Está en la página 1de 1

Al da siguiente, para sorpresa y

escndalo de todos, Edmundo pidi


al juez la mano de su hija. El padre
la neg. Un hombre que se
enamoraba de un da para otro y
quebrantaba una antigua promesa
de matrimonio, sentenci, no era un
hombre en quin se pudiera confiar.
No valieron llantos ni ruegos para
torcer su decisin.
Dispuesta a no perder lo que haba
logrado, Clara decidi fugarse con
Edmundo. Supuso que, frente a los
hechos consumados, el padre no
tendra ms remedio que aceptar la
situacin. l la juzg con la misma
severidad que aplicaba a los
delincuentes.

También podría gustarte