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*************************Poemas****************************
I
Y ahora a ti,
mundo de flores y sauces.
Con un pie danzando al kosmos y aparte
crecemos regando
en noche solitaria y distante,
la semilla,
gota lgrima
que dentro va
y fluye
destilando
psima emocin.
Consagrados
en el estudio de las artes,
devoluciones novicias
cumplen a s
estaciones pasadas
que siempre
quedarn en la memoria.
Esa era mi mano nocturna
en la lluvia, a ti.
II
Suele ser
frialdad esquiva,
profusa huella
intentando saltar
al pozo ciego de las pupilas.
En el paisaje nublado,
mmica incongruencia
de pie
sin ir a ningn lado.
Pero si me da la mano,
me asesina su cario.
III
Ingrvido vuelo de la inconsciencia
sofisticado por ella.
No en vano manantial.
gnea esencia
que recuperar.
Qu nos pas en este viaje?
Cunto dejamos detrs!
IV
Para ascender
primero hay que descender.
Largo es mi camino
que me era corto
en la fatiga
del devenir hombre social.
Sospecho que deber callar.
V
Por la mano
que las heridas sana
y la mano que
al auspicio del combate
incita.
Por la riqueza del hogar
y la valenta
ante el mundo circundante.
VI
No tengo ms
que seguir mi propia lnea
impredecible y activa.
Vivo aqu
pero no soy de aqu.
Es intil hablarle a un animal
desconociendo su lenguaje.
Amarga es la muerte indigna.
Si mal se camina
a ser devorado
se encamina.
VII
De un banco a otro
paseo del pueblo en plazas
con el silencio de las palabras
ocultas, que
entre vegetaciones y aves,
al sendero
llegan sin buscar.
El hombre hoy da,
extiende mltiples cuerpos
por fuera de s,
y en los falsos placeres
los excita.
Sin guarniciones
ni torres,
sin el que le podra pertenecer.
X
Quin es el otro
que abre la puerta
y ante la circunscripta
mesa redonda de mis papeles
se entristece
de no poca soledad?
Dmonos la mano.
Aqu no hay rutina
ni muertos
que no sean bienvenidos.
Hacia la otra punta,
vayamos a pesar del viento en contra,
como una msica suave
aquejada por la quietud contemplativa.
Pero ya se ha ido,
dejndome en mi presente
de no poca soledad.
XIII
Los paseos,
fra est la primavera!
no hay tal
momento oportuno
en que poner frente a ti,
mi deseo.
Primera luz de la maana!
dibujando, fumando en la ventana,
cebando
incansables mates,
y ella, lejana
y verbo de cristal.
Atardece,
la alondra parti
y no canto,
sino muy al fondo.