Está en la página 1de 1

sábado, noviembre 08, 2008

// V Argentino de Teatro (Santa Fe), día 3: Kys


por Lucho Bordegaray // http://montajedecadente.blogspot.com

De la ciudad de Córdoba llega Kys, la cuarta y última parte del Proyecto judiciales. Creado
por Jorge Villegas, el proyecto cruza poéticas teatrales con casos de gran repercusión
mediática que llegaron a los tribunales con similar o mayor exposición.
Aquí, el hecho observado es el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, pero
no hay recreación de los hechos, no hay intención de representar, sino que a través de un
duelo de palabras se evidencian los anhelos y las ideas que llevaron a los dos jóvenes a
comprometerse en una lucha que nunca fue una sola con la de las cacerolas (hay que
recordar que no estamos hablando de piqueteros serviles del kirchnerismo ni mucho
menos de los que se abrazan con la Sociedad Rural, funcionales a la misma derecha que
“los creó” y los excluye cada día). También aparecen, en tanto contracara, los discursos
fascistas que ven en el piquetero al enemigo, al ser despreciable, al vago culpable de su
destino. Y retumban una y otra vez palabras clave en el crucigrama de la cotidianeidad de
algunos argentinos: complicidad, modelo, negro, hambre, joven argentino, policía,
represión.
La puesta arroja a los protagonistas (Diego Trejo y Franco Muñoz, de arrasadora
visceralidad) en un espacio abstracto; no hay estación, no hay puente: sólo elementos
que, a modo de posmoderna instalación, escapan a todo intento de encasillar a los
personajes, a la vez que los contrastan, como contrasta cualquier luchador social de
verdad con las propuestas satisfechas de la estética actual (como por lo mismo no
contrasta un Raúl Castells junto a Bony Bullrich, curador del Alvear Fashion & Arts). En las
voces y en los cuerpos de los jóvenes intérpretes se expone a las claras la asumida
decisión de que Kys tome partido: no hay lugar para la asepsia, y para quien sabe dónde
está parado y por qué, la tachadura de “panfletario” es un elogio.
Laten, en escena, dos amenazas: el peligro del “Volveré y seré grafitis” al que algunos
cómodamente relegarían a Kosteki y Santillán, y la distorsión de la realidad que los
medios imponen que eriza cuando se cita aquello de “La crisis causó dos nuevas
muertes”, la más vulgar maniobra, el más vergonzoso escamoteo que haya hecho “el gran
diario argentino” (si no recordás de qué se trata, hacé click acá y, de paso, pensá cuántas
otras fotos a modo de realidad impuso Clarín desde sus tapas en los más de seis años
que nos separan de esa aberrante primera plana).
Detrás de esta pieza, la precisión y la libertad del dramaturgo y director Jorge Villegas,
quien en la charla de la mañana siguiente relata el proceso de creación. Entre otras tantas
tareas e investigaciones, él y los actores Muñoz y Trejo viajaron –como experiencia
autónoma pero sin dudas determinante– para recorrer el puente Pueyrredón, la estación
Avellaneda y la barriada en Lanús de los piqueteros del Movimiento de Trabajadores,
pudiendo así recopilar testimonios de amigos y parientes, quienes con sus palabras les
permitieron encontrarse con dos sujetos muy distintos a los delineados por la prensa. (Ese
viaje se registró en un video que fue proyectado antes de la función.)
Otro dato indispensable que nos refresca Villegas: Santillán y Kosteki no se conocían y ni
siquiera estaban juntos. Santillán ya estaba en el tren, saliendo de la estación Avellaneda,
cuando escucha los disparos que hieren a Kosteki. Se baja del tren, regresa, encuentra a
Kosteki agonizando en el piso, le toma una mano, intenta ayudarlo, pide a la policía que
se detenga, es asesinado por la espalda. Se baja, regresa, le toma una mano. Darío
regresa y le toma la mano a Maxi. La historia se paraliza. La humanidad recupera, por
segundos, su más pleno sentido, o quizás concreta el sentido que quisiéramos tuviese.

También podría gustarte