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43 /42 Joo Alianea Universidad Roger Chartier Libros, lecturas y lectores en la Edad Moderna Versién espaiinla dle Mauro Armine Alianza AL Editorial wor Reserves telos fos dense, Be conformal con to ispuesto en ol eat 5M-bis det Cont Penal vigent, presi ser eastgats cou pena de may pric Ibert qienes zopiclone plagiaren. en telo @ pari a oes Terri, fstien ciemtifies Iyjata en exauier i de sip, sh eceptiv © Roger Chante © Hil casts Ali a Vitoria, 8. ho, Mauda, $993 Calle an Igoacin [awa de Tena, 15; 28027 Madrid welt, 741 66 00 ISBN-RE 306-2755.00 Hepes Frat Bf 24440 1995 ‘ncn FECA, 5, Tipe Tae Ls das nave 6 Hanes (Mid) in an ts INDICE Prdlogo 9 TO AL LIBRO AUTORDS, EDITORES, LECTORES Capitulo, {De la historia del libro a la historia de la lectura. (3) Capitulo 2. “Testos, impresos, lecturas.. TT Capitulo 3. {Qué e6 WN AULOF? usnsnnnennnnninennn ESR i, LECTORES. REPRESENTACIONES ¥ PRACTICAS Cap 4. Estuategias editoriales y lecturas populares, 1530- 1600-2. cH soe 93 Capitulo 5. Las pricticas urbanas del impreso, 127 Capitulo 6.” Lectores campesinos en el siglo 3 17 Anexo. L4 Lectura en la velada, ¢Realidad o mito?... 197 tice TL LECTURAS. GENEROSTEXTUALES ¥ GENEROS FDTFORIALES capitulo 7, Los aeasionales: La ahorcada milagrosamente salvada Captulo 8, Los mannates de eivilidad. Distincidin y divulgacisn: lacivilidad y sus libros ‘ Capitulo 9, Las seetetatios. Modelos y pricticas epistolares Provedcneia de los textos de este volumen. 246 284 45. a PROLOGO. Fste volumen, que reine nucve ensayos publicados originalmente en francés, ha sido compuesto especialmente para los lectores de len- gua espatola y tata de ilustrar tres aspectos que, en mi opinién, estén 1a parte intento mostrar la forma en que la historia del libro, ampliando su objeto y st definicién, sc ha convertide en utia disciplina central para quien desce comprender ! Ia produccitn, la transmisién y la recepeidn de los textos, eualesquier’ gue sean. En un momento en que la eritiea literaria se esfuerza por re- conciliarse con las perspeetivas histérieas yen que, como corolario, la ucturas a las pricticas, el estudio de los objetos impresos y de aquellos y aquctlas que los eseri necesariamente relacionados. En la prin historia social desplaza sts atencidn de las. bieton y fabricaron, que fos vendicron © los compraron, que los desei- fearon y los manipularon (autores, editores, impresores, libreros, mer- ceros, lectores, ete.) constituye un recurso esencial para pensar de manera nueva Ia relaciGn entre los textos, las formas que los ofrecen a Ia lectura y los usos o las interpretaciones que fos dotan de sentido! Come ejempl de este caenquc, e€ace el ejempler estudio de Prancisce Rica, “La princeps det Lazarillo. Titulo, capitulaciin gpigrafes de wn texto apderifa, en Pro- Blemas del Lavan, Madi, Fiiciones Catedia, 188, page. 113-151. CE. también su Hotrod nde Franeisew Rico, Madrid, Eiciones Snes Larantle de Twas, ie Cites, RZ, ps OV. 0 Libros, Fectunasy fectones ot la Fadl Mller. La saguinch parte del fil propane, a partir eel caso franeds, una foca- Hizavidr dle kas euestionies y de los envites nsayores de una historia de las peicticas de lectura en has sociedades de Antiguo Régimen. Un proyecto semejante supone asuciar dissintos enfoques, enfrentadas invitilmente con edida de la desigaal presencia cle foo el esta y dleniasiada frecuencia: lan alin de kis esteategias clitoris; ka reounsteuecion (a la yer. antropoligi arqucoligies) dle fas espacio, Jos abjetas y fos estos de fa leet pronside de las representaciones (literarias, pictiricas, aurtobiognficas, ete.) Que porch en excena lectores y Fectoras. Punto dle arranque para compren alos XVI y WH ese pase der las practivas del imprese en Francia entre los sig supone una invitacignn a usa historia comparada, La tiniea eapay de identifi ea evolucione: Vin a dltinna parte de esta reeapilacisn, eonsteuida a parti ke tres este onipartidas y especificidades nacieales? dios de casos, mit piopaisita hia sidey captar has velaciones existentes entre aiieros testuales, formas edtoriales y prieticas de lectura, Los tres corpus cescogilas (los aeasianales, los anantiales de civilidad, los modetos epistola- res) ito han sido clegidess al azar, sino que constituyen tres géneros mayo~ res de kalibrecia antigua, que se divigen tante a kas personas cultas come al pueblo, y que pueden Hevar en stu senw uses y leeturas muy comtrastadas. ‘Aunque el material estudiadhs sea esencialmente francés, también en este punto espero que las cuestiones planteadas y las hipdtesis formuladas ten- pan una arco geogrilicn" > Gonaw puntes ee yefeveneia mayeres part aden vitae Masiime Chievalor, Lectura y letenes en ha Pypata de ls Sighos SX y XV, Mace, Filiciones Toaen, 197% J. Cases, Fabroey lectinas et Laven det sil xv Murciay P86: Philippe Mergers hibvor y ftir on La Valencia del Renacomiento, Was Tencia, Faiciones Alfons Magni, lnsciouciseV aenciania sts 4 invest 1982, y Josie A. Marine, Metin, Leeteras 9 dctones ent ef tard drt Sigh a, Mix ifieas, 1991, CL tamabiw ef miner, I. Revise de Mistovia Moderne Jstorin ale Ia loetnra om apis poe Uri, Cir sein Superine de bavestigaciones € contagion lla yale a Betta Uuales debs Unser de Alrate, WA, VIR Bue bis relics entre pénrs testualee y géinores elitnrales, ef, fo extios| seunid en EU lilvw antiga expat, Betas del primer Cologuio intersacional (Mae Anil, 182 20 de diciembyee 1986), sf eulaco de Mara Luisa Tsiper-Vidicwe y Pealro IM, Citedia, Salamanca, Felicinnes ee fx Universidade Sulwnaes, iliatees Nacio= Ty fos estuine de Wie fue Lufanes, “Los pig snefis poction:cowativuccn rpegeien y coatenide fterari (1482-1620), en filme antique expt, op at, pigs. 287 248; La psa de fccion earseeutits eater lg gncro itexaring el eer eaitoriale, foun of HHopuosc Pie Todi. $8, 1B, cm Fc ration eilenigiar de be fierainra cakaltevesea, Meubles de Ege Innes, Universita lel aie Vasco, BIE gs. 168 EST nal de Miri Soviedad spoiled Historia det Lai jis HIS 124, y oLa mserativa eahalleresea brew Escarray Til L DEL TEXTO AL LIBRO. AUTORES, EDITORES, LECTORES Capitulo 1 DELA HISTORIA DEL LIBRO ALA HISTORIA DE LA LECTURA @Pucden reconocerse en fa evolucién de los estudios que sobre el Jibro se han hecho en Francia desde hace cuarenta afios algunos tas- B05 especificns, algunas traycctorias originales lo suficientemente bien marcadas como pata constituir las especificidades francesas de la historia del libro! ? "Fete articula repreaice el texto dle una conferencia peomunciada en 1987 en fa American Antiquarian Society bajo el titulo +Freneless in the History of the Book: from the History of Publishing to the History of the hanks Para aliener aa -estadn de fy cvestsin 9 i amplio» debers eonsultarse Robert Writing smal Publishing in Eightecnts Century France. A Case Sse in the Sociolygy af Diteratuce~, Dedates, Winter 1571, pigs, 214-256 (tambien in Rober Marnton, The Enerny Undergrowrd ofthe Old Regine, Cambridge y Lon thes, Harvard University Press, 1982, pigs. 167-208); Roger Chartier y Daniel Roche, ‘Le Tere on changemcan le perspectives, Fite de This, bajo la direceign de Je Aqics Le Goll y Prerre Nora, Pasig, Galhimary 1974, oor Uy pigs. 115-136. Ray tmond Bins, 4 Libis, lecture y lestores on la Fao! Mesa Mi propdsito quernia reflesionar sobre dos series de particular dlades, vinculadas ta una a lx otra: de un iad, las patticularidades de Is historia del fibro como dlisciplina, tal como se formé, desarrallé y Hesplez6 en Francia desde el libro fundador de Lucien Eebvre y I Lenti-fean Martin, publieado en 1958? 5 de otro, las particularidades le la edicin francesa misina, eaptada en sus tendencias de larga dlura- Gion y caracterizada en sus rupturas mas significativas. Para hacerlo, ie ap ayant no silo en hie investigaciones que yo mismo he podide hacer, sino sobre roo cn una experiencia que fe una aventura, la de fa co-direceidin con Henri-fean Martin de una Histoire de U Edition Pranguise {Historia de ba Edicién Princesa) cuyos cuatro voldmnenes, que abarcan desde ta época del manuserito hasta niediados del siglo XX, dparecieron en 1982, 1984, 1985 y 1986". La empresa nos cnseié mucho sobre fa forma de considerar el libro, su produccin y su co- mercio, sus formas y sus usus. Es este saber, construide coleetiva- mente por euantos colaboraron co esos voltimencs, bo que yo desea- ria compartir con ustedes. Hace veinte o veinticinee atios eva mas fieil sin duda detinir lo que era fa especificidad francesa en ta historia del fibro, M diferercia respecte a la historia de la imprenta (que Ia historia de una invencisn y de su difusigin, lt histovia de una ando su clisicamente tiica y de sus evoluciones, Ia historia de lus libros mis famasos o los nds tares) la diseiplina, todavia joven y conquistadora, se apticaba com entusiasine a la constitucién de series largas de la produ presa, para un lugar y un siglo, ‘Tomando prestados de Ia histori Jecondinica sus conveptos y sus hetrantientas, la historia del libro tra- taba de esbozar con rigor bx coyuntina de lo impreso, en sus movi- micntes fargos y sus ciclos cortos, en sus periods de ereeiniiente: y quelques wavans eécentse, Annales ESC, (9S, pigs. (91-20% Robert Darnton, «What is the History af Bavks?= Dadlas, Saunier 19R2, pigs. 65-83; Reser Char ties y Daniel Riche, Listes et presse: vehicle des iéese, Sepriéane Congrés Intentional des Laonéves:vapparts prelinananes ? Seventh Internal Cangress an the Enligh- wy 1987, px 99-108, resyrest: bnsaduatary Papers, Ostowd, The Vestaive Fouoat an Felvore 5 He tiny {Apparition dy Ligne, Fadiions Allin Mi hel, ['Coolaiian ae TT Taming 1958 51701 Yoval expand Tor apni del libra, Madrid, UT. FUL A, 195% Miva, 1962 “Hivane de Udita Prone, los la direccia de Losi Joow Martin y Roger Haier Haris, Promodis, «1, «Le livte conqageant, Du Moyen Age at raiica ta VW" sieles, 19825 1, ae lieve tciponplnant, 1660-1830», 198; ¢ TT, Le teamps des fditeurs, Dut Rosmantisnie 3 Ls Hell Fpnquen, 19851, TV, Le liste coneurrenes, 1900 1980-, 1886, (rediciin, Paris, Fayace/Cerele ee fy Libyaivi, (989-1991), sus tiempos de reces! p ‘ye La historia ll fibre aD historia de a Feotea Is 3). Hacicndo hn estadistiea de fos titulos, bien a partir de [i8"abras hoy-conseevadas, bien a part de los registros de privilegios y de permisos de la Direction de la Libraivie, bien, ms re- cientemente, y para el siglo xix, a partir de los datos publieados en la Bibliographic de la Prance, ls historia de In produceién impresa asi Nevada se adecuaba perfectamente a lis exigencias de la historia cuan- titativa cntonees dominante, Igual que para los precios 0 los trafici’, igial que para los marimientas o las muertes, se trataba de elaborat largas seties de datos hamogéneos, repetidos y comparables, No fucron escasos los resultadgs. De un lado, se pudo establecer la éscasen duradera del nimero de ttulos impresse-en el reino de del Tatigio Regimen; cl erectniente solo vendvia mas Tarde, con 7.000 titulos: 15,000 en 1890. De otro lado, asf se descu- bbricron Ias mutaciones fundamentales que ansformaron esa produc nv impresa cn cl Antiguo Régimen. Dos curvas dan su clave: la del Tibro de relipin, que constituye una tercera pat los titutos pu- tetas ert primera iniexct del sigh Xon, le ited CH Tos aor TO8D, anerterecra parte de nuevo Taela 1730, pas ssl una cuatta parte en 1750 y una décinna parte ex 1780; lx de todas las obras que pueden clasificarse bajo la nibriea de «ciencias y aitéer, eyo crecimiento en cl siglo xvii esta cir razon livers del retrocesa de Ia teologia y de la AéVocién, que se dobla entre mediador de siglo y Ta Revolucion: gTRTO oh Aen La pare estacl ada durante dos siglos por las demas categorias (el detecho, Ia historia, fa ieratara}, ef descubit™ onTGRU GreHeTaT de TH Tistora serial del Wbro a sido por tanto es gran movimiento de cambio que desacraliza, de forma tardia pero Fa ical, Ta produccion impresa, dominada por el libro religioso en cl momento de Ia erecida de Ia reforma catéliea, y que paulatinamente va dando mayor espacio a todos los libros on que se inventan relacio nes huevas entre el hombre, la naturaleza y el mundo social. we — Xt “Tensi-Jenw Matti, , Mise de Mabon fev op ets te ML, pigs. 102. 121 * Manyn Lyons, Le tnonphe de livre, Une bistaive sociologique de la leetnre dans 4a France dv 13" side, Pais, Promoia/ Eas ly Cercle deta Libaicie, 1987, pigs 7614 * Jean Heine, eLes nouvenus lecteurse, Histoire de UEdition Prangaise, op et 170-50". De la historia del bro ala histori de ba Tectara 2 peetativas se encuentran colmadas por una total reestructuracién del es sin duda la trans- inundo de la edicisn. El dato ms sorprenden formacién de la circulacién del peridico. Caro durante mucho tiempo, vendido silo por suseripeién y, pese 4 las iniciativas del Gi- rardin en el decenio 1830, accesible solamente 1 una clientela relativa- mente acomodada, el periddico se vuelve, gracias a su costo rebajado (an som el cjemplar), gracias a su amplia difusisn asegurada por el fe- rrocattl y la posta, gracias a Ia venta por néimero, la mas popular de Jas ecturas. ‘Toda una gama de impresos nueyes, que no son libros, © no lo son redliiente, es oftécida ent ate inionces a los lectores teéiiteinente Eonguisiados: el periddico ctiyos folletones separables cionarse y encuadernarse, los séiianaii i publican mas que novelas por enitregas, las seties vendidas pot 88 y luego por fasciculos, 14s gordos’y de formato Fis pequcho, por iiltimo, las novelas a trece fous y luego a eatorce 5 riddicos, © periddicas-libras, estos productos inéditos ganan para la imprenta una clientela variopinta pero, a buer seguro, ampliamente popular y femenina”. Asi, después de 1860, aunque la imprentetmr plia Su infliesivia Sobre la’ sociedad entera, proporcionando a cada cual la Iectura que fe conviene —o que se supane que le conviene— esa hegemonia pasa por una tyausformacién_profunda de la economia ea recede Se sarc ace cFraneipadosde su dorama: a daria, el periodical megane OR pesar de ello, Ta Techa de 1830 nos ha paretidocunacesura.im; portante y la hemos retenide eoiio tii Momento que puede separat “Log Validindnes segundo y tercero de nucstra Histoire de l'Edition Francaise. ;Por qué? El trabajo de edicién, cue elige 0 encarga los textos, que controls las operaciones por las que éstos se vuelven li- bros, que asegura su difusién entre los compradores, constituye con toda evidencia ese proceso fundamental en ef que se eruzan fa historia de las técnieas y Ja historia de fa produccién, la sociologia del mundo de la libreria y Ia saciologia de fa lectura, el estudio material de los li- bros y el estudio cultural de los textos. El concepto de edicién ha sido colocado, por tanto, en el corazsn de nvestra empresa, De alif, necesariamenté, tna interrogacidn sobre sus variaciones histéricas, las formas sucesivas que son Ins suyas, y las rupturas que jalonan su trayectoria $F Anedlavie'Thiese, Le Roman de quaitien Lectows et leurs popnlaives le AD elie Epoque, Pati, Le Chemin Vert, 198 EMT aut r. [a lectuea publica, realizahi en une sido rey ode un grande, el envio. cjemplar cuidado con a cledicatoria poderosa, Ta.entcepa de lao ting Wistituclén (por ejemplo, a una orden religiosa) que se cnearpa de ditundir » aye Ins Sass diferentes ma anes veces Ia veut 1 alquiler del crite aun libreroy Ta Oda aia aga ditarm un texto en la Edad Me- wr autoriza Ta cireulacie fexto, permiticnde que se hagaiy nuevas copias al margen inclico de & primera forma del proceso de edieiea ha podria sein woenda para defender Ia comtinuidad entre el libro manuserito y ef fi bro impreso, puesto que ante tHe comio otro se Feproducen, c Fias decenas o centenates de ejemplares, a partit ke un texto corregico, revisads, autorizado —el archetypuon 0 exemplar de fa estad del ma auscrito— que sieve de ejemplar de referencia y de modelo idéneo pata copiar. En cualquicr easo, esa forma no quedard totalmente bo- rrada en la edad de la «print ertture> porque la lectura de autor, 0, ms generalmente, la fectura en vor, alta de textos copiados a mano lgu- nos quedan manusetitos, otros se imprimirin luego) seguied siendo uno de los medios de hacer publicas las abas, de weclitarlase en Ia so- ciedad de los salones literarios y SB) Emel sau 6 academias cultas. wo répimen tipopeificar eure mediadasdel.sigle xv y. %, la actividad editorial es ante tode wi actividad ertacleres libreros parisienses y Honges dal tempo” io, de fortunas sélidas, los grandes libreras de la eapital enel siglo xvi, mimados por el poder real que les otorga privilegios y cneargos ®, las poderosas sociedades tipogrficas instaladas en el peri metro del reino ea ef siglo xvin, enmatean e ibrerfa aiitigua se ‘s._La.primesa_es la bigi Bruresas inversions rma de ser editor que del capitalismo co- ™ Pascale How Git Ta sigs AN 7 ” Kawi Pats nea, Li Iaivie Dive, 1974; Natalie Zemwa Davis, «Le mnnle ae Fimpeiimerie humanist Lyane, Histune de PEdlition Fangaiie, up. ett. Topi, 24-27, "Temi fean Mastin, favre es eranuserites, /Pstive le Falirion Franguie, op hes tense love i Pavean WWE seule (1595-1560), onset soe op eit tM pies 27M 44 Ki TCE Boidos Tos que publican textos prohibidos (persemos, por ejemplo, en el consorcio que produce la edicién neuchatelense de la Enciclope- dia, estudiada por Robert Darnton), buscan fa benevoleneia de las aus toridades monsiquicas puesto que son estas lay que distibuyen Tos iRrmisbe registanlos 6 verbal}, protegen dé ly eofipetdones, tole" FAD PFOHIDep, ELrépimen jur ‘diego breve wagUIS CB sus dife- rentes categorins de permisos y de privilegios, su censura previa y su policfa del libro, conduce indudablemente a ese fuerte vinculo entre I edicién y el poder. Peto éte cxpresa, sin duda, algo mgs profundo: tina michal Antiguo Régimen (compartida por otro lado por numerosos esctitores) que considert que emprender es sieny prender a costa de un competidos, que picisa eid Ho conitradicto- Fias la libertad (del comercio o de las ideas) y Ja protectin del Estado, dispensador de puestos y de gracias, que asocia hs eapéculaciones a= daces y las depentlencias aceptadas. a edicién como profesidn auténoma y el editor en el sentido joderno del tgomino Ho aparecen, por taiito, eh Trancia gine tardy jee, Sir dude atredeitor CeTBIC, Para ea apwvicion se precisabar om liciones: de un lado, que ef trabajo de cliciotr we eirancipase ~ del comercia de librerta con ot queantes estaba confundido; por otto ue tetside tt procter te Larcacta de Tibva Tease ele ciGir del manuscrite a las soluciones técnieas, de las opciones estétiens a las decisiones comerciales) se concentrase en kis manos de un solo hombre. No es por tanto sofpratente que traparicion del editor” Kaya estado unida al éxito del libro ilustrado, que exige, mas que los ottos, esa firme unidad del proyecto y de la ejecucién. El editor Léon Curmer fo atestipua cuando se dirige al jurado de la Exposieién de productos de In inclusteia francesa en 1839: «El comercio de libre como se enticnide por regla general, no consiste on otra cosa que en tin intercambio de diner por hojas impresas que el encvadernador enteega después on vohimencs. La libreria considerada desde este punto de vista habia perdido el cardcter intelectual que nuestros ante- pasados habjan sabide datle [..}. La libreria he aleanzado hoy otra importancia, y lo debe a la profesién de editor que ha Hegado a im- plantaise en ella desde la introduccidn de los libros ilustrados [..- El editor, intermediario inteligente entre et publica y todos los trabaja- doves que concurven en lt confeccidn de un libro, no debe ser ajeno a 2 Libros, Ieetrasy Teetores en fa Fae! Mederma siingune de los detalles del trabajo de cada una de esas personas [..} Lista profesin es més que un oficio, se ha convertido en un arte difi- cil de ejercer, pero que compensa anpliamente de las molestias que ceatisa con los goces iatelectuales de eada instante> , de- Exe texto atestigta claramente Ia invencidn de_una profesi dad de dos n Tae En signada como tal, quic constituye st especil priner lugar, al separarse de lag pricticns téenienr de In imprents yr de fas comerciales de la libreria, Lucgo, al situarse del, lado de lag setivi- iiaces intelectuales y artisticas —lo eual suponia tratar de eonferir al itimidad inédita, del mismo orden que cl de valerse los escritores. De ahi, invariable- fivevo oficio una t aquella de Ja que podia mente, tna Censisn entye ese ideal intelectual, que obliga al editor dediear la mayor parte de su tiempo a fa lectura de manuscritos, a cucatros con los autores, a x coustitucidin de su fondo que se vuelve su tinico vendimiento, y la realidad de las presiones que pesan sobre su actividad ceondmiea, La (ragilidad del erédito bancario, crénica en la Francia del siglo s1x, la dureza de fa competencia, que se hace més dura todavia cuando se recurre a fa publicidad, las exigencias nuevas de los autores, que quieren o deben vivir de su pluma cada vez mis, son otias (antas amenazas para la actividad editorial Las quicbtas, producidas en eantidad cu torno a 1830, luego a fina- les de los aiios 1840, y luego todavia durante la «crisis del libro en el nig 1890, son fa traduceién de estas incertidumbres de la edicién niueva, Pero, al mismo tiempo, eadla Gpaca de crisis aparece, en el siglo Xi, como tna condicidn para [a innovaciéa. Asi, tas los desabrides aiios que crmarcan [830, la edicién inventa unos abjetos nuevos, re- duce los formatos (por ejemplo los clésicos Charpentier, en formato in-18), plagia del petiddico fa formula del libro publicado en fascfeu- los y las enttegas anpliamente ilustradas, vendidas a poco precio y lanwadas con gran despliegue de publicidad. Asimismo, las quicbras antetiores a 1848, al marcar el fracaso del proyecto romantica que so: fiaba con poner al aleance de los mis populares de los lectores os mas hemases de los libros, abren ef camino a los grandes éxitos —a veces temporales-— de la segunda mitad del siglo: los de Louis Hachette, Pierse Larousse @ Jules Hetzel que satisfacen las nuevas demandas de lectura, desplazacas hacia los manuales escolares, los libros para la ju vent, la literatura de estacién y fas obras enciclopédicas. des © Odile y Hemicfean Martin, «Le monde dee editewres, Iiuoive de f Edition Bangise opt cit IME pigs, 198.71, ita pa, (82, 'S De la histori del libri al historia de la lectuea 3 Por dikimo, la mayor sacudida de finales de siglo, que puede le- erse como una crisis de superproduccién, tiene un efecto doble: opera una dristica scleccién entre los editores establecidos, contras- tando a los que tienen fuerza suficiente para resistir la sacudida y los que zozobran definitivamente con los tiempos diffciles; conlleva et nacimiento de dos editores nuevos que van a dominar la produceisn Ficeearia del perioda de entreguerras (en 1907, hs Editions Nouvelles fundadas por Bernard Grasset, en 1911 las Editions de la Nouvelle Revue Frangaise convertida en Librairie Gallimard ocho aiios més tarde) ®, También con la crisis Ia edicién debe reforzar sus estructu- rasta la época de los editores, de esos empresarios conquistadores que inventan una profesién, le sucede la época de las casas de edicién, organizadas en scrvicios de competencias distintas y complementa. rias (Ia diseccidn literaria, fa fabricacién, la gestién comercial, In pu- blicidad)”, gEn qué medida esta trayeetoria y esta cronologia fran- cesa, que hace suceder tres definiciones y tres modos muy diferentes de Ia actividad de edicién, valen para otros patses? Sélo las nacionales de la edicidn, actualmente en cl telaro en proyecto, perm tirdn responder a esa pregunta, La revalorizacisin del concepto de lectura va a la par con la del concepto de edicién. Se ha dicho qiie 14 historia francesa dél libro fia considerado durante demasiado tiempo la lectura como una préctica siempre semejaute a Ja que es hoy, y como tina recepeién pasiva de los mensajes portados por los objetos impress. La revisién ha sido doble, y fructifera. En primer lugar, a comprensi6n de las discrepan- cias socioculturales a partir sélo de indicadores estadisticamente me- dibles (por ejemplo, las tasas de alfabetizacién o el peso de la desigual presencia del libro segxin los medios sociales) ha parecido algo corta. Si atendemos a una sociologia cultural mas que por las distribuciones, la historia del libro mudada en hist Ia lectura se ha esforzado por restituir las formas contrastadas con gue lectores diferentes aprchendian, mancjaban 7’ se apropiaban de, los textos puestos en libro. Asi eran definidos el programa y los pri cipios de una historia de las forinias de leer, cata i nes econoldgicas y en sus diferenciaciones sociocult Ticabeth Parinet, -Ledition Kieéraive, 1990-1914>, Histoire de FEadition Prangaite op. cit, WV, pig, B18? 2" Fliabeth Parinct y Valvie Teenitre «Une eneeprise: lamin ei tnive del Edition Freee, opt, AV, pigs. 122-147, ane, Hie M Libs, letras y fotores en fa Flul Moderna Varias oposiciones fundamentales han orientate el enfoque. Ya tos hemos cneontrada con el que contrasta fa lectura ieee oralizada y la que pucde hacerse por los solos ojos y en silencio —sin ea que los Tainan Haves pena, Puede dar eutenta, ala very de 0 lectuales ile los ried iss iavencidn de la imprenta, y de la larga pe tural fundamental ie reciente Mae inde sprovistos eit el hecho de que deben leer en vor alta o en vor, baja para poder comprender lo ue lees. Segundo contraste: entie fas lecturas de la soledad, del retiro, del secret, ¥ las lecturas hechas en publico. Dado que asi ocurre en a transformacién profunda de las pricticas inte- »s cultos, lectores silenciosos desde antes de la sistencia de un desfase eul- nuestro mundo, la fectura ha sido percibida wadicionalmente como el wlividual, coma. una prictica nes dan acto por exeelencia de la iutimidad furdamentalmente privada. Y, por supueste, textos ¢ int testinenio de esa fuerte relacitin entre la actividad lectova y cl retira dlol mundo. Pero también debe reconocerse que hay otras fectu distintss, que no se hacen en cl aislamiento, que no son solitac sil on Francia, por las institu que pe miten leer sin comprar y donde el encuentro cori el libro se hace er un espacio colectivo: por ejemplo, las colecciones abiertas al priblice y los gabinetes di pales, mitridas por las confiscaciones revalucie bibliotecas eseolares y las bibliotecas populares, en sus inspi contrastadas, filantrdpicas @ asociativas. De ahi, paralclamente, Ia atencién prestada a todas las formas de lectura en alta'¥o?, comprén- dida ne slo como medio de haver patticipar a fos analfabetos en. la cultura de lo escrito, sino también, y sobre todo, como una forma de hecha por tanto por qitién iciasas, De aby el interés, reciente Lectura, por ejemplo las bibliotecas munici- ias, por ejemplo las ones sociabiiidad, familiar, mundana 0 c sabe leer a quien sabe leet. De kx diligencia a fa taberna, del saléin a la , del encuentro amistoso a fa reunin doméstica, son muchas 1x on las que leer en vor alta, acade las circanstancias etre los silos XV1 y 5 sto normal, esperado. La lectura no es, por ppara los demis, es un : tanto, solamente una figura de lo intimo o de fo privados tantbign os cimente y expresién del vineulo social ™ nisin et sucishilité: Live 3 age vis dans [Esme meudernes, * Roper Chartier, aw UIP sede, ene de 1990, sips, 127-147 [trade Linnéraaane dusique, Loc patola, Roger Chavtier, «Octo y sexabiliiad ls lectus a vox alta en by Fuso aio Fsnudies sobre historia cultural, Barcelona, Ge- alesse, Elam conn sepacsentaci diss, 1992, pays. IL 1 De la historia det libro a Ty historia de ha eetuea 35 ‘Tereer desfase: In diferencia reconocicla entre leetyra eultay_le ura spopulais,'La colecta pacicnte de lo que los leetores més humile des han dicho 0 eserite de su lectura, asf como fa reconstruccién de la ectura implicita inscrita en los objetos impresos que estaban destina- dlos, si no exclusivamente al menos masivamente,a los lectores popu- lares (en sentido amplio del término) han permitido caracterizar, eh su diferencia, una forma de leer que no es la de los virtuosos det fh. bro. Esta forma de leor exige puntos de referencia explieitos yan plicados, titulos numerosos, restimenes frecuentes, Ia ayuda a la imagen; solo parece ficil si contiene secucucia y cerraday so- bre sf mismag; parece bastarse con tna cohatéa ae por asociacidn de unidacdes textuales (capitulos, ftagiientos, parrafos) slesunidas.unas de otras. Discontinua, aproximat va, vacilante: seme- jante modo de leer orienta fas estrategias cditoriales puesto tie da sus formas a los objetos tipogeificos propuestos al niayo dinero de lea, toies y guia el trabajo de adapracién que modifica un tento-cuand6 <6 da a leer « nuevos lectores, menos cultos, en na nueva-férmula-ed torial, menos costosa, Define también una relaeién particulat zon I cultura impresa y un modo especifico de comiprensién que trazan tuna frontera cultural fundada no sélo en la desigual reparticién del bro en una sociedad, sino en los diferentes usos hechos de textos que pueden ser comunes a diversas clases de lectores®. Ba Ts actuatidal, aunque estas oposiciones macroseépicas conser= van su validez, deben sor alinadas desplazando Ia atencién hacia unas diferencias en menor escala. Reconocerlas supone, pot ejemplo, con- sidcrar el estatuto especifico que tal © cual medio da a.un libso pat- ticular cuyo uso define lo que debe ser toda lectura: asi, la Biblia en los protestantismos calvinistas y pietistas, el libro de magia o el alma, aque en ciertas sociedades rurales, Ia novela para muchos lectores urbanos después de 1750, o incluso los libros de Rousseau para una clite ilustrada™, Con semejante enfoque, podemos volver a pensar la ® Roger Chantcn Lectives et lectews dane la France d'Ancen Regine, Parts, de ions du Scull (947, lea. espanol, Reger Chartise, «Los libres aulets y«Fguras Th serarias y expeviencias sociales: In literatura picatseca en los los dela Biblioteca Haile, El manda ono veprescatacitin, op. et pds. S102 y pige 181-243), "David DU, shutcoductions ‘The Usee of Literacy in New England! 1600- 880%, Printing sind Society in Early Anserica, edited by Willi L- Joyee, David 1), Hall, Richard D. Brown and John B Hench, Worcester, American Antiquarian So ciety, 1983, pips. 1-47; Daniel Fabre, «Le hee et sn magien, Patiqnes de le letare bajo ta dieccién ce Reger Chartier, Marsela, Rivas. 1985, page 181-200; Reert 3 definicidn misma de fa diferencia social, Libros, leetora cstablecidas por h historia social, [a historia feccanay be peTmecido mucho tempo prisvoncra de wn organiza Tas apmsictones ntTe TOE BF Witaenciay 86 Giigwa, sin emia Bure souales, pero g Ganine Par ear comm rim clecio de retroceso, Ta historia de! ear puree ayudar a fi historia social a reformar sus propine ire cal ‘plot trabajos La hist res, entre urbanos hombres y mujer y furales ents ene eos Ye inalosy y tanibien enlre Tis Reneraciones, entre Tos olicios, entre Tos catogorias y divisions Mas el envite de una historia de Ia Ieee efecto, en una aparente contrad cribe, omnipotencia del entonces fa eetsra no puede consid noma y sis variaciones apy mportan; 0 libertad del lector, productor inventive de s coriados en el texto nrismo, y entonces Is b nara con diseminarse cn una colccta indefi dectibles unas a podria parecer como una historia de las pricticas d iifiear las modalidades compartid sn emer el emt ig un lector stm COMA pret id “ar FeRTOe tinivid hi deviate tow Tectores (U Spor sit posicion social yas disposicig pairs pitetica del Tormales lame: Rousseat: [a const oilseed ouras. ales, 1 Tr Tie eee en ea ee propia dal de Kectores produce una significacton que rencioy historica “Renders Respond to Ret The Great Cat Abaweaste, op til tle pit pars. 200-238) | cet) Y, Transformar en tensién operatoria superable apo Je Jeotura que, para Fue pane ei el por otto, los a atipagealicas® en el 214-286, (ven Ta cenaibiicé si sy feetnres ca fa Ealad! Moderna Ins divisiones mayores francesa del libro (y dé Ta jarma de qipos a partir unicamenie de sas 3s, Lo eual exphea el Tavor oforgado a Tr de laiga duiacion dee PRACTICA MELT uc hay. otras divisiones, igual de importaiite’y jue ponch en juego otras discrepancias: entire” cat no est sélo alii. Se ins- iecién: 0 bien se afirma la sto y su poder de presiin sobre el lector, pero se ya como tina préctica aute~ Trion se dla Ia primacia a la ceatidos singulates, no en= historia de Ia Lectura ame- inida de experienc lo que i: ése es el intento de una cada poea y cada medio, Cel Teer que siiiant iro dest lees propia “accosiniecisn I soclfmentevaciabe, se 1 pues comprendida en ef eruice entte, por wi lado, las propieda: se peters especias, lentes jatados de competenicias espeeilic culturales, caractetizados wos escriturarios.y de los textos impre- ispo jseavs The [alrication of Romantic Sensitivity, fr Le courtier des lecteurs de wen, Le grnd massacre des cht De la historin del libra bo historia de fa Jeeta y sos— que son 1s textos. apropiados por la lectura. La constata- Gdn permite esbozar un espacio de trabajo qus sitaa todo proceso de produccién de signifieacién como una relacién movil, diferenciada, dependiente de las variaciones, simulténeas o separadas, del texto mismo, de las puestas en inspreso que lo dan a leer y de la modalidad de su lectura (silenciosa u oralizada, sacralizada o Iaicizads, comuni- taria o sulituia, publica @ privada, rudi ao virtuosa, etc). De este modo queda anvdado ua vineulo, algo pataddjico, entre el estu- dio de la materialidad de los objetos tipogriicos, la reflexién sobre las estrategias y las fovimas textuales, y la histeria de las précticas eul- urales. Funda un nuevo espacio de trabajo que redne saberes hasta entonces destinidos, qute busca las diferenciaciones socialmente nafs arraigadas en los dispositivos mas formales, que invi tarea a los historiadores de los textos, a las bibliograffas y a los histo- riadores de las divisiones socio-culturales. De ese crecimiento iné- dito, de ese retorno al texto y al objeto que, sin embargo, no supone perder nada de In tradicién de 16 Avinales, tal vez pueda hacer vita fhueva especificidad [rancesa, 0, mejor, una nueva ébitiubidad de sa ber que no limiten las fronteras nacionales. . : ¥ cello tanto més cuanto que las cucstiones 4 bro, dela ediei’n y de la Lectura puede formular rradas on los tervitorios naéionales_La circulazion del escrito imiprsser y las pricticas de sui foctira se sitian, en todas sus modalidades, en el seno de todas las evoluciones mayores que transforman la civiliza~ cidn europea, o mas ampliamente occidental, entre finales de la Edad Media y fa época contemporanea. Eso ocurre con el proceso de civ zacién tal como lo ha identificado Norbert Elias y que articula sobre {a construccién del Estado moderno y las formaciones sociales que engendra (por ciemplo, la sociedad de corte’, Is mutacién de fas re- plas y de las normas que controlan las conductas individuales™. Eu fa inculcacién de estas nuevas coacciones que fienan los afectos, censu- ran las pulsiones y elevan el umbral del pudor, el impreso juega un papel esencial porque fija y explicita los gestos Tegitimos y los que ya no fo son, y porque lleva, fueta del mundo estrecho de Ia corte, fa nueva civilidad, erisenada en Ia escuela, presente on Ia literatura poptt- la historia del li. ‘mpoco estén ence~ Nhe Elie, hey dew Prozess der Ziviliavin,Soviogenetixche und prychoge: netische Untersnchinger, Bas 939, Berna Verlag Francke AG, 1969 y Franefort, Sulikamp, 1978-9. [Cra espaol, Bl proceso de fa civzacén Investigaciones socingenctiaty pricogenetcas, Mari TCE, 1988) ow tuibros, leeturasy Tectores en fa Fdael Matera De la historia del libro fs ora de fa Teeter » mnismos téeminos de Jurgen Habermas". Siguiendo a Kant, puede de- fiizse Cito UMregpacic de debate y de critica en el que las personas privadas hacen tn uso puiblico de sw e475, con total igualdad, coal lar, Compreneder fa forma en que una nueva manera de estar en a por tanto rade bes pole impanerse a una sociedad enters pres aencisn 3 es hagases socials que fy communica a conte, la ioe sping de a rant co ol a es fg cocucla, [a ilesia), pero tambien a los fibres que fa cransert- uiera que sea su condicién, y sin git pueda ponerse ningsn Mig Familia a escsl, aigesia pero tambien 1 aercieio de su juicio. Esta sesfera pablies pitied aparecida et prim ror lugar en Inglaterra, luego en Francia y en ol continente, Hle- vada por las formas de sociabilidad, mas o menos institucionalizadas dela edad de las Luces (salones, clubs, cal Jugias, sociedades liters aris nar eaher Teer el saber escribir, [a eirculacion ans dens | Fins) y es hecha posible por la civculacién del escrito impreso. Og: > sean listen de Ta lecttasilen- see feant en su texto de 1734 Was Ist Anfklareng?: «Entiendo por dectets ctr el lector y su lt vr publico de muestia propia raz6n aquel que se hace como sabio Tehae del eonfunte del publica que lee.» La opinién pablica resulta asi identifieada con una comunidad de lectores, que lracen able ws Gansmiten, y a ses Usos™ wala gran twayectoria apoyada en el fibro: ka que ¢ una edleta privada de fa existencia, separacla de los eguiles aor aeae y austraicla a fn influcucia del Estado, Para hilippe A be de lo escrito, 2 ciosa que instaura ania relaeién ftiaa forencem ouras tantas condiciones necesarias para que pues emer a yea viafama de «privadon ®. Desde luego, com se ha dicho, leer | : dale 060 See ne oo ee leer a varios, para el del snspuesor ei I coivivialidad cereana de ls lecturas en comin gic ot 7 cencntan fg mucvas forinas de fa sociabilidad in:electual; en Ts te ave a pata el ccin, son gestos que resister al proceso de «priv "i : ctvaly en i refle Need i que pepe on Fig a que no es: h del retiro del indi ign solitaria, y sin embargo coiiipartida, que avtoriaa kx checilacién naserite © imp Viduo fuera del manda, Sin embargo, Ia tendencia fundamental es del libro. Asi vista, la historia de la lectura es une. dels temas mayo- sae ‘oat cn la Wescign personal conel escrito tanto as pied [yes de-un estudio dé fi constiizigat de a cultura politica moderna, {que afirma frente al poder del principe fa legit declererities, due modela Ia comunidad efviea sobre [a comuntzacidn y la diseusi6n de las opiniones individuales., ~~ —— ‘De estat tres trayectorias, todas conciernen a Francia, pero nin- | guna lees propia, Comprenderias » partic de ls prétias de lectura bie i dee iodgdanlividual laine | Fears por tae ne Nariainente, situatse en una petspectiva com- \ pparatista, De alii una constatacién para conchuit Podrfa parecer que | Te historia def libro, en este momento, se replicga sobre los espacios maclonsles, con la lloraeién, wn poco por todas partes, de proyectos i wiliea Tos Ue historive de la edicidn, La tarca resulta sin duda indispensable para sje, pais por px, se analice la situacisn de los conocianientos y se di- args el programa de las investigaciones a realizar. Sin embargo me parece que tales empresas solo encuentran su verdadera signifiencién F pueden Hlevarnos a pensar de otro modo, bjo una nueva li las ie adiealmente fa relacién del hombre con To des nuevas, que modifi veias que permiten Ia construceisn del yo do, como las exper saey, Elenvite de fa historia de la Feetura, desde esta perspectivas 6 por tao el teazado de la Frontera, mévil inestable, entre lo privado y fo paiblicn, y tambien la Uefiniein misma de difegentes formas de say 13 privado, eoinei inidad familiar, la suciabilidad conyivial ® Pero ls prdeticas de Heetura también estan on, él ceso que ve, frente a la autoridad del Estado, fa aparici Sapacie publica, de una «esters publica politica, P TChetier, sDistinetnn et volation: iii ot ae Fvese, ees ora Regime, of et, pays 49-86, [eos uamaes de ciii= fecteses dns da Prune det a ncn acu ys Rn, wae info, IE Pal evoluciones que han marcado, con desfases y con diferencias, a todas ice ies stn eine dae inden tte de of Fede Ine sociedades de Earopa y de América. La historia del libro, conver- Dias, Ealcins du Seu fees telson historia de la edlicidn c historia de fa lectura, tiene mucho que Freee, are, IRE, ps 7-0 Resa 05 Emm Four i ia, ia pr Pipe AREY ee far sobre [y forma en quie se transformaron las condiciones del Ha steno Hy =D Retin Hosa, Yale Gercicio del poder, las dliscrepancias entre los grupos y las clases, las 7 Mer nie 19, 1548.7 1) ee grguee deci, it de wee eed oper oar Char aston de I ses 2-6 ppe Ariés y Georges H ‘a copatiols, Phifipe Aris, Para una pede, (ML op. a cette: HT ge dinegn Habra Srandsnrwandel der Ofjentlchkeit, Newwied y Berlin, Her mann Luclierhaed Verlag, 1962. Fatale fa ide postal, 100 +0 Libros, feeunasy Ieetures en la Edad! Moderna précticas culturales, las formas de estar en sociedad. Asi pues se trata nycnos de eaisetcrizar fa sprinting revolution» en sus rasgos espectliz cos que de comprender ta forma ea que ¢l libro y_sus usos, antes y después de Ia imprenta, dieron sus figueas propias a las @oluciones maestras que tansformaron las sociedades a uno y otto lado del Atlfnticn. ao La especificidad francesa en Ia historia del libro no es ya lo que erat las interpelaciones procedentes del exterior, las dudas niacidas en dad forjada en los espacio de trabajo de los historiadores franceses que piensan que la produccién, la cir- clinterior han heeho volar en pedazos la ide: sfios 60 en torno a una historia setial y social calacién y la apropiacidn de los libros son datos fundamentales de la historia de las civilizaciones, ya no les es particular: lo comparte con ‘ottos que, a su ver, también relacionan ef estudio de los textos, el de fos objetos escritos y ef de sus lectores y leeturas. Por lo tanto zhe anos dv decir que hoy, en la historia del libro, Ia especificidad [ran- “esa ya no existe? Tal vez, salvo que no consideremos tipicamente iceses Ia voluntad de poner ka historia de fa cultura impre sicio de cuestiones de gran envergadura, el gusto por la lite: isn y Ia tentativa de relacionar estudios de casos y tonnag plobales. Pero ghasta esto para diagnosticar una especificidad francesa? Es al I:ctor a quien toca decidie Capitulo 2 TEXTOS, IMPRESOS, LECTURAS En el Prolago de La Celestina tal como fue publicada en Valencia en 1514, Permando de Rojas se pregunta sobre las razones que pue- dan explicar por qué la obra habia sido encendida, aprectds y tx Sida de {oenns ta diveren bes aparieiGn en Bingas en 1499! La cucstion ee aenelllr dE qué lone suede senvertes on texto que es el mismno para evantos lo leen en un ainstrumente de fi © contienda a sus lectores para ponerlos en differencias, dando cada una sentencia sobre ella a sabor de su voluntad». Pat ido de esa pregunta de un autor antiguo sobre un viejo texto, querriamos for- ular nosotros las propiuestas e hipétesis ecenciales que sustentan un trabajo cmpefiado, en formas diversas, sobre la historia de las practi- cas de lectura, comprenclidas en sus relaciones con los objetos impre- 508 (que no todos son libros, ojos de eso) y con los textos que llevan, Para Rojas, los contrastes.eu la recepeiin del text pussto al paiblico se deben, ante todo, a los lecto juicios contradictorios deben cargarse a cuenta de'} vanilo de Rojas: Lt Celestina. Edlicién de Dorothy $. Severin, notas en cola boracisin con Maite Cahello, Madlid, Citedra, 1987, pigs. 77-83. al 2 Libis, lecture y Feevores en Ia Fada! Medora caracteres y de los humoves (stantas y tan differentes condiciones»), pero tambisir de la pluvalidad de aptitudes tativas. D diferensian seyiin el grado de fas edadest nivias, mozas, manicebos, Ui ma forma, unos no saben leerlo, jos no manejan el escrito dé Le a ‘otsos nis quieren ono pueden. Se diferencian también segcin Tos usos, tan distintos, dados al mismo texto, De la tragicnonedia, Rojas Sefiala ‘ees Jecuras por lo menos. La primera, que ne se Fija cu hi listoria en st totalidad, sino solo en algunios de sus episodios, separadlos unos de otras, reduce el testo al estatuto de un exente de camino, de un relate. que sitve para ser dicho y hecho para pasar el tiempo, come el que cuenta Sanche a samo en el capitulo XX de la primera parte del Quejote, Ouvs activud solo reticne de li tragicomedia las {6rmulas f&- cilmente memorizables, esos donayres y refranes que proporcionan clichés y expresiones hechas, recoleetadas al final de una lectura que fo estadlece ninguna relaci6n intima, ninguna relacibn individual en ue el lector y lo que lee. A estos usos «jue mutilan Ia obra y fe privan de su verdadera significacisn, su autor opone lo que es ls leetura co- rceta, provechoss, aquella que eapta el texto en su toralidad com- pleja sin reducirlo a los episodios de su intriga 0 a una coteccién de sentencias impersonates, Las buenas Ieeturas de la comedia scoligen Ta stim para st: provecho, rien lo donoso, las sentencias y dichos de philésofos guardan en su memoria para trasponer en lugares conveni- ett ent marcha, por tanto, una le extrac las morali- bles a sus a ura plaval, que distingue ho edmieo y to sevio, qu dads Ge una historia capaz, de gtiar la existencia individual, que sabe tos y propdsitass, Por entender en primera persona lo que se propone a todos. _ A-su modo el prilogo de Rojas indica perfectamente fa tensién central de toda historta de fs Teetuta. De un lado, Tr Tectura es practica creador, actividad’ productora de signilicaciones en modo alguno re- fsea Taw ingen shaetbiesa he imrencignes de los autores detcxtnsode los hucedoves, UC ibros: es «bracomages (cara furtival, segtin la palabra de Michel deTereae D is el autor, el comentarista y eel fee Prema que el lector debe ser sometido aun sentidy tice Comprension correcta, a una Ieetura autormada. ~Keaear Ia Tectura, por tant, comier ligt de Tos Tectores y Tas woatctores que i y : cision Tindamental puede ser estudindy por parte del Nistociador en. Wi 7M. de Corton, Lic: on naconnage, Linen de qnotiien, f Avs de Fane Davi, Laon pénevate dF itis, 1071S, 19H. ps 279-296 jae “Teatos, improves, lectuens “a una doble verticnte: referenciar Ia diversidad d partir de sus hue as dispersas, reconocer les estrateatas por las que ‘intentaban imponer.una ortodoxia del texto, una as estratepias, unas son explicitas, y recurren al cios, en los avisos, én Ing glosas, at He wots) y Guras implicitas, y hacen del texto una maquinatia gue debe imponet, AQEsaTaNTHIe, na juste coMprenan Gmo a co a tampa, ef lector siempre se scrito cn el texto, pero, a su vez, te Be ise Torinia diversa_en sus diversos lectores. De ahi la sctuta ob Tiga discurso (en los p nocesidid! dé feuinir dog perspectivas, a menudo separadas el estudio lnfectura que de ellos d he hacerse, y, por otro lado, Ta colecta deTecy or Tas confesiones mdividuales 0 reconstrar- opiniones diversas sobre La Celestina deben rela- cionarse con Ia pluralidad de las competencins, de las expectativas, de las disposiciones de sus lectores. Dependen asimismo de las maneras éstos «deen» ef texto, Es eviderte que Ros se ditige at I prdlogo para sf mismo, en silencic, en ef apartamiento de la intimidad. Pero todas las lecturas de Ia tragicomedia no son de esta naturaleza: «Assi que quando diez, personas se juntaren a ofr esta comedia, en quien quepa esta differencia de condiciones, como suele acaeseet, gquién negaes que aya contienda en cosa que de tantas ma- nietas se cntienda?» Diez, oyentes, reunidos en torno al texto leido en vor alta: fa ” una comprensin de la circulacion de ‘objetos o de los modelos. pe culturales que no la reduce a una simple dif ensada po! a la general como descendienc ML Fecal, L'Onde de dion, pail, Elenden del dics, Harelona, 1974) ve Decades La Dataation. Crtigue reeled jageinente avis lions de Mie uit, 1979 pps 198. [Tra espntols, Pree Bowrdied, Lat distncion, Criteria 9 Bares locales del guia, Mexia, Fs 1788) : Gallimard, S971, pigs 45-47, [ead ese a Libros, lectus y leetores en la Falacl Modena © de vulgarizacién son mas complejos y mds dindmicos y deben pensarse, ante todo, como luchas de concurtencia, donde Tdaai gacidn, ocorgada @ conquistada, produce al mismo tiempo la queda de una nueva distincién, Por ejemplo, cuando el libro se vi un objeto menos taro, menos confiseado, menos distintive por su sol posesidén, son fas an tras de leer las que se enenigan de mostrar Jas desfases, de poner cle manifiesto diferencias socialmente jeratgut- tas y estercotipadas de Ia domiina- in i al debe ST SOUT Elias FTowrdicu, por una Tomia de comprenderlas que ceconorca la re- 1 lcion dts dsianciad eel seo musine de Yor mecmnarige de imitacion, las conciurencias ewe seno_de las divistones, Ta consti ‘nde ngevag dist ho mismo de fos procesos dedivalgacidin Con estas pocas hipstesis y nociones se ha intentado el estudio de las pefeticas del impeeso en la sociedad antigua. Estas, on efecto, pi iecicron una buena entrada en Ja cultura de fos siglos xv-xn%, y ello por dos eer un Indo, fijan 6 portan a palabra, cimentan hs socinbilidades y preseriben comportamientas, cruzan el (uero privade lo mists qiie is plaza piblien, peemiten ereer, hacer 0 ianaginat? alteran pot tito; Igcultura en st conjunto, pactando eon his fuerzas tradicionales de la comunicacidn, instaurando nuevas distinciones. De ore laclo permiten ana eirculackin de lo escrito en una escala inadita, a un tiempo porque la imprenta rebaja el coste de fabricacién dal libro, y porque abrevia los plazos de su produce Desde Gutenbory, toda Ja cultura de Occidente puede conside- raise una cultura del impreso porque los productos de Jas prensas y de la composicién tipngrifica no han quedado reservados, como en 4 0 eh Corea, a los sos de las administraciones y de los elérigos, sino que irrigan todas las relaciones, todas las pricticas. De abi una doble ambicién y un doble trabajo. En pequefia escala, comprender los usos nviltiples, diferenciados y enfrentadas del inapreso, dado gque fas auioridades concurtentes tuvieron fe en sus poderes y dado TWN les Uhr de Pres der Filson Soringenesiele word paydbogenctiche Unenindrengen, Panton, Subikanp, ste 188-1 “osctee Ha pes. 312 SAL [Teal capsiol E2 proces de fa vidivaciin, bvstigacionessigenicsy p= Bata POH 1886p 47, mots 97 Feats, impress, ecturas 37 aque los leetores lo mianejaron segiin sus competencias o sus expecta- yas Y, cn una perspectiva mas amplia, reinscribir la innovaci6n ti- popesfica en la histori larga de fas formas del fibro o de los soportes ellos textas (del volumen al codex, del libro a lx pantalla) y en In his- toria de las formas de leer, inseritas en Ix trama que Hieva de fa Lectura necesariamente oralizada a fa que puede hacerse mediante los ojos y en silencio”. SFeance los estuine reunintas en Ry Charticn, Lectnes et Lectenrs dans fa France Ancien Réginte, Falitions dw Seul, 1987. py Saenger, Silent Reading? its Impact on Late Medieval Sezipt and Societys A. Viator. Merv aud Renaissance Studies, vol, 13,1982, pps. 367-414 Vp vier Med pe

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