Fray Joaquin de San Alberto, que se servian como de -instrumentos secunda- rios de los Licenciados Don Manuel de la Hoz; de Don José 108 Marfa Peén Valdés, intimo amigo de Landa; de Don To- més Ruiseco, espafiol, que habia venido a Guadalajara di- rectamente recomendado a Fray Joaquin, para publicar el , periddico la «Ilustracién» que propagase las ideas reaccio- narias; de los Licenciados Don Urbano Tovar, Don Manvel Maneilla y Don Felipe Rodriguez, que auxiliados por el escribano Don Ramén Barboza y el Lic. Don Miguel Espa- fia, escribfan un periédico clandestino Hamado la «Tarén- tula»> y lo publicaban en una mala imprenta de la calle de Ja pila de San Jorge, perteneciente a Jestis Moreno en don- de encontré la policia las pruebas de la Tardéntula, un ni- mero de ella que debié salir cuando fue aprehendida la imprenta, y algunos originales de letra de Barhoza y de Espafia’? »El Gobierno del Estado habfa tenido algunos denuncios de que Landa conspiraba: el Lic, D. Jesis Camarena que era el Gobernador interino, dio aviso al Sr. Presidente y en lo confidencial al Ministro de la Guerra Don Melchor Ocampo, quienes amaron al Gral. Néifiez, para instruizlo, de las acusaciones contra Landa, y la contestacién del ge- neral fue ésta: «que tenia mucha confianza en el coronel Landa porque era un caballero, y que no habia més motivo para desconfiar de éste que de sf mismo», con lo que quedé tranquilo el Gobierno. Sin embargo continuaron los denuncios, y la vispera de la revolucién, el Sefior Davila dijo al Lic. Don Juan Antonio Robles, Magistrado del Tri- bunal de Justicia, que le manifesté los temores que abriga- * Sigo en esta parte la relacién que escribié el Sr. mi padre Lic. D. Antonio Pérez Verdia, la misma que facilité al Sr. Vigil y que aproveché en el vol. v de México a través de los Siglos. 109 PODER LEGISLaTiVe ARCHIVO ¥ BIBUOTECA ba por la conducta de Landa, y le refirié 1a voz vulgar de que era el Jefe de la conspiracién. Asf Hegé el viernes 12 de Marzo y desde la madrugada xecibié el Presidente la noticia oficial de la derrota de Pa- rrodi, en Salamanca. Durante el dia se propagé la noticia, Y por la noche todo anunciaba una préxima catdstrofe, se- gin los comentarios que se hacian de la noticia, y la des- moralizacién que ésta produjo en el partido liberal. »Parece que Camarena, Davila y Contreras Medellin, instaron por la noche al Presidente para que se destituyera del mando del 5° batallén al coronel Landa, y que el Sefior Ocampo ofrecié dictar la orden al siguiente dia. Aquella noche fue a dormir a los corredores de Palacio un retén de 50 hombres del Batallén Hidalgo a Ja orden del Capitan Don Casimiro Pérez Verdia.*. Esta fuerza hizo que se retar- * El Sr. D. Alejandro V. y Villasefior en sus Estudios Histéri- cos, ha tratado de infirmar esta relacién, que «seguramente por stt, exactitud prohijé el Sr. Vigil en México a través de los siglos, ¥, pag. 291 a 299, que debia estar por su cardoter oficial, al tanto de todo lo que entonces oourrié, puesto que el Sr. Vigil desempe- fiaba en ese tiempo las funciones de redactor del periédico que era érgano del Gobierno del Estado de Jalisco», como observan en un dictamen D. Manuel Cambre, D. Alberto Santoscoy y D. A. Ortega. Y el Sr. Vigil no sélo hizo suya Ia relacién que tuve el gusto de facilitarle, sino que se sirvié decir: No habia transcurrido una hora cuando se rompié el fuego entre San Agustin y el Palacio. Contreras luego que vio venir el relevo de Ja guardia, fuese a su cuartel y a los primeros tiros que se escucharon, se puso sobre las armas, con su pequefia fuerza de «Hidalgo», que en aquella hora no Hegaba a cien hombres. Colocé tropa en Ja torre de San Agustin, centinelas avanzados en la calle del costado Norte de Palacio (de Sta. Teresa) y en la otra paralela a ésta, {de Pedro Moreno) y tuvo la indisputable gloria de haber roto los fuegos sobre Ios sublevados, y de haber salvado con esta actitud imponente, a la ciudad, al partido liberal y a los prisioneros, de una sangrienta venganza. Cruz-Aedo hacia también sus preparativos de defensa con menos ele- mentos en San Francisco; y Alvarez subja a sus dragones a la altura de Santa Maria de Gracia. Sélo Jiménez Cas- tro tuvo que abandonar prontamente su cuartel del. Carmen porque se dirigia all una pequefia fuerza de los subleva- dos, y el piquete de «Prisciliano Sanchez» se replegé mds que de priss a San Francisco. Poco después salié Jiménez Poderes, pues en carta publicada en «México Independientes (21 de marzo de 1906), dice a ese respecto: «Ocurri inmediatamente con el C. Contreras @ las dos de la mafiana, en el Ingar que hoy ccupa la Jefatura en un rincén estaba el traidor Landa. El C. Con- treras me pregunté que hay por Gutiérrez?—Nada, sefior. Que un dfa de estos los amarran a los grandes; lo que es a mi nada me hacen.—Al dia siguiente manifesté lo mismo al C. Juérez, quien tampoco hizo caso». 119 Castro con el pretexto de Hevar parque que escaseaba, y no se le vio més. »Habian tomado las armas con el batallén sublevado, todos los presos, que en namero de més de 500, se arroja- ron de la cdrcel por orden de Barboza, que tenia el caréc- ter de secretario de Landa. »Ademés se habia presentado el Gral. Quintanilla a quien el Ministro Ocampo habfa dado la vispera veinte pesos de su bolsillo, por no haber dinero en Ja Tesoreria; D. Panta- leén Moret que se titulé segundo en jefe, y que habia go- zado de consideraciones del Gobierno, por pertenecer a la familia de Parrodi; D. Salvador Serrano, D. Luis P. Vidau- xri, que habia sido el impresor de Al empezer la noche que fue pavorosa por la falta com- 120 pleta de alumbrado y por las bandadas de presos que se fugaron de Palacio a cometer robos y atentados a los ha- rrios, el gobernador con su secretario, los empleados de las oficinas, la pequefia guardia, y algunas personas como D. Jess B. Puga y D. Ramon Zuro, que habiendo ido a tratar de algiin negocio, quedaron recluidos en la casa del Ayuntamiento y all pasaron el dia sin comer, pudieron sa- lir salvando las azoteas por las casas vecinas; y Camarena se refugié en la casa de D. Benito Verea, esquina Poniente del frente del mesén de Santa Maria de Gracia, y pasé aquella noche, dando, segiin buenos informes, pruebas de pusilanimidad. »Los Magistrados que no pudieron salir en el dia del convento de la Merced, en donde se reunia el Tribunal de Justicia, escaparon también al caer la tarde, sin haber reci- bido testimonio alguno de consideracién de los frailes que habitaban el convento. Ogazén salié de él para tomar el camino del rancho del Alamo. »Algunos ciudadanos se presentaron a ofrecer sus servi- cios a Contreras Medellin y a Cruz-Aedo; fuese 2 San Fran- cisco entre otros el Dr, Antonio Molina, y a San Agustin don Eugenio Villanueva, que con una actividad grande, y por entre los fuegos enemigos, recorrié los barrios del San- tuario y de San Diego, impuso préstamos de dinero y de viveres, recogié algunas municiones, y volvié a San Agus- tin Uevando en un coche provisiones, con Io que se socorrid ¥ pagé aquella tropa hambrienta que habia peleado a pecho descubierto todo el dia. »Landa dio prueba de su incapacidad para dominar la situacién, desde el momento en que falté a su deber; entregd el palacio a saco, a manos de sus mayores enemigos y el 121 mando a Barboza, a Morett y a cuantos Jefes y soldados habia en la sublevacién. El mismo quedé espantado de su obra por confesién que hizo a D. Vicente Ortigosa, paseando solos a la hora de la siesta, el dia siguiente en el portal. Quien hubiera visto 2 Landa todas las noches, hablando ami- gablemente con Contreras, y principalmente la vispera de la sublevacién; quien hubiera ofdo a Contreras embromando a Landa, porque el vulgo decia que era el jefe de los cons- piradores, a lo que Landa contestaha con sonrisas, fingiendo, serenidad, no hubiera crefdo que ea pocas horas aquellos dos hombres estarfan hatiéndose a muerte en las calles de Gua- dalajara. »Dentro del Palacio se multiplicaban Ias instancias a Landa para que fusilara al Presidente y a sus Ministros, y aunque aquél a pesar de su debilidad resistié siempre, no pudo evitar que fueran insultados villanamente por los sol- dados y presos, que estaban ebrios; pero nada era compa- table a la accién infame de uno de esos criminales que ha- bian tomado las armas en defensa de Ja religién, segin decfan el plan y la proclama de Landa publicados al medio dia: aquel reo hab{a sido sentenciado a la pena de muerte por los tribuneles; por eso lo pusieron en capilla ocho dfas antes del suceso que refiero, y préximo a sufrir a fltima pena, algunas personas hablaron con el Presidente y se in- teresaron por el reo pidiendo su indulto, y el Sr. Judrez lo salvé del patibulo; pues bien, Ja mafiana del fenesto 13 de Marzo, el criminal fue puesto de centinela sobre la béveda del salén del Senado, y por la linternilla de ella insultaba con las palabras més soeces al Presidente, apuntaba sobre con el fusil y estuvo asi prolongando la agonia de los que habfan caido prisioneros, que esperaban por momentos el 122 tiro del arma de aquel insolente, hasta que una bala dispa- rada de la torre de San Agustin les libré de él, oyéndole caer muerto sobre la béveda del salén. El Sefior Ministro Ruiz y otras personas me refirieron esto. »De parte de Landa habia habido la pretensién de que ‘el seflor Juérez mandase a las fuerzas que permanecieron fieles, suspender las hostilidades; pero el Sr. Judrez se negé a firmar semejante orden y ni el ofrecimiento que se le hizo de su libertad, pudo inclinarlo all extremo de que se olvidase de sus deberes. A todas las instancias y apremios, contestaba con la mayor calma: E] dia 14 por la mafiana, se presenté Camarena en San Agustin y dicté algunas érdenes para hacerse de recursos con que pagar a aquellos soldados. Quedé sorprendido de ver Ja fuerza de Contreras lena de entusiasmo y de brfo, y su néimero que no Hegaba a 200 hombres, aunque algunos de ellos sin armas, le infundié aliento. »En Palacio se procuraba un avenimiento, por medio del Gral. Niifiez que habia estado curandose del golpe que dio Ja bala en su reloj y que le dejé hinchado el lado del cora- 123 zén, y después de algunas conferencias, en las que Landa vio debilitada y sin prestigio su autoridad revolucionaria entre sus mismos cémplices 0 compafieros, se tocé después de las nueve de la mafiana parlamenio, por la cometa de Palacio, a cuyo toque correspondié San Agustin. Los fuegos que desde al amanecer habfan sido muy Jen- tos cesaron completamente, y a poco las gentes empezaron a recorrer las calles, y la plaza de armas y el Palacio se lena- ron de personas curiosas que iban a ver lo que pasaba oa - saber de la suerte que habia corrido algin amigo o por el interés de familia. Yo vefia con ansiedad desde el baleén de mi casa a los que irensitaban por alli, para saber a que atribuir aquella suspensién de fuegos; entonces supe por alguno que el Gral. Néifiez habia salido de Palacio en com- pafifa de D. Pantaleén Moret, habiendo dejado el primero como fiador suyo a D. José Ferndndez, que por la amistad de Niifiez no habia hecho causa comin con los sublevados y era simple espectador; y que el Gral. autorizado por el Pre- sidente, y Morett por Landa, iban a tratar con Camarena, 0 con Contreras Medellin si aquél no estaba al frente del Go- bierno, de una transaccién que pusiera fin a aquella situa- cién desgraciada de Guadalajara, y al terrible conflicto en que estaban el Sr. Judrez y sus Ministros, puestos en el filo de Ja espada de los soldados y de la plebe armada. Landa se quejé con Ortigosa de que las personas que le habfan comprometido, le habian faltado, pues aquel dia no tenia dinero para socorrer a la tropa, siendo que le habian ofrecido los conspiradores recursos abundantes. A Landa se le habian entregado con anterioridad, en cantidades parcia- les, tres mil pesos, por conducto de los Lics. Mancilla, La Hoz y Peén Valdés, cuyos recibos presenté Fray Joaquin de 124 San Alberto al Comandante General Casanova, solicitando que se le pagara por haberse empleado en la revolucién del 13 de Marzo, y aquellos documentos con la orden de Casanova para que de preferencia se pagara la cantidad que habia prestado el fraile del Carmen, fueron hallados en la Sria. de la Comandancia gral. al ocupar el gral. De- gollado esta plaza el 27 de Octubre de 1858, y se publicaron en el Boletin del Ejército Federal del mes de noviembre. Si el Sefior Landa recibi6 otra cantidad antes o después de su defeccién, atin esté para averiguarse. »Mientras que se abria la conferencia en San Agustin, y después de anunciar Camarena con toda la energia de que es capaz, y atin con exaltacién, a Morett que harfa uso el Gobierno de xepresalias si los sublevados tocaban siquiera un cabello al Presidente de la Repiblica, un suceso inespe- rado vino a comprometer de nuevo la vida de los prisio- neros. Cruz-Aedo concibié la idea de dar un asalto al pala- cio, habiendo sabido la desmoralizacién que reinaba en sus defensores, y con el calor propio de su cardcter, y el valor de que dio pruebas en varias situaciones criticas de su vida, formé una columna de 30 hombres, escogiendo @ los que yoluntariamente quisieron acompafiarle, y él y Molina se pusieron a la cabeza, se vinieron a la deshilada, por la - calle de Palacio que iba a terminar en la tapia de la enfer- meria de San Francisco. La pequefia columna Iegé sin tro- piezo hasta la esquina de la cércel, en la que habia un ca- fién, sin més custodia que un centinela; se lanzan Cruz-Aedo y los suyos sobre la pieze con &nimo de roncearla y romper el fuego sobre el Palacio; pero en esos momentos cundié la alarma entre los pronunciados, éstos salieron por los bal- cones del Palacio, rompieron el fuego de fusil, hicieron retro- 125 PODER LEGISLATIVE j ARCHIVO Y BIBLIOTECA. ceder a los soldados de CruzAedo hasta las columnas del portal del mayorazgo (valgo portal quemado) detrés de las cuales sc colocaron algunos para contestar el fuego enemigo; « alli fue herido el Dr. Molina, recibiendo una dala en una ingle, y cayé al suelo; los que estaban cerca de él huyeron por dentro del portal, y viéndose casi solo Cruz-Aedo, se retiré con su paso natural por la calle recta de San Fran- cisco, sufriendo él y los pocos suyos que no iban a todo co- rrer, un fuego vivisimo de la plaza, y de alguna casa partion- lar de donde después supe por él mismo, que le habia dispe- rado un tiro a corta distancia un dependiente Uamado Alva- rez, que se lanzé desde entonces a sostener la causa de la religién. »E1 golpe en vano de Cruz-Aedo excité la furia de los su- blevados, y a la voz de «traicién» no hubo uno sélo que no pidiera la muerte del Presidente y de los prisioneros. »D. Filomeno Bravo que era teniente del 5° Y que aquel dia mandaba la guardia que custodiaba la prisién del Sr. Juarez, a la voz de traicién y sin orden de Landa, aunque azuzado por alguno de los ciudadanos que ayudahan a la reaccién, Bravo hizo tomar las armas a los soldados de la guardia forméndolos al frente del Presidente que estaba en pie apoyando su mano en el picaporte de una puerta que conduce del salén del Senado a otra pieza, dio aquella vor de fuego: en ese momento D. Guillermo Prieto se presenté de- ante de las bocas de los fusiles como empujado por una inspiracién, dirigié algunas palabras sentidas a los soldados, diciéndoles que los soldados del 5° habian sido en todas partes valientes, y que nunca serfan asesinos, y ellos sin esperar otra orden echaron eus armas al hombro y se que- daron impasibles. Entonces entré Landa a reclamar al Sr. 126 Juarez contra aquella violacién del armisticio, y con algu- nas explicaciones, pues era evidente que el Sr. Judrez no podia tener ciencia alguna de lo que afuera pasaba, Landa se conformé y retiré aquella fuerza. »Contra D. José Fernandez se volvié todo el enojo por ha- “ber sido fiador del general Niifiez; pero éste mandé tocar otra vez parlamento en San Agustin, se repitieron érdenes al punto de San Francisco para respetar la suspensién de hos- tilidades, y vino a Palacio a dar cuenta de su comisién y satisfacciones por la conducta incomprensible de Cruz-Aedo. >A éste se le acusé de mala fe, y algunos defendiéndole califican de calaverada el ataque brusco del Palacio en Ja mafiana del dia 14, »Es lo cierto y Io sé por Cruz-Aedo, Molina y otras per- sonas que estaban en San Agustin, que al cuartel de San Francisco no se comunicé la orden de suspender las hostili- dades, ni-se tuvo noticia de la conferencia; y tanto es asi que Cruz-Aedo envié a Castro (D. José) con el cardcter de ayu- dante, a decir a Contreras que cooperara por su parte al asalto que iba a intentar contra los facciosos; y caleulando el tiempo en que Castro Megara a San Agustin pues al salir 41 con su comisién dejé formados a los 30 que acompafia- ban a CruzAedo, dio éste la orden de marcha. Parecera increfble esto, pero si se atiende a que las personas que estaban al frente de las guardias nacionales fieles al Gobier- no, no eran militares ni conocian las condiciones necesarias para mover masas de hombres; ni las prevenciones de Orde- nanza para puntos militares; ni siquiera el orden, pues no se pensaba sino en pelear, descuidando de lo demés, en lo que estaban tan desorganizados como los mismos sublevados, yerdse que pudo suceder, como lo refiero, sin intencién per- 17 versa; pues al claro talento de Cruz-Aedo no se podia ocultar. que la violacién del armisticio comprometeria altamente a los prisioneros. »Todos los testigos presenciales refieren con admiracién el valor y sangre fria de Judrez, que ni se movié del punto que ocupaba, ni dio sefial alguna de emocién cuando iba a ser sacrificado, y la presencia de 4nimo de D. Guillermo Prieto que desarmé por medio de una oportuna palabra a sus enemigos. Entonces se noté que el més cnitado de’ los presos, era el Ministro de Fomento Don Leén Guzman. »Los puntos que formaban la discusién del conyenio, entre el Gobierno y los revolucionarios, fueron los siguientes: 1° una fuerte cantidad a Landa para salir de Guadalajara con sus tropas—2° La libertad del Presidente y sus Minis- tros, que pasarian a la casa del vice-cénsul francés; esto era una garantia para los defensores del Gobierno en cuanto al cumplimiento del convenio, y para los sublevados que todo lo tenfan del prestigio del Presidente, si legaba a ejercer su autoridad—3° La salida de Landa Mevando dos piezas de artilleria, que él escogerfa entre las que habfa en Ja plaza, sus armas, parque y equipaje, facilitando el Gobierno los carros y hagajes necesarios para conducirlos.—4° Amnistia para todas las personas que hubieran tenido parte en la re- volucién, y que no quisieran salir de Guadalajara —5° Tér- mino de 48 horas para que Landa emprendiera su marcha. »Entre tanto habfa Iegado de Salamanca el general de Brigada D. Juan B. Dfaz, veracruzano, de origen, y cuyo nombre desconocido antes del 13 de Marzo en Jalisco, no he ‘vuelto a ofr sonar después en ninguna parte, sino como Go- bernador del Palacio en México el afio de 1861; presentése en San Agustin a prestar sus servicios al Gobierno, y como 128 jefe de mayor categoria se le dio a reconocer como general en jefe de las tropas leales, dirigié una proclama, visité los puntos militares, y dicté algunas érdenes para estar listos a dar un asalto en caso de que no se ajustase el convenio, cuyas condiciones examinaba Landa en unién de sus com- pafieros. El pidié una cantidad exorbitante, y Prieto bacia presente la escasez suma del eraric, que no contaba con un peso, y que para cumplir por su parte con aquella condicién, estaba haciendo agencias para conseguir como un préstamo amistoso la cantidad de seis a ocho mil pesos, de la casa de D. Guillermo Augspourg que como vice-cénsul francés, habia dado algunos pasos para hacer admitir de los partidos beli- gerantes el convenio. »Entiendo que ya a punto de firmarlo Landa se habia arrepentido por algiin motivo de amor propio, del que pro- curaron sacar partido los revolucionarios exaltados, que se hhacian la ilusién que podian sacrificar al Presidente, o de Mevarlo preso en tiltimo caso, de Guadalajara para entre- garlo al ejército restaurado de las garantias. Lo cierto es que se subseribié el convenio por Landa, y por el General Diaz, y que fue aprobado por Camarena, alas dos de la tarde y se traté luego de entregar el dinero y los bagajes a Landa para la marcha. »A las oraciones de la noche merced a los buenos oficios de] Cénsul Augspourg, pasaron los Seffores Judrez, Ocam- po, Ruiz, Prieto y Guzmén a la casa de aquél, y al selir del Palacio recibieron algunos insultos de los soldados y de la plebe que Henaba los corredores. yTodos los presos que estaban en el salén del Senado que- daron en libertad. Durante las horas de prisién, he ofdo referir a algunos que no abandoné Prieto su genio festivo 129 y que hacia muchas veces reir con bromas sobre su eritica situacién. >Por la noche estuvo més tranquila la ciudad por la noti- cia del convenio, aunque no era todavia conocido del piiblico. »Algunos ladrones gue desertaban de Palacio iban a robar por las orilas, y los tiros de Jas armas que descargaban, y 1a voz de los centinelas colocados en todos los puntos que ocupaban las tropas, era lo finieo que interrompia el silencio de aquella noche. La anterior habian procurado algunos for- zar varias tiendas del portal, pero D. Juan Alatorre, con los guardas del comercio desbaraté sus intentonas, aunque no pudo estorbar que robaran los cajones o mesillas de los pila- res de los portales. Su celo y el deseo de hacer algo en favor del Presidente, le iban a costar caro: esa mafiana a la hora en que Cruz-Aedo hizo su empuje sobre el palacio, Alatorre habfa entrado alli, y en esos momentos de confusién y de desorden, que él me ha pintado muy vivamente, uno de tan- tos centinelas le impidié salir, y entonces él tomando la voz de'mando, y dando érdenes a los soldados que obstrufan la escalera sin saber qué hacer, se abrié paso por enmedio de ellos cuando la alarma habia concluido. »Hasta el lunes 15 por la mafiana se publicaron los con- venios, y Ileg6 el Gral. Rocha, que se adelanté a marchas forzaias, y entré solo con la esperanza de hacer desertar de las filas de la sedicién, a los soldados del 5° en quienes crefa 41 tener mucho ascendiente; se presenté en las esquinas de las cuadras inmediatas a Palacio, y desde alli hablé en voz alta a sus soldados para que volvieran a servir bajo sus ban- deras que en mala hora habian abandonado, ofreciéndoles garantias; pero los soldados sediciosos se hicieron sordos a la voz del deber; solamente un oficial cuyo nombre he olvi- 130 dado vino 2 abrazar a su coronel, y a seguir su suerte. Pa- trodi habia recibido en S. Juan de los Lagos, la noticia oficial de la defeccién de Landa, y habia hecho adelantarse, doblando jomnadas, un trozo de caballeria de su derrotada divisién. Las noticias de que habian Hegado a Tepatitlén los swestos del ler. cuerpo de caballeria que habia perdido a su -coronel, el pundonoroso y nunca bien sentido Pepe Calde- xén, que era un le6n en los combates y un finisimo caba- Hero en su trato social, y de Lanceros de Jalisco que man- daba D. Emilio Rey, reanimaron el espiritu de todos los que temian que Landa no cumpliese con Jos tratados, que impi- diese por m4s tiempo’ hacer le fortificacién de Guadalaja- ra en Ja que tan mal fundadas esperanzas se cifraban. Toda- via no sabiamos e} estado de abatimiento en que hab{a caido la brigada del Gral. Parrodi, unica que diezmada, volvia de Salamanea. »Hechos los preparativos para salir, Landa formé el resto del 5° al que habia incorporado més de 400 criminales de Jos que habian salido de la cArcel, y esperé los diltimos baga- jes que le faltaban para abandonar esta ciudad. Varias ho- ras estuvieron los soldados en actitud de marcha, y entre tanto fueron desprendiéndose de la formacién, grupos de los :presos filiados en-el 5° que no querfan su libertad a medias y que se escapaban, disparando sus armas y causando alar- ma, pues todos temian que aquellos se desbandasen y fucsen a robar las casas. Por fin a las cinco de la tarde les vimos marchar con los dos cafiones y algunos carzos de la policfa, ‘en los que iba el parque, y tomaron las calles de la espalda del Colegio de San Juan para seguir por Ja vuelta la del Rastrillo, y entrar al camino de Cocula, que es el de Santa Anita. En la orilla dejaron un caiién, cuyas curefias empe- 131 zaron a romperse desde la calle de la Aleaiceria de la Soia, en donde permanecié la columna algiin tiempo, esperando que se recompusiesen aquéllas. A eso de las cinco de la tarde ‘un repique anuncié a la ciudad que las Autoridades constitu- cionales habian vencido la rebelién de la mejor parte de su tropa. Por esa noche hubo ya alumbrado de los faroles del Municipio y se restablecié la tranquilidad saliendo algunas patrullas. »Al dia siguiente 17 aparecié la siguiente proclama, escri- por D. Guillermo Prieto: »El Presidente Constitucional interino de los Estados Unidos Mexicanos y sus ministros, a la ciudad de Guadalajara y a la Nacién. »Por falta de constancias oficiales, no habiamos podido dar conocimiento al ptiblico de la situacién que nos habia creado el desbandamiento de las fuerzas que en los campos de Salamanca sostenian la Constitucién y el orden legal. Pocas horas después de recibida una comunicacién del Sr. Degollado, nica que de un modo auténtico, aunque en muy sencillos términos, nos habfa referido el suceso, nos reuni- mos a leer una circular que habfa escrito el Ministro de la Guerra mientras se formulaba un manifiesto. Acabamos de leer aquélla, cuando una de esas aberraciones tan comunes por desgracia en Ja historia de nuestras revueltas, nos impi- dié todo trabajo, »La Guardia de Palacio, dirigida por sugestiones de los Sres. Landay Moreit, quienes a su turno, segtin se dice, eran impulsados por personas de mucho influjo en esta ciudad, se eché sobre nosotros en el momento mismo de relevarse, po- niéndonos inmediatamente presos con dos centinelas de vista. 132 Fue pues imposible hacer manifiesto ninguno. Hemos per- manecido presos tres dias, en el tiltimo de los cuales, la noche del 15, nos trasladaron a la casa del sefior Cénsul Francés, en donde permanecimos conforme a los convenios que al calce publicamos. »Este incidente que ha dado a conocer el entusiasmo y de- nodado espfritu del pueblo de Guadalajara, ha avivado nues- tra fe, viendo la espontaneidad con que ha ocurrido la parte de la poblacién ms distinguida por sus luces y patriotismo a sostener la causa de la libertad y del orden en la ley. »Es por lo mismo nuestro primer sentimiento y ser4 tam- bién nuestro primer desahogo, dar cordiales gracias a tan benemérita poblacién, no tanto por su ilustrado celo y su singular valor bélico, porque aunque bien las merece, esas brillantes cualidades le son ya reconocidas como habituales, sino porque ha sabido contenerse. Mas que combatir, cuesta trabajo en efecto sofocar la justa indignacién que causé la perfidia de aquéllos a cuya guardia estébamos encomen- dados: cuesta trabajo no dar sobre el enemigo aleve cuando se ve uno més fuerte, cuando esta seguro de aniquilarlo; cuesta trabajo no castigar Ja rebelién vencida y proponer Ja noble pasién de la justicia a consideraciones de interés politico; sin embargo esta generosa poblacién lo ha hecho. Sabiendo que se hallaba comprometida la existencia del Pre- sidente legitimo y temiendo ver rota la bandera constitucio- nal identificada con su persona, ha hecho eallar todas las pasiones, se ha sobrépuesto heroicamente a todos sus ins- tintos, ha refrenado. su volednico entusiasmo ante la idea feeunda de conservar al representante de la Unién Nacio- nal. Sean pues rendidas mil gracias por nosotros, como se las damos muy cordial y respetuosamente y concedidos por la 133

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