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Move See ALSINA bi Bisons DE LA / COMUNICACION ail | PVE METODOS Y PERSPECTIVAS e a] 3S [= @ ey aa o ao} s 5 icy Ps < =) 5 + Universitat Pompeu Fabra - easel oe Universitat Autonoma de Barcelona - if ‘anna Estrada i Alsina MIQUEL RODRIGO ALSINA (Barcelona, 1955) es catedratico de Teo- rias de la Comunicacién de la Universitat Auténoma de Barcelona. Ha sido inves- tigador en el Research Center for Lan- guage and Semiotic Studies (Universidad de Indiana), en el Center for the Study of Communication and Culture (Universidad de Saint Louis) y en el Centre d’Etudes sur l’'Actuel et le Quotidien (Universidad René Descartes, Paris V); también ha impartido docencia en distintas universi- dades espafiolas y extranjeras. Ha publi- cado mas de setenta articulos en libros y en revistas especializadas nacionales e internacionales, y distintas monografias. Sus Gltimas obras son La comunicacién intercultural (1999) e Identitats i comuni- caci6 intercultural (2000), en las que se recoge su principal linea de investiga- cién, que actualmente desarrolla al mis- mo tiempo que el estudio de las teorfas de la comunicaci6n. Gf &— 7 | TEORIAS DE LA COMUNICACION: AMBITOS, METODOS Y PERSPECTIVAS S aldea global 11 Consell de direccié Direccié cien Jordi Berrio Martf Dominguez Vicent Salvador Enric Saperas Direccié técnica Carlos Alonso Joan Brunet M. Carme Pinyana Maite Simon Consell assessor Lluis Badia Vicente Benet Ratil Fuentes Josep Lluis Gomez Mompart Dominique Maingueneau Carlo Marletti Jestis in Barbero Isabel Martinez Benlloch Jordi Pericot Sebastia Serrano Antoni Tordera TEORIAS DE LA COMUNICACION: AMBITOS, METODOS Y PERSPECTIVAS Mique Roorico ALsINA Universitat Autonoma de Barcelona. Servei de Publicacions Publicacions de la Universitat Jaume | Universitat Pompeu Fabra Publicacions de la Universitat de Valencia Bellaterra; Castellé de la Plana; Barcelona; Valéncia, 2001 BIBLIOTECA DE LA UNIVERSITAT JAUME I. Dades catal RODRIGO ALSINA, Miquel rafiques Teorfas de la eomunicuciGn : Ambitos, métodos y perspectivas / Miquel Rodrigo Alsina, — Valencia Universitat de Valencia ; Castello de la Plana Universitat Pompeu Fabra ; Bellaterra : Universitat Autonoma de Barcelona, 2001 236 p.; 24cm. — (Aldea global ; 11) Bibliogratia ISBN 84-370-51 ISBN 84-8021-347-7 (U. Jaume 0). ISBN 84-88042-35-3 (U, Pompeu Fubra). ISBN $4-490-2194-4 (U, Autonoma) 3-9 (U. de Valencia) ) Publicacions de In Universitat Jaume I; Barcelona ervei de Publicacions, D.L. 1. Comunicacié social, I, Universitat Autonoma de Barcelona, Servei de Publicacions, ed, IL Universitat Jaume 1 (Castell6). Publicucions de la Universitat Jaume 1, ed, 11, Universitat Pompeu Fabra, ed. IV, Universitat de Valéncia, ed. V. Titol. VI. Serie 316.17 edicts Universitat Autonoma de Barcelona Servei de Publicacions 08193 Bellaterra (Barcelona) sp@ce.uab.es ISBN 84-490-2194-4 Publicacions de la Universitat Jaume I Campus del Riu See 12071 Castell6 de la Plana publicacions@ujies ISBN 84-8021-347.7 Universitat Pompeu Fabra Plaga de ln Merce, 12 08002 Barcelona gabinet rectorat@grup.uptes ISBN 84-88042-35.3, Universitat de Valencia Servei de Publicacions Carrer del Batxiller, 1-1 46010 Valencia publicacions@uv.es ISBN 84-370-5133-9 Priotera edivié: novembre de 2001 H.lustracié de la coberta M.C. Escher’s “Other World © 2001 Cordon Art B.V, - Baarn - Holland All rights reserved Maquetacié INO Reproducciones, 8.4, Impressié, INO Reproducciones, S.A. Ctra, de Castellsn, km 3,800 Pol. Miguel Servet - Nave 13 50013 Zarayora Dipdsit legal: Z-2.442-2001 Imprés en paper ecoldgic S= NOES LEGAL Aquesta publicacio no pot ser reproduid mi totalment a pat= calment, ot enregisirada en, o transmesa per. in sistema dere cuperaeié dinlormacis, en eap Form per cap mij sia Fotomecdaie,Fokaguimie,elveteonic, per fotocdpiao per qua sevol alte, sense el permis previ dels editors En los orificios de la nariz del Gran Buda anidan un par de golondrinas. Issa. Secseesneneaced ane indice INTRODUCCION .... CapituLo L. El objeto de estudio de las teorias de la comunicacién .......... Tavoduccion | 1. Las dificultades de delimitacién del objeto de estudio L.A Introduecién .... 1.2. El espiritu de la época 1.3, La comunicacién en la sociedad de la informacién 1.4, Aproximacién histrica 1.5, Aproximacién doctrinal 1.6. La comunicacién humana .. 2. El campo de estudio de las teorfas de la comunicacién 21. Introdueci6n onn . 2. Bl campo de la investigacién : 2.3. El campo de estudio a partir del objeto 2.4. El concepto de comunicaci6n de masas ... 3. Las sinergias comunicativas 3.1, Introduccién _ 3.2. Las emociones en la comunicacidn ... 3.3. La comunicacién intercultural .. 3.4. La identidad cultural .. 4, La situacién de la investigacién en comunicacién .. 4.1. Introduccién ... 4.2. La investigacién en los Estados Unidos 4.3. La investigacin en Europa . 44, La investigacién en Espaitia 4.5. La investigacién en Catalunya 4.6. Los retos actuales de la investigacién Capiruto II. Las teorias de la comunicacién en el marco de las ciencias social Introduccién 1. Los fundamentos epistemolégicos 1.1. Introduccién 1.2. La epistemotogta clasica . Las bases epistemolégicas de las teorfas de la comunicacién 1.4, La epistemologia actual. I 7 7 18, 18 19 23 38 40 44 48 48 48 5 57 62 62 63 68 n 79 79 8l 94 109 14 118 2. Las bases metodolégicas 2.1. Introduccién. a 2.2. Concepto y caracteristicas del método 2.3. Los métodos en las ciencias sociales 2.4. La evolucién metodolégica en las teorias de la comunicaci6n, . Las opciones metodolégicas.... Carfruto II. Las perspectivas de las teorfas de la comunicacién Introduccién 1. La perspectiva interpretativa 1.1. La Escuela de Palo Alto 1.2. EB] interaccionismo simbélico 1.3. Erving Goffman . 1.4. El construccionismo 1.5. La etnometodologia nv La perspectiva funcionalista 2.1. Los origenes .. 2.2. Los principio ....... oo A 2.3. Las funciones de la comunicacién de masa 2.4. Las eriticas al funcionalismo 3. La perspectiva eritica 3.1. La Escuela de Frincfort La economia politica 3.3. Los estudios culturales BrBLiocRaria fnpicr be aurorEs ixpice remArico, fypice 'UADROS, 146 146 146 148 153 156 161 161 163 164 167 71 174 180 182 183 ES) 187 193 194 195 201 204 225 229 Introduccién Toda disciplina es una geografia a explorar en la que los estudiosos e investigadores se afanan por ir descubriendo y relatando. Mediante sus relatos permiten que los que les seguirdn puedan avanzar con mayor rapidez.y seguridad, Valbuena (1997 a) apunta que hay unas disciplinas-mapas, que deben orientar la actividad de los estudiantes durante la carrera: precisamente, las gue Hevan el nombre de Teoria: Teoria de la Comunica- cién, Teorfa General de la Publicidad, Teoria General de la Imagen y Teoria de la In- formacién». Parafraseando a Valbuena (1997 b: 17), quisiera decir que he concebido este libro como un mapa que ayude a reconocer el territorio de las teorias de la comu- nicacién. Las Teorfas de la Comunicacién, con ésta u otras denominaciones, tienen una tra dici6n en nuestro pais de mas de un cuarto de siglo. Cuando Miquel de Moragas, en 1981, publics Teorias de la Comunicacién y Angel Benito, en 1982, Fundamentos de Teoria General de la Informacion se pusieron unos s6lidos fundamentos para nuestra disciplina. Ha sido este trabajo fundacional y los siguientes estudios los que han con- solidado el estatuto cientifico y académico de las teorias de la comunicacién. Como afirma Saperas (1998: 94) «los especialistas en el estudio de la comunicacién de ma- sa desarrollan su labor en un campo temético especifico plenamente legitimado en el mundo académico actual». Sin embargo, la consolidacién no significa petrificacién. Todo lo contrario, las te- orfas de la comunicacién constituyen una disciplina extremadamente viva, en evolu- ci6n y en discusién permanente. Como sefala Valbuena (1997 a) «Un peligro que acecha constantemente a los profesores es quedarse encerrados dentro de las Univer- sidades, aislados del mundo real, Incluso, algunos pueden caer en un autismo cientifi- co, quedandose encerrados dentro de su asignatura, Por eso, una teorfa no resulta pragmaticamente consolidada si no es sometida a critica, polémica, debate... Las ide- ‘as que no son sometidas a los dialogismos acaban convirtiéndose en blandas, si se me permite el adjetivo. Es decir, no informan la actividad de los estudiantes. Si algin sen- tido tienen las jornadas, simposios, congress, seminarios y demas modalidades, es fa cilitar el intercambio de ideas 0, como decian los medievales, permiten “cuestiones disputadas”. Igualmente, saber en qué estan trabajando los compaferos y ajustar los contenidos para no solaparlos, es una actividad cientifica en el eje pragmiitico» Por esto, no deben orillarse las «cuestiones disputadas» que se den en la discipli- na. Una de ellas es las caracteristicas epistemolégicas de las teorias de la comunica- cidn, Es evidente que la denominaci6n que se dé a la disciplina ya nos indicaré cual es la tendencia que se apunta. Por mi parte, seguiré hablando de Teorias de la Comuni- cacién porque ésta es la opcién gue los profesores e investigadores de la Universitat Autdnoma de Barcelona hemos venido desarrollando (Moragas, 1981: 18-23). Como afirma Moragas (1976: 6) «Los investigadores de la comunicacin de masas. y no pre- cisamente por casualidad, han Megado a este objeto de estudio partiendo de distintas disciplinas: psicdlogos, socidloges, lingiiistas, semiGlogos, antropélogos. La capacidad de progreso de cualquier estructura académica que se ocupe de la comunicacién de ma- sas, depende, en gran parte, de la lucide7. con que sepa adecuar sus planteamientos a di- cha plurisdiciplinariedad> Desde mi punto de vista, estas diferencias epistemolégicas son una muestra de la vitalidad de ta disciplina, Aunque defiendo la concepcién pluridisciplinar de esta dis- ciplina, considero que la propuesta unidiseiplinar de construccién de una Teoria Ge- neral de la Informacién, que hace Valbuena (1997 b), es digna de la maxima atencién. También me parece muy interesante la idea de Angel Benito (1997) de considerar Ja Teoria General de la Informacién como una ciencia matriz. «El cardcter de ciencia matriz de la Teoria General de la Informacién la sitvia como precedente académico ne- cesario para el desglose pormenorizado de las disciplinas particulares destinadas al es- tudio e investigacién de cada uno de los diez elementos del proceso comunicativo, que, en conjunto, son su objeto propio de estudio» (Benito, 1997: 23). Los diez elementos a los que se refiere Benito son la ampliacidn del modelo Lasswell en los siguientes tér- tminos: 1) Quién, 2) Qué, 3) Canal, 4) Cémo, 5) A quién, 6) Qué consecuencias, 7) Por qué, 8) Bajo qué condiciones y responsabilidad, 9) Qué medios auxiliares y 10) Qué circunstancias sociales (Benito, 1997: 22). _Por dltimo, también quisiera resefiar la propuesta, s6lo apuntada, por Del Rey Mo- rat6 (1997) sobre el estatuto epistemolégico de la Teoria General dela Informacion eo. mo «interciencia». Para Rey Motaré (1997) «La epistemologia que conviene al campo fenomenolégico de la comunicacién social es la epistemologia de la complejidad, me- hos preocupada por la autonomta cientifica de la disciplina que por los problemas y la audacia a la hora de disefiar caminos imaginativos para definiriosy para estudiarlos.Y esta epistemologfa solo puede impulsarse desde una consideracién novedosa de la dis- ciplina, y de un nuevo estatuto epistemoldgico: ese estatuto epistemol6gico es el de la interciencia» Como puede apreciarse, la vitalidad de la disciplina es evidente. Esta vitalidad se manifiesta no sdlo en la discusi6n epistemoldgica, sino también en lo que hace refe- rencia a su objeto de estudio. La presente obra empieza precisamente con el objeto de estudio de las teorfas de la comunicacién, El objeto de estudio ha sido y es un elemento determinante en la con- creci6n de la disciplina (Moragas, 1981; 23-28). ‘Como apunta Moragas (1981: 12) «Los estudios sobre la comunicacién de masas aunque intereses conservadores lo pretendan disimular- se han visto siempre condi- cionados por la realidad comunicativa y social del contexto en que se desarrollaban». En la actualidad estos condicionamientos siguen claramente vigentes, Como sefiala Sa- Peras (1998: 17) «La investigacién sobre los medios de comunicaci6n y la industria de la cultura siempre se ha definido por su estrecha vinculacién con el contexto hist6rico y-con el grado de desarrollo tecnolégico del propio sistema comunicativor. Pero, ho en dia, a evoluciGn de estas realidades tecnol6sicas y sociales es tan rdpida que uno tiene la sensacién de que no consigue aleanzarlas. Ademas, tengo la impresién de que ésta es una percepcién comtin de muchos investigadores de las ciencine sociales Al menos Castells (1997: 19), en este sentitio, seflalaba: «mi investigacin y escritura tra- luban de dar alcance a un objeto de estudio que se expandia mas de prisa que _ pacidad de trabajo». Esta es una de las mayores dificultades del objeto de estudio de las teorfas de la comunicacién, La sociedad de la informacién va creando nuevas tealida- des culturales que no dejan de exigir nuestro andlisis, nuestra reflexidn y nuestra cr- tica. Asi, por ejemplo, Castells (1997: 395) nos recuerda que «Mas alla de la interaccién social ocasional y los usos instrumentales de la comunicacién a través del ordenador, los observadores han detectado el fenémeno de la formacién de comuni- dades virtuales. [...] por ellas suele entenderse una red electrénica autodefinida de co- municaci6n interactiva, organizada en torno a un interés 0 propésito compartido, aunque a veces la comunicacién se convierte en s{ misma en la meta». Sin embargo, «Atin no esta claro cudnta sociabilidad esta habiendo en esas redes electrnicas y cud- Jes son los efectos electrénicos de una forma de sociabilidad tan nueva. No obstante, cabe destacar un rasgo: estas redes son efimeras en lo que respecta a los participantes» (Castells, 1997; 395). Como puede apreciarse, por un lado, las nuevas realidades so- iales nos obligan a reflexionar sobre ellas pero, por otro lado, poco se puede decir to- davia de algunas de ellas. En lo que la mayoria de los investigadores estamos de acuerdo tramos en un proceso acelerado de cambio. Para Saperas (1998: 30) «la actual fase de transicién se define por dos rasgos centrales: una rapida evolucién de las tecnologias de la informacién y de la comunicacién y por el incremento de la presencia social y po- Iftica de estas tecnologfas, y de sus contenidos simbélicos, como consecuencia del de- bilitamiento de instituciones sociales clasicas que regian el proceso de socializacién y de organizacidn (la familia, las iglesias, la escuela, las instituciones politicas)». Yo afia- diria que se esté imponiendo una visién multicultural de la sociedad. Otro corolario de la situacién actual es, segtin Castells (1997: 514), que «la informacién es el ingrediente clave de nuestra organizaci6n social, y los flujos de mensajes e imagenes de unas re- des a otras constituyen la fibra basica de nuestra estructura social». ‘A lahora de abordar nuestro objeto de estudio hay que plantear claramente las di- ficultades que hemos de arrostrar. Aunque nuestro objeto de estudio es cambiante y ex pansivo se deben hacer esfuerzos para delimitarlo. En primer lugar, creo que hay que contextualizar las Iineas de pensamiento dominante desde los afios veinte a la actuali- dad, Considero que es fundamental establecer los climas de opiniénen que se des- arrollan las distintas teorfas sobre los medios de comunicacién. A continuaci6n, se tratarfa de ver cémo en los orfgenes del campo de estudio ya se van determinando las caracteristicas del objeto. Una «cuestién disputada» hace referencia a la terminolog comunicacién o informacién para definir al objeto de estudio, En mi opinién, nos en- contramos en una discusién ms de forma que de contenido. Al hacer una aproxima cidn doctrinal a esta cuestién podemos apreciar que en el fondo se esté basicamente de acuerdo en el objeto de estudio. Como podra apreciarse, hago una diferenciaci6n entre objeto y campo de estudio. La diferencia que establezco, entre el objeto de estudio y el campo de estudio, es que el objeto de estudio hace referencia a la realidad empirica de la comunicaci6n, mien- tras que el campo de estudio es la aproximaci6n de la disciplina a esta realidad empi- tica, Evidentemente el objeto de estudio y el campo estén intimamente relacionados. La principal diferencia es una cuestién de perspectiva. El objeto de estudio es fa rea- lidad que se va a estudiar y el campo de estudio es el objeto sometido a los procedi- mientos de investigacién. Para entendernos, si el campo de estudio se convierte en un objeto de estudio nos encontrariamos ante una investigacién metatedric En relacién con el campo de estudio nos encontramos otra «cuestién disputada». Se trata de si la disciplina debe tener en cuenta, como objeto de estudio, sélo a la co- municacién de masas o debe estudiar también otras formas de comunicacién. Mi pro- puesta es que seria conveniente empezar por una visi6n amplia de objeto de estudio de $ que nos encon- Ja comunicacién humana para ir luego a focalizarla ala comunicacién de masas. Esto nos Hlevarfa a analizar, por un lado, las distintas formas de comunicacién y, ba otro la- do, permitirfa focalizar la investigacién en la comunicacién de masas. Creo que, si se ee 1 Or une aproximacisn global al objeto de estudio, hay que tener en cuenta te, das las formas de comunicaci6n, porque éstas intervienen en los procesos reales de la coma cici6n de la vida cotidiana, Més adelante pondré de manifiesto estas sinerging comunicativas, pero antes hay que definir mas claramente el campo de estudio, "Aste. ole les dstintos mbitos de investigacién de las teorias de la communicacicn Las teorfas de la comunicacién tienen ala comunicacién de masas, a a de las dificultades actuales de su definicion, como un objeto de estudio privilegiado, Sin em- bargo, como ya he apuntado, me permito poner de manifiesto la neces ge cuenta otras formas de comunicacién. En muchos de los fenémenos analizados se O- ne de manifiesto, incluso en las primeras teorias de la comunicaciGn, les since te dtnts formas de somunicacién. He escosdo tis obese aan es Parecen especialmente importantes en la actualidad: las emociones en la comuni sai ta comunicacién intercultural y la identidad cultural A continuacién, he hecho un recorrido sobre la Investigacion occidental de co- municacién de masas. Mi intencién, mas que hacer una historia de las ciencias de la comunicacién, es profundizar sobre la situaci6n actual, Sin embargo, tanto por lo que hace referencia a Estados Unidos, Espgiia y Catalunya he tenido en cuenta esta ewok : jun historca, En selacién con los oto pases europeos no he hecho esiaintralay ry hist6rica por dos razones. En primer lugar, hubiera sido excesivamene prolijo hacer la evolucién pats por pais. En segundo lugar, de algunos paises, por ejemplo Grecia, lai formacién a la que tengo acceso es muy limitada “ve En cuanto a los retos actuales de la vestigacién en comunicacién, aunque no po- demos olvidar las especificidades a pais, ten; impresion de 'stos son 's especificidades de cada pafs, tengo Ia i bastante comunes, neon En esta obra doy por sentado que las teorfas de la comunicacién forman arte de las ciencias sociales. Aunque en otros patses europeos ésta serfa una ccuestion dispus {ada», en el Estado espafiol creo que hay un claro acuerdo en la comunidad eientfcs al respecto. En Espatia la «cuesti6n disputadet» seria la ue apuntaba al principio de es. | ....eedesasss# de situa la (Corias de 1a comunicacién en el marco de las ciencias sociales, he tratado len funda. Mentos epistemol6gicos y las bases metodoldgicas : — Por lo que hace referencia alos fundamentos epistemolégicos he realizado un re. Corrido por la epistemologfa clisica a partir de cuatro autores: Kuhn, Popnes Lakatos y Feyerabend, Evidentemente no estamos ante un andlisis exhaustive dele ine logia moderna. Simplemente he recogido cuatro autores muy significativos, orl Aue se refiere a las caracteristicas epistemolégicas de las teorias de la comunicacién 56. NeMligador no deberia preocuparse tanto de la presunta cienificidad de Ia disci fi Cultiva y de la investigacién en ta que esta comprometido, aungue sf dela seredod y de la profesionalidad, de una y otra]...J». En mi opinion, cambiaria de verbo mod al, cn lugar de deber yo utilizarfa el de poder Es decir. mientras se garantice la seriedad la profesionalidad, el investigador puede no preocuparse tanto por la epistemologia de ix dlisciplina, Sin embargo, la discusién epistemolégica sobre la disciplina me parece muy interesante. Aunque, como ya he sefalado, me sitio en la perspectiva pimiaae mane vonsidero que hay que seguir muy atentamente los esfuerzos para constituir unas ba- ses epistemol6gicas propias de la teorfa de la comunicacién o de la informacin. Co- mo también pongo de manifiesto, en la actualidad, que los cambios que estamos viviendo no sélo afectan a las teorfas de la comunicacién sino también a la teorfa del conocimiento, por esto hay que estar atento a los nuevos postulados epistemolégicos que van plantedndose. En relaci6n con las bases metodolégicas de las teorfas de la comunicaci6n nos en- contramos con un pluralismo metodolégico. Por mi parte, después de definir el con- cepto de método y de sefialar sus caracteristicas, he recogido los principales métodos en las ciencias sociales, Por lo que se refiere a las teorfas de la comunicacién he hecho un breve recorrido histérico por las distintas metodologias que se han ido utilizando. Por iiltimo, hay que recordar que todo investigador a la hora de realizar una investiga- cién debe ilevar a cabo una opcién metodolégica, Es cierto que cabe hacer una apro- ximacién plural al objeto de estudio, pero siendo realistas las condiciones de la investigacién habitualmente nos obligan a escoger alguna metodologia y alguna técnica de investigacién. La triangulacién es un recurso que permitirfa analizar el objeto de es- tudio con distintas metodologfas y técnicas pero que requeriré un mayor tiempo y esfuerzo. Para finalizar el apartado metodoldgico quisiera recordar que no hay meto- dologias ni técnicas mejores o peores, con cardcter absoluto, Todas tienen sus ventajas y limitaciones, y dependerd de los objetivos de la investigacién saber encontrar, en ca- da momento, la mas adecuada. Por tiltimo, por lo que hace a las perspectivas de las teort un acuerdo bastante generalizado de establecer tres: la interpretativa, la funcional y laritica. Dentro de la perspectiva interpretativa recojo las siguientes corrientes: la 'scuela de Palo Alto, el interaccionismo simbélico, el construccionismo y la etnome- todologia. Aunque a Erving Goffman se le suele incluir dentro del interaccionismo simb6lico, considero que merece ser tratado aparte. En cualqdier caso, téngase en cuenta que estas clasificaciones se hacen con criterios fundamentalmente explicativos. En la descripcién de la perspectiva funcionalista empiezo con sus origenes y c6- mo se fue imponiendo como el paradigma dominante en la investigaci6n de la comu- nicaciGn en los Estados Unidos. A continuacién, establezco los principios basicos sobre los que se fundamenta el funcionalismo, que pivota en torno al concepto de funcién. Seguidamente, recojo las funciones de la comunicacién de masas y, finalmente, plan- teo las distintas criticas al funcionalismo. De hecho, a lo largo de la explicacién de las distintas perspectivas seleccionadas he ido introduciendo las criticas que se les han he- cho, aunque no les dedique un apartado como en este caso. En la perspectiva critica doy cuenta de la corriente seguramente con una mayor tra dicién en los estudios criticos de la comunicacién, que es la Escuela de Frncfort. Sin embargo, considero que los estudios de economia politica de la comunicacién han te- nido y tienen una gran importancia. Aunque, en la actualidad, vivamos una ola cultu- ralista no debe olvidarse que los factores econémicos y politicos de la comunicacién son tambign esenciales para explicar los fendmenos comunicativos. La tiltima cortiente tica que recojo es los Estudios Culturales, que parecen ser una de las lineas de in- igacin emergentes. He de decir que cada dia tengo mas claro que nuestra profesién es una combina- cidn de estuerzo individual y de trabajo en equipo. Esta obra que presento no hubiera sido posible sin el apoyo de mis colegas del departamento de Periodisme i Ciencies de $s de la comunicacién hay a CS a Comunicaci y de la Facultad de Ciéncies de la Comunicacié de la Universitat Au- tonoma de Barcelona. Tampoco puedo olvidar a 1@s bibliotecari@s de la Biblioteca de Citneies de la Comunicacié de Ja Universitat Autonoma de Barcelona, que con su buen haces son una fuente segura de ayuda y un punto de referencia ineludible para cualquier investigador ‘También quisiera mencionar a los miembros de la comisién de mi oposicién a ca- tedritico de universidad Miquel de Moragas, Felicisimo Valbuena, Enric § aperas, Car- los Pérez Reyes y Rosario de Mateo, que con sabias palabras me motivaron » seguir trabajando. No puedo olvidar a tos profesores Catalina Gayd, Lluis Badia y, sobre todo, a Ma- fia Corominas cuyas indicaciones sobre el primer borrador de este manuserite han si- db siempre una garantfa para su mejora. Asi mismo, debo agradecer a Joon Manuel Tresserras, con quien compart la coordinacién de la titulacion de Periodismo, que los Tests Previos @ mi oposicién asumiera el doble del trabajo que le correspon Finalizo este listado de reconocimientos, que seguro que se queda corto, con mi agracecimiento a Anna Estrada, que me ayudé en los aspectos informaticos de ln edi- cién. ya Encarna Ruiz, que colaboré conmigo en la confeccidn de los indices de au tores y temitico. Para finalizar esta introduccién desearia mapifestar que toda disciplina cientifica csun compromiso, desde el rigor y la pasién, para avanzar hacia una sociedad més jomprensiva, emancipadora y responsable. Asf, la ciencia debe ayudarnos a combatiz 'a IncomprensiGn, el fanatismo y la imesponsabilidad, Como afirma Humberte R Ma- turana (1994: 193): Considero que e! mayor peligro espiritual que una persona enfrenta en su vida es creer que és e| poseedor de una verdad o el legitimo defensor de algiin principio o el posee- dor de algiin conocimiento trascendental o el propietario legal de alguna entidad, o el acteedor meritorio de alguna distincién, etoétera, porque inmediatamente se vuelve cie- Bo respecto de su circunstancia y entra en el callej6n sin salida del fanatismo. Conside. ro también que el segundo peligro espiritual mas grande que una persona enfrenta en su vida es creer, de alguna manera u otra, que no siempre es responsable de sus actos ode Sus deseos o de no desear las consecuencias de ellos, Finalmente, considero tambien que cl don mas grande que la ciencia nos ofrece es la responsabilidad de aprender, libres de ‘odo fanatismo. y si queremos, c6mo ser siempre responsables de nuestros accionen aura. Vés de reflexiones recursivas acerca de nuestras circunstancias = Jsorlas de la comunicacién: ambitos, métodos y perspectivas / 17 Capitulo I. El objeto de estudio de las teorias de la comunicacion Introduccién Como es sabido una de las primeras etapas de la investigacién cientifica es la cons- truccién del objeto de estudio. Para Grawitz (1990: 422) «La construccién del objeto @8 uno de los puntos esenciales y el mas dificil de la investigaci6n, el fundamento so- bre cl que todo se asienta». En las ciencias de la comunicacién una de las primeras di- ficultades es establecer las caracteristicas del objeto de estudio, sobre todo en relacién con la denominada comunicacién de masas. El objeto se resiste, de alguna manera, a Ser caracterizado. Las nuevas tecnologias dan lugar a nuevas realidades sociales y co- municativas que obligan a los estudiosos a actualizar, permanentemente, la construc- cién de su objeto de estudio. Es como intentar subirse a un tren en marcha Desgraciadamente, a veces, uno tiene la sensacién que el ren va demasiado rapido. Es- fo provoca una cierta perplejidad y una crisis conceptual que marca, en parte, el espi- ritu del tiempo actual. La sociedad de la informacién nos esté obligando a repensar las caracteristicas del ecosistema comunicativo, Ademés, las teorfas de la comunicacién tienen una dificultad adicional, desde mi punto de vista mas formal que conceptual, que ¢s la distincién entre comunicacién e informacién. En ta investigacién, una vez se ha definido cual es el objeto de la comunicacién es necesario plantearse como se acotard este objeto de estudio y desde qué perspectiva. Se trata de delimitar el campo de in- vestigaci6n. Si en el objeto de estudio pretendfamos delimitar la realidad comunicati- va. en el campo de la investigacién se trata de describir la realidad investigadora sobre la comunicaci6n. Evidentemente, segtin la determinacién del objeto de estudio que se haya realizado, el campo la investigacién variars, Esta observacién del objeto de estu- dio y la consiguiente delimitacién del campo se deberia coneretar en el concepto. El Concepto nos va a permitir organizar la realidad entresacando los rasgos significativos del objeto de estudio, ademas, va a ser la gua que va a seguir la investigacién, Aqut nos encontramos con un concepto muy amplio de comunicacisn humana y con el proble- ma de concretar qué entendemos por comunicacién de masas. La propuesta que sos- fengo es que, aunque las teorfas de la comunicacién tienen como objeto de estudio Prioritario la comunicacién de masas, no puede dejarse de lado todas las formas de co- municacién social. De hecho, en todo proceso comunicativo se produce una sinergia de distintas formas de comunicacién. Para finalizar este apartado haré un repaso de Ta situaci6n de la investigacién en co- municacion occidental. Destacaré tanto Ia perspectiva con que se aborda el objeto de Estudio como los temas prioritarios de la investigaci6n. Mi intencién es hablar de la s tuacién actual, pero inevitablemente deberé hacer un breve recordatorio historico que dé sentido al presente. En primer lugar, me centraré en los Estados Unidos, para lue- 18 / Teorias de ta comunicacion: ambitos, MEtodes y Perspectives SEE eer eeELg EE EES EEO EEE EELS eet EES eEE EEE eEEE EERE SERIE EEESEEE go pasar a Europa, a Espafia y a Catalunya, Por itimo, recogeré algunos de los retos a los que la investigacién de la comunicacién se enfrenta. 1. Las dificultades de delimitacién del objeto de estudio 1.1. Introduccién Parece haber acuerdo entre los distintos autores que una de las primeras dificultades con que se encuentran las teorias de la comunicacién es la delimitaci6n exacta de su objeto de estudio. Es sabido que una de las caracteristicas de los objetos de estudio de Jas ciencias sociales es su mutabilidad. Los cambios sociales aumentan la dificultad de aprehender una realidad social para ser estudiada, En el caso de la comunicacién pa- rece que esto es evidente no s6lo por los cambios sociales que se estan produciendo, si- no también por los cambios tecnolégicos, Todo esto lleva a que estemos viviendo una mutabilidad de referentes que da lugar a una crisis profunda de sentido 0 al menos un cambio profundo en la construccién del sentido. Por todo ello, hay que estar redefi- niendo constantemente el significado de los conceptos utilizados e incluso nuestra in- tencionalidad comunicativa. Se hace necesaria una metacomunicacién que nos permita negociar més facilmente el sentido de los discursos. Para que podamos comprender mejor Ja situacién actual, voy a dar algunas pince- adas de los climas de opinién dominantes desde los afios 20 hasta finales de los 80. Por Jo que respecta a la década de los 90 le voy a dedicar una especial atencién. Se trata de apuntar Jos nuevos retos ¢ incertidumbres de la comunicacién en la sociedad de la in- formacién. Lo que parece evidente es la importancia de la comunicacién de Ia sociedad actual. Para Saperas (1998; 70-91) lo que caracterizaria al sistema comunicativo actual es la cen- tralidad, la mediacién y la transversalidad. La centralidad hace referencia a que el siste- ma comunicativo es el eje de la sociedad de la informacién. La mediacién se da porque os medios de comunicacién son jos intermediarios entre la complejidad social actual y 1a pervepeién que tenemos de nuestro entorno. Por iltimo, la transversalidad significa que «la mediacién se realiza mediante el advenimiento de una l6gica de los medios de co- municacién y unos formatos dominantes que imponen los limites de la presencia pibli- ca de las instituciones sociales y de los lideres de opinién» (Saperas, 1998: 82). Por mi parte, una vez constatados los climas de opinién generales lo que haré es plasmar la discusién sobre el objeto de estudio de las teorfas de la comunicacién a par- tir de dos perspectivas. En primer lugar, haré una aproximacién histérica. Para la misma tendré en cuen- ta, por un lado, uno de los origenes de las teorfas de la comunicaci6n: la teorfa mate- matica de la comunicacién, Esta corriente, a pesar de estar mucho més proxima de la cibernética que de lo social, ha tenido una indudable y reconocida influencia en el ori- gen de las teorias de la comunicacién, Por otro lado, hist6ricamente en nuestro pars du- ante afios se impuso el término de informacién, Esto ha planteado un problema denominativo y diferenciador entre informacién y comunicacién. En segundo lugar, haré una aproximacién al objeto de estudio a partir de distintos \s de la comunicacidn. Mi impresién es que en la mayorfa de los casos estamos de acuerdo con cual es el campo de estudio de !as teorias de 1a comunicacién o de la teorfa general de la informacién. Se trata, en ambos casos, de estudiar las facetas fun- damentales del proceso comunicativo convenientemente contextualizado. Por tiltimo, aunque creo que la delimitacién del objeto de estudio deberia ser mas debatida, haré una propuesta que tomo prestada de Gifreu (1991: 66-67): «Como pun- to de partida para la comprensién general de los hechos de comunicacién en las so- ciedades humanas, proponemos aqui una definicién provisional, aunque fundamentada, de comunicacién humana». A partir de esta base considero que nos seré més facil po- ner de manifiesto las interacciones entre la comunicacién de masas y las otras formas de comunicacién que se producen en la mayoria de las experiencias comunicativas ob- jeto de nuestros estudios. 1.2. El espiritu de la época Es realmente dificil establecer el espiritu de una época, sobre todo cuando se trata de un tiempo presente. He utilizado la expresién «espiritu de la época», tomada de Mo- rin (1966 y 1975) y Balle (1991), precisamente porque se trata de una terminologéa al- g0 difusa. El espiritu de una época nunca puede ser facilmente definible, se trata de una suma de discursos y realidades muy dispares que acaban concretdndose, mas © menos, en una percepcién de la realidad social. Pero es importante dar cuenta de esta percep- cin de la realidad social porque hay una interrelacién permanente entre sociedad y ciencias sociales. Tengamos en cuenta que las teorfas nunca son, completamente, el frato de una mente genial sino que son el reflejo de una forma de ser y pensar de una época. En la ciencia moderna un investigador puede hacer propuestas geniales, pero no se puede desarrollar la actividad investigadora sin tener en cuenta a la comunidad cien- tifica. Esta interaccién social y comunicacional es la que abona el pensamiento cien- tifico, La ciencia no se hace fuera del mundo, en la conocida metéfora de la torre de marfil, sino en un tipo de sociedad conereta. Ademés, como apunta Foucault (1981 Cada sociedad tiene su régimen de verdad, su «politica genera» de la verdad: es decir, los tipos de discurso que acoge y hace funcionar como verdaderos o falsos, e] modo en que se sancionan unos y otros; las téenicas y los procedimientos que estén valorizadas por la obtencién de Ia verdad; el estatuto de quienes estin a cargo de decir lo que fun- ciona como verdadero. En sociedades como las nuestras, la «economia politica» de la verdad esta caracterizada por cinco rasgos hist6ricamente importantes: la «verdad» es- 14 centrada sobre la forma del discurso cientifico y sobre las instituciones que Jo produ- cen; esti sometida a una constante incitacién econémica y politica (necesidad de verdad tanto para la produccién econémica como para el poder politico); es objeto, ba- jo diversas formas, de una inmensa difusién y consumo (circula en aparatos de educa- cién o de informacisn cuya extensidn es relativamente amplia en el cuerpo social, a pesat de algunas limitaciones estrictas); es producida y transmitida bajo el contro! no exclu- sivo pero dominante de algunos grandes aparatos politicos 0 econémicos (universidad, ejército, escritura, media): finalmente, es el envite de todo debate politico y de todo un enfrentamiento social (luchas «ideoldgicas»). Esta cita de Foucault no es necesariamente contradictoria con las caracteristicas de la denominada sociedad posmoderna. Tengo la impresién de que el discurso cient co sigue centrando el concepto de verdad en la sociedad occidental. Ademas, las criti- cas a cierto discurso cientifico se hacen desde las propias instituciones cientificas 0 por fil6sofos de la ciencia. Es decir, como siempre ha hecho la ciencia moderna. En cualquier caso, parece evidente la necesidad de contextualizar unos estudios de- terminados para darles un mayor sentido. Como sefiala Balle (1991: 17) «da histe de las investigaciones sobre los medios no puede ser separada del examen de las fluc- tuaciones del “espfritu de 1a época” con sus valores y sus acontecimientos, desigual o diversamente apreciados. Asi como inseparable de la evolucién de lo que podriamos Hamar las opiniones dominantes, o sea, aquéllas que se expresan periédicamente a tra- vés de inquietudes muy extendidas en un momento dado y, al mismo tiempo, por pro- posiciones tenidas por vélidas por la mayoria de la gente». Este autor (Balle, 1991 17-42) pone en relacién, desde principios del siglo, el espititu de la época con sus acon- tecimientos y valores, los estudios e investigaciones que se han producido y, final- mente, las opiniones dominantes que se potenciaban. Por mi parte, voy siguiendo fielmente la periodizacién que él hace pero tituléndola segtin mi criterio, a intentar es- tablecer el espiritu de la época y las ideas dominantes que son fruto de las principales investigaciones en comunicacién. No voy a seguir al pie de la letra su descripeién, aun- que me inspiro frecuentemente en ella. También hay que sefialar que la periodizacion iempre es aproximada. Asi, es posible que una obra se haya publicado originariamente tunos afios antes del perfodo en que la cito. Pero tengamos en cuenta, en primer lugar, que la historia no entiende de segmentaciones tan dristicas, ya que se trata de un de- venir. En segundo lugar, 1o que quiero sefialar es el clitha de opinién dominante, por lo que es posible que éste no se dé todavia cuando aparecieron las obras, sino unos afios mas tarde. Una obra pionera puede conseguir que su concepeién se imponga poste- riormente. En el siguiente apartado intentaré hacer una aproximacién a los afios 90, que Por razones obvias Balle no hace. Unas advertencias previas, en el espiritu de la épo- ca no se trata de hacer una relacisn exhaustiva de las investigaciones de la época, Sim- plemente pretendo recoger el clima de opinién dominante. Por supuesto, nos falta algo de perspectiva para afinar en la visi6n de los tiempos mds prdximos, por esto debe en- tenderse como una aproximacién al espiritu de la época presente. Es muy posible, co- mo pasa con la memoria, que futuros acontecimientos nos hagan fijamos en fendmenos que. en la actualidad, nos pasan mas desapercibidos. Antes de 1920: los inicios de la sociedad de masas Los libros y los diarios son los medios de comunicacién que ayudan a configurar la opinién publica y a canalizar los debates en la sociedad. Es el momento de mayor apo- geo del primer medio de comunicacién de masas modemo: el diario de informacién ge- neral. La sociologia se empieza a interesar por los medios de comunicacién. Recordemos la ponencia de Max Weber (1992) en el Congreso de la Asociacién Ale- mana de Sociologia, en 1910, que trataba sobre una sociologia de la prensa, Eviden- temente se pueden buscar antecedentes mis antiguos como la primera tesis doctoral sobre periodismo lefda en Leipzig en 1690 (véase Periodistica n.° 3, 1991), Pero noes hasta principios de siglo que se empieza a tener una conciencia sobre el papel social de Ja prensa, Sobre todo se expresa una gran preocupacién por la influencia sobre la opi- ni6n ptiblica (Tarde, 1986), (Lippmann, 1964) y sobre la psicologia de las masas (Le Bon, 1983). Aunque empiezan a plantearse las primeras desconfianzas sobre el uso de los medios. las opiniones dominantes consideran que gracias a los diarios se esta in- formado y la prensa contribuye al progreso social y cultural de la poblacién. 1920-1940: las primeras concepciones sobre los medios La aparicién de Ia radio es un importante hito comunicativo en este periodo de entre- guerras, La prensa y la radio son instrumentos para lo mejor y lo peor: medios de in- formacién y cultura © medios para la propaganda. Este tltimo aspecto adquiere en este periodo una gran importancia. En 1939, Serge Tchakhotine (1985) publica su obra La violacién de las masas por la propaganda politica, El titulo ilustra suficientemente so- bre una cierta concepcién de los medios dominante en esta época. Téngase en cuenta que la propaganda politica ocupa un lugar central en las estrategias de los regimenes fascistas europeos y del soviético, Ademés, el conductismo en Estados Unidos y los es- tudios de Pavlov en la URSS aportan la explicacién cientifica a la manipulacién de los medios de comunicacién. El psiconilisis, por su parte, muestra la posibilidad de utili- zar mecanismos que, dirigidos directamente al inconsciente, burlen la actuacién cons- ciente de las personas. Los individuos estin sometidos a fuerzas que no pueden controlar, La Escuela de Franefort denuncia el ascenso de la irracionalidad nazi por la capacidad de condicionamiento de los nuevos mecanismos de la propaganda. La in- dustrializaci6n también alcanza a la cultura, mercantilizando los productos y redu- ciendo su calidad al masificarlos, Cuando, en 1938, Orson Welles consiguié asustar a millares de norteamericanos (Cantril, 1985) con la adaptacién radiofénica de la nove- la de H. G. Wells La guerra de los mundos simplemente vino a confirmar la idea que se tenfa de la gran influencia de los medios de comunicacién (cine, radio y prensa). Por otro lado, en los Estados Unidos tanto Hovland como Lazarsfeld inician sus investi- gaciones sobre la influencia de la propaganda, El primero mediante estudios de labo- ratorio y el segundo mediante el método de encuestas, En los Estados Unidos los investigadores se preparan para la entrada de su pafs en la Segunda Guerra Mundial 1940-1960: los inicios de la disciplina Los estudios de comunicacién se convierten en una disciplina, En 1948, con gl mode- lo de Lasswell (1985) y el modelo de Shannon (1981) se fija el campo de estudio y se legitima cientificamente la disciplina. Aunque, a raf, de la guerra fria, la propaganda sigue siendo un objeto de estudio prioritario en la Mass Communication Research y aparece la televisién, la concepcidn de la influencia de los medios de comunicacién cambia, Las primeras teorfas empiricas de la nueva disciplina minimizan los efectos de los medios de comunicacién y sefialan la importancia de la comunicacién interperso- nal y de la personalidad como filtro a los mensajes de los medios. A pesar de que se acepta que la comunicacién de masas pueda producir disfunciones, se considera que los medios de comunicacién son un instrumento imprescindible para el desarrollo de la democracia. Asi, cualquier limitacién a la libre circulacién de los productos comu- nicativos es considerada una cortapisa a la democracia y, en tltima instancia, un aten- tado contra la libertad de expresién. Esto permite la internacionalizaci6n de la produccién medidtica norteamericana y forjar su hegemonia occidental. Con mayor re- traso, en Gran Bretafia, Francia, Italia y Alemania se van a ir consolidando los estudios de comunicacién. La influencia de la Mass Communication Research sera muy nota- ble a escala internacional, en mayor 0 menor grado segiin los paises. 1960-1980: auge y cuestionamiento de la cultura de masas De los afios 60 a los 70 se puede considerar ef maximo auge de los medios de comuni- cacién y de la cultura de masas, A pesar de las principales teorias sobre los efectos de 22 / Teorias de la comunicaci6n: ambitos, metodos y Perspectivas los medios de comunicaci6n, se sigue hablando del Cuarto Poder. Ademas, en 1960, se atribuye la eleccién de Kennedy como presidente de los Estados Unidos, en parte, a su debate en televisin con Nixon, Diferentes estudios pusieron de manifiesto que las per- sonas que escucharon el debate por la radio se sintieron més convencidas por Nixon, mientras que a los que lo vieron por televisién Kennedy les parecié mas persuasivo. Si en el periodo anterior, Roosevelt utilizaba la radio para dirigirse a la nacién, en este pe~ riodo la televisién va a convertirse en el medio con mayor influencia. La televisién tam- bign tuvo un papel muy importante en la creacién de una opinién contestataria en relacién con la guerra del Vietnam, Sin embargo, en 1974, la prensa norteamericana también cobra protagonismo con el caso Watergate. Esto refuerza la idea del papel de- cisivo de los medios para influir en el Ambito politico. Una cultura juvenil va ocupan- do su espacio en la cultura de masas. La sociedad de consumo no ha conocido todavia ninguna crisis relevante. La industria cultural (Morin, 1966) y sus mitologfas (Barthes 1957) estan en su maximo apogeo. Un autor imprescindible en esta época es Marshall Me Luan, muchas de sus premisas, por ejemplo «el medio es el mensaje» 0 «la aldea global» llegan a hacerse incluso populares. El denominado determinismo tecnolégico vuelve a poner de manifiesto el poder de los medios de comunicacién, sin plantearse ni tan siquiera su contenido. Pero quien s{ habla de contenidos es la Escuela de Fréncfort © movimientos como el situacionismo. Se pone de manifiesto que estamos en una so- ciedad del espectéculo (Debord, 1976). Precisamente los movimientos juveniles que tan f§cil acomodo habfan encontrado en la cultura de masas empiezan a cuestionar esta mis- ma cultura (Morin, 1975), Esto produce, en palabras de Balle (1991: 30 cidn de desmentidos y contradicciones. Por un lado, las investigaciones de Lazarsfeld y Katz siguen sefialando que los efectos de los medios de comunicacién son limitados ¥, por otro lado, autores como Me Luhan © Marcuse sefialan que los medios modifican profundamente la percepcidn de las personas y la vida social, Pero, a partir de los afios, 70, desde la investigacidn empirica se empieza a postular que los medios de comunica- ciGn quizés no puedan hacer cambiar la forma de pensar de la gente, pero sf que tienen efectos cognitivos (Saperas, 1987). Aunque, por otro lado, se considera que la audien- cia es activa y capaz. de seleccionar el uso de los medias segiin sus necesidades. La s mitica se hace un espacio, cada vez mayor, en los estudi s de la comunicacién. 1980-1990: replanteamiento sobre la influencia de los medios Las distintas teorias sobre los efectos cognitivos (agenda-setting, espiral del silencio, knowledge gap) se van consolidando en la comunidad cientifica, Un nuevo clima de opinién empieza a cuestionar la idea liberal de que los medios de comunicacién son siempre instrumentos para el desarrollo. En 1980, propiciado por la Unesco, el infor- me McBride (1980) supone un cambio en la percepcidn de la comunicacién interna~ cional. Los paises han de establecer politicas de comunicacién con las que pretenden proteger tanto a su propia industria comunicativa como a su cultura. Se propugna un nuevo orden internacional de la informacién y de la cbmunicacién: los Estados Unidos abandonan la Unesco, Pero esto no rompe la tendencia a una ereciente internacionali- zacién de 1a comunicacién, y se sigue con la erftica al imperialismo cultural nortea- mericano. Las politicas de la comunicacién se convierten en un objeto de estudio prioritario, El concepto de objetividad periodistica entra en crisis por la aparicién de re- portajes falsos como Jimmys’s World publicado por el Washington Post el 28 de sep- tiembre de 1980 y que Hleg6 a obtener el premio Pulitzer. También stiona la eee Ee et ee tO oe ee ee ee ee ee objetividad desde la sociologia interpretativa (Rodrigo, 1996 c: 165-180). Se sigue con- cibiendo la audiencia como activa, pero la tendencia es contextualizar el uso social de Jos medios en su vida cotidiana, Las audiencias dejan de ser consumidores de medios de comunicacién para convertirse en personas que llevan a cabo distintas précticas cul- turales, Las aproximaciones microsociolégicas y etnogrificas son cada vez mas usadas en los estudios de comunicacion. Los estudios culturales briténicos empiezan a hacer notar st influencia y llegan a los Estados Unidos. Se inicia la posmodernidad (Lyotard, 1984). En 1989, cae el muro de Berlin y se producen notables cambios geopoliticos. No se produce e! fin de la historia, pero se hace necesario el replantear las propuestas politicas del marxismo ortodoxo. Se hace imprescindible repensar Ia realidad social y muchas concepciones que parecian incuestionables 1.3. La comunicacién en la sociedad de la informacién La investigacién tiene que estar en didlogo permanente con la realidad social a la que se debe. Este didlogo tiene una doble caracteristica, La primera se trata de que la in- vestigacién y la teoria, que de ella se deriva, deben deseribir y/o explicar lo mas rigu- rosamente posible la realidad analizada. La segunda es que la propia realidad va a plantear sus exigencias a la investigacién. Los cambios que se producen en la realidad social condicionan la investigacién y le plantean nuevas exigencias, nuevos retos. En un clima de opinién lleno de incertidumbres, los estudios de comunicacién de- ben tener en cuenta las nuevas realidades tecnolégicas y sociales que se estén produ- ciendo, Saperas (1998: 31) nos recuerda tres denominaciones, que han sido creadas por Jos cientificos sociales, para definir la situacién actual. Asi, se habla de la Sociedad de la Informacién, de la Sociedad de la Complejidad y de Ja Sociedad Digital, Con la $o- ciedad de la Informacién se hace referencia a «una estructura econémica y de vida c tidiana que integra todo tipo de informacién como principal fuente de creacién de riqueza, de produccién de conocimiento, de distribucién de mensajes y, tinalmente, de estrategia para la toma de decisiones» (Saperas, 1998: 31). El concepto de Sociedad de la Complejidad procede del socidlogo aleman Niklas Luhmann que consideraba que «el sistema social evoluciona impulsado por una dind- mica de cambio estructural que tiende a aumentar la complejidad del mundo social y de los diversos sistemas particulares que lo estructuran» (Saperas, 1998: 33). En esta sociedad los medios de comunicacién van a establecer el sentido compartido, redu- ciendo asi la complejidad social. Por tiltimo, la Sociedad Digital no sélo hace referencia al avance tecnoldgico que ha supuesto la digitalizacién, sino que «también presupone un cambio radical en la to- talidad de los dmbitos sociales insistiendo en Ja relevancia de su implantacién social y en st capacidad para la estructuracidn de los comportamientos cotidianos, asf como del trabajo y el ocio, la mediacién politica y la produccién y el consumo culturales» (Sa- peras, 1998: 34). Por mi parte, utilizaré la terminologia de sociedad de la informacién, que creo que podria englobar a las otras dos. Lo que parece evidente es que vivimos en una sociedad en mutacin permanente. esto no es nuevo, y acelerada, esto es algo mas nuevo. Todo ello hace que, en muchas ocasiones, los investigadores en ciencias sociales vayamos de perplejidad en perpleji- dad. Ademés, no parece que esto vaya a cambiar, en palabras de Castells (1998 b: 392)

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