La ensehanza de la filosofiaafronta una situacion dificil y
precaria. La evolucion del saber, la orientacion de la cultura, la
organizacién del mundo actual, parecen incompatibles no solo
com la ensefanza sino con la existencia misma de la filosoa, y
«amedida que se consolidan las tendencias profundas de nuestro
tiempo, otros interesessolicitan la vocacion y el esfuerzo de la
inteligencia, hasta convertir el ejercicio de la filosofia, al menos
en aparienca, en tarea adventicia, ilegitima y supernumeraria.
Pero al lado de esta circunstancia exterior, en el propio Ambito
dela filosofia, contribuyen a su descaecimiento diversas escue-
las cuyas posiciones doctrinarias implican, en dlkimo analisis,
"a negacion de lo que tradicionalmente se ha entendido como
«sencia de la filosofia, propiciando interdicciones de dominio,