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Publicaciones de la Sociedad Bolivariana de Venezuela PEDRO DE LETURIA S. 1. Relaciones entre la Santa Sede e Hispanoamérica il APENDICES - DOCUMENTOS - INDICES Volumen revisado bajo la direccién del P. MIGUEL BATLLORI S. |. CARACAS SOCIEDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA 1960 INDICE GENERAL Introduccion 6 ee Apéndice primero: La acorn DreLomArica De BoLfvaR ANTE Pfo vit (1820-1823) A La Luz DEL ARCHIVO VarrcaNno. Do- CUMENTOS wee te . oe 1. La enctolioa tet longissime de 30 de enero de 1816. . 2, Affari ecclesisstici di Buenos Aires. Relazione stess de mons. Mazio per la Congrogaziono del 18 aprile 1823. 3. Toxto original latino del informe do Pefialver y Vergara. Londres, 27 marzo 1820 4, Dospacho del card. della Somaglia sobre 1a. mi wie Roma, 10 junio 1824 . 5, La primera carta oficial del vieopresidente Santonder 6. 1 @ Pio Vil. Bogoté, 18 julio 1822. .......4. . Recomendacién de candidatos para Jas mitras hocha por mons. Lasso do la Vega. Bogoté, 31 julio 1823... . Anejo. Dos palabras sobro el « Diario do Bucaramanga > Apéndice segundo: La oftunre wxofouca pe Ldn x DE 24 swrrempre 1824. DocumENTos 1. El nuncio GHustiniani al card. della Somnugtia. 3 Madrid, 2 noviembre 1824... 2 6 6b ee ee 2 EL card. della Somagtia al nuncio Giustiniani, Roms, 30 noviembre 1824... : Giustiniani a Della ‘Somagl Is i febrero 125, we Della Somaglia a Giustiniani, 31 marzo 1825. |< Giustiniani o Della Somaglia, 9 mayo 1825...) Della Somaglia a, Giustiniani, 30 junio 1825... . . Giustiniani & Della Somaglia, "80 julio 1825... 5. . Della Somaglia a Ginstiniani, 30 agosto 1825 . . ... FASaP ye Apéndice tercero: LA PRIMERA NUNCIATURA EN AMinrca ¥ SU INFLUENCIA EN LAS REPUBLIOAS HISPANOAMERICANAS. 1829-1882. . Apéndice cusrto: Bouivan x Laon x0 Introducei6n 2. we Preliminares 2... ee ee Documentos 1. Nota del card, della Somaglia al ‘ombajador f fremoés pobro In, provisiin do obispos colombianos, Roma, 2 febrero xur 16 21 24 26 34 39 49 ma 13 ei) 82 82 vr ENDIGE GENERAL 2, Informo do los fiseales del Consejo de Castilla sobre la provision de obispos para Colombia. Madrid, 21 junio DA ee 3. Dospacho sintético del encargado de Espafa ante Ta Santa Sede, Aparici, desde el afio 1820 a agosto 1827. Boma, 80 agosto 1827.00.00 2 ee Aplndice quinto; RIvapAvia ¥ MonswXoR Muzt, suadw vUEN- TEs INiprras Da Vaticano, DocumEntos 1. Instrucciones a mons. Muzi sobre Buenos Aires. Roma, 28 junio 1823... 2 we ee . 2, Los despachos de mons, Muzi sobre Rivadar ‘A. Buenos Aires, 9 enero 1824... . B. Buenos Aires, 15 enero 1824... -.. + te . Mendoza, 18 febrero 1824... 2. 0 ee es Apéndice sexto: LUCES VATICANAS SOBRE LA MISION DE MON- sENox Muar ax Crm. Documentos . . oa 1: Nuevos documentos del abate Sallusti, . . 0... + ‘A. Risposta alle oritiche contro la missione di mons. Muzial Chile... ee B. Memoria alla ‘sontiti ‘di nostro signore Leone papa XIL, Roma, 20 diciembre 1826... 1. - 2. Autégrafos de Cienfuegos, Muzi y Viowfia . . . . . ‘A. Cienfuegos a Muzi. Santiago de Chile, 17 enero 1825 B. Muzi a Dolla Somaglia. Roma, 29 julio 1825... €, Vicufia a Fabbrini. Santingo de Chilo, 13 octubre 1834 D. Muzi a Della Someglia, julio 1825... ... 5 + Apéudice séptimo: LA SMANOIPACION HISPANOAMERICANA EN LOS INTORMES EPISOOPALES A Pio vit, Copras ¥ EXTRACTOS DEL ARCHIVO VATICANO. © 2 6 eee Advertencia, por Emilio Ravignani Introduoci6n se Cap. 1. La iniciativa de la nunciatura de Madrid. 1822 . . 1. Importancia de la nunciatura de Madrid para la Iglesia hispanoamericana a partir de 1814... 0... a 2, Tl nuncio mons. Ginstiniani y ol ocaso de! patronato de Indias ss es ee ee 3. La iniciativa dol ilustrisimo sefior Orellana, obispo de Cérdoba de ‘Tucumén, y las gestiones de fray Pedro el Americano : 1818-1822. 0. ee 4, Iniciativa dol card. Consalvi, y ampliacién de 1a misma or mons. Giustiniani, sobre Ja necesidad de obtener in- formes del episcopndo hispanonmoricano.. . . . + 6. Respuosta de los obispos expatriados en Espafi racteros gonerales 2... sss Cap, 2. El informe del obispo de Mainas. . - 1. El porqué do la reproduceién del informe... - - 2. Fray Hipdlito Sénchez Ranjel, obispo de Mainas . . . 86 O4 di 113 13. ut 9 120 121 122 123 126 127 129 129 132 135, 142 152 155 155 156 INDICE GENERAL 3. Andlisis y juicio delinforme. . 6 6. - eee ee 4. Su text. ee sae Cap. 3. Memorial del arzobispo de Caracas . . 1, Intorés del memorial por razén de su autor . . . 2, Parecer del nuncio y cirounstancias en que se escribié . . 3. Sinopsis y juicio del informe . 4 Tnfotme dol obispo do Caracas Cap, 4, Relacién del metropolitano de Lima . . . 1. El ilustrfsimo sefior Bartolomé Maria de las Heras . . - 2, Analisis y juicio do su relacién . . . - 3. Relacién’ del arzobispo de Lima... 1. 1 - se : Cap. 5. El contraposo de los obispos patriotas. 1821-1828 1, Eseaso influjo politico, en la curia, de los anteriores in- formes; sus cAUSAS 2. 2, Intentos do contacto inmediato de los gobiernos auté- nomos con Pio VIE antes do Ie. carta de Lasso de le Verga 3. Primere carta de Lasso de la Vega, obispo do Mérida do Maracaibo, y répida respuesta de Pio VIL: textos y significacién histérica . . . Pe 4, Nuevos informes del obispo : 1823 5. Memorial del cabildo de Bogoté. 6. 6. La Gran Colombia de Bolivar, segin el obispo espaficl 7 de Popaydn, Jiménez de Enciso. . 2. ee ee Cap, 6. La actitud de la Santa Sede... . 1. Répida contestacién de Loén XIT, ol 19 de noviembre de 1823. 2 ee ee Re ee 2. Dos ofectos do importancia’ producidos en ta curia ro- mana por los informes opiscopales sobre la América espafiola 3. Tardia, pero eficaz resolucién de la Congregacién para nogocios eclesidsticos oxtraordinarios : actas inéditas de au sesién dol 2 do marzo de 1825... 0... 1 4. Conclusion se Lt Apéndice octavo: Et RHCONOCIMIENTO DE LA EMANOIPACION HISPANOAMERICANA EN LA «SacRa CONGREGAZIOND DEGLE AFPART RCOLESIASTIOL STRAORDINARI ». DOCUMENTOS . . « 1, America meridionale. Republica delia Nuova Granada . 2, Sessione 164, 11 octubre 1885... . . . - ran Apéndice noveno : Et, viarn 4 Ayntrica Dat wuTURO Pontt- wow Pfo 1%. 1828-1825 6... 1. La relacién de Sallusti descalificada .. 2... 2, El «Diario» de viaje de Mastai . cee 3. El epistolario americano del futuro Plo TX... . . 4. Intervencién posterior de Mastai on asuntos americanos Documentos... 0 1. Carta original de la condos Mastai al card. Consalvi pidiéndole impida el viaje de su bijo a América, Seni- geglia, 18 mayo 1823... Lae 232 252 261 274 Th 207 280 296 209 305 B16 319 323 B26 328 336 842 342 vor iNDICE GENERAL . Respuesta del card, Conealvi # la condesa Mastai, Roma, 28 mayo 1823... 5. ‘Teonos ‘Yocantes @ la vocacién y vida interior del cané- go Mastai on el « Diario » de su viaje a Chile (1823-1825) Carta del condnigo Mastai al card, Odesealchi. Santiago de Chile, 27 abril 1824... : . Respussta del cardenal enero 1830... ee ee Carte, del canénigo Mastai al prof. don G. M, Graz Santiago, I mayo 1824. . . Carta del mismo al card, della Somaglia, secretario de Watado de Lodn XIE. Santiago, 8 julio 1824. . . Carta del vicario apostélico mons. G, Muzi, al arzob: de Génova mans. “Le Lambruschini, Santiago, 16 j WM 9, Carta do Mistist'a ‘mons, L. Lambrusein?. Santiago, 13 setiembro 1824... . eee 10, Carta de mons. 11, Lembraseini al card, della, Somagtia remitiéndole las anteriores de mons, Muzi y de Mastai. Genova, 2 abril 1825... : 11, Carta do Mastai al card, della Somaglia. Gibraltar, 6 mayo 1825 0 12, Despacho del card. G. Albani, seoretario do Estado de P{o VILL, al maestro del sacro palacio, padre Velzi, sobre el volumen V de la obra del abate Sallusti. Roma, 19 diciembre 1829 . . 13, Respuesta del padro G, Velzi O. P. Roma, 7 enero 1830 ee eR fos & No Apéndice décimo: La uxcicttoa pn Pio vit (30 DE ENERO DE 1816) SOBRE LA REVOLUCION BISPANOAMERICANA, « 1, El embajador ante la Santa Sede, Vargas Laguna: 180l-18l4 . 2 wee 2, Mentalidad de ‘Vargas Laguna ‘sobre la revolucién ame- ricana . : Documentos... . : 1. Despacho en cifra del muneto on Madsid, mons, ¥. Ga soni, al card. Consalvi, socretario de Estado de Pio VIL Madrid, 16 diciembre 1800... 2. 1. 2, Crodenciales a favor do D. A. Vargas Laguna, Madrid 16 encro 1801 . . . Los dizeatores de eorreos de Espafia a D. A. “Vargas Laguna, Madrid, 27 julio 1814. . 4. Don A. Vargas "Laguna a los directores do correos, Madrid, 28 julio 1814 e 5. Don F.Badén al ministro D.F.Cevallos, Roma, 30 diciombro 1814... 6. Don P. Cevalios D,F. Badén, Madrid, 15 enero 1815 7. Don P. Covallos a DA. Vargas Laguna, Madrid, 15 enero 1816. 8, Don A. Vargas Laguna a D, P. Cevallos, Roma, 165 fo- provo IIB 9. Don I. Baddn'a Pio Vil. Roma, febrero 1815 | | 10. Don A.Vargaa Loguna a D., Covallos, Roma, 28 febrero BIB. B80 383 385, 387 394 400 410 413 416 INDICE GENERAL 11, Real orden a D. A. Vargas Laguna. Madrid, 14 marzo 2, Bon A Vargas Laguna aD. P. Covailos. Génova, 5 abril US1B ee 13. Don Alejandro do la Orden, seerotario de Ia embajada, aD. A. Vargas Laguna, Roma, 25 marzo 1815... 14, Don A. Vargas Laguna a D. BP. Cevallos, Génova, 5 abr 1815 15, Real orden ‘a D. A. Vargas Laguna, Madrid, 24 ‘abril WB 16. Don A. Vargas Laguna al ministro de Basted, : Did. Pizarro. Roma, 1 enero 1817... . : 17. Dol mismo al mismo. Roma, 28 febrero 1817. 18, Don A. Vargas Laguna al prosccretario de Bsiado de Pio VII, cardonal Pacca. Génova, 16 mayo 1815... 18. Don, A. Varges Laguna al secrotario de istado de Pio VIL, card. Consalvi. Roma, 3 octubro 1815 . 20. Del mismo al mismo, Roma 4 octubre 1815... 21. Bl secretario do Estado de Fernando VII, D. P. Cevalios, a. Vargas Laguna. Madrid, 30 diciembro 1815 . . 22, Don A. Vergas Laguna al card, Consalvi, Roma, 30 enero 1816 . 23, La onciclica Btsi longissimo, Roma, 80 enero 1816. . 24. Don A. Vargas Laguna a D. Pedro Covallos. Roma, BO enero 1816 2 26. Roal orden a D./A, Vargas Laguna. Madrid, 39 febrero WE ee ee 26. Don A.'Vargas Laguna aD, Pedro Covalios. Roma, 30 marzo 1816. . 27, Breve de Pio VIL al ministro Cevallos, Castelgandolfo, 15 mayo 1BI6. 2 28, Breve do Plo VII al dein y cabildo de México. Roma, 26 enero IIT 2 29, Uxhortaoién del provisor de Caracas, Dr. M. V. Maya, sobre la encicliea legitimista de Pio VII. Caracas, 18 febroro SIT oe 30, Instrucciones del Dr. J. G. Roscio, presidente del con- groso de Angostura, @ sus roprosentantes en Europa, ¥. Pefialvor y J. M, Vergara, Angostura, 7 julio 1819 . 31. Carta del P. Fr. P, Pacheco O.M. a Pio VIL. Morencia, 4 junio 1822. . 82, Breve do Pio VIT al P. P. Pacheco 0. M. Roma, 22 junio 33. Hl socretario do Tstado do Pio VI, card. Consalvi, al encaxgado de negocios de Espafia, J. N. Aparici. Roma, 6 julio 1822 00 Le Apéndice undécimo : CONATOS FRANCOVENEZOLANOS PARA OB- TENER, HN 1813, DeL Para Pio yi UNA ENC{CLICA A FAVOR ‘DE LA INDEPENDENOIA HISPANOAMERIGANA . 4. + + 1. Téctica de Bonaparte con Pio VI y con el card, Chiara. monti . 2, Bxtensién a Hispanoamérica, de Ja tietica de “Wapoleén 3, Delpech y Palacio procuran la bula de Pio VIL: 1813 . Ix 416 417 418 420 420 421 422, 423 423 424 424 425 425 425 426 426 427 423 429 432 433, 434 435 439 449 449 45g x INDICE GENERAL 4, Uso en Hispanoamérica del breve de Pio VI ty 4 de la homilfa del card, Chisramonti . Documentos... - + . El cabaliero Avera al snarqués A. Gaudi para Pio VL. Milan, 4 junio 1796... ‘Azara al card. Zelada, eecrotario de Hatado de Pio VI. Polonia, 24 junio 1796. El accrotario de Azara, J. I. Mondizébol, a M. Godoy. Roma, 6 julio 1796... . El mismo‘al mismo, Roma, 13 julio 1796 Hl brove dol 5 de julio de 1796... . Informe dol duquo de Bassano,’ ministre de relaciones extoriores dol imporio, a Napolesn X sobre las zepsiblions de Cartagena y Venezuela, Paris, 10 abril 1813, 7. L. Delpech, agento de Venezuela, y M. Palacio, repre: sentanto do Cartagena, al duque'de Bassano. Paris, 15 abril 1813... « : 8 Ls Dolpoch al daqua de Bassano, Paris, 38 abril 1813 | 9. M. Palacio y L, Delpech al duquo do Bassano. Parts, 4 mayo IIB. 10, Correceiones de Patacio y Delpoch on el memorial del 28, eorrespondiontes a lis obsorvaciones del duque de Bassano. Paris, 4 mayo 1818... ....00% 11, Carta do L, Delpech al conde de le Ferronnays. Pas, 5 junio 1828. ee Pap 2 we Apétndice duodécimo: Exoato pun Lipmrrapor. UNA OARTA INGDETA DBL ARZOBISPO DE Caracas, Ramén Ianacto Min- pz, A LEON XM... ee ee Apéndice decimotercio : Dos cartas Inéprras Det LIBERTADOR AL sumo pontisice Pio MT... - 1. - Apéndice decimocuorto : Monsefor Luter Mrezza 788. 1887) y COLOMBIA .. 1... . Apéndice dectmoquinto: Borfyar y Leéx xu. Documentos SHLHONOS 2. ee es see Documentos previos} . . - 1, Revenga, ministro de roleoionga oxtoriores, par orden dol vicepresidente Santander, a Gual y a Bricofio. Bogoté, 29 marzo 1826... ‘Tejada, representanto de le Gyan Colombia en Roma, a Revenga. Roma, 26 enero 1827... 2 El mismo al miemo, 27 febroro 1827. 2. eee Revenga a Tejada, 7 febrero 1828 2. ; Tejada a Revenge, 31 julio 1828 1... El mismo al mismo, 1 marzo 1820 2... eene Congregacién de negocios eclesidsticos extraordinarios . Sesién 116, 4 agosto 1829... ee Sesién 117, 22 setiombre 1828... 2... - 464 458 458 459 460 460 461 462 464 466 468 469 470 471 483 493 496 INDICE GENERAL Apéndice decimosento: Varta... Lae 1. La accién diplomética de Pio VIL a la luz del Archivo yaticano . 2, Anales eolesiésticos venezolanos. A’ propésito “de un libro de mons, N.E.Navarro.. 2... - Bjercisios corrados on Is Amética expatioln los adios do la emancipacién an . Homenaje espafiolisimo a Bolivar en Caracas... La instruecién en Caracas: 1567-1795... . . Bl abate Viscardo Sop 9 Indice onomdstico de los tres voliimenes . 6... 66 eee XI 507 509 bid 526 537 546 552 APENDICE TERCERO LA PRIMERA NUNCIATURA EN AMERICA Y SU INFLUENCIA EN LAS REPUBLICAS HISPANOAMERICANAS 1829-1832 Reproducimos fntegramente el articulo publicado con este mismo titulo on RyF 86 (1929) 28.48. Conservamos inclaso ol § 1, pues aun- que en él se repiten muchos conceptos ya dosarrollados en RSSHA, IL, se hace desde otro punto de vista. Todo el tema ha sido muy su- perado por CongMAN. Ribliografia espocial: Annuario pontifieto, Roma 1928 ; F. Avani, Monsefior Dr. Mariano Medrano, vieario apostélico de Buenos Aires. (1825-1832), tesis inédite, prosontada a le. Pont. Univ. Gregoriana, 1959 ; The Catholic Directory, London 1928; M, Curvas, Los primeros panamericanistas, on Miscellanea Francesco Hhrle, TI’ (Roma 1924) 834.342 (= Siudi ¢ testi, 30); L. Grawartoa, Testo ¢ adlante di ge grafie ecclesiastica, Bergamo 1928; Hurrano Antas, Hl Brasil, 1 El Imperio y la Repiibliew, on Historia del mundo en la edad moderna, de Cambridge, arreglada bajo la direcoién de E, Inarna, XXTIT, Bar- colona 1914; G. Nowak 8. V.D., La personalidad de mons. Mariano Bscalada, obispo aucitiar de Buenos Aires, a la luz del Archivo vaticano. (Pase de su bula de institucién : 1828-1885), Zamora 1058 ; M. OrrvEmA Laws, Formacién histériea de la nacionalidad brasileiia, trad, de C. Pr- RuyrA, Madrid 1918; B,Posapa, Congreso de las Provinciae Unidas, Bogoté 1924. Ojos que se hayan cansado en la lectura de las consultas del Consejo y CAmara de Indias en los tres siglos del Imperio espafiol en América, y que para solaz de la pupila se posen después en el cuadro multicolor de Ja actual Iglesia hispanoa- mericana, se sentirén inmediatamente heridos por un Uamativo contraste. A la exclusién absoluta de toda Nunciatura americana, que fue uno de los més tenaces ¢ inflexibles rasgos de la Tglesia y Jas Misiones en tiempos del Real Patronato de Indias, sus- tituye hoy toda una constelacién de representaciones pontifi- cias, la més numerosa que ofrece el Annuario de la Santa Sede en grupo de naciones de lengua y cultura uniformes. Vein- tidés son—segin el Annuario pontificio de 1928—los nuncios papales en el mundo : ocho, es.decir, més de una tercera parte de la Suma total, corresponden a Espafia y las repiblicas his- panoamericanas *, Este elevado tanto por ciento en el cuerpo diplomatico pontificio, muy superior al que representan los 193 obispos re- sidenciales de habla espafiola en el episcopado diocesano uni- versal de 1,154 mitras*, nace de un doble hecho histérico : re- motamente, del fraccionamiento en multitud de Estados, del antiguo Imperio espafiol, antes polfticamente indiviso ; y, pré- ximamente, de la unién sustancial entre la Iglesia catdlica romana y el Estado, que, con variada gama de matices, con- servan casi todas las naciones de habla espafiola, fieles en esto a la tradicién de su raza y de su historia. El mero recuerdo de este hecho suscita atractivos proble- mas de actualidad, como el contraste que ofrece con el cato- 1Véaso Luvunta, Felipe II y el Pontifieado [RSSHA, I, Estudio 4}. Claro es, por lo demds, que la exclusién de Ja nuneiatura en Amé- rica no signified on la corona do Espafia. separacién de la Iglesia y of Estado, sino a lo més—y eso hasta cierto punto—sujecién de agué- Ua a, date. 2 Aanuario, 519-522. Se ha do afiadir la intemmunciatura de Centro- amériea, GE The Catholic Directory, 18, ouadro general ; p. 30, Hspaiia : p. 84-88, América aspafiola y Filipinas. Mas datos en Gxamatica, 34, tise 8, 149, 191, 82 AP. I, LA PRIMERA NUNCIATURA EN AMERICA licismo norteamericano, que ni ha conocido, ni conoce, un nuncio propiamente dicho4; 0 como el trasvase de mutuas influencias de la Santa Sede en la América espafiola y de ésta en aquélla que supone tan vasta red de Nunciaturas... Pero, a pesar del interés de estas y otras perspectivas de actnalidad, el presente articulo busca més bien una perspectiva histérica : ja que descubren en el Archivo vaticano los documentos de hace cien afios. g Qué aspecto presentaban entre 1828-1829, para el cuerpo diplomatioo de la Santa Sedo, las jévenes © inquictas democracias, recién salidas de los virreinatos espa- fioles 7 Escogemos precisamente este afio de 1828-1829, porque nos ensefian los papeles de la Secretaria de Estado algo que callan Jos libros de historia, ni es facil lo adivinen los insignes inves- tigadores con que cuentan las reptiblicas de los Andes: que la transicién del régimen politico religioso del Consejo de Indias al de las Nunciaturas se verificé entre 1829 y 1835 en la Amé- rica espafiola, por el inespérado recodo de la Nunciatura en cl Brasil, prithera, propiamente tal, que existié en el conti- nente americano. Exponer con citas del archivo de la Secretaria de Estado del Vaticano la realidad de este hecho 5, y.trazar el grafico de ta curva—a veces inesperada y siempre transcendental— que siguid en su desenvolyimiento, es el objeto de este articulo y de otros dos que han de seguirle. Ojalé consigan fijar la aten- cidén de los historiadores del otro lado del océano en estog as- pectos politico-eclesidsticos, que tanta importancia tuvieron en Ja gestacién nacional de sus repiblicas. “Es decir, acreditado anto el gobierno de Washington, el cual no xeconoce a ja Iglesia Catélica personalidad juridica internacional, Sa- hido es por lo demés que ante el episcopadd de Matados Unidos man- tiene Ia Santa Sede 1m delegado apostdlieo de elevado rango y pros- tigio, asl como on Cuba y Puerto Rico, Tilipinas y Canads. #1 fondo principal es Sogrotoria di Stato, 251, sigmatura yoservada a la correspondencia con el nuncio del Brasil, Para el progento art{- enlo, tres son los logajos que nos interesan ; el primero es Segretoria di Stato, 261, 1813-1820; ol segundo y més nutrido, Segreteria di Stato, 251, 1821-1832; el tercero, Segreteria di Stato, 251, 1832-1833, Para abre- vier, Hamaromos ol primero, Brasil I; al segundo, Brasil [7 ; al ter- coro, Brasil ILI. [El P, Leturia no legé a redactar los otros dos ar- tioulos aqui prometidos. } 1, PRECEDENTES HISPANOAMERICANOS 53 Aunque en él régimen de las Leyes de Indias no se prac- ticaba el contacto de sus Tglesias con Roma sino por Madrid, menos se las concebia aisladas del centro de la unidad catdlica y del asiento de un padre tanto mas respetado y querido cuanto mas lejano, Esta fue la raiz mds vetusta—no la tnica—de la espontaneidad y fuerza con que las primeras Juntas y Congre- sos de la autonomfa hispanoamericana gravitaran hacia la Santa Sede. La Constitucién Federal de la Nueva Granada de 27 de noviembre de 1811 °, la primera Constitucién republicana. de Venezuela (diciembre de ese mismo aio)’, los mas antignos esbozos constitucionales de Rayén y Bustamente en México (1812 y 1814) 8, y el primer Congreso Soberano de Argentina en Cordoba do Tucuman (1816) ®, decretaron todos ol envio de misiones a la Santa Sede para testimonio de su lealtad ca- télica y arreglo de los graves negocios eclesidsticos. Elespiritu y orientacién del movimiento, tal vez nadie lo expresd mejor que el Congreso de las Provincias Unidas de Ja Nueva Granada en su decreto de Tunja, 24 de abril de 1813: «...Si ha de ser sumamente grato al pastor do le universal Iglesia, que esta porcién de su rebafio le solicite y dirija sus votos desde tanta distancia para no descarriarse, también es muy propio de la religiosidad de la Nueva Granada concebirlos en el espirity de la misma Iglesia, y muy debido a Ia dignidad politica en que se ha constituido el presentarlos por el érgano y con el apoyo de Ja suproma autoridad civil, que, haciendo la unidad politica del Estado, se gloria de afirmarlo en la de Ia religién catdlica, aposté- lica, romana, que es y seré siempre la de la Naoién™ a que corres- ponde » #, No sabemos, sin embargo, que en estos primeros tanteos naciera la idea de. pedir en los propios Estados una represen- tacién pontificia, Efecto tal vez de la falta de antecedentes *Posapa, 11, art, 41. 7 Buawco-Azturda, TIT, 842-543, ® Avamdy, TIT, 49-51; TV, 189. ® Lacon, 249 ss. 29 EI toxto que copiamos dice (por errata ?) nacional. 1 Posapa, 61. 54 AP, Tif, LA PRIMERA NUNGIATURA EN AMERICA de Nunciatura en el dominio espafiol®, hubieron de pasar va- rios afios hasta que entre 1820 y 1821 surgié el plan en dos de los mas potentes focos de autonomia : al norte, en el Con- greso de Angostura, creador de la Gran Colombia ; y al Sur, en el gobierno del general O’Higgins, en Chilo. Es fundamental para todo el estudio no perder de vista esas dos trayectoriag directrices. El Congreso de Angostura, préximo a disolverse, nombré el 17 de diciembre de 1819 representante de la Gran Colombia en Buropa al neogranadino Francisco Antonio Zea, dandole, entre otros muchos encargos de orden econémico y politico, el de conseguir de Pio VIL el envio de un nuncio a Bogota, cuyo viaje pagarian los Cabildos eclesidsticos de la Repiblica. La aglomeracién de tantos y tan dificiles oncargos en tma sola persona trajo por consecuencia el fracaso 0, mejor dicho, la completa esterilidad de todo el plan; al Vaticano Megaron las voces de alarma, contra el proyecto, del embajador espafiol en Londres, duque de Frias, pero ni una sola silaba del ver- boso y fantdstico representante de la Gran Colombia}. Entre tanto la idea tomaba cuerpo y legaba a realizarse en el extremo sur del continente. El supremo director chileno O'Higgins, de acuerdo con el Senado, decidia el 19 de octubre de 1821 que el arcediano don Ignacio Cienfuegos se dirigieso directamente a Roma para conseguir de Pio VIT la organi- zacién de la Iglesia de Chile, y en especial para pedirle un nuncio apostélico, cuya dignidad recayase en un ciudadano de esta Reptblica o en el que su santidad quisiese mandar. Como Cienfuegos, con mejor acuerdo que Zea, no llevaba otro encargo que su misién eclesidstica, Iegé sin graves tropiezos a Roma, y por cierto en momentos favorables para su gestién, La politica antipontificia de los progrosistas espaficles libré al gran cardenal Consalvi de los extremos miramientos que siempre guard6é con los gobieraos absolutistas de Madrid afoc- tos a la Santa Sede, déndole la oportunidad de realizar los seculares deseos de los papas de lograr un contacto inmediato Lo que decinos on el artfoulo citado en nota 1, no quita que en ocasiones surgiera of deseo de Ja Delegacién apostélica on lw antigua América, El P.M. Cunvas, Los primeroa panamericanistas, 349-342, ha expuesto reciontemento um bello ejemplo, inesperado por venir de dos eaciques indios, en un documento de 1653 que se halla en e} Ar- chivo vaticano. 18Todo este asunto Jo tenemos documentado on Accién (1925) 104-105. 1. PRECEDENTES HISPANOAMERICANOS 55 con las comarcas de América (1823). Sin embargo, procedié aun entonees con. escrupulosa delicadeza para con los derechos de la corona espaiiola, y asi monsefior Giovanni Muzi, escogido para el dificil puesto, no ilevé titulo de nuncio ni internuncio— que hubiera significado el reconocimiento de personalidad poli- ties, on el Estado ante el que se le acreditaba-—, sino el de vieario y delegado apostélico, aunque con amplisimos poderes para toda la América espafiola ™. La historia de la misién Muzi—ya bien célebre por haber ido de secretario en ella ef futuro Pio IX, candnigo Mastai-— adquiere valor continental y secular si se Ja encuadra en el marco de la emancipacién americana, y mis atin en el de la historia integral del Imperio espafiol de los Andes. No es de estas Iineas reproducir el capitulo que sobre episodio tan tras- cendental tenemos escrito en un libro préxitno a darse a la imprenta !; s6lo diremos que si en su breve duracién a lo largo del afio decisivo de 1824 la misién Muzi fue por el mo- mento un ruidoso fracaso en Buenos Aires y Chile, que desaté Jas m4s mordaces sétiras del liberalismo europeo y americano, fue no menos una experiencia fecunda para la Santa Sede, que no conocia hasta entonces por si misma el inquieto campo fermentado de las democracias espafiolas de América, Entre las maldiciones y caricaturas del Argos, el Correo del Arauco y la prensa liberal de Europa, hubo un gobernante que, con la gonoralidad do los catélicos de América, comprendié que la tiayectoria de monsefior Muzi por los Andes era surco de historia americana : fue el prepotente dictador Bolivar, que coronaba entonces en Ayacucho su obra, No se ha apreciado atin suficientemente lo que en este respecto significan su carta al vicario apostélico de 21 de setiembre de 1824, pidiéndole el entablar con él negociaciones para dar solidez a las Iglesias del Pert 1*, y, sobre todo, las instancias que hizo por detenerle en América y levarle a Trujillo, cuando ta conducta del libe- Gf, ibid., 179-210, donde so hallerd la prucba documental do todo. Antes que Cienfuegos, propugné en Roma el envio de un dele- gado papal a América el argentino fray Pedro Pacheco, pero no hace- mos mencién de él porque no tuvo cardeter oficial. 18 Puede consultarse entre tanto Laroata, Eneyklika (1926) 254- 270 [y ahora, BSSHA, TI, 183-226, y Lmacra-Baniton: | WE] oficio de Bolfvar y la respuesta de Muzi se hallan reprodu- cidos en Strva, VI, 96-99. Bolivar mismo transmitié copias al obispo Lasso de la Voga y a los domuis prolados de Colombia para que se conocieran sus deseos de contacto con Roma. 56 AP, TI], LA PRIMERA NUNCIATURA EN AMERICA ralismo, y en parte la cortedad del mismo vicario, le obliga- ron a abandonar, a principios del 1825, el continente +”. Sea, Jo que fuere de las creencias personales de Bolivar, como poli- tico y diplomatico supo apreciar lo que el contacto con la Santa Sede significaba para las jévenes nacionalidades, y en el caso de monsefior Muzi juzg6 certeramente que Ja retirade, del representante pontificio en aquellas circunstancias era una herida abierta en el prestigio hispanoamericano. Los hechos le dieron la razén. El fracaso de la misién Muzi presté desde luego armas contra los nuevos Estados al embajador espafiol en Roma, Curtoys, y @ sus colegas de la Santa Alianza. Al Degar Muzi a Roma escribia el representante de Espafia : 4Monsefior Muzi ha regresado de su destino por no haberso podido componer ui hallar medios de entablar ninguna, autoridad eclesiéstics en un punto que se halla enteramente on revolucién ; y, tan conveneido do Ia inutilidad de su permanencia como de la infractnosidad de los pasos que ha dado para el bien de Ja religién, ha vuelto @ esta corte sin haber practicado cosa alguna. Este re- greso, en lugar de perjudicar a la causa de Expafia, creo firmemente Je haré bien, ya que citaré perpetuamente este ejemplo, caso que se tratase de entablar alguna negoviacién de las provineias reboldes de América »3, Y como Curtoys y la Santa Alianza, juzgaban no sélo el nuncio en Madrid, monseiior Giustiniani, eunyo duro fallo sobre aquel fracaso tenemos publicado en esta revista, sino la mis- ma Secretaria de Estado del Vaticano, Mostrése en un episodio capital para nuestro intento. Mien- tras la misién Muzi fracasaba en Chile y Argentina, reaparecia al norte con mds fuerza el acercamiento a Roma de la Gran Colombia, mediante el contacto epistolar con el papa de los obispos de Mérida y Popayén, ganados por Bolivar, y Ja mi- sidn oficial encargada en 1824 a don Ignacio Tejada, En la idea del acercamiento entraba, al menos en parte, el antiguo plan de la Nunciatura, confiado en 1821 a Zea?*, De aqui que 17 Sasanses, TV, 190-194, 16 ABER, 919, cuadorno 8, despacho 111, a Madrid, do agosto 1825. we Lmrunia, Odlebre enclelica (1926) 46 [y supra, 30-47, ap. 1.1 20 Tnsistié sobre todo on ella el obispo espaiiol de Popayén, mon- sefior Jiménez de Eneiso, Cf Accidn (1925) 253-257 [y RSSHA, TI, 169]. 2, LA NUNCIATURA DE Rio DE JANEIRO 37 en la primera visita que hizo Tejada al nuevo eardenal secre- tario de Estado, Della Somaglia, dio éste en noviembre de 1824 algunas esperanzas de enviar un dolegado a Colombia, como se habia enviado a Chile™, Pero después de las expe- riencias de monsefior Muzi, las cosas cambiaron : la Congre- gacién de negocios eclesidsticos extraordinarios determinaba el 2 de marzo de 1825 que no convenia una nueva delegacién a la América espafiola®, y Della Somaglia eseribia el 30 de agosto al nuncio en Madrid que la Santa Sede estaba ajeuisima de repetir una experiencia como la hecha con la misién a Chile 8, El contacto de las reptiblicas con Roma, y mas atin Ja influencia directa de. ésta en. aquéllas, quedaron asi de 1825 a 1828 verdaderamente comprometidas. Es verdad que las ne- cosidades espirituales do aquellas Iglesias y, sobre todo, la pericia de Tejada, agente de Bolivar eu Roma, lograron en 21 de mayo de 1827 la proconizacién, a espaldas del Patronato Regio, de nuevos arzobispos en Bogoté y Caracas, de los obis- pos de, Quito, Santa Marta, Cuenca y Antioquia, y del vicario apostdlico de Charcas; pero ni la medida rebasdé las tierras de influencia boliv[arliana, ni pudo repetirse en las demds repiblicas por la oposicién do Espafia y In Santa Alianza, ni facilité las negociaciones para el trasplante de la Nuneiatura a América. No sdlo se oponian a ella los recelos de algunas reptblicas, como Chile y Argentina, y el veto rotundo de Fer- nando VII, sino que Ja misma Santa Sede temia comprometer de nuevo el prestigo de su autoridad embarcdndose en los mares movedizos de las nacientes democracias™. 2 Este es el momento en que la Congregacién de negocios eclesidsticos extraordinarios determind Uegar por un rodeo a Ja meta, disfrazando la Delegacién pontificia para la América espaficla en otra Nunciatura, que, oportunisimamente, se abrid "%Toxto de Tejada en Capmna, 327. [Cf RSSHA, IL, 227-240.] ® ASV, Segrotoria di Stato, 281, 1814-1821 [infra, 283-206]. # in ol mismo legajo, despacho 7516 al nuncio en Madrid. 44 Documentamos estas afirmaciones eon material del Vaticano y la Embajada, ospafola en Roma, en cl libro antes entnciado [y en RSSHA, II, 291-301]. 58 AP. [I, LA PRIMERA NUNCIATURA EN AMERICA el 1829 en el Brasil, y quo fue en realidad la primera Nun- ciatura propiamonte dicha en América. Fl hecho merece al- guna oxplieacién, por sor casi desconovido en las repiblicas de los Andes. Cuando en noviembre de 1807 emigraron de Lisboa al Brasil el regente de Portugal, Juan VI, y su corte, hubo de seguirle, si bien lentamente, el nuncio apostdlice en Lisboa, monsefior Caleppi®, quien permanecié en Rio de Janeiro hasta st muerte repentina, hecho ya cardenal, el 9 de enero de 181725, Sucedidle en el mismo puesto monsefior Maresfoschi, legado a Rio de Janeiro el 17 de octubre de 1817, y muerto tambien repentinamente el 17 de setiembre de 182027, Como el 26 de abril del afio siguiente se reembared Juan VI a Por- tugal, no hubo raz6n de dar sucesor a Maresfoschi, puos tanto él como Caleppi habian sido nuncios ante el monarca portu- gués, no ante un Gobierno auténomo del Brasil. Sin embargo, Rio de Janeiro se habia acostumbrado a con- siderar al representante del papa como parte de la corte, y cuando en los fecundos afios de 1822 a 1825 se vio transfor- mado on capital de un Imperio, no sdlo independiente de Lis- boa, sino reconoeido oficialmente como tal por Ja antigua me- trépoli, le nacidé facilmente la idea de la Nunciatura, y no fue diffcit conseguirla del Vaticano, pues ni por parte de la Santa Alianza ni de la forma de gobierno del nuevo Estado tropezé éste con los inconvenientes que hemos conocido en la América espafiola. De este modo pudo mandarse en 1829 al nuncio en Suiza, monsofior Pietro Ostini, arzobispo de Tarso, que se tras- ladase al Brasil como primer nuncio ante el Imperio indepen- diente?*. Llegado a Rio de Janeiro en ta corbeta francesa Hmu- lation, escribié su primera carta a Roma el 12 de junio de 18302°, Acompafiabale como auditor Scipione Domenico Fab- brini, personaje que, como veremos, Ilegé a ser de gran im- portancia para la América espafiola. 28 Los hechos los refiere el mismo Galeppi a Pio VIL, en un largo despacho de 10 de mayo de 1814, al Jograr ponorse on comunicacién con Roma, después de sois aiios de completo aislamiento. Esté en Bra- sil I y lova ol titulo: 10 maggio 1814. Prima relazione delle cose oc- corse nella Nunciatura det Brasile. 36 Ibid, despacho del auditor a Roma, de 19 abril 1817. 37 Brasil IL: 1821, Brasile Nunzio. 28}n Brasil IT s0 ancuentza un paquetito de cuentas relatives a este asunto con el tftulo: Si riassumone ¢ varii biglieiti ¢ lettere rela~ tivi agli averi del nuovo munzio del Brasile. 29 Brasil IZ, niin. 54, reg. 69890. 2. LA NUNCIATURA DE RIO DE JANEIRO: 59 Pues bien, antes de que Ostini marchara a su destino, la Secretaria de Estado del Vaticano deliberd maduramente, en sesién expreaa de la Congregacién de negocios eclesidsticos extraordinarios, sobre el modo de aprovechar la Nunciatura en el Brasil en favor de las reptblicas de habla espaiiola *. Recordése que también a monsefior Muzi, enviado propia- mente para Chile, se le habian dado en 1823 amplias facul- tades para los otros Gobiernos, y que lag necosidades eclesids- ticas eran ahora tan grandes o mayores que las de entonces, pues aunque algunos paises habian ya recibido obispos y se mostraban més afectos a la Iglesia, otros, y en especial Buenos Aires, se hallaban en la misma triste situacién, y aun peor, que en 1824, cuando el fracaso de Muzi. Seguiase de aqui, por un lado, la urgente necesidad para la Santa Sede de buscar el remedio, y, por otro, la dificultad de lograrlo a través de Ja, Nunciatura del Brasil ; si los celos y recelos entre las repa- blicas exclufan que so obedeciera en cualquiera de ellas una autoridad eclesidstion que residiera en la otra, 4 qué no seria tratandose de un Imperio, y ése tan mal mirado por los repu- blicanos de la América espafiola como el Brasil ? Juntébase Ja oposicién que pondria el Gabinete de Madrid a una Dele- gacién para las antiguas colonias en ol nuncio de Rio de Janeiro, Sin embargo, la necesidad era tan urgente, que se convino en dar esa comisién al nuncio, aunque con todas las deferen- cias para con Hispafia que se habjan usado en el caso de mon- sefior Muzi, y guarddndose secreta la Delegacién, tanto para que no disgustase a los gobiernos de las repiblicas, como para evitar que, persvadido el Brasil de la inherencia de aquellos poderes en su Nunciatura, pusiese en ella un intento de cente- lleo imperialists, sobre las Iglesias todas del Continente ... Se recaleé, finalmente, al nuncio que procurase conservar y au- mentar el recurso directo a la Santa Sede que antes so hacia por conducto de la Embajada espafiola en Roma, y que fuese informa[n Jdo del estado del inquieto mundo hispanoameri- cano™, Ademas de las instrucciones dadas a Ostini en Roma en 3® Las actas se hallan en ASV, Segreteria di Stato, 281, 1826-1850, y llevan el titulo: Osservazioni sull'elenco delle jacolta straordinarie acor date dalla S. Seclé pet Chile ed altre Colonie spagnole, per Papplicazione da farsene al nuncio del Brasile. No leva fecha, pero orcomos es del vorano de 1829. *En Coumman, 383; 21 julio 1829.* 31No homos hocho sino extractar las actas citadas. 60 AP, Il, LA PRIMERA NUNCIATURA EN AMERICA este sentido, se le confirmé exprosamente la delegacién, sobre todo para Buenos Aires, en despacho del 16 de febrero de 1820 9, En carta de 12 de junio de 1880 al cardenal secretarico de Estado, comunicaba el nuncio las impresiones de su pri- mera entrevista con el emperador Pedro I y su ministro de relaciones exteriores. Preguntdronle si la Santa Sede enviaria también un nuncio a la América espafiola, y contestando que las cirounstancias no lo permitsan y en cambio tenfa él oncargo de récoger informes y aun poderes para tomar las medidas necesarias, mostraron gran satisfaccién de que se pudiese pro- veer desde su corte a Jas tierras de la majestad espafiola. Afia- dia el nuncio que, segin persuasién comin de los diplomaticos acreditados en Rio de Janeiro, no tardaria en prevalecer la thonarqnia sobre la forma republicana en toda América *, _ Asegurada asi una base estable en Rio de Janeiro™, comenzd Ostini ‘a regularizar su correspondenoia con la Santa Sede y los Estados hispanoamericanos, La comunicacién con Roma qued6 asegurada por la via de la Nunciatura de Paris, gracias. a la regularidad de los barcos ingleses* ; en cambio, la comu- nicacién con los paises hispanos resulté mds dificil. Ya el 3 de julio comunicaba Ostini a Roma que el con- tacto con México y Centroamérica, era dificilisimo; aun de varias republicas del sur sabian en Rio de Janeiro las noticias antes por los periddicos de Londres y Paris, y para comu- nicarse con los arzobispos de Bogoté y Caracas se habia resuelto a escribir al obispo de Nueva York, monsefior Dubois ; antes de cuatro o cinco meses no esperaba tener respuesta®?. Un. TE PSS 8 Brasil IT, mim, 61980. 8 Brasil IT, despacho 54, reg. 69980. --La curia tuvo por muy lau- dables esos deseos de los diplomaticos, pero temiende no perruitiera realivarlos Ia grave situacién de Europa. Ibid., reg. 70080. ** El temor de no encontrar terreno sdlido on Rio de Janeiro habia hecho sufrir al nuncio en el viaje, como se ve on su despacho 34, veg. 61006, de 12 de enero 1830. Brasil IZ. 35Fue la via indicada por la misma Secretarfa de Estado el 5 oc- tubre 1830, Brasil IT, reg. 68045.—Do aqui la importancia de la nun- ciatura de Parfs para América en toda esta época. 8° Brasil I, dexpacho 66, reg. 70085, a In euria, de 8 julio 1880. *7 Thid., desp, 68, reg, 70814, a la curia, de 19 julio 1830. 3, LOS ASUNTOS DE HISPANOAMMRICA 61 mes mis tarde, aun do esa via desconfiaba, por no ser regu- Jares los bareos entre Nueva York y los puertos mexicanos y colombianos, y aconsejaba consiguientemente que se pusiera la Delegacién para cellos en Paris o Londres**, En octubre ex- tendia ese consejo aun para Chile y Argentina; en el caso que no se aceptase est solucién, afiadia estas palabras, quo han de tenerse- presentes para entender ulteriores medidas del Va- ticano: «El tnico camino para que un nuncio en América pueda ser Util a las antiguas colonias espafiolas, seria fijarla en el centro del continente, por ejemplo, en Colombia; sdlo entonces tendria comunicaciones faciles por mar y tierra con los paises del norte y también con los del sur 5%, Mientras llegaba respuesta, Ostini y su auditor Fabbrini se ocuparon diligentemento en procurar el deseado empalme, no directamente con los gobiernos, pero si con los obispos de Ja América espafiola. El resultado, como era de esperar, fue muy vario, y puede recapitulerse muy bien en cuatro grupos de comarcas o Estados. Hubo regiones que nunca contestaron, pero no por la difi- cultad de comunicaciones : asi la isla de Puerto Rico, a la que, por estar en poder de Espafia, no debia haberse dirigido el nuncio, como expresamente se le avisé mas tarde del Vati- cano 1°; y asi también el Paraguay, adonde se enviaron por tres veoes los pliegos pontificios, sin que lograran sacar a los elérigos del doctor Francia del aislamiento absoluto de América, y Europa en que el austero dictador conservé por tantos afios aquella. regién 4, Un ‘segundo grupo de reptiblicas dejaron de contestar por la dificultad de las comunicaciones : fue el caso de México— sobre el que, lojos de informar Ostini, hubo de ser informado desde Roma ® —y el de Bogoté, cuyo arzobispo, monsefior Caycedo, contesté efectivamente, aunque con enorme retraso : a la carta de Ostini de 21 de julio de 1830, respondié el 24 de febrero de 1831, y esa carta Hegé a Rio de Janeiro el 3 de % Brasil I, desp. 76, vog. 71765, do 7 agosto 1830, % Brasil Lf, desp, 107, reg, 72678, de 24 octubre 1880, 4° Cf. Brasil IT, n. 166, reg. 13049, de 23 julio 1830, y respuesta 257, do 6 setiembre 1832. 41 Sobre esto hay pormenores curiosog en el despacho 687 de mon- sofior Fabbrini, de 18 sotiombre 1838, on ASV, Segreteria di Stato, 261, 1838-1843, “Como se yo on ol largo despacho de la curia, 71765, a Ostini, de 11 do diciembre de 1830. Brasil IZ. 62 AP. TIT, UA PRIMERA NUNCIATURA EN AMERICA setieombre de ese afio *. Basta este rasgo para probar que las tierras colocadas por encima de los trépicos, quedaban forzosa- mente fuera del radio de accién de la Nunciatura. El tercer grupo lo formaron el Alto y Bajo Pera. Al prin- cipio el contacto con las Iglesias de estas regiones fue casi tan dificil como el de Bogoté, y asi hasta octubre de 1831 no so conocen en Rio de Janeiro jas respuestas de los obisposde Cuzco y Arequipa“, y sdlo cl 15 do diciembre de 1832 0 romiten de la Nunciatura a Roma, los informes de los prelados de La Paz, Charcas y Santa Cruz de la Sierra“; pero a partir de esas fechas Ja correspondencia se hace densa y transcendental, jnterviene en ella el presidente de Bolivia, Santa Cruz, y, como pronto hemos de mostrarlo en otro estudio, va condensindose alrededor de los planes imperialistas de Bolivia el proyecto de una nueva Nunciatura directa, con irradiaciones en las de- mas repéblicas 4%, Pero es claro que los Estados que m4s de cerca habian de sentir los benoficios de la Delegacién pontificia, formando ol cuarto més inmediato niicleo de naciones, habian de ser la Confederacién Argentina, Chile y el Uruguay. Fue el ministro de la Argentina en Rio de Janeiro, don To- mas Guido, el primero en buscar al nuncio, como: consta por oficio de éste de 10 de junio de 183047. De sus gestiones nacié que no sdélo se pusiera en comunicacién con Ostini nnonsefior Mariano Medrano, vicario apostélico y muy pronto primer obispo republicano de Buenos Aires, sino quo viniera a Rio de Janeiro a recibir la [consacracién ] episcopal de mano del nun- cio 48, Resulté todavia de mayor transcendencia para el por- venir, que acompafiase al obispo su secretario don Mariano Escalada, més tarde primer arzobispo de Buenos Aires, joven entonces de treinta afios, que desde el primer momento despertd Ja admiracién y las recomendaciones de Ostini y Fabbrini **. © Ast exprosamente. en desp. 178, reg. 13895, de 20 setiombre 1881. Thid. ‘Tpid., desp. 184, reg. 16000, de 14 octubre 1833. 1 Brasil IEP, desp. 288, reg. 4469, do 15 diciembre 1882. 43 Yo on el citado dospacho 283 'se habla de las buenas disposi- ciones de Santa Cruz. La curia, on st respuesta 4469, de 18 de julio 1833, se alogra de ello, Brasil IZZ.— [BI articulo aludido en el texto no legd nunca a osoribirse; véase supra, 52 nota 5} «Brasil T, desp. 55, reg. 69801, a la enria, de 12 junio 1830. 48 Brasil IT, desp. 77, reg. 71776, de 7 de agosto 1830, junto con varios documentos adjuntos. , . 40 Thid., desp. 91, reg. 72102, & la curia, de 12 setiembre 1880. 3, LOS ASUNTOS DE HISPANOAMERICA 63 Desde entonces Medrano y, més atin, Uscalada, estuvieron en constante intercambio epistolar con la Nunciatura, promovien- do, ademas, la correspondencia do los. restantes. obispos de la Confederacién, y aun el contacto con el gobierno del general Rosas, a quien ya en sus primeros informes llama Ostini fer- voroso catdlico, que ha prometido favorecer en todo @ mon- sefior Medrano ®, y de quien escribia el obispo a Ostini a 13 de diciembre de 1831: « Ojali se digne vuestra excelencia re- mitir alguna comunicacién a nuestro Gobierno, para que se arreglen asi de mutuo acuerdo con mayor facilidad os nego- cios roligiosos. EI gobernador Rosas lo desea y ansia con ver- dadera avidez >". No hemos de entrar en més detalles, que no pertenecen a este articulo, pero llamamos una vez mas la aten- cién de los historiadores del Plata hacia el rico filén de his- toria patria, no explotado todavia, en cuanto sepamos, que encierra la Nunciatura del Brasil para el decenio 1830-1840 5, Aunque no tan regular ni oficial, fue también muy impor- tante la correspondencia con Chile. No ciertamente con el vi- cario apostélico, luego obispo do la Concepeién, monsefior Igna- cio Cienfuegos, el antiguo embajador de Chile en Roma, el enal se mantuvo en hosco alejamiento de la Nunciatura y el Vaticano ®, pero si, y muy intimo, con el gran obispo de San- tiago, y luego su primer arzobispo, monsofior Manuel Vicuiia, que, en el conjunto de su correspondencia, nos produce la impresién del mas sensato y vertero de los obispos hispano- americanos de aquella época. Vicifia se comunicaba de antes con el Vaticano por medio de su antiguo amigo Sallusti, el » desp. 100, reg, 72527, de seb. 1830. [Cf Aventd y Nowak.) 5 « Gubornator Rozas hoc permaxime dosiderat avideque peroptats. Hn conta inclufda on desp. 122, sin registrar, de 18 diciembro 1880. id. % Como ejemplo puede servir la lista do candidatos para obispo coadjutor de monsefior Medrano, remitida por éste a Ostini, y tras- mitide por el nuncio a Roma, en desp. 101, tog. 72528, de 28° setiem- bre 1880. Eligendorum nota: José Reina, de 67 afios ; Dom. Caviedes, do 63; Fr. Silveira, de 52; Martin Bonoo, de 34; fray Buenaventura Hidalgo, de 45; fray Nicolés Agrasor, de 45; Dr. Mariano Escalada, do 30, «a quien conozeo y os dignisimo » (fue el escogido en Roma). Nota reficiendorum : Didacas Zavaleta, Valentin Gémoz, Jac. Figuoredo, Petrus Vidal, Bernardus Ocampo, Val. San Martin. Ibid. * Ast so ve por varias alusiones, preguntas y juicios de la curia, del nuncio y del obispo de Santiago, monsofior Vieufia. Véanse, por ejemplo, dosp. 624, ros. 65203, de Fabbrin! a le onria, de 31 junio i837, con sus documentos inclafdos, on ASV, Segreteria di Stato, 251, 1838- 1943 ; y on la respuesta 2618 do la curia, al nuncio en Madrid, de 1 mayo 1831, en ASV, Sogreteria di Stato, 279, 1830-1832. 64 AP, Yl. LA.PRIMERA NUNCIATURA EN AMBEBICA seoretario de la misién Muzi, y al principio pasé por la Nun- ciatura alguna carta suya @ él dirigida ™; pero—a instancias del obispo de Buenos: Aires, Medrano—comenzé sus informes directos a Ostini con el de 8 de febrero de 1831, que catisd gran satisfaccién en Rio de Janeiro y on Roma, Aunque los despachos de Vicuiia no son tan numerosos como los de Esca- lada, y lograron menos ol contacto directo del nuncio con el Gobierno chileno, descubren no pocas veces a plena luz la si- tnacién de squella Reptblica y el criterio de su Iglesia, tan decisive entre 1830 y 1840 en las contiendas del Pacifico °°. Mas delicada, pero no infecunda, fue la gestién de la Nun- ciatura respecto a la naciente repiblica del Uruguay, que pa- saba on 1830 por dias dificiles. En las primeras visitas del nun- cio al emporador, abogé ésto por la ereccién en Montevideo de wm obispado independiente del de Buenos Aires, afiadiéndole luego el. ministro de negocios extranjeros—y dejaba con esto traslucir su verdadero designio—que, aunque entonces auté- noma, aquella regién seria con el tiempo o del Brasil o de Buenos. Aires. El nuncio, por su parte, sin meterse en este problema politico, abogé por la ereceién de la catedral, pues en aquellas tierras dividir los obispados era atender a las al- mas. Por otra parte, seria éste un medio de obligar al empe- rador, y Espaiia no podria quojarse. Ei emperador veria con ‘buenos ojos gue el electo fuese don Pedro Alcantara Jiménez, que negociaba ya en Roma el asunto 57, Antes de que Ilegara contestacién del papa, pudo Ostini confirmar su parecer con el autorizadisimo de monsefior Medrano, vicario apostdlico en Buenos Aires, quien patrocinaba también la ereccién, pero afia- diondo no seria Jiménez bien recibido a fuer de espafiol ; pro- ponia al coadjutor del p&rroco de Montevideo, por nombre Barreiro *, Fl 12 de octubre de 1830 anunciaban do la Curia romana se habia accedido a la suplica, y se nombraria a. Jiménez viea- % Ostini Jo dice en desp. 123, de 13 diciembre 1830. Brasil IT. 86 Thid., desp. 188, reg, 15999, do 14 octubre 1831, y respuosta do la curia de’ 29 febrero 183: 3 Para Jos asuntos do Chile do 1829 a 1832, os fondo importante el de la nunciatura en Madrid, ASV, Segroteria di Stato, 279, 1880- 1882, porque se hallaba entonces on la corte el obispo de Santiago, monsefior Rodriguez. Zorzilla, Pero las noticias principales estén en Bro- sil IL, y las usaremos on ol préximo artfeulo (no publicado]. 87'podo ollo on Brasil IL, dosp. 56, a la curia, reg. 69892, de 8 junio 1830. StThid., desp. 99, a la curia, reg 72526, do 28 actiembro 1830. 3. LOS ASUNTOS DE HISPANOAMERICA 65 rio apostdlico *® ; pero para cuando Ostini recibié esta noticia, el conocimiento mas profundo de la situacién—adquirido por el intercambio epistolar con el ministro de relaciones exteriores de Montevideo, Juan Francisco Giré—le hizo escribir dos car- tas que marcan su actitud posterior : los limites de la nueva didécesis habian de ser exactamente los del Estado politico, re- tocando la bula caso de haberse extendido de otro modo ° ; y, por lo que hacia a Jiménez, no le recibirlan en Montevideo por ser espafiol y amigo del emporador del Brasil. Los uru- guayos habian acudido a. él suplicando se hiciese vicario més bien al pérroco don Démaso Larrafiaga, y aunquo les habia contestado carecia de poderes para ello, pero crela era la tmica solucién acoptable, tanto mas que le constaba que Larrafiaga era muy alabado por sus curas y también por monsefior Me- drano, y muy acepto al Gobierno “, La satistaccién producida en los politicos de Montevideo por esta actitud del nuncio la reflejé el vicepresidente al abrirse Ja Camara uruguaya el 20 de febrero de 1832, haciendo expre- samente mencién del recurso oficial y feliz que habia hecho al nuncio de la Sede Apostélica con residencia en Rio de Janeiro ®. Basta este croquis rapidisimo para evidenciar cudnto se fue acercando la Secretaria de Estado del Vaticano a la tea- lidad hispanoamericana, mediante la compulsacién mas viviente e inmediata del nuncio en Brasil. Si se deseara una prueba mas, bastaria recordar dos nuevos rasgos, ano politico, politico- religioso el otro. Al principio el nuncio, lo mismo que la Curia romana y la corte del Brasil, creyé que el ambiente de las antiguas pose- siones espafiolas soguia siondo propicio a Ia monarquia. Los informes directos y persuasivos de monsefior Medrano, el pri- mer obispo de Buenos Aires, le hicieron comenzar a pensar de otra manera ®, Por lo que hacia a la provisién de los obis- pados y a venoer on este punto las resistencias de Madrid y la Santa Alianza, el nuncio expuso machaconamente, como quien los palpaba de cerca, los gravisimos inconvenientes que % Thid., desp. 69892, de 12 octubre 1831. *° Cf. ibid., desp. 82, reg. 71700, de 30 3 i registrar, de 25 abril 1831, * ° nao 18305 ¥ TG Bn * Thid., desp. 160, a la euria, reg. 10049, de 8 julio 1831. tesa, ga Fabbrini en desp. 221, reg. 1409, p.e., de 31 marzo * Tbid., desp. 99, a la curia, reg. 72526, de 28 sotiembre, 1830. 5 -- Pepno pp Lervaua - IIL, 66 AP. ILL, LA PRIMERA NUNCIATURA EN AMERICA nacian de contentarse con nombrar vicarios apostdlicos para las diécesis vacantes, segin la férmula de transaccién excogi- tada on Roma de 1820 a 1831, Hn que Gregorio XVI se re- solviera este ultimo afio a nombrar obispos propictarios, tuvo parte eficaz la formula de monsefior Ostini del 9 de abril de 1831: «Veo que, por un pretexto o por otro, la solucién de vicarios apostélicos tropieza con grandes dificultades y obsta- culos, y conozco claramente y estoy convencido de que ol nom- bramiento de obispos diocesanos es el tmico camino para re- mediar los males que han afligido y afligen a estas Iglesias » %. Si antes de pasar adelante recogemos en una mirada pa- norémica’ todo lo expuesto, veremos con cuénta vaz6én avisaba Ostini ol 14 de octubre de 1831 a la Secretaria de Estado que desde el Brasil no era posible seguir otros negocios que los del Pert, Bolivia, Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile ; pero que éstos se iban centralizando ya en la Nunciatura, y por es0 no enviaria a Roma los originales de los documentos que recibia, sino copias ®, Hs decir: la misma experiencia que revelaba lo especulativo y utépico de una Nunciatura, brasilera que abareara desde el rio Negro a la Tierra del Fuego, pro- baba elocuentemente su eficacia y vitalidad inmediatas como central de noticias y foco de irradiacién papal para las repi- blicas hispanas colocadas al sur de la zona térrida. 4 Sin embargo, en aduel mismo afio de 1831 parecié por algim tiempo que, a pesar do sus floridos resultados, se venia abajo el arbol de la Nunciatura, Por no tocar directamente a nuestro tema, nada hemos dicho de ello, pero quien conozca la formidable crisis politica por la que pasé en 1831 el Brasil, no extrafiard que fueran ‘esos meses luctuosos para la vepresentacién pontificia. Las re- vueltas politicas que en abril de aquel afio levaron a la abdi- cacién del emperador Pedro I y a la formacién de una Regen- cia progrésista en la menor edad del emperador de seis afios, Pedro II, hicieron casi insostenible la posicién de monsefior *Tbid., desp. 141, a Ia curia, de 9 abril 1831. %6 Tpid., dosp. 183, reg. 15999. De aqui que, a partir de 1832, fal- ten en el ASV muchos originales, y 5610 haya copias o tradueciones. 4. LA DELEGAGION PARA SUDAMIICA 67 Jstini °°, Juntéronse @ Jas zozobras politicas la melancolia del nfermo, pues el nuncio, que temia ya de antes el clima ame- yicano 6’, se habia efectivamente encontrado muy mal de salud en Rio de Janeiro. Por efecto de todo ello, insté casi desde los comienzos por su relevo, recomendando se entregase el cargo provisionalmente su auditor Fabbrini, La Congregacién de negocios eclesids- -ticos extraordinarios retrasé, en su sesién del 11 de abril de 1831, los demas asuntos americanos, para ocuparse tmicamento en éste °*, La resolucién fue enérgicamente negativa, Ya los dos nuncios anteriores—Caleppi y Marefoschi— habian durado poco tiempo, con desprestigio de la Santa Sede ; y aunque no era légico culpar a ésta, pues ambos habian muerto en sus puestos, si era de temer se dijese enviaba a América gente enferma. Se miraria como poca estima de aquellos paises el que, nada més establecida, y con tantas dificultades, la Nun- ciatura, se Namara al nuncio, cuando empezaba a orientarse en la marcha de las cogas. No es verdad que fuera el puesto tan infructuoso, y menos tratdndose de tal nuncio, Fabbrini era demasiado joven, tenia mal ofdo y carecia de experiencia. Monsefior Vidigal, a quien se habia preguntado, opinaba que no era tan malo el estado de salud de Ostini, y que lo que Je aquejaba era el deseo prematuro de la purpura... Pasado el primer verano, se aclimataria mds ficilmente, y en tierras tan extensas no le faltaria variedad de climas en que repo- nerse. A pesar de tan rotunda repulsa, las perturbaciones de la abdicacién de abril y la politica antieclesidstica de la Regencia dieron nuevas y més dignas armas al nuncio, que acudié nue- vamente, y esta vez al papa Gregorio XVI directamente, con Ja misma stplica. El Gobierno no quiere reconocer en el nuncio comisién ni poderes eclesidsticos, y sdlo le admite como repre- sentante politico de los Estados Pontificios : os indecoroso en 55 Han de compararce Jos nutridos despachos do Ostini con las historias generales del Brasil de entonces, v. gr. con Hurrapo Auras, IT, 999-1002; y Orrvemma Lita, 215-236. 87 Se trashice en los primeros deapachos, y no estard mal recordar que fue Ostini, antes que Muzi, el primer designado para la del oién apostélica a Chilo do 1824; no fue a América por la oposicién de su familia, Cf. Saumusrr, T, 2. *° En Braeil I go ballon lag actas do la sosién colebrada oso dia sobre, el asunto por la Congregncién de negocios eclesidstions extraor- inarios. 68 AP, I, LA PRIMERA NUNCIATURA EN AMERICA estas condiciones a la Santa Sede mantener una Nunciatura, y bastarfa un simple encargado. Por lo que haco a la Amé- viea espafiola, vuelve a su antigua idea de que seria mejor un delegado apostdlico que residiese en Colombia o en otra repi- blica 6°. Esta vez obtuvo el arzobispo su pretensién, Obedeciendo érdenes del papa, se embared para Nipoles el 4 de febrero de 1832 7, desde donde pasé a Roma a informar en la Curia, principalmente sobre la América espafiola, pues su santidad hizo escribirle que «era del todo urgent el proveer aquellas regiones en los asuntos religiosos » 7. Poco después fue nom- brado Ostini nuncio en Viena. Por cierto que este nombra- miento produjo gran enojo en Bio de Janeiro, pues el ministro de Estado del Brasil, Benito da Silva, protests, en nota det 3 de octubre de 1832, de que no se hubiese hecho a Ostini eardenal, siondo como era la Nunciatura del Brasil de primera clase. No costé6 a Fabbrini poco trabajo el aplacarle, mos- trando que, aunque tuviera razén en el rango de la Nuncia- tura, pero el arzobispo de Tarso habia estado demasiado breve tiempo en su puesto, y él mismo habia pedido su relevo ® El episodio sirve at menos para aprociar el puntilloso celo con que velaba Rio de Janeiro por el esplendor de su Nunciatura. No obstante, la actitud poco condescendiente para con la Santa Sede de la Regencia hizo que durante diez afios no la proveyese de nuevo el papa, habiendo de llevar Fabbrini los negocios como mero encargado de la Santa Sede ™. No fue poco que en estas circunstancias pudiese conservarse en su puesto, y, sobre todo, que su actividad e influencia en la Amé- rica espafiola adquiriesen en la época 1832-1842 resonancias insospechadas, que forman un segundo periodo en nuestro te- ma, y exigen, por lo mismo, un segundo articulo. “9 Un extracto de estas propuestas so halla junto a las actas cita- das de dicha Congregacién. "Lo dico Fabbri en desp. 207, 20g, 914, p.0., do 8 febrero 1832, Brasil 11. 1 En contostacién, 991, p.¢., de 1a curia, de 8 mayo 1832, a Os- tini, Thid. - De 6ste hay varias cartas escritas desde Népoles, 777, 952, 901, ote. 1 Lo refiere todo en varios documentos Fabbrini, en. dosp. 272, reg. 3297, p.e., de 20 octubre 1832. Brasil IIL. ts Haste abril de 1841, en que, muerto ya Fabbrini, fue hecho nun- cio monsefior Campodonico, como se avisaba de la curia'a Rio de Janeiro el 8 abril do ose aio. Carta del card, Lambruschini a José Diaz de Craz Lima, on ASV, Segretoria di Stato, 25), 1838-1843, 4, LA DELEGACION PARA SUDAMERICA 69 En efecto, la Secretaria de Estado, tanto de Pio VIII como 9 su sucesor Gregorio XVI, papa amantisimo de la América espafiola, cayé muy pronto en la cuenta de lo beneficioso[s] que eran. para el Vaticano los informes venidos de Rio de Janeiro, y ya el 11 de diciembre de 1830 habia alabado el celo del nun- io por esta causa 4, y pedido en 1831 otros nuevos %. De ‘aqui quo, al Hamar a Ostini a Roma, Gregorio XVI confirms al encargado Fabbrini, a 28 de diciembre de 1831, las facul- les que se habian otorgado a su antecesor para las repiiblicas ispanas 7°, afiadiendo a 29 de febrero de 1832 que, aunque in hacer uso de la denominacién formal de delegado para aquellas regiones, podia con cautela ir dando a conocer en ellas las facultades de que estaba investido 77, Una limitacién se puso, con todo, a sus poderes, como fruto de las pasadas experiencias : la Delegacién no habia de comprender ni México ni las reptblicas de la antigua Gran Colombia 7*, sino cefiirse a Argentina y Chile, » Uruguay y = Paraguay, al Alto y Bajo Pera, Més atm, se avisé a Fabbri que el Santo Padre habia nombrado visitador y vicario apos- t6lico—con facultades extraordinarias para su didcesis de Are- quipa, y, en lo que concemfa a los religiosos, para todo el Peri—al benemérito obispo monsefior Sebastién Goyeneche, hermano del primer conde de Guaqui, residente en Madrid 7. Parece que estas decisiones requerian, para su corona- miento, la fundacién para las repiblicas de las Antillas de aquella Delegacién en Bogoté, tantag veces propuesta por Osti- ni. Para entender el silencio de Roma sobre este punto, re- cuérdese que el prestigio de la Gran Colombia habia pasado, ¥ que el fraccionamiento de la obra de Bolivar habia dejado cesante en Roma a su antiguo representante ante la Santa Sede, don Ignacio Tejada, que sdlo el 17 de setiembre de 1883 pudo presentar sus nuevas modestas credenciales de embaja- dor, ante el papa, de la Nueva Granada °°, % Brasil IL, resp. 71708. % Thid., resp. 18899, de 29 febrero 1832. 7 Tid, re n, 204, de 28 onero 1832. 1 Thid,, resp, 13895, al’ 178. 8 Asi en ol despacho de 28 enero 1832, ya citado, y se repite otras veces, v. gr, on rogp. al desp. 203, ote. ibid. 7 Thid., resp, al desp, 248, de 2 agosto 1832, 8° Hablaremos de ollo en otro estudio al presontar las actas de Ja interesantisima sesién, n, 164, que tuvo on octubre de 1835 Ia Con- 0 AP, TIL, LA PRIMRRA NUNCIACURA EN AMERICA Por algin tiempo se pensé en atender Ia insinuacién de Ostini de poner la Delegacién en Londres ®, supliendo asi su defecto en Bogot&; pero al fin no prevalecié ese plan. A pesar de estas restricciones, el desenvolvimiento histérico seguia su camino, y las Iineas se precisaban cada vez més. La enorme y desarticulada extensién geografica, la parcelacién politica de tantos Estados soberanos, y la dificultad de comu- nicaciones por mar y tierra, habian puesto para siempre de manifiesto la imposibilidad de una sola Nunciatura para toda la América espafiola, Se esbozaban dos centros de dinamismo que, con ol tiempo, habian de desplegarse on los miiltiples de las modernas nunciaturas : uno para las repiblicas antillanas, con centro en Bogotdé ; otro para las democracias del Pacifico y del Plata, que por ontonces seguirfa embozado en la corte imperial del Brasil. Estudiar la génesis y vicisitudes de esos dos centros en el inquieto periodo 1832-1840 formard el objetivo de un se- gundo extracto de citas del Archivo vaticano®. Una vez mds serd. Rio de Janeiro nuestro arsenal y guia. Una vez mas resona- rin confundidos los nombres portugueses y espaficles, como en las heroicas edades en que bajo el pabellén espafiol enla- zaba Magallanes los dos océanos capitaneando naves vasco- andaluzas, gregacién de Nogocios colosidsticos extraordinarios. Se hallan on ASV, Segreteria di Stato, 279, 1820-1839.— [Infra, 2906s. ap, vim] % Brasil IZ, resp. al desp. 126, de 2 julio 1881. ®f¥a homos advertido supra, 62 nota 5, que ose articulo no He- go a pubblicarse, Véase Corman, y RSSHA, II, 875-424.)

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