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I.......................... Introducción
II........................ Formalización Bio‐Matemática de los Postulados de la Teoría de Turbo‐Evolución
Acelerada TET. Desarrollo del Modelo
III....................... Conclusiones Evolutivas y Filosóficas
IV....................... Bibliografía y Referencias
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Introducción
Postulados del Modelo Báthory/Margulis/Schreiber de Evolución Acelerada (Modelo TET) o Teoría
Neosintética de la Evolución
Postulado 1
Hipótesis (Versión Sintética) o Postulado de la Transferencia Fagotrófica Evolutiva
“Los organismos vivos no tan sólo evolucionan por la lenta y gradual acción de la Selección Natural.
Existen, al menos, dos mecanismos alternativos que actúan en paralelo, ambos altamente sinérgicos y
convergentes entre sí, hasta el punto de poder ser considerados como aspectos o formas de un único
Mecanismo de Adaptación o Evolución Acelerada, el cuál se activa y llega a ser predominante en
periodos de Crisis Globales, Catástrofes Planetarias o, en general, intensos y prolongados cambios o
“traumas” ambientales generadores de una Alta Presión Adaptativa. Dichos mecanismos son las
modificaciones y reajustes por Epigénesis y la Evolución Acelerada por Transferencia Inversa
Adaptativa (TIA) de factores favorables de la Memoria Celular, o más simplemente, “Evolución por
Transferencia”. En la modalidad de Transferencia, resulta imprescindible la existencia de un
organismo Donante de los factores ventajosos de su Memoria Celular y otro, Receptor de éstos. A nivel
unicelular, ello implica un mecanismo de fagotrofismo endosimbiótico, según el modelo de Cavalier‐
Smith/Lynn Margulis, de ahí el nombre de la Hipótesis”.
Postulado 2
Postulado de la Herencia de Caracteres Favorables Adquiridos por el Mecanismo E‐TIA
Postulado 3
Postulado de la Selección Endosimbiótico‐Fagotrófica de Presas
“Entre seres pluricelulares, en términos esenciales sigue ocurriendo lo mismo, pues el mecanismo de
Transferencia final se verifica a escala celular, pero, lógicamente, requiere una fase previa de
asimilación nutritiva, esto es, que el Donante debe convertirse en Presa seleccionada por el
Receptor/Depredador, en condiciones adecuadas de Transferencia Bioenergética. Una consecuencia
lógica muy sencilla de este modelo es que, durante estas fases, han de producirse acusados cambios en
los patrones de conducta predatoria o hábitos cinegéticos de los carnívoros, quienes seleccionarán
presas que posean aquellos caracteres favorables o adaptativos potencialmente adecuados para
hacerles afrontar las alteraciones del medio lo más idóneamente posible. Igualmente, ocurrirá con los
herbívoros o frugívoros, pues tenderán a escoger aquellas algas, variedades de plancton, plantas,
forraje, pastos, frutos o semillas en cuyos tejidos aniden los factores capaces de “equiparles”
convenientemente para afrontar las calamidades lo mejor y más velozmente posible. Lo mismo
acontecerá con los vegetales, aunque su peculiar metabolismo fotosintético y fisiología lo haga menos
evidente ”.
Postulado 4
Postulado del Efecto de Doble Impacto Selectivo (EDIS)
“Una vez que los individuos o poblaciones “más aptos” en su capacidad fagotrófico‐endosimbiótica de
utilizar con mayor extensión y eficiencia el Mecanismo E‐TIA resultan favorecidos de modo muy
natural en su “lucha por la vida”, como es lógico, se reproducirán con mayor éxito, propagando en el
acervo genético de la especie los genes activados, reajustados, incorporados o modificados que
controlan los caracteres adaptativos adquiridos en un tiempo espectacular y asombrosamente breve.
El ciego y lento, pero a su manera asimismo implacable mecanismo de la Selección Natural
Darwiniana seguirá actuando sobre ellos, asegurándose su automática difusión dominante en las
futuras generaciones... A su vez, éstas, al haber heredado de uno o ambos progenitores dichos factores o
cualidades ventajosas, se hallarán mejor preparadas para volver a activar el patrón de Selección de
Presas/Donantes más óptimas con creciente eficacia..., y así sucesivamente.
Denominamos a este fenómeno “Efecto del Doble Impacto Selectivo” (EDIS)”.
Postulado 5
Postulado de la Sinergia Global Evolutiva
“El resultado global de la interacción dinámica entre los procesos anteriores es un “círculo virtuoso”,
una “realimentación positiva” y sinérgica entre todos los mecanismos evolutivos, capaz de generar un
abanico de respuestas adaptativas de elevado potencial y veloz tasa de transformación evolutiva que
puede salvar y readaptar a algunos linajes de las especies más dotadas para remontar la Macro‐Crisis
Ambiental y sobrevivir bajo otra forma mediante un “salto” evolutivo de proporciones desmesuradas,
sin pasar por la pausada serie “habitual” de estados intermedios, y en un periodo temporal muchísimo
más breve que el necesario si tan sólo contase con los recursos de la Selección Natural de variaciones
azarosas. Como es de esperar, el sumatorio final es una modalidad de “Evolución a Reacción”, al
menos miles de veces más rápida que la simple acción de la Selección Natural “clásica”, que
llamaremos “Turbo‐Evolución por Transferencia” (TET)”.
En estos cinco Postulados se halla resumido, generalizado y precisado todo el contenido del Modelo o
Paradigma Báthory/Margulis/Schreiber de Evolución Acelerada (Turbo‐Evolución a través del
Mecanismo E‐TIA o TET), al cual también podemos denominar Teoría Neosintética de la Evolución.
Trataremos a continuación de ir dando forma matemática al contenido de dichos Postulados a través de
los elementos desarrollados en el modelo Biofísico de Imprimación Biomolecular por Transferencia en
el cual se basan y los aportados por la Dinámica de Poblaciones o Bio‐Estadística, instrumento
cuantitativo habitual en el marco de las teorías sintéticas de la Evolución y la Ecología actuales.
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II
Formalización Bio‐Matemática de los Postulados de la Teoría de Turbo‐Evolución Acelerada TET.
Desarrollo del Modelo
II.1
Desarrollo Bio‐Matemático de los Postulados I y II
Por los Postulados I y II, podemos plantear:
f = kTET1 HSPr (1)
HSPr = kTET2 [dE(fb)/dt] (2)
Donde:
• f = Frecuencia Promedio de Reactivación o Realimentación del mecanismo de Imprimación
Bio‐Molecular E‐TIA de Epigénesis o Transferencia Adaptativa (llamada “ν” en los trabajos
anteriores). (Unidades SI: s‐1)
• kTET1 = Constante o Ritmo de Actividad de dicho fenómeno para una Transferencia E‐TIA
dada, o “Primera Constante TET de Turbo‐Evolución Transferente”. (Unidades SI: s‐1)
• HSPr = Presión de Selección de Alto Nivel – de “High Selection Pressure” – ejercida por los
cambios “traumáticos y persistentes” del Medio Ambiente en un Periodo de Crisis o
Perturbación del Entorno acelerada que afecta intensamente la adaptabilidad de un factor
biológico concreto. (Unidades SI: Parámetro Adimensional)
• dE(fb)/dt = Velocidad de variación del Estímulo o Variable Ambiental específica “E” ligada a
la variación brusca de adaptabilidad del carácter biológico “fb” analizado. (Unidades SI:
Factor adimensional)
Combinando (1) y (2), llegamos a:
f = kTET [dE(fb)/dt] (3)
• kTET = Constante Global TET de Turbo‐Evolución Transferente del factor biológico “fb”
considerado. (Unidades SI: Parámetro Adimensional)
Desarrollo del Modelo a partir de la Formalización del Primer y Segundo Postulado
Reordenando:
dE(fb)/dt = (1/kTET) f
dE(fb) = (1/kTET) f dt
Pero ya sabemos que la Función de Realimentación obedece a:
f = fo exp(δt)
Sustituyendo e Integrando:
E(fb) = E(fb)o + (fo/δ kTET) [exp(δΤ) – 1] (4)
Ahora bien, hay que tener en cuenta que el valor inicial del estímulo o variable ambiental
desencadenante ha de ser igual a 1, puesto que la unidad representa el “estímulo‐umbral mínimo
inductor de cambio en el entorno” detectable por el sistema del organismo biológico sometido al
proceso de turbo‐evolución adaptativa por el mecanismo E‐TIA, por lo cual E(fb)o = 1, y entonces:
E(fb) = (1 – fo/δ kTET) + (fo/δ kTET) exp(δΤ)
Siendo “Τ” el “Periodo o Tiempo‐Promedio Mínimo necesario de Expectación” necesario para que el
proceso del Mecanismo E‐TIA se repita el nº de veces o ciclos suficientes como para asegurar la
“herencia adquirida estable” o “inserción permanente” (“bio‐actividad” o “vida media infinita”) del
factor adaptativo “fb” en el genoma del organismo evolucionario, (en “segundos”, en el SI).
Desarrollando y despejando en función de dicha magnitud temporal:
exp(δΤ) = (1 – δ kTET/fo) + E(fb)
Tomando logaritmos neperianos y aislando finalmente lo que nos interesa:
Τ = Ln[(1 – δ kTET/fo) + E(fb)] / δ (5)
Fórmula que nos permite calcular el “Periodo de Expectación” teórico de la expresión fenotípica
estable del carácter adquirido “fb” por Turbo‐Evolución TET en función de las constantes del
proceso indicadas y el valor máximo final del Estímulo Inductor Ambiental de Alta Intensidad.
Denominamos a esta función “Ley Exacta de Expectación o Emergencia de los Caracteres Adquiridos
por Turbo‐Evolución Transferente TET”, o también “Ley de Emergencia de Caracteres Epigenéticos o
de Transferencia Micro‐Evolutiva”.
Esto se debe a que en la demostración de la misma hemos supuesto que el factor exponencial “exp(δΤ)”
no es muy grande frente a la unidad, por lo que corresponde a intervalos relativamente “breves” de
reajuste rápido por Evolución Acelerada TET. Esta situación corresponde a fenómenos adaptativos de
respuesta a variaciones súbitas y persistentes de las variables ambientales pero a escala temporal
“corta” o micro‐evolutiva, por lo general asociados a mecanismos de epigénesis y/o transferencias muy
especiales y “artificialmente” controladas, tales como los ocasionados por los fenómenos de metilación
de ADN vinculados a la dieta o casos particulares de transferencia de memoria celular tales como el
propio “Método Báthory” y el síndrome post‐trasplante. Evidentemente, su interés es enorme y
fascinante, pero poseen un alcance evolutivo menor o ligado a escaso número de individuos o como
mucho un puñado de generaciones, y por ello no albergan interés estadístico a escala poblacional en la
Macro‐Evolución de las Especies, que es el punto de enfoque predominante en este ensayo.
[exp(δΤ) – 1] ~ exp(δT)
Volviendo a (4) y aplicando dicha “Aproximación Macro‐Evolutiva”:
E(fb) = E(fb)o + (fo/δ kTET) exp(δΤ)
Tomando logaritmos naturales de nuevo:
Ln[E(fb)/E(fb)o] = Ln(fo/δ kTET) + δ Τ
Asumiendo de nuevo, por idénticas razones a las de antes, que a t=0, E(fb)o=1 y despejando “Τ”:
T = Ln(δ kTET/fo) / δ + (1/δ) Ln[E(fb)]
Τ = Ln[(δ kTET/fo)1/δ] + (1/δ) Ln[E(fb)]
Definiendo a continuación como nuevas constantes:
• tR = 1/δ = Periodo de Realimentación Elemental del Proceso de Transferencia E‐TIA ligado al
carácter “fb” (inverso de la correspondiente frecuencia o constante elemental de actividad) =
Pendiente de la Función Linealizada de Expectación o Emergencia Macro‐Evolutiva.
(Unidades en el SI: s)
Τ = kto + tR Ln[E(fb)] (6)
Esta fórmula matemática posee un significado biofísico‐evolutivo muy importante: Implica que, una
vez superado el umbral‐mínimo de cambio ambiental súbito, los mecanismos de Turbo‐Evolución
Transferente E‐TIA ponen en marcha un proceso de adquisición de caracteres o factores biológicos
adaptativos cuyos tiempos de expectación o emergencia estable como rasgo fenotípico de herencia
adquirida son linealmente proporcionales al logaritmo natural del estímulo máximo inductor
recibido por dicha perturbación del entorno, siendo la ordenada en el origen‐umbral y la pendiente
de dicha función rectilínea constantes específicas de cada factor “fb” adaptativo transferido.
A su vez, si representamos “Τ” frente al valor directo de tal estímulo “E(fb)” en lugar de su logaritmo
neperiano, observaremos una curva con origen en el punto de coordenadas (1,kto) correspondiente al
Umbral de Inducción que crece de modo continuo, a un ritmo notable para valores bajos y medianos de
cambio‐estimulación ambiental, pero progresivamente más y más suave a medida que la cantidad total
de dicha perturbación inductiva del medio alcanza valores enormes. Ello es lógico, pues, para cambios/
estímulos de las variables ambientales demasiado gigantescos, apenas se conseguirán ya respuestas
adaptativas mayores en proporción apreciable: En tales casos, el mecanismo de Turbo‐Evolución
Acelerada por Transferencia E‐TIA es “saturado” o “rebasado”, siendo incapaz de “reaccionar”
adecuadamente mediante la incorporación de caracteres ventajosos y conduciendo a la extinción de la
especie. En realidad, la mayoría de los organismos afectados por alteraciones/estímulos inmensos, tales
como los ligados a grandes cambios climáticos globales, colosales catástrofes geológicas o impactos
cósmicos o ecológicos en general inesperados de alto poder destructivo, o bien no logran activar lo
suficiente sus mecanismos E‐TIA (sus constantes kto y, sobre todo, tR para los adecuados factores
adaptativos resultan demasiado pequeñas para lograr Tiempos de Emergencia respetables) o bien lo
hacen pero se sobresaturan demasiado pronto y no consiguen fijar los caracteres adquiridos por
Transferencia, pereciendo en el proceso. Tan sólo la reducida minoría más apta que es capaz de
reajustar su genoma lo bastante rápida y establemente a la par (o sea, que posean valores elevados de
las constantes kto y tR para los caracteres más adaptativos frente a los cambios) podrán sobrevivir a la
Extinción gracias al recurso extraordinario de la Turbo‐Evolución TET por adquisición masiva de
rasgos biológicos favorables hereditarios adquiridos por Transferencia de otros organismos o del
entorno físico‐químico de su hábitat.
Puede verse que – como afirmamos en su momento – esta Nueva Teoría Sintética de la Evolución es
Neo‐Lamarckiana, sí..., pero aún más profundamente Darwiniana que el Neo‐Darwinismo “clásico”.
Pero profundicemos todavía más en las implicaciones de la Aproximación Macro‐Evolutiva realizada:
Si concentramos de nuevo nuestra atención en la relación (5), es decir, en la fórmula que cuantifica la
Ley Exacta de Emergencia de los Caracteres Adquiridos vía TET, haciendo en ella E(fb)=1, tendremos
la “Constante Exacta de Tiempo‐Umbral” del mecanismo E‐TIA, a saber:
kto(exacta) = Ln[2 – (δ kTET/fo)] / δ = Ln[(2 – δ kTET/fo)1/δ] (7)
Comparando con la análoga igualdad obtenida bajo la Aproximación Macro‐Evolutiva:
kto(aproximada) = Ln[(δ kTET/fo)1/δ] (8)
Puesto que (7) goza de validez general y (8) no es más que un caso particular para escalas temporales
muy altas, para dicho marco Macro‐Evolutivo ambas expresiones deben coincidir muy
aproximadamente. O sea que:
δ kTET/fo ~ (2 – δ kTET/fo)
Operando:
δ kTET/fo ~ 1
Deduciendo así:
kTET ~ fo/δ
O, lo que es lo mismo:
kTET ~ fo tR
Dicho de otra forma, la aproximación empleada nos lleva a la conclusión de que los procesos TET a
escala Macro‐Evolutiva se caracterizan por presentar Constantes Globales prácticamente idénticas al
producto de la frecuencia mínima‐umbral inicial por el periodo elemental de sus mecanismos de
realimentación, según:
kM‐TET = fo tR (9)
Donde “kM‐TET” simboliza, obviamente, la “Constante Global TET de Macro‐Evolución Transferente”.
Sustituyendo acto seguido tal valor en (6) se anula la ordenada en el origen, resultando:
Τ = tR Ln[E(fb)] (10)
Hagamos notar que esta conclusión es completamente natural dentro del marco derivado de la
Aproximación Macro‐Evolutiva del mecanismo E‐TIA: Para escalas de tiempo enormes, la Constante‐
Umbral temporal de recepción del mínimo estímulo inductor unitario – capaz tan sólo de afectar a un
organismo individual en un breve periodo concreto – ha de ser, por definición, de duración
absolutamente despreciable frente al Tiempo de Emergencia como dotación genómica estable del
carácter adquirido, pues dicho mecanismo de Transferencia ha de repetirse un número inmenso de
veces para ser “fijado” como imprimación bio‐molecular permanente a través de los procesos de
incorporación masiva del rasgo favorable “fb” por “infinidad” de retro‐transcripciones de los paquetes
o unidades sintónicas de memoria celular asociados a él.
Pero también existe otra posible interpretación biofísica equivalente de esta Ley, cuyas implicaciones y
consecuencias son todavía más profundas y sugestivas:
En estos términos, si llamamos “NT” al Nº de Individuos o Población “Transferida” eficazmente, esto
es, al Nº de ellos que ha logrado incorporar el carácter favorable adquirido “fb” como respuesta a
una determinada cantidad de estímulo inductor ambiental E(fb) en un momento concreto del
devenir macro‐evolutivo del conjunto, y “No” el Número‐Umbral mínimo de individuos afectados
incialmente, al recibirse el Estímulo‐Umbral Unitario, es patente que ahora Τ=NT y tR=No, de modo
que:
NT = No Ln[E(fb)] (11)
C.Q.D.
Formulada de esta manera, la denominaremos “Ley Fundamental de Acción y Reacción Transferente
Macro‐Evolutiva” o “Teorema Báthory/Schreiber del Estímulo‐Respuesta Turbo‐Evolutivo”.
Su enunciado puede precisarse como sigue:
Siguiendo la línea marcada por esta relevante conclusión, el papel correspondiente en este fenómeno a
la constante‐umbral de sensibilidad de la Ley de Fechner‐Weber es el parámetro del Nº‐Umbral o
Periodo‐Umbral Mínimo de “excitación” o activación del mecanismo de Transferencia Evolutiva ante el
Estímulo Unitario Inicial. Si éste es elevado, la curva logarítmica o su versión linealizada crece lo
bastante rápido en las fases tempranas y medias‐largas del proceso como para asegurar que la
saturación acontecerá lo suficientemente “pronto” respecto al tiempo global de la Perturbación o Crisis
Ambiental como para lograr la supervivencia mínima rea‐adaptativa de una fracción significativa de
población de la especie. Si es bajo, la pequeña pendiente de crecimiento de estas funciones no
conseguirá “generar” un número mínimo lo bastante grande de individuos “re‐adaptados” o dotados
del rasgo favorable estabilizado en sus genomas como herencia adquirida como para lograr la
supervivencia de la especie, pues se “saturará” después de la línea recta vertical constante que
representa el Tiempo Máximo de Perturbación o Crisis (esto es, de cambio súbito y rápido de la
variable ambiental inductora del fenómeno), cortando con ella sin haberse “suavizado”
significativamente, dejando así inerme a la gran mayoría de los miembros de la población ante los
efectos destructivos de dicho cambio desfavorable de alta magnitud en el entorno. En este último caso,
la especie se extinguirá, por falta de “sensibilidad específica” ante el disturbio del medio que la atenaza.
Como se ve, repitámoslo una vez más, este Modelo es heterodoxo, quizás audaz, pero a la vez que
“tapa los agujeros” del neodarwinismo ortodoxo, viene a reafirmar profundamente por otras vías la
idea esencial de Selección de los Más Aptos enunciada por el genio de Mr. Darwin, solo que a una
escala de “aceleración” y niveles de organización biológica superior capaz de solventar las deficiencias
observables del mecanismo de la Selección Natural de las variaciones genéticas internas puramente
azarosas.
II.2
Desarrollo Bio‐Matemático de los Postulados III y IV
Una vez alcanzado este punto en el desarrollo de nuestro Modelo Evolutivo, podemos felicitarnos de
haber resuelto la parte más difícil: Hemos conseguido explicar y describir matemáticamente los
siguientes aspectos del proceso de Evolución Acelerada por Transferencia:
1) Los mecanismos biofísicos, biomoleculares y bioenergéticos generales del mismo, a partir del
estudio cinético y termodinámico del proceso de Transferencia de energía e información a
través del intercambio de unidades de código epigenético y paquetes sintónicos de memoria
celular a nivel de organismos individuales.
2) El modelo dinámico que permite explicar la forma en que tales procesos pueden justificar los
periodos de evolución acelerada bajo condiciones de alta presión selectiva inducida por
cambios bruscos y rápidos en el medio ambiente a nivel cualitativo (Modelo de Turbo‐
Evolución TET) y como esta teoría salva las limitaciones y contradicciones empíricas del
paradigma neo‐darwiniano ortodoxo.
Estos dos puntos constituyeron el contenido de los estudios anteriores.
3) El modelo bio‐matemático a través del cual es factible conectar los resultados de este nivel
orgánico individual hasta el de un reducido grupo “pionero” o umbral receptor de los
estímulos perturbadores críticos ambientales inductores de la respuesta re‐adaptativa por
Transferencia TET y de él a un número mínimo pero estadísticamente significativo de
individuos de una especie capaz de asegurar su supervivencia bajo las nuevas condiciones del
entorno. Es decir, hemos relacionado el nivel orgánico unitario con el poblacional o macro‐
evolutivo, demostrando que, únicamente suponiendo válida la hipótesis fundamental que
soporta el fenómeno de la Transferencia y los dos primeros Postulados básicos de la Teoría
Evolutiva TET, tal dinámica se rige por una simple y elegante Ley de tipo Estímulo(Acción)‐
Respuesta(Reacción).
A partir de ahora, consideraremos el Tercer y Cuarto Postulados del Paradigma de Turbo‐Evolución
por Mecanismo E‐TIA para tratar de explicar de manera teórica cuantitativa la expansión del fenómeno
a gran escala poblacional y temporal.
Esta es la Condición Mínima o Necesaria de Supervivencia TET.
Pero ello no basta por sí solo para dar por segura su continuidad como linaje filogenético en el
inmediato futuro, cuando el Ecosistema se estabilice bajo las nuevas condiciones ambientales una vez
superada la fase de Crisis. Nuestros esforzados luchadores por la Vida han conseguido dar el “salto
evolutivo acelerado” y puntuado preciso, superando a sus competidores más allá del lento, insuficiente
y gradualmente acumulativo mecanismo de la Selección Natural clásica. Por así decir, han aprobado el
Selectivo que les salva por el momento del Abismo de la Extinción que comparten la inmensa mayoría
de sus antiguas poblaciones coetáneas dentro de la convulsa y transformada Comunidad Emergente
tras la Etapa Catastrófica, pero aun han de ganar la partida del todo y llegar victoriosos a aprobar los
últimos Cursos de la Carrera, a ser posible con nota.
Cuentan para ello con dos armas poderosas: Como han logrado incorporar en proporción estadística
suficiente los rasgos favorables adquiridos en su material hereditario, se encuentran más aptos que los
demás miembros de su primitiva especie y otras competidoras de su mismo nicho ecológico y nivel
trófico para adaptarse mejor al nuevo medio emergente y seguir seleccionando sus presas entre las más
óptimas o portadoras de dichos caracteres ventajosos y proseguir así realimentando y perfeccionando
la potencia y eficacia del mecanismo TET mientras duren las últimas fases de Macro‐Perturbaciones y,
a la par, a lo largo y después de ellas, también pueden seleccionarse entre sí mutuamente para
reproducirse preferentemente mediante los conocidos mecanismos de Selección Sexual,
admirablemente descritos ya por el mismísimo Charles Robert Darwin en sus brillantes trabajos
posteriores a su Obra Magna principal. Además, al hallarse mejor preparados que sus congéneres y
rivales de otras especies para desenvolverse en el renovado escenario, el mucho más simple, lento y
ciego pero asimismo inexorable y persistente mecanismo de la Selección Natural seguirá actuando a la
vez que el proceso E‐TIA, reforzándose el uno al otro en un ciclo virtuoso que llamamos “Efecto EDIS”
o de Doble Impacto Selectivo.
Así, los nuevos genes modificados que expresen y controlen los factores asimilados por Transferencia
TET se propagarán como la pólvora por el genoma de la población, acaparando las tasas diferenciales
favorables de éxito reproductivo, acelerando más y más la transmutación de la especie hasta
convertirse en otra más o menos diferente y lo mejor adaptada posible al nuevo medio ambiente
emergente en un lapso de tiempo escandalosamente breve e imposible a escala de la mera acción de los
mecanismos darwinianos clásicos de la Selección Natural.
Obviamente, no siempre ocurrirá así: Si el Nº mínimo de individuos transferidos llegó a su zona de
saturación no muy lejos del periodo final de la Crisis de modo que la masa poblacional general y por
tanto la de su variedad favorecida con mayor motivo no es muy grande, los recursos/presas selectivos
portadores de los factores deseables escasean por sobre‐depredación y a causa de la dureza del entorno
o se producen interacciones genéticas o efectos colaterales indeseables entre las nuevas secuencias
insertadas en sus ADN y otras esenciales para el desarrollo de su fisiología o fertilidad, y en especial si
coinciden varias de estas circunstancias de manera fatal y simultánea, la rauda y reluciente carrera de
los “TETs” se verá interrumpida súbita y trágicamente.
Pero, concediendo que no ocurra nada severamente negativo, podemos generalizar afirmando que la
principal limitación para el éxito final de nuestros aguerridos “TETs” será el número de ellos que
logren resistir vivos hasta la edad de madurez reproductora en cada instante del tiempo posterior al
cumplimiento de la Condición Necesaria de un Mínimo Tamaño Crítico de población
“Transferente”, NT. Si esta cantidad de individuos es lo bastante nutrida, el proceso se acelerará más
y más, propagándose y amplificándose hasta transformar a la gran mayoría de la población. Si no, la
“llama Turbo‐Evolutiva” se apagará y la Extinción volverá por sus fueros aunque ahora sea de modo
más pausado y gradual. El mantenimiento de un volumen apropiado de población, o equilibrio
imprescindible entre la tasa de natalidad, mortalidad y recursos disponibles del grupo de
organismos aventajados por el fenómeno de Transferencia es, por tanto, la Segunda Condición o
Condición Suficiente de Supervivencia TET.
El procedimiento para formalizar esta conclusión lógica naturalmente extraída del contenido de los
Postulados III y IV de nuestro Modelo es muy sencilla y bien establecida desde la segunda década del
siglo pasado por la Bioestadística, la Demografía y otras ciencias aplicadas afines:
Si llamamos PTo = NT a la Población Mínima Inicial de organismos beneficiados por la TET – “TETs”
por abreviar – exigida por la Condición Necesaria, PT a la Población final en un determinado
instante del tiempo, r indica la tasa promedio de reproducción o diferencia entre el índice de
natalidad y el de mortalidad por unidad de tiempo de los individuos en cuestión y KT la “Carga
Máxima de Población” sostenible por el nuevo Ecosistema Emergente una vez superado el Periodo
de Crisis, o sea, el cumplimiento máximo teórico de la Condición Suficiente de Éxito de la Estrategia
Evolutiva TET de la especie implicada, se cumplirá:
dPT/dt = r PT [(KT – PT)/KT] (12)
Famosa ecuación diferencial no‐lineal de primer grado establecida por vez primera en 1.838 por el
científico belga Pierre François Verhulst, profesor de Matemáticas en la Escuela Militar de Bruselas,
inspirándose, por un lado, en los estudios previos de su maestro el matemático, estadístico y astrónomo
Adolphe Quetelet y, por otro, en el no menos célebre ensayo del Reverendo y demógrafo británico
Robert Malthus sobre el crecimiento demográfico de la Humanidad, obra que asimismo ejerció por
cierto una fecunda y potente influencia sobre Darwin, para ser redescubierta casi un siglo después por
los biólogos norteamericanos Raymond Pearl y Lowell Reed en 1.920 durante sus estudios sobre la
multiplicación de poblaciones de la mosca de la fruta y reformulada e interpretada bajo conceptos
bioestadísticos más genéricos y actuales por el biofísico estadounidense Alfred J.Lotka en 1.925, quien
la bautizó como “Ley del Crecimiento Poblacional”.
Integrando dicha ecuación, obtenemos la bien conocida solución:
PT = KT PTo exp(rt)/KT + PTo [exp(rt) – 1] (13)
Función denominada “Curva Logística”, muy común para describir analíticamente múltiples
fenómenos naturales, tanto en el campo de la físico‐química, la bioquímica, la biología, la psicología y
la sociología que se ajustan a su patrón de variación, tan variados entre sí como el desarrollo
embrionario, el crecimiento de una población o cultivo bacteriano en el seno de un medio de recursos
limitados, la cinética enzimática más corriente (cinética de Michaelis‐Menten), la propagación de
rumores o “leyendas urbanas”, la extensión de una innovación tecnológica o de una epidemia. En todos
estos procesos, aparentemente tan dispares, subyace una dinámica común: Al igual que ocurre con
nuestros organismos “TETs”, como los elementos afectados o portadores iniciales “pioneros” de la
propiedad que se propaga son relativamente escasos respecto a la gran masa de población carentes de
ella, y además dicha propiedad posee un alto “poder infeccioso” o se transmite fácilmente – en nuestro
Modelo porque implica una ventaja adaptativa, promueve la mutua selección sexual entre los
individuos portadores y suponemos que estos Depredadores poseen adecuado acceso a las Presas
Selectivas – la cantidad de población que sufre el “contagio” de la citada característica crece con enorme
velocidad, de forma casi exponencial, pues a tiempos “pequeños” el numerador de la función es muy
grande frente al denominador. Pero, a continuación, puesto que la “novedad” se propaga como el
fuego en un incendio forestal, invade la población con pasmosa celeridad, y cada vez van quedando
menos sujetos “inmunes” o libres de ella a los que transmitirla. En consecuencia, el mecanismo se auto‐
limita en una suerte de realimentación negativa, y el crecimiento de la curva va suavizándose más y
más hasta hacerse prácticamente horizontal y constante. El entorno de intervalo temporal en que esto
ocurre – bastante accesible de estimar gráficamente – coincide con el punto de inflexión de la función, o
el valor de “Tiempo Crítico” a partir del cual la velocidad o pendiente de aumento de la magnitud de
población “contagiada” decae. Más adelante, a partir de cierto intervalo de “Tiempo Máximo” muy
simple de calcular gráficamente, podemos aproximar con todo rigor que el crecimiento es nulo en la
práctica: El proceso se ha “auto‐saturado”, y el valor máximo de la ordenada casi constante equivale a
la “Carga Máxima” o valor más elevado posible de población final afectada por la propiedad
emergente. Por ello, es costumbre asimismo denotar a esta función como “sigmoidea”, pues su gráfico
cartesiano se asemeja mucho al trazo de una “S” aplastada hacia adelante, algo similar al serpentino
símbolo de la operación de “integración”.
Matemáticamente, ese “Tiempo Máximo” se considera “infinito” o, en términos más realistas, “de
orden inmenso” frente al de la etapa de fuerte crecimiento, pues en efecto:
lím(tJ”infinito”) PT = KT
Sin más que aplicar la “Regla de L´Hôpital” a (12)
Esto conserva su pleno sentido igualmente en nuestro Modelo Evolutivo, porque la estabilización final
de un Máximo de Población de “TETs” idóneamente aclimatados al muevo Equilibrio Ecológico
Emergente sólo puede ocurrir a tiempos “muy grandes” comparados con el fugaz pero violento
Periodo de Cambios Rápidos Críticos inductor del mecanismo E‐TIA de Evolución Acelerada.
II.3
Desarrollo Bio‐Matemático del Postulado V
Por razones de claridad expositiva y simplicidad, hemos presupuesto hasta el momento que
analizamos los efectos en la cantidad de población “turbo‐evolucionada” por el efecto inductivo del
cambio acelerado de una variable medio‐ambiental genérica como si dicha perturbación afectase tan
sólo a una especie determinada de depredadores/receptores y ésta dispusiese libremente de las presas
selectivas idóneas para incorporar a su acervo genético los caracteres favorables capaces de impulsar su
“salto” evolutivo rápido y su posterior propagación demográfica hasta “salvar” el periodo de Crisis y
sobrevivir re‐adaptada o modificada a las nuevas condiciones de equilibrio del Ecosistema Emergente
posterior. También hemos estudiado las Condiciones Necesaria y Suficiente que harían posible
completar dicho ciclo con éxito o no.
Pero, evidentemente, la situación real es mucho más compleja, puesto que los mismos estímulos del
entorno que desencadenan la respuesta del mecanismo E‐TIA en tal especie generarán a la vez de
forma ineluctable una respuesta de mayor o menor intensidad en sus potenciales presas selectivas, ya
sea por su propia sensibilidad específica‐umbral ante dichas variaciones ambientales o, en todo caso,
por el mismo “acoso” o “ataque” sistemático de los citados Predadores/Receptores sobre esas
Presas/Donantes concretas, el cual ya de por sí constituye una seria alteración de su entorno con graves
consecuencias para sus probabilidades de supervivencia por sí mismo. Es claro que el aumento del Nº
de individuos “TETs” Depredadores se convertirá rápidamente en un Estímulo Inductor muy poderoso
para la población de sus Presas Selectivas, provocando en ellas la liberación de los más intensos y
frecuentes posibles procesos de Transferencia E‐TIA con el objeto de proveerse de los factores
biológicos necesarios para poder enfrentar, evitar o resistir en la mayor medida factible el “exterminio
selectivo” al que se ven sometidas por los Depredadores bajo la alta presión de selección extraordinaria
generada por las convulsiones del medio cambiante. Es más, aun cuando nuestra hipotética y genérica
“especie Presa/Donante” seleccionada como “víctima preferente” por la “especie
Depredadora/Receptora” no se viese apenas afectada por las modificaciones traumáticas del medio‐
entorno o, lo que es mucho más razonable, sí lo estuviese, pero su umbral de sensibilidad fuese muy
bajo, el mero hecho de haberse transformado en “blanco favorito” de los Depredadores debido a su
valiosa “carga” de rasgos biológicos favorables para ellos les forzaría a activar al máximo sus
mecanismos de Transferencia, elevando el valor de dicho umbral de manera urgente. Además, no
olvidemos que, dentro de la lógica del fenómeno de Transferencia, cabe esperar que, en tiempos de
Cambios Catastróficos, los Super‐Predadores tiendan a “elegir” como sus “Presas Favoritas”
mayoritariamente a otros Depredadores semejantes a ellos, pues éstos serán más probablemente
portadores de los caracteres que les son más útiles para “fortalecerse” o “acorazarse” frente a las
drásticas exigencias del ambiente – recordemos las evidencias empíricas relacionadas con el
canibalismo de los homínidos de Atapuerca, por ejemplo – lo que obligará a los segundos a “masacrar”
a otra variedad o tercera especie menos dotada pero lo más próxima posible capaz de suministrarle
nuevos factores adaptativos orientados a defenderse de los primeros …, y así sucesivamente. El
resultado final es una “explosión multiplicativa” de fenómenos de Transferencia masiva intra e
interespecífica, que irá “bajando” por la pirámide trófica desde sus niveles más altos y minoritarios
hasta los más bajos y poblados. Este efecto de “Multi‐Inducción Múltiple Acoplada” es la descripción
cualitativa del contenido del Postulado V de nuestra Teoría de Turbo‐Evolución TET, que afirma lo
inevitable de que dicho mecanismo conduzca a una “sinergia global” de aceleración evolutiva, capaz de
hacer posible algo maravilloso e inexplicable hasta ahora según los principios del neo‐darwinismo
“clásico”: Que al final de cada Macro‐Crisis/Extinción planetaria sufrida por la Tierra, y aun a pesar
de que las duras mutaciones del entorno y la elevada exigencia de las Condiciones Necesaria y
Suficiente implicadas por los procesos E‐TIA condenen a la aniquilación a más del 90% de las
especies vivas, siempre sobreviven un reducido y selectísimo conjunto de ellas, cada una de las
cuales vertiginosa y asombrosamente rediseñada y readaptada a las nuevas condiciones globales por
una extraordinaria acumulación de nuevos rasgos biológicos tanto estructurales como anatómicos y
fisiológicos, y ocupando todas ellas sus correspondientes lugares en los nichos ecológicos esenciales
de los diversos niveles tróficos, permitiendo así la “reconstrucción” de nuevos Ecosistemas
Emergentes Pioneros, simplificados al principio, pero gérmenes veloces de una nueva Ecosfera tan
abigarrada y rica como la precedente.
Y ahí están, entre otras, las pruebas fósiles de la Explosión Cámbrica o el lujoso despliegue de Vida de
los primeros periodos del Terciario tras el “Gran Apocalipsis” geológico‐meteorítico que selló el
espectacular Fin del Mesozoico y sus saurios colosales para demostrarlo.
Pues bien, abordemos ahora el problema de representar matemáticamente el núcleo fundamental de
esta grandiosa idea.
De nuevo, la dificultad de tal labor no es excesiva, porque, aunque a una escala de “aceleración
temporal” y “sinergia acoplada” muy superior, la Evolución por Transferencia sigue obedeciendo en
esencia a la filosofía del Maestro Darwin, ya que tan sólo “los más aptos entre los aptos” consiguen dar
los “saltos rápidos” evolutivos a lo largo de las turbulentas y letales épocas de Grandes Cambios
Traumáticos del medio ambiente que producen las “Cascadas TETs” en los Ecosistemas moribundos de
cuyo agitado y mortífero seno renacen cual Fénix del Poder Inefable de la Vida sus sucesores
emergentes en la larga y accidentada Historia del Gran Devenir de las Especies sobre esta Tierra y los
restantes Mundos Habitables que sin duda plagan el Universo.
Por tanto, las herramientas bioestadísticas creadas y refinadas a lo largo del siglo XX para modelar las
interacciones intra‐específicas e inter‐específicas en el seno de las Poblaciones y Comunidades de
organismos siguen siendo adecuadas y útiles en el marco de esta nueva Teoría Neosintética de la
Evolución. Las ecuaciones que describen dichas interacciones mutuas entre dos poblaciones cuyas
actividades o funciones ecológicas se influyen mutuamente en sus tasas netas de crecimiento o
supervivencia serán las mismas que en el esquema neodarwiniano “ortodoxo”, sin más que aceptar que
ahora no nos referimos a las poblaciones totales, sino a las minoritarias y “privilegiadas” aunque
suficientes fracciones de ellas que han logrado alcanzar el Nº mínimo de organismos “transferidos”
ventajosamente antes de que los cambios generados por la Crisis Ecológica haya diezmado en exceso la
demografía de las mismas, al igual que ya hicimos en nuestra exposición sobre la Curva Logística.
Los primeros que desarrollaron un modelo de “ecología matemática” basado en los conceptos de
Charles Darwin y su brillante discípulo Herbert Spencer fueron el biofísico norteamericano Alfred J.
Lotka y el matemático italiano Vito Volterra. El primero obtuvo en 1.926 el famoso sistema de
ecuaciones diferenciales que resuelve el problema básico planteado intentando cuantificar el punto de
equilibrio de cierto tipo de reacciones químicas de concentraciones oscilantes. El segundo, llegó un año
antes a idénticos resultados con el propósito de describir las variaciones periódicas de población entre
las principales especies de peces del Mar Adriático, sometidas a la intensa depredación originada por la
pesca humana. Además, en el Congreso Internacional de Matemáticas de París celebrado en 1.937,
Volterra defendió magistralmente la Teoría Darwiniana sobre el crecimiento limitado de cada par de
especies por la recíproca acción entre sus poblaciones, determinante de su aumento o disminución neta
y los posibles ciclos que estas dinámicas originan.
Estas ecuaciones, cuya validez sigue siendo universalmente aceptada por la comunidad científica,
aplicadas a nuestro Modelo, pueden escribirse así:
dPTR /dt = (Ar – Brr PTR + Brd PTD) PTR
dPTD /dt = (Ad + Bdr PTR – Bdd PTD) PTD
O bien:
dPTR /dt = Ar PTR – Brr PTR2 + Brd PTD PTR
dPTD /dt = Ad PTD + Bdr PTR PTD – Bdd PTD2
(14)
• dPTR /dt = Velocidad de crecimiento de la Población de Receptores “TETs”. Unidades SI: s‐1
• dPTD /dt = Velocidad de crecimiento de la Población de Donantes “TETs”. Unidades SI: s‐1
• PTR = Cantidad de Población “TET” de la Especie Receptora en un instante dado. Unidades SI:
Factor adimensional
• PTD = Cantidad de Población “TET” de la Especie Donante en un instante dado. Unidades SI:
Factor adimensional
• Ar = Tasa de Crecimiento Natural de la Población de Receptores. Unidades SI: s‐1
• Ad = Tasa de Crecimiento Natural de la Población de Donantes. Unidades SI: s‐1
• Bdd = Coeficiente de Competencia Intraespecífica de los Donantes: Mide la tasa promedio de
mortalidad en valor absoluto inducida por la competencia entre los individuos “TETs” de la
misma especie Donante por los recursos limitados del medio. Unidades SI: s‐1
En función de los signos de los Coeficientes Interespecíficos propios de la relación dentro de la cadena
trófica entre la Especie Receptora y la Donante, se presentan los siguientes casos:
1) Bdr=Brd=0 : No existe acción recíproca alguna mensurable entre las dos Poblaciones: Una o
ninguna de ellas son organismos “TETs” o lo son pero no comparten relación alguna en el
seno de la cadena trófica ni comparten nicho ecológico común. Por ejemplo: Un carnívoro
marino y otro adaptado a biomas de alta montaña. Transferencia Mutua Nula Absoluta.
Equivalente al Neutralismo en la nomenclatura Ecológica.
2) Brd>0, Bdr>0 : El crecimiento de la Población de “TETs” de cada Especie favorece el de la
otra. Transferencia Neta Nula por igualdad de flujos de transferencia de caracteres
favorables entre las dos Poblaciones, es decir, Doble Transferencia a Doble Gradiente Cero o
Bio‐Resonancia Absoluta. Equivalente a la Simbiosis o Mutualismo en la nomenclatura
Ecológica. Ejemplo: Endosimbiosis Cooperativa Perfecta según el Modelo de Ann Margulis.
4) Brd<0, Bdr>0 : El aumento de Población TET de la Especie Receptora favorece el crecimiento
del Nº de Donantes “TETs” a su costa, pero el incremento de Donantes reduce la Población
de Receptores. Transferencia Inversa Total (si Bdr es enorme respecto a Brd en valor
numérico) o Parcial a favor del Donante (si son de similar orden de magnitud). Equivale al
Parasitismo en la nomenclatura Ecológica. Ejemplos: Fagotrofismo favorable al orgánulo‐
huésped, epidemia retro‐vírica de alta virulencia.
5) Brd=0, Bdr>0: El crecimiento de Población TET del Receptor favorece la del Donante, pero el
aumento de pobladores “TETs” del Donante no beneficia ni perjudica el aumento de
Población del Receptor. Se trata del caso en el cual el Receptor (Hospedador) posee rasgos
biológicos transferibles hacia el Donante (Huésped), pero éste carece de otros factores
cualesquiera ventajosos para el Receptor, o sea, que este último no es presa selectiva para él,
no constituye Población TET en realidad respecto al organismo que lo acoge. Se trata de un
caso especial de Transferencia Inversa Absoluta favorable al Donante, pero sin necesidad de
perjudicar al Receptor/Huésped, equivalente al Comensalismo en términos ecológicos.
Ejemplo: Fenómenos Parasexuales Recombinantes entre ciertas bacterias.
6) Brd>0, Bdr=0 : El aumento de Población TET del Donante hace crecer la Población del
Receptor, pero el incremento de Población de este último no favorece ni inhibe la del
primero. Ahora es el Donante (Huésped) quien presenta caracteres ventajosos adaptativos
para el Receptor (Hospedador), pero éste carece de ellos respecto al Donante. Es el caso
simétrico al anterior, una forma particular de Transferencia Directa Absoluta favorable al
Receptor, pero que no implica la destrucción del Donante. Equivale también al
Comensalismo pero intercambiando los papeles de las dos Especies. Ejemplo: Lisogenia de
ciertos Fagos‐T en el seno de sus Bacterias hospedadoras.
8) Brd=0, Bdr<0 : Es el caso simétrico al precedente, matemáticamente equivalente sin más que
cambiar el papel o “nombre” de las Especies implicadas. Pero puesto que en verdad ni en
este caso ni en el anterior existe Transferencia entre los organismos de ambas poblaciones,
podemos suponer que ninguna de las dos puede denominarse “Donante” o “Receptora” en
sentido estricto, sino únicamente virtual o formal, por vía del efecto colateral.
Evidentemente, equivale de nuevo a Amensalismo. Ejemplos: Los lobos (“Receptores”)
consumidores de ovejas respecto a los pastores (“Donantes indirectos”). Y, en un sentido
amplio y desgraciadamente profundo, la Humanidad (“Macro‐Receptor” insaciable de toda
clase de recursos naturales), frente a cualquier Especie animal o vegetal en peligro de extinción
por causa de nuestra intensa actividad industrial y asfixiante expansión demográfica
(“Donantes virtuales” o víctimas de la multitud de efectos contaminantes y perturbadores
derivados de ella, aunque no sean objeto de nuestra caza, hiper‐consumo agrícola‐ganadero o
sobre‐explotación directa).
En general, este sistema de ecuaciones diferenciales no tiene solución analítica, excepto para algunos
casos concretos entre los expuestos. De hecho, tan sólo los casos 1), 3),4) y 9) admiten solución exacta.
Analicemos con más detalle los mismos.
• Caso 1): Transferencia Mutua Nula Absoluta, Neutralismo:
Al no existir interacción alguna directa ni indirecta entre las dos Poblaciones “TETs”, cada una
de ellas crecerá independientemente de la otra. Las dos ecuaciones no forman – pues – un
sistema, sino se integran por separado, porque al anularse los coeficientes cruzados se tornan
idénticas a la Ecuación Logística: Habrá, por tanto, dos soluciones de tipo sigmoideo, ya
estudiadas en la sección anterior. No existe Transferencia mutua en realidad.
Este es el escenario más general e interesante desde el punto de vista evolutivo.
Reescribamos el Sistema (14) imponiendo las condiciones que definen este modelo de relación
entre nuestras dos Poblaciones “TETs” de Especies Receptora y Donante. Lo haremos tomando
como referencia el Modelo Depredador=Receptor/Presa=Donante. Lógicamente, el análisis
matemático y sus resultados es equivalente a si hubiéramos elegido el esquema
Hospedador=Receptor/Donante=Parásito, con tan sólo intercambiar los nombres de nuestras
dos variables de Población.
Así, nos queda, para Brd>0, Bdr<0 y Ar<0 (pues suponemos, por simplicidad, que la
supervivencia re‐adaptatitva TET del Depredador/Receptor depende en exclusiva de la
adquisición de los rasgos favorables portados por la Presa Selectiva Donante, al igual que la
Especie Receptora es el único Predador Específico de la Población TET de Presas):
dPTR /dt = – Ar PTR – Brr PTR2 + Brd PTD PTR
dPTD /dt = Ad PTD – Bdr PTR PTD – Bdd PTD2
(15)
Este sistema de ecuaciones se comporta como un “oscilador biológico acoplado”, lo que refleja a la
perfección nuestro Postulado V sobre la Sinergia Evolutiva TET.
Buscamos ahora determinar las Soluciones Estables o Puntos Críticos del Sistema y analizar su
naturaleza matemáticamente, para luego interpretar los resultados en términos ecológico‐evolutivos y
biofísicos.
Por definición, los posibles Puntos Críticos o Soluciones Estables o Meta‐Estables cumplirán la doble
condición:
(dPTR /dt)c = 0 (16)
(dPTD /dt)c = 0 (17)
Igualando a cero y sacando factor común cada una de las variables de población respectivas en (16) y
(17), obtenemos:
PTR ( – Ar – Brr PTR + Brd PTD) = 0
PTD (Ad – Bdr PTR – Bdd PTD) = 0
De donde se extraen dos Soluciones Generales:
a) Solución Trivial:
PTRo = 0
PTDo = 0
Correspondiente al Punto‐Origen del Sistema, (0,0).
b) Solución o Punto Crítico Estable o Metaestable:
Viene dado por el posible punto de corte entre las dos rectas que se determinan igualando a cero los
segundos factores de las dos expresiones anteriores, llamadas “rectas isoclinas” del Sistema, o lo que es
lo mismo resolviendo el Sistema Lineal elemental:
Brr PTR – Brd PTD + Ar = 0
Bdd PTD + Bdr PTR – Ad = 0
(18)
La Solución General del sistema (18) es la siguiente:
PTRc = (Ad Brd – Ar Bdd) / (Brr Bdd + Bdr Brd)
PTDc = (Ad Brr + Ar Bdr) / (Bdd Brr + Bdr Brd)
(19)
Esta Solución sólo poseerá sentido biofísico cuando el numerador de PTR sea positivo, lo cual tiene un
fuerte significado bio‐estadístico, puesto que en efecto el producto del factor de crecimiento de la
Especie Donante por el que mide el incremento de población de los Receptores a causa de su
“encuentro” (predación) con los primeros ha de ser superior al de la tasa de crecimiento de los
Receptores por el parámetro que cuantifica la disminución demográfica del número de individuos
“TETs” entre los Donantes por su propia competencia interna o intraespecífica por sus recursos
limitados: En caso contrario, si nacen demasiados Depredadores y/o mueren excesivas Presas por su
competencia endógena, es obvio que el Nº de Presas Selectivas TET bajará demasiado rápido como para
abastecer la demanda mínima de sus Depredadores específicos y éstos se extinguirán.
Pues bien, suponiendo que, por hipótesis, la tasa de crecimiento natural de la Población de las
Presas Selectivas “TETs” y la disponibilidad de las mismas a ser víctimas de sus Depredadores
Específicos es mayor como factor conjunto que el compuesto por la capacidad de reproducción de
los propios Depredadores “TETs” y la mortalidad inducida por competencia intraespecífica entre
sus Presas, acabamos de deducir que el Sistema de Ecuaciones Lotka‐Volterra generalizado para este
Modelo Depredador‐Receptor/Presa‐Donante admite Solución General. Por otra parte, la condición
antes exigida se cumplirá en la mayoría de los Ecosistemas, pues la fecundidad o densidad demográfica
de cualquier grupo de Presas siempre suele ser bastante mayor que la de otro grupo de Depredadores,
si la cadena trófica inicial antes de las perturbaciones era estable, por obvias razones de transmisión de
energía útil y bio‐masa y la Ley de Rendimientos Decrecientes y, además, por los Postulados del
Modelo TET, hemos de suponer que la capacidad depredadora de los Receptores “TETs” es muy
elevada y especializada sobre sus víctimas selectivas, de forma que el factor Brd debe ser – en principio
– siempre estimablemente mayor que el que establece la mera competencia interna entre sus presas por
los más o menos menguantes recursos básicos en un medio convulso y cambiante.
Discusión de las Soluciones Trivial y Crítica
1) Solución Trivial:
Aplicando el Método de Linealización por Perturbaciones habitual para este tipo de ecuaciones
diferenciales de segundo grado y baja dimensionalidad (aquí el nº dimensional es 2), realizamos
el cambio de variables:
pR = dPTR /dt
pD = dPTD /dt
Calculamos ahora los elementos del Jacobiano “J” del Sistema en el Punto Trivial:
add = (δpD /δPTD )o = Ad
adr = (δpD /δPTR )o = 0
ard = (δpR /δPTD)o = 0
arr = (δpR /δPTR)o = – Ar
Planteando a continuación la Ecuación de Auto‐Valores del Sistema Linealizado:
[J – w I] = 0
Y, llamando:
T = add – arr
∆ = add arr – adr ard
Al desarrollar el determinante anterior llegamos a expresar la Ecuación de Autovalores como
una sencilla ecuación cuadrática, de la forma:
w2 – T w + ∆ = 0
Por lo cual, los posibles auto‐valores vienen dados por las raíces de dicha ecuación de segundo
grado.
δPTR (t) = k1 exp(w1 t) + k2 exp(w2 t)
δPTD (t) = k3 exp(w1 t) + k4 exp(w2 t)
(20)
Donde k1, k2, k3 y k4 representan constantes dependientes de las condiciones iniciales del Sistema
y w1 y w2 los valores propios de la Ecuación de Auto‐Valores anterior.
En función de la naturaleza de esos auto‐valores clasificaremos el tipo de Solución obtenida y
su significado biofísico‐ecológico.
En este caso (Solución Trivial) o (0,0), como:
T = (Ad – Ar )>< 0; (cualquier signo, aunque suele ser positivo)
∆ = ( − Ad Ar) < 0
T2 – 4 ∆ = (Ad2 + Ar2 + 2 Ad Ar) > 0
2) Solución Crítica:
En este caso, los componentes del Jacobiano vendrán determinados, en general, como sigue:
add = (δpD /δPTD )c = Ad – Bdr PTRo – 2 Bdd PTDo
adr = (δpD /δPTR )c = – Bdr PTDo
ard = (δpR /δPTD)c = Brd PTRo
arr = (δpR /δPTR)c = – Ar – 2Brr PTRo + Brd PTDo
Con lo cual, parece evidente que add y arr presentarán en forma general cualquier signo,
aunque adr será siempre negativo y ard positivo. Ello implica que T, ∆ y T2 – 4 ∆ podrán tener,
según cada conjunto específico de constantes iniciales de contorno, un signo u otro e incluso
anularse en distintas y libres combinaciones. Así, la gran mayoría de los escenarios permitidos
por el Sistema conducirán a múltiples tipos cada uno de Soluciones, algunas Estacionarias o de
Equilibrio (Centro Estacionario), otras Estables pero generadoras de “oscilaciones”
amortiguadas convergentes (los niveles de población van disminuyendo lenta, cíclica y
sinérgicamente hasta la Extinción Total, tipo “Sinergia Negativa” o “espiral descendente”),
Nodos Estables Asintóticamente (rápida evolución hacia la mutua Extinción, convirtiéndose el
Punto Crítico en un Atractor‐Sumidero”), Nodos Inestables o Divergentes (veloz crecimiento
indefinido “amplificado” o “Atractor ‐Fuente”), o Focos Inestables (lentos cíclicos sinérgicos de
crecimiento indefinido, o “espirales divergentes”). Cada clase de Solución corresponderá, claro
está, a una combinación concreta de relaciones entre los parámetros que miden las tasas de
crecimiento natural de cada Población TET y sus factores intraespecíficos e interespecíficos de
modulación interna y mutua de sus variaciones demográficas.
Estudiaremos con mayor detalle dos casos particulares simplificados de elevado interés
biológico:
2.1: Punto Crítico en el Modelo Depredador‐Receptor/Presa‐Donante Interespecífico “Puro”:
Esta fue la formulación original simplificada de Lotka y Vito Volterra. En nuestro Modelo,
consideramos que el grado de influencia en las variaciones de Poblaciones “TETs” debido a
la competencia intraespecífica en el seno de cada Especie es despreciable frente a los
producidos por la interacción Depredador/Presa entre ambos grupos de individuos “TETs”.
A las condiciones ya impuestas a nuestra Ecuación, añadimos – pues – otra, dada por:
Brr=Bdd=0.
El Sistema de Ecuaciones Lotka‐Volterra queda, por consiguiente, reducido a:
dPTR /dt = – Ar PTR + Brd PTD PTR
dPTD /dt = Ad PTD – Bdr PTR PTD
(21)
Calculemos de nuevo la coordenadas del Punto Crítico del Sistema:
PTRc = Ad/Bdr
PTDc = Ar/Brd
(22)
Sin más que sustituir en (18) Brr y Bdd por cero.
Del mismo modo, volvemos a calcular el nuevo Jacobiano del Sistema:
add = 0
adr = (– Bdr Ar)/Brd
ard = Brd Ad/Bdr
arr = 0
De lo que llegamos a:
T = 0
∆ = Ar Ad > 0
T2 – 4 ∆ = – 4 Ar Ad < 0
Consecuentemente, los auto‐valores w1 y w2 serán dos números imaginarios puros de igual
valor y signos opuestos. Corresponde a una Solución Estacionaria de Equilibrio, según el
Teorema de Liapunov, conocida por los matemáticos como “Centro Estable”.
En efecto, la Solución en función del tiempo del entorno infinitesimal alrededor de este Punto
Crítico obedecerá a las funciones:
δPTR (t) = k1 exp(w t i) + k2 exp( – w t i)
δPTD (t) = k3 exp(w t i) + k4 exp( – w t i)
(23)
Y, teniendo en cuenta la Relación de Euler:
exp[(nx) i] = cos(nx) + i sen(nx)
exp[ – (nx) i] = cos(nx) – i sen(nx)
Puesto que las condiciones iniciales de nuestro problema han de generar por definición
Soluciones Reales y Positivas, con “Amplitudes” de las funciones periódicas equivalentes a los
“Picos de Máximos de Población” posibles, podemos asegurar que k1 = k2 = KR , siendo la
“Carga Máxima de Población TET de los Receptores‐Depredadores” KRM = 2 KR . Análogamente,
se cumplirá que k3 = k4 = KD , y la “Carga Máxima de Población TET de los Donantes o Presas
Selectivas” de los primeros KDM = 2 KD . Por otra parte, las condiciones de contorno exigen
asimismo que exista un “desfase inicial” en cada función sinusoidal tal que, a tiempo nulo,
equivalgan a las cantidades iniciales de Poblaciones Mínimas Transferentes. Por último, como el
empleo de la función “seno” es más intuitivo que el de “coseno”, integramos en dichas fases
iniciales el factor π/2 que permite convertir los cosenos aditivos de las componentes reales en
senos, pues es obvio que sen(π/2 – x) = cos x.
Con todo ello, obtendremos:
δPTR(t) = KRM sen[φR – (Ar Ad)1/2 t]
δPTD(t) = KDM sen[φD – (Ar Ad)1/2 t]
(24)
De tal modo que:
PTRo = KRM sen(φR)
PTDo = KDM sen(φD)
Expresión y Representación de la Solución Estacionaria en el Espacio de Fases del Sistema
La Solución del Punto Crítico o Centro Estacionario que acabamos de describir puede realizarse
también eliminando la variable tiempo de ambas ecuaciones e integrando la variación de la
Población de “TETs” Receptores/Depredadores frente a la de sus Donantes/Presas Selectivas. El
resultado nos dará una familia de curvas que representan las posibles “trayectorias‐solución”
de ambas Poblaciones en torno al Punto Crítico en un sistema bidimensional de coordenadas
cartesianas donde las ordenadas corresponden a la cantidad de Población
Depredadora/Receptora, PTR , y las abscisas al número de pobladores Presas/Donantes, PTD ,
sistema que es conocido como “Espacio de Fases”.
Matemáticamente:
(dPTR /dt) / (dPTD /dt) = (dPTR /dPTD) = ( – Ar PTR + Brd PTD PTR ) / (Ad PTD – Bdr PTR PTD)
Multiplicando factores y reordenando convenientemente:
(dPTR /PTR) (Ad – Bdr PTR) = (dPTD /PTD) (Brd PTD – Ar)
Integrando ambos miembros y agrupando:
Ad Ln(PTR) – Bdr PTR + Ar Ln(PTD) – Brd PTD + C = 0
Tomando ahora K= – C, llegamos a:
Ad Ln(PTR) – Bdr PTR + Ar Ln(PTD) – Brd PTD = K
(25)
Esta es otra forma de plasmar el Ciclo del Modelo Depredador‐Receptor/Donante‐Presa que
acabamos de exponer: Así, el cuadrante inferior derecho (lo que habitualmente se denomina
“Cuarto Cuadrante” en Matemáticas) representa la primera fase del proceso acoplado,
cuando el incremento de la Población de Presas Selectivas permite asimismo un crecimiento
positivo a la par de sus Depredadores Específicos “TETs”, hasta que la Población de
Donantes‐Presas logra su máximo. Al pasar al cuadrante superior derecho (“Primer
Cuadrante”) la cantidad de Depredadores continúa aumentando mientras la Población de
Presas mengua debido a su sobre‐explotación, pero al final de dicha fase la abundancia de
los primeros apenas sube, alcanzando su punto de saturación máxima durante un “corto”
trazo prácticamente horizontal – por esto las curvas de Equilibrio son más bien semejantes a
elipses poco excéntrica o circunferencias achatadas, no perfectamente circulares – justo al
final de recorrerlo. A partir de ahí, en el cuadrante superior izquierdo (“Segundo
Cuadrante”) ambas Poblaciones decrecen, debido a la escasez de Presas Donantes portadoras
de los caracteres favorables que precisan sus Depredadores Receptores específicos. Al
culminar esta etapa, la Población de Presas se reduce a su valor más bajo en el Ciclo.
Llegados al cuadrante inferior izquierdo (“Tercer Cuadrante”) los efectivos de la Población
de Presas Selectivas vuelven a recuperarse, a causa del descenso de la presión depredadora,
pero prosigue descendiendo hasta el mínimo el nº de sus Depredadores “TETs”. Y así
retornamos al principio, cuando la cantidad de Presas‐Donantes empieza a recuperarse y con
ello permite volver a crecer la de sus Depredadores‐Receptores, iniciándose un nuevo Ciclo.
2.2: Caso 9): Punto Crítico en el Modelo Interespecífico Puro, o de Competencia Perfecta:
Ahora supondremos que nuestras dos Poblaciones son variedades o sub‐grupos dentro de la
misma Especie Depredadora o en general Consumidora TET, o bien dos Especies Receptoras/
Depredadoras/Consumidoras que rivalizan por la Depredación o Explotación de un recurso
cualquiera de su medio ambiente capaz de proprocionar a ambas los factores adaptativos
transferentes que necesitan para superar los bruscos e intensos cambios del entorno en
periodo de Crisis.
Como se ve, este Modelo puede aplicarse no tan sólo en el marco de dos grupos, especies o
sub‐especies TET depredadoras compitiendo en un mismo nicho ecológico por una tercera y
vulnerable especie de víctimas selectivas portadoras, sino también a escenarios como el de
diferentes variedades de árboles de la misma o diversa especie pugnando por ahondar sus
raíces en el subsuelo para así incorporar componentes químicos que favorezcan sus procesos
epigenéticos o cepas bacterianas en cuyos genomas existan los adecuados códigos de
transferencia de memoria celular que requieren para adaptarse a las perturbaciones del entorno
convulso y altamente cambiante, por lo que su interés biológico en el contexto de la Teoría de
Turbo‐Evolución por Mecanismo E‐TIA es evidente, aunque, en rigor, no se trata de un proceso
de Transferencia entre nuestras dos Poblaciones, sino de competencia darwiniana “clásica”
entre dos Poblaciones o Sub‐Poblaciones “TETs” por apoderarse de un Recurso‐Donante común
limitado.
Matemáticamente, esto equivale a fijar las condiciones de contorno siguientes en nuestro
Sistema General de Ecuaciones: Ar1>0, Ar2>0, Br1r2=Br2r1=0. Además, como podemos observar,
simbolizaremos a nuestras dos Poblaciones “TETs” como PTR1 y PTR2 , puesto que ambas son
Receptoras de un único Recurso relativamente limitado. Esto justifica que ambas tasas de
crecimiento natural sean positivas aunque de diferente valor, pues una especie Receptora no
puede aumentar la mortandad de otra de igual índole, pues no se depredan entre sí.
Entonces, aparte de la Solución Trivial ya descrita, obtenemos las Isoclinas:
Brr1 PTR1 – Ar1 = 0
Brr2 PTR2 – Ar2 = 0
(26)
Resolviendo el sistema (26):
PTR1c = Ar1/Brr1
PTR2c = Ar2/Brr2
(27)
Luego, las coordenadas del Punto Crítico serán aquí:
S: (Ar2/Brr2 , Ar1/Brr1)
Las componentes del Jacobiano, por consiguiente, serán:
ar1r1 = – Ar1
ar1r2 = 0
ar2r1 = 0
ar2r2 = – Ar2
Lo que supone:
T = – (Ar1 + Ar2) < 0
∆ = (– Ar1) (– Ar2) > 0
T2 – 4 ∆ = (Ar2 – Ar1)2 > 0
δPTR1 = k1 exp(– w1 t) + k2 exp(– w2 t)
δPTR2(t) = k3 exp(– w1 t) + k4 exp(– w2 t)
(28)
Esta Solución implica en términos matemáticos que las cantidades de ambas Poblaciones
Competitivas de Receptores “TETs” tienden a decrecer simultánea y exponencialmente
alrededor del Punto de Equilibrio, reduciendo de modo veloz y acoplado en una “sinergia o
retro‐alimentación negativa” sus efectivos hasta aproximarse asintóticamente a la Extinción
mutuamente inducida. El Punto Crítico se comporta como un “Atractor Sumidero”.
El significado bio‐estadístico o ecológico dentro del Modelo TET es bastante simple: Puesto
que ambas especies, variedades o sub‐especies Transferentes proceden de un tronco común
idéntico y próximo en el tiempo a escala evolutiva, y la supervivencia re‐adaptativa de las
dos depende de la depredación o consumo de un único recurso limitado y ya de por sí con
toda probabilidad decreciente en tiempos de Macro‐Crisis Global, parece razonable que la
mutua y dura competencia intraespecífica por tal fuente selectiva de factores biológicos
recombinantes favorables les empuje a una rápida o “acelerada” carrera de sobre‐explotación
del mismo que lo agote antes de que transcurra el tiempo mínimo suficiente para hacer
posible su recuperación natural propia. En tales circunstancias, el establecimiento de Ciclos
Estables Oscilantes acoplados es imposible y las dos Poblaciones Receptoras y su Donante y/
o Recurso Selectivo compartido desaparecen de su hábitat inmediato. La única estrategia
eficaz para romper dicha dinámica de re‐alimentación negativa sería que el grupo más débil
de los dos en competencia (aquel cuyo coeficiente de acción intraespecífica sea menor)
emigre a otra zona donde no exista ningún otro competidor TET de su misma especie u otra
similar, pero eso ya es otro tema, por cierto de elevado interés, pero que rebasa los objetivos
de este estudio.
III
Consecuencias Evolutivas y Filosóficas
Como observación final a este ensayo, destacamos que – según acabamos de demostrar – tan sólo las
relaciones tróficas basadas en Transferencias Directas Absolutas o Relativas o sus análogas Inversas
equivalentes matemáticamente producen Soluciones Estacionarias de auténtico Equilibrio
Estacionario, conclusión que, a escala bio‐estadística o eco‐dinámica confirma los resultados
hallados en el trabajo anterior a nivel orgánico bio‐termodinámico (Ver Tabla‐Resumen en
“ESTUDIO DE LOS ESTADOS DE EQUILIBRIO Y METAESTABILIDAD “METEDIR” DE
DOBLE TRANSFERENCIA SEGÚN EL MODELO PSICO‐BIOTERMODINÁMICO DE BÁTHORY/
SCHREIBER”). En el resto de los casos (simbiosis incluida) el Sistema Lotka‐Volterra – al igual que
ocurría con el análisis de las funciones de transferencia bioenergética y entrópico‐informacional a
escala orgánica – o bien no posee solución o ésta corresponde a un Estado Metaestable.
Evidentemente, esto consolida y confiere una gran solidez al Modelo de Evolución Turbo‐Acelerada
por Mecanismo E‐TIA que constituye la esencia de esta nueva Teoría Neosintética de la Evolución
por Transferencia.
Por último, recordemos que esta Teoría integra y a la vez armoniza y proporciona un fundamento
bio‐molecular y biofísico a las tres grandes “visiones” sobre el Devenir de la Vida sobre la Tierra
que revolucionaron la Biología y el Pensamiento humano desde el siglo XVIII hasta nuestros días:
La importancia de las Catástrofes como Impactos de Extinción/Regeneración “Rápida Puntual” No‐
Gradualista de la Ecosfera – capaz de explicar las “lagunas fósiles” – (Georges Cuvier), la
transcendencia de la Adaptación por Herencia de Caracteres Adquiridos, tanto a nivel micro‐
evolutivo (justificado por reajustes epigenéticos de corto alcance estadístico y temporal) como
macro‐evolutivo (a través del mecanismo de Transferencia Masiva de unidades “sintónicas” retro‐
combinantes de memoria celular selectiva de caracteres favorables en esos periodos de Crisis
Globales), lo que incorpora la idea nuclear de Jean‐Baptiste Lamarck, y la posterior “sinergia” o
“realimentación positiva” de dicho fenómeno reforzado y auto‐propagado por la Selección de Presas
y la Selección Sexual dentro y entre las Poblaciones Transferentes (Efecto de Doble Impacto
Selectivo EDIS), que refuerza aún más el proceso mediante los mecanismos “clásicos” de la
Selección Natural para la minoría de Poblaciones “TETs más aptas entre las más aptas” que logran
dar el “salto puntuado” y sobrevivir así a la Extinción, lo cual implica la asimismo crucial relevancia
del modelo de Charles Darwin como culminación y “renormalización” del ritmo evolutivo una vez
acabada de superar la Fase Catastrófica y en los inicios de la “Restauración” de un nuevo Ecosistema
Re‐Adaptado Emergente que recupera su habitual dinámica “lenta” y gradual” evolutiva.
De esta forma, podemos apreciar que, eliminando el anticuado y primitivo “fijismo” de Cuvier,
tanto éste, como Lamarck y Darwin tuvieron su parte de razón, aunque no puedieran explicar con
claridad la mecánica que confiere base material a sus prodigiosas intuiciones e inducciones, al
carecerse durante los siglos XVIII, XIX e incluso gran parte del XX de los suficentes conocimientos,
pruebas empíricas, datos y perspectiva sobre las bases genéticas, biomoleculares y biofísicas de los
sistemas vivientes.
Considero honradamente que esta nueva Teoría Neosintética de Evolución Acelerada por
Transferencia consigue superar las deficiencias del Paradigma Neo‐Darwinista “ortodoxo”,
especialmente graves en lo referente a justificar el fenómeno evolutivo durante las Fases
Cataclísmicas de Grandes Extinciones, y a la vez, lo integra y armoniza razonable y elegantemente
con las aportaciones de Cuvier y de Lamarck reinterpretadas bajo una original y más actual óptica
cimentada en los últimos hallazgos, descubrimientos e indicios empíricos en los fascinantes campos
de la Epigenética y los fenómenos de Transferencia de Memoria Celular.
A modo de Síntesis Terminal, escribamos ahora la que podríamos llamar “Ecuación Conceptual del
Paradigma TET”:
CATÁSTROFE ACTIVADORA= ESTÍMULO=CUVIER + MECANISMO E‐
TIA=RESPUESTA=LAMARCK + SINERGIA POSITIVA O EFECTO EDIS=PROPAGACIÓN
HIPERSELECTIVA=DARWIN = TURBO‐EVOLUCIÓN “TET” POR TRANSFERENCIA
Como he repetido ya bastantes veces, los Genios, iluminados por la Madre Naturaleza, aciertan hasta
cuando se equivocan.
Yo tan sólo he pretendido humildemente abrir nuevos caminos o perspectivas intelectuales y, si se me
permite con toda modestia parafrasear al incomparable Maestro Isaac Newton, si acaso he llegado a
“ver lejos”, ha sido porque “me he encaramado a hombros de gigantes” de la observación y el
pensamiento y a pioneros/as audaces e incluso oscuros pero certeros del empirismo.
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IV
Bibliografía y Referencias
• Malthus, T.R. (1798) : “An essay on the Principle of Population”. London: J. Johnson
• Verhulst, P.F. (1845): “Reserches mathématiques sur la loi d´accroissement de la population”.
Memoires de l´Académie des Sciences. Bruxelles: Hayez
• Lotka, A.Y. (1925): “Elements of Physical Biology”. Baltimore: Williansand Wilkens
• Volterra, V. (1931): “Lecons sur la Theorie Mathématique de la Lutee pour la Vie”. París:
Gauthier‐Villars
• May, RM. (1976): “Simple Mathemathical Models with Very Complicated Dynamics”.
Nature 261, p.p. 459‐467
• Gutiérrez Sánchez, Luis: “Matemáticas para las ciencias naturales”. Sociedad Matemática
Mexicana, México (1998), p.p. 529‐550
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FIN
En Sevilla, a Viernes 5‐2‐2010
06:36 A.M.
Por:
Juan R. Schreiber.
(Librepensador y Bioquímico)