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INDICE

¿Qué hace el Programa DRC?.......................................................................................3


1. Fundamentos del documento....................................................................................4
2. Origen del Programa DRC y fundamentación..............................................................5
3. Marco conceptual, político, teórico..........................................................................10
4. Claves comunicacionales........................................................................................18
5. Relación con otros programas del CNT....................................................................22
6. Acciones desarrolladas por el Programa desde 1997 a la fecha..................................24
7. Destinatarios.........................................................................................................25
8. Articulaciones........................................................................................................26
9. Cierre...................................................................................................................28
Referencias bibliográficas ..........................................................................................29
Anexo.......................................................................................................................30

2
¿Qué hace el Programa DRC?

• El objetivo del Programa es promover el desarrollo de los medios y procesos de


comunicación de las organizaciones populares, su visibilidad social y el impacto
publico local y nacional de sus acciones de lucha contra la pobreza y la
exclusión.

• Desarrolla acciones de promoción de los medios de comunicación de un conjunto de


organizaciones populares urbanas y rurales, con perspectiva comunitaria y educativa, de
desarrollo y poder local.
• Desarrolla cursos y talleres de formación para responsables de comunicación y prensa de
organizaciones de base, medios locales y comunicadores de ONGs, sindicatos, Iglesias y
otros organismos que trabajan en sectores populares.
• Produce materiales educativos populares para organizaciones y redes: cartillas, videos,
micros radiales, boletines, folletos, afiches para difusión institucional, páginas web.

• Los participantes de las acciones de formación se suman progresivamente a una red de


comunicadores y corresponsales que actúan como corresponsales del Boletín Nueva Tierra.

• En 2004, comenzó con el Curso Nacional de Comunicadores Populares, en conjunto con 40


experiencias de comunicación de 14 provincias, que continuará en 2005 promoviendo su
articulación en red. Además trabaja a nivel regional, en particular con las provincias del
NOA.

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1. Fundamentos del documento
Ni verdades reveladas, ni alternativismos redentores pueden ser la base para generar
estrategias de comunicación en una sociedad globalizada y excluyente1.

Luego de 8 años de funcionamiento del Programa DRC, vemos necesario hacer un


recorrido sistemático por los distintos momentos de su historia, tratando de ser precisos
en:

• Sus objetivos principales y fundamentos de su existencia


• Las principales concepciones y matrices teóricas que sostienen nuestra acción
• La cantidad y el tipo de destinatarios con los que hemos trabajado
• Las diferentes modalidades de intervención
• La relación con otras áreas del CNT y con organizaciones pares
• Las líneas de acción a seguir

La multiplicidad de propuestas llevadas adelante obliga a priorizar, en la coyuntura


actual de comienzos de 2005, a distinguir entre las prioritarias y las secundarias.
En esta instancia surge la necesidad de mirar hacia atrás y consolidar el proceso
desarrollado, identificando los actores principales con quienes apostar a una estrategia a
mediano y largo plazo de conformación de un colectivo-red de comunicadores a nivel
nacional con los cuales planificar conjuntamente un proyecto de comunicación.
El antecedente más cercano es el del Curso Nacional de Comunicadores Populares
realizado durante 2004, donde 70 comunicadores/as de 40 experiencias aproximadamente
se reunieron 3 veces en el año poniendo en juego sus experiencias e incorporando los
conocimientos básicos sobre comunicación popular. Junto con este grupo se ha diseñado
la posibilidad de generar una mayor articulación que permita desarrollar iniciativas y
proyectos en forma más sistemática y continua, superando las acciones aisladas y la
eventualidad de los encuentros.
Lo que sigue es el recorrido que creemos necesario para pensar cómo seguir andando.

1
Boletín DRC Nº 2, diciembre de 1997.

4
2. Origen del Programa DRC y fundamentación

Tomamos como punto de partida las orientaciones generales que el Centro Nueva
Tierra tomó a partir del año 19972 donde expresa como objetivos principales “promover
acciones y estrategias que conduzcan a la profundización de la opción por los pobres en la
iglesia argentina y el crecimiento y articulación de las organizaciones comunitarias”.
En el mismo documento, se afirma que se apoya el desarrollo institucional en dos
niveles:

• “la capacitación, reflexión, comunicación y articulación de laicos y


otros agentes (religiosos insertos, etc.) de organizaciones sociales y
pastorales, generando espacios de profundización y sistematización de las
experiencias, teniendo como perspectiva el futuro desarrollo de la iglesia en la
opción por los pobres y las organizaciones sociales/comunitarias”;
• “el FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL DE LAS ORGANIZACIONES
COMUNITARIAS, internamente y en sus relaciones con el Estado, sociedad civil
y otras organizaciones, tendiendo a la constitución de una ciudadanía plena”.

Los dos puntos anteriores marcan algunas características también de las maneras
en que CNT en general ha concebido su acción:
a. El señalamiento de una secuencia de dinámicas e intervenciones que han
seguido vigentes, aunque con diferentes significados y niveles de prioridad a lo largo de
estos años: “capacitación, reflexión, comunicación y articulación”. Cada uno de estos
términos ha recorrido y ha sido atravesado por diferentes miradas y acentos. En
capacitación: educación popular, instalación de capacidades, instrucción, divulgación,
transferencia metodológica, educación participativa, acompañamiento a organizaciones
base... Una secuencia heterogénea y a la vez abierta.
b. Señala la zona intermedia, mixturada pero a la vez abierta también, entre “los
agentes sociales y pastorales”. Con el tiempo, los acentos “pastoral” y “social” y lo que
se encuentra en esa “zona fronteriza" ha ido cambiando. Seria pertinente ver qué hay hoy
en ese “interregno”, y a la vez cómo se ha desarrollado esa frontera hacia ambos lados.
2
Cuadernillo Verde, Centro Nueva Tierra, 1997.

5
Siendo que con el tiempo la idea de “opción por los pobres” dejó de tener el peso
identitario de otrora, la inspiración cristiana y el modo militante de los cristianos
comprometidos en lo social ha sin duda permanecido. La pregunta es ¿cómo, dónde y
para qué?, y ¿qué implica?. Por otro lado, puede arriesgarse que ya no hay actores
pastorales homogéneos, como podrían haber sido las Comunidades Eclesiales de Base –
CEBs-, sino que más bien aparecen hombres y mujeres cristianos comprometidos con lo
social. Por otro lado, del lado del “campo social”, la denominación de “organizaciones
sociales” fueron reemplazando la idea de “organizaciones comunitarias”.
c. La noción y denominación de “agentes” siempre estuvo mas referida al campo
pastoral y nunca fue objeto de tematización en estos años. Ahora parece pertinente, en el
campo de significaciones e intenciones que convoca la cuestión de la ciudadanía, volver a
preguntarse qué significa o puede significar “agentes” sociales: la noción de agencia
relacionada con el concepto de ciudadanía. No casualmente este reencuentro al final del
camino, sucede en un momento donde el término habitual es “actores” sociales.
El fortalecimiento institucional, como los demás términos, ha sido portador de
diversas intenciones y matrices ideológicas. En todo caso, en el mismo hay que leer por lo
menos un conjunto de horizontes y matrices constituidos por:

- la cuestión de las problemáticas y tecnologías/técnicas de gestión, de las que el CNT se


fue distanciando en términos ideológicos, intentando reubicar la cuestión en la
constitución y habilitación de actores democráticos populares, y dejar de lado y criticar e
incluso confrontar con la idea de “eficiencia”, “tercer sector o “sociedad civil”.
- la cuestión del actor popular, los movimientos sociales, y todo un horizonte
“movimientista" que “hace ruido” con el enfoque de “lo institucional” pero que a la vez
reclama mediaciones concretas para fortalecer lo organizativo, cuando se expresa que no
hay “sujetos a priori”. Entonces la cuestión de la institucionalidad y la gestión se
interpreta en el marco de lo político y de las mediaciones organizativas para fortalecer a
los actores-sujetos-agentes.

Por último, se expresa como horizonte:

6
• “el PROTAGONISMO DE LOS POBRES EN LA SOCIEDAD Y EN LA IGLESIA de
manera que se haga efectiva su intervención en el diseño del futuro de su
realidad y la de la sociedad”
• “la comprensión de las NUEVAS FRONTERAS DE LA OPCIÓN POR LOS POBRES
en el contexto de la EXCLUSIÓN”

Estas dos últimas expresiones deben ser interpretadas y retomadas considerándolas


matrices de pensamiento y acción del Centro Nueva Tierra. El significado de ambas se ha
modificado con la acción del Centro y con los cambios de los contextos eclesiales y
sociales donde el CNT desarrolla su labor.
En este sentido, además, hay que considerar que estas expresiones remiten
también:
- a un código “en común” con un conjunto de actores y corrientes de intervención en lo
social, son “moneda de cambio” en cuanto términos para entenderse con un conjunto de
actores más amplios. Cabe entonces tener presente acentos específicos en el abordaje
que Nueva Tierra ha hecho de estas nociones y del conjunto de ideas y prácticas que las
referidas expresiones convocan.
Para hacer un señalamiento somera a modo de orientación:
- Opción por los pobres: fundamentalmente como expresión apunta a reconocerse en las
prácticas pastorales y las opciones sociales de la Iglesia Latinoamericana en sintonía con
las directrices de Medellín y Puebla. Eso por un lado, y por otro, como manera de
mencionar en Argentina la filiación y cercanía con la corriente de “teología de liberación”,
de manera particular con la vinculada a la reflexión del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez
(probablemente de manera más directa y afín que con las de los teólogos brasileños o
centroamericanos de la liberación). La opción por los pobres, en el ámbito de CNT,
siempre ha ido acompañada por una opción “por la democracia”, lo que, además de
contextuarla para el caso argentino, señala un deslinde y no pocas diferencias con las
corrientes más fuertemente antiliberales y comunitaristas de la opción por los pobres.
Una parte de estos debates y tensiones -y no pocos avances y conflictos al
respecto- lo ha constituido a lo largo de estos años la reflexión que se ha ido dando en
torno a los Seminarios de Formación Teológica.

Respecto al protagonismo de los pobres:

7
-Debe interpretarse en el marco de la tensión – complementariedad señalada más
arriba entre opción por los pobres-opción por la democracia, o sea, en el marco de
mediaciones pastorales pero también sociohistóricas. entre una ética de convicciones y
una ética histórico-pragmática concreta.
-La cuestión del protagonismo de los pobres, a su vez, en la reflexión del CNT ha
estado marcada por su tensión con la idea de Pueblo de Dios, de opción por los pobres
(donde lo central es la opción y decisión y no la esencia u origen social, o sea una mirada
política sobre la constitución del sujeto); y la tensión también con la idea de diversidad
constitutiva del mundo de los pobres y su fragmentación en el período actual.
Incorporando reflexiones como la de Jung Mo Sung, tempranamente en 1997,
Nueva Tierra se planteó algunas de las siguientes cuestiones: “¿cómo han de ser
protagonistas de la historia los pobres, si apenas pueden ser protagonistas de sus propias
vidas?” o “Dios no tiene proyecto, tiene criterio”. Este tipo de reflexiones, al mismo tiempo
que persistían las frases relativas al protagonismo histórico, siempre generaron en CNT un
momento de apertura y de tensión con otros actores y posturas.
-Por último, en las coyunturas que giran en torno a la secuencia de la crisis del
2001, Nueva Tierra, junto con otros actores planteó de manera particular la problemática
de la representación como concomitante a la democracia, la recreación de la
representación como un eje que interroga dialécticamente la cuestión del protagonismo.

Cuestiones parecidas pueden plantearse respecto a la relación Estado-Iglesia-


Sociedad, por un lado, y la cuestión del protagonismo “del pobre” (los pobres, los sectores
populares, las organizaciones sociales) en cada instancia. Al respecto CNT ha afirmado
permanentemente la pluralidad de mediaciones y ámbitos estructurales que suponen
interfaces y creaciones colectivas de organización diversas para dar cabida y desarrollo a
este protagonismo.
Respecto al término “exclusión” y sus implicancias, podemos señalar tres
cuestiones:
-El distanciamiento progresivo y marcado de CNT de las posturas alternativistas,
por considerarlas funcionales a la exclusión y a la sociedad dual.
-La idea de exclusión como uno de los términos que señalan a la pobreza como un
problema multidimensional y una realidad compleja, histórica y políticamente, vital y

8
éticamente. Marca la necesidad de “poner en movimiento” el término, analizando la
multiplicidad de los patrones de dominación y la complejidad histórica de la experiencia
del “mundo de los pobres" como una experiencia subjetiva a tener en cuenta, y relacional
a la vez, en términos estructurales pero también desde la perspectiva del actor o los
actores.

9
3. Marco conceptual, político, teórico

Vale la pena cruzar, en algunos párrafos, los objetivos iniciales con parte de las
acciones realizadas, a partir de algunas palabras clave destacadas en estas definiciones
iniciales.

Profundizar la opción por los pobres

Aquella frase de “dar voz a los sin voz”, con tanta presencia a partir de las nuevas
corrientes eclesiales que dieron origen a la teología de la liberación y la opción por los
pobres, ya no alcanza para dar sentido a las acciones junto con los sectores populares.
Esta consigna, que alimentó una buena parte de las estrategias comunicacionales
alternativas en los últimos 30 años, traía consigo la idea de que alguien (los promotores,
animadores, facilitadores, agentes pastorales, etc.) tenían que “dar” la voz al otro, cuando
en realidad el otro (el pobre, el destinatario) cuenta con voz propia y con ideas fuerza
acerca de su realidad, pero sin encontrar los canales públicos para hacerla circular. Esta
vieja idea contenía un matiz paternalista, contrario a una promoción real del protagonismo
de los pobres en el destino de la sociedad y en la Iglesia. Al respecto Jorge Huergo
sostiene:

“(...) Cuando hablamos de la voz nos referimos a un conjunto de significados


multifacéticos por medio de los cuales los grupos de referencia, los sujetos que comparten
un microespacio social (...) hablan y dialogan, leen la experiencia y el mundo, la
“escriben” incluso antes de que nosotros (los portadores de las estrategias) les
“enseñemos” a escribirlas. (...) A través de la voz, una suerte de lenguaje clandestino o
fugitivo, los sujetos interpretan la experiencia, la vida y el mundo, y la hacen posible.”

Quizás la confusión principal radica en que lo que está en juego no es “si el pueblo
habla o no habla” –quien podría negarlo- sino la real capacidad para disputar poder
político-cultural frente al discurso hegemónico.

10
“Desde el punto de vista cultural, hay una voz, existen unas voces más o menos
colectivas, que remiten al complejo cruce entre la memoria popular y el mercado que
modela lo popular. (...) En el texto del diálogo, enseña Mijail Bajtin, la comunidad habla
(haciendo presente la trama de la memoria y del proyecto más o menos colectivo, en la
cual los sujetos estamos inmersos) y, a la vez, la comunidad es hablada”3.

Sostenemos la idea de superar el paternalismo “dador de voz” a quien –se supone-


no la tiene, tanto como su extremo contrario: aquel que, reconociendo la capacidad del
pueblo para hablar, reduce esta posibilidad comunicativa a los márgenes de la sociedad,
sin posibilidad de incidencia en el espacio público.

Crecimiento y articulación de las organizaciones comunitarias

El punto de partida de la estrategia del programa son las personas organizadas, ya


sea alrededor de comunidades de base, de parroquias, de sociedades de fomento,
cooperativas, grupos de mujeres, de jóvenes, de productores, etc. Por lo tanto la
comunicación es vista como un proceso que involucra a un conjunto de actores, que
tienen ciertos objetivos en común y los desarrollan, en general, en un mismo territorio.
Entonces, los objetivos a desarrollar en materia comunicacional están directamente
vinculados con los que previamente se ha definido la organización, y la tarea de los
comunicadores implica una interpretación de los mismos y una serie de propuestas para
afianzarlos, fortalecerlos y ampliarlos.
Hay por lo menos dos grandes grupos de objetivos y tareas en las organizaciones:
las internas y las externas. En ambas tiene injerencia la cuestión comunicacional en la que
transitamos junto con los grupos.
La primera, relacionada con la distribución de roles y tareas, con la manera en que
se transmiten las acciones y objetivos del grupo a través de distintos soportes (carteleras,
escritos internos, reuniones, conversaciones menos formales), apuntando a un orden y
una dinámica fluida de circulación de la información y la comunicación. Son fundamentales

3
Siguiendo éste recorrido se puede afirmar, cómo lo señala Bourdieu, que el lenguaje genera
realidad, genera materialidad e indica una determinada posición dentro de la estructura social. En otras
palabras, trabajar sobre cómo una comunidad es leída o hablada, permite problematizar el por qué de “los
silencios” o de “las voces no escuchadas”.

11
en este campo las dinámicas grupales, que permiten objetivar situaciones y roles para un
mejoramiento en los vínculos entre los distintos actores que componen la organización.
Una segunda área de interés concierne al “afuera”, o mas bien, al vínculo que la
organización sostiene con su entorno inmediato. Dentro de este amplio espectro se puede
mencionar a su relación con el ámbito local, a la imagen que la organización transmite
hacia su comunidad de pertenencia –y a los medios y espacios comunicacionales
necesarios para ello-, como así también a la construcción de lazos sociales con otras
organizaciones, que permiten afianzar y sostener iniciativas de mayor alcance e incidencia.
Aquí la comunicación funciona como sostén de un conjunto posible de nudos que forman
un tejido social, cultural y político que se constituye en la base de un proyecto de
transformación de la sociedad, acorde con la concepción de comunicación que sostenemos
desde una mirada ciudadana, popular y comunitaria.

“En nuestro país el tejido social que la dictadura prácticamente había hecho
desaparecer se ha ido reconstruyendo. Esto se refleja en la creación de múltiples
organizaciones, movimientos sociales, grupos barriales, comunidades eclesiales,
movimientos de jóvenes, de mujeres, etc. Al mismo tiempo, el ajuste económico y la
reforma del Estado, ponen a estas organizaciones en una nueva frontera entre el Estado y
la sociedad civil, constituyéndolas en factores importantes no sólo del fortalecimiento de la
democracia, sino de la subsistencia física y cultural de amplios sectores de la población.

El creciente proceso de la movilización de la sociedad civil, fue acompañado por el


arraigamiento, en este sector, en sus prácticas y proyectos, de una mirada fuertemente
sesgada respecto al rol del Estado y su relevancia para el fortalecimiento de la
democracia. La tendencia preponderante es la negación del Estado -y lo relacionado con
"lo estatal"- como espacio de construcción posible.

"La idea del Estado, del posible vínculo que se puede tener con él, de su rol y
función en la sociedad, que manejan las organizaciones sociales (y la mayoría de la
población), es una de las victorias ideológicas más fuertes, persistentes, extendidas,
perniciosas y eficaces de la dictadura militar y de los sectores llamados "neoliberales" (...)
Pensar, proponer, controlar un Estado democrático es una de las tareas más profundas y

12
uno de los insumos fundamentales que necesitamos para desarrollar procesos
democratizadores."4

Sumado a esto, se construyó un discurso sobre la “participación” que se volvió un


eufemismo para la des-institucionalización y transferencia de responsabilidades estatales a
la “sociedad civil” o “tercer sector” (termino que referencia a un tercer ámbito, diferente
del Estado y del mercado). Así mismo, en los años ’90 asistimos en Argentina (y en toda
América Latina) a un proceso de “homogeneización” de la sociedad civil:

“(...) en el doble sentido de entender a ´las organizaciones de la sociedad civil´ casi


exclusivamente como la ONG’s y, por otra parte, impulsar a convertirse en ONGs a diversas
organizaciones sociales. En este proceso juegan un papel decisivo las agencias financiadoras y
especialmente los bancos multilaterales de desarrollo (BID y Banco Mundial), que proponen la
denominación sociedad civil y la idea de ´fortalecimiento de la sociedad civil´ a las ONG’s, con
las que comienzan a relacionarse en ese momento, como un modo de incorporar elementos
de participación social a sus programas. Participación que, como se irá viendo, suele ser más
bien limitada y “ritual”.5

En Argentina, el reacomodamiento del escenario político y económico resultado de


la crisis de múltiples contenidos (económica, social, institucional) que atravesó el país en
los últimos años -que tuvo su punto de inflexión en el año 2001- significó también una
nueva reconfiguración de la relación Estado-sociedad, en la que las organizaciones
sociales tuvieron protagonismo por medio de procesos de movilización y manifestación
popular. Actualmente, el escenario planteado posee una mayor complejidad y un
dinamismo tal que desafía a las organizaciones del movimiento social a desarrollar nuevos
mapas y nociones para reconocerla, dimensionarla y actuar en ella a partir de una crítica a
viejas concepciones funcionales al modelo neoliberal.

Así aparece la necesidad –registrada en múltiples encuentros, diagnósticos y


reflexiones- de intensificar la comunicación entre los grupos y organizaciones. Y, además,
4
Nestor Borri: "Construir mapas y reconstruir la mirada para nuevos recorridos". En "Democratizar prácticas
y proyectos. Desafíos para las organizaciones sociales", Centro Nueva Tierra, Bs. As., 2005.
5
Gabriel Kaplún, “Proyectos, deseos y otros cuentos sobre comunicación y desarrollo”. En “Comunicación,
ruralidad y desarrollo: mitos, paradigmas y dispositivos del cambio”. G. Cimadevilla (ed), INTA, Buenos Aires
2004.

13
el desafío de aumentar el impacto público y la presencia social de estos actores sociales a
través de uno de los ámbitos donde nuestra sociedad se reconoce como tal: la
comunicación masiva”6.

En la actualidad, además, cobra especial importancia la emergencia de nuevos


espacios para las organizaciones en algunos medios públicos de propiedad estatal, donde
existen políticas de comunicación que acompañan las luchas históricas del campo de la
comunicación alternativa. Ejemplo de este proceso es la conformación de la Coalición por
una Comunicación Democrática, un espacio amplio y plural donde confluyen las radios
comunitarias, directivos de agencias y medios de comunicación del Estado Nacional,
Universidades, gremios, y movimientos sociales. Su principal objetivo es la promulgación
de una Ley de Radiodifusión que contemple los intereses de todos los sectores sociales.
Por otro lado, es central contemplar dentro de las propuestas de formación
herramientas de

a) Análisis crítico de la comunicación masiva


b) Incidencia de las organizaciones en la agenda de los medios.

En el primer caso, nos referimos a la también denominada “lectura crítica”, o


“educación en medios” de amplia difusión en América Latina, que consideramos central en
la formación de un comunicador popular (e incluso en militantes sociales en general,
teniendo en cuenta la creciente presencia de los medios en la sociedad).
En el segundo, hemos promovido el debate y la reflexión en espacios de
comunicación sobre la necesidad de pensar estrategias de “estar” en los medios.
Complementando las herramientas concretas –la gacetilla de prensa, por ejemplo- como
así también la reflexión acerca del “cómo” y “para qué” estar allí, teniendo presente los
riesgos que esta cuestión implica (distorsión de la información, manipulación).

Iglesia y comunicación

La pertenencia del Centro Nueva Tierra al espacio de la Iglesia Católica


comprometido con los sectores populares demandó la enunciación de algunos supuestos

6
Boletín DRC Nº1, 1997.

14
básicos para encarar el trabajo del Programa DRC. Desde un primer momento la intención
fue:

“Buscar un modelo de comunicación desde una motivación cristiana que asuma el


compromiso con la vida desde un sentido plural, que reconozca las verdades y los valores
de todos los sectores de la sociedad (recordando siempre que los cristianos no somos
portadores de una verdad que podamos imponer a nadie). Por otro, asumiendo que el
mundo de los medios y la cultura que por ellos circula es parte de la vida de la sociedad, y
no un Satán que la infecta desde afuera. Y que por lo tanto exige serias estrategias de
trabajo, con profesionalidad y seriedad técnica y política, si es que se quiere intervenir de
manera efectiva en su desarrollo”7.

Siguiendo esta línea de argumentación –que cuestiona seriamente la mayoría de las


experiencias educativas y comunicacionales surgidas en el marco de la Iglesia- se habla de
un doble malentendido. Por un lado, el de “confundir comunicación con anuncio (...)
Cierto proselitismo (católico o evangélico), cierto afán de ‘convertir’ o adoctrinar (con la
correspondiente dosis de ‘moral’, claro, siempre que aparece la oportunidad), transforma
las posibilidades de acción que la cercanía con la gente le da, en una triste estrategia de
‘clientelismo’ religioso.”8

Al respecto, además de orientarse de acuerdo a lo expresado más arriba respecto a


la opción por los pobres y su articulación con una opción democrática, en este punto
debemos decir que en la experiencia del Centro Nueva Tierra, la cuestión de la
comunicación precede y está subordinada a una intervención ideológica y política, antes
que encuadrarse en uno u otro enfoque de la comunicación tal cual fue pensada por
instituciones y organismos religiosos como UCIP, las Oficinas Conjuntas que trabajaron el
tema de la comunicación, las propuestas de la llamada “comunicación grupal liberadora”.
La incorporación del CNT a WACC, la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana,
marca también un rumbo, al tratarse de la asociación ecuménica de comunicadores.
En todo caso, queda pendiente “revisitar”, aunque quizás tardíamente, las
formulaciones que estos diferentes organismos internacionales han elaborado como

7
Boletín DRC Nº 2, diciembre de 1997.
8
Idem.

15
principios. Contrastar las formulaciones de principio con los criterios orientadores de la
acción y la experiencia acumulada: “llegar a los principios”, en vez que partir de ellos.

Construcción de ciudadanía

Entendemos al término ciudadanía como la posibilidad real y concreta de acceder a


derechos fundamentales para todos los seres humanos que componen una sociedad.
Derechos que están tipificados en la Constitución Nacional y que necesitan de la
movilización popular para ser respetados.
No es un enfoque “legalista” de la cuestión social sino uno que promueve la
participación de los individuos como sujetos activos en la lucha por la conquista de sus
derechos, y por las reformas necesarias para incluir aquellas demandas que no se
encuentran incluidos en el marco de la sociedad democrática. En este sentido apostamos a
la ampliación del campo de la democracia, tendiendo a una mirada crítica sobre la misma
que al mismo tiempo la coloca como herramienta indispensable en la construcción de una
sociedad igualitaria.
La necesidad de organización de la sociedad, de la promoción del diálogo entre
autoridades y ciudadanos, de articulación de organizaciones para definir políticas públicas,
necesitan de herramientas de comunicación que hagan visibles las demandas ciudadanas
y que generen la adhesión necesaria de distintos sectores para hacerlas efectivas. La
ciudadanía invita a “ser parte” a quienes históricamente han sido negados en su
posibilidad de decir, de proponer y de construir, en un proceso de fortalecimiento de la
autoestima y de posicionamiento político frente al Estado y al sector privado.

“La ciudadanía es un concepto que nos permite subrayar que somos iguales. La
noción de igualdad es sustancial a la de ciudadanía, todos somos ciudadanos ante la ley,
todos tenemos derechos humanos, todos tenemos responsabilidades. (...) Se trata de
recuperar la idea de derecho y de obligación desde otra forma de verlos: somos titulares
de derechos y obligaciones en la medida que existe pertenencia, en que somos parte –
aunque seamos parte en conflicto y en competencia- y por lo tanto nos liga una
responsabilidad frente a la sociedad”9

9
Intervención de Rosa María Alfaro en el I Seminario Comunicación Ciudadanía Espacio Local, Buenos Aires,
julio de 1998.

16
La idea de ciudadanía, por otro lado, según Alfaro se liga centralmente a la de
movimiento social. La comunicadora peruana sostiene que es indispensable este vínculo:
“la idea de movimiento ciudadano es rica porque se produce una especie de negociación
entre el yo y el nosotros, entre el objeto particular de lucha y el objetivo colectivo de
lucha, con intereses que se juntan”, sostiene10.
Desde esta perspectiva, enmarcar las acciones de comunicación desde una mirada
ciudadana, no es otra cosa que profundizar en el sentido educativo de la misma. Para esto
Rosa María Alfaro11 destaca que éste sentido tiene que ver “con que los medios le
permitan a los sujetos una conciencia de sí mismos, que ayuden a reconocer el propio
valor ciudadano”. En este sentido la importancia se centra en considerar a ese sujeto no
sólo en su desigualdad, sino en su posibilidad de crecimiento, y en reconocerlo como
sujeto público, hacedor y partícipe activo de la democracia.
Para ejemplificar, es interesante ver cómo se trabaja el tema de los derechos: ¿Qué
es un derecho? ¿Cuál no lo es? ¿Para quién/ o quiénes? La mera enunciación no hace a un
sujeto portador de un derecho determinado. Podemos tomar como ejemplo los problemas
que acarrea ser migrante y no tener documentación. El derecho a la salud y a la
educación es de acceso universal independiente de esta situación.
Sin embargo, tal como cuenta Diana Maffía12, la mayoría de las veces “pasaba que a
migrantes sin documentación les decían en la escuela que su hijo no podía estudiar. Y no
peleaban por ese derecho. Sentían que su condición de migrantes los ponía en esa
situación de inferioridad”. Entonces, educar en derechos humanos, no solo implica el
conocimiento de éstos, sino también la comprensión y la participación activa. Esto se
vincula con lo que Alfaro plantea acerca de la importancia de plantear “lo educativo como
retorno”. Tiene que ver con generar las posibilidades de producción concreta de discursos,
de medios, de programas, de contestaciones, de reflexiones. Tarea en la que “el
reconocimiento de los sujetos con sus problemas y sus necesidades de avance”, llevan al
ejercicio y construcción de ciudadanía.

10
Idem.
11
Idem, pág. 48.
12
Defensora Adjunta del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires en el área de Derechos Humanos entre los
años 1998 y 2003.

17
4. Claves comunicacionales

El mundo social y humano no existiría como tal si


no fuese un mundo de comunicaciones, fuera de
lo cual sería imposible el conocimiento humano.13

El marco conceptual del Programa DRC se comenzó a definir a partir de algunas


intuiciones iniciales –ya mencionadas y desarrolladas en el anterior punto- y fue
consolidando sus principales fundamentos en relación directa con la práctica. En este ida y
vuelta entre práctica y teoría –en el que permanentemente reflexionamos y actuamos a la
vez- es que seguimos transitando.
La presencia de una matriz comunicacional con fuerte énfasis en el diálogo y la
participación es el rasgo central. No pretendemos abundar en algunas cuestiones ya
explicitadas que pueden consultarse en los respectivos materiales editados por el
Programa14, aunque sí quisiéramos destacar:

a) El énfasis por precisar y profundizar la noción de ciudadanía, en tanto campo de


acción por la conquista de derechos, de defensa de las reivindicaciones de los
movimientos sociales, de horizonte democrático y de diálogo permanente como
camino de construcción.
b) La importancia de vincular comunidad y ciudadanía, en tanto la primera hace
referencia a la construcción y sostén de identidades colectivas, de coordinación
territorial de los grupos y organizaciones de base, pero sin cerrar allí la propuesta
sino ampliándola hacia toda la sociedad, sin pretender crear “corralitos” de
participación que no dialogan con otros actores sino que intentan incidir en las
políticas públicas (de comunicación y también más amplias).
c) La recuperación crítica de la tradición latinoamericana de la educación y la
comunicación popular, surgida a partir de la influencia de Paulo Freire, de las radios
y otros medios populares, de la comunicación alternativa, sintiéndose en gran
13
FREIRE, PAULO (1998) ¿Extensión o Comunicación? LA concientización en el medio rural. Siglo Veintiuno
Editores, 21ª edición, cap. 3.
14
En particular, el Cuaderno ¿Comunicación? Editado en 2002, Barrio Galaxia, de 2000, y las cartillas del
Curso Nacional de Comunicadores Populares en 2004.

18
medida heredera pero también con la responsabilidad de innovar en sus planteos
de fondo, en sus metodologías y en los proyectos políticos que la sustentan.
d) La necesidad de vincular comunicación barrial, comunitaria, popular y
ciudadana como dimensiones necesarias de una visión de la comunicación ligada
a lo político y a la vida cotidiana de las personas y organizaciones a la vez, en tanto
espacios donde circula y se construye poder.
e) La emergencia de la comunicación pública (canales, radios, prensa estatal en
general) como espacio de interlocución y de producción e intervención concreta, a
partir del escenario planteado en la actualidad. Aquí también se incluye la
construcción de espacios de diálogo y presión en relación a una nueva Ley de
Radiodifusión.

Como complemento de esta síntesis queremos destacar los planteos de algunos


teóricos argentinos que nos permiten un mayor respaldo conceptual.
María Cristina Mata ofrece una mirada que nos permite aclarar el panorama, a partir de
la relación entre los sujetos sociales y los sistemas de comunicación –vinculados con los
circuitos económicos, sociales, culturales y políticos-:

“Si volvemos la mirada a la estructura comunicativa de nuestras sociedades,


a esa trama de discursos que diferentes sectores pueden articular públicamente,
advertimos la no actualización de una serie de hablas, que remite necesariamente a la
exclusión de unos hablantes. Mientras unos sectores pueden desplegar sus discursos ante
el conjunto de la sociedad en distintos espacios y oportunidades, hecho que los
cohesiona, los legitima y consecuentemente contribuye a conferirles poder; otros sectores
carecen de esa posibilidad. Y lo que es más grave aún, impedidos históricamente de
participar en la producción del discurso público, no llegan siquiera a reivindicar su legítimo
derecho a hacerlo, no alcanzan a reconocer su capacidad de hacerlo, internalizando de tal
suerte su exclusión y naturalizándola, dificultando su intelección como parte de la
exclusión económica, social y cultural que padecen”15.

El mencionado escenario de exclusión comunicativa –recordemos aquella definición


inicial de “sociedad globalizada y excluyente” que aparecía en las definiciones iniciales del
15
Mata, María Cristina: Comunicación popular: de la exclusión a la presencia. Mimeo, Córdoba, 1988.

19
DRC- es en el que pretende intervenir este Programa. En el inicio de prácticas
comunicativas que permitan una mayor presencia de las organizaciones sociales en el
espacio público, en la consolidación de estrategias de articulación que promuevan una
mayor incidencia política, siempre centrados en la posibilidad de construir una mirada y
una acción comunicacional en ese contexto.
Este escenario de exclusión ofrece una doble posibilidad: la necesidad de
democratizar el espacio comunicacional –apropiándose de las herramientas necesarias
para comunicar y generando presión para participar de sus distintos circuitos- y a la vez
planteándose estrategias que van más allá de los bordes de este campo hasta llegar a la
sociedad toda. Porque según la mirada de la comunicación popular, la exclusión
comunicativa es parte de un proceso más amplio, enmarcado por modelos de sociedad
que también limitan las posibilidades de acceder a derechos económicos, sociales, políticos
y culturales entre los que se encuentra el derecho a la información y la comunicación. La
lucha es entonces más amplia y demanda la articulación con otro tipo de actores. Mata
sostiene que “tal como sucediera en diversos países latinoamericanos en décadas
anteriores, las prácticas populares de comunicación aparecen menos ligadas a la búsqueda
explícita de una democracia comunicativa o a la democratización de las comunicaciones
que, como se advierte, a los esfuerzos por democratizar el conjunto de relaciones sociales,
y en particular, a una búsqueda de nuevos modos de entender la construcción del poder y
la transformación social.”16
La definición de comunicación popular es –según nuestra perspectiva- la que más
se ajusta a la posibilidad de articular lo comunicacional a lo político, entendiendo junto con
Jorge Huergo que “lo ‘popular’ fundamentalmente significa luchar contra las formas
injustas de vida. (...) Se define en virtud de los antagonismos sociales a los cuales se
adscribe; por lo que posee una politicidad indudable. Esto nos permite sostener que la
comunicación popular es el campo comunicacional del trabajo político que busca el
protagonismo popular, habida cuenta de determinados antagonismos sociales”17.
Es en este contexto donde resulta vital incorporar a la reflexión el cruce entre
comunicación y conflicto social, ya que, entendiendo este último como una “tensión
que moviliza”, como lugar donde se enfrentan distintos tipos de intereses –en definitiva,

16
Idem
17
Huergo, Jorge: COMUNICACIÓN POPULAR Y COMUNITARIA: DESAFÍOS POLÍTICO-CULTURALES.
Publicado en Revista Nodos Comunicación, Universidad Nacional de La Plata. Nº 4, noviembre 2004.
www.revistanodos.com.ar

20
cuestiones que permiten definir “de qué lado se está”- los discursos de los diferentes
actores se vuelven imprescindibles de dilucidar. Es decir, que el trabajo de análisis de
cómo son abordados los conflictos sociales en los medios de comunicación –chicos y
grandes-, cómo los distintos actores se posicionan frente a ellos, implica hablar también
del poder, y de la distribución desigual de éste en la sociedad. Poder señalar cuáles son
los conflictos centrales en una sociedad, poder instalarlos como tales –tarea no sencilla, ya
que en general la lucha por instalar temas en agenda la ganan los medios empresariales-
es uno de los desafíos centrales en una comunicación que se pretenda transformadora.18

18
Recomendamos, para completar este punto, la lectura del artículo “Entre el silencio, las voces y el grito”,
de Diego Jaimes, publicado en la Revista Nueva Tierra Nº 56, de noviembre de 2004.

21
5. Relación con otros programas del CNT

El Programa DRC surge entonces como área específica para dar sentido al
intercambio y la formación de los grupos cristianos y organizaciones populares en el
fortalecimiento de sus herramientas sociales y políticas, y en el enriquecimiento de su
capacidad de reflexión y análisis, como así también en la ampliación de sus horizontes de
acción, complementando la tarea comunicacional con la del análisis de la realidad y de las
distintas formas de intervención en contextos de pobreza y exclusión (educativas,
asistenciales, formativas, territoriales, etc.)
Las acciones del Programa se complementan con las del resto de las áreas de interés
estratégico por parte del Centro. En el momento que surge el DRC, su trabajo se
complementa con el de:

• Educación y Pobreza (que abarca las problemáticas educativas de la escuela en


contextos de pobreza, todo lo relativo a la educación popular, el trabajo con
jóvenes y mujeres)
• Organizaciones comunitarias y Ciudadanía (abocada al fortalecimiento
institucional de las organizaciones de base, al desarrollo local, a la educación
ciudadana, y a la formación de dirigentes)19
• Publicaciones (que produce el Boletín Nueva Tierra, la Revista, la Página WEB y el
resto de los materiales de formación). En este último caso el vínculo es directo, ya
que en general sus promotores también colaboran en el DRC.

Hoy en día existen otro tipo de iniciativas muy importantes en el trabajo del Centro, en
las cuales se han realizado acciones de comunicación:

• Escuelas de Ciudadanía: donde además de colaborar en el proceso de


formación de formadores hemos realizado un taller presencial específico sobre el
tema comunicación;

19
No mencionamos aquí a las áreas que han dejado de existir como tales o se han redefinido (Formación
Teológico-Pastoral, Parroquias y Pobreza, Redes Sociales e institucionales), no por restarles importancia sino
porque no han tenido un vínculo directo con el Programa DRC.

22
• Espacio NOA: donde hemos desarrollado dos talleres de capacitación, una
página web y un boletín gráfico, en el marco de la construcción de una
“plataforma de comunicación” para las organizaciones y comunidades del NOA.
• Espacio Freire: en este espacio, en principio más vinculado al trabajo
específico del área de Educación del CNT, hemos coordinado los ámbitos de
trabajo vinculados con las problemáticas de la comunicación, el arte y la
cultura.20

20
Podemos agregar los talleres realizados durante los Seminarios de Formación Teológica.

23
6. Acciones desarrolladas desde 1997 a la fecha

“Queremos pensar y reflexionar sobre las problemáticas


y los desafíos de la comunicación a nivel
local/comunitario y a la vez sobre el rol estratégico de la
comunicación en los procesos organizativos.”21

El tipo de iniciativas es amplia y se ha desarrollado en diferentes modalidades, tales como:

• Talleres de capacitación en terreno con miembros de organizaciones;


• acompañamiento de experiencias a nivel local;
• seminarios de formación con expositores invitados;
• materiales de formación para grupos y organizaciones;
• encuentros de intercambio y reflexión;
• boletines del Programa;
• talleres en los SFT;
• talleres con terceros (organizaciones pares);
• asesoramiento y producción de materiales de comunicación para redes sociales;
• cursos a distancia;
• talleres a nivel regional (NOA);
• talleres relacionados con otros proyectos del CNT (Espacio Freire, Escuelas de
Ciudadanía).

En el anexo se encuentra un cuadro / línea de tiempo que detalla cronológicamente


este proceso, en el cual han participado, a lo largo del mismo, aproximadamente 1600
comunicadores y comunicadoras. (Ver anexo)

21
Boletín del Programa DRC Nº1, 1997.

24
7. Destinatarios

Hoy los sectores populares no son la clase obrera ni


solamente los excluidos. Hay múltiples fisuras,
múltiples antagonismos que uno puede ir siguiendo y
trabajando: ése es un trabajo político22.

Una de las definiciones más claras de los destinatarios del Programa es la que
habla de miembros de grupos y organizaciones intermedias que estén desarrollando o
intenten desarrollar tareas relacionadas con la comunicación local23. Esto comprende::

“-Responsables y colaboradores de boletines locales (parroquiales, barriales, zonales,


juveniles, etc.)
-Responsables de comunicación/prensa de organizaciones comunitarias o intermedias o de
redes de organizaciones
-Responsables o colaboradores de emisoras de radio de alcance local (comunitarias,
populares, etc.) que estén interesados en fortalecer la participación en sus medios de
organizaciones sociales
-Miembros de grupos y organizaciones territoriales o sectoriales que estén interesados en
ampliar su capacidad de comunicación e impacto social (parroquias, grupos barriales,
ONGs, cooperativas, etc.) a través del diseño de campañas, etc.”

22
Entrevista con Jorge Huergo publicada en el Boletín DRC del CNT, septiembre de 2003.
23
Boletín DRC Nº1, 1997.

25
8. Articulaciones

El trabajo en comunicación popular y comunitaria nos ha llevado a compartir


experiencias de formación, reflexión y producción con diversas organizaciones sociales que
se dedican fuertemente a esta temática.
En este campo podemos mencionar al Instituto de Cultura Popular (INCUPO),
institución de larga trayectoria en educación popular, comunicación, y trabajo con
población rural, básicamente, con quienes hemos realizado eventos de capacitación –el
Seminario Comunicación, Poder y Ciudadanía24, en 2001-, y la producción “Desde el Pie
Hacemos Democracia” –compartida con FARCO25, Celadec26 y la ARC27 de Paraná-, un
paquete compuesto de cartilla, afiche, calcomanías y 2 cds con microprogramas radiales
referentes a cuestiones de economía social, cultura y comunicación, organización barrial,
políticas sociales, etc., en 2001.
Con las radios de FARCO intercambiamos información en forma asidua, ellos a
través de nuestros distintos boletines y nosotros a través de encuentros y talleres en los
que participamos. Esta alianza es central, ya que tienen gran cercanía con las
comunidades locales de referencia, y además se encuentran transmitiendo programas
informativos vía satélite enlazados a nivel nacional y latinoamericano.28
Otras organizaciones con las que compartimos iniciativas son el Centro de Estudios
Legales y Sociales (CELS) y la Central de Trabajadores Argentinos. El CELS es un
organismo de derechos humanos implicado en la memoria histórica del país y la defensa
de derechos económicos, sociales y culturales de sectores marginados de la sociedad.
Declaraciones públicas y debates en torno a cuestiones como la seguridad y los derechos
humanos han sido impulsados conjuntamente. Con la CTA se han realizado diversas
acciones comunicacionales como campañas del tipo del Seguro de Empleo y Formación, el
Grito de los Excluidos, además de la difusión de distintos documentos de coyuntura y de
política nacional.

24
En el marco de la Red Amuyen, espacio de organizaciones sociales de Argentina.
25
Foro Argentino de Radios Comunitarias.
26
Comisión Evangélica Latinoamericana de Educación Cristiana.
27
Agencia Radiofónica de Comunicación, dependiente de la Facultad de Ciencias de la Educación de la
Universidad Nacional de Entre Ríos.
28
El presidente de FARCO, Néstor Busso, es socio fundador de Nueva Tierra. Actualmente también es
vicepresidente de ALER (Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica).

26
Creemos central la articulación de este tipo de esfuerzos, entre los que agregamos
la ya mencionada Coalición por una Radiodifusión Democrática, espacio dedicado a la
generación de políticas de comunicación que favorezcan a los sectores hoy excluidos del
mapa comunicacional.

27
9. Cierre

Nuestra apuesta por la comunicación comunitaria, popular y alternativa es, entonces, una
estrategia por:

• El reconocimiento conjunto con los integrantes de las organizaciones y grupos de


las lógicas de construcción de la información de los medios masivos de
comunicación, fomentando la lectura crítica de los mismos y promoviendo la
producción propia;
• Lograr la efectiva apropiación por parte de los sectores populares de las
herramientas comunicacionales, tanto expresivas como tecnológicas, que les
permitan ampliar su campo de intervención desde lo local a lo regional y nacional,
desde lo comunitario a lo masivo, generando sus propias herramientas de
comunicación;
• Sostener y dar a conocer las redes de información y comunicación existentes
(radios comunitarias a través de satélite, agencias de información electrónica,
observatorios sociales, etc.) y aprovechar estos recursos acercándolos al trabajo
cotidiano de las organizaciones y grupos sociales;
• Conocer a fondo la legislación existente y apoyar las políticas que tienden a una
mayor democratización de las mismas, elaborando a su vez materiales de difusión
acordes a los códigos de los sectores populares, en soporte radial, gráfico, artístico;
• Buscar e identificar los denominadores comunes entre aquellos que buscan una
sociedad más justa y solidaria, apostando a la síntesis de lo común a partir del
reconocimiento de las diferencias y la heterogeneidad en las luchas de los
movimientos sociales.

28
Referencias bibliográficas

-ALFARO, Rosa María Alfaro: I Seminario Comunicación Ciudadanía Espacio Local, Buenos Aires,
julio de 1998.
-BORRI, Néstor: "Construir mapas y reconstruir la mirada para nuevos recorridos". En
Democratizar prácticas y proyectos. Desafíos para las organizaciones sociales, Centro Nueva
Tierra, Bs. As., 2005.
-FREIRE, PAULO (1998) ¿Extensión o Comunicación? LA concientización en el medio rural. Siglo
Veintiuno Editores, 21ª edición, cap. 3.
-HUERGO, Jorge: “Comunicación popular y comunitaria: desafíos político-culturales”. Revista
Nodos de Comunicación, Universidad Nacional de La Plata. Nº 4, noviembre 2004.
www.revistanodos.com.ar
-JAIMES, Diego: “Entre el silencio, las voces y el grito”, publicado en la Revista Nueva Tierra Nº
56, noviembre de 2004.
-KAPLUN, Gabriel, “Proyectos, deseos y otros cuentos sobre comunicación y desarrollo”. En
Comunicación, ruralidad y desarrollo: mitos, paradigmas y dispositivos del cambio. G. Cimadevilla
(ed), INTA, Buenos Aires 2004.
-MATA, María Cristina: Comunicación popular: de la exclusión a la presencia. Mimeo, Córdoba,
1988.

Boletines y documentos internos


-Boletín DRC Nº1, 1997.
-Boletín DRC Nº 2, diciembre de 1997.
-Cuadernillo Verde, Centro Nueva Tierra, 1997.
-Manual de Comunicación Comunitaria Barrio Galaxia, 2000.
-Cuaderno ¿Comunicación? Editado en 2002.
- Boletín DRC Nº6, septiembre de 2003.
-Cartillas del Curso Nacional de Comunicadores Populares en 2004.

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