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dan las obras de teatro, novelas 0 poemas en que los héroes elésicos «visten ropa actuales» 0 se mueven inmersos en tramas con gran cantidad de detalles modern¢ que slo se pueden interpretar desde una adaptacion a Ia realidad actual nues No es éste, de ningéin modo, el caso de Un Barco para fraca, Con una trangul dad pasmosa, como en un juego (aunque esto, claro, sélo sea en el plano formal Manuel Alegre nos cuenta la historia que hemos ofa mil veces, sin cambiar ni car nada. El argumento no choca en ningtn momento con lo que nos cuenta la Odb sea los anacronismos estén totalmente ausentes, los personajes se levan os mi mos nombres que en Homer... y no sdlo eso: son ellos mismos, no son unos pers najes «que ocupan el papel de» tal o cual héroe, viven exactamente en las misiné coordenadas espaciotemporales, con las mismas formas de ser y las mismas siti ciones personales de los héroes homéricos. La ubicacién geografica es la misma, De una forma eminentemente lirica, en un resumen de la Odisea que s6lo re 1a los aspecios més significativos de la historia, desde el punto de vista del pi portugués, con énfass especial en ciertos puntos esencales, con reereaciones ticas de notable perfeccién, gon cambios de tono, etc., Manuel Alegre nos tae nuevo a la memoria lo que fodos conocemos, ¥ sin embargo, la coincidencia e los acontecimientos que tenfan lugar en Portugal, aunque nunca se refera de moe do explicito, no puede ser mayor. No, decididamente, Manuel Alegre no adapta él mito a la situacién suya contemperinea. Manuel Alegre, como poeta eximio que s, ha sido capaz de reconacer que la historia contemporinea de Portugal esté tex cogida ya en el mito. El escenario no es Portugal, ni la accién transcurre en el siz ‘glo XX: el escenario es Grecia y la accién transcurre en 1os Tiempos Miticos: Ales {re nos narra exactamente Ia misma historia que Homero, Relaténdonos el mismo mito que nos relaté Homero, Manuel Alegee nos estérelatando lo que ha pasado y esta pasando en Portugal en 1974, ‘Su reconocimiento poético de la coincidencia entre mito ¢ historia contempord= nea posibilita, por otro lado, que el vate sea capaz de vaticinar Io que ha de acon- tecer. Si la historia coincide con el mito, el final de la historia debera coincidin inexcusablemente, con el final del mito, HUMOR Y RECEPCION EN MILES GLORIOSUS DE PLAUTO: CRITERIOS DE TRADUCCION PARA UNA PUESTA EN ESCENA CONTEMPORANEAt ALDO RUBEN PRICCO Universidad Nacional de Rosario 1. RELACION ESCENA/ESPECTADORES La serie de vinculaciones entre ta préctica escénica concreta, el texto draindt co y las hipstesis de recepcién del acontecimiento espectacular, aparecen como in- cludibles a Ia hora de establecer criterios de traduccién de la comedia clisica. Y si a Ia esfera de la labor del traductor, de quien aborda el texto teatral con un instrus ‘mental flolégico, se le adiciona el universo de la actuaci6n, la perspectiva se am- plia y los pliegues de los recursos de fijacién de versiones resultan més complejos al suffir Ia experiencia de la enunciacién material en el escenario, Al respacto es frecuente escuchar en las clases de Actuacién Teatral? la queja es- tudiantil ante la dificultad de Hevar a cabo una versién més 0 menos digna y mds o- menos crefble de textos clésicos. En esas citcunstancias pareciera que el discur= so verbal fuera inducido por hibitos circulantes a entrar en una zona neutra, pro- pia de las doxas sobre «lo clsico», de modo tal que la performance actoral se ve 1. La taducoin de Miles Gloriasus de Aldo Privo (1998) ha obtenido el Premio «Teatro del Man- doa la Traduecién 2006» otorgado por el Area de Historia y Teva Teatral del Centro Cultural Ricardo [Rojas de la Universidad de Buenos Ais y fe estrenaca por el Tet de Ia Universidad, elenco oil dela UNR, en I cindad de Rosario en ceasin del «XIX Simposio Nacional de Estudios Cisicos» of ‘zaizado por las Universdades Nacionales de La Plata y de Resario, Argentina. 2, Bl autor de ete trabajo, ademas de la labor lingstcay iteraria, es investigedor y decor tee tral yejere ln enseanza de la iterpretacion dramsica en institutes de formacisn acral espctien y cen Ia Universidad Nacional de Rosario, ALDO RUBEN PRICCO alterada en su verosimilitud porque los moldes artificiales de la textualidad se hae cen més evidentes y casi autorreferenciales. ‘Una de las consultas mas escuchadas consiste en cémo decir (sic) esa avalan- cha de adjetivas extrafios o infrecuentes, ese niimero de Iineas sumamente extenso, 0s tiempos verbales inusuales en el habla coloquial’, esas metéforas tan marca~ damente literarias, esos nombres aparentemente tan arbitrarios o extratios, cuando cl actor debe transformar su discurso en erefble y en parte de un intercambio dia- légico sujeto a marcos de credibilidad instituida. Creemos que la dificultad sefia~ Jada reside en 1a utilizaci6n de versiones que no han sufrido una pertinente opera foria dramatirgica, ya sea por desconocimiento del texto-fuente y su contexto, ya ‘ea por un interés que s6lo tiene en cuenta el eje de un texto por su sonoridad (c= ‘mo si las traducciones pudiesen recogerla), sus interpretaciones meramente litera- rias 0 sus sentidos canonizados. La facultad que el espectador ejerce de mirar selectivamente es un factor que promueve el despliegue, desde Ia escena, de variadas estrategias de espectaculari- zaciGn dirigidas a atraer y conservar Ja. atencién ¢ implicacién de aquél, de modo tal que la seleceién no sea totalmente libre sino condicionada por la intencionali- dad del teatrista: un «desvio» propia de todo acto de seduccisn. Asi, el espectécu lo resulta, en estos términos, la puesta en escena de una representacién «acentua- da» que busca atraer la mirada, lamar la atenci6n del espectador con la presenta- cciGn de un acto «recargado», de una exhibicién excesivat. Queremos decir que 108 limites entre teatralidad y retérica no poseen zonas totalmente diferenciadas y que todo artefacto escénico esta obligado a crear las adhesiones empéticas y persuasi- vas —en términos de verosimilitud— propias de un dispositiva ret6rico’. Asi, una actitud «tet6rica» deberia prever, al modo de una politica de los efectos, estados de recepcién® en los cuales estd inscripto un especticulo que, por mas que quie- 3. Obviamente qu une teatalidad do convencion consclente —parfraseando & V. Meyerholé— no, neccsita de rsgos de o cologuial para ser erible ya que su estat de fcc resulta montado sobre pctos de musicaldad, mévieay sonordades propae de un espectculo musical en el que los elemen- os potics insteuran un univero de lengusje otro, diferente de ls instancias valgares del cologio. 4 La entidadesescénicascobcan elieve por su oredad respecto del universe cotidiano, sa nota de leridad estéconstiuida en primer témino por un derrocke de enersia en el cuerpo del agente exc nico que, en ver de proyectarse en el espacio, se acumala en el tiempo como ura verdadea retencién, Ali reside la noci6n de cuerpo-en-vida y cuerpo distado: un exceso en suspenso que ates In percep” pa- +a funcionalizar la inexistencia de una préctica sexual concreta en una especie de coximoron con la posibilidad de fecundar: «polinizame».Un eriterio semejante resul- ta.el de llamar a Sceledrus, «istelerdo», en un intento de poner en evidencia cierta candidez y falta de ingenio™ del servus cuya visién debe ser ocultada. Para el resto de los personajes el procedimiento fue el de recuperar semas, Ast, Palaestrio, en virtud de su vinculo con la Rabilidad de 1a palestra, fue renombrado «Malabar» en clara alusidn a la precisidn y habilidad para «manipular» discursos y 23, Ejemplo de I cotiianeidad sobre laformelsion, rapido, sincere. en las qu el remedo, incluso, de una pronueciacion estereotpada, pondria en vinculacidn dos lenguss por medio del puente el par 24. En Argentina sleto> implica una persons que no piensa ripidamente y tiene dificultades para ‘comprender el mundo ‘conductas. En este caso se prefirié Ia accisn en sf en lugar del més evidente «Ma labaristay para permitir —pensando en Ia eseena— una mayor posibilidad musi- eal ya que esa opei6n ofrece mayores combinaciones para rimas y aiteraciones.La Adicei6n a los banquetes propia de la forma Philocomasium se proyecté sobre un Aadjetivo que alude al desprejuicio en cuanto al comportamiento sexual: «Fiestera supone, justamente, una licencia y gace en el juego erdtico. Bxiste en esta eleccién tun plus que se aviene al hecho de compartir el Iecho con més de una persona. Periplectomenus; semisenex que coadyuva al logro de la maquinacién del servus ca Iidus, y se ve, por lo tanto eenredado> en el engafio recibe ese nomen: «Enredadom Pleusicles, relacionado con la navegacién y la gloria, presenta la particularidad de que una traduccién que recoja casi literalmente esos significados no permitirfa tun juego verbal capaz. de combinar sonoridades y sentido; por ello se optd por re- currir al adjetivo «égib> como sinénimo de la destreza del navegante y resulta, en- {onces, «Agilmarino» una voz. que otorga la posibilidad de juegos con la denomina- i6n «gil» (tonto) como instrumento de las relaciones internas entte los personajes: ‘una asignacién que habilita la construccién de vinculos hidicos entre los actores. Acroteleutium, relacionada con el extremo, la punta, es visible como «la que esté en la ciman, en la cresta, obviamente, de su profesién de prosttuta; de modo que «LaTop», como la mejor de su oficio, nos pateci6 pertinente, Ademés, la posibili- dad de acentuar la pronunciacién de la bilabial sorda final agrega un gesto oral que se aviene a la morfologia del estereotipo por la similitud con el mohin del beso. Milphidippa, la «sin pestafias» 0 «la pérpados cafdos», de acuerdo con hipétesis, fisonémicas, pareciera asociarse a rasgos fisicos derivados de alguna afeccién ve nérea propia de su labor meretricia: un sintoma posible de fases terminales de sf- fils consiste en la reduccién de In agudeza visual por Ia ulceracidn de la cérnea provocada por Ia imposibilidad de parpadear. Preferimos en este caso traducir, en- tonces, por «Parpadocaidan. En el nomen del parasitus de la primera escena se recurri6 a un criterio mixto: 4810 avcin de «tragar» presente en el nombre Artotrogus se le adiciond, en vex de «pan», el sfmil fénico presenta, asimismo, un juego i entre enunciados «naturalizados» por los medios de comunicacién, Ea de «renuncias» que, paradéjicamente, se ejercen con el fin de redesign jante, se ubican cl discurso en portufol de sectores religiosos brasilehos difusion en Argentina, secciones de letras de! cancionero popular (bol rock) que se avienen a cada situacién con un fraseo y tonemas que ai més, los parlamentos, y recurrencias a locuciones de filmes, obras de ‘gramas de radio y televisiGn que resultan reconocidos y que han adquith nomia de sus piezas de origen. De ese modo se buscan grados de compligi cl paiblico por medio del reconocimiento del texto fuente y su funcisn nM de la comedia plautina 31, G. Gedamer, Verdad y Método, Salamanca, Sigueme, 2001 (wad. de M. Ol ee bate La mencionada equivalencia funcional deviene criterio en ta amplin seeuencia de sinonimias: «guita» por dinero, «afanar» por robar, «garchar» por copular, «en: ajetado> por enamorado, «chupé» por bebé (de beber), eboludeces» por tonterias, fehabén» por muchacho, «mina» por mujer, «milico» por militar, «jovato» por an: no, «pelotudo» por tonto, «aparato» por esti, etc También los juegos de palabras forman parte de estas decisiones operativas, Co- mo ejemplos paradigmsticos puede citarse el pasaje de la primera escena (v. 25- 27) en el que Artorrogus inventa el golpe al elefante en Ia India: HARTOTRAGON: Aqui. ;Y en la India? {Por dios! {Te acordas del elefante, y ‘6m de una trompada le rompiste un braze? VIRGOPOLINIZAME: ;Ciimo el baz’ Qué brace? HARTOTRAGON: Quise decir la pata, {Que quebrazo el de In pata! Del mismo tenor resulta el episodio de la despedida de Fiestera (¥.1321-1328): FIESTERA: Y éste es mi tormento, alejarme de un hombre como vos; ya que sos ccapaz. de transformar en un modelo de inteligencia a cualquiera, y porque yo esta: 'ba con vos, y sentfa mi estado de dnimo ms seguro. Ya veo que tengo que renun ciar a este honor, ‘VIRGOPOLINIZAME: No Hlorés. FIESTERA: No puedo evitarlo, Alberto, (iodos miran perplejas) (AI verte! el ansia erética del joven Agilmarino cuando saluda a su amante delante del soldado en v, 1315-18: AGILMARINO: Tu mamé y tu hermana me encargaron quo te diera sus saludos, FIESTERA: Salud también a ells, AGILMARINO: Ellas te ruegan que vayas, mientras el viento es favorable para hhacernos ef amor (todas se sorprenden) ja la mar! Ya que silos ojos de tu mare 1 estuvieran enfermos, hubiese venido conmigo, Baséndonos en la intencién de reponer hipotéticos efectos de la relacién sin- erénica comedia plautina/receptores hemos adherido en nuestra traduecién a una brientacisn hacia el texto de legada 0 destino (términos nucleares de las teorias de la traducciGn). Mas que una identificacién (de museo) con el ambiente cultu fal de una época determinada hemos preferido conformar una accesibilidad para el lector/espectador de la lengua y de la cultura de llegada. En ese sentido, las rei- {eraciones en el texto original de personae y de situaciones que operan como dis positivo de captatio de espectadores dispersos (come sucede con las tiras televi sivas en Ias que el gui6n se ocupa en algtin momento de hacer decir a algdn per- sonaje la sintesis de toda la trama para que’puedan asimilarla los receptores que de manera discontinua han consumido el artefacto ficcional) han sido suprimidas 6, en su defecto, parodiadas en la denuncia franca de su finalidad como un pro- cedimiento metateatral. En definitiva, el trénsito de una lengua a otra (en este caso del latin al espafiol rioplatense) obliga a situarse en perspectivas claras referidas a la intencionalidad. de ese pasaje que, ademas de textos, es de teatralidades diferentes. Ser asistidos, por el funcionamiento ret6rico de una dramaturgia y tener en cuenta que la escti« tura plautina se inserta en planes también metateatales resultan auxilios tiles en el intento de traduccisn, Por ello, las instancias ficcional, metatcatral y retérica, en consonancia con la triada de acontecimientos* que conforman el hecho teatral, imponen reflexionar acerca de los modos de leer y traducir fa literatura dramética plautina, en audien- cia, hic et nunc, presencia corporal y consiguiente oralidad mediante, sin detenerse ‘en el parafraseo de los discursos tedricos e historicos instituidos acerca de la «eo- rreccién» de una versién al espafiol. El modo de leer lo teatral se corre de una in vestidura absolutamente literaria para examinar el objeto desde un lugar pr6ximo a le machina discursiva dramética, es decir, «espectacular EI montaje de las atracciones, el acercamiento a efectos hipotéticos y cefirse @ Jos fundamentos y dinémica de una teatralidad destinada a la seduccién han influ do para nuestra versién d@eMiles gloriosus, a la que ha acudido, por otra parte, la necesidad de lo particular frente a lo universal, La simpatia del destinatario, c= ‘mo objeto primordial de un artefacto escénico, ha sido el criterio relevante de Ia transiatio para que Plauto pudiese respirar para nosotros en vez de estamparse en el bronce de tantas sacralizaciones de la Antighedad. 32, Convivio, acontesimiento potico y aconteimiento de expectacisa. Ch, 3. Dubat, op. et EL MITO GRIEGO EN LA CONTEMPORANEIDAD DE LA ESCRITURA DE RAUL HERNANDEZ Y RODRIGO Garcia ) MARIA JOSE RAGUE-ARIAS Universidad de Barcelona LA INTEMPORALIDAD DEL MITO Szbrenizca, Kosovo, Bosnia, Afganistan, Somalia, Kenya, Basora, Kerbala, Na- jay, Irak, Islamabad, Tibet, los monjes tibetanos, el Dalai Lama, Pakistan, Zimbi bwe, Sudstrica.. {Acaso no estamos en la infinita expansién de Troya? gde su guerra contra los aqueos? {Caballo de Troya o energia nuclear? Son tan distintas las Danaides de las mujeres de Ia India 0 de muchos paises ‘rabes? Tan distintas son esas mujeres argelinas que cuando sus hijos estaban enfren dos en dos bandos y uno mataba al otro, actuaban como Medea? No existe hoy el incesto de Fedra en mucho mayor medida de to que llega a ™muestros oidos, de lo que Ieemos publicado en los periédicos? {No esta nuestro mundo poblado por Troyanas, victimas de la guerra? {No es Hécuba la madre de todos los hijos muertos en las guerras? {de todas las hijas violadas? EI mundo evoluciona pero existen unos origencs a los que remitirnas, un marco itico que nos sirve para explicar nuestro mundo, EI mito ha sido utilizado en la literatura y en el arte de todas las époeas. ¥ los mitos griegos, que tienen peralelismo con las mitologfas de otras culturas y orfge- nes son, para nosotros, los origenes de nuestro mundo actual

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