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: Sobre la Economia Politica del Subdesarrollo -POR PAUL A. BARAN, Universidad de Stanford, EE. UU. L , EI modo capitalista de produccién y el orden social y politico con él con- comitante proporcionaron, durante Ja tiltima parte del siglo XVIII, y mas aun, durante todo el siglo XIX, una éstructura propicia para una continua y —pese » a las perturbaciones y retrocesos ciclicos— trascendental expansién de la pro- ductividad y del bienestar material. Los hechos fundamentales son bien conoci- dos, y no es necesario insistir en ellos. Sin embargo, este progreso material (y cultural) no sdlo fué circunscrito en el tiempo, sino también muy desigualmen- te repartido en el espacio. Se limité al mundo occidental; y ni siquiera afecté” a la totalidad de este sector territorial y demograficamente pequefio del mundo habitado. Alemania y Austria, Gran Bretafia y Francia, algunos paises mas pe- quefios de Europa occidental, y los Estados Unidos y Canad4 ocupaban lugares vecinos al sol. Las vastas extensiones y la multitud de habitantes de Europa oriental, Espafia y Portugal, Italia y los Balcanes, Latinoamérica, Asia y Africa, permanecieron en las profundas sombras del atraso y de Ta escasez, de la estag- nacién y de la pobreza. Si los beneficios del capitalismo resultaron tardios y mezquinos para las clases bajas en la mayoria de los principales paises industriales, ellos fueron absolutamente insignificantes en las regiones menos. privilegiadas del mundo. Alli la productividad permanecié baja, y los répidos aumentos de poblacién redujeron cada vez mis los standards de vida. Los suefios de los profetas de la armonia capitalista permanecieron en el papel. El capital no se desplazé de paises en donde su productividad marginal era escasa hacia otros paises en donde podia esperarse que fuera nids alta, y cuando lo hizo, fué fundamentalmente con el propésito de extraer beneficios de los paises atrasados, los cuales frecuentemen- te contribuyeron con la parte del leén en los aumentos de la produccién total determinados por las inversiones originales, Cuando ocurria un aumento en el producto nacional. total de un pais subdesarrollado, 1a distribucién existente de la renta impedia que.este aumento elevara los standars de vida de las masas de 1a poblacién. Como todas las aseveraciones de tipo general, la anterior esté obviamente expuesta a las criticas basadas en casos particulares. Existieron, sin % 37 , _ Pero si bien el capitalismo occidental no pudo mejorar materialmente a los pueblos que habitaban la mayoria de las zonas atrasadas, logré en cambio algo que afecté profundamente las condiciones sociales y politicas de los paises sub- desarrollados.'‘Introdujo alli, con sorprendente rapidez, todas las tensiones eco- _némicas y sociales inherentes al orden capitalista. Destruyé eficazmente todo Jo que quedaba de la coherencia “feudal” de las sociedades atrasadas. Impuso los contratos mercantiles en vez de las relaciones paternales que habian perdu-_ rado de siglo en siglo. Reorient6 las economias parcial o totalmente autosufi- cientes de los paises agricolas hacia la produccién de articulos mercantiles. En- cadend su suerte econémica a los caprichos del mercado mundial, y la conecté con Ia curva febril de las fluctuaciones internacionales de precios. Una completa sustitucion de las rigideces de la servidumbre feudal o semi- feudal por Ja racionalidad del mercado capitalista habria representado, pese a todos los sufrimientos de la transicién, un paso importante hacia el progreso. Sin embargo, lo que ocurrié fué que la secular explotacién de la poblacién de los paises subdesarrollados por parte de los sefores domésticos, fué liberada de las restricciones mitigantes heredadas:de la tradicién feudal. La superimpo- sicién de las costumbres comerciales sobre la antigua explotacién de los terra- tenientes dié como resultado una explotacién compuesta, una corrupcién mas desenfrenada, y una injusticia mas notoria. : Este no ¢s, en modo alguno, el final del cuento. Una exportacién del capi- tal y del capitalismo como 1a que tuvo lugar entonces no sélo acarred profun- das implicancias de naturaleza social. Estuvo acompafada también de impor- tantes procesos fisicos y técnicos. A las regiones pobres del mundo legaron ma- quinarias modernas y productos de industrias avanzadas. La mayoria, si no el total, de estas maquinarias trabajaban para sus duefios extranjeros —o al me- nos la poblacién creia que no trabajaban para nadie mas—, y las nuevas moda- lidades retinadas de la buena vida pertenecian a los hombres de negocios extran- jeros y a sus contrapartés domésticas. La bonanza que significé el capitalismo, Ja abundancia de cosas que era la civilizacién industrial moderna, ienaba los €scaparates; pero estaban protegidas por alambres de ptias en contra de las ma- nos ansiosas del hambriento y desesperado hombre de la calle. Pero estas cosas le hicieron cambiar drsticamente su perspectiva. Amplian- do y profundizando su horizonte econémico, despertaron aspiraciones, envidias ¥ €speranzas. Jévenes intelectuales Uenos de celo y devocién patridtica, viaja ron desde suis comarcas subdesarrolladas a Berlin y a Londres, a Paris, y a Nue- va York, para regresar después con el “mensaje de lo posible”. Fascinados por los avances y éxitos observados en los centros de la indus tria moderna, desarrollaron y difundieron la imagen de lo que podria alcanzar- se en sus paises natales bajo un orden econémico y social mas racional. El des- contento por la estagnacién o por el avance imperceptible que maduraba gra- dualmente bajo la calmada superficie:politica y social, encontré una expresion ar- ticulada. Este descontento no era alimentado por una comparacién de Ia rea- 38 i SRA pe re ‘ ye - lidad con una vision de una sociedad socialista. Encontré suficiente combustible en la confrontacién de lo que realmente ocurria, con lo que podria lograrse bajo las instituciones capitalistas del tipo occidental. } }: Pas El establecimiento de tales instituciones estaba, sin embargo, mas alld del alcance de. las minusculas clases medias de la mayoria de las regiones atrasadas. La herencia de pobreza y retraso de sus paises nunca les dié una oportunidad de reunir la fuerza econdmica, el discernimiento y la confianza necesarios para x asumir un papel dirigente en la sociedad. Durante siglos, bajo el dominio feu- dal, habian asimilado los valores politicos, morales y culturales de la clase s *~ dominante. in Ta Mientras en los paises adelantados, como Francia 0 Gran Bretafia, las cla- ses medias econdémicamente ascendentes desarrollaron en una etapa temprana de su existencia una nueva vision racional del mundo, que opusieron orgulloe samente al oscurantismo medieval de la edad feudal, la burguesia pobre y nue- va de los paises subdesarrolladds no buscaba otra cosa que la acomodacién al or- den reinante. Viviendo en sociedades basadas en privilegios, se esforzaban por tener parte en los beneficios existentes. Gelebraban pactos politicos y econé- micos con los sefiores feudales domésticos 0 con poderosos inversionistas extran- jeros, y la industria y el comercio que se desarrollaron en las zonas atrasadas durante el curso del ultimo siglo fueron répidamente moldeados en 1a camisa de fuerza del monopolio, el socio plutocratico de los gobernantes aristocraticos. § El resultado fué una amalgama econdmica y politica que combinaba las peores caracteristicas de ambos mundos (feudalismo y capitalismo), y que bloqueaba ~ efectivamente todas las posibilidades de crecimiento econémico. Es concebible una salida “conservadora” de este impasse en el curso. del tiempo. Una generacién mas joven de hombres de negocios e intelectuales em- prendedores y-cultos, aliados con dirigentes moderados de los obreros y campe- sinos (un movimiento: parecido al de los “Jévenes Turcos”) podria romper el obstaculo, ablandar 1a obstinada estructura social y politica de sus paises, y adoptar las providencias indispensables para alcanzar algdn grado de progreso social y econémico. co . aa Sin embargo, en nuestra vertiginosa época, la historia no concede tiempo para tales transiciones graduales. Las presiones populares pata el mejoramiento de las condiciones econémicas y sociales, 0 al menos en favor de algtin movi- miento perceptible en esa direccién, han ganado constantemente en intensidad. Sin duda, la creciente impaciencia de los desamparados no se ha dirigido contra los efimeros postulados de un orden capitalista apenas existente. Sus objetivos han sido los sefiores feudales pardsitos que se apropian de grandes porciones del producto nacional y las gastan en una vida extravagante; una maquinaria gubernamental que protege y se hace cémplice de los intereses dominantes; los ticos hombres de negocios que cosechan inmensos beneficios y que no los uti- lizan en propésitos productivos; los inversores extranjeros que extraian, 0 que se creja que extraian vastas ganancias de sus operaciones de “desarrollo”. cn ee ie ee ste 1 Berta Fopler Ge tenido asi dogmas y region Spencalwaents -burgueses, democriticos, anti-feudales y anti-imperialistas. Encontré valvulas _ de escape en el igualitarismo agrario; incorporé elementos que amenazaban a los monopolios; se esforz6 por conquistar la independencia y la libertad na- cionales de la explotacién extranjera. Para que las clases medias capitalistas pudiesen asumir la direccién de es- tas fuerzas populares y conducirlas por los cauces de la democracia burguesa "como ha ocurrido en Europa éccidental— tenian que identificarse con el hom- bre comtim. Tenian que romper con la direccién politica, econémica ¢ ideolé- gica de la corteza feudal y con sus aliados monopolistas; y tenian que demostrar a la nacién que poseian el conocimiento, el valor y la determinacién neécesa~ rios para emprender y para llevar a un fin victorioso la lucha por el mejora- ‘miento econdmico y social. Ps Escasamente en algdin pais subdesarrollado ha sido capaz la clase media de vivir de acuerdo con este desafio histérico. Algunas de las razones para este portentoso fracaso, razones relacionadas con la estructura interna de la, clase mercantil misma, fueron mencionadas brevemente més arriba. Igual importan- cia tuvo, sin-embargo, un factor “exterior”. Fué el crecimiento espectacular del movimiento obrero internacional en Europa, que ofrecia a las fuerzas popula- res de las zonas atrasadas una diyeccién ideolégica y politica que les era negada por la burguesia nativa. Colocaba los fines y objetivos de los movimientos po- pulares mucho més alld de sus restringidos objetivos originales. i La unién del radicalismo obrero y de la revuelta populista sefialaba el peligro inminente de una revolucién social. El que esté peligrd fuese real © imaginario, importa muy poco. Lo esencial es que el.conocimiento de esta amenaza determiné efectivamente una accién politica y social. Destruyé toda posibilidad de que las clases capitalistas se uniesen para dirigir el movimien- to popular anti-feudal y anti-imperialista. Infundiendo en todos los grupos pro- pietarios, un temor mortal a la expropiacién y a su propia extincién, el levan- f tamiento del radicalismo socialista, y especialmente la Revolucién Bolchevique en Rusia, tendieron a agrupar a todos los elementos més 0 menos privilegia- dos, mas 0 menos pudientes ‘de la sociedad, en una coalicién “contrarrevolucio- __ naria”. Cualesquiera diferencias y antagonismos existentes entre grandes y pe- ‘ quefios propictarios, entre negocios monopolistas y concurrentes, entre bur- gueses liberales y reaccionarios sefiores feudales, entre intereses domésticos y extranjeros, fueron sepultadas en todas las ocasiones importantes por el ava- sallador interés comin en rechazar al socialismo. La posibilidad de solucionar los obstaculos econédmicos y politicos impe- rantes en los paises subdesarrollados sobre la base de un capitalimo progresis- ta, desaparecié totalmente. Aliandose con otros sectores de la clase dirigente, las clases medias capitalistas abandonaron una posicién tras otra. Temerosas de que una disputa con los terratenientes pudiese ser explotada por el movimien- to populista radical, las clases medias abandonaron todas las actitudes progre- sistas en los asuntos agrarios. Temerosas de que un conflicto con la iglesia y con Jos militares pudiese debilitar la autoridad politica del gobierno, las clases me- _dias se retiraron de todas las corrientes liberales y pacifistas."Temerosas de que Ja hostilidad hacia los intereses extranjeros pudiese privarlas del apoyo extran- __ jero en el caso de una emergencia revolucionaria, los capitalistas nativos aban- _ donaron sus antiguas plataformas anti-imperialistas y nacionalistas. “ Los mecanismos peculiares de la interaccién politica, caracteristicos de to- _ ton asi velozmente. El primitivo fracaso de las clases medias para proporcionar inspiracién y guia a las masas populares, empujé a estas masas al campo del ra- dicalismo socialista. El crecimiento del radicalismo obligé a las clases medias “a pactar una alianza con la reaccién aristocratica y monopolista, Esta alianza, estrechada por un comin interés y por un temor comin, empujé a las fuerzas populistas atin mds adelante por el camino del radicalismo y de la revolucién. El resultado fué una polarizacién de la sociedad, quedando muy poco entre Jos polos. Permitiendo el desarrollo de esta polatizacién, abandonando al hombre corriente y renunciando.a la tarea de reorganizar la sociedad de acuerdo con mol- des nuevos y progresistas, las clases medias capitalistas se desprendieron de la posibilidad histérica de asumir un control efectivo sobre los destinos de sus. na- ciones, y de dirigir 1a tormenta popular que se preparaba en contra dé los re: -ductos del feudalismo y de la reaccién. Su fuego ardiente se volvié asi en con- tra del conjunto de instituciones econdmicas y sociales existentes. Aetot 5 El orden econémico y politico, mantenido por la coalicién gobernante de clases propietarias, tropieza invariablemente con todas-las urgentes necesidades de los paises subdesarrollados. Ni la trama social, que incluye ni las institucio- nes que descansan en él, conducen al desarrollo econémico progresivo..La iini- ca forma de alcanzar el crecimiento econémico y de impedir un continuo des- mejoramiento de los standars de vida (aparte de la emigracién en masa, inacep- table para otros paises) consiste en asegurar un aumento constante de la pro- duccién total, al menos en-un grado suficiente como para compensar el rapido crecimiento de la poblacién. Una fuente obvia para tal aumento consiste en la utilizacién de recursos disponibles no utilizados 0 mal aprovechados. Gran parte de esta reserva de dormidas potencialidades productivas esté constituida por la enorme cantidad de poder humano enteramente inexplotado o inefectivamente utilizado. No exis- te forma de emplearlo utilmente en la agricultura, donde la productividad marginal del trabajo tiende a cero. Podria proporciondrsele oportunidades para el trabajo productivo sélo transfiriéndolo a ocupaciones industriales. Para que ésto sea factible deben emprenderse grandes inversiones en equipos y arte- factos industriales. Bajo las condiciones imperantes, tales inversiones no perte- ‘necen al futuro préximo por una cantidad de razones importantes y relacio- nadas. Con una distribucién muy desigual de una renta (y riqueza) total muy pe- quefia, grandes rentas individuales que exceden a lo que puede considerarse requerimientos “razonables” del consumo habitual, se acumulan por regla gene- ral en un grupo relativamente pequefio de perceptores de rentas altas. Muchos - dos los paises subdesarrollados (y quizis no solamente subdesarrollados) ‘actua-— tenientes que mantienen un estilo de con pto de habitacién, sirvientes, viajes y otros Iujos, Sus sumo” son tan altas que sélo queda un pequeiio margen pa- t ser ahorrado. Sélo se destinan cantidades relativamente insignificantes al mejoramiento de las propiedades agricolas, ' ~ Otros miembros de ia “capa superior” que perciben rentas que sobrepa- ‘san notoriamente Jos niveles razonables del consumo son los hombres de nego- cios pudientes. Por razones sociales brevemente mencionadas mas arriba, tam- bién su consumo es mucho mayor de lo que seria si hubiesen sido formados en Ja tadicién puritana de una civilizacion burguesa. Su tendencia a acumular y a expandir sus empresas se ve continuamente contrarrestada por el deseo urgen- te.de imitar en sus habitos de vida a las “viejas familias” socialmente dominan- tes, de probar mediante sus conspicuas inversiones en las amenidades de la’ vida acomodada que son socialmente (y en consecuencia, también politicamen- te) equiparables a sus socios aristocraticos en la coalicién gobernante, . Pero si esta tendencia limita el volumen de ahorros que podria ser ama- sado por los perceptores urbanos de altas rentas, su deseo de reinvertir sus __ fondos en empresas productivas es efectivamente restringido por la resistencia a dafiar sus posiciones cuidadosamente erigidas en el mercado monopolista a través de la creacién de una capacidad productiva adicional, y por la ausencia de oportunidades adecuadas de inversion, por paradégico que esto pueda re- _—-sultar al referirse a paises subdesarrollados. La deficiencia de las oportunidades de inversién proviene en gran parte de la estructura y de las limitaciones de la demanda efectiva existente. Con standars de vida muy bajos, el grueso de las rentas totales de la poblacién es consumido en alimentos y en’ itenis relativamente primitivos de vestuario y necesidades caseras. Estos se ofrecen a precios bajos, y la inversién de grandes cantidades en equipos e instalaciones capaces de producir este tipo de articu- los en forma mds barata, rara vez promete retornos atractivos. Tampoco apa- rece econémicamente conveniente el desarrollo de empresas mayores que pro- vean a las necesidades de los ricos. Por grandes que sean sus adquisiciones in- dividuales de diversos lujos, su gasto marginal en cada uno de ellos no es suficiente para sostener el desarrollo de una industria de articulos suntuarios, especialmente debido a que. el caracter “snob” de los gustos imperantes con- fiere sélo a los articulos de lujo importados un verdadero aire de distincién social. Finalmente, la demanda limjtada’ por bienes de inversién impide el _ montaje de una industria de maquinarias 0 equipos. Los bienes de consumo en "masa que hacen falta ,y los articulos de lujo comprados por los ricos, asi como las cantidades relativamente pequefias'de bienes de inversién requeridos por Ia industria, son importados del extranjero’ a cambio de productos agricolas © materias primas domésticas. Esto convierte la expansién de la produccién de materias primas expor- tables en una importante valvula de escape para las actividades inversionistas. Alli las posibilidades estan grandemente determinadas, sin embargo, por la tecnologia de la produccién de la mayoria de las materias primas, asi como n por la naturaleza de los mercados | hi terias primas, especialmente el petrdleo, los metales, algunas cosechas indus- __tiales, deben ser produicidas en gran escala, si se desea mantener bajos costos y asegurar retornos satisfactorios. La produccién en gran escala, sin embargo, precisa de grandes inversiones, tan grandes, que exceden las posibilidades de los capitalistas nativos en los paises atrasados.'La produccién de materias pri- mas para mercados distantes ocasiona, ademis, riesgos mucho mayores que los que se encuentran en los negocios domésticos. La dificultad de pre- "ver con exactitud factores tales como a receptividad de los mercados mundia- _ Ies, los precios obtenibles en competencia con otros paises, el yolumen de pro- duccién en otras partes del mundo, etc., reduce agudamente el interés de los capitalistas nativos en este tipo de negocios. Se transforman en un grado pre- dominante en el dominio de extranjeros que, financieramente mas fuertes, tie- "nen al mismo tiempo contactos mucho mis estrechos con las fuéntes extranjeras de sus productos. La escasez de fondos invertibles y la falta de oportunidades de inversion representan dos aspectos del mismé problema. Un gran numero de proyectos de inversién, improductivos bajo las condiciones imperantes, podrian resultar muy promisorios en un marco general de expansién econémica. Frecuentemente, o casi siempre, una nueva empresa industrial debe abrir _terrenos virgenes en las zonas atrasadas, No tiene un sistema econémico en _ pleno funcionamiento al cual recurrir. Debe organizar con sus propios esfuer- _ 208 no sélo el proceso productivo propio; también debe crear las facilidades com- plementarias, esenciales para sus operaciones. No goza de los beneficios de las “economias externas”. Sin duda que Ja ausencia de las “economias externas” y lo inadecuado del medio econdmico en los paises subdesarrollados, constituyen un importante freno a las inversiones en proyectos industriales. No existe forma de cerrar ré- pidamente ‘la brecha. La inversién en gran escala es aconsejable alli donde existe inversién, en gran escala. Los caminos, las plantas de energia eléctrica, los ferrocarriles y las casas deben construirse antes de que los hombres de ne- gocios consideren productiva la ereccién de factorias 0 la inversién de. sus fon- dos en nuevas empresas industriales. Sin embargo, la inversién en la construccién de caminos, el financiamien- to de canales y plantas de energia, Ia organizacién de grandes planes habita- cionales, etc., trasciende con mucho el horizonte financiero y mental de. los capitalistas en. los paises subdesarrollados. No sdlo son sus recursos financieros demasiado insignificante para tan ambiciosos proyectos; también sus anteceden- tes y costumbres militan en contra del ingreso a realizaciones de este tipo. For- smados en una tradicién de comercio y manufactura de bienes de consumo —co- mo ¢s caracteristico en una fase temprana del desarrollo capitalista— los hom- bres de negocios de los paises subdesarrollados estan acostumbrados a vuelcos rapidos, a riesgos grandes, pero a corto plazo, y a una proporcién de utilidades correspondientemente alta. El sepultar fondos en empresas cuya productividad puede manifestarse sdlo en el curso de muchos afios constituye un punto de partida en gran parte desconocido y muy poco atractivo. pies Biden en eee T mercado y ‘economia determinada por las utilidades, resulta asi especialmente _ notoria en los paises subdesarrollados. En tanto que la construccién de cami- nos, el aprovechamiento de Ia energia hidréulica 0 la organizacién de proyec. tos habitacionales pueden facilitar el crecimiento industrial y contribuir asi ‘a una productividad aumentada en una escala nacional, las empresas indivi- duales empefiadas en tales actividades pueden sulrir pérdidas y resultar incapa- ces de recuperar sus inversiones. La naturaleza del problema implicado puede ser facilmente ejemplificada: el comienzo de una nueva empresa industrial depende, entre otras cosas de la disponibilidad de mano de obra conveniente- - mente adiestrada. Contratar hombres y ensefiarles el oficio resulta demoroso y caro. Es posible que resulten improductivos,’ derrochadores y descuidados en _ el manejo de herramientas 0 maquinarias valiosas. La aceptacién de las pér- didas implicadas puede resultar justificable desde el punto de vista de la em- presa individual, si tal empresa puede contar con la certidumbre fundada de que conservara los servicios de tales hombres después que hayan adquirido el adiestramiento y la pericia necesarios, Sin émbargo, si abandonasen la empresa que proporcioné la ensefianza y procediesen a trabajar ‘para otra, ese nuevo empleador cosecharia los frutos a expensas de la primera firma. En una socie- dad industrial desarrollada, esta consideracién carece relativamente de impor- tancia. Las pérdidas y ganancias’ de empresas individuales originadas por cam- bios de mano de obra pueden ser dejadas a un lado. En un pais subdesarro- lado la posibilidad de hacer Jo mismo es muy pequefia, casi inexistente. Aun- que la sociedad en conjunto se beneficiaria claramente por el adiestramiento de algunos de sus miembros, los hombres de negocios individuales no pueden darse el lujo de proporcionar tal ensefianza. Pero, ¢no podria alcanzarse el aumento necesario de la produccién total mediante una mejor utilizacién de Ja tierra, que constituye otro factor pro- ductivo que no se aprovecha, 0 que se aprovecha inadecuadamente? Generalmente, no existen terrenos que, ademas de aptos para propésitos agricolas, sean al mismo tiempo facilmente accesiblés. Los terrenos que podrian cultivarse, y que en la actualidad no, se aprovechan, requieren generalmente una inversién considerable antes de transformarlos én aptos.para su ocupacién. En los paises subdesarrollados tales gastos con propésitos agricolas resultan inatrac- tivos para los intereses privados como lo son los propésitos industriales. Por otra parte, un empleo mds adecuado de la tierra que ya se aprovecha en la agricultura, tropieza con considerables dificultades. Muy pocas de las mejoras necesarias para aumentar la productividad pueden ser realizadas den- tro de-los estrechos limites de las pertenencias del pequefio campesino, Los campesinos de los paises subdesarrollados no sdlo son totalmente ‘incapaces de financiar tales innovaciones; el tamafio de sus pertenencias no ofrece, ademis, justificacién para su introduccién. En cierto sentido, los grandes propietarios nd estén en mejor situacién. Con ahorros limitados a su disposicién, no tienen los fondos necesarios para financiar costosas mejoras en sus empresas, ni talés. proyectos les parecen eco- némicamente convenientes en vista de los altos precios de la maquinaria im- ; 44 ee portada con relacién a los precios de los productos agricolas y a los salarios de la mano de obra campesina. : Examinada la agricultura desde este punto de vista, una expansién de la produccién total también pareceria posible sélo a través del desarrollo de 1a industria. Mediante un aumento de la productividad industrial puede colocarse la maquinaria agricola, los fertilizantes, la energia eléctrica, etc, al alcance del productor agricola. Solo a través de un aumento de la demanda por mano de obra podrian alzarse los salarios agricolas, proporcionando un estimulo a la modernizacién de la economia agricola. Sélo a través del crecimiento de la produccién industrial puede ser absorbida en empleos productivos la mano de obra campesifia desplazada por la mecanizacién, Las estructuras mercantiles monopolistas, la escasez de ahorros, la falta de economias externas, la divergencia de las racionalidades sociales y privadas, no agotan, sin embargo, la lista de los obstaculos que obstruyen el camino de la expansién industrial privada en los paises subdesarrollados. Estos obstaculos deben ser considerados junto al sentimiento general de incertidumbre que prevalece en todas las zonas atrasadas. La coalicién de las clases propietarias formada bajo la presién del temor y mantenida por el peligro real o imagi- nario de levantamientos sociales, provoca continuamente rumores mds 0 menos amenazadores bajo una superficie politica aparentemente en calma. Las ten- siones sociales y politicas a las, cuales esa coalicién constituye una respuesta politica, no son liquidadas por el sistema imperante; sélo son reprimidas. Pese a que la rutina diaria pueda presentarse frecuentemente como normal y tran- quila, los miembros mds cultos y perspicaces de los grupos dirigentes en los paises subdesarrollados sienten la inestabilidad inherente al orden politico y social, Estallidos ocasionales de descontento popular en forma de levantamien- tos campesinos, violentas huelgas o guerrillas locales, sirven de tiempo en tiem- po para recordar dsperamente la crisis latente. En un clima de esta naturaleza no existe, por parte de la gente adinerada, el deseo de hacer inversiones; en un clima asi no hay entusiasmo por los pro- yectos a largo plazo; en un clima asi el lema de todos los que usufructian de los privilegios ofrecidos por la sociedad es: “carpe diem”. Iv Sin embargo, zno seria posible que una politica adecuada por parte de los gobiernos interesados cambiase el clima politico y facilitara el crecimiento eco- némico? En nuestro tiempo, ‘cuando la fe en la omnipotencia manipuladora del Estado ha desplazado totalmente el andlisis de su estructura social y la comprensién de sus funciones politicas y econémicas, la tendencia natural con- duce a contestar estas preguntas en forma afirmativa. Observando el asunto de un modo puramente mecénico, pareceria que en realidad mucho puede hacerse por parte de un régimen bien inspirado en un pais subdesarrollado, para prover a un aumento relativamente rapido de la produccién total, acompaiiado por un mejoramiento de los standards de vida de la poblacidn. Existe una cantidad de medidas que el gobierno podria adop- 45 tar-en un Elttosece a vencer al retraso. Podria adoptars poli ise ‘que mediante cupos de capitales y un sistema tributario con tasas altamen __ progresivas, barriera con todo el poder adquisitivo excedente, eliminado asi los consumos no esenciales. Los ahorros provocados en esta forma podrian ser cana- _ lizados por el gobierno hacia las inversiones productivas. Plantas eléctricas, f _ Trocarriles, carreteras, sistemas de irrigacién y mejoramiento de] suelo, podrian "ser organizados por el Estado con miras a la creacién de una estructura econé- mica conducente a un aumento de la productividad. La autoridad piblica podria instalar escuelas técnicas de varios niveles para proporcionar adiestra- miento a los’ jévenes; asi como también a los trabajadores adultos y a los ce- santes. Se podria introducir un sistema de becas, haciendo accesible la educacién técnica a las clases de rentas escasas. industriales, © cuando los controles monopolistas obstaculizasen la_necesaria 3 expansion de equipos o instalaciones en determinadas industrias, el gobierno _ podria intervenir y realizar las inversiones requeridas. Silas posibilidades de desarrollo proyectadas a largo plazo aparecieran improductivas durante ‘el pe” tiodo inicial de gestacién y adjestramiento, y se€ encontrarati por tanto fuera del alcance de los industriales privados, el. gobierno podria soportar el peso de las pérdidas a corto plazo. Ademés, existe un arsenal completo de recursos “preventivos" a disposi: cién de las autoridades. Las presiones inflacionistas resultantes: de las activi- © dades de desarrollo (privadas y publicas) podrian ser reducidas, o ain elimi: nadas, si las expensas causadas por los proyectos de’ inversiones pudiesen ser _ compensadas por una contraccién correspondiente y simultanea de los gastos en cualquier otro lugar del sistema econdmico. Esto haria necesario una pol . tica tributaria que pudiese extraer en forma efectiva del flujo de la renta can: tidades suficientes como para neutralizar la expansién de los ingresos causada jor la inversién. ~ Entretanto, y como suplemento, la especulacién con los bienes escasos y las Banancias excesivas en Jos articulos esenciales podrian ser stiprimidas, mediante _ rigurosos controles de precios. Una equitativa distribucién de los articulos de consumo general de los que exista escasez podria ser asegurada mediante ‘el racionamiento. La desviacién de recursos de gran demanda hacia propésitos ; suntuarios podria ser impedida mediante planes de asignaciones y prioridades. _ Una estricta vigilancia de las transacciones qué comprometiesen cambios ex- tranjeros, haria imposible la fuga de capitales, los gastos de monedas extran- " feras escasas en importaciones suntuarias, los viajes de placer al exterior y otras | cosas similares. eo La combinacién de estas medidas acarrearia un ‘cambio radical en la e+ tructura de la demanda efectiva del pais subdesarrollado, y un reajuste de los recursos productivos para satisfacer las necesidades sociales del desarrollo eco. némico. Reduciendo el consumo de los grupos de rentas altas, las cantidades _ __ ahorradas disponibles para propésitos de inversién serfan notoriamente au- / mentadas. El derroche de disponibilidades limitadas de monedas extranjeras en fugas de capitales, 0 en importaciones de bienes y servicios redundantes, i . os Tipsy ae ena eare sine ena se 3 fe etutanca de los intereses Brivades por comprometerse en empresas que son socialmente necesarias, pero que no prometen grandes utilidades a corto plazo, dejaria de ser un factor determinante de la vida econémica de un pais atra- sado. . La simple lista dedancmediaas: que deberian adoptarse con el propésito de asegurar una expansién de la produccién y de la renta en un pais subdesarro- Hado, revela la total inadmisibilidad de la opinién que pretende que tales medidas podrian ser realizadas por los gobiernos existentes en la mayoria de : los paises subdesarrollados. La razén de esta imposibiHidad reside sélo en escasa medida en la inexistencia de una administracién civil competente y honrada, ne- cesaria para la realizacin del programa. Constituyendo en si misma un sintoma - del marasmo politico y social imperante en los paises subdesarrollados, esta falta no puede remediarse sin atacar las cauisas subyacentes. Tampoco nos acer- ca a la raiz del problema el Jamentar la ausencia de politicas tributarias satis. _ -factorias en los paises atrasados, o el deplorar la falta de una “moral” y una - “disciplina” tributaria entre las virtudes civicas de sus poblaciones. El hecho crucial que determina que la realizacién de un programa de des- : arrollo sea ilusoria, es la estructura politica y social de los gobiernos que estan en el poder. No se puede esperar que la alianza de clases propietarias que con- trola los destinos de la mayoria de los paises subdesarrollados proyecte y ejecute una serie de medidas que vayan en contra de sus propios intereses in- mediatos. Si con el propésito de apaciguar a un piblico inquieto se anuncian —* oficialmente planes'de medida progresistas tales como la reforma agraria 0 una equitativa legislacién tributaria, etc., su ejecucién serd intencionalmente sabo- ; teada. El gobierno, que representa un compromiso politico entre los intereses _ de Jos duefios de Ja tierra y de los comerciantes, no puede suprimir Ia inefi- ciente administracién de las ptopiedades raices y el consumo conspicuo por parte de la aristocracia no puede suprimir los abusos monopolistas, las especu- laciones, las fugas de capitales y la vida extravagante de los hombres de nego- cios. No puede reducir o suprimir sus prédigas concesiones a las instituciones militares y policiales, mas atin, cuando estas instituciones constituyen su prin- _ cipal proteccién en contra de ‘posibles levantamientos populares. Establecido _ para resguardar los derechos de propiedad y los privilegios existentes, el go- bierno no puede transformarse en el arquitecto de una politica encaminada a destruir los privilegios que obstaculizan el progreso econdmico y a colocar la propiedad y las rentas de ellas derivadas al servicio de la sociedad. Tampoco hay mucho que decir con respecto a la posicién “intermedia” que, aceptando la incompatibilidad esencial entre un programa de desarrollo Bien concebido y vigorosamente ejecutado, por una parte, y las instituciones politi¢as y socialés imperantes en la mayoria de los paises subdesarrollados, por otra, insiste en que al menos algunas de las medidas necesarias podrian ser ejecutadas por las autoridades politicas existentes. Esta escuela de opinién ignora totalmente la debilidad 0 incluso la ausencia absoluta de fuerzas so- ciales y politicas que puedan obtener de la coalicién gobernante las concesiones 3 ae de sus posiciones heredadas y de sus estimados privilegios, las clases su- periores de los paises subdesarrollados se oponen tenazmente a todas las pre- __ siones en ese sentido. Cada vez qué tales presiones aumentan en intensidad, logran estrechar nuevamente la alianza de todos los elementos conservadores, que desacreditan toda tentativa de reforma, presentandola como un ataque a los fundamentos misimos de la sociedad. : Auin si los corrompidos funcionarios que acttian en las desmoralizadas co- munidades mercantiles de los paises subdesarrollados aplicaran medidas tales como la tributacién progresiva, el embargo de capitales y el control de los cambios internacionales, tal aplicacién, en gran medida, seria contraria a su propésito original. Cuando los empresarios no quieren invertir, a menos de prever jugosos beneficios, un sistema tributario que confiscara gran parte de estos beneficios, corre el riesgo de ultimar la inversién privada. Cuando el negociar o el administrar tierras resulta atractivo especialmente porque permite Hevar una vida lujosa, los controles sobre los cambios internacionales que im- pidiesen la importacién de articulos suntuarios podrian desajentar las empre- sas. Cuando el tinico estimulo al trabajo tesonero de los intelectuales, de los técnicos y de los servidores~civiles consiste en la posibilidad de participar en los privilegios de Ia clase gobernainte, una politica que tendiese a la reduccién de las desigualdades de las rentas y de los estados sociales, tenderfa a sofocar la iniciativa. é La inyeccién de la planificacién en una sociedad que vive el crepiisculo entre el feudalismo y el capitalismo no puede tener por resultado sino nuevas Ht corrupciones, mayores y mds astutas infracciones a la ley, y abusos mds descara- * dos de la autoridad. ‘ Vv Pareceria que no existiese salida a este impasse. La coalicién de intereses gobernantes no abdicaré por su propia voluntad, ni cambiar su cardcter en respuesta al conjuro. Aunque haya individuos aislados que abandonan a veces el barco ndufrago en forma fisica 0 financiera (o en ambas), las clases pro- pietarias en conjunto estén dispuestas a aferrarse a sus trincheras politicas y econémicas. < Si la amenaza de Jevantamientos sociales asume proporciones peligrosas, estrecharin su control sobre la vida politica y se desplazarin répidamente en direccién a una reaccién desenfrenada y a una dictadura militar. Utilizando oportunidades internacionales favorables, y de afinidades ideolégicas y sociales con los grupos gobernantes de otros paises, solicitan la ayuda econémica y a veces militar del extranjero, en su esfuerzo por detener un desastre inminente. 3 Es probable que los gobiernos extranjeros les concedan tal ayuda, consi- derandolos como un mal menor que la revolucién social que podria expulsar- los del poder. Esta actitud de los amigos y protectores extranjeros no es menos miope que la de las clases dirigentes nacionales. : 48 ~ El ajuste de las condiciones sociales y politicas en los paises subdesarrolla- dos a tas necesidades urgentes del desarrollo econémico puede ser postergado; “pero no puede ser evitado indefinidamente. En el pasado, pudo retardarse durante décadas, o atin durante siglos. En nuestra época es cuestién de afios. Apoyar el sistema politico de poder existente en los paises ‘atrasados propor- ciondndole ayuda militar, puede servir para impedir temporalmente la erup- cién del volcin, pero no puede detener la acumulacién subterranea de fuerzas explosivas. La ayuda econémica en forma de préstamos y concesiones proporcionada a los gobiernos de los paises atrasados,. para permitirles la obtencién de cierto gtado de progreso econdémico, no constituye un substituto para los cambios domésticos, que son necesarios si se desea alcanzar el desarrollo econémico. En realidad, tal ayuda puede hacer mds dafio que bien. Permitiendo la importacién de algunas maquinarias y equipos extranjeros destinados a pro- yectos de inverstones piblicas o privadas, pero sin acompafiarla por ninguna de las medidas necesarias para asegurar un ‘saludable crecimiento econémico, la asistencia extranjera asi proporcionada puede iniciar una éspiral inflacio- nista que aumentey agrave las tensiones sociales y econémicas existentes en los paises subdesarrollados. Si, como ocurre a menudo, estos préstamos‘o concesiones procedentes del extranjero estén ligados al cumplimiento de, ciertas condiciones por parte del pais receptor con respecto a su utilizacién, las inversiones resultantes pueden ser dirigidas por ‘cauces mas convenientes .a los intereses del pais prestamista qué a los del prestatario. Cuando se proporcionan al pais subdesarrollado con- sejos econémicos, como una forma de “asistencia técnica”, siendo su aceptacién un requisito previo para optar a la ayuda financiera, estos consejos empujan a menudo a los gobiernos de los paises subdesarrollados a adoptar politicas ideolégicamente atractivas para los expertos extranjeros que dispensan su con- sejo econdémico, pero no necesariamente conducentes al desarrollo econdémico de los paises “beneficiados”. El nacionalismo y la xenofobia se ven asi fortale- cidos en las zonas atrasadas: combustible adicional para la intranquilidad politica. : Para que los paises atrasados puedan entrar a la senda del crecimiento econémico y del ‘progreso social, la estructura politica de su existencia debe ser drdsticamente reajustada, La alianza entre los sefiores feudales, los barones industriales y las clases medias capitalistas debe ser quebrada. Los mantenedores del pasado no pueden ser los constructores del futuro. Los elementos progre- sistas y emprendedores existentes en las sociedades atrasadas deben obtener la posibilidad de guiar a sus paises en la direccién del crecimiento econémico y social, Lo que han logrado Francia, Gran Bretafia y Norteamérica a través de sus propias revoluciones debe ser alcanzado en los paises atrasados mediante un esfuerzo ‘combinado de las fuerzas populares, de un gobierno preparado y de una desinteresada ayuda extranjera. Debe arrasarse con las instituciones res- tantes de una época fenecida, debe cambiarse el clima politico y social en los 49 Be ee eure ae en libertad, abt , demasiado tarde, dentro del proceso histérico, para que ie bur teil se haga cargo de sus responsabilidades en las zonas atrasadas, si la Subse experiencia de la servidumbre y del acomodo a un pasado feudal han « reducido las fuerzas del capitalismo progresista a la impotencia, los paises atra- Sas del mundo se volverdn inevitablemente hacja la planificacién econémica y el colectivismo social. Si la perspectiva de progreso econémico y social del _ mundo capitalista, impulsada por un auto-interés ilustrado, resultase incapaz de triunfar sobre el conservantismo de las posiciones heredadas y de los privi- legios tradicionales, si la promesa capitalista de adelanto y premio al eficiente, ~ al industrioso, al capaz, no desplazara a Ja certidumbre feudal de seguridad y poder para el bien-nacido, el bien-relacionado y el conformista, un nuevo ethos — f social sera el espiritu y el guia de una nueva era. Serd el ethos del esfuerzo colectivo, el credo del predominio de los intereses de la sociedad ohne Jos intereses de las minorias. La transicién puede resultar abrupta y dolorosa. La tierra, que no se ha otorgado a los campesinos en forma legal, puede ser tomada por la fuerza. Las altas rentas que no han sido confiscadas a través de la atribucién, pueden ser, eliminadas mediante una expropiacién abierta. Los funcionarios corrompidos que no han sido retirados de acuerdo con los reglamentos, pueden, ser ‘destitui- dos por la accién violenta. La direccién en que se mueva la rueda de la historia y la forma en que Jos paises atrasados encuentren una solucién final para su crisis, dependerd 4 _fundamentalmente de si las clases medias capitalistas de las zonas atrasadas, y los gobernantes de las naciones industriales adelantadas del mundo, son ca paces de vencer sus temores y su miopia. ¢O estén acaso tan encantados con sus estrechos intereses egoistas, tan cegados por su aversién al progreso, tan — seniles en estos uiltimos dias de la era capitalista, como para Iegar al, suicidio por miedo a la muerte? Memorias de Licenciados en Economia SISTEMA DE REMUNERACIONES A LA ADMINISTRACION CIVIL " FISCAL DE CHILE . ny “José Daie Lillo. En la Memoria se estudian preferentemente dos problemas principales: _ uno de cardcter administratiyo y el otro de cardcter econdmico-financiero. Las _ Partes Primera y Segunda’se dedican al primero y la Parte Tercera al segundo. En el aspecto administrativo, después de un examen de la abundante le- gislacién al respecto se concluye sefialando las principales caracteristicas del sistema actual de remuneraciones: 1, Ausencia de un Estatuto tinico; 2. Diferentes tratos-para algunos grupos dentro de la Administracién; 3. El sueldo base constituye un porcentaje cercano al 50% de las remune- raciones; i; 4. No todos los funcionarios civiles fiscales tienen los mismos derechos econémicos; * 5. La asignacién dentro de la escala de grados y categorias no tiene rela- cién con las funciones desempefiadas por los funcionarios; 6. Existencia de un régimen indiscriminado de reajustes que no compensa los aumentos del costo de la vida en su totalidad para algunos grupos. E] sistema de remuneraciones ha traido como consecuencias las siguientes: 1. El trato discriminatorio provoca una reaccién de defensa de los sectores menos favorecidos; "2. Los reajustes de sueldos no compensan el alza del costo de la vida y contribuyen al desaparecimiento.de las diferencias de categorias dentro del seno de la Administracién; 5 8. Pesada carga financiera para el Fisco. ‘ Se hace notar asi la necesidad de resolver previamente el problema admi- nistrativo de acuerdo a sdlidos principios administrativos lo cual es de interés no sélo para economias inestables sino que para aquellas que gozan de una relativa estabilidad. Estos principios se examinan en la Segunda Parte de la, Memoria. 51 Siempre / dentro. del. plano ‘administrativo, se estudian los principios te6- -ricos en que debe descansar un correcto sistema de: remuneraciones a los ser- vidores piblicos, analizindose en primer lugar la creacién de empleos ptiblicos “que debe obedecer a consideraciones de ‘cardcter funcional y pasandose luego a estudiar en forma mas detenida la “clasificacién de empleos” como una me- dida de utilidad para la formacién de escalas de sueldos, politica de recluta- “ miento del personal, organizacién de carreras y preparacién de presupuestos. Descansa en la idea fundamental de la clasificacién de los. empleos por funciones, sefialindose la existencia de categorias correspondientes a las fun- ciones de planteamiento y direccién, de aplicacién y de ejecucién especializada y no especializada. Junto a las funciones correspondientes a los niveles jerar- quicos sefialados se contemplan las especialidades profesionales. E] plan de clasificacién, en consecuencia, contempla un cierto mimero de divisiones horizontales correspondientes a los diversos niveles jerérquicos y un cierto numero de divisiones verticales correspondientes a las especialidades pro- fesionales: administracién propiamente dicha, servicios técnicos y Magisterio. Para la ejecucién del plan de clasificacién es necesario describir las atri- buciones de cada empleo lo mis detailadamente posible para Megar a una clasificacién sintética de los empleos. Se estudia asimismo la forma de establecer el enlace entre el plan de clasificacion y la escala de sueldos mediante el método de la escala cifrada que consiste en superponer exactamente una escala de sueldos al plan de clasifi- cacién y mediante el sistema de clasificacién por indices que consiste en afec- tar a cada categoria por especialidades profesionales de un indice correspon- diente al sueldo al empezar y otro al sueldo mas elevado atribuido a un fun- cionario que ocupa ¢l mismo empleo. E] sistema de remuneraciones se resuelve de esta manera mediante la cla sificacién de los empleos que proporciona la pauta basica para la remuneraci6n equitativa que debe asignarse a tales empleos. - En la Tercera Parte de la Memoria se enfoca el problema econdémico- ; financiero, considerando los objetivos perseguidos por la accién estatal y las condiciones estructurales de la economia ‘chilena sefialindose ademds que el j programa de gastos del Estado debe elaborarse en funcién de las consideracio- nés anteriores. 4 El sistema de ingresos y gastos puiblicos se ha caracterizado por lo siguiente: a) Rigidez del sistema de ingresos determinada por una estructura no apro- piada a las condiciones de un sistema econédmico con un proceso inflacionista en constante aumento. Ejemplo de tal aserto es el gran ntimero de impuestos especificos dentro de los ingresos fiscales. Los ingresos fiscales en base a rentas y avalio de propiedades, asimismo, se calculan para periodos anteriores. Por otra parte se ha instituido la practica nociva de despachar leyes de gastos des financiadas; _b) Flexibilidad de los gastos corrientes y en especial de las remuneraciones para ajustarse a los movimientos constantes al alza del nivel de precios. Hasta el aiio 1951 los ingresos corrientes fueron capaces de financiar los gastos corrientes del Gobierno Central, quedando un margen de ahorros para 52 > ser utilizado en planes de inversién. En los afios 1952 y 1953 los gastos corrien- tes fueron superiores a los ingresos corrientes con lo cual se redujo el margen de ahorros, debiendo el Gobierno recurrir a ingresos de capital, de claros efec- tos inflacionistas. Entre los ingresos de capital es necesario examinar la forma negativa de la ley 7.200 que proporciona avances a corto plazo-y hasta por un 12% del Presupuesto para que el Fisco haga frente a sus compromisos hasta tanto no recaude los impuestos. La practica de consolidar estas deudas, en el hecho, significa una emisién en el monto del avance. Los gastos en remuneraciones del Gobierno Central han ido creciendo hasta alcanzar para 1955 un 41.5% del Presupuesto total de gastos. Este creci- miento se debe en gran parte a la dictacién de la ley 10.348 que autoriz6 rea- justes automaticos.de los sueldos a los empleados ‘piiblicos de acuerdo al aumen- to del indice del costo de la vida en el afio anterior. Los reajustes como porcen- taje del total de remuneraciones han ido creciendo hasta alcanzar un 16% en 1955. £ Considerada desde el punto de vista social, la politica de reajustes de suel- dos no ha tenido los efectos de mantener las rentas reales de los empleados pti- blicos. En efecto de acuerdo al Estatuto Administrativo (DFL. 256) los emplea- “dos més favorecidos son los de grado 20? que mejoran en un 90% del crecimien- to del indice del costo de la vida. Los empleados de mayor grado o categoria se reajustan en porcentajes menores, lo que ha contribuido a una redistribu- cién de rentas a favor de los grupos de rentas ms bajas y a una distorsién de la estructura jerérquica de los funcionarios. Tampoco hay que dejar de recono- cer que un sector numeroso de los funcionarios piblicos, el Magisterio, se rea- justa de acuerdo al crecimiento total del indice del costo de la vida. Se concluye sefialando que las soluciones a los problemas administrativos y financieros debe ser buscado en la siguiente forma: En primer lugar es necesario resolver un problema de prioridades cual es Ja asignacién de los recursos probables del Gobierno Central en distintos fines; gastos corrientes, gastos de. transferencia y gastos dé capital. Contestada esta pregunta fundamental, se tendria en consecuencia el monto de recursos dis- ponibles para pago de remuneraciones y también seria posible calcular el por- centaje de reajuste de ellas. Lo mas probable es que dada las condiciones del sistema de ingresos fiscales, el porcentaje de reajuste no alcance el 100%. El Esta- do puede optar por conceder el reajuste calculado 0 uno mayor en Ia concien- cia que esto ultimo obligara a recurrir a una fuente de ingresos inflacionista. Cualquiera qué sea la decisién que se tome lo més reprobable desde el punto de vista social seria que los reajustes se aplicarin en forma discriminatoria, favoreciendo a unos sectores mas que a otros. Frente a lo planteado puede argitirse que las personas de menores ingre- sos deben ser protegidas en mayor grado del crecimiento del costo de la vida. Sin embargo, planteado este nuevo problema vemos que Ia critica se desmo- Tona si los empleos estin asignados a las funciones y a ellos las remuneraciones objetivas. Los reajustes de remuneraciones concedidos si se diera esta ultima condicién no tendrian por qué ofrecer ningtin elemento de discriminacién para un grupo u otro. 4 53 COMENTARIO DE LIBROS El pensamiento econdmico y. su perspectiva histérica Det Proresor FERDINAN ZwEIG Edicién del Fondo de Cultura Econémica de México Coleccién “Breviarios” POR EDUARDO GARCIA D’ACUNA Nos encontramos ante una obra realmente estimulante. Su autor, Ferdi- nand Zweig, actualmente profesor en la Universidad de: Manchester, y en otra época catedratico dé Economia Politica de la Universidad de Cracovia, Polonia, muestra cémo es posible analizar, en escasas 200 paginas, la evolucién de. las ideas econémicas desde un punto de vista 4gil y dindmico, enteramente dife- rente del enfoque tradicional, que muchas veces convierte el pensamiento “econémico en un conjunto drido e inexpresivo de doctrinas y teorias. Y justa- mente, la novedad del enfoque se debe a que el autor que comentamos no se coloca “fuera” del tiempo y desde esa posicién de observador vivisecciona las tendencius y doctrinas pasadas, sino que por el contrario, revive la época y las circunstancias histéricas en las cuales:florecieron las ideas, contrastandolas con otras ideas y estructuras sociales, obteniendo asi un provechoso conjunto de diferencias y semejanzas. Ademds, en cada pagina y ante cada autor, esté el comentario original, la frase justa, el parecer objetivo y sincero, que no vacila en ensalzar 0 criticar ya sea la obra del economista “ortodojo” o el plantea- miento marxista. No podemos decir que el libro tenga una estructura orginica, ya que mis bien el indice nos muestra un conjunto de ensayos'mas-o menos indepen- dientes: I. Hombres e Ideas; II. Algunos ejemplos histéricos; III. Las cuatro etapas del desarrollo de las doctrinas econémica’; IV. La Doctrina’de la Pla- neacién, y V. Los economistas frente al porvenir. En el capitulo 1, el autor que comentamos, se plantea un conjunto de topicos de interés permanente. La relacién, por ejemplo, que debe existir entr Jos supuestos de una teoria y el fondo social que ésta trata de explicar; con respecto a la validez de una teoria sefiala su caracter dual al dec “Las verda- 54 ‘los que se basan contimian siendo validos. El pensamiento de Jas épocas pasa- das, al igual que Ja actual teorfa econémica, es eterno y transitorio al mismo tiempo, en la medida de su consistencia y de su amplio y ldgico desarrollo. Es eterno, porque es eternamente valido en relacién con un determinado grupo de supuestos; es transitorio, porque es poco probable que se repitan en la misma “combinacién los supuestos a los cuales se refiere. Pero a veces pueden en reali- dad reaparecer los supuestas esenciales de ese pensamiento y adquirir entonces Ia importancia de la realidad” (pag. 12). Pasando a otro tema, el autor se pre- gunta: 2Quiénes son los economistas? La respuesta la da dividiéndolos en aque- Hos que modelaron, como tedricos, un armazén légico de pensamiento y como hombres de accién, la realidad social y politica de su tiempo, y en aquellos otros que sélo concibieron académicamente teorias abstractas y que poca im- portancia tuvieron en la legislacién econémica y en los moyimientos sociales. En la primera clasificacién agrupa los nombres de Adam Smith, Malthus, Ricardo J. S. Mill, Marx y Lord Keynes, en tanto que en la segunda caben, por ejemplo, Jevons, Menger, Walras, Wieser 0 Béhm-Bawerk, y casi la totalidad de los economistas contemporineos. Y es curioso anotar, como lo hace Zweig, que justamente para los primeros, la economia tuvo solamente un interés secun- dario, siendo otras las disciplinas que acaparaban su interés. En efecto, Smith era filésofo moralista e historiador; Malthus, légico y filésofo; David Ricardo, hombre de negocios; J. S. Mill, filésofo; Marx nunca habria pensado Hamarse a si mismo economista; y finalmente, Lord Keynes, que era un activo hombre de negocios con inclinaciones a Ia filosofia y las matemiticas. Para’ todos ellos, dificilmente la economia fué el principal objeto de su interés vital. Parece ser, dice el atitor, “que la economia no atrae los grandes cerebros, lo cual se explica por el hecho que no es posible obtener mucha recompensa aca- démica o “cientifica” por sus studios”. “Los fenémenos econémicos son tan variables que asirlos es como tratay de coger gotas de agua con la mano: resba- lan. Generalizar sobre ellos es tanto como ir al fracaso. Por otra parte, razonar en abstracto sobre la base de unos cuantos supuestos se hacer un juego de poco proyecho y menos uso en la vida real” (pag. 25). : Otro rasgo que caracteriza a uno y otro tipo de economistas es el método empleado en la elaboracién y presentacién de sus ideas; los primeros hacen uso del método histérico-abstracto, que combina el andlisis puramente racional con el ejemplo histérico y el comentario sociolégico, en tanto que los economis- tas “puros”, partidarios del andlisis econémico abstracto, “han desacreditado esa combinacitn, y han pedido al economista que elija entre la historia econémica - \o Ia teorfa econémica. Pero, a mi juicio, estén equivocados, y la prueba de que su concepcién es errada ‘la constituye el ostensible agotamiento del terreno sobre el que trabajan”. : En “Algunos ejemplos histéricos’, el autor demuestra lo util e instructivo que resulta el método de comparar las ideas de diversos economistas. Asi, pone ~ en contraste sucesivo a Marx con Ricardo, con Lenin y con Keynes, y a éste, Yas hc Bithies A a, oul) ss * 55 b | estas verdaderas pin- turas que hace de los ecotiomistas nombrados, se descubre la amplia formacién marxista de Zweig, conocimiento que le permite evaluar el aporte de Carlos Marx con entera objetividad. Revelando las semejanzas y diferencias entre Ricardo y Marx sefiala cémo ambos se nutrieron ampliamente del pensamiento inglés; como el principio de la unidad, 1a piedra angular del judaismo, esta presente en la obra de ambos economistas; cémo Ricardo escribe en su calidad de hombre de negocios retirado, que aconseja a ministros e industriales, en tanto que Marx “escribe-como un revolucionario, cuyo objetivo es forjar el arma ideoldgica en la lucha por la liberacién del proletariado”; cémo Ricardo considera su teoria del valor como una ley natural valida en todo tiempo, mientras que Marx considera a la suya, derivada de la de Ricakdo, como la ley de la produccién capitalista, vélida s6lo para una etapa del desarrollo social. "Al comparar a Lenin. com Marx, lo sefiala como el ejemplo perfecto del dis- cipulo “dedicado completamente a la interpretacién y perfeccionamiento de la doctrina de su maestro”. Y es por esto que observa como Lenin luché toda su vida para mantener la herencia marxista, sin considerar las ideas de Marx como'un dogma, en el cual habfa que creer por un acto de fe, sino que supe- rando los errores de las predicciones de “El Capital” acerca el derrumbe del sistema capitalist. Fruto de estas preocupaciones es la Teoria del Imperiatis- mo, con la cual Lenin persigue demostrar cémo en los centros capitalistas no se produce la revolucién del proletariado, sino que su aburguesamiento, debido a que éste, junto con la clase propietaria, se hacen participes del producto de Ja explotacién de los paises atrasados y coloniales. “En los paises imperialis- tas, un estrato superior privilegiado del proletariado vive, en parte, a expensa de cientos de millones de individuos de las naciones poco civilizadas” (pig. 77, cita de Lenin). Y justamente, en esta divergencias tedricas entre el pen- samiento leninista y el de Marx, se fundamentan distintos modos politicos de operar: “Marx crey6, sobre todo, en la democracia; Lenin en la dictadura del proletariado, es decir, en la dictadura de su minorfa organizada y con concien- cia de clase”. Donde el profesor Zweig muestra su gran capacidad analitica es en el pa- ‘ralelo que hace entre Keynes y Marx. Dice: “Tal vez las diferencias mas sor- prendentes entre las doctrinas de Marx y las de Keynes estriban en la forma que cada uno de ellos tiene de enfocar el tema. Marx Iamaria dialéctico a su propio método; el método de Keynes es racionalista y analitico. Marx descubre las contradicciones inherentes al sistema capitalista, que deben conducir a una etapa posterior y mas elevada de la organizacién econémica; mientras’ que los defectos vistos por Keynes pueden remediarse dentro del mismo sistema. Keynes es el médico del capitalismo; Marx es su sepulturero”. Pese a estas y otras diferencias anotadas, nuestro autor pasa a analizar cémo ambos pensa- dores se-ocuparon de un mismo problema: la incapacidad de la economia capi- talista de funcionar eficientemente, para dar ocupacién y bienestar a todas Jas gentes deseosas de trabajar, Megando los dos a la conclusién que esta falla fundamental se debe a una deficiencia crénica de la demanda efectiva, 56 ‘motivada, segin Marx, ‘por la existencia de la ganancia o plusvalia, y segun. _ Keynes, por la divergencia entre la renta no consumida y el gasto en nuevas _inversiones. Sin embargo, Zweig hace notar cémo en el andlisis marxista 1a plusvalia estaba orgdnicamente ligada con el ahorro, ya que en el tiempo en que escribia Marx no existian los pequefios ahorros, razon por la cual no sé suponen en su teoria de los salarios; tal plusvalia necesariamente debia acumu- larse, invertirse, para mantener funcionando todo el" sistema. O' sea que para Marx, dentro de las caracteristicas institucionales del capitalismo que observaba Ja igualdad entre el ahorro y la inversién era un requisito para el funcionamien- to del sistema, dentro del periodo corto. Empero, ¢l autor muestra cémo Marx, a diferencia de Keynes, entra a estudiar los factores dinamicos de largo plazo que hacen que el equilibrio no se mantenga, entre los cuales destaca el efecto de las crecientes inversiones sobre la tasa de plusvalfa, cuyo aumento provoca correspondientes incrementos de las ganancias. Por lo tanto, se ahonda la dife- rencia entre el valor de la produccién y el gasto total, salvo que tal discrepancia se cubra con nuevas acumulaciones, que repercutiran en forma destructiva sobre el mercado del trabajo y la distribucién del ingreso. Y al sefialar que el’ andlisis keynesiano del plazo largo esta todavia por elaborarse, el profesor Zweig se pregunta si la respuesta dada por Keynes para lograr la ocupacién plena es decir, el creciente control publico sobre la inversién, no traerd consigo, en las ulitmas etapas del desarrollo capitalista, cambios estructurales tan funda- mentales como los que previé Marx que hagan del socialismo un régimen inevitable. En “Las cuatro etapas del desarrollo de las doctrinas econémicas”, encon- tramos un ensayo en el cual se delinéa un esquema de estudio del pensamiento econémico, que muy bien podria servir para bosquejar una obra sobre el tema o el programa de una catedra universitaria. Son estas etapas, “la doctrina medie- val de los escdlisticos, que cortesponde a la sociedad feudal y corporativa y a Ja economia de las ciudades; la doctrina mercantilista, que corresponde al sis- tema mercantil del poder absoluto y del nuevo estado nacional territorial; la doctrina liberal clasica 9 neoclisica, que corresponde a la democracia liberal basada en el comercio mundial, y la doctrina socialista, que corrésponde a la creciente importancia del principio de la planeacién nacional, en sus diferentes aunque no del todo dispares formas”. Cada una de ellas, el profesor Zweig las Jas va analizando en suscinta pero ajustada forma, poniendo énfasis en las insti- tuciones vigentes y en los principios 0 teorias que esas instituciones engen- draron, y caracterizindolas por su contenido extraeconémico. Asi, la escuela escolistica representa la etapa teolégica y ética del pensamiento econdmico, mientras que la mercantilista configura la etapa politica. La escuela liberal clasica o neoclasica es la etapa que se basa en el principio filoséfico del “orden natural”, en tanto que la doctrina socialista representa la etapa “hu- manizadora” del orden econémico. ¥ al hablar de doctrina socialista, nuestro autor distingue sus dos versiones bdsicas: la versién oriental, marxista-leni- lista, ‘totalmente ortodoja y la occidental, dada en algunos paises, que mas ~ bien podria lamarse neosocialismo, en torno a la cual “probablemente esta 57 en esta parte, el autor no especula sobre un ‘socialismo utépico, sino que con — un criterio totalmente realista analiza los problemas que surgen cuando ‘el problema de los incentivos. Se trata, dice, de reemplazar los incentivos indi- ___ viduales y. egoistas del capitalismo, ‘por una nueva estructura de incentivos, de acuerdo a los cuales el “hombre social” tenga como fin propio la. utilizacién ~ plena de los recursos y la maximizacién del Ingreso nacional; en donde, los - sindicatés no estén organizados a la defensiva copiando como masa, el incentivo ‘del mejoramiento individual, sino que por el contrario acttien positivamente en el mejoramiento de la productividad y la eficiencia; donde las tareas en la’ administracién publica no se realicen con criterio burocrtico, sino dignificando su “funcién social”. Si no se motiva este cambio en el sistema de incentivos, no se obtendré ningiin resultado imponiendo como camisa de fuerza una estructura institucional pseudo socialista 0 “intervencionista”, dindose én cambio material abundante para que aquellos que ven en el socialismo wn peligro para sus intereses personales, lo ataquen duramente. comunidad trata de organizarse en torno a las bases socialistas; en primer lugar, A continuacién, el profesor Zweig pasa a analizar el otro gran problema de una economia socialista. En una economia capitalista, el mercado, en todas sus formas competitivas y monopélicas, es el mecanismo que se utiliza para He- var a cabo la utilizacién de los recursos. En una economia socialista, este me- canismo es la planeacién, a cuyo estudio el autor dedica el cuarto capitulo de ‘su obra: “La doctrina de la” planeacién”. En él destaca como sélo reciente mente, se ha despertado el interés por su estudio, ya que hasta ahora la ciencia econémica habia cubierto el plano de 1a economia individual en su busqueda de riquezas compitiendo con otras unidades econdmicas, y en el plano de: los grupos o asociaciones econémicas (trust, cirtel o sindicato), que solidariamente a atinan las fuerzas de sus asociados para competir con otros grupos, punto espe- t cialmente analizado por Marx en su teoria de la lucha de clases. Pero ¢s justa- mente sélo ahora, ‘cuando se comienza a analizar un tercer plano, el de la economia en su conjunto, en el cual se superan los planos anteriores y se busca la cooperatién social para lograr la plend utilizacién de los recursos o el des arrollo del potencial econémico, para arribar a un ingreso nacional méximo, justamente distribuido, Especial importancia tiene, en este pland de estudio de _ la economia nacional, sus elementos orgdnicos y morales y su fondo geogrificos el andlisis de los movimientos circulares del ingreso nacional que se dan dentro de Ja econouua, tales como el circuito ingreso-gasto, produccién-consumo, capital- ingreso, fuerza de trabajo-ingreso, inversién-ahorro, etc., como igualmente el des _ arrollo de la teoria de los costos sociales. “En términos generales, podemos definir el costo social de cualquier articulo, como el gasto de su produccién en que incurre la sociedad considerada como un todo, independientemente de quien sea el que en la comunidad lo haya sufrido”. Pero donde 1a doctrina de la planeacién adquiere todo su sentido operacional, es justamente al establecer - ciertos mecanismos 0 arreglos sociales, para lograr los objetivos determinados oe eae . i . ; ya sea en una economia que requiere la estabilidad o en una _ conscientemente, que persigue el desarrollo. a Para cerrar su magnifico conjunto de ensayos, él profesor Zweig plantea finalmente el papel ‘del economista en el porvenir de la: sociedad humana. Sin embargo, reconoce de partida que no se puede hablar del economista a -secas; es necesario clarificar el problema. Para ello clasifica a los economistas en cuatro categorias, segiin que en sus ideas intervenga el bolsillo, la cabeza 0 ; el corazén. En el printer grupo estin aquellos que con sts teorfas defienden conscientemeénte determinados intereses, aunque sepan que no es digno de que se los defienda, ya sea movidos por el miedo, la codicia, 1a vanidad o simple- mente por el logro de sus intereses personales; ellos son las figuras menores de la economia, que no logran pasar a la historia. En el segundo se encuentran aquellos que consideran a la economia como una ciencia “pura”, estudiando sus problemas en forma cerebral y académica, sin basarse en su propia expe- | riencia; son los Hamados “economistas de escritorio”. En el tercero se encuen- ~ tran los charlatanes y utopistas que piensan con el coraz6n, dedicados a cons- truir castillos en el aire, y que més bien tienen Ja madera de visionarios y profetas. Finalmente, nos encontramos con los verdaderos genios de la economia, que piensan con la cabeza pero que acompaiian a sus ideas con las emociones de su vida; son aquellos cuyas teorias e ideas se basan en su propia experiencia, ideas vividas intensamente y no solamente pensadas. Para ellos estén reservados los lugares més altos del pensamiento econdmico, puesto que son los que han motivado profundos cambios sociales y honradamente han estado inspirados en el mejoramiento de la condicién humana y en la conyivencia pacifica de los pueblos. . | Por suis objetivos se justifica plenamente el estudio de la Ciencia Econémica. . , i | ; a? '-RESENA DE LIBROS “Problems of capital formation in Underdeveloped Countries” | - DEL PROFESOR RAGNAR NURKSE, : El doctor Ragnar Nurkse es uno de los profesores més importantes del departamento de economia de la Universidad de Columbia. El presente libro constituye posiblemente su obra sobresaliente, en la que sé aplican las teorias mas modemnas del pensamiento econémico al campo practico, en forma de re- comendaciones para ‘la formacién de capital en los paises subdesarrollados. A continuacién se resumiran los aspectos mas salientes de esta obra, cuya traduccién est proxima a_ser publicada por el Fondo de Cultura de México y que constituiré texto indispensable en los cursos de comercio internacional, planeacién econémica y materias relacionadas, en las universidades latino- americanas, Pero antes, es indispensable Ceaneeiene lo. que al profesor _ define como formacién de capital, tema del presente estudio: “El significa- do de formacién de capital consiste en que una sociedad no aplique el total de su actividad productiva corriente a las necesidades y deseos de consumo | mediato, sino que dirija parte de ella a la manufactura de bienes de capi- ‘tal: herramientas e instrumentos, mdquinas y facilidades de transporte, plantas y equipo, y, en fin, todas las diferentes formas de capital real que de modo tan considerable aumentan la eficacia del esfuerzo productivo”. El problema, entonces, puede reducirse al logro de un ircremento en la inversién y ésta a su tumo tiene dos aspectos basicos por analizar: el primero se refiere al lado de la demanda y el segundo al de la oferta. Al analizar lo primero, dice el profesor Nurkse que la demanda depende esencialmente del tamaiio del mercado para el cual se intenta producir. Aqui nos encontramos entonces con el problema tantas veces citado por otros au- tores, referente al circulo vicioso de la pobreza, que implica una constelacién circular de fuerzas que tienden a actuar en forma tal, que reaccionan las unas sobre las otras y que mantienen a los paises que carecen de recursos en un ¢s- tado perenne de pobreza. Este circulo vicioso se resume asi: “el bajo nivel de ingresos (1) tiene por consecuencia una pequefia capacidad de ahorro (2) que resulta en una carencia de capital (8) y por Jo tanto en baja productividad (4) que conduce de muevo a bajos ingresos (1) per capita”. eCémo puede éliminarse este obstéculo? Puesto que el tamafio del mer- cado es el incentivo principal determinante de nuevas inversiones, hay nece- sidad de asignarle a un factor especifico 1a ampliacién del tamafio del mer cado, y este factor es el que denomina el profesor Nurkse productividad. Ahora, la productividad depende en gran parte, aunque no enteramente, de la. can- _ tidad de capital que se emplee en la produccién. Pero, por otra parte, este capital no puede émplearse intensamente en ‘una sola industria o actividad productiva porque la cantidad de bienes resultante sera excesiva con respecto a la capacidad de compra del mercado. Es aqui donde dice el profesor que la Mamada Ley de Say, expresada por J. $. Mills hace mds de un siglo y segtin la cual cada imdustria crea o constituye su propia demanda, és inope- rante como principio de desarrollo de un pais pobre, donde Ja poblacién ca- rece por completo de poder de compra en las etapas iniciales. La recomendacién del profesor Nurkse consiste entonces, en cuanto a la- parte de la demanda se refiere, en procurar lo que él denomina un creci- miento balartceado y que consiste en iniciar la inversién en varios frentes si- multéneos, ¢fecto este que si producira un aumento en la demanda y en el tamafio del mercado mismo. Ahora bien, la formacién de capital requiere al mismo tiempo una inver- sién y una capacidad de ahorro. Estas dos cosas, dice el profesor, deben dis- tinguirse claramente por lo menos para los fines de anilisis, y es asi como, después de discutir, en la forma tan brevemente indicada en los pérrafos an- teriores, lo que hace referencia al lado de la demanda, dedica la mayor par- te de su libro al problema mas complicado, o sea, el de la oferta de capital necesario para el desarrollo econémico. 60 ; 4 El primer punto donde analiza el aspecto referente a la oferta de ca- pital es en el de la poblacién, y para este efecto divide a los paises subdesarro- Hados en dos grandes grupos: los superpoblados y los .subhabitado. En cuanto a lo primeros, hace un profundo andlisis del llamado desem- pleo escondido. Dice que en los paises subdesarrollados con exceso de pobla- _ cién la productividad marginal del trabajo, especialmente en el sector de la produccién agricola, es igual a cero, y en algunos casos negativa. Quiere es- to decir que si se retirasen trabajadores del sector agricola no solamente no disminuiria la produccién sino que en algunos casos podria Megar a aumen- tar, sin variar mingtin otro factor. Esta es una de las fuentes de capital mas importantes que deben explotarse en estos paises, puesto que existe un po- tencial de ahortos escondido en el desempleo rural. El objetivo consiste en- tonces en dedicar estos recursos de mano de obra a nuevos. proyectos, siempre y cuando que los antiguos trabajadores campesinos ahora dedicados a las la- bores constructivas o productivas puedan seguir siendo alimentados en sus nuevas labores tal como cuando vivian en el campo. Es asi como existe un potencial de ahorro y de creacién de capital en el desempleo escondido a que ‘hace referencia con mucho detenimiento el profesor Nurkse. El problema es un poco mas dificil cuando el pais subdesarrollado esta escasamente poblado. En éstos es ante todo indispensable lograr un aumen- to en la produccién agricola antes de emprender cualquiera otra clase de ac- tividades. A medida que se va libertando trabajo de la produccién primaria deben crearse proyectos de inversién. : ‘ . Pasa posteriormente a analizar el profesor el asunto referente a la ca- -pacidad de ahorro en los pafses subdesarrollados, y aqui, a través de un and- lisis cuidadoso, considera un problema fundamental: a medida que avanzan las naciones mas industrializadas, la capacidad de ahorro de los paises subdes- arrollados es cada vez menor. Este fenémeno es basicamente el: mismo del con- sumo conspicuo, explicado por Thorsten Veblen, el famoso fildsofo y eco- nomista americano del siglo pasado. A medida que se van produciendo nue- vos bienes de consumo en los paises industrializados, se crean también nue- vas necesidades en aquellos paises que no los producen, pero que si los conocen a través de los instrumentos modernos de las comunicaciones, los transportes, del cine y similares. Entonces se va réduciendo progresivamente la capacidad potencial de ahorro de los paises subdesarrollados y aumentindose en forma mayor la diferencia entre la capitalizacién de éstos y la que se realiza en los paises industrializados. Desde luego, dicho fenémeno tiene su repercusién més importante sobre las balanzas de pagos de los paises subcapitalizado, que se ven presionados cada vez mis insistentemente por la necesidad de importacién de bienes de consumo que no producen. De tal manera que el problema es doble; por una parte, se disminuye la capacidad de ahorro, y por otra, se somete Ia balanza de pagos a presiones adicionales. Dice entonces el profesor que algunos podrian pensar en que la’ solucién posible fuera la del aislamiento econémico, siguiendo el ejemplo del Japén. Sin embargo, este aislamiento puede producir males atin peores que pueden Hegar inclusive hasta la suspensién de toda clase de desarrollo. Su costo pue- 61 aren peer e ? tremendo, n no, solamente en de ser cuanto a oatccnes poles Peherer ae ‘en tétminos puramente econdmicos. De modo que hay necesidad de buscar otra ‘clase de soluciones, y éstas radican en las transferencias de capital de los paises ricos hacia los pobres. El profesor Nurkse considera que si tales transferencias tienen lugar dentro de los mismos paises ricos, por ejemplo, dentro’ de los _ Estados Unidos entre los estados del morte y oriente hacia los estados surefios, Io mismo puede suceder en cuanto al globo entero. Pasa entonces a analizar las fuentes externas de capital, iniciando el estu- dio con las inversiones particulares directas. Al analizar lo que ha ocurrido hasta el momento, observa cémo la mayoria de la inversién privada en los paises subdesarrollados se ha dirigido hacia la explotacién de industrias ex- tractivas,con fines de exportacién. La inversién dirigida hacia’ industrias ma- nufactureras y de distribucién se ha efectuado en su mayoria en paises des- arrollados. Las razones que aduce para este fenémeno radican_ esencialmente en los puntos que explica inicialmente al hablar del lado de la demanda y que se refieren al tamaiio de los mercados: Pero existen otras razones también, tales como la falta de servicios pablicos y, mas importante atin, la inestabilidad de los sistemas cambiarios para las remesas dé las utilidades y del capital. Es por esto por 16 que las inversiones extranjeras en paises subdesarrollados van casi siempre dirigidas al fomento de la produccién de materias primas exporta- bles con destino a mercados mds grandes, procedimiento éste que salva la difi- cultad de la pequeiiez de los mercados internos y en parte el problema de la repatriacién de utilidades. Es ésa la razén por la cual el proceso inicial de la formacién de capital interna debe realizarse a través de préstamos y concesiones por parte de los gobiernos de los paises exportadores de capital. Mas tarde, cuando los mercados hayan crecido y las facilidades y servicios publicos se hayan establecido, si existira um atractivo para que las inversiones privadas se realicen en escala considerable. Ahora, en cuanto al problema de balanza de pagos, dice que es imposible suponer que las inversiones privadas cubran los déficit que puedan presentarse. Si las transferencias gubernamentales no tienden a balancearlos es imposible esperar que los problemas de balanza de pagos recurrentes sean atendidos por el movimiento de la inversién privada, la que tiene mayores po- sibilidades de amedrentarse.con la sola sospecha de posibles dificultades. Desde hiego, todo pais subdesarrollado esta en capacidad de absorber can- tidades casi ilimitadas de ayuda extranjera para fines del consumo corriente. Por lo tanto, es indispensable que el pais en cuestién esté dispuesto a promo- ver la formacién de capital a través de recursos internos. Es ésta la raz6n por Ja que en la mayoria de los casos, cuando se ha presentado un mejoramiento de los términos de intercambio a través de,alzas en los precios de los articulos exportables de los paises subdesarrollados, poco 0 casi nada ha quedado en éstos, como remanente del mejoramiento de dichos términos de intercambio, que es equivalente a la ayuda extranjera misma. Desde luego, la gran ventaja de esta fuente potencial de formacién de | capital (la del mejoramiento de los términos de intercambio), consiste en que no aumenta la carga de la deuda externa ni da lugar a las diferentes fricciones’ 62 “que surgen de Jos préstamos y ayudas intergubernamentales. Lo importante, por lo tanto, es que el pais esté preparado, a través de un aumento en sus aho- ros internos, para absorber el capital adicional, porque el aumento en los precios de los productos de exportacién conduce a mayores ingresos monetarios domésticos y, por tanto, a consumos superiores. En consecuéncia, a menos que se tomen medidas para sustraer parte de ese poder de compra adicional, poco 6 nada se habré logrado com ninguno de los ingresos provenientes de las fuen- . tes citadas. Pasa entonces el profesor a discutir en qué forma puede influir la politica comercial de los paises subdesarrollados sobre la formacién de capital, y analiza en primer lugar lo réferente a la proteccién aduanera. A este respecto concluye diciendo que, teniendo en cuenta las condiciones enteramente disimiles én que se encuentran las regiones econémicamente atrasadas, la proteccién tarifaria, es de muy poco uso. Y lo mismo dice con respecto a las festricciones en la importacién de bienes suntuarios 0 de consumo conspicuo. Las razones que aduce radican esencialmente en el Iamado efecto de la sustitucién. Cuando los bienes de consumo importados se tornan demasiado costosos, ya, sea a través de gravamenes aduaneros.o de prohibicionés en Ja importacién, no quiere esto decir que se va a fomentar la formacién de capital, puesto que estos gastos de consumo lujoso pueden 0 posponerse o tramsferirse a otros, tales como la cons- truccién de viviendas costosas, ejemplo éste que ha sido muy notorio en los paises latinoamericanos, . Antes de presentar las conclusiones mas importantes de esta obra, el pro- fesor Nurkse incluye un capitulo que contiene una disertacién bastante extensa » sobre Ia teoria de movimientos de capitales en el campo internacional. Al reconocer €l impacto de la teoria keynesiana como base para la refutacién de la teorfa cldsica en vigencia durante tanto tiempo, hace también algunas obser- vaciones sobre las limitaciones de la teorfa econémica moderna que parece estu- viera retrasada con respecto a los uiltimos desarrollos en el campo de las inversio- nes internacionales. Uno de los aspectos que mds preocupan a los paises desarro- Hados es aquel que puede presentarse cuando el valor de los ingresos que perci- ben los paises exportadores de capital proveniente de los intereses de sus inversiones, legue a ser superior a las exportaciones mismas de capital, o legue a’requerir exportaciones de capital muy considerables. Cita aqui entonces al doctor Evsey D. Domar, quien en su libro denominado “La, Inversién Inter- nacional y el Bienestar Doméstico” elimina casi por completo’ estas. posibles dificultades, diciendo: “En cuanto a la tasa de crecimiento de las inversiones ‘se refiere, las extranjeras no dan lugar a problemas mayores a los que crean las inversiones domésticas, ya sean publicas 0 privadas”. CONCLUSIONES PRINCIPALES Bajo el titulo de “Medidas en el frente interno”, el profesor Nurkse resume en el ultimo capitulo el contenido principal de su obra a través de- cuatro conclusiones principales: , La primera consiste en que es indispensable un aumento en Ia productivi- 63 dad agricola en las etapas imiciales de fomento econdémico. A medida que — avanza el desarrollo, el capital acumulado ayudaré a su turno a producir un aumento en el ingreso real, la mayor parte del cual deberd reinvertirse dentro _ _ del pafs mismo. Es de importancia primaria que la expansién de Ja produccién — | exceda la rata de crecimiento de la poblacién. Como segunda medida recomienda en los términos mis enfiticos que debe + descartarse todo proceso inflacionario como fuente de formacién de, capital. Dice que la inflacién en etapas avanzadas puede Iegar inclusive a constituir causa de descapitalizacién de una economia. Al referirse a este punto hace una advertencia sobre la aplicacién de la teoria keynesiana a paises subdesarrolla- dos; no puede emplearse la expansidn del mercado monetario para eliminar el desempleo escondido de que se hablé inicialmente, porque esta expansién mo- netaria tan solo produce, en los paises subdesarrollados, un aumento de precios. eCémo debe financiarse entonces el desarrollo econémico? Esta financia- cién debe ser a través de la tributacién, y dice que, inclusive cuando se usa este procedimiento, no es necesario nacionalizar la inversion sino que puede dejarse en manos de los particulares. Lo que es necesario ¢s sustraer una parte | del poder de consumo de la comunidad para que se invierta, y asi, dice que puede idearse una gran variedad de formas institucionales (préstamos estatales, suscripciones de capital, corporaciones financieras de desarrollo, etc.), por me- dio de las cuales se lograré la redistribucién de los ahorros recogidos por el Gobierno. Cuando existen instituciones bancarias apropiadas, dichos ahorros pueden depositarse en el sistema bancario, o aplicarse a la reduccién de la deuda gubernamental dentro del mismo sistema, con el fin de que los bancos concedan crédito a los promotores de empresas, efectuando asi la deseada for- macién de capital. La tercera recomendacién consiste en que si existe algin campo para la actividad gubernamental en cuanto.a inversiones se refiere, el més apropiado indudablemente est4 en la realizacién de proyectos de naturaleza publica, tales como carreteras, ferrocarriles, sistemas de telégrafos y teléfonos, plantas eléctri- cas, sistemas de irrigacién, escuclas y hospitales. Es aconsejable la existencia de planes a largo plazo para la realizacién de estos proyectos en forma ordenada. Uh gran ntimero de paises, dice el profesor, ha establecido consejos econdmicos permanentes 0 corporaciones de desarrollo con este fin, y que mantienen los propésitos iniciales, sean cuales fueren los cambios que ocurran en el campo politico. Por wltimo, insiste en la necesidad de mantener un incentivo permanente en él sector privado, refiriéndose especificamente al empresario (de que habla Schumpeter en su teorfa de desarrollo en el libro titulado “Ciclos econémicos”) para que reinvierta parte considerable de sus utilidades, incrementando asi — la formacién de capital. Son éstos los aspectos mas sobresalientes del libro, cuyos argumehtos prin- cipales se han tratado de resumir aqui. En algunos casos ha sido necesario su- primir parte considerable del proceso de anilisis, tinicamente para efectos de brevedad del presente comentario. 64 .

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