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Direccién ANTONIO MARTINEZ TEIXIDO ENCICLOPEDIA del Con la colaboracién de José Romero Serrano y José Luis Calvo Albero Esta obra ha sido publicada con la ayuda de la Direccién General det Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Educacién, Cultura y Deporte, en el aio eurapeo de las lenguas Este bro ay podra ser reproducido, ni tozal ni parcialmente, sin el previo petinise escrito del editor Todas los derechos reservados © por la direccitn, Antonio Martinez Teixids, 2001 © colaborsdores, Jose Romero Serrano y Fasé Luis Calvo Albero, 200! © Editorial Planeta, S. A., 2001 Cossega, 273-279, 08008 Barcelona (Espasa) Disefio de la cubierta: Departamento de Diseiio de Editoria! Planeta Hustracion de fa cubierts: «La batalla de Jena» por Horace Veinet, Castillo de Versalles {foto Bridgemaw/Index) Primera edicién: settembre de 2001 Segunda edickin: novierabre de 2001 Depésito Legal: 8. 45,263-2001 ISBN 84.08-03853-2 Composici6n: Vietor Igual S. L Impresién: Liberduplex. S. L. Faneuadernacion: Encuadersaciones Roma, S. (. Printed in Spain - lmpreso en Fspafia ENCICLOPEDIA del ARTE DE LA GUERRA SUMARIO Prefacio Intreduccion . Laguerra, Tipologia de ta guerra {La quer prisnitiva,12; La guava imperial, 12; La guerva seforial, 13 La guerta nacional, 13; La guerra total, 13; La guerra de liberacion, #3 Evolucion del arte militar 1, DELA PREHISTORIA 4 LA EDAD ANTIGUA La prehistoria La Espaia prehistorica Los iheros, 24; Los celtas, 24; Los celtrberas, 25 Valoracién militar de la prehistoria El Antiguo Egipto Organizacion Tactica Logistica Grandes capitanes Batallas representativas Batalla cle Oadesh, 31 Valoracién militar de Egipto Los imperios del Proximo Oriente Los ejércitos de Sumer, Acad y Babilonia EL ejércity hitita EB] ejército asivio El ejército persa Valoracién militar de asirios y persas JI. EDAD ANTIGUA-EPOCA CLASICA La Grecia clasica. El Imperio de Alejandro Magno Marco histérico-estralégico . Organizacion Estrategia SUMARIO Tactica Armamento Logistica . Poliorcélica . . Grandes capitanes . : Milfades cl Joven, $3, Temistoles, 53; Jenofonts, 83: Epamineandas, 53 Alejandio Magno, 54 Tratadistas militares . Homero, $5; Herouloto, 58: Tucidides, $6: enofonte, 86 Batallas representativas Batalla de Marat6n, $7; Batalla de Salamina, 58; Batalla de Levetra, 8; Batalla de Arbelas, 69 Valoracién militar de la antigua Grecia El Imperio romano Marco historico-estratégico Organizacion Estrategia Bo Tactica . . . . . . . Armamento : : : Poliorcética : . : . . : . Grandes capitanes . : an Anibal, 74, Ecipion cl Alicano, 75; Julio Ce Tratadistas militares . . Polibio, 76, Julio César, 76, Tito Livi, 77; Vegeviv. 77 Batallas representativas Batalia de Cannas, 78; Butalla de Zama, 79. Batalla de Pidna, 80; Bata. la de Farsalia, 82; Batalla de Activm, 83; Batalla del Bosque de Teuto- burgo, 84; Batalla de Adriantpalis, 85 La Espaiia romana Viriato, 87 Valoracion militar del Imperio romano Til. EDAD MEDIA Marco histérico-estratégico El ejército de Bizancio El ejército del Islam . El arte militar en la Europa occidental Organizacion Estrategia y tactica Armamento Fortificaciones y poliorcetica Grandes capitanes Atila, 108; Belisario, 108; Guillermo Tel Conquistador, 109; Saladino, 109; Gengis Kan, 110 Tratadistas militares 49 St 52 52 53 55 56 62 63 64 66 69 7 7 73 74 76 77 86 89 91 93 95 98 99 TOL 104 106 107 108 Wt Batallas representativas . . Bataila de Hastings, 111 Batalla de Mantcikert, 113; Las cruzadas, 114; Bataila de Crécy-en-Ponthicu, 114; Sitio y caida de Constantinopla, 116 La Espaiia de la Reconquista : : Alrmanzos, 120; El Cid, #20; Baralla de las Navas de Talosa, 121 Valoracion del arte militar medieval Tv, LAEDAD MODERNA . . . . EJ Renacimiento y la guerra Organizacién . . La estrategia . Tactica Fortificacion Armamento Logistica Grandes capitanes . Gonzalo Fernandes de COrdoba, of Gran Capitin, 38; Fernando Alva vez de Toledo, 3." duque de Alba, 139; Alvaro dle Bazan, marques de San ty Cruz, 140; Don Juan de Austria, 41; Alejandro Farnesio, duque de Parma, 141; Ambrosio de Spinola, 142; Mauricio de Nassau, 143; Condé y Turena, 143; Albrecht vor Wallenstein, 145; Carlos Quinto, 145; Gus- tavo IT Adolio, rey de Suecia, 146; Carlos XL rey de Suecia, 147; Oliver Cromwell, lord protector, 148, Federico Guillermo 1, 149; John Churehill, duque de Marlboraugh, 149; Principe Eugenio de Saboya, 150; Duque de Villars, 151; Sébastien Le Prestre de Vanban, 151 Tratadistas militares Nicolas de Maquiavelo, 152, Raimondo Montecuccol, 154; Maurieto, conde de Sajonia, 155; Los pensadores ilusteados franceses (Foland, Bourees, Broglie ¥ Guilbert), £55 Batallas representativas . Contiots (28 de abril de 1503); ads a las eargas de los eaballeras, 158 Lutzen (1632): la muerte en batalla del rey sueco Gustave II Adolfo, 160; Blenheim (1704): una gran victoria para Marlborough y Eugenio de Sa- boya, 161 Laguerranaval 5 Lepanto (1571 la mayor batelle terrestre hbrada en los mares, 165; La lavencible (1588): «Sopks Dios, y fueron dispersadoss, LOB Espaita imperial rn La conquista de América, 171; Hernan Conte wm, La guerra de Sucesién de Espaita (1700-1714) Tratadistas espaoles . Don Alvaro de Navi Osorig, margués de Santa Cruz de Mareenado 171; Prancisco Pizarro, vizconde del Puerto, 177 Valoracion de la Edad Moderna SUMARIO. WW 118 122 123 125 128 131 132 133 134 136 137 156 164 170 173, 177 178 SUMARIO Vv. VI. EPOCA REVOLUCIONARIA - NAPOLEON La guerra a finales del siglo xvi. Organizacién militar. Estrategia ‘Tactica Armamento, Logistica Grandes capitanes Federico I el Grande, 192, George Washington, 193; Leopoldo José, conde de Daun, 194; Napoleds Bonaparte, 195 Tratadistas militares : Antoine Henri, bardn de Jomini, 198; Carl von Clausewity, 189; Ma cal Marmont, dique de Ragusa, 200; Witbelm von Willisen, 200 Batallas representativas Leuthen (5 de diciembre de 1757), 203; Guerra dela Independencia nor tamericana, 205; Saratoga (7 de octubre de 1777), 207; Las campanas de Napolesn, 209 Espana entre los siglos xviii y xix Batallas representativas, 216 Valoracion de la época revolucionaria EL SIGLO XIX Guerra de naciones y guerra industrial La guerra de Crimea La guerra civil norleamericana Moltke y las guervas de unificacién de Alemania Las guerras coloniales La doetrina de la ofensiva a ultranza Organizacion Reclutamionto y movilizacion, 281; 1a eonsotidacion de tos Estados Mayores, 253; La ensenanza miitar, 254 Estrategia . Tactical 5 oo : Los hombres contra el fuego. 257; Bl oeaso de la eabaleria, 259; El ve. surgir de los ingenieros, 260 Armamento La evolucion de las an Las primeras amettalladoras, 265; La guerra en el mar Acorazadis con tra torpederos, 266 as figeras, 262; La revolucion de Ia artifleria, 263: Logistica. So Ej ferrocarvil, 269; La revolucién de la lata de conservas, 270 Grandes capitanes . . . . Ulysses Simpson Grant, 270; Robert Edwar Lee, 272; Helmuth von Moltke, 272; William Tecumseh Sherman, 273; Thomas Robert Bu- geaud, marqués de la Piconnerie, 274, Joseph, conde Radetrky von 181 183 185, 187 188, 191 192 192 198 214 228 231 231 233 235 230 244 249 251 255 256 262 268 271 Radetz, 274, Horatio Herbert Kitche pell, 275 Tratadistas militares . Alfred Vover Mahan, 275, Charles Arane du Pieg, 275 Batallas representativas Balaklava (78547 el (in de una época, 277, Vicksburg (1463) la obra maestra de Grant, 280; Sedan (870): ka apoteosis del envolvimiento, 1, conde de Jartuns ¥ de As- calvategico, 282, Lsandhlwana (1879): el hombre blanco no es invenci- ble, 283, Espaiia, el ocaso del imperio Las guertiy carlisis, 286; Las expediiciones exteriores, 289; Méwico, 288; Cuba ¥ Filipinas, 290 Consideraciones finales sobre el siglo x1x VII. LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Introduccion, El progreso en los armamentos . Von Schlieffen y la doctrina alemana, : : Elestallido del conflicto . . La paralizacion de las operaciones cn ‘el frente occidental. El frente oriental Las operaciones periféricas Lo Organizacion : : mposicién de tas unidades, 215 Estrategia La muerte de la maniobra, 319; El fracaso de la estrategia directa, 321 Tactica Ofensiva contra Gelensiva, 322; La guerra de trincheras, 324; Las solu- clones al estancamiento, 328 Armamento Anulte Ireumpe en ta guerra, 333: Submarinos: el arma en ks sombra, 335 Logistica Lo. . probleria del Hransporte, 327; Los avances de la sanidad militar, 338 Grandes capitanes . Ferdinand Foch, 339, Joseph Joffre, 340; Philippe Ludendorlt, 341; Kaneh vor Falken) 342; Sir Douglas Haig, 343; Thomas Brusilox, 344 Tratadistas militares Aled von Schlieffen, 348; Batallas representativas fo. Gallipoli (1915): cl fracaso de la estrategia indirecta, 347, Tannenberg (1914), le batalla perfecta, 350, Verdan (1916) Ie picadora de Palken- hayn, 352; Operacton «Michaels (1918% la rupnara del frente, 354 La guerra naval pesada: el vordugo, 330; Carros de combate, 332; EI avin ‘Stain, 340; Brich n, 342, John Joseph Pershing, idward Lawrence, 344, Aleaci julio Douhet, 346 SUMARIO 285 295, 297 300 300 301 303 305 3 313 315 322 330 336 339 345 347 356 SUMARIO Espana. Las guerras de Marruecos Consideraciones finales sobre la primera guerra mundial VOI. LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Tntroduccion El periodo de entreguerras. Soluciones al estancamiento La estrategia de Hitler . : El inicio de la guerra. Las victorias alemanas Operacién «Barbarroja» . La extensi6n de Ja guerra. El teatro del Pacifico . La campajia de 1942 en a URSS Las operaciones en el Mediterraneo La batalla del Auléntico : Las operaciones en el Pacifico (1943-1944) : E] frente del Este (1943-1944) : : La invasién de Europa Soe La caida de Alemania El fin de Japon . . . Organizacién : . : Los cuarteles generales, 402; La organizacién divisionaria, 406 Estrategia La consohiacion del direccion politica, 407; El hombardeo estratégt £0, 419; La batalla profunda, 413; Fsteategia aofibia. La apoteosis del poder naval, 414 Tactica . : . . . : ‘Arma acoracada, 416; Infanteria, 416; Caballetia, 418; Aralleria, 418; In. genieros, 419 Armamento : Los carros de combate, 420; Las armas V, lx gran esperanza de Hitler, 421; El portaaviones, el nuevo rey del mar, 423 Logistica . La motorizavion del transporte, 425, Revolucién en la logitica, 426 Grandes capitanes . . Gerd von Rundstedt, 428: Erich von Manstein, 428; Heinz Guderian, 429, Erwin Rommel, 429; Douglas Medrshur, 430; George Smith Patton, 430; Chester William Nimitz, 431: Sir Bernard Law Montgomery, 431 Dwight David Bisenhower, 432; Sir William Joseph Slim, 433; fsoroku Yamamoto, 433; Tomoyuki Yamashita, 434; Gueorgui Konstantinovich Zhukov, 434; Iwan Danilavie Cherniajovski, 439 ‘Tratadistas militares . . . Sir Basil Liddel Have, 435; John Frederick Charles Fuller, 456 Batallas representativas . Stalingrado (1942), la sorobra de Anibal, 437; Levee (1944) el ocnso de la flota japonesa, 439; Dia D: desembareo en Normandia, 441 Espana : La Segunda Repiblica y la guerra civil, 443; Las veformas de Azana 357 363 365 368 368 373 374 380 382 386. 388 391 393 394 396 400 401 402 407 ANS 420 424 428 SUMARIO 443; Fstalla la guerra, La hicha en torno @ Madrid, 445; La liquidacion, del frente Norte, 448, El centro de gravedad se desplaza hacia el frente Este, 451, Bl fin de la guerra, 454; Conclustones, 455 Consideraciones generales. IX. LA GUERRA FRIA Y EL NUEVO ORDEN MUNDIAL . La guerra fria La dialéctica nuclear Organivacion Armamento Grandes batallas Pensadores nucleares Bernhard Brodie, 479; Herman Kaha, 480 Desarme y control de armamentos La guerra revolucionaria Organizacion Estrategia y tactica Armamento y propaganda Grandes batallas Grandes capitanes Mao Zedong (Mao TsecTung), 488; Emesto «ches Guevara dela Serna, 488 Las guerras de la posguerra La guerra de Corea (1950-1953) La guerra de Vietnam (1946-1975) Las guerras arabes-israelies La guerra de los Seis Dias (1967) La guerra del Yom Kippur (1973) La invasion del Libano (1982) . La guerra de Afganistan (1979-1989). E] Vietnam soviético . La guerra de las Malvinas (1982) La segunda guerra del Golfo (1991-1991) Estrategia Tactica £1 helicdptero, 521, La guerra etectrénica, 23 Armamento. : arsenal del infants, 526; Miles, $25; Cazas norteamerivanas. Bl pi aérea, 526 tar de la suprema Grandes capitanes ‘Vo Nguyen Giap, $27; Moshé Dayan, 528 Tratadistas militares . André Beaufre, 529, John M. Collins, 530 Grandes bataltas Dien Bien Phu El Stalingrado del hombre blanco 198) 530; Golan (1973). El gran choque acorazado, $32 Espana en la época de Franco Valoracion final 459 461 464 470 472 476 478 481 484 485 485 486 487 488 491 491 495 500 501 504 507 509 5i2 S14 520 521 524 534 537 SUMARIO. X. EL SIGLO XXI Be 539 Ideas estratégicas para el siglo xx . . 541 Organizacion : Lo. . 548 Estrategia Co Lo. . 551 Armamento —. : : : : 554 Logistica : : 555 Grandes capitanes . 556 Tratadistas militares : . : 597 Alvin y Heidt Tofller, 557; Edward N. Luttwak, $58; Zbigniew Breezins ki, 559: Samuel P. Huntington, 559; Henry Alfred Kissinger, 560 Las batallas del futuro - : . . 561 Los Balcanes, 561; Croacia, vuelve la guerra relampago, 564; La guerra De Bosnia-Herzegovina, 567; Los refugiados albanokesovares: el temor a Joy movirnienios eigralorios incontrolados, 573; Chechenia. Un con flicto inacabado, 575; Operaciones de paz, $82 Espa... fo : 583 Tratadistas espanoies (Miguel Alonso Baquer), 585 Valoracién final rn . 586 ANEXOS. Lo. . . 589 Definiciones. fo. . . sol Bibliografia . . . 595 De caracter general . 595 De caracter especitico Lo. 596 PREFACIO Como dice el general Fuller en su obra dedicada a las batallas decisivas del mundo occidental, podra ponerse en duda que la guerra haya sido un factor necesario en Ja evolucién del género humano, pero existe un hecho acerca del cual no cabe discusién, y es que desde los mas remo- tos tiempos hasta la época actual, la guerra ha sido preocupacién cons- tante para los hombres. No existe un solo periodo en la Historia libre is de una por completo de guerras, y muy raramente ha transcurrido 1 generaci6n sin que se produjera algin grave conflicto. Los conflictos forman parte de la realidad social y de la condicién humana, y negar su existencia es negar la realidad. E] mundo moderno ha sido un escenario donde muchos hombres se han esforzado en aportar ideas y en construir sistemas para conseguir la paz y sustituir la violencia por reglas racionales de convivencia ba- sadas en los principios de las mayorias y de la negociacion. La cons- truccién de una cultura humana para Ja paz puede ser la solucién que Freud propugnaba al sefialar que «todo lo que ayuda al crecimiento de Ja civilizacion actia, al mismo tiempo, en contra de la guerra». Dada la universalidad del fenémeno de la guerra y de la busqueda de la paz, se ha considerado, al escribir este libro, que lo que en él se ex- pone es un tema atractive en el momento actual en el que, a pesar del progreso, todo ser humano, aun en contra de su voluntad, puede verse envuelto en alguna de las crisis que permanentemente se generan en nuestro mundo. Por otra parte, parece logico que despierte nuestro interés la evolu- cién del arte militar a través de los tiempos, en los que el hombre ex- plota su actividad creadora y pone en practica medios de combate in- dividuales y colectivos, ofensivos y protectores. Las armas arrojadizas, por ejemplo, tendran un desarrollo constante. Las piedras con honda, las flechas con arco, las lanzas, las ballestas, le permiten diferir o evitar el cuerpo a cuerpo y, ms tarde, la pélvora, los explosivos y los cohetes hacen que extienda su eficacia hasta limites insospechados. Este libro se propone describir la lenta y compleja evolucion, diver- siticada de un siglo a otro, de un pais a otro, del arte de la guerra, que ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA podriamos definir como el arte de saber aprovechar exacta y acertada- mente los medias mds eficaces en fa defensa y el ataque, y lograr los fi- nes perseguidos. El arte militar esta fntimamente ligado a !a historia militar y a Jos ejércitos y nos descubre los ideales de los soldados que participaron en las batallas, su reclutamiento, organizacion, arnmamen- to y procedimientos de aplicacion practica de sus estrategia: No obstante, este libro quedaria incomplcto sila historia no tuviera continuacién con el anilisis de la seguridad y la defensa en el siglo xxi, las tendencias y situaciones actuales, las operaciones de mantenimien- to de paz, las organizaciones defensivas como la OTAN o la UEO, e in- cluso temas de interés directo del ciudadano: supresién del servicio mi- litar obligatorio, profesionalizacién del ejército, ete. La guerra ha motivado una literatura extraordinariamente copiosa dedicada al andlisis del fenémeno en si mismo, de la historia militar, sus tratadistas, de las batallas y los grandes capitanes, de la evolucién de los ejércitos, de la estrategia, la tactica y la logistica, asi como del ar- mamento y la fortificaci6n. Resumir todo lo anterior en un limitado ntimero de paginas y graficos pudiera parecer pretencioso y no ha sido tarea facil, y aunque se ha tratado de que aparezcan todas aquellas per sonas, ideas, medios y acontecimientos que constituyeron hitos impor- tantes a lo largo del tiempo, de antemano pedimos disculpas a los lec- tores, pues con toda seguridad faltara algo de su particular interés. Por otra parte, y dado que las guerras y los conflictos se desarrollan en un marco politico-estratégico, en muchas ocasiones el texto tiene un mar- cado caracter histérico en el que, no obstante, se Hama la atencién en aquellos factores o situaciones que han tenido influencia en el arte de Ja guerra. Y es momento de mencionar a algunas personas e instituciones que aportaron su colaboracién para la realizacién de esta obra. En primer lugar, a José Romero Serrano y José Luis Calvo Albero, comandantes de Estado Mayor, que han sabido conducir con maestria partes importantes de este libro; al general Miguel Alonso Baquer, au- tor de numerosas obras de historia militar; al coronel Amador Garcia Argiielles y al comandante José Pardo de Santayana, cuyos comenta- rios han sido de gran utilidad; a la Escuela de Estado Mayor, a la Es- cuela Superior del Ejército, a la recién creada Escuela de Guerra, con- tinuadora de las anteriores, y al Servicio Hist6rico Militar por su apoyo en la labor de investigacién llevada a cabo. Finalmente, a Jestis Bueno ya Francisco Petia por su esmerado trabajo en la preparacién de estos textos. ANTONIO MarTINEZ TEIXIDO Madrid, mayo de 2001. INTRODUCCION La guerra El fenémeno de la guerra ha sido objeto de variadas explicaciones. He- raclito situa su origen en los habitos violentos de la naturaleza del hombre, cuando afirma que «la guerra es la madre de todas las cosas» Plauto considera que ¢l hombre es un lobo para el hombre, «homo ho- minis lupus»; para Darwin, «lo constitutive de todos los seres vivos es la lucha por la existencia», y Sigmund Freud aporta una explicacién historicista al sefialar que «la guerra no puede abolirse; mientras sean tan distintas las condiciones de existencia de diversas naciones o sea tan violenta su repulsion mutua, estamos condenados a que existan guerra» Para el filésofo naturalista Jean-Jacques Rousseau, la culpa de la guerra no esta en el pecado contra Dios, teoria religiosa, sino en el dis- tanciamiento del hombre respecto a la naturaleza. La filosofia liberal niega el caracter originario de la guerra. «En los pueblos Hlamados primitivos no existe estado de hostilidad general re- . ciproca.» Preconiza la fuerza monopolizada por el Estado, junto al de- recho, como formula de compromiso para engendrar la paz Asimismo se dice que la guerra, que se encuentra en la historia de la civilizacion, se apartard del hombre en la medida en que éste pro- grese enérgicamente por la via de la civilizacién. Para Freud, todo lo que ayuda al crecimiento de la civilizacion acttia, al mismo tiempo, en contra de la guerra. Para otros pensadores, la civilizaci6n, sin mas, no garantiza nada contra la guerra. W. J. Perry ha constatado que la agri- cultura se inventé en Egipto, y como consecuencia de este invento apa- recié la guerra, La guerra ha sido justificada como un proceso de seleccion natural en la lucha por la vida, segtin criterio de Spencer. En la filosofia del marxismo, hay guerras progresivas, que hacen los revolucionarios, y guerras regresivas, que hacen los imperialistas Para Darwin, el hombre es un animal territorial cuyo recuerdo esta en las guerras, y en relacién con la posible frustraci6n en su instinto de te- " ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA rritorialidad, se siente estimulado para el desencadenamiento de la con- ducta agresiva. Solo la existencia de un plan racional de ordenacion del territorio puede servir la causa de la paz. De esta actitud brota la tesis del espacio vital, que tantos derramamientes de sangre ha ocasionado. El arte de la guerra es un fruto tardio en la evolucién de la vida del hombre, un fruto de Ia civilizacion. Porque siendo pasional el origen de la guerra, resulta racional su conduccién. Para Quincy Wright, la guerra, no el arte de la guerra, existio desde el Neolitico. Habia en la mente del guerrero y del mercader, que cons- truy6 grandes ciudades en las margenes de los grandes rios, la necesi- dad de disponer de los medios y los procedimientos para detender los intereses colectivos. Por otra parte, en cl afio 3000 antes de nuestra era, en las tierras irrigadas del Creciente Fértil (Mesopotamia) ya se habia generalizado, para la humanidad implicada en su avance civilizador, «la rebelién indirccta contra la injusticia, la desigualdad y el aburri- miento que rigen la vida social en tiempo de paz» Tipologia de la guerra Si la guerra esta relacionada con la civilizacién, también los diferentes tipos de guerra se corresponderén con los diferentes tipos de socieda- des civilizadas. La guerra primitiva Las sociedades primitivas estaban permanentemente en guerra y per- manentemente en paz. La guerra primitiva es la lucha entre sociedades poco diferenciadas. La experiencia mas interesante nos ha sido ofrecida por la resistencia. en torno a Jas aguas del Mediterraneo, a la expansidn de los imperios orientales. La historia de los pueblos helénicos ha sobrevenido, en gran parte, por el orgullo de haber sido los reiterados vencedores de los per- sas. Finalmente, con Alejandro Magno logran pasearse por el corazon del territorio enemigo, porque poseian el arte de combatir. La guerra imperial Suele revestir la forma de expedicion realizada con aplastante superio- ridad de medios, de materiales, de prestigio, de técnicas y de institu- ciones. Los imperios se constituyen por Ja anexién de los territorios, como resultado de una guerra victoriosa. Son el triunfo de la disciplina sobre la valentia turbulenta, y de la economia y el método sobre fa im- provisacion y el instinto. La organizacion imperial, mientras no se des- INTRODUCCION compone por razones internas, funda y sostiene las mas duraderas eta- pas de paz que ha conocido la humanidad. El Imperio romano fue un producto de guerras imperiales La guerra sefiorial Propia del teudalismo, continta con las monarquias patrimoniales y no hace crisis total hasta los dias de la Revolucion francesa. Son ejérci- tos de caballeros atendidos por sirvientes que se consideran guerreros. La guerra nacional Se llega a la guerra nacional con la ilusién de aplicar af combate los progresos de la civilizacion. Se espera que las batallas sean mas cienti- ficas y menos sangrientas. En la guerra nacional se conjugan la tecno- logia y la democracia. La industrializacién y el impulso demografico se expresan de acuerdo con dos pretensiones, que hacen muy fuertes a la propia comunidad: el sufragio universal y el servicio militar obligato- rio, La fuerza legal de los poderes politicos nacidos en una revolucion democratica se aplica al sostenimiento de una impresionante fuerza militar. Es o que ocurrié en los dias de la Revolucion francesa con la «nacidn en armas» La guerra total Expresa to absoluto, lo abstracto, lo ilimitado del fenémeno bélico. La guerra total no tiene limitacién en el tiempo, en el espacio, ni en los medios humanos, pero mientras a la humanidad le queden huellas de buen sentido, lograra temporalmente sacudir su yugo La guerra de liberacién Trata de lograr una autonomia frente a un poder politico distante, 0 declarar la independencia frente a un poder extrafo. Suele aplicarse a situaciones coloniales. No hay guerra de liberacion, sino semilla de gue- tra total, cuando un territorio trata de separarse de uma nacién histori- camente constituida. Evolucion del arte militar E] hombre es un animal social y, desbordando los limites del duelo, muy pronto la guerra comprendio al grupo, y del grupo constituido para combatir proceden los ejércitos. 13 ENCICLOFEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA Por otra parte, desde su mas remoto origen, el hombre ha fabricado utensilios para hacerse mas fuerte, o para compensar su falta de fuerza. Para hacer sus herramientas y sus armas, el hombre ha aprovecha- do sucesivamente la madera, los huesos, la piedra y los metales. Las e: padas y las lanzas le arman para afrontar el combate a corta distancia. Simulténeamente, se protege contra los golpes del enemigo con escu- do, casco y coraza, que no le impiden hacer uso de sus brazos para asestar los suyos. Las armas arrojadizas y los proyectiles aumentan la distancia de la lucha entre los combatientes, y la utilizacién de animales domesti- cados incrementa sus posibilidades de transporte. En particular el ca- ballo, enganchado o montado, contribuira con frecuencia y por largo tiempo a ensanchar su radio de accién, su velocidad y su fuerza de choque. El hombre penetra cada vez mas en los secretos de la naturaleza, y la pélvora y el cafién aportardn los medios de hacer fuego mas potentes y rapidos, y de un alcance acrecentado sin cesar. A las armas de fuego —pistolas, mosquetes y fusiles— seguiran las armas colec- s- individual tivas, revolucionando las formas de la guerra. La caldera de vapor y el motor de explosion permitiran los trans- portes a distancia de multiples tropas y avituallamientos Los carros de combate, érganos de luego y de choque, se ensefio- rearon de los campos de batalla. El motor facilita asimismo la via de log espacios aéreos, permitien- do el.dominio de la tercera dimensién. No debe olvidarse que desde hace mucho tiempo la guerra se habia extendido a los mares, dominio de las flotas. Finalmente, el cohete y el atomo abren en nuestros dias unas enormes posibilidades de destruccién. Como el ser humano vive sobre la tierra, ha utilizado el terreno para alimentarse, alojarse, desplazarse y combatir. La defensa del terreno ha evolucionado también a través de los tiempos con el limes romano, los castillos, las fortalezas y las trincheras, credndose al mismo tiempo la poliorcética, ciencia del sitio de plazas y fortalezas. Si como arte entendemos el conjunto de preceptos y reglas para ha- cer bien una cosa determinada, el arte de la guerra, el arte militar, serd el dedicado mas especiticamente a los ejércitos, si bien en un concepto amplio. Por ello, y en los capitulos siguientes, analizaremos la lenta y com- pleja evolucién de los ejércitos, desde la antigiiedad hasta nuestros dias. E1 andlisis incluira Ja concepcion de la guerra en cada época, la organizacién militar, los medios materiales utilizados, el armamento, la logistica, los procedimientos de combate y las ideas tacticas y estra- tégicas que movieron a los que tuvieron la responsabilidad del desarro- Ilo de las batallas. 14 INTRODUCCION Las batallas decisivas libradas entre pueblos o naciones, comple- mentadas con las guerras y las campanias de las que formaron parte, nos permitiran contemplar las variaciones experimentadas en medios y procedimientos, variaciones que han servido de base a las actividades de los grandes capitanes y de los grandes pensadores o tratadistas. Los grandes capitanes sobresalen en la observacion y en la accién directa, y los grandes tratadistas en la reflexidn y en la accién indirecta. Unos y otros nos facilitaron una interpretacion real de lo acontecido en cada momento hist6rico. 15 LA PREHISTORIA La guerra fue un factor fundamental de la vida en los tiempos prehistoricos, al menos desde el Paleolitico Inferior. ARTHER FERRILL CRONOLOGIA 70000000 a. J.C. Terciario. Australopithecus 1000000 a-J.C.. Cuaternario 400000 a. J.C. Paleolitico Inferior 100000 a. J.C: - Neandertal 50000 a. J.C. Paleolitico Superior. Cro- Magnan 8000 a; J.C. - Mesolitico 7500.a, J.C. Neolitico 2500a.J.C. Edad del Broncé 1000 a. J.C. Edad del Hierro E] modo de vida humana en la Prehistoria, asf como el conjunto de sus manifestaciones y creencias, debe ser estudiado a través de las exca- vaciones arqueolégicas, las cuales ponen de manifiesto los restos de aquella époc: E] deseubrimiento de la agricultura y una incipiente ganaderfa pro- dujeron decisivas transformaciones en el modo de vida del hombre de la Prehistoria. Su nomadismo sera sustituido por una vida sedentaria, aparecen los primeros nticleos urbanos y las actividades de caza se al- ternan con las labores agricolas. También el hombre dominara la téc- nica de pulimento de sus utiles de piedra La metalurgia del bronce y del hierro va a representar una nueva fuente de cambios. Grandes Construcciones de piedra, los megalitos, acompanan a los pueblos metalurgicos, y el comercio hace que los dis- tintos pueblos se relacionen entre st y contribuye, a su vez, a los inter- cambios culturales. Los hombres primitivos dejaron, en especial, los vestigios de sus ar- mas. Las materias y las formas de las armas primitivas han servido para caracterizar los grandes periodos de la Prehistoria Hace unos 70000 afos, cuando empezé a extenderse por vastas re- 19 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA giones el hombre de Neandertal, se inventé una de las mas importantes armas de guerra, Ja lanza, que se podia utilizar también arrojandola al modo de una jabalina. Al simple guijarro sin labrar, sucedié la piedra de silex debidamen- te cortada para que hiriera a su victima. Pronto cl silex se sujet6 a una ramilla para que hiciera el oficio de flecha. De estos tiempos primitives debio de ser también el llamado bumeran. Las hachas neoliticas eran, por lo comun, triangulares, puntiagudas por un extremo y con un biset cortante en cl otro; su forma, muy ca racteristica, se repite con uniformidad sorprendente en las mas aparta- das regiones. El arco representé un progreso bélico, y probablemente aparecidé ya muy avanzado el Paleolitico (12000 a. J.C.-10000 a. J.C.). Los pa- lafitos helvéticos han proporcionado ocho ejemplares de arcos, los mas largos, para tiros pesados, de 1,75 a 1,85 m, y los restantes, para flechas ligeras, de 1,25 a 1,55 m. Estaban fabvicados en madera de tejo. Una de las armas de largo alcance del Neolitico fue la honda, mas mortifera que el sencillo arco primitive y de mucho mayor aleance y precision. Una piedra det tamafio de un pufio lanzada con una honda podia destrozar craneos, y romper brazos, costillas y piernas. El gran paso que dio e} hombre fue la sustitucién de la piedra por el metal al final del Neolitico (2500 a. J.C.) Las primeras armas de metal eran de cobre, imitando ta simple for- ma del hacha triangular de piedra Con el empleo del bronce no es sélo el material lo que cambia, sino también la forma de las armas. Al principio se reprodujeron las formas de las de piedra, pero después se comprendié que al fundirlas se podia hacer las hachas mayores, con un agujero para el mango y asta con ale- tas decorativas, El bronce hize posible una nueva arma, la espada cortante, la mas terrible en la lucha cuerpo @ cuerpo, desconocida de los hombres de la Edad de la Piedra. Es muy probable que la espada tuviera un origen oriental. Los griegos la adquirieron de los fenicios. 1a veneracién por las espadas se encuentra en los pueblos germanicos y perdura toda la Edad Media, y en algunos casos se les da nombre, como Excalibur a fa del Rey Arturo 0 Tizona y Colada a las del Cid Campeador. Entre los afios 8000 a 3000 a. J.C., los hombres fueron abandonan- do la caza para convertirse en agricultores, y su vida de nomadas se transformo y pasé a habitar poblados permanentes. Hay razones para suponer que en este alba de la civilizacién se inician las guerras y que la organizacion militar del grupo humano llegé a constituir una preo- cupacion esencial. La dcfensa del grupo tribal fue, en sus origenes, un deber de la comunidad en todas las soviedades primifivas. El origen de 20 DE LA PREHISTORIA A LA EDAD ANTIGUA la vida militar parece coincidir, en fin de cuentas, con el advenimiento de la organizacion social, por rudimentaria que sea. En los origenes del grupo (familia, clan, tribu), todos los hombres validos eran soldados y el «ejército primitivo» y ta «sociedad» se confunden. Luego, los progre- sos técnicos y la multiplicacién de los conflictos exigieron un entrena- miento y una organizacion mas complejos. Las sociedades indoeuro- peas de la protohistoria conocen tres niveles jerarquicos: uno sacerdotal y soberano, otro guerrero y un tercero productor (agricola y artesano). En Europa, el empleo del bronce y la domesticacién de animales se realizaron casi en la misma época. El proceso de domesticacién del ca- ballo y cuando y como se Negé en Europa a poderlo mantar y uncir nos es practicamente desconocido. El caballo se utiliz6é para ensanchar el radio de accion, la velocidad y la fuerza de choque. El caballo consti- tuira con frecuencia, y por largo tiempo, el elemento determinante del Gxito. El hombre prehistérico busca, en ocasiones, lugares adecuados para su defensa. Los palafitos, construcciones sobre pilotes en lugares pantanosos, 0 los poblados en llanuras protegidos por un foso tenian esta finalidad, y anticipaban las fortificaciones de los romanos. En Jos lugares donde la madera no abundaba, las tribus se encerraban pre- ferenternente dentro de recintos de piedras mal encuadradas, gencral- mente en lo alto de un cerro. Las pinturas rupestres mas antiguas representan escenas de caza. El hombre primitivo lleva armas porque desde el primer momento se las procura para luchar contra los animales y por necesidades de de- fensa o de nutricién. Pero también desde el primer momento estos hombres lucharian entre si por disputas sobre la propiedad o simple- mente a impulso de sus instintos y pasiones. En las pinturas del Paleo- litico Superior (50000 a 8000 a. J.C.) se ven ya grupos de guerreros ar- mados con arcos y flechas y numerosas escenas de combate, que no pueden contundirse con otras de caza. En el Barranco de la Gasulla, en Ares del Maestre (Castellon de la Plana), pucden observarse estas es nas. Las figuras, de muy pequefo tamanio, ofrecen las mas graciosas y vivas actitudes, En una de ellas, un grupo de cuatro esta intentando atacar por el flanco a otro de tres, en lo que puede ser ¢] testimonio més antiguo de la maniobra de «envolvimiento» en un combate. Otras escenas muestran a unos arqueros dispuestos en linea dispa- rando sus armas a una orden de mando. El despliegue de hombres del Neolitico en columna y en fila es una de las mas sobresalientes carac- teristicas de la guerra primitiva organizada 21 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA La Espafia prehistérica CRONOLOGIA ,- 1000000 a. J.C. Primeros pobladores en la penfisula Ibérica 50000-80000 a. J.C Paleolftico Superior. Cro-Magnon. Pinturas con Ooo escenas de combate con arcos y flechas 13000 a. J. Pinturas de Altamira 7500 a. J.C. Neolitico. Hachas de piedra pulimentada 2500-1000 a.J.C. Edad del Bronce. El Argar. Espadas y pufia- les. Depésito de armas en ta Ria de Huelva 1000 a. J.C. Edad del Hierro. Cultura de Hallstatt. Inicio de la colonizacién fenicia 900-700 a. J.C. Llegada de los celtas ala Peninsula 800 a. J.C. Inicio de la colonizacién griega. Fundacién de Ampurias 654.a.J.C. Ocupacién de Ibiza por los cartagineses 600-300 a, J.C. Cultura de Hallstatt ibérica. Murallas ibéricas de Tarragona y Olérdola 400a.5.C. Los celtfberos inventan la herradura 240 a.J.C. Consolidacién de la ocupacién cartaginesa 133. J.C. Toma de Numancia por el ejército romano El estudio de las instituciones militares en los tiempos prehistoricos de la peninsula fbérica ha de hacerse partiendo de las costumbres de las razas primitivas. En cualquier caso, las conclusiones sobre el combate en la Edad de la Piedra y en la de los Metales deben ser coincidentes con lo que sabemos de las milicias ibera, celta y celtibera, poniendo como limite en el tiempo la toma de Numancia por los romanos el aio 133 a. J.C., momento en el que Espaia se considera pacificada y pasa a ser una provincia del Imperio romano En Espana, el periodo neolitico coincide en su ultima fase con la Edad del Cobre al aparecer el uso de este metal, atin sin alear, En el Neolitico empiezan a delimitarse las distintas etapas culturales, que, seguin Menéndez Pidal, serian tres: la cultura de las cuevas, la cultura megalitica y la cultura de Almeria. Las dos tltimas culturas denotan la presencia de un pueblo belicoso. En la Edad del Bronce (2500 a 1000 a. J.C.), Menéndez Pidal distin- gue en las Baleares una cultura de tipo argarico y otra de cultura tala- yotica. Esta tltima se refiere a construcciones en forma de tarre 0 ata- laya, hechas con grandes bloques de piedra montados directamente unos sobre otros, sin mezcla o trabaz6n alguno. > DE LA PREHISTORIA A LA EDAD ANTIGUA Destacan los grandes hallazgos en la necropolis de Bl Argar-Alme- ria, en los que aparecen numerosas armas, siendo las mas antiguas una especie de pufiales perfecctonados, con empuiiadura de madera y esco- tadura en la hoja. De la segunda Edad del Bronce (1250 a. J.C.) se encontré en la Ria de Huelva un deposito exclusivamente militar que contenia un centenar de espadas, punales, lanzas, puntas de flecha y bocados de caballos. Por otra parte, los primeros pueblos europeos que Hlegaron a la Pe- ninsula tenian una cultura denominada «de los campos de urnas», cu- yas caracteristicas esenciales eran los asentamientos en los valles sin fortificacion alguna y el incipiente uso de la espada. Esta cultura pe- netré en Catalufia a principios del siglo 1x 0 mediados del vin a. J.C. La utilizacion del hierro determin6 la ultima edad protohistorica. El des- cubrimiento de las necrépolis de Hallstatt (Austria) y La Téne (Suiza) da nombre a los dos periodos clasicos en Europa. E] de Hallstatt se ex- tiende entre los ahos 1000 y 500 a. J.C. y el de La Téne enlaza aquél con el comienzo de la era cristiana. Los primitivos pobladores de la Peninsula parece ser que pasaron el estrecho de Gibraltar hace mas de un millén de aftos. En el ao 13500 a. J.C., estos pobladores supieron expresar su madurez espiritual en tas cuevas de Altamira. Los iberos serian resultado de la mezcla de estos pueblos indigenas con otros llegados en el Neolitico que, desembarcando por el sur, sé ex- tendieron por la zona meridional y levantina a principios de la Edad del Bronce, hacia el 2500 a. J.C. Los celtas llegaron mas tarde, del 900 al 700 a. I.C., por caminos costeros o por los Pirineos, asentandose en el norte y el noroeste. De la fusién de ambas razas en el centro penin- sular nacio el pueblo celtibero. La colonizacion de los fenicios, en el afio 1000 a. J.C., y la de los griegos, entre el 700 y cl 600 a. J.C., se proyectan sobre las costas del sur y el este, donde fundan sus colonias. El arranque de la domina- cién cartaginesa puede fecharse con la ocupacion de Eivissa (Ibiza), el aio 654 a. J.C., quedando consolidada en los alrededores del 240 a. J.C. Los iberos Las armas tbéricas son preferentemente las espadas, primero rectas y luego sustituidas por la falcata, sable curvo, con lomo nervado, de du- doso origen. Complementaban cl armamento ofensivo los pufales de antenas, las lanzas o dardos, de asta de madera con punta y contera de hierro, y algunas sélo de hierro, denominadas soliferrum, asi como fle- chas y hondas Como armas defensivas tenian escudos de cuero de dos tipos, uno circular y otro rectangular, cascos y tal vez corazas. También disponian 23 ENCICLOPEDIA CEL ARTE DE LA GUERRA de arneses para sus cabatlos. Los escritores romanos describieron al guerrero ibero armado con jabalina, honda y espada. Los iberos com- batian casi siempre a pie. Estrabén presenta a los iberos como de caracter versatil y comple- jo, sobre todo con un gran orgullo local, que impedia la union de sus pequefios Estados para repeler agresiones ¢ invasiones Respecto a su tdctica, operaban en pequetios destacamentos que atacaban impetuosamente para retirarse de repente, y despues rec! prender el ataque cuando el enemigy estaba descuidado. Esta ha llamado concursare. Tenian tuerzas de caballeria que se mezclaban con la infanteria. A veces, montaban dos hombres en un mismo caballo y, al llegar el mo- mento del combate, uno de los guerreros descabalgaba para luchar como peon. Los honderos de Baleares llevaban tres hondas alrededor de la cabe- za, una larga para los tiros largos, otra corta para los cortos y otra me- diana para los intermedios Entre los recintos fortificados ibéricos destaca el de Tarragona por su extension y conservacién. La muralla primitiva estaba formada por grandes piedras ciclépeas. y su antigiiedad puede fecharse entre los si- glos vi y ita. 3.C. Los restos ciclopeos de Girona, Empuries y Olerdola tienen evidente parentesco con los de Tarragona. Las forres son construcciones, mitad fortaleza y mitad atalaya, si- tuadas en alturas estratégicas, costas, caminos y ciudades. ne UCASE Los celtas El estudio sobre la penctracin peninsular de Ja «cultura de los campos de urnas» ha permitido reproducir los itinerarios de invasion de los pueblos célticos centrocuropeos, desde los pasos de los Pirincos hasta que terminan fundiendose con los iberos. Las culturas célticas se ini- ciaron el afto 750 a. F.C. y perviven hasta el siglo 1a. J.C. El armamento céltico aparece ligero, especialmente util para la gue- rra de guerrillas. Abunda la espada corta, mientras que la larga era casi excepcional. Utilizaban dos variedades de lanza, corta y larga, y una pe- guefia hacha arrojadiza de hierre Su arma defensiva fundamental era el escudo cireular convexo, de- pominado cetra, ligero, con umbo (parte central) sobresaliente metali- co, anillas y abrazaderas. Estrabon describié a los pueblos del norte de la Peninsula con cascos de tres cimeras, y también con capacetes de cuero. Las corazas estaban adornadas con discos pectorales y comple- tadas con unos correajes de placas rectangulares La arquiteciura militar retleja la preocupacién defensiva de los cel- tas. Sus imponentes murallas eran desproporcionadas, y abundaban 24 DE LA PREHISTORIA 4 LA EDAD ANTIGUA también los fosos. A veces, en zonas proximas a la muralla, instalaban campos de piedras hincadas en el terreno para evitar sorpresas de la ca- balleria enemiga. Los textos antiguos concuerdan en que era frecuente entre los pue- blos peninsulares la formacién de bandas armadas, y que las principa- les cualidades de los combatientes serian Ia audacia, la agilidad y la destreza; su modo de ataque preferido, el golpe de mano, y su defensa obligada, la agil huida. Las bandas, que en ocasiones se convirticron en verdaderos ejércitos, recorrian amplias comarcas para procurarse sus- tento y hostigar al invasor, debilitandolo, desorganizandolo y privau- dolo de recursos, Era Ja «guerra del terreno», al decir de Estrabén; «la guerra del fuego», en frase de Polibio Los celtiberos Celtas & iberos, con mas o menos paz, se repartieron el territorio cen- tral peninsular, que luego se Hlamaria Celtiberia. De la ésmosis entre celtas e iberos nacié la civilizacion celtibérica, cuya fuerte personali- dad Jlev6 a la invasién de los territorios vecinos, a cuyas tribus dio su nombre gentilicio, Del armamento celtibero sobresale la espada, «con una punta eficaz y dobte filo cortante», El ejército romano la adopto y con ella conquis- té6 e] mundo conocido. El venablo celtibérico era un dardo arrojadizo, todo de hierro, con punta en doble anzuelo, del que se conocen dos tamafios, corto y lar- go. La faldvica eva una arma arrojadiza incendiaria. Los celtiberos no usaban, al parecer, arcos y flechas y sus escudos eran similares a los de los celtas. Empleaban estandartes y ensefas en gran numero, asi como trompetas de barro que, aunque pesadas y quebradizas, eran de uso normal. La infanteria ligera celtibera era admirada por su velocidad, pues te- nia la costumbre de atacar corriendo en las batallas. La caballerta era también sobresaliente, y cabe a los celtiberos del siglo tv a. J.C. el mé- nito de la invencién de la herradura. Con ella, la caballeria aumentd enormemente sus posibilidades bé- licas, lo que influyé desde entonces en la organizacion de unidades de jinctes. La tactica de la caballeria celtibera era lachar mezclada con los infantes. Cuando vefan a la infanteria en apuros, los jinctes se apeabau para auxiliarla combatiendo a pie. La tdctica celtibera consistia en concentraciones rapidas y fugaces, para dispersarse con la misma rapidez, con cambios constantes de ata- que y huida, desconcertando a todos los ejércitos regulares. Los celt(bcros se comunicaban encendiendo hogueras en las torres Pasaban los rios a nado, 0 tendidos encima de odres hinchados, sobre 25 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA los que ponian sus trajes y escudos. No empleaban maquinas de guerra y ejecutaban danzas bélicas. La fortificacion de los celtiberos tuvo manifestaciones multiples: campamentos, torres, castillos y ciudades amuralladas. Es de origen ibero-africana en lo que a murallas y caserio adosado se refiere, y a esto se aiiadié el progreso celta del siglo via. J.C. en el trazado de las puer- tas, la mejor construccién y aparejo del muro y la curvatura de torres y lienzos para buscar cruzamientos defensivos. En la meseta oriental adquiere especial vitalidad la cultura de los castros, poblados situados en lugares estratégicos, siendo el mas cono- cido el de Numancia. Valoracion militar de la Prehistoria La informacién de que se dispone de la época prehistérica permite atir- mar que los comienzos de la guerra organizada: despliegu na y en linea, una cierta estrategia y tactica, uso de fortificaciones y evolucién tecnolégica de las armas de alcance largo, medio y corto, pueden remontarse a aquellos tiempos. La guerra organizada hizo su aparicién, por lo menos, al final del Paleolitico. La aparicién de la columna y de la linea, que implican mando y or- ganizacion, es sinénimo de la invencién de la tactica. El hombre del Neolitico, para protegerse de las efectos de las armas ofensivas que iban apareciendo, empezo a construir fortificaciones, lo que revela el impacto de la guerra sobre la cultura del ser humano. La tradicion neolitica que sobrevivid hasta los tiempos historicos ha sido la de las murallas biblicas de Jericé, que evidencian un considera- ble grado de complejidad militar, Las mas antiguas civilizaciones heredaron de la época prehistorica un legado de armas, estrategias y tacticas ofensivas, y un cierto sentido de territorialidad. en colum- 26 EL ANTIGUO EGIPTO CRONOLOGIA 3200-2681 a. J.C. ' Perfodo Protodinastico 2681-2181 a. J.C:. Imperio Antiguo 2050-1640 a. J.C. Imperio Medio 1640-1552 a. J.C. Invasién de los hicsos 1552-1069 a. J.C: Imperio Nuevo - 1458 a. J.C. ‘Batalla de Megidd6. Tutmés HT 1284.a. J.C. Batalla de Qadesh. Ramsés II 525-404 a. J.C. Dinastfa persa 334 a. J.C. Batalla del Granico. Alejandro Magno 51-30 a. J.C. Cleopatra 31a.J3.C. Batalla de Actium Egipto, segtin afirmé Herédoto en el siglo v a. J.C., «es un don del Nilo», y su cultura se desarroll6 en estrecha relacion con la dinamica de este rio, La historia del Antiguo Egipto se inicia en el llamado Periodo Pro- todindstico, mas de 3000 afios antes de nuestra era. Le siguen tres grandes periodos historicos: los imperios Antiguo, Medio y Nuevo, cada uno de los cuales terminé con una etapa de crisis, que los histo- riadores denominan Primer, Segundo y Tercer Periodo Intermedio res- pectivamente. Tras el Tercer Periodo, seiscientos atios de decadencia hi- cieron que el orgulloso Imperio de los faraones, con la derrota de tas tropas de Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Actium (31 a. J.C.) pasara a ser una provincia mas del Imperio romano. En los periodos Predinastico y Protodinastico, al parecer en los pri- ros siglos del IV milenio a. J.C., un rey enérgico, al mando de un to, salié del delta del Nilo y vencid a las gentes del sur, logrando la primera unificacién de Egipto. Durante el Imperio Antiguo (2681-2181 a. J-C.), Egipto se convirtié QT ENCICLOPEDIA DEL ARTE OF LA GUERRA en un gran Estado y su civilizacién paso a ocupar un lugar preeminen- te en el mundo. El ejército egipcio velaba por la seguridad del Imperio, al mando de un visir, asistido por jefes «directores de la Infanteria» y «de arsenales», en los que se fabricaban venablos, escudos y lanzas, ¢ «inspectores de tortines del desierto y de las fortalezas reales». Las tropas en servicio permanente eran poco numerosas, y con ellas se formaba la guardia personal del faraén. Aparecen entonces las tro- pas mercenarias, arqueros libios y nubios. Alrededor de! afio 2350 a. J.C. comenzé el hundimiento del Impe- rio Antiguo. El ejército desaparecid. Posteriormente los principes de Tebas restauraron cl orden, y al cabo de dos siglos de anarquia inau- guraron el Imperio Medio, que dur6 hasta Ja invasién de los hicsos (2050-1800 a. J.C.). Se organiza un ejército permanente mucho mds potente que, aun conservando sus auxiliares extranjeros, comprende esencialmente con- tingentes nacionales constituidos por reclutas. Se alistaba un hombre de cada cien para el Ejército del faradn. El ejército estaba dividido en dos cuerpos, el de «jévenes» y las «tropas de choque», que eran soldados profesionales. Existe constancia durante este perfodo de expediciones a Nubia para recuperar el control de esta region, que se habia indepen- dizado, y también expediciones a Libia para contener a los vecinas o¢- cidentales. A finales del Imperio Medio, Egipto contaba entre su poblacién con un elevado ntimero de extranjeros. Poco a poco fue produciéndose un debilitamiento del poder de los faraones, y hacia el siglo xvit a. J.C. un gru- po heterogéneo de semitas y asiaticos, a los que se ha denominado hic- sos, invadieron el norte de Egipto, come ya se ha indicado. Mientras los egipcios seguian fijando sus hachas en una hendidura del mango oe lanza, atandolas con correas, los hicsos tenian hachas per- foradas por su parte mds gruesa, en la que introducian con fuerza el mango ola lanza. Adernas, y sobre todo, habian avanzado mucho en las técnicas de guerra, que habian de ser empleadas luego por todos los grandes invasores asiaticos: carros y caballerta ligera, armas de bronce y armaduras ligeras. Sus campos atrincherados eran casi invulnerables. En la posterior guerra de liberacién contra los hicsos de los farao- nes tebanos se utilizaron todo tipo de armas semejantes a las del ad- versario, como carros de combate tirados por caballos, armaduras cle laminas en forma de escamas y nuevos tipos de arcos, punales y espa- das. La avanzada tecnologia bélica adquirida por Egipto durante este periodo fue trascendental para su poderio militar durante el pertodo si- guiente, que se conoce como Imperio Nuevo (1552-1069 a. J.C.). La caracteristica de este periodo fue cl constante estado de guerra que vivid el pais, provecado por su afan expansionista. Esta actitud re- 28 DE LA PREHISTORIA A LA EDAD ANTIGUA quirié el desarrollo de un ejército permanente, projesionalizado, prepa- rado para emprender una campafia en cualquier momento. Tutmés TIT (1479-1425 a. J.C.) fue el mayor de los faraones conquis tadores. En el aiio 1458 a. J.C. se enfrenté con una coalicién de prin- cipes de Palestina en la batalla de Megidd6, al norte de Jerusalén. La coalicién adopte una posicién tactica defensiva alrededor de Megiddd, y el Ejercito egipcio, dividide en tres grupos de combate, rechazo a las fuerzas defensoras a lo largo de toda su linea, que tuvieron que buscar proteccion en la ciudad amurallada. Enel ano 1284 a. J.C. tuvo jugar la batalla de Qadesh, en el norte de Siria, contra una coalicién de sirios y de hititas, cuyo imperio disputa- ba la hegemonia de la zona al faraén. El enfrentamiento termino sin victoria de ninguno de los dos bandos, aunque los egipcios considera- ron esta batalla como la mayor proeza de todos los tiempos. En el Tercer Periodo Intermedio (1069-343 a. J.C.), Egipto sufrié el dominio de diferentes pueblos extranjeros: libios, palestinos, nubio: persas y griegas, Los nubios tomaron el poder hacia el atio 730 a. J.C., pero cayeron bajo el empuje de los guerreros asirios, que, provistos de armas de hie- tro, mas patentes que las de bronce que poseian Jos egipcios, llegaron hasta Tebas. Una nueva dinastia egipcia, la Saita (663-525 a. J.C), expulsé a los asirios con ayuda de los griegos. Durante su reinado se desarrollé no- tablemente el comercio, y sobre todo en la zona del Egeo, Egipto con- taba con una importante flota. El pais se convirtid en un objetivo codi ciado para varias naciones poderosas, y los persas se apoderaron de Egipto ef aio 525 a. J.C. Los egipcios recurrieron de nuevo a los grie- gos, y Alejandro Magno, después de las victorias de Grinico (334 a. J. © Isos (333 a. J.C.), se apoderé del territorio de los faraones. A partir del siglo 11 a. de J.C. los romanos se convirtieron en la po- tencia hegeménica del Mediterraneo, y si bien la altima reina de Egipto, Cleopatra (69-30 a. J.C.), buscé la ayuda del general romano Marco An- tonio para mantener su independencia, la derrota de Actium (31 a. J.C.) hizo que Egipto se convirtiera en una provincia mas del Imperio ro- mano. Organizacion Hasta cl Imperio Nuevo, no existié en Egipto un ejército permanente propiamente dicho. Cuando surgia algdn problema, los gobernadores reclutaban hombres de sus provincias y los ponian a disposicién del fa- raén, que nombraba a un principe o noble de su familia para que los di rigiera cn la lucha. Terminado el peligro volvian a sus lugares de ori- 29 ENCICLOPEDIA DEL ARTE DE LA GUERRA gen. El faraén disponia de una milicia permanente, que no era muy nu- merosa, y mas bien tenia la misién de vigilancia y de proteccién de ca- minos, asi como el control de las incursiones desde Nubia, para lo que se establecieron fuertes defensivos. Durante el Imperio Antiguo habia dos tipos de infamteria. La infan- teria de linea \levaba eseudos de madera recubiertos de piel de buey o de hipopdtamo, decorados con pintura de muchos colores vivos, y sus ar- mas eran las lanzas, las hachas y mazas. La infanteria ligera disponia de arcos simples con flechas de punta de piedra o de hneso, levadas a mano 0 en carcaj, y a veces portaba también punales y hachas. Durante el Imperio Nuevo se organizaron cinco grandes divisiones, cada una con su propio emblema y nombre, que era et de los grandes dioses egipcios: Amon, Ra, Ptah, Fra y Set. Estas unidades, de 10000 infantes cada una, entraban en combate precedidas, flanqueadas y seguidas de carros de combate. Constituian una gran formacién de 100 hombres alineados de fren- te y 100 de fondo, Cada divisién constaba de dos brigadas, de cinco ba- tallones cada una, El comandante de ta division disponia de un Estado Mayor con ayudantes de campo, escribas, intendentes, sacerdotes y portainsignias Los efectivos de los ejércitos egipcios oscilaron, por lo tanto, entre algunos miles de combatientes en el Imperio Antiguo hasta las cinco divisiones de 10000 hombres cada una en el Imperio Nuevo Tactica En la fase de constituci6n del Primer Imperio, el combate consist en encuentros de hombre a hombre. Cuando el ejército se estructurd en divisiones, se trataba cada vez mas de escoger el terreno, alinear a los combatientes y alacar por cuadros profundos de 100x100 hombres, acompaiiados de carros. Logistica Los «arsenales» proveian de escudos, lanzas y otras armas. La inten- dencia aseguraba el avituallamiento, y el transporte se hacia a cargo de los propios soldados 0 con asnos, y a veces por barco 30

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