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Lo dijo don Jorge Kahwagi en el inicio de la ceremonia, tras los entrañables apretujones sólo posibles en una reunión entre amigos:
“No se necesita ir a los libros de historia para encontrar mexicanos notables, están aquí: vivos, acompañándonos, produciendo, amando siempre, sólo hay que abrir los ojos para verlos y valorarlos”.
Y ahí estaban, en primera fila: el neurofisiólogo Pablo Rudomín, la arqueóloga Linda Rosa Manzanilla Naim y el rector Enrique Graue, en representación de la UNAM, palpitantes ya por los honores en la séptima entrega de los Premios Crónica.
Era un espacio convertido en fábrica de nostalgias, propicio no sólo para el guiño fraterno sino para la defensa del quehacer académico y científico, para el intercambio de ideas.
Tres de los cuatro galardonados… ¿Sólo tres? Concentrado en incluir el derecho al arte en los trabajos de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, el flautista Horacio Franco llegó minutos después de la premiación protocolaria, subió al escenario y obsequió una despedida musical, con las notas de La Corrente de la Partita de Johann Sebastian Bach.
Y estalló el décimo aplauso de la mañana…
Fue una suma de gestos espontáneos en el auditorio Jaime Torres Bodet, donde unos tocaron la flauta y otros recordaron su infancia, donde unos aludieron Goyas y otros se enamoraron.
Se ha vuelto un encuentro tan familiar que ya nadie tiene miedo a las palabras. Ni al amor. Ni a los abrazos ni a las chanzas.
“Me vine muy despacito porque el piso está
como la política, muy resbaloso”, bromeó don Jorge Kahwagi cuando subió al estrado para presentar los galardones. “Resulta que no estuvo tan resbaloso, ¿o será que ya me sé el camino”, respondió el Secretario de Salud José Narro cuando, más raudo, llegó a su turno.
Los Premios Crónica han sido, desde 2010, una cita afable para los atrevidos e inspirados, en especial en los rubros académico, cultural y educativo.
“Es posible encontrar la inspiración, la lucidez y las agallas para enfrentar los problemas en el ejemplo de mexicanos de excepción. Ustedes inspiran, emocionan, abren camino, señalan rumbo”, apuntó el anfitrión.
Pablo Rudomín Zevnovaty, uno de los científicos más encumbrados del mundo, viajó un siglo atrás, cuando su familia emigró de Rusia en busca de mejores oportunidades. Y las encontró aquí: en México. Se imaginó de niño, con su gran amigo Marcos Rosenbaum -hoy también investigador- fantaseando con la idea de construir un submarino y una nave especial, o de encontrar el tesoro del emperador Cuauhtémoc en el jardín Santiago de Tlatelolco.
“He cumplido 82 años, sigo aquí, voy todos los días al laboratorio. ¿Qué más puedo pedir? Sólo tiempo y salud, y la suficiente lucidez para seguir contribuyendo al desarrollo científico del país y no ser obstáculo para las nuevas generaciones”, dijo él, atrapado en la idea de que las redes sociales funcionan de una forma semejante a las redes neuronales.
Antes de premiarlo, el ex rector José Narro liberó sus amores universitarios —”a la UNAM le profeso culto y veneración”— y, romántico a morir, aludió a las expresiones del alma y a la pintora Flora Goldberg, esposa de Rudomin desde hace 57 años.
Entre camaradas, nada impidió a la arqueóloga Linda Rosa Manzanilla revivir su quinto grado de primaria, cuando en un libro de historia universal descubrió civilizaciones antiguas. Y ahí le quedó clavada la chispa de explorar el pasado. Ella dice que es como observar un concierto y sus músicos en una magna obra donde cada civilización juega un papel vital.
“Nosotros somos parte de ese concierto… Por ejemplo, le he dedicado 40 años de mi vida al estudio de Teotihuacán, la primera ciudad multiétnica en la Cuenca de México, donde nosotros vivimos ahora”, expresó, y a su estilo felicitó a Crónica por su primer katún: 20 años según el calendario maya.
Y sí: dieron ganas de gritar un Goya, un cachún cachún ra-ra”…
“Todo lo que se ha hecho importante en México lo han hecho egresados de la UNAM, somos hij
Título original
Sólo hay que abrir los ojos para ver y valorar a mexicanos notables: JKG - Jorge Kahwagi
Lo dijo don Jorge Kahwagi en el inicio de la ceremonia, tras los entrañables apretujones sólo posibles en una reunión entre amigos:
“No se necesita ir a los libros de historia para encontrar mexicanos notables, están aquí: vivos, acompañándonos, produciendo, amando siempre, sólo hay que abrir los ojos para verlos y valorarlos”.
Y ahí estaban, en primera fila: el neurofisiólogo Pablo Rudomín, la arqueóloga Linda Rosa Manzanilla Naim y el rector Enrique Graue, en representación de la UNAM, palpitantes ya por los honores en la séptima entrega de los Premios Crónica.
Era un espacio convertido en fábrica de nostalgias, propicio no sólo para el guiño fraterno sino para la defensa del quehacer académico y científico, para el intercambio de ideas.
Tres de los cuatro galardonados… ¿Sólo tres? Concentrado en incluir el derecho al arte en los trabajos de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, el flautista Horacio Franco llegó minutos después de la premiación protocolaria, subió al escenario y obsequió una despedida musical, con las notas de La Corrente de la Partita de Johann Sebastian Bach.
Y estalló el décimo aplauso de la mañana…
Fue una suma de gestos espontáneos en el auditorio Jaime Torres Bodet, donde unos tocaron la flauta y otros recordaron su infancia, donde unos aludieron Goyas y otros se enamoraron.
Se ha vuelto un encuentro tan familiar que ya nadie tiene miedo a las palabras. Ni al amor. Ni a los abrazos ni a las chanzas.
“Me vine muy despacito porque el piso está
como la política, muy resbaloso”, bromeó don Jorge Kahwagi cuando subió al estrado para presentar los galardones. “Resulta que no estuvo tan resbaloso, ¿o será que ya me sé el camino”, respondió el Secretario de Salud José Narro cuando, más raudo, llegó a su turno.
Los Premios Crónica han sido, desde 2010, una cita afable para los atrevidos e inspirados, en especial en los rubros académico, cultural y educativo.
“Es posible encontrar la inspiración, la lucidez y las agallas para enfrentar los problemas en el ejemplo de mexicanos de excepción. Ustedes inspiran, emocionan, abren camino, señalan rumbo”, apuntó el anfitrión.
Pablo Rudomín Zevnovaty, uno de los científicos más encumbrados del mundo, viajó un siglo atrás, cuando su familia emigró de Rusia en busca de mejores oportunidades. Y las encontró aquí: en México. Se imaginó de niño, con su gran amigo Marcos Rosenbaum -hoy también investigador- fantaseando con la idea de construir un submarino y una nave especial, o de encontrar el tesoro del emperador Cuauhtémoc en el jardín Santiago de Tlatelolco.
“He cumplido 82 años, sigo aquí, voy todos los días al laboratorio. ¿Qué más puedo pedir? Sólo tiempo y salud, y la suficiente lucidez para seguir contribuyendo al desarrollo científico del país y no ser obstáculo para las nuevas generaciones”, dijo él, atrapado en la idea de que las redes sociales funcionan de una forma semejante a las redes neuronales.
Antes de premiarlo, el ex rector José Narro liberó sus amores universitarios —”a la UNAM le profeso culto y veneración”— y, romántico a morir, aludió a las expresiones del alma y a la pintora Flora Goldberg, esposa de Rudomin desde hace 57 años.
Entre camaradas, nada impidió a la arqueóloga Linda Rosa Manzanilla revivir su quinto grado de primaria, cuando en un libro de historia universal descubrió civilizaciones antiguas. Y ahí le quedó clavada la chispa de explorar el pasado. Ella dice que es como observar un concierto y sus músicos en una magna obra donde cada civilización juega un papel vital.
“Nosotros somos parte de ese concierto… Por ejemplo, le he dedicado 40 años de mi vida al estudio de Teotihuacán, la primera ciudad multiétnica en la Cuenca de México, donde nosotros vivimos ahora”, expresó, y a su estilo felicitó a Crónica por su primer katún: 20 años según el calendario maya.
Y sí: dieron ganas de gritar un Goya, un cachún cachún ra-ra”…
“Todo lo que se ha hecho importante en México lo han hecho egresados de la UNAM, somos hij
Lo dijo don Jorge Kahwagi en el inicio de la ceremonia, tras los entrañables apretujones sólo posibles en una reunión entre amigos:
“No se necesita ir a los libros de historia para encontrar mexicanos notables, están aquí: vivos, acompañándonos, produciendo, amando siempre, sólo hay que abrir los ojos para verlos y valorarlos”.
Y ahí estaban, en primera fila: el neurofisiólogo Pablo Rudomín, la arqueóloga Linda Rosa Manzanilla Naim y el rector Enrique Graue, en representación de la UNAM, palpitantes ya por los honores en la séptima entrega de los Premios Crónica.
Era un espacio convertido en fábrica de nostalgias, propicio no sólo para el guiño fraterno sino para la defensa del quehacer académico y científico, para el intercambio de ideas.
Tres de los cuatro galardonados… ¿Sólo tres? Concentrado en incluir el derecho al arte en los trabajos de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, el flautista Horacio Franco llegó minutos después de la premiación protocolaria, subió al escenario y obsequió una despedida musical, con las notas de La Corrente de la Partita de Johann Sebastian Bach.
Y estalló el décimo aplauso de la mañana…
Fue una suma de gestos espontáneos en el auditorio Jaime Torres Bodet, donde unos tocaron la flauta y otros recordaron su infancia, donde unos aludieron Goyas y otros se enamoraron.
Se ha vuelto un encuentro tan familiar que ya nadie tiene miedo a las palabras. Ni al amor. Ni a los abrazos ni a las chanzas.
“Me vine muy despacito porque el piso está
como la política, muy resbaloso”, bromeó don Jorge Kahwagi cuando subió al estrado para presentar los galardones. “Resulta que no estuvo tan resbaloso, ¿o será que ya me sé el camino”, respondió el Secretario de Salud José Narro cuando, más raudo, llegó a su turno.
Los Premios Crónica han sido, desde 2010, una cita afable para los atrevidos e inspirados, en especial en los rubros académico, cultural y educativo.
“Es posible encontrar la inspiración, la lucidez y las agallas para enfrentar los problemas en el ejemplo de mexicanos de excepción. Ustedes inspiran, emocionan, abren camino, señalan rumbo”, apuntó el anfitrión.
Pablo Rudomín Zevnovaty, uno de los científicos más encumbrados del mundo, viajó un siglo atrás, cuando su familia emigró de Rusia en busca de mejores oportunidades. Y las encontró aquí: en México. Se imaginó de niño, con su gran amigo Marcos Rosenbaum -hoy también investigador- fantaseando con la idea de construir un submarino y una nave especial, o de encontrar el tesoro del emperador Cuauhtémoc en el jardín Santiago de Tlatelolco.
“He cumplido 82 años, sigo aquí, voy todos los días al laboratorio. ¿Qué más puedo pedir? Sólo tiempo y salud, y la suficiente lucidez para seguir contribuyendo al desarrollo científico del país y no ser obstáculo para las nuevas generaciones”, dijo él, atrapado en la idea de que las redes sociales funcionan de una forma semejante a las redes neuronales.
Antes de premiarlo, el ex rector José Narro liberó sus amores universitarios —”a la UNAM le profeso culto y veneración”— y, romántico a morir, aludió a las expresiones del alma y a la pintora Flora Goldberg, esposa de Rudomin desde hace 57 años.
Entre camaradas, nada impidió a la arqueóloga Linda Rosa Manzanilla revivir su quinto grado de primaria, cuando en un libro de historia universal descubrió civilizaciones antiguas. Y ahí le quedó clavada la chispa de explorar el pasado. Ella dice que es como observar un concierto y sus músicos en una magna obra donde cada civilización juega un papel vital.
“Nosotros somos parte de ese concierto… Por ejemplo, le he dedicado 40 años de mi vida al estudio de Teotihuacán, la primera ciudad multiétnica en la Cuenca de México, donde nosotros vivimos ahora”, expresó, y a su estilo felicitó a Crónica por su primer katún: 20 años según el calendario maya.
Y sí: dieron ganas de gritar un Goya, un cachún cachún ra-ra”…
“Todo lo que se ha hecho importante en México lo han hecho egresados de la UNAM, somos hij
Al recibir ayer un reconocimiento por parte de la Asociacin Mexicana en Direccin de Recursos Humanos (Amedirh), por los 20 aos de vida de La Crnica de Hoy, el presidente y director general de este diario, Jorge Kahwagi Gastine, consider que las grandes transformaciones que ha emprendido Mxico en los ltimos aos pronto comenzarn a rendir frutos en beneficio de la sociedad. Cobijado por ejecutivos y representantes de algunas de las empresas nacionales e internacionales ms importantes, aglutinados en la Amedirh, y teniendo como testigos al ex presidente Vicente Fox y su esposa Marta Sahagn, el presidente de Crnica resalt que este diario, cuidando en todo momento la objetividad, busca resaltar lo bueno que tiene Mxico. Kahwagi Gastine se mostr complacido de que este organismo, con ms de 11 mil ejecutivos y directores que representan a dos millones de trabajadores en el pas, reconozca a Crnica y su equipo de trabajo por el compromiso que tiene desde su nacimiento con Mxico y sus mejores causas. De manos de Eduardo de la Garza y don Pedro Borda, presidente y director general de Amedirh, respectivamente, el presidente de este diario recibi el diploma de reconocimiento a su incansable labor empresarial. De la Garza resalt la tarea en favor de Mxico que realiza este diario y dijo que el reconocimiento a la familia Crnica, a travs de su presidente y director general, es ms que justo por tantos aos de labor en favor de las mejores causas del pas. En tanto, el presidente de esta casa editorial dijo que constituye un aliento para seguir trabajando como hasta ahora, el hecho de que un organismo de tan alto nivel se haya fijado en el trabajo que realiza da con da, desde hace 20 aos, este diario. Record que existe Crnica en la Ciudad de Mxico, en Chihuahua, Jalisco e Hidalgo, e hizo nfasis en el crecimiento del portal del diario, que permite, con las nuevas tecnologas, llegar al instante a cualquier parte del mundo. Notoriamente emocionado y agradecido con sus anfitriones, Kahwagi Gastine dijo que en global Crnica alcanza al mes 7 millones de visitas, de las cuales el 38 por ciento son de Estados Unidos, principalmente de Chicago, Nueva York y algunas ciudades de California. Subray de igual forma el papel que viene desempeando Crnica Televisin, que cuenta con la presencia de los profesionales ms preparados que hacen el anlisis de la situacin
nacional, y que, en conjunto, hacen ms amigable, honesto y profesional el trabajo en
general de esta empresa. Antes, don Pedro Borda hizo tambin un clido recuerdo de viejas andanzas de trabajo y amistad con el presidente de Crnica, quien por su parte puso nfasis tambin en la creacin del Premio Crnica, que reconoce a mexicanos de excelencia para mostrar al mundo que en Mxico hay gente de la que debemos sentirnos orgullosos por sus valores y capacidad, que los hacen ejemplo para el pas entero. En Mxico tenemos ms valores que las situaciones que nos ponen en entredicho y que son llevadas a cabo por minoras. Nosotros, las mayoras, somos trabajadores, cumplimos nuestros deberes, laboramos todos los das, en las escuelas preparando a los jvenes, que tenemos medios como Crnica, que est preocupada porque se conozca lo bueno que tienen Mxico, sin dejar de ser objetivos, pero luchamos porque se conozca que en el pas hay grandes cosas, seal. Don Jorge Kahwagi agradeci finalmente el reconocimiento a esta empresa editorial y record que, con su amigo don Pedro Borda, ha tenido a lo largo de muchos aos una relacin estrecha, siempre positiva, y que ha sido y ser siempre de ganar-ganar. Miembros de Amedirh La Asociacin Mexicana en Direccin de Recursos Humanos (Amedirh), aglutina a ms de 900 de las empresas y organismos ms grandes y poderosos nacionales e internacionales que operan en Mxico, entre las que se encuentran, en calidad de directores y consejeros consultivos: Grupo PepsiCo Grupo Gamesa General Motors General Electric Shell IBM Movistar Bachoco Grupo Mxico Universidad Panamericana Cmara Nacional de Comercio (CANACO) INEGI INFONAVIT Content Source