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Ubillos, S. & Barrientos, J. (2002) Atraccién; Relaciones interpersonales. En Morales, F, Péez. D., Psicologia Social. Buenos Aires: Prentice Hall., pp. 410 —441 ATRACCION Y RELACIONES INTERPERSONALES Ataccin Problemas en las 19 ere 410 Psicologia socal La atraccién, el amor o Ia pasidn, tan presentes en nuesteas propias vidas como en las canciones, el arte y la historia humana, ccupan un lugar pequefio y reciente en la Psicologia cientifica. Son varias las razones que pueden explicar esta deliberada ignorancia de un asunto en apariencia tan importante Como dice una popular copla recientemente revitalizada gracias al cine, las cosas del querer «no tienen fin ni principio, ni tienen e6mo ni por qué». Esta ereencia popular parece haber sido compartida por los psicélogos sociales y otros cientificos sociales de manera si no explcita, al menos implicita, de forma que el amor parecfa algo ubicuo, evanescente y complejo. A ello se une la creencia de que el estudio cientifico de la atraccién y del amor arruinaria el encanto que estos fenémenos suponen en nuestra existencia, Como afirmaba un senador estadouni- dense: «creo que200 millones de americanos quieren que algunas cosas en ta vida continien siendo un misterio, y a primera en la lista de las cosas que no queremos, conocer es por qué un hombre se enamora de una mujer y viceversan (Rubin, 1988). Finalmente, las tradiciones imperantes en Psicologia consideran el amor y la atraccién como temas menores y superficial. La atraccién interpersonal es tin fenémeno ciertamente complejo, que engloba fendmenos tan variados y diferentes como la simpatia que podemos sentir hacia un amable conductor de autobiis, Ia pasién de algunos enamorados que abandonan posesiones y posiciones tras la persona amada, o la admiracion por determinada estrella de cine, En las siguientes paginas presentaremos, en primer lugar, el conocimiento psicosocial aplicable a todos estos fenémenos tan diferentes y, posteriormente, nos centraremos en aquellas relaciones interpersonales entre adultos que en nuestra sociedad han venido en denominarse relaciones amorosas Comenzaremos considerando la afiliacin, un fenémeno basico sobre el que parecen descansar otros procesos, como la atraccién y el amor. Posteriormente nos centraremos en la atraccidn interpersonal considerada de forma general, esto es, como un fenémeno en el que pueden incluirse la amistad, las relaciones intimas © Ja admiracién por wna figura piiblica, y presentaremos los principales factores que influyen en que una determinada persona nos resulte mas o menos utractiva. Mas adelante analizaremos el amor, consideréndolo como un proceso en el que confluyen las relaciones interpersonales (aunque exista cierto tipo de amor en el que estas relaciones no estén presentes) con fuertes dosis de afecto y atraccién, Finalizaremos este capftulo mencionando algunos problemas o dificultades fre cuentes en las relaciones afectivas interpersonales. LA AFILIACION La afiliaci6n es una tendencia humana bisica que leva a buscar kt compa otras personas, Niflos y niflas, desde muy pequetios, desarrollan fuertes vinculos con las personas con quienes tienen un contacto regular —con frecuencia los padres—, resulténdoles penoso y dificil tener que separarse de elas, Cuando estan en compatiia de estas personas, nifios y nifias se sienten mis seguros y relajados, >pias vidas como queno y reciente on explicar esta icias al cine, las por qué». Esta sociales y otros de forma que el ¢ Ia creencia de reanto que estos vador estadouni- cosas en la vida ue no queremos ttersa» (Rubin, deran cl amor y jo, que englaba 40s sentir hacia que abandonan or determinada rimer lugar, el ‘a diferentes y, rsonales entre ‘ones amorosas. que parecen jormente nos eneral, esto es, jones fntimas 0 es factores que atractiva. Mas so en el que de amor en el to y atraccién. ifjcultades fre~ \ compaiia de tertes vinculos frecuencia los ‘Cuando estén os y relajados, ot Atraceién y relaciones intorporsonaies 411 4 la vez que disponen de modelos de referencia para saber cSmo comportarse en situaciones extraiias o nuevas (Shaver y Klinnert, 1982). La funcién primordial de 1a afiliacién consiste en garantizar la supervivencia tanto det individuo como de le especie. Resulta de vital importancia para un bebé no separarse de quien lo alimenta, cuida y protege. De igual manera, los logros humanos no serian lo que hoy son si las personas no nos hubiéramos afiliado. Tanto si esta tendencia es fruto de fuerzas biol6gicas, programadas genéticamente y enraizadas en su valor adaptativo para la cvolucién humana (Bowlby, 1969), ‘como si es el resultado de cadenas aprendidas de reforzamientos, el nifio se apega a la madre porque ésta le refuerza, le alimenta, a la vez que la madre se apega al nifto porque éste fa refuerva dejando de llorar o sonriéndola (Sears y cols., 91) lo que parece innegable son los resultados positivos que la afiliacién puede proporcionar. Estos resultados positivos son de muy diversa indole, Afiliarnos con otros puede hacer que consigamos ciertos objetivos que no podemos obtener solos, proporcio- narnos diversion y entretenimiento, incrementar nuestra autoestima, haciéndonos sentir queridos ¢ importantes 0 responsables de las necesidades de los demas, nos sive para expresar nuestra sexualidad 0 nos ayuda a aprender aquello que no sabemos. Entre todas estas funciones, los psioslogos sociales se han centrado en dos: la afiliacién con otras personas nos sirve para reducir nuestra ansiedad y miedo, y nos brinda un criterio de comparacion de nuestras propias actitudes y habilidades. Ambas funciones son con frecuencia interdependientes Un experimento realizado por Schachter (1959) tenia como propésito investigar expresamente si la ansiedad puede llevar al deseo de afiliacién, Para ello, las, mujeres estudiantes de un curso introductorio de Psicologia que participaban en ¢lestudio fueron asignadas a dos condiciones experimentales: alta y baja ansiedad. Todas ellas crefan que iban a participar en un experimento en el que se les aplicarian descargas eléctricas, s6lo que unas (alta ansiedad) crefan que esas, descargas serian fuertes (el investigador que conducfa el experimento indicaba que sserfan bastante dolorosas, aunque no producirian dafos irreparables»), mientras, gue otras participantes (condicin de baja ansiedad) esperaban recibir descargas insignificantes («les aseguro que no sera nada doloroso, sino algo asi como un cosquilleo», afitmaba el experimentador). Con el pretexto de tener que preparar 1 instrumental necesario, este experimentador pedia a las estudiantes que espe- aran diez minutos, dandoles la oportunidad, a cada una individualmente, de hacerlo bien sola en una sala, bien en compaiia de otras estudiantes ‘que participaban en el mismo experimento, Una vez.hecha la eleccién, el experimento finalizaba y se explicaba a las participantes su propésito. Tal y como hipotetizaba Schachter, el nivel de ansiedad inducido por el experimentador influfa en las preferencias de espera: de los 32 sujetos en Ia condicién de alta arsiedad, 20 prefirieron esperar en compaiiia (62,5 por 100), mientras que esta preferencia s6lo se dio en 10 (33 por 100) de las 30 estudiantes en la condicién de baja ansiedad. Pero por qué las personas ansiosas prefieren la compaiiia de los demas? {Les da igual el tipo de compaiiia que sea? Ante la primera pregunta, Schachter consideraba que haba dos respuestas basicas: a) los demas sirven de dlistraccién, en estas circunstancias; y 6) los demés sirven como criterio de comparacién, de acuerdo con lo formulado por la teoria de la comparacién social, y nos ayudan a ana Peicologia social ic decidir qué respuesta dar ante una situacién nueva y extraita. La respuesta a la segunda pregunta depende de cuél sea la respuesta a'la primera: si la presencia de los demas reduce nuestra ansiedad porque nos sirven de distraccién, entonces cualquier persona puede servir para este propésito; en cambio, si el papel de los demés consiste en servirnos de guia para saber cémo responder, entonces sélo disminuiré nuestra ansiedad cuando estas personas se encuentren en la misma situacién que nosotros. Los resultados de varias investigaciones apoyan esta segunda explicacién. EI propio Schachter (1959) realiz6 un segundo experimento en el que todos los sujetos estaban en situacién de‘alta ansiedad, pero Jas alternativas de espera fueron diferentes: en una condicién podian elegir entre esperar solos o hacerlo en compariia de otros participantes, igual que en el experimento anterior, mientras que en otra condicién podian elegir entre esperar solos o hacerlo en compaffa de unos alumnos que esperaban para hablar con sus profesores, Los resultados ‘mostraron que mientras los de la primera condici6n preferfan esperar en compaifa, los de Ia segunda preferian hacerlo solos. En definitiva, pues, los resultados de las Investigaciones indican que buscaremos estar junto a otras personas siempre y cuando éstas nos sirvan para reducir nuestro estado de ansiedad, Hay, sin embargo, situaciones en las cuales estar con otras personas puede incrementar nuestra ansiedad, como en el experimento de Sarnoff y Zimbardo (1961). En este estudio, los participantes varones tenfan que succionar biberones, tuna tarea en principio embarazosa, y, cuando se les dio a elegir, prefitieron esperar solos que hacerlo en compaiifa de otros. De igual manera, hay otras situaciones en las que el papel (ranquilizador de los dems es crucial. Por ejemplo, Kulik y Mahler (1989), @ unos pacientes que esperaban en un hospital para ser sometidos a una operacién quirirgica de instalacién de un marcapasos, les dieron la opeién de instalarles en una habitacién junto a otro paciente que esperaba lo mismo, 0 de acomodarles junto a un paciente que acababa de pasar por tal operacién. De forma abrumadora los pacientes prefirieron estar junto a uno que ya habfa sido operado, no s6lo porque consideraran que dicha persona tenia un mayor conocimiento de todo el proceso, sino también porque su simple presencia constitufa un elemento tranquilizador y mostraba que el riesgo de la operacién no era excesivo. ATRACCION INTERPERSONAL La atraccién interpersonal se puede entender, de una forma amplia, como el jui que una persona hace de otra a lo largo de una dimensién actitudinal cuyos extremos son la evaluacién positiva (amor) y la evaluacién negativa (odio) (Baron y Byrne, 1991). Sin embargo, hay que afiadir que este juicio o actitud no se suele quedar en esta dimensién cognitivo-evaluativa, sino que es frecuente que vaya asociado a conductas (por ejemplo, el intento de estar junto a las:personas que nos atraen), sentimientos (sentirnos alegres o felices junto a tales personas) y otras Bb Atracciéo y elaciones inerpersoniies 413, puesta a la cogniciones (por ejemplo, inferir que una persona muy atractiva tendré otras In presencia caracteristicas positiva). én, entonces {Qué es lo que hace que una persona nos resulte extremadamente atractiva papel de los . mientras que otras apenas llaman nuestra atencién 0 nos provecan un claro mtonees s6lo desagrado? La respuesta, evidentemente, no es sencilla. Hay quienes experimentan en la misma un impulso irrestible hacia las personas pelirrojas, quienes lo sienten hacia las esta segunda Personas que aparentan sumision y dependenca, y quienes sienten repulsidn hacia ambos tipos de personas, por citar s6lo algunos ejemplos de In diversidad de jue todos los caracteristicas que consideramos atrativas, Nuestra respuesta a la anterior pre- spera fueron gunta pasard por exponer en primer lugar aquellos mecanismos.psicolégicos que hacerlo en median en el proceso que subyace en el hecho de ue alguien nos parezca or, mientras particularmente atractivo. Dichos mecanismos coinciden con los principales mo- pana de delos te6ricos que existen en Psicologia social acerca de la atracti6n. Posterior- resultados mente presentaremos algunos factores més especficos que influyen sobre la n compaiita, ~atracciGn. La eficacia de estos factores puede ser explicada por los mecanismos ltados de las. psicol6gicos descritos. s siempre y peas Explicaciones psicosociales de la atraccién sonnet La busqueda de consistencia cognitive uaa en E! principio btsco coma a toda at eos de lo constenia copa tatades rier en los capitulos sobre actitudes, por ejemplo, In Teoria dt equilibrio de Heider, fen In de ta Disonancia cognitiva de" Festinge! la de ki Congrucncia de Osgood y Leta Tannenbaum, era que las personas intentamos mantener In coherencia entre » De forma nuestra actitudes y entre éstas y nuestras conductas, Aplicando este principio al io operaco, campo de la atrucci6n interpersonal, podriamos citar como ejemplos de relaciones See equilbradas o consistentes las siguientes: tener las mismas ideas que nuestros aaa amigos, las mismas aficiones que nuestra pareja, tener como compafieros de trabnjo ; 4 personas que nos caen bien o ver muchas peliculas de nuestro actor favorito. En cambio, serian cjemplos de relaciones inconsistentes, que pondrian en marcha fuerzas psicol6gicas para restablecer el equilbro, las siguientes: discrepar profun- dariente en cuestiones ideotdgicas de nuestros amigos, tener afeiones opuestas & fiuestra pareja, trabajar junto a alguien que no podemos soportar o sentirnos Obligados a ver todas las peliculas del actor que més detestamos. Siguiendo con tos ejemplos, as soluciones a tales situzciones de desequlibrio podrian ser tan diversas como cambiar nuestra ideologia, divorciarnos, cambiar de trabajo 0 no el juicio : descubrir facetas positivas en el actor detestado, final cuyos . io) Baron Las consecuencias de la asociacién y del refuerzo no se sucle que vaya Los efectos de In asociacién en el caso de la atraccién interpersonal, siguiendo los rsonas que principios formulados en el condicionamiento clésico, consisten en que nos senti- tas) y otras emos atraidos hacia quienes aparezcan asociados 2 experiencias buenas para ana Psicologia social nosotros y nos desagradardn quienes estén asociados a malas experiencias (Byrne, 1971). Por ejemplo, May y Hamilton (1980) pidieron a mujeres universitarias que evaluaran el atractivo de varias fotografias de varones. Previamente se habia averiguado qué tipo de musica les gustaba (rock) y cudl les desagradaba (musica clésica de vanguardia). Mientras realizaban las evaluaciones, unas chicas tenian como musica de fondo aquella que les agradaba, mientras que otras ojan la que les desagradaba. Los resultados mostraron claramente que las primeras efectuaron, evaluaciones més positivas de las mismas fotos que las segundas. EI hecho de que las personas conozcamos, aunque sea de manera intuitiva, los efectos de la simple asociacién, puede explicar el denominado efecto MUM (Bond y Anderson, 1987). Este efecto consiste en que las personas nos resistimos @ transmitir malas noticias a los demds, las distorsionamos, las hacemos menos negativas 0 nos las callamos, aunque no tengamos nada que ver con tales noticias, La razé6n parece estar en que creemos que, al transmitirlas, apareceremos asociados al evento negativo ante los ojos del receptor y le resultaremos, en consecuencia, poco atractivos. Otro mecanismo bésico del aprendizaje es el refuerzo, Aplicado al caso de la atraccién interpersonal, este mecanismo significaria que nos semtiriamos atraidos hhacia quienes nos recompensan, pues producen on nosotros sentimientos positivos, y rechazarfamos a quienes nos proporcionan consecuencias negativas, pues pro- ducen sentimientos negativos (Byrne y Clore, 1970; Lott y Lott, 1974). Asi, por ejemplo, no resulta sorprendente que quienes nos evalian positivamente nos resulten més atractivos que aquellos que nos critican (Aronson y Linder. 1965). Intercambio e interdependencia Los dos tipos de mecanismos anteriormente expuestos se refieren basicamente a los efectos, cognitivos o evaluativos, que una persona produce en nosotros. Sin embargo, estos efectos generalmente no ticnen un valor ens, independientemente del contexto de interaccién en el que frecuentemente tienen lugar los procesos de atraceién. Asi, por ejemplo, la evaluacién positiva que alguien hace de nosotros no tiene el mismo valor si ese alguien es la persona con quien Ilevamos aiios sofiando salir que si es alguien con quien evitamos tener contacto debido a lo mal que nos cae. De acuerdo con la teorfa del intercambio social (Blau, 1964; Kelley y Thibaut, 1978), una persona nos resultard.atractiva si pensamos que nuestra relacién con ella serd beneficiosa para nosotros, es decir, si creemos que las recompensas que se derivardn de tal relacién son mayores que los costes que implica. La teorfa de la interdependencia (Thibaut y Kelley, 1959: Kelley y Thibaut, 1978) es mas especifica, centrandose en la interaccién entre dos personas. El juicio sobre lo beneficioso que resulta 0 puede resultar una relacién para nosotros y, en consecuencia, el juicio del atractivo de la persona implicada en dicha relacién depende de las comparaciones que efectuamos uilizando dos criterios: @) El nivel de comparacién, que se refiere a la calidad de los resultados que tuna persona cree que se merece. Este nivel se basa en las experiencias Fact 3yme, 's gue habia de do os 1, a io Awracciin y relaciones interpersonsles 415 pasadas, y cualquier situacién actual s6lo sera juzgada como beneficiosa si ‘excede dicho nivel de comparacién. Por ejemplo, en una relacién de pareja, este nivel de comparacién puede estar formado por nuestras anteriores relaciones, las relaciones que mantienen nuestros amigos y/o el tipo de relacién que vemos en el cine, Por supuesto que este nivel de comparaci6n cambia con el tiempo: de una anterior relacién afectiva podemos, por ejemplo, haber aprendido que pediamos demasiado de la otra persona. 5) El nivel de comparacién con altemativas. Una relacién simplemente algo satisfactoria puede ser a mejor evaluada por nosotros si es la nica alternative que tenemos. En cambio, cuando en esa misma situacién se presente una mejor relacién alternativa, que promete més recompensas que ‘costes, es probable que la evaluaciOn de la primera caiga en picado y dicha relacién deje de exist Lo importante de estos iltimos enfoques es su énfasis en el papel que las evaluaciones subjetivas tienen en el proceso de intercambio social. Las recompensas, yy los costes dependen de las experiencias de los individuos, de sus ereencias, de Jas atribuciones que hagan sobre si mismos y sobre los demés, y estn, ademés, en continuo cambio (Keliey, 1979), Factores que influyen en Ia atraccién Un reftén ilustra la importancia que la proximidad tiene en la atracei6n: «ojos que ‘no ven, corazén que no siente», Resulta abvio que no podemos sentirnos atraidos. de In misma manera que ne podemos uit, « quien no eonocentos. aAslentis, si bien en ocasiones surgen entrafables amistades y desenfrenados amores de encuentros ocasionales 0 del conocimiento de alguien en ta distancia, Jo cierto es que la mayoria de nuestras amistades y amores tienen lugar con quienes interae- tuamos con cierta frecuencia. Marwell y cols. (1982) pidieron a estudiantes universitarios que describieran su relacién heterosexual més reciente, El 36 por 100 de esas relaciones habian surgido en clase, asociaciones universitarias o en el trabajo; cl 38 por 100 habjan sido presentados por una tercera persona; el 18 por 100 se encontraron en alguna fiesta {y s6lo el 14 por 100 se habfan conocido en bares o lugares de encuentro similares. ‘Ala vista de estos resultados y de otros semejantes, por ejemplo, en el caso de la amistad, podemos deducir que hay dos tipos de factores fundamentales que influyen en que Tas personas coincidamos 0 no unas con otras: a) factores de tipo social 0 institucional, como por ejemplo, la politica que sigue una universidad para formar Jos diferentes grupos con estudiantes del mismo curso, o los lugares socialmente sancionados para los encuentros entre adultos de distinto sexo (recuérdese que, hasta hace no mucho, en nuestro pais la presencia de mujeres en bares era algo ins6lito y mal visto); y b) las caracteristicas personales del individuo (dos personas 416 Peicologla social amantes de la miisica de J.S. Bach es probable que se encuentren en conservatorio, en conciertos 0 en determinados clubes musicales). ‘Hechos en apariencia tan insignificantes como la distancia entre la puerta de nuestro piso 0 apartamento y la de nuestros vecinos, o la letra por la que empie: za nuestro’ apellido, condicionan algo tan importante como nuestras amistades 0 nuestro matrimonio. Festinger, Schachtcr y Back (1950) pidieron u estudiantes, universitarios que vivian en un edificio de apartamentos, cuya asignaci6n se hacia de forma aleatoria a medida que quedaban disponibles, que indicaran las tres, personas con quienes se vefan mas a menudo y que mejor les caian, De manera sorprendente para los investigadores, el 41 por 100 de las elecciones eran personas que vivian en la puerta contigua, el 22 por 100 dos puertas mis alld y el 10 por 100 al finat del pasillo. Decimos que estos resultados son sorprendenites porque las distancias eran 5,8, 9,8 y 30 metros, respectivamente. En la Escuela de Policia del estado de Maryland (Estados Unidos), como en otras muchas partes del mundo, el lugar en las aulas y en el dormitorio asignado a los nuevos cadetes se hacia segiin el orden alfabético de su apellide, Cuando al cabo de seis meses en la escuela Segal (1974) lex pregunté que indicaran cusiles cram sus tres mejores amigos en el cuerpo, ka mayorin de estos simtigos tenia spells veteans en el alfabeto, en conereto, lox aigos estihin sitwaulis un ppromedio we 1,5 lets de istunclt respecte it ln inleial del propio spells. {Por qué parece, pues, tan importance lt proximidacd fisica puro el desarrollo de fa atracei6n? O dicho de otra manera: ga través de qué mecanismos psicoloxicos influye Ia proximidad sobre la atraccién? Son varias lus explicaciones que se han sugerido de esta influencia: 4) Generalmente, fas personas mas cercunas fisicamente son también las mis accesibles. Pedir un favor, intercambiar informacidn, o vivir experiencias comunes, como muchos otros pequeiios detalles sobre los que se puede ir construyendo una amistad, son més probables que ocurran con quienes tenemos mas cerca 15) En nuestra sociedad, como en muchas otras, se nos ha ensefiado que puede ser inadecuado, 0 incluso hasta peligroso, tratar con extrafios. En algunos pafses esta mal visto que, por ejemplo, una persona comience a hablar con otra, aunque sea en el ascensor, si previamente no han sido presentados. Qué pensaria usted de alguien’que le detiene en la calle, se presenta y le dice que quiere ser su amigo? Creemos que no vamos muy desencaminados al imaginar-Gue probablemente lo considere ebrio, con sus facultades mentales alteradas, o que intente averiguar qué es lo que quiere obtener de usted (un voto, que le compre una enciclopedia o que ingrese en un ‘grupo feligioso, por ejemplo). ¢) La proximidad puede incrementar la familiaridad y ésta puede, a su vez, aumentar la atracci6n. Este efecto fue denominado por Zajonc (1968a) el efecto de la mera exposiciin, y consiste, sencillamente, en que la percepcién de forma repetida de un estimulo que inicialmente es neutral 0 positivo, ya se trate de una cara, de una melodia musical 0 de determinado logotipo nunca antes visto, leva a una mayor atraccién hacia el estimulo. En el caso en et sta de empie- ades 0 liantes : hacia 18 tres vanera rsonas 10 por orgue Policia indo, hacia en la cjores cn el ras de rrollo sgicos e han mele unos Atraccién y relaciones interpersonales 417 de las percepciones interpersonales, la explicacion de este hecho puede estar en que cuanto més se conoce a cierta persona, con mayor capacidad ‘nos consideramos para poder predecir su conducta, y existe una mayor probabilidad de que conozcamos los parecidos que tiene con nosotros mismos (Moreland y Zajonc, 1982). 4) La semejanza es, precisamente, otto factor que puede explicar la mayor atracci6n hacia quienes tenemos més cerca, y sera tratado més adelante. gui, baste con sefialar que la gente que trabaja junta, convive 0 comparte su tiempo libre suele también tener otras cosas en comin: ideologia, religin, situacién econmica, aspiraciones, problemas, etc., ya sea porgue se juntaran debido a que eran semejantes o bien porque se hayan ido haciendo semejantes como consecuencia de estar juntos. €) Un tiltimo tipo de explicacién procede de las teorias de la consistencia cognitiva (véase, por ejemplo, la Teoria del equilibrio de Heider en los temas de cambio de actitudes). Segtin estas teorias, pasar mucho tiempo junto a alguien —un compafero de trabajo, por ejemplo—, y que este alguien resulte desagradable, es una relacidin desequilibrad, pues en este caso hay una relacion de unidad positiva y sentimentat negitiva give pond cen marcha eiertas fuerza para restablecer el equilriv, Listas. fweraas consisten basicamente en cambiar el signo de algunas de las dos relaciones: de a de unidad (cambiando nosotros de trabajo © de destino) o de ta de sentimiento (descubriendo que dicha persona no es tan desagradable como ‘erefamos). Por ejemplo, Tyler y Sears (1977) encontraron que las personas que esperaban interactuar con alguien que era bastante desigradabile vofan como menoy desigradable que aquecllas persons que no esp {al interaecisn. Sin embingo, no sicmpre fe proximihul inflaye pusitivamente en ka atraccign, Ast, por ejemplo, reencrdese que el efvetw de ki mera exposivion se dt siempre y cuando ef estinute sea iniciatmente positive © meats, so aepative: emnvivin con quienes otiames puede inerementar ese oul en lagi de atenmutrhy (Swap, L971) Ademés, la presencia de ottas personas en ocasiones perturba nuestra bisque de privacidad, resuitindonos francamente molestas Caracteristicas fisicas Una reciente campafa publictaria presentaba a Agassi, ganador del torneo de Wimbledon de 1992, vestido de cuero negro, sobre una Harley-Davidson, con la leyenda «la imagen lo es todo». Quizds tal afirmacién pueda parecernos superficial y exagerada, pero de lo que no hay duda es de que, siendo todo lo deinés igual, luna persona con apariencia fisica agradable resulta més atractiva que otra con apariencia fisica menos agraciada (Hatfield y Sprecher, 1986). De hecho, en nuestra lengua como en otras muchas, el término que utilizamos para designar una presencia fisica agradable es, precisamente,atractvo fisico, estableciendo tna equ valencia entre ser agraciado y ser atractvo. ————_— et 418 Psicologia socio! Las caracteristicas fisicas de las-personas que percibimos son especialmente importantes en los primeros encuentros 0 cuando el contacto es superficial. De hecho, esta presencia puede influir decisivamente en que existan 0 no posteriores contactos. Rodin (1987) considera que, cuando nos encontramos con desconocidos, el primer proceso que ocurre consiste en decidir si dicha persona tiene 0 no algin interés para nosotros. Si no lo tiene, tal persona es ignorada. Rodin denomind a este proceso ignorancia cognitiva: a la persona en cuestiOn no se lc presta mas atenci6n y ¢s olvideda. De esta manera, ahorramos tiempo y energias, que detesta 1962). En cambio, en el cas0 de las mujeres, no se ha encontrado que onfirmar quienes tieffen un alto atractivo fisico tengan mas interacciones con los i 1 420 Peicologta social : varones. Al contrario, eran menos asertivas y mds temerosas en sus relaciones con éstos que las mujeres de menor atractivo, Otras caracteristicas personales socialmente valoradas No s6lo la apariencia fisica influye en lo atractiva que nos resulta una persona. Practicamente cualquier atributo susceptible de ser aplicado a una persona puede evaluarse segin su mayor 0 menor grado de atractivo. Anderson (1968) pidi6 a estudiantes universitarios que evaluaran lo atractiva que resultarfa una persona si tuviera cada uno de los 555 adjetivos. Los cinco rasgos més valorados fueron sincero, honesto, comprensivo, leal y digno de confianza, y los menos valoradas mentiroso, falso, mezquino, cruel y deshonesto. Moya (1990) pidi6 a una muestra heterogénea compuesta por algo més de cuatrocientas personas que evaluaran diversas caracteristicas de personalidad, resultando las mejor evaluadss la siguien tes: comprensién, lealtad, capacidad para captar los sentimientos de los demas, sinceridad y alegrfa; las menos valoradas fueron: violencia, narcisismo, comporta miento caprichoso, dominancia y agresividad. Otros estudios han mostrado que los rasgos més valorados en las personas se agrupan en dos conjuntos: afecto y competencia (Rubin, 1973; Lydon y cols., 1988). EI primer conjunto engloba rasgos tales como afectuoso, amigable, feliz y consi- derado, comprende importantes sefiates no verbales tales como sonreit, micar con atenciGn y expresar las emociones, y disposiciones actitudinales tales eomo mostrar agrado por las personas y las cosas. El segundo conjunto comprende habilidades sociales, inteligencia y competencia: por ejemplo, tener una conversacidn intere~ sante, saber de lo que se habla, etc. El valor de una caracteristica positiva suele aumentar cuando esta caracteristica hace referencia a una cualidad que puede beneficiarnos (Clore y Kerber, 1978). Por ejemplo, sincero e inteligente pueden ser dos atributos que tengan igual valor para una persona. Sin embargo, cuando se trata de las relaciones interpersonal, el primero aumenta de valor, especialmente por las repercusiones que puede tenet en dicha relacidn, El proceso contrario ocurre con los rasgos negativos: son més negativos cuando se refieren a las relaciones interpersonales. ‘Ademés de las caracteristicas de personalidad, otros atributos de las personas son de considerable importancia en la evaluacién que se hace de su atractivo. Gran parte de estos atributos pueden resumirse en su capacidad para informarnos del poder, prestigio o posicién social de la persona que percibimos. En general, cuanto mayor es la presentacién de estas earact ‘mente cuando se trata de varones. Esta idea ha aparecido confirmacla en algunos estudios que han analizado los anuncios de prensa en los que se ofrecen 0 se solicitan relaciones personales (Harrison y Saeed, 1977). En general, las mujeres, heteroscnuales ofrecen atractivo fisico y buscan seguridad financiers, mientras que los hombres heterosexuales ofrecen posicién financiera y solicitan cicrtas caracte: risticas fisicas isticas, mayor es el atractivo, nuede dig a tpdos. vestra suien- ms, has se 988). ohsi- con ostrar Judes tere istica 1978). valor rales, tener sonas Gran >s del vanto ecial- gunos 0 se ujeres is que racte: ii it = Atraccién y elaciones interporsonsies 421 Semejanza Cada uno de nosotros puede ser parecido o diferente a los demas en muchas dimensiones o aspectos: edad, procedencia geogritica, actitudes, valores, atractivo fisico, personalidad y aficiones, entre otros. Los resultados de la investigacién psicosocial muestran que, en general, conforme aumenta la semejanza entre las personas también aumenta la atraccién. Veamos algunas de las dimensiones mas estudiadas. Las personas que son semejantes en procedencia étnica, geosrifica, religion, nivel cultural, clase social y edad tienden a sentirse atrafdas entre si. Kandell (1978) pas6 unos cuestionarios a casi 2000 estudiantes de ambos sexos con edades comprendidas entre 13 y 18 afi, en los que les preguntaba sobre sus caracteristicas, actitudes y valores, a la vez que les pedia que indicaran quién era su mejor amigo (© amiga en la escuela. Los resultados mostraron que aunque los mejores amigos compartian algunas actitudes, en lo que més se parecian era en ciertas caracterts- ticas sociodemogréficas: los mejores amigos estaban en el mismo curso y eran de. Ja misma edad, sexo y raza. Hill y cols. (1976) también encontraron que en el caso de parejas universitarias ambos miembros solfan ser semejantes entre sf en edad, inteligencia, religion y planes de futuro. Las explicaciones de estos resultados son, sin embargo, diversas y no del todo claras. Considérese, por ejemplo, el hecho de que las personas de raza gitana suelen casarse entre si. Las razones de esta realidad pueden ser miltiples y no excluyentes: a una persona de esta raza pueden resultarle mas atractivas lus caracteristicas fisicas de las personas de sw misma raza, debido a procesos de asociacién y refuerzo que han vinculado dichas caracteristicas a experiencias agradables (0 simplemente al efecto de la simple exposici6n); pero también puede tratarse de una cuesti6n de simple accesibilidad: las personas de esta raza suelen vivir en sitios comunes y tener més interacciones entre ellas que con personas de otra raza; también pueden existir presiones sociales, dentro del grupo gitano que fomenten el matrimonio entre miembros del propio grupo; ademés, debido a las caracterstcas anteriores, estas personas no s6lo com- parten un atributo fisco, sino que es frecuente que tengan ideas, valores, aetitudes y diversiones comunes; por ultimo, no debemos olvidar que, independientemente de los deseos y gustos de las personas de raza gitana, hay que tener en cuenta fa isposicién de los miembros de las otras razas a relacionarse con ellos. Las dos dimensiones de semejanza que han sido més estudiadas por los psic6logos sociales son la semejanza actitudinal y Ia de personalidad. Ya Newcomb (1961), en un pionero estudio de campo, mostr6 el importante impacto que el hecho de tener actitudes similares tenia sobre la atracciOn. En esta investigacién se ofrecié alojamiento gratis a estudiantes universitarios a cambio de que contes- taran diversos cuestionarios antes de ingresar en la resideneia y durante su estancia en ella Los resultados mostraron que quienes tenian al ingresar actitudes y valores semejantes experimentaban una gran atraccién entre sf al final del semestre. En cambio, quienes diferian en estas actitudes y valores, aunque compartieran la misma habitacién, no acababan siendo amigos y manifestaban poca simpatia los, tunos por Jos otros al final de dicho periodo. Hill y Stull (1981) encontraron un resultado similar en otro estudio de campo con universitarios que compartian el 422 Psicologia social ‘mismo apartamento: tener los mismos valores era un factor crucial en la eleccién de compafiero 0 compafiera, aunque esta semejanza era mucho més importante en el caso de las mujeres que en el de los varones. De igual manera, numerosos estudios le laboratorio han ratifieado fa rel entre semejanza actitudinal y atracci6n (Byrne, 1971). En general, en estos estudios, cada participante rellena un cuestionario sobre sus actitudes (por ejemplo, subre | Jo que piensa aceten de Iu pena de muerte, el aborto o las armas nucleares) posteriormente recibe las respuestas que otra persona, de la que no conoce nada més, ha dado a las mismas cuestiones, y se le pide que exprese su grado de atraccién hacia tal-persona. En realidad ésta no existe, sino que son los propios, investigadores quienes a la luz de las respuestas del participante. elaboran las contestaciones de la hipotética persona, variando st paved vent kos ale por ejemplo 20 u 80) por LO dle semifinal, Los resultinios indica «pie cust mayor es la sentejza, mayor es fw atrHecion, y hi sido exeonttklos oh persons de touts fs edades, en miembros de zrupos nnuy diferentes, por ejemplo vermis | y también en individuos de diversis macivnalahaces con badia, Japon, Corea México y Estados Unidos (Byrne y cols.. 1971). i wo de fn sem Jus ae fas ave stigavioties En cl son menos consistentes : personalidad y atraccién puede explicurse por el caricter poco visible de la Coracteristea de personalidad on cision. Supongani que noolion enon | ciertos sintomas caracteristicos de una personalidad algo ansioss, por ejemplo ppensamientos obsesivos y ciertos sintomas fisicos de eststs (problemas de sueho, Golores de cabeza y trastornos gastrointestiniles). Es muy probable que entre nuestros compatieros y compatieras de clase haya otras personas con similares caracteristcas, pero nosotros quizés nunca lo sepamos, dado que no son caracte- i risticas que las personas vayamos piiblicamente pregonando, Otras veces puede | | i i ivan tle personalisal, fos vesutta in ocasiones, la [alte de relucidn entre semejanza de ser que la propia naturaleza de la caracteristiea de personalidad provoque la atraccién tanto de quienes son semejantes como de quienes son diferentes. Por ejemplo, los varones dominantes son vistos de forma positiva tanto por quienes son dominantes como par quienes son sumisos. En general, cuando la dimension de personalidad: se manifiesta con claridad, la semejanza produce mayor atraccién que la diferencia, al menos en el caso de las siguientes caracteristicas: orienta: cidn del rol sexual (esto es, si se es masculino, femenino 0 andrégino), depresién, condueta tipo-A, biisqueda de sensaciones y estilo cognitivo (Baron y Byrne, 1991). Las razones por las que la semejanza produce la atraccidn coinciden con las explicaciones psicosociales de Ja atraccién que vimos al inicio de este capitulo. Seguidamente las consideraremos de forma breve, indicando también como pueden ‘explicar los efectos en ocasiones repulsivos de la semejanza. ; 4) En el caso de las acttudes, las teorfas de la consistencia cognitiva tienen ‘un importante papel explicativo. Segin la teoria del equilibria (Newcomb, 1961;,Hummert y cols., 1990), cuando dos personas se atracn y estén en desacuerdo sobre algo importante para ellas, existe una relacién desequili- brada; dado que estas relaciones son aversivas, las personas necesitamos hacer algo para reducir el desequilbrio: ignorar o distorsionar las diferen- es. a net Araceiin y relaciones interpersonales 423 a cleceién : cias de opinién, cambiar nosotros de opinidn, hacer que el otro cambie, 0 nportante | disminuit la atraccién que sentimos hacia esa persona, 6) Una segunda explicacién proviene del hecho de que la semejanza es, con a relacién frecuencia, reforzante. A todos generalmente nos gusta saber que nuestras s estudios ideas son correctas o interesantes, nuestras costumbres valiosas y nuestro plo, sobre +s gusto bueno o exquisito. Los demas pueden simplemente hacernos saber uucleares); que es ast, verbalmente, pero la prueba mds valiosa para nosotros a roce nada constituye el hecho de que adopten, precisamente, esas ideas, costumbres grado de © gustos (Festinger, 1954), Ademds, tener estas dimensiones en comtin nos 's propios abre Ia posibilidad de que compartamos actividades con los demés. En boran las cambio, las personas que tienen diferentes valores e intereses tienden a ser al sujeto, poco atractivas para nosotros, pues lo mas probable es que nos provoquen He cuanto dlisgustox, diseusiones e inseguridules, y sentimientos negatives, en defini «personas tiva, y sean, en consccuencia, evitudas (Rosembaum, 1986). nfermos, Pero no siempre la semejanva es reforvante. Por ejemplo, las personas 1, Corea, que padecen cancer preficren estar con personas sanas a estar con otros enfermos que tengan la misma enfermedad, intentando evitar todo lo que igaciones les recuerde su situacién (Rofe y cols. 1987). De igual manera, si la otra janza de persona es semejante a nosotros pero tiene alguna caracteristica negativa le de la adicional (Novak y Lerner, 1968) 0 es, por ejemplo, de un estatus inferior tenemos (Karuza y Brickman, 1978). entonces ex probable que li semejanz en ver igjemplo de Hevar a tn atracei6n Heve ul reeh7o, intentando distaneiarnos de algnie © hueio, que puede dasiar nuestra autoestinna, Fin cl estudio de Novak y Lover ne enter (4964), los pusticipuntes rceibian énfimmacion de otto estuliaate que cet similares semejante 0 diferente en aetitudes a ta ver que, de forma incidental, & carnete: algunos paeticipantes se tes hacia saher que ese estudliante haba paleo > pede tuna crisis nerviosn que fe habla Hevado a ser infermado en un hospital vogue lt psiquidtrico, mientras que a otros no se les decia nada. Para quienes no stes. Por recibian esa informaeién Ia semejanza Hlevaba a ta atracci6n, mientras que quienes para aquellos que ereian que dicha persons habia tenido viestos problemas nsion d mentales, la semejanza en actitudes llevé a una menor atraccién traccién : En ocasiones, la diferencia puede ser més reforzante que la semejanza, orienta- Por ejemplo, relacionandonos con alguien que tiene actitudes diferentes resin, podemos aprender cosas nuevas y valiosas (Kruglanski y Mayseless, 1987). 1991). Cierto grado de discrepancia puede ser estimulante. Ademés, en ocasiones, con las sentirse tinico y especial puede ser algo extremadamente valorado (Snyder apitulo. y Fromkin, 1983). Como puede apreciarse, pues, el factor crucial esta en el pueden hecho de que tanto la semejanza como la diferencia influyen en la atraccion siempre y cuando sean reforzantes. Ser diferente es menos reforzante si nos hace senitirnos inseguros o rechazados por los demas. En cambio, si nues ‘wcomb, tra peculiaridad no impide la aceptacin de los dems, sino que incluso nos naan hace més valiosos ante sus ojos, entonces su valor como refuerzo esti fuera sequili- de toda duda (Broome, 1983). eine ¢) En tercer lugar, la eleccién de personas semejantes a nosotros en ciertas Siferen: dimensiones, por ejemplo en nivel educativo, clase social 0 atractivo fisico, puede ser fruto de un proceso de comparacién y evaluacién de las diversas 424 Pricologle social alternativas que tenemos y de sus costes y beneficios. Probablemente a la mayorfa de nosotros nos gustaria casarnos con un persona muy BUPA ¥ que ata vez fuera rica, inteligente, culta y famosa. Sin embargo, pocos de nosotros nos afanamos en tener tal relacidn. ;Por qué? Porque general- mente las personas y las cosas mis valoradas son lay mas dificiles de conseguir, de igual manera que las menos valoradas son mas faciles de con- seguir. Por ¢s0, de acuerdo con las teorias de Ia expectativa-valor, las personas buscamos objetivos en los que estén equilibrados su valor y la probabilidad de conseguirlos. Concretamente, en cl casi de ka atraccisn interpersonal, estas teorias sugiesen que en i vidka teal nos seutiremos atrafdos hacin In persona amis valorada emia lel lunite de sgrellas personas que pueden correspandernos (Bernstein y cols. 1988), Divers Investigaciones han mostrado lo ceriere de este plantewnienta en el ease del atrnetive fisien, Annie existen exvepeiones, os nucnibues de pate as que mantienen relaciones alectivas sucten estar equipatados en atractiwe Fivice, Io eal xe cance con eb minanbie abe hipwseous lel conpurepanicnter (Feingold, 1988). Reciprocidad Los anteriores factores que influyen sobre Ia atracciéin pueden operar sin que medie necesariamente interaccién. Asi, por ejemplo, hay personas, como las estrellas de cine, con las que nunca tendremos un contacto personal y que, sin embargo, pueden resultarnos atractivas en diferente medida, Otras veces, la atraccién que experimentemos hacia una persona es fruto del curso que tomen nuestras interacciones con ella. Uno de los factores que influye en el desarrollo de estas relaciones es la existencia o no de reciprocidad en la relacién, esto es, de que también Ie resultemos atractivos a aquellas personas que nos atraen (Condon y Crano, 1988). Gotd y cols. (1984) encontraron que cuando una mujer respondia de manera positiva a un hombre, por ejemplo manteniéndote la mirada, hublindole y acereén dose a él, éste tendia a sentirse atraido hacia ella, incluso cuando sabja que sus, actitudes eran diferentes. Este fendmeno no es exclusivo de las relaciones roman ticas, sino que también aparece en la amistad 0 en las relaciones profesionales: si alguien indica que siente aprecio por nosotros, que le resultamos agradable 0 que guiere nuestra compaiia, existen bastanies posibilidades de que nuestra reaccic hacia esa persona sea positiva, incluso aunque no nos demos cuenta. Curtis y Miller (1986) disefiaron un experimento en el que los participantes interactuaban con un extrafio; con anterioridad, a unos sujetos se les habia hecho creer que debido a informacién que ¢l experimentador le habia transmitido al extraii, éste habfa indicado que el sujeto le cafa bien; 2 otros participantes se les hizo creer gue el extrafio habia expresado que el sujeto le causaba una mala impresién. Cuando interactuaron, quienes crefan que lo hacian con alguien a quien le gustaban, hablaban en tono més afectuoso, miraban mas a sus ojos y se mostraban més abiertos. El compertamiento contrario fue observado en quienes crefan que cl teala apa y cos de sneral- les de or, las ryle accign wellas versas 1Leaso drejas activo 4 je orlas sha lode swe lon y cane que ign lis y aban que éste ban, cel Atraccién y elsciones interpersonales 425 extrafio los detestaba. Ademés, en una nueva demostracién de la profecia que se cumple a sé misma, quienes crefan que cafan bien se portaban de tal manera que acababan cayendo realmente bien al extrafio, ajeno, por cierto, a todas las manipulaciones experimentales. Estos resultados puede explicarse por los mecanismos del refuerzo: quien tiene tuna mala imagen de nosotros no es precisamente recompensante, Pero también pueden ser explicados por las teorias de la consistencia cognitiva: que yo le ca bien @ alguien y que ese alguien me caiga mal a mi es una situacién desequilibrada. Los mecanismos restableccdores del equilibrio pueden explicar también tus dind micas de Ia atraccién cuando hay mas cle dos personas («las amigos de mis amigos son mis amigos», «los enemigos de mis enemigos son mis amigos»). Aronson y Cope (1968) encontraron que cuando dos personas compartian ef disgusto respecto una tercera, la atraccién entre ellos era mayor que cuando no compartian ese sentimiento, Quiz poeas palabras se tiizan en sentra Leyva eon sar protision yalversitad th signifiendos, A lo lary ale he histori, fenomenos asi aifereates han sexi a denomin te ilizuemas los téeminos querer y amur de forma iotereambiable, dado que en castellano el uso del primer término es mis frecuente y el significado, en el contexto que a nosotros nos interes, idéntico, Cuando tuna persona le dice a otra ete quiero», {qué esté realmente queriendo decie? Lo primero que podemos constatar es que el significado de la exp bastante diferente segtin sea dicha por un recién casado a su esposa, un padre a su hijo, 0 un hijo ya maduro a su anciana madre, por citar s6lo algunos tipos de relaciones. Pero también es posible que incluso aquellas personas inmersas en el mismo contexto y relaciones tengan interpretaciones diferentes de lo que significa querer al ott0. Asi, no es extrafio que las parejas intercambien de vez en cuando frases del tipo «td no me quicres de la misma forma que yo te quicro a ti», o que los hijos acusen a sus padres (0 viceversa) de que en realidad no los quieren, sino que se trata de egofsmo 0 cualquier otro sentimiento Sin embargo, a pesar de esta diversidad de signilicados, el estudio cienttico del amor ha de partir de las concepciones que las personas tenemos de él (Kelley, 1983). ;Por qué? Sencillamente porque probablemente segin una persona entienda el amor, sus antecedentes y consecuencias, asi sentira, pensaré y actuara en lo que concierne a sus relaciones amorosas. Imaginese a una mujer que leva veinte afios, casada y que cree —porque, segin ella, la vida asi se lo ha ensetado— que el amor es algo que surge poco @ poco, como resultado de la entrega mutua y de la convivencia. Imaginese @ otra, en iguales circunstancias, para quien el amor es una fuerza arrebatadora, contra la que nadie puede luchar y que aparece de forma milagrosa y perturbadora en la propia vida. Posiblemente ambas mujeres reaccionen se eon esta misma etiqueta, De ahora cn anlel 426 Poicologle soca! de forma diferente ante la irrupciOn en su vida de otro hombre que expresa admiracién y atraceién hacia cllas. La primera tarea de muchos investigadores ha consistido en definir y delimitar el tipo de amor que pretenden estudiar, diferenciéndolo de otras variantes de este fendmeno. Con el fin de exponer una visién lo mas amplia y clara posible de las aproximaciones que hasta ahora se han realizado dentro de la Psicologia social presentaremos en primer lugar la distincién que algunos autores han hecho entre ‘amar y gustar, Posteriormente centraremos nuestra atencién en el amor romantica o pasional, para finalizar considerando otras formas de amor igualmente importan- tes en nuestra vida cotidiana, Amar y gustar Cuando una persona le dice a otra «me gustas» en lugar de «te quiero», ge- neralmente esté indicando una actitud positiva hacia dicha persona, pero sin que implique mucho compromiso. Sin embargo, la diferencia entre ambos conceptos no parece ser s6lo una euestign de grado. Rubin (1970, 1973), uno de los primeros psicélogos sociales que emprendié el estudio del amor, consideraba que gustur y querer eran dos fenémenos bastante diferentes y no, como algunos pensaban, que el amor era lo mismo que el gustar s6lo que con mayor intensidad. Segin su concepcién, gustar se basa fundamentalmente en el afecto y en el respeto, mientras que el amor descansa en Ia intimidad, el compromiso con la otra persona y la reocupacién por su bienestar. Con el fin de estudiar si efectivamente los dos conceptos designan fenémenos diferentes, construy6 dos escalas, de 13 items cada una, para medir ambos conceptos. Los {tems fueron recogidos de la literatura existente sobre el amor y la atraccién y fuerdn clasificados por cientos de estudiantes segiin se refirieran a uno 1 otro concepto. La seleccién final se hizo eliminando las redundancias y asegu- rindose de que dentro de cada escala los items correlacionaran entre si, a la vez que no lo hicieran con los ftems de la otra escala. Ejemplos de la escala de gustar son: «___ es el tipo de'persona como a mi me gustaria ser», «pienso que —_ es una persona bien adaptada» y «la mayoria de la gente reaccionaria muy favorable- mente ante __ después de un breve conocimiento». Ejemplos de la escala de amor son: «jo le perdonaria a __ précticamente todo», «si nunca pudiera estar con ___ me sentirfa desgraciado» y «si yo estuviera solo, mi primer pensamiento seria para __», Los items en esta escala se refieren a necesidades de dependencia y afiliaci6n, cuidado del otro, exclusividad, posesividad e intimidad. Los items de Ja escala de gustar se refieren, en cambio, a evaluacién favorable, semejanza, madurez, inteligencia, respeto y admiracién Rubin pasé las dos escalas a 158 parejas de universitarios, pidiéndoles que tuvieran en mente primero a su pareja y después a un amigo o amiga intimos del mismo sexo. Los resultados mostraron que cada escala tenia una alta consistencia interna. En el caso del amor, las correlaciones entre los items de dicha escala fueron de +0,86 en los varones y +0,84 en las mujeres, y en la escala de gustar de 427 2 expresa, delimitar as de este Amare su pareja nle de las a social, cho entre Su pareja le guste —_—o oméntico mportan- ‘Amar a su amigoln Su amigo/a la gusta $j HH 0 10 20 30 4 50 60 70 a0 90 100 cron, ge > sin que Pontusciones mocas onceplos E ban, ae —_ feos inet Flgurm 1. Any its jf pty (a sige ag so ns ye tanya ote Haba (19/4, 21h F ambos +0,83 en los varones y +0481 en las mujeres, En cum, mientras que ht eorrelacn imor y entre ambas escalas fae hija en el ease de las mujeres (+0.39), no lo fue tanto en nano el caso de Tos varones (40,00), lo que indiea que aguéllas difercneian de forma y asegu- ‘mucho més clara entre ambos tipos de procesos en sus elaciones. Las puntuaciones ala vez de amor por la pareja fueron considerablemente mas altas que por el amigo 0 le gustar amiga intimos, mientras que en el gustar las diferencias fueron menores. Puede a apreciarse on la Figura 1 que las mujeres expresan mayor amor hacia la amiga worable- {ntima (65) que los hombres hacia el amigo (55), y que hombres y mujeres coinciden seala de en el amor hacia su pareja, pero a las mujeres les gustan ligeramente més sus ora estar _-compafieros (88) que viceversa (85). samiento, Rubin (1973) también encontré que las puntuaciones de las parejas en la escala contacto visual. Dermer y Pyszczynski (1978), por su parte, encontraron que el ambr experimentado hacia la pareja aumentaba tras leer un relato erético, mientras que no habia cambios en las puntuaciones en el gustar. Este resultado indica que {a sexualidad parece ocupar un lugar importante en el amor, pero no en el gustar, tal y como Rubin definio estos conceptos. ‘Un examen de la escala sobre el amor sugiere que éste tiene cuatro componentes bésicos: necesidad del otro, cuidado del otro, confianza y tolerancia (Kelley, 1983). Las investigaciones de Kelley y cols. (Kelley, 1979, 1983) han mostrado que en las fixe estaban relacionadas con su intencién de casarse 0 con la frecuencia de one : es ee 428 Psicologia socia! crcencias de las personas todos los componentes no son igualmente importantes, cuando deciden si una persona quiere 0 no a otra, Concretamente, el cuidado parece ser el componente principal del amor El amor apasionado o enamoramiento Quizis una de las formas de amor mas extendidas en nuestra sociedad, hasta cl punto de que cuando se habla en abstracto del amor lo mas probable es que la gente piense en él, es el amor apasionad © enamoramiento, Fn ki exposicisn que sigue nos centraremps en el enamorumiento entre dos personas de sistinto Sexo, En el caso de personas del mismo sexo el proceso parece ser muy similar (Peplau y Gordon, 1983), si bien algunos factores de tipo cultural y social, por ejemplo las actitudes de rechazo hacia la homosexualidad existentes en nuestra sociedad, influyen en su desarrollo y manifestaciones. Cualquier intento de definir uno de los fendmenos mis intensos e importantes cn la vida de las personas a la fuerza ha de parecer incompleto o inexacto. Veamos, : sin embargo, un par de definiciones de algunos autores que se haw atrevido a ello Hatfield y Walster (1978, p.9) definen el amor pasional como sin estado de intenso deseo por la unién con otra persona. E] amor reciproco (la unin con el otro) esta asociado con la realizaciGn y el éxtasis, El amor no correspondido (la a separaci6n) Io esté con el vacio, 1a ansicdad 0 la desesperacién. Un estado de profunda excitacién fisiol6gica» Berscheid y Walster. (1978, p. 177) han definido, por su parte, el amor pasional como «un estado emocional salvaje: ternura y sentimientos sexuales, regocijo y dolor, ansiedad y alivio, altruismo y celos coexistentes en una confusién de sentimientos», Considerando conjuntamente tanto las aportaciones de aquellos autores que han definido el enamoramiento de forma te6riea, como las de quienes to han hecho de una manera empirica, preguntindoles, por ejemplo, a las personas qué sienten, hacen o piensan cuando estin enamoradas, las principales caracteristicas definidoras de este tipo de amor serian: 4) Un estado cargado de emociones y excitacién fisioligica: atraccién, deseo sexual, celos, sentimientos negativos cuando el otro esté ausente 0 no corresponde y excitacién general. Dion y Dion (1973), por ejemplo, indican {que los sintomas emocionales mencionados con mayor frecuencia por 240 estudiantes universitarios, para indicar cGmo se sentian cuando estaban enamorados, eran: euforia, depresion, softar despierto, dificultades para dormir, agitacién ¢ incapacidad para concentrarse. Dion y Dion también encontraron que las mujeres expresaban experimentar mayores reacciones emocionales que los hombres. Kanim y cols. (1970), en 679 estudiantes universitarios, encontraron que el sentimiento més frecuentemente experi mentado fue el de bienestar (el 79 por 100 de los estudiantes lo mencio- naron), seguido de dificultades para concentrarse (37 por 100), «flotar sobre tuna mube» (29 por 100), «ganas de corter, saltar o gritar» (22 por 100) ente importantes ente, el cuidado veiedad, hasta el abable es que Ia a exposicién que de distinto sexo. similar (Peplau por ejemplo las sestra sociedad, as ¢ importantes exacto, Veamos, vatrevido a ello aun estado de (iu union con el srrespondlido (k 2 Un estilo de wor pusionl repoijo y a conlusion de los autores que quienes lo han as personas qué s caracteristicas utraccién, deseo ‘ ausente 0 no jemplo, indican yencia por 240 iando estaban ificultades para » Dion también ores reacciones 579 estudiantes cement experi- ntes lo mencio- 2), aflotar sobre » @2 por 100) Axraceién y relaciones interpersonak y «atolondramiento y despreocupucién» (20 por 100). Este estado de ‘excitacién emocional se cife fundamentalmente a todo aquello relacionado con la persona amada, pero no se queda s6lo ahi, sino que se extiende a casi todos los Ambitos de Ja vida cotidiana. Por ejemplo, si el amor es correspondido, Ia vida aparece de pronto lena de sentido, cualquier cosa puede resultar divertida, y Ia naturateza y el arte aparecen ante los ojos de Jos enamorados con una inusitada belleza (Hatfield, 1988). b) Pensamientos caracteristicos consistentes, fundamentalmente, en pensar ‘con mucha frecuencia en la persona amada, idcalizarla y desear conocerla ‘en profundidad. El contenido de estos pensamientos suele estar relacionado con la necesidad de la otra persona, la preocupacién por ella y otros pensamientos ya mencionados en el apartado anterior. €) Gierto patrén peculiar de conductas. Swensen (1972) pregunté a unas 1200 personas de diferentes edades que indicaran c6mo expresaban su amor cuando estaban enamoradas. Estas fueron las respuestas mas frecuentes: expresiones verbales de afecto (por ejemplo decir ate quiero»), revelaciones de aspectos intimos, dar apoyo emocional y moral, asi como mostrar interés por cl otro, sus actividades y opiniones, expresisn de forma no verbal de sentinientos positives (sentirse feliz, relajado © seguro en presencia det otro), manifestigiones materiales. (hacer regatlos, ayudar al otro en sus areas), expresiones fisicas de afeeto (besar, aeaiciar..) y aceptaeidn de 10s aspects negatives de la otra persona, Hasta abors, sin cm sentir, pensar y hin ‘ue no hi manera personas y no dle otras? Existen diversas explicaciones. Algunas tienen un cardcter exploratorio y estén ‘en estado incipiente, mientras que otras han sido elaboradas y reformuladas en virtud de la evidencia empitica a lo largo de varios aos, sin que esto signifique que sean plenamente aceptadas. Algunas hacen hincapié en los origenes evolutivos del amor, considerando las manifestaciones de! amor como algo que esté funda- mentalmente al servicio de la busqueda de pareja, retenciOn de ésta, procreacién y cuidado de la prole (Buss, 1988). Otros consideran el amor como fruto de diversos cambios que se producen en la quimica de nuestro organismo (Liebowitz, 1983). Otros, por ejemplo Hatfield y Walster (1981), hacen hincapié en procesos psicosociales, Segtin Hatfield y Walster (1981), para que se dé el enamoramiento tienen que darse tres condiciones: 2) La persona tiene que haber aprendido que el amor es una respuesta aptopiada. sto es, en Ia cultura y en la sociedad en la que vive debe aveptarse que hay un tipo de emocién que se llama amor, que le puede ‘ocurtir a cualquier persona. Si bien, a veces, las creencias sociales sobre el amor son extraordinariamente vagas (por ejemplo, es frecuente off: «ya lo sabrés cuando lleguey o «quien pregunta qué es estar enamorado es que 20 nos hee Fini semtalar In qute fa gente parece 430 Psicologia social rnunea lo ha estado»), es indudable que a través de la sociedad, ta (elevisiin, Jos cuentos, los padres, los amigos y la propia experiencia, las personas aprendemos quién nos puede atracr, qué se siente en esos momentos y emo debemos comportarnos. Para apreciar la importancia de este aspecto piénsese, por ejemplo, que cl fenémeno del amor tal y como hoy lo entendemos es algo relativamente nuevo y circunserito a cierta cultura. En la Edad Media, el amor romantico era concebido como una emacién sagrada, separnda del deseo sexual, En Ia Grecia Antigua, el amor pasional constituia un miaterial excelente para el drama, pero era considerado com uns locura euinds veurets en ln vid cotidiana (Brehm, 1988). Muchos pueblos del Sur «let Pacifico desconocian nuestra idea de caer repentinamente enamorados (Levy, 1973). Incluso nosotros podemos considerar como un auténtico disparate lo que hemos visto muchas veces en el cine: dos personas que un lunes, al eruzar sus miradas en un tranvia de San Francisco, sienten la flecha de Cupido y el miércoles se estén casando en Reno o en Las Vegas, pesar de que el 40 por 100 de los estudiantes entrevistados por Averill y Boothroyd (1977) dijeron haber sentido alguna vez algo similar 5b) La segunda condicién necesaria para el enamoramiento es que aparezca uuna persone que reiina las caracteristicas adecuadas para ser el objeto de ‘nuestro amor. Estas caracteristicas son fruto bisicamente de nuestra historia y de nuestros aprendizajes, estrechamente vinculados, por otra parte, al Contexto social. Asi, generalmente las personas aprendemos que ese objeto de nuestro amor consiste en una persona atractiva del sexo opuesto, aunque hay considerables variaciones y matices. Ademés, en qué consiste ese airactivo parece ser diferente dependiendo no s6lo de los individuos y sus peculiares gustos, sino también de otros factores de indole mais psicosocial como el sexo y el ambiente sociocultural. ¢) Por tltimo, para que haya enamoramiento ha de haber un estado de excitacién emocional relacionado con la otra persona. Los factores cogni tivos influyen en cémo hombres y mujeres interpretan sus sentimientos, pero para que se den esos sentimicntos, las personas han de experimentar ciertas reacciones nerviosas y corporales (Hatfield, 1988). Existe considerable apoyo empirico para esta formulacién, si bien las explica ciones tedricas de los procesos psicol6gicos implicados varfan. Segin esta formu: lacidn, se darfa amor siempre que hubiera una activacin fisioldgica y el individua dispusiera de alguna seial exterior que le indique que esa activacién es amor (Schachter y Singer, 1962). Igual ocurrria con las demés emociones, La ectivacién fisiolégica es muy semejante en todos los casos, gumentando la frecuertcia de fos latidos del corazén, la sudoracin palmar y la tensién muscular, por , fuertes etermi- de una seuente ambas ssencial amente Atraccin y relaciones interpersonales 433 Gustaa {SOLO INTIMIDADY ‘AMOR ROMANTICO AMOR COMPANERO (NTIMIDAD + PASION) NTIMIDAD + COMPROMISO} ‘AMOR COMPLETO. (INTIMIDAD + PASION “+ COMPROMISO) ENCAPRICHAMIENTO "AMOR VACIO (SOLO PASION) (S0L0 COMPROMISO) AMOR FATUO (PASION + COMPROMISO Figura 2. Lox componontas baisicos dol amor y sus combinacionos, seg Stanboxg (6), onal, la entrega complet al otro, © los otros, sin esperar fundamentalmente de una dec iva mis que de tuna emocional, y kt sextalidad es un componente ausente de este lipo de amor (Lee, 1973) Desde que iniciamos el apartado sobre el amor, nuestra tarea ha consistido fundamentalmente en diseccionar y diferenciar algunos de los significados més, claros que el término amor tiene. Esta labor clarificadora ha distorsionado, de alguna manera, la realidad que pretendia describir. Ahora toca, con el fin de hacer justicia a esa realidad, hacer el proceso contrario, mostrando eémo las muchas formas que existen de concebir el amor, o la multitud de sentimientos, creencias y experiencias que éste conlleva, suelen aparecer en nuestra vida cotidiana entre- mezcladas. Esta tarea ha sido realizada generalmente por los psic6logos, que han estudiado estos temas diferenciando, en primer lugar, unos tipos, componentes 0 estilos de amor basicos y, después, presentando las posibles combinaciones de estos tipos fundamentales. Como ejemplo de uno de esos esfuerzos integradores ‘veamos la formulaci6n propuesta por Sternberg Sternberg (1986, 1988) considera que hay tres componentes bisicos en el amor la intimidad, Ia pasi6n y el compromiso. Tales tipos, en su forma pura, forman los vértices de un triéngulo equilétero. La combinacién de estos componentes bésicos del amor da lugar a otras formas, tal y como aparecen en la Figura 2 Como puede apreciarse, algunos de los tipos formulados por Sternberg coinci- 434 —Psicologie social den con los que ya hemos tratado, aunque él emplee términos diferentes para designarlos. La intimidad se refiere al sentimiento de cercania, unién y afecto j hacia el otro, sin que haya pasién ni compromiso a largo plazo. La pasién coincide ‘| con el denominado amor a primera vista y consiste en un estado de excitacién | ‘mental y fisica: generalmente describe el amor que se torna obsesi6n por la persona \ amada. El compromiso ha sido descrito anteriormente y consiste en la decisién de i que uno quiere a otra persona sin que haya intimidad ni pasidn, Fl amor ronintion se da cuando los amantes se itracn Ganle Hisicw come emacionalmente, pero ese ( sentimionto de unin y compenctracion no viv avonapatinky se campromuse (el gjemplo elfisien Io constituyen Remon y Julieta), BE anion Latin e% eb sister sn | Frecueneli en tay peliculas de Hollywourl, en ef que li pasty etistalien eee gin cen matrimonio, sin dar tiewpo puri qe bi intial sinja, EL amnion companere design para Sternberg aquella situacivn er by que tes competes ake tianlian ¥ compromiso aparecen unidos. Por ultin, existivia of tipy slo ation gue eons i los tres componentes, o amor perfects, bustante dificil de aleancar y tinnien le / mantener, aa Sternberg (1986) también sents que cadla uno de los (res eomponentes bmsicos . del amor tiene una evolucién temporal diferente. La intimisiad se desarrolla gradualmente conforme avanza la relacién y puede continue siempre ereciendo, aunque este crecimiento es més répido en las primera etapas. Lu pasion es muy intensa al principio y crece de forma vertiginosa, pero suele caer de la misma forma conforme la relacién avanza, situindose en niveles moderados. El compro. miso, por Ultimo, crece también despacio al principio, més lento incluso que la intimidad, y se estabiliza cuando las recompensas y costes de la relacién aparecen con nitidez, PROBLEMAS EN LAS RELACIONES AMOROSAS Tal y como hemos ido viendo, ls relaciones amorosas no silo se componen de sentimientos, actitudes y conductas positives, La parte més oscura de nosotros rismosy de fa realidad que nos ade tamign esta presente en nuestra relaciones afectivas. No se trata s6lo de que el amor en si sea un fendmeno totalmente | positivo y de que la parte negativa sea consecuencia de no aleanzaro, desu Gesaparicin o de no sentissecozrespondida, Tambien se trata de que muchos ée los componentes genuinos del amor conllevan ineludiblemente su vertiente nega- : tiva. Ash, por ejemplo, la iealizcion presente en el enamoramiento, por su propia ; naturaleza,conlleva el desengaio cusndo la realidad se presenta taly Como es, 0 el desvelamiento de los aspectos més intimos de uno mismo conlleva ineludible- | mente ser susceptible del ataque mis despiadado por parte de la otta persona cuando ésta carhie su afecto hacia nosotes, | ‘Una consideracién de todos los posibles problemas que pueden darsé en unas Hl relaciones amorosas —envidia, clos, depresion, angustia, rustracion, obsesion, dependencia, sumisiOn, etc.— excederia los propésitos ‘de este capitulo, Sin Atraccién y relaciones interpersonolos 435 iferentes para embargo, con el fin de ilustrar esta parte menos halagticéa de nuestras relaciones, anién y afecto presentaremos tres aspectos que han merecido la especial atencién de los psicélogos asin coincide sociales: el problema de los celos, algunos de los factores que Hevan a la ruptura de excitacion de las relaciones entre personas de distinto sexo y la ausencia de relaciones por la persona amorosas 0 soledad, la decision de mor romantico ente, pero ese mpromiso (el Los celos el visto con liza enseguida t La mayoria de las definiciones de celos coinciden en sefialar que se trata de un or compafiero estado emocional negativo provocado cuando una persona percibe que su relacion sjde intimidad ‘amorosa con otra se ve amenazada por una tercera, sea ésta real o imaginada. Dos r'que combina aspectos distintos, aunque relacionados, pueden apreciarse dentro de los celos y también de (White, 1981), Por un parte, el dolor, la frusteacién o ka rabia por la pérdida 0. amenaza de pérdida— del otro, Por otra parte, sentimientos causados por la nentes biisieos dle Ta autoestima y del amor propio (Mathes: y cols, 1985), Mais se dlesuetoll Ll espectticumente, Smith y cols, (1988) pidicron a estusliantes que indicaran emo pre ereciende, se sentfan cuando est loses, nes mas comunes. fueron Ins pasion es muy ‘even! los poreentajes de participantes que mencio- de ta misma (a): reeelo (90), rechaez0 (86). host ygustia (82), pIEL compres ula (70), seutirse hetido (70), sentiese empnacle (72). neluso que a Los celos tienen, en general, efectos negatives sobre ki retacidin (Buunk, (987) ¥ provnean muchos pensimicntes, sentinsicatos y eanlictas Jw persona que los sulze. Sin embargo, en oeasiones, el provoeit velos en pequeli proporcidn es utilizado deliberadamente por los miembros de It pareja con el fin de obtener efectos beneficiosos sobre kt rekicién, {Qué variables influyen en que Ios individuos experimenten celos en mayor 0 menor medida? Con frecuencia oimos decir que «fulanito es muy celoso». Bien, aparte de algunas caracteristicas individuales y de la historia personal, que hacen ‘unas personas més celosas que a otras, existen algunas variables de tipo psicosocial componen de + ‘que generalmente nos afectan a todos. Estas son algunas de ellas: 1 de- nosotros ras relaciones 4) Grado de implicacién. Cuando una relacién implica poco amor o compro- 10 totalmente miso, el riesgo de los celos es menor (Bringle y Boebinger, 1990), nzarlo, de su ) Medio cultural. Buunk y Hupka (1987) preguntaron a estudiantes universi 1¢ muchos de tarios de ambos sexos y de varios paises (Hungria, Union Soviética, stiente nega- Yugoslavia, México, Estados Unidos y Holanda) que indicaran qué situa: por su propia ‘ ciones les ponfan més o menos celosos. Las respuestas variaban segin los ¥y como es; 0 paises. Asf, por ejemplo, tener relaciones sexuales era lo que causaba més ya inelucible- celos @ los estudiantes de la Unién Sovietica y menos a los de México} que otra persona la pareja tuviera fantasias sexuales con otra persona era lo que ponfa mas celosos a los holandeses y menos a los yugoslavos; que bailara con otra larse en unas persona causaba los celos més fucrtes en los soviéticos y los menos intensos én, obsesién, fen los holandeses; y asf sucesivamente ocurria con otras conduetas, como lo. Sin coquetear, besar 0 acariciar. 436 Psicologia social ¢) El nivel de autoestima. En general, cuanto menor es ésta, mayor es la tendencia a sufrir celos. ) Sexo. Se han encontrado algunas diferencias entre varones y mujeres en los factores que provocan los celos. Los hombres son mas susceptibles al hecho de tener bajos niveles de autoestima, depender de la pareja como {uente de autoestima y tener una ideologia de rol sexual tradicional (machista), En cambio, el que las mujeres experimenten 0 no celos esté estrechamente vinculado con su dependencia global de la propia situacién (White, 1981), La ruptura de las relaciones Para afirmar que las relaciones amorosas entre las personas fracasan no necesi- tamos realizar ningin riguroso estudio al respecto. Desgraciadamente, todos podriamos ratificar esa afirmacin apelando a nuestra experiencia o a In de quienes ims estrechamente nos rodean. Hemos elegido el tema especitien de ka ruptura en Jas relaciones para ilustrar algunos de los factores que llevan al fracaso de éstas, dado que parece incuestionable que la ruptura es el signo més claro de fracaso jin embargo, no quisiéramos que se olvidara que nuestro interés se dirige al fracaso en general de Ja relacién, tanto si se plasma en ruptura como si no, Esta depende en gran medida de las condiciones sociales. El hecho de que hoy haya mis divorcios 0 separaciones que hace veinticinco afios no quiere decir, necesaria- ‘mente, que las relaciones ahora fracasen més que antes. Simplementc, este hecho puede ser réflejo de condiciones sociales diferentes: ahora existe una ley de divorcio, la separacisy esta mas aceptada socialmente, las mujeres tienen mayores posibilidades de independencia econémica y la presién de la Iglesia es menor, Los siguientes factores estén relacionados con la ruptura de las relaciones amorosas, entre personas de distinto sexo, tanto si se trata de relaciones firmemente establecidas, por ejemplo un matrimonio 0 convivencia de 15 6 20 aiios de duracién, como si son relaciones relativamente incipientes, por ejemplo un noviazgo de uno 0 dos afios de duracién. Intimidad e implicacién en la relacién EI grado de implicacién de cada miembro de la pareja y el nivel de intimidad alcanzado en ella estén relacionados con la continuacién o no de relaciones, tanto si se trata de relaciones prematrimoniales (Hill y cols., 1976) como matrimoniales (Davidson, 1984). Hill, Rubin y Peplau (1979) realizaron un exhaustivo estudio, que ha continuado a lo largo de 15 aiios, sobre las relaciones de 231 parejas, en su inmensa mayoria estudiantes universitarios, residentes en el area de Boston. Los datos que aqui mencionaremos se basan en las respuestas dadas por los participantes en 1972 a un primer cuestionario. Posteriormente se pasaron otros cuestionarios en 1973, 1974 y 1985. AI final del segundo afo (1974), 103 parejas se habian separado, el 45 por 100 de la muestra total, 65 seguian con la relacion, 43 se habian casado y 9 estaban a punto de hacerlo. Viendo las respuestas que los ayor es la eres en los 2s al hecho mo fuente ‘machista). echamente ite, 1981), ate, todos Je quienes ruptura ex vale st, le fracaso. dlirige al Anna, Bt hoy haya ndcusaria n mayores wenor, LOS rmemente duracién, go de uno intimidad nes, tanto imoniales > estudio, arejas, en e Boston, s por los ron otros B parejas relacién, 15 que los Awaccién y elaciones interpersonales 437 miembros de estas parejas habfan dado en 1972 a cuestiones relacionadas con el grado de intimidad ¢ implicacin alcanzado en la relaci6n, varios indices mostraron diferencias entre las parejas que seguian juntos y las que no. En las primeras, tanto hombres como mujeres se consideraban (recuérdese, dos afios antes) més uunidos, tenfan mayores intenciones de casarse, puntuaban més alto en la escala de amor de Rubin, declaraban amarse y manifestaban que esa relacién era la Gnica que habfan {enido durante ese tiempo. Oteos indices de intima, en cambio, 0 diferenciaron entre los dos tipos de parejas: ver a la otra persona a diario, haber tenido relaciones sexuales completas y vivir juntos, ‘También aparccieron algunas diferencias interesantes entre varones y mujeres: en Ia escala de gustar de Rubin habia diferencias, aunque no muy grandes, entre los dos grupos, pero sélo en el caso de las mujeres (quienes permanecian en la pareja mostraban una mayor atraccién hacia su compafiero); adems, el amor de Jas mujeres por sus parejas era un mejor predictor del resultado de ka relacién, fracaso 0 no fracaso, (F = 032) que el amor de los varones hacia las suyas (7 = 0,18). No s6lo ef grado absoluto de inplicicidn inflwia en la contingidad a n0 sino Gunbién el prawe de impheacion comparade von el del ott miembros: de tas parejas que Uljeron que aanbuis estabit imypleados en yguil medida co fa relacion, sole ef 22 por 100 se Ihibin separates ew 1974, mientras que exo les Fab weursies ah 1 poe LOU le aici is saban qe tenes estab ence pti que ef otro. Este Gltimo punto coincide con fa idea central de fa ¢eoria de la equidad, una versién de la teoria del intercambio social que se ha aplicado eon cierto éxito a relaciones interpersonales, Segin ests teoria (Hatfield y Trauparann, 1981), la gente en una relacién compara sus costes y beneticios con los de [a otra persona. Si ambos estin equilibrados, la relacién produce satisfaecioa y, en consceuencia, tiene estabilidad, Lin cumbio, el desequilibrio es aversivo y pone en marcha ciertas fuerzas psicol6gicas: cambiar las inversiones 0 los beneficios de la relacién, en el plano real o perceptivo, o dejar ésta, Es importante sefialar que el desequilibrio se produce tanto cuando yo creo que estoy dando mas a la relacién que la otra persona, como cuando creo que estoy dando menos. Varias investigaciones han mostrado que cuando las relaciones son equitativas, su éxito es mas probable (Berscheid y Walster, 1978; Davidson, 1984), si bien hay otros resultados que no cconfirman ja relacién entre equidad, por un lado, y calidad y estabilidad de la relaci6n, por otro (Lujansky y Mikula, 1983). Semejanza y ajuste En el estudio de las parejas de Boston (Hill y cols., 1979), los resultados mostraron que era mas probable que Ja pareja continuara junta si estaban relativamente igualados en edad, perspectivas educativas, inteligencia y atractivo fisico (medido éste por observadores externos que calificaron fotos de cada miembro de la pareja). En cambio, ef hecho de que fueran semejantes en clase social, indicado por el nivel educativo del padre, religién, ideotogia del rol sexual, religiosidad 0 nimero de hijos deseado, no diferenciaba entre las parejas que continuaban juntas y las —— 438 Poicologia social que no lo hacfan, No obstante, hay que indicar que ya de entrada todas Ia parejas estaban bastante igualadas en esos indices: en todos, excepto en el nivel de educacién del padre, las parejas coincidian significativamente. Como ya hemos visto en este capitulo, Ia semejanza es un determinante fundamental de la atracci6n y es crucial en el inicio de las relaciones. Por idénticas a las expuestas en su momenta, el hecho de que surjan en la pa- reja diferencias importantes puede influir negativamente en la evolucion de la rela- cin, Esas diferencias ino estén presentes a veces al principio de Ia relacién bien porque hay procesos que las oscurecen, como el enamoramiento, bien porguc las circunstancias no han favorecido su manifestacién (Byrne y Murne, 1988). Pocos de nosotros podemos adivinar edmo reaceionar nuestra pareja. « ineluse nosotros mismos, ante ta Hegada de los hijos, la pérdida del trabajo, ana enfermedtinl grave {que nos toque la loteria o el envejecimienty. Por eso, eittinlo mis se conocer Los individuos antes de casarse, menos probable es que surja el descontente provocado por el deseubrimiento de facetas inéditas de fa otra persona. Grover y cols. (1985) encontraron que las esposas cuyo noviazyo habia durade menos de cinco meses eran las menos felices, y aquellas cuyo noviazo habia durado mas de dos aiios, las més. La rutina y el aburimiento ‘Aunque no hay muchos resultados que indiquen directamente que la rutina y el aburrimiento sean un factor clave en la scparacién de las parejas. las ereencias de Ia gente, asf-como otros datos iidrectos, suministran apoyo pura esta idea. Por ejemplo, Ogden y Bradburn (1968) encontraron que el niimero de actividades placenteras compartidas era un predictor significativo del éxito matrimonial. Por Su parte, Luckey y Bain (1970) obtuvieron que las parejas satisfechas solian tener ‘muchas y variadas fuentes de satisfaccién, mientras que las insatisfechas general- mente tenfan pocas fuentes de satisfaccidn, en ocasiones s6lo una (por ejemplo los hijos). Otra linea de investigaciOn, centrada en la esfera de la sexvalidad, indica ceémo ef interés por un.compaiiero 0 compafiera sexual tiende @ decaer con la frecuencia de contacto. Evaluacién negativa Generalmente, cuando se inicia una relacién amorosa, las personas implicadas intercambian multitud de sefales verbales y no verbales que revelan afecto y sentimientos positives: cercanfa fisica, contacto visual, interés por la otra persona, palabras agradables y regalos (Byrne y Murne, 1988). A medida que la relacién avanza en el tiempo y aparecen, por ejemplo, los hijos, las tarcas del hogar exigen tiempo y las presiones econ6micas acucian, muchas de estas sefales comicnzan a desaparecer, ‘perdiéndose importantes elementos de reforzamiento mutuo. Pero todavia mucho més desastroso para la relacién es la aparicién de Ia critica y la evaluacién negativa, al principio probablemente inexistente, después quizés con: 2 parejas nivel de ‘minante idénticas sr la pa- e la rela i6n bien veque las }). Pocos nosotros ad grave, cen los rovocado s. (1985) 20 meses los ais, tina y el dea, Por tividades nial. Por fan tener general mplo los d, indica con la aplicadas afecto y persona, relacién, ar exigen uo. Pero itica y Ia izds con- Atraccisn y elaciones interpersoneles 439 tenida y, por tltimo, manifiesta. La aparicién de descalificaciones y criticas, cuando no de claros insultos, no sélo constituye un estimulo aversivo para el otro, sino que produce un circulo vicioso haciendo que la otra persona tienda a responder de Ia misma manera y produciendo, en consecuencia, un escalamiento de la aversién reciproca. Bizchler y cols. (1975) encontraron que las parejas casadas usaban entre si mas refuerzos negativos y menos positivos que cuando interactuaban ‘con extrafios, siendo esta tendencia mucho mayor en las parejas que no se llevaban bien. La soledad No todas las personas tienen las relaciones afectivas que quisieran. A pesar de que en nuestra sociedad las barreras formales para tener este tipo de relaciones, son quiz4 menores que en tiempos pasados —como puede apreciarse en el hecho de que en una ciudad de tamafio medio una persona puede conocer ¢ interactuar con millares de personas—, lo cierto es que la soledad nos afecta casi a todos nosotros en algiin momento de nuestra vida, y en muchos de nuestros conciuda- danos constituye una situacién ex6nica. Por soledad se entiende el deseo no conseguido de mantener una relacién 0 relaciones interpersonales estrechas (Peplau y Perlman, 1982), consistiendo, por tanto, en una discrepancia subjetiva entre los niveles de contacto social deseados y los obtenidos. Tres aspectos Son importantes en esta definicion El primero es que el déficit percibido puede ser cuantitativo (no tengo amigos, fo tengo menos de los que quisiera) © cualitativo (siento que mis relaciones son superficiales 0 no tan satisfuetorias como quisiera) EI segundo punto estriba en el carécter subjetivo de Ia soledad: es la propia persona quien decide si su nivel de contacto social es satisfactorio o no, de manera que un observador externo nunca puede saber con certeza si una persona se siente sola o no. Alguien puede tener una amplia familia, una rica red de relaciones familiares y sociales, y sentirse terriblemente solo, mientras que otra persona puede vivir aslada en una montafa, sin ningtin tipo de relacién, y no sentirse sola Por eso algunos autores (Peplau y Perlman, 1982) han distinguido entre soledad y Lislamiento. Este timo concepto se refiere a cuando la persona quiere estar sola, como ocurre a muchos escritores, religiosos, cientificos © a nosotros mismos en determinados momentos de nuestra vida. El énfasis en el cardcter subjetivo de la soledad no debe hacernos olvidar las influencias sociales: en el juicio que cada uno de nosotros realizamos sobre si nos sentimos solos 0 no, influyen los criterios y normas respect a las relaciones que existen en el medio social que nos rodea. ‘Asi, por ejemplo, en una sociedad en la que Ia tinica forma admitida de relacién heterosexual es el matrimonio y en la que todas las personas son animadas y presionadas para que se casen, quedarse soltero 0 soltera puede ser una fuente importante de soledad El tercer aspecto que queriamos resefiar es que la soledad constituye una Vivencia o un sentimiento negativo. Russell, Peplau y Cutrona desarrollaron la UCLA Loneliness Scale (Russell y cols, 1980), que se ha convertido en el 440 Peicotogia socie! instrumento més utilizado en ol estudio de fa soledad. Laas investig mostrado que las puntuaciones obtenidas en dicho instrumento estan relacionadas con sentimientos de depresin, ansiedad, insatisfaccién ¢ infelicidad (Cutrona, 1982). Rubinstein y-Shaver (1982) publicaron un cuestionario sobre soledad (que inclufa la UCLA Loneliness Scale) en diversos periddicos de Estados Unidos. Entre Jas miles de respuestas obtenidas scleccionaron lax de 3SiK) personas. Ante ls Pregunta «je6mo se siente usted gencrafenente custo se siento wold, tos sentimientos mencionaclos mas a menudo fier triste, slepresio autocompasién y deseo de estar con uns persona especial. Cost ls 27 udjetivon aque los participantes podian elegir ara desig en anilisis factorial, que proporcions lus siguientes Factores: dlesesprracion (lesesc rado, indefenso, temeroso, sin esperanra.), depresion (tise. vite, ss sieprimto..), nburrimiento-impuvieneia (inypaciemte, alata, fies icp ale concentrarse..) y autodevaliacién (nals atvactive, estupidhs, ascent.) La soledad puede afectarnos a cualquiera de nosotros, Sin embargo, tay Personas que tienen un mayor riesgo de sufritla que otras (Pepin y Perlian 1982). Seguidamente expondremos algunas de las caraeteristicas que hts invest gaciones han mostrado asociadas a las personas que padecen soledad, si bien hharemos previamente una aclaracién, En ocasiones resulta dificil discernir si la caracteristiea en cuestiOn es una causa 0 una consecuencia de la soledad. Por ejemplo, la sotedad esté asociada a la depresién, y esta asociacién puede deberse a que las personas que estén solas tienen a deprimirse, asi como a que lis personas deprimidas no tienen ganas de relacionarse con nadie 2) Caractersticas de personalidad. Las personas més propensas « sufrirsoledad tienden a ser introvertidas,timidas y ansiosas (Jones y cos. 1985), asf como con tendencia a la depresién b) Autoestima. Uno de los resultados més consistentes es que la soledad esta relacionada con una autoestima disminuida, siendo tanto causa como consecuencia de ésta (Peplau, Miceli y Morash, 1982). Quienes se sienten solos también tienden a sentirse incompetentes, no querides y sin valor ¢) Hablidades sociales. Las personas timidas a menudo no saben e6mo com- portarse adecuadamente en sus relaciones con los demas, o ineluso aunque tengan este conocimiento fracasan al aplicarlo (Bruch y cols., 1989) Coneretamente, en el caso de las personas que se sienicn solas, se hit encontrado que con frecuencia revelan poco de si mismas y cuando lo hacen utilizan formas inapropiadas (Berg y Peplau, 1982), Por ejemplo, mientras que fos estudiantes en gencraltienden a desvelar mis de sf mismos a una persona del sexo opuesto que det propio sexo, los estudiantes ultos en soleded presentan el patrén contrario (Solano y cols., 1982) 4) Caractersticas sociodemogréficas. Especificamente, la vdad y el estado civil de las personas han aparecido relacionados con la soledad. Frente & ka extendida creencia de que las personas mas solas son las de mayor edd, Jas investigaciones han mostrado que quienes indican sentirse ms solos son las personas j6venes, especialmente los adolescentes (Brennan, 1982) Parlee (1979), por ejemplo, encontré que el 79 por 100 de los menores de aciones han relacionadas d (Cutrona, oledad (que nidos. Entre nas, Ante fa solo, los burrimiento, 27 aaletivos 2 realiz6 un in (desespe- i, aislado, wincapaz de ) nbargo. hs y Perinat, las invest hal, i biew secenit si bi oledad. Por le deberse 1 que’ is frie soledad 5), asf como oledad esta s se sienten sin valor. uso aunque ols, 1989), olas, se hat cuando lo or ejemplo, e si mismos jantes altos estado civil Frente a la iayor edad, mds solos nan, 1982), enores de Atracciéo y elacianes interpersonsies 444 17 afios decian que a veces se sentfan solos, mientras que estos porcentajes fueron del 53 por 100 en quienes tenfan entre 45 y 55 afios y del 37 por 100 en los mayores de 55. Por su parte, las personas casadas parecen tener menos tendencia a sentirse solas que las solteras. €) Experiencias infantiles. Shaver (1986) sugiere que las experiencias infantiles de relacién con los padres influyen cn Ia susceptibilidad cuando adulto para sultir soledad. Concretamente, Shaver ha encontrado que fos adultos ‘cuyos padres se divorciaron, especialmente si esto ocurrié antes de que ellos tuvieran seis afios, estaban més inclinados « sentirse solos. Shaver y Rubenstein (1980) consideran que el divorcio produce un doble efecto sobre los nifios: con frecuencia éstos se culpan a s{ mismos, irracionalmente, del divorcio, generandoles culpabilidad y baja autoestima; los nifios de padres separados con frecuencia sacan [a conclusin de que no se puede Confiar en las personas y de que no vale la pena relacionarse. LECTURA COMPLEMENTARIA SuuRANo, Gy Careers, M., 199}, aa leon dle Sternberg sabe cempiricom, Picorent, Suplemento, pp. (51-167 not: at amiss Se contrastan empiricamente las dessevolles tesitiews seaizaulos por Sternberg sobre el amor, utilizando una muestra de 114 parejas heterosexuales, Qué Neva a la amistad y ala Qué permite las relaciones atraceién? cercanas? Proximidad Apego | Atraccn sca Eukled Semejanza contra complemento Revelacién de sf mismo Agradar a quienes nos agradan Caunednaras ate 2C6mo terminan las relaciones? Divorcio Qué es el amor? Proceso de desprendimiento ‘Amor apasionado Post scriptum personal: Hacer el ‘Amor de compatieros amor Myers, D. G. (2005) Atraccién e intimidad: agradar y amar a los demés. En Autor, Psicologia Social (pp. 425-476). México: Mc Graw Hill. capitulo 11 Atraccion e intimidad: agradar y amar a los demas “Sobrevivo con un poco de ayuda de mis amigos.” John Lennon y Paul McCartney, Sgt. Pepper's Lonely Hearts ‘Club Band, 1967. necesidad de pertenencia Motivacién para vincularse com ls dems enrelaciones que roporcionen Interacciones continues y positions, Diet dependencia entre unos y otros coloca las relaciones personales en el centro de nuestra existencia. Al principio habfa atraccién (la atraccién entre un hombre en particular hacia una mujer especifica, a quienes debemos nuestra pro- pia existencia). Aristételes am6 a los humanos “animal social”. De hecho, tenemos la intensa necesidad de pertenencia, hacer conexiGn con otros en relaciones cercanas y permanentes. Los psicélogos sociales Roy Baumeister y Mark Leary (1995) ilustran el poder de las atracciones sociales generado por nuestra necesidad de pertenencia. + Para nuestros ancestros, el carifio mutuo permitié la supervivencia del grupo, Alcazar o al construir un refugio, diez manos son mejor que dos. + Para una mujer y un hombre, los vinculos de amor pueden llevar a los hijos, cuyas probabilidades de sobrevivir aumentan por el cuidado de dos padres, ‘unidos que se apoyan entre ellos. + Para los nifios y quienes los cuidan, el vinculo social favorece la supervivencia. Sisse separan inexplicablemente, un nifio pequefio y su padre pueden entrar en pico, hasta que se retinen en un fuerte abrazo. Los niios que se encuentran 941 426 parte tres 942 Relaciones sociales bajo negligencia extrema o en instituciones, sin pertenecer a alguien, se ‘vuelven criaturas patéticas y ansiosas. + Para la gente en todo el mundo, las relaciones reales y esperadas preocupan el pensamiento y colorean las emociones. Al encontrar un alma gemela que brinde apoyo y en quien podamos confiar, nos sentimos aceptados y valorados. Al enamorarnos sentimos una felicidad que no podemos reprimir. Por el deseo de aceptacién y amor, gastamos miles de millones de délares en cosméticos, ropa y dietas. + Alestar exiliados, presos o en una reclusién solitaria, la gente siente dolor porla nostalgia hacia su propia gente y lugares. Al ser rechazados, estamos en riesgo de depresién (Nolan y colaboradores, 2003). EI tiempo pasa més lentamente y la vida parece no tener significado (Twenge y colaboradores, 2003), + Para quien ha sido abandonado, 0 enviudado, 0 el residente temporal en un lugar extrafio, la pérdida de vinculos sociales propicia el dolor, la soledad o el retraimiento. Al perder una relacién con un alma gemela, los adultos se sienten celosos, angustiados 0 en duelo, asf como més conscientes de la muerte y la fragilidad de la vida. + Los recordatorios de la muerte, en cambio, resaltan nuestra necesidad de pertenencia, de estar con otros y de permanecer cerca de quienes amamos (Mikulincer y colaboradores, 2003; Wisman y Kole, 2003). Al enfrentar el terror del 11 de septiembre de 2001, millones de estadounidenses llamaron y se contactaron con sus seres queridos. De la misma forma, la muerte impresionante de un compafero de clase, de un compafero de trabajo o de un miembro de la familia une a la gente, sin importar sus diferencias. En realidad, somos animales sociales con necesidad de pertenencia. Como se con- firma en el capitulo 14, cuando pertenecemos (cuando nos sentimos apoyados por re- laciones cercanas ¢ fntimas) tendemos a ser mas sanos y felices En Ja universidad australiana de New South Wales, Kipling Williams (2002) ex- ploré lo que sucede cuando nuestra necesidad de pertenencia es frustrada por el. os- fracismo (actos de excluir 0 ignorar). Los humanos en todas las culturas, ya sea ent las escuela, lugares de trabajo u hogares, utilizan el ostracismo para regular la conducta social. Asi que gqué se siente cuando se es rechazado, evitado, recibido con miradas evasivas 0 se es recibido con tratamiento silencioso? La gente (especialmente las mu- jeres) respondeen al ostracismo con humor depresivo, ansiedad, sentimientos lastima- dos, esfuerzos por reestablecer la relacién y retraccién eventual. El tratamiento silencioso constituye un “abuso emocional” yun “arma realmente terrible para utili- zar’, dicen quienes la han experimentado por parte de un miembro de la familia o de ‘un compafero de trabajo. En los experimentos, la gente que es excluida de un simple juego de lanzar una pelota se siente rechazada y con estrés. Avveces el ser rechazado se torna desagradable. En diversos estudios, Jean Twenge y colaboradores (2001, 2002; Baumeister y colaboradores, 2002) dieron a algunas per- ‘sonas la experiencia de ser socialmente incluidos. Otros experimentaron la exclusi se les decia (con base en una prueba de personalidad) que ellos “tenian la probabili- dad de terminar solos al final de la vida” o que otros que ellos habian conocido no los,

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