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introduccién LaPazes una actitud, una decision per sonal y social. Es un ejercicio permanen- te de justicia, convivencia y respeto por lotro, en la cual la solucién de las dife- + rencias se consigue a través del dialogo © la concertacién, y no con la elimina- cién del contrario 0 con la negacién de la diferencia. En Colombia, la mayor e inaplazable tarea de desarrollo es la con- © crecién de la paz, incluyendo todas las { fuerzas e intereses divergentes, si que- remos un progreso sostenible y un pais viable. Una de las dimensiones de la paz es la paz. Ambiental, La Paz sostenible esrentable econémica, social y ambien- talmente. Se propone aqui que el verdadero desarrollo, es el aumento del capital social de una nacién, y es ante todo un proceso cualitativo, ~ con expresiones cuan- titativas - propio de cada nacién o regién, que con- siste en el aumento de lacapacidady de lahabilidad de una sociedad en su conjunto para identificar, dis- cutir, concertar y gestionar las soluciones mas efica- ces y eficientes social, econdmica y ambientalmente (© enotro sentido, alos menores costos sociales, eco- némicos y ecol6gicos), a los problemas y retos que se le presentan con el paso del tiempo, haciendo uso ptimo de su riqueza cultural y natural, bajo los ob- Jetivos de una mejor calidad de 1a vida individual, una mayor satisfaccién y equidad social, y una ma- yor perdurabilidad de la base natural, en un horizon te de tiempo que incluya varias generaciones hacia el futuro. La composicién y dindmica del capital so- cial (que se compone a sti vez de capital humano, capital natural, capital artificial y capital civico e institucional y de las interacciones entre estos cuatro capitales) que haya sido determinada por una socic~ dad se convierte en los que los cientificos sociales denominarfan como lacultura. Al respecto cabe ano- tar que el término capital ha sido monopolizado por Jos economistas para denominar al capizal artificial, Capital social para la paz sostenible “+s Por: Carlos H, Fonseca Zitrate sea este representado en dinero, construcciones, bie- nes, méquinas 0 servicios producidos, de ahi que se crea que lo dems carece de valor. La fébula del rey ‘Midas, que todo lo que tocaba se convertfa en oro y que acabé implorando’por elementos fundamentales como el agua 0 la vegetaci sélo lo artificial tiene valor. mn nos recuerda que no La racionalidad econémica predominante a nivel mundial, dictada prineipalmente por la ley del mer- cado y de la competencia comercial, en la cual la minimizacién de los costos internos de las firmas privadas y maximizacién de su lucro o capital artifi- cial privado en el més corto plazo posible rige las decisiones mayores, no logra por sf sola ni el Sptimo social ni la sostenibilidad en el largo plazo, aunque cconstituye un elemento real, que caracteriza alos sec- tores més determinantes actualmente de la dialéctica dingmica del desarrollo. Para lograr el verdadero de- sarrollo se requiere una racionalidad més compleja, en la cual los paradigmas de la diversidad cultural y natural, el papel eficaz del estado, la tolerancia, la cconcertacién con otras visiones y expectativas socia- les, la sinergia y la simbiosis (en contraposicién o en complementariedad con la seleccién y competencia), y Ia activa participacién del resto de la sociedad civil entren en juego para producir un nuevo dptimo socioambiental. El resultado debe ser un aumento del capital social, que es el conjunto e interaccién arménica de cuatro capitales, sin los cuales la socie- dad no es viable ni se construye cultura: El capital humano, que representa al individuo, su ética perso- nal y su preparacién; El capital natural, representa- do en nuestra biodiversidad, calidad ambiental y re- cursos naturales; el capital artificial, que significa todo aquello construido por el ingenio y la mano humana, y el capital Civico ¢ Institucional, que es la capacidad de organizacién colectiva, de la sociedad civil y del estado, para garantizar que la relacién y la evolucién de los otros tres capitales sea arménica y coherente. La sociedad se hace sostenible y mantie~ ne su propia paz si logra y mantiene vigente un ba- ance adecuado entre los cuatro capitales que lo con- forman en el largo plazo, o si cualquier modificacién de este balance responde a una decisién social com- partida. La dimensi6n ambiental, que se encarga de estudiar larelacién entre los ecosistemas y la sociedad huma- na, es el examen de las interacciones entre el capital natural y los otros tres capitales. A medida que se avanza en su entendimiento, se comprende cada vez, ms la urgente necesidad de cambiar las relaciones entre la sociedad para garantizar la sostenibilidad cultural y de los ecosistemas. Por ello, en esta época en la cual predomina la visi6n del mercado y la libre empresa, es nuestro deber proponer altemativas que dentro de la paz conjuguen los beneficios de la competitividad y la eficiencia empresarial privada con Ja ampliacién de las oportunidades de bienestar co- lectivo. Se trata de alcanzar una participacién mas amplia en el creacién de la riqueza material con es- ‘quemas que garanticen la calidad ambiental y la con- solidacién cultural, tales como el de laprivatizacién social ocapitalismo social, en las cuales los usuarios son accionistas de los servicios puiblicos, y los recicladores son socios de las empresas de aseo y reciclaje. Es decir, aumentando el capital social en sti conjunto y no s6lo el capital artificial privado. Uno de los retos més urgentes que tenemos es el de generar recursos de crédito (banco verde) para la microempresa y la pequefia empresa en las dreas de proteccién ambiental, tales como el reciclaje, 1a reutilizaci6n y el ahorro, en las cuales el pais ha de- ‘mostrado un inmenso potencial. Desde la perspectiva ambiental, se requieren por lo ‘menos las siguientes tareas en Colombia, todas ellas complejas, con acciones a corto plazo y en una pers- pectiva de mediano plazo: Territorios biodiversos para la paz de la pobla- cin: Ante la lucha territorial violenta, los cultivos, ilicitos y la ganaderfa extensiva, debemos explorar altemativas productivas basadas en la biodiversidad y concertadas localmente para cada regién Colom- biana, aprendiendo de las experiencias valiosas que se vienen desarrollando. Igualmente, debemos tener la perspectiva de exportar productos alternativos y servicios de captura de diéxido de carbono en los bosques, en concertacién’con los grupos alzados en armas, como salida a los cultivos ilicitos. Paz energética: En la perspectiva de una sociedad eficiente energéticamente, en transicién hacia el uso 10 de energfas renovables, y consciente de las impli- caciones ambientales de la energfa f6sil, requerimos un examen de la politica energética nacional para buscarla agregacién de valor nivel del pats, de nues- tros recursos naturales, del petréleo y del carbén. Debemos adelantarnos con la proposicién del perré- leo verde y carbén verde, incorporando acciones de reduccién de gases de efecto invemadero como pa te del precio de exportacién, Ciudaides humanas y sostenibles: La violencia ur- banae intrafamiliar es también un reto profundo. Las ciudades deben permitir nuevas formas empresaria- les de servicios ptiblicos, en las cuales los usuarios y losrecicladores participen como accionistas 0 socios, para lograr la privatizacién social. El ordenamiento territorial y urbano, incorporando realmente la dimen- sign ambiental participativa y la eficiencia funcio- nal, son tareas inaplazables. Ladimensién internacional se refiere alos retos de negociar los aspectos de la biodiversidad y el apoyo a los programas alternativos, comprometiendo espeefficamente a los pafses consumidores de nareé- ticos y de energia fsil en un frente comin que viabilize los caminos alternativos. Las ONG nacio- nales deben trabajar con las ONG intemacionales en la tarea de sensibilizar y comprometer ala sociedad civil de esos pafses. Un Sistema Nacional Ambiental para la paz que ante las dificultades presupuestales aumente su efi- cacia mediante el trabajo con los demas sectores, demostrando que a inversién y gestién ambiental son importantes, rentables y oportunas ante un mur do cada vez més consciente de la dimensi6n ambier tal: el ordenamiento ambiental del territorio y la el: boraciGn de politicas intersectoriales realmente sos- tenibles son retos a corto plazo, El SINA requiere reflexionar sobre su organizacién para grantizar que Jas demandas ambientales coincidan con los recur- 0s regionales para atenderlas; en dicho andlisis, de- ben entrar en consideraci6n fuentes como las rega- Ifas y los presupuestos sectoriales y territoriales Finalmente, debemos comprometemnos, ofrecer, tra- bajar y exigir nuestra presencia, y la de la sociedad civil que se preocupa y aboga por la dimensién am- biental, tanto en la conduccién del SINA como en la construccién de la paz y por ello debemos garantizar que la naturaleza y las generaciones por venir tengan otra voz de representacién en la gran discusién que Medio ambiente y paz se avecina sobre el modelo de desarrollo que quere- ‘mos para Colombia, para que en el didlogo de saberes y la concertacién, lo hagamos realmente sostenible. Visiones sobre el desarrollo y ta sostenibilidad La comisién Brundlant plante6 en 1987 los impera- tivos estratégicos de revivir y cambiar la cualidad del crecimiento, priorizando el cumplimiento de las, lades bésicas de trabajo, energfa, agua y sa- neamiento de la sociedad, asegurando niveles soste- nibles de poblacién, conservando y mejorando la base de los recursos naturales mediante la reorientacién de Ja tecnologia y el mayor manejo de los riesgos y la fusién de la Economia y el Ambiente en los proce- sos de decisién social, y de esta manera avanzar hi ciael «DESARROLLO SOSTENIBLE». El concepto de Desarrollo Sostenible ha evolucio- nado en los iiltimos afios, y aunque se encuentran ‘numerosas interpretaciones en la literatura técni¢a y politica que presentan la sostenibilidad como un con- cepto asociado prioritariamente a la proteccién de os ecosistemas, existe un consenso creciente acerca de que la sostenibitidad es mucho mis integral y re~ quiere de la equidad social y una actividad econémi- ca solidaria. neces En el contexto internacional existen diversos plan- teamientos y formas de abordar el concepto y la via- bilidad del desarrollo, de la sostenibilidad, de la paz y de la dimensién ambiental, que enfatizan diferen- ul tes aspectos, Es necesario retomar la dis el desarrollo que se dio en las iltimas cuatro décadas y que recorrié desde estrategias asistenciales para eli- minar la pobreza, los programas de planificacién del desarrollo, el desarrollo rural integrado, laexpansién de la infraestructura (especialmente energética), para terminar recientemente en los programas de ajuste sectorial y de pafs que han invocado las agencias in- temacionales en la mas reciente moda del desarrollo que consiste en “liberar” las economias a las fuerzas del mercado internacional. La sociedad esta viendo que al terminar la guerra frfa y predominar el modelo pitalista “neoliberal”, esto deberd permitir paradé- jicamente el examen mucho mas detallado de sus li mitaciones y motivar la biisqueda de modelos més sofisticados y complejos que reconocern explicita- mente Factores como los sociales, ecolégicos, poli cos y culturales, y sobre todo que la racionalidad eco- némica occidental de acumulacién y Iuero privado eslapredominante, pero existen otras racionalidades ‘que merecen y deben convivir con esta. Peter Drucker, el escudrifiador del futuro, ha dicho que en un mu do globalizado, los paises que tengan claras sus ra ces culturales podrén ofrecer el atractivo de su autenticidad y particularidad como uno de tos pro ductos principales que atraeré el turismo y el interés universal. lgualmente cobran fuerza la tercera via y las ideas y teorias de economistas como Amartya Sen, que tienen un grado muy alto de compromiso ético y moral con la gente. El mundo del futuro ciertamente estard lleno de multinacionales, adelantos tecnolégi- cos cada vez més veloces, y también de culturas con diferentes visiones y versiones de la realidad y de la felicidad, que deberin convivir bajo reglas de respe- to mutuo y solidario en esta aldea global. Un grupo creciente de economistas plantea que la economia no deberfa ser vista como un flujo circular © espiral de valor de intercambio entre consumiido- res y productores, sino como un proceso entrépico de una sola via, de energia y materiales. Segtin la UICN, la sostenibilidad ecoldgica, exige que el de- sarrollo sea compatible con el mantenimiento de los procesos ecol6gicos, la diversidad biolégica y los recursos biolégicos. La sostenibilidad social exige que el desarrollo aumente el control que la gente tie ne sobre sus vidas, y que se mantenga y fortalezca la identidad de la comunidad. La sostenibilidad cultu- ral exige que el desarrollo sea compatible con la cul- tura y los valores de los pueblos afectados. La soste- nibilidad econdmica exige que el desatrollo sea eco- némicamente eficiente y que sea equitativo dentro y entre generaciones. La UICN, exalta la diversidad, Ia identidad y los valores culturales, asf como los prin- cipios de eficiencia y equidad en el aspecto econd- mico; Naciones Unidas converge en el mismo senti- do en la imedida en que integra lo ecol6gico, lo eco- némico y Io social con especial énfasis en este tilti- mo con la denominacién de capital social. En Colombia y desde la visién ambiental se han rea- lizado valiosos aportes a la discusi6n del concepto y su aplicacién en el pais, en los que se destacan auto- res como Julio Carrizosa Umafia, Augusto Angel Maya, Gustavo Wilches y Arturo Escobar, este tlti- ‘mo desde un plano més intemacional, Para Carrizosa Umaiia, el desarrollo insostenible obedece al estilo de desarrollo predominante caracterizado en el con- texto nacional por el bajo nivel de participacién en los procesos socioeconémicos del pafs generando la polarizacién de las diferencias que desencadenan en crisis. Introduce conceptos de sostenibilidad social psicol6gica y financiera y sefiala que estamos en un culo vicioso en el cual los estilos de desarrollo dominantes en Colombia generan detetioro ecolégi- co y social y a su vez este deterioro refuerza estos mismos estilos de vida en lugar de generar otros pa- trones més adaptados a las condiciones ecolégicas y sociales. Cémo romper este cfrculo debe ser el pro- bblema principal de la teorfa del desarrollo humano sostenible. Para Carrizosa, una sociedad podria 12 maximizar la equidad, el amor, la belleza, la solidari- dad, el conocimiento y ta justicia sin deteriorar su patrimonio natural, utilizando niveles mucho meno- res de acumulacién de capital financiero como la inica meta vélida, y reducir la inversién en los pro- esos relacionados fuertemente con la maximizacién de Jos ingresos, con lo cual serfa probable que dismi- nuyera Ja entropfa y aumentaré la eficiencia global. Las modificaciones en la pereepeisn social e indivi- dual de objetivos corresponden a cambios en laes lade valores y s6lo son posibles mediante alteracio- nes intensas y profundas en la visidn colectiva de la vida, El desarrollo sostenible, segin Carrizosa, en- ccuentra viabilidad slo mediante la cualificacién de los procesos de democratizacién que deben imple- mentarse especialmente en cuatro campos fundamen- tales: la naturaleza, la informacién, la economia y la justicia Segtin Augusto Angel Maya, no se trata de hacer sostenible el actual modelo de desarrollo, con solu- ciones econdmicas o tecnolégicas, sino de un cam- bio radical pluridimensional que implique una ma nera distinta de entender la produccién, los patrones de consumo y Ia cultura y una educacién que propenda por «la construccién de una plataforma cultural que sirva como estrategia de adaptacién creativa al medio». Igualmente, Angel Maya sefiala las relaciones desiguales de intercambio como eje central dela problemética ambiental, por locual debe orientarse un nuevo orden internacional que no se limite a lo econémico, més atin cuando el distan- ciamiento es progresivo no sélo en este aspecto sino también en ciencia y tecnologfa. Considera que el desarrollo debe traducirse no en modelos producto de la imitacién, sino en procesos que se fundamen- ten en la cultura y que estimulen la cooperacién en vez del individualismo, cuyo objetivo se refleje no cn diferencias entre lo suntuario y la pobreza, sino en el mejoramiento arménico de las condiciones de vida. Para Arturo Escobar “Puede afirmarse sin mayores reparos que el desarrollo sostenible, antes de asegu- rarla sostenibilidad de la naturaleza, aseguraré la del capital (privado y monetario) y propone el post desa- rrollo, no como la apropiaci6n de estrategias exégenas para el desarrollo de las regiones, sino como la opor- tunidad para que las comunidades y etnias asuman la forma de ser, con plena autonomifa cultural y politi- ca. Nuestra propia agenda para el desarrollo sostenible En medio de una sociedad cada vez més globalizada, la influencia de otras naciones sobre el desarrollo nacional es cada vez més evidente, como lo demues- tra el problema del narcotréfico, y por ello los paises deben encontrar sus propias formas de solucién, en el marco de una realidad totalmente internacional. El desarrollo no es el simple crecimiento del PIB per cépita, sino que es el crecimiento duradero de la ca- pacidad de la sociedad de identificar, discutir, con- certar y solucionar los problemas que se le presentan al paso del tiempo, de la forma menos costosa social, econsmica y ecolégicamente, Ademés, el desarrollo eslacreciente habilidad de la sociedad para utilizar y combinar 6ptimamente sus recursos culturales y na- turales, con ingenio y equidad, para lograr mejor calidad de la vida y satisfaccin social para esta ge- neracién y las venideras. Esta definicién del desarrollo combina un criterio de eficiencia integral en el cual la PAZ, resulta como la decisién més importante porque los recursos que se dilapidan en la guerra y la violencia se canalizan en proyectos y programas constructivos. Luis Jorge Garay y Juan Luis Londojio han presentado recien- temente cifras que sustentan esta afirmaciGn al de- mostrar que la violencia y la defensa contraella pue- den llegar a significar en nuestro pafs hasta un orden del 14% e incluso, al sumar la pérdida de capital hu- ‘mano, alrededor del 20%, La sostenibilidad implica un concepto dindmico y no una condicién estética. La sostenibilidad es ta cualidad de mantener dicha capacidad y la habilidad de dicha sociedad para resolver los problemas y re- tos que se le presentan al paso del tiempo de la ma- 13 Medio ambiente y paz nera més eficiente o menos costosa social, econémi- ca y ecolégicamente, en un mundo signado por el permanente cambio, Cuando una sociedad pierde o disminuye su capacidad y habilidad para enfrentar a os menores costos y riesgos sociales, econémicos y ecolégicos los problemas que se le presentan en el tiempo, cuando pierde la capacidad de lograr mejo- res condiciones individuales de vida y de satisfac~ cidn social y colectiva a partir del reconocimiento de sus propias riquezas, limitaciones y potenciatida- des culturales y naturales, entonces transita hacia la insostenibilidad. Estas dos definiciones implican igualmente dos co- rolarios: 1, Que el desarrolloes una utopia que se define nacional o regionalmente, y por Io tanto no tiene las mismas caracterfsticas en todos los paises ni en todas las regiones. Las diferen- cias culturales y ecolégicas juegan entonces un papel fundamental para determinar qué quiere la sociedad como “desarrollo”, Reco- noce por Io tanto Ia diversidad como para- digma fundamental de la Sostenibilidad, aso- ciada a la tolerancia y convivencia. En Co- Jombia, ese es un camino hacia la paz, tenien- do obviamente el marco o contexto de las re- laciones internacionales, puesto que seria ilu- so pensar que, en esta 6poca de globalizacién, nuestro futuro como nacién sea un ejercicio aislado de construccién. Cada gran regi6n co- Jombiana debe aportar su visién del desarro- lo en un marco en el cual demostremos que ladiversidad regional se desenvuelve en la uni- dad nacional 2. Que para llegar al desarrollo hay varios ca- minos y vias alterativas. Una aproximacién innovadora, alternativa, proactiva, parti- cipativa, entusiasta y solidaria es necesaria para encontrar la mejor senda. Se rompe entonces, con las férmulas universales y mégicas, aun- que se reconocen algunas fundamentales de sentido comain y la profunda interdependencia global. Nadie puede negarse que el contexto internacional actual esté regido por la racio- nalidad de mercados y ganancias privadas, pero ello no debe limitar la buisqueda de figu- ras como la que se plantean més delante en este articulo, que combinen las bondades de Jos diferentes esquemas. Capital social para el desarrollo de Colombia EI PNUD propuso en 1990 el «desarrollo humano sostenible» como el ineremento de las capacidades y las opciones de la gente mediante la formacién de capital social de manera que satisfaga tan equitati- vamente como sea posible las necesidades de las ge- neraciones actuales sin comprometer las necesida- des de las generaciones futuras. El aporte més intere- sante de esta definicién es la del concepto del capital social, el cual se compone a su vez de cuatro capita- les y dela relaci6n sinérgica y complementaria entre ellos: el capital humano, el capital natural, el capital artificial (colectivo y privado) y el capital cfvico e institucional A continuacién se ofrece una breve discusién sobre cada uno de estos capitales en el marco de la realidad Colombiana con el propésito de aportar propuestas para su consolidacién, Capital humano El capital humano, entendido de una manera mucho més amplia que la de recurso humano dentro de una visi6n productivista, es potenciar al individuo, es dotarlo y ofrecerle los criterios y el entrenamiento necesarios para que enfrente de manera gratificante, digna y productiva el reto de su propia existencia en un mundo cada vez. mas complejo y cambiante. Es garantizar que los satisfactores y necesidades perso- nales coincidan a la manera que Manfred Max Neff ha planteado. El concepto de capital humano recoge la educacién formal, el entrenamiento, la salud, Ia formaci6n de los valores individuales, y busca incentivar, promover y generar la capacidad y la ha- bilidad del individuo para integrarse y relacionarse con el medio. Ineluye el entrenamiento y la prepara- cién en investigacién, ciencia y tecnologia, y revela también la formacin ética alcanzada por una socie- dad para sus ciudadanos. En Colombia, este tema cobra especial importancia ante Ia cultura de violen- cia que incorpora el enriquecimiento rapido y de cual- quier manera que se ha instituido con mucha fuerza nos tiltimos afos, y el atraso existente en el apara- to educativo e investigativo. Una dimensién muy im- portante de este capital es la existencia de diferentes culturas regionales y conocimientos ancestrales y tra- dicionales. Se encuentran en el teritorio nacional més, de 90 familias indigenas con més de veinticinco len- ‘guas diferentes con un acervo cultural y de conoci- ‘miento muy importante. La nuevaCons- titucién otorga mayor justicia a las etnias y reconoce la plurietnicidad y multi- Culturalidad, pero en la préctica, la so- ciedad sigue ejerciendo injusticia sobre los grupos minoritarios. Si bien a humanidad ha logrado avan- ces muy importantes en cuanto la dis- minucién de la mortalidad infanul (ba disminuido en un 50%) el aumento de Ia longevidad (ha crecido en 16 afios), en la escolaridad (los del sur presentan un 64% de escolaridad de los del nor- te), también la realidad es que un ciuda- dano del sur gana un ingreso de s6lo et (6% del ingreso de un ciudadano delnor- teylabrecha continta creciendo. Es cla- ro que Ia humanidad en os itimos 50 afios avanz6 en la ciencia y la tecnolo- ‘a més que en el resto de su historia, pero también € cierto que en ese mismo periodo logré Ja mayor diferencia de acceso a la riqueza y a las oportunida- des entre ticos y pobres. Nuestra historia de violencia, ascendente, despiadada y cada vez més enfermiza, no se limita a la de la insurgencia rural nia los alzados en armas. Se metid en la ciudad, avasalla en las calles ¥- mas grave atin, se atrincheré en los hogares y agazapada se reprodu- ce hoy en alguna medida en cada colombiano. Sin embargo, como lo expresa Eduardo Galeano, “Cul- tura no es tanto lo que somos, sino lo que estamos haciendo para no ser lo que no queremos ser”, Den- tro de cada uno de nosotros habita un colombiano digno, que quiere a su patria unidaen la diversidad y pluriculturalidad, reconciliada en la justicia y equi- dad, leal a s{ misma, que sabe que la tarea prioritaria sla paz.como el elemento fundamental para progre- sar. $6lo en la medida en que logremos una relacién respetuosa, sinérgica y simbiética con la naturaleza, afianzaremos la actitud necesaria para la paz huma- na, ¥ viceversa. Sélo en la medida en que incorpore- mos el respeto por la diferencia entre la sociedad humana, lograremos entender en su real dimensién el papel, los derechos, las ventajas y los secretos de Ja gran creacién natural. La guerra expulsa y anula a Ja poblacién; la paz justa la congrega, la deja estar y set. La paz sostenible es la mas rentable de las deci siones de desarrollo, Hernando Gomez Buendfa ha alertado una vez més sobre la deficiencia critica de la educacién latinoa- ‘mericana y colombiana, No cabe duda de que la cali- dad es muy regular y ello nos distancia de otros pat ses en cuanto a nuestra propia capacidad de generar conocimiento. Pero el problema es avin mayor. Ne- cesitamos trascender la visién de que simplemente aumentando la escolaridad podremos hacer el cam- bio sustancial: se requieren grandes cambios de con- cepcién en esta drea, que van desde una renovada estrategia de cuidado preprimario, para aprovechar los cinco primeros afios de vida de los nuevos ciuda- ddanos (€pocaen la cual se forman fos principales sen- timientos y valores), un replanteamiento de los curriculos para incluir de manera innovadora en su disefio alos propios estudiantes, de manera tal que la paz y la convivencia, asf como el compromiso am- biental, se hagan una préctica diaria, Una educacién que desde el colegio hasta el postgrado practique la interdisciplinariedad y el didlogo de saberes, que sea curiosa y cientifica. Todo ello debe reflejarse en una esquema de conocimiento en el cual la diversidad y a heterogeneidad, asf como la complejidad, sean Ia ‘materia permanente del conocimiento, No cabe duda de que bajo esa visién, el conocimiento ancestral y local adquirirdn nuevamente el valor que les hemos confiscado. Ello significa que cada una de las princi- pales regiones colombianas tendrian el reto de cons- truir sus curriculos a partir de sus realidades, Medio ambiente y paz Los colombianos hemos ido adquiriendo poco a poco | informacién y estableciendo una cultura, por lo me- nos aparente, acerca de la importancia de preservar el medio ambiente, pero tenemos todavia la percep- cién “silvestre”, es decir a de que lo ambiental con- siste en que “no se talen més bosques y se protejan Jos animales del mismo”. Nos falta internalizar lares- ponsabilidad individual, que debe reflejarse en la conducta diaria, cotidiana, en la ciudad, como con- sumidores y ciudadanos, y que incluye comporta- mientos de mayor convivencia y paz. Hay una pro- funda relaci6n y coherencia entre la actitud cfvica y lavisin ambiental. No existe, sinembargo, un habi- tode informacién suficiente para que incidamos como usuarios y como consumidores, de tal manera que podamos sancionar productos o conductas mediante | nuestra negativa a consumirlos 0 usarlos, La educa cién ambiental en los colegios y escuelas, aunque de corte un tanto convencional, y la existencia de nu- merosos grupos estudiantiles ecolégicos, indican que se verdn resultados ms esperanzadores en el media- no plazo, Colombia, segtin Juan Luis Londoito, economista estudioso de nuestras tendencias hist6ricas, es un pais {que ha perdido capital humano en los dltimos afios por la violencia. Requerimos que cada ciudadano se diga diariamente, a la manera de San Francisco de Asis, “Sefior, haz.de mi un instrumento de tu paz...” Por ello, es necesario que el servicio militar obliga- torio sea reemplazado por el servicio cfvico o civil para que nuestros j6venes vayan a los municipios y den de su vida y capacidad un periodo intenso de servicio a las comunidades. Luis Jorge Garay, otro destacado economista, corrobora estas apreciaciones. Capital Natural El capital natural, que involucra a los recursos natu- rales tales como la biodiversidad y los combustibles, fosiles y a los minerales, y a los factores de calidad ambiental en sus diferentes componentes (aire, agua, suelos, éc.), representa la base de toda actividad pro- ductiva (recursos naturales y energéticos) y la interrelacién compleja de la sociedad humana con la naturaleza. Desde una dptica econémica, y bajo la premisa de que el medio ambiente y las actividades humanas pueden ser compatibles, existe una relacién de profunda complementariedad entre el capital na- tural y los diversos tipos de capital construidos porel hombre (Daly, 1991), donde éste es una parte muy importante de la base del desarrollo sostenible. La biodiversidad, porsu relacién con los recursos gené- ticos y la biotecnologia, cobra cada vez mayor im- portancia por las posibilidades de nuevos insumos para la medicina y para muchos otros Usos, poco es- tudiados hasta muy recientemente desde el punto de vista de su valor no s6lo de cambio y de uso, sino de existencia y de opcién. La velocidad del deterioro y pérdida de la diversidad bistica esté asociada a la erosiGn genética, relaciona- da principalmente con la dingmica de colonizacién de tala y quema caracteristica por lo menos de los uiltimos cien afios en Colombia, en los cuales el cam- pesino vende con el tiempo la “mejora” como nica forma de acumular algtin capi- tal y continga selva adentro para repetir la tala y quema, Esto se suma la dinémica de Jos cultivos ilfcitos y hace que la velocidad del deterioro ambiental continte siendo alta y con dificiles soluciones debido a los fac- tores y vectores que la alimentan. Es im- portante sefialar que el valor potencial de la biodiversidad es un tema de gran actuali- dad y de gran interés en el mbito mundial, y nuestro pafs no parece estar asignando la prioridad que el tema requiere. Las priori- dades de atencién a los ecosistemas nacio- nales sefialan como eriticos el bosque seco tropical, los bosques altoandinos, el man- glar y los ecosistemas de ciénagas. La gran diversidad ecol6gica y biolégica de paises como Colombia, México, Brasil, Madagascar, Zaire y Australia les ha mere- ido el titulo de los «Siete de la Megadiversidad>. Se ha convertido en reflexiGn obligada sefialar que Co- Iombia, con aproximadamente e1 0.77% del érea te- rrestre emergente del planeta, contiene representan- tes del 10 al 15% de la diversidad de especies vivas del planeta, Mientras que Brasil cuenta con alrede- dor de unas 57000 especies de angiospermas en su tertitorio continental de aproximadamente 8.5 millo- nes de kilometros cuadrados, Colombia cuenta con alrededor de unas 48000 especies en un territorio de 1.37 millones de kilmetros cuadrados, es decir una densidad de especies por kilémetro cuadrado 6 ve~ ces mayor. 16 Es necesario resaltar también con fuerza nuestro te- rritorio marino, de cerca de 960.000 kilémetros cua- drados. La biodiversidad marina, representada tanto en los sistemas poco profundos como los arrecifes coralinos 0 las praderas submarinas asociados con los ecosistemas costeros, explican buena parte de la productividad pesquera y la biodiversidad del talud y de las profundidades permanece por explorar. El mar esté sometido a un proceso de contaminacién muy dindmico, que podria ser de dimensiones y con- secuencias similares al del “efecto invernadero”. Es preocupante ver como la biodiversidad marina no aparece con suficiente fuerza en la discusi6n interna- cional. El conocimiento existente sobre los ecosistemas y sobre las diferentes especies es bastante limitado. De los 10 a 30 millones de especies vivas que algunos autores sostienen que existen, en su mayorfa insec- tos y en los trépicos, se conoce muy poco; de los, 4000 virus que se cree que existen, sélo se han des- crito el 0.2%; de las 4000 bacterias s6lo se han des- crito el 0.4%; de los nemétodos, de 25000 estima- dos, s6lo se conocen el 2.22%; de los 72000 hongos, s6lo se han descrito el 6.67%; mientras que los, vertebrados cuentan con el 91% de las especies des- critas de 45000 especies conocidas, Jas plantas, con el 84% descritas de las 270,000 especies estimadas; Medio ambiente y poz Jos moluscos con el 38% conocido de unas 70000 especies. De los arécnidos se conocen un 8% de las 75000 especies posibles, mientras que de los insec- tos sélo un 11.5% de 950000 posibles. Igualmente, Jos protozoarios y las algas contarfan con 40000 es- pecies cada grupo, con 21.5 y 21% de sus especies descritas respectivamente. Finalmente, de los crusté- eos y moluscos, con 40000 y 70000 especies esti madas cada uno, se han descrito el 26,7 y el 37.8 respectivamente. En el caso de las plantas, por ejem- plo, falta ain explorar sus propiedades y potenciali dades fitoquimicas en un 90% de las especies clasifi cadas, lo cual indica la magnitud de la tarea. No cabe duda que somos muy privilegiados aunque lo igno- remos, como lo registra.el documento del Ministerio del Medio Ambiente Gestién ambiental para la fau- na silvestre en Colombia: marco politico y plan de accién 1997 - 1998, Esto significa que hay un enor- me potencial de conocimiento y posibles aplicacio- nes y usos que permanecen sin explorar, y que des- afortunadamente estén siendo destruidas a enorme velocidad, sin que hayan podido ser incorporadas a laciencia y la tecnologfa El s6lo esfuerzo de taxonomfa que se requeriria para Colombia ilustra la magnitud de la tarea: El Instituto ‘Von Humboldt ha estimado tentativamente que para realizar el inventario nacional se requerirfan 10 ve~ ces el nimero actual de taxénomos, que es de aproxi- ‘madamente 250 y una inversién de unos 180 millo- nes de d6lares distribuidos en 10 afios. Menos cono- ccemos atin lo relativo al funcionamiento ecosistémico de los numerosos biomas, zonas, ecosistemas y ni- chos en lo concerniente a la relacién sinérgica y simbidtica entre las especies vivas y sus elementos inertes del entomno. Alli residen numerosos de los secretos de la agricultura del futuro como también en la biotecnologia, que tendremos que aplicar si queremos garantizar nuestra seguridad agro- alimentaria y la oferta de productos atractivos al ‘mercado mundial, que cada dia reclama mejores y ms naturales productos. Es cierto que el desarrollo de nuevos productos o sustanciasa partir de las espe- cies naturales es un proceso largo, pero la potenciali- dad econémica y social, el interés intemacional cre- ciente y los avances tecnol6gicos en el campo de lo analitico y de simulacién indican que se debe acele- rar la investigacién y conocimiento nacional al res- pecto, no sélo en el campo de la posible utilizacién 7 de las especies a través de biotecnologia, etc., sino también en cuanto a los servicios ambientales que ofrezcan in situ los ecosistemas y en lo referente a nuevas formas de cultivos y aprovechamientos multiespecies. Como parte de la tarea de la paz debe- mos lanzar otta gran Expedicién, esta vez. de la DI- VERSIDAD, y acordar con los grupos alzados en armas que esa es una tarea inaplazable de beneficio nacional, Capital artificial Otro capital muy importante sin 2 A lugar a dudas es el capital artifi- cial, que a su vez se divide en ca- ital artificial privado y capital a tificial colectivo. El capital artificial colectivo esta representado en las vias, los servicios ptblicos, el espacio paiblico, etc., que sirven para la actividad so- cial en su conjunto, e igualmente el capital moneta- rio en sus diferentes formas con el que cuenta el esta- do, mientras que el capital privado esté representado por los medios de produccién, los bienes, la infraes- tructura y la capacidad adquisitiva en manos priva- das. Los indicadores econémicos reflejan priori- tariamente la evolucién y estado de estas formas de capital, por medio de indices tales como la inflacién, la devaluaci6n, etc. Su importancia se ha visto acre- centada recientemente por la relevancia que ha ga- nado en las relaciones socioeconémicas la informé- tica y las telecomunicaciones de diversos tipos (fibra Optica, comunicacién satelital, etc.) El capital artificial colectivo se relaciona con el capi- tal artificial privado por sus efectos de consolidacién de economias de costos, de escalas, de comple- mentariedad, etc. Por ejemplo, en Bogota se estima que una unidad de inversidn en capital artificial co- lectivo en el arreglo de vias potencia ahorros de alre- dedor de .65 unidades de capital artificial privado y or lo tanto permite mayor inversién en actividades econsmicas productivas. La teorfa econémica expli- ca la evoluciGn de las ciudades con base en ventajas, comparativas, economfas de escala y comple- mentariedad que tienen un positivo resultado econd- mico monetario. El capital artificial colectivo perte- nece a todos los asociados ciudadanos y por eso las decisiones de privatizacién o capitalizaci6n a través del sector privado deben ser muy conscientes de su valor real. Eduardo Palacio ha seftalado que los pre- cios de venta no reflejan realmente los costos de opor- tunidad. Colombia presenta un déficit significativo en infra- estructura vial agravado por la inseguridad en las, camreteras y ha subutilizado 0 menospreciado alter- nativas multimodales como los rfos y las rutas mari timas. Es necesario pensar no slo en las salidas ha- cia los puertos de exportacién sino también en las conexiones interregionales del pafs, como estrategia integradora de naci6n, teniendo en cuenta la sostei bilidad ecol6gica de las regiones, para evitar el dete- rioro o las falsas expectativas de progreso conven- cional en zonas con vocacién diferente, Este dltimo aspecto es muy importante en los procesos de paz, para evitar soluciones de corto plazo y aliento. En cuanto al capital artificial, que es todo lo creado 0 elaborado por el ingenio y la mano humana, tangible ¢ intangible, a partir del capital humano y del capital natural y de su interaccién, es claro que requerimos més y mejores servicios ptlicos e infraestructura colectiva, y elevary consolidar la capacidad de trans- formacién y de agregacién de valor a partir del cono- cimiento y de los recursos naturales, e igualmente un sistema financiero, bancario, comercial y producti- ‘vo, més comprometidos con la causa de la paz nacio- nal, El capital artificial privado, y en buena parte el estatal, se rigen por la cultura econémica del capitalismo modemo. Es necesario que se reflexione sobre sus concepciones acerca de riesgo, ganancia y de captacién del valor agregado, Existe una gran dis- cusién acerca de las mejores formas de manejo de todas las variables del capital artificial en las circuns- tancias actuales de “apertura” internacional, que re- uieren ef examen amplio de la sociedad, en especial las relacionadas con el papel y caracteristicas del es- tado, que son parte del capital institucional. Los atentados a la infraestructura petrolera o energé- tica, que afectan los recursos naturales, 1a biodi- versidad y Ta gente, aparecen como una contradic- cién puesto que su objetivo aparente es el de protes- tar por la injusta distribucién de los rendimientos econémicos de su explotacién. La transformacién de la biodiversidad por medio de la biotecnologia serd uno de los campos mas impor- tantes para Colombia en cuanto a formacién de capi- tal artificial y requeriré un porcentaje muy importan- tede capital humano. El pafs debe prepararse urgen- temente para ello. 18 Capital civico e institucional Por iltimo, tenemos al capital civico e institucional, que sirve de cohesionador de los otros tres tipos de capital, puesto que en él reside, en gran paite, a via- bilidad del Desarrollo Humano Sostenible. El capi tal cfvico representa la capacidad de la sociedad ci para organizarse en la supervisién el papel del Esta- do, para atender y solucionar problemas y retos co- lectivos, y para concertar las mejores formas de rela- cidn de los otros tres capitales, para lo cual cuenta, con el capital institucional, que est compuesto por las entidades del Estado, la coordinacién y capaci- dad estatal y las leyes y normas, que hacen parte de este tipo de capital. Se trata del marco institucional ‘que caracteriza a cada sociedad, en el cual se definen aspectos tan importantes como las asignaciones y distribuciones de recursos, y los limites legales de las acciones econémico-sociales. Discusiones tales como la de la «gobernabilidad>, la relacién entre lo publico y lo privado y la trasparencia de los procesos y contratos se enmarcan dentro del vance en la conformacién de dicho capital. La con- vivencia, la solidaridad y la tolerancia social y cultu- ral son igualmente expresiones de dicho capital. Lo- grar el nivel “adecuado” de capital civico e institucional es un reto propio de cada pais. Lo que es cierto actualmente es que se requiere mucho més de este capital en Colombia. Las diferentes formas y estrategias de lograr acrecentarlo requieren actuar interdisciplinaria,intersectorial y participativamente. La privatizacién y capitalizaci6n privada actual de as empresas de servicios piiblicos surge como reac- cién a una situacién de “privatizacién” de otro tipo, en la cual algunos politicos miopes, la burocracia, corrupta y sindicatos desleales que las manejaban a su antojo con una visién estrecha y mezquina acerca de su responsabilidad social, requiere trascender de laconcepcién de que sélo el sector privado es la ver- dadera solucién per se, el cual ha recibido a precios ventajosos la riqueza que ha sido construida colecti- ‘vamente, y explorar alternativas en las cuales los usua- rios reales y los empleados sean también propieta- tios, con voz, voto y decisién sobre estas empresas. Sélo asi, con un renovado sentido de pertenencia y responsabilidad, claboraremos la paz sostenible en todas sus dimensiones, Un ejemplo interesante, aun- que desafortunadamente como una excepcién a la regla, es el de las E.PM. de Medellin, que siendo ‘Medio ombiente y paz —_— propiedad municipal se han regido de manera muy profesional por la disciplina y préctica empresarial ‘aracteristica del sector privado, obteniendo resulta- dos muy aplaudidos en el mbito latinoamericano. EI papel de entidades como Ia CREG, la CRA, las superintendencias de servicio piblicos, definiré el resultado de los servicios paiblicos, y demuestran la importancia de un papel claro y definido del estado en las relaciones sociales respecto a los diferentes tipos de capital. La Dimension Ambiental La dimensién ambiental es ta reflexién que se cencarga de la relacién entre la sociedad humana yy los ecosistemas, y por extensiGn entre los gru- poshumanos a través de los efectos que pueden generar unos grupos sobre otros al afectar di- rectamente los recursos naturales y el ambien- te; esel examen y la gesti6n de las interacciones entre el capital natural y los otros tres capitales. Su objetivo es el de lograr el uso sostenible de los recursos y los ecosistemas, mediante el en- tendimiento y respeto de las funciones y dind- mica de los mismos. La discusién ambiental es profundamente politica y econémica en susen- tido mas amplio, porque es una mirada interdisciplinaria a las relaciones sociales de apropiacién de la naturaleza, incluido en ello el espacio en su dimensién compleja de territorio, porque implica la reflexiGn de las necesidades para la supervivencia y los requerimientos espaciales y de recursos para satisfacerlas. El SINA, Sistema Na- nal Ambiental, es el encargado por la sociedad de velar por la dimensién ambiental. La discusi6n mundial acerca del medio ambiente se centra hoy en problemas de trascendencia global ta es como el efecto invernadero, la disminucién de la capa de ozono, el acceso a los recursos genéticos, la pérdida de la biodiversidad, el deterioro de los mares, y los patrones de consumo, produccién y desperdi cio, todo ello en un panorama global en el cual la dindmica del cambio tecnolégico, politico y econé- ico se acelera cada vez més. El conocimiento cien- tifico se constituye en un factor estratégico y crucial parael desarrollo y la competitividad, especialmente en campos tales como la biotecnologéa, que se rela- ciona con a biodiversidad en la medida en la cual esta Gltima es la fuente de los recursos genéticos so- | bre tos cuales se construyen nuevos productos. La educacién y capacitacién adquieren igualmente un peso cada vez mayor en un mundo en el cual el cam- bio tecnol6gico plantea el problema del desempleo reciente, tanto en los paises industrializados como en los no industrializados, y la incertidumbre sobre el futuro, exigiendo mejor preparacién y entrenamien- to La dindmica ambiental actual en Colombia esté ca- racterizada por una gran biodiversidad y recursos naturales, con altas tasas de deforestaciGn y degrada- cién y conun pobre conocimiento sobre los mismos; por la concentracién violenta del territorio rural cada vez en menos manos; y por la aglomeracién poblacional, alimentada por los desplazados y aso- ciada a contaminacién y congestién urbanas, todo ello basado en factores estructurales, como la pobre- za y la desigualdad de oportunidades, ¢ hist6ricos, como la cultura de la violencia y el narcotrafico en la época reciente. Esta dindmica esta inmersa en un | modelo mundial de crecimiento globalizador, que conlleva patrones de consumo y desperdicio crecien- tes y sobre todo a una mayor y més dramética dife- rencia de ingresos entre los mas ricos y los mas po- bres. Dentro de ese modelo, el papel exportador de recursos energéticos (petréleo, carbén) y otros natu- rales, sin ningtin valor agregado, parece consolidar- se como el principal rengl6n de nuestra relacién co- mercial internacional. Ante estas realidades y pro- blemas profundamente dindmicos, el pais ha disefia- do parcialmente respuestas tales como la Nueva Cons- titucién, la reestructuracién institucional (p.ej.: lacrea- cién del Sistema Nacional Ambiental), el fortaleci- miento de laparticipacién ciudadana y comunitaria y la descentralizacién, aunque se presentan ain desbalances muy significativos, tanto en las regio- nes como en los grupos socioeconémicos. El cono- cimiento de nuestra biodiversidad y el avance de la biotecnologfa, asf como de las estrategias mas ade- cuadas para su uso sostenible, se convierten cada vez, més en tareas prioritatias. Dentro de ese marco de referencia, Colombia cuenta con problemas y dindémicas ambientales especificas que requieren de una atencién y gestién tambi peeificas sin perder el contexto de la dindmica inter- nacional, en la cual estamos inmersos cada vez més y dela cual dependemos ampliamente para cualquier decisién acerca de la sostenibilidad del desarrollo. Las condiciones econémicas, sociales, culturales y politicas actuales, asf como las cualidades y caracte- risticas ecosistémicas de Colombia, hacen que la ges- ti6n ambiental sea compleja y dificil y rebasan am- pliamente consideraciones de economfa neoclésica de asignacién de precios y propiedad a los recursos naturales y la calidad ambiental es No cabe duda que la aplicacién de estrategias correctivas del mercado, que reconozcan los facto- res econémicos ambientales extenos y del principio Coasiano de identificar “duefios” de la oferta y la demanda ambiental son pertinentes. Asf, por ejem- plo, la titulacién colectiva de predios a las comuni: dades negras en el pacifico serviri el doble propésito social y econémico de darles estabilidad y reconoci, miento, y de disminuir la conducta extractiva que mantendrfan ante la falta de propiedad més espectfi- ca El capital natural tiene una significacién econémica y social de magnitudes insospechadas: en un recien- te articulo en la revista “Nature” (marzo, 1997), Robert Constanza y su grupo presentaron una esti- macién econémica de los bienes y servicios ambien- tales que prestan los ecosistemas mundiales anual- mente, Mientras que el PIB total producido por la humanidad (por el capital artificial) ascendié a 18 trillones de délares el afio pasado, la naturaleza apor- 16 alrededor de 33 trillones de délares en un cdlculo considerado bastante conservador. 20 Sélo en la medida en que comprendamos estos ser- vicios, funciones y usos podremos dimensionar la relaci6n entre nosotros y los ecosistemas de manera sostenible. Qué tanto podemos reemplazar los eco- sistemas y el ambiente natural por sistemas artificia- les? {Se podria artificializar toda la produccién agropecuaria? ;Tendria sentido econémico, técnico © social? ,Conviene vulnerar la seguridad agroali mentaria de un pafs haciéndolo depender principal- mente de las importaciones de alimentos? El centro de la discusién ambiental es la “racionalidad” dife- rente de las dindmicas de estos dos capitales: El arti ficial y el natural. Mientras que la racionalidad pre- dominante del capital artificial privado es la de la acumulacién del mismo en el més corto plazo posi- ble, y la del capital artificial colectivo es la de pro- veer condiciones para la reproduccidn y crecimiento social y econémico, todo ello asociado a factores externos en el campo econémico, social y ambiental, y alas leyes de la entropia propias de cualquier pro- eso de uso de los recursos y de la energia, la pro- duceién y reproduccién del capital natural obedece otras leyes: las de la selecci6n y competencia inter € intaespectfica, pero también con mucha fuerza, las sinergias y las simbiosis, mediadas por los ciclos ener- éticos y de nutrientes, de retroalimentaci6n y evo- lucién propios de los ecosistemas. Sélo en la medida cen que se armonicen estas dos dindmicas, se cons 2uird la sostenibilidad ambiental. La funcién del capital cfvico e institucional es muy interesante por cuanto que es la decisién social com- plementaria 0 condicionante de la relaci6n del capi tal artificial con el capital natural arriba descrita. Es la que armoniza dicha relacién con otros fines y de- cisiones de la sociedad, con otras racionalidades di ferentes a las de la maximizacién del beneficio pri- vado o individual. Para ello surgen principios como el de precaucién y los mecanismos democriticos de participaci6n en la gestién y en la decisién del desa- rrollo, El capital humano aporta el conocimiento y ta experiencia de manejo del capital natural y el capital cfvico e institucional el interés comin, S6lo en la medida en que se dé una interaceién sana y balanceada permanentemente entre el capital natu- ral y los otros tres capitales, incorporando la mayoria, de los Factores econdmicas externos, incidiendo en la cultura de uso y aprovechamiento'de los recursos naturales y de la calidad ambiental, se consolida una gestién ambiental sostenible, que aporta al desarr lo verdadero. Se debe tener presente que la sosten bilidad trasciende ta preservacién y uso sostenible de los ecosistemas y las especies, ya que incorpora el concepto de equidad. Adicionalmente, es conveniente resaltar que la sostenibilidad no es un término estat co, sino de gran dinamismo, ya que por ejemplo los ecosistemas se encuentran en permanente evoluci6n, La sostenibilidad referida a los ecosistemas serfa la propiedad de continuar el proceso de evolucién na- (ural sin imerferencias o modificaciones humanas que desvirtéen o afecten su capacidad intrinseca de re- produccién y mantenimiento, Compete al SINA fortalecer y precisar las relaciones entre cada uno de los capitales y el capital natural. El SINA es el representante asignado por la sociedad para el capital natural, en sus dimensiones de calidad. ambiental, biodiversidad, recursos y energia natura- les, y por ello debe velar por que la relacién del capi- tal natural con los otros tres capitales sea la més sos- tenible. Tareas Ambientales para la Paz Sostenible No se nos escapa la tremenda realidad de que la Paz en Colombia es una tarea dificil y compleja, ya que siempre, “Las tareas complejas y dificiles son lasuma de las tareas sencillas que aplazamos por mucho tiem- o y que ahora debemos hacer contra el tiempo y con la presién de la angustia y la desesperacién”. La Paz Ambiental, en toda la extensiGn de su significa do corresponde a todos los miembros de la sociedad pero requiere que los que hemos decidido dedicarle tiempo y esfuerzos a esa dimensién aceleremos el paso antes de que se haga demasiado tarde. Territorios biodiversos para la poblacion en paz La tenenecia tradicional y la lucha actual por el terri- torio entre los grupos alzados en armas han servido para consolidar el modelo de “potrerizacién ” del pats, 21 Medio ambiente y poz expulsor de la poblacién hacia las ciudades o hacia el monte, ampliando la mal Hamada frontera agra- ria, La dindmica de los cultivos ilicitos y de la lucha quimica contra estos ha sido catalizadora del dete- rioro de regiones como la Amazontfa y laZona Andina Colombiana. El enorme fenémeno de la “contra- reforma agraria’, principalmente a manos del narco- trafico asociado con poderes tradicionales, ha trafdo desolacién y muerte en los campos de la vida y ero- sin de la biodiversidad. Esto resulta en una de las formas de subutilizacién de muchas regiones del pais y se asocia a la pérdida eventual de la diversi refuerza y exacerba la lucha territorial que han man- tenido hist6ricamente las guerrillas, los paramilitares, y los terratenientes. En ese aspecto, el pafs ha vivido en Tos ttimos aifos la mayor “contrarreforma agra- ria” de que se tenga noticia reciente en el mundo (al- rededor de 4.5 millones de hectéreas en 15 afos, frente alrededor de 1.4 millones que ha logrado con gran esfuerzo el Incora) en una guerra sorda para capturar y dominar territorios entre la guerrilla, los para- militares, y las demés fuerzas interesadas, y ello au- nado a una tradicional tenencia de la tierra en pocas ‘manos, en especial en algunas regiones del pafs, los convierte en expulsores de una poblacién que hoy llega a un niémero cereano al millén de desplazados Y que alimentan los asentamientos informales de las ciudades, desprotegidos y desubicados. Ante esa dindmica avasalladora debemos anteponer modelos de reapropiacién colectiva del tertitorio, en Jos cuales la concertacién y la discusin y acuerdo comunitarios, entre todos los involucrados, y la pro- duccién basada en el aprovechamiento sostenible de la biodiversidad sean el factor predominante: Asf lo indican experiencias como el Programa de Paz y Desarrolio en el Magdalena Medio, el Plan de Desa- rrollo Sostenible de la Sierra nevada de Santa Marta, © los esfuerzos de construccién colectiva del Desa- rrollo Regional o local sostenible, con una clara vi- sién ambiental, en las regiones del Glicén, 0 el Chicamocha y la provincia de Garcfa Rovira, oenel caiién del Combeima o en las reservas de la sociedad civil en Ja Cocha, 0 en la titulacién colectiva de més de un millén y medio de hectéreas a las comunid: des negras del pacifico, que se han adelantado en el contexto del dialogo de saberes, para permitir la co- existencia de diferentes racionalidades y visiones del mundo. Necesitamos reproducir esos esfuerzos en todas las, regiones colombianas, y con mayor urgencia en dreas tales como el Macizo Colombiano, o la Depresién Momposima, 0 el Patia o Casanare, 0 el resto del Chocé Biogeogréfico, teniendo en cuenta la oferta y demanda ambientales y comprometiendo cada vez més a la Universidad, alas instituciones y al resto de la sociedad civil, para que asf haya muchos fogones, y la paz se vaya “cocinando” en todas partes; para que huela a vida, a tr6pico alegre y desterremos de una vez y para siempre la muerte como guardaespal- das permanente. En la medida en que disefiemos y construyamos colectivamente altemativas producti- vas sostenibles en cada una de las regiones, volveran los desplazados. Dentro de ese contexto, la oferta reciente de los ganaderos, de dar parte de sus tierras para contribuira la paz, merece estudiarse y emmutarse como parte de un gran Fondo para la Vida en Paz enel cual todos los colombianos hayamos puesto algo y los que més tienen, ms, No cabe duda de que el modelo de la lucha basada en Ja fumigacién debe dar paso al desarrollo altemativo en las zonas de cultivos ilfcitos, dentro del cual de- ben caber las posibilidades de la agricultura orgéni- cca, de los contratos para reconstruir bosques de pro- teceién de cuencas y de captacisn del didxido de car- bono internacional y nacional, y del aprovechamien- to sostenible de las especies silvestres, con perspec- tivas de asociarse a los mercados nacional e interna- cional, bajo estructuras tales como las “Reservas CCampesinas” u otras formas empresatiales solidarias y rentables, que han sido propuestas por la sociedad Civil. Todo lo anterior requiere de un s6lido conoci- miento cientifico y tecnolégico para que no sean s6lo soluciones de corto plazo sino esquemas sostenibles enel tiempo. Por ello requerimos invertir més y apos- tarle més a la Investigacién “basica y aplicada” en el pats, y lanzar la gran Expedicién de la Megabio- diversidad y Pluriculturalidad para conocer y valo- rar todas sus posibilidades. Estamos muy rezagados al respecto, ain con los esfuerzos recientes en ese sentido por parte del SINA, y nos estamos alejando de la velocidad mundial de apropiacién de los recur- sos genéticos y bidticos en general. Necesitamos acor- dar con los grupos alzados en armas que nos distan- ciemos de los cultivos ilcitos y busquemos con ahin- coen nuestras propias riquezas naturales para poner- las al servicio del mundo con beneficios claros para 22 nuestro pueblo. Para ello se requiere el compromiso nacional e internacional, tanto en recursos econémi- cos, apoyo politico y social, como en acceso a sus, mercados. La desigualdad econ6mica y social es a la vez caus y consecuencia de la degradacién ambiental, tanto en las ciudades como en el campo, En Colombia, los, procesos de agotamiento y deterioro de los bosques Tas aguas, los suelos, y Ia biodiversidad en el sector rural son en gran parte causados por las condiciones de pobreza de sus gentes, que hoy presentan atrasos de hasta 20 afios frente a los pobres urbanos y que ocupan zonas marginales para la gran produccién agroindustrial, que requiere los mejores suelos y to- pografia y se basa en agroquimicos y energia fsil producidos lejos. La explotacién se hace a partir de una forma de apropiacién de los recursos naturales sobre los cuales no estén definidas suficientemente las obligaciones y los derechos de la propiedad y vecindad, y dadas las precarias condiciones tecnolé- gicas de explotacién no pueden garantizar su propia sostenibilidad. La condicién minifundista del cam- pesino de ladera, que contribuye con una porcién sustancial de la alimentaci6n urbana (se calcula que del orden del 60 al 70% del abastecimiento de vive- res para las ciudades Colombianas se originaria alli), va haciendo que éste, forzado por las circunstancias, agote y explote al maximo sus tierras. Allfse genera un subsidio del pobre rural al menos pobre y al rico urbano. Recientes expresiones tales como la extincién de dominio, 1a iniciacién de las “Reservas Campesinas”, latitulacién coleetiva a las comunidades negras, y la manifestaci6n reciente del gremio ganadero de su deseo de dar tierras para los campesinos, empiezan a moldear un ambiente de solucién que sin lugar a du- das serd dificil pero debemos apostar a su factbilidad. Slo atacando de fondo el acceso a la tierra, a los servicios de crédito y asistencia técnica podremos avanzar a la paz rural y a la consolidacién territorial de modelos sostenibles de produccién agropecuaria, Ejemplos como el programa de “Paz y Desarrollo en el Magdalena medio”, en los cuales entidades como Ecopettol, las entidades intemacionales, muchos en- tes nacionales y regionales acuden al llamado y par- ticipan con las fuerzas vivas y la comunidad de la regidn en el disefio y dialogo sobre'la construccién de la paz sostenible, merecen estudiarse, apoyarse ¥ ‘Medio ambiente y paz promoverse desde todos los dngulos: cientifico, eco- némico, tecnol6gico, social, cultural, porque son la- boratorios a escala real deo que podemos hacer. Otro, ejemplo valiosisimo lo constituye el “Plan de Desa- rrollo Sostenible de la Regi6n de la Sierra Nevada de Santa Marta’, proceso de concertacién y disefio de ‘ordenamiento y manejo integral de una regién, en el cual las comunidades indigenas retoman un papel digno y reconocido por los dems grupos sociales. La oferta de los ganaderos de entregar una parte de sus tierras para contribuir a la paz. merece, en opi- nin de los ambientalistas, atenciGn y discusién, en el sentido de crear el “Fondo para ta Paz” al cual contribuyamos todos con un “diezmo” generoso que signifique una reduccién apreciable de la desigual- dad entre grupos sociales y entre el campo y la ciu- dad. Pazenergética Requerimos una clara y profunda reflexién politica sobre la energfa en Colombia, en el contexto amplio de una transici6n hacia una sociedad mucho mis efi- ciente y responsable energéticamente, que incluye crecientemente el uso de energfas renovables, y usa la energia con criterios de minimo impacto y riesgo ambiental y social. Esa reflexién debe abarcar de manera constructiva y franca, desde los aspectos de laexportaci6n de minerales o energéticos sin ningtin valor agregado y la necesidad de aplicar ciencia y tecnologia e inversi6n monetaria a estos para trans- formarlos y asi generar mayor empleo e ingreso y -guridad de su disponibilidad para el desarrollo na- cional (en un ambiente de competitividad y lealtad para con el pafs), hasta aspectos tan sensibles como el actual modelo de privatizacién al cual llegamos por la imresponsabilidad del anterior, ofreciendo al- temnativas tales como las posibles “empresas de capi- tal Social” en las cuales los usuarios sean también accionistas de las mismas. Es digna de mencién la iniciativa de crear Empresas de Ahorro y Uso efi- ciente de Agua y Energfa para “Socializar la Privatizacién”, que permitirfan que el ahorro logra- do.en estos dos servicios oftezca al usuario, después de amortizar los artefactos de ahorro, la posibilidad de adquirir poco a poco acciones o titulos de propi dad de la compaiiia de ahorro y eventualmente, me- diante la suma de todos los pequefios esfuerzos de los usuarios, adquirir un poder suficiente para com- prar parte de las empresas de generaciGn y distribu- cién, La legislacién y préctica actuales limitan esta clase de experiencias. El mismo modelo servirfa para el sector transporte en lo referente a fa conversin de vehiculos de gasolina a gas natural, lo cual permiti- ‘alos propietarios de vehiculos convertirse en cionistas de los sistemas de suministro de gas una ‘er que amorticen los equipos de adaptacién de sus motores. Requerimos también revisar la filosoffa, monto, sis temas de asignacién de las regalfas y su coordina- cién con los Planes de Ordenamiento y Desarrollo territorial, en esquemas que consoliden realmente el progreso y la viabilidad de las regiones, explorando estrategias como la siembra de bosques para la cap- tura del di6xido de carbono, permitiendo que el pais sea pionero en el concepto de “Petrdleo Verde” y de “Carbon Verde”, consistente en que nuestras expor- taciones de estos energéticos que contribuyen a la emisién de CO, vayan de una vez asociadas a me das de disminucién del mismo en su pais de origen. Estos bosques deben ser objeto de contratos en 20- nas donde se encuentran grupos alzados en armas y narcocultivos, como alternativas productivas, y asi estariamos respondiendo de manera sinérgica a los retos del pais y de la paz. Las acciones violentas con- tra la infraestructura energética, muy costosas social y ambientalmente, especialmente porque castigan a Jos mas pobres, deben replantearse en la perspectiva de una discusién a fondo acerca de la politi gética, no solamente petrolera, en la cual examine- mos el consumo, el desperdicio y las formas organizacionales de oferta energética. ener- Ciudades sostenibles y en paz Las ciudades colombianas presentan una doble con- dicién ambiental: A los problemas propios de la po- breza y falta de recursos caracterizados por pobre disposicién de las aguas servidas, barriadas sujetas a inundaciones 0 deslizamientos, dificil acceso, y marginalidad en el acceso a los servicios comunita- tios y pablicos, se suman los aspectos que habjan distinguido a las ciudades del mundo industrializado, asociados a la contaminacién industrial, a la conges ti6n vehicular, a la dispersion de la urbanizaci Jos patrones de consumo y desperdicio y a la disociacién de los grupos sociales. Afortunadamen- te, algunos de los pardmetras (por ejemplo los de calidad del aire), no parecen haber Hegado a niveles erfticos erénicos, Investigaciones recientes sefialan que las ciudades intermedias estén creciendo més répidamente que las, cuatro ciudades grandes de Colombia, lo cual cons- tituye una buena noticia en cuanto a la distribucién de la poblacién en el territorio colombiano, aunque sea en la Zona Andina y Caribe principalmente. Es, importante continuar el seguimiento permanente de estas tendencias frente al proceso de globalizacién. Ello significaria la posibilidad de un balance més adecuado de la poblacién colombiana en las diferen- tes regiones del pais. Las dindmicas actuales relacio- nadas con la violencia y el desempleo, que han resul- tado en alrededor de un millén de desplazados por la violencia, y un niimero alto de movimientos en bis- queda de empleo, tienen implicaciones ambientales importantes. El modelo urbano en Colombia mani- fiesta la preponderancia del autom6vil particular, si- tuacién que con la apertura de importaciones ha con- tribuido a la mayor congestién, aunque también se asocia a una mejoria de la edad promedio del parque automotor. Los combustibles han mejorado ambien- talmente, con especial mencién en el logro de la eli- minaci6n del tetraetilo de plomo. Sin embargo, sub- siste el reto de la implantacién del GLP y del GNC como combustible altemativo y la promocién y con- ccrecién de verdaderos sistemas de transporte masivo que combinen el uso de cariles y rutas exclusivas de buses y metros gradualmente mas pesados a medida que se requieran, sujetos a mejores normas de plani- ficacién urbana que minimicen la generacién de via- jes. Laciudad Colombianaes compleja, diversa, y mani- fiesta diferencias socioeconémicas muy grandes; re- produce y amplifica el modelo mundial de aumento de la brecha entre ricos y pobres hacia dentro de si misma y entre ella y lo rural y manifiesta claramente las estrategias de captaci6n privada de la plusvalia urbana y de expansién de la frontera urbana, Estos fenémenos tienen actores principales en los urbani zadores informales que inducen la extensién de los servicios piblicos y del perimetro urbano en funcién de su actividad, que aprovecha la necesidad de los inmigrantes por un techo. El espacio piblico debe constituirse en la oportunidad del encuentro y la con- vivencia ciudadana. Muchos de los problemas am- bientales afectan especialmente a las poblaciones pobres por st localizacién y caracteristicas (porejem- plo, los asentamientos informales en zonas de riesgo por inundaciGn o deslizamientos o sujetas a condi- ciones de riesgo sanitario). Es importante sefialar que Ja forma de solucién de problemas sectoriales tales como el del transporte piiblico, el uso eficiente de la energfa y del agua mediante esquemas agresivos de ahorro, ec., tienen gran significacién ambiental; los procesos de privatizacién de los servicios pblicos Tequieren de cléusulas muy claras de ahorto y uso cficiente de energia y agua, porque la racionalidad econdmica de corto plazo es la de aumentar la de- manda para generar mas ganancias. E] ordenamiento territorial, del cual se avecina su mayor cumplimiento, deberd resolver no sélo los posibles conflictos de uso del suelo urbano, sino tam- bign sentar los criterios y lineamientos acerca de los patrones de desarrollo de las ciudades, en Jos cuales queden claramente integradas las estrategias y ex- pectativas de calidad de la vida humana y del am biente. La expansi6n urbana incontrolada, sin tener en cuenta los factores externos asociados a ello, de- berd ser revisada, asf como la dinémica de deterioro urbano que se presenta por ineficiencia en las activi- dades socioecondmicas, para garantizar el 6ptimo uso social, cultural, econdmico y ambiental del territorio municipal. La nueva Ley de ordenamiento Tertito- rial (Ley 388 de 1997), tiene profundas consecuen- cias ambientales, tal como lo refleja su intencién de incorporar esta dimensién en la asignacién de res- tricciones y derechos de ocupacién del espacio mu- nicipal urbano y rural y alas éreas de expansidn ur- bana, La concentracién o dispersién urbana debe ‘ocupar un lugar importante en la discusi6n de soste- nibilidad, asf como la consolidacién de la malla o red de ciudades repartidas en el tertitorio nacional. El caso de Bogoté merece una discusién profunda, por su asentamiento agresivo sobre la sabana de Bogota: {Queremos una ciudad en continua expansién? ,O debemos hacer todos los esfuerzos para que se Utili- cen los espacios enormes que atin existen sin uso en el perimetro urbano? No cabe duda que numerosas razones de tipo econémico, social, politico aconse- jan maximizar el uso del tertitorio actual, mediante las medias que sean necesatias; todo lo anterior esta asociado al modelo de ciudad y asentamientos que implicitamente aceptemos; lo que es absolutamente jerto es que tenemos que construir ciudades més humanas, en las cuales la convivencia pacifica sea la norma. La experiencia de los barrios o urbanizacio- nes en los cuales se combinan de manera ordenada el comercio, la vivienda, los servicios, la educacién y la recreacién, como también, por Jo menos parcial- ‘mente, el trabajo, deben incentivarse, como es el caso de las ciudades dentro de las ciudades conel modelo de ciudad Salitre. Es necesario resaltar que asi como vemos la protec- cin ambiental en un plano “silvestre”, también esta- mos bajo una versi6n “rural” de la violencia, Existe Japercepcién generalizada acerca de que la confron- tacién armada en el campo es la responsable princi- pal de los 86 homicidios por 100.000 habitantes por afio que convierten a nuestro pais en uno de los més vviolentos del mundo. Sin embargo, varios investiga- dores nos recuerdan que este tipo de violencia arma- darural explica tan s6lo un 15 a 20% de esa cifra. El resto, las otras violencias son las cotidianas, las que ‘curren en lacalle, y peor atin, dentro delos hogares, verdaderas escuelas de la violencia. La dimensién ambiental debe contribuir, comprometerse seriamente con la construccién de los modelos urbanos y rurales de paz, por que la agresién es sinénimo de deterioro ambiental. En ese sentido, el documento “Cultura para Ja Paz: Hacia una Politica de educacién Ambiental” presentado por el Ministerio de Medio Ambiente ante el Consejo nacional Ambiental a finales de 1995 cons- tituye una posicién clara, que ha tardado en conere- tarse de manera préctica y no se ha discutido sufi- cientemente con la comunidad educativa y ambien- talista del pais, Globalizacién, comercio y medio ambiente Las diferentes implicaciones de la relaci6n entre comercio, globalizacién y medio ambiente cobran especial importancia en Colombia por varias razo- nes: la primera, porque dos de los principales flu- jos de mercane‘as son ilegales y demuestran una enorme capacidad de permanecer: El tréfico ilegal de especies de fauna y flora, y el tréfico de sustan- 3 narcéticas, ambos con un tremendo poder des: tructor ambiental. La segunda, es porque el Pais se encuentra inmerso en el proceso de globalizacién econémica y comercial, que Heva implicito el re- querimiento de la “competitividad”, para mercados internacionales, entendida en su sentido mas elemental de ofrecer precios mas atractivos, que estén relacionados con la disminucién de sos- 25 Medio ambiente y paz tenibilidad ambiental a menos que la exigencia de los consumidotes y la racionalidad de los producto- res coincidan en la necesidad de reflejar en los pre- cios los costos de la sostenibilidad, cuestién que en principio no ocurre atin; muchos de los productos de los pafses del “sur” conllevan un subsidio social y ambiental a los pafses del “norte”. En relacién con la globalizacién es necesario reco- nocer que la apertura econémica presenta facetas positivas para el medio ambiente y riesgos y efectos que podrian ser negativos ambientalmente; La moder- nizaci6n requerida para competir intemacionalmente se asocia a la necesidad de implementar nuevas tee- nologfas productivas por parte de las empresas, que en general y gracias al adelanto tecnolégico actual, son mas “ecoeficientes”, con menor iso de energia, recursos y desperdicios, y con insumos ambien- talmente menos nocivos. Sin embargo, y como ocu- re con los carros viejos, que cuando se reemplazan Por cattos nuevos son vendidos en el mercado na- cional a otro usuario, con la maquinaria industrial también se sucede un efecto “cascada” en el cual otra compafifa més modesta adquiere la tecnologia que se esté reemplazando y a su vez vende la que tenia, que era atin més contaminant. Es necesario reflexionar sobre aspectos como la pér- dida de la seguridad agroalimentaria nacional que a rafz de la importacién creciente de alimentos se ha ido disminuyendo y los fen6menos del desempleo “coyuntural” explicables por el cambio tecnolégico hacia mayor automatizaci6n, y que podrfan resultar en situaciones permanentes sino encontramos nue~ vvas fuentes de actividad productiva. En el caso del agro, el modelo aperturista puede estar contribuyen- do ala consolidacién de la ganaderfa extensivacomo inica alternativa viable econémicamente, pero ambientalmente muy cuestionable, especialmente en. condiciones de ladera, Ademés, el desempleo y la pobreza rural crecen y terminan expulsando haci las ciudades a la poblacién, y todo ello asociado ala dinémica violenta de consolidaci6n de tertitotio por parte de fuerzas “oscuras” de la sociedad. El tema de los “subsidios sociales y ambientales” de los paises no industrializados sigue vigente plena- mente, especialmente ahora cuando la competencia internacional por captar mercados ha hecho que los precios de muchas mercanefas y productos prima~ ris desciendan draméticamente. Poco sirve que los bienes manufacturados intensivos en tecnologia y capital humano también exhiban precios decrecien- tes, cuando sus niveles de costos estén de todos mo- dos fuera del alcance de la gran mayorfa de personas, del mundo “atrasado”. Otro tema de gran magnitud es el del trafico ilegal de especies vivas. El Ministe- rio de Medio Ambiente ha hecho un buen avance reciente al modernizar la legislacién y la poltica al respecto, pero atin queda mucho por hacer en un tema de tales proporciones y complejicad. Se requiere mucho més trabajo y mucha creatividad en l ambiente intemacional al respecto, especialmen- te si queremos ligar el tema de la paz al de la dimen- siGn ambiental, Se han ratificado convenios tales como los de Biodiversidad, cambio climético, Basilea (Movimientos transfronterizos de Desechos Peligro- sos y su Eliminacién), RAMSAR (Convenio Inter- nacional para la proteccién de Humedales) y la En ‘mienda de Copenhague. En el tema de calentamiento global se requiere construir unanimidad de criterios dentro de las instancias nacionales frente a la nego- ciaci6n internacional. El pats debe explorar con ma- yor celeridad las oportunidades de nuevos recursos internacionales a partir de la evoluci6n de la de “joint implementation’ 0 de “desarrollo limpio” para lle- gar. la reunién de Buenos Aires. Debemos procurar lainiciacién de medidas urgentes que ademis de con- tribuir a la disminucién de dichos gases, incida prin- cipalmente en la salud local y en la calidad del aire, 26 buscando que sean reconocidos como proyectos pi- oto por la comunidad internacional. En esta catego- ria entrarfan los esfuerzos iniciales de “Petréleo Ver- de” y “Carbén Verde” que se han mencionado en este documento, aunque podrfan buscarse incluso recursos de la industria nacional o de la sobretasa a Ja gasolina. ‘Nuestros mayores esfuerzos deben orientarse a con- vencer a la comunidad intemacional de que invirta- mos solidariamente en las formas altemativas de pro-

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