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METODOLOGIA ESTRUCTURAL Y FUNCIONAL EN LINGUISTICA El lenguaje humano ha sido observado y estudiado desde hace muchos siglos segin enfoques e intereses varios. Hasta casi el co- mienzo de nuestra centuria esta larga labor lingiifstica no se centré en el objeto mismo que pretendia analizar, la lengua, pues los viejos gramaticos buscaban fines externos, bien sagrados y religiosos, bien normativos y retéricos. Ahora, por el contrario, parece que todos intentamos estudiar el lenguaje desde un punto de vista inmanente. No obstante, el abanico de métodos es tan amplio y las terminolo- gias empleadas tan dispares que el ne6fito en estos estudios se encuentra en situacién tan confusa como la precedente. Vamos a tratar de una de esas metodologias, mejor dicho, de una serie de metodologias que pueden agruparse porque, segin los calificativos que se les asignan, intentan poner de manifiesto la estructura y la funcién del lenguaje. Es cierto que la gramitica tradicional, en gran medida, buscaba estructuras y sefialaba fun- ciones, y que incluso el término clave no es de hoy: structura, perteneciente a la jerga de la construccién y de la anatomia, y de- rivado del verbo struere ‘disponer, arreglar, ordenar...’, lo empleé ya Cicerén (Verborum quasi structura}. Pero ha sido la lingitistica més o menos dependiente de Saussure la que sobre todo ha im- plantado esos términos y esos fines, que ademas han Ilegado a di- fundirse entre otras disciplinas. En realidad, la expresién «lingiifstica estructural» es redundan- te. Porque si los objetos que estudia —Ja lengua en general y las lenguas particulares— se caracterizan por ser conjuntos de elemen- vi, 2-1 2 E, ALARCOS LLORACH tos relacionados entre si formando una estructura, la ciencia lin giifstica no puede ser més que estructural. Bien es verdad que esta. opinion sélo se ha generalizado a lo largo del siglo xx. ¥ aunque Jos antiguos estudios sobre el lenguaje suponian la consideracién implicita de que cada idioma constitufa una organizacién cerrada, un sistema, nunca se puso de relieve que eso era lo esencial de la lengua hasta el transito del siglo pasado a éste. Por ello el adjetivo «estructural» suele afiadirse enfaticamente para diferenciar jos mé- todos cientificos actuales de los precedentes, en los cuales el crite- rio predominante habia sido primero el normativo y luego el histé- rico. Al decir «estructural» no se afiade nada. Toda lengua es una estructura porque, en su conjunto y en sus partes constitutivas, funciona adecuadamente; esto es, cumple el fin para el que ha sido instituida: permitir la comunicacién entre los humanos de una mis. ma comunidad. Tanto vale asf hablar de , etc.? No cabe determinar rigurosa- mente cl ntimero de componentes seménticos de un lexema, porque se pondrén de relieve unos u otros segtin el inventario variable en que Io incluyamos. Habré que considerar, asi, como magnitudes de contenido diversas las que desgajamos en los monemas léxicos y Jas que aparecen en los monemas gramaticales. Si con éstos podemos establecer proporciones de contenido precisas y constantes, del tipo de salimos salfamos salen salfan salen salian sale sala METODOLOGIA ESTRUCTURAL Y FUNCIONAL EN LINGU{STICA i salen salimos salgo salis =, = ——— ete, salian saliamos salga salgais con los lexemas esto no es factible reguiarmente. Entonces, es pre- ferible considerar los lexemas como unidades simples de contenido en un primer anélisis, y en cambio Ios significados de los monemas gramaticales como combinaciones de unidades de contenido que llamo morfemas. De manera que en el nivel del signo, los monemas Iéxicos tienen un contenido unitario, el lexema, mientras Jos nione- mas morfolégicos presentan un contenido compuesto por varios mor- femas. Los rasgos que oponen entre si a los lexemas aparecerian en el grado siguiente del anélisis, equivaliendo a los rasgos pertinentes de Ios fonemas. Clasificados los lexemas en paradigmas funcionales segtin sus capacidades de combinacién con determinados morfemas para constituir el significado conjunto de un sintagma, serian defi- nidos en términos no finitos de sustancia semantica. Frente a esto, ‘los rasgos seménticos diferenciales de los morfemas quedarian fi- jados definitivamente, porque cada morfema pertenece exclusiva mente a un solo inventario cerrado de unidades: «singular», por ejemplo, se encuentra sélo en el inventario de los «nttmeros», y sus rasgos seménticos diferenciales son tnicamente los que lo oponen a Ja otra unidad de ese paradigma, el «plural». En cambio, un lexema como el expresado por el significante /6xo/, aparte de estar incluido en el paradigma funcional de Ios lexemas combinables con morfe- mas de «ntimero», «género» y «articulo», puede insertarse en dife- rentes inventarios seménticos: en la serie de lexemas referentes a Srganos corporales, en Ia serie de contenidos «atencién, cuidado, ad- vertencia...», en la serie «manantial, fuente...» 0 en la serie

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