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compe, Matar uno Goch, ol. 7. Mah: Shrifen det Car Priedrick Connon hang, 8 ‘cing ith Perea tn ad Reotaton Lande Hoe & Stowtton 97. 7 co the nce lsh Magasin ol 5,182 pp. 4607 5. Te ea labour, Babu tow, By 145, 9p 304905, 5. P Casual iav0,artunnsand Machine Landes: Prat Cam, 1968 10, Veawe M,Rone (1989), Reworking the Work Ri: Reonomie Vales send Sut Cultured Pate ones BF Board 30 1 Tahsop. yp 408 12.6. 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Esas cosas ya dejan de ser aptas para el consumo, Esto es ser conaumidor: pero, ja qué nos referimes evundo hhablamos de una sociedad de consumo? {Qué tiene de espectft- 0 esto de formar parte do una comunidad de consummidores? ¥ ademas, ino son sotiedados de consumo, en mayor 9 mene medida, todas las eomunidades humanas conocidas hasta aha . 4 ra? Las cancteristiess upuntadas et el pareafo anterior — sal to, quizds, la necesidad ae entregar dinero a eambio de los ob Jetos que vamos a ronsumit~— se encuentran en cualquier tipo tie sncedad. Desde luezo, as cnras que eonsideramos en condi- tunes de ser constmidas, aBi como el modo eome lo hacemos, ‘arian de epoca en epoca y de un lugar # atro, pero nadie, en ‘ningun tiempo o lagar, pudo sobrevivir sin consiumir algo, Por ex0, cuando idecimos que la nuestra es una sociedad de ‘consiimo debemos considerar algo mas que el hecho trivial, ‘coman y poee diferenciador de que tedos consumimos. La nu trates “una comunidad de consumidores" en el mismo sen vn quo la sociedad de nuestros abuelos (Ia moderna sociedad {qaeeio nacer ala industria y que hemos descripto en el capitur Tovanterior) merecia el nombre de “sociedad de productores". Aunque la humanidad venga produciendo desde Ia lejana hrohistoria y vaya a hacerlo siempre, la razon para llaniar"co- hnuinided de productores” a la primera forma de la sociedad hinderna.se basa en et hecho de que sus iniembros se dedicaron principalmente ala produceion; el modo como tal sociedad for Imaba a sus intoyrantes estaba determinado por la necesidad ‘de desempenar et papel de productores, y la norma impuesta 8 ‘ss oniembros ora lade adquivir La eapacidad y la voluntad de producir. En su etapa pretonte de modernidad tardia —esta oqunda modernidag, 0 posmodernidad—, la sociedad hum ‘ha impone a sus miembros (otra vez, prineipalmence) Ia obliga Conde ser consumideres, La forma en que esta sociedad moldea ‘I'sus integrantes esta reida, ante todo y en primer ugar, por a nevesidad de desempenar se papel la norma que les impo- ne, la de tener capacidad y voluntad de eonsumic: ‘Baro el pasa que va de tua sociedad a otra no es tajante: n0 todos los integrantes de la sormunidad tavieron que abando- har un papel para esumir otro. Ninguna de las dos socieda. rmentionadas pudo haberse rostenido sin que algunos de sus miembros, al menos, tuvieran a eu eargo la produceisn de co- ‘Sas para ser consumidas: todos ellos, por supuesto, también conumen. La diferencia reside en sI énfasia que se ponga on eda sociedad, ose cambio de dnfasis marea una enorme dife- Fencia casi todos los aspeclos de esa sociedad, en su cultu- fa'y en el destino individval de cada eno de sus miembros. Tad diferencias son tan profundas y universales, que justifi ‘can plenamente el hablar de Ia sociedad setual como de una cua . comunidad totalmente diferente de la anterior: una sociedad ‘de consumo Bl paso do agulla sociedad de productores a vata del consu- ‘mo sismifics multiples y profundos eambios; el primero es, pro- bablemente, el modo como se prepara y educa a la gente para “sitisacer lus condiciones impaestas por su identidad social (es deci; la forma en quo so “intoyra” a hombres y niujeres al nue vo orden para adjudicarles un legar en éb Las clasicas insti- tuciones que moldesban individuos —las institueioass pandptieas, que resultaron fndanientales en la primura sta pa de la sociedad industrial—cayeron en desuso. Coa la rapi da disminucién de los empleos, con ei reemplazo del servicio militar obligatorio por ejércitos pequetios integrados por pro- fesionales voluntarios, es difeil que el grueso de la poblacion reciba la influencia de aguellas instituelones, Bl progreso Few _pologieo legs al punto en que la produetiviaad crece em forma inversamente proporcional a la disminucisn de tos empleos. ‘Ahora se reduce el némere de obreros industitales; el nuevo. principio de Ia modernizaciin eg el downsizing (el “ach Eamiento"o reduecion de personal] Sequin los esleules de Martin Woll, director del Financial Times, Ia gente empleada en 1a industria se redujo en los paises de [a Comunidad Europea, tentte 1970 9 1994, de un 50 a un 20%, y de an 28 a 16% en los Estados Unidos. Durante ol mismo periodo, la productividad industrial auments, en promedio, un 2,5% anual! Er tipo de entrenamiento en que las instituciones pandpticas se destacaron no sirve para la formacin de los nuevos cons ‘midores. Aquellas moldeaban a la gente para un comportamion- to rutinario y monotono, y lo lograban Iymitando 0 eliminando por completo toda, posibilidad de eleccidn; la auseneia de ruts ‘ha y un estado de éleccion permanente, sin embargo, constitu. ‘yon las virtudes esenciales y los requisiiosindispensables para Eonvertiree on auténtico consuinidor. Por ea0, ademas do vor odueido su papel en el mundo posindustral posterior al servi, ‘io militar obitgatorio, el adiestramiento brindado por las ins> tituciones pandpticas resulta inconciliable enn una sociedad de ‘consumo, El temperamento y las actitudlos do vida meldeados Borla son contraproiuentes para ln ereacin de fos nuevos Idealmente, los hlbites adquiridos deberin deseansas sobee los hombros de los consumidores, del mismo modo que las vo- 4 ceaciones inspiradas en Ia religion o en la étiea (asi come las ‘apasionadas ambiciones do otros tiempos) se apoyaron —tal como lo dijo Max Weber repitiendo palabras de Baxter sobre Tos hombros del santo protestants: “como un ments liviano, sto para ser artojado a un lado en cualguier momento" Bs ‘que los habitos son dejados de lade a la primera oportunidad y ‘nunca llogan a alcanaat Ia solidex de los barrotes de wna jaula En forma ideal, por eso, un consumidor no deberia aferrarse a nada, no deveria comprometerss con nada, jams deberis con- sidorar satistecha una necosidad y ni une solo do sus deseos ‘podria ser considerado el Wtime. A cualquier juramento de tad o compromiso se deberia agregar esta condicion: “Hasta nuevo avisa?. En adelante, importara solo la fuyacidadl y ele Fcler provisional de todo compromiso, que ne duran que €l tiempo necesaria para consumir el objeto del deseo (o para Inncer desaparacer el deseo del objeto), "Toda forma de consurae leva st tiempo: esta es la maldicién que arrastra nuestra sociedad de conssimidores y la principal fuente de preccupacion para quienes comereian eon bienes de consumo. La satisfaceion del consumidor deberia ser instant res en un dable sentido: los bienes consumidos deberian sat {acer en forma inmediata, sin imponer demoras, aprendizajes 0 prolongadas preparaciones; pero esa satisfaecion deberta ter- ‘minar en el preciso momento en que cancluyers ¢ tempo ne ‘enavio para el consiimo, tiempo que deberia reducirse @ su vex {su minima expresion. La mejar manera de lograr esta reduc: ion es cuunde los eazsumidores no pueden mantener st aten- isn en un objeto, ni foealiear sus dessos por demasiado tiempo; zuando son imnpacientes, impetuosos ¢ inguitos , sobre todo, fieciles de entusinsmar © gualmenty inelieados a perder su in terés on las coaas, ‘Cuando el deseo ce apartado de Is espera, y la espera se ropa ra del deseo, la eapacidad de consumo puede extenderse mu: cho mis alla de los limites impuestos por las necesidades naturales © adquiridas,o por la duraeiéa misma de les objetor del deseo. La relacién tradicional entre las nevesidades ¥ su Satisfaceiin queda entonees revertida: la promesa y a espe: Tanga de satisfaccion preceden a la necesidad y son siempre mayores que la necesidad preexistemte, aunque no tanto que Impidan desear los productos ofrecides por aquella promesa. En realidad, la promosa resultard mucho m&s stractiva cuan 46 | 1» menus convcida regulte la necesidad en euestis experiencia que estaba disponible, y dela cua ba su existencia, es siempre mas seductor. Fl entusiasmo pro- vyocado por la sensaviin novedosa y sin procedontes eonstituyen elmeollo en el proeaso del consumo. Come dicen Mark. Taslor 1 Esa Saarinen, “el deseo no desea la satisfaceidn. For el con- ‘ratio, el deseo deses el deseo"y' en todo cago, asi fonciona el ddosea de un consuimidor ideal. La perspectiva de que el desca f¢ disipe y nada paresen estar en condicionse de resucitario, 0 Gl panorms de un mundo en el que nada soa digno do ser Sescado, conforman lamas siniestra pesadilia de] consumidor ideal. ‘Para aumentar su capacidad de consumo, no se debe dir

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