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La ausencia de estructura es la tónica dominante del modelo, con servicios comunes sin división ni estructura de
ninguna clase en la mayoría de los casos. Todo lo más hay división en secciones en algunos servicios de Santander,
pero incluso se introducen en algún supuesto “secciones variables”, a capricho de secretarios directores. Hay incluso
ejemplos de integración en un solo servicio toda la tipología de servicios comunes, lo que atenta directamente contra
las condiciones de trabajo, el derecho a la movilidad, y contra la esencia de la filosofía del nuevo modelo, que debe
aportar claridad tanto para trabajadores como para usuarios, y no la confusión que se quiere establecer bajo el
paraguas de la indiferenciación. En otras palabras, el modelo es un auténtico himno a la disfuncionalidad y a la
desorganización, y alguien debería explicarle al Sr. Consejero que el derecho al puesto de trabajo es algo más que la
disposición de una mesa y una silla, pues también consiste en la dedicación a una actividad concreta
No se nos ha entregado ningún documento ni se ha hecho mención a cuestiones que afectan primordialmente a los
derechos e intereses de los trabajadores, como todo lo relacionado con las RPTS, distribución de tareas y funciones,
tipología de puestos de trabajo, etc. Además, parece ser que para el Sr. Consejero las dotaciones actuales se
consideran adecuadas a las cargas de trabajo existentes, pues nada se menciona sobre consolidaciones de refuerzos
ni sobre incrementos de plantillas … excepto en el Cuerpo de Secretarios Judiciales. Es más, se tiene el descaro de
proclamar que “las dimensiones de los Servicios Comunes se han calculado teniendo en cuenta los estudios
realizados por el Ministerio de Justicia, por CCAA como las de Navarra y el País Vasco, y por esta misma Dirección
General en sus análisis de procedimientos con distintos operadores jurídicos, siempre sin reducir las plantillas ya
existentes, que no precisan incrementos para atender a la nueva situación” Nos atrevemos a asegurar, sin temor
a equivocarnos, que no se ha realizado estudio de ninguna clase, o ¿no se nos reconoció, en cierta ocasión, que en
Cantabria se calcula la dimensión necesaria de las plantillas “a ojo”?. Lo que sí aparece, como fruto de esos “arduos
estudios” es un proyecto de redistribución de efectivos entre localidades e incluso la posible desaparición de las
Agrupaciones de Secretarías de Juzgados de Paz
intervenido, en ellas no el Director General de Justicia ha demostrado ignorar el contenido del art. 521 de
la LOPJ, pues en su delirio cree que las UPADs son realmente un servicio común, sino que además ignora
que hay una reforma del Reglamento de Ingreso, elaborada en cumplimiento del Acuerdo suscrito el 28 de
octubre de 2009 por el Ministerio de Justicia, CCOO, STAJ y UGT que ya ha recibido el informe
favorable del CGPJ para su publicación. A mayor abundamiento, hace una torticera interpretación del
Acuerdo de 10 de marzo de 2010, suscrito por las mismas partes, ignorando las prevenciones que en el
mismo se hacen en cuanto a asignación de funciones ajenas a la sección de destino del funcionario y a la
asignación de funcionarios a otra sección diferenciada de la de su destino
Como habíamos anticipado, CCOO anunció, en su intervención en la sesión de la Mesa Sectorial, que
exigimos como condición necesaria pero no suficiente para alcanzar cualquier acuerdo, y como punto de
partida de la negociación, el equivalente a la garantía de derechos establecida en el Acuerdo suscrito, para
el ámbito no transferido, el 10 de marzo de 2010, posición defendida también por STAJ y UGT. El
Consejero manifestó que no acepta, como soporte inicial lo alcanzado en dicho acuerdo, sin perjuicio de
que "se tenga como referencia". Muy mala es la perspectiva que se nos presenta si el consejero no acepta
siquiera, como punto de partida, el equivalente a un acuerdo que es simplemente un compendio de
garantías mínimas para abrir una negociación.
PERSPECTIVAS
Está ocurriendo precisamente lo que CCOO previno en una hoja informativa anterior: Vicente Mediavilla
no sólo sigue la estrategia del “Frente Patronal”, sino que además, según se comenta en el Ministerio de
Justicia, es el cabecilla más destacado. CCOO cuenta con sobrada experiencia en la negociación sobre
estas materias, pues ya presentó, en el anterior y frustrado proyecto que el Ministerio de Justicia ensayó
hace unos años, el conjunto más numeroso y detallado de cuantas alegaciones se presentaron. La
negociación no llegó a término, pero al menos existió. Ahora, inmersos en otro ámbito, nos encontramos
con que, como habíamos anticipado, este maestro de la apariencia, este apóstol del amorfismo organizativo
y funcional, quiere hacer creer que cuenta con las aportaciones de los representantes de los trabajadores,
pero no acepta siquiera partir de los mínimos que el Ministerio de Justicia ha garantizado como punto de
partida para las negociaciones de su ámbito, ámbito ante el que tanto se pavonea nuestro interlocutor
Ante esta situación, en la que el Consejero intenta arrollar los derechos de los trabajadores mientras nos
distrae con “folletos” para ganar tiempo, tal vez haya llegado el momento de plantearse si merece la pena
se cómplices de esta comedia, o si hay que empezar a emplear el único lenguaje que D. Vicente Mediavilla
parece entender. O jugamos todos, o rompemos la baraja