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Cartrouo 1 EL RECIEN NACIDO ‘momento después de haber emergido del cuerpo de su madre, el bebe recién nacido (neonato) se encuentra suspendido de sus ta- Jones por las manos levantadas del médico, drenando por su nariz y boca unas gotas de fluido. Una répida palmada en sus nalgas y se oye un fino y agudo que- fido, El grito del nacimiento sefiala la primera res- piracién del bebe y sirve como Iimite entre el ante- rior medio acuoso y la existencia parisita y su nuevo status como un organismo separado que respira. ‘Todavia lo liga a su madre el cordén umbilical, pero éste ha cesado de funcionar como linea vital y ser4 pronto anudado y cortado, operacién que no es do- Jorosa. Unos veinte minutos después, més 0 menos, seré expelida la placenta, en la que termina el cor én umbilical, ya separada de la pared del iitero mateo, El neonato recibe enseguida en sus ojos una solucién de nitrato de plata (el crédé), 0 una po- mada con penicilina, para prevenir una infeccién. La enfermera ata a su mufieca o al tobillo una cinta en la qué est registrado el apellido familiar, Se lo somete a un breve examen médico, y de este modo comienza su camino hacia la madurez un nuevo ser humano. Una de las consecuencias curiosas de muestra ci- vilizacién urbana y suburbana es que mucha gente no ve un recién nacido sino cuando tiene un hijo propio. Muchos padres, cuyas ideas se basan en las imagenes publicitarias de “recién nacidos” idea- lizados (generalmente se trata de bebes de dos 0 tres meses), se sienten desagradablemente sorpren- didos cuando ven por primera vez a su bebe, dimi- nuto, hiimedo, pegajoso, de color posiblemente rojizo y aspecto mustio, Debido precisamente a que tantas personas no estén familiarizadas con el neonato, tenemos que comenzar con una descripcién de In apariencia fisica del bebe. Luego nos extenderemos sobre la individualidad biolégica y psicolégica cuya existencia se inicia con el nacimiento —en realidad, existe desde el momento de la concepeién—, pero antes hablaremos del recién nacido en general, de Jos rasgos todavia algo fetales que Tos neonatos tienen en comin, Aclaremos que lamamos neonato no s6lo al bebe en los primeros minutos posteriores al na- cimiento, sino también en sus primeras semanas de vida posnatal. ASPECTO FISICO DEL NEONATO El recién nacido parece increiblemente pequet el peso promedio es de unos 3 kg (tenemos, sin em- bargo, un recorte periodistico que habla del naci- miento de un bebe de 7 kg 700 gramos), y el pro- medio de altura es de unos 50 cm, pero es posible que parezea aum més pequefio, pues se mantiene acurrueado, Sus proporciones difieren mucho de las que exhibiré ulteriormente. La cabeza representa Ja cuarta parte de Ta altura total (traten de imagi- narse @ un adulto con esas proporciones), y parece descansar directamente en los diminutos hombros, pues el cuello es casi invisible; las pienas, prictica- ‘mente inétiles, representan un tereio de la altura total. Cuando se lo sostiene verticalmente toméndolo por debajo de los brazos, Ia cabeza pende y las piernas combadas cuelgan desvalidamente. Los pies, desproporcionadamente largos, estén torcidos hacia adentro a la altura del tobillo, de modo que Jas plantas quedan casi paralelas. También las pro- porciones faciales sufrirn muchos cambios; la caja craneana est bien desarrollada, pero los rasgos del rostro son pequetios y poco articulados, y el bebe parece no tener mentén. La nariz. puede estar aplas- tada y la cabeza deformada (moldeada) por su paso por el canal materno, Este moldeado desapa- rece en una o dos semanas. El neonato suele conser- var el cabello fetal, oscuro y tosco, no solamente en Ja cabeza sino también, algunas veces, en otras partes del cuerpo, por ejemplo, entre las cejas 0 en la parte inferior de la espalda. Este cabello seré 22 L. JOSEPH STONE ¥ JOSEPH CHURCH reemplazado con e} tiempo por otro més normal, ea gradualiento 0 después de un periodo de cal- viele, Al nacer el nifio esta todavia empapado de liquido ariniético en el que estaba inmerso antes del nacimiento, y su piel esté revestida de una sus- tancia protectora semejante al queso, la vernix ‘caseose, ue al sccarse deja sobre la piel una especie Ge yeso, Segiin la madurez del bebe, su color variaré fntre la palidez y el rosado, teftido tal ver, por Ta Genominada ictericia fisioldgica normal del neonato (véase mis abajo). Los pigmentos cutineos y oeula- res se desazrollan lentamento, de modo que casi to- ddos Jos bebes tienen al nacer ojos de wn azul ahums- ‘do, y hasta los bebes negros pueden tener la piel ‘lara durante los peimeros dias. En el eréneo del neonato hay seis puntos blandos, o fontanelas, orifi- ios eubiertos por una membrane fuerte y eléstica; Jamis notoria esté on la misma cfspide de la cabeza, yes posible que no se cierre hasta el afio y medio. ‘Los genitales del recién nacido son al principio sorprendentemente grandes y prominentes, En mu hos casos los neonatos, tanto varones como muje- res, tionen mamas dilatadas que pueden seerotar ‘una sustancia lechosa Hamada “leche de bruja”, y las nifias tionen a veces un breve flujo “menstrual” poco después do acer. Estos fendmenos son cau Eados por hormonas absorbidas de Ja sangre materna, y desaparecen ripidamento. El recién nacido parece con frecuencia desmedra- do, porque todavia no so han desarrollado plenamen- te las capas adiposas de su cuerpo, con excepcién de dee qe Tams Ja exes, qne Basempeban WM PAPEL importante en la succi6n y evitan, ademés, que Ja bo- a desdontada del nifio tenga el aspecto marchito propio de la do los ancianos. En los bebes prematu- ros (a los que no so dofine por la edad contada « partir de la concepci6n, sino por un peso, al nacer, de menos de 2%kg, y en Europa, de menos de 24kg), Jos panfculos adiposos estn muy poco desarrollados. Jo que les otorga un aspecto notablemente senil. En ‘al otro extremo, los bebes neonatos bien maduros Suelen ser rollizos, a semejanza de Jos bebes que rmuestran los avisos comerciales ‘No debemos dejarnos engaiiar por el aspecto poco atractivo y casi larval del recién nacido comin. To- ddas las estructuras corporales ya estn presentes en 4, algunas listas para funcionar, otras en forma ru~ dimentaria, Es un ser humano real, desde la ditima ppestafia hasta las diminutas ufias de los dedos de Tas manos y los pies. Todas las células nervioses cexisten en el recién nacido, aunque sean inmaduras: desde el momento del nacimiento y hasta el afio ‘el eerchro duplica holgadamente su tamaiio —de 350 em a 750 cm?=, y vuelve a duplicarlo al Negar ‘a los seis afios, En las mandibulas del neonato estén fen germen dos conjuntos de dientes. Los ovarios de Ja nifa recién nacida contienen, segén algunas opi- niones, una provisién de évulos rudimentarios suft- ‘iente para toda la vida, aunque sélo hacia la mitad de a infancia se forman espermatozoides mhaduros cen Jos testiculos del varén. “Senti” a un neonato ¢s tuna experiencia que vale la pena, Un adulto prictico puede sostenerlo en ‘una mano, manteniendo con las puntas de los dedos Ta nuca, los hombros con la palma, y con el antebrazo sus reducidas nalgas. Pero no todos los neonatos ‘aetGian de la misma manera cuando se los sostiene. ‘Algunos se acurrucan compacta y cémodamente, ‘como gatitos, otros se extienden despatarrados, co- mo un manojo de palos flojamente atados, otros s° ‘mantienen tensos y rigidos, otros aun, se retuercen, ‘9 contorsionan. Ya en esta edad percibimos los co- Infenzos de mazcadas diferencias individuales en el comportamiento. PROCESOS VITALES BASICOS EN EL NEONATO Para que el neonato crezea y se desarrolle, lo primero quo debe hacer es mantenerse vivo. Nuestro Taterés primordial en este libro no se dirige a los procesos fisiolégicos quo mantienen la vida, pero Gstos son tan fundamentales cn la existencia del re- citin nacido que se tece neceserio astabiar chino se regolarizan antes de examinar Tos rudimentos de la conducta en el neonato, La transicién completa del modo de vida fetal al posnatal requiere entre dos somanas y un mes. El término de esta transicién marca el fin del periodo neonatal y el comienzo de la infancia, Pero Ta tran- sieién empieza con el primer grito del bebe; y si tenemos en cuenta el cambio dréstico de ambiente que entrafia el nacimiento, cuando se pasa de la foscura y htimeda pasividad del titero a Ta vida auté- roma, al aire y a la luz, debemos reconover que el neonato efectiia una adaptacién admirable. Es po- sible que sus diversos mecanismos corporales actiien de modo irregular e inarménico, pero en todo caso cumplen su cometido, y el bebe tiene mucho més resistencia de lo que les parece a sus ansiosos padres. ‘Antes de nacer, como hemos dicho, el bebe vivié en completa oscuridad, suspendido en un baiio fluido (el liquido amnidtico) de temperatura cons- tunte, y protegido contra los impactos fisieos. Recibié mG NIREZ Y ADOLESCENCIA 2B exigeno, agua, alimentos y otras sustancias (algunas bendficas, pero otras claramente nocivas), que le- garon directamenite a su corriente sanguinea 4 tra- ‘ses del cordén umbilical que lo unfa por su ombligo 2 ls placenta, y por esa via a la corriente sanguinea dele madre (véase pig. 92), y servia ademas para 1s eliminacién de los desechos y otros elementos aca- reads por la sangre, La mayorla de los desechos ssetabélicos prenatales son expulsados de esa ma- sexs, pero cuando los rifiones del feto comienzan a sabsjar éste excreta pequefias cantidades de orina Girectamente en el liguido amniético, Ademés, tra- = mucosidades y fluido amniético que contiene ‘rozos de tejido cutineo y vello, de modo que se acumulan en los intestinos desechos sélidos a los que se denomina meconio, una sustancia negro ver- cosa alquitranada que contiene también bilis prove- niente del hfgado, (Por lo comin el meconio es excretado antes del nacimiento,) Una vez nacido, ¢l bebe debe adquirir una nueva pauta circulatoria y tiene que realizar por s{ mismo los procesos de Ta respiracién, digestién y control de temperatura, Respiracién La respiracién es una nueva actividad para el neonato, aunque hay algunos indicios de que a veces Ja “practica” dentro del titero. El comienzo de Ja respiracién puede obedecer al estimalo de la simple exposicién al aire, de un estornudo o un bostez0, 0 de Ia palmada en las nalgas que es tradicional en nueitra sociedad, y que provoca el primer grito que suscita a su vez la actividad de la compleja estruc- tura refleja de la inhalacién y exhalacién, que sub- sistira durante toda la vida. Puede apelarso a casi cualquier clase de estimulo para hacer comenzar Ta respiraefon del bebe, por efemplo, un masaje, una ‘breve inmersién en agua tibia, agua fria, o en ambas alternadamente, Ia respiracién boca a boca y otras medidas més dristicas que a veces son necesarias Al principio los pulmones del neonato estin conges- tionados por las mucosidades y el Kquido amniético, Ge modo que suele tener que pasar unos pocos dias con la cabeza més baja que los pies, para facilitar 12 evacuacién, Los grupos de miisculos que inter- vienen en Ia respiracién estin mal coordinados en las primeras semanas de vida, y por ello la respira- ciéa del recién nacido suele ser ruidosa, superficial ¢ irregular. Como el velo del paladar no ha sido todavia ineluido en el proceso respiratorio, la gar- canta del neonato puede emitir ronquidos alarman- tes pero inocuos. peciac La transicién de Ia circulacién fetal a la posnatal comienza al mismo tiempo que la respiracién. Los miisculos abdominales que rodean a los vasos umbi- licales se contraen, la circulacién a través del cordén, umbilical disminuye inmediatamente y cesa después de unos pocos minutos, siendo ast posible liger y cortar el cordén, El orificio umbilical cfcatriza en pocos dias, y la seccién residual del cordén, seca y atrofiada, se desprende en una o dos semanas. El aumento de la presién en el atrio izquierdo del co- razin hace cerrar una vilvula sobre el foramen oval, Ja abertura que comunica los dos ventriculos, que en un lapso de diez dias queda permanentemente ce- rrada, La clausura de las arterias umbilicales impul- ss la sangre hacia los pulmones, que asumen la tarea de aeracién antes cumplida por las reservas de sangre materna que rodeaban a los capilares del see- tor fetal del sistema circulatorio de la placenta. El nivel de oxigeno de Ia sangre llega al 90% del norm tres horas después del nacimiento, El equilibrio 4cido-alcalino de la sangre (pH) se normaliza apro- ximadamente en una semana, y la presiém arterial fen unos diez dias. Al dfa de nacer algunos bebes exhiben la Hamada ictericia fisiolégica normal del neonato (més téeni- camente, icterus neonatorum). Ella se debe a la presencia en la sangre de una sustancia denominada, Diliubina, que se produce al desintegrarse los glébulos rojos, y que tal vez tenga relacién con el funcionamiento hepético. Las autoridades disienten, acerca de Ia causa de la desintegracton de os glé- bulos rojos; algunos sostienen que el bebe tiene al nacer un excedente de glibulos que debe ser eli- minado, y otros sugieren que el fendmeno se debe a incompatibilidades entre los tipos sanguineos (A, B, O)de la madre y del nifio, que, segin se sabe ahora, provocan algunas veces trastornos compara- bles a los que provienen de incompatibilidades en relacién con el factor Rh, de las que Inego hablare- mos (véase pag. 37). En todo caso, la ictericia mo- derada de breve duracién desaparece sola y no tiene consecuencias serias para el niflo, pero es necesario observarla cuidadosamente para distinguirla de la ictericia grave y el kernicterus, menos frecuentes, que pueden ocasionar serias.lesiones cerebrales. Hay numerosos indicios de que en este ‘iltimo caso intervienen factores genéticos especificos, vinculados con la produccién de enzimas y con los efectos de ciertos alimentos y sustancias quimicas, como las emanaciones de las bolitas de naftalina ordinarias.* 4 L., JOSEPH STONE ¥ JOSEPH CHURCH Obsérvese la analogia con la condicién denominada fenilquetonuria, de la que se habla en Ja pig. 42. Digestion A diferencia del feto, el bebe debe ingerir su sus- tento por la boca, digerirlo en su canal alimentario, y eliminar los desechos por medio de la miccién y 4a defecacién, (No tomamos en cuenta la eliminacion de desechos que se efecttia mediante la transpiractén, ‘el desprendimiento de trozos de piel y cabellos muer- tos y el corte de tejidos muertos 0 superfluos, como cuando se recortan las ufias 0 e] eabello.) ‘Desde el nacimiento el canal digestivo det bebe esti dotado de enzimas capaces de actuar sobre todos los alimentos basicos con excepcién de algunos almidones, y en poco tiempo el neonato comienza a tomar de su ambiente Tas bacterias benéficas necesarias para la digestién. (Puesto que son las bac- terias intestinales las que producen la vitamina K, importante para la cougulacién de Ia sangre, cual- ‘quier lesién que se sufra en los primeros dias de vida entrafia el peligro de una hemorragia grave.) En nuestros hospitales se supone generalmente que el bebe no puede comer durante uno o dos dias después del nacimiento, Ciertamente la leche materna 10 “pasa” hasta dicciocho o veinticuatro horas después del alumbramiento, aunque los pechos seeretan una sustancia lechosa Tar-ada calestro, que segin algu- nos tiene valor nutritivo, Sin embargo, la observacion de bebes nacidos en sociedades “primitivas”, como Ja fatmul, donde inmediatamente después del na- cimiento. son amamantados por nodrizas, indicarfa gue los neonatos son eapaces de asimilar los alimen- tos casi inmediatamente, En cualquier momento en que comience, el recién nacido suele alimentarse algo torpemente. Al prinefpio ingiere fluidos en do- sis de 30 co, de las que es probable que regurgite enseguida una buena parte, y con gran frecuencia, por lo menos en los hospitales de Estados Unidos, tl bebe pierde peso en los primeros dias de vida. La cexcrecién de meconio y Ia eliminacién de mucosida- des y otros desechos contribuye a esa pérdida de peso. Un buen niimero de bebes de entre dos y tres semanas padece intensos c(licos, acompaiiados por tun agudo dolor gistrico, No se conoce la causa de estos célicos, que por Jo comin cesan espontinea- ‘mente hacia Tos tres meses. Control de la temperatura ‘Los mecanismos de control de Ja temperatura in- terna se desarrollan lentamente, de manera que el recién nacido esti a merced de las fluctuaciones de Ja temperatura externa, y ffcilmente se enfria o su fre un exceso de calor. Las glindulas sudoriparas recién comienzan a funcionar al mes, Io cual le facilita Ia conservacién del calor y de los fluidos corporales. En su intento do adaptar el ambiente a Jas necesidades del bebe, los padres suelen cometer el error de mantenerlo demasiado abrigado, cosa que puede entorpecer el desarrollo normal de Jos me- Canismos de control de la. temperatura. Inmunidad y susceptibilidad Entre las sustancias que absorbe efoto de la co- sriente sanguinea de la macre estan Jos anticuerpos {que le otorgan varios meses de inmunidad diver- sas infecciones. En realidad, las enfermedades tra- dicionalmente asociadas con la “denticién”, a partir de los seis meses, se deben muy probablemente a la pérdida de las inmunidades adquiridas de la ma- dre, A pesar de los anticuerpos que ha tomado de ésta, el recién nacido es muy susceptible a las in- fecciones del canal gastrointestinal, del sistema res- piratorio y de la piel. (Una buena cantidad de bebes adquieren también tempranamente reacefones alér~ ¢gicas tales como Ia fiebre del heno y la eczema.) Le llevaré al nifio algunos afios Ia elaboraci6n de su propio sistema de resistencias, y entretanto los pa- Gres tienen que protegerio contra las infecciones. Por supuesto, hay padres que lo protegen con exees0, Jo que puede llegar a limitar seriamente la experien- cia del bebe, Ademis, este excesiva proteceién de- mora la necesaria formacién de las inmunidades propias del nifio, y puede tener el paraddjico resul- tado de hacerlo més vulnerable, y ne menos. LOS RUDIMENTOS DE LA CONDUCTA Durante Ia tiltima década hemos preseneiado una revolucién en el estudio y el conocimiento de las aptitudes psiquicas del reeién nacido. Si se plensa (que desde que la humanidad existe Ix gente tiene 7 ceria bebes, es sorprendente To poco que se ha sa ‘ido con certeza acerca de la condueta del neonato. En los diltimos atios, las intensas investigaciones de Bartoshuk, Blauvelt, Bridger, Caldwell, Crowell, Fantz, Graham, Lipsitt, Lipton, Richmond, Steinsch- neider, Stechler, White y Wolff (para mencfonar sélo a unos oces), han alterado completamente nuestro conocimiento del neonato, inspiréndonos NINEZ Y ADOLESCENCIA 5 tn nuevo respeto por sus capacidades, Esta revolu- ion fue el producto de varias causas: un renovado reconocimlento de que no es posible comprender el desarrollo sin conocer sus origenes; observaciones mis precisas ¢ ingeniosos métodos experimentales; <1 uso inteligente de respuestas “indices” e “indica. doras”, de las reacciones fisicas ante estimulos sen- soriales tales como los cambios del ritmo cardiaco, de Jes ondas cerebrales o de la conductibilidad de la piel; el reconocimiento de que el estado del bebe —que puede hallarse despierto o dormido, o en un estado intermedi, tranquilo o inquieto, hambriento © saciado— ¢5 un elemento importante para la eva- luacién de su conducta. También ha tenide impor- tancia el redescubrimiento del hecho de que hay analogias entre el desarrollo humano y el de espe- cies infrahumanas, a las que es posible estudiar experimentalmente de maneras que no son viables con sujetos humanos, Hemos aprendido ademas que Ja habituacién de los neonatos humanos es bastante rapida, que éstos dejan de responder a un estimulo cuando ya no resulta novedoso, por lo cual debemos tener en cuenta en nuestras estimaciones si una res- puesta determinada se produjo al principio o al final de una seri. El recién nacido pasa mucho tiempo durmiendo, hasta veinte horas por dia, Durante las primeras semanas hay s6lo diferencias de grado entre el suetio y la vigilia, y el bebe pocas veces parece estar en- teramente despierto, excepto cuando tiene hambre, cuando se asusta 0 est molesto por alguna razin, Cuando ora y un adulto Jo levania generalmente se calma enseguida —aunque sea momentineamente—, indicando su sensibilidad ante las sensaciones que entrafia el ser alzado, mimado o acumado, Cuando se halla despierto y en razonable equilibrio fisiolé- gico, por ejemplo después de una comida (0 de la evacuacién que habitualmente sigue a ésta), suele mirar fijamonte, pero con expresién algo ausente, 2 un rostro o un punto luminoso que caen dentro de su campo visual. Dormido 0 despierto puede sufrir espasmos o temblores que reflejan Ia difusién de los estimulos en su sistema nervioso todavia inmaduro, Un hecho recientemente descubierto y atin no ex. plicado es que cuando el recién nacido duerme ma- nifiesta la misma pauta de ondas cerebrales y los xpidos movimientos del ojo (RMO) que en los adultos indican la ocurrencia de suefios; es como si Jos mecanismos fisiolégicos de los suefios existieran desde un comienzo, antes de que se tenga algo acer- 2 de qué sofiar* En realidad, la proporeién de sue- So RMO es claramente mayor en el infante que en periodos ulteriores de Ia vida. Posicién y movimiento 1+ mayorfa de los bebes manifiestan muy tem- pranamento una “preferencia” por descansar sobre Ia espalda o boca abajo, como lo indiean los movi- mientos agitados 0 el Ianto con que reaccionan cuando se los coloca en la posicién que menos les agrada, y el modo como se relajan cuando estén en la posicién predilecta; la madre aprende a reconocer esos indicios, y ése es un paso importante en el esta- Dlecimiento de le comunicacién con su bebe. En una u otra posicién, éste flexiona las piernas y los bbrazos, cierra los puiios con mayor o menor firmeza, y apoya la cabeza generalmente sobre el mismo lado. Los bebes que descansan regularmente sobre la es- ppalda suelen tener una zona de calvieie y un ligero aplastamiento craneano en el ugar donde la cabeza ‘est en contacto com la almohada. Este aplastamien- to es inofensivo y desaperece, aunque no siempre por completo, cuando el bebe comienza a variar su posicién durante el suefio, hecho que suele empe- zar alrededor de los seis meses. Cuando el nifio est inquieto se retuerce, vuelve la cabeza hacia uno y ‘otro lado, y agita los miembros, pero no al azar, sino siguiendo una pauta muy estereotipada, como Io xmuestran las pelfculas de alta velocidad, ‘Cuando yace solo en la cuna o sobre una mesa, el neonato es un ser précticamente inerme, pero se ‘muestra distinto cuando esti en contacto con un adulto que lo atiende, Cambia su estado, y junto con 1 sus capacidades, de acuerdo con el contexto de su comportamiento Ya hemos dicho que el bebe deja de Uorar cuando se lo alza y se lo sostiene firmemente. Cuando tiene hambre, se entrega a un peculiar hocigueo: como los neonatos entre los ma~ tiferos infrahumanos, “explora” el cuerpo adulto con Ta boca, como si buscara un pez6n; se aferra con fuerza a todo lo que sirva de asidero para sus ‘manos —vestidos, cabello, pliogues de la piel-, y si no se Jo sujeta se propnlsa tan activamente con el tronco, los brazos y las piernas, que el adulto puede preguntarse si no se estaré transformando en un echoneito, como el bebe de la Duquesa en Alicia en el pats de las maravillas. En nuestra sociedad es necesario ensefiarles a Ja mayorla de las madres primerizas que amamantan a sus bebes emo deben ponerse y cémo deben poner al nifio para facilitar Ja lactancia, y cémo deben llevar el pecho a la boca del bebe; pero si la madre se conduce del modo apropiado, este iiltimo se adaptaré. En ocasiones, segiin Gunther,* el pecho de la madre obstruye los orificios nasales del nifio, ocasionfndole un ahogo parcial. Peliculas filmadas por Helen Blauvelt mues- 26 ‘tran que cuando un adulto levanta al neonato colo~ ceandolo contra el hombro, éste apriota su mejilla contra la de aquél. La respuesta habitual del adulto ts retribuir Ia presién, con lo que sélo consigue em- Dujar In cabeza del bebe hacia el otro lado, Pero i en lugar de eso el adulto aparta su cabeza, Ia del bebe va a descansar sobre la baso de su cuello y cuando vuelve a erguir la cabeza, ésta y la del nifio uedan entrelazadas cémodamente. Blauvelt® ha escripto diversos modos de adaptacién entre madre t hijo, compardndolos con los que es posible obsex- Var en Jas ovejas y las cabras; en estas especies infra- hhumanas, esas adaptaciones reciprocas, de tipo tan ‘uniforme que parecen situales, juegan un importante papel en el establecimiento de las relaciones entre Jnadre e hijo, que son esenciales para la supervivencia ‘de la eria después del nacimiento. Spitz * ha podido ‘por eso hablar del “intrincado ballet” creado por las Primeras adaptaciones reciprocas en la diada que constituyen la madre y el bebe. El recién nacido s6lo tiene un control limitado de sus manos; cuando no las usa, suele mantener los ‘pasos cerrados. Como se sabe, el ser humano apren- Ge a usar las manos de muchas maneras —para ali- mentarse, para dibujar y escribir, para hurgarse le pariz, para hurtar carteras, para hacer el amor, para modelar areilla, para manejar instrumentos— pero cMepertorio de movimiontar Je) bebe es muy’ r0d0- ‘cido. Al agitar los brazos puede arafiarse la cara ‘con las ufias de las manos, por lo cual suele ser ne- cesario doblar 0 coser las mangas de la camisa por encima de ellas; pero recién al mes, por lo menos, seré capaz de rascarse Te picadura de un insocto 0 tuna erupeién. Puede aferrar cuando se estimula ‘adecuadamente su mano, pero no todavia extender Ja mano para apoderarse de cosas que ve Se aferra cuando “hociquea”, y cuando lo amamantan pronto ‘comienza a asirse del pecho o ls botella, pero no se ‘sujeta del adulto que lo sostiene erguido contra su ‘cuerpo, Tal vez sea capaz de chuparse el dedo ya al nacer ~segin parece, hay fetés que lo hacen pre- natalmente— pero muchos recién nacidos mo pue- den levarse la mano a la boca, por mas que lo fntenten, mientras que otros, cuando estén ham- ‘rientos, ponen toda la mano en Ja boca, ‘Emociones En el neonato, la expresién de las emociones es ‘a menudo intensa, pero poco variada. El malestar provocado por el hambre, el dolor, el frio o cual- ‘quier otra causa, se traduce en tn Ianto sin lagrimas, ‘sacudimientos y un enrojecimiento de todo el cuer- L. JOSEPH STONE Y JOSEPET CHURCH po. (Las glindulas lacrimales no desempefian papel falguno en el Ilanto de la mayorfa de los bebes, pero ‘act(ian continuamente para humedecer los ojos, y st actividad aumenta cuando es necesario expulsar agentes irritantes,) Crowell y sus colaboradores* y ‘otros autores han demostrado ‘ltimamente que los eeién nacidos exhiben una respuesta cutinea gal- vanica, que es uno de Jos indices auténomos de Ta emocién en personas de mayor edad. Cuando el bebe test eontento, como sucede después de las comidas, Suele sonreir, despierto 0 dormido.® Hay que dis- tinguir esta temprana “sonrisa de placer” tanto de la sonrisa social, que aparece durante ¢l segundo mes en respuesta a Ja voz humana 0 @ un rostro, ‘como de In sonrisa que precede a un eructo. Pero ‘en general el neonato es muy poco emotive. ‘Hace casi medio siglo, el famoso behaviorista John B. Watson postulé Ja presencia de tres emo- ciones bisicas en el momento del nacimiento, vineu- Tadas con estimulos incondicionados y claros: el te- ‘mor, producido por lz pérdida del sostén; el furor, provocado por una constriccién, y el amor, suscitado por las caricias. Mas tarde, a través de un condicio- hamiento asociativo, estas emociones se vinculan on otros estimulos. Las observaciones ulteriores no han apoyado Ia hipdtesis de Watson, Aunque la pérdida del sostén (o un ruido fuerte, o un destello Be Juz intensa) provocarin una respuesta de Moro (descripta en‘ la pag, 28), el cuidadoso estudio efectuado por los Sherman, y por Bridges y otros *, {indica que no es posible distinguir diferentes tipos de emociones ingratas en el neonato. En segundo I~ gar, i bien la parcial inmovilizacién del bebe suscita pataditas y un Ianto vigoroso, un pafial ajustado y Dien dispuesto hace cesar el Ilanto y el forcejeo y calme al bebe Finalmente, nada indica que el neo- rato sienta afecto hacia ninguna persona 0 cosa, aunque el afecto se desarrolla répidamente durante Jos primeros meses. Podriamos mencionar aqui la temprana aparicién de una forma importante de conducta social, la imitacién de la conducta ajena; la primera imitacién observable se produce cuando cl bebe tiene entre diez y veinte diss, e imita a un adulto que saea la lengua Capacidades sensoriales y percepeién ‘Los érganos sensoriales del neonato se hallan en condiciones de actuar, pero slo le transmiten un ‘monto limitado de informacién. Hay que tener en cuenta que existen claras diferencias individuales en Jo que atafie a los diversos tipos de sensibilidad y fa Ia intensidad de la reaceién ante los estimulos. NIREZ Y ADOLESCENCIA or Algunos indicios sugieren que cierto nimero de re- cia nacidos miran en direccién de sonidos que straen su atencién, pocos minutos después del na- ccimiento Al dia 0 dos de nacer el neonato puede seguir con los ojos un objeto que se mueve, aun- «que no lo hace con seguridad. Unos pocos bebes son czpaces do volver la cabeza para seguir el objeto en movimiento inmediatamente después de nacer, y la mayorfa puede hacer otro tanto a las pocas se- ‘manas, Fantz'® ha demostrado que el neonato dis- ‘ingue estructuras; por ejemplo, mira durante més ‘tiempo figuras negras y blancas que zonas de color sin figuras, y un boceto tosco de um rostro humane atrae més su atencién que una disposicién desorde- nada do los mismos rasgos. Es interesante la técnica cempleada por Fantz para determinar la direecién de Je mirada del bebe: por un agujero practicado en la pantalla donde han sido colocados los. materiales estimulos observa cuél de las dos formas se refleja en Ja pupila del ojo del nifio. Pero sabemos que el ojo del neonato tiene un foco fijo para objetos que estén a una distancia de aproximadamente 19 cm, Jo que puede significar que ve confusamente los objetos més lejanos.*# Los indielos téetiles son importantes para la orien- tacién del “hociqueo” del bebe, y es probable que un Jos olfativos desempefien un papel. El neonato xeacciona con desagrado ante estimulos olfativos poco gratos, como los olores del amoniaco y la asa- fétida, 1 y ante estimulos gustativos similares, como el sabor de le quinina.# Si bien parece no importarle al neonato que se lo sostenga eabeza abajo o cabeza aniba, el aparato vestibular de su ofdo interno fn- ciona, como lo muestran los movimientos del ojo —iguuales a Jos de los adultos— que se producen cuan- do pone en movimiento una placa giratoria.!® Es relativamente insensible a los estimulos dolorosos inmediatamente después de nacer, pero su sensibi- lidad aumenta répidamente durante los. primeros dias, como To muestran sus reacciones ante alfilera- 208 0 leves descargas eléctricas.™ No obstante, para efectuar Ia cireuncisién en Ia primera semana de vida no se requiere otro expediente anestésico que tun trocito de azicar colocado en la boca del nifio para distraerlo, Mucho més pronunciadas son sus eacciones ante dolores intemos, como los provoca- dos por eélicos o por los espasmos del hambre, No est claro si el reciém nacido trata de alejarse de los estimulos nocivos 0 de rechazarlos. En todo caso, su accién es débil ¢ ineficaz: las observaciones mues- tran que es incapaz de desembarazarse de un pafio extendido sobre su rostro, lo que significa que la asfixia accidental es un peligro muy real para los nifios muy pequeiios, cuando no pueden elimina ‘una obstruccién limitindose a volver la cabeza, Hay razones para pensar que es la gran intensidad de ‘un estimulo lo que perturba al recién nacido, y no sus cualidades més especificas, tales como las per- ciben los adultos. Ya bien entrado en la infancia, el allio muestra aversién a la luz fuerte, y en el éltimo periodo de la infancia le desagradan los ruidos fuer- tes y os alimentos muy arométieos, si bien se pueden observar marcadas diferencias individuales on la sensibilidad, Hay que destacar, empero, que Jos be- bes a menudo permanecen imperturbables ante es- timulos que son muy importantes para los adultos y los nifios de més edad. Por ejemplo, os posible ue el bebe no manifieste ninguma reaccién ante los truonos, la sirena de los bomberos 0 el estrépito de los recipiontes para la basura, No afectan de ningén modo al neonato los olores que les resultan repulsi- vos a los nifios mayores y los adultos, por ejemplo el de los excrementos. En cambio, el recién nacido puede reaccionar muy negativamente ante estimu- los que dejan indiferentes a los adultos, como el crt jido do un papel duro. EI examen de respuestas indices tales como Jas alteraciones del pulso o de la respiracién han per mitido el estudio de la audicién en el neonato. Bartoshuk™ ha demostrado que la aceleracién del pulso varia en relacién directa con el aumento de Ia, intensidad del sonido (hasta cierto limite, por su- puesto), trazando una curva de respuesta’ auditiva que ¢s casi idéntica a la del adulto, siempre que se presente el sonido cuando el pulso del bebe sigue vn ritmo determinado. A cualquier nivel de inten- sidad del sonido parece corresponder de modo més o-monos estable un nivel dado del ritmo cardiaco, Io que implica que la magnitud del cambio que regis- trard el pulso depende del ritmo que mantenia en el momento de la estimulacién. Por ejemplo, si el pulso del bebe es relativamente lento en el momento de Ia estimulacién, habré ma aceleracién conside- rable de su ritmo, hasta Hegar a la magnitud corres- pondiente a la intensidad del estimulo. Si el pulso es més rdpido sera necesaria una aceleracién menor ppara aleanizar el mismo nivel de respuesta. Si el pul- so esta en un nivel mas elevado que el asociado con el estimulo dado, disminuiré su ritmo en la medida apropiada. No esté claro si esta disminucfén del ritmo cardiaco en respuesta al sonido signifiea que el bebe se hallaba agitado en el momento de la es- ‘timulacién, y que ésta sirvié para atvaer su atencién ¥ por consiguiente calmarlo, pero esto es lo que parece suceder en algunas circunstancias® A Ja relacién general entre la magnitud del cambio y el 28 L JOSEPH STONE Y JOSEPH CHURCH nivel de actividad inmediatamente anterior a la e8- timulacién se la denomina ley de lor valores inicia- les (LV1), Los estudios psicofisicos de este tipo de la vision y la audicién en el neonato prometen hacer posible el diagnéstico precoz de Ia ceguera y la sordera. Aprendizaje Hasta hace poco, los estudios de las posibilidades de aprendizaje de los recién nacidos se limitaban en. Su mayoria al método del condicionamiento clisico. ‘Los intents de asociar estimmulos tales como un des- tello Iuminoso o el sonido de un zumbador con res- puestas como la suceién, 0 reaceiones auténomas all Shock eléctrico, dieron resultados poco claros. Ac- tualmente los estudios de Papousek y de Siqueland y Lipsitt demuestran que en Jos primeros dias de vida se puede condicionar el movimiento de dar ‘yuelta la cabeza a sonidos particulares, siempre que se afiada un refuerzo inmediato dandole al bebe tun poco de leche o dextrosa.** Sabemos también que Jas exias del ganso y eel pato, y Jos corderitos y ca- britos, aprenden a reconocer a sus madres pocas horas después de haber nacido o salido del cascarén, y que al final del perfodo neonatal los bebes han aprendido de dénde sale la leche, como lo demues- tran al yolverse hacia el pecho 0 al abrir la boca y esforzarse por alcanzar Ja mamadera Reflejos Se puede provocar en un recién nacido una amplia variedad de respuestas a las que a menudo se llama reflejos. Algunas de ellas tienen escasa importancia Gesde el punto de vista del comportamiento, pero pueden resultarle muy iitiles al médico para el diag néstico, como el conocido reflejo patelar (sacudida de Ia articulacién de la rodilla). La respuesta plan- tar es interesante por el cambio que sufre a medida aque el bebe se desarrolls. Si se roza la planta del pie del neonato, los dedos se abren en forma de abanico (respuesta de Babinski). En un momento posterior de la infancia aparece la respuesta que perduraré toda la vida, salvo en casos de lesiones cerebrales 0 estupor: los dedos se flexionan hacia abajo. Otros reflejos tionen importancia prictica desde el punto de vista adaptativo, pero son primordialmente ve- getativos, es decir, no intervienen en ellos los miseu- Jos voluntarios. Entre éstos estén Ja contraccién de Ja pupila en respuesta a un aumento de Ia inten- sidad de la luz, y Ia salivacién cuando se introduce algo en la boca. Luego estén los “reflejos” que implican una compleja conducta motriz, como las respuestas de aferrar y “hociquear”, a las que pro- bablemente no habria que lamar reflejos puesto que pueden variar adaptativamente en lugar de Seguir una pauta rigida: no se las puede suscitar siel bebe no se encuentra en el estado motivacional apropiado, y en etapas ulteriores del desarrollo Son reemplazadas por nuevas y maduras formas de accién, ‘De considerable importancia para la superviven- cia del neonato es la respuesta de succién, que apa- rece poco después del nacimiento, si no inmediata- mente, La estimulacién thctil de fos labios 0 de la Imejilla del bebe Ie hace volver Ia cabeza hacia la fuente de aquélla (el estimulo habitual es el pezén ola tetina, pero también serviré el dedo del experi- mentados), para tratar de introducirla en la boca y ‘comenzar a succionar. Si con el estimulo se le pro- pporciona realmente leche, la succiém y la deglucién Se sucederén de un modo bastante bien coordinado. Es posible que no se produzca la respuesta de suecién si el bebe no tiene hambre, pero ésta es una condi- ién poco dificil de satisfacer. Segim las observa- Ciones de Kron,2 los recién nacidos manifiestan no- tables y_persistentes diferencias individuales en ‘cuanto al ritmo y la intensidad de la succién. Kron. hha demostrado también que en los primeros dias de vida se producen un cambio y tuna estabilizacién perceptibles de la respuesta de suceién, Como hemos Gicho anteriormente, si se desea hacer volver el rostro del bebe en una direccién determinada, por ‘Gjemplo, para alimentarlo, no se lo logrard presio- nando 1a mejilla, pues volverd la cabeza hacia la direceién de donde viene la presién. Lo que hay ique hacer es tocar Ja mejilla del lado hacia el que Se desea dirigito, Si al bebe le molesta que le sa- jeten la cabeza, como sugirié Watson, ello se debe probablemente a que se lo esti estimmulando a volver ta cabeza en dos direcciones al mismo tiempo. ‘Ya hemos mencionado la respuesta de Moro, 0 pauta infantil de alarma. Esta respuesta puede ser uscitada por cualquier estimulo intenso y sibito, por ejemplo, un ruido fuerte, EI neonato reacclona Ebriendo ampliamente los brazos y las piemnas, @ menudo lorando al mismo tiempo, y acurrucindose ego, En pocos segundos la tensién disminuye. vi- siblemente. Sigue luego, generalmente, una fase retractaria durante Ja cual no es posible suscitar Ja respuesta, como sucede también en muchos otros casos, Las estimulaciones sucesivas provocan res- puestas de decreciente intensidad, como si el bebe se habituara. ‘Ademés del infrecuente uso “voluntario” de las NINEZ Y ADOLESCENCIA 28 ‘manos que hemos mencionado, el neonato manifies- ta un reflejo de prensiGn cuando se estimula la palma de la mano o los dedos. Reacciona entonces asiendo firmemente la varita 0 el dedo empleados para os- timularlo, y algunos bebes lo hacen con tanta fuerza, {que se los puede mantener colgados de la mano hasta tun minuto2# La prensién voluntaria sustituye a la refleja aproximadamente a los cuatro meses de vida, pero aun entonces, cuando l niffo tiene algo en lz mano, el persistente reflejo de prensién le hace im- posible soltarlo. Se puede también suscitar un re- flejo de pronsién vestigial de los dedos de los pies estimulando la planta del pic en Ia base de los dedos (para estimular la respuesta de Babinski, en cambio, se excita Ja planta del pie en su parte media, donde se formar el arco). Si se sostiene al bebe horizontalmente por cl abdomen puede ejecutar movimientos natatorios (reflejo natatorio), Si se lo sostiene en posicién ver- tical apoyfndolo ligeramente sobre una superficie firme, puede mover sus pies como si fuera a ca- miner (reflejo de marcha). Estas dos respuestas desaparecen poco después del nacimiento, y reapa- recen més tarde en forma mas madura. Cuando el neonato esti acostado boca abajo, si los extremos Ge sus pies tocan alguna superficie, empuja contra ella, a veces con fuerza suficiente coma para mover su cuerpo; debido a esta respuesta se dice en oce- siones que los recién nacidos “se arrastran”. Poco tiempo después el nifio se impulsa hacia atris con los pies cuando yace de espaldas. En la primera hora después del nacimiento, si se presentan los estimulos apropiados, el bebe exhibe reflejos vegotativos tan importantes como los de vo- nitar, estornudar, hipar, bostezar y parpadear. Los nifios varones pueden tener una ereceién refloja del pene, que es habitual antes de la miccién. Wolff ha ‘omprobado erecciones bastante frecuentes en neo- xatos, aparentemente similares a las que se producen con regularidad durante el suefio en los varones adultos de todas las edades, inmediatamente antes Ze cada perfodo de suefio RMO, hecho recientemente verificado, Los intentos de individualizar ciclos ané- ‘cos de excitacién clitoridea en las mujeres no han todavia resultados concluyentes.2* Limitaciones del neonato Nuestra descripelén podrfa hacerle pensar al lee- scx que cualquier manipulacién del bebe susetaré = cstllido de actividad refleja, No es asi, sin em- Serco; en realidad, durante los primeros meses el bebe se muestra notablemente pasivo, plécido y ma- nojable cuando hay que vestitlo, desvestirlo, baiiarlo, someterlo a eximenes médicos y otras atenciones habituales, Probablemente la mayoria de las reales capacidades de respuesta del recién nacido pasardn inadvertidas para los padres, quienes en cambio le atribuirén, antropomérficamente (0 “adultomérfica- mente”), cualidades mentales y morales e intenciones que el observador cientifico no puede verificar. Conviene mencionar lo que el neonato no es toda~ via capaz de hacer, pese a su humanidad rudimen- taria, No emite otros sonidos que los del ante y Jos que acompafian a la digestién, No puede atin {con algunas raras excepciones) levantar la cabeza, ni rodar sobre si mismo (salvo por accidente), ni mo- ‘ver los dedos de la mano por separado, No trata de aferrar objetos distantes. No puede controlar sus esfinteres. No puede distinguir un rostro humano de otro, aunque las caras de Jas personas atraen su atencién casi inmediatamente, No sabe que tlene pies. No tiene nada que recordar, y no recuerda nada, Su vida esti gobenada, primordialmente, por Jos ritmos de su aparato digestivo y de otros procesos fisiolégicos, por la sucesién de estados de vigilia y suefio, por los estimulos que provocan respuestas reflejas, y por las bondadosas atenciones de quienes se ocupan de él. Diferencias individuales ¢ individualided Desde el comienzo, como dijéramos, el neonato manifiesta una singularidad individual que es el producto tanto de su constituciin genética especial ‘como de las condiciones del ambiente uterino en que so desarroll6, Los recién nacidos dificren claramente cen cuanto al tono de su cuerpo, la energia o la len- titud de sus reacciones, la rapidez con que mueven sus miembros, el ardor y el vigor con que succionan cl pezén y la pauta del ritmo de suecién, la sen- sibilidad ante la luz, el sonido o las impresiones téc- les, la irvitabilidad, la viveza; difieren en el tamafio y en la forma, en el tamaiio absoluto y relative de Jos diversos érganos, en la quimica de la sangre y en el equilibrio hormonal: En poco tiempo las mis- mas proteinas del cuerpo del nifio se individualizan tanto que rechazan los tejidos trasplantados que provienen de otros individuos.* Estas, por supuesto, son diferencias referidas a “dimensiones” simples, ‘2escalas definidas por términos opuestos, tales como rapido y lento, y en las que es posible atribuir dis- tintas posiciones a los diferentes individues. Pero ademés de ellas, cada bebe posee un conjunto de caracteristicas que conforman una estructura indi- vidual tniea, que no comparte con nadie més en 30 L. JOSEPH $1 ‘el mundo, como comparte sus posiciones er diversas escalas. Consideremos un hecho obvio, pero a menud vidado. La gente cambia 2 medida que crece, conservando su individualidad. Sabemos muy todavia acerca de lo que las diferencias anatém fisiolégicas y temperamentales observables ¢ momento del nacimiento significan para el des lo ulterior. Las predieciones sobre la conducta terior basadas en el comportamiento dursnte e ‘mer periodo de vida son algo més quo expecta aleatorias, pero hay .demasiadas excepciones cluyendo draméticas inversiones de la tender para que podamos depositar mucha confianz cl valor de las caracteristicas neonatales para el néstico.2” No obstante, es muy probable que las dif cias existentes entre dos individuos cualesq signifiquen que asimilarén e integrarin experie vitales muy similares, y responderan a ellas de ._ neras diferentes, A medida que avancemos en nu exposicién presentaremos algunos de los dato: znos hacen atribuir um papel decisivo al con psicolégico en la determinacién del curso del arrollo posnatal, pero si bien es cierto que Ia. Hiencia transforma al individuo, en modo a sminuye su individualidad, Hasta un cot miento como la insuficiencia de oxigeno en el miento, asociada de modo significativo con un ficiencia intelectual posterior, tiene efectos difer ‘en distintos individuos; como lo sefialaran Gr xy sus colaboradores,®° demasiades individuos e Jas consecuencias esperables de un alumbram traumético como para que podamos hacer pi eiones con un alto grado de probabilidad oo ecto a un caso particular, 30 L, JOSEPH STONE ' el mundo, como comparte sus posiciones en las diversas escalas. Consideremos un hecho obvio, pero a menudo ol- vidado, La gente cambia a medida que crece, pero conservando su individualidad. Sabemos muy poco todavia acerca de lo que las diferencias anatémicas, fisiolégicas y temperamentales observables en el ‘momento del nacimiento significan para el desarro- Ilo ulterior. Las predicciones sobre la conducta pos- terior basadas en el comportamiento durante el pri- ‘mer perlodo de vida son algo més que expectativas aleatorias, pero hay .demasiadas excepciones —in- cluyendo dramiticas inversiones de la tendencia— para que podamos depositar mucha confianza en el valor de las caracteristicas neonatales para el pro- néstico2* No obstante, es muy probable que las diferen- ccias existentes entre dos individuos cualesquiera signifiquen que asimilardn e integrarén experiencias vitales muy similares, y responderdn a ellas de ma- ._ neras diferentes. A medida que avancemos en nuestra exposicin presentaremos algunos de los datos que nos hacen atribuir un papel decisivo al contorno Psicolégico en Ia determinacién del curso del des- arrollo posnatal, pero si bien es cierto que la expe- riencia transforma al individuo, en modo alguno disminuyo su individualidad, Hasta un aconteci miento como la insuficiencia de oxigeno en el naci- miento, asociada de modo significativo con una de- ficiencia intelectual posterior, tiene efectos diferentes, en distintos individuos; como lo sefialaran Graham ‘y sus colaboradores,** demasiados individuos ovaden las consecuencias esperables de un alumbramiento traumético como para que podamos hacer predic- ciones con un alto grado de probabilidad com res- ecto @ un caso particular,

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