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OBR AS COMPLETAS MIGUEL BAKUNIN Voiumen 1 LAS EDICIONES DE Lo. Piquila. 1" edicion Ed. Tierra y Libertad, Barcelona 1938 Cubierta: Roberto Furéganc Lax Bdiciones de La Piqueta Sesofie, $9 - Madrid-24, Diciembre 1977 ISBN: 84-7443- 008.9 (Tomo 1) ISBN: 847443-007-0 (Obra Complets) Depésito legal: M-42821-1977 Impreso en: Graficas Fuca. Boyer, 5 Madrid:32 PALABRAS PREVIAS Estas palabras previas quieren complementar ta introduccién no su perada de la ediciOn espafiola de las obras de Bakunin, escrita por el historiador mais competente del anarquismo, el Dr. Mux Neltlaw Desde que estis introducciones fueron escritas hace mds di: cuarenta ‘aos, ex neceario discutir slo brevemente la extensién cn que las ‘ideas de Bakunin son todavia importantes para nuestro vempo. La seleccién de escritos de este primer volumen figura entre las més importantes de las obras de Bakunin. "Bakunin apiicd todo lo que habia aprendido en su estudio de las e~ voluciones del pasado, tales como la Gran Revolucion francesa, y sobre todo, en su participacién personal en la revolucion de 1848, hasta los problemas generados por la guerra franco-prusiana de 1870. ‘Five durante ese periodo cuando Bakunin desarrollé la idea de con- vertir una guera entre Estados en una guerra civil para culminar en la revolucién socal. ‘Greia que slo una vasta guerra de guerrillas, emprendida por el ‘pueblo entero, podria rechazar simulténeamente los ejéreitos tirénicos enemigos y dejender la revolucién social contra sus enemigos intemos: sf una racidn de treinta y ocho millones de habitantes se levan- ‘a para defenderse a i misnia, resuelta a destrairlo todo, y a sacrifi- ‘car sus propiedades y su vida antes que someterse a Ua esclavitud, ‘to hay ejército en ei mundo, por poderoso que sea, por bien orga- nnizado y equipado que esté ‘con lat armas més extraordinarias,ca- paz de conquistario”. ‘En nuestro tiempo, la historia de Argelia y de Vietnam confirman clertamente la tesis de Bakunin, de que en ina prolongada guerm de guerrillas, la resistencia masiva de todo un pueblo resultard finalmente Yietoriosa contra el poder armaco de, justamente, las mayores poten- clas imperialisas. 1 En el curso de la crisis revotucionaria, Bakunin anticipé objetivos revolucionarios que fueron realizados, en una amplitud notable, en las reas anarcosindicalistas, como Barcelona, durante la guerra civil en 1936 y la revolucién sesenta ahos més tarde/ideas como la defensa de ‘4 revolucién por las milicias armadas del pueblo (el pueblo en armas}; 4a autoudministracion de los asuntos econémnicos, sociales y politicos or federaciones de sindicatos obreros, comités locales y vecinales y ‘otras organizaciones populares. Las advertencias de Bakunin a ios bolchevistas de su tiempo, los ja- cobinos y Jos blanquistas, hasta donde su politica podia conducir, se eaten comics ata fr nl el pode el elects nzos hasta ee eee! poder y el. siento w=. “la construccién de un Esiado revolucionario samente Sentatzado.. contuctia ineitablemente al eablecininte de tuna dictadura militar, condenaria a las masas, gobernadas por de- creto, a la inmovilidad..a ta esclavitud y a la explotacién por une nueva autocracia, cast-revolucionaria.. de donde el triunfo de los fcobinos y tos blanquisas equivaldria a la muerte dela revoke Para salvar la revolucién, Bakunin elaboré una estrateg{a libertaria ‘asada en el principio de que ls forts de la nueva socked son ge. nneradas por la revolucion misma, Ast, una revolucién dirigida por un centro tinico, o incluso por un ruimero de centros, por medio de comi- sarios y con’ expediciones militares para imponer los decretos, tiene que producir inevitablemente un nuevo régimen autoritario: las comi- sarios de hoy se convertirin en los gobernantes de mafana. aun ere, adem, en wna rvolucion que abacase ls cudaes » los eampos, y dirigida por obreros nos en cada localidad. peiiemes LAG Sree areas mere ralmente un earkcter beta y federal, estrategia revolucionaria de Bakunin promovia dos grands blemas, debatidos todavia en ef movimiento revoluctonartas como gular la revolucién en un sentido libertario por medios libertarios, y ‘como el anarquista podria obstruir a los autoritarios la toma del po- der, sin instituir, al obrar asi, una dictadura anarquista propia, Bakunin vueive sin cesar sobre esas cuestiones en casi todos sus es- aritos. Y fueron preciument exosproblemas los que afronté el mov. 2 7 Imlente arcostedita durante lt guera cil y a revoucon de Entre las contribuciones mds importantes de Bakunin a la moderna teoria revolucionaria figura su confianza en la capacidad revoluciona- ria det campesinado. Clertamente, no las ideatiz6. Sabia que ios cam- esinos eran ignorantes, supersticiasos y conservadores. Pero creia ‘que, silos obreros radicales y progresivos de las ciudades abandonaban sus actirudes snobistas, y trataban de comprender los problemas cam- esinos, los labradores podrian ser ranados para la revolucién. 3 Y, efectivamente, desde que los campesinos pobres y los labradores sin tierras constituyen la masa dominante de la poblacién rural, el ver- dadero destino de la revolucin, como vio muy bien Bakunin, depende de involucrarlos en la lucha revolucionaria, no como ciudadanos infe- Tiores, sino en fraterna solidaridad con los trabajadores urbanos. ‘Si los revolucionarios, en cambio, apelan a la confiscacién inme- diata de sus pequefas parcelas de tierra, y rehusan redistribuar las fin- cas de los ricos latifundistas y las propiedades de la Iglesia y del Exta- do entre los millones de canipesinos sin tierra; esos campesinos refor- zarin el ejército de la reaccidn, y la revolucién caer a en ta nada. Y so- bre todo y por encima de las consideraciones pricticas, Bakunin tervia el efecto corruptor de medidas arbitrarias contra los campesinos por parte de los revolucionarios mismos. La erosidn de los p: cipios éti- cos, por st sola, seria suficiente para socavar la revolucién social. ‘Bakunin previno repetidamente contra la usurpacion de la revolu- cién por un gobierno socialista, que instituiria lz colectivizacién for- zada y otras medidas por decretos. Sus comisarios y sus expediciones militares culminarian en la tierra en la expropiacidn de los campesinos y en [a institucion de un régimen de terror como el que precipitd el ‘colapso de la revolucién francesa. En nuestro tiempo hemos sido testigos del reino del terror de Sta- lin, instituido como un medio para llegar a las colectivizaciones forzo- sas, Los campesinos rusos, incapaces para rebelarse con la fuerza de las armas, recurrieron a la guerrila silenciosa, inflexible, pero no menos efectiva, la resistencia no-violenta. Por actos de sabotaje, trabajo a des- ‘guna, y otros medios, los campesinos redujeron grandemente la pro- duecién agricola, Esta es una de las razones principales por las que un régimen capaz de lunzar sputniks al espacio, es todavia incapaz de re- solver sus problemas agricola, justamente después de una media cen- turia de la revolucién. ‘Més generalmente, podemos decir que la revolucion rusa fue conde- nada al fracaso cuando perdi su cardcter local y esponténeo, Las for- ‘mas creadoras que surgen de la vida social, los soviets y otras asocia- iones det pueblo, fueron abortadas por ta concentracién del poder en cl Estado, Las opiniones de Bakunin en este aspecto conservan nu vi sgencia para las luchas revolucionarias en los paises subdesarrollados, ‘que comprenden los dos tercios de la poblaciin del mundo, EI mismo resumé estas concepciones: "tas tareas constructivas de la Revolucién social, las nuevas for- ‘mas de la vida social, pueden surgir solamente de la experiencia vi-. | va de las organizaciones bdsicas que quieren construir por si mis- | ‘mas la nueva sociedad, de conformidad con sus mailtiples necesi- dades y deseos”. ‘Las colectividades tibertarias y las industrias socializadas durante ta guerra civil espaftola y la revohicién de 1936-1939, que abarcaron la vida econémica y politica de millones en las dreas mas populosas de la Expafa republicana, tomaron el cardcter previsto por Bakunin. Sesenta 4 _y cinco afios de luchas militantes y de una accion educattva intensa, en ‘conformidad con las ideas de Bakunin y sus continuadores, prepararon «alos obreros urbanos y a los campesinos para afrontar los problemas constructivos de la revolucién social Recalcé Bakunin la importancia de los factores psicoldgicos en la revolucién, insistiendo en que la revolucién era imposible para gentes que habian “perdido el hdbito de la libertad”, afiadiendo ast otra di- ‘mension a ta teoria revolucionaria, Como frente al fatalismo econéml- co de Marx, dejé mas espacio a la voluntad del hombre, a sus aspira- ciones a la libertad y a la igualdad, y al “instinto de rebelién”, que constituye la “‘conciéncia revoluctonaria” de los oprimidos. .~. “el temple revolucionario de las mases laboriasas no depende so- lamente de la extensiin de la pobreza y det descontento, sino tan- bién de su fe en la justicia y en el triinfo de su causa... el descon- tento sélo raramente produce revoluciones. Incluso los pueblos re- ducidos ala més extrema pobreza, pese a sus tribulaciones, dejan de ‘mostrar signos de irrtacién... no se rebelan porque no tienen la adecuada percepcin de sus derechos ni tienen conflanza en sus propios poderes, y, careciendo de ambos, se yuelven indefensos y soportan la esclavitud por centurias” En una critiea profética del programa socialdemécrata alernin, Ba- amin predijo la absorcién del movimiento socialdemdcrata en la es- tructura_ que hoy es conocida como capitalismo de Estado o socials. mo de Estado. En un pasaje que habla como silo hubiese escrito hoy, Bakunin advierte que el programa sociaidemédcrata basado en el “comunismo autoritario”” en el “socialismo de Estado", conduce ine- vitablemente @ una sociedad totalitaria en la que v=. "el Estado se convierte en el tinico banquero, capitalist, organi- Zador y director de todo el trabajo nacional, y en el distribuidor de todos sus productos”. En lo que conciene a la revaloraci6n corriente de'la teoria sociaista, las ideas de Miguel Bakunin, fundador del movimiento anarquista in- ternacional, estén promoviendo creciente interés. Se pueden aprender ‘mucho todavia en este, y en los sucesivos volimenes de las obras de Bakunin que publica ahora en Espafa “La Piqueta”. Congratulamos los editores y les deseamos todo éxito. Sam Dolgoff PROLOGO 1 La obra literaria de Miguel Bakunin tiene un aspecto muy diferente de la que es norma en a mayor parte de pen- sadores, hombres de accién y propagandistas avanzadot ‘Tenia mucho que decir y abrig6, durante muchos affos, el pensamiento de exponer un conjunto de sus ideas ante aus contemporaneos; pero la actualidad, las necesidades de la causa de! momento, obstaculizaron siempre esos planes. Sus escritos, publicados en su tiempo, por consiguiente, son to- dos de actualidad; pero contemporéneamente luchaba casi siempre con el gran asunto mencionado, el conjunto que presentarfan sus ideas en la triple divisién que llamé en diversas épocas “federalismo, socialismo y antiteologis- 0 “anarqufa, colectivismno y atefsmo”. Este trabajo se hizo en los mamuscritos sucesivos que abandonaba inacaba- dos cuando se le ofrecia una causa que permitia la accién, 0 al menos més acci6n, o la propaganda. Su trabajo intelectual continuo facilit6 entonces la inclusién de una abundancia de ideas elaboradas sin dificultad aparente, con una ampli- tud inagotable, en sus escritos de ocasién y en los trabajos a veces mds elementales reclamados por Iz propaganda. Re- sulta, pues, que los folletos y articulos y el tinico gran libro —que no existe hasta ahora més que en ruso— tienen un valor notable considerados como escritos en apariencia tan pasajeros, de actualidad, pero que en realidad no constitu- yen sino fragmentos, partes dispersas del conjunto de sus ideas. Fué, pues, una dicha que una parte al menos de sus 6 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN trabajos manuscritos, considerable pero no completa, se conservara; se profundiz6é en esa mina en 1878 y en 1882, hhallando felizmente hermosisimas piezas en el primer tan- teo, entre otras Dios y el Estado, y, nuevamente, a partir de 1894 y de 1907; aun verd la luz estos afios material inédito. Pero esos manuscritos inacabados fueron también fragmen- tos y es preciso conocer una gran parte, 0 todo lo que que- da, para daree cuenta del verdadero pensamiento de Baku- nin, cuyos escritos més cortos, publicados y ampliamente difundides, no contienen més que puntos salientes, brillan- tes, dificiles a menudo de coordinar por el lector. Aiiadamos a esto que habia practicado desde su primes juventud el “arte de escribir cartas”: sus estrechas relaci hes con sus mumerosos hermanos y hermanas y con sus amigos de juventud en Rusia, en que‘la conversacién seria por carta reemplaza, en las ausencias frecuentes, las lar- gas conversaciones intimas sobre asuntos filos6ficos, cues- tiones psicolégicas, el autoandlisis o la introspeccién mo- zal, eteétera, todo eso se vuelve a encontrar en sus cartas durante toda su vida desde que da con un corresponsal digno de su atencién. Y en los diez afios de intensa vida socialista y revolucionaria, de 1864 a 1874, perfeccion6 atin este modo de obrar por carta. Porque entonces lo intenté todo para extender una propaganda y una accién en el se tido de sus ideas, haciéndolas internacionales, y tenia, pues, necesidad de hallar en todas partes hombres de buena vo- luntad, y, una vez encontrados —sea halldndolos personal- ‘mente en ocasién de viajes, de congresos, de encuentros for- fuitog, sea que fueran amigos de sus amigos y a quienes no conocfa aéii— en todos los casos tuvo siempre mucho que decirles, tanto para perfeccionar su educacién revoluciona ria como en discusién continua de las modalidades de la propaganda y de las posibilidades de una accién, y sobre fodo para mantener entre ellos el sentimiento internacional adecuado a la accién internacional homogénea segtin las ne- cesidades de la hora. Dedicaba a su correspondencia un tra~ bajo inaudito, y he dicho ya algunas veces que él fué “toda una Internacional”, es decir, que el trabajo de coordinar I. esfuerzos dispersos en algunos paises, que es una de las razenes de ser del mecanismo organizador de una Interna: cional —ese trabajo que los consejos y las oficinas no hacen PROLOGO 4 habitualmente mas que de wna manera; sea arhitraria, auto- ritaria, sea floja, indiferente, sin efecto— lo hizo continua- mente durante esos afios con su propia mano, escribiendo dia y noche numerosas cartas donde la cuestién es expli- cada con una exactitud y una paciencia conmovedoras; y ie era necesario atin diferenciar y matizar sus proposiciones y consejos segtin los diversos pafses, el estado del movi- miento en cada uno y también segin las particularidades y aun las susceptibilidades de sus corresponsales, inspirados todos por la buena voluntad durante la época, a veces larga, otras veces corta, de su cooperacién con Bakunin, pero que estaban lejos de compartir todas sus ideas. Unos permane- cian atin en retraso, no comprendiendo o no aceptando toda- via el conjunto de la anarquia revolucionaria; otros que la aceptaban tenian su propia cabeza y preferfan a menudo otra téctica, otros métodos; nada es mas erréneo que figu- rarse un espfritu uniforme en una especie de escuela de dis- cfpulos de Bakunin: al contrario, casi todos, o sabian atin bien poco, o crefan saber mas que Bakunin’ mismo; y los afios transcurrian tan répidamente, las ocasiones de encon- trarse personalmente con Bakunin fueron tan rarae, que la época de un verdadero esfuerzo en comiin no llegé jamés. Una parte de la construccién, por decirlo asf, se derruia en tanto que otras partes eran construidas de nuevo cons- tantemente, Pero no importa, habia siempre vida, movimien- to, algo nuevo, y todo eso da a la correspondencia de Baku- nin un sello particular: se encuentra en ella la elaboracién de las ideas y sa presentacién en varias formas matizadas, la discusién de las posibilidades y medios de accién, y por tanto su concepciGn de las cuestiones politicas y sociales de su tiempo; se observa también en ella su arte de estudiar el caracter de cada uno y de hacer por eso mismo su accién lo mis Util y efectiva posible. Por consiguiente, para cono- cer verdaderamente a Bakunin, es necesario atin tener en cuenta lo que puso en esa correspondencia inmensa, a ve~ ces por las explicaciones més detalladas, verdaderos trata- dos, otras por algunas palabras como epigramas. Pero, inevi- tablemente, la mayor parte de su correspondencia esta des- trufda; nos quedan muestras brillantes, que serfan bas- tante voluminosas si se reunieran todas, y nos quedan las notas répidas en sus carnets diarios de 1871 y 1872, que 8 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN muestran la extensién de su correspondencia, su intensidad y su cardcter especial de accién internacional simulténea, al menos durante la mayor parte de esos dos afios. Resulta de todo esto que, leyendo, o més bien, estudiando a Bakunin, es preciso ser paciente, y hay que leer mucho, si no todo lo que se ha conservado. No cs posible encon- trar en uno solo de sus escritos todo lo que ha querido decir y las razones, las fundamentaciones de lo que dice. Sus ideas, las ideas de la anarquia revolucionaria, penetran, vivifican y hacen floreciente el nlimero de discusiones de asuntos politicos y sociales de hace cincuenta o sesenta afios, asuntos que en casi todos los demas escritos de aque- Hag lejanas fechas ya nos parecen a menudo trasnochados, arcaicos, dridos, pero que por el soplo libertario que ins- pira su discusién, vuelven a adquirir vida e interés para el lector més moderno, ; Ahl, si se hubiese continuado ver- daderamente c intensificado la obra de Bakunin durante estos cincuenta affos, jdénde estarfamos! Entonces, no s6lo la literatura de propaganda que —lo reconozco bien— es producida con tantos cuidados y sacrificios, sino igual- ‘mente una parte grande, preponderante, de la literatura po- Iitica, social, intelectual y artistica moderna, estaria pene- trada’ de un’ soplo libertario més perfecto que el que ani- maba aun precursor, a un fundador de las ideas como Ba- kunin. Pero este no es atin el caso y, preciso es decirlo, bajo algunos aspectos, Bakunin no fu€ reemplazado jamés, aunque autores como Reclus, Kropotkin, Tolstoy y otros nos hayan mostrado tantas otras facetas de la anarqula, asunto inagotable y apenas abordado; no es posible, pues, eximirse todavia de estudiar a Bakunin, y esto se hard evi- dentemente con ojos eriticos, teniendo en cuenta la expe- riencia social y politica adquirida desde su tiempo, y cada lector inteligente sacar4 nuevas conclusiones de estas lec- turas retrospectivas y aplicard la experiencia que Baku- nin nos prodiga en sus escritos a la interpretacién de los hechos de la vida moderna, que reclaman esa atencién més que nunca. ‘Se podrian presentar estos materiales de varios modos; por ejemplo, separdndolos en tres grandes partes: escritos publicados, escritos que quedaron inéditos y corresponden- cia;.o bien adoptanéo un orden esttictamente cronolégico PROLOGO 9 (Jo que hizo Guillaume en los tiltimos voliimenes de su edi- cién parisién); pero vale més reservar un método seme- jante para una edicién ulterior definitiva en los idioma originales, edicién muy dificil de producir y que abrazaria partes en idioma ruso, en aleman, en sueco, en italiano y en francés. Para las traducciones que no procuran reunir todos los textos y toda Ja correspondencia, el principio se- guido en esta ediciOn espafiola me parece indicado: cl de reunir en voltimenes o grupos de voliimenes lo més impor- tante que Bakunin escribi6 sobre cada uno de los grandes asuntos que le absorbieron. ‘Asi, se sabe en qué grado la guerra francoalemana de 1870-71 hizo germinar en él las ideas y los planes de accién revolucionaria; a dicha guerra consagré su acci6n perso- nal en Lyon y en Marsella y un gran némero de paginas manuscritas, que quedaron inéditas, pero que fueron comu- nicadas a sus amigos de esa época, en parte al menos. Le que ha sido traducido aqui, podrfa, pues, con buen derecho, Hevar el titulo general de “Bakunin y la revolucién social en Francia” (el volumen presente y un segundo volumen), y lo que sigue en este prologo servird para reconstruir la historia de esos escritos y para afiadir otros detalles sobre Jas ideas, la accién y las aventuras personales de Bakunin en esa época agitada de su vida, IL El 11 de agosto de 1870, en plena guerra ya (Wisenbourg, 4 de agosto; Woerth, Forbach, 6 de agosto, batallas impor- tantes que mostraban el ascendiente de los ejércitos ale- manes), Bakunin escribe desde Locarno a su viejo amigo ruso, N. Ogaref —el amigo de Herzen—, un billetito en que dice: “... Ta no piensas durante el ruido de los aconteci- mientos més que en nuestra proyectada revista (en lengua usa; no aparecida) y en tu articulo. | Qué fil6sofo eres! Ta estas bien colocado, no eres nada mas que ruso; pero yo soy internacional, y por consiguiente los acontecimientos me causan una verdadera fiebre, En el espacio de tres dias, he escrito exactamente veintitrés grandes cartas; la pre~ sente, pequefia, es la vigésimacuarta. En mi interior, se ha formado todo un plan; Ozerof [refugiado ruso, antiguo 10 OBRAS DE. MIGUEL BAKUNIN oficial] te 1o comunicaré 0, mejor, te leer mis cartas a un francés”. - De esas veintitrés cartas, no nos queda més que una sola (inédita) y otro billete del 11 de agosto a sus viejos amigos Adolfo Reichel y su mujer,-en Berna, escrito quizés como para reposar de su gran trabajo después del billetito a Oga- ref. Se encuentra alli su primera nota sobre la guerra: IY bien, queridos hijos, tenemos Ia guerra! t¥ qué guerral 1La aparatosidad francesa, destrulda por la brutalidad ciendiica de tor prusianos!... La guerra —ese Caliban monérquico, ortedoxo-pietis- {, pomeriano-nobiliario y soldadescamente policiaco— bate él Ro- berto Macaire imperial 'y a su Bertrand toda la Francia ofic Pero Ia Francia revolucionaria se despierta. jTanto mejor! Yo de- sto a los prusianos todavia una gran victoria bajo los muros de Metz, puesto que las que obtuvieron hesta aqué no han sido sufi- cleates para hacer cxer a Napoleén y a Madame Eugenia y no abocaron més que a un ministerio Palikao! Después de 1a calda de Napoieén, desoaria todos los desastres posibles a fos héroes de Tz Pomerania, w»Pero, penséis vosotros lo gue queréis, queridos amigos, de una genera 0 de otra, Ia revolucién se hace inminente: primero, en Francia y on Italia, Iuegoy paulatinamente, por doquier. 1¥ viva la sevoluciéa! (Véase mi Biograia de Bakunin, pagi- nas 496-97.) Si estas dos cartas a viejos amigos son de un cardcter intimo, esta otra (inédita, reproducida en 1903 en el suple- mento manuscrito de mi Biograffa) nos da una ocasién Gni- ca para ver més de cerca el misterio de las veintitrés carta. scribe: “Pour Phili” (Alberto Richard, en Lyon, hasta en- tonces uno de sus camaradas més {ntimos): Este 10 de agosto de 1870, Locarno. Mi muy queride amigo: Te escribo solamente pard tener 10 ticias tuyas, porque estoy muy inguieto por tu silencio, Conocien- do el noble ardor de tus sentimientos patristicos, temo que te Teles en los voluntarios. Eso seré muy noble, sin dude, pero al mis- ‘wo tiempo muy torpe. Ta te debes a tu familia y a los intereses de tw familia [modo simulado de indicar: la eaten revoluciona- ria]. Por fo dems, he aqui una bonita ocasién para realizar ¢l asun- to que “James” [Guillaume] y “Frangois” (Gaspar Sentifion] te Iabian propuesto en Lyon, hacia fines. del a0 pasado, en mi nom- bre [4 y 8 de octubre de 1859; v. J. Guillaume, L’Internationale, T, 1905, 244.46, donde este asunto no ha sido esclarecido], ef de uy gran negocio y empresa comercial [tentativa revolaciona- ria] que abarque a Suiza, [talia y Espaiia, Amigo mio, si quieres silvernos a todos de 12 tuina [salvar el movimiento], es preciso PROLOGO u ner hoy menos a la obra. He escrito en este sentido 2 “Agus- Un" [Gaspar Blanc, de Lyon, entoaces vefuglade en Suiza] une larga carta, a “James” (Guillaime], a “Edoard” [Carlos Gambuzzi, de Napoles], y a Fringois” [G. Sentifién, de Barcelona] tam- bién, He escrito a este ultimo que comprometa a “Gerome” [An- drés Bastelica, de Marsclla, entonces refugiado en Barcelona] « volver 2 su casa, a fin de activar ese negocio, uaturalmeate, des- puds de haberse ‘convenido contigo. He escrito también a “Pran- fois” [Sentifn] que venga sin falta él mismo y lo més pronto josible. Espero igualmente a “Edoard” (Gambazzi] y a Beppe Epa bene istnente & Bod, (Gabon Bone ne en Ttalia uza gran agitacién —se divie en visperes de wna re voluciba— ol Rey [Victor Manual 1] y su Gobierno estén Wenos de buena voluntad para Francia y para el Emperador [Napo- Je6n TIT]. Pero Ia nacién entera os es hostil, Hay fiebre de agita- Ciba en todas partes. Se protests decididamente contza la guerra y Contra vuestra aflanza (italia y Francia]; sc acleman Iss victo- ras. ya indiscutibles de los prusiaaos; se ose hablar sin embozo de la caida del Emperador y se permite haceria seguir de Ia del Rey. Bl Rey vacila. £1 Partido Conservador lo impulsa a ta gue ft contra Prusia y a 1a declaracién del estado de sit’u ex toda It lis, Por lo contrario se han disparado ga los fusiles ea Mfilda, hay barricadas en todas partes yo! puchlo parece queter suble varse por doquier. gCémo acabard eso? Esperemos que del a jor modo, 1 ‘Ea la espera, no olvidemos nuestros negocios y. a pesar de las circunstancias desfavorables, desdeniemos fas mezquinas y estrechas especuleciones; saquemos pattide de todo para realizar en grande J ampliamente nuestro plan, nuestros proyectos. Sélo a este pre- tio nos salvaremos de la ruina total que acs ameneza, Ta Benoit [Baiinin} Respéndeme a la antigua direccién: Signora Teresa Pedrazsini per Antonia [la mujer de Bakunin), La siguiente carta de. Rakunin a Alberto Richard (“Pour Phili”) es también inédita: Este 16 de agosto de 1870, Locarno uerido amigo: Recibi tu carta del 13. Me he satistecko al bax cele sabet ads govas de buena salud y que enti en les mismas buenas disposiciones con relacién a nuestros negocios. Tratar con el gran “mercader de seda” (1) en este momento, me parece im- ohana lina Aarne tama © Broth Mo revee Geo teas wa RA tte ae jismnarek serfa bastante Inteligente paca comprender exo y remitil 2 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN posible, Pienso que, después de las especulaciones que realizé, se Secho intratable. Hs preciso que experimente primero alguna kr pérdida; entonces ser4 oportuno y necesario tratar con él. y yo pienso como ti que “Agustin” [G. Blanc] 9 “Edoard” [Gambuz- Zi] serdn los mds indicados pare hacetlo. Hace diez dias poco nds 0 tuonox que estoy en relacin con “Agustin” [Blanc]. Me ha tsetito primero sobre él asunto de las protestas promovidas por tine de dus especulaciones, que, lo confiese, no ha dejado de asom- brarme a miun poco también, parcciéndome mis peligrosa que dil; mas peligrose por su inflaencia moral que dil por sus efec~ tos pricticos. No soy, de ninguna manera, un purista; pero ‘gue una infraccién a las reglas ostablecidas s6lo estarta permitida inte la expectativa de un gran lucto seguro. Hs muy posible que, deste Ices, Ta naturaleca Ge ese acto me Bays pasado inndver: tide CD. Por lo demés, se trata de algo muy distinto ahore. Se trata de salvar de la ruina y de llevar a buen fin nuestros negocios, que tstin fuertemente amenazados por el estado del mercado origi hnedo en todas partes a causa de esta maldita guezra. He recibido de Napoles una carta de nuestro amigo “Beppe” [Fanelli]. Bfe scribe en su nombre y en el de “Edoard” (Gamibuzzi] que sus "capitales” [disposiciones revolucionarias] estén dispuestos; que lies 7 todos sus clientes estin undnimemente convencidos de que Jamas fueron tan prepicios el momento y las condiciones para en- tablar ef “negocio” [la revolucién italiana], y estan resualtos 2 CO: menzarlo, aunque no tuviesen 2 su disposicion més que sus dnicos capitales de Italia —y esos capitales no faltan—. Una multitud de proposiciones les Iiegan de todas partes: de Bilin, de Génove, de Turin y de Florencia también, No desconocen, por otra parte, 12 inmensa utilidad que apostaria una cooperacién general, 12 co- ‘operscién de una gran compatia internacional. Y me preguntan si Jos “capitalistas” [los revolucionaries] del mediodla de Francia, de Espaia y de cierta parte de Suiza [Jura] querréa sportar tam- biéa sus capitales a este negocio. Les he respondido inviténdoles 2 venir inmediatamente a entenderse conmigo, prometiéndoles ser- sin set exept en ety es yey i se eat thaldiaer de Gey doovis savestinte ex propa, © - wi) lenge un py fe Ry ire come titatiaieit deceiaeeitea age es is ts hatte Garaeet ais here ae a chr da eae ate ta ea Sea ee Sears soba ae sa lattds Cooke Geetha a Soidetiaaies Path teenie a epeiciaes Rae ie Masada, Se bent ete mane sobre une ‘abliee o algo. parecido. ‘Por el contrarie, Alberto Richard, Sie eels be tere tery daa soba iabenrs nie ey ech sede au concarso, que stein todavia de alpen vertadero PROLOGO as vir entonces de intermediario ante los amigos de los otros paises. Les espero ahora seguro de que vendrén (1). ‘Entonces hablaré a “Edoard” [Gambuczi] del asunto de las “se- das” (2). "En cuanto al de los “vinos”, estoy convencido de que no podrd ser tratado de una manera eficsz y amplia sino cuando la gran especulacion haya sido puesta en movimiento. Antes, no culmina- ria en nada serio y podria incluso azruinarnos: el juego no vale la Candela. Pero cuando el gran negocio haya sido puesto en marcha. serd preciso ocuparse ampliamente del comercio de los “vinos”, no siz haberlo ofganizado previamente, para que nos dé todos [os beneficios que tendremos derecho 2 esperar de él (3). Ti ves, querido amigo, que es cierto siora que los captralistas [amigos 0 revolucionarios] 20 nos faltard2; su concurso, qué digo, su accién incluso, al margen de nosotros y sin nosotros, es se- gura y préxima. Por eso, gue no faltemos nosotros, es en Io que debemos pensar. Bscribi a “Agustin” [G, Blanc} dos largas Cartas en las que le expuse desde el punto de vista general y des- de el de los detalles mi plan, mis ideas sobre la mejor manera Ge comenzat y de desarcollar nuestr2s especulaciones, a fin de Heverlas a buen fin y de establecer finalmeate nuestro comercio, nuestra fortuna sobre bases verdaderamente sélidas. Rogué a Rese eepers ike ‘itive’ revelucionaria de Fe bela, gut Senta gue hacer on Italie: condujo todos for hombres de acciém que, serufer Sa Ipflueaclt a Francia, pest Gatirse en In. queres. deoganrneciende arta Tthe Meet clementes etveiuciontvion’ Hntoncet ae deruabuson ineviabiemente Gann es @) Es ws signiica tenn, 9m Sn Senibentoner “al Sedeemente, el. hecho de Gtocelgiiento de low mepecion, hublera. podido er til bajo este aapecto, ex Hen bre pebble, pero, sega yo reo, no ce] todo SeQ0r0, vrei, Hating abe ae eneuntan acura de 2,40 agont den, de tt pre Bi Te Gehsero de 1800, Bakesin anote en la carta @ Richard reader lop rrandes medioy, 01 precise ‘ener algunos mecios, ey Ersure haller‘blen pronto. con Ue legads de mi primo" y el 7" de abel rion 7 enongs on demos aia. en Pat et jemts, por J, Gul ‘canecelacionet €e boise, par 4 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN “Agustin’’ que te haga Megar esas letras 0 bien que te dé un resu- men detallado, 2 fin de que haya inteligencia completa entre nos- otros. Esta inteligencia es mds nécesaria que nuncs. Escribo a “Ji mes” [Guillaume] para sacudisle un poco. En cuanto a “Charles [Perron y “Jout™ [Jukowski}, es preciso dejarlos en su teole- sia; los creo incurables (1). Ess posible que mis negocios me soliciten bien pronto ea Gine- bra. Pero te advertiré x tiempo. Continia, pues, dirigiéndome tus cartas aqui [a Locarno}. Tu Benoit El plan de viaje expresado en las diltimas lineas de esta carta del 16 de agosto, es expuesto més claramente en una carta del 19 de agosto, escrita a su camarada intimo, el pola- co W. Mroczkowski, entonces en Londres: “Desde hace cinco dias, no podia responderle, por estar recargado de tra- bajo sobre los acontecimientos corrientes; es muy posible y hasta probable que parta muy pronto, solo, yendo por Gine- bra, mas lejos. Quizés nos encontremos en seguida en Francia.” i “ En esa carta del 19 de agosto (cuyo texto original ruso se encuentra en Ia correspondencia publicada en 1896 por Dragomanoff), se hace alusién a sus antiguos planes para reunir fondos para la Revoluci6n, diciendo: “No renuncié de ningiin modo (a esos planes}, y lo demostraré muy pron- to en una vasta préctica. Pero el asunto ea éste: que todo eso debe ser hecho con la solidaridad més rigurosa y con el conocimiento de la localidad, de las circunstancias, de los hombres y con una inteligencia extraordinaria.” Dice tam- bién a Ogaref, en un fragmento de carta, que les ayudaria entonces y que luego, y bien pronto, en cambio, se ayudaria Ja causa revolucionaria rusa mediante un nuevo vasto fondo: “respondo con mi pasién, mi honor y mi cabeza”. Y escribe a Palix y a Blanc cuando, después del 28 de septiembre, debié ocultarse en Marsella: “En cuanto a la revolucién de venganza y de desesperacién [que diferencia de la “revo- Iucién salvadora”; ver el texto completo de a carta, pégi- nas 38-39], debe ser utilizada igualmente para Ia formacion de un gran fondo revolucionario.” [Octubre de 1870.] Las dos “largas cartas” a Gaspar Blanc estin perdidas, El més antiguo manuscrito conservado es el marcado “Con- [i Perron contiratbs manteniéndose al uargen, Jukowebi uve uae re ‘d= embuisimo entonces, y Tal igen ya Martella PROLOGO ws tinvacién, 25 de agosto por la noche, 0 mejor 26 por la mafiana que fué expedido ef 27 de agosto a Ogaref y re- mitido a Guillaume: forma el comienzo del presente vo- lumen. Una carta siguiente a A. Richard (inédita en su texto completo; Guiflaume reprodujo algunos fragmentos, L’Ta- ternationale, 11, pags. 80-81) continda la discusién: Este 23 de sgosto de 1870, Locarno. Querido amigo: Recibi tu carta del 20. Tienes razéa; no hago bien al criticarte ea una carta a tu amigo [Blanc]. No lo volveré a hacer jams, Cuando crea necesario hacerte uaa observacién, te 1a hasé ditectamente a ti mismo y aélo en casos de absoluta neces dad. Dame, pues, la mano y no bablemos més. Tenemos otros esun- tos muy diferentes que tratar. Querido amigo, estés, esthis todos gn Lyon en un ertor deplorable en relacion a los negocios del “mercader de seda” (rey de Prusie 0 Bismerck), Se os engaia de una manera indignn; los negocios de este mercader [la gusttal son més présperos que nunca ¥ son, al coutrario, los de sus com petidores los que perecen a simple vista, Por consiguiente, no nos ‘ocupemos més de ‘seda” y hablemos més bien de “vinos”. ‘Apenas tengo dnimo para hablar de nuestros asuntas.privados, mientras estoy aplastado por las desgracias publieas, Bazaine bi tido, semianiquilado y encerrado en lox muros de Metz y sin co- municacién alguna con Paris —porque un cuerpo prusiano ocupa l ferrocarril entre Metz y Thionville—, esté reducido a este posi- cién desesperada de tener que rendirse vergonzosamente 1 [os prusianos, por falta de provisiones para proveer a su cfército tan fuertemente diezmado, 0 bien emprender un movimiento desespe- zado sobre 1a retaguardia de los prusienos, rodeado como esté por furzas. infinitamente supériores. Y durante este tiempo, el ejér- cito del Principe heredero, engrosado por nuevas tropas que Je atluyen cada dia por los ferrocarriles alemanes y franceses, ‘avanza hacia Chalons, que, a fo sumo, no podrd oponerle més que tun ejército de 100.000 @ 120.000 hombres todavia mal organizade. Este ejército hard sin duda esfuerzos hetoicos, pero acabard por ser derrotado, aplastado por fa superioridad incuestionable def ni mero. Los prusianes marcharén sobre Paris y, “si ef pueblo fran. eds entero mo se subleva, tomardn a Paris". Tél es la verdad verdadera, querido amigo; te lo juro en nom. bre de Io que tengo de més sagrade, por mi honor; te, lo d'go ‘con el corazén presa de la mds profunda desesperacion, avergon- zado, enfurecido, pero es la pura y entera verdad, y si se o¥ dice lo contrario, si se trata solamente de consolaros, si se 08 pro- mete que con las medidas que se hen tomado nuevamente en Pa- tie se salvarén Paris y Francis, se os miente, se os engena del modo més indigno. Paris y Francia no pueden ser selvados més que por luna inmense sublevacién populec. Es preciso en todas parter que 16 OBRAS DE MIGUEL, BAKUNIN ‘el pueblo tome Jas armas y sé organice por si mismo, para comes- 2ar contra Ios invasores alemanes una guerra de destrucciée, una fuera 2 cuchillo. No es preciso que se deje imponer jefes; es pre- Giso que los escoja por si. Vosotros estdis rodeados de traldores. Prusia esta en ef Gobierno y on 1g Administracién; estdis vendidos ‘en todos los puntos. Recordaos de las palabras de Danton en uns Gpoca y en medio de un peligro que seguramente 20 eran més terri- bles aise Ia época y el peligro actuales: “Antes de marchar contra el enemigo, es necestrto anonadarlo, patalizarlo tras si". Es pre- iso abatir los prusianos del interior, pera poder marchar luego ton coatianza y scgurided contra los prusianos del exterior. El movimiento patriético de 1798, n0 es nada en comparacién del que debéis realizar ahora, si queréis salvar a Francia de une esclavitud die cincuenta afos, de la miseria, de la ruina, de Ia invasion y del ‘aniquilamiento. Por tanto, levantaos, amigos, al canto de "La Mar- Sellesa”, que es hoy otra vez el canto legitimo de Francia, palpitan- te de actualidad, el canto de Ja libertad, el canto del pueblo, el can- to de le humanidad, porque Ja causa de Francia se ha convertido, fea fin, en la de 1a Bumanidad. Siendo patriotas, salvaremos Ia libet- tad universal, dado que Ia sublevacion sea universal y sincera y ‘que sea conducida, no por vendides o que quieren venderse sez 3 Ips prusianos, sea 10s Orleans gue vienen con ellos, sino por je- fes_ populares. Con esta condicién tinica, seré salvada Francia, No perdiis, pues, tun minuto, no esperéis mds 1a sedal de Paris —Paris esté. enga- fiado, patalizado por ol peligro que le amenaza y sobre todo mal dirigido—; sublevaos por vuestro propio impulso, tomad las ar- ‘mas, formacs, organizzos, aniquilad a los prusianos del interior, para que no quede uno solo tras de vosotros, y cored 2 la libera- cién de Paris. Si en ef plazo de dicz dias no hay en Francis sublevaciéa po- pular, Francia estaré perdida, ;Ah! si yo fuese mis joven, no escri- bicia eartas, estaria con Yosotros. ¥ ahora hablemos de nuestro “vino”. Querido amigo. a peser del desastre:publico, pienso que podremos llevar este negocio « buen fin; es preciso organizarlo todo © inmediatamente. El s6lo puede saivarnos de la ruina. ¥ creo que las circunstancias tan en- fadosas para nuestra patria nos son excesivamente favorables, dado que los hombees 2 quienes confiaréis este négocio sean hombres Inteligentes y seguros. Realizaremos perfectamente un poco de di nero con ayuda de auestros turcos (1); pero seré poco. Por tanto, escribo a “Bernard” [zes probablemente Ozerof, de Ginebra?] 7 2 "Agustin" [Blanc] que te envien lo més pronto posible una pe- (quefia suma. Pero eso es tan mezquino que casi ao vale la pena hablar de ello; todss nuestras esperanzas, tanto como las expe- Tanzas de nuestros amigos italianos (para el comienzo) reposan PROLOGO w ‘ahora en Jas primeras sumas considerables que debiis realicat ac- fualmente gracias a 10s “vinos”, a pesar y con Ja ayuda misma de Ia agitacién general de! pais (1). ‘Beppe” [Fanelli] estd en este momento en mi casa; parte ma- gana (24), Te abraza faternalmente y te dice que cuentes con él. Se perderé por un instante, trabzjard noche y dia y con buena ¢s- peranza, siempre que padames prestarle ef dinero necesario para Br comienzo, dinero que nos devolverd con buenos intereses tan pronto como haya podido entablar ef negocio. ‘Partiré probablemente om soguida para ir a reuniime con “Agus tiv” [Blane] y con “Bernard” (Ozerof, por consiguiente, en di- FecciOn a Ginebra]. Pero al recibo de est2 carta escribeme inme~ Giatamente y dirige ta carta aqui. Continua dirigiendo las cartas Saguf hasta que te hays escrito lo conteario. ‘Espero tu respuesta, Tuyo, Benoit. Bakunin continéia su discusién extremadamente detalla- da de la situacidn en Francia y de lo que era necesario hacer segiin su opinién en interés de ese pais y de la revo- lucién social, wediante el envio sucesivo de paginas manus- critas 2 Ginebra, donde Ozerof y Gaspar Blanc debian ocuparse de un modo que sabemos por la nota del 31 de agosto al viejo Ogaref, donde se dice: “Esta carta (la con- tinuaci6n de mi inmensa carta a mis amigos feanceses) debe ser inmediatamente copiada en varios ejemplares y envia~ da a diferentes lugares. Esta carta demuestra que si la re~ volucién social en Francia no sale directamente de la gue- tra actual, el socialismo estaré perdido por largo tiempo en toda Europa”, Si Ozerof hubiera estado ausente, era nece- sario dirigir el manuscrito a Guillaume, Neuchitel. No co- nocemos los arreglos convenidos con Ozerof y Blanc, pero es facil presumir que esas copias eran destinadas a inter- nacionalistas franceses, quizés también a G. Sentifion, de Barcelona. En ese momento, los internacionelistas france- s, a consecuencia de las persecuciones y del gran proceso incoado contra la Internacional, estaban en prisién, en el destierro, 0 se ocultaban; por tanto, no puede uno formarse una idea exacta de a quién pudieron ser dirigidas esas co- pias. El manuscrito era Iuego enviado a Neuchatel (envios del 27 y del 31 de agosto) y la continuacién fué dirigida di- meso metre) mrs de Ig vis ee Ste sees: poral lade. de las operaciones’ de bles, del conteatando o de medion Diteciage para ‘ellzar pronto fondon. 18 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN rectamente el 1, 3, 4 y 8 de septiembre; el resto Io evs Bakunin mismo el 11 de septiembre, Por las dimensiones enormes y la marcha répida de los acontecimientos, 12 decadencia del Imperio y la Repiblica del 4 de septiembre, se hizo impracticable la publicaci6n del texto completo, que nadie hubiera tenido el tiempo de leer ni los medios para imprimirlo y hacerlo circular. Entonces era Jaime Guillaume el tinico que podia salvar la situacién; trabajaba y redactaba habilmente, conocia a fondo las ideas y el estilo de Bakunin por su correspondencia incesante y, gracias a la supresién de Solidarité, a causa del mani. fiesto del 5 de seotiembre, su trabajo y el de su imprenta estuvieron disponibles inmediatamente. Bakunin, cl 11-12 de septiembre, de paso para Ginebra, le dié carta blanca para ordenar su manuscrito y Guillaume hizo eso con una inde- pendencia absoluta que no dej6 casi nada en pie; pero si embargo supo hacer un folleto movido y facilmente com- prensible que presentaba, resumfa, popularizaba lo que Ba. kunin querfa decir. Este constituye las Cartas a un ftai cés sobre Ia crisis actual. Septiembre 1870 (43 paginas, sin nombre de autor ni de imprenta) ; la confecci6n y la impre- sién fueron acabadas hacia el 20 de septiembre y el todo fué enviado a Ginebra donde se ocuparon tan poco de ellos, que aun el 25 de septiembre Bakunin escribié de Lyon a Oraref que, si los folletos habjan llegado, Ozerof debia transportarlos inmediatamente a Lyon, a casa de Palix (el meior de los camaradas lyoneses). “El folleto es indispen- sable, lo esperamos todos”. Ozerof habia estado ya en Lyon, y_la noche del 25 de septiembre informé sobre sus impre- siones en la seccién de la Alianza de Ginebra. Por tanto, pudo llevar el folleto el 27, porque estuvo de nuevo en Lyon el 28, el dia del gran movimiento local. Se puede con- cluir de es0 que el folleto no pudo ser distribufdo sino apresuradamente, en el tltimo momento —si se distribuy6 en realidad— y que no tuvo ocasién de ejercer una ver- dadera influencia sobre un circulo més amplio. En el me- dio mas avanzado de Lyon, la presencia de Bakunin, des- de mediados de septiembre, habla reemplazado el tardfo folleto. Este se ha hecho muy raro, aunque no tanto como otras publicaciones de Bakunin; esté reimpreso en la edicién francesa, Oeuvres, tomo II (Paris, 1907). PROLOGO 2 nr Después de haber recibido las noticias de Sedan (2 de septiembre), pero sin conocer adn Ia caida del Imperio en Paris (4 de septiembre), Bakunin escribié el mismo dia desde Locarno la siguitnte carta a A. Richard ("Pour Phil’): , mn despacho toy esombrade de yusstro optimicmo. He aqul un desp feat e Berlin: "Roy de Braves ala Reina, Sedan, 2 de 076 7 b Saipan el geneal Wingience ha erplrate af ariel ac. on, rravemente hero, eel comando del ejécito; firms a Ennion cue nes ented Sedan constr to ol shtcto Ponera te paetta, EI Rmperador, que no ejercte ya niagin mam Gor ne'ba rendido a tal ritsmo, despuce de haber absodonedo el €0° Bee eflde cts Bate Yovachert welded eo pet to, después de raber sablado con él. }Oué acootecimientos com stain de Dios! Guillermo. “ fe aaui otro despacho oficial de Belin: tana dren *Suintar, 1 de septiembre Desde ayer por Ia maliara, dura. te tato al ia'y code la poche, Bacaine. on todo su ferit nos te ado bat te sido reckacod aga prdies eormes to 2. ea partes. Los franceses se ban atico con una bra Geran: pero, por fin, debieron eeder 7 fos hemos rechazad hacia tere! : iguiente, Ia parcide regular, ofcis, acebé. No, tenemos af ehieto a emperador” at porta’ popula comensars, 0 Ben Fratela,doscendendo a To jeraraia de frcera potencia chord se ited gage de fos prastanon Me hay que hacerse ya thuiontssobce Farts, Bein sil fos Pallae, Chevzena, Piet te perate yb jrecha; estén, on segunde linen os. orleanistas Thiers 7° Pro. Giusy on teers ines los sepsblieencs sadiuales, Gambit, ei Tepublicano “pradente, racional y positivista’, con los Julio Fa- viey Jato Sion. Gezatry, Feri Pelotan 7 muchos ‘tees se. idle ita EGY setts Fa Sear te medde de Br ueligente de su faces o enon tential an perio "almcnte un mes det cual cada dig ere precioso para lq suble- tesiin poplar y af armament de france, BI miedo al Soi Timo, of Borror’s ine verdaderas sublevacones populares, fos he bccko impotent e imbtoles, Por otra para, Pate, sbecrbido por fos culdadon ge ou propia defense, no poded organizar i detensa tacional de Prapeta BI pucble francts no debe eontar com ninga Goplerm, ni exietonte, pi revalutonaroy st ene cerebro craton Ytentloalon, se contard may que conige mtn, ba miguce gu hernamenta, of Estado, estd Toto, Francia no nuede ser calvada ds que por une sablevacién inmediate, eneral, anérguica, de toda 20 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN 44 poblaciéa de tas ciudades y de Jos campos; anérquica en el sentido que debe hacerse y organizarse al margen de toda tatela. v direccién oficial y gubernamental, de abajo arriba, de- clerando en todas partes atrevidamente Ja decadencia del Esta. 0 con todas sus instituciones y 1a abolicién de todas las Ieyos existentes 7 no dejando en pie mis que una sola ley, Ia de Ia sal- vaciéa de Francia contra los prusianos del exterior 7 contre [os traidores del interior. Liamamiento a todas las comunas: que se organicen y que se samen, arrancande les armas a os que lax poseen y Tor oculten ahore. Que eavien sus delegados a un lugar cualquiera, fuera de Pa is, para formar el Gobierno provisional, el Gobierno de hecho dé 4 ‘salvacién de Francia, Es preciso que una gran ciudad provincial, Lyon o Marsella, tome esta iniciativa. Es preciso que los obreros de esas ciudades tengan el valor de tomar esa resolacién, sin resistencia, sin vacile- cién 7 sin demora, No tienen ya que reflexionar, fa situscién es Dastante clara, todo esté desierto a sa alrededor. La burguesia radical no tiene cerebro ni testiculos. La Admi- nistraciin es honapartists. Todo of talento de Francia estd. pues. fisicamente ea fos obreros, en ese pueblo de las eiudades, que debe saber arrastrar consigo a Iz poblacién de los campos. Queds por saber si los obroros tienen eesticulos. ¢Son socialtstas revolucio~ nuzios 0 solamente socjalistas doctrinarios? ¢Son hombres vivos 0 petrimetres como los burgueses? Que se atrevan, pues, en nombre Ge la humanided y de Francia, Su responsabilidad es inraensa, por- que Ios destinos de Francia y del socielismo europeo pesan sobre fllos. La situacién es clara, io repito. Si los obseros de Lyon a de Marselie no se levantan inmediatamente, Francia y el socialismo europeo estén perdidas, La vacilacion seria, pues, unccrimen. Lstoy a vuestra disposicién 7 espero Vuestra respuesta inimediate, Benoit. Esta carta parece demostrar que Bakunin, aun siendo un observador muy sobrio de Ia situacién, no tenia en cuen- ta varios factores que actuaban en Parfs, donde la noticia de Sedan Ievé como autométicamente la decadencia del Im- perio, El fracaso terrible del hombre del golpe de Estado de diciembre de 1851 eché a todo el mundo a Ja calle, bur- gueses y obreros, y la “servidumbre voluntaria” —que es el mis firme soporte de todos los regimenes, por abominables que sean— terminé por algunas horas: se estuvo repentina- mente unénime en que se tenfa bastante, en que no se que- ria més el Imperio. El sentimiento y el grito “|decadencia!” fueron generales. Los politicos republicanos en la Camara fueron los que vacilaron més tiempo en asumir una res- PROLOGO a ponsabilidad, Una snuititud en cuyas primeras filas iban los socialistas revolucionarios, los hombres de 1848 y los pros- criptos de 1851 invadié la Camara y fué, por decirlo ast, el temor a que constituyeran una repiblica roja lo que decidi6 a los politicos republicans a proclamar ellos también, por fin, la decadencia y erigirse inmediatamente en nuevo Go- bierno, el famoso Gobierno provisional del 4 de septiembre. Asi fué burlado el pueblo, porque la burguesia y la Admi- nistracién se asociaron en torno a ese Gobierno del orden que impidié desde la primera hora toda accién verdadera~ mente revolucionaria, Naturalmente, se expulsé a los fun- cionarios mds odiosos del régimen bonapartista, lo que sir- vié. igualmente para colocar, para dar puestos a un gran niimero de republicanos que, de este modo, de descontentos, de conspiradores, de rebeldes de la vispera, se hicieron re- pentinamente hombres de gobierno. El descontento de los as y republicanos avanzados originé gran nimero de motines, de jornadas de insurreccién, hasta los aconteci+ micntos grandiosos del 18 de marzo de 1871, la €poca de la Comuna de Paris y su muerte en la sangre del pueblo pari~ sign, a fines de marzo. A estos acontecimientos de Paris, que marcan una represin creciente y siempre més cruel de ja causa popular por el nuevo Gobierno, republicano de nombre y archiburgués ante todo, corresponden un nimero de esfuerzos paralelos, pero a menudo independientes y lados, en algunas ciudades del mediodia de Francia, re- gién que més escapaba entonces a la centralizacién pari- sign; y lo que sucedié en Lyon en septiembre y culmi- né en la jornada del 28 de ese mes, es uno de esos aconte- cimientos, que no fueron muy numerosos, y que ante todo adolecian de debilidad, de falta de preparacién y de medios de aislamiento, pero que tampoco fueron demasiado raros aunque si muy diferenciados, segtin las circunstancias lo- cales y el valor y la energia de sus principales actores, ‘Antes que estas colisiones entre la burguesia que al de- cirse republicana en lugar de imperialista (bonapartista) no cambiaba mas que de etiqueta— y los hombres del pueblo, sicmpre engafiados y burlados, tomasen un cardcter violen- to y mortifero, hubo una corta luna de miel en las tirante- ces e intrigas agridulces. Para Lyon, por ejemplo, la elec- cién de un Consejo municipal que no tenfa, se convirtié de a ‘OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN inmediato en la primera cuesti6n, y n& se quiso el nuevo prefecto, Challemel-Lacour, impuesto por la sola voluntad Ge los hombres llegados al Poder en Paris. Se constituys Primeramente un Comité de salvacién piblica donde (segdn ‘A. Richard) habia sesenta radicales y cinco internaciona- iistas, V. Jaclard, un blanquista independiente Megado de ‘Ginebra, propuso el envio de una delegacién al Gobierno de Paris para hacer valer los derechos y las reclamaciones de Lyon. Su composicién fué notable: Andrieux, Jaclard y Alberto Richard. Andrieux, un burgués rematado, arri- vista, el futuro prefecto de policia de Paris diez afios des- ante todo se ocupé de sus propios negocios, y Albert Richard hizo lo mismo, aunque con éxito menor. Jaclard fué nombrado subalcalde de Paris, Gustavo Lefrangais, miembro de la Comuna, en sus Souvenirs d'un Communard (Le Cri du Peuple, Paris, 22 de abril de 1877; edicign en bro, Bruselas, 1902, pags. 397-98) hace decir a Jaclard en una conversacién intima con él —1Ah! Es que tomaras, por casualidad, esas gentes en serio? ‘a 62,» c3 Andrieux. Paes biea, ha visto a Cremicux [el abo- gado republican ministro de Justicia] a escondidas de su compa- Gero (Richard] quien, por su parte, fué a ver simuladamente a Gambetta. Andrieux tiene en su bolsillo sa comisién de procura- dor de los Tribunales de Lyon. [Esto cra bien exacto, y algunas temanas después organizé el procedimiento contra Bakunin y sus ‘amaradas.] Ti el. otro, Alberto Richard? TAI He aqui. Este vuelve derrotado, No se le ofteci6 més que ina subprefectura. No juzg6 Ia oferta al nivel de sus mézitos. Ya a contintar haciendo ruide alla; pero, sin embargo, yo lo creo colado, Su colega no se incomodara part descubriclo.. Bakunin debi de ser Iamado a Lyon inmediatamente después de la llegada de su carta del 4 de septiembre, re- producida més arriba, o bien independientemente de esa carta, desde que fué proclamada la Reptblica y su viaje podia hacerse sin dificultades en adelante. Escribié desde Locarno, el 6 de septiembre, a su viejo amigo de juventud, ‘el profesor Adolfo Vogt, de Berna: 1M querido amigo! Mis amigos los socialistas revolucs de Lyon me Warman a Lyon. Estoy resuelto a Hlevar alli mis vie~ jos buesos y a jugar probablemente mi dltima partida. Pero, como PROLOGO 2 de ordinerio, no tengo un céntimo, ¢Pucdes ti, no digo prestar- me, sino darme 500, 6 400, 6 300, 6 200 6 aun 100 francus, para mi ylaje? Si puedes, me los davis; si to puedes, naturalmente, uo me ‘Me dijiste en nuestra iiltima entrevista que, al pasar por Berna, podria detenerme en tu casa, No quedaré en Berna mds que un dig, Liegaré el 10 por Ia noche ¥ pavtiré al dia siguiente chitel. ¢Puedo detenerme en ta casa? Como patto de aqui el 9, ef viernes’ por 1a noche, y como recibiris esta carts el 8, tendrés tiem po de avisarme por telegrama a la siguiente direccin: Locar- tno, Sigaora Teresa Pedrazzini, per la signora Antonia. Si 0 no. Si 0, dia Reichel que me detendré en su casa. Adiés y hasta la vista. Tuyo, AM. Bakunin, Se encuentran también en el manuserito reproducide en este volumen notas al margen: “Viernes, 9 de septiembre, salgo” y: “El fin lo Ievaré yo mismo. Salgo mafiana, 9; pa- sado mafiana por la noche, en Berna (10); LI por la noche 0 12 por la mafiana, en su casa (en Neuchitel, el 11); tele- grafiaré desde Berna”, Y Guillaume relata su legada a Neu- chitel el 11, donde hablaron mucho durante 1a noche del i1 al 12; el 12, legé a Ginebra. Hseribié su testamento en ruso y en francés, fechado en Berna, el 11 de septiembre; fué firmado por A. Vogt y A. Reichel; también (en Ginebra) por N. Ogaref y Sibiria- kof. Recibié dinero en Berna; su bolsa le fué robada el 28 de septiembre en Lyon, cuando contenia atin 165 fran- cos (carta a Palix, pags. 33-35). Hubo de tomar dinero pres- tado para el viaje desde Locarnc a Emilio Bellerio (Locar- no), al cual escribié: Este 14 de septiembre, Ginebra, 1870. Mi querido amigo: Dentro de una semana justa, recibird de aqui 50 francos. Ei resto x0 lo enviord desde Lyon algunos dias més tarde. Hoy Ie hago enviar Ia maquinita y ef papel de cigarrillos. Esta noche salgo para Lyon. Diga 2 Antonia que le deje leer Ja copia de una carta que recibi de Lyon. Addio, Mi direceién: Lyon, Monsieur Palix, 41 Cours Vitton —sobre la cubierta int rior— “Pour Madame Antonie”, Liegé, pues, a Lyon, en Ja noche del 14 al 15 6 en la ma- fiana del 15 de septiembre de 1870. 4 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN Iv sta introduccién adquiriria dimensiones desmesuradas si quisiese presentar un cuadro de Jas personalidades y fuer- zas politicas entonces en boga en Lyon, las numerosas co- rrientes y maquinaciones. He recorrido bastantes publica- ciones especiales hechas sobre este asunto, pero todos son escritos partidistas con exageraciones y reticencias y sobre todo inexactitudes, si no deformaciones voluntarias de la verdad. Todos los que quedan en la politica pasan de buena gana en silencio tales periodos de conmocién general, donde tal vez sc han arriesgado un poco mas hacia adelante de lo que la prudencia les aconseja més tarde admitir. Los mejo- res son perseguidos, forzados a desterrarse y se callan muy a menudo lienos de disgusto. El medio en que Bakunin ejer- cfa una actividad directa fué particularmente probado y dicemado: el mejor de sus camaradas, el sastre Palix, mu- rié en seguida; un hombre muy valiente a quien supo apre- ciar pronto. E, B, Signes, es el tinico con el que mante~ nfa correspondencia todavia cuando Saignes habitaba como refugiado en Ginebra. A. Richard y G. Blanc fueron pronto eliminados de su ambiente como renegados y ninguno de sus amigos eslavos, Ozerof y Lankiewicz (muerto como combatiente de la Comuna de Paris) han dejado un testi- monio intimo, No creo que el testimonio de Saignes haya sido jamis recogido; yo tuve, en febrero de 1910, varias conversaciones con Ozerof y Adrian Perrare, en Niza, que me informaron de muchas cosas, pero relativamente poco sobre los asuntos de Lyon. . Perrare pensaba entonces que Bakunin ejercia una cier~ ta influencia por sus conversaciones fntimas sobre un né- mero de personas que tenian un influjo local y que obra~ ‘ban entonces a menudo en el sentido de sus inspiraciones. Sin él, se hubiera hecho menos o no se hubiera obrado tan pronto. Las masas no lo conocfan y se le miraba frecuente- mente de través, como un extranjero y un enemigo de la propiedad. Ozcrof, muy enfermo y muy desilusionado en 1910, pensaba que Bakunin habria podido hacer mucho en Lyon y ocupar un puesto revolucionario decisivo si no hu- PROLOGO 2s biese insistido demasiado sobre la abolic sobre sus ideas sociales particulares. Alberto Richard, que sin embargo no es un testimonio por completo imparcial, aunque veinticinco o treinta afios, més tarde traté de ser justo con Bakunin, ha publicado sus recuerdos en la Revue de Paris del 1 de septiembre de 1896. Cuenta que Bakunin se hizo ilusiones sobre la men- talidad revolucionaria, 1as pasiones revolucionarias adorme- cidas de los obreros y los campesinos franceses y que em- pujaba siempre hacia adelante, pidiendo que se obrase ré damente, y se dejese libre vuelo a las pasiones, apetitos y c6leras del pueblo desencadenado y sin trabas. Palix, ese hombre tan abnegado, que murié el 8 de marzo de 1871, se opuso a lo que se lama el desencadenamiento de las malas pasiones. Balunin insiste en que es preciso tener confianza en el pucblo, que sus errores y excesos son una fatalidad por la que es necesario pasar, que no se tiene Ia posibilidad de la eleccién de los medios. Palix mantiene su punto de vista. Ozerof y Lankiewicz (polacos) se asombran de la moderacién de los franceses. Por lo dems, Richard reconoce que, después de haber sondeado un poco el ambiente, Bakunin no lamentaba el ponerse de acucrdo con grupos de viejos republicanos radi- cales de ciertas simpatias sociales. Sabfa desenmascarar @ Jos falsos hermanos, a los acrivistas, a los obreros-burgue- ses. El descubrié al famoso Andrieux, el arrivista nato, po- icfa que queria conocer a Bakunin. “Se hablaron una no- che en la Rotonde (donde tenian lugar las reuniones pa- blicas), y fué un espectéculo muy singular ver la mAscara fina y frfamente cortés, 1a mirada lena de reservas y el aspecto correcto del abogado lyonés, frente al eslavo, de fisonomfa abierta, de mirada ardiente, desdefiosa de las ele- gancias y de las malicias. Estaban tan embarazados uno como el otro de su encuentro y comprendieron inmediata- mente que habian nacido enemigos. Andrieux se fué y no Jo volvimos a ver.” Richard anota atin: “En cuanto al patriotismo... no sélo 4 [Bakunin] lo rospeté escrupulosamente, sino que lo hizo el motor principal del movimiento que quiso fomentar, ¥ esto no era diplomacia por su parte. Este ruso... conocia mucho la historia de Francia, la historia del espiritu fran- ion del Estado y 36 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN cés, del genio de la Revoluciéi francesa. Amaba a Fran- cia.” Impulsaba adelante y como en el fondo se Ie daba —ob- serva él mismo— poco més o-menos la raz6n, supo arras- trar a su gente; la fiebre revolucionaria seducia.a todos mas y més, Fué infatigable, y desperté y reuni6 todos estos ar- dores. Se hicieron reuniones sobre reuniones, ptiblicas y privadas, y se fund6 el Comité de Saivacién de Francia que debia cstablecer subcomités en todas partes (esta fun- daci6n tuvo lugar a consecuencia de una reuni6n en la Ro- tonde, ¢] 17 de septiembre), Se crearon algunas relaciones en el Consejo municipal elegido el 15 de septiembre, que tena una mayoria burguesa; en el Comisariado central de policia (se sabe que después de toda revolucién victoriosa en Francia, muchos revolucionarios autoritarios ocupan puestos en Ja policia para dirigirla en su sentido) y en uno de los fuertes, y se propuso comenzar el movimiento del 28 por una manifestacién de los obreros sin trabajo con- tra el Consejo municipal. Salvo ese comité elegido el 18, en que figuran entre otros G. Blanc, Palix, A. Richard, F. Parraton, no habia organi- zacién. Andrés Bastelica, de Marsclla, llegé también, asi como delegados de Saint-Etienne. Los militantes lyone: como dice Richard, retrocedian siempre ante la iniciativa de un conflicto sangriento; pero Bakunin redoblé su acti vidad ¢ impulsé a lanzarse a cuerpo perdido en la lucha, sin conservar puertas de retirada: insistfa mucho sobre esto filtimo, Oigamos las impresiones de Bakunin, quien, el 19 de septiembre, escribié a su viejo amigo Ogeref, de Ginebra: Mi viejo amigo: Acabo de recibir tu carts. Te pido perdéa por haberte dejado sin noticias de mi durante cinco dias. La cabeza me da vaeltas, tanto es of trabajo quo bay quo hacer. No hay to- davia verdadera zevolucién agui, pero vendré, pues se prepera y ‘50 hace todo fo posible para llegar @ und verdadera revolucion, Se trata para mi de video muerte. Espero ver el triunfo préximo. Escribveme: France. Madame Paliz, Cours Vitton, 41, Lyon; ea ¢l interior: “Pour Madame Antonie”... Abraza 2 musstro amigo, el atrevido capitén de caballeria (Ozerot) y dale esta carta cerreda adjunte, en respuesta a la suya. Ya el 24 de septiembre, una gran reunién popular pre- sidida por E, B, Saignes, obrero yesero-pintor, el jefe prin- PROLOGO ar cipal de aquellos de los radicales que se asociaron a la Internacional, vot resoluciones de un carécter bastante pronunciado, El 25 (domingo) fué redactado (por Baku- nin) e impreso el gran cartel en papel rojo. Ese dia, 25, Bakunin escribié a Ogaref “Mi viejo amigo, te enviaré inmediatamente nuestra pro- clama que apela al pueblo para derribar todos los poderes existentee y que constituyen obstéculos. Esta noche tendre mos a todos los amigos principales, mafiana (26) habré la iltima lucha y, esperémoslo, la victoria.” Reclama por la misma nota el transporte de las Lettres & un Frangais a Lyon por Ozerof. Los planes debieron de ser modificados, porque aquella noche no pasé nada y la tarde del 26 fué leido ci “cartel rojo”, aplaudido y aclama- do en una reunién ptiblica en la Rotonde, presidida de nue- vo por Saignes, que se expuso al peligro. Se decidié pegar en Jos muros de la ciudad el cartel, cuyo texto era el si- guiente: REPUBLICA FRANCESA Federaciéa revolucionaria de las comunss La situaci6n desastrosa en que se encuentra el pais; 1a impo- tencia de los paderes oficiales y Ta indiferencia de las clases pri- vilegiadas, han puesto a la nacién francesa al borde del abismo. ‘Si el pueblo organizado revolucionsriamente no se apresura a obrar, su porvenir esta perdido, la sevolaciéa esté perdida, todo esti perdido, Inspiréndose en Ia inmensidad del peligro, y consi- derando que la accion desesperada del pueblo no podria ser re- tardada un solo instante, los delegedos de los comités federados je 1a selvacion de Francia, reunidos en Comité central, proponen sdoptar inmedistamente las siguicates resoluciones: ARTICULO PRIMERO—Le maquina administrativa y guberna- ‘mental del Estado, ya impotente, es abolida, El pueblo de Francia entra en posesién de sf mismo. ; ART. 2—Todos los tribunales criminales y civiles, son suspendi- dos y reemplazados por la justicia del pueblo. ART. 3—EI pago del impuesto y de las hipotecas, es suspendido. BI impuesto es recviplasado por Tas contsibuciones de tas com munas federadas, deducidas sobre Tas clases ricas, proporcional- mente a las necesidades de Ia salvacién de Francia, ART. 4—E1 Estado, habiendo caido, no podré intervenir ya en el ‘pago de las deudas privadss, ART. 5 —Todes las ofganizaciones municipales existentes son ex. pulsadas y reemplazadas en todas las comunas federadas por Toi Comités de Salvacién de Francia, que ejerceréa todos 10s pode es bajo el control inmediato del pueblo. 28 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN ART, 6—Cada Comité cabeza de departamento enviars dos dele- formar Ia Convencién Revolucionaria de 1a Salvaci6n ‘nicipalided de Lyon, como la segunda ciudad de Francia y Ia més capar de proveer enérgicamente a Ia defensa del pais. pEsiz Convenciéa, apoyada por ef pueblo entero, salvark a UIA Tas armastt! E. B. Saignes, Riviére, Deville, Rajon (de Tarare), Francois Favre, Louis Palix, B.' Placet, Blanc (G.), Ch, Beauvois, “Albert Richard, F, Bischoff, Doublé, H, Bourron, M, Bakunin, Parraton, ‘A. Guillermet, Coig- net (hermano mayor), P. J. Pulliat, Latour, Guillo, Sa- vigny, J. Germain, F, Clarvet, A, Bastelica (de Marsella), Dupin (de Saint-Etienne), Nareise Baret (1). La noche del 27, hubo una reunién de los obreros, sin tra- bajo en la Rotonde, y fueron convocados para el 28 a me- diodia, en la plaza de los Torreaux. Esa misma noche, muy tarde, el Comité se reunié y algunos miembros, entre ellos Bakunin, propusieron una manifestacién armada; pero la mayorfa aprobé una manifestacién sin armas que fué anun- ciada por el cartel siguiente, impreso la misma noche: REPUBLICA FRANCESA El pueblo tyonés, vista ta inmensidad det peligro y Ia leatitud de Ia autoridad para i organizacién de 12 defensa nacional, es con vocado, por ésgano de sus Comités populares reunidos, 2 una ma- nifestacion popular para hoy, 28 de septiembre, a mediodta, en la plaza de los Torreauz, con él fin de obligar a la autoridad a tom ‘mar inmediatamente las medidas mas enSrgicas y més eficaces para Ta defensa naci Por Ie delegacién de los Comités reunidos, LA COMISION EJECUTIVA: ©. Tassel, F. Bischoff, Bruyat, A. Schettel, A. Bastelica, Parraton, G Blanc, G. Torin. £1 28 de septiembre, por fin, el gran cartel rojo fué dado a conocer y el movimiento convenido comenz6 por una ma- nifestacién de millares de obreros sin armas, conducida por Saignes, y que se reunié en la plaza de los Torreaux. (4) Lyon, Amoclaton Tipowsiphlgue Regerd, rue de ta Barre, 12, PROLOGO 2 v Por detallado que fuese un relato de los acontecimientos del 28 de septiembre, ante y en la Municipalidad de Lyon, donde el Comité de Salvacién de Francia se establecié al- gin tiempo como Poder revolucionario, no explicaria las diferentes causas que producian los acontecimientos y de- terminaron el fracaso de esa jornada, Fué un movimiento en el que los diferentes actores participaban en un grado muy diverso de intensidad y de sinceridad; unos con todo st corazén, otros muellemente y vacilando y reservandose una retirada, Hasta los adversarios, que hicieron lo que pudieron para produeir el fracaso, no se atrevieron a arro- jar completamente la mascara y volver a la violencia mas brutal: trataban de engafiar y fingir ser los engafiados. De exte modo, varios factores adversos, los representantes del Gobierno de Paris, la Municipalidad de Lyon, el general Cluseret, cooperaron pata ptoducir el fracaso por diversos medios y con fines distintos, sin simpatias entre ellos mis- mos, Prevalecié 1a tendencia de poner fin absolute a esa tentativa audaz, pero no hubo valor para una represién ge- neral, para luchas y matanzas: Jos obreros eran demasiado poderosos para eso, y sus movimientos contiauaron produ- ciéndose hasta la primavera inmediata, los meses de la Co- rouna de Paris, en que fueron definitivamente abatidos. Esta vez, los partidos burgueses y gubernamentales se contenta- ron, por buenas o por malas, con perseguir ante todo a Ba- Kunin y a sus camaradas mas activos; los demas no fueron ‘molestados o se libraron mediante declaraciones ambiguas en las cuales las responsabilidades eran barajadas en una direccién o en otra. Es evidentemente imposible poner en claro por completo un embrollo de este género, ‘A esto se afiade el hecho de que, segtin mi impresién al menos, las masas del pueblo no fueron, o fueron muy poco iniciadas en el verdadero fin del movimiento; una parte de Jos militantes lo estaba, pero eso no bast6. No habfa tenido lugar una vasta propaganda franca; el tiempo apremiaba enormemente y ademds no se quiso descubrir los planes, quemar los barcos, demasiado pronto; se contaba triunfar por sorpresa, por iniciativa atrevida, y las masas no com- 30 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN prendicron. Existe, es cierto, el cartel rojo, con su programa bien pronunciado; pero si advirti6 a los enemigos del mo- vimiento para prepararle una derrota, no fué conocido por el pueblo sino en la maXiana del 28, y debié de ser in- comprendido o no fué lefdo de ningiin modo por la ma- yor parte del piblico, pues es preciso tener en cuenta el hecho de que durante las cemanss posteriores al 4 de sep- tiembre, con su vuelta a le libertad de expresién de opinio- nes y de lenguaje libre, como en 1848, se habfan cubierto Jos muros de todas las ciudades no afectadas por la guerra de una cantidad enorme de carteles en Ios que se proponian programas, declaraciones, proyectos en masa, en los térmi- nos més exaltados.—matiz patriStico que el cartel rojo no desdefié tampoco—, cubriéndolo todo absolutamente. En es- tas circunstaneias, uni programa més 0 menos, un nuevo co- mité entre tantos otros, decia bastante poco a los lyoneses de aquellos dias, en tanto que nos es f4cil comprobar el in- terés con que Bakunin present6 alli una gran parte de su programa, de una manera un poco disfrazada, pero audaz a pesar de todo. Al examinar los primeros meses de las revoluciones, cuan- do el nuevo gobierno (que hasta aqui, jay!, toda revolucién ha constitufdo inmediatamente) y Ia contrarrevolueién (que nunca hasta ahora fué imposibilitada por los actos decisi- vos de la primera hora) on todavia débiles y no se atreven a mostrar sus verdaderos colores, se encuentran jornadas semejantes a la de Lyon, en las que los revolucionarios sin- ceros tratan de ganar de nuevo el terreno perdido después de la revolucién y el Poder, reaccionario como todo po- der, abate su movimiento, pero de un modo sutil, simulado, por la intriga y aun por la violencia. Asf, antes de las ma- tanzas de junio, antes de la jornada agitada, pero aun no culminada en colisién sangrienta, del 15 de mayo, hubo en Paris, a partir del 24 de febrero, sobre todo en marzo y en abril, grandes demostraciones, desfiles, etc., en medio de los cuales el partido revolucionario, Blanqui y otros, bien hubieran querido obrer, lo que el Gobierno Ledru Rollin, Lamartine, Luis Blanc... supieron impedir de una manera oculta, que Blangui comprendié perfectamente, pero que el pueblo no percibié. De un modo semejante se hizo inofen- sivo en Lyon el 28 de septiembre por medios gubernamen- PROLOGO st tales sutiles, Cuando un gobierno es débil, no por eso es menos peligroso, porque entonces obra por el engafio, achae téndose, haciéndose suave y conciliador, pero sin deponer jamés sus instintos. He aqui al menos mi opinién sobre el 28 de septiembre; para que mi relato (que he dado en Ja Biografia de Baku- nin) no esté vaturado de estas impresiones, seguiré el resu- men de los hechos que J. Guillaume (L’Internationale II. 1907, pgs. 96-97) ha dado, abreviéndolo mucho. Los millares de obreros de las construcciones nacionales (sin trabajo y a quienes 1a Municipalidad habia reducido la aga), conducidos por Saignes ante la Municipalidad, soli- citaron heblar por medio de una delegacién al Consejo mu- nicipal, que no estaba reunido. Inmediatamente, un cente- nar, con Saignes a le cabeza, penctraron en masa en el edi- ficio; con ellos Bakunin, Perraton, Bastelica y otros miem- bros del Comité de Salvacién de Francia, Seign.s hablé desde un baledn anunciando que el Consejo seria puesto en el trance de aceptar el programa del carte! rojo, o de dimi- tir, y propuso nombrar a Cluseret general del ejercito re- volucionario, Este, aclamado, aparecié en el baicén, agra- decié y anuncié que irfa a la Croix Rousse (el barrio popu- lar por excelencia), Fué alld, pero se limit6 a ordenar ex- presamente a los obreros que bajaran en masa y sin armas. Durante este tiempo, los guardias nacionales de los barrios burgueses habfan penetrado en el patio de 1a Municipali- dad y detuvieron a Cluseret a su regreso. La masa de la calle no comprendi6 lo que pasaba, pero, !lamada por Sai- gnes, invadi6 el edificio y desarmé a esos guardias nacio- nales burgueses; algunos otros:de ellos pusieron la culata de los fusiles en alto. Entonces, el Comité de Salvacin de Francia se instalé en la sala de sesiones del Consejo mu- nicipal y comenz6 a redactar decretos que entregaba con- tinuadamente para su impresién, pasando asf dos o tres horas preciosas, mientras que Bakunin y otros decian en vano: “Es preciso obrar; perdemos el ticmpo; vamos a ser invadidos por la Guardia Nacional burguesa; es preciso detener inmediatamente al prefecto, al alcalde, al general Mazure”. No se Ie escuch6. En cambio, se hizo tocar a generala en los barrios obreros de donde Megaron algu- nos batallones; pero la misma medida fué tomada por las x2 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN autoridades, que habfan quedado en libertad de movi- miento, y los batallones burgueses se reunian igualmen- te ante el edificio, donde la multitud sin armas les ce- di6 el puesto. Cluseret (sin fe alguna en el movimien- to) compromete al Comité a retirarse y va a buscar a los consejeros municipales burgueses reunidos en la vecindad, para que vuelvan a su sala de sesiones, Bakunin hizo todo lo posible para impulsar al Comité a la energia; se podia —decia— determinar a los guardias nacionales obreros a oponer la fuerza a la fuerza; pero prevalecié la opinion de A. Richard: ¢1 Comité revolucionario, después de haber parlamentado con los consejeros municipales, evacu6 la Mu- nicipalidad diciendo en una declaracién: “Los delegados del pueblo no han crefdo deber imponerse por la violencia al Consejo municipal, y se han retirado cuando éste entré en sesién, dejando al pueblo Ja tarea de apreciar la situacién” Alas seis y media, la sesién del Consejo municipal comien- zay decide que no habria persecuciones y que serfa resta- biecida a su nivel anterior la paga reducida de los desocu- pados; en cuanto a las medidas propuestas por el Comité (en el cartel rojo), el Consejo municipal se declar6 incapaz de ponerlas en ejecucién, porque estaban fuera de sus atri- buciones legales, Asi terminé la jornada frustrada cuyo mds cercano eco fué la jornada dei 31 de octubre de 1870 en la Municipa- lidad de Paris, que culminé en un fracaso semejante, aun- que tomaron parte en ella Blangui, Flourens y todo el Pa- ris revolucionario. -No vale la pena discutir aqui la actuacién de Cluseret. En un “diccionario” para la correspondencia secreta que redac- +6 Bakunin algunos dias después, para designar a Cluseret eligié le palabra: “prostituta”; A. Richard es indicado por: “Deméstenes”. He recogido (en la Biografia) un gran nfi- mero de declaraciones dispersas, hechas por Cluseret, con motivo de su actitud; puedo affadir esta de una carta det 25 de abril de 1874 (Ginebra) que fué impresa probable- ‘mente en Ios periédicos belgas en mayo de 1874, donde dice: “En cuanto a los sefiores Bakunin, Saignes, A. Richard y Blanc, a los que se mezcla mi nombre sin cesar, a prop6- sito del 28 de septiembre, repito atin... que no los he visto jamés hasta ese dia. ¢Cémo admitir que un hombre de buen PROLOGO' 33 sentido tome parte seria en un asunto tan grave como el del 28 de septiembre, sin conocer a sus principales auto- res?..”. Admitido esto, no por eso deja de ser verdad que, el 28 de septiembre, Cluseret acept6 una misién que habria debido declinar si no estaba bastante informado 0 no tenia confianza alguna en esa causa. Es también inexplicable (al menos no puedo profundizar esta cuestién ahora), por qué en esas circunstancias propuso Saignes el nombra- miento de Cluseret (1). Bakunin corrié su riesgo personal, por wna detenci6n tem- poral hasta su liberaciéd por Ozerof. Supo al dia siguiente que habia orden de captura contra él, y partié en la noche del 29 de septiembre para Marsella, Resumié sus impre- siones primeramente en una catta dirigida a Palix, es- crita aun en Lyon, cuyas notas preliminares sirvieron des- pués como introduccién al gran manuscrito intitulado: ZT imperio knutogerménico y Ia revolucién social (1871), que se leerd en el tomo II de la presente edicién. He aqui el texto de la misma: ‘Mi querido amigo: +o fatero muarchar de Lyon sin haberte dicko una iltima pala- bra de despedida. La pradeno'a me impide ir a estrecharte la mano otra vez, No tengo ya nada que hacer aqul. Habla venido 2 com- Batir 0 @ morir com vosotros. Fabia venido porque estoy profun~ damente convencido de que 1a causa de Francia se ha transfor fnado, en este momento en que se trata de su existencia o de su ho existencia, en Ta causa de la humanidad, y de que la derrota de~ finitiva de Prancia, su caida, su sometimiento bajo [es bayonetas prusiazes y bajo un gobierno impuesto por fos prusienos, son Ia mayor desracia que pueda ocurrir —desde el puato de vista de ia Tibertad 2 Europa enters, He tomado parte en el movimiento de ayer 9 be flrmado con mi sombre las resoluciones del Comité Salvacién de Francia, porque para mi es evidente que des- pubs dela destrucoién real y de hecho de toda vuestra méquina Sdministrativa y gubernamentsl, no queda mas que la accida in- Inediata y revolucionaria del pueblo, para salvar a Francia. Tox des esos pedazos de la antigua Administracién del pais; esas Mu- ‘icipalidades compuestes en su mayor parts de burgneses o de obreros convertidos a Ja burpucsie, gentes rutinarias como no hay otras, desprovistas de inteligencia y de energia y carentes de due. na fe: todos esos procuradores de Ja Repiblica, y sobre todo esos (@) Oriol me he, contado gus Valence, Lanklertes, ye Batt vyenldd a°E Bisve'alepuesio s'isauar's Cleseret iapucanda sobre fh 9g [o'dlousdio de oe acto a viet de laa conseeucucias teealeslablen que Dod ener park cl ‘movimiento a4 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN prefectos, comisarios extraordinarios provistos de plenos poderes militares y civites, es decir, investidos de Ia dictadura plena, por Ja autoridad fabulosa y fatal de ese trozo de Gobierno provisional con sede en Tours, todo eso no es bueno més que para paralizar Jos ditimos estuerzos de Francia y para entregarla 2 los prusianos. EI movimiento de ayer, si se hubiese mantenido triunfante —y se habria mantenido tal si el general Cluseret no hubiese traicio- nado la causa del pueblo—, al reemplazar yusstra Municipalidad Semirreaccionaria y semincapez por uz comité revolucionario que emanase directamente de Ja voluntad popular, ese movimiento ha- bria podido salvar 2 Lyon y con Lyon « Francia. Quizds sea tiempo aiin. No dado que, si el pueblo Iyonés To qui- siese de veras, aun podria imponer su voluntad a todas esas auto- Fidades que se han improvisado para desgracia de Francia. Pero temo que el pueblo de Lyon no comprenda sino cuando sea de- masiado tarde para salvar 2 Lyon, y cuando Lyon haya caido en poder de tos prusianos —lo que no dejaré de suceder si el actual ‘estado de cosas no cambia on veinticuatro horas—, Francia estar perdida. Wo tendra va, para salvar, no ya su existencia como na- Cin libee @ independiente, sino simplemente sti dignidad, em o- nor, mas que 1 democrética ciudad del Mediterrénco, Marsella, Marsella no caer en poder _de los prusianos, estoy seguro, pero Marsella no podci salvar a Francia. Salgo de Lyon, querido amigo, con ef corazén Heno de tristeza ¥ de previsioaes sombrias. Comiénzo 4 pensar ahora en lo que que- Garé reducida Francia. Se transformaré en un vitreinato de Alema- nia, y st vor, antes fan poderosa, esa vor que anuncieba fa libertad al mundo, no tendré ya nada que ver en los consejos de Europa. En lugar de su sccialismo vivo y real, tendremos el socialismo doctrinario de los alemanes, que no dirin ya més que To que las bayonetas prusianas permitan decir al volver triunfantes. La inteligencia militar y burocrdtica de Prusia, unida af knut del’ zar de San Petersburgo, van 2 asegurar Ia tranquilidad y el orden piblico, al menos por cincuents aos, sobre ef continente europeo. Adiés 1a libertad, ef socialismo, la justicia para ef pueblo y el triunfo de 1a humanided. Todo eso podria selir del desestre actual de Francia, Todo eso hubjera salido de 4, si el pueblo francés, si €l pueblo de Lyon lo hubiere querido, En fin, no hablemos més. Mi conciencia me dice que yo he cum- plido con mi deber hasta el fin. Mis amigos de Lyon to saben, yo desdeiio To demds, Ahora, querido amigo, paso 2 una cuestién personal. Ta sabes que ayer [hacia las tres, poco més o menos: palabras borradas en el original] Habje sido detenido en la Municipalidad por un sefor muy feo vestido de paisano, que me hizo maniatar por Tos gusrdias nacionales de las companias burguesas. (Se me dijo después que eran guardias nactonales de In 2*, 3* y 4* compakia, no podria decirte justamente cual; palabras borradas.j No sabria deciste cudl de ellas. EI hecho es que esos sefores han rogistrado todos mis holsillos con un aplomo y una habilided que me demostraron que PROLOGO 8 no son extraios al oficio. Uno de ellos resvondié a otro que fe decla que me registrars bien: “No temas nadz, conozco mi off Gio?” Era probablemente un gendarme imperial disfrazado de guar- dia nacionel de Ia Repiblica. Ademas, se ensafaren en mi de to- Gas las maneras, atropellindome, empujindome, pellizcéndome, tor- Giéndome Ios brazoz y las manos; debo reconacer, sin embargo, (que otros gritaron: “No le hagdis mal?” En fin; los sefores bur- fueses se han comportado como son siempre 7 en todas. partes: brutales y cobardes, porque ti no ignoras que he sido libervsdo por algunos francotiradores que hicieron buir un némero triple 0 casi cuddruple de estos heroicos tenderos armados de “chasse- pots”. He sido libertado. Pero de todos los objetos que me roba- Ton esos sefores, 00 he podido encontrar mds que mi revélver. Mi Carnet 7 mi bolss, que contenia ciento sesenta y cinco francos ¥ algunos céntimos, quedaron, sin duda, on manos de esas, sefiores. Los burgueses, ¢comenzarén « hacer comunismo? Seria instructi- voy curioso. "En todo caso, querido amigo, te autorizo y te ruego que recla- mes (1) es0 en mi nombre. Me To enviarés cuando to lo hayan dado. No me queda mds que abrazarte y hacer votos por ti y por esa pobre Francia abandonada por su mismo pueblo. Tuyo, Miguel Bakunin, El tinico documento que nos da un relato {ntimo, no com- pleto, pero Meno de vivas impresiones, de la jornada del 28 de septiembre, por Bakunin mismo, es una carta suya a su joven amigo tessinés Emilio Bellerio, que reproduje en mi Biografia (nota 4038). Lieva los matasellos de correo: Marsella, 10 octubre; Basilea, 12; Locarno, 14 octubre): Este & de octubre de 1870, Marsella, uerido amigo: Bs tn primera carta larga y detallads que le extribo. Prlmetamente, tengo aus peste til perdoncs, Ho's le enviaron de Ginebra, ‘como acabo de saberlo, ni fos 80 francos gue Te (debo}, nf ef papel ni fa méquina de hacer cigarrilfos. Ex Gianto si dinero, mole fué enviado porgue, por un concurso de Glreumseanalas que seria largo exponer aqui, no se tavo disponi- Fie" Reapecto Sta maquina de cigarrilies, no se encontsd, pero € papel falta por estar sitiado Paris y porque todo el papel de Garriiios viene de alll, He aqul al menos lo que se me escribi Fe respondido que se busque cueste To que eueste, y que se 10 en vien. fe ‘hora hablemos de Antonia (de la mia) (2). Hace ya tiempo 1) Brtes palabras hacen comorender bastante #1 GLa mujer de Bellerose Uemaba tembidn Antonis, 36 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN que no recibi carta y estoy inquicto. Por favor, deme noticias de ella 9 de los nifos. . ‘Tengo siempre en cuenta mucko su amistad hecia ella ¥ hacia mi. Usted Ia ve. ¢n0 28 verdad? He tomado medidas para que Ie sea exviado regulsrmente todo el disero necesaria y principalmente de Berna, donde un amigo nuestro debe de haber recibido una suma bastante considersble de mis hermanos, para mi. Pregiintele, fe ruege, si tiene todo Io neceserio y si carece de dinero, basquel tome prestado on caso de necesided, a la sefiora Emilia Franzo ala que puede ensefiar esta carta, y para ia cual adjunto una auela aparte, que usted no le entregara mas que en caso de nece: dad, Un poco de pacienoia y pondes on orden todos estos pequeiios asuntos. Pero en espera de silo cuento con su amistad, con la de su respetable padre, el carisimo Carlo, con la de le sefora At. toinstte Bellerio y con Ia de su senora madre, para ayudat a aii Antonia ¥ a mi ea caso de necesidad. ¥ ahore hablemcs de ris aveaturas en particuler, y en general de Tos asuntos de Francia. Le envié varios ejémplares de nuestra proctama soja, Hebré leido también en el periddico, con més 0 menos invectivas contra mi pobre persona, ef relato més 0 menos veridico de nuestra primer (no postrer) tentativa en Lyon, ef 28 de septiembre. Bl hecho es que el comienzo ha sido magni Fico. Hemos sido los amos de Ia situacién. A pesar de la resisten- cig de Tos guardias nactonales burgueses, spayados en el pueblo, primero desarmado y més tarde en armes, nos kemos apoderado de Ia Municipalided. Por qa6 no hemos quedado alli, preguatard usted? (Abi, és0 fui le falta de la experiencia rovolucionaria de muchos de nuestros amigos, que se dejaron desviar por buenas pa- Jabras mientras ora preciso obrar, sin escachar Ins promesas de los resccionarios que, viéndose batidos, lo prometieron todo y més tarde no mantuvieron nade} pero sobre todo, la culpa del general Claseret, por no decir su cobardia y su traicién, Habia aceptedo del Comité vencedor ef mando de la Municipalidad y de los guar- dias republicnnos que I rodeaban en masa ¥ aye esteban con nos. otros, Oueriendo agradar ef mismo tiempo a los burgueses y al pueblo, dejé entrar secretamente a los primeros en la Municipa- Tidad, on tanto que los guardias republicanos, ereyendo delinitiva a victoria, comenzaron 2 desbandarse. &sf fué como ef Comité se vié rodeado inopinadamente de enemigos. Yo estaba alli con los amigos, diciéndoles a cada instante: “No perdéis tiempo en vanas Giccusiones; obrad, detened @ todes Jos rexccionarios. Herid a la reaceién on In cabeza.” En medio de todos esos hermosos diseursos, me vi rodeado por Jos gusrdias nacionales hurgueses, dirigidos por uno de los més grandes reaccionarios de Lyon, el alcalde mismo, sefior Henon, Me fesisti, pero se me arrastre y me vi encerrado en an agujero, de pués de haber sido bastante maltratado. Una hora después (1) un batellén de francotizadores, hacienda huir a los guardias burgue- (1), Fete tndicactéa gmuestea que en te carta precedente a Pall, les tr x probabiomente um error de: plume par Tas cinco? PROLOGO 37 ses, vino a libertarme (1). Sali con mis libertadores de 12 Muni- cipalidad, donde n0 bebia ya un solo miembro del Comité. Duran- te un dia y uaa noche quedé en Lyon, oculto en casa de un ami- g0 [que quedé desconocido]. Los burgueses, triunfaates esta ver, me buscaron por todas partes, y al dia siguiente por la nocke [29] parti para Marsella, donde estoy oculto. Bien ve usted que eso no fué més que une pequefla aventure, nada més que wa partida pos- tergada. Los amigos, mas prudentes, mas practicos, ya trabajan activamente en Lyon y en Marsella, y pronto tendremos nues- tra reparaci6n, a las barbas mismas de los prusianos. Le diré, qué rido amigo, que todo fo que veo aqui no hace mds que confirmar- me en la opinion que tenia de Ia burguesia: es torpe y canalla en un grado que sobrepasa Jo imaginable. EI pueblo no quiere sino morir combatiendo a los prusianos incondicionalmente. Ella, al com trario, desea, lama a los prusianos desde el fondo de su corazén, en fa esperanza de que 10s prusianos van 2 librarla del patriotis- to del pueblo, No falta més que una sola cosa para organizar una defensa formidable, el dinero. Pues bien, los burgueses rehusan dar ese dinero, 7 so habla ya en todas partes de obligarles a dar~ To, Lag contribuciones forzosas: tal es ol tinico medio. ¥ se 1 curriré a él pronto, se lo aseguro. En tanto el general Garibaldi acaba de hacer su entrada triunfal en Marsella, ayer por la nocke alas diez: boy, a las nueve de Ja maicna, ha vuelto 2 marchar para Tours {la sede de la organizaci6n de la defensa nacional, Gambetta y todos los delegados en posesién del Gobierno provi sional que tenfa su sede en Paris sitiado] donde estard mariana por Ig noche. (1) ug tibertado a Iofelasiva de aut camaredas Ozerot y Lanklewicr, tle pee A au iedanOnerat reams) prom lgynoe gulbaidinny que forearba ana Buerts,“exigieroa tion tusrcise nncionaler ia sntregn te Bakuein, forzaron ‘un pucrta 7 lo pusieron en liberted, Bakunin contd. a Kall a8 Seva? que 1) poeita fuk stbitamente deaecha’ con gran ‘Geet gue ataba de fusilatle cuanto vis. pencirat, primero, In gran aarie de Ozer tt 3 Escwice babiog sean. Bug lineindoan ony log Que Oxwrl ae ratr fr ur butgade radical coe eplaodio (“Belsreignemes “sncteur Gres, sue dat Sy estaba at lado Q (Frex patio de Ts Manicipaldah ‘cuuedo [3 Baten Ving, Bieiéodsoor: “iWsted es Bafunia, yo Io. acresto!™ “aakunia, que tent ‘con una wor rsd focren contra. al actor . asi 1% ero ne ise uso de st ‘cuerpo 3 fuerpo, “como ‘sted dice, siveatra teh doctor Crestin), seo ra capary sin que, tadle ‘ouriera ai defenane Bncesrade te doy 8 tes horas, Tue iibertade por tos partiarios en medio cn: ature deta wttenca, Sin Oserot y Lasbewicn, ubiere casobecida x WB 38 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN into de todos Ios acontecimienios, termino un folle to mruy detallado que le enviaré bien pronto. ¢Le enviaron de Gi- nebra, como he recomendado mucho, un foileto con este titulo: “Lettres a un Frangais?” ‘Esto es una guerra a muerte entre la revolaciéa popular (1), 70 burguesa, no hay revolucién burguesa —estas dos palabras en 10 sucesivo se excluyen— y el despotismo militar, burocritico y mo- nizquico que triunfa hoy en Alemanis Pero, equé pasa en Italia? Dem Escribame a la siguiente direccién: France. Marseille. Madame Bastelica, 32 boulevard des Dames, interiormente: Pour Mickel. Es probable que yuelva pronto a Locarno, pero sus cartas diri- gidas ‘asi me Uegarén siempre. ‘Adiés, querido amigo, estreche Ia mano de su padre, y recuér- deme a lz sefiora Bellerio y a la seBora Antcinetie, lo mismo que a las sedoritas Amelia y Maria, Suyo, MLB. ticies de Milén, se lo ruego. Al margen se lee: “Cluseret, habiendo perdido igualmente la confianza de la burgues(a y del pueblo, se refugié en Ginebra”, vI Mucho més atin que esta carta a un amigo privado, una carta para Palix y Blane, de Lyon, que el polaco Lankiewicz Nevé desde Marsella en la primera quincena de octubre, muestra el deseo intenso de Bakunin de reanimar y de reem- prender el movimiento lyonés. Esta carta y una lista cifra- da para la correspondencia cayé en manos de la policia por el arresto de Lankiewicz y de Blanc; eso explica su publi- cacién en la gran obra de Oscar Testut, L’Znternational et le Jacobinisme au ban de FEurope, II, pags. 152-53, 1872, coleccién nutrida con documentos quitados a los interna~ cionalistas por las persecuciones de 1870 y 1871 en Francia. Cualquiera que fuese el fin de esta publicacién, la autenti- cidad de los documentos no es discutida. He aqui esa carta? A Palix y a Blanc. (Carta, para quemar; diccionario, para ocultar bien.) ‘Marsella no se sublevard sino cuando se haya sublevado Lyon, 0 bien cuando los prusianos estén a dos dias de distancia de Mar- ) Quince dias mis tarde, ol 29 de octubre, ceca. “ete pusblo no et yate aibgin modo, nveiocapata: Hl puctio lanateon Fleas) oka vaso “octrinario, razonador y burgués como los burgueses.." PROLOGO 39 sella. Por consiguiente, Ia salvacién de Francia depende, una vez ‘mds, de Lyon. Os quedan tres 0 cuatro dias para hacer uaa revolu- ciéa que pueda salvarlo todo. Para la revolucién de la venganza y de la desesperacién, habré siempre tiempo hasta que los prusia~ hos entren en Lyon. Si creéis poder hacer la revolucién salvado~ ra (1) y si creéis que mi presencia puede ser util, telegrafiad a Luis Combe [en Marsella] estas palabras: “Espetamos a Este- ban”. Partiré inmediatamente y os advertiré por telegrama a la diteceién de Palix con estas palabras: “Esteban estard en casa de Ia seora Rochebrune tal dia, a tal hora. Maurice.” La seora Blane se encontraré a la hora indicada con un coche en Ia ultima estacién antes de Lyon designada con el nombre Ro- chebrune (en nuestro diccionario), on esa estacién adonde que- tia ella conducirme. Me meteré en'el cocke con ella y me levara directamente al alojamieato que me habréis preparado secret y prudentomente, Ese slojamiento, que no debe estar en los Brot- teaux donde se conoce demasiado mi figura, no deberé sex cono- ido primero més que de Pelix, de Blanc y de Ia seiiora Blan: Jo mismo que mi Iegada entre vostros (2), Vereraos después cua~ des serin los amigos que seré uti? evar a mi domicilio. Todo eso en ef caso de una revolucion salvadora solamente, ‘En cuanto a la revolucién de venganza y de desesperacién, debe ser utilizada igualmente para la formacién de un gran fondo revolucionario. Si creéis que mi presencia puede ser itil ¢ bién en este caso, iré igualmente y del mismo modo. Esta tltima revoluciéa no exige atin més organizacién que Ia primera. No es necesario que haya muchos hombres para ella, pero se necesita que sean hombres realmente enérgicos y segures y bien consagra- dos 2 12 causa. Valence [Lankiewicz] os diré el resto. Mi queri- do Blanc, te recomiendo dos cosas; primero ir a inspirarte siem- pre a casa de Pelix y luego tenerme cada dia al corciente de lo que pasa entre vosotros con todos los detalles posibles, Io que te serd facil con el diccionario que te envio y que debes guar dar y ocultar bien en casa de Palix, Vuestro, MB. Se asombra uno de que Bakunin haya confiado esa carta y el diccionario, mucho mas comprometedor todavia (3), a tin hombre tan comprometide como Lankiewicz, que habia sido visto a su lado como camarada intimo el 28 y los dias (2) No $0 habla ya de Alberto Richard, que después del 28 de septiembre no gozaba de la estinacion de Bakunin, Silo designs en el diccionario por "De- ‘ostenes” esta elecciOn del nombre ocuita sn saressmo. (G)_ Convended més discutir esta lista con las otras listas de este género, que conocemes de Bakunin; no esti, pues, reproducida aqui. 4o OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN anteriores. Habla asi de lo que sucedié en Lyon en una car ta a Ogaref, de Ginebra, y se comprende que en lo sucesivo éebiese renunciar a la esperanza de volver a Lyon; y en~ tendié que no podria siquicra quedar en Marsella. Con fe- cha del 16 de octubre, escribi6, pues: ¥ bien, hermano, cada dia marchan peor las cosas. Acabo de re- cibir una earta de Lyon anunciéndome que 0 sélo Blanc y Vs lance [Lankiewiez] dan sido detenidos, sino quo se ha encontrado ‘en casa del primero un diccionario que 10 sélo contiene los nom- bres de todos los amigos, sino también palabras muy comprome- tedoras, como asesinato, saqueo, incendio, etc. Esto es muy malo y los expone al mayor peligro. £1 pueblo se calia, intimidado por ‘al terrorisme republicano oficial. Ha sido dada la’ orden de ari tar a todos sobre la base de Ia lista encontrada (1). Ignoro quiéa ha sido detenido, Parece seguro que Blanc y Valence fueron arres- tados, Se ha ido a casa de Palix, pero [la policia] se Je dejé tran- quilo, cuando fe vieron enfermo en su cama [murié en febrero Ge 1871]. Los nombres de Bastelica y de Combe {de Marsella] se ‘encuentran también en esa lista. Te he escrito ya [carta descono- cida] que de Tours [sede de Gambetta] ha venido hace dias ta trden de arrestar a Bastelica, pero que Esqutros y ef prefecto lo- cal [Delpech] se negaron a proceder a su arresto, sabiendo que pro- vooaria una gran agitacién en el pueblo y quizés una explosién. Mas ¢l diablo sabe si 2 consecuencia dei descubrimionto de ese aldito diccionario se Ie detendré. De suerte que yo mismo debe- 436 salir bien pronto de aqui. Pero no tengo un céntimo. Por con- Siguiente, querido amigo, haz un dltimo esfuerzo con los amigos. Retine 2 todo precio 100 frencos y envialos a 1a sefora Bastelica, 2 boulevard des Dames, con la demanda eserita firmada Bertier de remitirlos ala seora Lisa. No quiero partir de aqui, mas sera necesario y en breve plazo, ¢Adénde iré? No lo sé todavia; ga Barcelona oa Génova, para volver de alli directamente 2 Locar~ zo? Vuestro couseja, amigos. Bien entendido, sélo para el caso en que caté obligado a slejarme de agi, 1o que no haré més que ex iltimo extremo. Responde it an Ia ditecciér, iatamente a madame Bastelica (Pour Mickel, no ino en ta cubierta interior). MR. En el libro “Les hommes de septembre 2 Lyon”, Cour dassises du Rhone. Procés Andrieux... contre M. Ponet... 23 a 26 mai 1872 (Paris, 1872, pags. 105 a 106) se puede leer G). Tene los nombres de Bestellen, Combe, Michel, (Bakuria), Ozerol, Lan Hewide, Pails, Blang, Facet Paves, Camet Bieebor, Pataten, lemavoin, "Pedro lune, sehette, ickard, Dupin, Dereranchs, Selgnes, Dowble” Oliv see (Caste, “KeisMart Eaarvet oll ot git de Lal PROLOGO ” ta deposicién del director de la Policia de seguridad de Lyon, D. Bach, interrogado po: Andrieux, que relata con menudos detailes como Andrieux (el procurador), D. Bach y cuatro agentes fueron 2 la calle Madame, en los Brot- teaux, en un barrio donde por lo tanto habia tal vez peli- gro, y subicron juntos hasta una habitacién alquilada por Gaspar Blanc, que encontraron vacfa, pero donde hallaron este formidable diccionario; Andrieux muestra las palabras asesinar, saquear, incendiar (el diccionario leva: 77 a 79, saquco, asesinato, incendio) y falsamente afiade la palabra robar que no se encuentra en el diccionario. El dia antes de esa mala noticia, Bakunin habia escrito la siguiente carta a Carlos Gambuzzi (Napoles): Este 15 de octubre de 1870, Marseila. Mi querido amigo: A. me esoribe que te propones partir para Francia. Por lo que me parece covocerte, no serd para unirte a nuestro trabajo a menudo obscuro, pero siempre légicamente infle- zible y tendente al unico fin qué nos impone el programa de Ia Alianza, Bs —Io supongo— para asociarte al brillaate destino del general Garibaldi, que aungue aga mucho ruido y difunda ua gran brillo con sélo su nombre histérico, puedo asegurarte que no hard nada, porque puede que carezca de les primeras condiciones nec Sarlas para hacer algo, y porque Francit se encuentra en ung posi- tida tal que ya no puede ser salvada mas que por 1a revolucién, que ni el general Garibaldi, ni todo el Gobierno de Defensa Naci nal, el seflor Gambetta 2 la cabeza, quieren, y que, movida por la fuerza misma de las cosas, estsllaré: tal es Ia sizuacién hoy. Ese Gobierno ridioulo que temé Ia revolucisn mas de To que teme a los Prusianos y que quiere evitarla a todo precio, ha conservado en Ios Dedazos de ejéreito que quedan 2 Francia, tento como ala cabeza de Bae parte de low guardias rdviles, oficiales y aun goxerales bona partistas que, fieles a Ia dinastia, Io obstaculizan todo. Ha envia- do a los departamentos, para Ileva: las funciones de prefectos ¥ de procuradores de 12 Repablica, republicanos moderades, aulida- des infatuadas de si mismas y que en lugar de apoyarse en todas partes sobre el pueblo, se alian a Ia reaccién burguesa por doquier, } ha dejado en las comunas rurales s los antiguos alcaldes y guar- das. rurales, 2 csos mismos que hicieron triunfer el plebisci- to [de la primavera de 187] en faver de Napoleén HT [seis millo- pes contra un millén y medio] y que coutintan trabajando siem- pre en su beneficio, abriendo en todas partes las puertas alos pru- sianos. Los burgueses, en fin, rehusan dar dinero —sin ef cual no hay armamento posible— y se puede estar seguro de que las tres cuartas partes al menos de 1a burguesia francesa pedirian, ssi se atreviesen, Ia conclusién de ia paz, aun en Jas condiciones més desastrosas para Francia. Séle el pueblo de las ciudades es 2 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN patriota y revolucionario. Sila revoluciéa se hace en las ciudades, fos campesinos se dejaran arrastrar, pero sélo en ese caso y esa condici6n, y entonces Francia seré salvada. De otro modo, seré conquistada por os prusianos y reducida a un estado parecido 2 aguel en que se encontraba reducida Italia frente a Napoleda IIT. Tal es 1a explicacién del movimiento que hemos intentado en Lyon. ¥ que esperamos ronovar bien pronto en Marsella como en Lyon. ¥ ahora, querido amigo, déjame decirte fraternalmente une cosa! si yo fuese italiano, no irie a Francia, sino que me quedaria en Tralia, donde estd todo por sacer ¥ donde hay tan pocos hombres ‘eapaces de hacerlo. ‘Esta carta es ditigide igualmente a “Beppo” [Fanelli] y a ti. gDénde se encuentsa nuestro amigo? Dame noticias suyas. No Ie escribo ahora porque no sé el lugar de su residencia actual. Dame noticias de él, asi como de todos los demés amigos. ¥ créeme, ‘queda en Italia. Si nosotros tenemos éxito, tendréis inmediatamen- te quehacer en yuestro pais, y os daremos todos los medios para obrar. Sino triuafamos, tu liegada a Francia no serd otra cosa que un paseo y un gasto initiles (1), M.B. Bakunin continta discutiendo los acontecimientos en un Jargo manuscrito que relacionaba a su carta de despedida a Palix —es el manuscrito de 114 paginas La situaciém po- litica en Francia, que se encuentra traducido en este vo- lumen, pag. 193 No estaba muy contento de la mane- ra un tanto libre de Ia edicin de las Lettres @ un Francais por Jaime Guillaume: hallaba sus largas cartas manuse tas “bingularmente recortadas, por no decir castradas” (Car- ta a Esquiros, 20 de octubre). Comienza un articulo El despertar de los pueblos, pero s6lo escribe algunas line ‘Su situacién personal s: hizo precaria por el odio del mi- serable Andrieux, que envié a todas partes la orden de bus- carlo. Un mandato de comparescencia por medio de Guil- bert (Marsella), fué remitido al comandante de la Guardia Republicana, Pablo Gavard, para cjecutarlo. Este, poco des- ‘pués condenado é1 mismo por la sublevaci6n del 25 de marzo de 1871 en Marsella, fué accesible a los argumentos de Ale~ tini y de otros amigos de Bakunin, y di6 su palabra de ho- nor de no buscarlo donde pudiera encontrarlo, y de no ver- lo si 1o encontrase. (1) Gambuzzi no marché; ei 16 de noviembre, Bakunin I escribié desde Locarno: “estoy contento por ty por Ia causa que todos debemot servi, de que Ihayas renunciado, al menos por el momento, « tu proyecto primitivo ¥ que te ‘nayas vuelto a Nipoles”. PROLOGO, a Esos mismos amigos —Carlos Alerini (nacido en 1e42 en Bastia, Cércega) se hizo pronto un corresponsal y al a- do intimo de Bakunin cuando, en 1871, después de las subiz- vaciones de Marsella, debié ‘refugiarse en Espafia, donde fué muy activo en la Internacional y en la Alianza hasta su arresto y condena a prisin en 1873; ha contado todo eso detalladamente en su articulo Una page de la vie de Ba- kounine en el Bulletin jurasiano del 1 de octubre de 1876—, e308 mismos amigos, pues, hicieron otra visita en pro de Bakunin a Alfonso Esquiros, el administrador su- perior de las Bouches-du-Rhone. Este les recibié bien, ma- nifest6 sus simpatias y su estima hacia Bakunin, al cual no tocaria, aunque cl Gobicno le diese orden de hacerlo. Pero comunicé que Bakunin tenta enemigos en Tours, donde se Je habfa sefialado como agente prusiano, y que siempre exis- tia el peligro de que hubiesen sido enviados agentes es- peciales desde Tours a Lyon para detenerlo; y entonces, si braban sin comunicarlo a Requires, éste no podria impe- irlo. Bakunin tenia, pues, a sus talones a la hiena Andrieux y posiblemente también’ a todo cl mundo oficial de. Tours, donde también se encontraba, como observa Alerini, el ge- neral polaco Mieroslawski, su enemigo personal desde 1862; en una palabra, las personas més prevenidas y més hostiles, contra él, Alfonso Esquiros, diputado de las Bouches-du-Rhone a partir de junio de 1869 (extrema izquierda), era un 60- cialista de antes de 1848; 2 su pluma se deben la Histoire des Montagnards (1844), Histoire des Martyres de Ja Liber- t6 (1851), L’evangile du Peuple (1840), De Ia vie future au point'de vue socialiste (1850), tres libritos muy di- fundidos sobre los sufrimientos y las miserias de las muje- rea del pueblo, de las obreras sobre todo: Les vierges mar- tyres (1846), Les vierges sages y Les vierges folles; los periodiquitos de 1848 Le Peuple y L’Accusateur Public y muchos otros escritos que expresan todos un socialismo moderado, pacifico, pero bien sentido, verdaderamente bu- manitario, Bakunin no debia, pues, tener ninguna vacila- cién.en entablar relaciones con un hombre de un pasado sacfalista muy. honesto comé Esquiros y acaso. puglo agin Gian. got an. instante Ja.idea de.gapar quiaés pu cooper “ OBRAS DZ MIGUEL BAKUNIN en una cierta medida. En ese estado de 4nimo comienza el 20 de octubre una carta personal al dirigirle sus Lettres & un Frangais, discutiendo la situacién y sus ideas perso- nales que relacionaba a las de una proposicién hecha pot Esquiros al Cuerpo legislativo el 25 de agosto, lo cual ha- bia anotado ya en sus cartas manuscritas sobre Ja crisis francesa mucho tiempo antes de Hlegar a Marsella. Ignoro por qué no fu acabada la carta; quizés Bakunin ‘comprendié bien que no encontrarfa un verdadero punto de apoyo para un movimiento en Francia y que tampoco Mar- sella, donde sin embargo estaba casi iocalmente tolerado, pero sin ninguna proteccién contra el Poder central, podria albergarlo ya mucho tiempo. ‘Tenemos de é1 una carta escrita a un amigo no indica- do, pero que fué ciertamente Gaspar Sentifion, que habia Hegado desde Barcelona a Lyon después de la marcha de Bakunin, He aqui esa carta (Biogratia, pags. 516-17): Este 23 de octubre de 1870, ‘Mi querido amigo: Después de haber esperado en vano tu car- ta, me he decidido a merchar. Veré a nuestro amigo Farga [Ra- iael Farga Pellicer] antes que a ti, porque cuando hayas recil do esta carta, estaré en camino y muy cerca de Barcelona, y qui- zds ya en Barcelona. Te esperaré alli. Debo salir de este Tugar, Porque 20 encuentro aqui absolutamente nada que hacer y dudo que ti halles algo bueno que hacer en Lyon. Querido amigo, no tengo ya fe alguna en 12 revolucién en Francia. Este pueblo no es, de ringtin modo, revolucionario. KI mismo pueblo se ha vuelto doctrinario, razonador y burgués como los bur- gueses, La revolucién social habria podido salvarlo, y-tinicamente ella seria capaz de salvaric. Pero siendo incapaz de hacerla, corre gran riesgo de ser definitivamente conquistado por los prusianos. ¢Cudl puedo ser nuestra situacién y nuestra accién entre los bur- fueses que nos consideran torpemente o malévolamente como pru- Sianos y que nos persiguen como tales y jos prusianos que s¢ apro- ximan ¥ que, mas perspicaces que los burgueses do Franci perseguirin como socialistas revolucionarios? Esta situa insostenible y declaro que por mi cuenta tengo ya bastante. El mejor consejo que puedo darte es que escribas primeramente a todos nuestros amigos de Madrid que no vengan a Francia, por- que seria un gasto de dinero completamente indtil, y Iuego que Vengas ti @ reunirte conmigo en Barcelona lo mds pronto po- sible. Pero antes de marchar deja bien recomendados @ nuestros amigos Iyoneses Jos dos amigos encerrados [V. Lankiewicz, G, Blanc]. Los burgueses son odiosos. Son tan feroces como esti- pidos. ¥ eémo Hevan en sus venas 12 naturaleza policiacal, ;se di- PROLOGO 4s tian polictas 7 procuradores gentrales ent ciernes! A sus infemes celamnias voy a responder con an buen librito en que nombreré a todas les cosas y # todas las personas per su nombre. Abandono ete pais con una honda desesperacion en el corazén; tengo que tsforzarme mucho para persuadirme de lo contrario. Creo que Francia esté perdida, entregada a los prusianos por ia incapaci- dad, 1a cobardia y Ia avider de Jos bureueses, El militarismo y la burocracie, la airogancia nobiliaria y el jesultismo protestante de los prusianos, aliados tiernamente al knut de mi querido sobe- ano y amo ef Empersdor de todas las Rusias, van 2 triunfar so- bre el continente de Europa, Dios sabe durante cudntas decenas de alos, /Adiés todos nuestros suefios de emancipacién proximal Ha- rd tuna reaceién aplastadora y terrible. Adiés. Ven a Barcelona. Alls estaremos sieripre bastante cerca de Marsella pare poder vol- ver, si es necesario, lo que dudo mucho, Te espero y hasta Ia vista. Tuyo, MB. Esta carta muestra cémo se abandon6 toda esperanza de una aceién en Francia y cémo los escritos sobre Ia situa- cién francesa adquirieron una direccién més general en la concepeién de Bakunin. En un pasaje de la carta, vemos, por decirlo asf, formarse bajo la pluma del autor el término “Knutogermanico”, que ha puesto en el titulo de la primera parte de ese escrito que medita, prepara, y escribe en ade- Tante hasta abril de 1871, ‘Vemos también que se le habfa ofrecido una ocasi6n muy seria para ir a Barcelona ¢ ignoramos lo que impidi6 la realizacién de ese proyecto. Por lo tanto, no vié nunca a Espafia, donde tenia camaradas tan probados; todavia en 1873 estuvo a punto de ir a Espafia, pero también le fueron adversas las circunstancias (ver mi biografia de Malatesta, capitulo VII). Si hubiera ido entonces a Barcelona, es po- sible que hubicra vuelto otra vez a Marsella, donde poco después de su marcha, en ocasién de la agitacién causada por la capitulacién de Metz, hubo acontecimientos de un cardcter bastante pronunciado y en los que sus amigos Ale- tini, Bastelica, Jukowski, Mroczkowski y Sentifién toma- ton parte; donde hubo un gran conflicto entre Esquiros y Gent, que fué patrocinado por el Gobierno de Tours, en- trando en escena Cluseret y la Liga Meridional; en una pa- labra, donde no falt6 mas que Bakunin para tratar de nue- vo de coordinar todos esos elementos de descontento, que representaban vagamente tendencias federalistas, autono- 46 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN mistas y comunalistas en oposici6n al ceatralismo guberna- mental forzado por Gambetta. Existe de esto una descripcién muy detallada escrita por Alerini para Bakunin (del 9 al 12 de noviembre; Biografia, pags. 517 a 520). Esto fracasé también, pero Bakunin, si hubiese quedado en Marsella un poco més de tiempo o acu~ dido pronto desde Barcelona, habria impreso probablemen- te su sello a estos acontecimientos locales. Todas éstas fue- Ton tentativas precursoras de 12 Comuna de Parfs, que sur- gi6 ampliamente del deseo instintivo que se sentia en todas partes, después de veinte afios de despotismo imperial, de respirar cémodamente, en el propio hoga:, en un organismo auténomo libertado de 1a tutela y de la coaccién del Esta- do, No se queria sino que el centralismo de todos los g biernos, desde el antiguo régimen, fues: también el pri cipio dominante de la nueva Reptiblica; de ahf esas luchas que a través de fracasos, luego de matanzas, culminaron en el triunfo sangriento de la Reptblica ceatralizada, del si tema actual, vir La marcha de Bakunin de Marsella para Génova, fué bien organizada por Alerini y otros amigos, que se aseguraron también del concuzso del comisario del puerto, Lombard, un republicano luego condenado a diez afios de trabajos forzados, que cumpli6, por su participacin en el movi miento comunalista de Marsella (1871). Bakunin se afeité y cort6 sus largos cabellos, y cubrié sus ojos con un par de Tentes azules, Después de haherse mirado en un espe} ast transformado, dijo hablando de sus_perseguidore “Esos jecuitas me hacen adoptar su tipo’. Se fué en coche a casa del comisario del puerto, que habfa hecho preparar un desayuno de chocolate y estaba muy contento por poder ser tila Bakunin, Hizo venir la lancha de la Administra- cién y los acompaié a bordo, Al capitan del barco, amigo personal, antiguo camarada de colegio de Alerini, dijo éste el nombre verdadero del viajero, y él y Lombard lo reco- mendaron al capitén, que se mostré leno de consideracio- nes. Asi al menos, las tltimas impresiones de Bakunin en el PROLOGO a pais que quiso salvar y en el que, por el 28 de septiembre en Lyon, fué condenado el 13 de agosto de 1871 a la depor- tacién en un recinto fortificado; las tiltimas impresiones de Bakunin en ese pais —que conocia desde 1844 y que no debfa volver a ver— fueron las de un ambiente de cama~ radas y de buenas gentes. En una carta del 14 de febrero de 1872, defendiéndose contra acusaciones, dirigida al periédico Tagwackt, de Zurich, pasa revista a los hombres de Lyon y se expresa asi: “Richard, por su actitud cobarde, fué la causa princi- pal del fracaso de Lyon cl 28 de septiembre, Kespecto a mi, considero como un honor el haber participado allf con ef digno ciudadano Palix, muerto en el invierno Gitimo des- pués de grandes sufrimientos; con el bravo ciudadano Char- vet, que fué después asesinado cobardemente por un ofi- cial; com los ciudadanos Parraton y Schettel, que gimen en este momento todavia en las cérceles del seior Thiers [con- denados el 13 de agosto de 1871 a cinco y a un afio de pri- sién]. Desde entonces, he considerado a Richard como un cobarde y un traidor”. En 1872, vefa en Zurich al joven Camilo Camet, que militaba en Barcelona, en 1873, con Brousse y Alerini. El 8 de febrero de 1875, le esctibié Eli- seo Reclus: “Conoci en Ginebra a tu amigo Saigne agrad6”. La marcha de Bakunin de Marsefla tuvo lugar el 24 6 el 25 de octubre; de Génova hizo sin duda un viaje rapido a Locarno por Milén y el lago Mayor; el 28, menciona ya su mujer que acababa de volver a casa; por lo tanto, el 27 6 el 28 de octubre. Recordemos atin que el 9 de septiembre, Berna, Neuchatel, Ginebra, Lyon y Marsella habian sido los puntos de parada de su viaje. Tenia ante sf un invier- no en el que se entregé al trabajo con encarnizamiento. oak He aqui un resumen de lo que sabemos sobre Ja accién personal de Bakunin para obrar conforme a las ideas abun- dantemente expuestas y motivadas en sus escritos de teoria y de discusién politica actuales, reunidos en el volumen presente de esta edicién. Las cartas reproducidas nos conser 8 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN van sus impretiones en diversas peripecias importantes de esos dos meses y medio, desde el 10 de agosto al 23 de ‘octubre de 1870;"pero no hay que perder de vista que ésos son todos Ios materiales conservados por un azar y que Tegaron a mi conocimiento por una serie de casualidades, mientras que la parte principal de su obra epistolary de su obra viviente, hablada, sostenida por su poderosa persona- lidad, se ha perdido, y que aun los materiales conservados presentan, para nosotros, problemas inabordables que ape- nas entrevemos, ‘Sin embargo, todos estos materiales reunidos hacen com- prender bastante claramente su actitud frente a la guerra de 1870-71 y el lector puede formarse una idea propia por Ja lectura de este volumen y de sus otros escritos simila- res, pfincipalmente de: tomo II, que contendré la conti- nuacién de estos trabajos durante el invierno de 1870 a 1871. zHa demostrado su tesis? No soy yo quien debe decirlo; cada cual se formaré una idea propia, Si me es permitido emitir mi opinién, diré: si se admiten sus premisas, su légi- ca es invulnerable; la cuestién, pues, es para mf ésta:si sus Premisas tienen el valor incontestable del dogma. ‘Su premisa que se refiere a Francia, dice que “ha sido considerada, sin embargo [es decir: “a pesar de sus desvia- ciones pasajeras y esos abusos desgraciados de una poten- cia infatuada de s{ misma”) hasta aqui por el mundo, y con plena justicia, como el jefe natural y como el iniciador generoso de todos los progresos humanos y de todas las con- quistas de Ja libertad” (del manuserito escrito en Marse- la), Su premisa en relacién a Alemania, es que significa lo contrario de todo eso y que su victoria en 1870 hard “volver a caer a Europa en las tinieblas, en Ja miseria y en la escla- vitud de los siglos pasados”... Si yo admitiese, pues, que hay en el centro de Europa y en u oeste dos razas, una siempre generosa, la otra siempre odiosa; la una de una esencia su- perior, la otra condenaca a Ja inferioridad; la una Nevando en su seno el socialismo, Ia libertad y todo lo que es bello, bueno y noble, la otra no produciendo mas que el despotis- ‘mo, la brutalidad, todo lo que es feo, bajo y villano, enton- ces podria comprender que en una derrota militar de Fran- cia viese Bakunin con justo derecho una desgracia irrepa- rable para sus camaracas de ideas, para una taza con la PROLOGO “9 cual se sentia solidario victima de otra raza maligna, vi- Ilana y odiosa. ‘Pero de todo eso no veo Ia primera palabra, y su lamento no me conmueve por tanto. Es verdad que yo soy alemén y se podria decir que estoy influfdo por el resultado de Ja diltima guerra y por lo que sucede desde entonces. Pero mi opinién fué siempre ésa.y mi primer sentimiento desde mi juventud me ha hecho sentir la igualdad absoluta de “derecho” de todos los pueblos y el cardcter muy relative y bastante poco importante de las diferencias de “hecho” en- tre los mismos. Hay diversidad sobre el mismo nivel, pero no hay superioridad de unos ¢ inferioridad de otros. Como Europa no se divide en burgueses y sabios nacidos para gobernar y en proletarios nacidos para obedecer, no esté dividida tampoco en franceses, “jefes naturales”, y en alemanes, masa incapaz de libertad. Si alguien empleaba un argumento parecido en relacién a Rusia, donde las masas incultas eran desde sus or{genes, en apariencia, los instru- mentos ciegos del zarismo, Bakunin era el primero en gritar que el zarismo no era mds que una excrecencia tartara y alemana impuesta a su pais y que el pueblo ruso estaba eno de aspiraciones libres y generosas, Sin duda tenfa raz6n, pero no se euidaba de aplicar el mismo razonamiento a Ale- mania y a su pueblo, En Io que escribié en 1870, no se encuentra el menor ¢s- fuetzo para imaginarse lo que habria acontecido si la Fran- cia de Napoleén III hubiese quedado vencedora en 1870. Entonces, el régimen bonapartista habria continuado, ha- bria sido seguro el desmentzamiento politico y la impoten- cia econémica de Alemania y, después de los veinte afios de predominio napoleénico, habria seguido un periodo seme- jante de duracién indefinida: ¢dénde estarfan entonces las probabilidades de socialismo y de libertad? La parte con- traria era, por consiguiente, igual en mi opinién, y no era propio de un internacional apasionarse por unos y malde- cir a los otros, Ms que nunca, en una época tal, eran recla- madas las palabras de justicia y de humanidad, y nosotros no vemos sino el apasionado preconcepto. Objetivamente, desde el punto de vista de la Historia, se opondré a la argumentacién de Bakunin el defecto singu- ar de que no parecia conceder un solo pensamiento a las $0 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN otras grandes potencias de Europa en Ia época de la guerra de 1870. Impone continuamente a sus lectores la imagen de una Francia completamente sometida a Alemania en caso de derrota, que seria una especie de dependencia, un orga- nismo impotente por sf mismo. Se sabe, sin embargo, que la politica general europea no habria permitido nada de este género; se sabe que los éxitos alemanes, saludados primero porque climinaban Ja pesadilla europea —Napoleén III—, fueron pronto vistos con una envidia y una hostilidad extre- ma por Inglaterra y Rusia, y por Austria, igualmente, de través, Cuanto més la guerra avanzaba en el otofio y en el invierno de 1870, inés a la vista estaba una intervenci6n eu Fopea, una presién sobre Alemania, Io que quité a la paz de Francfort toda posibilidad de un sometimiento tal como el gue temia Bakunin, si hubiese sido ése el pensamicnto polt- tico de Alemania. Bakunin escribe como si no hubiesen exis- tido mas que Francia y Alemania en Europa, mientras que, en efecto, la constelacién politica de 1914 se dibujaba ya en el horizonte de 1870 y protegié a Francia contra el peli- gro que tanto temfa Bakunin, Es inconcebible para mi que ‘haya estado de tal modo encerrado en el circulo de sus ideas, frecuentado por su prevencién, para no hacer caso de esos hechos que la opinién ptiblica de aquel tiempo conocia bien y que después han sido ganados para la Historia, Un lector moderno debe recordar ademas que en el tiempo de Napoleén 111, usurpador que temia a su pueblo, el ejército era una institucién mucho menos vasta y més separada del pueblo que los ejércitos modernos que en los paises militaristas extienden sus garras absolutamente 5o- bre toda la poblacién viril. En Francia, una gran parte de Ia poblaciéa escapaba entonces a la conscripcién comprando un reemplazante, 0 de otro modo, y generalmente se de teresaba del ejército, que tenfa un cardcter profesional. La idea de una guerra popular por voluntarios, era, pues, na- tural; se echaba mano a una reserva de hombres muy vasta y al crédito inquebrantable del pats, el mar libre que per- mitia todas les importaciones. Todo eso y los voluntacios de Garibaldi y otros, produjeron, en efecto, una guerra casi popular, pero de la cual el Gobierno de Tours, que procura- ba el dinero, la autoridad gubernamental y los cuadros, te- nia los bilos. Para todos los que no tenfan Ja revolucién PROLOGO st social como fin supremo, cl método de Gambetta, apoyado en los enormes recursos mencionados, parecia, pues, ser mas préctico que el de Bakunin, que asociaba la organiza- cién de is res’stencia a un complejo de cuestiones muy di versas que culminaban en la abolicién del Estado y en la federaciOn de las comunas libres, programa que correspon- dia a ciertos descos del Mediodia, que estuvo muy lejos del teatro de Ja guerra (Liga Meridional, etc.) y que en- contré una sublime expresién en la Comuna de Paris, pero que dividia las opiniones en ‘ugar de unirlas y alimentaba la vida politica local y no la resistencia organizade al enemigo. Bakunin es reciamado constantemente en dos direcci nes: por su conciencia profandamente socialista y revolu- clonariz, que le hace enirever en ese periodo de desorgani- zaci6n guberuamental de la caida del régimen bonapartista o, un perfodo de grandes posibilidades revolucio- . 3 POF sti ardiente patriotismo francés, que le hace considerar como un dever el salvar a Francia por una re- sistencia encarnizada sacada de Ja fuerza inagotable del pueblo, Lin cealidad, él no habria podido hacer més que una u oira cosa, tentativas revolucionarias o fundacién de or- gonismos patridticos, que reclutaran hombres para la gue- fra, cualquiera que fuese el nombre que se le hubiera dado. sintesis de la revolucién y del patriotismo est bien e Gente en sus paginas; pero, en la praccica, el patriotismo habria absorhido a la revolucién, Si sus ideas para unos se- jan una indicacion de “cémo proceder”, para otros serfan una cnsefianza Ge “cémo no proceder”. Es interesante ver a un pensalor como él desarrollar la idea de osa sintesis hasta sus tiltimas consscuencias, puro es preciso juzgar después su propia experiencia, relatada aqui a menudo con sus propias palabras, y deapués la experiencia que la His- toria de nuestra época, esos cincuenta y pico de afios de evoluciéa moderna, nos ha dado, la hayamos 0 no buscado. Es esta, pues, una coleccién de escritos de gran interés, no por su cisefianza directa, que seria objeto de controver- sia, sino por las ideas numerosas removidas por un autor que tiene siempre en el corazén Ja gran causa de la liber- tad mundial: MAX NETTLAU 16 de julio de 1923, CARTAS A UN FRANCES SOBRE LA CRISIS ACTUAL (1870) 25 de agosto, por la noche Consideremos de nuevo la situacién general. Yo creo haber probado, y los acontecimientos no tarda~ rn en demostrarlo mejor de lo que yo he podido hacerlo: 1—(1) Que en fas condiciones en que se encuentra Fran- cia actualmente, no puede ser salvada ya por Jos medios re~ gulares de la civilizacién, del Estado. No puede escapar a Ta decadencia més que por un esfuerzo supremo, por un in- menso movimiento convulsive de toda fa nacién, por Ja sub- levaciéa armada del pueblo francés. 4) Los prusianos, toda Ia nacién alemana, considerad: como Estado unitario, como imperio —lo que es ya vir- tualmente— no puede rescatar los inmensos sacrificios que ha hecho, ni salvaguardarse contra las futuras ven- ganzas —aun contra las préximas— de Francia, hami- Mada, insultada, mas que aplastando a ésta Gltima y dicténdole las condiciones de una paz ruinosa en Paris. b) Ningtin Estado francés —imperio, reino o repiblica— podria existir slo un afio después de haber aceptado Tas condiciones desastrosas y deshonrosas que ios pru- sianos estardn obligados, por la fuerza de las cosas, a dictarles, c) Por tanto, el Gobierno actual —Bazaine, Mac-Mahon, Palikao, Trochu, con su consejo privado Thiers-Gam- betta— no pueden, aunque lo quisieran, tratar con los prusianos, en tanto que quede uno sélo en territorio de Francia. A consecuencia de lo cual, entre todos estos hombres que representan cuatro partidos diferentes —el (Q) Como, se noterk al contimuar Ja Jecwura, Bakunla escibi6 este “a eon tz Extension decors. segvie Ge un “Wy del que te avis 7 awe se buch th Vano en eh texto, (Not del traduetor} a #) OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN imperio ‘vergonzoso, el orleanismo directo (Trochu), el orleanismo indirecto, o bien la epublica burguesa, y sobre todo militar, como transici6n a la restauraci6n monérquica (Thiers y Trochu, sin duda, si la restau- raci6n directa se mostrase imposible), y la repiblica burguesa como panacea (Gambetta y compafiia)— entre todos estos hombres hay una tregua ticita, Meten sus banderas en los bolsilios y postergan la lucha de los partidos para tiempos més pacificos, dndose la mano hoy para Ja salvacién del honor y la integridad de Francia, Todos son sinceramente patriotas de Estado, Separa- dos en tantos puntos, se unen completamente sobre uno solo: son todos igualmente politicos, hombres de Es- tado. Como tales, no tienen fe més que en los medios regu- Jares, mas que en las fuerzas organizadas por el Estado, y un horror igual hacia la bancarrota, que es, en efec to, el deshonor del Estado, no de la nacién, no del pue- blo; un horror hacia las sublevaciones, hacia los mo- vimientos anérquicos de las masas populares, que son el fin de la civilizacién burguesa y una disolucién « gura del Estado. Quisieran, pues, salvar a Francia por los medios regu- ares Gnicamente y por las fuerzas organizadas del Es- tado, no recurriendo sino lo menos posible a los sal- vajes instintos de la multitud, que ofuscan la delica- deza exquisita de sus sentimientos, de su gusto, y, lo que es més scrio todavia, que amenazan su posicion y Ja existencia misma de la sociedad afortunada y pri- vilegiada. Sin embargo, estén forzados a recurrir a ella, porque la posicién es muy seria, y su responsabilidad, inmen- sa. A una potencia formidable y magnificamente orga- nizada, no tienen nada més que oponer que un ejército medio destrufdo y una méquina administrativa torpe, embrutecida, corrompida, que no funciona sino a me- dias e impotente para crear en pocos dias una fuerza que no ha sido capaz de producir en veinte affos. No podrian, pues, emprender ni hacer nada serio, si no es- 8 A) i) CARTAS A UN FRANCES ST tuvieran sostenidos por la confianza péblica y socorri- dos por la abnegacién popular. Se ven forzados a apelar a esta abnegacién. Han pro- clamado el restablecimiento de la Guardia Nacional ett todo e! pais, la incorporacién de los guardias méviles al ejército y el armamento de toda la nacién. Si todo esto fuese Sincero, bubiesen ordenado la distribucién inmediata de las armas al pueblo en toda la superficie de Francia. Pero esto seria la abdicacién del Estado, la revolucién social por el hecho, si no por la idea, y ellos no Ja quieren de ninguna manera. La quieren tan poco, que si debicran escoger entre la entrada triunfal de Jos prusianos en Paris y la salva~ cién de Francia por la revolucién, no bay duda que todos ellos, sin exceptuar a Gambetta y compaiiia, op- tarfan por lo primero. Para ellos, la revolucién social es la muerte de toda civilizaci6n, el fin del mundo y por consiguiente, de Francia también, Y vale més —pensaban— una Francia deshonrada, empequefiecida, sometida momenténeamente a la voluntad insolente de Jos prusianos, pero con la esperanza segura de levan- tarse otra vez, que una Francia muerta para siempre como Estado por ia revolucién. social Como politicos, se han planteado, pues, el problema si- guiente: apelar al armamento popular sin armar al pue- blo, pero aprovechar el entusiasmo popular para hacer entrar, bajo diferentes denominaciones, muchos reclu~ tamientos voluntarios en el ejército; bajo el pretexto del restablecimiento de la Guardia Nacional, armar a Jos burgueses, con exclusién de los proletarios, y s0- bre todo a los antiguos militares, a fin de tener una fuerza suficiente para oponer a las revueltas del prole- tariado, alentado por el alejamiento de las tropas; incor porar al ejército los guardias méviles, suficientemente disciplinados, y disolver 0 dejar desarmados a los que no lo estén y que demuestran sentimientos demasiado rojos; no permitir la formacién de los cuerpos fran- cos sino a condicién de que estén organizados y conducidos sélo por jefes pertenecientes a las clases privilegiadas; Jockey Club, propietarios nobles y bur- gueses, en wna palabra, gentes de pro. { 58 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN A falta de potencia coereitiva para contener a las pobla- ciones, hacen servir su excitacién patriética, provocada tan- to por los acontecimientos como por sus declaraciones y sus medidas forzadas, al mantenimiento del orden ptiblico, pro- pagando entre ellas esa conviccién falsa, desastrosz, de que para salvar a Francia del abismo, del aniquilamiento y de Ja esclavitud con que la amenazan los prusianos, las pobla- ciones deben, al mismo tiempo que permanecer suficiente- mente exaltadas para sentirse capaces de los sacrificios ex- traordinarios que serén rcclamados para la salvacién de! Estado, quedar trenguiles, inactivas, poniéndose de un modo completamente pasivo en manos del Estado y del Gobier- no provisional que ha tomado hoy su direccién, y considerar como enemigos de Francia, como agentes de Prusia, a to- dos los que traten de perturbar esta confianza y esta quie~ tud popular, a todos los que quieran provocar a la nacién a actos esponténeos de salvacién piiblica; en una palabra, a todos los que, desconfiando con justo titulo de la capaci- dad y de Ia buena fe de los gobernantes actuales, quieran salvar a Francia por el camino de la revolucién, j) Hay, por consiguiente, hoy, entre todos los partidos, sin exceptuar a los jacobinos rojos y naturalmente tam- bién a los socialistas burgueses, acobardados y parali zados unos y otros por el temor que les inspiran los so- cialistas révolucionarios, realmente populares —los anarquistas 0, por decirlo asi, los hebertistas del socia- Jismo, que son también profundamente detestados por por los comunistas de Es- tado, como por Jos jacobinos y los socialistas burgue- ses—, entre todos estos partidos, sin excepcién de los comunistas de Estado, hay un acuerdo técito para im- pedir Ja revolucién en tanto que el enemigo esté en Francia, pot dos razones: La primera es que, no viendo todos igualmente 1a salva- ci6én de Francia ms que en la accién del Estado y en la exageracién excesiva de todas las facultades y potencias estatales, estén todos sinceramente convencidos de que si la revolucién estallzse ahora, como tendrfa por efecto inme- diato, natural, la demolicién del Estado actual, y como los CARTAS 4 UN FRANCES 59 jacobinos y los comunistas autoritarios carecerian necesa- rlamente del tiempo y de todos los medios indispensables pata la reconstrucciéa inmediata de un nuevo Estado revo- lucionario, ella, es decir, la revolucién, entregaria Francia 2 los prusianos, entregéndola primero a los republicanos so- cialistas, La segunda no es més que una explicacién y un desarro- No de la primera, Temen y detestan igualmente a los so- cialistas revolucionarios, a los trabajadores de la Interna- cional y, comprendiendo que cn las condiciones presentes la revolucién triunfarfa ineludiblemente, quieren a toda cos- ta impedir la revolucién. k) Esta singular situacién entre dos enemigos, de los cuales uno ~los monérquicos— esté coadenado a des- aparecer, y el otro —los revolucionarios socialistas— amenaza con el triunfo, impone a los jacobinos, a los socialistas burgueses y a los comunistas de Estado una Gura necesidad: la de aliarse secretamente, técitamente, con la reaccién de arriba contra la revolucién de abajo. No temen tanto aquella reaccién como esta revolucién. Viendo, en efecto, que la primera esté excesivamente debilitada, hasta el punto de no poder existir ya sino con su consentimiento, se asocian con ella momen- taneamente y se sirven de ella de un modo muy disi- mulado contra la segunda. Esto explica la reacci6n violenta que reina hoy con st consentimiento en Paris. Eso explica por qué se retiene, se osa retener iJegalinente a Rochefort en prisiéa. ;Ha notado usted el mutismo de toda la oposicién radical, y partiou- Jarmente el silencio de Gambetta, cuando Raspail ha recla- mado su liberacién? Sélo el viejo Cremieux ha pronunciado un miserable discurso juridico; los demas, ni una palabra. Y sin embargo ia cuestién era bien clara: se trataba de la dignidad y del derecho del cuerpo legislativo entero, de Ja dignidad y del derecho de la representacién nacional vio~ lados cinicamente en la persona del diputado Rochefort por el Poder ejecutivo, El silencio de la izquierda republi- cana, no significa dos cosas: primeramente que todos es 60 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN tos jacobinos detestan y temen a Rochefort como aun hom- bre que goza, justa o injustamente, de las simpatias y de la confianza de ia vil multitud; que todos, como politicos, ex- presion favorita de Gambetta, estén muy contentos de sa- ber que Rochefort est en prisin, y, ademas, que hay un convenio para no hacer oposicién al Gobierno provisional existente actualmente en Paris? J) Esta resolucién es afin una consecuencia natural de su posicién singular: habiendo decidido que la revolucién inmediata serfa funesta para Francia, y no queriendo, por consiguiente, derribar al Gobierno (porque derri- atlo sin la revolucién es imposible, pues la mayoria del Cuerpo legislative ce absolutamente reaccionaria, de modo que para cambiar el Gobierno habria que disolver violentamente el Cuerpo legislativo), estando obligados 2 sufrir este Gobierno que detestan —los radicales son demasiado patriotas pata querer debilitarlo—, porque ese Gobierno est4 encargado ahora de la defensa de Francia, de mancra que debilitario seria debilitar la de- fensa, las probabilidades de calvacién de Francia, de ahi se deriva una consecuencia necesaria: os radicales estén obligados a sufrir, a dejar pasar en silencio todas Jas intrigas, Jos actos més inicuos, aun las més funestas tonterias de] Gobierno, porque es una verdad recono- cida y mil veces comprobada y confirmada por la ex- periencia de todas las naciones, que en jas grandes cri del Estado, cuando éste se halla amenazado por i mensos peligros, més vale un gobierno fuerte, por malo que sea, que la anarquia que resultaré necesaria- mente de Ja oposicién que se le haga. Sin corregir los vicios inherentes a ese gobierno, la oposici6n y la anar- quia subsiguicntes debilitarén considerablemente su po- der, su accién, y disminuirén por consiguiente las pro- babilidades de salvacion para Francia. m) ¢Qué resulta? Que la oposicién radical, encadenada do- biemente por Ja repulsi6n instintiva que le inspira el socialismo revolucionario y por su patriotismo, se anu- Ja completamente y marcha sin voluntad a remolque de ese Gobierno al gue refuerza y sanciona con su presen- CARTAS A UN FRANCES a cia, con su silencio y algunas veces también con sus cumplimientos y las expresiones hipécritas de su sim- patia, Este pacto forzado entre los bonapartistas, los orleanis- tas, los republicanos burgueses, los jacobinos rojos y los so- cialistas autoritarios, es naturalmente en beneficio de los dos primeros partides y en detrimento de los tres ‘iltimos. Si hubo alguna vez republicanos trabajando en provecho de Ja reaccién mondrquica, son ciertamente los jacobinos fran- ceses conducidos por Gambetta. Lot reaccionarios, acorra- Jados, no sintiendo ya terreno bajo sus pies, viendo rotos en sus manos todos los viejos medios, todos los instrumen- tos necesarios a la tiranfa del Estado, se han hecho en este momento excesivamente humanos y corteses; Palikao y Je- rénimo David mismo, tan insolentes ayer, son hoy de una afabilidad extrema. Colman a los radicales, y a Gambetta sobre todo, con sus adulaciones y con toda especie de tes- timonios de respeto. Pero a cambio de estas cortesias tie- nen el Poder. ¥ Ia iquierda radical esté exclufda por com- pleto. 8) En el fondo, todos estos hombres que componen hoy el Poder: Palikao, Chevreau y Jerénimo David por un lado, Trocht y Thiers por el otro, y en fin Gambetta, éste intermediario semioficial entre el Gobierno y Ia izquierda radical, se detestan cordialmente y, conside- réndose enemigos mortales, desconfian profundamen- te unos de otros; pero, intrigando unos contra los otros, estén forzados a marchar juntos, o més bien, es- tén forzados a aparentar que marchan de acuerdo, Toda Ja potencia de este Gobierno esté fundada exciusiva- mente hoy en la fe de las masas populares en su armo- niosa, completa y fuerte unidad. Como este Gobierno no puede mantenerse més que por Ja confianza pablica, es preciso en absoluto que el pueblo ten- ga una fe, por decirlo asf, absoluta en esa unidad de accién yen esa identidad de opiniones de todos los miembros del Gobierno; porque si la salvacién de Francia debe ser con- seguida por el Estado, esa unidad y esa identidad es lo tini- co que podrd salvarla, Es preciso, pues, que el pueblo esté 62 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN convencide de que todos los miembros que componen el Go- bierno, olvidando todas sus disidencias y todas sus ambi- ciones pasadas, y dejando absolutamente a un lado todos Jos intereses de partido, se dan la mano francamente para no ocuparse hoy més que de la salvacién de Francia. El ins- tinto del pueblo save perfectamente que un gobierno divi- dido, del que se tira en todos los seatidos, y cuyos miem- bros’ intrigan unos contra otros, es incapaz de una ac- cién enérgica seria; que un tal gobierno podré perder al pafs en lugar de salvarlo. Y si supiese todo Io que pasa en el seno del Gobierno actual, lo derribaria, Gambetta y compafifa saben todo lo que pasa en el seno de ese Gobierno; son bastante inteligentes para compren- der que el Gobierno est demasiado desunido y es demasia- do reaccionario para desplegar toda la energia exigida por Ja situaci6n y para tomar todas las medidas necesarias a fa salvacién del pais, y se callan, porque hablar seria prove- car Ja revolucién, y porque su patriotismo tanto como su burguesismo rechazan la revolucién. Gambetta y compafiia saben que Palikao, Jerénimo Da- vid y Chevreau, aprovechindose de su. posicién, intrigan con Mac-Mahon y Bazaine para salvar el Imperio, si es po- sible, y, en caso de imposibilidad, para salvar al menos la ‘Monarquia, transformdndola en reino con la dinastia de los Borbones o de los Orleans; saben que el demasiado elocuen- te y parlamentario Trochu intriga con el padre del parla- mentarismo, Thiers, y con cl taciturno Changarnier, para la restauracién directa de los Orleans. Gambetta sabe todo 60, lo ve todo, perc lo consiente, pues es demasiado patriota para permitirse también una intriga en favor de la Rept blica, Lleva esa renunciacién patriética tan lejos, que hasta permite a sus nuevos amigos de la reaccién bonapartista, omnipotentes desde que los acontecimientos vinieron a de- mostrar su impotencia para gobernar a Francia, decapitar y demoler el partido republicano, suspendiendo sus dos dia~ rios principales, el Reveil y el Rappel, los cinicos que ve han atrevido a decir Ia verdad sobre los acontecimientos que se suceden en Francia y a los habitantes de Francia La mentica oficial esté hoy més que nunca a Ja orden del dia en Paris y en toda Francia. Se engafia cinicamente, sisteméticamente, « la nacién entera sobre el estado actual CARTAS A UN FRANCES “a de los asuntos. En el momento en que el ejército francés esté derrotado y casi destrufdo, cuando los prusianos con- tinian su marcha sobre Paris, Palikao acaba de hablar en el Cuerpo legislativo de las victorias de Bazaine, y todos los periédicos de Paris, sabiendo la verdad, repiten estas mentiras; siempre por patriotismo, porque la consigna en el presente, en todo el pais, es salvar a Francia por Ja mentira, Gambetta y compafifa saben todo eso, y no sola- mente se callan, sino que sancionan la mentira oficial con las expresiones hipécritas de una confianza y de una ale- gria que estén lejos de experimentar. ¢Por qué lo hacen? Porque estén convencidos de que si el pueblo de Paris y de Francia entera supiera la verdad, se levantarfa en masa: eso seria la revolucién; y por petriotiemo, tanto como por burguesismo, no quieren 1a revolucién. El armamento de la nacién, resuelto y transformado en ley por el Cuerpo legislative y el Senado, el de los guar dias nacionales y de los guardias méviles, no se hace del todo. El pueblo francés permanece completamente desar- mado ante Ia invasi6n extranjera. Gambetta y compafifa no pueden ignorarlo, puesto que aun los mismos periédicos reaccionarios de Paris lo dicen. He aquf lo que se lee en. La Presse del 24 de agosto: “La Guardia Mévil esta apenas organizada en un tercio de departamentos; la Guardia Nacional, sedentaria, no esté armada en ningun parte, fuera de Paris.” Y en otro articulo: “Hay en las oficinas de la Administracién deplorables tradiciones, reglamentos anticuados. Vemos por un lado la rutina administrativa y demasiado a menudo la inferioridad espiritual de ciertos altos empleados y pot el otro el entu- siasmo ardiente y decidido de las poblaciones... Los jefes de servicio, muy inferiores a Ja gravedad de las circuns- tancias, parecen multiplicar los obstéculos y las lentitudes con su fastidiosa expedienteria y por la mala acogida que hacen a Ja poblacién.” He abi lo que pasa en las provincias. En Paris, amenaza- do del més terrible peligro; en Paris, bajo la mirada de los cobardes republicanos, sucede lo mismo. He aqui lo que en- contré en una Adresse de Ia troisieme circonseription elec- torale de Paris al general Trochu (el 23 de agosto): oo OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN “Las administraciones rutinarias, envidiosas y formulis- tas, parecen oponer una fuerza de inercia invencible a las legitimas impaciencias de la poblacién parisién. Numero- sas inscripciones en las listas de la Guardia Nacional que- daron sin resultado alguno. El armamento se hace con una Jentitud desesperante, y la organizacién de los cuadros 20 parece ser de las més avanzadas... Llamamos vuestra aten- cién, general, sobre este estado de cosas tan poco en rela- cién con Ia gravedad de Jas circunstancias, Es tiempo de aprovechar todas Jas fuerzas vivas de la capital, Cuantas més desconfianzas, més odios, m4s temores.” Pero el general Trochu, como Palikao y Chevreau, el mi- nistro del Interior, el jesufta y el favorito de la Emperatriz, contrajeron un compromiso, conforme a su situacién, a sus fines y a sus opiniones: e! de matar sistematicamente el im- petu espontaneo de la nacién. Esto se ve sobre todo en las medidas que han tomado y continiian tomando en relacién a la Guardia Mévil. Habiendo adquirido la conviccién de que esa institucién, que debia formar un complemento til entre el armamento popular y las tropas regulares, estaba atacada de un profundo sentimiento antibonapartista, y en parte republicano, la han condenado a muerte, sin conside- rar los servicios inmensos que hubicra podido prestar en este momento a la defensa de la patria. Hemos visto lo que se hizo a los guardias méviles reunidos en Chalons, lo mis- mo que cerca de Marsella. Ahora, he aqui lo que dice La Presse, periédico reaccionario: Después de haber anuncia- do que los departamentos de Nievre y de Cher acaban de wer puestos en estado de sitio, observa que estas medidas se multiplican desde hace algunos dfas. “EI Poder no debe- rfa emplearlas sino con mucho discernimiento”; y en apo- yo de ello cuenta lo que ha pasado en, Perpignan: “Las elec- ciones municipales habfan tenido Iugar en Francia el mis- mo dfa en que se supo repentinamente Ia noticia de los des- astres de Wisenbourg y de Forbach. Kl prefecto de Per- pignan crey6 prudente, para no causar a los espiritus una impresién demasiado grande, retardar veinticuatro horas la publicacién de las noticias, De ahi la irritacién profunda de das poblaciones y més tarde los desérdenes, que terminaron con el licenciamiento de los guardias méviles.” Es evidente que se trata de un acuerdo previo para no CARTAS A UN FRANCES 65. armar la nacién, porque la nacién armada es la revolucién, y como Gambetta y compaiiia no guieren Ja revolucién, de- jan obrar al Gobierno reaccionario en silencio. Presionado, sin duda, por la parte ms radical de la po- blacién de Parfs, que comienza a comprender la verdad y a perder la confianza y la paciencia, Gambetta y compafiia, apoyados por la izquierda y aun —se dice— por el centro izquierda, han hecho un eupremo eofuerzo, exigiendo del Gobierno que acepte en el Comité de Defensa de Paris. como miembros, a nueve diputados. El Gobierno reaccionario, que percibié inmediatamente la trampa y que no quiere, de nin- gin modo, ver establecerse sobre las ruinas de su Comi- sign militar un Comité de salvacién pitblica, lo rehusé ter- minantemente, Pero, por espiritu de conciliacién, la Empe- ratriz regente acaba de firmar en el Consejo de ministros, el 26 de agosto, un decreto que ordena a los diputados ‘Thiers, marqués de Talhouet, Dupuy de Lome, y Ios sena- dores general Mellinet y Behic constituyan parte del Co- mité de la defensa de Paris. El viejo zorro Thiers ha des- arrollado una gran jugarreta, y los sefiores Gambetta y com- Paiifa se callarén, sufrirdn, porque se han entregado de pies y manos, encadenados como estén por su patriotismo y st burguesismo, Pero, en fin, qué esperan? ¢Qué aguardan? zCon quién quieren contar? ¢Son traidores o tontos? Han fundado to- das sus esperanzas en la energia y Ia habilidad desarrolia~ das, segiin parece, por Palikao y por Chevreau en el asunto de ta organizaci6n de un nuevo ejército, y sobre el genio militar de Bazaine y de Mac-Mahon. Y¥ si Mac-Mahon y Ba- zaine son una vez més derrotados, lo que es probable, qué sucedera? Palikao y Chevreau —se dice— no contentos con haber dado un nuevo ejército a Mac-Mahon, se ocupan ahora de la formacién de un tercer ejército. Acaban de enviar a los de- partamentos diez comisarios para acelerar su formacién. Han presentado (el 24 de agosto) al Cuerpo legislative un proyecto de ley, declarado de urgencia, y Iamando bajo las armas a todos los viejos militares de veinticinco a treinta y cinco afios, casados, a todos los generales hasta los setenta y tres y a todos los oficiales hasta los cincuenta afios. De este modo se formaré —dice La Liberté— un nuevo y excelente 66 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN ejército de doscientos setenta y cinco mil eoldados ague- rridos. Sf, en el papel. Porque no hay que olvidar que los que estén encargados de formarlo no son los comisatios extraordinarios de 1793, arrastrados ellos mismos y sostenidos por el inmenso mo- vimiento revolucionario que se habia apoderado de todas las poblaciones; no son los gigantes de la Convencién nacio- nal, son los prefectos, los funcionarios y los administrado- res’ de Napoleén IIT, los ladrones y los ineptos, los encar- gados de esa formacién, ‘La enorme tonterfa, el gran erimen y Ia gran cobardfa de Gambetta y compaiifa, es no haber derribado el Gobierno imperial, y el no haber proclamado la reptiblica hace quin- ce dias, cuando la noticia de la doble derrota de los fran- ceses en Froeschwiller (Woerth) y Forbach leg6 a Paris. El Poder estaba en tierta, no habia mas que recogerlo. En ese momento, eran omnipotentes; los bonapartistas estaban consternados, aniquilados. Gambetta y compafifa, aconseja~ dos por su propio patriotismo y por el de Thiers, recogieron el Poder y lo entregaron a Palikao. Estos retéricos, estos frasedlogos de una reptiblica ideal, estos bastardos de Dan- ton, no se atrevieron, Se han hecho justicia. _Después de ese momento tan propicio y perdido para siempre —pare Jos jacobinos, no para la revolucién social— todo ha marchado a tropezones, con una Idgica desesperan- te. Hace quince dias, nadie se atrevia a pronunciar el nom- bre de Napoleén, y si sus partidarios mas abnegados habla- ban de él, no era mas que para irsultarlo. Hoy, he aqui lo que he leido en La Presse del 24 de agosto: “El Emperador esté en Reims con el Principe heredero, con su séquito, en una encantedora villa de la seffora Sinard, a cuatro kilémetros de Reims, Es allf donde resi- de el soberano, Las villas de los alrededores estén ocupa- das por Mac-Mahon, por el principe Murat, etc. Los Guias y los Cien guardias acampan a las puertas del castillo de la ‘Molle, donde se encuentra el principe Murat, etc.” Y he aqui lo que dice el Bund, periédico semioficial de Ja Confederacién suiza: “La derecka (Ios bonapartistas) parece querer engafiar a la poblacién parisién hasta el momento en que los prusia- nos sitien a Parfs. Entonces ser4 tarde para hacer un mo- CARTAS AUN FRANCES o vimiento republicano, y aun en el caso de que el Emperador no pudiera conservar la corona, se podria hacerla pasar qui- 24s a Ja cabeza de.su heredero.” ‘Al mismo tiempo, el principe Napoleén —Plon-plon— Mega a Florencia con una misién extraordinaria ante el rey de Italia, no de parte del Ministerio, sino directamente de parte del emperador Napoleén, como en el pasado, Jo que hace excesivamente dificil la posicién de los diarios dem6- cratas italianos, que no quisieran tomar posicién a favor de Ia Francia imperial, a la cabeza de la cuel se encuentra et hhombre més aborrecido en Italia, Napoleén III. He aquf lo que dice a este respecto la Gazzetta di Milano dol 26 de agosto: “Los franceses contintian evocando los recuerdos glorio- sos del 92. Pero hasta el presente no hemos visto nada en Francia que nos demostrase viviente a ese gran pueblo que ha demolido la Edad Media, y el Cuerpo legisiativo actual representa todavia menos, aunque sea en miniatura, al que supo crear la victoria en medio de los tumultos y del des- encadenamiento revolucionario. ;C6mo! Desde hace quin- ce afios, nadie se atreve a hablar del Emperador, y si lo hace alguien, encuentra el vituperio universal; desde hace quince afios, Europa sabe que el Imperio ha cafdo, cosa con- fesada hasta por los miembros de la familia imperial (pa- tece que Plon-Plon se ha expresado en ese sentido en I"lo- rencia): y este generoso pais no ha dicho atin su palabra, no ha edificadd nada sobre las ruinas que re han producido; pone todas sus esperanzas en tal o cual individuo, no en si mismo; y, esperando, s¢ sometié a un Gabierno que fo ad- ministra en nombre del Emperador, que le engafia y le pierde en nombre del Emperador. Con la mejor voluntad ‘del mundo, no podemos expresar ninguna simpatia, ningu- na confianza en ese pais!” He aqui a qué resultado Iegaron el patziotismo y el esp!- ritu politico de Gambetta y compafiia. Yo les acuso del cri. men de alta traicién contra Francia, en el exterior tanto como en el interior; y si los bonapartistas merecen set ahoreados una vez, todos estos jacobinos debieran serlo dos. ‘Traicionan evidentemente a Francia en el exierior, por- que por su abnegacién patriética la han privado de un sos- tén moral inmenso, #610 moral en el comienzo, pero muy 68 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN material un poco més tarde. Si hubiesen tenido el valor de proclamar la repSbiica en Paris, las disposiciones de todos Jos pueblos: italiano, espafiol, belga, inglés, aun el alemén, se hubieran cambiado inmediatamente en favor de Francia. ‘Todos, sin exceptuar los alemanes, la masa de los obreros alemanes (1), habrian tomado partido por Francia contra la invasion prusiana, Y este apoyo moral de las naciones ex- tranjeras es algo, Los jacobinos de 1793 lo sabfan, no du- daban de que cse apoyo constitufa al menos la mitad de st poder. La revolucién hubiera inmediatamente ganado a Ita- lia, Espafia, Bélgica, Alemania, y el rey de Prusia, inquie- tado en su retaguardia por una revolucién alemana, més atin que por un ejército francés, se habria encontrado en una posicién verdaderamente apurada. Pero no se han atre~ vido estos bastardos de Danton, y todos los pueblos, dis- gustados de tanta tonterfa, de tanta cobardia, de tanta debi- lidad, no sienten ya para la nacién francesa mas que piedad, mezclada con desprecio. Los jacobinos han traicionado a Francia en el interior, porque al proclamar la reptblica sobre las ruinas del régi- men imperial, la habrian electrizado y resucitado, No tuvie- ron valor, han creido mds prdctico no atreverse a nada, no querer nada, no hacer nada, y por eso mismo se hicieron culpables de un abominable crimen: han dejado en pie, han sostenido con sus manos el edificio imperial que cafa. Han do cllos mismos las victimas de una ilusién que prueba su tonteria: porque todo el mundo a su alrededor ha dicho: “Bl Imperio ha cafdo”, lo habfan crefdo realmente cafdo, y sreyeron prudente conservar algunos dias el simulacro, a fin de contener su bestia negra: los revolucionarios socia- listas, Se dijeron: “Somos ahora los amos, seamos politi- cos prdcticos y prudentes para impedir el fatal desenca- denamiento del vil populacho! Y mientras que razonaban asf los reaccionarios, los bona- partistas primero, con ellos los orleanistas, todos asombra- dos de vivir atin, ‘de no adornar con sus cuerpos los faroles de Parts, respiraron; después volvieron a tomar aliento, y ae Taitince populares celesrados ex" Alea renente ‘clamad exte pentamicnte. de que ‘si lon franceses’ deribaber, Ma. Doledr' 9, sobre as blac o! Reta popu, toda a Redes homens est CARTAS 4 UN FRANCES 6 considerando bien a sus nuevos amos, y percatindose de que éstos no eran més que profesores de retérica y unos asnos, acabaron por sentarse encima de ellos. Tienen toda la Administracién en sus manos, todos los medios de ac- ci6s, y si es verdad que el Emperador viaja, el Imperio, el Estado, despético y més centralizado que nunca, esté en pie, Y armado de esta omnipotencia aumentada por el im- petu del patriotismo nacional desviado, aplasta hoy a Pa- ris y a Francia, No se han atrevido a poner en estado de sitio ... (1). ¥ mientras que los periédicos reaccionarios, como La Presse, por ejemplo, gritan hipécritamente: “Gracias a Dios, el pueblo francés ha tomado en sus manos la tarea de defender 1 suelo natal... Los ciudadanos se han entendido, se con- ciertan, ge organizan... No es ya sdlo el Gobierno el encar- gado de velar por nosotros, somos nosotros mismos”, la tri ple encarnacién de lo que hay de més canallesco en el régi- men de Napole6n IIT: Palikao, Chevreau y Jerénimo David, servidos fielmente bajo este aspecto por todos los prefectos y subprefectos de Napoleén III que permanecieron en su Puesto, han cubierto con una red de comprensién més reac- cionaria que nunca todo ei pais, y lo han reducido a una inmovilidad casi absoluta, a una pasividad que no difiere mucho de la muerte, He aqui cémo el patriotismo de los jacobinos ha traicio- nado y perdido a Francia, Si, perdido: porque si la revolu- cién social, o la sublevacién inmediata, anarquica, del pue- blo francés, no acude a salvarla, esté perdida, ©) Palikao y Chevreau, asf como el Comité de Defensa de Paris, con Trochu a su cabeza, despliegan —se dice— una actividad enérgica, admirable e infatigable para la organizacién de los medios de defensa. Sea, Pero, ges que los prusianos, por su parte, no se organizan también con una actividad y una energia sorprendentes? Porque, para los prusianos —no’ hay que engafiarse— como para los franceses, el resultado triunfal o. desastroso de esta guerra es una cuestién de vida o muerte. Hablando (2, Aga tay en ot manaieto una pelea Hesible y quite we © doe Palabras omitidas (Guillaume,) m sete 7 7 OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN ‘de los prusianos, hablo naturalmente de la Monarqufa, del Rey y de Bismarck, su primer ministro, con toda esa masa de generales, de lugartenientes y de pobres soldados que estin a su servicio. Es cierto que la monarquia prusiana juega el todo por el todo. Ha puesto en movimiento sus ‘iltimos recursos en dinero y en hombres, los Gltimos re- cursos de Alemania. Si los ejércitos alemanes Megasen a ser derrotados, ni uno solo de esos centenares de miles de soldados que han puesto el pie en territorio de Francia volveria vivo a Ale- mania. Por consiguiente, deben vencer y triunfar hasta el fin para salvarse, No pueden ni siquiera volver, después de las victorias estériles, sin levar consigo grandes compen- saciones materiales por las pérdidas enormes que han hecho y que han ocasionado a Alemania. Si el Rey de Prusia vol- viese a Alemania con las manos vacias, solamente con la gloria, no reinaria un dfa més, porque Alemania le pediria cuenta de sus millares y de sus decenas de miliares de hijos asesinados, invélidos, y de las sumas inmensas derrochadas fen esta guerra ruinosa y estéril, No hay que engafiarse; la pasién nacional de los alemanes ha Ilegado a su més alto tono; hay que satisfacerla o caer. No habria mas que un medio de desviarla: la revolucién social; pero es un me- dio del que probablemente el Rey de Prusia no se preocupa mucho, y no pudiendo servirla, no pudiendo desviar la pa- sién pairiética, unitaria y vanidosa de los alemanes, debe satisfacerla, y no puede satisfacerla més que en detrimento de Francia, mas que arrancéndole a lo menos un millar de millones y dos provineias: la Lorena y la Alsacia, e impo- niéndole, para garantizarse contra sus venganzas en el por- venir, una dinastia, un régimen y condiciones tales que que- de por mucho tiempo debilitada, encadenada e impedida de moverse. Porque la prensa alemana esta undnime en este punto y tiene mil veces razén: que Alemania no puede hacer cada dos afios sacrificios inauditos para mantener su independencia. Es, pues, absolutamente necesario para la nacién alemana, que pretende ocupar hoy la posicién domi- nante de Prancia en Europa, reducir a Francia precisamen- te al estado en que esta potencia ha mantenido hasta aqui a Italia, hacerla tributaria, un virreinato de Alemania, del gran Imperio alemén. CARTAS A UN FRANCES n ‘Tal es la situacién del Rey de Prusia y de Bismarck, No pucden volver a Alemania sin haber arrancado a Francia un par de provincias, un miliar de millones y sin haberle impuesto un régimen que le garantice su resignacién y su sumisién, Pero todo esto no puede ser arrancado a Fran- cia més qué en Parfs... Los prusianos estén obligados a to- mar a Paris, Saben bien que no es del todo fécil. Por eso hacen esfuerzos inauditos para duplicar su ejército, a fin de aplastar literalmente a Paris y a Francia. Mientras que Francia se organiza, Prusia no duerme tampoco; se orga- niza también, Veamos ahora cual de estas dos organizaciones promete mejores resultados. Comencemos por examinar la posicién y la fuerza res- pectiva de los ejércitos en presencia. | Bazaine, encerrado en Metz, digase lo que se quiera, no tiene —segén la opinién de los diarios de Paris— mas de ciento veinte mil hombres. Yo creo que le quedan apenas cien mil, pero concedémosle los ciento veinte mil, ¢En qué posicin se encuentran? Encerrados en Metz por un ejér- cito de doscientos cincuenta mil hombres por lo menos, 0 sea, por dos ejércitos: el del principe Federico Carlos y el de Steinmetz que se han reunido, ya los cuales fué a afia- dirse el cuerpo de reserva de Herwart von Bittefeld (cin- cuenta mil hombres) y el ejército del Norte, comandado pot Vogel von Falkenstein (al menos cien mil; supongamos cincuenta mil hombres), lo que haria en conjunto cien mil hombres de tropas frescas; y como, al comienzo de la gue- tra, el principe Federico Carlos tenia ciento ochenta mil soldads y Steinmetz cien mil —en total doscientos ochen- ta mil hombres—, valuando ain la pérdida de estos dos ejércitos en ochenta mil hombres, lo que es enorme, es pre- ciso concluir que el ejército alemén reunido ahora alrede- dor de Metz esté compuesto al menos de trescientos mil hombres, Pero supongdmosle s6lo doscientos cincuenta mil Es seguramente el doble, mas que el doble, del de Bazaine. Bazaine no puede estar mucho tiempo en Metz; él y su ejército acabarfan por morir de hambre y por rendirse por inanicién y por falta de municiones. Deben abrirse un Paso obligadamente a través del ejército enemigo, doble més numetoso, Lo intent6 ya dos veces y fué rechaza- @ OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN zado. Es evidente hoy que la siltima batalla del 18 de agos- to, en Gravelotte, ha sido para los franceses un asunto des- astroso. Vencidos, descorazonados, abatidios, mal organiza dos, mal administrados y mal dirigidos (porque toda la energia de Bazaine no pudo deshacer en algunos dias lo que el Gobierno de Napoieén ha hecho durante veinte afio los administradores ladrones e incapaces, los oficiales va- jentes pero ignorantes, los soroncles cortesanos, no pus den ser inmediatamente reemplazados por otros, tanto mis cuanto que no se sabria dénde encontrar esos otros), co- menzando ya a sufrir el hambre —porque no hay duda de que todo el ejército encerrado en Metz se halla reducido a la racién minima— los cien mil hombres de Bazaine se encuentran en presencia de doscientos cincuenta mil ale manes, todos repuestos por el saqueo de Alsacia y Lorena y por los inmensos aprovisionamientos de toda suerte que ‘han sido arrebatados a los tres cuerpos de Frossard, de Du Failly y de Mac-Mahon (quitaron a este ‘iltimo hasta su vajilla, su tesoro y su cartera); imponiendo dos millones de contribuciones en dinero, y contribuciones inmensas en provisiones de toda especie a los habitantes de las ciuda- des tomadas; envalentonados tanto por ese saqueo como Por sus victorias, los alemanes, al contrario, estén en una disposicién excelente. Son mandados por buenos oficiales, sabios, conscientes, inteligentes, aguercidos, y en los cua- les la ciencia y la inteligencia militares se unen a una ab- negacién y a una disciplina de esclavos ante su jefe coro- nado. Marchan adelante como esclavos exaltados, conscien- tes y altivos de su esclavitud, oponiendo a la brutalidad ignorante de los oficiales franceses, su brutalidad inteli gente y sabia, Son mandados por generales igualmente in- teligentes, y de los cuales dos sobre todo, el general Molt- ke y el principe Federico Carlos, parece que estén entre Jos primeros de Europa. Por otra parte, siguen un plan des- de hace mucho tiempo meditado, combinado y que no tu- vieron necesidad de cambiar hasta aqui; mientras que el ejército francés, habiendo sido conducido primeramente sin plan, sin idea, reducido al extremo (sic) debe crearse uno, inspirado por la desesperacién, lo que al menos exigirfa genio, y Bazaine y Mac-Mahon, por excelentes generales que puedan ser, no son de ningén modo hombres de genio. CARTAS A UN. FRANCES ” Yo no s€ si Moltke es un hombre de genio; pero es evi- dente que, en’todo caso, los prusianos, a falta de genio, tie -nen el estudio, la preparacion y Ia ejecucién inteligentes de um plan establecido que siguen sistemSticamente, unien- do una gran audacia a una gran prudencia, Todas las pro- babilidades estén, pues, en favor de los prusianos. Se dice que el ejército que se ha reformado o que se ha formade de nuevo en Chalons es de ciente ciucenta mil hombres. Yo no creo que cuente més de cien mil. Pero su- pongémoslo de ciento cincuenta mil: el ejército del Prin cipe heredero que avanza sobre Paris y que ha penetrado ya en Chalons, es de doscientos mil hombres. En todo caso, es superior en namero al ejército de Mac-Mahon; es supe- rior también por su organizacién, por su disciplina y, so- bre todo, por su administracién, El ejército de Mac-Mahon debe de tener todas las desventajas de un ejército improvi- sado, Acaba de abandonar a Chalons para marchav hacia Reims, Meziers y Montmedy en socorro de Bazaine; prue- ba de que Bazaine se encuentra en una posiciéa muy criti- ca y que es de aqui en adelante incapaz de librarse por sf mismo. Para este movimiento estratégico, como se dice glorio- samente por los diarios de Parfs, Mac-Mahon ha dejado en descubierto a Paris. ¥ no hay duda de que el Principe he redero marcha resucltamente sobre Paris, dejando a su pri- mo, el principe Federico Carlos, a Steinmetz y a Vogel von Falkenstein ¢l cuidado de mantener en jaque a los dos ejércitos de Bazaine y de Mac-Mahon, misién que ellos no dejarén sin duda alguna de cumplir con honor, porque los tres ejércitos alemanes reunidos y obrando de acuerdo, dén- dose Ja mano, presentan un mimero de combatientes mas grande que el de los dos ejércitos de Mac-Mahon y de Ba- zaine juntos, cjércitos que, por lo demis, estén separados Y que probablemente no legarén jamés a unirse. Mientras que estos tres ejércitos alemanes tienen en ja- que a los dos ejércitos franceses, el Principe real, a la ca- beza de ciento cincuenta y quiz4s de doscientos mil hom- bres, marcha sobre Paris, que no tiene para oponerle mis que treinta mil hombres de tropas regulares, doce mil sol- dados de la Marina, distribufdos en los fuertes y ochenta mil guardias nacionales apenas armados. WS TS SS a Skee aren ERT: ” OBRAS DE MIGUEL BAKUNIN ‘Yo espera que Parfs le opondré una resistencia deses- perada, y confieso que Gnicamente sobre esa resisten- cia se apoyan actualmente ‘mis proposiciones, mis pro- yectos. Pero sé, también, que los prusianos son tan in- teligentes y prudentes como audaces, que no avanzan nun- ca sin célculo y sin haber preparado todos los elementos del éxito. ¥, ademas, Paris se encuentra en poder de la reac- cién. j Dios sabe cudntos intrigantes y traidores hay en este momento en medio de Paris, en el seno del mismo Go- bierno! ; Quién sabe si los p-usianos no tienen inteligen- cias con Paris! En todo caso, es evidente que, desde el punto de vista de la estrategia, de la téctica, en una palabra, de Ia posi- cién militar, todas las ventajas estén de parte de los pru~ sianos, todas las probabilidades estén por ellos, hasta el punto de que se puede probar mateméticamente, consideran- do siempre la cuestion desde ef punto de vista militar s6lo, que los grandes ejércitos franceses deben ser destrutdos ¥ que Paris debe caer en manos de los prusianos. Ahora, dejemos a un lado el punto de vista militar y consideremos esta lucha gigantesca entre dos grandes Es- tados que combaten por la hegemon{a de Europa, entre el Imperio francés y el Imperio alemén, bajo el aspecto eco- n6mico, administrativo y politico. ¥ no es dudoso que esta guerra sea tan ruinosa para Alemania como para Francia; pero es igualmente cierto también que Ia posicién econé- mica de Alemania, en este momento, es mil veces preferi- ble a la de Francia. Ya por esta simple razén de que la guerra no se hace en Alemania, sino en Francia. Luego porque Alemania esté cien vzces mejor administrada que Francia, saqueada en este momento por los alemanes y por sus propios ladrones, por la Administracién imperial, La buena organizacion de las nitevas fuerzas, cuya for- macién sin duda sera impuesta por esta guerra tanto a Ale- mania como a Francia, depende de la bondad, de Ja honra- dez relativa, de la inteligencia, de la energia, de la habili- dad, de la buena experiencia y de la actividad de las Admi- nistraciones. Pues bien, la Administracién alemana es, como todo el mundo lo sabe, relativamente excclente; la Admi- nistracién francesa es detestable. Esta ditima representa el maximo de deshonestidad, de pillaje, de incuria y de iner- CARTAS A UN FRANCES 6 cia; 1a otra, al contrario, representa el maximo de trabajo concienzudo, de relativa honradez, de inteligencia y de ac- tividad. La Administracin francesa, profundamente des- moralizada por veinte afios de régimen imperial, lo est4 atin més por los desastres que acaban de herir a Francia y por a agitacién popular provocada como consecuencia en to- das partes, Esta anulada desde que el régimen imperial ha caido de hecho, si no de derecho. No cree ya en su propia existencia, es un general jsélvese e7 que pueda! y, en me- dio de esta confusién suprema, ha perdido lo poco que te- nia de cabeza, de energia y de aliento, y no ha conservado més que una sola facultad: la de mentir y de robar, La Ad- ministracién alemana es, al contrario, més entusiasta, mas honrada, mds inteligente, mds enérgica y més activa que nunea, y funciona, no en medio de un pais invadido, sino de in pats tranquilo, Heno de buena voluntad, sostenido por el entusiasmo de las poblaciones. Por consiguiente, es evidente que crearé, en menos tiempo, mas y mas que la Administracién francesa. Desde el punto de vista politico, todas las ventajas ¢s- tn del lado de los alemanes iguaimente. Las viejas di- visiones del pafs, se han borrado, desvanecido, ante el gran triunfo de la Alemania unitaria, Los alemanes estén Henos de entusiasmo, unidos en un mismo sentimiento de va- nidad y de alegefa patriética. Esta guerra se ha conver tido para ellos en una guerra nacional. Es la raza germéni- ca que, después de tantos sigios de humillacién, viene, al fin, a tomar su puesto en Europa como imperio dominan- te; quiere destronar a Francia, Estad seguros: los obreros _alemanes mismos, aun haciendo protestas de sus sentimien- ‘tos internacionales, no pueden preservarse de las invar siones de este contagio patridtico, de esa peste nacional. Este entusiasmo que toca en la locura, puede convertirse en un inmenso peligro para el Rey de Prusia si vuelve ven- cido, o aun con victorias estériles, con las manos vacias; si no arranca a Francia la Alsacia y la Lorena; si no la ani- quila y no la reduce al estado de vasallo de Alemania. Pero en este instante, es incontestable que esa disposicién exal~ tada de los espiritus en Alemania le favorece inmensamen- te, permitiéndole obtener de los alemanes, por la fuerza, 6 OBRAS DE MIGUEL BAKUWIN todos los soldados y todo el dinero que podrd necesitar para llevar a buen fin sus victorias, sus conquistas. En presencia de esta exaltacién germénica, gcudl es la Gisposicién de los espiritus en Francia? Es el abatimiento, el desaliento, una postracién completa. Es el estado de si- tio en todas partes; en todas partes las poblaciones enga- fiadas, inseguras, inertes, paralizadas, encadenadas. En este momento supremo en que Francia no puede ser salvada mas, que por un milagro de la energia popular, Gambetta y com- afi, siempre inspirados por su patriotismo y su burgue- sismo, permiten a esa turba bonapartista que tiene el Po- der y la Administracién en sus manos, matar definitiva- menie el espfritu popular en Francia, Gambetta y compafi‘a entregan a Francia al enemigo. . Se siente disgusto, duele el corazén cuando se leen las mentiras oficiales y las expresiones del patriotismo hipé- crita de los funcionarios franceses. He aqui lo que he Jei- do en la Gazzetta di Milano: “Paris, 25 de agosto—El prefecto del departamento del Marne anuncia que la parte septentrional del circulo de ‘Vitry esta ocupado por las fuerzas prusianas. Se han dado 6rdenes para oponerse a la marcha del enemigo por to- dos los medios posibles. ZI pattiotismo de las poblaciones se asocia igualmente a la ejecucién de Jas medidas preseri- tas, que serin dirigidas por oficiales de Ingenieros”, etcé- tera. He ahi adénde se ha Wegado: jel prefecto de un depar~ tamento, abandonado por el ejército de Mac-Mahon a la invasién de doscientos mil prusianos, declara que ha toma- do medidas para detener un ejército tan formidable, y que el patriotismo de las poblaciones ayuda a la ejecucién de las medidas enérgicas que acaban de ser prescritas! ENo es eso de una estupidez y de una desfachatez deses- perantes y disgustantes? ‘A pecar de la inferioridad de los dos ejércitos france- ses, habria habido un medio seguro de detener al enemigo y de impedirle también que se acercase a los muros de Paris, Si se hubiese ejecutado lo que los diarios de Paris dijeron en el primer momento de desesperaci6n; si, tan Pronto como la noticia de los desastres franceses Ieg6 a Paris, en Jugar de proclamar el estado de sitio en esta ca- CARTAS A UN FRANCES n pital v en todos los departamentos del Este, se hubiese pro- vocado la sublevacién en masa de las poblaciones de esos departamentos; si se hubiese hecho de los dos ejércitos, no el tinico medio de salvaci6n, sino dos puntos de apoyo para tina formidable guerra de insurrectos, de guerrillas, de ban- didos si fuese necesaria; si se hubiese armado a los campe- sinos, a los obreros, dindoles fusiles en lugar de guadabas; ai los dos cjércitos, cchando a un lado todo orgullo militar. se hubiesen puesto en relaciones fraternales con los cuer- pos franceses innumerables que se habrfan levantado al Hamamiento de Paris, para apoyarse mutuamente, enton- ces, aun sin la asistencia de todo el resto de Francia, Paris se habria salvado, o al menos el enemigo habria sido dete- nido bastante tiempo para permitir al Gobierno revolucio- nario organizar fuerzas formidables. Pero, en lugar de todo eso, 2qué vemos hoy, en presen- cia de un peligro tan terrible? Savéis que desde hace al- gin tiempo, los diarios reaccionarios, La Liberté, por ejem- plo, han pedido a voz en grito la abolicién de la ley que impide el comercio libre de las municiones y de las armas, que constituye un monopolio no concedido por el Gobierno més que a algunos privilegiados, a los hombres seguros. Estos periédicos han dicho, con razén, que esa ley, dictada por la desconfianza y sin ms objeto que el de desarmar al pueblo, tuvo por consecuencia: la inferioridad de arma- mento, la falta de armas y la carencia de habito del pueblo francés para manejarlas. Habiendo propuesto un diputado de la izquierda, Ferry, un proyecto de ley que abolia esta restriceiéa tan funesta de la liber:ad comercial, la Comi- sién del Cuerpo legislative, nombrada, como todas tas co- misiomtes, por la mayorfa bonapartista, recomendé a la Ca- mara rechazase dicho proyecto, He aqui, pues, el espfritu que les anima hoy todavia,

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