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DATOS SOBRE LA BIOLOGIA DEL

PULPO
1 Crecimiento
2 Relación talla-peso
3 Relación talla del manto - talla total
4 Selectividad
5 Pesquería
6 Discusión y conclusiones

El pulpo es una especie bentónica con desarrollo directo, corto ciclo vital, gran
inteligencia motora y gran agudeza visual.

Los huevos son bentónicos y el desarrollo directo; los huevos son puestos en grupo.
La hembra recubre la puesta con su cuerpo, y de vez en cuando renueva el agua
alrededor de los huevos por medio de contracciones del manto y los limpia con los
brazos. Huevos de pulpo pueden ser encontrados en cualquier punto de la plataforma
continental donde resida esta especie.

la relación entre la duración del período embrionario hasta la eclosión y la temperatura


del agua (Mangold y Boletzky, 1973; Itami et al., 1963), según experimentos realizados
en acuario. Dicha duración ha sido estimada en 20-25 días a una temperatura de 25°C
y 125 días a 13ºC.

Las larvas son pelágicas y alcanzan la morfología del adulto cuando su longitud total
es de unos 7-8 mm (Rees, 1950). El principal alimento de las larvas pelágicas parecen
ser larvas de crustáceos (Guerra, 1978).

La adquisición de hábitos bentónicos por las larvas parece realizarse 30 o 40 días


después de la eclosión si la temperatura media es de 24,7°C. Su peso en ese
momento parece estar comprendido entre 0,1 y 0,25 g (Itami et al., 1963). Este mismo
autor afirma que, a los tres meses de la eclosión, el peso individual se sitúa entre 11 y
69 g, con un peso medio de 39 g. La longitud media del manto a los cuatro meses y
medio de la eclosión es de unos 5 mm. A los 5-6 meses de la eclosión, el pulpo
alcanzaría una talla del manto de 5 o 6 cm; todos estos datos proceden de
experiencias de cultivo.

Mangold y Boletzky (1973) afirman que las hembras alcanzan unos 2 kg a los 15
meses de vida, mientras que los machos alcanzarían 2,5 kg “o más” a esa misma
edad, basándose estas afirmaciones en pulpos capturados en el Mediterráneo y
mantenidos vivos en laboratorio. Nixon (1969) sugiere que este peso sería alcanzado
a los 12 meses. Mangold y Boletzky, en el trabajo citado, llegan a afirmar que no
existe, de cualquier modo, una relación precisa entre talla y edad para esta especie.

La alimentación del pulpo morfológicamente adulto ha sido estudiada rigurosamente,


por primera vez, por Nigmatullin y Ostapenko (1976). Estos investigadores encontraron
que el 53,6 por ciento de las presas del pulpo - examinaron los estómagos de unos 2
000 ejemplares - eran crustáceos, y un 44,8 por ciento braquiuros (Portunus, Dromia,
Calappa y Pagurus principalmente). Un 25,5 por ciento eran peces, en general
ejemplares jóvenes de los géneros Pagellus, Dentex, Boops, y, con menor frecuencia,
tríglidos, soleidos, etc.; un 9,54 por ciento de las presas eran moluscos no
cefalópodos, entre los que se destacan ejemplares de Cymbium. Por ultimo, un 7,51
por ciento de las presas eran cefalópodos, destacando ejemplares jóvenes de su
misma especie; ya era conocida esta característica de canibalismo en la especie, que
hace suponer la existencia de competencia intercohorte. El pulpo es, por tanto, un
depredador bentónico, consumidor de segundo a cuarto orden.

Sus enemigos naturales más importantes parecen dividirse en dos grandes grupos: a)
aquellos que se alimentan de las larvas pelágicas; este grupo se compondría
principalmente de medusas, calamares y peces macrófagos (Trachurus, Pomatomus y
espáridos); y b) los que se alimentan de individuos ya bentónicos, y en general
jóvenes; destacan por su importancia dentro de este grupo ejemplares de Pomatomus,
serránidos de gran tamaño, cóngridos, etc.

La fecundidad relativa es baja. Una hembra parece poner cada año - y probablemente
no ponga más de dos años en todo su ciclo vital - entre 130 y 250 x 103 huevos
(Guerra, 1975; 1978), llegando excepcionalmente a 400 x 103 por lo que su fecundidad
por unidad de biomasa sería sensiblemente inferior a la de la mayoría de los clupeidos
que, a su vez, dentro de los teleósteos, presentan una baja fecundidad. Este hecho
podría compensarse, al menos parcialmente, por una alta supervivencia de los huevos
hasta la eclosión, dado el complejo comportamiento de las hembras de esta especie
en relación con la puesta (por ejemplo, Mangold y Boletzky, 1973). En su caso, y
dados sus hábitos territoriales, podría pensarse que la competencia intracohorte juega
un papel menos importante que la intercohorte, contrariamente a lo que sucede en
otros grupos taxonómicos (Iles, 1973; 1978).

La época de puesta parece estar comprendida entre mayo y octubre, principalmente -


al menos en la zona que nos interesa - (Guerra, 1978; Hatanaka, 1978). Hatanaka
(1978) cree descubrir dos máximos en la puesta, correspondientes a primavera y
otoño, en la zona de Cabo Blanco. Se basa para ello en: 1) el régimen de explotación
pesquera (una disminución de la vulnerabilidad en la época de puesta dividiría la
explotación en dos períodos inter-puesta), y 2) el examen de los cambios mensuales
en la condición de madurez de las hembras. Los máximos de puesta tendrían
entonces lugar en mayo y septiembre para la zona de Cabo Blanco, pero podrían
encontrarse hembras maduras durante todo ese período.

Aunque el primer argumento no parece válido para todas las zonas de pesca, el
segundo sí parece serlo. En todo caso, la posibilidad de que la hembra guarde dentro
de su manto los huevos vivos antes de fecundar durante un máxima de al menos cinco
meses, hace pensar en la posibilidad de puestas masivas cuando las condiciones son
favorables.

La zona de puesta en esta región sería, como mínimo, la extensión de la plataforma


continental entre Cabo Blanco y Cabo Garnett. Mangold y Boletzky (1973) señalan,
para el Mediterráneo occidental, que las hembras suelen depositar los huevos en
“cobijos rocosos”, o al menos, en objetos arrojados por el hombre al mar que puedan
servir de cobijo a los huevos, por lo que estos últimos serían los únicos obtenibles de
capturas al arrastre.

En relación con la talla de primera madurez (CECAF, 1978) es de unos 8 cm de


longitud del manto para machos y unos 12-13 cm para las hembras.

La razón de sexos es aproximadamente del 50 por ciento para ejemplares cuya


longitud del manto no sobrepase los 20 cm, según Guerra (1978) o los 16 cm según
Hatanaka (1978). A partir de los 25 cm (Guerra) o 22 cm (Hatanaka), el 100 por ciento
de los ejemplares muestreados con este propósito serían machos. Cort y Pérez-
Gándaras (1973) encontraron hembras de hasta 24 cm de longitud del manto. En
estas divergencias podría influir el que los ejemplares examinados procediesen de
stocks sometidos a diferentes tasas de explotación.

En cualquier caso, experiencias de laboratorio han permitido observar una alta


mortalidad de las hembras tras la puesta. La “estrategia” de la especie parecería
consistir en aprovechar al máximo los primeros períodos de puesta, minimizando la
mortalidad de la descendencia, para morir después. Este hecho podría sugerir una
estructura compleja del vector de mortalidad natural para estos stocks. Los machos,
por el contrario, no parecen verse sometidos a este proceso, continuando en la
pesquería y llegándose a capturar ejemplares con una longitud del manto superior a
los 30 cm.

1 CRECIMIENTO

Los estudios de crecimiento en pulpo cuentan con la dificultad que supone el no poder
utilizar piezas esqueléticas donde se marquen anillos de crecimiento. Pueden
examinarse estos hechos con más detalles en los trabajos de Guerra (tesis doctoral,
sin publicar). Este hecho reduce los métodos a experiencias de cultivo, seguimiento de
las clases modales sobre las distribuciones de frecuencias de tallas y a experiencias
de marcado; dichos tres métodos han sido utilizados y descritos en trabajos anteriores,
que pasamos a revisar.

En cuanto a las experiencias de cultivo, parece que se refieren a los primeros meses
de la vida del pulpo, salvo en dos trabajos (Nixon, 1966; 1969). Según Nixon, el pulpo
mediterráneo mantenido en acuario a temperatura ambiente alcanzaría la cifra ya
mencionada de 2 kg para las hembras y 2,5 kg para los machos al año de vida. Para
Mangold y Boletzky (1973), estos pesos serían alcanzados a los 15 meses, por
considerar una mayor duración, en condiciones naturales, del período larvario.
Mangold-Wirz (1963) afirma que los ejemplares de esta especie capturados en las
aguas del Mediterráneo noroccidental medirían 11-12 cm a la edad de 11 o 12 meses.
Todos los datos anteriores se refieren, como hemos dicho, al Mediterráneo, así como
los que veremos a continuación.

Wells y Wells (1959) recogieron en verano ejemplares de una longitud del manto de 10
cm; para estos autores, estos ejemplares se aproximarían al año de edad.

Para Mangold-Wirz (1963), ejemplares recogidos en noviembre, con 5 cm de talla del


manto, tendrían una edad de unos 6 meses. Esos mismos ejemplares, en marzo,
medirían 9,5-10 cm de talla, con una edad de 9 a 10 meses.

Por otra parte, ejemplares recogidos en diciembre, con eclosión calculada en agosto-
septiembre, medirían en abril, a la edad de 8 meses, una talla de 6,5-7 cm y 11-12 cm
al año de edad; a los 18 meses su talla sería de 14,5-15 cm y en junio, a los 22 meses
de edad, las hembras alcanzarían 17 cm y los machos 19 cm. Mangold-Wirz, en el
trabajo citado, señala que hasta que los ejemplares alcanzan una longitud del manto
de unos 14 cm, el crecimiento de ejemplares de distinto sexo no difiere de manera
apreciable; más adelante, los machos crecen con mucha mayor rapidez que las
hembras.

En cuanto al o los stocks que nos interesan, Guerra (1978) y Hatanaka (1978) han
estudiado el crecimiento del pulpo por análisis de distribuciones de tallas y
consiguiente seguimiento de las clases modales. La mayor parte de los datos de base
que manejan estos autores se encuentra sin publicar, por lo que nos limitaremos a
exponer sus resultados y algún detalle comunicado personalmente sobre la
metodología del trabajo.

Guerra (tesis doctoral) se baso en distribuciones de tallas procedentes de campañas


oceanográficas. El seguimiento de las modas figura en un trabajo publicado (CECAF,
1978). La asignación de edades se basa en la asignación temporal de un período de
puesta, en este caso, de marzo a octubre, suponemos que el autor ha asumido un
máximo de puesta hacia la mitad de este largo período y la suposición de un período
larvario similar al descrito por Itami et al. (1963). La elaboración de los datos por el
método de Beverton exigió utilizar un valor de ensayo de L¥. El valor elegido fue de
59,67 cm de longitud del manto equivalente, según su propia relación talla-peso, a un
peso W¥ de 58,6 kg. El resultado fue una ecuación de von Bertalanffy sobre una base
anual de

lt= 59.67 (1 - e-0,36(t - 0,34))

que predice una talla de 12,6 cm para los ejemplares de un año de edad, 26,8 cm para
los de dos años y 36,8 cm para los de tres años.

Un problema adicional que hace más difícil interpretar la bondad de estos resultados
es que las distribuciones de tallas mensuales utilizadas procedían de muestreos
realizados en años diferentes. Por otra parte, los datos no habían sido corregidos para
selectividad.

Pereiro (CECAF, 1978), modifico el valor de entrada de L¥, rebajándolo a 40 cm de


longitud del manto. La ecuación de von Bertalanffy resultante fue:

lt = 40(1 -e-0,72(t - 0,34))

que precedía tallas de 15,1, 27,9 y 34,1 cm para uno, dos y tres años de edad.

Hatanaka, por su parte (com. pers.; datos recogidos en CECAF, 1978), estudio el
crecimiento utilizando las distribuciones de tallas de las capturas japonesas sobre una
base trimestral. Si esta especie es realmente de crecimiento rápido, el hecho de que
las distribuciones fuesen construidas sobre una base trimestral sería peligroso, dando
lugar a distribuciones platicúrticas causadas por el desplazamiento modal dentro del
trimestre.

El resultado, expresado como talla del manto en función de la edad, serían tallas de
12,2, 17,1 y 20,3 cm para uno, dos y tres años de edad; tallas equivalentes a 59,24,
83,71 y 99,74 cm de longitud total, que es como las expresa la ecuación de von
Bertalanffy para la zona de Cabo Garnett. La ecuación correspondiente, referida, como
hemos dicho, a longitud total, sería:

lt = 130,19 (1 - e-0,423(t + 0,435))

El valor de L¥ referida a talla del manto es de 26,91 cm, equivalente a un valor


encontrado frecuentemente en las capturas; de todos modos, siempre con la ventaja
de que L¥ no es aquí un dato de entrada, sino el resultado de un ajuste.

Bravo et al. (com. pers., dato incluido en CECAF, 1978) realizaron experiencias de
marcado durante 1976, 1977 y 1978. De los pulpos recapturados, dos de ellos habían
pasado en el mar más de cien días tras su liberación. Uno de ellos había crecido, en
243 días - del 27 de septiembre de 1977 al 30 de mayo de 1978 - 10 cm, pasando de 8
a 18 cm; el otro, había pasado en 149 días de 210 g a 600 g, equivalentes a un
crecimiento de 6,7 a 10 cm del 5 de mayo de 1977 al 3 de octubre de 1977. Los datos
son, evidentemente, tan escasos y dispares entre sí que no pueden conducirnos a
ninguna conclusión. Bravo (com. pers.) afirma que, así como el primero de los
ejemplares descritos pudo ser examinado en laboratorio, el segundo no pudo serlo, lo
cual hace más fiable el primer dato qué el segundo; de cualquier modo, este hecho no
puede resolver la duda sobre cuál de los crecimientos descritos ajusta mejor al real
crecimiento de los individuos de estos stocks (figura 2).

El único dato en el que concuerdan los autores citados para esta zona es que los
ejemplares de sobre un año de edad alcanzarían una talla media de unos 12 cm.

2 RELACIÓN TALLA-PESO

Si en la mayor parte de los temas tratados en esta revisión se percibe gran confusión
al releer los datos de las referencias, esa confusión llega al máximo con el tema de la
relación talla-peso, como puede observarse en las figuras 3 y 4, donde se muestran
distintas relaciones descritas en trabajos anteriores.

Probablemente, uno de los factores que más ha debido influir en crear ese
maremagnum es la falta de información sobre como se ha llegado a dichas relaciones.
En muchos trabajos no se describe la gama de tallas utilizada, o no se acompaña la
nube de puntos utilizada para el ajuste. Las campañas cubren por lo general
solamente un período muy breve de tiempo y suelen referirse a zonas muy concretas.
En otros casos, no sabemos si se refieren a peso fresco, eviscerado o no, congelado,
etc.

Además, parece indudable que el factor de condición debe variar mucho a lo largo del
año, pero no podemos decidir de lo que leemos, si esa variación ocurre tal como
decimos preferentemente a lo largo del año, o de un año a otro, o si los dos factores,
más el geográfico, influyen fuertemente.

3 RELACIÓN TALLA DEL MANTO - TALLA TOTAL

Pereiro (CECAF, 1978) utilizo, para la conversión entre talla del manto y talla total la
relación

LM = 0,14 LT1,03

suponiendo que las relaciones

W = 0,00497 LT2,9259

W = 0,976 LM2,691

predecían el mismo peso para longitudes del manto y total equivalentes.

Más exacta es la relación obtenida por Pérez-Gándaras (com. pers.):


LM = 0,2 LT + 0,32

desglosada también por sexos:

LM = 0,21 LT - 0,32 para machos y


LM = 0,19 LT + 1,05 para hembras,

con R2 prácticamente igual a 1 en todos los casos, lo que hace innecesaria la


utilización de regresiones funcionales.

Las figuras 5 y 6 muestran estas relaciones, incluida la utilizada por Pereiro (1978).

4 SELECTIVIDAD

Solamente conocemos un trabajo sobre este tema, desarrollado por Guerra (1978b).

Las pruebas de selectividad se realizaron en octubre de 1975; se empleo una malla de


copo de 53 mm, con el método de sobrecopo. En siete arrastreros se capturaron 268
ejemplares, que fueron los que sirvieron para la estimación de la talla de primera
captura y del factor de selección. La curva de selección resultante se muestra en la
figura 7, y es la presentada por Guerra en el trabajo citado. El factor de selección fue
estimado en 1,7.

Pueden observarse irregularidades marcadas en la curva, debidas probablemente al


escaso numero de ejemplares capturados en cada arrastre. Estas irregularidades son
más fuertes a tallas bajas. Es indudable que los estudios de selectividades son uno de
los aspectos que deberían merecer en el futuro una mayor atención.

Entretanto, hemos dibujado en la figura 7, ya citada, las correcciones que hemos


establecido para nuestro propósito en la curva de selección de Guerra, y hemos
deducido con gran valentía curvas de selección correspondientes a otras mallas.
Ningún énfasis sería suficiente para subrayar la importancia de esta investigación en
un futuro próximo, máxime cuando las flotas pesqueras que operan en la zona lo
hacen con malla de 60 mm.

5 PESQUERÍA

La pesquería de cefalópodos es la de mayor valor comercial en la zona norte de


CECAF. Esta surgió como una consecuencia de la sobreexplotación de los espáridos.
Este fenómeno ha sido descrito por diversos autores (García Cabrera, 1968; 1969;
1970; Bas et al., 1970;
Bravo de Laguna, 1978).

La zona de la plataforma continental africana comprendida entre los paralelos 24°N y


25°N constituyo históricamente uno de los caladeros más importantes de espáridos.
Así, los fondos de pesca situados entre Cabo Garnett y Villa Cisneros recibían el
nombre de “Playa del Pargo”, que hacía referencia a la gran abundancia de esta
especie en la misma. A partir de la segunda guerra mundial, y como consecuencia del
desplazamiento de las flotas de arrastre del Atlántico septentrional a los caladeros
africanos, se comenzó a notar una disminución de los rendimientos de espáridos en la
zona antes mencionada. El descenso de los rendimientos de estos peces coincidió con
un progresivo aumento del de los cefalópodos.
En las campañas de prospección llevadas a cabo por los barcos españoles ABREGO
y CIERZO en 1941 y 1942 (Navarro et al., 1943), los rendimientos de cefalópodos, y
más concretamente de pulpo, fueron insignificantes. Veinte años más tarde, durante
las campañas del B/O francés THALASSA en 1962, los pulpos representaron un 3%
de la captura total de cefalópodos. Durante la campaña del mismo barco en 1968, el
30% de la captura comercial fueron cefalópodos y, de estos, un 36% de pulpo. Por
ultimo, en la campaña de 1971, un 90% de la captura comercial estuvo compuesta de
cefalópodos y, de ellos, el 75% de pulpo. En 1976, la captura comercial de la flota de
arrastre española en el Banco Sahariano estuvo compuesta de un 90% de
cefalópodos. La contribución del pulpo a la misma fue de un 49% (Bravo de Laguna et
al., 1976).

En el Banco Sahariano, la pesquería industrial de pulpo comenzó a principio de la


década de los sesenta. Los países que la iniciaron fueron España y Japón. En el año
1963, comenzó a operar en el área de Cabo Garnett-Villa Cisneros el buque factoría
AWAZU MARU. Este trabajaba en colaboración con los arrastreros españoles, muchos
de los cuales faenaban en la modalidad de pareja. Las mayores capturas eran de
espáridos y corvinas siendo las de cefalópodos todavía relativamente pequeñas.
Cuatro años más tarde, en 1967, la mayor parte de la flota estaba compuesta por
arrastreros de fresco que pescaban individualmente en cooperación con dos factorías.
Estos eran el AWAZU MARU y el GALICIA. El número de unidades que aportaban
capturas a estos era de unas setenta. Simultáneamente, la flota pesquera japonesa
estaba en auge, siendo en este año y en el siguiente cuando realiza las máximas
capturas en esta zona - 51 200 t en 1967 y 72 460 t en 1968. En esos mismos años
participan en la pesquería buques de otros muchos países, entre los que se destacan
Grecia e Italia.

A principio de la década de los setenta, comienzan a entrar en la zona gran cantidad


de buques arrastreros congeladores españoles. Estos pescan los cefalópodos
especialmente entre Cabo Garnett y Cabo Blanco en Mauritania. De esta manera, la
flota española pasa de capturar 30 700 t en 1969 y 67 300 t en 1970. Este aumento de
los buques congeladores coincide con una expansión de los fondos de pesca, que
hasta entonces estaban bastante limitados al norte del paralelo 23°N. Por otra parte,
los pesqueros japoneses también extienden sus actividades hacia el Sur, sobre todo
en la zona de Cabo Tímiris y Nouakchott. En esos mismos años, se incorporarán a la
pesquería los arrastreros coreanos, que posteriormente sustituirán progresivamente a
los japoneses al norte del Cabo Blanco.

La descripción mas actualizada de esta pesquería la incluye el informe del Grupo de


Trabajo ad hoc del CPACO para la evaluación de los stocks de cefalópodos (CECAF,
1979).

En la actualidad, a pesar de que el pulpo se distribuye sobre toda la plataforma de


Africa occidental, existen en la misma cuatro zonas importantes de pesca. La primera
de ellas se encuentra entre Cabo Garnett y Cabo Barbas. Allí se capturan los pulpos
entre 0 y 110 m de profundidad, todo el año, realizándose las máximas capturas en
primavera y, especialmente, en el otoño y principios del invierno. Los principales
países pesqueros en la misma son España, República de Corea, Italia, Marruecos y
Portugal. La producción de pulpo de esta zona es aproximadamente el 75 por ciento
de la producción total de pulpo.

La segunda zona de pesca se localiza en las inmediaciones de Cabo Blanco en


Mauritania. Allí los pulpos se capturan también todo el año, entre 0 y 170 m de
profundidad, siendo las mejores temporadas de pesca las mismas de la zona anterior.
Este caladero es el segundo en importancia y contribuye un 20 por ciento a la
producción total. En la misma pescan fundamentalmente España, Japón, Corea y
Mauritania.

La tercera zona de pesca se encuentra en las inmediaciones de Nouakchott,


concretamente entre los paralelos 18°N y 19°N. En la misma se desarrolla una
pesquería de verano donde el pulpo se distribuye entre 0 y 110 m de profundidad. Los
principales países que faenan en la misma son Grecia, Japón, Mauritania y España.
La contribución de esta zona a la captura total es de un 1 por ciento aproximadamente.

La cuarta zona de pesca de pulpo se encuentra al sur del Cabo Verde en Senegal. Allí
tiene lugar también una pesquería de verano que la practica exclusivamente Senegal.
Su contribución a la captura total es de aproximadamente un 2 por ciento.

Los principales países que pescan cefalópodos en Africa occidental son España
(52%), Corea (20%), Japón (16%) e Italia (4%). La mayor parte de la flota española la
componen arrastreros congeladores, unos 250, cuyas características medias en 1978
fueron: 245 TRB, 780 HP y 30 m de eslora. Esta es una flota bastante homogénea en
tamaño. La variabilidad de las características de los buques arrastreros japoneses es
mayor. Su tamaño oscila entre 300 TRB y 1 500 TRB siendo los más abundantes, en
1978, los de 550 TRB. Existen en la zona unos 30 arrastreros congeladores japoneses
que pescan cefalópodos. La flota coreana está compuesta de unos 100 arrastreros
congeladores, con un tonelaje de registro bruto medio de 450 t.

Como se ha indicado anteriormente, el pulpo se captura a lo largo de todo el año. No


obstante, existen temporadas en las que los rendimientos son mayores. En la figura 8
se presenta la evolución mensual de la captura por unidad de esfuerzo (cpue) de los
arrastreros congeladores españoles, que faenan en los fondos de Cabo Garnett-Cabo
Barbas, en el período 1975-1978. Los valores de dicha figura se refieren al porcentaje
de cada cpue mensual sobre la cpue media de Codo el período considerado. En dicha
figura se puede apreciar como, en general, en 1975, 1976 y 1977, van aumentando los
rendimientos a medida que avanza el año. Estos son máximos en la segunda mitad de
cada año, generalmente en el otoño. El aspecto de la gráfica de 1978 es
completamente distinto. En ese año, los rendimientos máximos se consiguieron en
primavera. Ello podría ser explicado por el cambio de malla de 40 a 60 mm que tuvo
lugar durante la segunda mitad de 1977. De esta manera, los pulpos liberados por la
segunda malla fueron posteriormente capturados por la misma en la primavera del año
siguiente, después de haber crecido.

6 DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Los datos bibliográficos sobre la biología de esta especie son confusos, pero no
escasos. Normalmente, los problemas planteados superaban las programaciones
posibles para resolverlos, y esto es especialmente cierto en relación con el problema
del crecimiento.

Por otra parte, por problemas que no viene al caso tratar aquí, pero sin duda muy
difíciles de resolver, cada grupo investigador se ha mantenido muy alejado del resto, al
menos hasta que aparecieron los intentos integradores de CPACO.

Hay puntos, de cualquier modo, que sirven de buena base para estudios posteriores:
el conocimiento del desarrollo embrionario y larvario de los individuos de esta especie,
la definición - para los stocks que nos interesan - de dos épocas de puesta, el
crecimiento durante los primeros 12 o 15 meses de la vida del pulpo, el ciclo vital de
machos y hembras, la colocación de la especie dentro de la cadena trófica, la
fecundidad de las hembras y las costumbres canibalistas son, por ejemplo, buenos
datos básicos que poseen con suficiente precisión y acuerdo entre los investigadores.
Pueden rechazarse ya, sin posibilidad de error, afirmaciones tales como que no existe
relación estricta entre talla y edad para esta especie, o que la variabilidad de
crecimiento impide seguir las clases modales de una cohorte a través del tiempo.

El problema fundamental en relación con la investigación sobre el ciclo vital y la


dinámica de esta especie ha sido la programación inexistente sobre los valores
paramétricos que rigen la dinámica de estos stocks, de forma global; la causa principal
de la ausencia de esta programación ha sido el divorcio entre datos procedentes de
estudios biológicos sobre individuos y los datos procedentes de la actividad pesquera,
sin coordinación entre ellos y sin realizarse programaciones que garantizaran los
resultados esperados.

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