Está en la página 1de 58
[BIBLIOTECA ROMANICA HISPANICA [DAMASO ALONSO (© Borin pex‘Unrmaré ie Bs Bre, 1988 {© EDITORIAT.GREDOS, 189 Sishes aches, 3, 2012 sé ‘wrwedinnigeoscon| Panna ssc 1989 ‘Til eg ‘ad de argon Le serie $4 Din in sin ‘Man! io Denia Lea 2102006 Tsmverauesses pr ae Pein pln ‘ease ane Geen te, 5 5 ‘hn Tera 2. Fle nda avn Ms. 2008 (CH. PERELMAN v L. OLBRECHTS-TYTECA, TRATADO DE LA ARGUMENTACION LA NUEVA RETORICA ‘TRADUCEIN SPAROLA DE JULIA SEVILLA MUNOZ. FOTOCOPIADORA as PROLOGO A LA EDICION SOLA + PERELMAN Y LA RETORICA FILOSOFICA 1A RETERICA STA PROARA SOTAD BEL sTaLO xx Mientras ave Ia Edad Media el Renaciminto entendiron y caltivaron a dati y la retéricaarstotéeas, In Bdad Moderne 4e racionalismo hepeminico, las margin. Filo significa, portant, que la suerte histérca de la retérica ts esiado ligada Ia valoracién gnoseolgica que, en as distntas épocas, sha hcho de Is opinidn en su rlaién con la yerdad Para quienes Ia verdad puede surpr de Ie dicusibny ol contraste de parece, la retria ser slo masque un simple medio de ex- esi, un elenco de nies estas, como la consieran aque- ios para quienes Ia verdad 5 fruto de una evdensia racial o sensible. Esto explca que con el predominio del racionaismo y € tmplrsmo en Ia filosfia de los siglos xvi al 0x la rtrie fase redecién en los planes de estudio 8 una especie de elise, Bs ton Tos sistemas caractersicos de finales del xm y de ete siglo {pragmatismo, historcismo, vtalismo, axilosi,existencaismo...) retérica y la teorfa de la argumentacién, Este resurgimiento de la retdica est también estrech ltelonado con ciéunstania pois y sociales. El destrllo en “Tomo del Tht Adio de eric lon det Gaile Bodo da. Mad, Be. Najera, 198 2y-2 A Tratado de la argumentacién ‘nuestro mundo actual de sociedades democréticas, intense y progre= sivamente intercemunicadas en lo informativo, lo politico y lo eco- inémico, hace que, como en la Grecia clisica, se despierte en elias ‘con fuerza la necesidad y el interés por laret6tica, por la argumen- tacidn, por la persuasién a través del lenguaje*. E inversamente,, la causa profunda del desinterés y olvido en que yacié Ia retdrica ‘en épocas pasadas radicara en la estructura dogmtica, autoritazi, courcitiva, en una palabra, atidemoerétics, de aquellas sciedades. En fa primera mitad de este siglo, Ia retérica habin degenerado ‘en laensedanza media europea: tna asignatura llamada «Elementos _ de retérca», recuerda Perelman, venia @ reducirse a-un aprendizaje ‘de memoria de una lista de figuras ret6rcas en consonancia'con a nociéa vulgar que identifica retérica con estilo florid, ‘te, um arte del lenguaje. En esta nocién se ha perdido ya casi por completa la defincin arsttéicafarte de tx persuaston), IF de Ci ‘etn (docere, movere, lacere einciuso la de Quintiliano: ars be- nie dicendi, donde el bene tiene una tiple connotacia de eficaca, rmoralidad y belleza. Ms concretamente, la retérica que perduré en los planes de estudio durante los siglos xvu, xvut y xx fue Ta ‘equivalent al Libro Ill de la Retérica de Aristtees, es decir, una ret6rica nada relacionada con Ia formacién dela opiniéa, sino re- ‘ducida a manual de estilo o téenica expositiva. Inicidores de esto * fueron Jos frenceses Pierre de la Ramée y Talon (siglo xvn). Por otra pare, si en nuestro siglo ha tardado tanto la retérica cn resurgt en Occidente, a pesar de una larga tradicién democeét ca, ello se ha debido al prestigio prepotente de la ciencia positva, ‘a causa del cual nada se consideraba persuasvo si no se amoldaba 4 crteros estrictamente cientificos, cosa que no cumple la ret6ri- ca, La légica de nuestro siglo se ha decantado en exclusiva hacia Ia Ldgice formal, demestrativa, arrojando ast al terreno de lo il "Ck Fond ero, Teo sell dle prvi, Barc, EM, 198%, ls. 3450, Teh Ch Perinan y L. Ofek Tec, Trad de argumenaion (Lo nouvel rhinos de alert de Brees, 1976, pls. 738, Prélogo'a (a edicién espartla 9 Co, de Io irasional, todo el contenido de las cinsias huinanas y Soviles, que, como la dic, se ressten a una formalizacion s6lo posible con verdadesuniversimenceconvncetes, demostrables con Pruebas consticivas ‘Asi, el prestiio que desde finales del siglo pasado haba adqui- sido para el peasador occidental la légica formal, iaducia a ver Ineretdrca como una antguala irecuperable ‘Reducid, pues, la retdrica@ arte dela expresin, perdié todo interés foséieo, no sendo extato por ello que no aparezca el término retin ni en el Vocabulario téenico yertico dela floso- fia, de André Lalande, ai en la norteamerisana Bneicopedia of Philosophy (1967). Laguna subsanada, sin embargo, por el Dicio- nario de flosofa de Feat Mors. ‘No mejor suerte ha cori la retérca en los patses socialists, en donde ha sido considerada vomo un simbolo de una educacion formalist, init, burguse, antigualtara. Por eto no es nada extraio que hasta hace apenas unos dose ros la opaién predominante sobre la retéic ha sido peyoratv: sinénimo de ari, de isinerdad, de decadencia. Incluso ac- tualmente la retérica todavia tiene conmotaciones peyorativas: aes ua retro», eno me venga con retéricasy, ee, son expresions ue indcan que el tein retSrca se asocia mls 0 menos con la felficacén, fo insincero, la hinchazdn verbal la vaciedad concep- tual. Las causes de est mala fama apatecieron ya en la época porticeroniana cuando la retérica, por las razones potas que tan aertadamenteanalizara Taco en su Didlogo de oradores, er- peo a peer su dimensin flosticay dlaltica,reduizndose pau- Jatnamentea un redundante ormamento;en otros trminos, la ret6- rica aristotlca se vio reducda al Libro Ill, mientras qu los dos pimeros ibansiendo relgados* * idem, 3435, CE. Spang, Pudamenos de etd, Pamplona, EUNSA, 1979, p13. 10" Tratado de la argumentacién [REHABUETACION ACTUAL DE TA RETORICA Hist6ricamente, la retérica fue adquirendo connotaciones nega- tivas a medida que se iba desvinculando de Ia flosofia con la que | Plauén y Aristteles Ia hablan fecundado, Rehabiiaca signficaba, ) ‘ante todo, devolverla al. co en el pensamiento de Platn y Aristtees. Muchas disciplines, | que han aspirado vanamente a verdades apodicticass6lo contienen opiniones verosimiles, plausbles; por tanto, sus argumentaciones eben permanecer wabiertas» a una continua diseusién y revisién, FF auge de lor medios de comunicacién de masas y de la vide democratic en un creciente miimero de paises explicen los esfuerzos, qc se estén realizando en la segunda mitad de este siglo desde miltiples direcciones para rehabiitar Ia retrica clésiea como arte de persuasién, porque wen las sociedades contempordneas, los mé- {odos para obtener Ia adhesién vuelven a tener una gran actualidad;, diriamos més, Ia tienen en un grado superior 2 ninguna etapa ante- sor de Ia historian ® ‘Aunque quiza demasiado lentamente, el pensamiento occidental de esta segunda mitad del siglo xx ha venido rehabllitando esta { parte de Ia 1pica aristotica ©, que es nesesara, sepin Aristéte- les, no wSlo para Ia vida préctica (cis, elecién), sino para | Ja fundamentacin de los primerosprincpios del saber. En efecto, a rehabilitaci6n actual de la retérica es debida sobre todo a fil6so- | os, aunque paradéjicamente fuesenétos quienes Ia denostaron di- | rante dos mil atts, Para muchos filsofos, hoy la retériea es un 55, Baty op. es és. 12 * No wecomprene pr guna inch ret det Gren. Qk | por no tee canada pre sino antore (complement) dela alee! = Creo que age ae el prinpal motivo de ma margnin y sulted sre. 2 Tips 12,1014, 14 Bie momges, 13,185, 12.28. Chad por Pere 1970 pe 7. ‘que ocupaba dentto del corpus os6- Prblogo 4 la edicién espanola u medio para sacar a la flosofia de su «impés» y darle dimensién Interisciplinar a “Por 855; Ta nueva ret6rica est slendo considerada un importan- te hallazgo para campos fllos6ticos como la Mosofia de derecho, Ia Wien la ica y, en general, para todo aquel saber que depend de ta razén préctica, i ‘Por otra parte, resulta lico que en fa rehabilitacion de la ret6- La rebabilitacin de la retsrica corte hoy pareja con Ta deteon- ‘lanza progresiva por Is ldgcs forme, iniciada por Schopenhauer tn sglo antes. Para Ete las leyes 0 verdades demostradas son con- venclones;teorias clentfics (de Ptolomeo, Newton...) demostra das racionalmente baa resultado etrores erasos. Schopenhauer se adelanté también a Perelman en su aguda vsidn de la no separabi fidad entre Ia retGrica-argumentacin y la cetriea-ormamentacign, pues, para 6, escribir negligentemente significa no aprodiar las pro: pias ideas expresadas, del mismo mado que wna Joya no se guarda, en una caja de carn. ‘eB interés excepsional que lo fldsofos atsibuyen ikimamente ‘Jos problemas del lengvae, el hecho de que la lingistica es cons , la rehabilitacion dela sofis tica, Ia insstencia con que se proclama el alcance reducido de la Iésica formal, el surgimiento de lésicas no formales, preperan la rehabltacién dela retrica come imino, al impo que su reinte- ‘racién en Ia problemitica filosética» ° Par fodo esto no resulta exralo que algunos neopostvistas ‘muestren al final cierta comprensién hacia la nueva ret6ria. Asi, Carnap reeonoce que la légica formal no sive para Ia vida, ¥, por su parte, Ayer recensiona positivamente, en 1953, Rhéforique et Philosophie, de Perelman *. ©. ¥. Flescu,Le hte fe morhtorin, 2", Pas BL) Dates Lee, 198, piss plore, op. cy De. 19. "Pan, PUP, 195, pg. 18. BV8 2 Tratado de ta argumentacién Rehabilitada la retrica en los afis cincuenta, su auge es tal ‘que hoy s¢ la ve en «compania de la eibernftica, la sociologia, la picologi, las’ clencas de la informacién y de la comunicacion, y ello como materia de investigacién y como instrumento de crea- ‘ibn o de analisis. La rhetoriea nova, la rtérca cientific, se pre- senta no slo como retérica literara, sino como retérica del cine, ‘como retGrica de la publicidad, como retérca de la imagen, como retérica general» ‘Como observa Alfonso Reyes ", donde «la antigua retérica ha- la su prolongacién natural... es en esas obras, tan tipicas de la cultura americana, que tienen como denominador comin el know ‘how: como obtenes éxito en los negocios, cémo triunfar, e6mo ha blar bien en piblico, cémo ganar amigos, etc. Pero la rehabiitacion de la retdrica no debe olvidare de la c0- Jnexign entre retrica y ética planteada por Platén. ConexiOn de ‘ital importancia en un mundo de medios de comunicacién cada ‘vez més potentesy una propaganda politics, ideoldgica, comercial ‘ada ver més omnipresent, Estos y otros muchos riesgos del mun do actual exigen que la rehabiltacién de la reérica sea floséfica, fncluyendo su sentido humanista y &tco. ‘n las circunstancias actuals, en que el humanismo se ve cash sofocado bajo el exceso de especializacién, en que la téenica faven- {a medios diabélicos, capaces de exterminar a la humanidad, la re- ‘habilitacion flos6fia de Ja retrica adquiere amplias significacio- nes. EI irracionalismo y el dogmatismo de todos los matices, la tendencia © minimizar la idea de adhesién libre, bajo el efecto de la persuasi6n, a un corpus de doctrina y a un programa social se ‘oponen a la resistencia de la retrica, que offece uns base tedrica para la rehabilitacion de la dignidad humans, para hacer crecer Ja confianza en larazén, para la profundizacién de relacionesinter- "Span, op cy pis 1816. "A. Rees, bres compl, Xl, Mico, B, Fou de Cuts Ezonni- 2, 6), pig 8 rélogo «la edicién espanola 13 “iscipinaras. Repitamos, destino de la retSrice y destino del huma: fisino van juntos» ®. "Antes de Perelman se producen algunos intentos de rehabiita- ibn dela retries. Pero extas escasas voces discordantes dela gene- fal ignorancia o menosprecio de la retérica no consiguen rehabill- taslas por limitarse a repetr lugares comunes de la antigua, sin asu- ‘ix verdaderamente su raigambre Mlos6fica; su fracaso se debe, en fina, a [a no comprensién del pensamiento arstotélico: en lugar Ge.ver a retdriea como antistrofa de la dalética, tenden a verla ‘como anitrofa de la poética, es desir, como simple ate omamental. [PERSIMAX ¥ LA REMABIITACION DE LA RETORICA ‘Al principio de los sfios cincventa comienza la rehabiitacion detwretérica. Perelmai™, Viehweg y otros van creando una fe- tenda dieipina conocida como nueva retérica 0 teoria de la argu meatacin, Esta cortiente supone una maryinacién de vijos abso- {utismos contraios a lo que de retérico hay en el pensaminto, i ‘eapaces de ver, como hacen las flosofias contemporineas, 1o que tn el lenguaje natural hay de erescién, de concepeién del mundo, ‘euidstante del puro realismo y de la pura arbitrariedad. Usar un Fenguaje natural supone adherrse ala forma de ver la realidad (con, sut-tsis, sus prejuicios, sus tépicos) que ese lenguaje comporta, El liderazgo de la nouvelle rhétorigue le cortesponde, sin ningu- ‘na duda, a Chaim Perelman !. Profundo conocedor de la filoso- fia, en general, y de la retricaeléica, en particular, ello le perm 1i6 emprender la rehabiltacién de éta, porque se trata de una «via 7 Moree cs pla. 198 1 peer bajo de Person ste ets de It argueatcn fue un enters de 194, plea ao ted bao ul e Logie ero Figterinprs ov sos de ardeen rire abs exeasa sobre la cui, ‘Burge ples, PUP, 1852, ta que sg, eo 195, Trad dt Pepin Vid. Ch Ptenan, Le champ de Pargumencion, Pres Universitas de Bees, 1970, pgs. 22-22. “ Tratado de Ja argumentaclén {intermedia entre lo evidente y lo irracionaly, el «camino dificil y smal tcazado de Jo rezonable» * ‘Nacié Perelman en Polonia (1912) y desde los 12 aflos vivié en Belgica, estudiando derecho yflosofia en Ja Universidad de Bru elas. Hizo su doctorado sobre la Idsica de Frege, el fundador de laldgica formalizada ". Considero éste un detalle-muy valioso, ya ‘que, sradiaé ad, nadie podré acusar a Perelman de que su revind cacién de la légica no formalizada, de la argumentacién retérica ¥ Mlos6fie como una realidad susceptible de estudio racional,aun- (que no reductible-al-formalismo logico-cientfico, obededia & una ‘incomprensin,-por ignorancia o por impotencia, de le Idsiea for. mal. Fue profesor en.la, Universidad de Bruselas. ‘El redescubrimiento por Perelman de la retérca arrance de {su primer ensayo sobre la justia, en el que constata que no se [pueden explicar Ia regla de justcta nf las normas juidicas © mora- lies en tErminos de ligica formal, cuyas proposiciones son racione les y gozan de necesidad y universlidady En efecto, es estudiando el problema de ta justcia (De fa Just- ce, 1945), 0 Sea, la inadecuacién de Ia Logica de la demostracion jal mundo de los valores y la necesidad de abordar éstos con otra ( Weiea, como surge el encuentro de Perelman con la retériea de Aristétle. De este descubrimiento surge en 1952 el primero de los libros ‘que a lo largo de su vida publicart sobre el conocimiento no forma- lado. Es el ya citado Rhétorique et philosophie , obra que rec0- rare Spang a. ty 5, Reale utes doctral, Pec pba ro ao sae iia ma temic ale como aL parades de gion, en Mind, 1536: egalence En finion elton dr pradoner de Rae, on Leen! mathone gue, 1930 "Vid M Dobro, Rte » irs, Méxo, Unni Nacional de DMaxc, 1989 (rad del poco or J Ka). "No be polo sur ext Ho, que, sein prese, shal agaado. No tit, lgios de ss ube se potden cone, trad a nl, Ch Perna, The me rheorieand te aman, Dodie Olds), D. Reidel Pub. Company, 1979. Prblogo a Ia edicién espotole 1s ze mumeross atcules ya publcads, alguns de ellos en eolabora- ih con Olbrechs-Tyteca, autora con la que publica en 1958 su obra fundamental, el Traté de Fargumenttion ®. En 1970 aparece Le chomp de 'ergumentation, que recoge Una serie de estudio pubiados en diversas revista, en los que desrro- Ia diverios aspectos de su tcoria de a argumentacion. En 1976 aparece Losique juridique (nouelerhéorigu), ico de sus bros traducido hasta ahora af espaol (Légion urn nueva retrea, traduccidn de Luis Die Piezo), ‘Asi, pues, una fecha hittin en ebubltacén del retriea es 1952, nfo de la publicacion desu obra Rhétorigue et philoso: ‘hie, Prueba de que este rsursiiento no es una moda passer, Gomo It de tantot otros wismsy, ef Ia cantidad y Ia calidad exe- Gietes de las obras ella dedizades, ; ‘La mueva reigrca de Perelman pretenderehabltar I retérica clisce menosprecida durante Ia Edad Moderna como sugestion engutosa 0 como arf lterario”. Para ello retoma la distin mi wR Pa pm i Pero ra aes ts Suomen preamcae es ‘en al senlido'a e uate de raznnas a pari de opiniones genralnente Sepa SS ct ctu pe coe ae rel ance mets othe mate oe encase ge tue eeare Somes nents cafes een aes ace (aaa and pe oats Treen ae eae Seared eric aeeee rte ae eae ames see els a ote ote Cer ee sums paints fi ase ea an a oan Sonat ns Som ne osu pment te anoe mae SSR? Sa caw ol ooeat a ooo Mex recaatar aa a aerate © theme cb drt aah i tee cae mc po nce an Srvc out 16 Tratado de ta argumentacién | in arstortic entre gen como ciencia de a demostracién y dia |lsica y rerica como dencis de lo probable, e der, de a arzu- | menaclén La retérica forma parte, portant, de Infos, 8 aque ta no contiene demosraciones sno argumentaciones la dife- rencia entre flosfiay retrica es a6lo de grado: mieniras que In avgumentacién cerca va sempre dirigda «un autsio conereto ¥ particular, al que pretende «persuadirm, ls argumentacén filoss- fica se dirige a un aucitorio ideal y universal, al que intenta «con- veneer. Persudir y convencer som, pues, las dos fnalidades de ) le argumentacén en general que coresponden,repectivameate a 1a retvicay a sofa. Mictras la peruasin connot a conse: | cucién de un resliado préctic, la adopeiéa de una acttud deter | minada osu puesta en prictica en la acib, el convensimieno no ‘rascende la esfera mental. Por otra parte, mientras la ciencia se basa en lo evident, en premises yerdaderasynecesavas, en pruebas irrefutable yracions- Je, J sofa y a retérica replantean siempre ls problemas desde l comienzo, aportando pruebas solamente probable, razonables, preferibes, que han de Ser aceptadas responsablemente. Lo paradéjco de su tcorla dea argumentacén es que Perlman no llega a lla desde la retérie, a fe queen un principio ignoraba. I redescubrimiento de la rtérca es fato de su meditacién sobre et conocimiento, 1a razén, la Lic. As! ve que, desde Descartes, Jha competencia de la razéa ha estado limikada al campo léglo- atemitio. Pro este modelo racional ico, more geometrco, no «8 aplcabl al campo de las opiniones plausibes, verosimiles, que resulta as! un campo abandonado a lo iercional, alos insintos yl violencia, Por otra parte, las verdadeseteras,inamovibles, Jogradas por el razonamiento formal, resulta que tambiéa esta his- Arica, plcolégicay socolégicamente determinadat, con lo que el pensuniento apodictizo-demostrativo y el dalstico-etrico esta ‘bre un actoro, on visas ganar o uments adhesin ts preva oe ateainenon } ' : i Prélogo @ la edicion espanol 0 ‘nds interconectados de lo que una epistemologia de corte platéni- co, eartesano © postivista quisiera admitir™. ta tarea rehabiltadora de Perelman surge, pues, de Ia teoria isica del conocimiento, dela demostracion y de la definicin de Ja evidensia (un tipo particular de adhesin). . ‘Su nueva retérica se va a centrar, pues, en el estudio de las estructuras argumentatias, apirando a ser una disciptnafilos6fica ‘modema con dominio propio: el andiss de los medios wilizados por tat ciencias humanas, ef derecho y Ia filosofia, para probar sus tesis ®, ‘La nueva retérica consiste, por tanto, en una teoria de Ie argu- rmentacién, complementaria de la teoria de Ia demostracidn objeto ide ln lbgica formal. Mientras la Genca se basa eff Ir razGiteorét ct, eon SUS Cleporias ce verdad y evidencia y su método demosta- tivo, la teldrca, a dialética y la filosofia se bassin en Ia razén, préctica, con sus cateporias de lo verosimily la decisién razonable 1 su método argumentaivo, justificatvo. La raz6n tworétca se si pedita & la razén préctica, porque la nocién de justica, lumbrada, por ésta, es la base del principio de contradioién, supuesto funda- ‘mental de aquella Gracias a este nuevo método argumentative, Perelman cree que ya ex posible apicar la razén al mundo de los valores, de Tas nor- mas, de la aecidn. Tal va a ser el mayor logro de ai teoria de la afgimentadén, que es un golpe tanto al iracionalismo como al dogmatismo racionalsa ‘Con tal objetivo, Perelman va a investigar la razin concrete _y.situada. Establece relacionesinterdsciplinaes, sobre bases nue- ‘vas, ene diversas ciencas humanas y la filosofia; margina lo que la-yetérice tuvo de estécca y teorfa de Ia ornamentacion: la orna- smentacin (deletare)retérica no entra en las preocupaciones de * pier en a eri Ge os prams tins olson easel) e ute FYid, Fores, 6p i, wl. 166 18 Tratado de ta argumentacién la nueva retrica, como no entraba sino tangensialmente en la arstotlica. Bs cierto que el éxito de la obra de Pereiman se debe a la favo- able eoyuntura de sus tesis: se hacia sentir la nevesidad de extender I raz6n aun campo del que habia sido desterrada desde Descartes. Pero, aparte de su oportunismo, #1 competencia es indisutible y) su mérito indudable. [ Por otra parte, Perelman tuvo ocasién de ponet en prdctica sus {ideas con su aetividsd en la UNESCO, en la que destaca Ia eimpatia que existen, precisamente porque se supone «que van dlrgidas a Ietores en Ios que haten poca mali la suges tig, Ia presin 0 el interés. Mostraremos, por otra parte, que ex todas los nivelesaparecen las misma téoncss de argumentacién, tanto en Ja discusion en una reunién familiar como en el debate cex-un medio muy espeiaizado. Sila calidad de los oyentes que fe aieren « clertos argumentos, en campos altamenteexpecult- ‘os; presenta une garantia de su valor, la comunidad de st extruc- tran lade los argumentos ulizados en ls discsiones cot nas explicaré por qué y eémo se llega a comprenderos [Bxte tratado se ocupard tnicamente de los medias dicursivos ‘ue srven para obtener Ia adhesin del auditorio, porto que aslo se examina la técnica que emplea el enguaje para persuadir y ‘para convencer “Bata lmitacin no implica en modo alguno que, a nuestro pare- cer, sea In manera mus eficaz de influ en os oyentes, todo fo conirari. Estamos firmemente convencidd de que las creenias mas sélidas son las que no s6lo se admiten sin prusba alguna, sino que, Pd, Fr, 26 a4 r “ Tratado de Ja argumentacion: ‘muy a menudo, ni siguiera se explican. Y cuando se trata de co ‘uit Ia edbesion, nada mas seguro que le experiencia externa 0 tema y el céleulo coaforme a las reglas sceptadas de antem {Pero recur ala argumentaion es algo que no puede evtarse fo una de las partes dscute estas prucbas, cuando no se esté [feuerdo sobre su alcance 0 su intepretacin, sobre su valor © \felaci6n con los problemas controvertides, ‘Toda accidn, por otra parte, que pretend obtener la adhesi ‘queda fuera del campo de Ja argumentacin, en la medida en g ‘ingin uso del lenguaje la fundamenta o interpreta: tanto el predica con el ejemplo sin decir nada como el que emplea i car 6 la bofetada pueden conseguir un resultado apreciable, Ya sex faa promesas 0 a amenazas, slo nos interesaremos por estos cedimientos cuando, gracias al lengusje, se los evidencia. Es mi hhay casos —como Ia bendlcién o Ia maldicion— en los que se et piles et lenguaje como medio de accion directa magica y no com ‘medio de comunicaciSn, Unicamente trataremos este punto si esta accién esta integrada en una argumentacién. ‘Uno de fos factors esencales de la propaganda —tal como 5 tna desarrollado sobre todo en el siglo xx, pero euyo uso era mu] conocido desde Ia antgiedad y que ha aprovechado con un ar incomparable a Iglesia catélica— es el condicionamiento del au torio mediante numeroses y variadas téenicas que utlizan todo (que puede influir en el comportamiento humano. Estas ténicas ej cen un efecto inaegable para preparer al auditorio, para hacer ‘mds accesible a los argumentos que se le presentarén, He aqut punto de vista que no abordaré nuestro andisis. Sélo tratarem 1 condicionamiento del auditorio por el discurso, de lo que 9) flcprendenconsideracones acerca orden ene que deben pres leentarse los argumentos para que ctusen el mayor efecto Por tiltimo, las prucbas extratécnicas, como las lama AristOte les —entendiendo por tales las que no dependen de la ¢ Warde Rot 135Sb, i snaroduccion a Ferien, s6lo enrardn en este estudio cuando haya desacuerdo ‘Slevano' las concisiones que pueden extraese. Pues, ns inter seSfenos el deserello completo de un debate que los esqvemas ‘Sperentativos pusts en juego, La antigua denominacin de «pric Spa artdnicat es coment os feoverda que, mientras que nuestra idan —caracterizada por su extrema ingeniosdad en las téc ‘destindas & infu en la cosas— ha olvidado por completo “Tova de la argomentacién, de la influencia sobre los indviduos Poemedio del discuss, los griegos la consideraban con el nombre feswstrica, la hom por exceleni oie com mM ‘sa teoria de la argumentacion que pretende, gracias al discurso, Infliir de modo eficaz en las personas, hublera podido estudiarse ‘como una rama de Ia psicologia, Naturalmente, si los argumentos ho son apremiantes, sino deben convencer necesariamente sino que poseen cera fuerza, la cual puede variar segin los auditorios, e- foncesacaso se la puede juzgar por el efecto producido? El est: dignde Ia argumentacién se convierte asf en uno de los objetos de Gscologia experimental, en Ia que se pondsian a prucba diferen- tes argumentaciones ante distntos auitoros, lo sufcientemente bien ‘conocidos para que se pudiera, a partir de estas experiencis, sacar conclaslones de ceria generalidad. No han faltado psicblogos ame- ricanos que se hayan dedicado a estudios parecidos, cuyo interés anos discutble “ rnbuestra manera de proceder ser diferente, Intentaremos, en pri> mer fuga, caractrizar las diversas estructuras arg yoanilisis debe preceder a cualquier prueba experimental ala que covsieteepcainente HL Moligwoith, The pecaloy ofthe aun ‘195; C1. Hovland, feof the Mate Mei of Communications, ea Hand Boot of stl poly, e. Gardeer Lina, 1084, exp. 2, 2 Trotado de ta arguméntacién's Iuroduccion fos alegstos, por 10s jueces en ls consderandos, por Is filsofos os atados. [Nosito eampo do estudio, que es fipenso, ha estado yermo silos. Esperamos que nuestros primeros resultados snimen -{Rffos investgndores a completatlos ya perfecionaros. se quiera someter su eficacia, ¥, por otra parte, no peasamos qu 1 métado de laboratorio pueda determinar al valor de las arg taciones wtlizadas en las ciencias humanas, en derecho y en to a, pues la misma metodologia del psiSlogo constituye ya un put to de controversia, y queda fuera del presente estudio. Nuestro camino se distingui radicalmente del camino adopt 4o por los fldsofos que se esfuerzan por reducir los razonamien sobre problemas sociales, polices o floséficos, inspirandose los modelos proporcionados por las ciencas deductivas 0 exp mmentales, y que rechazan, por juzgarlo carente de valor, todo aque no se conforma a los esquemas impuestos de antemano.. ‘ros, en cambio, nos inspiraremos en los lgicos, pero para i los métodos que les han dado tan buenos frutos desde hace un sgh aproximadamente [No olvidemos, en efecto, que en la primera mitad del siglo xn la ogica no gozaba de prestigio alguno, ni en los medios cienificas ni entre el gran publico, Whately esribia con razén, hacia 1828, ‘que si a retérica ya no dsfeutaba de Ia estima del pablico, le Higa ‘se vela alin menos favorecida § La lézica ha conseguido un trilante impulso durante los ci ‘ims ais, y esto desde «! momento en que dejé de repetic viel formulas y ¢ propuso analizar los medios de prueba efectivamen utlizados por los mateméticos. La légica formal moderna se constituido como el estudio de los medics de demostraci6n emples dos en las matemdtieas. Pero, resulta que su campo est limitado; pues todo lo que ignoran los mateméticos es dessonocido para l igica formal. Los légicos deben completar con una sean de ls argumentacién la teori de la demostracion asf obtenda. Nosotros procuraremos construirla analizando tos medios de prueba de ‘que se sirven las clencas humans, el derecho y la filosofia; exami nnaremos las argumentaciones presentadas por los publicists en I | peridicos, por los politics en los discursos, por los abogados et Ricard D. 4. Whately, Benen of Alton, 128, Prete,

También podría gustarte