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¿Qué hace el Programa DRC?
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1. Fundamentos del documento
Ni verdades reveladas, ni alternativismos redentores pueden ser la base para generar
estrategias de comunicación en una sociedad globalizada y excluyente1.
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Boletín DRC Nº 2, diciembre de 1997.
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2. Origen del Programa DRC y fundamentación
Tomamos como punto de partida las orientaciones generales que el Centro Nueva
Tierra tomó a partir del año 19972 donde expresa como objetivos principales “promover
acciones y estrategias que conduzcan a la profundización de la opción por los pobres en la
iglesia argentina y el crecimiento y articulación de las organizaciones comunitarias”.
En el mismo documento, se afirma que se apoya el desarrollo institucional en dos
niveles:
Los dos puntos anteriores marcan algunas características también de las maneras
en que CNT en general ha concebido su acción:
a. El señalamiento de una secuencia de dinámicas e intervenciones que han
seguido vigentes, aunque con diferentes significados y niveles de prioridad a lo largo de
estos años: “capacitación, reflexión, comunicación y articulación”. Cada uno de estos
términos ha recorrido y ha sido atravesado por diferentes miradas y acentos. En
capacitación: educación popular, instalación de capacidades, instrucción, divulgación,
transferencia metodológica, educación participativa, acompañamiento a organizaciones
base... Una secuencia heterogénea y a la vez abierta.
b. Señala la zona intermedia, mixturada pero a la vez abierta también, entre “los
agentes sociales y pastorales”. Con el tiempo, los acentos “pastoral” y “social” y lo que
se encuentra en esa “zona fronteriza" ha ido cambiando. Seria pertinente ver qué hay hoy
en ese “interregno”, y a la vez cómo se ha desarrollado esa frontera hacia ambos lados.
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Cuadernillo Verde, Centro Nueva Tierra, 1997.
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Siendo que con el tiempo la idea de “opción por los pobres” dejó de tener el peso
identitario de otrora, la inspiración cristiana y el modo militante de los cristianos
comprometidos en lo social ha sin duda permanecido. La pregunta es ¿cómo, dónde y
para qué?, y ¿qué implica?. Por otro lado, puede arriesgarse que ya no hay actores
pastorales homogéneos, como podrían haber sido las Comunidades Eclesiales de Base –
CEBs-, sino que más bien aparecen hombres y mujeres cristianos comprometidos con lo
social. Por otro lado, del lado del “campo social”, la denominación de “organizaciones
sociales” fueron reemplazando la idea de “organizaciones comunitarias”.
c. La noción y denominación de “agentes” siempre estuvo mas referida al campo
pastoral y nunca fue objeto de tematización en estos años. Ahora parece pertinente, en el
campo de significaciones e intenciones que convoca la cuestión de la ciudadanía, volver a
preguntarse qué significa o puede significar “agentes” sociales: la noción de agencia
relacionada con el concepto de ciudadanía. No casualmente este reencuentro al final del
camino, sucede en un momento donde el término habitual es “actores” sociales.
El fortalecimiento institucional, como los demás términos, ha sido portador de
diversas intenciones y matrices ideológicas. En todo caso, en el mismo hay que leer por lo
menos un conjunto de horizontes y matrices constituidos por:
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• “el PROTAGONISMO DE LOS POBRES EN LA SOCIEDAD Y EN LA IGLESIA de
manera que se haga efectiva su intervención en el diseño del futuro de su
realidad y la de la sociedad”
• “la comprensión de las NUEVAS FRONTERAS DE LA OPCIÓN POR LOS POBRES
en el contexto de la EXCLUSIÓN”
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-Debe interpretarse en el marco de la tensión – complementariedad señalada más
arriba entre opción por los pobres-opción por la democracia, o sea, en el marco de
mediaciones pastorales pero también sociohistóricas. entre una ética de convicciones y
una ética histórico-pragmática concreta.
-La cuestión del protagonismo de los pobres, a su vez, en la reflexión del CNT ha
estado marcada por su tensión con la idea de Pueblo de Dios, de opción por los pobres
(donde lo central es la opción y decisión y no la esencia u origen social, o sea una mirada
política sobre la constitución del sujeto); y la tensión también con la idea de diversidad
constitutiva del mundo de los pobres y su fragmentación en el período actual.
Incorporando reflexiones como la de Jung Mo Sung, tempranamente en 1997,
Nueva Tierra se planteó algunas de las siguientes cuestiones: “¿cómo han de ser
protagonistas de la historia los pobres, si apenas pueden ser protagonistas de sus propias
vidas?” o “Dios no tiene proyecto, tiene criterio”. Este tipo de reflexiones, al mismo tiempo
que persistían las frases relativas al protagonismo histórico, siempre generaron en CNT un
momento de apertura y de tensión con otros actores y posturas.
-Por último, en las coyunturas que giran en torno a la secuencia de la crisis del
2001, Nueva Tierra, junto con otros actores planteó de manera particular la problemática
de la representación como concomitante a la democracia, la recreación de la
representación como un eje que interroga dialécticamente la cuestión del protagonismo.
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éticamente. Marca la necesidad de “poner en movimiento” el término, analizando la
multiplicidad de los patrones de dominación y la complejidad histórica de la experiencia
del “mundo de los pobres" como una experiencia subjetiva a tener en cuenta, y relacional
a la vez, en términos estructurales pero también desde la perspectiva del actor o los
actores.
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3. Marco conceptual, político, teórico
Vale la pena cruzar, en algunos párrafos, los objetivos iniciales con parte de las
acciones realizadas, a partir de algunas palabras clave destacadas en estas definiciones
iniciales.
Aquella frase de “dar voz a los sin voz”, con tanta presencia a partir de las nuevas
corrientes eclesiales que dieron origen a la teología de la liberación y la opción por los
pobres, ya no alcanza para dar sentido a las acciones junto con los sectores populares.
Esta consigna, que alimentó una buena parte de las estrategias comunicacionales
alternativas en los últimos 30 años, traía consigo la idea de que alguien (los promotores,
animadores, facilitadores, agentes pastorales, etc.) tenían que “dar” la voz al otro, cuando
en realidad el otro (el pobre, el destinatario) cuenta con voz propia y con ideas fuerza
acerca de su realidad, pero sin encontrar los canales públicos para hacerla circular. Esta
vieja idea contenía un matiz paternalista, contrario a una promoción real del protagonismo
de los pobres en el destino de la sociedad y en la Iglesia. Al respecto Jorge Huergo
sostiene:
Quizás la confusión principal radica en que lo que está en juego no es “si el pueblo
habla o no habla” –quien podría negarlo- sino la real capacidad para disputar poder
político-cultural frente al discurso hegemónico.
10
“Desde el punto de vista cultural, hay una voz, existen unas voces más o menos
colectivas, que remiten al complejo cruce entre la memoria popular y el mercado que
modela lo popular. (...) En el texto del diálogo, enseña Mijail Bajtin, la comunidad habla
(haciendo presente la trama de la memoria y del proyecto más o menos colectivo, en la
cual los sujetos estamos inmersos) y, a la vez, la comunidad es hablada”3.
3
Siguiendo éste recorrido se puede afirmar, cómo lo señala Bourdieu, que el lenguaje genera
realidad, genera materialidad e indica una determinada posición dentro de la estructura social. En otras
palabras, trabajar sobre cómo una comunidad es leída o hablada, permite problematizar el por qué de “los
silencios” o de “las voces no escuchadas”.
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en este campo las dinámicas grupales, que permiten objetivar situaciones y roles para un
mejoramiento en los vínculos entre los distintos actores que componen la organización.
Una segunda área de interés concierne al “afuera”, o mas bien, al vínculo que la
organización sostiene con su entorno inmediato. Dentro de este amplio espectro se puede
mencionar a su relación con el ámbito local, a la imagen que la organización transmite
hacia su comunidad de pertenencia –y a los medios y espacios comunicacionales
necesarios para ello-, como así también a la construcción de lazos sociales con otras
organizaciones, que permiten afianzar y sostener iniciativas de mayor alcance e incidencia.
Aquí la comunicación funciona como sostén de un conjunto posible de nudos que forman
un tejido social, cultural y político que se constituye en la base de un proyecto de
transformación de la sociedad, acorde con la concepción de comunicación que sostenemos
desde una mirada ciudadana, popular y comunitaria.
“En nuestro país el tejido social que la dictadura prácticamente había hecho
desaparecer se ha ido reconstruyendo. Esto se refleja en la creación de múltiples
organizaciones, movimientos sociales, grupos barriales, comunidades eclesiales,
movimientos de jóvenes, de mujeres, etc. Al mismo tiempo, el ajuste económico y la
reforma del Estado, ponen a estas organizaciones en una nueva frontera entre el Estado y
la sociedad civil, constituyéndolas en factores importantes no sólo del fortalecimiento de la
democracia, sino de la subsistencia física y cultural de amplios sectores de la población.
"La idea del Estado, del posible vínculo que se puede tener con él, de su rol y
función en la sociedad, que manejan las organizaciones sociales (y la mayoría de la
población), es una de las victorias ideológicas más fuertes, persistentes, extendidas,
perniciosas y eficaces de la dictadura militar y de los sectores llamados "neoliberales" (...)
Pensar, proponer, controlar un Estado democrático es una de las tareas más profundas y
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uno de los insumos fundamentales que necesitamos para desarrollar procesos
democratizadores."4
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el desafío de aumentar el impacto público y la presencia social de estos actores sociales a
través de uno de los ámbitos donde nuestra sociedad se reconoce como tal: la
comunicación masiva”6.
Iglesia y comunicación
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Boletín DRC Nº1, 1997.
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básicos para encarar el trabajo del Programa DRC. Desde un primer momento la intención
fue:
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Boletín DRC Nº 2, diciembre de 1997.
8
Idem.
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principios. Contrastar las formulaciones de principio con los criterios orientadores de la
acción y la experiencia acumulada: “llegar a los principios”, en vez que partir de ellos.
Construcción de ciudadanía
“La ciudadanía es un concepto que nos permite subrayar que somos iguales. La
noción de igualdad es sustancial a la de ciudadanía, todos somos ciudadanos ante la ley,
todos tenemos derechos humanos, todos tenemos responsabilidades. (...) Se trata de
recuperar la idea de derecho y de obligación desde otra forma de verlos: somos titulares
de derechos y obligaciones en la medida que existe pertenencia, en que somos parte –
aunque seamos parte en conflicto y en competencia- y por lo tanto nos liga una
responsabilidad frente a la sociedad”9
9
Intervención de Rosa María Alfaro en el I Seminario Comunicación Ciudadanía Espacio Local, Buenos Aires,
julio de 1998.
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La idea de ciudadanía, por otro lado, según Alfaro se liga centralmente a la de
movimiento social. La comunicadora peruana sostiene que es indispensable este vínculo:
“la idea de movimiento ciudadano es rica porque se produce una especie de negociación
entre el yo y el nosotros, entre el objeto particular de lucha y el objetivo colectivo de
lucha, con intereses que se juntan”, sostiene10.
Desde esta perspectiva, enmarcar las acciones de comunicación desde una mirada
ciudadana, no es otra cosa que profundizar en el sentido educativo de la misma. Para esto
Rosa María Alfaro11 destaca que éste sentido tiene que ver “con que los medios le
permitan a los sujetos una conciencia de sí mismos, que ayuden a reconocer el propio
valor ciudadano”. En este sentido la importancia se centra en considerar a ese sujeto no
sólo en su desigualdad, sino en su posibilidad de crecimiento, y en reconocerlo como
sujeto público, hacedor y partícipe activo de la democracia.
Para ejemplificar, es interesante ver cómo se trabaja el tema de los derechos: ¿Qué
es un derecho? ¿Cuál no lo es? ¿Para quién/ o quiénes? La mera enunciación no hace a un
sujeto portador de un derecho determinado. Podemos tomar como ejemplo los problemas
que acarrea ser migrante y no tener documentación. El derecho a la salud y a la
educación es de acceso universal independiente de esta situación.
Sin embargo, tal como cuenta Diana Maffía12, la mayoría de las veces “pasaba que a
migrantes sin documentación les decían en la escuela que su hijo no podía estudiar. Y no
peleaban por ese derecho. Sentían que su condición de migrantes los ponía en esa
situación de inferioridad”. Entonces, educar en derechos humanos, no solo implica el
conocimiento de éstos, sino también la comprensión y la participación activa. Esto se
vincula con lo que Alfaro plantea acerca de la importancia de plantear “lo educativo como
retorno”. Tiene que ver con generar las posibilidades de producción concreta de discursos,
de medios, de programas, de contestaciones, de reflexiones. Tarea en la que “el
reconocimiento de los sujetos con sus problemas y sus necesidades de avance”, llevan al
ejercicio y construcción de ciudadanía.
10
Idem.
11
Idem, pág. 48.
12
Defensora Adjunta del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires en el área de Derechos Humanos entre los
años 1998 y 2003.
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4. Claves comunicacionales
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medida heredera pero también con la responsabilidad de innovar en sus planteos
de fondo, en sus metodologías y en los proyectos políticos que la sustentan.
d) La necesidad de vincular comunicación barrial, comunitaria, popular y
ciudadana como dimensiones necesarias de una visión de la comunicación ligada
a lo político y a la vida cotidiana de las personas y organizaciones a la vez, en tanto
espacios donde circula y se construye poder.
e) La emergencia de la comunicación pública (canales, radios, prensa estatal en
general) como espacio de interlocución y de producción e intervención concreta, a
partir del escenario planteado en la actualidad. Aquí también se incluye la
construcción de espacios de diálogo y presión en relación a una nueva Ley de
Radiodifusión.
19
DRC- es en el que pretende intervenir este Programa. En el inicio de prácticas
comunicativas que permitan una mayor presencia de las organizaciones sociales en el
espacio público, en la consolidación de estrategias de articulación que promuevan una
mayor incidencia política, siempre centrados en la posibilidad de construir una mirada y
una acción comunicacional en ese contexto.
Este escenario de exclusión ofrece una doble posibilidad: la necesidad de
democratizar el espacio comunicacional –apropiándose de las herramientas necesarias
para comunicar y generando presión para participar de sus distintos circuitos- y a la vez
planteándose estrategias que van más allá de los bordes de este campo hasta llegar a la
sociedad toda. Porque según la mirada de la comunicación popular, la exclusión
comunicativa es parte de un proceso más amplio, enmarcado por modelos de sociedad
que también limitan las posibilidades de acceder a derechos económicos, sociales, políticos
y culturales entre los que se encuentra el derecho a la información y la comunicación. La
lucha es entonces más amplia y demanda la articulación con otro tipo de actores. Mata
sostiene que “tal como sucediera en diversos países latinoamericanos en décadas
anteriores, las prácticas populares de comunicación aparecen menos ligadas a la búsqueda
explícita de una democracia comunicativa o a la democratización de las comunicaciones
que, como se advierte, a los esfuerzos por democratizar el conjunto de relaciones sociales,
y en particular, a una búsqueda de nuevos modos de entender la construcción del poder y
la transformación social.”16
La definición de comunicación popular es –según nuestra perspectiva- la que más
se ajusta a la posibilidad de articular lo comunicacional a lo político, entendiendo junto con
Jorge Huergo que “lo ‘popular’ fundamentalmente significa luchar contra las formas
injustas de vida. (...) Se define en virtud de los antagonismos sociales a los cuales se
adscribe; por lo que posee una politicidad indudable. Esto nos permite sostener que la
comunicación popular es el campo comunicacional del trabajo político que busca el
protagonismo popular, habida cuenta de determinados antagonismos sociales”17.
Es en este contexto donde resulta vital incorporar a la reflexión el cruce entre
comunicación y conflicto social, ya que, entendiendo este último como una “tensión
que moviliza”, como lugar donde se enfrentan distintos tipos de intereses –en definitiva,
16
Idem
17
Huergo, Jorge: COMUNICACIÓN POPULAR Y COMUNITARIA: DESAFÍOS POLÍTICO-CULTURALES.
Publicado en Revista Nodos Comunicación, Universidad Nacional de La Plata. Nº 4, noviembre 2004.
www.revistanodos.com.ar
20
cuestiones que permiten definir “de qué lado se está”- los discursos de los diferentes
actores se vuelven imprescindibles de dilucidar. Es decir, que el trabajo de análisis de
cómo son abordados los conflictos sociales en los medios de comunicación –chicos y
grandes-, cómo los distintos actores se posicionan frente a ellos, implica hablar también
del poder, y de la distribución desigual de éste en la sociedad. Poder señalar cuáles son
los conflictos centrales en una sociedad, poder instalarlos como tales –tarea no sencilla, ya
que en general la lucha por instalar temas en agenda la ganan los medios empresariales-
es uno de los desafíos centrales en una comunicación que se pretenda transformadora.18
18
Recomendamos, para completar este punto, la lectura del artículo “Entre el silencio, las voces y el grito”,
de Diego Jaimes, publicado en la Revista Nueva Tierra Nº 56, de noviembre de 2004.
21
5. Relación con otros programas del CNT
El Programa DRC surge entonces como área específica para dar sentido al
intercambio y la formación de los grupos cristianos y organizaciones populares en el
fortalecimiento de sus herramientas sociales y políticas, y en el enriquecimiento de su
capacidad de reflexión y análisis, como así también en la ampliación de sus horizontes de
acción, complementando la tarea comunicacional con la del análisis de la realidad y de las
distintas formas de intervención en contextos de pobreza y exclusión (educativas,
asistenciales, formativas, territoriales, etc.)
Las acciones del Programa se complementan con las del resto de las áreas de interés
estratégico por parte del Centro. En el momento que surge el DRC, su trabajo se
complementa con el de:
Hoy en día existen otro tipo de iniciativas muy importantes en el trabajo del Centro, en
las cuales se han realizado acciones de comunicación:
19
No mencionamos aquí a las áreas que han dejado de existir como tales o se han redefinido (Formación
Teológico-Pastoral, Parroquias y Pobreza, Redes Sociales e institucionales), no por restarles importancia sino
porque no han tenido un vínculo directo con el Programa DRC.
22
• Espacio NOA: donde hemos desarrollado dos talleres de capacitación, una
página web y un boletín gráfico, en el marco de la construcción de una
“plataforma de comunicación” para las organizaciones y comunidades del NOA.
• Espacio Freire: en este espacio, en principio más vinculado al trabajo
específico del área de Educación del CNT, hemos coordinado los ámbitos de
trabajo vinculados con las problemáticas de la comunicación, el arte y la
cultura.20
20
Podemos agregar los talleres realizados durante los Seminarios de Formación Teológica.
23
6. Acciones desarrolladas desde 1997 a la fecha
21
Boletín del Programa DRC Nº1, 1997.
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7. Destinatarios
Una de las definiciones más claras de los destinatarios del Programa es la que
habla de miembros de grupos y organizaciones intermedias que estén desarrollando o
intenten desarrollar tareas relacionadas con la comunicación local23. Esto comprende::
22
Entrevista con Jorge Huergo publicada en el Boletín DRC del CNT, septiembre de 2003.
23
Boletín DRC Nº1, 1997.
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8. Articulaciones
24
En el marco de la Red Amuyen, espacio de organizaciones sociales de Argentina.
25
Foro Argentino de Radios Comunitarias.
26
Comisión Evangélica Latinoamericana de Educación Cristiana.
27
Agencia Radiofónica de Comunicación, dependiente de la Facultad de Ciencias de la Educación de la
Universidad Nacional de Entre Ríos.
28
El presidente de FARCO, Néstor Busso, es socio fundador de Nueva Tierra. Actualmente también es
vicepresidente de ALER (Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica).
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Creemos central la articulación de este tipo de esfuerzos, entre los que agregamos
la ya mencionada Coalición por una Radiodifusión Democrática, espacio dedicado a la
generación de políticas de comunicación que favorezcan a los sectores hoy excluidos del
mapa comunicacional.
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9. Cierre
Nuestra apuesta por la comunicación comunitaria, popular y alternativa es, entonces, una
estrategia por:
28
Referencias bibliográficas
-ALFARO, Rosa María Alfaro: I Seminario Comunicación Ciudadanía Espacio Local, Buenos Aires,
julio de 1998.
-BORRI, Néstor: "Construir mapas y reconstruir la mirada para nuevos recorridos". En
Democratizar prácticas y proyectos. Desafíos para las organizaciones sociales, Centro Nueva
Tierra, Bs. As., 2005.
-FREIRE, PAULO (1998) ¿Extensión o Comunicación? LA concientización en el medio rural. Siglo
Veintiuno Editores, 21ª edición, cap. 3.
-HUERGO, Jorge: “Comunicación popular y comunitaria: desafíos político-culturales”. Revista
Nodos de Comunicación, Universidad Nacional de La Plata. Nº 4, noviembre 2004.
www.revistanodos.com.ar
-JAIMES, Diego: “Entre el silencio, las voces y el grito”, publicado en la Revista Nueva Tierra Nº
56, noviembre de 2004.
-KAPLUN, Gabriel, “Proyectos, deseos y otros cuentos sobre comunicación y desarrollo”. En
Comunicación, ruralidad y desarrollo: mitos, paradigmas y dispositivos del cambio. G. Cimadevilla
(ed), INTA, Buenos Aires 2004.
-MATA, María Cristina: Comunicación popular: de la exclusión a la presencia. Mimeo, Córdoba,
1988.
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