Posicionamiento de la Psicología Jurídica en Colombia

Johenny J. Dangond Rodríguez

Universidad De Pamplona

Mayo de 2007
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RESUMEN

Habitualmente la sociedad no se percata del verdadero papel que ocupan los

psicólogos jurídicos en los problemas legales y civiles que se presentan frecuentemente, la
psicología tiene un campo de acción amplio en el ámbito jurídico, sin embargo la inclusión
del psicólogo en éste contexto ha sido limitada al parecer por el temor generado por éste,
ante los prejuicios que frente a la posible resistencia de los abogados con respecto a su
ejercicio profesional se puedan suscitar. Actualmente la psicología jurídica esta orientada
hacia la asistencia y acompañamiento de víctimas relacionadas con problemáticas sociales
en el ámbito familiar como lo son: violencia intrafamiliar, abuso sexual, entre otras acciones
que involucra todo tipo de agresiones hacia cualquier miembro de la familia. Sin embargo el
ejercicio de estas funciones dentro del ámbito jurídico no han sido suficientes para una
adecuada posición, ya que los profesionales juristas y demás agentes jurídicos, ven a la
psicología jurídica como una ciencia auxiliar de esta disciplina, desconociendo la
fundamentacion deontológico que desde la psicología jurídica se podría aportar al derecho
mejorando la aplicación de las leyes y la eficiencia de éste ejercicio.

PALABRAS CLAVES: Posicionamiento, Psicología, Psicología jurídica.

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"El mundo en Macondo era tan reciente que muchas cosas carecían de

nombre y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo". Gabriel García

Márquez.

En Colombia hasta hace muy poco tiempo se desconocía al psicólogo como

un profesional que trabaja en pro de la salud integral del individuo a través del

mantenimiento de la salud mental; aún hoy, muchos profesionales en otras áreas

desconocen el rol del psicólogo, la relevancia de sus funciones a nivel profesional y

por lo tanto no se tiene en cuenta como elemento importante para ser participe en un

trabajo interdisciplinario.

Teniendo en cuenta que la cultura colombiana tiene una gran influencia

religiosa, una creencia colectiva hacia lo místico, y en el común la mayoría de las

personas creen que la "comadre" en su defecto son los únicos medios existentes para

ayudarlos a resolver sus problemas, el psicólogo ha quedado reducido al profesional

que cura "locos" o en otro extremo el salvador y la persona que les va a resolver

todos sus problemas para que nunca más estos se vuelvan a presentar.

El posicionamiento de la psicología entonces ha tenido un proceso lento en

relación a otras profesiones, debido a esto se podría observar el desconocimiento de

las funciones del psicólogo; como por ejemplo, el beneficio que proporciona a nivel

individual el proceso de intervención u orientación y apoyo en la resolución de

situaciones o conflictos, para los cuales el individuo siente que ya no tiene medios de

afrontamiento; además de su extensión a todos los campos de acción como lo son:

La psicología clínica, educativa, social, organizacional y jurídica.

Esta situación se ve reflejada en todas las áreas de especialidad en psicología,

por tal razón la psicología jurídica no podría convertirse en la excepción de esta

regla, y mucho menos si se tiene en cuenta que la psicología jurídica en Colombia es

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una área relativamente nueva y un campo de acción que en el país aún no se ha

consolidado ni tiene para los actores jurista funciones claramente definidas; por esta

razón, el accionar del psicólogo jurídico se ha reducido a desempeñarse como

conciliador, mediador, o gestor de programas que ayuden a prever o prevenir la

conducta delictiva dentro del sistema judicial en el que éste se encuentre.

Algunos otros creen que el rol del psicólogo en el mundo del derecho es

exclusivamente el de un profesional capaz de responder las consultas de jueces, y

abogados; de servir a los tribunales de justicia y sistemas correccionales, a la policía,

a los defensores del pueblo y de la legalidad, entre otros aspectos. Reduciendo así el

que hacer del psicólogo al de un profesional que sólo responde preguntas para el

derecho o un auxiliar del derecho, desconociendo las múltiples funciones y su

relevancia dentro de la ciencia del derecho.

Lo anterior no quiere decir que el psicólogo no deba ejercer dichas funciones,

es sólo que su desempeño dentro de este campo debería ampliarse al cumplimiento

de muchas otras para las cuales está preparado en su especialización, incluyendo sus

distintos ámbitos y niveles de estudio e intervención como lo son: Psicología

aplicada a los tribunales, psicología penitenciaria, psicología de la delincuencia,

psicología judicial (testimonio, jurado), psicología policial y de las fuerzas armadas,

victimología, entre otros.

El interrogante que cabría plantearse es entonces ¿Qué medidas se deben

tomar al respecto para darle a la psicología jurídica el lugar que merece?

Para dar respuesta a este interrogante se puede partir por analizar el contexto

social en el cual se encuentra inmerso el país y la problemática más relevante que

dentro de él se desarrolla, Colombia es un país con un índice de violencia elevado

debido a que éste se ha convertido en un medio para resolver toda clase de

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situaciones, y de cierta manera las leyes legitiman esta conducta por la falta de

claridad en sus redacciones además de las incontingencias y contrariedades en sus

leyes o normas que castigan estos hechos. Un ejemplo de lo anterior podría ser el

caso de abuso sexual, en donde el estado contempla leyes y normas que castigan este

hecho, pero al momento de su aplicabilidad exige pruebas que muchas veces no son

tangibles y cuando éstas no son encontradas dicho abuso no es castigado dando por

finalizado el proceso, sin tener en cuenta a la victima y la especie de revictimizacion

a la que es expuesta.

Teniendo en cuenta el análisis anterior es paradójico pensar que un país en

donde el índice de criminalidad está a la orden del día y donde la psicología jurídica

es de vital importancia en la búsqueda del esclarecimiento de la verdad, así como en

el tratamiento hacia el delincuente y a su vez de la victima y en la prevención del

delito, y lo que es mas inaudito ver y escuchar que un 90% de las ofertas de empleo

para psicólogos solo se dan por el hecho de que tengan experiencia en selección de

personal (Beltrán P. s.f )1; resulta sorprendente además que en la mayoría de los

contextos jurídicos, no se le dé relevancia al profesional de la salud mental con

conocimientos específicos en lo jurídico, dispuestos a colaborar en todas las etapas

del proceso, asistiendo a los sujetos procésales que en éste intervienen identificando

los factores que se vulneran con su ejecución.

Lo que sucede en los tribunales es registrado por la prensa para ser observado

por los ciudadanos; las cortes suelen tener un espacio destinado para el expectante,

pero lo que las personas no observan es lo que pasa internamente con el acusado,

demandante o víctima, abogados y jueces en general. Los individuos conocen cómo

lo hizo, dónde lo hizo y con qué lo hizo; pero no se percatan de la prueba más

importante: Qué sucedió para que lo hiciera y qué problemas lo amenazaban

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constantemente que lo llevaron a cometer el acto delictivo, desatendiendo la raíz de

esta problemática social que afecta directamente tanto en la víctima como al

victimario. Allí es donde entra la psicología jurídica a mejorar la eficacia de la

administración judicial en el ámbito jurídico.

La relación existente entre el acusado y el psicólogo jurídico depende de sus

conocimientos, confidencialidad y su formación ética, porque no se trata de contar lo

dicho por el acusado si no de evidenciar por medio de un informe psicológico la

actitud personal del individuo y lo involucrado que se encuentra en la ejecución de la

acción.

La mayoría de los sistemas judiciales tienen establecidos una jerarquía que

permite que en la decisión del juez y los jurados influya simplemente la relación con

el acto punible, es decir, qué hizo y cómo lo hizo; desconociendo el por qué actuó de

esa forma y que lo llevó a cometer ese delito; la pregunta es ¿Si el tamaño de las

normas jurídicas son suficiente para cubrir el espacio social dilatado por la

incompatibilidad entre la esencia del delito y las leyes aplicadas; dado qué no

tienen en cuenta la existencias de tipos de violencia pasiva(abuso sexual sin

penetración) al parecer invisible para el estado, a sabiendas que la psicología

jurídica estudia este tipo de casos?, Si lo razonable y justo sería que el estado juzgara

dependiendo de las respuestas y los juicios emitidos por ambas partes psicólogo-

estado [entendido por este último jueces, acusado, abogados entre otros actores

legales] y no del derecho penal porque como es sabido el derecho penal juzga a las

personas en un tribunal no con el fin de obtener compensaciones si no para

castigarlas por sus acciones. (Enciclopedia temática Guinness Pág. 265)2. Y el

psicólogo jurídico involucra lo relacionado con aplicar tratamiento a las víctimas y

asesorar a los abogados, asociaciones, entidades y personas de la justicia (Tapias

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Saldaña. 2003)3.

El control de la conducta humana se puede mejorar sugiriendo normas que

sean fáciles de entender y acatar y que no infieran en las leyes universales.

El desarrollo intelectual del acusado puede ser medido por el psicólogo

jurídico para crear una idea concreta de lo que se hace referencia y no desperdiciar

razones importantes en un caso determinado, porque seria de gran impacto medir

cuantos seres humanos obsesionados con algo han mentido gravemente, robado y

hasta matado, el resultado seria grandísimo y nos preguntamos ¿por qué? Y es

porque no tienen la capacidad necesaria para medir sus actos y si el psicólogo puede

darle esa ayuda por que no permiten el desarrollo de su saber; y si a esto se le agrega

que hay personas que no creen en el potencial de los psicólogos y menos si se trata

de un caso del estado y la ley, la psicología jurídica con su acervo científico puede

establecer un dictamen que oriente las decisiones judiciales y eliminen sospechas

equívocas frente al caso, con lo cual se mejora y se efectúa una nueva manera de

establecer la vía mas coherente para emitir juicios con carácter científico, y con esto

evitar resentimientos por parte de los afectados dado las incongruencias de la

aplicabilidad de las normas con la esencia y procedencia de los actos, desde luego

estudiada por los psicólogos jurídicos.

Dentro del desarrollo de dichas acciones, es de vital importancia tener claro

que las familias pero sobre todo las sociedades además de relacionarse con maltrato

verbal, físico, comunicación disfuncional por medio del castigo y la amenaza,

también utilizan otro medio igual de conflictivo y muchas veces de intimidación,

efectos que puede producir una demanda o una denuncia, es decir, emplean el ámbito

judicial para relacionarse.

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En Colombia la psicología jurídica es algo novedoso, basta mencionar que

uno es especialista en el tema, para que el interlocutor pregunté ¿para qué sirve?

¿Qué es eso? ¿En qué consiste?, hay un desconocimiento sobre esta especialidad, no

sólo a nivel del ciudadano común sino también de otros profesionales, lo que resulta

por un lado gratificante al saberse participante de un grupo muy selecto entre la

comunidad de psicólogos, pero por otro lado resulta frustrante el percatarse que por

falta de conocimiento y cultura de la sociedad, de otras disciplinas e incluso de

algunos psicólogos frente a la existencia de esta rama de la psicología, no se le da el

reconocimiento que ésta amerita oferta, se evidencia una fuerte resistencia y

desconfianza de parte de abogados frente al aporte que pueda hacer la psicología

jurídica al ámbito judicial, dificultando así el campo de acción y de trabajo de los

Psicólogos especializados en psicología jurídica.

El problema es entonces la falta de cultura social frente a la labor del

Psicólogo Jurídico, una de las acciones que se podrían implementar sería la

sensibilización de los profesionales juristas acerca de la importancia que tiene la

presencia del psicólogo en los diversos ámbitos jurídicos, por medio del discurso

exponiendo las diferentes funciones que el psicólogo jurídico desempeña y la manera

como podría contribuir en este campo con el fin de generar un despertar de

conciencia en las diferentes esferas de la sociedad contribuyendo a que se amplíe el

campo laboral de los psicólogos jurídicos; partiendo que el objetivo es trabajar de

manera conjunta, es decir, interdisciplinariamente, en ningún momento tratar de

relegar una disciplina sobre otra.

Sin embargo para lograr este posicionamiento existe un factor que no se debe

desconocer y es la formación que el psicólogo debe tener en este campo, pues debe

extender su conocimiento al ámbito legal además de obtener una muy buena

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capacitación, de tal forma que le permita comprender su racionalidad, fundamento

filosófico y epistemológico; con actitud y disposición hacia el trabajo

interdisciplinario, que permita relacionar la perspectiva disciplinar propia con la

aportada por el derecho o la proveniente del campo jurídico en general.

El posicionamiento de la psicología jurídica en este país se podría comparar

entonces con un niño que apenas esta empezando a caminar, los primeros pininos

que esta nueva disciplina de la psicología está dando dentro del campo laboral en

Colombia han sido muy lentos debido a la falta de información y formación que con

respecto a ésta se han omitido, tanto en profesionales de otras disciplinas, incluyendo

agentes juristas y hasta los mismos psicólogos que no comprenden la verdadera

dimensión que involucra el desempeño de la psicología dentro del ámbito jurídico, y

la importancia que tendría si se le diera al psicólogo el lugar que merece dentro del

trabajo interdisciplinar en dicha área del derecho, además del soporte en la eficiencia

de la administración jurídica en la población Colombiana. Por lo tanto se podría

empezar por investigar mucho más acerca del desempeño del psicólogo en el ámbito

jurídico y permitir un espacio de trabajo en grupo en donde se evite la competencia y

se de prioridad a la complementariedad en conocimientos; al mismo tiempo que se

educa a la sociedad acerca de la relevancia y el beneficio que genera la asistencia al

psicólogo, para de esta manera empezar a ocupar la posición que como ciencia y

como disciplina profesional la psicología merece.

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BIBLIOGRAFIA Y REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Beltrán Peñuela, Diana (s.f.) Situación actual de la psicología jurídica en el campo

laboral en Colombia. Disponible en: http://www.elpsitio.com 1.

Enciclopedia temática Guinness Pág. 265. Edición 1997 2.

Tapias Saldaña, Ángela 2003. Psicología jurídica en el continente Americano.

Disponible en: http://www.infocop.es 3.

Varela (s.f.) La psicología jurídica en el continente americano. Disponible en:

http://www.altillo.com