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Cortesano
Cortesano
Siendo cortesano bisoo, di en creer por algn tiempo que corte viene de cohorte, qu
e significa squito (el que sigue al Prncipe, ya sabes). Pero hoy tengo para m que e
ste nombre se debe a que los cortesanos andan siempre viendo qu cortan y sacando
tajada de todo. As que cuida mucho tu virtud, pues los vicios se aprenden all sin
necesidad de escuela.
Prepara una buen armadura contra maledicentes e hipcritas. Todo cortesano que se
precie sabe que a la Corte se va para murmurar y ser murmurado, para envidiar y
ser envidiado, para herir y ser herido, para espiar y ser espiado. De modo que n
o seas alma cndida y ten tus tijeras listas, si no tu navaja barbera, para cortar
t tambin cuando sea necesario.
No digas jams la verdad sin pensarlo antes dos veces. En la corte, la verdad es ms
rara que un diamante. S cuidadoso con ella. Y si no sabes decirla, ms vale que te
la guardes.
No creas que el poder da libertad. Muy al contrario. Salvo el Prncipe, que dispon
e siempre lo que le viene en gana, nadie hace en la corte lo que quiere. Por lo
tanto preprate para vivir pejigueras innmeras, como comer con quien aborreces, via
jar con quien te maldice, hablar con quien no deseas, honrar a quien te traicion
a, sonrer a quien te injuria y abrazar a quien te desprecia.
No esperes recibir nunca la retribucin debida a tu esfuerzo. En la corte, por cad
a tres que merecen lo que reciben, hay trescientos que reciben lo que no merecen
. As de ingrato es este oficio, donde hoy ests y maana no, y los que crees tus amig
os son con frecuencia tus mayores enemigos. La corte es el lugar ms propicio para
cultivar el agravio y corromper la amistad. Y si nunca ha habido Prncipe a quien
, en lo poco o en lo mucho, no haya traicionado alguno de sus ministros, menos l
o vas a ser t, que eres paje de pasillo.
No te hagas ilusiones de instruir un da al Prncipe en asuntos de buen gobierno. Yo
me quem muchas veces por ignorar que al Prncipe que no es sabio no se le puede ac
onsejar. Pero, al margen de que sea sabio o torpe, un Prncipe valora ms la lisonja
que el consejo, y ms la perfidia poltica que la ciencia o la virtud. La vida pblic