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pierre bourdieu jean-claude passeron los herederos los estudiantes y la cultura J de Marcos Maer pierre bourdieu jean-claude passeron los herederos los estudiantes y la cultura eo »* ‘lo vointune edtores argentina a Tucumin 1621 7° w (c1ogoaac), Buenos Aires, Argentina ‘alo veintune edtores, 2.2. do ev. (Cerro del agua 248, Delegacién Silo veintiuno €/Menéndez Pda, 3 ms (28008) Madrid, Espa (et owoag, publi sans cade Progra Aide ts tection Versa Oro ni sation (he Minin de Afi Eton edi Se Cart ‘de tsmbasade de Friern Argrtine sn obra, liad en el marc del Programa de Ayuda ala Edicin Vietrin Ocampo, ha side benefcada con el apoyo det Ministerio de Asunts Extranjeros el servicio cular dela embajda de Francia en Argenuina Bourdieu, Pierre Los herederos ls estudiantes yla cultura / Pierre Bourdieu y Jean- ‘Claude Passeron = 2a ed, - Bueris Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 3009, // 216 p, ;21x14 em. - (Biblioteca clsica de Siglo XXI) “Traducide por: Marcos Mayer ISBN 978087-690.067.8 1 Sociologia de la Cultura. 1. Passeron, Jean-Claude IL Mayer, Marcos, tad. I Titulo. // CDD 306 to original: Las hits. Les dian a etre 1964, Les Editions de Minuit 2003; Siglo XXIEditores Argentina S.A Edicion al cuidado de Ricardo Sidicaro Diseio de portada: tholon kiinst Tred. arg. 2008, 2 ed. ang, revisida: 2009 ISBN 978.987-629.0678, Impreso en Artes Grificas Delsur // Alte. Solier 2450, Avellaneda ‘en matzo de 2009 Hecho el depésto que marca la ley 11.723 Immpreso en Argentina - Made in Argentina Indice La sociologga segxin Pierre Bourdieu, por Ricardo Sidicaro Advertencia 1. Lacleccién de los elegidos 2, Juego serio y juego de lo serio 4. zAprendices o aprendices de brujo? Conclusion Apéndices Apéndice 1. Los estudiantes en Francia Apéndice 2. Algunos documentos y resultados de encuestas Indice de temas y de nombres 101 18 7 v1 183 La sociologia segin Pierre Bourdieu : por Ricardo Sidicaro A.cuarenta afios de su primera edicion francesa, el libro de Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron Les Herter, ls udiants et la cult 12! se ha convertido en tun moderno clisico de la sociologia que inte- esa tanto por sus contenidos como por la estrategia analitica que pro- pone. Por cierto, la combinacién presente en ese texto de formas rigurosas de investigaci6n empirica con una reflexi6n concept {que insertaba los analisis en una teoria novedosa sobre las sociedades modernas y sus conflictos, motiv6 su atraccién. Los estudios sobre los sistemas escolares y ls prticasculturales, temas predilectos de las primeras investigaciones del grupo formado en torno a Bourdieu, rompieron con los encuadres habituales para tratar esas cuestiones al remitir las explicaciones a la dinamica del conjunto de la sociedad ¥; mds especificamente, a los mecanismos de violencia simbélica que legitiman las relaciones de dominacién y de desigualdad social. Lle- var dicha éptica a dmbitos de la vida social donde las personas parti- cipan casi totalmente libres de prevenciones al compartir las creem cias de que se trata de instancias al servicio del interés general o de que favorecen el progreso de todos por igual supuso introducir una in eritica en dominios en los que se asentaban significativas ilu jones sociales e individuales a difusign iniial de Los Hereders encontré piblicos distintos y con expectativas contsadictorias: En el movimiento estudiantil del Mayo francés de 1968, muchos leyeron el libro como la denuncia de ‘un sistema escolar y universitario cerrado al acceso de las clases po- pulares y que servia para beneficiar a los hijos de los sectores privi- legiados.* Los especialistas en sociologia de la educacion, sobre todo * Paris, Minuit, 1964 Winock, Michel: Le sdcle de intact, 15, Sei, 1997, p. 552. x RICARDO SIDICARO aquellos que buscaban las reformas de las instituciones educativas, reaccionaron contra una interpretacién que juzgaron demasiado es- tructural y que no parecia dejar espacio a las mejoras parciales y ob- Jetaron Ia invasion “sociologista y reproduccionista” de los bourdiew- sianos,® que estimaron incompatible con la defensa de la educacién piiblica‘ Como muestra de que las perspectivas conceptuales de Bour- dieu no se articulan en armonsa.con los enunciaclos de los actores, es suficiente mencionar la explicacién propuesta en su libro Homo aca- demicus’ sobre los acontecimientos de Mayo del 68, muy distinta alas interpretaciones propuestas por los estudiantes entonces movilizados;, or otra parte, el autor no s6lo rechaz6 reiteradamente pensar en tér- 1 “reproduccionistas, sino que, ademés, participé de la elabo- raci6n de ideas para reformar las instituciones educativas para tratar de neutralizar en alguna medida los efectos estructurales encontea- dos en su investigacidn;* en cuanto a su posicién sobre la defensa de Ia educacién piblica, cabe sefialar que en los afios noventa, en su im- pugnacién intelectual al neoliberalismo, sus andlisis relacionales lo ‘mostraron contrario a la interpretacién ontolégica de los sistemas educativos, alos que juzg6 necesario resguardar en tanto dimensio- nes de acceso a lo universal a pesar de operar en la reproduccién de las desigualdades sociales. El objetivo de esta breve presentacion es abordar las ideas de Bourdieu sobre la utilidad politica y social de la sociologia, una de las preocupaciones centrales de la concepciGn expuesta en sus investiga- S Véase Van Haecht, Anne, La escuela 0 a examen, Priguntas a a silo de (a educacién, Buenos Aires, BibloeMifo y Davila, 2002. “ Sobre las instrumentaciones ideoldgicasintentadas a partir de una lectu- ra descontextuslaada de Bourdieu pant watar de fundamentar la realizacién de reforms neoliberales de la educaciba ptblica en Latinoamérica, véanse las per- ‘inenteseitcas de Rubinich, Lucas, La conformacin de un lina cultural. Netbera {smo y univesidad Buenos Aires, UBA-Libros del Rojas, 2001 Bourdieu, Pierte, Homo academicus, Paris, Minuit, 1984, cap. 5, Le moment cxtique. “PMire as participaciones de Pierre Bourdiew en comisiones para proponer reformas de la educacién, ia més conocida es la del Collége de France, que en 1989 prodyjo el informe “Principios para una reflexin sabre los contenidos de LA SOCIOLOGIA SEGUN PIERRE BOURDIEL x ciones mas eruditas y en muchos articulos ¢ intervenciones en foros, académicos y sociales. El corpus es amplio y permite resaltar los linea- ‘mitentos fundamentales de sus posiciones, asi como situar algunas dis- cusiones vinculadas, directa 0 indirectamente, con el tema escogido. La sociologia como critica social ‘Transformado en sociélogo de moda en su momento mas cues- Gonador, y cuestionado, Bourdieu obtuvo una alta popularidad en al- _gunos publicos que parecieron considerar que usar palabras bour- dieusianas constituia un signo de distincién, que daba una tonalidad renovada a ideas, posiciones y desempeiios que, paraddjicamente, habian sido analizados y desmitificados por la sociologia bourdieusia- na, No fueron pocos los intelectuales del viejo marxismo economicis- ta, los un tanto mds modernos etnometod logos, los profesores de le- tras pasados a los estudios culturales o los consultores de ciencias de la educacién que intentaron reconvertir sus capitales originarios tra duciéndolos a las nociones acufiadas por Bourdieu. Sin duda, todos encontraron en el sociélogo francés consideraciones te6ricas que ne cesariamente debfan molestar sus intereses o que revelaban el senti- do de sus disputas en los campos en los que participaban, y al asumir Jas formas discursivas bourdieusianas corribuyeron a neutralizar, ba- jo definiciones més menos vacias, su potencial heuristico y ctitico. La recuperacién que hizo la prensa comercial de algunos textos de Bourdieu, a quien present6 como un socidlogo parisiense, rebelde y sensible a los temas de la pobreza, de la exclusién social o de la glo- balizacién, lo situé en los sistemas de pensamiento déxicos, que hacen banales y aceprables los mecanismos de dominacién social, ya los que Bourdieu solia dirigir frecuentes y fundadas criticas. ‘ensefianaa", publicado en Bourdieu, Pierre, Capita cultural, excua yeaa social ‘México, Siglo XI, 1997, pp. Y28.UU, Una version dstintay con un lengusje mas bourdieusiana fue edtada por el Colléye de France, Paris, 198, con el tulo Pro- positions pour Uensignement de Vaveni.Elabre dla demande de Monsiew te prsidene ela Republique ores rofseurs du Collie de rance x RICARDO SIDICARO Muchas de las objeciones formuladas a las teorfas de Bourdieu parecieron estar inspiradas en lecturas formalistas, favorecidas por sus propios restimenes de sus conceptos principales, repetidos con li- _geras variaciones en varias opostunidades. A pesas de haber previsto los riesgos de ese estilo de interpretacién y de insistiren la necesidad de rechazar las falsas dicotomias, los cédigos del lenguaje operaron en tanto reglas opresivas y de poco sirvieron sus frecuentes aclaracio- nes, correcciones y precauciones sobre el problema: “seria necesario cvitar totalmente el hablar de los conceptos por si mismos, exponién- dose a ser esquematico y formal a la vez".’ La consecuencia fue una difusién de sus ideas que, a la vez que resaltaba el formalismo de sus conceptos sistemiticos, dejaba de lado las interesantes tramas tedri- ‘cas y empiricas con las que construyé sus explicaciones socioldgicas. Asi, equivocadamente, sus contribuciones pudieron verse como mis interesadas por las cosas de la ligica que por la ldgica de las casas, repro- che que dirigia frecuentemente al formalismo de muchos economis- tas, de cientistas politicos y de socidlogos, Por el contrario, las perspectivas teéricas de Bourdieu, adaptadas alas necesidades de la investigacion, y sin ser totalmente compartidas, cstimularon la produccién de nuevos conocimientos en pricticamen- te todas las discipiinas de las ciencias sociales. Los investigadores jéve- nes hallaron en su obra conceptos y métodos para “entrar”, a veces con herejias, en campos de las ciencias sociales reaciosa la innovacién yen los que las repeticiones de los “estados de la cuestién” operan co- mo verdaderos mecanismas de control del Estado sobre la cuestiin. Proba- blemente, la invitacién a pensar sobre los usos de la ciencia y sobre las reglas del mundo académico y de la educacién fueron elementos que incidieron en la ambigiiedad que, en muchos casos, generé la recep- cin de sus trabajos. En sus teorias estaban expuestas, desde sus ini- cios, muchas de las consideraciones que Ilevaron a Bourdieu a incre- mentar su participacién en la arena piiblica, uniendo la accién ‘laramente politica a las luchas por las posiciones de predominio en. el campo académico. * Bourdiew, Pierre, El sentido préctia, Madrid, Taurus, 1991, p, 92, n. 2 LASOGIOLOGIA SEGUN PIERRE BOURDIEU x Sobre la utilidad politica y social de la sociologia El reconocimiento a nivel mundial de la obra de Pierre Bour- dieu no era faci de prever, dado que abundaban en ella las referen- cias empiricas francocéntricasajenas a la realidades culturales de otros contextos nacianales." Sin embargo, a pesar de las menciones a temas ajenos a los lectores internacionales, la contribucién boli dieusiana fue asimilada académicamente en tanto aporte valioso pa rarenovarla discusién sobre la tcoria de la acci6n y para replantear ‘micleos conceptuales de la sociologia contempordnea. Por el modo en que Bourdieu definié la labor sociolégica y, especialmente, st utiidad politica y social, eran esperables las controversias suscita das, En el cielo nunca sereno de la disciplina, sus trabajos ¢ inter- venciones invitaron a los debates, por sus contenidos y por sus fr. mas, Las respuestas que encontraron muchos de sus textos sobre los mas diversos aspectos de las pricticas sociales evidenciaron que sus escritos sobrepasaban el campo de la sociologfa. No fueron pocos los investigadores de otras ciencias sociales o de las humanidades que reaccionaron contra las incursiones en sts campos u objetaron sus aseveraciones sobre la filosofia la epistemologia. Practicas e insttuciones que habian vivido en sus reconfortantes autodefinicio- nes entraron en la amplia agenda de indagacioncs de Bourdieu y sus colaboradores, y as, desde Ia alta costura hasta Ia alta cultura, incluyendo las fundaciones empresaras, ls iglesias, los partidos po- tics, los aficionados a a fotografia, \a dominacién masculina, el poder de los meds de comunicacién, los usos del lenguaje, ya is: ‘a podria prolongarse, se sumaron a los objetos de inwvestigacién construidos a partir de un enfoque te6rico orientado a proponer nuevas interpretaciones de la accién social y explicarla remitiendo a condiciones estructurales 0 a intereses sectoriales ignorados no 8 Consciente del problema, en el Prefacio ala publicaciin norteamericana de La ditiacin, Bourdieu les proponia asus lectores hacer el esierzs necesario para comprender, mis alli de ls referencias empiricasfrancesas, las dimensio- res univerales de los problemas analizadas en su obra. Distcion. A Soil Citigue of the fudgerseof Taste, Cambridge, Harvard University Press, 1986, pp. XEXIV. xv RICARDO SIDICARO sélo por las miradas esponténeas, sino también por otros tipos de abordajes conceptuales. Desde sus origenes, la sociologia conocié numerosas. sobre la utilidad politica y social de sus conocimientos. El clasico tema de los efectos dela filosofia sobre la vida social se prolong6, con justi ficadas razones, en el caso de la sociologia. La reflexi6n sobre la obje- tividad de las ciencias sociales y el problema de los valores habia sido recurrente en las especialidades de la disciplina més préximas a los conflicts sociales y politicos, pero, también, en otros dominios en apa- riencia distantes de las opciones, las opiniones y los intereses que di- viden las sociedades. Los primeros socilogos anunciaron que Sus ex- plicaciones debian desencantar las pricticas estudiadas al proponer interpretaciones reitidas, de un modo u otro, con las creencias social ‘mente aceptadas, y que eso afectarfa intereses y posiciones sectoriales. Las grandes tradiciones iniciadas por Karl Marx, Emile Durkheim yMax Weber dieron respuestas que perduraron sobre los vinculos en- tue el conocimiento cientifico de la sociedad y sus efectos sobre la mis- ma, Marx fue quien revel6 mas optimismo al considerar que sus esta- dios sobre Ia estructura de la sociedad y, especificamente, sobre el ‘ardcter de la explotacion de clases proporcionaban elementos para nutri la conciencia de la clase obrera y forjar su organizacién social y politica en las luchas para la destruccién de los regimenes capitalis- tas, Para Durkheim, el conocimiento sociol6gico podia servir para me- Jjorar las regulaciones sociales y para fortalecer la integraci6n social, pues estimaba que Ias explicaciones del funcionamiento de la socie- dad, especialmente de las patolagias sociales, dotarian de elementos pa- xa perfeccionar o corregir la acci6n de lox gobiernos y de los dirigen- tes politicos, lo que favoreceria el “interés general", protegerfa las situaciones de fos sectores social y econdmicamente mas débiles y afianzaria la democracia republicana. Weber establecié explicitamen- te su célebre diferencia entre el politico y el cientifico, pero en nin- sin momento ignoré los efectos politicos de los conocimientos que producfan las ciencias sociales, y eligié sus objetos de investigacién pensando en la utilidad social de sus andlisis,insistiendo por ello en la necesidad de tratarlos con el méximo de rigor cientifico. LASOGIOLOGIA SEGUN PIERRE BOURDIEU Fronteras y distinciones 1a sociologia de:Bourdieu se caracteriz6 por destacar sus dife- rencias no s6lo con distintas escuelas anteriores © contempordneas, sino, ademas, por discutir la pertinencia de aquellas pricticas intelec- tuales o culturales que desvirtuaban los conocimientos sobre lo so- cial. Las modalidades de constraccin de los objetos de investigacién. les sirvieron a quienes compartieron la corriente bourdieusiana pa- riestablecer la separacién entre la sociologia y las aproximaciones sociograficas empiristas, caremtes de teorfa y sin preguntas sobre la constitucién social de los datos, Las especulaciones de quienes ali ‘mentan sus reflexiones con lecturas ¢ introspecciones y desdeiian el ‘abajo empirico sistematico fueron otro blanco predilecto de sus cri ticas, Las denominadas ingenierfas sociales al servicio de intereses bur rocriticos recibieron fuertes objeciones desde la Sptica de Bourdieu por su carfcter de mecanismo de legitimacion de las estructuras de poder. La propuesta respecto de mantener una estricta vgilancia epis- temolégica en la labor de investigacién sociolégica puso una clara ba- rrera con los diferentes pos de pricticas ideolégicas, lo que, toma- do formalmente, podfa confundirse con una expresion de desinterés por los contflictos politicos y sociales circundantes. Por otra parte, el énfasis que Bourdieu ponia en algunos temas estimados poco nobles en los consensos imperantes en la disciplina lo condujo a subrayar el rigor conceptual y metodolégico para distanciar su obra del ensayis- ‘mo diletante ‘Una mencién aparte merece la estrategia de investigacién em. pleada por Bourdieu al buscar observables empiricos de la vida cot diana para proponer la explicacién y la comprension de procesos so- ciales complejos. Como ilustracion, por demas elocuente, puede servir un ejemplo tomado de La distincién. Criteros y bases sociales del _Fuste.“A propésito de la clases populares, se podria hablar de comer on franqueza igual que se dice hablar con franqueza. La comida es td situada bajo el signo de la abundancia (lo que no excluye restric- ciones y limitaciones) y sobre todo bajo el signo de la libertad: se con- feccionan platos ‘eldsticos', que ‘abundan’, como las sopasy las salsa, Jas pastasy las patatas(asociadlas casi siempre con verduras) y que ser Vidas con cazo 0 cucharén evitan tener que medir 0 contar demasi xT RICARDO SIDICARO do (..)-Al ‘comer con frangueza’ popular, la burguesta contrapone el comer guardando la forma, Las formas son, en primer lugar, ritmos que implican esperas, retrasos, contenciones; nunca se da la impre- sion de precipitarse sobre los platos, se espera hasta que el tiltimo que se ha ervido haya comenzadoa comer, se sive yse repite con disere- cién. Esta manera de introducir el rigor de la regla hasta en lo coti- diano (...) nose explica sélo por la presencia en el seno del mundo familiary de Ja familia de esos extrafios que Son los eriads y los inv- tados. Es la expresi6n de un habitusde orden, de postura, de compos: tura, del que no se podria abdicar, yello tanto menos en la medida que la relacién con los alimentos ~necesidad y placer primario por ‘excelencia~ no es sino una dimensin del tipo de relaci6n burguesa con el mundo; la oposicidn entre lo inmediaroy to difesi, lo facil xylo dificil, la substancia o la fancién y la forma, que en ella se expre- s de manera particularmente brillante, se encuentra en la base de toda estetizaciOn de las précticas y de toda estética’.? Por cierto, cabe reconocer la originalidad de ejercicio eqnceptual que, contraponien- do la “elastcidad y abundancia de los platos populares” con el “guar- dar las formas” de la bunguesfa, revela aspectos de los ethos de clase y establece los nexos teéricos entre la gastronomia, las costumbres de mesa yas huchas de clases." Las distintas maneras de definir los efectos de los conocimientos producidos por la sociologia sobre la sociedad son, o pretenden ser, necesariamente coherentes con las respectivas matrices te6ricas em Bourdieu, Piere, Laditincin, Cries y bases sail del gust, Madrid Ta rus, 1998, p. 194, En esta cits hemos reemplazado “clases particulares” (error de imprenta de laobraen expaiiel) por “clases populares’ tl como dice la obra ork sl La ato, Ctr sca yma, Pais, Mn 1979, pp, 216217 qo nota marginal, cabe seviaar que las referencias de Bourdieu a cues ‘ones empiticas demasiado cercanas las cosas diarasingpiraron critics qu vitaton a leer sus argument0s con prevenciOn y. por qué no, a objetarlos con un, poco de humor. Rayhond Botdon y Francois Bourricatd optaron por una cons- tatacisn desacartonada: "Recientemente, se descubris que los obreros franceses tienen debilidad por las bananas ylos burgueses por la endvia. Ningtin mito cx taloga, sin embargo, la endivia entre los alimentos de Jos dioses". Boudon, Ray: mond y Bourricaud, Francois, iscmario eric de sniloga, Buenos Aires, Edical, 1998, p. 247. ibe 1A SOCIOLOGIA SEGUN PIERRE BOURDIEU xn pleadas para analizar las Telaciones saciales, De acuerdo con las con- ceptualizaciones de la accidn social, se piensa el sentido y Ia eventual consecuencia del saber.producido por la sociologia ¥, mas atin, se en- tienden las fuerzas condicionantes o las resistencias de las estructu- ras o sistemas feente a las acciones que pretender modificarlas. Por otra parte, si bien, las preguntas sobre las relaciones entre e} conoci- miento y los cambios de la sociedad son anteriores a la sociologia’a és1a le tocé hacerse cargo de ellas en una época en que se aceleraron los procesos de transformacién social y se consolidaron las insttucio- nes especializadas en presentarse como agentes de intereses colecti- vos que plantearon, en términos seculares, los conflictos sectoriales por los predominios politicos, econémicos y culturales. Pierre Bourdieu mantuvo permanentemente presente las pre- _guntas sobre los usos politicos y sociales de la sociologfa y sus respues- tas se situaron en el centro de su perspectiva tedrica. En sentido es tricto, munca dejé de hacer referencias a la importancia politica y social de los conocimientos socioldgicos orientados a revelar los me- canismos las condiciones, ocultosa la percepei6n dixica, que produ cen y reproducen las relaciones materiales y simbéticas de domina- cin social. La de Bourdieu es, de hecho, una sociologia de la sociologia que, de modo explicito, construye conceptos y propone estrategi vestigacion que cuestionan los modos de wabajar més consagrados y _generalizados de quienes se desemperian en Ia disciplina. Por cierto, los aportes de Bourdieu no fueron totalmente incompatibles con los de otras corrientes de la polifonia sociologica de la segunda mitad del siglo XX, pero la separaciGn fue franca y notoria en la respuesta a la ‘gran, y tan reiterada, pregunta: cpara qué sociGlogos? En sus opciones tedricas y epistemologicas la sociologia de Bour- dieu se fij6 una meta prioritaria: explicar las estructuras de domina- ‘Gm y la distribucién asimétrica de posiciones de poder existentes en los més variados campos de relaciones sociales. Sus recortes anal cos suponian una definicién del mundo social que partia de una perspectiva que, a una primera lectura, puede considerarse contra- La evohcién de Is tepresencacén femenina en las diferentes disciplinas smuestra que los modelos tadicionales de la divsin del trabajo entre x08 gen, ‘atin con mucha fuerza ls elecciones profesionales de ls estudiantes yal mismo. tiempo dominan la experiencia que hacen de su condicién: es en as facultades de lewas (donde las muchachas han estado muy represeatadas) yen Farmacia don de ba parécipacion de las estudiantes sla mayor hoy (superior ala mitad) ydonde la feminieacin ha sido ms ripida, CE Apéndice I, cuadso 1 © Cf Apéndice W, eundeo 231 2234 “1 CE Apéndice I, cuadro 2.25 2.36. :APRENDICES 0 APRENDICES DE BRO? 98 sal y las dificultades a las cuales e enfrentan cuando se esfuer- zan por recomponer una imagen wnificada de su rol que el esti- 1o de su planteo sobre el *compromiso”. Participando ampli mente del consetiss idealégico propio del medio estudiantil, ellas se dicen {los dos ercios) “comprometidas” y las que no lo on se exctsan por ello. Pero todo su planteo traiciona ta fidel- dad a una definicién de las tareas tradicionales de la mujer. No se enenentra tnds que excepcionalmente una justificacion utili tarista o racional del “servicio al otro” y abunclan las metiforas que exaltan cl ideal de sacrificio, vestigio de la érica tradicional. Elvocabulario del contactoy de la relacin alterna con el de la aper tra al otro, del enriquecimientoy de ta pienitud o con el vocabula- rio moral del deber de presencia: “tener relaciones humanas enti- {quecedoras.” “Tener numerosos contactos ¢ intercambios con los extranjeros, os estudiantes.” “Mas contactos con los desnés.” “Un contacto directo con los demas.” *Contactos humanos.” “El sentido de los ders." “Cooperacién con los demas.” “Ocasion ‘dc mumerasos contactos y didlogos.” "Me permite darme a los demas,” “Descubrir a los demas” *Pienitud, apertura hacia los demés.” "Un intento de apertura hacia los demas.” “Ayudar a los demas; enriquecimiento personal.” “Sentirme de acuerdo con los que me rodean, expandir ti personalidad.” “Expan de la personalidad, contactos.” “Plenitud y encuentros.” “Que ‘me ayude a abrirme a los demas.” "Una mejor comprensién de los demas y una formacién de mi misma.” “Enriquecerme y en- riquecer a los demas.” “Algo a descubrir y a aportax” "Earique- ‘imiento personal.” “Medio para darme.” *Plenitud personal por ‘dom “Afirmarme y realizarme, ponerme a prueba, dar con- sistencia a un ideal abstracto.” “Enriquecimiento moral.” “Enri- quecimiento de aquellos de los que me ocupo y enriquecimien- to personal.” “Fs una parte importante de la vida.” “Punto de cestabilidad en mi vida” “fncentivo, eje de mi trabajo.” “Algo se- rio. indispensable.” "Uno de los modos esenciales de participar cn el ejercicio de la trascendencia humana.” “Medio concreto de asumir as responsabilidad.” “Mi lugar estd al servicio de los demas,” “Responsabilidad de los demas.” *Onjetivo hacia el que tiende lo Humano.” “Justicia, Paz, Virtud. Libertad. Amor.” En resumen, dado que su presente esté dominado por la ima 4 PIERRE BOURDIEU ¥ JEAN-CLAUDE FASSERON gen de un futuro que lo desmiente o lo cuestiona, tas estudiantes no pueden brindar una adhesién incondicional a los valores de la inteligentsia y no Jogran tan completamente como los varones di- simularse la irrealidad de su presente irreatizando su porvenir. ¥ sila docilidad acadlémica se les propone como el menos malo de los medios para triunfar, tal vez sea porque constituye una reinter pretacién feliz del modelo tradicional de ta dependencia femeni- na que, en este caso, se ajusta perfectamente a las expectativas de una ensefianza superior que permanece tradicional (y masculina) en su espiritu (y en su personal docente) En cuanto a los varones, su distancia con la racionalidad y sts actitud respecto de los prestigios de la vocacién intelectual es prin- cipalmente funcién de sus origenes sociales. Muchos rasgos pare- cen indicar que, en lo que se refiere a la relacién con ¢} futuro, Las mujeres son a los varones como los estudiantes de clase baja a Jos estudiantes provenientes de medios privilegiados. Las posi lidades objetivamente més débiles de tener wna profesiOn y sobre todo una profesién intelectual (siempre tomadas en considera- in en la conducta, aun cuando sean rechazados por la ideolo- ‘gfa) impiden a las mujeres Yanzarse al juego intelectual con todo el ardor al que sélo autoriza el olvido sin riesgos de un porvenir garantizado. Obligados a un proyecto profesional mas realista, 108, estudiantes provenientes de ta clase baja jamais pueden abando- narse por completo al diletantismo 0 atarse a los prestigios oc sionales de estudios que siguen siendo para ellos ante todo una ‘ocasidn, que hay que aprovechar, de elevarse en la jerarquia $o- cial, Haciendo de la necesidad virtud, lo saben y se abocan mejor alla profesién para la cval se preparan y sin desconocer que se pre- arin para wa profesidn, La relacion que los estudiantes mantie- nen con su futuro, es decir con sus estudies, estando directamen- tc en funci6n de las posibilidades objetivas que los individuos de ‘su clase tienen de acceder a la ensehanza superior, hace que los, estudiantes de clase alta puedan conformarse con proyectos vagos pues jamés tuvieron que elegir verdaderamente hacer lo que ha- cen, algo banal en su medio e incluso en su familia, mientras que los estudiantes de dase baja ne pueden no interrogarse sobre lo :AVRENBICES.@ APRENDICES DE BRUJOP % que hacen porque tienen menos posibilidades de olvidar que po- drian no haberlo hecho. Si por lo santo la condicién de estudiante no puede deber su seriedad mas qut“At porvenir profesional para el que se prepara ‘o mejor dicho, al hecho de tomarse en serio esa preparacién y si es verdad que, por diferentes razones y pot medios muy diversos, los estudiantes y sobre todo los mas favorecidos de entre ellas se disimulan generalmente la verdad objetiva de su situacién, se com- prende que pocas veces se vean impulsados a organizar racional- ‘mente su préctica con referencia a las tareas profesionales que ten- drain que realizar y que, manteniendo con su trabajo una rela frecuentemente mistificada, no otorgan mas que un escaso inte- yun escaso valor a la adquisicién de técnicas, es decir de tece- tas, que les permitirian organizar met6dicamente su aprendizaje cen vistas a wn fin racional, planteado de manera explicita y untvo- ca. Por ejemplo, profesores y futuros profesores se suelen poner de acuerdo en despreciar la pedagogia, ¢s decir uno de los sabe- res mis especificamente ligados a lo que hacen y a lo que habran de hacer. Del mismo modo, todo esfuerto por reintroducir una disciplina “educativa” en la enseiianza superior es inmediatamen- te percibido por los estudiantes y los profesores como atentatorio contra la dignidad de unos © como incompatible con la maestria de los otros. Alli también estudiantes y profesores concuerdan en el inter- cambio de imagenes prestigiosas: el profesor que quisiera ensefiar {as téenicas materiales del trabajo intelectual, por ejemplo, la ma- nera de hacer una ficha o de constituir una bibliografia, abdica- ria de su autoridad de “maestro” para aparecer a los ojos de los es- tudiantes atrapados en la imagen de si mismos como un maestro de escuela extraviado en la ensefianza superior. Todo estudiante contiene dentro de sf un Péguy, aquel al que Mauss llamaba “caja de fichas". Cuando se enteran de ta existencia de las téenicas inte- lectuales, como la aptitud para definir los conceptos utilizados © los principios clementales de la ret6rica y de la logica, los estudian- tes suelen considerarlas obtigaciones insoportables o ayudas indig- ‘agen romédntica del trabajo imelec- has, atentatorias contra I % PIERRE BOURDIEU Y JEANCLAUDE PASSERON .APRENDICES 0 APRENDICES DE BRUJO? tual como creacién libre e inspirada, Enconerandose rota toda re- lacién racional con el futuro probable, el presente se convierte en el lugar de una fantasfa que excluye la misma idea de técnicas ef ceaces y de la eficacia de las técnicas. No es por lo tanto casual que las “técnicas” profesionales més frecuentemente observadas en el medio estudiantil participen ca- sisiempre de la magia. Al estimular la pasividad y la dependencia, la Logica del sistema tiende a ubicar al estudiante en una situacion ‘que no puede manejarse completamente por medios enteramen- te racionales: por ejemplo. al devaluar el rol de las recetas de éxi i} to ¢ ingenidndose a veces para disimulat las técnicas materiales ¢ telectuales que hacen a su prestigio (ya veces a todo sa presti- He pohcomicadnoedandn marcato lous canduslooetinne de sus juicios, los maestros en carisma no pueden sino reforzar en- |] tcetoetuiantes la semmacin de impotencn de abivaredad de predestinacién al fracaso. Porsu parte, dado que les gusta mais yles cuesta menos creer en el carisma que manejar laboriosamen- te las técnicas, los estudiantes se condenan a una imagen del éxi- to académico sobre la cual, en ausencia del talento, sélo puede ac- Aorecimiento de supersticiones, que tal vez aparece en esta ‘magnitud s6lo entre los campesinos tradicionales, sometidos Jos atbures de la naturaeza, 0 en el mundo del juego, rodea a Jos momentos péligrosos'de la vida universitaria:ritos de pro- : néwico por los cuales uno se esfuerza en prever el tema ola no- ta, exvotos propiciatorios 0 acciones de gracias que se depos tan en las iglesias u objetos fetches que se llevan con uno el dia del examen, és0s son los medios més usuales de ayudar a la suerte. “Virgen Santa, gracias por mi examen" 0 “tengo mi ex- men en una hora, Virgen Santa, reza por mi", ésas son las ins- cripciones que pueden verse en la catedral de Poitiers, ciudad “universitaria, grabadas en el mérmol o escritas a mano sobre otros exvotos. Al lado de aquellos que pretenden manejar el, : 2zar por medio de un ritual extra cotidiano, otros, obedeciem j bo al principio de la reiteracién magica, sguen siendofieles a Jos comportamientos que ya han resultado exitos0s 0a los ob- jetos que, habiendo acompaiiado a esos éxitos, contienen su principio, por ejemplo el vestido o la corbaca del stkimo exa- men, Sil arte de “hacer pausas" a propésito tiene semejante ugar en los relatos de exdmenes es porque constiuye lademos- tracion mas patente del mand escola, el éxito que testimonia aextensin de un don bastante seguro de s{ mismo como pa ano esperar nada del trabajo ‘war la magia, ¥, de hecho, a investgacién etnoldgica descubre que los estudiantes oponen a laangustia del examen todo un grupo de ‘trucos, falas y tenicas, en parte herencas de los antiguos estudiantes, en parte inventadas por cada uno, para maneja 0 ' mejor dicho conjurar las mismas amenavas. En ese contexto, Jos procedimiemtos en apariencia rationales se convierten en \ ‘movimientos a ciegas que sigwen la Logica del formalismo mé- 5 gico: las revisiones afiebradas de las visperas de examen no sue- len ser otra cosa que rits propiciatorios; el tomar notas que no seran releidas es una técnica para reconfortar al expiritn mis i que de acumulacién razonada. “Cuando se termina de trabajar I ¢stamon hasta la corolla Yano se repas el euro, ademde fe i sulta legible” (estudiante de letras, veintiddsaftos, Pars, hija i de clase alta) Se transmite como una de tantas recta colocat su copia del examen después de ta de un mal estudiante con Al mantener con su futuro una relacién contradictoria, el es tudiante puede unir el desprecio a los medios racionales que per- mitirfan mangjarlo con la adhesién vergonzante a las recetas y tru- con mis migion que sceicos que e permien exorcris || amenazas. Asi, resulta grande la distancia entre el modelo de una con- ducta estudiantil o profesoral acorde a la racionalidad y la condue- ! ta real de estudiantes y profesores. Tal vez estudiantes y profeso- | res tengan en comiin a oscura intencién de salvar las ventajas ; ‘ocultas que les procura el sistema actual beneficiandose absoluta- | mente de las ventajas manifiestas que les asegurarfa el sistema ‘puesto, que es incompatible en tanto tal con el sistema actual. Del mismo modo que los profesores pueden lamentar la pasividad de j los estudiantes sin ver que es el precio de la seguridad que deben ido 0 pasar en el momento justo delante del examinador. Un 7 % PIERRE BOURDIEU Y JEANCLAUDE PASSERON una relacion pedagégica disimétrica,ciertos estudiantes pueden imputar tinicamente al autoritarismo profesoral la pasividad en la que son mantenidos sin percibir que es la contrapartida de todas las protecciones y de todas las libertadles que les asegura el anoni- mato de los anfiteatros, Profesores y estudiantes pueden incluso coincidir en la denuncia vehemente de los obstaculos a la racio- nalizaci6n de la ensefianza. Al no poder comprender al sistema en tanto tal, no quieren ni pueden ver que las satisfacciones contra- dictorias pero simulténea o alternativamente accesibles que les peo- cura estén necesariamente vinculadas con las taras que rechazan, Y, de hecho, no es seductor ni ficil procedera una estimacién completa de los costos del sistema actual. Sin duda, el modelo pu- ro de un sistema que subordinara Ia elecci6n de sus hesramientas pedagégicas a un tinico fin, a saber la formacién de especialistas, (se trataria de especialistas de lo general), nunca pasa de ser una ‘utopia: encargado de producir valores por referencia a valores que no son otros que los de la sociedad para los cuales tos ha product do, un sistema de educacién real esta siempre investido de funcio- nes miiltiples ¢ inconmensurables, de manera que no puede otor- garse preponderancia a tal © cual sin comprometer los valores Ultimos que una sociedad, 0 mejor dicho, los grupos que la com- ponen incorporan en su representaci6n de la cultura. Sin embar- 0, Nlo es indiferente que la preferencia se confiera 8 uno u otro de los fines, por ejemplo a la perpetuacién de una elite de hom- bres cultos o a la preparaci6n diversificada para un ntimero ma- yor de tareas profesionales. Ficci6n abstracta, resultado de la de- cisién metédica de acentuar unilateralmente y al precio de convertir en irrealizable un sistema que explicitara y cumpliera completamente con las condiciones técnicas del aprendizaje inte- lectual, el tipo ideat de a ensefiana “racional” hace ver, por com- ppatacién, que los diversos fines a los que puede servir un sistema educativo estan desigualmente alejados de los fines que los dife- renies grupos asignans, explicitamente o no, a la educacién y, por eso, desigualmente conformes a sus intereses. , APRENDICES 0 APRENDIGES DE BRUJO? 9 se hace necesario distinguir entre las funciones que cur- ple un sistema educativo y los medios de los que se vale para cumn- plirias. En efecto, vinctla que se establece en los hechos entre los valores mas tradicionales y la wradicién pedagégica de la maes- trfa hace olvidar que se podrian poner recursos tradicionales al servicio de fines mas alejados de aquellos que implica el aprendi zaje de tareas profesionales estrictamente definidas, La racional- zaci6n del arte de transmitir la adhesién a los valores de la cultu- ra, por ejemplo en la ensefianza de las letras o de disciplinas artisticas, no es mas inconcebible, después de todo, que la racio- nalizacién de la vida religiosa, en el sentido cn que la entendia Max Weber. En todo caso, al debatirse los fines de la educaci6n, mas titi] a 1os intereses de las clases desfavorecidas, se sigue que, en el estado actual del sistema y de los objetivos que lo orientan, la racionalizacin de los medios y de las instituciones pedagégicas estd siempre inmediatamente conforme @ los intereses de los es- tudiantes mas desfavorecidos. ‘Recuerden ustedes, seflores, el hermoso relato de Juan Cris6stomo s0- bre su entrada en la escuela del rector Libanius en Antioquia, Libanius tenia por costumbre, cuando se presentaba un alumno nuevo en fa escuela, pre guntarle poe su pasado, sus padres, su pats.” FRNEST RENAN, La Reforma sutlectuelleot morale Laceguera frente a las desigualdades 50 riza a explicar todas las desigualdades ~particularmente en mate- Tia de éxito educativo- como desigualdades naturales, desigualda- des de talentos.™ Similar 2ctitud se halla en la logica de un sistema que, basindose en el postulado de la igtiaidad formal de todos los, alumnos como condicién de su funcionamiento, no puede reco- nocer otras desigualdades que aquellas que se deben a los talentos individuales. Se trate de la ensefianza propiamente dicha o de la selecci6n, el profesor no conoce mas que alumnos iguales en de- rechos y deberes: si, en el curso del afio lectivo, le sucede adaptar su ensefianza a algunos, es a los “menos dotados” a quienes se di- rige y nunca a aquellos a los que su origen social convierte en mas desfavorecidos. Del mismo modo, si, el dia del examen, toma en cuenta la situacién social de tal candidato, no es porque lo per desfavorecida sino que, por ba como miembro de una clase soci *° No esti en nuestras intenciones, al subraya la funn ideligica que cum- pile en ciertas condiciones el ecurrir ala idea de la desiguattad de talentos, dis coutir I desigualdad natural de las aptitudes humanas, quedando entendido que no e ve razan para que los azaes de la genética no distribuyan igualmente esos ddones desiguales entre las diferentes clases sociales. Pero esta exidencia es abstrac- 12 ya investigacin sociolégica debe sospechar y revelar metédicamente la dest sualdad cultural condicionada socialmente bajo las desigualdades naturales ap rentes pues no debe apela ala "naturalera” mas que a falta de otra causa. Pot lo tanto, jams habra posibilidad de estar seguro sobre el carter natural de las de sigualdades que se constatan entre los hombres en una situacin social Ja materia, hasta que no se hayan explorado todos los caminos.a ravine actian ls factores sociales de desigualdad y que no se hayan agotal tts bs ‘medios pedagogicos para superar weficacia, Es mejor dudar demas qe de smatiado poco, 104 PIERRE BOURDIEU YJEANCLAUDE PASSERON el contrario, le otorga el interés excepcional que merece un caso social. El exorcismo verbal permite conjurar la idea de un vinculo entre la cultura de los estudiantes y su origen social cuando éste se impone bajo la forma de grandes déficits. Decir con tono de la- mentaci6n resignada que los “estudiantes ya no len” o que “el ni- vel baja de aiio a afio” es en efecto evitar preguntarse por qué «x asiy sacar de alli alguna consecuencia pedagogica Hay acuerdo en que este sistema encuentra su culminacién enel concurso, que asegura a la perfeccién la igualdad formal de los candidatos pero que excluye a través del anonimato la posibi- lidad de tomar en consideracién las desigualdades reales ante la cultura. Los defensores de la agregacién pueden argumentar le- sgitimamente que, por oposicién a un sistema de seleccién funda- do en Ia calidad estatutaria y e! nacimiento, el concurso brinda a todos iguales posibilidades, Fs olvidar que la igualdad formal que asegura el concurso no hace mas que transformar el privilegio en mérito pues permice que se siga ejerciendo la accién del origen social, pero a través de caminos mis secretos, ePero.acaso podria ser de otra manera? Entre otras funciones, él sistema educative debe producir sujetos seleccionados y jerar- uizados de una vez para siempre y para toda la vida. Dentro de esta légica, querer tomar en cuenta los privilegios o las desventa- Jas sociales y pretender jerarquizar a los sujetos segiin su mérito real, ¢s decir segsin cuales hayan sido los obsticulos superados, se- ria condenarse, si se Heva al final esta l6gica, es decir hasta el absur- do, a la competencia por categorias (como en el boxeo) 0, como para la evaluacién de los méritos en la ética kantiana, a la evalua cin de diferencias algebraicas entre el punto de partida, es decir {as aptitudes socialmente condicionadas, y el resultado, es decir la medicion del éxito educativo. En resumen, a la clasificacion por desventaja. Del misino modo que Kant atribuye méritos desigua- les a dos acciones equivalentes en si mismas segiin que sean resul- tado de “temperamentos” més o menos inclinados a esas acciones, aqui habria que examinar, sustituyendo la inclinacién natural por Ja consideracién de la aptitud socialmente condicionada, no el grado de éxito puntualmente alcanzado sino su relacién con el CONCLUSION 105, punto de partida, situado més 0 menos arriba. No el punto sino cel trazo de la curva."* En esta légica, la estimacién de la desventa- {ja de los sujetos provenientes de las clases desfavorecidas y la evo- lucién de los graifos de niérito proporcionales a la importancia de la desventaja superada conducirian en la medida en que sea posible— a considerar como iguales a los autores de logros desi- guales y como desiguales a los autores de logros idénticos, relati- vizando la jerarquia establecida segtin el criterio educativo y re- duciendo a nada la ventaja que los sujetos desfavorecidos, asi artifiialmente favorecidos, sacarfan de esta relativizacién demagé- gica de la jerarquia. Esta hipotesis no es del todo ut6pica. La po- litica educativa de las democracias populares ha logrado favore cer sistematicamente la entrada en la ensefianza superior y el éxito en los exdmenes de los hijos de obreros y campesinos, Pero el esfuerzo de igualacién sigue siendo formal en tanto que las de- sigualdades no han sido efectivamente abolidas por una accién pedagégica: asi en Polonia, tras haber aumentado hasta 1957, los indices de estudiantes provenientes de medios rurales y obreros han comenzado a disminuir a partir de que se ha relajado la pre- sién administrativa."* ‘Aunque la consideraci6n de las desventajas sociales no es me- nos ajena a aquellos que tienen como tarea la de seleccionar s6lo a aquellos que son seleccionados, puede ocurrir que, para produ cir sujetos seleccionados y seleccionables, la universidad deba ob- tener, por lo tanto produc, la adhesién indiscutida a un princé pio de seleccién que quedaria relativizado por la introduccién de principios que compitan con él. Esta adhesién exige de quienes entran en el juego que admitan las reglas de una competencia en Ja cual s6lo podrian intervenir criterios educativos. ¥ es lo que pa- rece imponerse, muy particularmente en Francia, pues es la aspi No es casual que cuando se intenta disci la ideologta de los talentos na- turales uno se encuentre com la ligica por Ia cual la ética antana del mnérivo se poniaala moral antigua de las virtudes innatas, patrimonio de los hombres bien nacido. “GE. Apéndice M, cuadro 2:39, 106 PIERRE BOURDIEU YJEAN-CLAUDE PASSERON raci6n a situarse lo més alto posible en Ja jerarquia universitaria, considerada come absoluta, la que suscita los esfuerzos académi- cos mas sostenidos y mas eficaces. La adhesi6n a los valores im- plicados en ta jerarquia académica de las performances es tan fuerte que se puede ver a los sujetos, independientemente de sus aspiraciones 0 aptitudes, dejarse Hlevar hacia las carreras o las pru bas més altamente valorizadas por la Educacién; he aqui uno de los factores de la atracci6n, muchas veces inexplicable por otra parte, que gercen la agregacion y las grandes escuelas y, més ge- neralmente, los estudios abstractos, a los cuales se adjudica un gran prestigio. Es tal vez el mismo principio el que inclina a los Universitarios, y més generalmente a los intelectuales franceses, a acordar el més alto valor a las obras cuya ambicién tedrica es mas evidente. Asi se encuentra excivida (al menos a los ojos de los unk versitarios) la idea de una jerarquia paralela que relativizara la je- rarquia de los éxitos académicos, permitiendo a aquellos que es- tin por debajo encontrarse excusas o desvalorizar el éxito de los demés En resumen, at ngne contradiga ala justicia real sometiendo a las mismas pruebas y a los mismos criterios a sujetos fundamen- talmente desiguales, el procedimiento de seleccién que no toma cen cuenta més que las performances medidas con el criterio aca-

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